LA
CAJA DE HERRAMIENTAS DEL MEDIADOR ante la pandemia
AÑO
2020.
Para los amantes de la
mediación es básico contar con una completa caja de herramientas que les
permita realizar con éxito las diferentes tareas. Por eso, como Director del
Foro Internacional de Mediadores Profesionales, he coordinado una lista con los
elementos básicos e imprescindibles en toda caja de herramientas que se precie
y que todos debemos tener en nuestros estudios. Y por qué no, para que sea
utilizado en distintas escuelas y cursos de formación.
A grandes rasgos, una completa
caja de herramientas para el bricolaje de los “sentimientos” con las que
atender el conflicto a reparar se compone de numerosos utensilios cada uno de
los cuales abarca diferentes tipos de intervención y una utilidad específica.
Vamos a enumerarlos y con ello ver la similitud con nuestro trabajo de
INTERVENCIÓN EN LA GESTIÓN DE LOS CONFLICTOS:
Me gustaría que me ayudarais a
“enseñar” estos utensilios, desde PUERTO RICO, CHILE, BRASIL, PERÚ, URUGUAY,
MEXICO, PORTUGAL, ARGENTINA, ESPAÑA, BOLIVIA, COSTA RICA, SUIZA, ITALIA Y
ESTADOS UNIDOS:
EL
PEGAMENTO.- Por Javier Alés (ESPAÑA)
Siempre me viene a la mente
ese dicho que nunca entendí de “más vale un mal acuerdo, que un buen pleito”…
¿de verdad existe buenos pleitos y malos acuerdos?. Los mediadores creemos que
no.
Por eso una de las imágenes
que me viene a la cabeza cuando pienso en el papel de la mediación es a alguien
aplicando un pegamento especial que, por arte de magia, consigue unir los
trozos, ese pegamento que todos buscamos en casa cada vez que se rompe algo,
ese pegamento que de gran calidad tiene un carpintero.
No necesariamente una relación
rota. Ni puede ni, seguramente, debe “pegarse”. Pero desde el punto de vista de
un mediador, este actúa sobre todo en la reconstrucción de un mínimo nivel de
confianza, que es lo que realmente se ha roto y, gracias a esto, hace posible
que se aprecie la posibilidad de construir un nuevo tipo de relación
Dándole vueltas a la analogía
se me ocurrió bucear en Internet y comparar las pautas de utilización de un
pegamento
CUAL SERÍA ESE UN MANUAL DE
INSTRUCCIONES:
1.- Leer con atención las
instrucciones de uso para lograr un buen resultado. Desde luego, la mediación
necesita de instrucciones de uso. Es importante explicar, y asegurarse de que
se entiende, el proceso de mediación y su objetivo, recalcar la necesidad de
compromiso por las partes, definir el papel del mediador, los límites y las
expectativas de lo que se puede lograr. Al comienzo de cada mediación deberían
entregarse a los interesados las correspondientes “instrucciones de uso” para
asegurar el éxito.
2.- Limpie cuidadosamente las
superficies a pegar, ya que la presencia de polvo, agua o grasa reducirá el
poder del adhesivo o peor aún, impedirá directamente el pegado. Antes de mediar
conviene que la situación se “limpie”. Que las partes tengan la oportunidad de
limar asperezas, que encuentren un espacio en que sean escuchadas. En muchas
ocasiones, el conflicto se produce por causas relacionadas con la comunicación.
El mediador debe crear el espacio adecuado para que la comunicación se
produzca, evitando agentes externos que interfieren el diálogo. Un agente
externo puede ser la actitud agresiva de una de las partes en su forma de
comunicarse, la interferencia de terceros, la incapacidad de mostrar los
verdaderos intereses…
3.- Si puede, utilice algún
tipo de elemento para mantener las superficies unidas hasta que el pegamento
seque por completo. Aplicar las técnicas de mediación suavemente pero con
firmeza. El mediador “ofrece esa unión” en el sentido de desarrollar un proceso
suficiente y eficiente, con el tiempo adecuado y la actitud correcta. A veces,
debe tener una actitud más directiva y otras limitarse a ser espectador pero
siempre debe hacerlo conscientemente y con visión estratégica
4.- Evitar el contacto del
pegamento o adhesivo con la piel. Los mediadores suelen ser como
martillos que ven clavos por todas partes. Debemos tener una visión objetiva,
no apreciar conflictos que no existen o que son insignificantes y, en todo
caso, mantener la parte “sana” de la relación alejada del conflicto.
5.- Coloque la cantidad
necesario que se recomienda, el exceso de pegamento no significa mayor
adherencia. Mediar en su justa medida, no excederse, ni en tiempo ni en
esfuerzo. Aceptar que la mediación no funciona en todas las ocasiones, por
mucho que nos apliquemos. Que las partes lleguen al acuerdo depende,
fundamentalmente, de ellas mismas.
6.- Alejarlos del alcance de
lo niños. Muchos de ellos pueden contener sustancias muy tóxicas, tanto al ser
inhaladas como al ser ingeridas. Los niños solo pueden utilizar los pegamentos
infantiles. A cada edad y para cada persona, un estilo de mediación. En
conflictos familiares, no siempre implicar en el proceso de mediación a los
menores ayudará a resolver mejor la situación. Hay que ser cautos y, en todo
caso, adaptar la mediación a la situación y al contexto de las partes. Pensemos
siempre en el INTERES SUPERIOR DEL MENOR
7.- Siempre que realice una
tarea de reparación con pegamentos y que fuera posible, hágalo al aire libre,
para no correr el riesgo de intoxicación por inhalación. Crear un espacio de mediación,
alejado del contexto del conflicto. Muchas veces que las partes dialoguen fuera
de su entorno habitual ya significa un gran avance. El contexto del conflicto
puede ser tóxico
8.- También tenga la
precaución de trabajar alejado de fuentes de calor, ya que muchos elementos que
componen éstos pegamentos son altamente inflamables. Cuidado
con las explosiones emocionales. Pueden aparecer en cualquier momento y el
mediador adquiere la responsabilidad de saber reducirlas, contenerlas o
dejarlas que se produzcan en función del desarrollo de la mediación. Una
emoción negativa incontrolada es contagiosa e inflamable y el mayor enemigo del
diálogo.
Y 9.- No se deben utilizar
para rellenar huecos o grietas, esa no es la función para la cual han sido
creados, ya que al secarse, se expanden. La mediación no debería ser el remedio
para todas las situaciones. No es útil para poner parches a un conflicto, ni
para llegar a soluciones de compromiso cuando lo que se requiere son acciones
de mayor calado.
LA
ESCUADRA.- Por Vero Bianchi (PUERTO RICO)
La escuadra es una herramienta
formada por dos piezas unidas por los extremos y se utiliza para comprobar que
dos líneas son perfectamente perpendiculares entre sí, o para trazar líneas perpendiculares.
Por lo tanto podríamos decir, que con esta herramienta podemos establece el
punto justo de intersección entre dos líneas que se encuentran en algún
momento, que ese encuentro las transforma en perpendiculares, naciendo entre
ambas, un ángulo recto.
Este punto de intersección que
la escuadra crea, en mediación es el punto de encuentro ofrecido por el
mediador, que propone pasar de la confrontación a la colaboración en la gestión
de los problemas.
En este sentido, el mediador
acompaña a las partes en ese momento en el que se encuentran unidas por el
conflicto y como con la escuadra, procura establecer una relación para abordar
colaborativamente la gestión del problema que las convoca, invitando a los
verdaderos protagonistas a explorar sus intereses, dar nacimiento a ideas de
mutuo beneficio para aquellos comunes y diferentes y/o soluciones que resulten
equitativas para cuando los intereses sean opuestos, evaluando luego viabilidad
y conveniencia de las opciones y las alternativas, para la toma de decisiones
fundadas.
Las partes en mediación, por
lo tanto, tienen el mismo potencial que las líneas perpendiculares. Las líneas
necesitan encontrarse para ser perpendiculares y en ese encuentro crean un
ángulo recto, si usamos la escuadra. Las partes se transforman en los actores
principales y protagonistas de la gestión de sus conflictos en un espacio
colaborativo como el propuesto por la Mediación, con el objetivo de tomar la
mejor decisión, que será la que genere con mas hondura la satisfacción de sus
intereses primordiales, como las perpendiculares generan, el perfecto ángulo
recto.
LOS
ALICATES.- Por Narda Bernal (MEXICO)
Los alicates herramientas con
una historia increíble, de uso muy variado acorde a la gran cantidad de tipos
existentes. Así como sirven para “retirar” recubrimientos como el cable o para
sujetar desde objetos muy pequeños, así los hay también para modificar la forma
de un objeto; los hay desde “universales” hasta los más elaborados como los
alicates taladradores y los alicates de presión. Sin duda una herramienta
versátil que no debe faltar en la caja que hoy estamos equipando.
Me encantan los alicates como
esa herramienta que permitirá ir retirando el “recubrimiento” de la historia,
que favorecerá a descubrir lo que hay en el interior de la narrativa; con el
alicate se retira “esa parte” que deja al descubierto cada detalle, cada
emoción; se usa con cuidado, porque es una herramienta excelente que debe estar
en las mejores manos, para “no cortar de más” para no romper el frágil cable
que puede estar ahí en el interior, para descubrir qué con uno “especial” como
el alicate de punta redonda, para hacer cadenas y unir, así el mediador utiliza
su herramientas para descubrir aquellos interés comunes que suman como cada
eslabón de la cadena; como esa herramienta versátil que es requiere ahora dar
espacio a otra herramienta más que en su conjunto permitan “Construir”, porque
todas están ahí en la caja para un propósito común: facilitar una tarea, así el
mediador, facilita el diálogo y la construcción de acuerdos.
LA
LIMA.- Por Alicia Millán (ARGENTINA)
Todo carpintero que se precie
incluye en su caja de herramientas limas y escofinas dado que son elementos
básicos para ejercer su oficio.
Con ellas puede raspar
maderas, metales o plásticos. Las hay de muy diversos tamaños y de distintos
tipos, a saber: planas, de media caña, cuadradas, triangulares y hasta
redondas. Si bien es cierto que son similares, las escofinas cuentan con
dientes más gruesos, lo que permite “barrer” o quitar mayor cantidad de
material. Por tal motivo las limas, que tienen dientes más pequeños, se emplean
para la fase final de los trabajos con el objeto de tratar a las superficies de
manera más delicada. Encuentro clara analogía entre la finalidad de limas y
escofinas y el propósito de la técnica del parafraseo, herramienta esta última
que siempre está disponible en la caja de instrumentos de mediadoras y
mediadores.
Paráfrasis proviene del griego
“Paraphrasis” que significa “junto a una expresión”. Así como el carpintero
emplea escofinas y limas para afinar los materiales con que trabaja, los
mediadores y mediadoras utilizamos el parafraseo para suavizar o aun eliminar
las asperezas de los argumentos de los participantes sin modificar su esencia.
Del mismo modo limas y
escofinas no alteran la naturaleza o composición del material que pulen. De las
distintas categorías de parafraseos, los operadores de paz seleccionamos la
constructiva, que ofrece la posibilidad de reelaborar los dichos de las partes
conservando su alcance, aunque neutralizando su carga agresiva u ofensiva,
fruto de la emoción que los embarga durante su propia argumentación.
Estoy convencida que podemos
emplear limas y escofinas, léase parafraseo, porque los terceros neutrales, en
mi opinión, no trabajamos con los conflictos sino con la narrativa que de ellos
traen los participantes al proceso de mediación. Ergo emplearemos la escofina
cuando la paráfrasis sea muy general privilegiando la idea central del relato
de la parte parafraseada, A contrario sensu recurriremos a la lima cuando
realicemos un parafraseo en extremo minucioso que abarque detalladamente, la
historia que el mediado-a trae a la mesa del – carpintero- mejor dicho del
mediador-a.
LA
TALADRADORA.- Por Carmina Gilmore (CHILE)
TALADRADORA / TALADRO
El taladro (en chileno) me
hace ser la "taladradora" en las mediaciones: ¿Qué me permite el
taladro en las conversaciones difíciles? Cuando alguien necesita un taladro,
generalmente es para hacer agujeros en una pared dura o de cuidado. Ese agujero
debe ser bien hecho y con precisión, ya que, como dijimos, se trata de una
pared especial, delicada. Dependiendo de la presión que usemos, podremos tener
agujeros firmes o...que dejen trizaduras grandes y largas a través de toda la
pared.
Cuando las personas llegan a
mediación, traen dolores. Han pasado por caminos de soluciones intentadas para
poder resolver el problema y como no han podido, llegan al punto de necesitar a
otro, un tercero, que los acompañe en esto importante. El dolor, del intento
fallido y la frustración que conlleva, hace que las paredes de sus almas se
hayan resquebrajado, o endurecido. Hay que tener cuidado en cómo se entra en la
historia de esas personas para no quebrar más.
En los diálogos, el lenguaje crea realidades, y dependiendo de las
palabras que usemos, como taladradores, serán los agujeros que crearemos. ¡Mi
taladreo tiene potencia...y mucha!
En las mediaciones, mientras
más cerrada esté la persona, más cuidado tengo que colocar en el uso de mis
palabras, de mi lenguaje no verbal, de mi empatía, de mi escucha atenta. Todo
esto será fundamental para saber cómo voy "taladrando" las capas de
las paredes de esa persona, para poder "afinar" la confianza entre
ambos, el clima, el ambiente y con ello, poder entrar en la historia.
Todo el tiempo tengo que estar
concentrada para que, cada vez que "taladro", vea cómo va resistiendo
esa pared, qué va abriendo, hasta dónde puedo y debo llegar. No se trata del
agujero que quiera hacer para el cuadro que quiera colgar en esa pared, es una
interacción: de afuera yo puedo pensar o querer hacer algo, pero con el
taladro, la pared y yo nos vamos comunicando, nos vamos conociendo. La pared me
muestra de qué está hecha y qué hay detrás de esas capas de cemento, y yo, con
el motor encendido voy viendo y regulando la intensidad de lo que abre.
Como pueden ver, se puede
tener el mejor taladro del mundo, el más grande y rápido...pero siempre,
SIEMPRE, se tratará de la pared y de cómo esté hecha. Al final, el taladro sólo
sirve, tiene sentido, cuando está frente a lo que puede abrir.
LAS
TIJERAS.- Por Cinthia Romano, (SUIZA).
Esta herramienta utilizada por
sastres, cirujanos, peluqueros, jardineros, cocineros, maestros y otras tantas
profesiones y que sirve para delimitar, definir, dividir y separar partes de un
todo como una tela, un papel, los cabellos, las plantas, etcétera, se revela
como un útil creativo para un mediador.
Como las tijeras que cortan el
cordón umbilical de un niño al nacer y que lo separan del cuerpo de su madre
simbolizando el comienzo de una vida nueva, donde madre e hijo van a aprender a
relacionarse de una manera diferente, el uso de las tijeras en mediación
simboliza también un nuevo comienzo en la vida de los mediados, sobre todo si
tienen hijos en común. Si normalmente cuando utilizamos las tijeras debemos
tener cuidado de cortar con precisión, por la línea demarcada, en mediación las
tijeras van a servir para cortar con el pasado y también para cortar el nuevo
molde en las vidas de los mediados. Cortar con el pasado para ordenar el
presente y poder visualizar un futuro.
En una mediación de división
de la sociedad conyugal por ejemplo, el proceso de división de los bienes
gananciales nunca es tarea fácil, sobre todo cuando esa división es la última
etapa que marca el fin de una relación. Fin que se asocia, la mayoría de las
veces, a un fracaso personal.
Una ruptura no es una cuestión
jurídica, sino emocional. Cortar no es fácil, como tampoco lo será unir los
pedazos después de terminar una relación. Pero los cortes consensuados y
precisos ayudarán en el proceso de reconstrucción y sanación posterior. La
colaboración mutua de los mediados es importante para que comiencen a discutir
el acuerdo y se apropien de él y, en este proceso, comenzar a sanar del
sufrimiento que el fin de la relación les pudo provocar. Y es en ese proceso
creativo de cortar que desplegamos nuestra capacidad como mediadores para
acompañar a los mediados y facilitar las bases para el entendimiento e,
inclusive, alentarlos a «salirse del molde » para construir su propio acuerdo «
a medida ».
Cortar para sanar… Cortar para
construir y comprometerse… Cortar para liberarse y recomenzar.
LA
MASCARILLA.- Por Gladys Dalsaso (COSTA RICA)
La función principal de la
“mascarilla” es “aislarnos” del medio ambiente, en dos sentidos, protegernos de
recibir algún contagio del exterior y a la vez evitar que podamos contagiar a
otros. Al principio, son incómodas, pero con el tiempo, nos acostumbramos, y se
tornan un hábito. Podemos encontrarlas de tela, plástico, desechables,
lavables, con filtro y sin filtro, dependiendo si son para intervenciones médicas,
cirugías, atenciones odontológicas, trabajos peligrosos o protegernos de un
virus. Recientemente, como consecuencia de la aparición del virus covit19, el
uso de la mascarilla se generalizó, e inclusive su uso es obligatorio en muchos
países para salir a las calles. Esto provocó su escasez y aumento considerable
en los precios.
La “mascarilla” como
herramienta en los procesos de mediación también es indispensable y aunque
puedan tornarse escasas, debemos adquirir una al precio que sea antes de
iniciar nuestra intervención como mediadores. Estas mascarillas se conocen como
los principios de “neutralidad e imparcialidad”. Nuestras propias opiniones,
emociones, sentimientos y preferencias deben de quedar bien “aisladas” para “no
contaminarnos” con el conflicto y a la vez “no contagiar” o afectar a las
partes que esperan que seamos canales limpios para facilitar la comunicación.
La “mascarilla” nos ayuda a recordar que el conflicto es de las partes, que ellos
son los protagonistas y que tienen el derecho y la responsabilidad de tomar sus
propios acuerdos, si así lo desean y que nuestra función es facilitar esa
comunicación, sin parcializarnos o favorecer a alguna de ellas. Si nos quitamos
la mascarilla en algún momento o no la utilizamos podemos perder objetividad,
involucrarnos en un conflicto que no es nuestro, afectando nuestras emociones y
hasta nuestra salud y perjudicar o frustrar el proceso de mediación.
Siempre que
dispongo de tiempo ordeno mi caja de herramientas, indispensable accesorio que
no debe faltarle al buen mediador, y entre las cosas que llegó a mis manos fue
la cinta métrica.
De pronto me puse
a elaborar cuánto sirve esta simple cinta en nuestra actividad, si con ella
medimos en modo muy tenso, cuanta distancia separa a las partes, cuando llegan
a la sala de mediación y se ubican en el lugar que eligen, pues lo más
distantes posible, indiferentes, molestos, inflexibles, hasta que se da lugar
al inicio de la sesión.
Y te marco las
propiedades de esta cinta métrica, pues, podemos ir midiendo la flexibilidad en
los cambios, la cinta comienza a acomodarse de otro modo, menos tensa, cada vez
más dúctil, luego puedo medir la variabilidad de las emociones, ya que la
estabilidad de las emociones no es tal, las personas se mueven con un centro y las
relaciones tienen cambios y matices en la vida. No todo tiene la misma medida,
profundidad y tiempo.
Y en este tiempo
que nos toca vivir, con una cuarentena a nivel mundial, con la consigna de
quedarte en casa, para evitar males mayores, la cinta métrica me ayuda a
diario, ver la medida de mi relación en familia, ya que emocionalmente nos daña
este confinamiento, por tanto, utilizo esta valiosa herramienta de la caja de
mediador para flexibilizar cuando veo tensa la convivencia, para medir cuanto
me ha acercado a los míos esta pandemia, que me permite manifestar mi afecto, y
cariño, que no los medía con anterioridad, no sabía que estaban tan tensos, y
que con armonía pude lograr volver a guardar la cinta métrica para otra
oportunidad.
La “cinta aislante” es una de las cintas adhesivas imprescindibles
en la caja de herramientas de los profesionales de la mediación ya que sus
aplicaciones son numerosas.
En el sistema
desde el enfoque del mediador se aísla el conflicto evitando su ampliación a
terceros y aislando las causas se podrá comprenderlo.
Se piensa que
estando presente en multitud de hogares su utilizo sea dado por hecho, pero
siendo las aplicaciones de la cinta aislante múltiples, se tiene que saber
aplicarla en los distintos casos con artesanía (profesionalidad).
Se tiene que
saber manejar ya que cada vez nos enfrentamos a un distinto conflicto y saber
utilizarla para aislar, proteger y agrupar los cables- emociones de las partes,
así como saber decodificar los “colores”- estados de los mismos. La cinta
aislante es una cinta adhesiva como la figura del mediador que al mismo tiempo
aísla y tiene entre los objetivos que la parte adhieren a la construcción de un
dialogo.
Una vez que esté
fijada la cinta con el proceso de la mediación, sus especiales características,
ya que es un material flexible y aislante, permitirá a las partes resistir a
condiciones de temperaturas extremas, corrosión, humedad y altos voltajes.
Es importante
tener en cuenta el espesor de la cinta (participación directa de las partes
como protagonistas) ya que cuanto mayor sea mejor será su resistencia (duración
del acuerdo).
EL DESTORNILLADOR.- Por Gonzalo Fernández (BOLIVIA)
Entre todas las
herramientas de mano tan común, antigua y utilizada aparte del martillo, está
el destornillador. También es conocido como atornillador, desarmador,
desatornillador y destornillador. Como su mismo nombre lo dice, esta
herramienta es usada para aflojar y apretar tornillos, que necesiten poca
fuerza de presión y que generalmente son de pequeños diámetros.
Para el uso de
una herramienta, es necesario una situación que requiera su aplicación, por
tanto, las variables presentes para esa acción son:
· La situación
problema = conflicto
· Quien va
utilizar la herramienta = mediador
· La herramienta
= técnicas, estrategias y habilidades del mediador
· Como utilizar
la herramienta = Experiencia y actitud del mediador
Haciendo la
analogía entre el destornillador y una herramienta de la mediación, ésta sería
muy útil para regular la intensidad de las emociones con el reconocimiento, la
normalización y la escucha activa. Los mediados en el conflicto requieren ser
escuchados y legitimados, para lograr esto es necesario “apretar y aflojar” con
el parafraseo y la aclaración de las percepciones, es fundamental la actitud
del mediador para usar “la presión adecuada” con las preguntas y el diálogo.
La capacidad de
los mediados para resolver el conflicto y la complejidad de los temas a
negociar, requiere de un mediador cuyo rol va ser el de utilizar con pericia y
sabiduría cada herramienta. El destornillador es vital para armar y desarmar
piezas, para ajustarlas y desajustarlas, sin está herramienta quedaría trunco
el transformar una cosa en otra, en la mediación transformar el conflicto en
oportunidad precisa de los ajustes que mediante la comunicación verbal y no
verbal y la connotación positiva se destraben pautas que obstaculizan posibles
soluciones.
LA LLAVE INGLESA.- Por Leonel Groisman (URUGUAY)
Es una
herramienta de hierro, que tiene un círculo que permite agrandar o achicar el
diámetro al que se va a usar. Ese círculo con el tiempo suele aflojarse y es
difícil que vuelva a su lugar, por lo que si se quiere obtener un buen
resultado, es conveniente obtener una de buena calidad. Eso nos asegura
resultados a largo plazo.
Aunque nadie sabe
si verdaderamente es de origen inglés, la “llave inglesa” es mundialmente
utilizada. Tiene varios usos, pero el más común es el de apretar o des apretar
tuercas y caños, principalmente para la instalación de calefones y cañería.
En ese sentido es
sumamente versátil por su capacidad de adaptación a diferentes anchos de
cañería. Puede ser útil para las más anchas como para las más delgadas. Eso le
permite ser la herramienta preferida por sanitarios e instaladores de
calefones. Un mínimo movimiento la convierte de una llave grande a una pequeña
y viceversa, pasando por todas las pulgadas intermedias.
Para ellos, según
comentan, es como tener varias llaves a la vez, y señalan que usan el número de
pulgadas para determinar el ancho que abarcan.
EL SERRUCHO/EL CUTER.- Por Teresa Barreto (PORTUGAL)
Na caixa de
ferramentas do mediador não pode faltar uma boa serra de carpinteiro (el
serrucho), nem um x-acto (el cúter), instrumentos técnicos essenciais para
trabalhar a matéria prima trazida pelos mediados. O mediador é um artesão, um
artista plástico, um modelador da matéria prima com a qual os mediados
definirão o seu futuro.
As sessões de
mediação são o atelier onde de uma amálgama de emoções, de frustrações e de
interrogações que os mediados trazem consigo, o mediador vai tecendo o diálogo
entre eles, orientando-os a trabalhar as suas expectativas, moldando as
narrativas por vezes carregadas de mágoas, tantas vezes violentas e fortes como
pedras. É nesses momentos que o mediador, qual escultor de caminhos e
construtor de pontes, recorre à sua caixa de ferramentas para de imediato
levá-los a um diálogo distinto e mais objectivo. Usando a sua serra de
carpinteiro, o mediador corta aquela forma de comunicação inviável, como um
jardineiro que, para fazer crescer a sua árvore de forma saudável tem de podar
alguns ramos.
O mediador tem de
ser intuitivo na sua escuta e assertivo na escolha da ferramenta eficaz para
cortar de vez aquilo que desvia os seus mediados do trilho, da comunicação e da
procura das soluções que aspiram. A serra é assim o instrumento eficaz que
elimina todas as formas de comunicação violenta que podem comprometer
definitivamente o trabalhar da matéria prima, tornando-a demasiado dura e
ofensiva, impossibilitando-os de moldar um caminho em busca de uma solução de
paz.
O mediador é o
artista plástico, o artesão que escuta as partes e reformula o que dizem, clarificando
narrativas, buscando na matéria-prima que vão agregando, anseios e
expectativas, fazendo-os trilhar caminhos novos, encontrando com precisão
aquilo que procuram. É aqui que tantas vezes o mediador necessita de um
instrumento de precisão, um x-acto definindo com rigor o que expressam (el
cúter). Utiliza-o para clarificar o que dizem, para parafrasear as suas
narrativas, para reenquadrar afirmações ou reformular positivamente o que
escuta de modo a construir e moldar a matéria prima com a definição e a textura
que procuram para o resultado que desejam.
LA LLAVE ALLEN.- Por Douglas
Witten (ESTADOS UNIDOS)
Típicamente es un instrumento pequeño y sencillo, el cual se puede
encontrar tanto en la caja de herramientas del carpintero como en los numerosos
kits de bricolaje. La llave tiende a existir en una variedad de tamaños y
normalmente consiste en una varilla de acero curvada en forma de la letra “L”.
Agarra la herramienta y la gira por la palanquita larga, así creando un par de
torsión, con fuerza sorprendente en la palanquita más pequeña.
También podemos usar una llave Allen en varias maneras. En primer
lugar, debe identificar el tamaño correcto entre las opciones múltiples. Solo
uno sirve, y el resto quedan demasiado grandes o pequeños. Si uno no encaja,
pues hay que intentar el siguiente. Además, debería asegurarse que los
tornillos o pernos cuentan con hueca hexagonal, por supuesto, para que utilice
la llave correcta. Si no, la herramienta no le sirve. Y si necesita que la
llave alcance en un rincón escondido, incluso podría invertir la llave y torcer
desde la palanquita larga.
Pero en el momento que encuentre la llave Allen que queda bien
para el trabajo – como cuando el mediador o la mediadora identifica el punto
caliente, o la situación conflictiva en una medicación o conflicto – un
esfuerzo relativamente liviano, en combinación con la magia del par de torsión
y la elección del tamaño ceñido, permite que el operador aplique una presión
adecuada para llegar al arreglo que se necesita.
EL
MARTILLO.- Por Renata Fabiana (BRASIL)
En la
mitología nórdica, el martillo es la herramienta del dios Thor (dios del trueno
y protector de los agricultores).
El martillo de Thor era un símbolo de fuerza,
buena suerte y protección de los mortales. El mediador para el desarrollo de su
tarea funciona como un agente protector del procedimiento.
Para este rol de protección es necesário
acercarse a las partes y les facilitar el diálogo y para esto la persistencia
en estos propositos es fundamental. Las palabras
empleadas y la comunicación non-verbal son los martillos del mediador y
deben ser empleados con la precisión, fuerza e insistencia adecuadas para
la protección del procedimiento y la construcción de la solución del
conflicto.
Es difícil decir que un martillo nos pueda ayudar en un proceso de
gestión de un conflicto, pero me atrevo a proponer el “acierto” cuando estamos
explorando los sentimientos de las personas que tienen el conflicto y como
tenemos que insistir “martilleando una vez y otra” en lo que verdaderamente va a
conseguir co-construir su solución. Necesitamos “dar un golpe certero” para que
no se desvie.
Existe además el “Martillo de orejas”. Este martillo tiene una
doble utilidad: además de su uso convencional para golpear, sirve para extraer
los clavos haciendo palanca. Esa doble utilidad, lo hace necesario en nuestra
“caja de mediación”. Al igual que el anterior sirve para golpear lo que de
verdad tiene interés y “sacar” aquello que se encuentra enquistado y que no nos
sirve. Hay que tener en cuenta que el clavo que sacamos deja un agujero que
tenemos que saber “rellenar”. Javier Alés.
LAS TENAZAS.- Por Rebeca Yarnold
(PERÚ)
La tenaza es una herramienta indispensable en carpintería, su uso
es muy antiguo y es muy útil para extraer clavos de la madera, cortar alambre u
otros elementos.
Los mediadores
somos unos artesanos del proceso y con habilidad y destreza vamos percatándonos
que muchas veces nuestros mediados vienen arrastrando cargas pesadas del
pasado, con las cuales ya no se puede lidiar. Así que será muy útil sacar de la
caja de herramientas nuestras “tenazas” y ayudarles a cortar definitivamente
con esos lastres que no les deja caminar con libertad hacia soluciones
beneficiosas para ambas partes.
En diversas
ocasiones nuestros mediados llegan instalados en situaciones del pasado que
fueron dolorosas, pero que ya no existen, para ayudarlos a centrarse en el
futuro y no quedarse anclados en el pasado, sacaremos nuestra “tenazas” para
extraer esas experiencias dolorosas que permanecen como clavos en la vida de
aquellos y que no dejan espacio para lo bueno que la vida también les puede
ofrecer.
Esperamos que esta “caja de
herramientas” os sirva en vuestro futuro profesional como mediadores. Javier
Alés y los distintos mediadores de 14 países del mundo.