CONOCE TU AVATAR PARA
MEDIAR
Para poder conseguir que confíen en ti en una mediación, nada más
importante que conocerte a ti mismo, saber cuales son tus principales
habilidades y porque no… cuales tus debilidades para convertirlas en virtudes.
Por eso hoy os quiero hablar de vuestro AVATAR. Se dice que en internet y en
otros tipos de tecnologías como wassap, videojuegos, etc. se denomina avatar a una representación gráfica, normalmente
con rasgos humanos, que se asocia a alguien que sea usuario de la red y con
ella se identifica. Por otro lado
los avatares pueden ser fotografías o dibujos artísticos, y algunas tecnologías
permiten el uso de representaciones en tres dimensiones.
Si hablamos de religión,
por ejemplo en el Hinduismo, podemos decir que el avatar puede ser la
reencarnación de algunos dioses, porque tratamos de espíritus que ocupan un
cuerpo terrenal, lo que supone una representación en la tierra de algún dios.
El
término se hizo famoso gracias a una película de ciencia ficción de 2009
dirigida por el famoso James Cameron, donde los personajes, para conseguir
entrar en la atmósfera un planeta llamado Pandora, “deben introducirse en un
avatar (el cuerpo de un indígena llamado “na`vi”) para interactuar con los
nativos del planeta y convencerlos de explotar sus recursos naturales y
minerales”.
En mediación se necesitan profesionales,
bien formados y que sean capaces de “bucear” cual avatar en las emociones, en
los sentimientos, en los intereses, en las necesidades de las partes en
conflicto. ¿Cuáles son los verdaderos secretos del mediador?, sabiendo que no
hay que esperar que seamos “supermanes” o “superwomans”, simplemente
necesitamos que nuestro avatar consiga: La
modestia, la sencillez y la naturalidad.
Que
utilicemos de la mejor forma nuestras dotes de comunicador y de discreción, que
nos lleve a la prudencia.
Que
tengamos plena convicción en lo que hacemos, para conseguir con ecuanimidad, la
sobriedad y el ejemplo ante los mediados
En definitiva, tener con nuestro esfuerzo, la
capacidad de ver más allá lo evidente. La
poderosa arma del sentido del humor, con la que conseguir una especial
sensibilidad y humanidad que nos permita mirar en los entresijos del problema
Siempre se habla también de la capacidad de escucha
activa, comprensión y paciencia, que no debe abandonarnos durante el proceso de
mediación, para conseguir a través de la persuasión, la disposición de las
partes enfrentadas a cambiar el rumbo (hay que viajar ligero de equipaje).
Y todo ello no se puede conseguir más que con nuestra
ética e integridad para poder conseguir la traducción de los
mensajes que se lanzan, aquellas personas que un día perdieron su canal de
comunicación.
No me digáis queridos lectores, que no es
un trabajo apasionante; que no es como planteamos al inicio de nuestro
artículo, un viaje en busca de “nuestro AVATAR”. La
competencia del mediador o mediadora debe ser tanto:
n Intelectual: para tener una gran visión estratégica, saber
planificar y evaluar el conflictos
n Interpersonal: Para conseguir la capacidad de dirigir
y comunicar
n Personal: Con la que conseguir la credibilidad y
creatividad que tanto propugnamos desde nuestra Escuela Sevillana de Mediación
Tenemos que prepararnos para ponernos en la piel de
los mediados y saber trabajar en mediación, por eso no dejes nunca de buscar tu
avatar.
43 comentarios:
Desde mi más humilde punto de vista, los abogados tenemos un papel muy importante en esta sociedad pues somos los que promovemos la justicia en nuestro país, entre muchos otros integrantes que interfieren en esta.
Es entonces cuando nos deberíamos de dar cuenta que los abogados no tendríamos que focalizar nuestra labor únicamente en coger el ordenamiento y aplicarlo textualmente, sino que deberíamos ir más allá del problema y poseer unas cualidades basadas en lo que Javier describe como mediador para poder adentrarnos en él y obtener mayor éxito que si nos quedaranos en una mera superficie externa.
Así, concluyo que la cualidades descritas en este post nos ayudaría a ser mejores profesionales no solo como abogados si no también en cualquier profesión a desarrollar.
Los profesionales del Derecho en ocasiones, debemos de situarnos en el problema y como se hace alusión en el artículo, convertimos en Avatares, con aquellas cualidades que necesitamos para afrontar el conflicto y poder solucionarlo de forma inteligente.
Cada persona tiene una personalidad diferente, por lo que por general los juristas tenemos que introducirnos y sumergirnos entre las emociones que se pueden expresar ante las personas cuando existe un conflicto para de esa forma trazar una estrategia inteligente y llegar a una conclusión. Las funciones de los juristas no quedan únicamente limitadas a conocer el Derecho, sino también a conocer a las personas, las expresiones y sentimientos, así como ser capaces de poder mostrar y hacer entender lo que necesitamos en cada momento lingüística y expresivamente.
Se desprende del texto la idea de que para poder llegar a la meta de aplicar con fluidez las características y emociones propias a la situación, debemos previamente conocernos bien para saber en qué punto flaqueamos y cuales son nuestros puntos fuertes, algo que no solo nos aportará mucho a nivel profesional sino también en lo personal ya que conocerse bien a uno mismo nos hará mejores profesionales.
Anabel Cortés.
Como ya dijimos en otro post, la labor del jurista es la búsqueda de la justicia social, defendiendo los intereses de los particulares, utilizando como arma la dialéctica y la ley.
Hemos aprendido a lo largo del cuatrimestre, que para ser un buen abogado no basta con ser conocedor del funcionamiento del ordenamiento jurídico y de las leyes, sino que para ser un buen letrado es necesario tener buenas dotes comunicativas, ser conocedor de las expresiones y de los sentimientos, ser empáticos e íntegros.
A su vez cabe destacar la importancia de estar en continuo aprendizaje, llegando así a alcanzar la mejor versión de nosotros mismos, ya no sólo en el ámbito del derecho sino en nuestra vida cotidiana y mejorar así las relaciones en el ámbito laboral y personal.
La figura del mediador es clave a la hora de resolver problemas. Podemos ver como cada vez se le da más y más importancia a este tipo de justicia alternativa. Los juristas no solo tenemos que saber mediar entre personas, debemos ser mediadores. Nuestra respuesta ante un conflicto no debería ser automáticamente ir a juicio, primero deberíamos entender porque existe un conflicto y luego actuar acorde. El mundo del derecho es complejo y lo que muchas personas ignoran es que también es emocional y cambiante . Al tratar con personas al final del día tratamos con sentimientos, y la mejor forma de lidiar con ellos es hacerlo desde un punto de vista neutral, y aquí es donde la figura del avatar juega un papel importante. No debemos sobrepasar los límites de las personas con las que tratamos pero tampoco debemos ser fríos ni distantes ya que los abogados nos ocupamos, principalmente, de resolver problemas.
Ante todos esto solo me gustaría recalcar que una buena conversación entre las partes muchas veces puede ser la solución al problema, a veces incluso más efectiva que un jucio.
Blanca Cruz Casero.
La figura del mediador es clave a la hora de resolver problemas. Podemos ver como cada vez se le da más y más importancia a este tipo de justicia alternativa. Los juristas no solo tenemos que saber mediar entre personas, debemos ser mediadores. Nuestra respuesta ante un conflicto no debería ser automáticamente ir a juicio, primero deberíamos entender porque existe un conflicto y luego actuar acorde. El mundo del derecho es complejo y lo que muchas personas ignoran es que también es emocional y cambiante . Al tratar con personas al final del día tratamos con sentimientos, y la mejor forma de lidiar con ellos es hacerlo desde un punto de vista neutral, y aquí es donde la figura del avatar juega un papel importante. No debemos sobrepasar los límites de las personas con las que tratamos pero tampoco debemos ser fríos ni distantes ya que los abogados nos ocupamos, principalmente, de resolver problemas.
Ante todos esto solo me gustaría recalcar que una buena conversación entre las partes muchas veces puede ser la solución al problema, a veces incluso más efectiva que un jucio.
Blanca Cruz Casero.
La figura del mediador es clave a la hora de resolver problemas. Podemos ver como cada vez se le da más y más importancia a este tipo de justicia alternativa. Los juristas no solo tenemos que saber mediar entre personas, debemos ser mediadores. Nuestra respuesta ante un conflicto no debería ser automáticamente ir a juicio, primero deberíamos entender porque existe un conflicto y luego actuar acorde. El mundo del derecho es complejo y lo que muchas personas ignoran es que también es emocional y cambiante . Al tratar con personas al final del día tratamos con sentimientos, y la mejor forma de lidiar con ellos es hacerlo desde un punto de vista neutral, y aquí es donde la figura del avatar juega un papel importante. No debemos sobrepasar los límites de las personas con las que tratamos pero tampoco debemos ser fríos ni distantes ya que los abogados nos ocupamos, principalmente, de resolver problemas.
Ante todos esto solo me gustaría recalcar que una buena conversación entre las partes muchas veces puede ser la solución al problema, a veces incluso más efectiva que un jucio.
Blanca Cruz Casero.
Como bien Jvier argumenta en este post, todos debemos buscar nuestro avatar tanto personal mente como laboralmente hablando, en el caso del abogado, es importante que profundicemos en el caso, busquemos los sentimientos y pensamientos más ocultos así como la transcendencia del conflicto al que nos enfrentamos, saber ponernos en el lugar de nuestro cliente y conocer la postura del contrario para poder mediar dentro de este conflicto. Buscar a nuestro avatar tiene también que ver con otros temas impartidos en el curso como hacer una radiología del conflicto, no solo en el ámbito de la abogacía o cualquier labor profesional, sino como persona en el mundo, entre famili o amigos.
Los avatares tras leer este magnífico post, llego a la conclusión de que son uno de los caracteres más importantes que los abogados deben tener en cuenta en su profesión. Y es que la profesión va más allá de coger una ley y asociarla a el caso jurídico, ya que detrás de esto hay personas que tienen cosas que decirnos, y nosotros tenemos que saber interpretar lo que nos dicen.
Es por esto que para saber interpretar lo que otro nos dice y mediar en cualquier tipo de negociación debemos primero conocernos a nosotros mismos y saber qué aspectos se nos dan bien para sacar el máximo provecho de ellos en la negociación y al mismo tiempo conocer cuales se nos dan mal para utilizarlos menos.
En definitiva pienso que nuestros avatares nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos para poder conocer mejor a otras personas.
En este caso, se pude resaltar claramente como el hecho de buscar nuestro avatar supone un compendio de virtudes y de habilidades a la hora de ser un buen abogado. Cabe mencionar que debemos de poseer la experiencia y conocimiento suficientes a la hora de mediar un conflicto.
Asimismo, además de saber los procedimientos legales correspondientes en cualquier clase de conflicto a seguir, debemos tener en cuenta todos y cada uno de los intereses de las partes constituyentes dentro del caso, para poder determinar una solución poco conflictiva en todo momento e incluso en algunos casos ,(por qué no), intentar que todo se solucione si ambos están de acuerdo en solventar dicho problema (se cita, creo recordar, como un "cambio de rumbo").
Desde mi mas sincera opinión, yo he llegado a la conclusión de que un avatar supone tanto la búsqueda de nuevas perspectivas a la hora de solucionar un caso, como encontrar un perfil de abogado que quiere potenciar el desarrollo de sus capacidades en las que destaca, y por consiguiente, mejorar en aquellos puntos que considera que flaquee, para encontrarse como una mejor versión de si mismo como mediador y defensor de la justicia vigente hoy en día (como se comenta al principio).
Cuando comprendemos que el papel del abogado y, sobre todo, del mediador, va más allá de la pura aplicación de la ley, podemos empezar a analizar cómo somos y qué tenemos que pulir o mejorar para ejercer esta labor.
En primer lugar, tenemos que ser conscientes de que debemos ser abiertos, comprensivos y asertivos con toda persona que llegue a pedirnos ayuda.
Además, es especialmente importante desarrollar ciertas competencias a la hora de analizar bien el conflicto y conseguir conducirlo por el camino correcto para su solución.
Estas, entre otras, podrían ser: el buen uso de la palabra y de la información que tenemos a nuestro alcance, la empatía para conseguir aún más credibilidad, el llevar por bandera unos valores férreos o, por supuesto, la predisposición a la evolución y el aprendizaje para así nunca quedarse estancado y siempre dar lo mejor de nosotros.
Con todo esto creo que transmitiremos más confianza a nuestros clientes y tendremos a la vez más seguridad en nosotros mismos, consiguiendo así un mejor desarrollo de nuestro trabajo a lo largo de nuestra carrera profesional.
El Avatar es en quien nos convertimos, en los diferentes aspectos de la vida, intentamos mostrar a nuestro avatar como la mejor versión de nosotros mismos. Igual que el avatar del perfil del WhatsApp no es una foto de nosotros un lunes por la mañana, sino la fotografía que tengamos donde mejor salimos, igual debería ser nuestro avatar para la abogacía.
Analizarnos a nosotros mismos, realizar esa radiografía hacia dentro es lo más importante para alcanzar nuestros objetivos. Si somos capaces de potenciar nuestras virtudes y de reducir o cambiar las debilidades, como se explica en el artículo, convertiremos a nuestro avatar en su mejor versión posible.
Antes de competir hay que entrenar, y un juicio o un conflicto requiere de un entrenamiento interior previo, que nos llevará a la victoria o a ganar el juicio.
Míriam Fernández Ramírez.
Tras haber leído este post, algo queda claro y es que el hecho de buscar nuestro avatar es una de las labores más importantes que los abogados deben de tener en cuenta en su profesión. Sobre todo, para el mediador esta figura es clave a la hora de resolver problemas. Mediante esta búsqueda vamos aprendiendo nuestras habilidades y debilidades que son muy importantes a la hora de llegar a ser un buen abogado.
Esto hace referencia a que la labor de los juristas no se limita a conocer el Derecho, sino también conocer a las personas, los sentimientos y expresiones para poder comunicarnos y empatizar con nuestro cliente para así poderle ayudar a solucionar su conflicto.
Por lo que, mediante la búsqueda de nuestro avatar llegamos a conocernos mejor a nosotros mismos para potenciar el desarrollo de nuestras capacidades y mejorar aquello que nos resulta más complicado, creando una mejor versión de nosotros mismo, que nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos para poder así conocer mejor a otras personas, lo que nos ayudará tanto en nuestra vida profesional mediante el trato con el clientes como en nuestra vida personal.
Este blog tiene la especial peculiaridad de sorprendernos, mostrándonos siempre una cara más – porque los avatares tienen tela de cara – de la magia que posee la labor de un jurista, ya sea abogado de grato prestigio o de célebre mediador. Pero, ¿qué pasa si no conseguimos ser un brillante mediador o reconocido abogado? Pues, tanto en el ámbito jurídico, como en cualquiera de la vida y la sociedad, debemos hacer alusión a este concepto de “avatar”, es decir, debemos encontrarnos a nosotros mismos para poder servir en nuestro oficio, en nuestra pasión, en aquello que le de marcha y motor al engranaje en el que nos encontramos introducidos, llamado cuerpo actor en vida.
Meta-reflexiones aparte, centrándonos más en el campo de actuación de nuestro caso, abogado o mediador, se deben considerar esas habilidades que, como hemos dicho antes, este blog nos resalta para no olvidarlas y tenerlas en cuenta. Esta persona debe conocer lo que significan las personas, con todos sus ingredientes: sentimientos, pasiones, sensaciones, estados de ánimo, actitudes, posturas etc. Un mediador debe ser una especie de goma moldeable que pueda cubrir esos espacios y huecos de las personas cuando entran en conflicto y no son capaces por ellas mismas para hacerlo.
De esta manera, es esencial encontrar esas habilidades humanas que conecten intereses entre las partes y ser partícipe de la gran obra social de solucionar, una de las malas cosas que unen a personas, llamada conflictos.
Jose Malaver Benjumea.
En este caso, se pude resaltar claramente como el hecho de buscar nuestro avatar supone un compendio de virtudes y de habilidades a la hora de ser un buen abogado. Cabe mencionar que debemos de poseer la experiencia y conocimiento suficientes a la hora de mediar un conflicto.
Asimismo, además de saber los procedimientos legales correspondientes en cualquier clase de conflicto a seguir, debemos tener en cuenta todos y cada uno de los intereses de las partes constituyentes dentro del caso, para poder determinar una solución poco conflictiva en todo momento e incluso en algunos casos ,(por qué no), intentar que todo se solucione si ambos están de acuerdo en solventar dicho problema (se cita, creo recordar, como un "cambio de rumbo").
Desde mi mas sincera opinión, yo he llegado a la conclusión de que un avatar supone tanto la búsqueda de nuevas perspectivas a la hora de solucionar un caso, como encontrar un perfil de abogado que quiere potenciar el desarrollo de sus capacidades en las que destaca, y por consiguiente, mejorar en aquellos puntos que considera que flaquee, para encontrarse como una mejor versión de si mismo como mediador y defensor de la justicia vigente hoy en día (como se comenta al principio).
El presente post explica que cada persona tiene un avatar, es decir, un perfil acerca de su forma de ser, aspecto, carácter, etc. Siempre vamos a querer mostrar nuestro mejor avatar a las personas para que, en el caso de los profesionales del derecho, puedan confiar en ellos y en sus capacidades y virtudes, ya que el objetivo de un cliente es resolver un problema personal que le preocupa o le incumbe. Para eso, todos tendemos a fomentar nuestras virtudes y corregir nuestras debilidades, y esto se consigue mediante la práctica, así poco a poco iremos siendo mejores profesionales en el mundo del derecho.
La figura del mediador tiene una relevante importancia puesto que, además de conocer la jurisprudencia, tiene que estar formado para adentrarse en cada persona, tener la capacidad de conocer su interior, como el estado de ánimo, la actitud o los sentimientos que presentan.
¿Por qué es tan importante hacer un buen análisis de los expuesto anteriormente? Porque cuanto mejor comprendamos, como abogados, a nuestros clientes, los vamos a poder ayudar en mayor medida y se queden satisfechos con el trabajo realizado en la defensa del problema presentado a solventar.
El presente post explica que cada persona tiene un avatar, es decir, un perfil acerca de su forma de ser, aspecto, carácter, etc. Siempre vamos a querer mostrar nuestro mejor avatar a las personas para que, en el caso de los profesionales del derecho, puedan confiar en ellos y en sus capacidades y virtudes, ya que el objetivo de un cliente es resolver un problema personal que le preocupa o le incumbe. Para eso, todos tendemos a fomentar nuestras virtudes y corregir nuestras debilidades, y esto se consigue mediante la práctica, así poco a poco iremos siendo mejores profesionales en el mundo del derecho.
La figura del mediador tiene una relevante importancia puesto que, además de conocer la jurisprudencia, tiene que estar formado para adentrarse en cada persona, tener la capacidad de conocer su interior, como el estado de ánimo, la actitud o los sentimientos que presentan.
¿Por qué es tan importante hacer un buen análisis de los expuesto anteriormente? Porque cuanto mejor comprendamos, como abogados, a nuestros clientes, los vamos a poder ayudar en mayor medida y se queden satisfechos con el trabajo realizado en la defensa del problema presentado a solventar.
El presente post explica que cada persona tiene un avatar, es decir, un perfil acerca de su forma de ser, aspecto, carácter, etc. Siempre vamos a querer mostrar nuestro mejor avatar a las personas para que, en el caso de los profesionales del derecho, puedan confiar en ellos y en sus capacidades y virtudes, ya que el objetivo de un cliente es resolver un problema personal que le preocupa o le incumbe. Para eso, todos tendemos a fomentar nuestras virtudes y corregir nuestras debilidades, y esto se consigue mediante la práctica, así poco a poco iremos siendo mejores profesionales en el mundo del derecho.
La figura del mediador tiene una relevante importancia puesto que, además de conocer la jurisprudencia, tiene que estar formado para adentrarse en cada persona, tener la capacidad de conocer su interior, como el estado de ánimo, la actitud o los sentimientos que presentan.
¿Por qué es tan importante hacer un buen análisis de los expuesto anteriormente? Porque cuanto mejor comprendamos, como abogados, a nuestros clientes, los vamos a poder ayudar en mayor medida y se queden satisfechos con el trabajo realizado en la defensa del problema presentado a solventar.
A la hora de entender la labor del abogado y del mediador, es fundamental tener en cuenta que ésta no se basa exclusivamente en aplicar la ley, sino que conlleva un análisis de las circunstancias que rodean a las personas involucradas y de aquello que nos quieren transmitir pero no son capaces de hacerlo con palabras.
Una vez tenemos esto claro, no debería ser difícil definir algunas de las características que debe tener el avatar de un abogado: ser una persona íntegra, empática y asertiva, ser capaz de interpretar el lenguaje no verbal de las personas que nos piden ayuda, y, por supuesto, ser capaces de emplear la palabra como una herramienta a nuestro favor.
Todas estas características, en ocasiones, requerirán esfuerzo para alcanzarlas, pero esto también es parte de la labor del abogado: buscar el continuo desarrollo de las habilidades para prestar un mejor servicio a nuestros clientes. Como recompensa tendremos una mayor credibilidad e inspiraremos una mayor confianza, en definitiva, seremos mejores profesionales.
Viendo este post tan interesante podemos decir que una cuestión muy importante en la vida del abogado es saber identificar el "avatar" de cada persona, es decir, su forma de ser. Leyendo tanto este post como otros anteriores hemos llegado a saber que el abogado no solo debe de llevar los casos de forma objetiva, en base a las leyes, también debe de saber interpretarlas además de tener en cuenta que los implicados en el caso son personas, con diferentes personalidades, sentimientos, ideas,...
Debemos tener una mente abierta y comprensiva ante las situaciones que se nos plantean para que el cliente confíe en nosotros, y no solo el cliente, tener una actitud positiva ante el magistrado será de gran ayuda para llegar a el, nos acercara para llegar a un misma postura y tendremos mas posibilidades de alcanzar nuestra meta. Esto lo conseguiremos mediante un lenguaje adecuado, además de métodos trabajados de persuasión como el buen uso de las palabras.
Bajo mi punto de vista, un buen abogado, y en especial un mediador, debe de tener diferentes capacidades que le permitan escuchar y comprender a las dos partes del conflicto. Pero considero que el aspecto más importante que tiene que desarrollar un mediador es la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de ambos clientes. De esta forma se aproximará al máximo a la solución que sea más beneficiosa para ambos. Como bien deja claro el post, un mediador representa el canal de comunicación entre dos personas que no son capaces de llegar a un acuerdo por sí solas. Por esta razón otra clave para un buen mediador es la claridad, saber transmitir el mensaje de la mejor forma posible con el fin de aproximar a ambas partes. Estas claves para conseguir ser un buen abogado se van aprendiendo con la experiencia, por lo que debemos de tener paciencia y tener la idea clara de que la labor del abogado es una carrera de continuo aprendizaje.
Bajo mi punto de vista, lo tratado en esta entrada del blog es fundamental no solo al alcance jurídico sino en todas las áreas de nuestra vida, nos dediquemos o no al derecho. Es fundamental saber qué es aquello de nuestra personalidad que nos suma y que nos resta. De esta forma, sabemos para qué estamos capacitados, lo que necesitamos trabajar más, que puesto podemos ejercer...etc. El trabajo de un buen abogado no deja de ser ayudar a su cliente en lo que este necesite, por lo cual, si conocemos nuestro avatar sabemos con más certeza cómo nuestras capacidades pueden complementar sus necesidades y cómo de útiles le podemos ser. Conocernos a nosotros mismos siempre nos beneficiará, especialmente si el futuro de otras personas depende, en gran parte, en nuestros hechos.
-Natalia Mora Ramírez.
Este post hace una reflexión muy interesante sobre lo que realmente constituye a un buen abogado. Mediante la figura del “avatar”, se hace referencia a la búsqueda y definición de nuestro avatar, de quiénes realmente somos como abogados.
Es importante comprender que un abogado no se debe de centrar simplemente en el conocimiento de las leyes. Que la diferencia entre ser un buen abogado o uno mediocre no se encuentra en el conocimiento del derecho simplemente, todos podemos repasarnos los artículos necesarios antes de llevar un caso. El derecho está constantemente modificándose, se encuentra en un cambio continuo, no podemos pensar en una figura del abogado que se ocupa meramente de los aspectos legales, cualquiera puede aprender leyes como ya he dicho.
Sin embargo, el buen abogado debe de estar caracterizado por unas habilidades o caracteres, el avatar, tal y como introduce el post. Tanto el abogado como el mediador van a ir más allá del ordenamiento jurídico, no se van a basar simplemente en el derecho para dar respuesta a un conflicto entre partes.
De esta manera, la búsqueda de nuestro avatar en este oficio que es la abogacía, y la defensa y mediación en general, es la que nos va a definir en nuestro ejercicio, y son todas aquellas aptitudes con las que contamos; esa capacidad de evaluar profundamente un conflicto sin quedarnos en la superficie, conociendo todo el Iceberg y no solo la punta; o la capacidad de comunicarse y mediar entre aquellos que no son capaces, poder entender a las partes y buscar el acuerdo; o esa capacidad resolutiva que, apoyada por la creatividad, nos va a ayudar en el día a día a dar soluciones a estos conflictos, como ya dije, teniendo en cuenta mucho más que lo que establece el ordenamiento jurídico. Por tanto, considero que el avatar de cada abogado no se fundamenta en unas habilidades determinadas, sino que cada uno, aprovechando sus capacidades, debe sacar partido de ellas y así poder destacar en su oficio.
Sin duda alguna, también considero que esta búsqueda del avatar no acaba en ningún momento, sino que al igual que el derecho, los letrados evolucionan y mejoran con el tiempo y la experiencia, y por lo tanto, también lo hacen sus habilidades. Simplemente hay que saber aprovecharlas.
- Lourdes Contreras Barberá
Mi opinión sobre este artículo, es que un buen abogado debe tener un buen conocimiento y saber entender ambas partes. Un gran artículo con el que se observa cómo debe caracterizarse un buen abogado.
Mi opinión es que las virtudes del moderador, se trabajan día a día, ya que cada caso distinto te hace reinventarte y solucionar nuevos asuntos, no es algo mecánico, es algo que en cada caso concreto, en cada rostro, en cada persona hace falta y hay una gran necesidad de escucha para legar al fondo del asunto y no quedarse en la dermis. El mediador es una persona que tiende a dar calor humano a todos los que a el recurren, y no solo un resultado profesional; tiende a ponerse en la situación de la otra persona, llegando a pensar como piensa, para poder así anticiparse a esta o incluso entender lo que la persona calla por vergüenza o por miedo. Se trata de un trabajo muy humano y muy cercano que he descubierto este año.
Desde mi punto de vista se hace un reflexión de como debe ser el abogado, una persona constante, trabajando diariamente por las variantes que se pueden dar en los casos que se presentan a lo largo de su vida en la abogacía pero que ademas debe tener otras cualidades y habilidades que le permitan el adecuado desempeño de su oficio.
En mi opinión y como ya comentamos en posts anteriores, considero que la labor del abogado no es únicamente intelectual y racional, pues si nos paramos a pensar su labor es resolver conflictos de personas, las cuales, no somos un manual con instrucciones, por ello no podemos pretender que un buen abogado se limite a saber aplicar a la perfección el ordenamiento, pues, aunque los conflictos sean similares, cada persona es única en su circunstancia. Es ahí cuando se ve reflejado perfectamente que tanto la labor del abogado como del mediador es sumamente importante tener unas buenas aptitudes y trabajarlas en igual modo que las leyes. Es decir, plantearnos si somos buenos abogados o mediadores observando nuestras cualidades, y trabajarlas para mejorarlas y usarlas como herramientas fundamentales en el desarrollo de la labor.
María Merello Argudo
Este post nos muestra lo que realmente tiene que tener un buen abogado, ya que llevar a cabo esta profesión no consta solo con saberse el ordenamiento sino que hay que llegar mucho mas haya del problema que se nos plantean en cada situación. Javier nos define el ser un buen abogado con la palabra avatar.
Tras la lectura de este interesante artículo he reflexionado mucho sobre cuáles son las calidades que debe tener un buen abogado. La búsqueda de nuestro "avatar", propuesta en este texto, resulta imprescindible tanto a nivel laboral como personal, puesto que todos tendríamos, en nuestro día a día, buscar aquellos rasgos personales que necesitaríamos mejorar, perfeccionar, analizándolos de manera objetivas y actuando como si fuéramos los directores de nuestra propia película. Un buen abogado y, aún más, un buen mediador, necesita, sin duda alguna, unos conocimientos técnicos y habilidades teóricas que sepan coadyuvar doctrina y jurisprudencia, pero también de técnicas prácticas que se pueden mejorar con la experiencia y con el análisis objetivos del que hablábamos antes. Entre estas características considero necesarias la capacidad de saber trabajar en equipo, una buena dosis de inteligencia emotiva, la dominación de la palabra y en sentido amplio el arte de la oratoria, la integridad y el manejo del tiempo.
Tanto abogados como mediadores deben tener en cuenta, que más allá del trabajo jurídico que llevan a cabo, es importante destacar el trabajo que se lleva a cabo con las personas involucradas en el conflicto que se pretende resolver. Para buscar una solución, es clave entender el problema de fondo y para ello debemos ponernos en el lugar de nuestro cliente e intentar entender cuál es su percepción del asunto y cómo se siente con respecto a él.
Como bien propone este texto, es fundamental antes conocernos a nosotros mismo y tener claro cuales son nuestro puntos fuertes y débiles para poder beneficiarnos de lo bueno y aprovecharlo, y por otro lado, intentar mejorar lo malo.
Teniendo en cuenta que al fin y al cabo el cliente que tenemos al otro lado de la mesa es una persona como nosotros y antes que la objetividad en el problema que pretendemos resolver, rigen sus sentimientos, debemos mostrarnos sencillos, cercanos y comprensivos para poder desarrollar nuestra labor haciendo que la persona que ha confiado en nosotros se sienta en buenas manos.
Tanto abogados como mediadores deben tener en cuenta, que más allá del trabajo jurídico que llevan a cabo, es importante destacar el trabajo que se lleva a cabo con las personas involucradas en el conflicto que se pretende resolver. Para buscar una solución, es clave entender el problema de fondo y para ello debemos ponernos en el lugar de nuestro cliente e intentar entender cuál es su percepción del asunto y cómo se siente con respecto a él.
Como bien propone este texto, es fundamental antes conocernos a nosotros mismo y tener claro cuales son nuestro puntos fuertes y débiles para poder beneficiarnos de lo bueno y aprovecharlo, y por otro lado, intentar mejorar lo malo.
Teniendo en cuenta que al fin y al cabo el cliente que tenemos al otro lado de la mesa es una persona como nosotros y antes que la objetividad en el problema que pretendemos resolver, rigen sus sentimientos, debemos mostrarnos sencillos, cercanos y comprensivos para poder desarrollar nuestra labor haciendo que la persona que ha confiado en nosotros se sienta en buenas manos.
Que cierto es que para encontrar en los demás primero tenemos que encontrarnos a nosotros mismos y es que, me parece una muy buena similitud la del Avatar de la película de James Cameron con la labor que desarrollaremos en un futuro como juristas o mediadores, porque no hay nada más gratificante que poseer la llave maestra que pueda abrir la puerta que separa a las personas por un conflicto.
Buscar a nuestro Avatar es buscar en nosotros mismos, evolucionar, adaptarnos a la situación y estar en continúo desarrollo de nuestras competencias para que en el campo que queramos adentrarnos no nos coja por sorpresa alguna situación que nos lleve a la incertidumbre.
Considero que esta característica que podemos desarrollar de encontrar nuestro Avatar, no solo resultará muy útil en el mundo del Derecho, si no en cualquier labor del mundo profesional en la que decidamos realizarnos.
Como ya se ha comentado en anteriores posts, el abogado no solo tiene que aportarle una solución a un caso. Sino que tiene que conocer, profundizar e implicarse en el caso. Un abogado trabaja con personas y no todas las personas van en busca de la misma respuesta, ni confían en todos para que le den esa respuesta. Como se menciona en el blog, para conseguir que confíen en ti, lo más importante es conocerte a ti mismo y saber cuales son tus principales habilidades. Por ello es importante conocer a nuestro avatar, pues así podremos desarrollar plenamente nuestras capacidades y que esto nos ayude a desarrollarnos en nuestro futuro profesional y como personas.
Irene Vázquez Rivadeneyra
Tras la lectura del post, este nos deja claro que es necesario que cada uno encuentre su avatar con el cual se identifica, conformando una serie de habilidades de gran utilidad a la hora de desempeñar la labor de la abogacía, otorgándonos el conocimiento necesario así como la experiencia a la hora de mediar en la resolución de los conflictos. Pues es necesario remarcar como hemos visto en post anteriores, que lo que define a un buen abogado no es únicamente su conocimiento sobre el Derecho, sino que debe saber como desenvolverse en diversas situaciones y conocer esos pequeños micro-gestos que le aportan información para un mayor control de las situaciones y que le ayudan a tratar con los clientes.
Con todo ello, podemos decir que con esta búsqueda del avatar de la que habla el post nos ayuda a potenciar nuestras capacidades y elegir de esta manera el perfil de abogado con el que nos sentimos más identificados y con el que somos capaces de explotar con mayor facilidad nuestras capacidades.
Desde mi sincero punto de vista, los abogados así como las personas licenciadas en Derecho, actualmente deben construir un AVATAR fuerte desde el punto de vista del Derecho para poder así conseguir hacerse ver en la sociedad y conseguir plena confianza con el cliente. Esto no lleva a que olvidemos que somos personas de carne y hueso y que siempre va a haber una percepción subjetiva del caso que estemos estudiando.
Con esto a lo que me refiero es que para ser un buen profesional además de saber como actuar con diligencia en el caso, tendremos que saber hasta donde llevarlo, es decir, evitar llevar el tema mas allá del despacho, no interiorizar el problema como si fuera nuestro ya que no hay que mezclar tu vida personal con la profesional.
Al igual que lo explicado anteriormente, para ser abogado hay que tener conocimiento no solo de Derecho sino de aspecto cotidianos como es la empatía y el saber como tratar a los clientes ya que son personas con problemas, alegrías, con mas o menos simpatía, pero al final hay que tratarse según su estado de humor.
Como conclusión, actualmente no solo hay que tener conocimiento de tu carrera sino también conocer el trato que necesita cada persona que confía en ti para conocer su caso, mas saber ser y menos como deber ser en la vida.
¿Como somos? ¿en que debemos mejorar para ser unos buenos abogados o abogadas?
Escogí esta carrera, no solo por ser una gran libra, sino porque llevo en mi desde pequeña, y aunque suene mal, el don de velar siempre por lo justo y defender lo que desde mi criterio es lo que esta bien. Pienso que aunque todavía tengo que mejorar muchas cosas, un buen avatar no es el que se adapta a unos criterios definidos, sino quepienso, que cada persona, le da su toque personal a lo que hace, una chispa especial a su avatar que lo identifique y que lo haga destacar entre los demás, algo que incite a todos a querer recurrir ata como letrada, al final, tu serás quien le resuelva su conflicto, y como es lógico, todos creen y quieren llevar la razón, por lo tanto, un buen avatar es aquel que tiene los criterios fundamnetatales, pero que además aporta su chispa personal lo que la hace destacar, pues todos somos perfectos, y lo maravilloso de nuestra carrera es que aunque todos los basemos en las mismas leyes cada uno le da su criterio y su forma.
Desde mi punto de vista, lo contenido en la parte final del texto, que se refiere a los tres elementos de la competencia del mediador (intelectual, interpersonal y personal), considero que es de gran relevancia para la práctica profesional de la abogacía, y en concreto, la mediación; esto basado en lo abordado sobre los conceptos de "avatar" que un abogado o jurista debe considerar, pues no podrá este tener el mismo trato con todos los clientes, sino deberá adecuar su "avatar" a cada uno de ellos a través del elemento interpersonal. Además, como elementos individuales deberá conocer sus capacidades, personales e intelectuales, para que de esta manera pueda trabajar en sus debilidades y siempre poniendo en práctica la persuasión (con sentido del humor) con un sentido humanístico. Por lo tanto, se demuestra que resulta conveniente advertir la semejanza entre el concepto de "avatar" con el de mediador.
Me ha parecido muy interesante este tema. Conocerse así mismo es fundamental para poder llegar a empatizar con alguien. Saber comunicar es fundamental para poder ser un buen abogado y orador.
Tenemos la responsabilidad de aplicar las leyes por eso los abogados son tan importantes. Para ser un buen abogado hay que saber ser empático.
Los abogados están en un continuo aprendizaje para poder llegar a alcanzar su maxima eficia y ser lo más eficientes posibles.
Mercedes González
Lo primero de todo, lo esencial para ejercer nuestra profesión es conocernos a nosotros mismos, así sabemos cuáles son nuestras aptitudes potenciales y cuáles otras son aquellas que hemos de mejorar y desarrollar.
Considero que en el ámbito laboral en el que nos encontramos resulta esencial desempeñar tareas y desarrollar habilidades de planificación y y comunicación para poder transmitirselas a nuestros clientes.
Por otro lado, la capacidad de ser creativos puede resultar una habilidad no imprescindible, que, sin embargo, bajo mi punto de vista, sí lo sería. La creatividad nos ayudaría a plantear nuevas y diferentes formas resolutivas de los casos.
Guiomar López.
Bajo mi punto de vista no hay más cierto que si tu intención es la de conocer a una persona, antes es imprescindible conocerse a uno mismo.
La profesión de abogado resulta de una gran complejidad ya que este trabaja a diario con distintas personas y cada una de ellas diferentes, y como consecuencia de esta diferencia lo probable es que cada una de ellas quieran escuchar una respuesta diferente. Lo mas importante para complacer a los clientes es que estos confíen en ti, y para conseguir esto lo más importante como señalé al principio es conocerse a uno mismo. Por todo esto, como expresa el blog es importante conocer a nuestro avatar para que así podamos desarrollar plenamente nuestras capacidades y que esto nos ayude a desarrollarnos en nuestro futuro profesional y como personas.
Me encanta como siempre, el artículo de Javier,es genial, original y extremadamente didáctico.
El ejemplo que nos propone del Avatar, capta desde el minuto uno nuestra atención y nuestra curiosidad, a medida que va desarrollando el artículo me va transmitiendo entusiasmo y me hace comprender a la perfección en que consiste la mediacion.
Hace que me sienta identificado con el papel del mediador y que me suponga un gran reto poder algún día desarrollar esa gran labor.
Destacó los principales rasgos para afrontar un buen trabajo como mediadora:
Intelectual: para tener una gran visión estratégica, saber planificar y evaluar el conflictos.
Interpersonal: Para conseguir la capacidad de dirigir y comunicar.
Personal: Con la que conseguir la credibilidad y creatividad que tanto propugnamos desde nuestra Escuela Sevillana de Mediación.
Es todo un reto el que nos lanza, para prepararnos a ser unos buenas mediadoras poniéndonos en la piel de los mediados y poder poner fin al conflicto.
Mercedes Perez Infante
Creo que no puede haber más razón en la frase que; "para que alguien confíe en ti, lo más importante es conocerte a ti mismo" creo que es esencial que para que una persona se habrá hacia el mediador aprecié en el confianza y entendimiento profesional en el asunto.
Lo bueno que considero que tiene ejercer como mediador o abogado es la amplitud de asuntos en los te ves, en los que das con gente diferente que trabajar y cada uno con sus peculiaridades, por tanto no se puede tener una forma de actuación rutinaria. Por tanto veo vital conocerse a uno mismo porque tendremos que conocer nuestro "avatar" para poder usarlo a nuestro favor.
También la amplitud de casos hace que aumentemos la experiencia y formación que hará que sepamos encontrar el equilibrio de situaciones.
Lola Sánchez Zamora
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