viernes, 8 de septiembre de 2023

La historia de "un beso"

 

Podemos decir que el beso apenas duró un segundo. Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol en plena entrega de medallas de Campeonas del Mundo de Fútbol, final celebrada en Sídney, Australia, besó en los labios a la futbolista Jenni Hermoso era el 23 de agosto. Rápidamente las cámaras, las televisiones y comentaristas de todo el mundo se hicieron eco: ¿tendrán alguna relación? Uno recuerda y nos vino a la mente, el beso de Iker Casillas a una comentarista de televisión que le entrevistaba, tras la consecución del mundial de Sudáfrica por España, con la que luego se casó. Pero parece que no es así.

El debate social y político desde entonces, ha sido el detonante en cualquier lugar, el consentimiento o no, el sexismo, el abuso de poder, la imagen…el abuso sexual.

Tras ello, exigencia de dimisiones, renuncias, inhabilitaciones. La sociedad se ha posicionado

Lo cierto es que la jugadora niega dicho consentimiento y en un comunicado dijo haberse sentido “vulnerable y víctima de una agresión”.

Hoy Rubiales está suspendido provisionalmente por la FIFA, despojado de sueldo y otros beneficios por la Federación Española y pendiente de “diligencias de investigación” de la Fiscalía de la Audiencia Nacional española. Para ello era necesario que la víctima “denunciara al victimario”, algo que se produjo en el día de ayer, dentro del plazo para poder denunciar.

Hasta entonces, consecuencias administrativas, sociales y a partir de ahora, incluso penales

En un primer momento, que para los analistas siempre es muy importante, ya que tras él, existen reacciones más bien marcadas por el entorno, el revuelo, tanto Rubiales como Hermoso intentaron restar importancia al asunto, aunque en el vestuario la futbolista dijo, en referencia al beso, que “no le había gustado”.

Tras ello una escalada de reacciones, comentarios y valoraciones desde cualquier parte, incluso del Gobierno español (no olvidemos que el victimario representa a una institución federativa nacional)

Fue el sindicato de futbolistas al que pertenece Jenni Hermoso, quien se manifestó en nombre de la jugadora y a través de un comunicado expresó su “firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres”.

Luis Rubiales se negó enérgicamente a renunciar, pues tachaba el “beso” como “mutuo, eufórico y consentido”.

¿Qué medidas se han tomado contra Rubiales?

La FIFA suspendió provisionalmente al directivo por un período inicial de 90 días el sábado 26 de agosto.

El organismo rector del fútbol mundial también ordenó a Rubiales y a cualquier representante de la RFEF que se abstengan de intentar contactar a Hermoso.

Por otro lado, ante esta situación la Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió “diligencias de investigación” y ofreció a Hermoso la posibilidad de denunciar a Rubiales por delito de agresión sexual, lo que al final ocurrió en el día de ayer.

Queda por saber qué decidirán los miembros del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), un organismo vinculado al gobierno, pero compuesto por expertos legales independientes.

Si deciden abrir un proceso contra Rubiales, eso podría derivar en su inhabilitación.

Lo cierto es que no se vislumbra un cierre cercano de esta crisis que, de alguna manera, ha empañado el reconocimiento y la alegría por la consecución de un título tan importante como un Mundial de fútbol.

Con la presentación por parte de la jugadora de una denuncia expresa en la sede de la Fiscalía General del Estado por el beso no consentido que le dio Luis Rubiales, y la Fiscalía de la Audiencia Nacional tiene la intención de presentar una querella por los hechos a “la mayor brevedad posible”.  La denuncia formalizada por Hermoso resultaba fundamental para que la Fiscalía pudiera actuar por la vía penal contra el presidente de la RFEF. Dado que no podrían seguir adelante con el proceso, ya que el artículo 191.1 del Código Penal establece que, para actuar por delitos de agresiones, acoso o abusos sexuales, es precisa la “denuncia de la persona agraviada, de su representante legal o querella del Ministerio Fiscal”. Este punto ha supuesto que, en la práctica, el ministerio público solo actúa de oficio cuando las víctimas son menores o especialmente vulnerables, como personas discapacitadas.

También es importante saber otro extremo. Hay que consultar a las autoridades australianas si  existe tal delito por el beso en la legislación del país. No olvidemos que el lugar de los hechos es un país extranjero. 

Según los expertos, la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que establece una serie de requisitos para que la jurisdicción española investigue los delitos que se hayan cometido presuntamente en el extranjero si sus supuestos autores son españoles.

¿Y aquí que papel puede tener la mediación? Evidentemente nos viene a la mente la prohibición expresa de forma legal ante estas situaciones y más si existiera abuso de poder. Pero nos sirve este caso para explicar que si bien no es posible (por supuesto adelantándonos a que existe el delito, algo que sabios tiene la sociedad para determinar judicialmente si es así o no, según las distintas pruebas que aporten las partes una vez el asunto se ha judicializado), si es posible la mediación con víctimas de violencia sexual y su familia.

Junto a la asistencia integral a víctimas de violencia sexual, que hoy se ofrece con asistencia psicológica y asistencia jurídica, la mediación iría encaminada a solventar los conflictos que surjan entre las víctimas de violencia sexual y su entorno cercano y referencial, entendiendo por este, la familia cercana tanto de origen como de nueva formación (padres, madres, hermanos, parejas, etc), En el caso de la violencia sexual estamos ante un delito semiprivado que requiere la denuncia de la víctima para el inicio del procedimiento judicial.

Lo cierto es que el tiempo, como en muchos casos, dará o quitará la razón, a lo ocurrido, si existe abuso o no, con independencia de la imagen deplorable que se dio. En definitiva “seguiremos aprendiendo” para ser una mejor sociedad, si de los hechos se desprende la oportunidad de erradicar definitivamente la lacra del abuso sexual.

Y también me gustaría querido lector o lectora, que hubiera ocurrido si el beso hubiera sido de la jugadora, con la mujer que está al lado de Rubiales, entiendo (perdonad mi desconocimiento) que representante de la FIFA o del Gobierno australiano.


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