Mediación en el conflicto abierto en Cataluña: ¿y por qué no?
Hoy nos hemos levantado con la noticia ya anunciada de que los diputados de Junts pel Sí y la CUP han impuesto su mayoría en el Parlamento para proclamar el inicio del proceso de “desconexión” e independentismo entre Cataluña y el resto de España.
Se “declara solemnemente el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república“, que proclama que el Parlamento “no se supeditará a las decisiones del Tribunal Constitucional” y que insta “al futuro Gobierno catalán” a “cumplir exclusivamente las normas o mandatos emanados de esta Cámara“.
La declaración aprobada aporta… como cuando trabajamos en mediación desde el ámbito profesional POSICIONES, INTERESES Y NECESIDADES, que afloran y dificultan los acercamientos entre el Gobierno Catalán y el Ejecutivo de la nación que salga de las elecciones generales del 20 de diciembre. Podemos pensar que con ello surja la IMPOSIBILIDAD DE LA NEGOCIACIÓN quizás porque también afloran situaciones de PODER, y porque no… ahora con la declaración aprobada, reaccionar con PERCEPCIONES, VALORES O PRINCIPIOS QUE IMPIDAN una GESTIÓN DEL CONFLICTO, que no una RESOLUCIÓN.
Creo firmemente que todas las palabras subrayadas, resaltadas, nos llevan a los condicionamientos necesarios para una mediación. Cataluña y el resto de España debemos convivir, igual que desde otra Comunidad se reclama el reconocimiento de nuestros valores, se están viviendo duelos verbales, cuya responsabilidad depende exclusivamente de nuestros políticos. ¿Por qué NO PEDIRLES UNA MEDIACIÓN?
Todo lo contrario, ante esta declaración, el presidente del Gobierno pone en marcha el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la declaración independentista aprobada esta mañana en el Parlamento catalán. Se solicitará “la inmediata suspensión” de la declaración catalana” y de “todos sus posibles efectos”. Se dice…”Utilizaremos toda la ley” y ¿Dónde han dejado atrás el PODER DE LA PALABRA?
No me vale que ya se ha intentado todo, que se tendió la mano, etc, quizás los “mediadores naturales” no profesionales que lo intentaron, no hayan sido lo suficientemente “reconocidos por Cataluña y el Estado. Quizás debiera aparecer en escena, la “mediación profesional” que no política o natural.
¿Es que el llamado Estado de Derecho, no permite el diálogo? Si cuando hablamos de mediación, hablamos de UNA JUSTICIA DE CALIDAD, porque no apostar por ella… pero PROFESIONAL.
El independentismo catalán o secesionismo catalán es la corriente político-social, que propugna por la independencia de Cataluña con su actuales límites como comunidad autónoma
El independentismo catalán plantea sus tesis sobre el principio de que “Cataluña es una nación soberana, aludiendo básicamente a la interpretación de su historia, cultura, lengua propia y al derecho civil catalán, y sobre la afirmación de que Cataluña no alcanzará su máxima plenitud cultural, social ni económica mientras forme parte de España”.
La cuestión del independentismo catalán, levanta encendidos debates entre quienes lo defienden y quienes se oponen a él, y es origen también de frecuentes confrontaciones entre las distintas fuerzas políticas tanto a nivel autonómico como estatal. No es sencillo anticipar las consecuencias que tendría un futuro escenario secesionista, pero en el debate intervienen argumentos tanto de índole racional como emocional.
En esta MEDIACION, TENDREMOS EN CUENTA, quien esta a favor habla de mayor autogobierno, mayor cultura propia, mayor presupuesto público y un gran anhelo identitario.
Y quien está en contra habla de que Cataluña es parte integrante de España desde hace siglos, se trata de una acción inconstitucional y grandes perjuicios macroeconómicos con la independencia, Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea, eso supone mayores gastos y una fragmentación económica y social.
Yo amigos, respetando y compartiendo o no las distintas posiciones, como nos enseña la mediación, apuesto y apostaré siempre por la mediación.