lunes, 8 de enero de 2024

Los buenos deseos de año nuevo de un mediador

 

Todos sabemos que llegado un nuevo año, los buenos propósitos inundan nuestras mentes y son el objetivo principal que fijamos con un calendario más o menos flexible, que intentaremos cumplir, hasta que acabe el año y vuelvan nuevos deseos. Pero realmente ¿los cumplimos? ¿pueden llegar a ser una frustración si no es así?

El caso es que, factibles o no, suponen una motivación extra para empezar el año, aunque no se cumplan. Que se cumplan o no va a depender de nuestra fuerza de voluntad.

A los clásicos de “ir al gimnasio”, “dejar de fumar” o “hacer un master” se unen otros que amplían el abanico de posibilidades de cumplimiento o de frustración. Leer más libros, empezar a ahorrar para un viaje, escribir en un blog, salir de mi zona de confort o usar menos el móvil, empiezan a ser también clásicos.

Por eso desde estas líneas os propongo cómo cumplir los propósitos de año nuevo sin morir en el intento. Se que habrá cosas que me gustan y otras que no, pero me gusta imaginar y soñar y eso me permite hablaros de los buenos deseos de un mediador para este 2024.

Este año, para que sea más fácil, voy a focalizar propósitos de año nuevo originales para cada mes y así, cada mes tendré un objetivo claro.

Enero: Disfrutar más de mi familia y perdonar y ser perdonado. En los meses de frio en Europa o de calor en Latinoamérica, se necesita estar cerca de los tuyos, porque para un mediador, la resolución de conflictos empieza por uno mismo.

Febrero: Escribir. Es la mejor forma de devolver a los demás lo mucho que hemos aprendido y leer más y más, para seguir aprendiendo.

Marzo: Como cada primavera me gustaría reunirme con el mayor número de mediadores y mediadoras en mi ciudad. Sevilla es hospitalaria, pero sobre todo es mediadora. Un lugar donde las relaciones de convivencia se llevan a rajatabla y conseguiremos hacer unas Jornadas un año más.

Abril: Tendré que dejar de hacer algunas cosas porque no se puede llegar a todo. Este es mi gran propósito desde hace varios años. Es mi “dejar de fumar particular”. ¿Lo lograré?

Mayo: Establecer prioridades. Me propongo separar las cosas entre prioritarias, urgentes, importantes y actuar en consecuencia. Sin remordimientos. Lo primero es lo primero.

Junio: Viajar a Buenos Aires. Hace muchos años, desde la maldita pandemia, que los mediadores necesitamos también abrazos, y si Dios quiere el encuentro principal de año será los días del 26 al 28 de junio. Pero no un evento cualquiera, sino aquél donde consigamos hablar de proyectos, compromisos, convenios, no tanto de lo hecho, como de lo que debemos hacer.

Julio: Sacar la cámara “buena” para masticar las conclusiones y hacer el álbum de los recuerdos de lo que fue Fimep 2024. 26 países, 500 mediadores, 50 exposiciones, 40 presentaciones de libros… bien merece la pena

Agosto: Descansar sin las prisas, el olor a mar y el gusto de las reuniones familiares

Septiembre: Dejar de culpar a la falta de tiempo de todos mis males. Lo que no hice en nueve meses, no quieras hacerlo ahora. Un nuevo curso, nuevas ilusiones, nuevos alumnos, todo es un aliciente para disfrutar de nuestra profesión

Octubre: Ya no hará falta casi nada, solo ganas de ver o hacer cosas nuevas. La mediación tiene tanto por explorar… no quiero seguir perdiéndomelo. Sin descartar, por supuesto, salidas a participar en algún que otro curso, presencial o virtual, que me permita viajar aunque sea con los ojos cerrados.

Noviembre: Tener un detalle con todos aquellos que a lo largo del año me han ayudado a cumplir deseos. Siempre dije que el ego es el principal cáncer de nuestro siglo y solo he podido llegar a este mes en compañía y ayudado por todos los demás.

Diciembre: Cerra ciclo y volver a abrir los sueños en esa caja de pandora que contiene: cursos, familias atendidas y mediadas, artículos, participación en proyectos, reuniones profesionales…

¿Qué tal? ¿Cómo veis los propósitos de año nuevo? ¿Asequibles? No lo sé pero a por ellos voy.

¡Mucho ánimo y Feliz Año Nuevo!


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