miércoles, 21 de julio de 2021

Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible y el compromiso de los mediadores

 

La Asamblea General adoptó en Septiembre de 2015, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un documento que establecía un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Así, los 17 Objetivos de la Agenda se elaboraron en más de dos años de consultas públicas, interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países.

La Agenda implica un compromiso común y universal, y la pregunta que os hago hoy es ¿Cuál puede ser el compromiso de los mediadores profesionales?

Hace unos meses realicé un artículo para la Escuela Internacional de Mediación (EIM), donde reflejaba la idoneidad de conocer desde nuestro ámbito, la Agenda, pero todavía hoy, no se si hemos intentando conocer los pormenores de la misma y sobre todo, conseguir compromisos para su cumplimiento desde los distintos estados, países, instituciones, colectivos y profesiones.

Por eso me vuelvo a plantear, si los mediadores nos hemos parado a pensar, cual puede ser nuestro compromiso con la Agenda del Desarrollo Sostenible en los próximos años, por eso creo que es necesario, parar, reflexionar, analizar y porque no, tomar decisiones y compromisos.

El 25 de septiembre de 2015, jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la histórica Cumbre del Desarrollo Sostenible en la que aprobaron la Agenda 2030. Una Agenda que como su nombre indica, marca una carta de navegación en los próximos años según distintos objetivos. Esta Agenda contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aplicación universal que, desde el 1 de enero de 2016, rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el horizonte del año 2030. Ya hemos consumido 6 y nos quedan 9.

Entre los objetivos, nos encontramos con el más importante para nosotros, mediadores, cuando nos referimos al número 16: Paz, justicia e instituciones sólidas. Con ello conseguir promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas.

Para ello, la propia web de Naciones Unidas nos reflexiona sobre “los conflictos, la inseguridad, las instituciones débiles y el acceso limitado a la justicia” como las claves que continúan suponiendo una grave amenaza para el desarrollo sostenible y por ende, aquello que necesitamos paliar en la Agenda. Es más, en esta época que estamos viviendo de Pandemia, por otro lado, imposible de prever cuando se firmó el compromiso, hace que la protección de los derechos humanos y sobre todo de una justicia de calidad, puedan dar respuestas fiables en los próximos años.

Construir soluciones más efectivas a los problemas, es nuestra misión, es la misión de los mediadores y de la mediación, que ya en la exposición de motivos de la Ley 5/2012 en España, la “tachaba” de una justicia de calidad, de ahí la necesidad de apostar por la mediación. 

Así los mediadores somos conscientes de nuestra labor, nuestra inquietud y nuestra aportación a la “cultura de paz”. Y no solo desde la reducción de conflictos de todo tipo y sobre todo sus consecuencias, sino desde la prevención y la educación a entidades y sociedades en esta cultura. Pensemos que la paz, al igual que la mediación, no es patrimonio de nadie pero si es responsabilidad de todos.

Dice los expertos que si protegemos los derechos humanos, podremos conseguir colocar a las personas en el centro del debate. Por eso cuando muchas veces me preguntan en distintos medios ¿Qué nos va a quedar de aprendizaje tras la pandemia?, siempre digo que, conseguiremos la vuelta a los valores humanos y entre ellos la justicia y la razón ante los conflictos y esa importante reflexión que es pura mediación: conseguir que los mediados sean los auténticos protagonistas de su solución.

También me gustaría daros a conocer los Objetivos concretos que se marcan por este alto Organismo:

16.1 Reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo

16.2 Poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños

16.3 Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos

16.4 De aquí a 2030, reducir significativamente las corrientes financieras y de armas ilícitas, fortalecer la recuperación y devolución de los activos robados y luchar contra todas las formas de delincuencia organizada

16.5 Reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas

16.6 Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas

16.7 Garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades

16.8 Ampliar y fortalecer la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernanza mundial

16.9 De aquí a 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos

16.10 Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales

16.a Fortalecer las instituciones nacionales pertinentes, incluso mediante la cooperación internacional, para crear a todos los niveles, particularmente en los países en desarrollo, la capacidad de prevenir la violencia y combatir el terrorismo y la delincuencia

16.b Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible

En definitiva, preocupación por la violencia, la corrupción y la participación, por eso es importante preguntarnos, ¿Qué puede aportar la mediación y los mediadores en este contexto?

La mediación, conocemos que puede ser perfectamente el método para paliar y proteger estas inquietudes. Es verdad que los objetivos marcados son muy generales y sobre todo, con algo que los mediadores huimos de forma general: la violencia. Pero también es cierto que, como método y proceso colaborativo, la mediación puede gestionar los conflictos personales, institucionales, internacionales… siendo una herramienta fundamental en el desarrollo de la cultura de paz. Y de la misma forma, los mediadores seremos los vehículos para generar una comunicación y diálogo pacífico entre las partes en conflicto y conseguir a medio plazo los objetivos marcados que no es más que apostar por una justicia social y la tan mencionada paz.   

 Para conseguirlo, os animo a apostar por la prevención en la gestión de los conflictos y con ello conseguir “educar” a las partes, aprender un método que a buen seguro les servirá en el futuro cuando se encuentren en una nueva situación de conflicto. Por eso me atrevo a apostar por el papel de educador de los mediadores, facilitando el diálogo cada vez que intervengamos, el respeto a cada posición y los valores, aunque no se compartan y conseguir la tan ansiada “construcción de la paz”.

Con todo querido mediador o mediadora, transformaremos nuestro mundo, aunque sea en pequeñas dosis, caso a caso, persona a persona, conflicto a conflicto, educando en la paz, la justicia y creando instituciones sólidas. Y no solo en este objetivo 16 señalado en este post, como central para nuestra “futura misión” sino que me atrevería, a responsabilizar nuestro trabajo como eje central en cualquiera de los otros objetivos de esta Agenda 2030, que refleja un mundo sin fronteras, con problemas globales y en la búsqueda de compromisos reales por parte de los estados.

Así, me atrevo a señalar, que objetivos y metas de la Agenda, puedan también vincularse con la gestión de conflictos. Objetivos tales como: “el hambre cero”, el “fin de la pobreza”, “la educación inclusiva”, “el bienestar”, “ciudades resilientes”, “trabajo digno”, “igualdad de oportunidades” o “la igualdad de género” también pueden ser ejes en nuestro trabajo desde el momento que nuestra misión en llegar a acuerdos justos y equitativos, ¿os suena?

Creo que seríamos capaces de trabajar en post de los distintos objetivos, solo con nuestra pequeña aportación, caso a caso, persona a persona, asunto por asunto. Porque, no olvidemos, cada uno de los objetivos proceden de un conflicto concreto, un problema concreto que paliar y los mediadores precisamente nos dedicamos a gestionar conflictos.

 


lunes, 19 de julio de 2021

¿Por qué hacer un cambio de armario?

Iniciamos el verano en España y hace tiempo que hicimos el último cambio de armario, pero nuevamente a la vuelta de las vacaciones, volveremos a pensar en ello, porque cambiamos de temporada. Más de una vez hemos oído en nuestras casas, este fin de semana sacamos la ropa de invierno…

Pero ¿Qué supone que hagamos un cambio de armario? Desde nuestra profesión, no es la primera vez que pedimos que cambien de actitud, que cambien de pensamientos, que “saquen la basura que les impide ver más allá el cambio que se va a producir”.

Creo que esta muy bien pensar también con nuestros clientes, que la mediación va a ser un punto y aparte, y que vendrán otras épocas del año, otras formas, para las que debemos adaptarnos y sacar “la ropa del momento”. Pero ¿Qué hacer con la ropa más vieja? ¿le damos una segunda oportunidad?, ¿la guardamos en lo más profundo del armario y quizás no volvamos nunca a ponérnosla?

No es muy lejano esto que os comento con lo que supone la mediación. De hecho, al igual que ocurre con las diferentes “estaciones del año” vuelven inexorablemente a nuestras vidas, lo mismo ocurre con nuestros clientes si han utilizado “esta medicina”, porque es la mejor para paliar las cuestiones de futuro si las partes continuarán relacionándose en el tiempo. Una pareja si tienes hijos, tendrá que estar en contacto de por vida; un trabajador mientras esté en ese lugar de empleo, estará en contacto con quien tuvo sus diferencias mientras esté en la empresa; un vecino se volverá a cruzar día tras día con aquella persona que tuvo sus diferencias, salvo que venda su inmueble y ya no resida allí

De ahí que hoy en este post me gustaría reflexionar sobre “los cambios de armario”, cambios de ropa que se producen según la estación del año, según la situación que viven, según el espacio que tienen…

Si cada vez que tienes que hacer el cambio de armario, se les viene el mundo encima, nada como acudir a “los profesionales del orden” que somos los mediadores.

Empecemos con ¿CUÁNDO HACER EL CAMBIO DE ARMARIO?

Si has intentado en todo momento atender el problema que os separa, si en todo caso el diálogo no fue posible, con la mediación es el momento para tener tu ropa de temporada, tus sentimientos tu futuro a mano y saber qué es lo que tienes o deseas “guardar”. Es bueno revisar lo acordado, ya que tal vez tengas que acomodar la “ropa de tu armario” más veces al año, cuando surjan reuniones familiares, eventos no previstos cuando mediamos… 

POR QUÉ HACER EL CAMBIO DE ARMARIO

Cuando cambia el tiempo, cuando ya queremos solucionar nuestro problema, es el momento de adaptarnos a lo que vendrá en el futuro. Hacer el cambio de armario, te facilitará tener un acuerdo estable, justo y equitativo. Además, es un buen momento también para revisar qué tienes, que quieres, cómo te sientes, que esperas…

No es fácil, pero hay que atreverse y empezar por reservar tiempo para hablar, necesitarás ayuda, nadar y guardar la ropa, conseguir y ceder ante otras pretensiones y SABER QUÉ RETIRAR o que guardar para “otras temporadas”

Dicen que “LA ROPA DE LA TEMPORADA PASADA” lo ideal es lavarla, dejar que se seque bien, planchar lo que sea necesario y guardarla en bolsas al vacío; por eso permíteme lector, que todo aquello que has vivido hasta que llegó el conflicto, no lo “tires por la borda”, es tu vida, fue tu vida y de todo se aprende. Nos sirvió para ser como somos y eso tiene mucho valor, pero bien es cierto que lo negativo quedará guardado una vez seco y limpio.  

Por eso nos recomiendan un slogan muy útil: “APROVECHA Y REDISTRIBUYE” cuando hagas el cambio de armario

Una vez sabes lo que tienes que guardar, de tu relación aun cuando hoy estéis en conflicto, mira con ojos críticos “tu armario” para ver si los espacios se ajustan a lo que necesitas y vas a conseguir con la mediación.  

¿Y LOS ZAPATOS?

Es la pregunta del millón. Te ¿acuerdas?... hay que ponerse en “los zapatos del otro”, sin ello no hay reconocimiento, aunque no compartas.  

Y por último querido lector, te hablo de la “ropa de entretiempo”, esa que no sabemos si sirve para una temporada u otra…esa que nos lleva a pensar que debemos tenerla al alcance haya lo que haya ocurrido. Pues también hay que darle su sitio, porque no todo el mundo se adapta a una nueva “estación” dejando atrás lo ocurrido. Creo con estos pequeños consejos, sabremos hacer un cambio en nuestra vida, gracias a la mediación, porque a veces resulta complicado encontrar el momento ideal para hacer el cambio de armario.  


 

viernes, 9 de julio de 2021

Mediar por un “campo de minas”

 


Cómo escapar de un campo minado

Ayer tuve una experiencia muy enriquecedora, cuando participé como conferenciante en el Instituto de Mediación de la Delegación de Casilda en Argentina. El tema era “¿Cómo mediar entre enemigos íntimos?” y como consecuencia de dicho encuentro, me surgió el tema del post de hoy.

Siempre nuestros clientes acuden a nosotros, poniendo en nuestro conocimiento, las maldades o desigualdades del otro, mostrando el carácter que tiene, o cómo manipula muchas veces versiones o intentos de acuerdo del problema que les separa. Por eso quise compartir con los compañeros abogados y mediadores, lo que supone muchas veces “dormir con tu enemigo íntimo”.

De ahí me surgió rápidamente, pensar en el camino que recorremos cuando empezamos un proceso de mediación, como si fueran “campos minados” con minas que son los responsables de muchos de los desencuentros o más aún, de la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo.. Incluso, las minas, como acurren con las reales en plena guerra civil o entre países cuando se usaron, tiene décadas de instalación, son muy profundas en su interior, dolorosas y son tan peligrosas como cuando se “colocaron” por primera vez; Si las primeras, las prohibidas, las de la guerra, son capaces de explotar a causa de la más mínima presión, estas segundas, la de los sentimientos, las relaciones, los conflictos humanos, explotan como no sepamos conducir bien un proceso de mediación a través de la pregunta.

Una mala pregunta, puede ser el detonante que haga que “explote la mina”

Por eso quiero, imaginando las decenas de minas que muchas veces se pusieron en la relación de quienes vienen a una mediación, darte unas pautas que a mi me sirvieron para salvar y evitar “un campo minado”

1.- La primera vía a seguir es tener claro y averiguar bien la situación que produjo el conflicto:   

Para ello busca y encuentra en la primera sesión, “señales” que indiquen que hay minas cerca, que hay un problema que pudiera ser insalvable. La mayoría de las diferencias están ocultas; Si las encuentras, sabrás como evitarlas. Muchas de ellas están con lo que llamamos “Alambres de trampa” que son esos que ponen las partes porque no quieren que se traspase la frontera, como si fuera la valla o la división de fincas. No son tan visibles aunque lo creas, así que tendrás que acercarte para ver el problema de cerca.  

Quiero recordarte, que al igual que en la “guerra”, vehículos abandonados o dañados, son indicativos de que podrían haber detonado una mina, para nosotros, haber intentado ya un proceso de mediación o venir nuestros clientes “rebotados” de un proceso judicial, puede ser señal de que hubo “minas” que impidieron que en otras vías se hubiera resuelto el problema que les separa.

Debes detenerte de inmediato en el momento en que te des cuenta que te encuentras en peligro, que pueda hacer que pierdas la imparcialidad, objetividad o neutralidad y sobre todo la violencia. No des ningún otro paso. Tomate un tiempo para evaluar la situación y piensa un plan de escape.  

2.- Sigue tus huellas que ya creaste para salir del proceso

Sigue andando en el proceso sobre lo ya construido y para ello, para que una mina no vaya a detonar delante de ti, recuerda que el proceso es voluntario para ellos y para ti y te pueden perfectamente estar “utilizando”, mantén la calma y aléjate del peligro  

También sería bueno, si no te sientes cómodo, pide ayuda o haz que alguien que haga de observador del proceso o se inicie el camino por otro mediador. No siempre somos capaces de desactivar “cualquier Mina” de “cualquier tema”

No trates de abandonar un proceso simplemente, no haces bien a tu imagen, ni a la profesión. Son muchos los expedientes que archivamos una vez hemos tenido reuniones con las partes, porque decimos que determinadas “minas” nos imposibilita avanzar. Explícalo da tu versión y como decimos, vuelve sobre “tus huellas”. Quizás no lo compartan… pero si lo comprenderán.  

3.- Por último, te invito querido mediador a EVITAR CAMPOS MINADOS

Aprende acerca de las “minas”. Aquellas partes de un conflicto que muchas veces según a lo que te dediques, son “artefactos explosivos sin estallar”. Considero que todos hemos sido conscientes de el exquisito entrenamiento que necesitamos en tantos, curso, jornadas, seminarios, conferencias. En todos ellos se habla desde la experiencia, de los posibles detonantes que hacen que una negociación quede en punto muerto, o lo que es peor, que explote y haya sido peor “el remedio que la enfermedad” como se dice popularmente. 

Por eso querido amigo, aprendamos de los errores, en cada viaje, cada mediación, cada cliente. Desgraciadamente en Vietnam, Camboya y Laos, aún hay millones de minas y bombas fallidas por explotar, y en nuestro mundo, aun hay divorcios, situaciones de malos tratos veladas, difíciles de ver a simple vista, acoso laboral encubiertos, heridas abiertas, que quedaron sin estallar tras el conflicto bélico de las partes.

Los campos minados no siempre están señalizados, no siempre son previsibles y por mucha experiencia que tengas, una mala gestión puedes hacerla explotar. De ahí que te recomiende que aunque la mediación tenga como principal característica la flexibilidad, no te alejes “de los caminos establecidos. El proceso está perfectamente estructurado, el peligro podría estar al acecho justo fuera del camino.

«Desminando podemos ayudar a esta comunidad, a esta familia o a esta empresa, a encontrar la paz y con la paz vienen las oportunidades»


miércoles, 7 de julio de 2021

Negociaciones altamente inflamables

 

Cuando trabajamos en mediación, más de una vez nos hemos dado cuenta de realidades distintas. En numerosas ocasiones los mediados nos hablan del “otro” como el malo, quien hizo que la situación fuera insostenible, quien “incendió” la relación que hasta entonces era correcta, de socios, vecinos, pareja o convivencia laboral.

De hecho, en más de una ocasión aprovechando la posibilidad de realizar co-mediaciones, con alumnos en prácticas, al terminar una sesión individual o caucus, les he preguntado ¿Qué te ha parecido? Y casi todos me responden… “hay que ver lo malo que es el otro”.

Sin embargo, cuando nos hemos entrevistado individualmente con quien mencionamos como “el otro”, les volvía a preguntar ¿y ahora qué? A lo que respondían… “no era tan malo como lo pintan, ahora creo que tiene más culpa el primero que entrevistamos”.

Por eso hoy querido lector te quiero llevar al concepto “altamente inflamable”

Cuando nos referimos a este concepto desde la química, nos referimos a sustancias y preparados que, a la temperatura ambiente, en el aire, y sin aporte de energía pueden calentarse e incluso inflamarse.

Preparados que, después de un breve contacto con una fuente de ignición, pueden continuar ardiendo o consumiéndose tras la eliminación de la fuente que les produjo esa reacción. Incluso aun más, en algunos casos, según la sustancia, liberando gases extremadamente peligrosos.

¿Os suena? Siempre con la mirada del mediador, no es de extrañar que a lo primero que os mencionaba, nuestros clientes al hablar del “otro” nos menciones lo astuto, irascible e irritado que es, se enfada con todo, incluso (“liberación de gases”) insulta y amenaza con acudir a los tribunales o sacar a la luz las diferencias.

Por eso tenemos que ser muy conscientes, cuando trabajemos un caso en mediación, de cuáles pueden ser esas sustancias “tóxicas” altamente inflamables, que tenemos que evitar para conseguir apagar el fuego de la falta de comunicación.

Sustancias «tóxicas»

Esas sustancias inflamables, también llamadas Combustibles, son un tipo de sustancias peligrosas que, con cualquier frase, con cualquier mensaje mal interpretado (por ejemplo mensajes de whatsapp, en los que no vemos tonos o gestos que acompañen a los mismos), son el “calor” o la chispa que produce la combustión, o lo que es lo mismo, la falta de entendimiento.

La principal característica de una sustancia Inflamable, de una relación entre nuestros clientes, tóxica, es su punto de inflamación o ignición que es la temperatura, el momento, a la que comienza a producirse la inflamación del combustible de forma espontánea o por acción de una chispa.

 

Eso es lo que buscamos con esas sesiones informativas y exploratorias que realizamos al inicio de un proceso de mediación. Si somos conscientes de cuándo y por qué saltó la chispa, seremos valientes en trabajar con el “producto tóxico” y conseguir eliminar esa combustión.

A mi particularmente me gusta siempre recalcar: “háblame de ti y no de él/ella” “como te sientes, como lo estas viviendo” “como crees que te puedo ayudar”…

Si somos buenos artesanos del proceso de mediación, rápidamente nos daremos cuentas de qué cuestiones son “extremadamente inflamables”, cuáles son “fácilmente inflamables” y donde está el término medio.

Con ello sabremos trabajar las “Precauciones básicas” y seguir una normativa de seguridad y evitar su contacto con sustancias que produzcan ignición. Preguntar lo que debemos preguntar y analizar solo lo que debemos analizar. De todo ello dependerá nuestra estrategia en la negociación.

Si te gustó, querido amigo esta analogía, en otro post, prometo hablarte de sustancias explosivas (aquellas que no debemos tratar), sustancias corrosivas (aquellas que destruyen una relación), sustancias tóxicas (con problemas concretos si los haces tuyos por “contacto” o “inhalación” en el ambiente donde vivas), sustancias nocivas (con problemas incluso de riesgo de salud) o sustancias irritantes (que crean reacciones emocionales cuando surgen).


lunes, 5 de julio de 2021

La Mediación y los Valores del Deporte

 

En más de una ocasión con grandes amigos como Leo Otarán y Gustavo Skaff mediadores muy reconocidos en Argentina, o en mi propio país, con Ramón Rodríguez “Monchi”, Director Deportivo del Sevilla F.C. o Jero García, extraordinario mediador y Ex-boxeador , hemos compartido la importancia de hablar del binomio deporte y mediación.

Comparten valores que muchas veces quedan en el olvido del ser humano y que tanto por las actividades deportivas individuales o de equipo, como por la mediación intentamos que afloren en una negociación, para dar lo mejor de si, sin dejar de lado el reconocimiento del otro. Por eso podemos decir que “mediar y hacer deporte” es educar en valores; ambos tienen un lenguaje universal que se entiende en cualquier país y en cualquier disciplina. Son valores que se inculcan como el respeto, la justicia, la tolerancia o la honestidad, tanto en le deporte como en la mediación, que adopta las mismas reglas, ya que se avala y protege estos valores cuando surge el conflicto de cualquier materia.

Pero de igual forma, sirve esta “relación” entre uno y otro, para trabajar lo que ha venido a llamarse “la mediación Deportiva”. Es muy preocupante el incremento de los conflictos deportivos que pretenden resolverse en sede administrativa o judicial. Baste leer noticias como las siguientes:

-        Los integrantes de la selección que se plantaron en el europeo, denuncian humillaciones e insultos de la federación de Karate

-        Tras solo tres jornadas de liga, el propietario del club prescinde del técnico de la plantilla

-        Padres de jugadores se amenazan en un partido de infantiles donde insultan al árbitro

-        La sensación en el club es que se ha agotado el modelo que ha rfegido en la institución desde las elecciones de 2003

-        Aficionados y seguidores, demandan una mediación para solucionar el problema de los “ultras del club” tras ser catalogado como grupo violento por las autoridades gubernativas

Estas 5 noticias bien podrían ser en cualquier deporte, en cualquier situación, incluso me atrevería a decir, en cualquier país y ello demanda que la mediación, entre en el mundo del deporte como método de gestión de conflictos.

Es más, apostaría por la mediación como única vía, porque como dije al principio, comparten valores que pueden ser determinantes a la hora de impedir a las partes que, durante el período de tiempo en el que se desarrolle el proceso, puedan ejercer acciones en sedes federativas, administrativas o judiciales en relación con el objeto de la disputa. Principalmente además porque la mediación les ofrecerá “igualdad de condiciones” como en los partidos a los que están acostumbrados las partes en conflicto.

La mediación deportiva atenúa o elimina dicho desequilibrio gracias a la búsqueda de soluciones fundamentadas en la voluntad de las partes y no en las técnicas y argumentaciones jurídicas o en los recursos económicos de los que dispone cada uno.

La educación siempre se dijo que ataca la raíz de los problemas, es por eso que en este sentido, deporte y mediación van de la mano. La mediación se encuentra inmersa dentro de la llamada “cultura de paz” en el deporte, que tiene por objeto la convivencia pacífica y la prevención de futuros conflictos (educar en valores, en herramientas de comunicación y diálogo y todo ello desde la perspectiva de la colaboración y que el conflicto se co prenda como una oportunidad de cambio, como algo positivo.

Para terminar, me gustaría referirme por último a un a extensa problemática que podría atender. Si bien antes reflejaba noticias de prensa, ahora querido lector, me gustaría tan solo mencionarte los muchos conflictos donde la mediación sería el método ideal para alcanzar un acuerdo:

-        Procesos electorales de clubes y federaciones

-        Conflictos entre clubs, intermediarios y jugadores por sus contratos

-        Padres que demandan a clubes y federaciones

-        Impagos a deportistas o técnicos que se produce en el deporte aficionado

-        Problemas entre la junta directiva y los socios de un club

-        Conflictos con derechos de imagen de deportistas

-        Conflictos de clubes/Sociedades Anónimas Deportivas/ Federaciones con proveedores y patrocinadores

-        Conflictos relacionados con la celebración de contratos con deportistas, técnicos, delegados, personal sanitario, etc

-        Destituciones de entrenadores o la rescisión unilateral de los contratos por parte de técnicos o deportistas profesionales

Un club, es una familia, donde se debe respetar la imagen del club y donde hay una reputación del escudo o camiseta que se viste, luego nada mejor que la mediación para gestionar los problemas en el mismo. Apuesta por la mediación deportiva


Sopa de Letras de Mediación

 


El Traje nuevo del Emperador o la Confianza en el Mediador

 

Es uno de los cuentos que más he utilizado para poder hacer ver la importancia de que nuestros mediados, confíen en nuestro trabajo como sastres de los sentimientos. De hecho, tras un taller de “maestros de la Costura” que hice hace muy poco tiempo, surgió la idea de volver a leer el cuento para analizarlo con ojos de sastre-mediador.

No sabes querido lector, lo importante que es el primer momento, la primera entrevista, la primera sesión, la primera mirada, las primeras frases, las primeras preguntas. O les gusta como trabajamos o difícilmente verán reflejado nuestro trabajo en sus decisiones.

Como en el cuento, podemos decir que hace muchos años, había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos que gastaba todo su dinero y riquezas, en vestir con la máxima elegancia. No le interesaba nada más, ni su pueblo, ni nada más, mas que su ego y su arrogancia. Por eso podemos decir que tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera, se decía, como ocurre en la mediación, que todo lo que el hacía era lo correcto, mientras que los demás eran, los malos, los que no tenían opinión, los que no tenían razón.

Esto me hace pensar en la cantidad de veces que tenemos sesiones individuales, donde las personas, nuestros mediados, no ven más allá del ojo ajeno. Ellos no hicieron nada malo, mientras que el contrario tiene toda la culpa de todo y de la situación que ponen en nuestra mesa de “modistos”. De ahí que cada vez más debemos trabajar en un primer momento en devolverles “la parte de responsabilidad en la solución de sus problemas”.

Siguiendo con el cuento, sabemos que la gran ciudad en que vivía, estaba llena de entretenimientos y era visitada a diario por numerosos turistas. Un día se presentaron dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, modistos de nuestro tiempo, asegurando que sabían tejer las telas más maravillosas que pudiera imaginarse. “No sólo los colores y los dibujos eran de una insólita belleza, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de convertirse en invisibles para todos aquellos que no fuesen merecedores de su cargo o que fueran irremediablemente estúpidos”.

Si no lo solucionas, tendrás que renunciar a todo, los peligros están ahí fuera, no te atrevas a acudir a otro lugar que no sea este. Frases de este tipo, no generaran confianza a la larga, y sin querer hablar de frases típicas que omito, porque el lector podrá saber a que me refiero, hablan de las bondades de la mediación en detrimento de otras vías, lo cual detesto, porque todas son factibles y necesarias, solo se requiere, que la persona escoja la que considere que le es más afín.

Si el mediado, Emperador, ególatra, acude a mediación para que le confeccionemos un traje, pensará como en el cuento, ¡Deben ser vestidos magníficos! Si los llevase, podría averiguar qué funcionarios del reino son indignos del cargo que desempeñan. Podría distinguir a los listos de los tontos. Sí debo encargar inmediatamente que me hagan un traje”.

El ego, querido lector, es el principal “cáncer social” de nuestra época, por eso podremos, entregar mucho dinero a los sastres mediocres para que comenzasen su trabajo, pero que sin ACTITUD Y CONFIANZA, difícilmente podrán hacer y ver un traje a medida.

Los mediadores podrán instalar telares y simular que trabajan en ellos; aunque están totalmente vacíos.  

Por eso nuestros mediados, como el Emperador de nuestro cuento, podrá preguntar por cómo va su asunto, por que dice la otra parte, «Me gustaría saber lo que ha avanzado con la tela», pero si no hay confianza en el proceso y en el mediador-modisto profesional, no podrán ver el traje y se sentirán “tontos e indignos”.

Así cuando hay un problema, de cualquier tipo, podemos pensar que nuestro entorno, espera ver algo grandioso, como en el cuento “ todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela, y todos estaban deseosos de ver lo tonto o inútil que era su vecino”.

Y envió el Emperador a su representante, a su viejo ministro a que visite a los tejedores-mediadores  -pensó el Emperador-. Es un hombre honrado y el más indicado para ver si el trabajo progresa, pues tiene buen juicio, y no hay quien desempeñe el cargo como él».

Pero él no vió nada, ya que el traje, la mediación es personalísima y una y otra vez repito, requiere actitud. El ministro por tanto no vió nada, lo que jamás iba a reconocer ante los demás. Ante la pregunta de los modistos “ mal preparados” (no me gusta decir estafadores como en el cuento), el representante del Emperador alababa una y otra vez lo que sus ojos no veían, telas, colores, puntadas o… virtudes de la mediación, principios, voluntariedad, confidencialidad, apuesta segura, flexibilidad, auto-decisiones …

Los pseudo-mediadores, volvieron a pedir más dinero, más seda y más oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Lo almacenaron todo en sus alforjas, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en el telar vacío.

Tanto el primer enviado, como otros que preguntaron después todos coincidieron -¡Es digno de admiración! -informaron al Emperador.

Tal era la curiosidad ya que el Emperador con todo su séquito fueron a ver el “traje a medida” que iban a hacer para su conflicto

«¿Qué es esto? -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tonto? ¿O es que no merezco ser emperador? ¡Resultaría espantoso que fuese así!».

Y llegó el día, de lucir en un momento especial, aquél “acuerdo” que habían tejido sin la debida confianza que debemos generar. Así -¡Estos son los pantalones! ¡La casaca! ¡El manto! ...Y así fueron nombrando todas las piezas del traje. Podemos llegar sin esfuerzo a un ACUERDO JUSTO, EQUITATIVO, ESTABLE Y DURADERO.

-¿Quiere dignarse Vuestra Majestad a quitarse el traje que lleva -dijeron los pseudo-mediadores -, para que podamos probarle los nuevos vestidos ante el gran espejo?

El Emperador se despojó de todas sus prendas, y los pícaros simularon entregarle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretendían haber terminado poco antes. Luego hicieron como si atasen algo a la cintura del Emperador: era la cola; y el Monarca se movía y contoneaba ante el espejo.

-¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaron todos-. ¡Qué dibujos! ¡Qué colores! ¡Es un traje precioso!

-El palio para la procesión os espera ya en la calle, Majestad -anunció el maestro de ceremonias.

-¡Sí, estoy preparado! -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? -y de nuevo se miró al espejo, haciendo como si estuviera contemplando sus vestidos.

Y de este modo marchó el Emperador en la procesión bajo el espléndido palio, mientras que todas las gentes, en la calle y en las ventanas, decían:

-¡Qué precioso es el nuevo traje del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué bien le sienta! -nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que no veían nada, porque eso hubiera significado que eran indignos de su cargo o que eran tontos de remate. Ningún traje del Emperador había tenido tanto éxito como aquél.

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.

Ese niño que llevamos dentro mediadores y mediados, nos hace ser sinceros, colaboradores, pero sobre todo lo que más me importa transmitir a esos mediadores en formación, que deben trabajar la “confianza del Emperador” no desde materiales invisibles a nuestros mediados, sino desde la razón, la justicia y la equidad, que permita “tejer” cada asunto, cada tela, como un nuevo traje que le siente bien a los mediados y aprender en una mediación los verdaderos valores de este cuento y de la mediación: criterio, humildad, sencillez, sinceridad.