Triana se convierte en Belén de Judea.
Las luces de Navidad anuncia en nuestras calles la llegada del momento más
hermoso, del nacimiento del que todo lo va a cambiar y la estrella de oriente
nos dirigirá hacia Él, como si de un mapa en el cielo se tratara y yo… toda la
vida pensando que el Niño Jesús, nació allí en la región de Galilea y tengo que
deciros un secreto, que he tenido bien guardado.
Una
noche allá por…. No lo sé la verdad, tuve un sueño, que me trasladaba al País
de Nunca Jamás y allí me rebelaron la verdad; que la Virgen María habiéndose
desplazado junto a José y su madre Ana,
por el río Guadalquivir, en una barcaza, con un Barquero que junto a
ellos la acogió y cuidó, llegó a nuestro barrio, a Triana, y no hubo problemas
como dice la leyenda para empadronarse, mas bien al contrario… fue acogida
junto a José en la Cava donde quiso dar a luz.
En Triana amigos jamás la
exclusión y los problemas de la inmigración tienen cabida. Era y es libre,
creativa, activa y artista. Era y es aquí donde las personas que como El nació,
buscamos durante toda nuestra vida, su vida, la razón de vivir, el alma que nos
guie; pues bien ese alma aquella familia y todos nosotros, la encontramos en
cada una de las personas, que como aquel barquero, aquel ángel, aquel
funcionario que les empadronó, se levantan cada día para hacer feliz a los
demás, ahí está nuestra verdadera alma.
Y
fue entonces cuando marineros, si marineros…. Estaban vigilando sus redes a la
orilla del rio; cuando se les apareció
un ángel, y la gloria de Dios les rodeo de resplandor. Sobresaltados por la
repentina aparición, el ángel los tranquilizó diciendo:
-
No
temáis porque os traigo una buena nueva, que será de gran gozo para todo el
pueblo, hoy en Triana os ha nacido el Salvador, que es Cristo y Señor. Y esto
os servirá de señal: hallareis al niño envuelto en pañales y acostado en un
corral…
Y así fue, cuando el ángel
desapareció, los marineros dejaron su faena y se decían unos a otros, “vayamos
ahora mismo hasta la cava y veamos esto que ha sucedido”. Inmediatamente
tomaron camino
Lo que estaba pasando, en la cava, en precarias condiciones de hospedaje
eso si, era el hecho más maravilloso y misterioso del mundo desde su creación.
La encarnación de Dios, que se hace hombre e irrumpe en la historia de la
humanidad. A partir de ese momento que se diviniza la condición humana
cualquier hombre es imagen viva de lo sagrado, el inmigrante, el gitano… a
todos llega esa luz que hace 20 siglos se iluminó en la Galilea trianera.
Durante siglos, los profetas
pregonaban al pueblo la llegada del Mesías. Hoy vengo ante vosotros para
pregonaros que la gran señal esperada ya ha llegado un año más, que Dios viene
a nacer entre nosotros. Ya los profetas decían antes que yo, que la Virgen
María dará a luz un niño al que pondrá por nombre Enmanuel”… si habéis oído
bien… “Er Manué” y tu Triana en ningún modo eres la menor de las ciudades, DIOS
HA PUESTO SUS OJOS EN TI PARA QUE NAZCA EL GRAN REY.
Capítulo
I
Amigos, no olvidemos nunca
que la Navidad, nos introduce en lo misterioso. Es curioso que a las imágenes
del belén les llamemos “un misterio”. Nos introduce en el mundo de lo sensible
y lo melancólico. Jesús o “Er Manué” como le llamamos aquí, viene a nacer en
cada casa de los trianeros que pasan necesidad.
El paro convierte a muchas
familias en desesperados padres, que como María y José buscan el cobijo del
trabajo y lo que hallan son puertas y puertas cerradas. Abrámoslas, demos
cobijo, confiemos en los demás, consigamos aunar fuerzas para conducir el
rebaño de nuestros deseos al “pasto” del día a día. Pensad que podemos hacer
para mejorar la vida aunque sea a una sola persona, tomadlo como algo personal,
conseguid que en cada casa nazca la ilusión de darnos a los demás. Ese es
vuestro compromiso con este humilde pregonero de la navidad.
Pero
quiero pregonaros mi navidad. Llega la hora de adornos, bolas, estrellas,
luces, guirnaldas, lazos y un sinfín de complementos que llenan nuestra casa de
calor, para decorar un gran árbol y para revivir un Belén.
Sacar
de un baúl las figuras, contarlas una a una como si faltaran porque se hubieran
“jubilado”; preparar el papel del fondo, la mesa donde iría… y lo más
importante… a trabajar.
Año tras año desde que yo
tuve uso de razón y mis hijas desde su cuna por tanto, acopiamos materiales de todo tipo…
encabezados por las directrices de mi mujer, procedemos a recopilar cajas de
polvillo, trozos de “porespan” abandonados a su suerte a las puertas de
cualquier comercio, ya sean de “Polvillo” o del “Mas”, ramas que harán las
veces de árbol temporal… hasta que una voz en “off” de nuestras conciencias (mi
mujer con su sabiduría innata) nos dice… “¿no serán demasiados?”. Todo nos
parece poco cada año para el belén que queremos montar.
El
belén es el mejor catecismo que podemos dar. De hecho, en mi casa las figuras
“cobran vida” porque tras el esfuerzo de poder “meter en escena” todos los
episodios que queremos representar, cada día cuando vuelvo de trabajar, observo
que no solo los Reyes se han movido para acercarse día a día al portal; sino
que en la “jaima” de los camellos hay mas comensales; que del castillo de
Herodes han desaparecido parte de la centuria… “porque son los malos”, que las
lavanderas de la orilla del rio, han terminado su cometido y se encuentran ya
de vuelta a su domicilio y que las ovejas que fielmente pusimos en rebaño se
han dado a la siesta porque así lo han querido o porque un pequeño empujón en
la mesa lo ha sugerido.
Y
creen ustedes que todo queda ahí?.. Ni mucho menos; intentado ser lo más fieles
posible, siempre surge un viaje inesperado a las costas gaditanas para
conseguir la mejor arena y las piedras que han de conducir a los pastores al
portal y a los peces del rio, permitirán almorzar.
A
nuestro belén acudían pastores, playmobil, payasos, pin y pones barbies,
incluso algún que otro pitufo. Todo tenía cabida y el rio de papel de plata, a
veces era navegable, a veces era un lago, e incluso más de una vez una fuente
tomada prestada de la cocina, hacia las veces de él.
Ni
que decir tiene que incluso sonido se producía, de un viejo radiocasete que
hora tras hora anuncia villancicos populares para ambientar.
Y
qué decir de la luz. Cada año buscando la mejor luminosidad, empleamos lámparas
de diario, que retorcidas debidamente, orientan el camino a tomar… lo de… de
noche y de día… eso es harina de otro costal. Imposible diría yo sin un técnico
de Endesa cercano
Amigos…NO
DEJEMOS NUNCA DE PONER NUESTRO BELÉN, NO DEJEMOS DE PREDICAR CON EL. Dejemos
que los niños y mayores aprendamos y juguemos con ellos.
CAPITULO
II
Cercano
al día que nació el Señor, nos sorprenderán los sonidos de radio… si sí de
radio, con el sorteo de lotería, en el que buscamos la suerte que nunca hemos
tenido, desayunamos con el recuerdo en pesetas, pensando en … ¿y si nos
tocara?, pero la realidad nos dice que pocas veces cae cerca de los tuyos,
porque suficiente riqueza es la salud y la familia, o … quizás porque más que
décimos, llevamos participaciones que nunca nos sacarían de pobres, o quizás
intentando ser el agraciado que este año anuncia la “Tele” que por olvido o por
falta de dinero, no compró… pero que el camarero hace justicia, solo con
cobrarle 21 euros por un café. No sé, pero todo hace prever que llega la
Navidad
De la cena de noche-buena
prefiero no hablaros, porque consiste en un banquete nunca mejor dicho, que
abarca desde la víspera del día de Navidad hasta pasada la media noche muchas
veces del día siguiente, eso significa que estaremos más de 24 horas comiendo
sin parar, de manera parecida al banquete judío que dio lugar a celebrar el
nacimiento del señor, solo interrumpido por el rezo a las 12 de la noche en
honor y agradecimiento a Dios por los que están y por los que ya no están.
Entre
mantecados y algún que otro turrón, que muchas veces desde noviembre ya nos
hemos postrado a probar, surgen villancicos unos y otros sin orden alguno, no
han terminado cuando comienza el siguiente, pero que como reunidos ante la mesa
estamos, siempre alguien con voz sonora intenta dirigir, hasta que llega el
“Adeste Fideles”, que con tino alguien anuncia, pero que con desatino nadie se
sabe, terminando como hacemos cuando no sabemos… na, na, na, nananana.
Hay
la Noche-Buena…. Cuanto de bueno trae solo con que Él naciera, solo con que
quisiera estar entre nosotros, con nosotros, iguales que nosotros, hagámosle un
sitio, que viene a cenar. Pero ¿Cómo sabrá llegar?; pongamos una colgadura en
el balcón que seguro verá y si no su madre, su abuela… alguien lo verá. Una
vela nos recordará que está entre nosotros y que nunca se marchará.
Y
de fin de año, que contaros que no sepáis. Siempre he dicho que las nuevas
tradiciones eclipsan muchas veces el sentir de estas fiestas queriendo
trasladarla incluso al 24. La noche del 31 ha sido siempre el día del
“cotillón”, el brindis, las uvas, los cohetes, las campanadas delante de la
televisión.
¡¡ Que ya es la hora!!
Anuncio desde las 11, para poner nervioso al personal. Las uvas de fin de año
en casa 1, 2, 3, 4, 19, 32, 84… buscando la risa floja que obligue a parar tan
rico postre y la fiesta… la fiesta donde toque.
En mi casa existe la
tradición de disfrazarnos, quizás consiguiendo que con ello, aquel que comience el año no se parezca
al que dejamos atrás, quizás con la intención de poner una sonrisa al nuevo
año, que las penas no queremos. O quizás porque queremos ser distinto a los que
fuimos, no lo se. Se va un año y entra otro… la pregunta es ¿seremos mejores?
.LO QUE SI SE… ES QUE SIEMPRE LO
MEJOR “ESTÁ POR VENIR”
CAPITULO
III
Y llegó el día, el día que
anunciado por el Alcalde de Triana… me convertiría en el HERALDO REAL DE SUS
MAJESTADES LOS REYES MAGOS, jamás tuve mayor regalo, Curro, una y otra vez,
gracias. Gracias porque yo creí que ya lo había vivido todo en Navidad. Aquella
noche no había podido dormir…
Las gentes iban de aquí para
allá, sin saber muy bien dónde terminar sus pasos y mi séquito y yo detrás de una
máscara de betún, de color negro, como no podía ser de otra forma, tomamos
camino de la Torre del Oro, quizás allí sean donde depositaran sus Majestades
tan preciado metal para el Niño Jesús, hace años… quizás no, seguro. Allí embarcados en un navío de madera caduca,
empezó mi aventura, LA AVENTURA DE MI VIDA.
Los patos del río se
acercaban para dar crédito a aquella hazaña, se arremolinaban para crear un
surco donde navegar y para ser “testigos de excepción” de la llegada del
Heraldo a Triana. 3 de enero de 2014, jamás lo olvidaré.
El puente de Triana parecía
un balcón al cielo de la ilusión, la gente se agolpaba acomodando sus hombros,
conquistando un hueco para ser testigos de excepción y que hoy quiero dedicar a
esa niña que la desgracia simplemente hizo que te la llevaras al cielo Señor, siendo
Erasmus en tierra de María, tu madre.
Y llegó el momento del
desembarco… mi Agrupación Musical (que sería yo sin ellos) con la escolta, la
que me devuelve la vida cada vez que formo parte de ella, como si de soldados
de plomo en una repisa se trataran, esperaban mi llegada, la llegada de un
ángel anunciador terrenal que me tocó encarnar.
Pronto todo se trasladó al
año 0, sones de villancicos, las primeras sonrisas, los primeros ojos de
incredulidad, los primeros padres más nerviosos que sus propios hijos, adultos
en segundo plano queriendo dar un paso al frente pero que la vergüenza les
retraía y 1 carta, 2, 3… y así hasta 100, 1000, 2000?. No lo sé a ciencia cierta; de ello son testigos mis
beduinos, una legión de fieles que atendían y gozaban haciendo gozar a todo el
que tenían alrededor.. sólo ellos eran conscientes de lo que estaba pasando,
porque los niños y niñas de Triana se habían apropiado de mi corazón, habían
secuestrado mis sentimientos.
Despacio muy despacio fue mi
andar, nada ni nadie podía quedar atrás. Delante mi ejercito de ángeles negros,
detrás los músicos que rezan por Sevilla con sones celestiales y a los lados dos pajes de amplia sonrisa a
los que debo mucho y mas… se puede pasear mejor?, se puede ser más feliz?, pues
si… creerme que sí.
En la calle Rodrigo de
Triana una mujer se aceleraba a indicarme que por favor entrara, que sin
demora, entrara en su casa, un momento, a recoger una misiva, y allí… allí el
cielo había bajado a la tierra… una mujer, postrada en su sillita de ruedas de
unos 80 años me entregó su carta, su vida, su ilusión de niña,… no podía
seguir… no podía andar… no podía respirar… pero tenía que cumplir mi misión…
traer a Triana esa llave que mágicamente abre una por una las puertas de las
casas de todo el barrio para esa noche mágica…
Mientras, al otro lado un
niño se me acercaba una y otra vez llamando mi atención tirando de la capa;
cuando por fin tuve tiempo para él, bajo susurros me confesó su error: Los play-movil
que había pedido en la carta no eran los que quería… pero la suerte ya estaba
echada, no podía volverse atrás; no había tiempo para tachar, escribir y
reescribir. Prefiero el fuerte de vaqueros, antes que la isla pirata.
En ese momento una mirada
cómplice de Melchor, entre la bulla, porque él estaba allí, sin que nadie le
identificara, me aseguró con su sonrisa que el error no era tal y los deseos
serian cumplidos. Entonces me acerqué y sin querer quitar importancia al error,
le hice saber que la magia está en su corazón y que si lo soñaba y deseaba, se
cumpliría.
Iban pasando las horas que
para mi eran minutos, porque no quería que se acabara nunca y sin saber cómo
llegaron a mis manos tres pergaminos, que habría que entregar, allí, en el
portal, allí donde había nacido Emmanuel, en la iglesia de Santa Ana
¿recuerdan?.. si, anunciando a sus Majestades los Reyes Magos. ¡¡ que buen consejo
cuando me dijeron… disfrútalo, hazlo lento… muy lento, en ese momento eres
patrimonio de los niños y cuanta verdad en ese consejo.
Allí fue donde los conocí, a
Reyes de carne y hueso, elegidos para ayudar a los de verdad, a reyes que sin
querer habían conquistado toda mi razón en los días previos, porque ya se sabe
que los de verdad existen pero no los debemos de ver.
Ahí es donde nuevamente la
historia se equivoca…
Yo SI LOS VI… SI ESTUVE CON
LOS DE VERDAD AQUELLA NOCHE.
Tras partir a caballo para
llevar la noticia por el barrio y recoger las últimas cartas rezagadas, me
apresuré a salir a galope y eso que quince días antes no sabía montar.. pero
aquel caballo “Litrona” se llamaba, vaya nombrecito, lo llevaba el mismo dios,
yo no tuve que hacer nada y…. una por una deposité las cartas en el zurrón que
en la entrada de sus jaimas tenían sus majestades los Reyes Magos a las afueras
de la ciudad.
Había cumplido mi misión SER
EL MEDIADOR ENTRE LOS NIÑOS Y LOS REYES MAGOS … era yo quien tenía que dar las
gracias… y me las daba ellos a mi., era increíble…
Me apresuré a levantar la cabeza
y los vi. Les vi la cara, tal como cuentan, distintos pero a la vez iguales,
siendo conscientes de su misión y con una bondad que jamás se me olvidará y me
hicieron comprender donde están los verdaderos tesoros… en el Hogar de Nazaret,
en el Centro de Día, en el Mercado día a día, en la Peña Trianera… en todos y
cada uno nace el Niño Jesús, en todos y cada uno se adora la vida… tesoros
incalculables.
Aquella noche tampoco pude
dormir, había cumplido uno de mis sueños de niño y como dice el refrán… eso no
tiene precio
Y los Reyes Magos…
¿Llegarían a nuestra ciudad? Pues claro que si… llegaron y este año nuevamente
una vez más llegarán, y saben ustedes que trajeron, oro… como Rey, incienso…
como Dios y mirra…. Como hombre. Rey, Dios y Hombre en un solo niño.
ORO: siendo custodiado de
los ojos de los demás en una Torre que mira a Triana desde la otra orilla, con
desvelo y con paciencia y que con el tiempo paso a llamarse LA TORRE DEL ORO
INCIENSO: que depositaron en
la calle Pureza, en la calle San Jacinto, en el tardón y en la calle Castilla
para que cada año mostremos su valor en nuestra Semana Santa y que sin querer
desparraman los acólitos para mejor entender la grandeza de nuestro Dios
Y LA MIRRA, depositadas en
esas fábricas de cerámica que de forma excelsa emerge de los hornos trianeros y
que se dibuja en cada plato, en cada taza, en cada cuenco, en cada baldosa
YO AMIGOS… Y MAYOR HONOR NO
CABE … SI…. FUI HERALDO DE TRIANA
EPILOGO
Triana es tan, tan especial, que hasta
su cabalgata es única. No, no se trata de dar la bienvenida a sus Majestades,
ellos ya fueron coronados en Santa Ana, ya cumplieron su misión horas antes de
subirse a su carroza, saben ustedes para que?. Para despedirse, para
despedirnos, para decirles adiós, para agradecerles que un año más hayan cumplidos
sueños de niños y mayores. Dice el dicho popular que es de bien nacidos ser
agradecidos. ¿Se puede tener mayor clase?. Yo diría que no.
Y asi fue el día 6 de enero a las 5,30
de la tarde se abrían las puertas de la residencia de mayores. Unos cuantos caramelos
al aire para recordar a los que no están y…. carroza tras carroza, llena de
nervios, de pajes, de funcionarios de Dios, (se puede tener mejor trabajo en la
vida….) ,iban repartiendo a diestra y siniestra ilusión, cariño, besos,
regalos, buscando miradas cómplices entre la gente… gente anónima que no quiere
que la Navidad acabase y con voces roncas gritaban sin cesar… ¡¡ aquí… aquí…!!.
Yo no podía parar de bailar. Lo quería hacer todo a la vez, regalar y saltar,
saludar y bailar, no se… no era yo. Conmigo
iban todos los trianeros y trianeras que por alguna enfermedad no podía estar,
aquellos que por apuros económicos no podían regalar, aquellos que dia tras día
dejan curriculums en tiendas y bares esperando la suerte, aquellos que siendo
trianeros ya no viven aquí y… aquellos que no siéndolo se sienten de aquí, no
se… no era yo. No estaba solo eran miles de ojos y yo … delante angeles
sentados a los lados dos pajes… benditos pajes, cuanta sabiduría para pedir
prudencia o para llenar aquellas sacas de caramelos una y otra vez, jamás os
podre pagar el sueldo que mereceis, pero si os digo Berto y Juanito que ya le
he pedido a Dios que me deje serviros, que me permita llenaros de calor vuestra
vida y ser el avalista del préstamo de vida que os dará para vuestra felicidad.
La Estrella de la Ilusión, Melchor,
Gaspar y Baltasar, cada uno de ellos, agasajaron y fueron agasajados, yo solo
tenia que anunciarlos, sus carrozas parecían, según me dijeron, fábricas en
ebullición. De sus “hornos” iban saliendo unos tras otros, regalos de
despedida, regalos de agradecimiento, regalos que certificaban el permiso de
autorización judicial para entrar en domicilios ajenos. Unos últimos regalos
que solo querían mandar el mensaje de que la amistad, la ilusión, el darse a los
demás, es el verdadero regalo que perdura durante todo el año, hasta que
volviesen a visitarnos.
Poco a poco se iban alejando, la noche
se cerraba, la navidad se acababa…. Volvíamos a nuestra lugar de origen, pero
algo quedaba tras las carrozas, la gratitud de unos y otros, porque amigos….
Triana es tan, tan especial que hasta su
cabalgata es única. Daros por despedidos majestades, pero no nos olvidéis que
todos los días del próximo año sere bueno
Aquí
y ahora estamos nosotros, testigos de aquella noche 2000 años después y no solo
vino Dios entonces, sino que viene ahora, para poner luz a nuestras vidas y su
paz que debe llenar de sosiego nuestra agenda y nuestra alma. Esta noche, ya a
las puertas de la navidad, quiero desearos muchas felicidades y que consigáis
vuestros sueños, aquellos que mueven vuestras vidas.
Amigos
y amigas, ya termina mi pregón, ya termina mi dicha, pero no quiero dejar de
proclamar:
QUE GRANDE ES SER TRIANERO SIN HABER
NACIDO EN TRIANA… QUE GRANDE ES PASEAR POR TRIANA SIN VIVIR EN ELLA… QUE GRANDE
ES SER GITANO VINIENDO DE UNA FAMILIA PAYA…. QUE GRANDE ES SER BARQUERO SIN
HABER SURCADO LA ORILLA DE LA CALLE CASTILLA…. QUE GRANDE SER ALFARERO SIN
COCER EN EL HORNO DE SANTA ANA QUE GRANDE DIOS MIO, QUE GRANDE…. ES SER
TRIANERO, FELIZ NAVIDAD
EL PREGONERO DE LA NAVIDAD 2014 HA DICHO