miércoles, 30 de junio de 2021

Sobrevivir a un naufragio

 

Esta frase me viene muchas veces a la mente cuando me encuentro ante conflictos que parecen insalvables. Mis mediados han sufrido un “naufragio”, y tras él, han cogido lo poco que han podido de sus “pertenencias” e intentan sobrevivir al mismo. Jamás pensaban que a ellos les iba a ocurrir, pero se les cayó todo el castillo de naipes que habían construido juntos.

Como siempre sabes, querido lector, me gusta hacer comparaciones para comprender nuestra labor. Por eso quiero bucear en conceptos náuticos, porque el naufragio (que significa realmente hundimiento) es el proceso por el cual una embarcación se hunde mientras navega por el mar, río, lago, laguna o cualquier otro cuerpo de agua.

Pero los peores enemigos del náufrago, dicen, no es en sí el naufragio ya que eso ya pasó, sino la hipotermia, la deshidratación, la fatiga y el sueño, el no saber que va a ocurrir.

Por eso en el artículo de hoy, quiero hacer una revisión de cómo reaccionar en caso de naufragio. Si has sufrido un problema económico, una crisis matrimonial que hizo tambalear la familia, o por ejemplo, un problema con compañeros de trabajo que es difícil de solucionar, espero que te sirva este artículo para comprender, que en ese mar de dudas, donde te encuentras, puedes tomar decisiones que te permitan sobrevivir y aprender del mismo.

Hacemos mención a los consejos que podríamos incluir, en un llamado “protocolo de supervivencia” surgido de casos que me he encontrado en mi vida profesional, en situaciones extremas, conflictos enconados y nos han servido para seguir adelante, cambiar de rumbo y ver una oportunidad donde existe un gran problema.   

No olvidéis, la importancia de conocer siempre la ubicación de los dispositivos de flotación personal una vez que se haya abordado cualquier embarcación y o mediación: chalecos salvavidas, salidas de emergencia o… proceso flexible, voluntariedad luego puedes abandonar si lo deseas… todo ello puede salvar tu “vida”.  

Pero, la supervivencia ante un evento de naufragio personal, ante un conflicto, depende principalmente de tres factores: conocimiento, equipo necesario y entrenamiento para lo que pueda ocurrir; los tres son esenciales.

Abandono de la embarcación o de la mediación.

Como he dicho y ya sabemos es un proceso voluntario, pero conviene recordar que “El capitán es el último en abandonar el barco por que debe de gestionar la emergencia”. Eso supone que nosotros, los mediadores debemos siempre de pretender en concierto, la concordia y las reglas, no abandonar ante cualquier dificultad. Desgraciadamente cuando he tenido la oportunidad de compartir experiencias con otros compañeros, me mantenían que iniciaron muchas mediaciones, pero muy pocas llegaron a buen puerto, ¿Por qué?, en el momento en el que se ponían las cosas difíciles, “abandonaban el barco”, no había mediación, archivaban el caso y creo que no somos conscientes que los casos que llegan a nuestra mesa, son extremadamente complicados.

El salvavidas mas importante de todos, es la propia embarcación, y abandonar la mediación es siempre el último de los recursos y se debe hacer solo cuando es la mejor opción.

No olvidemos, que en cuanto al caso a tratar, el mediado ha sufrido un hundimiento y por eso el catálogo o protocolo que te propongo:

1. Haz que mantengan la calma y no entren en pánico. Puede sonar tópico, pero cuanto más le entra el pánico, más tiempo se tardará en llegar a un bote salvavidas como es el acuerdo futuro. No es la primera vez que al entrar en pánico, las partes, han arrastrado con ellos a familiares y amigos que “tras el naufragio” querían poner paz o incluso ofrecerse para ayudar. El pánico te lleva al tumulto y ello arrastra a muchas otras personas.  

2. Presta atención a las señales que te lanzan los mediados. Sea en mediaciones on-line con los micro-gestos, o sea en mediaciones presenciales con su cuerpo, los mediados lanzan señales, que te permiten ante un naufragio, conducirles por el mar de las dudas y no solo eso, sino acertar con la pregunta que haremos.   

3. Que se pongan el dispositivo de flotación personal. Cada uno de ellos, se agarrará a su “flotador” personal, a su posición, valores o principios y es bueno, no queremos que renuncien a ello, pero para ellos es su salvavidas, es lo que les permite flotar. Ahora bien, si están cansados de lo vivido, de nadar contracorriente, del tiempo ya empleado para buscar soluciones, convénceles que tu los acabas de conocer y que también necesitas tu tiempo de trabajo; te lo permitirán siempre que tengan cerca su “salvavidas” y si se tiene tiempo para tomar algún artículo de supervivencia adicionales, que lo hagan. Pero sólo si al hacerlo no se pone en peligro el futuro trabajo; amigos, compañeros, familiares, que nos puedan ayudar a ver más allá.

4. Seguir las órdenes del mediador. Este puede ser el paso más importante de todos. Si no se sabe cómo ponerse a salvo, el capitán o mediador le dirán cómo. Estamos suficientemente entrenados para saber que hacer cuando no se sabe que hacer. Ese es nuestro trabajo diario y si están en nuestras manos tras el naufragio, es importantísimo que se dejen guiar. Por eso me gusta tanto la frase que alguna vez tuve que decir… “demuéstrame que merece la pena que yo te dedique mi tiempo”. A buen entendedor….

5. Concentrarse en lo que de verdad importa, en las claves y “escapar a través de la ruta más segura” que marquemos en el proceso, no la ruta más corta. Si escogemos esta última, a buen seguro después de navegar, llegaremos a un paradero poco duradero y estable.

6. Encontrar un bote salvavidas. El mejor escenario posible es entrar en un bote salvavidas, hay que dirigirse al mejor lugar para entrar o saltar en ellos, siguiendo las instrucciones del mediador. Solo así conseguiremos lo más importante en un “naufragio”: conseguir lo que de verdad necesitas, no solo lo que te interesa o lo que pediste al iniciar una negociación.

Hasta aquí, mis recomendaciones, después de muchos vuelos y muchos viajes en barco, porque la supervivencia en la mar del conflicto, significa aprovechar al máximo lo disponible, sin improvisar, con objeto que le prolonguen la vida en condiciones adversas. Y sobre todo vean una gran oportunidad.

Y por último mis palabras son para ese mediado, que no nos conoce y que pronto pueda tener un naufragio…Mantén la esperanza de ser rescatado. Historias de sobrevivientes demuestran que las personas con más determinación en sobrevivir son las que frecuentemente se salvan.


PETER PAN o la historia de una verdadera mediación familiar

 


Querido lector o lectora… bueno, quien esté ahí detrás, leyendo, seguro que han sido muchas veces las que me habéis escuchado esta historia. La descubrí hace muchos, muchos años y mis alumnos “han sufrido” esta historia una y otra vez, pero, para los que empezamos a mediar hace años, es el más recurrente de todos los cuentos clásicos. Es más, yo, con las gafas de mediador, le hubiera titulado: Peter Pan: ADOLESCENTES EN CONFLICTO.

¿Recuerdan ustedes la película Peter Pan?; creo que nunca una película infantil ha tenido mas relación con el papel de la mediación con menores o adolescentes que la mencionada película

¿Recuerdan como de forma imaginaria unos hermanos viajaban al PAIS DE NUNCA JAMÁS?. Tras irse a dormir, tres hermanos de una misma familia sueñan como por la ventana de su dormitorio, pueden volar, atraídos por el malvado Capitán Hook. En su imaginación, desean huir de su casa, su familia, sus padres, en plena post-guerra mundial, en la batalla, en el conflicto, en el que se ven afectados unos niños, la única forma de huir de ello es mediante la imaginación.

El argumento que estuvo en la mente del escritor escocés James Matthew Barrie, parte de ese primer momento: Los Darling eran una familia compuesta por el siempre preocupado por las apariencias señor Darling, la dulce señora Darling y sus tres hijos Wendy, John y Michael, y también de Nana, un perro niñera que no tenía nada que envidiar a ninguna otra niñera.

Wendy era la hermana mayor y en sus sueños vivía historias de aventuras en las que aparecía un personaje llamado Peter Pan, un niño volador, que vivía en la isla de Nunca Jamás. No era casual esa situación, ya que la madre era una gran contadora de cuentos, ya que cada noche antes de dormir leía día tras día, diversas historias a los niños.

En esta situación, mi pregunta siempre fue la misma: ¿Cuántos niños conoces querido lector que les gustaría viajar al País de Nunca Jamás? Yo pienso en esos niños de familias desestructuradas, crisis familiares, situaciones de abandono, desgraciadamente en algunos casos incluso de maltrato, muchos ¿verdad? Están junto a nosotros, en nuestros barrios, en las puertas de los vecinos, de amigos, de familias conocidas y desconocidas.

Pero continuo. ¿Recuerdan como sentían la atracción de lo prohibido… de los piratas… su referente era Garfio?. Los menores y sobre todo los adolescentes que se revelan ante cualquier situación, desean enfrentarse a aquello que no pueden alcanzar, y la mejor forma de hacerlo es mediante todo aquello que para los adultos no está permitido. ¡Mamá déjame un poco más ver la tele! ¡no quiero comer eso! ¡porqué nunca me tenéis en cuenta!... cualquier dia ¡me voy de casa!. Estas y muchas frases oímos una y otra vez, sobre todo en esos adolescentes rebeldes que están intentando encontrar su identidad. Por eso, en mis clases siempre hablo de los piratas y de su capitán, el temible y admirado Garfio, como el ejemplo a seguir de la rebeldía, ya que los piratas duermen cuando quieren, en cualquier lugar y juegan contra lo prohibido. ¿Quién no soñó, alguna vez, en convertirse en pirata en esta vida?

Pues, coincidiendo con un enfado del señor Darling, y con una salida nocturna del matrimonio, Peter (que cada noche se quedaba junto a la ventana escuchando los cuentos), volvió a por su sombra (la habían escondido cuando descubrieron que alguien más escuchaba los cuentos nocturnos) con el hada Campanilla (la conciencia, nuestra conciencia) para recuperar su sombra. Sin embargo, una vez que la consiguió no pudo volver a “ponérsela” (que importante es querido amigo, lo que somos y lo que realmente reflejamos de nosotros al exterior, por eso digo tantas veces que seáis auténticos), y se echó a llorar. El llanto de Peter despertó a Wendy, quien tras oír su problema, cosió la sombra de Peter a sus pies.

Peter Pan quedó encantado de las habilidades de Wendy y le pidió que viajara con él y Campanilla al país de Nunca Jamás, donde podría vivir aventuras y ser la mamá de los Niños Perdidos. Y así, enseñó a volar a los tres niños con la ayuda del polvo de hadas de Campanilla, y todos viajaron a Nunca Jamás.

¿Recuerdan ustedes quienes se encontraban allí en comunidad?: LOS NIÑOS Y NIÑAS PERDIDOS. Cuantos de estos “niños perdidos” se encuentran a nuestro alrededor como antes os mencionaba. Cuantos son objetos de abusos, de utilización como “armas” arrojadizas en supuestos de crisis matrimonial en nuestros dias; o peor, si conocemos las cifras estadísticas que nos hablan de abandono, acogimientos temporales o retiradas de la patria potestad por no procurarles la formación integral necesaria. Pero quiero referirme, en este caso no a las situaciones, que ya las mencioné, sino a los lugares: “la comunidad de los niños perdidos” son las “viviendas tuteladas”, “las casas-cuna”, los centros de acogida de menores no acompañados”… Hay muchas comunidades de niños perdidos ¿verdad?

En nuestra historia, tras llegar al País de Nunca Jamás, aunque Peter Pan no quería saber nada de madres ni de adultos, los Niños Perdidos pensaban a menudo en sus madres y estaban encantados de tener una.

Wendy aceptó de buen grado su papel de madre, cuidando a los niños, dando medicinas, poniendo tareas, fijando normas, cosiendo, cocinando y contando cuentos. Y así pasaron felices, bastante tiempo, viviendo las aventuras que siempre habían soñado, propias de una isla tan fantástica, y comenzando a olvidar a sus padres y a su pasado, especialmente John y Michael, los más pequeños. Wendy se acordaba más de ellos, sobre todo de lo que estarían sufriendo, pero estaba tan segura de que sus padres tendrían siempre abierta la ventana para recibirles con alegría el día que decidieran regresar, que no se preocupaba demasiado.

Una historia, tras otra, de indios y vaqueros…así fue pasando el tiempo hasta que una noche Wendy, temerosa por llegar a olvidar a sus padres y por lo que estarían sufriendo, decidió que debían volver a casa con  sus hermanos… y lo que es más, después de probar lo que era una madre, los niños no querían perder a Wendy, y deseaban seguir con ella, así que esta se ofreció a que sus propios padres adoptaran a todos. Los Niños Perdidos aceptaron ilusionados, pero Peter no quería saber nada de ninguna madre, ni hacer nada de lo que obligan a hacer los mayores, ni crecer, y se negó a volver y ser adoptado. Así, se despidieron y se marcharon. Todos, absolutamente todos, queridos amigos, tenemos ese niño o niña dentro de nosotros.

Pero un nuevo imprevisto, ya que precisamente Garfio, había preparado un ataque pirata ese día a la comunidad de los niños perdidos, y preparó una emboscada para capturar a Wendy y a los niños, a quienes no protegía Peter porque entonces actuaba como si no le importara su marcha. Garfio tenía todo tan planeado que pudo incluso llegar al escondite de Peter mientras dormía, y envenenar su medicina.

Campanilla descubrió lo que había ocurrido y corrió a despertar a Peter. Este, antes de ir a salvarlos quiso tomar su medicina para agradar a Wendy, pero la pequeña hada lo salvó de morir envenenado en el último momento, bebiendo ella el contenido del frasco. Campanilla estuvo a punto de morir entonces, pero un hada puede salvarse cuando los niños creen en las hadas, y cuando se lee este cuento, siempre hay un niño que cree en las hadas y salva la vida de Campanilla.

En el barco pirata Garfio ya había decidido acabar con los niños haciéndoles caminar por el tablón. Pero entonces se escuchó el “tic-tac” del cocodrilo y el capitán pirata se aterrorizó. Sin embargo, solo era un engaño de Peter, que acudía a salvar a Wendy y a los niños. Peter fue acabando con los piratas de uno en uno hasta conseguir la llave de los grilletes y liberar a los niños, y entonces comenzó una feroz lucha en el barco, marcada por el enfrentamiento entre Peter y Garfio. Pero esta vez el niño venció sin dificultad, y de una patada en el trasero envió al pirata a las fauces del cocodrilo, que había estado siguiendo el “tic-tac” de Peter. Gracias a la gran victoria los niños se hicieron con el barco de los piratas, y tras las celebraciones, al día siguiente pusieron rumbo de vuelta a casa.

Por eso, cuando pienso en este pasaje, siempre me vendrá a mi mente ¿Recuerdan cómo recuperaba Peter Pan a sus “hijos”?: pensando como ellos, viviendo como ellos, SINTIENDO COMO ELLOS, como Wendy. Solo es posible entrar en su mundo, si cerramos los ojos e imaginamos como ellos.

PUES ESO SUPONE LA MEDIACION FAMILIAR con menores o adolescentes.

Y termino mi post. Tras la vuelta, en casa de los Darling las cosas habían cambiado. El señor Darling, arrepentido por sus errores del pasado; la madre se aseguraba de que la ventana estuviera siempre abierta, para el regreso de los niños.

Querido amigo o amiga, conseguir cada vez que tengáis encima de vuestra mesa de negociación un conflicto en los que se encuentren involucrado menores, “viajar al país de nunca jamás”, sacar el niño que tiene el adulto dentro, para que comprendan lo ocurrido desde los ojos de un niño y podamos conseguir que exista un acuerdo, con la “ventana abierta” de nuestro trabajo.

Peter Pan, es madurez dentro de poder mantener nuestro niño que llevamos dentro; es familia, colectivo, lo más importante que tenemos; es imaginación, algo que sobra en los menores y falta en los adultos.

Peter Pan, eres tú


jueves, 24 de junio de 2021

Los estereotipos sociales en la mediación

 

Los estereotipos son un conjunto de ideas y creencias prefijadas respecto a las características de determinados temas o colectivos. Y son muchos los que en una mesa de negociación aparecen y tenemos que saber manejar con prudencia y acierto.

Los estereotipos en la mediación pueden llevarnos a prejuzgar a los demás y mantener actitudes que suponen un trato inmerecido, que produzca desigualdad y debido a ello a veces actuamos como si conociéramos a quien no conocemos en función de características que no han demostrado. De dónde proceden, porque se producen y cómo combatirlos en mediación. Sobre todo no por los estereotipos que nosotros pudiéramos tener, que se disiparían con aplicar nuestra neutralidad y objetividad, olvidándonos de la “etiqueta”. ¿Pero qué ocurre con los mediados?

El estereotipo, nos muestra una percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que comparten ciertas características. Dentro de estos podríamos hablar de diferentes tipos: sociales, culturales, de clase…

Los estereotipos sociales conllevan a la categorización social, se priman los comportamientos grupales por encima de los individuales. Se pierde la individualidad en detrimento de la colectividad. Perteneces a un estatus social y eres “como todos”.  Y eso en la mayoría de las ocasiones, los mediadores somos testigos de que no es así. Por eso me gusta decir que al mediar hacemos trajes a medida, porque cada uno es como es y nadie es igual al otro, ni su asunto tampoco.

Nuestra mente y la de nuestros mediados, va categorizando lo que tenemos a nuestro alrededor, ya que etiquetar, hace más fácil el camino a la comprensión de que hacer cuando no se sabe que hacer. La etiqueta te dirá el modo de intervenir. Pero que gran error. Simplificamos lo que nos rodea y así dividimos por categorías. 

Así estereotipos de raza, fundados en el color de piel, es un clásico y de ello surge el estereotipo de culturas. Hablando mal y pronto querido lector… “¡¡es que son chinos!!”, musulmanes, gitanos, judíos. Como si todos tuvieran las mismas características.

Es por ello que animo a los mediadores a trabajar individualmente cada caso, valores, principios, percepciones, emociones… y cambiar los estereotipos, pero ¿Qué puedes hacer para combatir los prejuicios? Yo me atrevería a daros algunas recomendaciones, evidentemente desde la experiencia y admitiendo cualquier crítica constructiva.

Primero pienso que debes descubrir y reconocer tus propios prejuicios. Porque tenemos que ser conscientes de que los tenemos y solo desde el autoconocimiento podemos ayudar a los demás en una negociación.

En segundo lugar, os animaría a trabajar contra esas creencias, sabiendo argumentarles porque no deben ser motivo de una valoración. Habrá muchas cosas que les separe tras un conflicto, pero no debemos dejar que determinados estereotipos impidan encontrar un lugar de diálogo y entendimiento. 

Eso te ayudará siempre a buscar lo que tienen en común más que lo que les diferencia y conseguirás el compromiso de cambiar

Si has seguido las dos recomendaciones anteriores, pregúntales luego con esa “herramienta tan eficaz de la empatía”, ¿Cómo reaccionarías si, siendo de raza gitana, alguien te dijera que quiere saber cómo es la gente de tu raza?

Somos iguales, somos diferentes, el gran binomio. Desarrollar la empatía. significa ser capaz de ponerse en el lugar del otro y saber qué está sintiendo. Eso les hará valorar la diversidad en todos los sentidos, algo que te permitirá ser creativo y aprender que no siempre tu postura, tu posición será la correcta.

 Si conseguimos mantener al margen los estereotipos en la mediación, seremos capaces de conseguir que en un proceso no haya desequilibrio por diferencia de poder económico, de género (quizás el más difícil de modificar y el más dañino en nuestra sociedad), de nacionalidad ante la ruptura de fronteras y el movimiento migratorio, de orientación sexual, de edad cronológica, etc.

Dejaremos de pre-asignar roles, de entender que uno u otro tiene más razón en el problema y educaremos los mediados en un futuro inmediato.

Difícil ¿verdad? Es tu reto, es nuestro reto.


PINOCHO, Te pusieron hilos y te hicieron pasar por títere

 

Escrito por Elder Asael García y Javier Alés

Siempre es un reto escribir desde el alma, el corazón, pero así lo pensamos, porque los autores somos ese Gepetto, que consigue que de un muñeco de madera, salga un ser con corazón, que se dé cuenta de que para vivir en paz, necesita apartarse de la envidia, el engaño y acercarse a la razón, la más humana de nuestras virtudes.

“Te puse hilos y te hice pasar por títere” es una de muchas de las frases que la película de “Pinocho” nos presenta y que permite darle diversas interpretaciones. El solo hecho de pensar la relación entre “hilos” y “marioneta” en automático nuestra mente nos envía la idea de que “alguien más” que esta, no detrás de uno sino arriba, y que hace que la marioneta tenga movimiento.

¿En qué momento nos ponemos o nos ponen esos hilos que tienen como objetivo producir el movimiento?

Regresemos a otra frase. ¡Despierta a la vida! ¡Ser feliz depende de ti! así le dice el Hada azul a pinocho cuando a través de su varita mágica, lo convierte de un ser inanimado a una marioneta con vida. Pero que pasa después, pareciera que el Hada le ha dado un regalo excepcional a pinocho, pero como todo tiene un límite, tres grandes retos le refiere y que debe procurar ser para que se convierta en un niño de verdad. Bueno, sincero y generoso. ¿Os suena queridos mediadores, a lo que intentamos conseguir?

Además, de ello el Hada, al menos así lo pensamos, el lector tendrá sus conjeturas, hace que pinocho busque siempre y en todo momento ser sabio, es decir, distinguir del bien y del mal. Para ello, entra un segundo personaje no menos importante, pero si quizás el principal, la conciencia, esa “débil voz interior que nadie escucha” dice el cuento.

Este pasaje tiene mucho que decir, que da materia para una segunda parte, la conciencia es, dice el Hada, el “consejero de la tentación”. Como marioneta inanimada que fue pinocho y al tener vida, no deja de tener esos “hilos” que lo mueven. Podríamos decir que en el campo terrenal constituyen esos valores, emociones, sentimientos, en fin, que hacen en la persona se produzca el movimiento traducido en conducta.

También, se podría pensar que los “hilos” son aquellos actos que las personas hacen sobre otras con el afán de hacer que el movimiento o mejor dicho el comportamiento sea como quiere que sea el que hace que esos “hilos” se muevan. He aquí la presencia de cómo algunas personas pueden incidir sobre otra u otras.

Si el lector considera que estamos equivocados, agradeceríamos que nos corrigiera: en el mundo existe un denominador común: hay una voluntad creciente de las personas de mantener el control de la vida, proyecto y trayectoria personales, de los conflictos propios, su arreglo, pero también, de los ajenos.

En la gestión de los conflictos, el mediador está atento al desequilibrio de poder entre los mediados, y ante esto, en automático buscará generar un ambiente de igualdad de condiciones. Ser mediador profesional o no, contrario a lo que se piensa, no es nada fácil y mucho menos cuando hay tantos hilos de por medio.

No solo es desenredarlos sino hacer que los hilos desaparezcan. ¿Cómo se puede hacer eso? Bueno, si la respuesta fuera como hacer una operación aritmética donde dos más dos es igual a cuatro, entonces los conflictos desaparecerían en automático, pero como el ave fénix, este tiende en algunas ocasiones a resurgir entre las cenizas.

El mediador, al estar desprovisto de autoridad que lo hace más complicado aún, pero que se convierte en un reto, a través de las técnicas de la comunicación, sobre todo, hace o que la persona que mueve los “hilos” los deje de mover o mejor aún hacer que desaparezcan……

Hilos, marionetas, personajes secundarios que asesoran a quienes están implicados, aprovechar la situación, mares donde surcar…

Pero, permitirnos volver a la historia del cuento. Aquella noche, que el carpintero Gepetto tallando en su taller un muñeco de madera, se quedó dormido, soñó algo “que lástima que sólo seas un muñeco y no puedas ser un niño de verdad”.

Nosotros queridos amigos, soñamos muchas veces que el problema que tenemos entre manos, se humanice, seamos conscientes que de esa madera, hay algo dentro, de verdad. Recordad entonces que es el Hada azul, quien lo hizo realidad: Nuevamente esa mediadora que tenemos dentro y que a nuestros mediados les dice… “Despierta Pinocho. Ahora puedes hablar y moverte como los demás. Pero tendrás que ser muy bueno si quieres convertirte en un niño de verdad”, despierta mediado, nadie mejor que tu conoce el problema y tienes el deber de hablar, moverte y decidir por ti mismo, que nadie lo haga por ti, pero necesito colaboración, sinceridad, honestidad y buena fe, solo así te convertirás en alguien de verdad.

En este análisis que siempre nos apasiona compartir, aparecen unos personajes únicos, “Pepito Grillo”, “Espárrago”, “tragalumbre”, “el zorro”…

Todos tienen una misión: el grillo ejercer de conciencia, para pensar, ¿no te merece la pena ceder para conseguir?, no podemos permitir que sin “acudir a la escuela de la mediación” se intente arreglar un desaguisado, porque el resultado puede ser que te quedes encerrado, como le ocurrió a Pinocho, tras desviar la atención de su misión: hacerse un niño de verdad.

Tragalumbre, le mueve la ambición, dicen que la avaricia rompe el saco. Una posición inflexible en una negociación te lleva al ocaso, por eso es tan importante el binomio ganar-ganar. Maldita ambición de muchos

Pero nuestra mediadora, el Hada Azul, te volverá una y otra vez a devolver el poder de decisión y de cambiar tu rumbo, te escucha, te oye y aparece en el momento oportuno

Y nos queda analizar quizás por lo que más se recuerda la historia de pincho, la marioneta que se convirtió en niño. LA MENTIRA. Si recordáis la nariz de Pinocho crecía y crecía cada vez que mentía. Pepito Grillo (bienvenidos todos los pepitos grillos y las hadas azules a la mediación), le conmina una y otra vez a decir la verdad. No tenemos ni debemos comprobar si lo que nos dicen en nuestras sesiones son verdades irrefutables o no, ellos tienen su derecho a decir lo que piensan y sienten, pero la mentira, nos llevará al incumplimiento final de lo que se acuerde y eso solo afectará a ellos, a nuestros “pinochos”, porque si no me dices la verdad… difícilmente te podré ayudar.

La mentira es la peor enemiga de la mediación, y podemos caer una y otra vez a pesar de nuestras buenas intenciones.

Es entonces, querido lector, cuando te queremos decir, que al igual que en el cuento, al final, estarás en un mar, en el que tienes que rescatar a pinocho, a gepetto y a todos aquellos que hayan caído en él, no porque no sepan nadar, lo intentaron ya, pero no encuentran la orilla

Por eso muchas veces hablamos de las “cenizas del conflicto” y hoy te hablamos “de la ballena que se los tragó”, la sociedad que vivimos y que hace que sea difícil salir de una crisis de cualquier tipo, aquella que te llevó a acudir a la mediación.

Y solo si quemamos “la barca” en la que nos subimos para navegar por ese mar de dudas, y sacamos el corazón que llevamos dentro, podremos decir que de “esta madera” salió este “acuerdo” al que le hemos puesto corazón y alma.

Fuera hilos, fuera manipulación, fuera que haya personas que decidan por mi, cual marioneta, y bienvenido el espacio donde me devuelven, alma y corazón, para tomar las riendas de mi futuro.

Una vez más Elder y Javier te decimos… bienvenidos “pepitos grillos” y “hadas azules”, estáis en vuestra casa de la mediación para ayudar a los demás.


jueves, 17 de junio de 2021

Alicia en el País de lo Imposible

 


Esta vez no se trata de “Alicia en País de las Maravillas”. Nuestra protagonista de este post, es una mediadora, mujer, que se llama Alícia y que un buen día decidió hacerse mediadora y apostar por la gestión de conflictos como la mejor solución de todas.

Como si de las aventuras de la otra Alicia se tratara, es un post de fantasía escrita por y para la mediación, por y para los mediadores, en homenaje a todos vosotros.

Nuestra Alicia, la mediadora, cae por un agujero, encontrándose en un mundo peculiar y extraño, poblado por humanos y criaturas antropomórficas, que no estaba en sus libros de mediación, pero que va a ser el día a día de su ejercicio profesional. Cuántas veces hemos dicho que una cosa es la academia y otra la realidad en cualquier profesión. Esta obra y este post, esta considerada una de las mejores novelas del género del Sinsentido, en la fantasía.

Hoy os quiero llevar a su argumento, al motivo de porque nuestra Alicia, le apasiona la mediación, porque cree que hay otro mundo, que seguramente se entienda y apueste por hablar, aunque sean otros idiomas.

Y os menciono los 12 capítulos, como los de la otra Alicia, la famosa, que tienen que ver con su trabajo:

PRIMERO- El descenso por la madriguera

Todo comienza cuando Alicia se encuentra sentada en un aula de la Universidad Loyola, aburrida, en cuarto de grado, sin saber que hacer con su futuro profesional, junto a una compañera. La compañera leía un libro de su carrera de derecho, "sin ilustraciones ni diálogos", lo que hace que Alicia divague por el aburrimiento.

De repente, aparece junto a ella una ilusión, un conejo vestido con una toga, que corre murmurando que llega tarde al juicio, mirando su reloj de bolsillo. Alicia, nuestra mediadora, siente curiosidad por él y decide seguirlo e incluso entrar a su madriguera, a su juicio, a la sala de vistas, ya que estos son públicos. Esta Sala, de repente se convierte en un pozo vertical, oscuro, impregnado por la vida de tantas y tantas vistas celebradas. Durante el tiempo que “caía” por ese agujero de la sala, recordaba, sus estudios, el por qué eligió la carrera, sus motivaciones, lo que dirían sus padres si hubiera realizado esta u otra formación… y se preguntaba cuando dejaría de caer y llegar a donde fuere su destino. 

Al finalizar su caída, y sin haberse hecho daño, Alicia entra en un mundo de “dimes y diretes”, de preguntas del fiscal, de intervenciones de testigos, de aseveraciones y consideraciones; de resultandos y considerandos, de absurdos y paradojas lógicas.

Es el momento en el que Alicia encuentra una pequeña botella, la primera de varias que encontrará en su aventura, con una etiqueta que dice «LA MAGIA DE LA MEDIACIÓN», en ese momento atraída por la botella, Alicia se empequeñece, ya no es visible en la sala, mide tan solo 25 centímetros, ya no es la protagonista de la vida de sus clientes, sino alguien que pasará inadvertida, pero muy importante porque tenderá a que las partes en conflicto, sus futuros clientes sean quienes se atribuyan el éxito del acuerdo que alcancen con su trabajo. 

Ella quiere salir del juicio, abrir otra puerta profesional, seguir explorando el mundo nuevo al que le llevó ese “brebaje”. A través de la puerta se ve un atractivo jardín, pero la llave que abre la puerta está sobre una mesa que Alicia no puede alcanzar, se trata de conseguir un master, un diploma, algo que le permita ir y viajar a ese jardín, debido a su nueva estatura. Alicia, nuestra mediadora, intenta entonces recuperar su estatura original, para ello comerá, se formará en técnicas y habilidades que le permita, comiendo un pastel que encuentra con la etiqueta «FORMATE».

SEGUNDO- En un mar de lágrimas

El pastel tiene el efecto esperado, y Alicia crece y crece profesionalmente, más de dos metros, más de lo que esperaba y por tanto se siente grande, fuerte, hábil. Con su nueva altura, Alicia consigue tomar la llave, pero al no dejar de crecer su ego, choca contra el techo y no puede acceder a la puerta. Es cuando Alicia comienza a llorar, y poco a poco inunda la habitación en un charco de lágrimas de diez centímetros de profundidad, no es fácil para ella dejar de ser abogada, para lo que le formaron y pasar a ser mediadora. Y lo más duro, aquello que le hace llorar y llorar, no tiene clientes, no conocen la mediación, no cree que pueda vivir de ello. Mientras tanto, nuevamente aparece nuestro Conejo Blanco, que pasa nuevamente frente a Alicia, rápido, sin tiempo, sin capacidad para pararse, así es la justicia y sin querer, nuestro letrado, el conejo deja caer un abanico que Alicia utiliza para refrescarse después de tanto sollozo. Y…el abanico resulta ser mágico, de nuevo consigue encogerse. Tanto es así que aquel charco de lágrimas es ahora un mar donde Alicia podrá nadar y ver una oportunidad donde aquello fue un problema.

Es ahora cuando a su lado pasa nadando un ratón, un mediador desde hace tiempo, un tal Javier Alés y Alicia intenta entablar conversación con él. El ratón se ofrece a guiarla hasta la orilla. En el camino, Alicia ve que otros mediadores también se encuentran nadando y tratando de salir del mar de lágrimas. Mediadores de todo tipo, interculturales, educativos, sanitarios, familiares (los más avanzados) 

TERCERO- Una carrera en comité y un cuento largo

Alicia y todos los que se encontraban en ese mar, consiguen llegar a tierra firme. Es el momento de ver si tras tanto esfuerzo de formación están preparados para mediar; así que el ratón (Alés)  organiza una carrera para secarse. La carrera no tiene reglas, es flexible, es voluntaria, ni tampoco tiene una duración definida, salvo correr en círculos, lo que hacen todos hasta quedar secos. Es el momento en el que a modo de lección, el ratón, decide declarar ganadores de la carrera a todos los participantes, porque una vez más, para Alicia es una nueva enseñanza: en Mediación no hay vencedores ni vencidos. En ese momento, se decide que Alicia es quien otorgará los premios. Nuestra mediadora encuentra casualmente una serie de caramelos en sus bolsillos, que reparte entre todos. Como ella también fue ganadora de la carrera pero no se quedó ningún caramelo de los que repartió, su premio es un dedal que ella misma tenía en el bolsillo, y que da al ratón para que, simbólicamente, entregue el premio. Ya está preparada. Ya se siente legitimada para que crean en ella y confíen sus problemas a su buen hacer.  

CUARTO- La habitación del Conejo Blanco

Tras quedarse nuevamente sola, una vez terminó la carrera y la entrega de “diplomas”, Alicia ve pasar nuevamente al Conejo Blanco, gran abogado y mejor espíritu de la ley. El pobre está buscando su abanico desesperadamente, y al ver a Alicia, la confunde con su pasante Mary Ann, y le exige que vaya a buscar el abanico, “el expediente” y un par de guantes blancos a juego con su Toga, a su despacho, a su estudio jurídico. Alicia obedece y finge ser Mary Ann, para no enfrentarse en discusiones; los mediadores, piensa, siempre hemos sido así, huimos del enfrentamiento, aunque muchos “conejos blancos con toga” digan que siempre han mediado. Tras buscar, encuentra su estudio en cuya puerta dice, "C. BLANCO ABOGADO". Es entonces cuando Alicia entra, sube a un cuarto donde encuentra el abanico, y otra botella con líquido. A pesar de que la botella no tenía letrero alguno, esta vez Alicia bebe por curiosidad, ya que todas las bebidas de ese mundo le han provocado efectos sorprendentes. Esta no es la excepción, y el tamaño de Alicia aumenta hasta hacerla quedarse pillada en la habitación del despacho. Le recordó lo que había sido su formación, aquella ristra de expedientes acumulados en la mesa, uno detrás de otro, lleno de números y de fechas, incluso en algunos de ellos ponía “causa con preso”.

Cuando el Conejo Blanco llega a reclamar su abanico, sólo ve un enorme brazo saliendo de la ventana del despacho. Ante el temor, el conejo va entonces a pedir ayuda, sin saber que el brazo pertenece a una niña gigante, y la multitud que se reúne afuera comienza a proponer varias soluciones para retirar el brazo, todo son opiniones, conjeturas, debates, discusiones, e incluso se llega a proponer que se prenda fuego al estudio. El capítulo termina cuando la multitud comienza a arrojar panecillos mágicos, que habían sido fabricados en multiples congresos, jornadas, cursos, seminarios sobre mediación y gestión de conflictos, por la ventana. Alicia come algunos y disminuye de tamaño hasta poder salir del Estudio. Alicia huye de la multitud y se pierde en un bosque cercano, donde se detiene frente a una seta gigante.

QUINTO- El consejo de una oruga

Una vez huida al campo, necesita respirar y ver que su intención de huir de la toga, no es una quimera, se encuentra encima de la seta gigante, una oruga azul sentada y fumando. En ese momento la Oruga le pregunta a la niña sobre su identidad, sobre quien era y que hacía allí. Alicia, la nuestra, la mediadora, no pudo responder de una manera sencilla, pues consideraba que, tras haber cambiado de tamaño varias veces, su propia identidad se había perdido y en ese momento ella misma ya no sabía quién era, si graduada en derecho, abogada, mediadora y se preguntaba, ¿sabrán en este bosque lo que es la mediación? Ambos, oruga y mediadora discuten, pero no llegan a ninguna parte: quién eres, para que sirve, crees que podrás vivir de ello…. Finalmente, Alicia expresa su inconformidad con su estatura actual de siete centímetros, al considerarla una mínima y sin interés para nadie. Es entonces cuando la oruga, quien supimos después que es orientadora y terapeuta, se marcha ofendido tras el encuentro y discusión de las funciones de ambos, no sin antes decirle, que aquella seta que les había unido en el encuentro, también puede afectar su estatura, para disminuirla, si comía de un lado de la seta, o para aumentarla, si comía del otro. Como Alicia no podía saber qué lado era cual, cortó dos pedacitos de los extremos opuestos. Al probarlos, los pedacitos surtieron el efecto esperado: uno hacía que Alicia encogiera, mientras que el otro estiraba su figura y la hacía ver desproporcionada. ¡Madre mía! Pensó estando sola. Así tuvo que comer varias veces de cada uno de los pedazos hasta alcanzar una estatura satisfactoria. Finalmente, Alicia vio una casita de un metro y veinte de altura, a la que decidió llamar, por lo que ajustó su estatura a veinticinco centímetros.

SEXTO- El Cerdo y la pimienta

Antes de que Alicia se decidiera a acercarse a la casita, que parece ser como lo que llamaríamos la sede de una Colegio Profesional, surgió detrás de ella, del bosque, quien parecía ser un administrativo, diríamos hasta un repartidor, con un letrero en la espalda que ponía “SEUR”,  pero tan raro que tenía cabeza de pez. El correo llama a la puerta y aparece un segundo profesional, con cabeza de rana. Es entonces cuando nuestra mediadora, escucha que el  Pez trae una invitación para la DECANA, gestora de la casa, de parte de la Reina de Corazones, para jugar al croquet. Alicia se dirige a la puerta y entra en la sede  

Dentro a quien llamaron DECANA, sostiene a un bebé junto a su secretaria, quien prepara una solicitud de turno de oficio, a juzgar por el ambiente, tiene demasiada pimienta, ambas manifiestan, que el asunto es turbio. También está en el suelo un gato sonriente, al que la Decana presenta como un gato de Cheshire. La regidora de la “casa” entrega el bebé a Alicia para que lo arrulle un poco, y aprovecha para desaparecer arguyendo que debe asistir al juego de croquet de la Reina. Cuando Alicia intenta mecer al bebé, que se movía incansablemente, seguramente un nuevo letrado joven piensa, como ella, este comienza a transformarse en un cerdo. Alicia sale de la casa y pone al cerdo en libertad, que el decida, lo que quiere ser.

Es entonces cuando nuestra Alicia continúa su camino por el bosque, donde se reencuentra con el Gato de Cheshire, quien la invita a visitar al Sombrerero y a la Liebre de Marzo.  

SEPTIMO- Una merienda de locos

Cuando Alicia llega a la casa de la Liebre, observa que esta, el Sombrerero y un Lirón se encuentran tomando té al frente a la casa. Hablan y hablan de cosas que Alicia no comprende todavía, que si Programación Neurolingüistica, que si coaching, que si inteligencia emocional, parece una merienda de locos, tras que Alicia se une a ellos, al poco tiempo sale de allí, pensando que hay mucho que trabajar para ser lo que quiere ser y sobre todo, compartir con quienes tiene que compartir. Es entonces cuando Alicia encuentra una puertecita en un árbol, la cual atraviesa para entrar al jardín de croquet para poder jugar.

OCTAVO- El croquet de la reina (juego anglosajón, al igual que el inició seg--ún dicen de las ADR)

En este capítulo, Alicia trata de dominar a un flamenco para comenzar el juego de croquet.

En la entrada del jardín, Alicia encuentra a tres jardineros pintando un rosal. Los jardineros habían plantado un rosal blanco donde debía haber uno de color rojo, por lo que estaban pintando las rosas, apurados, antes de que la reina descubriera el error. Sin embargo, a lo lejos, observa que los reyes de corazones y su cortejo pasaron por allí. La reina, al descubrir el error de los jardineros, ordena que sean decapitados. Para evitarlo, porque a ella no le gusta nunca decisiones arbitrarias y la justicia no es para aplicarla sin oir a cada parte, Alicia esconde a las cartas y los verdugos, para salir de la situación, hacen creer a la reina que ya cumplieron con la sentencia. ¿Hizo mal?, eso pensaba, pero también es cierto que el derecho no puede primar sobre la justicia, es aquel el que debe adaptarse a ésta.

Entonces la reina ordena entonces que vayan hacia donde se jugará al croquet, e invitan a Alicia a participar en el juego. Alicia los acompaña y percibe que a su lado va el Conejo Blanco, el gran abogado, quien estaba aterrado por la imponente presencia de la reina, la justicia, el Tribunal. El Conejo con su Toga, casi no habla en el trayecto, únicamente lo suficiente para informar a Alicia que la Decana había sido hecha prisionera por llegar tarde al juego.

Una vez en el campo, Alicia ve que el juego tiene características peculiares: en vez de bolas, se usaban erizos llamado “autos”, y en vez de mazos, flamencos llamados “Providencias”. Tampoco había arcos, pero en su lugar los naipes se colocaban en cuatro patas para marcar el curso del juego, asi se postraron aquellos que hacían llamarse, Código Civil, Código Penal, Código Mercantil…. Todo el mundo jugaba sin ningún orden, discutiendo continuamente; los “autos” escapaban cuando podían, y la Reina de Corazones ordenaba que le cortaran la cabeza a todo el que se le ocurría hacerlo, no se trataba según decía ella de ejecutividad, sino de ejecutoriedad… que palabras madre mía.

En medio del caos, aparece en el aire la cabeza del Gato de Cheshire, y Alicia se siente aliviada de poder conversar con alguien conocido. La Reina de Corazones, Jueza al caso se siente intrigada por el gato, por esta nueva prueba y al verlo, como era su costumbre, ordena que le corten la cabeza, lo inadmite. El verdugo y la reina se confunden terriblemente, pues el gato sólo había hecho aparecer su cabeza y no era evidente que hubiera un cuerpo de dónde cortarla. Alicia sugiere que, para aclarar la confusión, habría que preguntarle a la Decana que, al fin y al cabo, era la dueña del gato y podría trabajarse la “mediación intrajudicial”... toda una declaración de intenciones, que la Reina admite. 

NOVENO- La historia de la Falsa Tortuga

La Decana se porta muy amablemente con Alicia, al contrario de lo relatado en el capítulo VI, lo que hace pensar a Alicia que tal vez la pimienta tiene un efecto negativo en el carácter de la gente; se trata según ella y así se lo hace saber a la Duquesa, la Decana, de conseguir en este mundo fantástico cambiar la “cultura del pleito” por la “cultura del acuerdo”. Piensa también que el vinagre y la manzanilla deben ser también negativos, y que es preferible el consumo de azúcares y golosinas para tener buen carácter. De repente aparece Su Señoría, la Reina de Corazones y ahuyenta a la Decana. Es en ese momento, cuando la Magistrada parece haberse olvidado del juego de croquet, del gato y de sus súbditos, pues lleva a Alicia ante un grifo durmiente, y le pide a este que lleve a la niña donde se encuentra la Falsa Tortuga, para que le cuente "su historia".  No es tan fácil cambiar la historia de la justicia en España.

DECIMO- El baile de la langosta

La Falsa Tortuga, anciana sabia, dicen que catedrática de la vida, porque según estos lares sabe más el diablo por viejo que por diablo, canta una canción sobre un baile de langostas en el fondo del mar. Alicia, por su parte, narra sus aventuras desde que cayó por la madriguera del Abogado, el Conejo Blanco. El Grifo y la Falsa Tortuga escuchan hasta el encuentro con la Oruga Azul, y encuentran la historia muy extraña. La Falsa Tortuga canta entonces una canción sobre la sopa de tortuga, es sonido importante, porque la letra habla de negociadores, conciliadores, hombre y mujeres de paz y súbitamente son interrumpidos por un ruido lejano que anuncia el comienzo de un juicio. El Grifo toma a Alicia y la lleva corriendo al juicio, mientras la Falsa Tortuga se queda hasta que termina su canción. No está para correr. Siempre le escucharán y siempre estará ahí, para quien quiera saber los orígenes de todo.

UNDÉCIMO- ¿Quién robó las tartas?

El Conejo Blanco, vestido con Toga y birrete, como heraldo de la corte, se encuentra en escena y Alicia llega al lugar en el que se efectuará el juicio, y ve que se ha constituido un jurado de animales frente a los tronos del Rey y la Reina, Tribunal al efecto de Corazones, alrededor de los cuales estaba el mazo de naipes y una multitud de animales espectadores. El juicio es público… los testigos no pueden entrar. El acusado era la Sota de Corazones, ya que detrás de cada problema hay sentimientos, emociones, que representan los corazones, nuestro mazo en la vida; y el Conejo Blanco oficiaba como insigne abogado. Según contaba en su alegato El Conejo, la Sota era acusada de haber robado las tartas que la Reina preparó "en un día de verano". El Sombrerero fue llamado como primer testigo, y acudió acompañado de la Liebre de Marzo y el Lirón. El testimonio del Sombrerero rápidamente derivó en una discusión con el Juez Corazones, quien estaba intrigado por la etiqueta del sombrero y por el té que el Sombrerero tomaba antes de llegar. Mientras esta discusión tenía lugar y los personajes dejaban de prestar atención al juicio, Alicia comienza a crecer repentinamente.  Es su momento, porque el Abogado le llamará como testigo…

DUODÉCIMO- La declaración de Alicia

Estamos llegando al final de nuestra historia de Alicia, en el País de los Conflictos; es el momento en el que nuestra mediadora Al olvidar que súbitamente recuperó su altura normal, se levanta para comparecer como testigo y derriba sin querer todo a su alrededor. El testimonio de Alicia termina enseguida, al preguntarle el Rey, el Juez qué sabe de este asunto, a lo cual Alicia responde que nada. Le enseñaron el llamado Secreto Profesional; pero si quiso aprovechar y en esta oportunidad que le había dado el Conejo Blanco, hablar de las BONDADES DE LA MEDIACIÓN, porque estas no son más que apostar por una JUSTICIA DE CALIDAD y ella estaba decidida a seguir trabajando en post de una paz donde “los trapos sucios se laven en casa” y nadie decida por nadie, sino que le ayude en su viaje en la búsqueda de la solución.

Todo lo que había vivido en este mundo fantástico, le había servido para darse cuenta de su verdadera pasión.

En Alicia en el País de las Maravillas, había sido un sueño, pero en nuestro Alicia en el País de lo Imposible, ese sueño se había convertido en realidad; cuando despertó, se había dado cuenta que no quería ser otra cosa que MEDIADORA PROFESIONAL.

Historia dedicada a todas las mediadoras que día a día hacen el esfuerzo de apostar y dignificar esta profesión de MEDIACIÓN.


Viaje al Centro de la Tierra o como gestionar un conflicto

 

Hace mucho tiempo leí la más famosa de las novelas de Julio Verne “Viaje al centro de la Tierra”, en plena adolescencia, donde descubrimos más allá, mediante la lectura, esa fascinación que nos produce lo desconocido. Esta novela publicada en 1864, en su argumento, trataba de la expedición de un profesor de mineralogía y dos personajes más, que viajaban al interior de la Tierra y se encuentran en su aventura con una gran sorpresa al llegar.

Tal es así que, según la novela, dentro de nuestro planeta, existían bosques de hongos, mares subterráneos, criaturas que ya habían desaparecido en la corteza de la tierra, incluso tormentas y relámpagos nunca vistos.

Y hoy, ya como mediador, vuelvo a releer la novela y me parece fascinante todo lo que tiene que ver con los conflictos que a diario tenemos a nuestro lado. Buscar y viajar al centro de la tierra, supondría para mí, viajar al centro del conflicto, donde no sabemos que nos vamos a encontrar, pero como en la novela, los aventureros, lo haremos mediante el proceso de mediación y la pregunta es, ¿Qué nos encontraremos? Yo os puedo asegurar, que con esta simbología, podemos entrar en un mundo fascinante, de novela, en cada caso, en cada mediación, en cada conflicto.

Podemos encontrar “erupciones volcánicas”. Una erupción volcánica es un evento geológico que se caracteriza porque se emite, a la corteza terrestre, por parte de lo que llamamos volcán una serie de “ríos de lava” incluso gases producidos del centro de la tierra.  Dicen los expertos que este fenómeno natural constituye, a corto o mediano plazo, un desastre natural que tiene un impacto local o global y que puede alterar los hábitos animales y humanos, el clima, la topografía, etc. Y me pregunto yo, querido lector, cuando entramos a conocer en profundidad el problema por el que nos legitiman para mediar, ¿no se producen erupciones volcánicas? ¿no existen malas frases, insultos, amenazas, faltas de respeto que hemos de evitar? ¿no es esta la “lava” que luego puede hacer que no quede vida haya por donde pasa?

En este análisis puedo sin temor a error decir, que muchas erupciones volcánicas se producen, cuando las partes no están dispuestas a salir de su posición inicial

La lava es magma que, durante su ascenso a través de la corteza terrestre, alcanza la superficie. Cuando sale a la superficie, la lava suele tener temperaturas que oscilan entre 850 y 1200°C y esta lava, este “vomitar” por la boca de nuestros mediados, produce temperaturas ambientales insostenibles, gases que no les dejan respirar y que debemos evitar a toda costa. Y cuidado, en muy poco tiempo los ríos de lava, solidifican, lo que impide en un primer momento, que renazca nada de esa roca surgida. Porque no olvidéis que al solidificarse, la lava forma rocas y eso impedirá una mediación.

También permitirme en esta “nueva novela” hablaros de que en vuestro viaje vais a encontrar, tormentas, un fenómeno meteorológico que se asocia al desarrollo de nubosidad acompañado de descargas eléctricas o rayos y, habitualmente, precipitación y rachas de viento intensas en superficie. En mediación, en vuestro viaje por el proceso os vais a encontrar a buen seguro “tormentas”, unas leves y fáciles de tratar, otras con grandes descargas, truenos y rayos. De hecho, cuando se hace alguna representación gráfica en comic, de una discusión, fijaros que, de la boca de los protagonistas, salen nubarrones, tormentas y rayos, imaginados por el dibujante.

De la tormenta, surgen una serie de fenómenos atmosféricos violentos que, en la superficie de la tierra se asocian a lluvia, hielo, granizo, electricidad, nieve o vientos fuertes. De la tormenta surgen, malos entendidos, perdida de amistades que eran comunes a los enfrentados o sentimiento frustrados.

Y que me decís en este viaje imaginario del “terremoto” un movimiento brusco de la Tierra causado por la  liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. Los expertos vaticinan que la corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas tectónicas que se acomodan, en un proceso que lleva millones de años. ¿Os imagináis un proceso de acomodación tan largo? Pero gracias a ello tenemos nuestros continentes, montañas, ríos… es decir nuestra vida. Cuando estas placas chocan… “es cuando surge el conflicto”, el “terremoto” que nos circundan la vida, bien sea por un mensaje, una infidelidad, una falta de convivencia o respeto.  Estas situaciones originarán, lentos cambios en la “topografía de la corteza terrestre y de la vida”. Ahí se encuentra el origen del terremoto.

El fenómeno sísmico es determinante del conflicto a tratar por el mediador, donde surgen “las fallas”, ese lugar donde las partes chocan y ejercen su fuerza, que les impide solucionarlo.

En nuestro viaje, nuestra novela, también nos encontraremos con “relámpagos”, entendidos como es un resplandor muy vivo producido en las nubes por una descarga eléctrica.

Ello normalmente se produce por la diferencia de temperaturas entre los distintos estratos en las nubes, así como a la diferencia de temperaturas entre día y noche. A diferencia del rayo, el relámpago desciende de las nubes en forma ramificada y jamás llega a la tierra, lo que si hace el relámpago Estas fricciones y colisiones son comunes en una negociación, rayo, relámpagos, que suponen desavenencias y “fogonazos” de lo que no debe ser, y que más de una vez nos lleva a salvarlos, mediante sesiones individuales o caucus. Surgen lo que llamamos disociaciones, como si de una descarga eléctrica fuera, es difícil que llegue a afectar a la persona, al igual que en la realidad, pero hemos de mantenerlos, recordar fuera de espacios naturales, arboles etc, para que no les afecte y ojo, esa mala frase, esa mala gestión de problema se detecta ya que nuestra intuición nos lleva a entender que hay que reguardar a las `partes porque… hemos oído el trueno.

¿Te gustó querido lector?, pues ahora ayúdame dejando un comentario de en que casos, en tu viaje al centro de la tierra, te encontraste con una tormenta, un volcán con lava o un rayo.


martes, 15 de junio de 2021

Conflictos mediables surgidos de las relaciones en redes sociales

 


Por Arturo González y Javier Alés

Realmente tardamos pocos minutos en ponernos de acuerdo. Hoy en día es una realidad, de la que no se escapa la sociedad, ni los ciudadanos: los conflictos se han tecnificado.

Uno de los temas de debate más populares en los últimos tiempos es el del gran impacto que han tenido las redes sociales en nuestra sociedad y por ende en los conflictos que atendemos desde la mediación.

La dinámica impuesta por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones ha traído consigo el surgimiento de lo que conocemos hoy en día como Redes Sociales (RRSS), las cuales podemos definir como todas aquellas aplicaciones de tipo informático que nos permiten interactuar, en tiempo real o diferidamente con amigos, familiares, negocios, centros de enseñanza y empresas de distinto signo, por medio de redes de telecomunicaciones.

Las ventajas de las RRSS son evidentes y generalmente se asocian con el desarrollo de la creatividad, el conocimiento, la cultura, los negocios, la búsqueda de empleos, el networking, la promoción personal y el acceso a la información instantáneamente.

De igual forma, las RRSS conllevan riesgos asociados tales como, la exposición a contenidos inapropiados, sedentarismo, presión social, cyberbulling, violación de la intimidad, daños a la reputación de las personas, apropiación no autorizada de datos personales, derechos de autor y propiedad intelectual, por mencionar solo unos pocos.

Las RRSS nos brindan la posibilidad de interactuar con otras personas o empresas y ejecutar actos generadores obligaciones y responsabilidades a distancia a través de un medio electrónico, lo cual puede generar cierto halo de impunidad y falta de empatía. Por lo tanto, el análisis del aspecto psicológico y conductual de las partes involucradas en controversias derivadas del uso de las RRSS, resulta un tanto particular si se compara con otras situaciones generadoras de conflictos.

El mediador o mediadora que sea convocado a participar en un conflicto relacionado con RRSS, debe estar familiarizado con su dinámica, no pueden lucirles ajenas o desconocidas, por tanto, debe conocer su contexto, sus múltiples aplicaciones, límites legales y sociales, así como la función de cada una de ellas.

La propia esencia, velocidad, inmediatez y evolución de las RRSS demanda respuestas que planteen soluciones efectivas y en igual medida expeditas, a los múltiples conflictos que están generando, y la mediación luce como el método idóneo para tal fin gracias a sus múltiples ventajas.

En un futuro muy cercano los conflictos asociados al ámbito de las RRSS demandarán, tal como ocurre hoy en día con materias como la familiar, civil o mercantil, mediadores especializados y sensibilizados con la problemática generada dentro de las RRSS, que representan sin duda alguna un mundo muy particular y dinámico que se encuentra en constante expansión.

Y la pregunta que nos hacemos por tanto es inevitable. ¿todo conflicto en las redes sociales es mediable? ¿en cualquier caso? ¿con los mismos métodos que hemos aprendido para otros tipos de mediaciones?

La respuesta es compleja, no tanto por tener experiencia o no en mediaciones, sino por la repercusión de los conflictos en las redes, ya que el efecto expansivo del problema es inevitable. De ahí que muchas veces lo primero que hace el “promotor” de una noticia en las redes, es hacer desaparecer la misma, para evitar males mayores.

Si las compras on line, los foros de clientes de las empresas, los chats profesionales y de amigos en whatsapp, etc. pueden convertirse en una fuente de conflictos, disputas y reclamaciones, ni que decir tiene que todavía aumenta el nivel de conflictividad si hablamos de adolescentes, los grandes consumidores de internet, ya que nacieron nativos digitales.

Hace poco escribimos un artículo para “nueva Tribuna” donde se analizaba las ventas o desventajas de las redes sociales y que resumíamos de la siguiente forma:

Hoy en día formar parte de una Red Social se ha convertido en una necesidad, las personas necesitan estar actualizadas y presentes socialmente. Y ello conlleva evidentemente muchas ventajas que no debemos olvidar. Por ejemplo:

  • Reencuentro con amigos, conocidos, compañeros del colegio...
  • Compartir momentos especiales con las personas cercanas a nuestras vidas. Aunque lejanas en el espacio
  • Atraviesan fronteras geográficas y sirven para conectar gente en el mundo profesional
  • Nos mantienen actualizados acerca de temas de interés, además permiten asistir a eventos, participar en actos y conferencias.
  • La comunicación puede ser en tiempo real…

Pero no debemos de olvidar las enormes desventajas de las que somos conscientes en nuestros procesos de gestión de una crisis: 

  • Son peligrosas si no se configura la privacidad correctamente,
  • Pueden darse casos de falsificación de personalidad.
  • Falta en el control de datos.
  • Pueden ser adictivas e insumir gran parte de nuestro tiempo, pues son ideales para el ocio, etc...

Nosotros desde esta atalaya que es un post, en un blog, no podemos dejar de al menos comentaros nuestros dos simples consejos para el tratamiento de los conflictos surgidos en las redes, que no por sencillos y ya sabidos, puedan ayudar a quien se acerca a una mediación con ocasión de un conflicto surgido en las RRSS.

En primer lugar, se trata de iniciar el proceso, en el que como sabéis surge la confidencialidad y la reserva de las partes, lo antes posible y conseguir al menos, minimizar los efectos del conflicto en su propagación por las redes. En este sentido no pensamos que sea diferente a una mediación de otro tipo, por cuanto más de una vez hemos dicho… “ya es imposible mediar” se ha hecho mucho daño, “si lo hubiéramos cogido al principio, hubiera sido otra cosa”. Pues queridos amigos, pensar en esta dificultad añadida de la “publicidad” desmesurada en las redes.

En segundo lugar hemos de recomendar en muchas ocasiones, la retirada del mensaje o problema de que se trate de las propias RRSS, salvo según dicen los expertos en supuestos de comentarios negativos de empresas, por clientes etc,  es mejor, reconocer algún error o publicar que el cliente de la mediación lo está atendiendo porque da mejor imagen y se puede aprovechar una oportunidad, donde hay un problema.

Siempre se podrá por nuestros mediados si se producen insultos u ofensas plantearse vetar (o banear) a la persona conflictiva. Incluso algunas redes, nos permiten publicar normas de uso (Facebook), de tal manera que si hay incumplimiento, se le puede penalizar, porque muchas veces, unos y otros entran en temas espinosos como la política, la religión o la simple tolerancia o respeto, que hace. En este caso si tienes una mediación cuyo conflicto surgió en la redes, siempre podrás atenderlo, pero tomar medidas por parte de los mediados se antojan indispensables.

¿difícil verdad? Y no solo por los temas, que evidentemente si entran en el cyberbulling, o temas de ese tipo, difícilmente podría iniciarse una mediación; sino también porque en la mayoría de las ocasiones, en estos conflictos, se desconoce a una de las partes (perfiles falsos) o no existe ninguna relación previa entre las partes que entran en conflicto, pero a buen seguro será un importante campo a profundizar desde nuestra profesión.


lunes, 14 de junio de 2021

El folio en blanco

 


Por Gabriela Paz Jara y Javier Alés

Tenemos especial ilusión de poder transmitir lo que para nosotros es esta apasionante profesión desde cualquier “orilla del Océano”, porque ya tras la Pandemia no existen fronteras.

Y así fue; Gabriela y Javier nos pusimos a escribir. Escribir en un “folio en blanco”, donde queríamos reflejar lo que es para nosotros nuestros día a día de mediar.

Gestionar un conflicto, como nos gusta llamarla, no es fácil. No tenemos datos, no nos conocen, tienen prisas y nosotros necesitamos paciencia. No saben por dónde empezar y nos dicen… ¿Qué quiere que le cuente?, a lo que les contestamos, aquello que piense que debo conocer y que sea importante para usted. Y comenzamos.

¿Qué es para ti, cuando medias, un folio en blanco?

En las diversas profesiones u oficios en las que toca enfrentarse a un folio en blanco, pareciera inevitable sentirse intimidado/a e incluso asustado/a por él.

En la mediación no es la excepción y creo que hay que iniciar entendiendo que ese temor es natural.

Cada historia que hay detrás de un proceso de mediación representa un folio en blanco para el mediador/a, y la historia que resulte luego de participar del proceso de mediación, es la obra escrita en este folio, que ya no será blanco, sino que estará colmado de tinta, con diversos matices y colores.

El proceso de mediación nos ayudará tanto a nosotros/as como a nuestros/as mediados/as a ir descubriendo sus historias, la de uno/a, la del otro/a y la historia compartida entre ambos.

El proceso de mediación nos debe permitir encontrar lo esencial para rescatar lo positivo de la historia común. Es allí donde inicia nuestro trabajo de trazar las primeras líneas sobre este folio en blanco, líneas que no deben ser escritas tan solo por el mediador, si no que debemos lograr tomar el bolígrafo en conjunto con nuestros/as mediados/as para que sean ellos/as los/as protagonistas de su nueva historia. No debemos forzar la escritura, respetando siempre la voluntariedad. Debemos ser cautelosos/as a la hora de la redacción en nuestro folio, debemos evitar forzar a las partes o empujarlas a alcanzar un acuerdo, eso nos podría llevar a verter toda la tinta sobre nuestro folio y estropearlo.

Enfrentarnos al folio en blanco es todo un desafío. Sin duda que con la aplicación de las habilidades y destrezas de un mediador/a se hace mas simple el trabajo. Sin perjuicio de aquello, creo que incluso el mediador/a más experimentado no debiera dejar de sentir esa sensación de incertidumbre e incluso temor al plantarse frente a un folio en blanco.  Esta sensación nos pone en un estado de mayor alerta, con los sentidos agudizados y la intuición mas a flor de piel.   

 En nuestra labor buscamos que el resultado de esta historia sea un folio con nuevas líneas, escritas con tinta de esperanza, que nos permita avanzar en la búsqueda de la pacificación de la sociedad. Sin embargo, no debemos decaer cuando el folio resulte con un tinte desteñido, pues los mediadores somos responsables del proceso de mediación, no así del conflicto de las partes o del resultado del proceso.

Nuestra labor se centra en poner a disposición de nuestros/as mediados/as un folio deseoso de construir soluciones colaborativas, que les permita abordar el conflicto de manera autónoma y responsable.

Pero también queridos amigos, aquellos que vayáis a leer este post, podemos hablaros para terminar de lo que llamaríamos el “síndrome del folio en blanco”. Con esta frase nos referimos a aquellos mediadores, que al igual que los escritores, se enfrentan a como comenzar una mediación; que hacer ante las historias cruzadas de los mediados. Por eso podemos incluso bloquearnos, no saber que preguntas utilizar o que dirección tomar, más apropiada para ir creando esa historia alternativa que necesita “nuestro folio en blanco”, nuestra mediación, que nos permita escribir el futuro tras el conflicto.

Por eso nos atrevemos a decir, la enorme importancia que tiene para nosotros la creatividad, porque es difícil ver cada caso como algo nuevo, y hacerles sentir la importancia de cada punto, de cada renglón. Solo a través de ella, somos capaces de ver más allá y pensar en la estrategia a seguir para rellenar los siguientes “folios” en sus vidas, con sus aportaciones, con sus miedos, con sus reconocimientos. Podemos perder la capacidad para crear nuevo material en este proceso flexible y amoldable a sus situaciones.

 Ante esta situación, no podemos más que recomendaros, seguir una rutina, un mapa mental, que os permita tener perfectamente estructurado como hacer una mediación. Sin olvidarnos que ellos son los que nos dan el material para escribir una nueva página. Nos animará a crear, un listado de preguntas, un calendario de temas a tratar o una selección de material desechable según el caso.

Confía en tu espontaneidad, que no está reñida, con el buen trabajo y preparación previa, porque si nos faltan ideas quizás quiera decir que debemos documentarnos o informarnos mejor sobre el conflicto o la cuestión de la que debemos tratar, para ir rellenando ese folio en blanco.

Pablo Picasso decía, “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.