Muchas veces los mediadores o
cualquier profesional, hablamos de nuestros éxitos, del caso que hemos
atendido, de los aciertos que tuvimos en tal o cual negociación, pero pocas
veces hablamos de esa carpeta que todos tenemos, de casos archivados. Casos que
por una razón u otra no llegaron a buen término. Es más, casos que ni tan si
quiera se iniciaron, porque después de una sesión informativa, incluso
exploratoria, los mediados no quisieron mediar.
Con todo nuestro pesar,
aquella ficha de entrevista, aquella acta de inicio del proceso, o incluso aquel
documento que refleja que se inició un proceso de mediación pero que se cerró
sin acuerdo de las partes, forma parte también de nuestra historia profesional
y que muchas veces volverla a abrir y ver que ocurrió, nos sirve para evitar y
prevenir errores. Porque, querido lector, de los errores también se aprende.
Siendo críticos con nuestro
trabajo, nos escondemos en que somos pocos conocidos, incluso muchas veces en
que las partes no tienen actitud, pero que es lo que verdaderamente me llevó a
cerrar un caso de mediación. Hay por supuesto imponderables, que no dependen de
nuestro buen hacer, pero también hay errores que muchas veces podemos cometer
y, repasar nuestros errores, mirar esa carpeta de casos archivados, nos ayuda a
crecer.
Por eso me gustaría compartir
con todos, aquellos errores que podemos cometer y que pueden hacer que ese
caso, que tienes encima de tu mesa de trabajo, termine en la mencionada
carpeta. Me atrevería a mencionar hasta diez errores importantes:
1)
Imponer la mediación: No porque estén ante ti,
pueden o deben querer mediar y legitimarte. Muchas veces cometemos ese error,
explicando las ventajas de la mediación en detrimento de los juzgados, el
tiempo, etc.
Cuando
hacemos eso (y lo hacemos muy a menudo) flaco favor le hacemos a la mediación,
ya que este es un método beneficioso por si, he indicado cuando las partes
vayan a continuar relacionándose en el tiempo. Lo contrario es amenazar con que
esto es lo mejor.
2)
Preguntar demasiado para saberlo todo: No es
fundamental disponer de más información sino tener claro que dispones de lo más
importante. Practica la escucha activa y deja que las partes se expresen a su
modo, incluso respetando sus silencios.
3)
Restarle valor a algún tema o Emitir juicios: Muchas
veces pensamos que lo que están debatiendo es una tontería y una aseveración de
este tipo puede llevar al traste la confianza depositada en nosotros. Para
ellos es muy importante sea lo que sea.
4)
Otras veces el error se produce al Discutir con
una o las dos partes. No muestres disgusto ni te opongas a lo que diga una de
las partes. Es bueno saber que se puede debatir, pero discutir en ningún caso
porque supone que el problema pasa a ser mío y no solo de ellos.
5)
Dar consejos o facilitarles el acuerdo. Es muy
probable que cuando analicemos el caso, seamos conscientes por nuestra
experiencia, de cuál sería la solución ideal para ellos. El gran problema es
que le eliminamos su poder de decisión, porque evidentemente ellos se verán
colonizado por tu apreciación, al haberlo dicho un experto, y quizás no sea lo
que ellos ven.
6)
Tenemos que decidir con nuestro criterio,
cualquier dilema ético que surja en el proceso. Por o tanto, no aceptes dar una
recomendación, aunque te la pidan; intenta no oponerte a la solución lograda,
aunque no te guste siempre que entre en los parámetros de la legalidad y lo que
es justo.
7)
No seas inerte, rígido o inflexible; la
mediación es un proceso perfectamente estructurado, pero se amolda a ellos, a
su problema, a su situación, y beso nos convierte en profesionales muy adaptables.
8)
Es posible que hayamos descuidado, sobre todo
si vuelven con el mismo problema, uno de los cuatro puntos cardinales de
cualquier acuerdo, ya que este debe ser: justo, equitativo, estable y duradero.
¿Por qué a pesar de llegar al final del camino del proceso, no se cumplió?,
pensemos en estas cuatro palabras.
9)
Tienen su derecho a no renunciar a sus valores,
principios o ideologías y muchas veces intentamos entrar por esa vía, para
promover el acuerdo y ellos están en su derecho de que se les respete, aunque
no se compartan.
10) Y por
último llegar a Ser protagonista en el proceso. Cómo siempre digo, este trabajo
de mediador, requiere que saquemos a relucir nuestro valor de la humildad,
porque debemos cuidar de que sean las partes las que se atribuyan el éxito del
acuerdo alcanzado… si no fue asi, es nuestro acuerdo, no el de ellos.
Y ya cierro mi carpeta de los
casos archivados, donde seguiré muy a mi pesar, guardando más expedientes, pero
que con la experiencia, espero que sean los menos, porque mi labor sea
satisfactoria y porque por fin, la mediación impere en la sociedad
2 comentarios:
Tienes razón Maestro, cuántas veces creemos cual es la solución para el acuerdo entre las partes, más nos callamos para no obligarlos a un acuerdo, que es deseado por nosotros y no por nuestros mediados. Tu experiencia de muchísimos años, nos indica siempre los mejores caminos y herramientas para cumplir nuestra gran función social. Es tan importante para un mediador despojarse de sus creencias, valores, prejuicios y juicios al ingreasar a una mediación y durante el transcurso de ella. gracias por siempre querido Maestro.!!!.
Es cierto...y debo confesar que tengo algunos "expedientes archivados" con esas características y al leer la enumeración que compartes, agradezco la oportunidad de autoevaluación y crecimiento. No somos perfectos y en el camino, aún con las mejores intenciones, nos equivocamos... y es precisamente reconocer esos errores lo que nos brinda nuevos aprendizajes para no volver a cometerlos.¡Muchas gracias querido maestro muy apropiada la reflexión!
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