Todos sabemos que el amor
marca nuestras vidas. Unas veces porque es el camino que recorremos en su
búsqueda aun cuando nos sea esquivo. Otras veces porque nos aferramos a él para
no perderlo y no es la primera vez que los mediadores y yo en particular, hemos
tenido que conocer en nuestro clientes como se fraguó o como se fue perdiendo.
Por eso hoy día de San
Valentín, solo quiero llamaros la atención a esos estereotipos que surgen
muchas veces relacionados con el amor.
Tu media naranja.
Tu media naranja es la
expresión que más se utiliza para referirnos a esa persona que encontramos en
nuestra vida y que pensamos que puede ser la `persona que en definitiva te
acompañara y con la que encajas a la perfección. Aquella que te llena y con la
que de verdad puedes completar tu vida, pero te has preguntado alguna vez, ¿por
qué se dice media naranja y no media manzana o medio plátano?
Según dicen aquellos que lo
investigaron, todo apunta a que el origen de la expresión “tu media naranja”
viene de la obra “El banquete” del filósofo griego Platón, que contiene una
serie de diálogos en homenaje a Eros, el dios griego del amor. Podemos deducir
y así se explica en la obra que “hace mucho tiempo los seres humanos eran
redondos como las naranjas y estaban formados por dos personas unidas por la
espalda, con dos caras, cuatro brazos y cuatro piernas. Eran felices, se
sentían completos y desprendían una fuerza y seguridad, lo cuál atemorizó
sobremanera a los dioses”.
El dios Thor sacó toda su ira
contra tal situación y quiso matarlos a todos con un martillo. Pero Zeus, el
dios del trueno, pensó en un castigo mayor. Decidió partirlos con sus rayos
como tijeras justo por la mitad, separándolos en seres humanos de una cabeza,
dos brazos y dos piernas. Los dioses provocaron una gran tormenta y un fuerte
huracán los alejó unos de otros.
Desde entonces ya no estarían
juntos, pero durante toda su existencia andarían buscando esa media naranja que
les arrebataron los dioses divinos, para llegar a estar “completos” otra vez.
Las personas siempre buscamos
esa media naranja y no es fácil encontrarla y sobre todo saber si quien tienes
a tu lado es quien deseas para unirte a ella.
Cuando no es o bien creías
haber encontrado y no es así, es cuando se vuelve a desunir y cuando siempre
nosotros te recomendamos que acudas a mediación para que no pierda “el zumo” al
estar cortada por la mitad.
¿Será, por fin, el o ella mi
media naranja? No siempre es fácil tener claro si la persona con la que
compartes tu vida, o con la que te planteas hacerlo, es la idónea. Lo de
encontrar a tu media naranja parece un cuento de hadas pero no cejes en
intentarlo.
Si bien la atracción física es
la primera señal que nos lanza el universo, debes ser consciente que hay otras
más necesarias para saberlo:
-
Llegar a comunicarnos con una sola mirada
-
Que sea asertiva y no siempre te de la razón
aunque empatice
-
Tiene una escucha activa y es capaz de arreglar
diferencias tan solo con el poder de la palabra
-
Te preocupas y se preocupa por ti
-
Le aceptas y te acepta como eres sin quererte
cambiar
-
Es capaz de relajarte cuando lo estas pasando
mal y viceversa
-
Tenéis y habláis siempre de proyectos futuros
-
Existe tolerancia ante las diferencias
-
Te hace reír muchas veces incluso sin saber
porqué
Ve a por él o por ella no lo
dudes.
Pero insisto, hoy quiero hablaros
de símbolos y junto a la media naranja, aparece Cupido.
Qué o quién es Cupido:
Cupido es conocido como el
dios del amor y del deseo romántico. Por eso se acude a él cuando hablamos de
que te llegó el amor. Según la mitología romana, Cupido es hijo de la diosa
Venus diosa del amor, la fertilidad y la belleza, y de Marte, dios de la
guerra.
“Cuenta el mito que Cupido
nació en Chipre al igual que su madre Venus, quien tuvo que ocultarlo en el
bosque, ya que su padre quería deshacerse de él. Por tanto, fue criado y
amamantado por fieras. Cupido creció y heredó de su madre la belleza y de su
padre el coraje.
Ahora bien, Cupido es
representado como un niño con alas en la espalda, puede aparecer desnudo o con
pañales y lleva consigo un arco, flechas y una aljaba (recipiente donde transporta
las flechas). Esas mismas flechas que si te clavan en el corazón es que has
encontrado el amor.
Pero pocos saben que cupido
tiene dos tipos de flechas, aquellas que terminan en punta de oro, que son para
conseguir enamorar a la persona a quien se las lanza, pero también en
referencia a su propio padre, aquellas que tienen la punta de plomo, que son
para generar indiferencia, aquella que surge cuando existe un conflicto.
Nosotros los mediadores somos expertos en analizar la “composición” de esas
flechas de desamor.
Para otro día me reservo
hablaros del corazón o de los bombones y las flores, pero hoy, día de San
Valentín se conmemora las buenas obras realizadas por este santo de Roma,
relacionadas con el concepto universal del amor y la afectividad. Originado por
la Iglesia católica como contrapeso de las festividades paganas. Celebremos san
Valentín, ya llegará el día que quizás las flechas del amor sean de plomo.
Por eso querido lector o
lectora termino con la canción, o mejor dicho su letra, “All You Need Is Love”
de los Beatles, para quienes…
Todo Lo Que Necesitas Es Amor
Amor, amor, amor
(Amor) no hay nada que puedas
hacer, que no pueda hacerse
(Amor) nada que puedas cantar
que ya no fue cantado
(Amor) no hay nada que puedas
decir, pero puedes aprender
A jugar el juego
Es fácil
(Amor) no hay nada que puedas
construir, que ya no se haya construido
(Amor) nadie a quien puedas
salvar que no fue salvado
No hay nada que puedas hacer,
pero puedes aprender
A estar al día
Es fácil
Todo lo que necesitas es amor
(Amor) no hay nada que puedas
saber, que aún no se sepa
(Amor) nada que puedas ver que
aún no se haya mostrado
(Amor) no hay lugar que puedas
estar
Que no sea donde deberías estar
Es fácil