Podemos decir que el beso
apenas duró un segundo. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación
Española de Fútbol en plena entrega de medallas de Campeonas del Mundo de
Fútbol, final celebrada en Sídney, Australia, besó en los labios a la
futbolista Jenni Hermoso era el 23 de agosto. Rápidamente las cámaras, las
televisiones y comentaristas de todo el mundo se hicieron eco: ¿tendrán alguna
relación? Uno recuerda y nos vino a la mente, el beso de Iker Casillas a una
comentarista de televisión que le entrevistaba, tras la consecución del mundial
de Sudáfrica por España, con la que luego se casó. Pero parece que no es así.
El debate social y político
desde entonces, ha sido el detonante en cualquier lugar, el consentimiento o
no, el sexismo, el abuso de poder, la imagen…el abuso sexual.
Tras ello, exigencia de dimisiones,
renuncias, inhabilitaciones. La sociedad se ha posicionado
Lo cierto es que la jugadora
niega dicho consentimiento y en un comunicado dijo haberse sentido “vulnerable
y víctima de una agresión”.
Hoy Rubiales está suspendido
provisionalmente por la FIFA, despojado de sueldo y otros beneficios por la Federación
Española y pendiente de “diligencias de investigación” de la Fiscalía de la
Audiencia Nacional española. Para ello era necesario que la víctima “denunciara
al victimario”, algo que se produjo en el día de ayer, dentro del plazo para
poder denunciar.
Hasta entonces, consecuencias
administrativas, sociales y a partir de ahora, incluso penales
En un primer momento, que para
los analistas siempre es muy importante, ya que tras él, existen reacciones más
bien marcadas por el entorno, el revuelo, tanto Rubiales como Hermoso
intentaron restar importancia al asunto, aunque en el vestuario la futbolista
dijo, en referencia al beso, que “no le había gustado”.
Tras ello una escalada de
reacciones, comentarios y valoraciones desde cualquier parte, incluso del
Gobierno español (no olvidemos que el victimario representa a una institución federativa
nacional)
Fue el sindicato de
futbolistas al que pertenece Jenni Hermoso, quien se manifestó en nombre de la
jugadora y a través de un comunicado expresó su “firme y rotunda condena ante
conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres”.
Luis Rubiales se negó
enérgicamente a renunciar, pues tachaba el “beso” como “mutuo, eufórico y
consentido”.
¿Qué medidas se han tomado
contra Rubiales?
La FIFA suspendió
provisionalmente al directivo por un período inicial de 90 días el sábado 26 de
agosto.
El organismo rector del fútbol
mundial también ordenó a Rubiales y a cualquier representante de la RFEF que se
abstengan de intentar contactar a Hermoso.
Por otro lado, ante esta
situación la Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió “diligencias de
investigación” y ofreció a Hermoso la posibilidad de denunciar a Rubiales por
delito de agresión sexual, lo que al final ocurrió en el día de ayer.
Queda por saber qué decidirán
los miembros del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), un organismo
vinculado al gobierno, pero compuesto por expertos legales independientes.
Si deciden abrir un proceso
contra Rubiales, eso podría derivar en su inhabilitación.
Lo cierto es que no se
vislumbra un cierre cercano de esta crisis que, de alguna manera, ha empañado
el reconocimiento y la alegría por la consecución de un título tan importante
como un Mundial de fútbol.
Con la presentación por parte
de la jugadora de una denuncia expresa en la sede de la Fiscalía General del
Estado por el beso no consentido que le dio Luis Rubiales, y la Fiscalía de la
Audiencia Nacional tiene la intención de presentar una querella por los hechos
a “la mayor brevedad posible”. La
denuncia formalizada por Hermoso resultaba fundamental para que la Fiscalía
pudiera actuar por la vía penal contra el presidente de la RFEF. Dado que no
podrían seguir adelante con el proceso, ya que el artículo 191.1 del Código
Penal establece que, para actuar por delitos de agresiones, acoso o abusos
sexuales, es precisa la “denuncia de la persona agraviada, de su representante
legal o querella del Ministerio Fiscal”. Este punto ha supuesto que, en la
práctica, el ministerio público solo actúa de oficio cuando las víctimas son
menores o especialmente vulnerables, como personas discapacitadas.
También es importante saber
otro extremo. Hay que consultar a las autoridades australianas si existe tal delito por el beso en la
legislación del país. No olvidemos que el lugar de los hechos es un país
extranjero.
Según los expertos, la Ley
Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que establece una serie de requisitos para
que la jurisdicción española investigue los delitos que se hayan cometido
presuntamente en el extranjero si sus supuestos autores son españoles.
¿Y aquí que papel puede tener
la mediación? Evidentemente nos viene a la mente la prohibición expresa de
forma legal ante estas situaciones y más si existiera abuso de poder. Pero nos
sirve este caso para explicar que si bien no es posible (por supuesto adelantándonos
a que existe el delito, algo que sabios tiene la sociedad para determinar
judicialmente si es así o no, según las distintas pruebas que aporten las
partes una vez el asunto se ha judicializado), si es posible la mediación con
víctimas de violencia sexual y su familia.
Junto a la asistencia integral
a víctimas de violencia sexual, que hoy se ofrece con asistencia psicológica y
asistencia jurídica, la mediación iría encaminada a solventar los conflictos
que surjan entre las víctimas de violencia sexual y su entorno cercano y
referencial, entendiendo por este, la familia cercana tanto de origen como de
nueva formación (padres, madres, hermanos, parejas, etc), En el caso de la
violencia sexual estamos ante un delito semiprivado que requiere la denuncia de
la víctima para el inicio del procedimiento judicial.
Lo cierto es que el tiempo,
como en muchos casos, dará o quitará la razón, a lo ocurrido, si existe abuso o
no, con independencia de la imagen deplorable que se dio. En definitiva “seguiremos
aprendiendo” para ser una mejor sociedad, si de los hechos se desprende la
oportunidad de erradicar definitivamente la lacra del abuso sexual.
Y también me gustaría querido lector o lectora, que hubiera ocurrido si el beso hubiera sido de la jugadora, con la mujer que está al lado de Rubiales, entiendo (perdonad mi desconocimiento) que representante de la FIFA o del Gobierno australiano.
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