No se nos escapa a nadie que nunca habíamos vivido algo así, que
no estábamos preparados para ser conscientes de lo que significa una pandemia,
y sobre todo que los conflictos se agudizan a pesar de nuestro positivismo, en
estos momentos
Conflictos laborales, de emprendimiento, económicos… pero sobre
todo también, de convivencia, de enfrentarnos a la realidad virtual de nuestras
relaciones, de interpretar lo que alguien dice sin estar delante de nosotros,
solo con lo que escribe o más bien representa si utiliza abreviaturas o incluso
“emoticonos”. Sin entender muchas veces el “tono” del mensaje porque no lo
escuchamos, solo lo vemos. Sin la reacción emocional de lo que supone una
conversación, sus gestos, sus posturas.
Día a día aumenta la necesidad de la mediación.
Si la receta médica es
el “documento legal por medio del cual los médicos prescribe” un fármaco para
el tratamiento de un paciente y este será dispensado por el farmacéutico,
podemos decir que hoy en día necesitamos que el mediador o mediadora, prescriba
un tratamiento ante tanta crispación social, familiar y humana.
Para que podamos prescribir una receta y en su caso tratamiento,
necesitamos que este sea individualizado (necesitamos de la presencia de las
partes en conflicto) y también dinámico (requiere un proceso a seguir que bien
se realice de forma presencial o virtual) que nos lleve a “sanar” las
relaciones y por ende, encontrar un posible acuerdo por si mismos.
Pero
podemos dejar bien claro cuales son los elementos básicos de una receta
mediadora en tiempos de COVID-19.
Necesitamos en primer lugar la
prescripción de un “medicamento”, este documento no puede más que ser realizado
por un mediador profesional, formado exquisitamente en prácticas de
negociación. En este documento o “receta” debemos interesar que se dispense un “medicamento”
una vez analizado y radiografiado el conflicto que esté disponible en las
farmacias (mesa de negociación) y con unas instrucciones muy concretas para el “paciente”
que debe seguir las reglas de la mediación.
La receta médica debe estar
muy bien detallada (análisis del conflicto), con el nombre exacto del
medicamento (mediación intergeneracional, familiar, intercultural, proceso
restaurativo…), la dosificación (previsión de sesiones a seguir) y el período
del tratamiento durabilidad del acuerdo o “sanación” alcanzada) . Si lo
realizamos así conseguiremos educar a las partes en el conflicto y por tanto
los mediados sabrán como administrarse el “medicamento” en el futuro inmediato.
La receta de la mediación en
tiempos de CoVID-19, donde la crispación, el egoísmo, la falta de escucha y la
imposición son nuestra “pandemia” de cada día, es absolutamente necesaria, ya
que es una indicación facultativa gracias a la cual los profesionales dejamos
asentado por escrito a modo de constancia y referencia la adquisición de un
acuerdo y la toma de un medicamento para ello. Pero ojo, para elaborar una
receta el profesional el mediador debe contar con la habilitación legal
correspondiente, por lo cual debemos huir de sanadores, visionarios y “negacionistas”
de la mediación (¿os suena a alguno?)
En cada país, la autoridad “sanitaria”
oportuna establece los medicamentos que deben ser dispensados con o sin receta
y en esta época, se hace también absolutamente necesario que estas mismas
autoridades potencien la “vacunación” expansiva de la mediación para evitar
tanta crispación.
En cuanto a la validez de la
receta, cada documento debe tener publicada obligatoriamente la fecha de
prescripción porque no olvidemos que si conseguimos un acuerdo este debe
asentarse en las cuatro patas que sustenten el mismo: JUSTO, EQUITATIVO,
ESTABLE Y DUIRADERO.
Antes de seguir, no quiero
olvidarme y hacer una breve referencia a las “recetas” de nuestros abuelos,
esas que hemos oído en casa y que ahora aplicamos con otros nombres: “hijo mio
cuenta hasta 10 antes de decidir” o “los trapos sucios se lavan en casa”…Antiguamente, la receta era ese encargo
que se daba al “boticario” (mediador natural) para que hiciera la composición
de un remedio con varios ingredientes que hoy llamamos empatía, asertividad,
tolerancia… y que antes se llamaba cordura, dar la palabra o respeto.
Dicen que los egipcios empezaron a adorar al dios Horus como
sanador de todos sus males tras una sanación milagrosa de su “ojo”. Se trataba
de un símbolo de protección y cura, y los amuletos incluso hoy día es utilizado
por muchas personas pensando que evitan lo que los andaluces llamamos “el mal
fario”
Necesitamos en este
tiempo de pandemia la total convivencia pacífica entre “mediadores naturales” y
“mediadores profesionales”, todo viene bien en estos tiempos de COVID.
Por eso animo a
quienes estén trabajando por mejorar las relaciones personales y sociales que en
el envase del medicamento (Cuando presenten sus servicios) incluyan la
leyenda “con receta médica o sin receta médica” según
proceda, para que los mediados sepan como actuar y se les va a ayudar.
Os animo queridos mediadores, “médicos” de las relaciones humanas a que tengáis
en cuenta varias cuestiones a la hora de prescribir a las personas una
mediación y a conocer las contraindicaciones:
·
¿Es realmente necesaria la utilización de la mediación
·
¿Hay un diagnóstico adecuado?
·
¿Se ha elegido el fármaco más apropiado?
·
¿Hay antecedentes en los mediados de alergias o reacción (actitud) a este
medicamento?
·
¿Se ha considerado la edad del paciente?
·
¿Se ha explicado los principios de la mediación claramente al paciente?
·
¿Se ha considerado la influencia de agentes externos al tratamiento?
·
¿hay un plan para revisar la utilización de la mediación?
·
¿Es correcta la vía de administración?
·
¿Acepta el paciente el fármaco?
Es necesario absolutamente un uso
racional de este “fármaco”, porque no olvidemos que también como otro
cualquiera tiene contraindicaciones. Una contraindicación es una situación
específica en la cual no se debe utilizar un fármaco, un procedimiento o una
cirugía ya que puede ser dañino para los mediados.
Por eso podemos decir que en esta
pandemia utilizar la mediación no se recomienda si:
·
Se utilizan dos fármacos o procedimientos juntos. (no es aceptable hacerlo
aunque los beneficios superen a los riesgos por eso tenemos que suspender
juicios pendientes si por el mismo caso se lleva a cabo la vía judicial,
contradictoria a la extra-judicial).
·
La contraindicación de no hallarse en el momento oportuno el “paciente”
supone reacciones al mismo, que en un fármaco “real” supone vómitos, dolores de
cabeza y similares y que en la mediación supone la negación de la realidad, la
depresión o la concesión injusta de principios o valores solo por llegar al fin
Para terminar querido amigo solo puedo
decirte que el uso de la mediación, sin receta mediadora puede provocar muchos “problemas
de salud”. Es lo que llamamos automedicación. Por eso ACUDE A TU MEDIADOR y asi
evitas efectos secundarios
Tu receta del mediador ante el Covid-19, será el documento que
avala la dispensación de esta maravillosa “medicina” y su prescripción médica
en esta época que te tocó vivir
71 comentarios:
Es innegable que el Covid19 ha tenido un impacto global en cada una de nuestras vidas, ocasionando un incremento del malestar general de la población, por lo menos al inicio de esta pandemia, lo que conllevó a un aumento en el número de conflictos y problemas en todos lo ámbitos de nuestra vida. Ejemplo de ello, pueden ser los problemas ocasionados entre los convivientes por la cuarentena o conflictos profesionales, debido también a la adaptación de este nuevo modo de vida. Es por ello, que la mediación ha podido aumentar aún más su importancia durante estas circunstancias. No obstante, para que la mediación sea óptima en estos momentos, creo que ha sido muy necesario tener una gran capacidad de resiliencia, es decir, que los mediadores hayan tenido la competencia de adaptarse a esta nueva realidad, introduciendo las medidas de sanidad pertinentes, como por ejemplo la mediación online.
Inma Vallejo
En estos tiempo tan difíciles que ninguno nos esperábamos nos hemos tenido que adaptar a la situación tanto a nivel social, como económico y sanitario. Por tanto, es necesario pensar que en el ámbito laboral también se debe hacer. Miles de profesionales se han tenido que adaptar a trabajar en casa, u online, y tener que establecer medidas de seguridad, entre otras muchas cosas.
Es una situación extraordinaria, en el que a nivel mundial surgen conflictos entres las medidas tomadas por los gobiernos, por profesionales sanitarios, por farmacéuticas e incluso por los científicos. Sumado a las tantas horas que pasamos en casa con quienes convivimos, hace que salten chispas y conflictos continuamente. Por todo ello, es necesario establecer la figura de un mediador, que sea el puente de unión para obtener el mejor beneficio posible para todos.
Cabe resaltar, que hay que como mediadores hay que luchar porque no haya intrusismo en nuestro trabajo, porque al igual que no cualquiera puede recetar y establecer un fármaco, no todo el mundo puede llevar a cabo un buen proceso de negociación.
En definitiva, tenemos que adaptarnos a la situación, seguir formándonos continuamente, utilizar nuevas estrategias para llevar a cabo el proceso de mediación e incluso si es necesario hacerlo online. Pero lo que si es cierto, que ahora somos parte de la solución a los problemas que está habiendo, porque los conflictos están creciendo, así que queridos mediadores tenemos que estar a la altura de la situación.
Haciendo referencia al tema en cuestión que se aborda en el blog, queda constancia de la ignorancia que cualquier persona, a día de hoy, tenía sobre la situación que se está viviendo a nivel mundial con la pandemia acaecida por el COVID-19. Justo ahí es donde, sin duda alguna, resulta de llamativo interés resaltar la eficacia de la Mediación.
Durante los meses de cuarentena, cuando la pandemia estaba en pleno auge y se llevó a cabo un exhaustivo y cuadriculado confinamiento domiciliario para, en menor o mayor medida, evitar riesgos de contagio y prevenir la seguridad de los ciudadanos, podría decirse que, los sentimientos y emociones se encontraban "a flor de piel".
Desde el punto de vista clínico que ejerce la Psicología, se define a las personas como seres sociales por naturaleza que necesitan la compañía y la calidez humana, a nivel biológico, a nivel de supervivencia. Teniendo en cuenta una base de análisis como tal, no es de extrañar el aumento de conflictos que posiblemente se han ido produciendo durante la pandemia en cada núcleo familiar y social. Aquí entraría en juego la Mediación. Matrimonios separados, familias rotas, amistades destruidas, y todo, por la inestabilidad emocional que puede llegar a generar el aislamiento social o, en su controversia, el exceso de vínculo familiar.
Dentro de estos conflictos, la Mediación ejerce un papel fundamental para equilibrar las individuales partes de un problema para, como siempre, intentar proporcionar alguna resolución en el mismo. Sería un punto muy favorable usar, una vez más, la Co-Mediación pues, cada conflicto podría ser de diversa índole. Por ejemplificar la situación, en un divorcio podría haber dos partes, una relacionada con el tema judicial, para lo que se necesitaría un mediador con formación en derecho y, por otro lado, en referencia al cúmulo de emociones que las partes podrían sentir, sería de vital importancia la colaboración de un mediador procedente de la psicología para que, de manera conjunta, llevaran a cabo una exitosa mediación para ambas partes del dilema.
Por lo tanto, a modo de conclusión, clarificar que la Mediación, como no podía ser de otra forma, ejercería una favorable intervención en aquellos conflictos provocados por la pandemia que, actualmente, sigue teniendo graves secuelas mentales, emocionales y físicas en la mayoría de la población mundial.
En mi opinión, de lo malo siempre se puede encontrar algo bueno, aunque sea un mero aprendizaje.
Son ya numerosos casos de separaciones, divorcios, conflictos en las particiones de herencias...los que podemos observar desde que comenzó esta situación tan desconocida para todos. El escenario que nos ha traído esta crisis obliga a valorar los efectos de este estado sobrevenido y extraordinario que nos ha colapsado a todos.
Si algo es característico en el proceso de mediación es la sencillez. Y, así lo afirma el CGPJ, según el cual resulta esencial en estos momentos buscar fórmulas que incentiven la resolución extrajudicial de conflictos, reservando la intervención judicial para aquellos casos realmente necesarios, evitando que en definitiva , ésta se constituya en la primera opción.
Como he dicho anteriormente, de lo malo siempre se puede sacar algo bueno, y es posible que actualmente el trabajo de los mediadores esté aumentando. La figura del mediador es necesaria porque ayuda a buscar un punto en común, el cual va a ser el más beneficioso para todos.
Por lo tanto, creo que la labor de los mediadores está siendo cada vez más reconocida. Por ello, debemos de esforzarnos en nuestra formación para ofrecer siempre el mejor servicio, ahora y en cada una de las situaciones que se nos presenten.
Tal y como se desarrolla en la temática de este blog, la situación actual que estamos viviendo, era hace unos ochos meses inimaginable para cualquiera de nosotros; acorde a cualquier película de terror o de ciencia ficción. Es por este motivo, que las personas no estamos del todo capacitadas para afrontar por nuestras propias manos los diversos problemas que el COVID ha provocado.
A lo largo de los meses en cualquier medio de comunicación se ha podido apreciar el aumento de problemas físicos, mentales, laborales, familiares… Por ejemplo, tras finalizar el confinamiento al que nos vimos sometidos por un par de meses, las estadísticas han demostrado un considerable aumento de divorcios, o si nos centramos en los problemas de salud mental, un considerable aumento sin duda alguna de los trastornos de ansiedad o de depresión. Por lo tanto, por todos estos motivos es imprescindible solicitar ayuda de profesionales, cada uno especialista en su área.
Ahora más que nunca son fundamentales las intervenciones de los mediadores y de los psicólogos, para así poder devolver el equilibrio que tenían las personas antes de que el virus llegara a sus vidas.
Como se habla en el blog, la situación que vivimos actualmente es una situación y vivencia que jamás nos imaginábamos que ocurriese, ya que parece de película. Como ha venido de repente, sin avisar y dejando con ella desgracias, crisis y muchas más situaciones y vivencias malas, las personas no estamos preparadas (o al menos la mayoría) para llevar hacia adelante esta situación.
Sólo se ha podido ver en todos los medios de comunicación, redes sociales, noticias, anuncios... esa cantidad de desgracias y males que estamos viviendo y que están pasando.
En este momento, se muestran muchas situaciones (sobre todo empresariales, de cuidado de mayores...) en donde se ven implicados los mediadores, por lo que es un papel muy importante en los tiempos que corren, para devolver la normalidad a dichas situaciones tan delicadas.
Carmen Rodríguez Galea, 26/11/2020.
Actualmente estamos es una situación difícil que primeramente se pensaba que iba a ser algo temporal y a lo largo del año 2020 se ha ido observando que es un problema del que nos va a costar salir de el. Es por ello, que la sociedad ha tenido que adaptarse en diferentes ámbitos ya sea el laboral mediante el teletrabajo, el económico ante la situación de ERTE y sanitario al tener que ponernos la mascarilla y tenernos que confinar varios días al tener los síntomas.
Todo ello, ha provocado mucha incertidumbre, problemas sociales(huelgas), pensamientos de restricciones de la libertad, ect. Es así que no se debe olvidar el trabajo de los mediadores para resolver cuestiones cotidianas que han podido surgir como puede ser el aumento de los divorcios o violencia de género. Para ello, es necesario el uso de un acuerdo de las dos partes para colaborar, la escucha mutua y propuestas para la mejora y resolución del conflicto.
Es así que ante esta nueva y extraña situación es necesario un proceso de adaptación por parte de los mediadores. Por consiguiente, una forma de facilitar la mediación a los solicitantes es promover citas online con el objetivo de que si no se puede salir de casa por motivos sanitarios no se pierda. Además, se deben pensar nuevas propuestas para resolver los conflictos puesto que actualmente es difícil salir de casa lo cual hace que haya que tener una mayor visión creativa.
como todos sabemos la situación del COVID-19, es algo que realmente nos ha pillado por sorpresa, que ha causado grandes cambios en nuestro día a día, entre ellos lo más destácales es el uso de un nuevo accesorio, la mascarilla, y el no poder relacionarte como antes con tus seres queridos. Todo esto ha supuesto un gran rento para la humanidad, pero poco a poco lo vamos superando y acostumbrando a ello.
La imposición de nuevas normas de convivencia también han supuesto un reto y la mayoría de la población no está totalmente de acuerdo. Esto ha provocado que se hayan originado diversos tipos de conflictos, entre los que hay que destacar; conflictos personales y sociales. En este momento es donde entra nuestra querida amiga la mediación.
La mediación, como todo sabemos nos ayuda a encontrar una solución a un conflicto, pues que mejor época que la que estamos viviendo para dar uso de ella.
El uso de la mediación ha incrementado notablemente, ya que la mayoría de los conflictos provocados por el virus están basados en la ideología, es decir, gente que piensa que no hay que ser tan estrictos y gente totalmente que piensa lo contrario. En estos casos es imprescindible el uso de métodos como el anterior mencionado, ya qu Eno puede ayudar a que el asunto no se agrave.
Sin duda, 2020 ha sido lo más parecido a una película, a un libro, a un videojuego, en otras palabras, a cualquier cosa que se aleje de la realidad a la que estábamos acostumbrados. Ha sido un año raro, duro y para el que no estábamos preparados. La situación a nivel mundial, la salud mundial, se ha visto gravemente afectada por el COVID-19, y todo lo que ha traído consigo. Una de las cosas que se han agravado y que ha traído consigo han sido los conflictos.
Quizá algunos por problemas de convivencia, otros por “choques” entre negocios, etcétera, pero se puede ver un claro auge de éstos. Así, nuestros sentimientos y emociones se han podido desbordar, aumentando los conflictos entre las personas. Aunque esto, a mí, me resulta bastante curioso: cuando más necesitamos estar unidos, más lejos estamos los unos de los otros y no me refiero únicamente a fisicamente. Se puede observar cómo ha habido una clara polarización entre la población: los que creen en la pandemia y los que no, los que toman las medidas de la seguridad, y los que no, etcétera. Solo hay que ver todos esos matrimonios que han acabado divorciándose, o todas esas peleas entre vecinos por no respetarse entre ellos.
A veces, es más fácil hablar con otra persona con un tercero que modere la conversación a enfrentarnos cara a cara sin nadie que pueda ayudar a regular todas esas emociones y sentimientos que afloran. La mediación, por tanto, toma un papel fundamental en la convivencia no solo familiar, sino de la convivencia social para poder restaurar todas esas relaciones rotas en familias, amistades, en comunidades de vecinos o en los barrios. Así, logra reunir a esas personas para que trabajen codo con codo en la búsqueda de la solución de sus problemas.
No hay que olvidar, por otro lado, que la medicación no es “un juego”, ni es fácil. Como mediadores es cierto que podemos colaborar con otros profesionales de la salud física y mental, como pueden ser psicólogos, pero es necesario saber que, al igual que una persona sin formación específica no puede recetar medicamentos, no todo el mundo puede llevar a cabo el papel de mediador correctamente. Es cierto, sí, todos hemos hecho de “mediador” entre alguna peleilla, pero si pensamos, ¿cuántas familias estarían unidas ahora si se hubiera podido ir a mediación? ¿Cuántos matrimonios seguirían juntos?¿Cuántas denuncias no se habrían llevado a cabo entre vecinos, locales e incluso sanitarios? Esto es un trabajo para los mediadores profesionales, y para luchar contra esta crisis del COVID-19 hay que legitimarse los unos a los otros, reconociendo nuestro valor individual y colectivo.
Debido a la situación actual no es extraño decir que los conflictos han aumentado notablemente en los últimos meses vividos frente al Covid-19. Desde problemas laborales a familiares, las personas han intentado adaptarse a todos estos cambios que nos han envuelto de forma repentina. En mucas ocasiones, sin ser capaces de arreglar los conflictos surgidos. Es por esta razón, que quizás ahora más que nunca se necesita profesionales de la mediación competentes que funcionen como guía. Y que la sociedad reconozca el trabajo que realizan como un servicio más al que optar cuando consideran que no pueden resolver el problema por ellos mismos. Aunque existan casos parecidos, cortados por el mismo patrón, es fundamental que el mediador sea capaz de trabajar de forma personalizada cada una de las peculiaridades y características del caso, ya que cada conflicto es diferente y necesita de una “prescripción” especial para su resolución. Un buen profesional sabe que lo que ha sido útil para un caso no tiene por qué ser beneficioso para otro. A su vez, debemos evitar el intrusismo laboral en este campo y que solo profesionales de la mediación ejerzan como tal. Diferenciando de los mediadores naturales que a su vez son de gran ayuda diariamente y se necesitan más que nunca en la actualidad.
La situación actual de pandemia mundial, por desgracia está trayendo nuevos conflictos a la sociedad o incluso agravando algunos ya existentes.
La mediación como método de intervención y solución para algunos de estos siempre será una buena elección siempre y cuando su uso sea el adecuado. Con adecuado me refiero a que es muy importante, como bien alude la entrada del blog, que tratemos los casos de manera individualizada según el tipo de cliente y el conflicto que los traiga a mediación.
Como estudiante y futura profesional del ámbito de la psicología, hacer una evaluación o tratamiento de manera individualizada es algo que he podido aprender durante estos años que resulta ser muy efectivo ya que, aunque tengamos las herramientas y conceptos generales de la profesión, tanto en psicología como en mediación el objeto de trabajo son las personas y es necesario escucharlas para saber qué necesitan según su caso concreto.
Como conclusión; en las profesiones en las que la relación es directa con las personas y acerca de temas personales sobre la vida del individuo, pienso que debemos ser lo más empáticos posible para llegar a entender con que fin acuden a nosotros y como podemos serles útiles en la mejoría de aquello que nos confían, ya sea un conflicto, una situación un sentimiento etc.
A día de hoy, podemos afirmar que la vida es un proceso de incertidumbre donde no sabemos qué puede pasar. Frente a la situación vivida en la actualidad con el COVID, hemos podido observar como las personas se unen para salir adelante juntas. Gracias a multitud de profesionales la situación ha sido lo más llevadera posible. Con esto, quiero remarcar la idea de que cada profesional es de vital importancia en su ámbito y como podemos ver, el COVID ha tenido diversas consecuencias en la vida de las personas. Muchas de ellas, se deben a conflictos; ya sean en el ámbito familiar, el ámbito profesional o el ámbito personal. Por ello, una de las "medicinas" que hay para "curar" este problema, es el acudir a un profesional de la mediación. Y más en esta situación donde están surgiendo nuevos problemas en los que la población ha de enfrentarse.
En conclusión, un buen mediador está en continuo aprendizaje y sobre todo, tiene que ser capaz de adecuarse a las distintas demandas que traen las personas, haciendo de su "tratamiento" un proceso individualizado, porque al igual que cada persona es un mundo, un conflicto es único e incluso en casos que sean similares.
Aunque parezca mentira todo lo que estamos viviendo este año, el COVID 19 ha repercutido en nuestra vida, tanto que usamos términos como “antes de la cuarentena” y “después de la cuarentena” para referirnos, en el primer caso, para cosas que hacíamos con anterioridad al uso de la molestas mascarillas, como cuando te podías sentar en un bar con tus amigos desde las seis de la tarde hasta la hora que quisieras.
Pero aunque la situación hoy en día no sea la mejor a diferentes niveles, sociales, sanitarios y económicos, debemos seguir adelante. Hay veces en las que tener esta visión de futuro es algo que nos cuesta, pero por ello, en ciertas ocasiones necesitamos la ayuda de profesionales, en este caso hablaremos de los mediadores.
Como mencioné con anterioridad, el COVID nos ha puesto en situaciones que no hemos experimentado nunca, como convivir con personas todos los días encerrados en un espacio limitado, esto puede provocar multitud de disputas dentro y fuera del hogar.
La cuarentena que hemos vivido ha traído una gran cantidad de consecuencias y unos de los datos que los medios de comunicación difundió, fue el aumento del número de divorcios, obviamente estos procesos puede ser mediados y como buenos mediadores demos saber como tratar a cada cliente, ver las necesidades y saber como se puede abordar el tema buscando soluciones individuales, porque cada persona es un mundo y no se puede pensar que tenemos una receta mágica en la que una solución vale para todos los casos.
Con esto también hay que decir que no cualquiera vale para este trabajo, hay que tener en cuenta que las personas nos formamos para dedicarnos a lo que nos gusta, por ello hay que tener en cuenta que no todo el mundo puede solucionar los conflictos, ya que para ello existe un profesional como es el mediador que se encarga de ello.
La pandemia del Covid-19 ha supuesto grandes consecuencias, generalmente negativas, en todos los aspectos. Esta pandemia ha conllevado un antes y un después a nuestras vidas, y también en el ámbito de la mediación.
Durante la cuarentena, hemos tenido que vivir situaciones muy estresantes y que muchas personas han padecido ansiedad, como por ejemplo, tener que convivir las 24 horas del día con las mismas personas, en un mismo sitio cerrado, etc. Por lo que estas situaciones han supuesto numerosos conflictos, como divorcios, problemas entre familiares, etc.
Todos estos conflictos, se han visto repercutidos en la mediación, ya que ha incrementado la demanda de esta necesidad, suponiendo un incremento de trabajo.
Por lo tanto, esta gran pandemia que estamos atravesando, ha repercutido favorablemente en el trabajo de los mediadores.
Esta pandemia mundial ha hecho que este 2020 se haya convertido en un año duro caracterizado por el esfuerzo y la paciencia de todos y, sobre todo, un año difícil de olvidar. Es cierto que, el COVID-19 ha generado muchísimos problemas tanto a nivel familiar, de convivencia, conflictos políticos, a nivel sanitario, etc. También, he de recalcar que han aumentado los problemas mentales como la depresión y la ansiedad.
En mi opinión, considero que la mediación es una herramienta que en todos los escenarios o problemas que se nos presenten ayuda de forma positiva. En relación con el COVID-19, ahora también es posible la mediación, aunque no es fácil. Una de las causas por las que considero que ahora no es fácil es porque creo que después de haber vivido un confinamiento las personas tenemos consigo un cúmulo de emociones y sentimientos que hacen que todo lo veamos más negativo. Por ello, para que la mediación resulte productiva debe ejercerla un profesional que tenga los conocimientos suficientes para enfrentarse a ella, ya que, si no la ejerce un mediador profesional, podría afectar de forma muy negativa a la solución del conflicto. La labor de los mediadores está en auge y cada vez está siendo más reconocida.
Como conclusión, al igual que cuando tenemos una avería en casa llamamos al fontanero o al electricista, cuando las personas tienen problemas tanto en tiempos de COVID-19 como en tiempos normales acuden a la mediación, ya que, es una herramienta más para llegar a solucionar un problema de forma pacífica.
Esta pandemia nos ha pillado de imprevisto a todos, hemos tenido que cambiar nuestras costumbres por otras muy diferentes, como por ejemplo, usar la mascarilla y mantener la distancia social. Para muchas personas sobrellevar el confinamiento que se decretó en marzo ha sido una tarea muy complicada.
La pandemia está provocando conflictos de todos los colores; familiares, económicos, de profesión…etc. La mediación puede jugar un papel central en la solución de todos estos problemas. Dentro del proceso de la mediación, el mediador destaca como el protagonista principal, encargado de coger las riendas y ayudar en la medida de lo posible para que las personas consigan entender y solucionar el conflicto de la mejor manera.
A modo de conclusión, aunque la figura del mediador cada vez está cogiendo una mayor envergadura y difusión, hay que trabajar y enseñar a la sociedad que mediante el proceso de mediación se pueden arreglar “guerras” que en ocasiones, por uno mismo y sin la ayuda de alguien externo, no se pueden arreglar.
En pleno desarrollo de la postmodernidad, el Covid 19 ha supuesto un giro fundamental en la sociedad, moldeando y adaptando cualquier tipo de hábito que requiera contacto humano, estableciendo franjas horarias y normas en las relaciones sociales. Debido a esta serie de limitaciones, se han incrementado; las horas que pasamos en casa, práctica de actividades como vía de escape o desconexión que a día de hoy son poco éticas y están mal vistas por la sociedad, confinamientos, creencias acerca de qué es lo que deberíamos hacer para proteger nuestra salud y la de los más mayores...todo esto, acompañado de aquellos problemas que ya existían previamente, están generando un plus en la intensidad del conflicto. Practicar la mediación como forma de vida puede ser una herramienta muy útil para eliminar aquellos enfrentamientos innecesarios. Acompañar la mediación de una actitud complementaria puede ayudar no solo a evitar disputas, sino a buscar y encontrar soluciones de forma activa, creando un clima óptimo y adecuado para el desarrollo de nuestras actividades.
Si bien es cierto que la labor de los mediadores en multitud de ambientes y situaciones es esencial, con la pandemia del Covid-19 se ha demostrado que a día de hoy es aún más importante esta profesión. Allí donde haya un conflicto entre personas puede intervenir un mediador y en los últimos meses se han desencadenado muchos conflictos de todas las formas y colores: de pareja, familiares, de convivencia, vecinales, laborales, etc. La lista es interminable y cada caso único y particular. Esa es una de las características de los conflictos de las que más pendientes debemos estar. El carácter único de cada caso exige que creemos una receta de la mediación ajustada a ese caso concreto. Del mismo modo que las personas involucradas son diferentes al resto, también se encuentran en un momento vital distinto. Por ello, nuestra receta también se debe adaptar a la situación y capacidades de los mediados en el momento presente, aunque siempre mirando al futuro.
Pienso también que nuestros mediados deben entender que la receta que les proporcionemos no es perfecta y no siempre funciona. Debemos informarles de que gran parte del éxito de la mediación recae en su propia disposición y actitud encaminadas a favorecer el encuentro y el acuerdo. Este es un punto muy importante. A pesar de la crispación propia de la situación que viven y, más concretamente, del momento social por el que estamos pasando, los mediados deben hacer un gran esfuerzo por solucionar su problema. Para ayudarles en su proceso, nosotros los mediadores les ofreceremos unas pautas a seguir, unos plazos y un lugar de confianza y seguridad.
Por estos motivos pienso que la mediación es ahora más importante que nunca y, por ello, debemos seguir fomentándola y dándola a conocer.
Desgraciadamente, el COVID se ha llevado muchas vidas por delante, pero no es la única consecuencia que ha causado. Debido a la necesidad de realizar un confinamiento, ha provocado que inmensas familias se hayan visto afectadas económicamente. Además, el haber estado conviviendo durante tantos días seguidos, sin poder tener un espacio íntimo e individual para cada uno, ha desembocado en numerosos conflictos, como el aumento de divorcios.
Mi querida madre siempre me ha comentado que: a los problemas soluciones, y no puede tener más razón. Creo que en muchas ocasiones las personas nos empeñamos tanto en querer llevar la razón, que el objetivo de encontrar una solución se pierde. Al igual que acudimos al médico cuando tenemos algún problema físico, deberíamos de normalizar más en ir al mediador cuando no sabemos como finalizar nuestros conflictos. El mediador es quien tiene el tratamiento y la receta adecuada para poder ayudarnos.
Desde mi opinión, la mediación es una profesión muy desconocida, ya que también es muy nueva. Por lo que creo, que ahora más que nunca, debemos de colaborar entre todos para transmitir y comunicar al resto de la sociedad la gran importancia y necesidad de la mediación.
La situación actual de la pandemia mundial ha llevado a muchas personas a cambiar radicalmente su modo de vida, no sólo hay que tener en cuenta el virus y cómo afecta a la salud de las personas si no que hay que tener en cuenta todas las consecuencias de esta pandemia.
Las medidas adoptadas por el estado para prevenir y reducir la propagación del virus ha llevado a una crisis económica que hace que millones de familias se encuentren sin trabajo o con trabajos precarios, con graves dificultades para llegar a fin de mes y una incertidumbre total hacía cómo poder desarrollar el futuro en sus hogares.
Por esto mismo, en estos duros momentos es imprescindible la ayuda de profesionales cómo los mediadores o los psicólogos, ya que todas las consecuencias del virus afectan físicamente a las personas pero también producen un desequilibrio psíquico en la salud mental de muchas personas que han sufrido cambios drásticos en su vida por causa del COVID - 19 y que se tienen que adaptar a la situación de la pandemia.
Esto causa muchísimos conflictos cómo el esfuerzo por la innovación de muchas empresas al adaptar el producto o cambiar su producto en función de un servicio útil para la situación de pandemia, ha causado conflictos a la hora de socios que deben cerrar su empresa por la falta de clientela, diversos problemas laborales relacionados con el despido masivo del personal que desencadena conflictos entre empleados y jefes y otros problemas similares cómo los conflictos en la hostelería o en el mundo del espectáculo. También lleva a cambios drásticos en la unidad familiar como un aumento de divorcios, etc.. así como diversos problemas dentro de los hospitales para poder lidiar con la situación del COVID-19.
Es por esto que es imprescindible el uso de la mediación en todas sus vertientes tanto laboral, sanitaria, familiar etc.. para poder ayudar a resolver los conflictos derivados de la crisis del COVID-19 y por lo tanto, poder ayudar a reestablecer la salud mental de las personas que sufren día a día esta situación.
Como bien dice en el blog, y como creo que todos bien sabemos, nos encontramos ante una situación totalmente diferente a lo vivido, no se puede igualar a nada antes visto. Creo que muchos incluido yo no se esperaba nada de esto y ahora le doy la importancia que tiene a la palabra pandemia y todo lo que ella envuelve.
En estos momento el planeta atraviesa duros momentos en los que perdemos a seres queridos, perdemos nuestro puesto de trabajo del cual pueden depender muchos hogares, estos son problemas irremediables, que nos hacen ver lo frágiles que somos y que nada es seguro. Pero también hay otros que aunque de menor gravedad creo que nos ha tocado vivir a todos, el encerrarnos, en casa pasar un largo tiempo sin ver a nuestros seres queridos, amigos o conocidos se puede llegar a hacer muy difícil, además de esto todo el estrés acumulado por no poder desconectar, no poder salir si quiera a la calle... que aquí en España nos encanta y sobre todo en el sur, ha hecho que se eleven los niveles de estrés y ansiedad en todos nosotros. Esto trae consecuencias como que haya más discusiones familiares de pareja, laborales y un diverso etc, y es debido a que tenemos mucha menos paciencia. Y aquí es donde entra la mediación, esta práctica se ha visto incrementada tanto durante como despues del confinamiento. Se resolvían problemas entre empresas, entre la empresa y su empleado, de pareja, familiares debido a que hemos pasado mucho tiempo en casa más del normal y tenemos que compartir por consiguiente más tiempo con las personas que vivimos y esto quieras que no a veces genera problemas. También problemas en una comunidad e vecinos, que si ruidos, que si no puedes poner eso en el balcón...
Por ello como conclusión, mi reflexión y aprendizaje es que, la mediación ha salvado y aun salva muchas relaciones, al igual que nuestros sanitarios salvan muchas vidas cada día, la mediación a cobrado un protagonismo que hasta el momento no tenía y eso, es un buen síntoma dentro de todo lo malo que ha ocurrido y nos ocurre.
Con la situación que estamos viviendo actualmente, de la pandemia por COVID-19, nos hemos tenido que enfrentar y adaptar a muchas situaciones nuevas para todos nosotros. En mi opinión creo que esto ha podido generar mayor numero de conflictos, ya que todos hemos y estamos más vulnerables ante cualquier estímulo externo, pero que esto nos preparará mejor para el futuro.
Ya antes de la pandemia podíamos ver como se podían malinterpretar unos mensajes a través de diferentes medios como WhatsApp, Twitter, Instagram, Facebook, etc. pues algo tan importante como es el tono del mensaje, la posición corporal al transmitir el mensaje o recibirlo, están ausentes. Es aquí cuando el receptor elige un tono y/o una intención que quizás no se corresponde con el que propone el emisor. Como bien se indica en la entrada del blog, al tener que trabajar con personas a través de una pantalla, este tipo de problemas se han multiplicado, pues si ya el ámbito laboral es muy complicado, aún lo es más cuando cada influyen otros factores personales o externos (tono, posición, etc.) como los que he mencionado. Lo mismo ocurriría en el ámbito personal, pues hemos tenido que convivir (sobre todo durante la cuarenta) con ciertas personas, durante un tiempo muy prolongado en el tiempo. Y si surgía un conflicto no podías huir de el, como en algunas ocasiones "funciona", irte y ya se tranquilizaran las cosas, pues debías permanecer allí.
Por eso, creo que es muy necesario la mediación en la situación en la que estamos viviendo, pues si ya de por si vivimos en una sociedad conflictiva en mi opinión, ahora aparecen muchos más conflictos por todos lados. Y creo que esta mediación se debe llevar de forma personalizada, pues aunque pueda haber dos casos que presenten el mismo conflicto, posiblemente no lo llevarán de igual manera. Es necesario sentarse con todas las partes implicadas y saber qué es lo que quieren, pues solo de esta manera se llegará a la solución, y para ello es imprescindible su actitud positiva hacia el cambio, pues sino nada de la mediación hará "efecto" sobre ellos.
María Caballero Delgado
A lo largo de este año de pandemia, considero que ha tenido lugar un aumento en el número de conflictos interpersonales, ya que nos encontramos ante una situación muy difícil que causa estrés, insatisfacción, desesperanza, etc. Todo esto afecta a la hora de que aparezcan problemas, y, además, dificulta la resolución de estos. Además, creo que ya no sólo es que se hayan incrementado el número de conflictos, sino que los propios profesionales (mediadores) han tenido que adaptarse a la situación y llevar a cabo su trabajo con ciertas situaciones personales muy difíciles. Por todo esto, considero que es crucial que el profesional sea adaptarse a la situación y sea capaz de hacer su trabajo dejando de lado los asuntos personales.
Por otro lado, respecto a las "medicaciones y "recetas" en un proceso de mediación, destaco la importancia de que los propios clientes se sientan capaces de afrontar el problema y acudan al proceso de mediación motivados, ya que si no son ellos mismos los que tienen esperanzas en solucionar el conflicto, por mucha "medicación" que el profesional les mande, no tendrá el mismo efecto.
Julia Baro Amieva.
En estos tiempos que nos ha tocado vivir, hemos tenido la mala suerte de experimentar lo que es una pandemia global y eso nos ha repercutido en nuestras vidas de una forma de la que no nos esperábamos. Esta pandemia ha provocado por ejemplo el aumento en el número de divorcios, una mayor acogida de nuestra sociedad al mundo de la psicología ya que ha aumentado las personas que han acudido a psicólogos por temas de ansiedad o depresión. Dentro de todos estos problemas, la mediación es importante para que, de alguna manera, las disputas se vayan reduciendo poco a poco o que se puedan manejar las tensiones de una mejor forma.
También hay que señalar que durante la época de confinamiento todos estos problemas han aumentado el doble o el triple, ya que se ha puesto a límite nuestro aguante. Por ello, antes de que probemos la ''medicina'', soy de los que piensan que es mejor pensar antes y tratar de mediar la situación para que así, todas las partes puedan salir airosas sin tener que llegar a un punto de no retorno.
La situación actual que se deriva desde marzo del 2019 es una de las situaciones más duras para las generaciones de las últimas décadas, ya que no ha ocurrido ningún suceso de tal magnitud a nivel nacional, y mucho menos a nivel mundial.
En este continuo riego de información, de medidas y de cifras de contagios y muertes; las personan han tomado vertientes diversas... Desde la afirmación de la existencia del virus hasta la negación del uso de mascarillas, desde manifestaciones para poder salir de casa por ocio hasta manifestaciones en contra de nuestra "libertad"; desde aplaudir a los sanitarios hasta llamarlos mentirosos y asesinos; desde la compasión hasta el egoísmo del negacionismo.
Los medios de comunicación, desde mi punto de vista, también han intentado desviar la atención sobre la pandemia dándole énfasis a temas como la okupación, teniendo entretenida a la sociedad con otro dilema sobre el que hablar. También se deben tener en cuenta los múltiples fallos de transmisión de información veraz desde el gobierno como en los propios medios de comunicación y las fake news, como se observó en los primeros casos de covid con titulares de "muere anciada de 90 años con cáncer de tal por culpa del coronavirus".
Creo que esta situación necesita urgentemente una mediación global para dejar de lado los intereses políticos y los intereses personales de cada uno, para unirnos y conocer la magnitud de los hechos, tratando de ir dejando atrás una pandemia que ha caracterizado nuestras vidas.
Sin lugar a dudas la métafora de la mediación entendida como un proceso médico es muy oportuna para exponer todos sus elementos. No obstante, me gustaría resaltar el final del "post": la importancia de recetar un fármaco adecuado en el momento oportuno o mejor dicho, la importancia de comenzar un proceso de mediación cuando realmente se necesita. Para ello, debemos tener en cuenta que:
- La mediación es un proceso EXTRAJUDICIAL. Si el conflicto ya ha tomado el camino judicial, poco puede hacer "nuestro fármaco".
- El proceso de mediación debe comenzar cuando haya actitud proactiva y ganas de colaborar. Por tanto, el cliente debe estar preparado.
Sin estas condiciones, nuestra receta no tiene garantías de éxito.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que no siempre se puede realizar este proceso y, en las ocasiones o conflcitos que sí se pueda, debemos comenzarlo de la mejor forma posible (siendo honestos al explicar cómo se desarrolla una mediación además de, ser neutrales y responsables durante dicho proceso).
Sin más que añadir, agradezco mucho la exposición de esta metáfora puesto que podríamos utilizarla para enseñarles a nuestros clientes lo que es la mediación.
Lourdes Gajete Castillo.
Debido a esta difícil situación que nos está tocando vivir ha aumentado el número de conflictos, tanto en el núcleo familiar como a nivel social, afectando a su vez a la eficacia de la resolución de problemas. Es nuestro deber adaptarnos a las diferentes situaciones como buenos profesionales, dejando a un lado nuestros asuntos personales.
La mediación ha salvado muchas vidas al igual que los sanitarios lo han hecho y lo están haciendo, es por esto que cada vez está tomando más y más importancia. Es crucial la ayuda de los profesionales en estos momentos, debemos confiar y acudir a ellos cuando no sepamos solucionar un conflicto, cuando los problemas nos desbordan. Si no somos capaces de encontrar la solución por nosotros mismos, ¿Por qué no pedir ayuda?
Como bien se argumenta en el blog, la pandemia que estamos viviendo actualmente en todo el mundo ha traído consigo una serie de consecuencias negativas para la población. Una de esas consecuencias ha sido el aumento de conflictos, especialmente intrafamiliares, laborales y vecinales.
Es aquí donde ha entrado en juego la elevada necesidad de los profesionales del ámbito de la mediación. Es un ámbito que sigue siendo todavía muy desconocido para una gran parte de la población, pero que a raíz de los conflictos que se han dado durante la pandemia ha aumentado su demanda y adquirido mayor importancia.
Como mediadores, al igual que el resto de profesiones, nuestro deber es tener la capacidad de adaptarnos a el surgimiento de este tipo de problemas, y a trabajar con ellos mediante la modalidad virtual. En estos nuevos aspectos, creo que los mediadores también deben trabajar de una forma más personalizada dependiendo del caso en el que se encuentren, ya que tal y cómo están las cosas, cada uno nos encontramos en distintas situaciones tanto personales de los clientes, como en las que se encuentren por las normas establecidas en sus comunidades.
Considero que también, para que se llegue a un resultado óptimo, las partes que acudan a la mediación, deben estar preparadas y ser conscientes de la forma en la que vana tener que trabajar, ya que deben estar preparadas emocionalmente, además de la suma extra de dificultades que les está dejando el COVID.
Hay determinadas situaciones que para nosotros son una "liberación" una especie de desconexión de la rutina o de "descanso" para nosotros y del estrés.
El Covid-19 ha destacado no solo por el gran impacto mundial que ha tenido y por los cambios que nos ha supuesto, si no por cohibirnos de un simple abrazo, ver a nuestros abuelos o amigos, un paseo... etc.
Esta serie de dinámicas que tanto nos podían aportar, estar exentas de nuestra vida supone, para nosotros, un verdadero reto. Es por tato que los mediadores hacen un buen labor en buscar un equilibrio en todos esos imprevistos que a raíz de nuestro propio malestar, proyectamos externamente, dañando distintas relaciones.
En mi opinión, hoy en día todavía no se ha tomado conciencia de lo que estamos viviendo frente al COVID-19. Es muy importante que ese malestar general de la población se acabe, ya que por esta pandemia ha incrementado el conflicto entre nosotros, tanto en nuestra vida personal como en la laboral, haciendo muchísima falta el trabajo psicológico y la mediación. Como consecuencia, este trabajo de mediador y psicológico es muy importante para la ciudadanía, ya que la población no sabe canalizar por si sola el manejo del estrés o adaptarse a los nuevos cambios que nos ha ido llegando, como han sido la imposición de las nuevas normas, por eso es muy importante pedir ayuda a los profesionales.
Para terminar, destaco la profesión del mediador como una herramienta de solución de conflictos, ya que con los tiempos que corren es muy útil para poder entendernos y llegar a un acuerdo que por nosotros mismos no somos capaces de llegar.
Nuria Rodríguez.
El COVID 19 está provocando, esperemos que de forma temporal (y por favor que no se alargue mucho más en el tiempo) un cambio drástico en las relaciones interpersonales. Nos limita el movimiento, el horario e incluso la cantidad de gente con la que nos relacionamos a diario. “Quédate en tu casa”, el eslogan más popular en estos tiempos. Y vaya si lo estamos haciendo. Pero el ser humano es social por naturaleza y la falta de relación provoca ansiedad y crispación, solo hay que echarle un vistazo a cada hogar, donde hay que hacer un ejercicio de paciencia para que esa ansiedad no de pie a enfados por tonterías.
En una situación de estrés se pone más en valor aún si cabe la importancia de un mediador “de boticario” como se refiere el artículo. Los padres deben de ser más pacientes que nunca, los hijos más flexibles y las familias en general más estables en sus relaciones porque las emociones están más a flor de piel que nunca. Y esto lo podemos extrapolar a casi todos los ámbitos de la sociedad.
La necesidad de habilidades mediadoras se hacen más importantes en estos tiempos de pandemia. El valor de recurrir a un mediador profesional por un conflicto de cualquier naturaleza es infinito, y como se suele decir, siempre hay algo bueno detrás de todo lo malo. Ahora que están surgiendo tantísimos problemas tanto familiares, sociales y por desgracia aún más los laborales, la resolución extrajudicial de conflictos crece en popularidad e importancia. Es un método de solución de conflictos voluntario, que a través de un trato individualizado va a tratar de llegar a una solución equitativa y justa para las partes, que nos va a ahorrar tiempo y dinero frente a una solución judicial, y lo que es más importante, va a acercar a las partes en su conflicto de una forma menos belicosa.
Actualmente, parece que cada vez nos vamos adaptando mejor a la “nueva realidad”, pero es cierto que hemos vivido en unos meses de incertidumbre ya que nadie de nosotros ha experimentado una vivencia como es una pandemia y no estábamos preparados para afrontar esa situación. Debido a esto, en este tiempo se ha generado mucha tensión tanto en los hogares como en el trabajo, colegios, etc y con ello han aumentado los conflictos entre las personas que se han encontrado con problemas que no sabían como resolverlos.
Aquí toma un importante papel la mediación, que considero que ha sido fundamental para dar solución a las personas que lo han necesitado y de esta manera se ha podido desarrollar y darse a conocer un poco más, ya que para muchos incluyéndome a mi, la mediación era algo desconocido y que estoy segura de que, si la gente tuviera más información sobre esta técnica para crear un acuerdo entre las partes, la mediación estaría aún más solicitada.
Por último, también destacaría que la mediación siempre se puede llevar a cabo y ha quedado demostrado durante estos meses, aunque no se pueda realizar de manera presencial, siempre hay recursos de los que todos nosotros hemos aprendido y seguiremos aprendiendo como es la forma virtual de asistir a eventos o cualquier otra actividad, sintiéndonos un poquito más cerca del otro y desempeñando la función, en este caso la mediación, de una forma eficaz y con las medidas adecuadas.
Debido a la situación que estamos viviendo actualmente, las personas se encuentran con algunos conflictos a los que tienen que encontrar alguna solución, por ejemplo, divorcios, problemas de salud mental, estrés durante el confinamiento, etc. En general, la sociedad ha tenido que ir adaptándose a las distintas medidas que se tomaban, confinamiento, clases online, trabajo online... De este modo, creo que un mediador es una de las mejores alternativas para poder solucionar los conflictos que han podido surgir durante este tiempo, ya sean divorcios, herencias, etc. Actualmente tiene gran importancia también el trabajo de los psicólogos ya que muchas personas han sufrido ansiedad o más estrés de lo normal durante la pandemia que estamos viviendo, por ello, creo que estas dos profesiones tienen un papel fundamental hoy en día para poder ayudar a las personas a que puedan solucionar sus conflictos intrapersonales o interpersonales.
Como bien dice al inicio del post, es totalmente cierto que nadie estaba preparado para una situación así ya que hace un año era impensable que en algún momento estuviéramos en estas condiciones aunque son preferibles que las condiciones que teníamos en mayo, por ejemplo. El hecho de no estar preparado para este tipo de problemas ha llevado a la sociedad a estar constantemente en conflictos ya sea en las propias familias o en los negocios y esto lo podría unificar en un solo conflicto ya que hay muchos negocios familiares que han tenido que cerrar durante toda esta pandemia y esto ha conllevado a separaciones en las familias y aquí es donde entra el juego la figura del mediador.
También cabe destacar que la figura de los psicólogos se está necesitando mucho ya que la situación de la pandemia está afectando a unos colectivos más que a otros, por ejemplo a las personas que sufren alguna patología ya que estos colectivos son más vulnerables que las demás personas y por lo tanto todo esto les está afectando el doble que a nosotros porque la mayoría nos pudimos adaptar bien a las normas o nos estamos adaptando bien a la nueva normalidad.
Es evidente que la situación de pandemia que se está viviendo ha pasado factura emocional a una gran parte de la población. Se habla de muchos sentimientos, pero creo que los que más afectan a los conflictos son la frustración y la impotencia. Se puede apreciar en los entornos familiares, entre amistades y en el ámbito laboral. Para sobrellevar la situación y adaptarse a estas circunstancias la figura del mediador es una opción muy conveniente.
El comportamiento de las personas solo es uno de los muchos factores que repercuten en la necesidad de mediación. Se puede observar un crecimiento de divorcios, separaciones y problemas de herencias por los fallecidos debido al Covid-19. Estos conflictos afectan a las familias y un mediador puede aportar las herramientas adecuadas para “sanar” las relaciones entre ellos y poder llegar a un acuerdo. Por otro lado, ante tantos problemas en el entorno laboral, debido al teletrabajo o ERTEs, la mediación es una vía efectiva (aunque paralela a los procesos judiciales) que evita una carga extra en los problemas de las partes implicadas.
Desde mi perspectiva, coincido con que esa crispación, egoísmo, falta de escucha e imposición de la que se habla en este artículo son el gran problema. Y entiendo que la crisis provoca estas reacciones, por lo tanto, la mediación es el medio para mantener la esperanza y el positivismo. Esto nos indica lo fundamental que son los profesionales en este ámbito y la maravillosa capacidad que tienen de dispensar “medicinas”.
Es cierto que en esta situación de pandemia que nos ha tocado vivir, experimentamos día a día muchas situaciones que innegablemente desembocan en conflicto. La cantidad de personas que están siendo despedidas por la falta de trabajo, los negocios que se están viendo obligados a cerrar porque no pueden continuar con esta situación, las disputas familiares porque ahora pasan más tiempo juntos... Es cierto que incluso las relaciones humanas se han hecho más complicadas en tiempos de pandemia.
Entre que se desarrolla una vacuna para combatir el Covid-19, los mediadores podemos aportar nuestra pequeña "cura" en esto de las relaciones sociales.
Un mediador debería de verse involucrado en estos asuntos, los servicios de salud deberían contratar a mediadores, las empresas, los negocios, para tratar todos los malentendidos que esta desafortunada situación está generando.
Sin duda, si la mediación fuese una herramienta más conocida y, a la vez, utilizada por la población en estos momentos, mejoraría indudablemente el desarrollo de los conflictos generados por la pandemia.
Es innegable que la pandemia mundial del COVID-19 sin duda ha causado un antes y después en nuestras vidas, nuestros modos de actuar y relaciones sociales entre otros.
Por lo tanto, también han cambiado nuestras necesidades. Centrándonos en el trabajo del mediador, podemos ver cómo después del confinamiento han aumentado en gran número los conflictos diarios, como, por ejemplo, las peleas, los divorcios, problemas en la empresa, etc. De esta forma, el mediador tiene ahora una gran labor para poder ayudar y encauzar todas estas cuestiones sociales que ha traído consigo la pandemia.
Además, centrándonos en este caso en la salud mental, vemos como también han aumentado en gran número los trastornos de ansiedad y depresiones, por lo que hace falta también mucho apoyo psicológico para poco a poco ir volviendo a la normalidad.
De acuerdo con lo expresado en este blog, la situación que llevamos viviendo desde comienzos de año ha provocado un cambio total e inesperado en nuestra forma de vivir y en la forma de relacionarnos. Una pandemia era lo último que alguien podría esperar que ocurriera en el siglo en el que vivimos.
Durante este tiempo, hemos observado todos los problemas que esta terrible situación ha generado y continúa generando, enfermedades, problemas mentales, conflictos laborales, familiares y económicos.
En cuanto a los conflictos familiares, estadísticamente los divorcios han aumentado tras el confinamiento domiciliario y naturalmente, por la pérdida de trabajo y los problemas económicos que están sufriendo muchas familias. Es por ello que ahora es fundamental acudir a profesionales que nos ayuden a poder solucionar dentro de lo posible, todos estos problemas.
La situación presente, tal y como apuntas, no es algo usual. Nos sentimos totalmente fuera de nuestra zona de confort y ha conseguido que echemos de menos las cosas tan simples como ir al gimnasio o abrazar a tus abuelos.
Está claro que esta situación afecta no únicamente a la salud física, sino que también repercute en la salud mental. Las llamadas a los psicólogos ha aumentado de manera exponencial desde que se inició la pandemia. Esto nos hace pensar en que, los conflictos han aumentado mucho esta pandemia, y por tanto, la figura del mediador ha estado más presente que nunca.
Desde el papel de los mediadores, en esta pandemia, se han tenido que seguir varias pautas médicas, como las que apuntas. Crear una radiografía única del problema, recetar con toda la información posible y hacer cada medicamento ajustado a cada paciente.
El carácter idiosincrático de la mediación tiene como fin último que el acuerdo al que se llegue, y por tanto “el sanar el problema” sea justo, equitativo, estable y duradero. todo ello a partir de las dosis adecuadas y teniendo en cuenta si el paciente realmente quiere la mediación, la edad de este etc.
Por último, quiero destacar la figura de los mediadores naturales. Este tipo de figura, consecuencia de las circunstancias, se habrán potenciado en los hogares, pero no crea una solución adecuada. dan un medicamento, pero no es prescrito de manera profesional. Por tanto, es muy probable que haya algunos efectos secundarios. Estos se asocian a no llegar a cumplir las cuatro patas de la mesa de la resolución de conflictos (justo, equitativo, estable y duradero).
Ante esta situación debo recalcar la frase “ante situaciones extremas, soluciones extremas” y por ello los mediadores deben modificar su modo de trabajo. Las consultas online no son la mejor opción, ya que se puede perder contenido no verbal, conexión con el cliente… Pero antes una situación como esta es la solución. Como profesionales debemos ofrecer ayuda a los clientes y evitar la intrusión laboral de los mediadores naturales y los efectos secundarios que estos pueden crear.
La situación actual del COVID19 supone grandes consecuencias tanto en el ámbito económico y laboral como social. Afecta de manera física y psicológica a las personas, ya que se restringe la libre movilidad, y al estar encerrados tanto tiempo en casa y no realizar las actividades que se hacían antes de la pandemia puede conllevar consecuencias psicológicas, además de la cantidad de personas que han perdido a familiares a causa del virus. Hemos tenido que adaptarnos a la pandemia, y vivir de manera online y evitar el contacto social.
Los conflictos pueden surgir en cualquier momento de la vida, pero ahora especialmente pueden aumentar debido a la situación que vivimos, ya sea con las personas que convivimos ya que pasamos más tiempo en casa o entre las figuras políticas, profesional sanitario, trabajadores… debido a la dificultad para manejar la situación. También se generan conflictos por la aceptación de las normas impuestas, ya que existen personas que no están de acuerdo con las medidas. Por ello, la mediación toma más importancia como forma de encontrar una solución a los distintos problemas que puedan surgir. Se deben utilizar nuevas herramientas para poder realizar la intervención de manera que sea segura para todos, por ejemplo, de forma online, y además buscar nuevas herramientas y recursos para trabajar con los clientes a distancia. Y, por último, aunque sea en esta extraña situación, intentar que el proceso de mediación se desarrolle de manera cercana y cálida de forma que, aún sin estar en la misma habitación, los clientes puedan sentir confianza hacia el mediador y tranquilidad respecto a la intervención.
Me parece bastante adecuada el símil de la mediación con la farmacología en todo lo que comentas aunque, si bien es cierto que, como psicólogo considero a las pastillas como un parche o como un complemento al problema y no como la solución en sí. Es por esto que me gustaría considerar a la mediación como una terapia psicológica en la que existen la mayoría de lo comentado en el post pero acercándonos hacia una solución más justa, equitativa, duradera y eficaz.
Dejando a un lado mi opinión de la publicación, pienso que el hecho de ''poner como cura'' la mediación podría facilitar muchos de los problemas que se han derivado del COVID19. En todos los ámbitos de nuestra vida se ha podido observar un incremento de los conflictos por lo que no es de dudar que esto se pueda generalizar a todos los campos de la sociedad. Los juzgados están y estarán hasta arriba de casos derivados del COVID y ahí es donde los mediadores pueden aparecer para, como hemos comentado en clase, descongestionar los juzgados y por otro lado, encontrar una solución más rápida y eficaz que la ofrecida en muchos casos por un juzgado. Veo primordial que los conflictos derivados de esta pandemia deberían ser rapidamente solucionados como una manera de ''pasar página'' para que las personas no vivan ancladas en esta pandemia sino que puedan seguir avanzando en sus vidas sin tener que recordar todo lo sufrido y vivido en estos tiempos que aún estamos viviendo.
Por resaltar algunos puntos que pudieran ser destacados, a nivel familiar se ha y se está conviviendo más tiempo bajo el mismo techo, lo que podría suponer un cambio de hábitos y un incremento del tiempo compartido por los integrantes de una misma casa, el caldo de cultivo perfecto para posibles problemas familiares. A esto se le añade la posible defunción de alguno de los integrantes de la familia, con las consiguientes dificultades para entierros e incineraciones y los consiguientes problemas de herencia se multiplican en comparación a otras épocas. Por supuesto los divorcios se aumentan y las visitas de padres separados se dificultan por la problemática de la movilidad entre provincias. Podría seguir enumerando los incrementos en la conflictividad en los distintos ámbitos pero sería un comentario demasiado denso, por lo que he preferido en destacar los del ámbito familiar.
Para concluir, se puede observar en mi anterior párrafo, que el COVID ha creado nuevos problemas y ha incrementado el volumen de muchos de los ya existentes por lo que me gustaría acabar como el post, aunque adaptándolo a mi reflexión inicial: acude a tu psicólogo, el te acompañará en tu proceso y podrá trabajar contigo tus propias herramientas para afrontar los problemas de tu vida y poder mejorar tu calidad de vida. No tomes psicofármacos exclusivamente porque pueden ocasionarte efectos secundarios cuando se toman por un largo tiempo como la solución principal.
-comunicacion no verbal, verbal afectada
Como humanos de este planeta, hemos vivido una situación inimaginable en este año 2020. Lo que al principio comenzó como un simple virus que duraría unos 10 o 15 días, se ha convertido en una pandemia mundial que ha dejado atrás a casi un millón y medio de personas.
Además, el número de trastornos psicológicos y conflictos se ha incrementando de forma drástica, por lo que no sólo el número de fallecidos si no, también, las graves consecuencias de esta situación ha marcado un antes y un después en todos nosotros, además de alterar la normalidad con la que solíamos hacer nuestra vida diaria.
Durante estos meses, el mundo entero se ha paralizado, no se puede salir a la calle con normalidad, no se puede abrazar, no se puede besar, no se puede disfrutar con tranquilidad, no se puede ver a familiares que queremos, sin contar con aquellas personas que no se han podido despedir de sus seres queridos.
El COVID-19 ha traído consecuencias de todo tipo, económicas, sociales, personales...y como mencionaba anteriormente, el número de conflictos ha aumentado.
Matrimonios y parejas tratando de separarse, trastornos depresivos, trastornos ansiosos, violencia de género, personas sin hogar que no tienen protección, problemas familiares, personas que no llegan a fin de mes, pérdida de empleo... e incluso a nivel macroeconómico, España ha sufrido la peor recesión del mundo.
Es en este contexto tan delicado, donde tanto mediadores como profesionales de la salud tenemos un papel fundamental, pues es necesario tener en cuenta y crear esas radiografías únicas del problema, adaptándonos y ajustándonos lo máximo posible a la subjetividad y al carácter del caso en cuestión, puesto que cada paciente cuenta con un determinado tipo de información y no cualquier medicamento le sería de ayuda.
El/la mediador/a, guiará a las partes que sea necesario, teniendo en cuenta el problema desde fuera, desde otra perspectiva, trabajando con diversas técnicas todo ello, confirmado por la aceptación y compromiso del paciente a ser parte de este proceso extrajudicial que es la mediación.
Por último, en mi opinión, estamos viviendo una situación donde toda ayuda es bienvenida, donde todos nos necesitamos más y dónde tenemos que trabajar más duro que nunca. Con esto me refiero a, como profesionales, hacer un esfuerzo por aquellas personas que no se pueden permitir, quizás, un profesional que les atienda con el fin de reducir el número de conflictos y ayudar a aquellas personas a las que no sólo les perjudica la pandemia, si no muchas otras circunstancias más.
Tal y como se comenta en la entrada del blog la situación que actualmente y meses pasados hemos vividos era inimaginable, y menos que fuese un periodo de tiempo tan largo. Ésto aun más provoca la crispación en las personas y por tanto, los problemas.
Por un lado, una situación como la que nos está tocando vivir nos deja claro que somos capaces de adaptarnos a cualquier situación, pero en cambio también lo somos para provocar entre nosotros ciertos conflictos económicos, laborales o familiares entre otros, los cuales iban en aumento cada día que pasaba de esta pandemia.
Tras lo comentado anteriormente es fundamental la figura del mediador, ya que se necesita cierto equilibrio y estabilidad tras haber llegado a los numerosos problemas que comentábamos, ya que la situación que surge en muchos de los casos suele ser nueva para la persona, y por tanto desconoce como enfrentarse a ella por consiguiente es indispensable la búsqueda de una solución a todos estos nuevos conflictos, siendo el mediador una buena opción para llegar al objetivo.
Por último, comentar que es una buena opción que en muchas ocasiones el mediador colabore con otros profesionales como psicólogos, abogados, economistas, etc dependiendo del problema que los clientes nos planteen, ya que el objetivo a conseguir estará más cerca cuanta más personas puedan remar en la dirección correcta.
M. RODRÍGUEZ VÁZQUEZ
Durante estos meses hemos sufrido una situación que jamás pensamos que íbamos a vivir. Hemos cumplido un confinamiento domiciliario, hemos dejado de tener contacto físico con las personas que tanto queremos para no ponerlas ni ponernos en riesgo, han llegado problemas nuevos a nuestro mundo.
Y, ante estos problemas, muchas de las soluciones vienen de los mediadores. Ante no saber como enfrentarse a la situación, problemas de tipo económico, familiar, aumento de casos de divorcio, separaciones, herencias... tenemos la figura del mediador para conseguir las herramientas necesarias para afrontar estos problemas.
La situación a la que nos ha llevado esta pandemia es muy distinta a cualquier otra situación que hayamos podido vivir. Es por ello, por lo que han surgido nuevos conflictos, entre los cuales muchos familiares, que no se habrían originado de no ser por la situación de estar confinados en nuestras casas. Es cierto que para muchos esta convivencia continuada no ha sido nada fácil, tanto es así, que se han producido muchas rupturas y separaciones tras el confinamiento. Entonces, se han generado múltiples conflictos, la mayoría de ellos, familiares y todo ello como consecuencia de los efectos psicológicos, físicos y de rutina que ha traído consigo el confinamiento.
Es por ello, que la mediación ha cobrado gran importancia, pues estos problemas, deben repararse de forma conciliadora entre las partes, y la mediación es el único medio capaz de arreglar los problemas, devolviendo a a las partes la salud mental desgastada por esta situación, de darles la oportunidad de retomar sus vidas con tranquilidad y de que estén satisfechas con el proceso, pudiendo así salir adelante.
A mi parecer, me encuentro de acuerdo con lo expuesto en el blog. Estamos en tiempos difíciles, nos encontramos lejos de las personas que queremos. La forma de comunicarnos, expresarnos cariño, ha cambiado. Los medios sociales son la principal forma de comunicarnos con el mundo exterior, nuestros amigos y familiares, perdiendo en el trayecto todo aquello que te aporta la comunicación no verbal.
Es por eso, que ahora, la función del mediador es tan importante. La pandemia ha aumentado los conflictos existentes y empeorado en diversos aspectos el comportamiento de las personas. Siendo por esta razón, tan necesario que los mediadores manden “medicamentos”, para conseguir que sus usuarios mejoren. Pero, como toda receta médica, esta debe estar adaptada a la situación de cada persona, con sus antecedentes familiares, comportamentales; sabiendo aquellas cosas que les dan “alergia”; la edad del susodicho, entre otros. Para que así, pueda mejorarse adecuadamente.
Pudiendo hacer esta receta, solo aquellos mediadores profesionales o normales, ya que, como toda mediación, si no se aplica de forma adecuada, puede tener diversos efectos negativos para la persona, que le resten más que sumen.
En definitiva, es indudable que, en estos momentos, psicólogos, mediadores, profesionales de la sanidad, son fundamentales para poder seguir adelante y superar esta situación. Todos nosotros contamos con estrategias y habilidades que nos permiten ayudar a las personas que ahora, más que nunca lo están necesitando.
No cabe duda que en estos momentos en los que se encuentra la sociedad a nivel mundial, han aumentado en un gran porcentaje las estadísticas que hacen referencia a enfermedades, ya sean de tipo físicas, psicológicas o ambas.
Es por ello, que los medios de ayuda, entre los que se incluye la mediación, han sido y son más reclamados que nunca por todo tipo de personas, ya que, incluso los propios profesionales que la ofrecen, necesitan de ella. De este modo, ahora más que nunca, la política junto a otras disciplinas y trabajos asociados, deberían unirse para poder dar un servicio completo e integral a toda la sociedad en conjunto.
El hincapié en esta cuestión deriva del hecho de que, sin salud, no hay vida y sin vida no hay nada más. Lo que quiero expresar con ello es que, aunque la sociedad ha decaido económicamente y eso hace que millones de familias se sumerjan en momentos muy difíciles de su vida, la salud es lo único que va a prevalecer y por lo tanto, es lo que debe priorizarse. Sin salud no se puede trabajar y sin trabajo no aumentará la economía, de este modo, la mediación una vez más al igual que los demás profesionales que ayudan a las personas, deben estar en primera linea.
Sin embargo, no puede olvidarse que todo debe darse en su justa medida, ya que no hay peor cura que un mal remedio que lo empeore, por ello se resaltan en el blog aquellos casos en los que la mediación no es adecuada, junto a muchos otros no presentes en los que, no significa que la mediación no pueda hacer nada, sino que, son casos que por la naturaleza del problema requieren de otro tipo de profesional como sería un psicólogo, trabajador social, médico, etc.
Esta situación, ha generado lagunas, incertidumbres y problemas en todos los ámbitos de nuestras vidas. Conocernos desde lo más profundo con los que convivimos, hasta reorganizar nuestros planes de presente y futuro debido a los grandes cambios que no han resultado en nuestras vidas. Dentro de esos cambios han generado muchos despidos, cierres, de las cuales no existían clausulas que especificaran qué hacer si hubiera una pandemia repentina. Por ello, los mediadores han tenido un papel muy relevante en estos momentos, puesto que no había normas exactas que llevaran a una salida justa. Pero dado esto también se enfrentan a situaciones y preguntas sin precedentes.
Ante esta oscura situación, la mediación se constituye como un método alternativo para la resolución de conflictos, mucho más rápido y económico que la vía judicial.
Esta nueva realidad en la que nos estamos integrando, la mediación se está considerando como un método ideal para poner solución a disputas tanto del ámbito civil como del familiar o el mercantil o laboral y evitar así la costosa vía judicial.
El COVID-19 ha tenido un gran impacto en nuestras vidas, no solo a nivel personal, sino también, económico y social y por ello ha supuesto entre nosotros un terror inimaginable.
Como consecuencia de ello, ha sido mucho el tiempo que hemos tenido que pasar y que estamos pasando en convivencia familiar, y es quizás a causa de ello cuando en los medios de comunicación han incrementado el número de noticias acerca conflictos de diferentes temáticas tales como relacionados con la pareja o incluso sobre temas de herencias o divorcios. Por otro lado también se han incrementado los problemas de salud mental.
Es por tanto, que la actuación de profesionales como psicólogos o mediadores actualmente es fundamental, pues muchos de los problemas de hoy en día requieren de su Intervención.
Como se habla en el blog, el Covid-19 ha generado un gran impacto en nuestras vidas. La etapa más dura fue la del confinamiento domiciliario, ya que no fueron unas semanas, llegaron a ser tres meses en los que no nos podíamos relacionar, donde estábamos encerrados sin poder realizar simples actividades. Nosotros, los seres humanos, necesitamos relacionarnos aunque sea mínimamente, ya que somos seres sociales por naturaleza, y esta situación ha sido francamente difícil por esta causa. A esto le añadimos todos los sentimientos que ha generado la situación, ha dado lugar a múltiples conflictos de muchos tipos. Es por ello, que es necesaria la mediación, ya que nos ayuda a expresar todo lo que sentimos de manera respetuosa y a escuchar a otras partes, para que así no se llegue a las situaciones irremediables causadas más que nada por un descontrol de sentimientos y emociones que no se han sabido gestionar por la nueva situación.
Es obvio que, durante esta época de pandemia, en la que la sociedad vive una incertidumbre ante la novedad de la situación, la cantidad de conflictos se han magnificado. Las distintas maneras de llevar a cabo las medidas de seguridad y las difíciles situaciones, tanto económicas como de otras naturalezas, da lugar a discrepancias entre la población.
Es por ello que la mediación cobra mucha importancia en este contexto para dar solución a los numerosos conflictos que se forman de una forma extra-judicial y favoreciendo el diálogo entre las partes. Aun así, es necesario que los mediadores se adapten a la nueva situación aplicando grandes dosis de empatía ante los momentos tan duros que algunas personas están pasando, además de incluir a su metodología la mediación online.
Para finalizar, me encanta la idea de conectar la idea de la receta médica con la mediación, ya que me parece una manera muy atractiva de explicar en que consiste este proceso de solución de conflictos. En esta sociedad en la que aún la mediación no está normalizada ni es conocida por gran parte de la población lo veo un buen ejemplo de publicidad.
El 75% de los expertos considera que la comunidad empresarial está liderando la lucha con el Covid-19. Y los mediadores tiene que mantener la misma lucha. Este virus ha hecho que a nivel laboral haya que renovarse y dar prioridad a los trabajos online.
La crisis del Covid-19 ha traído problemas sociales de difícil solución y plantea un nuevo orden social y económico.
La confianza con los clientes se convierte en clave en estos momentos. En una situación en la que conflicto es elevado debido a la convivencia domiciliaria, a los múltiples problemas económicos a nivel empresarial y familiar, la educación online, etc.
En estas circunstancias los mediadores tienen un alto valor e importancia debido a los conflictos generados en la sociedad.
Por último, considero que esta pandemia como mediadores se debe ver como una gran oportunidad ya que es el momento de mostrarle a la sociedad la importancia y los beneficios de esta profesión y especialidad.
La situación del COVID-19 ha sido una situación que nadie esperábamos, y esto ha repercutido a nuestro día a día, ya que el no poder tener esa acercamiento con el resto de la gente, las distancias de seguridad, las restricciones, el uso de las mascarillas, esto es un gran reto para todo el mundo y debemos de acertar todo tipo de restricciones y debemos acostumbrarnos a esto, ya que es algo por lo que tenemos que luchar todos, y mentalizarnos que es un proceso de incertidumbre dónde no sabemos qué puede ocurrir, ya que un día podemos estar mejorando y a las horas los casos pueden subir.
Debido a las nuevas normas y restricciones pueden que hayan supuesto un reto y mucha gente no está de acuerdo con ciertas normas, por lo que ha podido ocasionar todo tipo de conflictos, como pueden ser conflictos personales y sociales, en este momento es el momento de contar con un profesional de la mediación y ayudar ante el problema de estos conflictos, ya que podemos considerar que es una buena época para usarla y se puede estar incrementando ya que existen personas que consideran que las medidas anti-covid están siendo demasiadas estrictas y otras que piensan que todas medidas son pocas.
Por lo que , un buen mediador tiene que ser capaz de adaptarse a cualquier situación y a las diferentes demandas que tienen los diferentes grupos, hacer un proceso individualizado.
Debido a la situación generada por el COVID19, situación inesperada para la sociedad, lo que la hace más difícil, como bien indica el texto, los conflictos se dan como inevitables. Ámbitos de nuestra vida cotidiana como el trabajo, la familia, se han visto alterados no solo por las medidas sanitarias implantadas debido a la pandemia, sino también por dichos conflictos que han generado factores como el estrés. Claro está, que cada uno ha vivido una situación diferente, pero en general, la pandemia ha perjudicado nuestra normalidad y nos ha supuesto trabas en alguno de los ámbitos comentados anteriormente. Por ello, considero que la metáfora utilizada en el texto para exponer lo que supone la mediación como herramienta de solución de conflictos generados por esta situación, es muy acertada. Desde mi punto de vista, cualquier herramienta que facilite la situación que estamos viviendo es esencial para nosotros, como es el caso de la mediación.
En definitiva, aunque se infravalore, la salud mental, que puede verse perjudicada por los conflictos que esto ha generado, es igual de importante que la salud física, y aunque un mediador no sea un médico como tal, en cierto modo actúa como tal al resolver o “curar” esos conflictos, que pueden afectar a nuestras emociones, a nuestra tranquilidad, a nuestra salud mental
No estábamos preparados para una pandemia mundial, ni tampoco en toda nuestra vida creo que se nos ha pasado por la cabeza vivir una. Por lo tanto, la COVID-19 ha aparecido como una especie jarro de agua fría, esta “nueva normalidad” ha sido como un cambio rotundo en la forma de vivir que teníamos. Este ha fomentado los conflictos tanto a nivel interpersonal como con nosotros mismos, incluso que conflictos existentes se han visto perjudicados y hayan ido a más.
Las medidas que se tomaron eran tan diferentes a la vida que llevábamos que era todavía más impactante, porque el proceso se alargaba y nos dábamos cuenta de que esto no era algo sin importancia. Por eso pienso que todo profesional que pueda aportar algo es imprescindible, tanto la psicología como la mediación son necesarios para proporcionar las herramientas necesarias en cada caso que puedan servir de ayuda para las personas.
Es evidente que en la convivencia nace el conflicto, por ello es que en la situación de pandemia mundial que estamos viviendo en la que se ha unido no solo la ansiedad generada por miedo al virus si no también la derivada de un confinamiento en el que la fricción entre personas aumenta, esto ha sido el caldo de cultivo ideal para un incremento de los conflictos y de la necesidad de una mediación en ellos.
Es necesario tener en cuenta que de esta situación también ha habido un incremento en la necesidad de psicoterapia, eso hace pensar que lo conveniente que sería tener mediadores con formación psicológica para poder no sólo ayudar en la resolución del conflicto también con la gestión de las emociones asociadas.
Es innegable que la pandemia de la COVID-19 ha provocado cambios en todos los aspectos de nuestra realidad. Aunque vivimos en una época en la que el cambio es la norma, la pandemia ha dado lugar a una nueva situación la cual nadie esperaba. Por tanto se ha generado un contexto de incertidumbre, de no saber muy bien como actuar, de nuevas normas para la convivencia y como no, aparición de nuevos conflictos.
Por ello pienso que el profesional de la mediación tiene mucho que aportar a esta nueva situación. Desde la mediación se pueden aportar nuevas herramientas para las necesidades que se han planteado, como la convivencia, la nueva forma de trabajar o la nueva forma de relacionarnos como sociedad.
Para un mediador pueden surgir muchas situaciones en la que el proceso de mediación se pueda complicar por nuevos factores o factores que no conocen, como es el caso de la nueva pandemia mundial del COVID-19. Por ello es importante en cualquier mediación ser conscientes de como afectan estas situaciones y todos los elementos que influyen en ella, además de tenerlos en cuenta a la hora de llevar a cabo la mediación incluyendo todos estos factores en el proceso para que el resultado de la mediación sea positivo y no perdamos por el camino ningún detalle que pueda ser crucial para resolver un caso. Para ello es de gran relevancia preguntar a nuestros clientes y saber en que posición exacta se encuentran, como se ha comentado puede no estar en su mejor momento para llevar a cabo un proceso de mediación.
La situación que estamos viviendo actualmente, y que llevamos viviendo desde principios de marzo 2020 ha sido desde luego algo nuevo que nos ha puesto todos en desafío, tanto con aquello que nos rodea, nosotros mismos y los otros.
Este desafío cómo bien se comenta en el blog ha sido saber cómo lidiar esta situación, cómo resolver siendo a veces nuestros propios mediadores los conflictos de convivencia que han podido ir surgiendo...etc. Por lo que veo importante, cómo se describe en el blog tener una receta medica que sirva cómo base para la mediación, ya que cuando los clientes acuden a mediación, acuden con la misma convicción por la que acuden a veces al médico. Pensando que sin siquiera hablar, ni hacer las pruebas convenientes, el doctor o el mediador será capaz de darles una solución. En ocasiones si es cierto que los médicos pueden dar una solución global a un problema específico, es decir si se tiene un resfriado se debe de tomar… Pero no siempre es así, y en algunas ocasiones es necesario que sea la persona quien cambie para que se produzca un cambio en la vida de este. Lo mismo pasa en la mediación, aunque cierto es que los mediadores no proporcionamos “pastillas mágicas” que resuelven las diversas situaciones, si proporcionamos otras herramientas que ayudan a conseguir este mismo fin.
Estas herramientas comprenden una amplia gama de “recetas” que van personalizadas según quien las pida. No obstante, algunas de las herramientas sí existen o se dan en todos los conflictos, cómo puede ser crear un espacio donde las partes hablen o comprendan que debemos no sólo dar nuestra opinión sino también comprender y escuchar al otro. Aunque volviendo a lo anterior, aunque siempre se den estas herramientas o situaciones cierto es que están ligadas a las personas y cada uno de nosotros somos distintos.
La pandemia mundial provocada por COVID-19 ha sido algo inesperado, a lo que ninguno estábamos psicológicamente preparados para tantos cambios en nuestra vida, hasta llegar a desarrollar una nueva “normalidad”. Somos seres sociales, necesitamos compañía, culturalmente nos saludamos con dos besos o un apretón de manos, el mantener la distancia, dejar de abrazar, de dar dos besos, de no llegar a vernos la cara entera ha sido algo impactante para nosotros. Nos hemos visto vulnerables y sensibles en el confinamiento, nos ha costado adaptarnos a estas restricciones.
La convivencia con la familia ha sido también un gran impacto, ya que no estamos acostumbrados a pasar todas las horas del día con ellos, sin salir, sin poder desahogarse, quedándose los problemas allí dentro, y estar con la presión de la situación, tanto de la salud como económicamente, no ha sido una situación fácil. Se ha demostrado que después del confinamiento aumentaron los divorcios y las amistades destruidas.
Se observa como la Mediación ejerce un papel fundamental en esta situación llena de conflictos por parte de la vulnerabilidad del ser humano, es importante equilibrar las partes del problema para proporcionar soluciones a los números conflictos. Adaptándose además a las nuevas situaciones, teniendo que realizarlas online.
2020 ha sido un año, cuanto menos, diferente. Creo que, en un futuro, cuando hablemos acerca de él, lo que más recordaremos es cómo éste estuvo marcado por el COVID-19. Es una idea compartida por todos que el virus no ha sido una enfermedad más, si no que ha dado lugar a múltiples conflictos de muy diversa índole.
Pero, ¿qué sucede cuando tenemos un conflicto? ¿A quien acudimos? Quizás acudimos directamente a un abogado o incluso al judgado. Puede que sea el momento de introducir una opción más: acudir a un experto en mediación. Estamos cansados de ir al mécanico a revisiones, al médico... En definitiva, consultar a profesionales o a pedir ayuda cuando la necesitamos. Sin embargo, hay ciertos campos como la mediación o la psicología que carecen de este hecho tan importante.
2020 ha sido también un año de tomar consciencia. Esperemos que hayamos conseguido un paso más en la visibilización de profesiones tan desconocidas y necesarias. Por muchos pasos más.
En mi opinión, esta situación nueva e inesperada de pandemia en la que nos encontramos puede suponer un desafío para disciplinas como la Mediación o la Psicología, debido a los múltiples conflictos y situaciones estresantes que el COVID-19 ha conllevado.
La pandemia, además de secuelas a nivel mental y emocional, ha aumentado el número de conflictos en la sociedad (se ha incrementado los casos de divorcios, entre otros), en lo cual el papel del mediador es fundamental. Quizás ante esta nueva situación se reconozca más la importancia de la mediación y la gran labor que estos profesionales realizan.
Considero también de especial relevancia mencionar la necesidad de la continua formación y creatividad del mediador para adentrarse en la mediación de temas novedosos como es la situación actual de pandemia en la que nos encontramos.
Finalmente, creo que el papel profesional de los mediadores puede ayudar en esta nueva situación a “dar calma” a la sociedad, y más específicamente, a personas que necesitan de esta profesión para poder resolver cuestiones de una forma adecuada y pacífica.
Sin duda esta pandemia que nos ha pillado de sorpresa a todos ha traído consigo consecuencias muy negativas a nuestra sociedad; nos hemos separado de nuestros seres queridos, de nuestros amigos y del entorno que no hace sentir propios de un lugar.
Por ello los problemas familiares, personales, profesionales y en general sociales, han aumentado, esta razón trae consigo la necesidad es buscar ayuda, ayuda profesional.
Es por esta razón que en estos momentos lo más adecuado es recurrir a herramientas que se sean ofrecidas por un buen servicio, personas especializadas en ello; en este caso la mejor solución podría ser tanto psicólogo como mediadores.
Recurrir a estos profesionales en estos tiempos que corren es lo más sensato, pero a su vez esto profesionales deben tener como base unos principios y valores que les permitan ejercer de la mejor forma posible. Y sin olvidar que también tenemos la responsabilidad de hacer frente a toda esa desinformación respecto a otros métodos para conseguir hacer frente a los problemas que puedan surgir.
Tal y como se comenta en el blog, los meses de pandemia y por ende los de restricción domiciliaria han supuesto un auge de los conflictos. Las personas somos seres sociales por naturaleza y el estar privados de libertad en cierta medida hace que estemos mucho más irascibles. Por ello, nos hemos visto superados en diversas ocasiones y con una dificultad de resolver problemas con nuestros convivientes de manera satisfactoria.
Ahora más que nunca se necesita una mediación profesional, la cual se ha tenido que adaptar a las demandas del entorno (on line) y la que requiere una actuación más exquisita. Por esta razón, hay que analizar cada caso más exhaustivamente, qué medicinas necesita, nombre del medicamento, cada cuanto tiempo u otros tratamientos. De esta manera podremos realizar nuestro trabajo de manera íntegra y garantizando un bienestar a las personas que precisen nuestra ayuda.
Este año 2020, como bien se comenta en el blog, el COVID-19 nos ha afectado mundialmente, en todos los aspectos que influyen en nuestro día a día, lo que en la mayoría de las ocasiones ha generado dificultades inesperadas, como podría ser el confinamiento domiciliario, lo que ha hecho que necesitemos herramientas para poder resolver dicha dificultad.
Para ello, me parece imprescindible en la época que estamos viviendo, la necesidad de profesionales que puedan ayudar en dichos asuntos, así como mediadores que faciliten las herramientas necesarias para poder resolver problemas personales, económicos, sociales...
Esto que ha tenido a lugar a nivel mundial ha sido algo totalmente inesperado para todos. Por ello hemos tenido que realizar diferentes adaptaciones en todos los ámbitos de nuestra vida. Se han visto disparados los conflictos entre personas día tras día y eso hace necesario el proceso de la mediación. Entre otros muchos conflictos que han resaltado, podemos destacar los divorcios durante el confinamiento por COVID-19. Una vez más, es necesario media y visibilizar la importancia de dicho proceso.
Como bien se ha mencionado en comentarios anteriores, esta pandemia mundial nos ha traído muchas cosas pero sobre todo nos ha traído problemas, problemas a la hora de respetar las normas( lo mas minoritario afortunadamente) problemas a la hora de mantener el trabajo y problemas a nivel personal tanto con nuestra familia como con nosotros mismos.
Este aumento de conflictos en el ámbito familiar puede ser en cierta manera porque no estamos, aunque suene mal, a pasar largos periodos de tiempo con nuestra familia y pasar de eso a estar 24 horas juntos es un cambio bastante grande.
Es por eso que las figuras de psicólogos y mediadores "improvisados" se han incrementado en estos tiempos ya que al fin y al cabo debemos siempre tener a alguien al lado que nos ayude a resolver un conflicto que podamos tener con nuestro hermano o padres y que también nos escuche cuando lo estemos pasando mal.
Francisco Gómez Rodríguez.
La pandemia actual (COVID-19) ha traído consigo muchas consecuencias sociales y culturales y como se menciona en este post, relacionales. En el confinamiento muchas de las dinámicas familiares cambiaron, pero no solo familiares sino también, laborales, económicas etc. lo cual en muchas ocasiones ha derivado en conflicto.
En el ámbito judicial encontramos un colapso de los juzgados como consecuencia de la pandemia, por ello, la mediación es un método alternativo para la resolución de conflictos mucho más rápida que la vía judicial. Como se destaca en el post día a día aumenta la necesidad de la mediación y que este ‘tratamiento’, ha de ser individualizado, dinámico y destinado a sanar las relaciones.
Como se ha mencionado anteriormente, la situación actual ha afectado a la manera de relacionarnos y de convivir, provocando en algunos casos la separación y el divorcio de algunas parejas. En estos casos la mediación será un método que permita llegar a un acuerdo que trasciende cuestiones judiciales al tener en cuenta cuestiones emocionales, sobre todo centrada en los hijos. Por ello, la mediación puede ser la vía en muchos casos de llegar a un acuerdo, o al menos de acercar las partes de un conflicto.
Debido a que la mediación trata de hacer un acuerdo justo, equitativo, estable y duradero, esta opción es cada vez más frecuentada, pues no se trata de decidir quién tiene la razón, sino cómo podemos entendernos mejor, mejorar nuestra relación y encontrar un punto medio en el que ambos salgamos beneficiados. Por este motivo, la mediación en estos tiempos es tan importante.
Es innegable el papel que ha tenido la pandemia del COVID-19 en la dinámica relacional de las personas. Todo ha cambiado desde que tuvimos que confinarnos en nuestros domicilios. Las personas se vieron inmersas en nuevas formas de relacionarse, trabajar e incluso convivir.
Desde entonces, se han manifestado numerosos problemas laborales que han desencadenado en situaciones laborales precarias causando innumerables despidos. Esta situación ha dado lugar a conflictos económicos de muchas clases, como pago de alquileres o de hipoteca, alimentación, etc. La mediación juega un papel realmente imprescindible en estos momentos pues es el arma que tenemos para llegar a acuerdos que faciliten la convivencia.
Carmen García Navarro
Debemos de reconocer que la situación que estamos viviendo fomenta totalmente la crispación y el aumento de conflictos.Además de tener en cuenta que la comunicación a base de mensajería y nuevas tecnologías evitan la comunicación no verbal, al igual que la mala interpretación del tono de voz.Estos dos elementos son importantísimos a la hora de comunicar el mensaje que queremos transmitir.
Es por ello que lo dicho en el blog y la gran importancia que le da a la mediación es totalmente acertada.Es por ello que hay que recalcar, que esa herramienta está ahí y debemos usarla.Debemos de sacar cosas positivas de lo negativo, debemos de aprovechar y usar la mediación para superar los conflictos que aparecen por culpa de este inevitable momento que vivimos.
Con este comentario quiero mandar un mensaje a todas aquellas personas que están en conflicto, que en vez de "seguir en sus trece", analicen la situación detenidamente y se dejen ayudar utilización el gran método o fármaco como puede ser la mediación.
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