Existen dos experiencias
apasionantes como son el llamado BALCÓN DE DERECHOS y LA JUSTICIA ITINERANTE;
En el
primero hacemos referencia a una "especie de despacho de abogados y trabajadores
sociales que funciona dentro de las favelas, con el objetivo de resolver los
conflictos locales" (según nos cuenta la profesora Nuria Belloso),
consigue soluciones rápidas utilizando el sentido común y el diálogo entre las
personas implicadas en algún conflicto. Este proyecto ha sido desarrollado por
el Ministerio de Justicia brasileño para ser desarrollado en todo el país, para
"tender un puente entre la población que no entiende el lenguaje
jurídico".
El
Programa “Balcão de Direitos” es uno de los proyectos de “Viva Río”, una
organización no gubernamental, sin fines de lucro y apolítica que incentiva
individuos, asociaciones y empresas a construir una sociedad más justa y
democrática.
El
Programa fue creado en 1996 para contribuir a la promoción del acceso a la
justicia a los habitantes de las favelas (poblaciones marginales-poblaciones)
de Río de Janeiro, comprende asesoría jurídica gratuita y un programa de
“democratización de derechos”, entendida como el acceso en forma igualitaria de
toda la población a los derechos civiles, políticos y sociales.
En
ésta línea, el Programa promueve y disemina información en materias de
justicia, derechos civiles y derechos humanos y organiza talleres, seminarios y
prepara documentación con miras a informar a la población respecto de sus
derechos. También cuenta con una sección dedicada a la mediación de conflictos
como una alternativa para los ciudadanos a acudir a los tribunales de justicia.
El
Programa busca contribuir a la formación de una sociedad apta para ejercer sus
derechos y deberes de forma ciudadana y democrática en ciertas comunidades de
Río de Janeiro, disminuir las distancias entre un mundo de derechos
establecidos sólo formalmente y otros “mundos” -las favelas- que, excluidos de
esos derechos fundamentales, terminan creando códigos éticos locales y
alternativas de justicia comunitaria.
El
Programa se implementa a partir de socios comunitarios que sirven como
referencias en estas localidades y canalizan sus demandas de justicia social
hasta el Balcão. Por medio de la orientación jurídica y de la búsqueda de
soluciones pacíficas para conflictos, a niveles personales y colectivos, actúa
por medio de acciones de mediación, conciliación y capacitación, el Programa
busca difundir información en sus redes de relaciones comunitarias a fin de que
el proyecto se multiplique en iniciativas semejantes y auto generadas.
Uno de
los aspectos más importantes para el funcionamiento y efectividad del Programa
es la participación de voluntarios. Voluntario es aquél que dona su tiempo,
conocimientos, habilidades individuales y experiencia en forma gratuita y
responsable a favor de un grupo o causa que precisa de ellas. El trabajo
voluntario es, ante todo, una práctica cívica, una forma de ejercicio de la
ciudadanía, transformando necesidades en posibilidades de acción. El Programa
pretende precisamente conectar esas personas que poseen conocimientos
específicos y vocaciones específicas con áreas donde los derechos y la
ciudadanía son ignorados
Por
otro lado, la segunda experiencia interesante sería la llamada “La Justicia
Itinerante”, que consiste en unos pequeños BARCOS que van navegando siguiendo
el curso del río amazonas, realizando paradas en distintas zonas y comunidades
indígenas, quienes cuando se produce el amarre acuden a manifestar ante los
miembros de estos "centros de mediación itinerantes" sus
discrepancias en busca de acuerdos.
Ante la insuficiencia del modelo
jurídico liberal-individualista, y la ineficiencia del poder judicial en
presentar respuestas a las demandas de concreción de los derechos sociales, los
nuevos actores sociales vienen utilizando otros mecanismos de administración de
sus conflictos. Entre ellos, la justicia comunitaria, específicamente los
proyectos de esta naturaleza generados por los Tribunales de Justicia
brasileros. Cuando se habla de justicia comunitaria debe haber una preocupación
en restaurar la autonomía de la comunidad en la resolución de sus desavenencias,
debe haber un compromiso en la actuación y legitimidad de los nuevos sujetos
colectivos, y con la satisfacción de sus necesidades emergentes. Gracias a
ellos, a esos encuentros especiales a quienes no pueden acceder a la Justicia
Ordinaria, se potencia el desarrollo de
líderes comunitarios, construidos naturalmente en la persona del mediador, cuya
pretensión es que él mismo sea el instrumento para que las partes en conflicto
puedan, encontrar la salida más viable. El entendimiento de que tal intento es
posible depende, sobre todo, de aceptar que la comunidad es capaz de solucionar
sus divergencias internamente, utilizando el ordenamiento jurídico pero sin
dejar de lado sus “normas” sociales internas