- Capítulo XV. Donde se cuenta la desgraciada aventura que se topó don Quijote en topar con unos desalmados yangüeses
- Capítulo XVI. De lo que le sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo
- Capítulo XVII. Donde se prosiguen los innumerables trabajos que el bravo don Quijote y su buen escudero Sancho Panza pasaron en la venta que, por su mal, pensó que era castillo
- Capítulo XVIII. Donde se cuentan las razones que pasó Sancho Panza con su señor Don Quijote, con otras aventuras dignas de ser contadas
- Capítulo XIX. De las discretas razones que Sancho pasaba con su amo, y de la aventura que le sucedió con un cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos
- Capítulo XX. De la jamás vista ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo, como la que acabó el valeroso don Quijote de la Mancha
- Capítulo XXI. Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero
- Capítulo XXII. De la libertad que dio don Quijote a muchos desdichados que, mal de su grado, los llevaban donde no quisieran ir
- Capítulo XXIII. De lo que le aconteció al famoso don Quijote en Sierra Morena, que fue una de las más raras aventuras que en esta verdadera historia se cuentan
- Capítulo XXIV. Donde se prosigue la aventura de la Sierra Morena
- Capítulo XXV. Que trata de las estrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron al valiente caballero de la Mancha, y de la imitación que hizo a la penitencia de Beltenebros
- Capítulo XXVI. Donde se prosiguen las finezas que de enamorado hizo don Quijote en Sierra Morena
- Capítulo XXVII. De cómo salieron con su intención el cura y el barbero, con otras cosas dignas de que se cuenten en esta grande historia
CAPITULO XV
Don Quijote se despidió de todas las personas que se encontraban en el entierro y se marcho. Durante un par de horas intento seguir a Marcela pero al cabo de ese tiempo se paro en un claro para dormir un rato.
Rocinante que vio unas yeguas, salió detrás de ellas, tanto las yeguas como los dueños de ellas comenzaron a golpear al pobre Rocinante, Don Quijote al verlo fue a luchar contra las personas que estaban golpeando a su caballo, pero al ser mas de 20 tanto Don Quijote como Sancho resultaron apaleados. Así Don Quijote creyó que su derrota en la batalla se debía a que esas personas no eran caballeros y que el solo debía luchar contra caballeros, así que le dijo a Sancho que él que debía pelear era él puesto que no era un caballero y Don Quijote sí.
Pero Sancho se negó alegando que él era un hombre pacifico.
Al poco tiempo ambos se levantan ya que debían encontrar un lugar para pasar la noche. Así encontraron una venta la cual confundió Don Quijote con un castillo, Sancho le corrigió y le dijo que era una simple venta, pero Don Quijote comienza a discutir con Sancho ya que él pensaba que la venta era un castillo.
M.- Merece la pena, pensar en la cantidad de personas que piensan si la mediación “es una venta o un castillo”, para nosotros, un castillo, donde deben resguardarse cada una de las versiones, donde buscamos confidencialidad y reserva, donde acampar para negociar, pero 20, 30, 40 y mas piensan que no, que es una simple venta donde descansar de tanta lucha y más cuando sin merecer la pena porque no son mediadores, “apalean” nuestro trabajo, sin darse cuenta que eso nos fortalece, porque de las dificultades, florece la importancia de este método.
CAPITULO XVI
Una vez que ya hubieron entrado en la venta fueron atendidos por la mujer del ventero y la hija que le pusieron a Don Quijote una cama muy mal hecha. A Sancho le atendió la sirvienta, que le puso una cama peor todavía que la de Don Quijote.
Cuando hubieron acabado de curarles les dejaron ir a sus respectivas comas para descansar, pero en su misma habitación había otra persona, un Harriero, el cual había quedado por la noche con la sirvienta. De esta manera a la hora de la cita entraba la sirvienta a la habitación y Don Quijote creyéndose que era una hermosa dama la cogió de las manos y la comenzó a alabar (según palabras de Cervantes la mujer era enormemente fea). Al poco rato escuchó esto el Harriero y sigilosamente se acerco a Don Quijote y comenzó a darle golpes en la espalda. La cama al no ser de muy buena calidad se cayó y produjo un ruido que despertó al ventero, que pensó que era la criada que había hecho una de las suyas. La criada se escondió en la cama de Sancho con la mala fortuna de que este comenzó a pegarla, al ver esto el Harriero y el ventero comenzaron a pegar a Sancho. Un cuadrillero que estaba durmiendo en una habitación cercana se despertó con todos estos ruidos y se acerco para ver que sucedía, al ver a Don Quijote tumbado en el suelo y con sangre en la espalda se lo dijo rápidamente a todos los que en esa habitación se encontraban.
Todos dejaron de golpearse mutuamente y se fueron de la habitación que dando allí Don Quijote, Sancho y el cuadrillero que fue a buscar un candil para ver mejor dentro de la habitación.
M.- Un magnifico capítulo para reflexionar sobre “las curas de heridas y nuevos golpes”. Golpearse mutuamente, me lleva a pensar en esos momentos en lo que uno no escucha, solo habla. En esos momentos que como en el Quijote, un mal entendido puede llevar a la quiebra, sea por una infidelidad, o simplemente porque ejerciendo el poder, “un empleado tiene menos credibilidad”, no se dejan explicar. Es muy común atender casos en los que nuestro trabajo consiste en una escucha activa, que haga que no solo hablen, sino que se entiendan aunque no compartan.
Pura lectura de libros de “caballería”
CAPITULO XVII
Don Quijote y Sancho en cuando notaron la tranquilidad comenzaron a preguntarse mutuamente que tal se encontraban. Don Quijote comenzó a hablar sobre lo que había ocurrido creyéndose que era la hermosa hija del ventero la que se había acercado a él. Posteriormente se acercó el cuadrillero y le pregunto a Don Quijote que tal se encontraba, al responderle Don Quijote toscamente el cuadrillero le arrojo el candil sobre la cabeza, creyendo Don Quijote que el cuadrillero estaba encantado. Al momento Don Quijote le pidió a Sancho unos ingredientes para fabricar una poción mágica que le curaría totalmente de sus males físicos. Cuando dicha poción se encontraba realizada Don Quijote se la bebió produciéndole grandes arcadas y vómitos a su vez
Don Quijote pedía que le dejaran dormir en paz. Al despertarse Don Quijote este se creía que se encontraba curado del todo y así se lo hizo saber a Sancho. Sancho al observar el resultado también quiso beber de esa extraña poción, y también a él le produjo grandes arcadas y vómitos, solo que a Sancho no le produjo ningún efecto beneficioso. Don Quijote dijo que a Sancho no le podía hacer ningún efecto bueno ya que la poción solo era para caballeros y Sancho no era caballero.
A las 2 horas Don Quijote obligo a Sancho a irse de la venta. Pero mientras esto sucedía el ventero le recriminaba a Don Quijote que tenia que pagar su estancia en la venta, pero Don quijote se negó a pagar ya que aquello era un castillo y los caballeros en los castillos no deben pagar. El ventero al ver que Don Quijote no reaccionaba se lo dijo a Sancho pero este dijo que el escudero tampoco debía pagar. Al ver esto unos hombres que estaban en la venta comenzaron a manterar al pobre Sancho y le echaron una jarra de agua fría sobre la cabeza, al poco tiempo los hombres dejaron marchar al pobre Sancho de la venta y así proseguir su camino, pero eso sí se quedaron con sus alforjas.
M.- Cuantos encantamientos, produce la mediación. Una vez “regresada la cordura”, este método de gestión de conflictos necesita que las personas “saquen la basura de su mente” solo así podrán negociar, sacando fuera aquello que les impide ver más allá de su propia versión. Pero siempre, eso si querido Sancho, desde la profesionalización, no simplemente desde un método curativo “natural”. Hace falta una buena inversión económica y personal, para llegar a ser un buen “caballero andante”.
Si pagamos la estancia, estaremos apoyando la profesionalización de la mediación, si no, siempre viviremos de la voluntariedad
CAPÍTULO XVIII
En este capítulo, Sancho le recrimina a don Quijote que no han ganado ni una batalla, y que solo han recibido palos. El hidalgo sentía lo que le había ocurrido a su escudero Sancho, y le echaba la culpa de sus desgracias a los encantadores.
De repente, ven dos polvaredas que se levantan, una por cada lado del camino, don Quijote asume que son dos ejércitos enemigos que van a comenzar una batalla, y junto a sancho, se suben a una colina para ver mejor el supuesto enfrentamiento, una vez allí, Don Quijote comienza a describir la batalla, diciendo personajes famosos y las armas que lleva cada ejército. Cuando ya estaban algo más cerca, Sancho se percata de que el polvo procede de los rebaños de unos pastores, y avisa a Don Quijote, pero este, otra vez, le hace caso omiso, y le responde que el miedo turba los sentidos. Sin pensárselo mucho, embiste contra el rebaño, llevándose por delante varias ovejas. Los pastores, atónitos al ver semejante acción, le tiran piedras, lo desmotan de Rocinante y lo dan por muerto.
Tras la batalla, don Quijote le pide a Sancho que le mire la boca para ver cuántos dientes le faltan, este le hace caso, pero le da tanto asco, que le vomita encima, Sancho, algo decaído, maldice el día que conoció a don Quijote.
Por si fuera poco, se le habían olvidado las alforjas en la venta, así que no tenían nada para comer. Don Quijote, que ve a su escudero un algo decaído, trata de consolarlo dándole la opción de elegir la venta donde pasar la noche
M.- Seguimos pues con nuestras andanzas. Estas, algunas veces nos llevarán, una vez “abandonemos el castillo”, a como nos dice sancho, no “hayamos llegado a ningún acuerdo”, pero les echo la culpa a aquellos que piensan que la mediación es un método de resolución y no son conscientes que es un método de “gestión de conflictos”.
Por eso se levantan polvaredas alrededor de la misma y uno y otro ejercito en una “batalla de cualquier tipo” puede hacer que no seamos conscientes que no se trata de luchar contra la voluntad de quien no tiene actitud para buscar una salida. Por eso podemos salir mal de un proceso, desvalidos, casi muertos. Pero no es nuestro fin. Si subimos a la “colina” con él, veremos desde la perspectiva, que esa polvareda no es nuestra, son los intentos de solucionar problemas y no debemos buscar “ovejas” donde no las hay.
Si eso es así, muchos no querrán saber nada de la mediación.
CAPITULO XIX y XX
Sancho le comenta a Don Quijote que todas estas desventuras que están padeciendo son debidas a que Don Quijote había roto su juramento de no comer pan. Don Quijote le dice que tiene razón pero que él también tiene parte de culpa ya que no se lo había recordado.
De esta forma se hizo de noche y vieron a través del camino unas luces que se acercaban. Cuando ya se encontraban muy próximas Don Quijote les pregunto a los presentes, que de donde venían, entonces la mula de uno de ellos se asusto y tiro al suelo al hombre que la montaba y todos los demás huyeron. Don Quijote enojado apuntó con su lanza al hombre que se encontraba en el suelo y le volvió a preguntar que de donde venían. El hombre le dijo que era un religioso y lo que llevaban era un muerto.
Así Don Quijote llamó a Sancho, el cual aprovechando la oscuridad había estado robando algunos alimentos, para que ayudase a levantar al pobre religioso. Sancho a su vez presentó a Don Quijote como "El Caballero de la triste figura" y Sancho ante la curiosidad del monje del porque de ese nombre dijo que era porque no tenía muelas y porque la cara la tenia muy delgada de no haber comido en todo el día.
Así se despidieron del monje y se fueron a un prado a comer los alimentos que habían robado.
Después de haber puesto los restos de comida sobre los caballos comenzaron a caminar por el prado arriba guiados por el instinto, y que era muy de noche y la visibilidad era prácticamente nula.
Se oían grandes ruidos los cuales asuntaban a Sancho, y viendo esto Don Quijote le dijo a Sancho: yo soy quien ha de resucitar los de la tabla redonda, los 12 de Francia y los 9 de la fama; y mientras tanto los ruidos no cesaban.
Una vez dijo esto Don Quijote le dijo a Sancho que esperase ahí durante 3 días y que si en ese plazo no volvía que regresara a la aldea y le dijese a su amada Dulcinea que su amado caballero había muerto luchando en la oscuridad. Sancho al oír esto se puso a llorar y le dijo que no se marchara todavía y que esperase a mañana, pero al ver que Don Quijote no le hacia caso le ato las patas a Rocinante para que no pudiese cabalgar y Don Quijote al ver que su caballo no cabalgaba decidió esperar al día siguiente.
Durante esa noche Sancho comenzó a contar un cuento de un cabrero pero no lo pudo acabar debido al constante ruido que se oía.
Así paso la noche y ya al amanecer se ponen en camino de aquel enorme ruido, llegaron a unas peñas en donde encontraron unas casa mal hechas, Don Quijote se acercó y cuando se dio cuenta de lo que era ese ruido agacho la cabeza. Cuando Sancho lo vio se comenzó a reír.
Finalmente él capítulo termina con otra de las habituales discusiones entre Sancho y Don Quijote.
M.- Me apasionan estos dos capítulos, porque me evoca la cantidad de reuniones y reuniones, que mantenemos entre nosotros mismos y otros mediadores. Una y otra noche, uno y otro congreso, uno y y otre seminario, con mucho ruido, muchas intervenciones y que porque no, “nos hacen llorar”, para saber si escogimos el camino correcto al elegir la mediación como profesión y si no hemos “robado” alimento de otras profesiones.
Esas noches oscuras las hemos tenido todos, esas noches que nos sentimos solos y que casi siempre reconfortamos y validamos, nuestro acierto, cuando conseguimos que otros “caballeros andantes” existen a nuestro lado y que amamos a nuestras “dulcineas”.
CAPÍTULO XXI
Comenzó a llover un poco, así que decidieron cambiar el rumbo. En esto, don Quijote divisa a lo lejos a un hombre con un supuesto casco en la cabeza, brillaba tanto que parecía oro, el hidalgo le dice a su escudero que es el yelmo de Mambrino. Sancho le advierte de que quizá está sacando conclusiones precipitadas, y que puede armar una buena. Pero don Quijote, lo ignora completamente y arremete bruscamente contra el hombre, que en realidad era un barbero, por suerte, este reacciona a tiempo y esquiva el golpe bajándose de su asno, don Quijote le exige que le entregue el yelmo. El barbero, algo desconcertado, sale huyendo y deja a su paso el yelmo, que no era más que una simple bacía que se había puesto en la cabeza para resguardarse de la lluvia.
Una vez acabado este pequeño percance, don Quijote y Sancho comienzan a fantasear sobre su futuro como caballeros.
M.- ¿Cuántas veces no nos hacen caso? Yo diría muchas, no porque tengan que obedecer a lo que proponemos en el viaje por la mediación, sino porque, quizás cuando hay una negociación las personas prefieren pedir perdón a pedir permiso. Eso es atrevido, pero nos plantea la necesidad de “repensar” el futuro de la mediación. Un encuentro entre las partes, necesita de prudencia y que lo que creemos, no muchas veces es lo que és. Contar hasta diez es una gran virtud y de eso sabe mucho “Sancho”.
CAPÍTULO XXII
En este capítulo, don Quijote y Sancho Panza se encuentran en su camino a un grupo de malhechores encadenados junto a cuatro guardias, se trata de prisioneros del rey que se dirigen a las galeras. Don Quijote cree que está en su deber ayudarles si están allí en contra de su voluntad, y le pregunta a uno de los guardias qué delitos han cometido para merecer semejante castigo. El guardia le sugiere que se lo pregunte a los galeotes. Por lo que se acerca a ellos, y cada preso le cuenta la razón de porque va a las galeras. Don Quijote llega la conclusión de que los delitos de esos hombres no son suficientes como para castigarlos, así que le pide a los guardias que los liberen por las buenas. Al no obedecer, don Quijote arremete contra ellos, mientras los prisioneros se van soltando y le ayudan. Los guardias acaban huyendo y don Quijote les pide a los hombres que ahora lo único que deben hacer es presentarse ante Dulcinea y contarle la increíble hazaña que acababa de realizar. Pero Ginés de Pasamonte, el que parece ser el cabecilla, le dice que es imposible, pues tienen que huir de la Santa Hermandad y tener mucho cuidado de que no los vuelvan a coger. Entonces, don Quijote comienza a insultarle, pero Ginés y el resto no se quedan quietos y responden tirándole piedras. Finalmente, tanto don Quijote como Sancho Panza acaban malparados.
M.- En este capítulo, como estamos haciendo en toda esta ingeniosa obra, me gustaría hablaros de las mediaciones multipartes. Es muy conocido que cuando se trata de gestionar un conflicto en el que son variadas las partes involucradas en el mismo, es muy difícil, por no decir imposible, has el punto que tenemos que abandonar la mediación, poner en común distintas versiones, posiciones y sobre todo intereses. Eso hace que muchas veces, sin que sea lo ideal “liberemos las distintas versiones”. Eso supone que las partes no son conscientes que tienen que llegar a un acuerdo, con la sabiduría de que a buen seguro no le gustará el pacto al que llegan, pero como en una “tarta” solo es posible si cada uno “come de la misma” solo un trozo, aunque le gustaría tener el todo.
Si no es posible, ocurre que quienes salen “apaleados” pueden ser el mensajero, el mediador, el canal de comunicación. Cuenten lo que hacemos, pero que solo es posible gestionarlo si están dispuestos a soltar ataduras, para ir por un mismo camino, no por diversos, porque ello llevará a la imposibilidad de mediar
CAPITULO XXIII
En este capítulo se nos narra como Don Quijote y Sancho se refugian en Sierra Morena para así huir de la santa hermandad que les perseguían.
Mientras estaban Don Quijote y Sancho durmiendo se acercó allí uno de los galeotes que habían escapado en el capítulo anterior y le robó a Sancho su asno para mas tarde venderlo y sacar así algún dinero, ya que, por el caballo de Don Quijote, Rocinante, no ganaría ni una sola moneda.
Después de que Don Quijote hubiera consolado al pobre Sancho prometiéndole que le conseguiría cinco asnos mas, ambos personajes comenzaron a andar por esa angosta sierra en busca de nuevas aventuras. Poco después de este desafortunado incidente se toparon Don Quijote y Sancho con un cojín y una maleta, la cual tenia varias comisas, un librillo y una bolsa con un montoncito de escudos de oro.
Don Quijote al leer el librillo se interesó por saber quien podría ser el dueño a sí que él y Sancho se dispusieron a buscarle a traves de esa angosta sierra. Al cabo de un considerable tiempo encontraron a un cabrero que les contó todo lo que sabia sobre ese misterioso personaje.
Este cabrero les contó que este era un hombre loco por momentos, ya que en ocasiones se comportaba de forma muy caballerosa y cortes y en otras ocasiones se comportaba de una forma muy brutal y loca. El cabrero había acordado junto con unos amigos el llevar a este peculiar personaje a la villa de Almodovar para que le pudieran curar y también para que tanto el cabrero como Don Quijote se pudiesen informar de quien era ese misterioso hombre.
M.- Quizás nos tachen de locos, pero una mediación es un verdadero proceso de aprendizaje, que hace que técnicas y habilidades, que le hemos enseñado a lo largo del proceso, los mediados, luego las hagan suyas, de tal manera que la hagan en sus venideros conflictos que vivan. Eso es normal, pero también lo es, que sean conscientes de lo angosto y complicado que es transitar por un problema, y aunque seamos altruistas a la hora de “educarles” en un proceso, lo que hará que quizás no vuelvan más a nuestro estudio, les haga partícipes “de quien es eso que aprendieron”, ese misterioso hombre o mujer que un día les ayudó por el camino y que les enseño la alquimia de la mediación
CAPITULO XXIV
Cardenio, que así se llamaba el hombre loco que vivía en Sierra Morena, estaba muy agradecido por la ayuda que en un principio le querían dar los tres personajes anteriormente nombrados y a cambio de estas, supuestas, ayudas les comenzó a contar una historia.
Cardenio pertenecía a una familia rica y estaba enamorada de Luscinda hija también de otra familia rica. Cuando Cardenio había conseguido el consentimiento del padre de Luscinda para casarse con ella, el padre le comunico que tenia que irse a la casa del Duque Don Ricardo. Cardenio
mantenía una gran amistad con el hijo del Duque Don Ricardo con el cual tenia una confianza absoluta. En una de las cartas que la
amada le manda a Cardenio le pide que le envíe el Amadis de Gaula, al oír Don Quijote el nombre de este peculiar libro comenzó a relatar historias de este libro y de otros que él consideraba interesantes. Tras este peculiar paron Cardenio continuo contando su historia y llegó un momento en el que se puso a hablar de la reina Madasima, Don Quijote tras oír esto Don Quijote le comenzó a tratar como un loco y como un mentiroso. Cardenio al ver la actitud de Don
Quijote le tiro un guijarro que había junto a él, Sancho y Cardenio sufrieron el mismo ataque que Don Quijote.
M.- rememora este capítulo, los distintos avatares que sufrimos en un proceso de mediación. Buscamos la escucha activa, es decir que no solo oigan los mensajes que se lanzan, sino que los comprendan, aunque no los compartan. Tal es así que las partes al hablar, exponen y exponen, pero no están dispuesto a escuchar lo que tiene que decir la otra. Elo muchas veces termina con “guijarros” verbales, que someten a discusión, lo que podría ser un debate, a lo que debemos tender los profesionales: que discutan las palabras, pero que no se peleen las personas.
CAPITULO XXV
Cuando Don Quijote y Sancho se estaban adentrando en la sierra Sancho le dijo a Don Quijote que se quería volver a casa y que estaba harto de las aventuras y andanzas de Don Quijote. También le dijo que no entendía por que
quería encontrar a Cardenio ya que este no iba a continuar contando la historia que había comenzado. Don Quijote le dijo que debía impedir que alguien tan loco como Cardenio fuese diciendo mentiras de una reina tan y honrada como
Madasima.
Mientras tanto llegaron a un lugar donde Don Quijote se detuvo para hacer penitencia, imitando así a Amadis de Gaula, de esta forma comenzó a gritar en lo alto de una montaña diciendo que estaba haciendo penitencia por su
amada Dulcinea del Toboso.
Tras haber acabado la penitencia Don Quijote le dice a Sancho que tiene que ir a pasar 3 días con Dulcinea y en esos días le tiene que contar todo lo que había
hecho Don Quijote en honor de Dulcinea, y que además le tenia que llevar una carta a Dulcinea departe de Don Quijote. Sancho le pregunta que quien era Dulcinea del Toboso y Don Quijote le dice que su verdadero nombre es
Aldanza Lorenzo.
Sancho al oír este nombre comienza a hablar mal de ella y se enzarza en una pequeña pelea con Don Quijote. Acabado esto Don Quijote comienza a escribir la carta que le mandaría a su amada y tras leerla se la entrega a Sancho
para que monte encima de Rocinante y se la lleve.
M.- Cuantas veces habremos sentido que desean abandonar el proceso iniciado. Unas por no darse cuenta de todos los avances realizados; otras por no ser conscientes que tienen que “hablar bien” como nos muestra Don Quijote. No es momento de añoranzas, pero si de futuro. Por eso no es la primera vez tampoco, querido lector, que en más de una ocasión, pido a mis mediados, que me escriban una “carta” que me envíen un mail, donde muestren sus inquietudes, sus necesidades, sus sueños. En definitiva, es un paréntesis, para que me muestren sus verdaderos intereses. Escribirlos les hace ser conscientes de lo verdaderamente importante
CAPITULO XXVI
Cuando se marchó Sancho Don Quijote se encontró solo y sin saber que hacer y entonces decidió imitar al Amadis de Gaula en sus todos y actitudes
melancólicas, tras esto comienza a alabar al Amadis de Gaula y que sea imitado por todos en cuanto pudiesen.
Tras rezar un millón de avemarías nos comienza a relatar una poesía
en la cual nos describe el paisaje en el que se encuentra. Al no tener nada de que sustentarse comienza a buscar algunas de hierbas para poder mantenerse. Entonces Cervantes pasa a contarnos lo que le sucedía a Sancho.
Al llegar Sancho a la venta ve salir de allí al cura y al barbero que al reconocerle le preguntan por su amo, Sancho le comienza a relatar todo lo que les había
sucedido incluyendo la carta que llevaba encima. Cuando el cura y el barbero le piden la carta para leerla Sancho se da cuenta que no la encuentra y comienza a recordar que trataba. Los dos hombres al darse cuenta de que la carta no-tenia sentido alguno se comenzaron a reír de la poca memoria que tenia el pobre de Sancho que no se acordaba de lo que iba la carta. Mas tarde le ofrecieron algo de comida y decidieron ir a buscar a Don Quijote par llevarle con su amada Dulcinea del Toboso.
M.- La soledad. Muchas veces esta es la palabra que nos define ante un conflicto. Tenemos horas y horas de preparación: que preguntar, en que momentos, como hacerlo, que será necesario conocer para plantear una buena estrategia. Son miles de dudas las que nos surgen cuando gestionamos un conflicto.
Es más, profesiones de hondo calado en antigüedad, se “rien” de que seamos capaces de llevar a buen puerto lo que venimos pensando, ¿saben por qué?, porque “curas” y “barberos” dicen que ellos siempre han sido mediadores
CAPITULO XXVII
Se vistieron el cura, el barbero y Sancho con ropa apropiada para ir a buscar a Don Quijote y contarle que dulcinea le enviaba un mensaje hablado en el cual requería su presencia ante ella. Sancho fue a buscar a Don Quijote mientras
el cura y el barbero les esperaban.
Mientras estaban esperando noticias de Sancho y Don Quijote escucharon como Cardenio se acercaba a ellos y al ver que el cura y el barbero conocían el principio de su historia decidió contársela de nuevo hasta el final, que
dice así:
Repitió la historia hasta que comenzó a decir que Don Fernando había separado de Luscinda al pobre de Cardenio, al poco tiempo recibió una carta de Luscinda en la cual decía que su padre había acordado con Don Fernando el próximo casamiento de Luscinda con este. Al oír esto Cardenio se apresuro en irse junto a su amada para hablar con ella antes de la boda. Luscinda acordó que si no conseguía anular la boda antes de "sí quiero" se mataría con una daga que llegaba escondida. Cuando Cardenio aprecio como su amada pronunciaba el "sí quiero" sin hacer nada para evitarlo decidió refugiarse en esos montes para allí pasar el resto de su vida.
Cuando Cardenio acabo de contar esto se oyó una voz que lloraba también penas de amores.
M.- Y así termina este capítulo…con “las penas de amores”. No me gustaría decir querido lector, que es común en todos los conflictos, pero si, sin duda. Amores personales (emociones), amores por los proyectos inacabados (empresas) o amores “furtivos” por el dinero, herencias. Pero en todos ellos, conflictos que tratamos, existe ese destierro de si no se evita, se refugia uno en el olvido de un familiar, de un amigo, que mediante la mediación podría haber evitado, si hubieran dado el “si quiero” a nuestra forma de trabajar.
LOS DOS CAPÍTULOS ANTERIORES LOS PUEDES VER EN:
https://javieralessioli.blogspot.com/2022/06/don-quijote-de-la-mancha-resumen.html
https://javieralessioli.blogspot.com/2022/06/2-capitulo-de-don-quijote-de-la-mancha_27.html