“Tengo pocas mediaciones”, “la mediación es desconocida” , “si la administración nos apoyara más”…que de frases he oído en todo este tiempo de compañeros y amigas que me decían que era difícil avanzar en esta profesión. Pero ¿no habéis pensado que parte de culpa tenemos nosotros mismos?
No es mi interés cambiar esa idea, pero si recuperar para “la causa” a quien quiera salir de ese “letargo” que nos tiene varados en otra realidad.
Dicen que no hay terapia sin dolor. No hay transformación sin sensibilización,
Y por eso me preocupa la desconfianza e incertidumbre que pueda afectar la inversión, personal y laboral que hacen mis alumnos cuando apuestan por formarse en la increíble profesión de mediador. Por eso creo firmemente que no podemos ser indiferentes a que la mediación “está en la calle”, en cada negocio, en cada reunión de personas, en cada barrio, en cada asociación, en cada centro, en cada institución y en cada familia, escenario de enfrentamiento de poderes, sentimientos, desequilibrios, pero sobre todo, escenarios de crisis y enfrentamientos. Es ahí, en cada lugar, donde nos toca tomar posición y ser conscientes que no hay mejor promoción para nuestro trabajo, que la calle.
Si seguimos quedándonos en nuestro fantástico servicio, creado con mucho esfuerzo, con una mesa redonda, sillas giratorias, plantas vistosas y paredes color pastel, volveremos una y otra vez a las frases de inicio de este post. ¿Por qué no acuden a verme si mi método es flexible, voluntario, menos costoso y emocionalmente neutro?... te puedes hacer esta pregunta día a día.
Hay que buscar la opinión de la calle; ya se hizo en política y un mero movimiento social, sin entrar en valoraciones de uno u otro color, llega a gobiernos e instituciones. Con sus enormes críticas y porque no, alabanzas de unos u otros, pero… muchas veces el reclamo ciudadano tiene un poco de razón y mucho de emoción y saber enfrentarnos a situaciones complejas, a puertas que se nos cerrarán, quizás por la desinformación, ignorancia o desconocimiento de las bondades de “nuestro producto”. Pero somos nosotros y solo nosotros, los que debemos escuchar a ciudadanos “indiferentes”, “desconocedores”, es la mejor fuente de aprendizaje y por cierto, la mejor manera de avanzar en esta profesión.
Y así hicimos hace años, en nuestro servicio de Mediación Municipal en la ciudad de Sevilla; salimos a la calle. Alguna vez me habéis oído contar que una tarde, en mi lujoso despacho en el barrio de Triana, esperando algún cliente o alguna llamada, observaba por la ventana del mismo, como la calle peatonal, donde está ubicado, estaba llena de personas, vecinos que deambulaban de un lado hacia otro, conversaciones, enfados gestuales, prisas por ir de uno a otro lugar… Y fue en ese momento cuando le propuse a mi equipo: “vayámonos a la calle” y sin decir porqué ni para qué, solo unos minutos después pusimos una mesa y dos sillas, en plena calle y un eslogan que decía: “Si te sientas te lo cuento”.
Algo que parecía ser una locura e imposible se convirtió en nuestra principal bandera y de aquella mañana surgieron 130 expedientes nuevos de mediación en el vecindario.
Hay que llegar a esos ciudadanos invisibles por parte de los mediadores, ya que están en sus propios laberintos e intereses, y nos necesitan, entonces ¿por qué no vienen? No busques más excusas, el principal responsable eres tú y CONECTAR mejor con el futuro mediado. Cumple tu parte del “pacto” cuando te hiciste mediador o mediadora, que es defender nuestra profesión y difundir las bondades, hay muchas personas que te necesitan.
Así intenté hacerlo yo, ¿y tú que harás?