YO ME ENAMORE, ¿Y TU?: LA MEDIACION 18 AÑOS DESPUES.-
Javier Alés, Foro
Internacional de Mediadores Profesionales
UNIVERSIDAD INTERNACIONAL LOYOLA ANDALUCÍA
Corría el año 1995 cuando conocí
la mediación, cuando me enamoré de ella, cuando decidí que iba a ser para toda
la vida. Nunca sabré que hubiera pasado si no hubiera dado el `paso, pero hoy
solo puedo decir que cada día me enamora más y que ojalá esté junto a mi
durante toda la vida. No existía normativa, no había un marco en aquella época
que pudiera “proteger” nuestra relación, pero llegó el año 1998; aquel año
comprendí que mi “matrimonio iba a ser para toda la vida”. Por fin nuestra
relación estaba de alguna forma reconocida, por fin se “legalizaba”, aunque
fuera una mera recomendación, como cuando tu familia te dice, si estas
ilusionado sigue adelante. El 21 de enero de 1998 surgía LA RECOMENDACIÓN QUE
DIO LUGAR AL INICIO DEL RECONOCIMIENTO LEGAL EN EUROPA DE LA MEDIACION que
CUMPLE SU MAYORIA DE EDAD (La RECOMENDACIÓN Nº R (98)1 DEL COMITÉ DE MINISTROS
A LOS ESTADOS MIEMBROS SOBRE LA MEDIACIÓN FAMILIAR (Aprobada por el Consejo de
Ministros el 21 de enero de 1998,a partir de la 616 reunión de los Delegados de
los Ministros)”.
Y hoy 21 de enero de 2016, 18
años después, quiero contar como ha sido nuestra relación, como ha sido y es
una vez que ha ido enamorando a más y más compañeros de esta increíble
profesión.
La justificación de su
recomendación, sigue estando latente….el número creciente de conflictos
familiares, particularmente los que resultan de una separación o divorcio, y
haciendo notar las consecuencias perjudiciales de los conflictos…. la necesidad
de asegurar la protección del interés superior del menor….. analizando las
características específicas de los conflictos familiares y sobre todo que la
RELACION EN EL TIEMPO CONTINUA;
Y sobre todo reconociendo las
ventajas de este método como la mejora de la comunicación, o la reducción de
costes de todo tipo, nos lanzaba este texto el “mensaje lapidario” que aunque
muchas veces no hemos querido atender, ya es “lapidario” para trabajar por y
para la mediación: RECOMENDAMOS A LOS GOBIERNOS DE LOS ESTADOS MIEMBROS,
INSTITUIR O PROMOVER LA MEDIACIÓN FAMILIAR O REFORZAR LA YA EXISTENTE.
¿Por qué no intentamos lo que se
recomienda?; ¿porqué nos cuesta reconocer la razón?, ¿porqué muchas veces es
difícil que lo público adopte decisiones?. Yo creo que los mediadores ya dimos
el paso, muchos compañeros y compañeras de distintas profesiones de origen
hemos asumido y adoptado esta recomendación, en post de clientes y de la
búsqueda de la calidad de la justicia que surge de las cenizas de un conflicto.
Espero que cada lector saque su
propia conclusión, pero este post no es más que para analizar esa mayoría de
edad.
Esta recomendación se basaba bajo
unos criterios muy razonables, de los que el tiempo han dado o quitado la
razón, sin ser exhaustivo y analizar muchos que no tienen quizás un debate
concreto, me permito mencionar los mas controvertidos, siendo los siguientes:
a)
Los Estados son libres de determinar cuáles son
las cuestiones o los casos cubiertos por la mediación familiar: si no existía
un límite, no podíamos entender en estos años porque los inicios se basaban
solo en crisis matrimoniales y/o sus consecuencias. Menos mal que la
experiencia ha sido la que fue dando la razón a la ampliación de cubrir más
casos y porque no… cualquier conflicto surgido de las relaciones familiares.
b)
En cuanto a la Organización dentro de cada país,
de la mediación, en principio no debía ser obligatoria, asumiendo el dicho de
“dos no llegan a un acuerdo si uno no quieren, bien sea por la vía del sector
publico o del sector privado. Y la pregunta es ¿hemos avanzado en alguno de
estos sectores?. Si hablamos del público muy muy lento, por no decir casi
imperceptible. Hace falta un salto de calidad de nuestras administraciones,
para que de verdad “den su brazo a torcer” y apuesten definitivamente por una
“mediación profesional” en la que puedan sentarse en situación de igualdad, los
ciudadanos y el poder público donde exista la discrecionalidad. Y en el ámbito
privado, saber difundir cada uno de nosotros la mediación, saber que nadie
apuesta por ella, si nosotros mismos no somos sus principales valedores ante la
sociedad.
c)
Conforme al mediador, nada tengo que decir ya
que si bien sería muy amplio el debate sobre su formación, que durante estos
años nos llevó a hablar de horas, expertos, masteres. No quiero más que decir
que la importancia no está en aprender esta profesión… sino en “aprehenderla”,
hacerla nuestra, sentirnos mediadores
d)
Los Estados debian facilitar la aprobación de
los acuerdos de mediación por la autoridad judicial u otra autoridad competente
a la que las partes lo soliciten y facilitar los mecanismos de ejecución de
estos acuerdos conforme a la legislación nacional. Un aspecto que debemos
mejorar, sirva a modo de ejemplo ya que si bien la ley Nacional de 2012 asi lo
reconoce, también es cierto que en muchos asuntos no se reconoce esa labor
intachable que puede desarrollar un mediador en un proceso ya que se trata de
conseguir que sean las propias partes las dueñas de sus decisiones y más en un
ámbito privado donde deben y pueden tener un pleno derecho a su
autodeterminación. La elevación a público no debe ser una inspección, sino más
bien una consolidación del acuerdo. Asi se reconoce cuando la recomendación
habla de “ reconocer la autonomía de la mediación y la posibilidad de que está haya
tenido lugar antes, durante o después de un proceso judicial”.
e)
Por último, referirme a la promoción y acceso a
la mediación. La recomendación habla de que “Los Estados deben promover el
desarrollo de la mediación familiar, especialmente por la vía de programas de información dispensados al
público para permitir una mejor compresión de este modo de acuerdo amistoso de
litigios familiares”. Esta promoción 18 años después, o no ha sido suficiente o
no ha sido eficaz. Existe cada día más profesionales acreditados, cualificados…
pero no hay mediaciones.
Una eficaz
promoción hubiera llevado a revertir esas apreciaciones que he querido compartir;
por eso se vuelve a insistir en “esforzarse en adoptar las medidas necesarias
para permitir a las partes el acceso a la mediación familiar”
Y termino.
Quizás como comencé; cada día estoy más enamorado de ella, y desde la
Universidad Loyola Andalucía, donde nos establecimos “ella” y yo, pero con el símil de derecho civil, si bien
cumple hoy su mayoría de edad, me acuerdo de los momentos vividos de la
cantidad de alumnos de lo que he aprendido más de lo que yo les he podido
enseñar, pero sobre todo hoy, de que a pesar de su “mayoría de edad”, todavía
no es independiente, todavía no tiene trabajo, todavía no puede independizarse,
todavía sigue formándose. Ojala cuando vuelva a escribir a los 20 o 25
cumpleaños hablemos de una realidad eficaz, por la que en su día “nació”. Feliz
cumpleaños amiga.
Javier Alés,
Sevilla 21 de enero de 2016.