Todos sabemos que llegado un
nuevo año, los buenos propósitos inundan nuestras mentes y son el objetivo
principal que fijamos con un calendario más o menos flexible, que intentaremos
cumplir, hasta que acabe el año y vuelvan nuevos deseos. Pero realmente ¿los
cumplimos? ¿pueden llegar a ser una frustración si no es así?
El caso es que, factibles o
no, suponen una motivación extra para empezar el año, aunque no se cumplan. Que
se cumplan o no va a depender de nuestra fuerza de voluntad.
A los clásicos de “ir al
gimnasio”, “dejar de fumar” o “hacer un master” se unen otros que amplían el abanico
de posibilidades de cumplimiento o de frustración. Leer más libros, empezar a
ahorrar para un viaje, escribir en un blog, salir de mi zona de confort o usar
menos el móvil, empiezan a ser también clásicos.
Por eso desde estas líneas os
propongo cómo cumplir los propósitos de año nuevo sin morir en el intento. Se
que habrá cosas que me gustan y otras que no, pero me gusta imaginar y soñar y
eso me permite hablaros de los buenos deseos de un mediador para este 2024.
Este año, para que sea más
fácil, voy a focalizar propósitos de año nuevo originales para cada mes y así,
cada mes tendré un objetivo claro.
Enero: Disfrutar más de mi
familia y perdonar y ser perdonado. En los meses de frio en Europa o de calor
en Latinoamérica, se necesita estar cerca de los tuyos, porque para un
mediador, la resolución de conflictos empieza por uno mismo.
Febrero: Escribir. Es la mejor
forma de devolver a los demás lo mucho que hemos aprendido y leer más y más,
para seguir aprendiendo.
Marzo: Como cada primavera me
gustaría reunirme con el mayor número de mediadores y mediadoras en mi ciudad.
Sevilla es hospitalaria, pero sobre todo es mediadora. Un lugar donde las
relaciones de convivencia se llevan a rajatabla y conseguiremos hacer unas
Jornadas un año más.
Abril: Tendré que dejar de
hacer algunas cosas porque no se puede llegar a todo. Este es mi gran propósito
desde hace varios años. Es mi “dejar de fumar particular”. ¿Lo lograré?
Mayo: Establecer prioridades. Me
propongo separar las cosas entre prioritarias, urgentes, importantes y actuar
en consecuencia. Sin remordimientos. Lo primero es lo primero.
Junio: Viajar a Buenos Aires.
Hace muchos años, desde la maldita pandemia, que los mediadores necesitamos también
abrazos, y si Dios quiere el encuentro principal de año será los días del 26 al
28 de junio. Pero no un evento cualquiera, sino aquél donde consigamos hablar
de proyectos, compromisos, convenios, no tanto de lo hecho, como de lo que
debemos hacer.
Julio: Sacar la cámara “buena”
para masticar las conclusiones y hacer el álbum de los recuerdos de lo que fue
Fimep 2024. 26 países, 500 mediadores, 50 exposiciones, 40 presentaciones de
libros… bien merece la pena
Agosto: Descansar sin las
prisas, el olor a mar y el gusto de las reuniones familiares
Septiembre: Dejar de culpar a
la falta de tiempo de todos mis males. Lo que no hice en nueve meses, no
quieras hacerlo ahora. Un nuevo curso, nuevas ilusiones, nuevos alumnos, todo
es un aliciente para disfrutar de nuestra profesión
Octubre: Ya no hará falta casi
nada, solo ganas de ver o hacer cosas nuevas. La mediación tiene tanto por
explorar… no quiero seguir perdiéndomelo. Sin descartar, por supuesto, salidas
a participar en algún que otro curso, presencial o virtual, que me permita
viajar aunque sea con los ojos cerrados.
Noviembre: Tener un detalle
con todos aquellos que a lo largo del año me han ayudado a cumplir deseos. Siempre
dije que el ego es el principal cáncer de nuestro siglo y solo he podido llegar
a este mes en compañía y ayudado por todos los demás.
Diciembre: Cerra ciclo y
volver a abrir los sueños en esa caja de pandora que contiene: cursos, familias
atendidas y mediadas, artículos, participación en proyectos, reuniones
profesionales…
¿Qué tal? ¿Cómo veis los
propósitos de año nuevo? ¿Asequibles? No lo sé pero a por ellos voy.
¡Mucho ánimo y Feliz Año
Nuevo!
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