Mírame a los ojos…
Siempre hemos manifestado nuestra disconformidad cuando ante una
conversación, nuestro interlocutor, no nos miraba fijamente a los ojos y también
hemos de decir que si lo hacemos por nuestra parte estamos demostrando nuestra
seguridad y cercanía.
Eso no quiere decir que no haya personas que les
cuesta mirar a los ojos y solamente se
consigue un contacto visual en el diálogo o conversación muy de vez en cuando.
No es de extrañar que si como dicen los expertos el 75% de lo que mostramos es
a través de la llamada “comunicación no verbal”, la mirada a los ojos sea un
importantísimo semáforo de la seguridad, de la legitimidad y de la credibilidad
de lo que decimos. Necesitamos saber con la mirada, las sensaciones que
transmiten en una conversación y más si cabe como ocurre en la mediación, en
una negociación asistida.
Cuando
hablamos del tono de voz, otros de los síntomas a tener en cuenta, es verdad
que quizás cueste comprender lo que se dice o las sensaciones; si gesticulamos,
también es verdad que depende mucho del contenido de la propia conversación,
pero a través de los ojos y la mirada podemos ver “el alma de esa conversación”
y transmitiremos una seguridad y cercanía
que el resto de personas agradecerán. Con ello a buen seguro, nos
permitirá conseguir eso que es tan importante, como es que crean en nosotros y
que los mediados crean en lo que dicen. La credibilidad en nuestra profesión de
mediador es importantisima para el “viaje que realizan las personas por el
proceso”
De igual forma, en el reverso de la moneda, cuando
alguien nos habla sin mirarnos a los ojos o en su caso distrae la mirada en una
conversación hacia otro lugar u objeto, ante la falta de atención, la
posibilidad de interpretar se minusvalora y sobre todo… la confianza decae. Con
independencia de lo que muchas veces nos dicen los expertos a la hora de hablar
de que supone una huida del tema o quizás la falta de sinceridad en las
próximas frases, nosotros percibimos la deslegitimación a lo que hacemos.
Miremos a los ojos, y dejemos traspasar la frontera de
lo que piensa nuestra mente. Loa atención y sobre todo “Los
pensamientos de una persona pueden determinarse mirando sus ojos“-England,
Regiment of Life, 1545.
No seamos intimidantes ni agresivos, seamos nosotros mismos,
si estamos agradecidos, digamoslo con los ojos, si estamos indignados digamoslo
con los ojos. Desde que se empezó a conocer y trabajar hace ya tiempo la
Programación Neuro Lingüística, se analizó la dirección de la mirada, el
parpadeo, la dirección de la mirada, la dominancia, la seducción
El llamado “contacto con los ojos” es una de las
formas más fáciles de utilizar lenguaje corporal, pero también es una técnica
complicada de dominar, e interpretar; nos obstante quizás lo más importante sea…
la confianza en ti mismo y la complicidad en lo que haces y dices. Por eso
queridos amigos… mírame a los ojos