Siempre
se dijo que “como muestra bien vale un botón”, hoy me gustaría mostraros cómo trabaja
un mediador. Y lo voy a hacer desde lo más simple. Nos vamos a poner en la piel
de un mediador al que le llega un caso de crisis matrimonial, separación o
divorcio, con hijos. ¿Qué temas trata?, pero sobre todo que pregunta y que
forma tiene de trabajar minuciosamente lo necesario para llegar a un acuerdo
justo, equitativo, estable y duradero.
Os
invito “a coser” conmigo.
La
paciencia, el esmero, hacer lo que a uno le gusta y para lo que sirve y en
definitiva… que nuestro trabajo se vea recompensado con la utilidad de nuestro
“traje” y con la “vistosidad” de su uso porque “le sienta bien a los mediados”
La primera cuestión que nos
permite trabajares el cuidado y régimen de visitas
Siempre
nos preguntamos o bien nos preguntan ¿Qué es lo común?:
Pues
podemos decir de forma simple, aun cuando habría matices que analizar, pero
para explicarnos lo más sencillo y mejor posible, que si son pequeños, es
normal que quedaran al cuidado de la madre y si son mayores se tendría en
cuenta su opinión.
Mientras
que el régimen de visitas, sería de fines de semanas alternos, desde el viernes
por la tarde hasta el domingo y la mitad de las vacaciones.
¿Tiene
que ser así? Desde la mediación nos preguntamos cuestiones que hay que tener en
cuenta, para hacer ese traje a medida. Cuestiones como:
1.- Es importante hablar de
cuidados no de CUSTODIA. La palabra custodia es renegada por los mediados. Es
más no entienden su alcance, hasta el punto que piensan que se refiere a la
patria potestad, algo que no se está cuestionando (de ahí muchas veces la lucha
por tener la llamada custodia de los niños).
2.- También nos cuestionamos
ante ellos la idoneidad o no de la llamada “custodia compartida” muchas veces
por su dificultad en aplicarla por las distintas viviendas que tengan o incluso
la distancia que van a poner entre ellos a la hora de no vivir juntos.
3.- Hablaremos de la
residencia y si es necesario que esté o no vinculada a partir de ahora por la
decisión de atribuir el cuidado de los menores. Tan útil es que los menores
sigan viviendo en la que ha sido hasta ahora residencia familiar, como que si
allí se produjeron altercados de malos recuerdos, quizás sea bueno que salgan
también de allí.
4.- Tendremos que preguntar a
los mediados como va a ser a partir de ahora la toma de decisiones relativas a educación,
valores, colegios, visitas médicas para intentar prever posibles conflictos de
futuro.
5.- En cuanto al llamado “Régimen
de visitas” preferimos hablar de tiempo compartido con cada uno de los
progenitores: días alternos, en definitiva “cuando los vas a ver”.
6.- Les preguntaremos que vas
a pensar como calendario cuando estén enfermos. ¿Podré subir a verlos?
7.- ¿Cómo será la estancia de
los días festivos? Tales como el día del padre, de la madre, cumpleaños y
santos. Evidentemente no todas las familias lo celebran, pero lo debemos
preguntar. ¿Y los abuelos?
8.- ¿Cómo van a ser las vacaciones
de verano o vacaciones escolares? Hay que tener en cuenta que estamos hablando
del beneficio de los hijos luego aún cuando no coincidan con las suyas, las
escolares son de mayor tiempo
9.- ¿Os perece que hablemos de
horarios de verano y de invierno? Por que evidentemente, por ejemplo, las 19
horas no son las mismas en una u otra estación para recoger, dejar a los niños,
etc.
10.- ¿Podréis tener acceso
telefónico abierto con ellos? Si es una complicación, hablemos de una media
hora en la que pueda contactar el padre o la madre que no esté con ellos para
saber como les fue el día.
11.- ¿Cuáles serán los derechos
y obligaciones con respecto al resto de la familia, a partir de ahora?
12.- Sera bueno hablar para
lograr acuerdos estables de la previsión ante desplazamientos geográficos,
porque las familias no vivan en la misma localidad y que ello no sea algo
disruptivo en el futuro.
13.- Me gustaría preguntar también
sobre una posible previsión de cambios futuros (hay que tener en cuenta que acuerdos
para niños de 5 años no sirven para cuando cumplan 10 o 12 años).
14.- Tema espinoso ¿Qué ocurre
si un padre o madre se casa o convive de nuevo con otra pareja? ¿queréis que lo
hablemos?
15.- ¿Qué ocurre con los
gastos religiosos (gastos de 1ª comunión) y las actividades extraescolares? Y sobre
todo podemos celebrarlos por ejemplo los menores con ambos o invitamos a
nuestras nuevas parejas o en su caso hacemos dos celebraciones distintas…
16.- Hablaremos de las decisión
a tomar de que los hermanos continúen relacionándose entre si, con
independencia de nuestras decisiones.
17.- ¿Habrá algún problema con
el lugar de “entrega” y “recogida” de los menores? Y sobre todo ¿pueden ser
personas distintas a los padres?
18.- ¿Ven ustedes necesario o
útil que yo hable con ellos? Creo que es importante que alguien les explique el
esfuerzo que sus padres están haciendo en beneficio de ellos y que por que
hayan crecido y ya con 14 años por ejemplo prefieran estar con sus amigos el
fin de semana, no dejen de ver al padre o madre con quien no vive, simplemente
por su “adolescencia”
Y así
numerosas preguntas más para poder hacer “un traje a medida”
Pero
sigamos mostrando nuestro taller de “costura”. En segundo lugar hablaríamos del
uso de la vivienda y ajuar familiar
Planteemos
como antes ¿qué es lo común?:
Normalmente,
en la vivienda continuará el padre o madre que esté con los hijos. Si no el más
necesitado.
Y en
cuanto al ajuar, quedará en el uso y disfrute de quien esté en la vivienda. ¿De
verdad esta es la solución prescrita por los juzgados? Continuemos nuestro
trabajo.
1.- En primer lugar nos
preguntaremos si ¿se tendrá en cuenta quien sea el propietario? Dado que en
alguna ocasión hablamos de vivienda cuyo propietario es la familia de uno o de
otro. Y si es así necesitamos traer al mismo para explicarles la necesidad de
atender a los menores aún cuando quien se quede con el “uso” sea su yerno o
nuera junto a sus nietos.
2.- En interés del menor se
otorgará a quien tenga la guarda de los menores para no cambiar de hábitat,
sobre todo porque necesitamos pensar en la nueva vivienda que tendrá quien se
marche del domicilio para atender las necesidades de ellos. No olvidemos que
quien se divorcia busca una vivienda asequible, más pequeña y lejana al
anterior domicilio para no coincidir con su ex.
3.- Necesitamos cuestionarnos ¿qué
incluye el ajuar familiar? Porque en buena medida, podemos ver que bienes hay
en la casa que pueda retirar quien no continue allí. No es la primera vez que
analizamos que en una vivienda hay más de un televisor, aparato de música o me
atrevo a decir incluso juegos de sábanas.
4.- Se analiza claramente con
ellos que se tiene derecho a retirar los enseres de uso personal, pero la
pregunta es ¿Cuándo? Y todo porque es necesario “romper el vínculo” incluso
emocional de los bienes y sobre todo hacerles ver un calendario o día para ello
ya que, si no se hace, se renuncia a ellos.
5.- Muchas veces es importante
analizar, ante discusiones de si es mío o no, ¿qué ocurre con el concepto
regalo? Y si el mismo lo fue a la familia o personal. Es más, incluso si
todavía se está pagando por un préstamo.
6.- Hay preguntas también que
muchas veces no quieren que hagamos o mejor dicho, no están preparados para
contestar: ¿Se puede o debe continuar en la misma vivienda ambos? Y ¿si es así,
cómo?
7.- En el futuro debemos
prever ¿qué ocurre con la venta de la vivienda con independencia del uso?
Desgraciadamente muchas veces la necesidad de dinero líquido hace que uno u
otro solicite venderla o en su caso compensar su parte y no debemos olvidar el
pensar en los niños.
Como
ves, querido lector, algo tan sencillo que se debiera liquidar pronto como
quien va a vivir y que los bienes se queden en la casa, producen estas y otras
cuestiones, según el caso, que hay que tratar.
Pasemos
ahora a pensar en tercer lugar, en lo
que denominamos contribución a las cargas del matrimonio y alimentos.
¿Qué
es lo más común?:
Las
cargas de la familia serán asumidas por mitad fijando una cuantía que se pagará
los 5 primeros días de cada mes
La
pensión alimenticia de los hijos se fijará con el mismo criterio que el
anterior.
¿Tan
fácil es? Ni mucho menos. Necesitamos hilar muy fino y tratar los siguientes
aspectos
1.- ¿Qué se considera carga
del matrimonio? Tendremos que manejar cifras de gastos comunes del inmueble,
servicios, hipoteca, luz, agua, cuotas, impuestos…
2.- ¿Qué se considera
alimentos? En principio los gastos de los hijos de alimentos, vestido,
educación, transporte y por supuesto todo lo que se refiere al apartado
anterior con respecto a ellos.
3.- La pregunta que siempre
nos hacen y hacemos ¿Qué cuantía es la ideal?: por hijo según las edades o
global; cantidad fija o porcentaje, según meses o ingresos. No hay una
contestación ideal
4.- Debemos presupuestar
conforme a los gastos existentes en ese momento y sobre todo quizás, se
reducirían progresivamente para poder atender un nuevo gasto: el del progenitor
que ya no viva con ellos pero en el que pasaran tiempo necesario, en sus
estancias.
A modo solo de ejemplo, porque
creo que ellos no son conscientes de lo que se producirá a partir de ahora,
debemos elaborar un presupuesto, compartiendo entre todos los datos y que contaría
con los siguientes ingresos y gastos:
INGRESOS
-
Salarios y nóminas
-
Intereses, dividendos o rentas
-
Participaciones en sociedades
-
Premios o participaciones en beneficios…
GASTOS: FIJOS:
-
Vivienda: alquiler, hipoteca, comunidad,
seguros
-
Servicios: gas, electricidad, teléfono, agua
-
Seguros: vida y médico
-
Cuotas o domiciliaciones mensuales: coche,
tarjetas
-
Educación: matrículas, libros, actividades
extraescolares
-
Transportes: bonos, seguros, ITV, aparcamiento
-
Pagos a organizaciones: Colegios profesionales,
clubes…
VARIABLES:
-
Comida: supermercado, comidas fuera
-
Vestuario: ropa, calzado
-
Transporte: gasolina, taller
-
Ayudas en casa: canguros, personal de hogar
-
Mantenimiento de la casa: reparaciones
-
Gastos médicos no cubiertos por el seguro
-
Personales: peluquería, deportes, prensa,
vacaciones
-
Extras: regalos, cumpleaños, ayudas a otras
personas…
Poner números les hace ser
conscientes de las cuantías que luego alcance a ver idóneas para fijar y no
olvidemos que debemos pensar que algunas se duplican al tener la familia a
partir de ahora dos viviendas.
5.- Se debe compartir
exhibiendo los datos de cada uno verificándolos y compartiendo
6.- Planificar si es necesario
una reducción de gastos, calendarizada, incremento de los ingresos o
liquidación de patrimonio para paliar gastos
7.- Ser conscientes de que es
necesario tener en cuenta el incremento de los costes debidos a la crisis
matrimonial (otra casa, otro alquiler, otra comunidad…)
8.- Pensemos también que los
3º de buena fe, no se ven implicados por nuestras decisiones de distribución
del gasto. Es decir por ejemplo, no podemos alegar a un banco que a partir de
ahora la hipoteca la paga uno solo y es el responsable, simplemente porque así
lo hayamos decidido.
9.- El ingreso o pago de las
cantidades que fijemos finalmente ¿Cómo se realiza? Así evitaremos contactos o
malas relaciones de futuro.
10.- Una cosa que nos
preguntan mucho es si ¿se puede o debe poner en una cuenta a nombre del hijo?
Es como que nos sentimos más cómodos si en vez de entregar a mi ex, lo hago
directamente a mis hijos, aun cuando quien gestiona la misma es precisamente el
ex.
11.- Es importante determinar
las actualizaciones conforme al IPC o los cambios de futuro para que esas
cantidades reflejen las subidas futuras.
En
definitiva, solo os puedo decir que muchos se ponen las manos en la cabeza
cuando hacemos este ejercicio de “fotografiar la realidad” que están viviendo y
la que está por venir
Analicemos
ahora una cuarta cuestión a tratar, ¿es necesario establecer además una pensión
alimenticia entre cónyuges? Lo que llamamos pensión compensatoria.
Nuevamente
nos preguntamos ¿qué es lo más común?
Podemos
decir que o se renuncia porque ambos tienen sueldos saneados y si hay
desequilibrio económico hay que fijar una cuantía que entregue un cónyuge a
otro.
1.- Solo se establecerá para
el supuesto de desequilibrio económico entre ambos
2.- Se determinará la cuantía
en función a las CIRCUNSTANCIAS PERSONALES a tener en cuenta:
- Acuerdos anteriores entre
ellos
- Edad y estado de salud de
ambos
- Cualificación profesional y
probabilidades de acceso a un empleo
- Dedicación pasada y futura a
la familia
- Duración del matrimonio
- Caudal y medios económicos
que se posean
- Colaboración conforme a su
trabajo en las actividades mercantiles o profesionales del otro cónyuge
- Pérdida eventual a un
derecho a pensión
3.- Se fijará también las
bases para actualizar y las garantías para su efectividad
4.- Se puede sustituir la
pensión por una renta vitalicia, el usufructo de bienes o la entrega de capital
(una cuantía única o bien)
5.- Para el supuesto de
nulidad matrimonial, el cónyuge de buena fe tendrá derecho a una indemnización
6.- Será bueno analizar que
ocurre si uno u otro conforma una nueva unidad familiar, con el acuerdo que
estamos tomando
Y por
último, para no extenderme más en este post, porque creo que el lector ya se
hace eco de lo que es nuestro verdadero trabajo de mediador, en quinto lugar
sería bueno también analizar la posible liquidación de los bienes gananciales
de la pareja.
¿Qué
es lo más común?
Pues
bien, si hay separación de bienes no hay que hacer nada. Y para el supuesto de
que los bienes sean gananciales habrá que repartir por mitad.
Pero ¿Qué
debemos preguntarnos:
1.- En todo caso, dependerá a
lo largo del proceso del tipo de régimen que se tenga: gananciales, separación
o participación y si conviven diferentes regímenes a lo largo de la duración
del matrimonio, que es posible.
2.- Tenemos que preguntar si
con independencia del régimen, hay bienes hereditarios, o alguno adquirido por
ambos o a nombre de ambos
3- Lo mejor es realizar un
inventario:
-
ACTIVO: viviendas, cuentas, acciones,
vehículos, joyas, intereses, rentas, devoluciones de renta…. HACER UN PERITAJE
-
PASIVO: deudas, créditos, compras a plazo,
préstamos, etc.
4.- ¿Qué valoración le damos a
los bienes?
5.- ¿Quién va a controlar y
administrar los bienes mientras se liquide?
6 .- Necesitamos un proceso
con 5 pasos
-
Identificación de los bienes
-
Análisis de los mismos
-
Valoración
-
reparto de los bienes por mitad.
-
Calendarización para ello
7.- Hay que proponer para todo
ello la elevación a escritura pública o judicial del acuerdo adoptado.
En definitiva querido amigo
lector, nada es fácil, por supuesto, pero al menos con un ejemplo he querido
escenificar lo que supone ese trabajo “a medida que cada día realizamos los
mediadores y que nos ayuda a pensar que hay otra forma de hacer las cosas y “recomponer
un descosido” en la vida de las personas.
Dedicado a todas y todos mis
amigos mediadores y mediadoras que cada día abren su “taller de costura”
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