lunes, 17 de octubre de 2022

Patrones de Conflictos

 

    Tenemos que ser conscientes los mediadores, de los diferentes "patrones" que convergen en los muchos conflictos que atendemos. Principalmente me atrevo a ofreceros esta infografía, precisamente para saber, diferenciar nuestra misión de "gestionar" los problemas, que no resolverlos. Hablar de "resolver, supone una apuesta por la eliminación o reducción del conflicto. Mientras que gestionarlo, supone, diseñar estrategias para minimizar las disfunciones del conflicto y por tanto maximizar sus aspectos positivos.
    Pero analicemos esos patrones:

1. Conflictos de recursos escasos: supone una disputa por algo de lo que no hay suficiente para todos. Ante ello existe competición, escasez, comparación con lo que tiene el otro... por ejemplo peleas por herencias, lindes de terrenos, etc

2.- Conflicto de Poder: Surge cuando la disputa supone que alguno de los implicados quieren mandar, dirigir o controlar más a otro. Existe por tanto juego de poder, necesidad de influencia, por prestigio, o quizás intentar dominar las circunstancias.

3.- Conflictos de protección de la autoestima: Son disputas que surgen porque mi o nuestro orgullo personal se siente herido. Parten de una comparación social por la pertenencia al grupo y por la necesidad de ser aceptados. Es el caso de haber sufrido agresiones verbales o expresiones de desvalor de alguna persona o su trabajo.

4.- Conflictos de valores. Las disputas surgen porque mis valores o creencias están en juego y por eso es importante saber si se aprecia por la conducta o por la invocación de los principios. Podriamos poner el ejemplo del dilema entre abortar o no, ya que desde el punto de vista moral en el seno de la familia puede crear tensión en el grupo y cierta pérdida de las relaciones interpersonales.

5.- Conflicto estructural: Surge cuando disputamos por un problema cuya solución requiere largo tiempo y un esfuerzo importante de muchos o en su caso situaciones que van más allá de nuestras posibilidades personales. Hablamos de problemas étnicos, religiosos o identitarios.

6.- Conflicto de identidad. Disputamos porque vemos amenazada mi manera de ser como persona o como miembro de un colectivo. Estamos en la construcción de una identidad personal, como ocurre por ejemplo con el adolescente que pretende diferenciarse y se opone sistemáticamente a las pautas impuestas.

7.- Conflicto normativo: Entramos en él porque se incumplió una norma legal o social y por tanto, rompemos las reglas de juego. Hablamos de situaciones por ejemplo donde un trabajador no es puntual, cuando no sabemos que norma aplicar por ejemplo de un precio antigua de alquiler de una vivienda o cuando un deportista se salta las normas del juego.

8.- Conflicto de Expectativas: Surge porque no se cumplió o se frustró lo que uno esperaba del otro. Asi existe sentimientos de traición, frustración, deslealtad, perspectivas de fracaso o la necesidad de ajustarse a un rol concreto. Casos de competencia, probabilidad etc.

9.- Conflicto de inadaptación: Son momentos en los que disputamos porque cambiar las cosas de como creemos que debe ser, nos produce tensión. Hay problemas de identidad, socialización y de resistencia. Un cambio de trabajo o terminar una relación de pareja son ejemplos palpables de ello.

10.- Conflicto de información: disputamos por algo que se dijo o que no se dijo o en su caso, que se entendió de forma distinta. Secretos, mentiras, persuasiones, rumores, son ejemplos de ello. Gestos, posturas...

11.- Conflicto de intereses: El conflicto surge porque mis deseos o intereses son abiertamente contrapuestos a los tuyos. Existe muchas veces el dilema del regateo o de la elección oportuna. Necesitamos, ya que este es el más común, terminar con el problema para evitar costes o demostrar incluso que uno tenía razón ante los demás, salvando las apariencias.

12.- Conflicto atributivo: disputamos porque el otro no asume su responsabilidad o culpa en la situación plateada. Necesitamos buscar el porqué, buscar las intenciones y encontrar las causas. Por ejemplo cuando pensamos que el vecino ha roto la valla del jardín cuando no estábamos en la casa.

13.- Conflicto de incompatibilidad personal persistente: Disputamos porque habitualmente no nos entendemos con determinadas personas y existe cierto choque de personalidades. Existe una falta de empatía, desconfianza y fracaso de las expectativas, como por ejemplo el conflicto entre líderes de comités de empresa y dirección de la misma.

14.- Conflicto de inhibición: La disputa surge porque claramente le corresponde a otro la solución del problema. Existe miedo a un posible daño o percepción de un  peligro, como ocurre cuando a la abuela nadie quiere tenerla en casa bajo su cuidado o una mala noticia que no quiere darse.

15.- Conflicto de legitimación: Disputamos porque el otro no está legitimado para actuar como lo hace, lo ha hecho o pretende hacerlo. Un ejemplo sencillo sería, ¿puede la esposa de uno de los herederos intervenir en el reparto de una herencia frente a los hermanos de aquél?

16.- Conflicto de inequidad: La disputa surge porque sentimos la acción o conducta del otro o de los otros totalmente injusta. Existe dolor, indignación, insatisfacción y la necesidad de compartir una idea común de los justo y lo injusto. Un ejemplo común es el reparto de las tareas domésticas.

    Querido lector, espero que este glosario te ayude a entender las distintas vicisitudes que nos encontraremos en la gestión de los conflictos. Javier Alés










3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy importante identificar que tipo de conflicto estamos tratando,es la manera de enfocarse y poder llegar a un buen resultado

Paula Moreno dijo...

Tras la visualización de los textos anteriores, puedo decir que en mi opinión, en la actualidad cobra gran importancia el hecho de que cualquiera que sea la profesión, cuente con actualización digital, teniendo en cuenta que la profesión se siga desarrollando sin perder calidad. En cuanto a la mediación en concreto, vemos que es de suma importancia al realizarse de forma presencial el lenguaje corporal, con lo que podemos comunicar gran cantidad de detalles. Esto es un recurso muy exquisito que no podríamos aprovechar de forma digital. Además al realizar la práctica presencialmente, podemos notar mayor calidez a la hora de atender al cliente, brindándole un espacio más inmediato. Personalmente, creo que ambas opciones son buenas, tienen sus pros y contras, y de cada una de estas modalidades podemos aprovechar diferentes recursos, por lo que no creo que ninguna de estas formas deba excluirse, más bien debemos conocer a fondo qué ventajas y desventajas nos proporciona cada una para poder acudir a ellas en función de la circunstancia.

PATRICIA MILLANA LAFUENTE dijo...

Me parece muy importante tener en cuenta todos los tipos de conflictos que hay ya que para llevar a cabo una buena mediación tienes que saber diferenciarlos y saber cual es realmente el que tus clientes tienen para así poder partir de esa base y poder encontrar rápidamente una buena solución.