lunes, 3 de mayo de 2021

Los nudos que no se desatan solos

 

Los Nudos, que no se desatan solos.

Muchas veces decimos que somos valedores de la comunicación. Personas en conflicto, necesitan de nuestra traducción para poder encontrar puntos de acuerdo. Pero hoy os quiero hablar de las dificultades que nos encontramos. Esos Nudos, que, si no somos capaces de “desatarlos”, tampoco seremos capaces de reforzarlos.

Pero ¿Qué es un nudo para nosotros? Tengo un nudo en la garganta, otros hablan de un “nudo emocional” “no se, cómo usted va a deshacer este nudo”…

Un nudo es un lazo que puede apretarse y cerrarse de manera tal que, mientras más se tira de sus extremos, más se aprieta. Por lo general, resulta difícil que el nudo pueda desprenderse por sí mismo. Por ejemplo: “Voy a sujetar la lona con un nudo para evitar que se vuele”, “¿Me ayudas a abrir la bolsa? El vendedor cerró el nudo demasiado fuerte”, “Hace dos horas que estoy tratando de desatar este nudo y no puedo”. Son frases vulgares que oímos cada día, pero que a los mediadores nos lleva a viajar por los nudos que nos encontramos en el conflicto, ya que nuestra misión es tanto deshacer un nudo que impide que vean más allá de lo ocurrido, pero a su vez, elaborar un nuevo nudo que consiga que el acuerdo sea duradero.

Difícil tarea verdad

En otros ámbitos como en la náutica o el montañismo, los nudos son imprescindibles para garantizar la seguridad de las actividades y para evitar que se pierdan las cuerdas y por tanto sufrir imposibilidades en la navegación o la escalada.  

Siguiendo esta misma “literatura”, existen otros usos a los que utilizamos la palabra “nudo” , como por ejemplo la inflamación que se genera en determinados tendones o huesos por enfermedad o accidente; también el tronco del que salen las ramas de un árbol; o por ejemplo al mencionar los acontecimientos que anteceden al final en ciertos géneros de la literatura.

Podemos decir que los nudos se interpretan por tanto de varias maneras.

Para nuestro trabajo, podemos referirnos a la importancia de dar con la información necesaria, cuando en un conflicto necesitamos saber cual es el “nudo” que impide, la soltura de las versiones de cada parte; también podemos pensar en la importancia e las emociones cuando no se manifiestan porque muchas veces “el nudo” impide mostrarlas con claridad. En otras ocasiones podríamos hablar de la clave del problema, “el nudo del conflicto”. Y si me permitís, también valdría el nudo de la argumentación o la “velocidad” en las distintas sesiones de mediación, cuando ya vamos… “a velocidad de crucero”, medida de velocidad que se utiliza en la navegación por aire y por mar.

Y si nos referimos por ejemplo a “los nudos emocionales”, son aquellos que quien los sufre, impiden tener libertad de decisión, por cuanto suponen decepciones, bloqueos, falta de capacidad, por culpa de una “madeja mental”. Este tipo de nudo, supondrá, y hemos de estar preparados, que quien los sufre se encuentra anclado en el pasado y no es capaz de mirar más allá, su futuro, ahí debemos los mediadores ser capaces o de derivar a expertos o de saber desenlazar el mismo, porque la mayoría de las veces quien sufre un “nudo” intentará huir de lo ocurrido. Y para ello la única formula que existe es el análisis de lo ocurrido y la paciencia. Muchas veces hemos escrito ya sobre la paciencia, pero se antoja fundamental si queremos desenredarlo.

Aristóteles decía que “no se puede deshacer un nudo si no sabemos primero cómo está hecho”.

La psicología Gestalt, nos impulsa a trabajar la toma de conciencia sobre todo aquello que acontece en nuestro interior, impulsando a su vez un sentido auténtico de responsabilidad con nosotros mismos. Hacerles responsables en una mediación, de sus propias soluciones requiere una gran formación en este campo. Trabajemos por tanto el aquí y ahora, que nos ayudaran en todo momento a deshacerlo.

Y por último que os parece que me refiera al “nudo legal”. Ese que nos tiene en vilo, porque no sabemos bien interpretar una norma o en su caso, motivar o reflexionar sobre tal o cual cuestión. Yo siempre animo a los alumnos a profundizar en las exposiciones de motivos y los preámbulos de las normas. Allí donde el legislador expone cual fue su intención a la hora de provocar esa norma ya que, ello nos ayudará a entenderla y a valorar cual es el “espíritu de la ley”. No olvidemos nunca que los mediadores trabajamos, siempre dentro de la legalidad, en aquello que las partes entienden como lo más justo y equitativo.

Querido lector, no dejes nunca que un nudo te impida avanzar o que el mismo quede suelto a la hora de amarrar el resultado de tu trabajo. 


66 comentarios:

BLANCA MARTINEZ TORRES dijo...

Gracias maestro cuanto le aprendo si que es un tesoro todo lo que menciona y a su vez motivador, para ser una mejor persona a prepararme día con día a seguir aprendiendo de esto que me apasiona tanto que es la mediación.

Liliana andres marino dijo...

CREO QUE NO SIEMPRE LOS NUDOS LLEGAN A DESATARSE.PERO POR LO MENOS CON COLABORAR.ES DE SUMA IMPORTANCIA Y ALOMEJOR LOS HACEMOS DESCUBRIR DE DONDE VIENE ESOS NUDOS Y AFLORAN EN UNA MEDIACION.GRACIAS JAVIER POR TUS PERMANENTES EJEMPLOS.QUE NOS HACE RECAPACITAR

MªÁngeles Ramírez López dijo...

Es importante saber y reconocer que los "nudos" se pueden interpretar de muchas maneras dependiendo del contexto. De esta forma hay nudos que se pueden considerar positivos y otros negativos. Con respecto a los "nudos legales", vienen bien entenderlos porque se refieren al ámbito de la mediación, y por tanto, a como podemos interpretarlos.

Considero que los nudos más difíciles de encontrar y de interpretar en un conflicto son los "nudos emocionales" porque son más ambiguos y suponen un manejo mental que por parte del mediador no podría llegar a considerarlo como un conflicto entre dos personas. Es importante interpretarlos porque a través de estos nudos puedes identificar cómo puede llegar a sentirse esa persona, y por lo tanto, cómo piensa. Además, quien sufre este tipo de nudo puede anclarse en el pasado y no pensar más allá de lo que está ocurriendo en el presente.

Por último, me ha llamado la atención mencionar la psicología Gestalt, porque he comprendido que hace que podamos tener una toma de conciencia con lo que está ocurriendo en nuestro interior.

MªÁngeles Ramírez López

Loli Delgado Cosano dijo...

El título de este nuevo post: “los nudos que no se desatan solos” ya introduce la figura del mediador o mediadora dentro de la tarea de deshacer ese nudo. Esta semana hemos aprendido las fases generales que posee una mediación. A través de la visualización del vídeo y la explicación de la última clase, podemos encuadrar el nudo del problema en varias etapas. Concretamente, entiendo que se sitúan en dos etapas concretas;
En primer lugar: la fase de identificar el problema. ¿Qué es lo que la persona demanda, solicita y necesita de nosotros? Aquí seguramente conozcamos el nudo del asunto o al menos, haya pistas evidentes del problema central. La otra fase, se encuentra más adelante, en la recopilación de información. En esta etapa nos centraremos en los diversos aspectos que conforman el nudo del conflicto, que como bien has descrito, puede estar compuesto por nudos emocionales, nudos legales o siendo el nudo en sí mismo, el propio problema.

Contestando a su pregunta: ¿Cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?

Para mí un nudo difícil, más que por la complejidad del asunto, sería por el desconocimiento del mismo. Es decir, como dijimos en clase, para mí sería complicado mediar algún tema que no dominase. Personalmente, me gusta tenerlo todo bajo control, entonces si no estuviese equioarada de los conocimientos necesarios sobre alguna cuestión, necesitaría asesoramiento de compañeros y compañeras que sí que estén dotadas de las competencias propias para ser eficaces y eficientes. Recuerdo que dijo en clase que precisamente el no tener conocimiento o ser experta en un determinado tema, puede ser una baza a nuestro favor, pues nos mantendríamos imparciales. Aun así, me reafirmo en lo expuesto, no me sentiría segura en el proceso de negociación, al menos a día de hoy.








María Dolores Pacheco Romero dijo...

Después de haber leído esta entrada, me gustaría destacar varias ideas.

En el texto, la paciencia es mencionada como cualidad necesaria para desatar un nudo. Para mi, es una comparación muy acertada. Así como ocurre con los verdaderos nudos y cuerdas, los nudos de los conflictos, para ser desatados, necesitan paciencia, virtud que bajo mi punto de vista incluye, en el caso de la mediación, varios elementos. Por ejemplo, calma para escuchar todas las partes, análisis detenido del problema, filtraje exhaustivo de la información… Me gustaría añadir además, otro elemento que considero fundamental tanto en el plano metafórico como en el físico para desatar nudos: la “maña” o destreza. En busca de nuestra ayuda vendrán personas que han intentado desatar el nudo por sí mismas, y que necesitan alguien que con sus habilidades y destrezas, intente desatarlos. Opino que es la práctica y la experiencia la que nos hace diestros en cualquier disciplina, también en la mediación.
Respecto a la pregunta ¿cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto? para mi es claro; los “nudos legales” suponen, a priori, cierta dificultad por el desconocimiento de las normas y leyes. En mi opinión, la manera de resolverlo es clara: invirtiendo tiempo en el estudio y conocimiento del área, y trabajando en conjunto con personas expertas en el ámbito que puedan complementar y enriquecer nuestro trabajo.
María Dolores Pacheco Romero

Elena Herencia Aguilar dijo...

El presente artículo expone diversas concepciones de un concepto tan simple y tan cotidiano como un nudo. Personalmente destaco la frase de Aristóteles que aparece en el texto: “no se puede deshacer un nudo si no sabemos primero cómo está hecho”. Este relato invita a la reflexión en cuanto a los nudos emocionales, puesto que refuerza el papel de los profesionales de la psicología para atender al salud mental y emocional de la sociedad. En este sentido, todos creemos conocernos a la perfección; sin embargo, cuando nos encontramos en momentos difíciles descubrimos que experimentamos ciertas emociones inesperadas y completamente normales que no sabemos cómo gestionar y que nos generan un nudo emocional. En ocasiones, podremos desatar este nudo por nosotros mismos, mientras que en otras ocasiones debemos recurrir a estos profesionales que nos ayuden a conocer este nudo para que podamos desatarlo.

Por otro lado, el nudo entendido como un conflicto es altamente útil para la profesión de la mediación. En este sentido, el profesional indaga en la composición de ese nudo a través de la radiografía inicial, ayudando a las partes a encontrar la mejor alternativa posible para ambos.

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, la clave para solventar los nudos negativos radica en conocer su composición y optar por los profesionales adecuados, en caso de ser necesarios.

Elena Herencia Aguilar

Mercedes Sánchez Cumplido dijo...

Es muy importante que como mediadores les facilitemos a las partes encontrar puntos de acuerdo. Pero no todo es un camino de rosas, sino que es inevitable no encontrarnos con dificultades, dificultades que tenemos que solucionar, ya que si no será imposible su refuerzo.

Estas dificultades las representamos simbólicamente a través de los nudos. Un nudo se puede tanto aflojar como apretar, y eso tenemos que hacer los mediadores en la mediación: deshacerlo cuando sean incapaces de ver más allá los sujetos y apretarlo cuando conseguimos un acuerdo, para que este dure lo máximo posible.

En mi opinión, un nudo muy importante y que dificulta bastante la mediación sería el rencor de un sujeto hacia el otro o incluso de ambos. No es bueno que los sujetos sientan rencor hacia el otro, ya que obstaculiza el llegar a una solución pacífica, a un acuerdo mutuo. El rencor es algo que te ciega, que no te deja ver las cosas con claridad, si no que hace que veas las cosas desde el enfado, desde el asco; que tengas una negativa versión de lo que realmente está ocurriendo. Son unas gafas que nos impiden tener una visión clara de la situación y que tenemos que hacer que los sujetos se desprendan de ellas lo antes posible.

Una vez que este enorme nudo llamado rencor desparece, será más fácil llegar a un acuerdo debido a que pensarán con tranquilidad y en el bien común. Es necesario que dejen el rencor a un lado, que no se anclen en el pasado, si no que piensen en lo mejor para su futuro. Hay que investigar sobre el origen de ese nudo del rencor y trabajar sobre él, y, en el momento que los sujetos se desprendan de él, conseguiremos llevar a cabo una mediación efectiva.

Fátima Álvarez Carrascal dijo...


“La reflexión calmada y tranquila desenreda todos los nudos”- Harold McMillan

No hay que enfocarse tanto en el problema en sí, debemos entender el origen del conflicto y como este ha emergido. El final de diferentes circunstancias que han creado el problema bien por la incomprensión por ambas partes o por la intolerancia se puede llegar a solucionar con ayuda de la paciencia como cualidad.

Siempre hay alguna forma de darle la vuelta a los problemas. Con ayuda de la creatividad e invirtiendo tiempo en nuestra área de conocimiento enriqueceremos las soluciones. La práctica y la experiencia son las que nos habilitan en cualquier disciplina, así como en la mediación.

No debemos tensar la cuerda para "ver" qué hay ya que solo extenderíamos más el problema. Debemos ir aflojando la cuerda para que ella misma nos muestre sus lazos superpuestos que se tensionan entre sí y así, poder ayudar a liberar el problema.

Destensar, ceder, soltar son herramientas fundamentales a la hora de referirnos a la gestión de conflictos.

Fernando Moyano Moreno dijo...

Nuestras vidas, están repletas de situaciones y momentos que se podrían comparar con los nudos tal y como menciona el texto. Como menciona en el artículo, los nudos a su vez tienen muchas utilidades dependiendo del campo en el que se apliquen.
Me gustaría destacar la importancia de la información pues como seguramente todos hayamos experimentado en algún momento, en cualquier tipo de nudo que hayamos podido vivir, la falta de los detalles pueden incluso apretar más ese nudo, haciendo mas difícil deshacerlo. El papel de la mediación para deshacer estos nudos, me recuerda a cuando de pequeños cuando estábamos jugando y se nos liaban los cables del juego. Empezábamos a tirar y tirar hasta que hacíamos un nudo cada vez mas difícil de deshacer, y hasta que no acudíamos a la ayuda de nuestros padres y nuestras madres no lo desahaciamos. Pues para mí la mediación, tiene un papel imprescindible a la hora de dar esas “instrucciones” para llegar a deshacer esos nudos.

Por otro lado, me gustaría mencionar que en ocasiones, nos pensamos que todos los nudos son igual de simples o complejos y creemos que somos capaces de deshacerlos fácilmente, hasta que aparecen nudos mucho mas complejos. Como el texto mención diferentes tipos de nudos, me gustaría introducir que existen nudos por ejemplo, en el mundo de la equitación que aparentemente son igual que al resto de nudos y sin embargo, su mecanismo de funcionamiento es muy interesante. Esos nudos están realizados de tal manera que s tiras por el extremo del caballo, el nudo se aprieta, pero sin embargo si estiras por el extremo contrario de la cuerda, el que sujeta el jinete, ese nudo se desata rápidamente para evitar hacer daño tanto al caballo como a la persona. Este tipo de nudos como muchos otros reflejan que cuando no conocemos la técnica o el origen de ese nudo, tratar de solucionarlo sin paciencia, o calma o exactitud, puede no solo no deshacer esos nudos sino complicarlos y hacerlos más indestructibles. Es decir, un nudo no se llega a desenredar con fuerza como podríamos pensar, sino con PACIENCIA y DEDICACIÓN.

Por ultimo me gustaría reflexionar, tras leer todos los ejemplos de nudos que se mencionan, que para mí, cualquier nudo del que no tenga información, o practica me puede resultar de gran complejidad. Por ello, quizás los nudos que más me resultan difíciles sean aquellos de aspectos que se salgan de mi ámbito de estudio y aun así dentro de este ámbito habrá nudos que cuente con mayor o menor complejidad.

Me ha resultado muy interesante y muy útil este texto, sobretodo para dejarnos interpretarlo desde los conocimientos que estamos adquiriendo en la asignatura.

Carmen Feria Portero dijo...

Tras la lectura, me gusta comentar que los nudos están en nuestra vida casi habitualmente, siempre tenemos una preocupación en nuestra cabeza, o algún acontecimiento que nos provoca ansiedad o tristeza, también nuestras propias limitaciones e inseguridades que nos llevan a apretar e nudo cada vez más fuerte, pero la solución no es seguir aparentando el nudo o dejarlo ahí, siempre hay una ayuda como por ejemplo en el ámbito de la mediación, que se dedica continuamente a deshacer nudos que las personas no son capaces de quitar por sí mismas. Es muy importante localizar los nudos y buscar ayuda de un profesional para desatarlos, ya que esto te devolverá la tranquilidad perdida, y en el caso de la mediación, también empatizar, ya que te das cuenta que en un conflicto no solo tú tienes ese nudo, sino que la otra parte también, por lo tanto cambias tu perspectiva de las cosas. Pienso que el empatizar con alguien que creías que llegar a mediar sería imposible y consigues hacerlo, demuestra una parte muy intrínseca del significado y trabajo de la mediación.

Paula Paya Bellido dijo...

Como ya ha comentado en el blog, los nudos se encuentran en todos los aspectos de la vida, ya sea un nudo emocional o un nudo físico. La gran mayoría de las personas, por no decir todas, han tenido un nudo emocional, como bien solemos llamar "un nudo en la garganta" cuando no podemos hablar por cualquier situación, ya sea por nerviosismo, tristeza o rabia. Es importante localizar los nudos emocionales, por qué se producen, cuál es la emoción que hace que aparezca ese nudo, para así poder desliar ese nudo que nos impide realizar una acción o la comunicación verbal.

Por tanto, el trabajo del/a mediador/a es desliar ese nudo entre las personas que tienen el conflicto, para así poder ayudarlas y solventar el problema para poder llegar a un acuerdo entre ambas partes.

Manuel de Luque Íñigo dijo...

Para mí, los nudos más difíciles que podré encontrarme en mi futuro laboral son aquellos que se crearon hace tiempo, que se intentaron esquivar o resolver con leves esfuerzos, quedando ocultos de forma que terminaron endureciendose y que, por ende, resultará más complicado desatarlos, a veces, casi imposible.

Algunos de los nudos que considero que pueden entorpecer con creces una mediación o el correcto desarrollo de cualquier relación satisfactoria son, entre otros: la culpa, el rencor, la envidia, la desconfianza, la venganza, los celos, la decepción, la traición, las faltas de respeto, las humillaciones, etc.

Dichos nudos, deben ser trabajados, es decir, requieren de un esfuerzo bidireccional por parte de las personas que se sitúan en ambos extremos de la cuerda que los contiene. Ese esfuerzo implica la existencia de una comunicación asertiva, una comunicación que haga visibles los nudos del pasado o, en su caso, los que se estén manifestando en el presente. Una vez que se hayan hecho visibles, deberá existir cooperación, empatía e interés por parte de los implicados, pero también esfuerzo y PACIENCIA, dado que los nudos que fueron endurecidos con el paso del tiempo, también requerirán de un proceso minucioso de desenlace.

Manuel Cabezas dijo...

Es cierto que en nuestra vida nos sometemos constantemente a numerosos "nudos", los cuales muchas veces nos impiden continuar o suponen un elemento que nos dificulta continuar el camino. A veces, estos nudos nos lo creamos nosotros mismos, resultan inevitables. Por ello, como bien destaca el artículo, resulta de gran importancia identificar el origen del nudo, cómo se ha hecho, y a partir de ahí, encontrar la manera de resolverlo o soltarlo.

Por otro lado, también cabe destacar que en otras ocasiones no llegamos a ver el origen del nudo y nos parece imposible el poder soltarlo. Ahí entraría en juego el papel de un profesional, en este caso el mediador, aunque se podría tratar de distintos ámbitos, como el de la psicología o el ámbito legal, dependiendo de la naturaleza del nudo. Concretamente en el caso de la psicología, hablando de nudos emocionales, mucha gente no es consciente de los problemas que tienen y tratan de quitarle importancia, cuando este "nudo" tiene claramente un peso que dificulta y afecta a la persona en su día a día.

Me ha resultado muy interesante este artículo y como idea fundamental me quedo con que tenemos que encontrar la manera de resolver nuestros problemas, desenlazar estos nudos que tanto nos perjudican y que muchas veces no somos capaces de solucionar, ¡Gracias Javier!.

Lucía López Gallego dijo...

Como bien se ha tratado en el artículo, podemos encontrar varios nudos en el mundo de la mediación y debemos de tener claro con qué nudo vamos a trabajar y cómo afecta a la resolución del conflicto.
Ante la pregunta planteada sobre cuál considero que podría ser el nudo más difícil de tratar, opino que los nudos emocionales, los cuales arrastran sentimientos como dolor, decepción, engaño...son los más complicados. Ya que en numerosas ocasiones no tienen una solución tangible y solo valdría un simple perdón, haciendo que nuestros clientes dejen a un lado el rencor y estrechen de nuevo nudos estables y positivos entre ellos o al menos, aflojando ese nudo que provocaba el conflicto entre ambas partes.
Por último me parece interesante resaltar una de las frases célebres de Aristóteles “No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”, una frase que define a la perfección algunos pasos de la mediación, planteando que debemos entender bien el problema, escuchar a las partes y recopilar el máximo de información posible acerca del conflicto planteado, para así llegar a presentar las mejores opciones y herramientas para desatar y aflojar ese nudo entre las partes.
Lucía López Gallego

Antonio Felipe Priego Fernández dijo...

Si algo me ha gustado en este post, ha sido el acuñamiento del termino"traductor", porque sí vamos a encontrar nudos a lo largo de nuestro devenir profesional, pero el papel del todo profesional en mediación creo que ha de saber deshacer y rehacer nudos, nudos que al igual que en la escalada sean de seguridad, de modo que como buenos traductores un buen mediador ha de saber transformar un nudo en un compromiso. Tanto la palabra nudo como compromiso en una de sus acepciones comparten el carácter de preservar o aunar algo.

Todo depende de perspectiva, bien la Gestalt afirma que la percepción es la suma de todos los estímulos, y que esta última es diferente a la percepción de cada uno de los estímulos que la componen de forma individual.

Por tanto, los nudos mas difícil de deshacer en la mediación son aquellos que están sometidos a intereses propios y escondidos, como si de un bien superior de tratase. Desde un punto de vista dominado por el ego.
He aquí la labor de la mediación, podríamos decir que un buen mediador es aquel traductor que estudió Gestalt, y es capaz de mostrar/traducir que hay intereses comunes superiores a los propios, que mediante el acuerdo (la palabra) se puede conseguir algo más de lo que en un principio pudimos plantearnearnos inicialmente sin necesidad de que la otra parte salga perdedora.

Al comienzo de una negociación nadie quiere enseñar sus cartas por miedo al rival, nadie quiere desvelar su BATNA (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado), pero no podemos permitir que nuestros clientes se encierren en su nudo (propuesta) inicial, porque quien sabe, si nos sentamos a tender puentes y derribar muros...

Como dirían los ingleses, esto podría ser un Win-Win!


Antonio Felipe Priego Fernández.

Lydia Luengo Méndez dijo...

Como bien se habla en este post, la paciencia es un elemento clave, ya sea para un mediador o para cualquier profesional. En este caso, la paciencia juega un papel importante cuando se habla de ese "nudo" que impide avanzar, en este sentido, con una mediación. Hay veces en las que ese "nudo", es muy complicado de eliminarlo ya que la parte implicada no da su brazo a torcer debido a X cuestión. Cuando esto sucede, hay que centrarse en cual es la raíz del problema y como solventarla, de alguna manera, para poder luchar contra el nudo y hacerla a su debido tiempo, no podemos forzar nada.

Otro aspecto importante para ello es la empatía. La empatía nos ayuda a que una vez comentado ese problema e identificar que es lo que impide que se siga con la mediación, la persona implicada, o ambas, se sientan escuchadas y comprendidas para que a partir de esa escucha activa y de esa comprensión se pueda agilizar el proceso.

En conclusión, esos nudos necesitan de nuestra ayuda y colaboración para que sean desatados. No importan el tiempo que se invierta en ello, la finalidad es que ambas partes consideren que ya no existe y que no sea un impedimento para poder continuar con lo que de verdad les preocupa.

María Villa-Zevallos Luque dijo...

A la hora de deshacer los nudos que se crean en las relaciones humanas es imprescindible llegar a entender cómo aparecieron. En las sesiones de mediación podemos encontrarnos con personas que sean más abiertas y no tengan problemas en indagar en la base del problema que les ha llegado al punto en el que se encuentran en ese momento; o simplemente que tengan mayor facilidad para discernir y expresar emociones; pero también pueden darse casos en los que las personas que acudan a mediación no tengan muy claro por qué lo hacen, puede que porque estén tan acostumbrados a vivir con un "nudo emocional", que incluso desconozcan la existencia del mismo, o no le den la importancia que merece.

Es por ello que los profesionales de la mediación deben ser capaces de adaptarse a cada conflicto y a cada cliente, desarrollando formas creativas de acercarse a aquellos que están más cerrados en banda, y una vez hemos conseguido que comiencen a implicarse en la resolución del conflicto, dotarlos de herramientas para que, con la ayuda del mediador, sean capaces de aportar y valorar posibles soluciones a dicho conflicto.

Alba Molleja Ocaña dijo...

Mientras leía este post me ha venido muy claramente a la cabeza la imagen de los personajes del conflicto. Al imaginarlo, he visto el nudo como el problema entre las partes, y a su vez a cada una de estas tirando de cada extremo para hacerlo más fuerte, y a su vez, más difícil de deshacer. Aquí entra el papel del mediador, que más que tener que encargarse por sí mismo de deshacer en nudo del problema, diría que debe orientar a los enfrentados a resolverlo por sí mismos, deshacerlo y forjar otro nudo, pero en este caso que los una y no que los separe. Aunque claro, nadie dijo que esto sería una tarea fácil de realizar.

Existen muchos tipos de nudos, unos más fáciles y otros más difíciles de desatar, y desde mi punto de vista creo que los más complicados serían los nudos emocionales. Los seres humanos somos pasionales por naturaleza, y es recurrente que nos dejemos llevar por nuestras emociones y por el calor del momento. Una vez que escogemos nuestra postura, por culpa de nuestro orgullo o de nuestro sentimiento de amor propio, no hay quien nos mueva de ahí, ni siquiera la razón. Por ello, requiere más esfuerzo para el mediador abrirse paso entre tantas emociones, ahondar en ellas y buscar la forma de que los implicados pongan de su parte para encontrar una solución. De hecho, a veces los nudos son tan fuertes o las personas están tan cerradas ante la idea de resolver el conflicto que no hay forma de desatarlos.

Alba Molleja Ocaña.

Anónimo dijo...

Me gusta mucho que la palabra “nudo” tenga tantos significados y tan dispares entre ellos. Los nudos son algo difícil de tratar y cada nudo tiene un especialista. Quien tenga un nudo en la garganta o en el pecho, quizá quien puede deshacerlo sea un psicólogo; quien tenga un nudo en la espalda, irá al fisioterapeuta; quien tenga un nudo en un collar, será útil un joyero, y así con todo. Cuando tenemos un nudo, o cuando se nos enredan los cascos al sacarlos del bolsillo, tenemos que pararnos bien a analizar cómo se han ido entrelazando las cuerdas o los cables para ir tirando de uno en uno despacio. Cuanto más tiramos más se enredan. Es lo que dice la frase “más vale maña que fuerza” . En la mediación creo que ocurre igual. A veces hay nudos mal hechos que no son capaces de aguantar el peso de una relación o un conflicto, y otras veces unos nudos son tan fuertes que alguien tiene que intervenir para desatarlo. Como mediadores, tendremos que identificar qué tipo de nudo tienen las personas cuando acuden a nosotros y hacerles llegar a un punto en el que el nudo sea limpio y sostenga todo lo que se venga por delante.

Carmen Cosano Navas.

Elena Tello Luque dijo...

Me gustaría comenzar la reflexión haciendo hincapié en la importancia que presenta la comunicación en la mediación, ya que como mediadores, esta es imprescindible para poner fin a cualquier adversidad que nos encontramos por el camino. A través de la comunicación y de la mediación, aquellos nudos que se forman a partir de un conflicto, pueden ser desatados con la intervención del mediador. Sin embargo, antes de comenzar con la intervención para poner fin al nudo, es primordial conocer el origen de este, las emociones que este conlleva, y la perspectiva que la/s persona/s puede tener en relación a este.

Los nudos pueden provocar en la persona la pérdida de vivacidad, dificultar el desarrollo de su vida y la aparición de una dependencia, donde todo lo que le rodea gira entorno a este nudo. Un nudo funciona como una obstrucción en la vida de la persona, provocando que esta se encuentre anclada en el pasado. De esta forma, el papel de la psicología y de la mediación es esencial para desenredar estos nudos, ya que los profesionales de estas ramas proporcionan instrucciones y medios para avanzar, dejando atrás las emociones y preocupaciones que estos generan.

Para hacer posible este avance, es indispensable la presencia de la paciencia, ya que se trata de un proceso que conlleva un determinado tiempo. De esta forma, poco a poco vamos resolviendo los desafíos que los nudos conllevan, desenredando cada vuelta, eliminando la tensión que estas vueltas provocan, así volviendo a su estado natural.

Por último, respondiendo a la pregunta ¿cuales serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?, desde mi punto de vista, sería el nudo emocional, ya que las emociones dan lugar a unos pensamientos, y viceversa, provocando, a la vez, un impacto en nuestra fisiología. De esta forma, las emociones son lo más difícil de controlar y lo que más repercusión presenta en nuestras vidas, por lo que una alteración en nuestras emociones, provoca una alteración general en nuestra existencia. Un nudo emocional paraliza, bloquea e incapacita a la persona, desencadenando en ella miedo, ansiedad y sufrimiento constante.

Elena Tello Luque

Blanca Vázquez de la Torre Orta dijo...

¿Cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?

En mi opinión, existen muchísimos tipos de nudos que te puedes encontrar en un conflicto, algunos más difíciles de ver y mediar que otros, sin embargo, de los mencionados en la lectura, los nudos mas difíciles para mi serian los emocionales, las emociones tienen un control en nuestra vida muchas veces más alto de lo que nos gustaría y son muy difíciles de trabajar si no se tiene mucha experiencia, o incluso como se dice, sería recomendable derivar a otro profesional, para que le ayude a trabajar esa parte, y así ya poder mediar el conflicto principal.

Otro tipo de nudo que podrían generar dificultades a la hora de mediar, sería el odio y resentimiento que puedan sentir las partes entre ellas, ya que hasta que no se resuelvan ese tipo de nudos, no se puede avanzar hacia ningún lado. En general, es primordial encontrar todos aquellos nudos que puedan generar complicaciones en el camino de la mediación, y resolverlos cuanto antes para llegar a la solución mas beneficiosa para ambas partes.

Carmen Núñez Moyano dijo...

Para comenzar, me gustaría destacar que me ha gustado mucho la metáfora que se ha usado en el texto para explicar lo que es la mediación a través de un nudo, porque como bien dice, si ambas partes siguen tirando para un extremo cada una, el nudo se hará cada vez más fuerte, y lo que tiene que hacer el mediador es ayudar a que ambas partes se vaya posicionando en el medio de la cuerda, para que el nudo se afloje y sea más fácil deshacerlo.
Respondiendo a la pregunta que se nos plantea sobre los nudos que sería más difícil deshacer, desde mi punto de vista, es el nudo emocional, porque las emociones son respuestas que provoca nuestro cuerpo a situaciones que se van desencadenando. Además, las emociones son automáticas, es decir, que nosotros no podemos decidir las emociones que nos surgen. Por lo tanto, para el mediador, va a ser muy difícil deshacer estos nudos, ya que las emociones bloquean a las personas y no las dejan avanzar.

Tania María Pérez Serrato dijo...

En primer lugar, cabe mencionar la importancia de lo que el artículo nos muestra. Me parece de una gran relevancia el tema en el cual se centra el mismo, tratando de sensibilizarnos ante aquello que puede hacer que un conflicto, en el cual debemos de mediar, se nos bloquee o sea difícil el ayudar a encontrar una forma de resolverlo. He entendido "los nudos" como aquellos obstáculos con los que nos vamos a topar a la hora de trabajar como mediadores, y es que algunos están ligados tan fuerte, que por mucho que se trabaje por desatarlos, posiblemente nunca lo consigamos. Existirán otros que finalmente consigamos desatar, al igual que los cuales se liberaran sin nuestra ayuda, pero lo que más claro me ha quedado de este artículo, es que para que un nudo se desate, se necesita del compromiso de las personas que forman parte de él. Por tanto, a la pregunta que me surge de qué debe de pasar para que un "nudo" (conflicto) nunca se "desate" (resuelva), posiblemente la respuesta sea que las personas implicadas no quieran que esto ocurra.

En segundo lugar, tratando de dar respuesta a la pregunta que se ha propuesto, pienso que difícilmente entre mediadores se pueda llegar a un consenso de cuales son los nudos más difíciles de desatar, ya que esto posiblemente tenga mucho que ver con las características personales de cada mediador, así como con lo que he mencionado en el párrafo anterior, el compromiso de las personas implicadas. Por tanto, desde mi opinión personal, creo que los nudos que para mi serían más difíciles de desatar son aquellos que están compuesto por personas cuyos volcanes (aquellos mencionados en artículos anteriores), aun no han dejado de expulsar lava, y por tanto se necesita de paciencia y tiempo, para poder trabajar sobre ellos.

Cristina Rodríguez Blanco dijo...

Una lectura muy interesante, ya que, como menciona el texto, los nudos están presentes en diferentes contextos a lo largo de la vida, pero en el ámbito de la mediación, hace referencia al centro del conflicto. El nudo está formado por dos posiciones, y conforme más se tire de ellas, más fuerte es el nudo, más difícil de desatar, y más fuerte será el conflicto.
Es importante ser consciente, como dice la lectura, de los pensamientos, las emociones, y el estado interno de cada uno, para conocer los factores donde podemos ceder para aflojar el nudo al que nos enfrentamos.
Ser empáticos es algo primordial, puesto que ambas partes deben entender cómo se formó el nudo, para poder deshacerlo, tarea que nos corresponde como mediadores.

Sara Madueño dijo...

El título de este post “los nudos que no se desatan solos” ya nos incita a reflexionar sobre la figura del mediador/a y su decisivo papel en la ardua tarea de desatar un “nudo” o apretarlo, en otras ocasiones.
Como siempre, me resultan muy curiosas las analogías que realiza sobre conceptos de la vida cotidiana y conceptos que nos encontramos en nuestro trabajo como mediadores de conflictos. Y es que un nudo, entendiéndose de diversas maneras, puede suponer una forma de conflicto o de reforzamiento de la solución.

Como dijo Aristóteles, es fundamental saber como se ha hecho el nudo para poder desatarlo, y esto me lleva a pensar en lo tratado ya en la asignatura, siendo una de las primeras fases de la mediación la identificación del problema en sí, viendo que se quiere de nosotros, qué se espera solucionar, quién demanda la ayuda, etc., seguida de otra fase conocida como la recopilación de la información, de aquellos elementos claves que conforman el nudo…
Por lo tanto, equiparar un nudo al problema que intentamos ayudar a solucionar me parece una forma muy correcta de comparar lo que nos encontramos día a día.

Por último, y contestando a su pregunta sobre qué clase de nudo considero el más complicado de solucionar, le diría que aquel que implique un aspecto emocional, pues aquí entran en juego muchos otros factores que siempre complican la tarea de mediación.

Paula Gavilán López dijo...

En esta publicación se entienden los nudos como el problema que surge entre dos o más personas, es decir, el objeto de trabajo del mediador.
Se plantea la cuestión de identificar aquellos nudos que presentan una mayor dificultad a la hora de su resolución.

Tras la reflexión, he determinado que los nudos que más se cierran son aquellos en los que se involucra la sentimentalidad de los individuos presentes. Esto se debe a que el ser humano puede cerrarse con una tremenda facilidad ante aquellas situaciones que dejen al descubierto emociones extremas como la tristeza o el amor.
Es por ello, que el mediador debe conocer los nudos y la probabilidad de provocar que no se deshaga, sino que se cierre. Sin embargo, con esta idea no se promueve el no trabajar sobre la emocionalidad, sino que el mediador la reconozca y utilice un acercamiento desde la empatía y la comprensión, que permita al individuo ir destensando el nudo interior.

Anónimo dijo...

La frase reflejada por Aristoteles es un reflejo creo yo de la mediación la mejor forma de solucionar algo es mirando como llegamos, problemas y conflictos que nos han liado en dicho nudo. Los nudos nos impiden avanzar y nos atan al pasado, pero ¿Qué nudos son los más difíciles?. Para cada persona cada uno puede significar un mundo creo yo, lo que para nosotros es una nimiedad para otros lo es todo. Abra nudos más o menos fáciles, con más o menos cuerdas (entiéndase cuerdas por actores) pero creo que en nuestro trabajo habría que tratarse todos los nudos como algo único y con la misma importancia.

Fernando Niño

Paula Vázquez Portillo dijo...

Tras esta lectura y ver todas que un simple concepto como es el de ‘’nudo’’ se puede utilizar de tantas formas diferentes, me gustaría destacar algunas partes del texto que me han hecho reflexionar un poco más acerca de este tema.

Me gustaría, primero de todo, destacar la importancia que tienen para nosotros conocer los nudos que están impidiendo que un conflicto se resuelva. Muchas veces, ese nudo es el que nos va a dar la información de qué es lo que realmente está pasando en el conflicto y que es aquello que esta impidiendo que se resuelva.

Respondiendo a la pregunta planteada, para mi, los nudos más difíciles que nos podríamos encontrar son los nudos emocionales. En algunas ocasiones, las personas llevan tanto tiempo con ese nudo, que pueden complicar nuestro trabajo. Esos nudos, a veces, se representan en modo de rencor, celos, tristeza, decepción…Está en nuestra mano, junto con las partes afectadas, trabajar poco a poco para que esos nudos se vayan deshaciendo. Por ello, también me gustaría destacar la frase de Aristóteles, la cuál define muy bien la labor de los mediadores: ‘’No se puede deshacer un nudo si no sabemos como está hecho’’. A veces, tenemos que conocer, antes de intentar deshacer ese nudo, qué pasó para que ese nudo se formase, escuchar cómo se sienten ambas partes y qué es lo que quieren conseguir, y una vez que sepamos todo eso, empezar a trabajar con ellos y empezar a deshacer ese nudo.

Por último, me gustaría destacar la paciencia. En determinadas ocasiones, queremos deshacer un nudo muy rápido y esperamos que todo sea lo más rápido posible. Desde mi punto de vista, los problemas requieren de un proceso en el que poco a poco se vaya descomponiendo y cada vez sea más ‘’flojo’’ el nudo hasta que desaparezca, pero esto requiere de tiempo, dedicación y sobre todo, interés por ambas partes.

sara dijo...

En este artículo me vuelve a parecer atrayente la relación simbólica que se hace en este caso entre el concepto de nudo y el papel del mediador para deshacer los nudos que se reflejan en los conflictos al igual que elaborar nuevos nudos para llegar a un acuerdo consolidado por ambas partes. Como aborda el artículo es relevante darle importancia a estos nudos que se desencadenan en cualquier problema y obtener la información necesaria de porque se originaron, siendo de vital importancia encontrarlos ya que pueden ser el problema de clave de que las personas implicadas en el conflicto no muestren sus emociones con claridad.

Por otro lado, me gustaría destacar la frase que dijo Aristóteles “no se puede deshacer un nudo si no sabemos cómo está hecho”. Esto me hace reflexionar que la figura del mediador es fundamental ya que debemos estar preparados para exponernos a estas situaciones en las cuales la persona tenga un nudo emocional y sea incapaz de cambiar la perspectiva de sus acciones, ni de avanzar a un futuro y que su única vía de escape sea en este caso la evitación de la resolución del conflicto. Por lo tanto, es crucial realizar una buena radiografía del conflicto, identificar esos nudos que no dejan avanzar a la persona y tener paciencia para poder descomponerlos y elaborar nuevos nudos basados en la solución al problema que los ha originado.

Por último, respondiendo a la pregunta acerca de que nudo me resulta más difícil de deshacer sería el emocional, ya que las emociones son respuestas que van de la mano de nuestra personalidad la cual vamos amoldando desde pequeños y dependiendo de las experiencias de nuestra vida. En este caso, destaco que una cualidad importante que debería de tener un mediador sería la prudencia.

Sara Díaz Cuello.

Ana Hernández Sanz dijo...

¿Cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?
En relación a la labor de deshacer un nudo que impide la resolución o acuerdo y atar otro que siente bases o principios estables, podemos encontrar dos tipos de dificultades: nudos que impiden la flexibilidad de las posturas de las partes implicadas en un conflicto y la exhibición de las emociones propias en relación al asunto. Pues bien, desde mi punto de vista uno de los nudos que más debemos trabajar y podremos encontrar en un conflicto es una emoción, concretamente, el miedo, pues este impide la resolución de las partes. El miedo es una respuesta emocional que prepara al organismo frente a un posible peligro y cuya tendencia de acción es la huida, pero dichos peligros no siempre son racionales y, en situaciones como la mediación, a veces, es difícil controlar el miedo ante la incertidumbre de determinadas situaciones y, otras veces, sentimos miedo ante la posibilidad de abrirnos y/o mostrarnos a la otra parte. Por ello, el miedo incide en los resultados de la mediación.
Como bien se menciona en el presente post, los actuales y futuros mediadores deben trabajar los nudos en el aquí y ahora consiguiendo que las partes tomen consciencia de los eventos que ocurren, tanto internos como externos.

Elena Cano Ríos dijo...

Los “nudos” como se expone en artículo, pueden tener muchos significados, y, por lo tanto, estar presentes en nuestra vida de una forma u otra. En cuanto a la mediación puede tratarse de un término que se pueda entender como algo negativo, es decir, una situación difícil de manejar.
Para mi, los nudos serían aquellos que se crean con el tiempo arrastrando algo y por lo tanto, hay algunos que cuantos más grandes sean mas difíciles serán de quitar.
Por ello, hay que trabajarlo cuanto antes para evitar que nos dificulte avanzar en la mediación, tantos nosotros como mediadores como las personas que tienen este problema.
También los nudos podrían aparecer de forma repentina, llevándolo al ámbito de la mediación podría ser como cuando de repente surge un problema en el proceso y no te encuentras a gusto. En muchas ocasiones encontrar el núcleo del nudo puede resultar complicado, y por ello, hay que trata de buscar la forma de buscarlo pues puede servirnos de gran ayuda que las partes interesadas en la mediación entiendan cual ha sido el inicio de este conflicto. Por lo tanto, los nudos deben ser eliminados lo antes posible para ayudar tanto a la resolución del conflicto como en el proceso.

Pilar Insignares dijo...

En esta nueva entrada de blog el autor destaca la importancia de los “nudos” que nos podemos encontrar en un posible conflicto. Cabe destacar la frase del filósofo Aristóteles, el cual afirma y cito textualmente: “no se puede deshacer un nudo si no sabemos primero cómo está hecho. Pues efectivamente como ya se sabía hace años, el primer paso para poder empezar a deshacer un “nudo” es saber el porque se llego a hacer. En este momento es importante la figura del profesional del psicólogo, el cual no puede ayudar y orientar a deshacer ese nudo y averiguar las causas las cuales ayudaron a formarlo.
Por otro lado, otro concepto de nudo dentro del conflicto recae para la profesión de mediación. La persona encargada de mediar debe de intentar deshacer ese nudo entre las partes protagonistas, mediante una radiografía inicial y sobre todo con la colaboración de las dos partes.
Respondiendo a la siguiente cuestión: ¿cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?
Creo que ante esta cuestión de manera personal los nudos más difíciles de deshacer personalmente serian los nudos legales. Debido a que son nudos más rígidos los cuales siempre será necesario la aceptación de las dos partes lo cual a veces puede llegar a ser algo complicado.

Pilar Insignares Rodríguez

Blanca Lozano Estefani. dijo...

En nuestras vidas cotidianas nos encontramos con situaciones en las que los nudos están muy presentes. Como se menciona en el texto, los nudos tienen diferentes interpretaciones. Muchos de nosotros hemos experimentado en algún momento ese “nudo en la garganta”, por diferentes razones.

Los nudos pueden ser complicados de deshacer, por, ello en muchas ocasiones la cuerda se tensa e incluso puede llegar a romperse. En Mediación, pretendemos conseguir acuerdos entre las partes que sean duraderos, viendo más allá del problema y del nudo. Para ello, es de gran importancia la paciencia y la calma ya que, es necesario la cooperación y la buena comprensión del problema. Muchas veces, es mejor hacer las cosas con calma ya que pueden tener un mejor resultado que si se hace rápido y sin una buena reflexión.

Respondiendo a la pregunta planteada, desde mi punto de vista, los nudos más difíciles de deshacer serían los nudos emocionales. Estos en ocasiones, desencadenan dolor, celos, egoísmo, tristeza… Es difícil trabajar con personas que se encuentran en esa situación. Por ello, como he explicado anteriormente, creo que es necesario la tranquilidad y la calma para que el profesional pueda actuar de la mejor forma posible.

Blanca Lozano Estefani

Carlota Pereira Parra dijo...

Resulta una paradoja interesante en cuanto al trabajo del mediador. En muchas ocasiones, y en mi opinión, nos encontramos con nudos difíciles de resolver, como son aquellos “nudos emocionales”, ya que en el momento de la primera consulta, al igual que ocurre también en el ámbito de la psicología, las personas no están dispuestas a desatar. Es, en ese mismo instante, en el que el mediador con cautela, y haciendo uso de los recursos de los que dispone, debe integrarse en lo que acontece al usuario para desatar ese nudo que le arraiga a sus creencias emocionales; y es sólo una vez, a partir de aquí, cuando podremos elaborar otro nudo de acuerdo con la otra parte, que debe ser lo suficientemente fuerte, para que perdure en el tiempo, pero que no “ahogue” a las partes al cumplimentar las hebras que compone al mismo.

Rafael Ortiz Lara dijo...

Usualmente las analogías son muy acertadas y representativas, describen y te hacen tener una idea a la perfección de lo que quieres exponer, como en este caso, en el que sitúas al nudo como el conflicto y cada extremo de la cuerda es una persona y por mas que tiren no se desatara el nudo, deben hablar las cosas para ver lo que hay que hacer para desenredarlo. La persona que guía ese camino para que entre ellos vayan quitando el nudo es el mediador

Ante la pregunta de cuales serian los nudos mas complicados. Podría ser un conflicto en el cual, ambos dijeran que quieren resolverlo, pero después en realidad lo único que desean es empeorar la situación, esto me agobiaría en cierta manera debido a que eso se escapa de mis posibilidades, yo mediador no puedo resolver un problema que ellos no quieren resolver. Creo que sin duda sería el mayor de mis problemas, otro tipo de situaciones puedes buscar una solución, pero en esto. Yo no vería la luz

-Rafael Ortiz Lara

Beatriz Rojas López dijo...


En cualquier tipo de relación social existen los mencionados "nudos", y estos, pueden derivar en malas situaciones. Asimismo, deshacer ese nudo puede contribuir gratamente a la relación entre las personas en cuestión; si cuando aparecen nudos en nuestro día a día, tenemos las herramientas necesarias para deshacerlos, simplemente obtendremos aspectos positivos de lo ocurrido para el futuro. Pueden surgir conflictos en todos los ámbitos de nuestra vida, pero saber cómo han de afrontarse de la mejor manera posible, nos ayuda a adquirir experiencia y conocimientos que serán aplicados en situaciones venideras.

En consulta, pueden aparecer multitud de conflictos, y más aún, distintos nudos. Por ejemplo, en el caso de una relación entre una madre y su hija, podemos observar que tienen opiniones contrarias acerca de lo que la joven debería estudiar en la universidad. La madre quiere que esta estudie algo que oferte un buen mercado laboral, pero por el contrario, la hija quiere estudiar filosofía porque es lo que más gratificación le ofrece. Si las dos deciden seguir tirando de su lado de la cuerda, el nudo va a ser más complicado de soltar, e incluso puede llegar a romperse la cuerda. En cambio, si las dos deciden dejar de tirar y conjuntamente deshacer dicho enredo, podrían llegar a un punto en común y comenzar a construir una solución en base a ello.

En los conflictos entre parejas o familiares, en muchas ocasiones se tiende a apartar los nudos de la vida diaria y continuar, pero estos no dejan de estar. Bajo mi punto de vista, cuanto más tiempo pasa una cuerda enrollada, más difícil es conseguir que esta vuelva a su estado original. De igual forma ocurre cuando el nudo es de gran tamaño; problemas importantes son más costosos de resolver.

Beatriz Rojas López

Lucía Díaz Amor dijo...

Desatar un nudo que une un conflicto necesita de paciencia y esfuerzo para poder desanudarlo y alisarlo, pues está atado de manera tan brusca y fuerte por ambos extremos, que han tirado hacia su lado, que es muy complicado que vuelva a su estado anterior o por lo menos relajarlo o desahogarlo.

De la misma manera ocurre cuando hay que hacer un nudo de solución al problema. Se necesita de compromiso y negociación de ambas partes que se unen para llevar la resolución a un estado que permanezca en el tiempo y que aguante el acuerdo al que se ha llegado. Debe de ser una base estable y resistente para poder seguir construyendo desde ese punto sin que se desmorone todo.

Para mí, los nudos legales o económicos son los más difíciles que puedo encontrarme en una mediación puesto que desconozco esas áreas, y necesitaría tiempo y dedicación para investigar y recoger información que fuese útil para el caso.

Lucía Díaz Amor

Carmen Fernández Dorado dijo...

Me ha parecido de gran importancia esta lectura. Es importante saber que hay varios tipos de “nudos” y cada uno se interpreta de manera distinta. Los nudos están en nuestro día a día de manera física o emocional, cuyo carácter puede ser positivo o negativo dependiendo del contexto en el que nos encontramos. Cuanto más fuerte sea el “nudo”, más difícil es de desatar y por consiguiente el conflicto será más difícil de resolver. Es importante tener en cuenta las emociones y los pensamientos de la otra persona para así ceder y conseguir que el nudo se desate de manera más sencilla. Esto solo se consigue con una buena comunicación, empatía, y con pensamientos positivos internos que hacen que se pueda entender el nudo y así poder deshacerlo. Esta última parte es el trabajo que tiene que conseguir el mediador cuando hay un conflicto.

Marta Osuna Guerrero dijo...

¿cuales serían para vosostros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?.

Los nudos tal y como entiendo leyendo el texto son aquellos que atan a las personas, pueden ser positivos o negativos. Pueden ser unos más fáciles de deshacer que otros y pueden ser de muchos tipos.

En cuanto a la pregunta, pienso que los nudos más complicados son los emocionales, tanto el que genera el conflicto central, como los demás nudos que tienen un papel secundario. Ya que todos estos impiden avanzar hacia una solución debido al peso que emocional que recae en la persona. Además, cabe destacar que todas las personas no tienen las mismas emociones, con lo cual los nudos emocionales varían según el mediado y el conflicto.

Siendo el nudo la parte mas difícil del conflicto, es muy importante desenlazarlos porque se encuentran fijos. Por ejemplo, en un acercamiento para el perdón de una madre, que ha perdido a su hijo en un accidente de coche, y el conductor ebrio que generó el accidente. El nudo emocional hay que saber tratarlo de manera profesional, ya que sentimientos como el rencor, el dolor... requieren un proceso anterior con el fin de generar un perdón en la víctima.

Carmen Calo Díaz dijo...

Tras leer el artículo, creo que los nudos de los que hablamos no son el problema en sí, por ejemplo, un divorcio de una pareja o una discusión entre dos vecinos. En estos casos los nudos serían todos aquellos sentimientos y aspectos que dan lugar al conflicto. En el caso del divorcio, los nudos serían el dolor, los celos y la desconfianza entre otros, estos nudos son una especie de bloqueo que se van creando con pequeñas acciones de las personas y que debemos desatarlos lo antes posible ya que, como bien explica Javier, quien los sufre es incapaz de solucionarlo e intenta huir de ellos.
Como mediadores tenemos la obligación de detectar lo antes posible esos nudos y buscar la mejor forma para desatarlos, bien por nosotros mismos o bien con la ayuda de otros expertos, debemos ver más allá y, sobre todo, debemos tener mucha paciencia.
En el caso de la criminología, los nudos más complicados que pienso que podría encontrar en un conflicto sería el pasado del delincuente, es decir, el ambiente familiar en el que ha crecido, el tipo de grupo de amigos con los que ha aprendido y el entorno en el que se ha desarrollado, estos tipos de nudos son los que pienso que le harán quedarse anclado a su pasado y le llevarán a cometer delitos y, por consiguiente, serán para mí como criminóloga los más difíciles de solventar.

Carmen Calo Díaz.

Alba García dijo...

El mediador es consciente de que el obstáculo para tomar determinadas decisiones se asienta en un conflicto, pero la voluntad de los que acuden a mediar no siempre es la de resolver ese conflicto, sino la de tomar una decisión. Sabe que el mediador no tiene la solución de los problemas, que la solución está en ellos. El mediador sabe que las historias están llenas de nudos afectivos, pero también de nudos conflictivos. Sabe que la forma en que se escriben esos nudos no es la misma en que se relatan, pero la fusión de ésta y otras maneras de entenderlo genera la mutua historia de definir el conflicto. No necesitas leer o reescribir esa historia. Basta con observar unos minutos el escenario del conflicto para poder entenderlo, para poder empezar a redefinirlo, para iniciar con las personas que acudan la solución más inmediata.
Nuestro mundo emocional se mueve por dos grandes grupos de “nudos” el primero es el relacionado con el miedo, la ansiedad, la angustia, la rabia o el rechazo y el siguiente es el relacionado con las cosas que nos atrevemos a expresar.
Por tanto y resolviendo la pregunta planteada, para mi los nudos más difíciles de resolver son estos últimos ya que si la persona no comunica la preocupación que tiene es casi imposible identificar el problema y por ende, solucionarlos. Estos nudos emocionales constituyen la disputa y no son exáctamente el conflicto, son una expresión pública de él.
Alba García.

Joaquín de la Vega dijo...

¿Cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?
Las emociones y sentimientos están presentes en mediación. A lo largo del proceso, acuden a la mesa de trabajo las emociones de la persona mediadora, las de las personas que recurren al proceso, y las de las personas, que sin estar presentes en la sala, están involucradas en él.
Como ya sabemos, tenemos que intentar evitar o aliviar esos conflictos emocionales que son un simple estorbo para el proceso mediador, pero no siempre va a ser un proceso fácil, ya que sé que en muchas ocasiones estos “ nudos” van a suponer un gran reto para alcanzar la mediación. Y es que no podemos olvidar que como mediadores, estamos tratando con personas que han tenido un problema, ya sea mayor o menor, y que muchas veces, en el proceso intervendrán emociones, familia… que no harán más que “enredar el nudo”.
Soy consciente de que en el futuro voy a tener que lidiar con multitud de conflictos los cuales serán difíciles de resolver. Estoy seguro que en gran parte de los conflictos, esos “ nudos” difíciles de desatar y a los cuales me voy a enfrentar, serán nudos emocionales, y es que el mediador, abogado, policía, juez, siempre va a tener que lidiar con gente con problemas de este tipo. Nos podemos encontrar con situaciones enquistadas en las que durante mucho tiempo ha habido reproches, insultos, de los cuales han derivado sentimientos negativos, de odio etc. Esos creo que serán los nudos más difíciles de solucionar.

Unknown dijo...

Nuevamente, resulta muy interesante comparar los nudos emocionales que resultan de un conflicto con un nudo físico en el que tirando de las partes solo se consigue apretar el nudo. Como se nombra en el post, al igual que en el nudo de una obra literaria, se trata de aquella parte donde se concentra la trama o problemática a resolver. Pero esto también implica puede ser una situación vital de nuevos cambios o de aprendizaje.
Por otra parte, me gustaría destacar el papel de los materiales con los que se realiza el nudo. Es decir, un nudo hecho con nylon no tendrá la misma dificultad de desenlace que aquel hecho con un hilo de coser. Del mismo modo, la longevidad del nudo también es importante a la hora de deshacerlo. Aquel nudo que está hecho con un material resistente y ha aguantado la presión de ambas partes durante mucho tiempo, es decir, aquel conflicto arraigado y aplazado en el tiempo, resultará más complejo y complicado de resolver.
En conclusión, multitud de factores pueden influir en el desarrollo de un nudo, pero sólo si las partes contribuyen, el nudo podrá llegar a su desenlace.
Ana Cailang Villalba Quesada

Alfonso Ortega Berral dijo...

Vista la diversidad de nudos que podemos encontrarnos durante una solución de conflicto, entiendo que el mediador debe enfocarse en elaborar —o construir— ese nudo final —acuerdo—. Poniendo el foco en este ultimo nudo es como debemos orientarnos para saber como y cuando ir deshaciendo esos nudos que encontraremos durante la mediación.

Aventurándome a definir cuales serían para mis los nudos más difíciles a abordar en un conflicto, desde la ignorancia, entiendo que todo conflicto que englobe o este rodeado de menores es de extrema delicadeza, principalmente desde el ámbito legal. Abordar el conocido “interés superior del menor” creo que es un arduo trabajo, que exige, de una forma indubitada, una total implicación de todos los sujetos parte en el conflicto/mediación. Por lo que entiendo que no es una tarea que compete únicamente al mediador darle solución a esos nudos, sino que es un trabajo cooperativo de todos los sujetos implicados. Esta será la única forma de elaborar un nuevo nudo (acuerdo), por el que se resuelva el problema y resto de nudos, que perdure en el tiempo.

Marta Pérez Balbuena dijo...

Tras la lectura del artículo, podemos concluir que en ocasiones, la mediación puede tener momentos duros y difíciles. Momentos en los cuales ves ante tus ojos como familias se rompen por una disputa, parientes no vuelven a hablarse o que una madre y su hijo o hija se pelean hasta tal punto de no reconocerse como familiares.
Aunque también existen otros tipos de nudos, como los nudos emocionales, en los cuales los sentimientos juegan un papel muy importante y en ocasiones, los sentimientos tienen mayor importancia que nuestras acciones, en ocasiones podemos dejarnos llevar por los sentimientos.
Creo que estos son los nudos más difíciles que se podrían encontrar en conflictos ya que en ocasiones son difíciles de controlar.

Marta Pérez Balbuena

Irene Navarro Navajas dijo...

Tras la lectura de este post, me resulta muy interesante el concepto de "nudo" ya que de esta manera podemos imaginarnos de manera real a lo que se refiere este concepto. Además, podemos entender varias manera de abordar el "desenrredo" del nudo ya que si ambas partes tiran de la cuerda el nudo se intensificará, incluso llegando a romperse, o por el contrario, con ayuda del mediador poder solucionarlo, obteniendo una cuerda libre de nudos.

Contestando a la pregunta: ¿cuáles serían para vosotros los nudos más difíciles que os podríais encontrar en un conflicto?, mi respuesta conforme iba leyendo el post iba cambiando porque pienso que los nudos legales son muy difíciles de trabajar por la falta de conocimientos sobre el tema y es complicado abordarlos sin un conocimiento previo pero he llegado a la conclusión que con tiempo y paciencia se pueden acabar gestionando obteniendo información al respecto. En cambio, los nudos emocionales tienen un efecto más personal ya que esta involucrada una parte más emocional que nos puede impedir trabajar bien con ella.

Irene Navarro Navajas

María Muñoz Gómez dijo...

Desde el inicio del texto podemos ser consciente que el trabajo del mediador es fundamental para "desatar" un nudo en un conflicto. En este caso, en mi opinión el mediador da unas herramientas para que los diversos usuarios sean capaces de reconocer, e intentar "desatar" dichos nudos, sin ayuda o sin previa información los usuarios no serán capaces de reconocer y solucionar dichos problemas. Creo que lo más importante es darse cuenta que para desatar nudos entre personas es llegar a un acuerdo entre ambas, es decir, dejar de tirar para no crear un nudo más difícil desatar.
En cuanto a la percepción de los nudos más difíciles, la mía sería la siguiente.
En primer lugar, uno de los nudos más difíciles sería los que la propia persona no es consciente de que lo tiene, si partimos de la base de que no tenemos conocimiento sobre el problema no buscaremos la solución.
En segundo lugar, los nudos emocionales pueden ser difíciles de tratar, ya que en ocasiones al mediador se le pase por alto o no sepa como actuar en dicha situación, es decir, creo que los nudos más fáciles de desatar sería en lo que el propio mediador estuviera especializado.
María Muñoz Gómez

Jorge Jiménez Romera dijo...

Tras leer este texto, entiendo como “nudos” aquellos problemas que surgen en una mediación y que son, en esencia, la base de la disconformidad de las partes que acuden en ayuda del mediador. Estos nudos pueden ser dudas sobre la legalidad, dudas surgidas de la desconfianza entre las partes, situaciones que al intentar abarcarlas rápidamente y en un todo, se hacen demasiado grandes y difíciles de resolver, como cuando intentamos desatar un nudo sin maña y sólo con fuerza, muchas veces reforzándolo aún más.

Es fundamental, como expresa en el texto, conocer la causa del nudo y afrontarlo de la manera más eficaz posible. Para cuestiones de legalidad, por ejemplo, podemos hacer uso de la creatividad para salir de círculos viciosos en los que las partes se niegan a contemplar otras posibilidades que realmente son admitidas y no vulneran los principios que el legislador buscaba defender al crear estas leyes. Muchas veces, para cuestiones más fundamentadas en el ámbito emocional puede convenir derivar a un experto si el mediador no se considera capacitado para tratar un problema psicológico.

Pero también es importante la paciencia. Volviendo a la comparación con el nudo, que intentamos abarcar de golpe y sin astucia, nos encontramos muchas veces en caminos sin salida y nos frustramos y rendimos. Por eso, creo que el mediador debe ser paciente y, a su vez, ayudar a las partes a tratar estos nudos con paciencia, para resolverlos de forma eficaz y no ceder a las emociones, para buscar el acuerdo y deshacer el nudo.

Blanca Hispán Cerrada dijo...

Los nudos pueden entenderse desde un punto de vista positivo o negativo dependiendo del ámbito en el que lo usemos, por lo que podemos inferir que algunos nudos son necesarios y otros conflictivos, dignos de eliminar o transformar.

Considero que los nudos más difíciles que podemos encontrarnos en mediación son los nudos emocionales, esos nudos tan arraigados e interiorizados por la persona, que su modificación o la simple indagación en ellos, supone una postura reacia por parte de los usuarios.

Emociones como la culpa o las decepciones tienen sus desencadenantes en una sucesión de hechos que la persona relaciona cognitivamente de manera inconsciente, de tal forma que para trabajar ese nudo de sucesiones, debemos de ayudar a la persona a descubrir por sí sola, cual es la raíz de sus pensamientos. En psicología, esta técnica de traer a la conciencia los procesos de construcción de significados y las suposiciones subyacentes de la persona para conseguir ayudarla, recibe el nombre de reestructuración cognitiva, y pese a ser una técnica que requiere de conocimientos psicológicos, es una técnica muy efectiva y eficiente que permite rehacer el nudo emocional para experimentarlo de manera más adaptativa.

Aunque yo entienda los nudos desde mi profesión como psicóloga, creo que los nudos son como la mediación, que todos, en el ámbito en el que nos manejemos, podemos aportar habilidades o técnicas para conseguir formar nudos útiles y fuertes que consigan mantenerse por muchos años.

Blanca Hispán Cerrada

Pilar García dijo...

Tras leer este post me gustaría exponer las siguiente reflexión:

Un nudo es un lazo que puede apretarse, cerrarse y deshacerse en función de cómo se tire de las cuerdas que lo forman. Estas pueden ser dificultades que nos podemos encontrar y debemos solucionar, en nuestro caso, como alumnos de mediación. ¿Cómo hacerlo? Pienso es esencial tener paciencia e ir deshaciendo poco a poco y tirando de los extremos cuando sea debido, o sino el nudo se hará más grande. Para esto hay que tener también unos dedos habilidosos que sepan respetar y esperar los tiempos indicados.

En mi caso, los nudos más difíciles de desatar serían aquellos en los que las partes no están por la labor de ponérselo fácil a mis dedos y la comunicación se dificulte. Para destensar esta situación ambas partes deben estar y ser proactivas para poder solucionar el conflicto. Si no es de esta forma me resultaría un gran reto.


Pilar García Gómez-Luengo

Alberto herrerias moreno dijo...

Una lectura muy interesante, porque como se menciona en el artículo, los nudos existen en diferentes ambientes a lo largo de la vida, pero en el campo de la mediación, se refiere al centro del conflicto. El nudo consta de dos posiciones: cuanto más tira, más fuerte es el nudo, cuanto más difícil es desatarlo, más fuerte es el conflicto. Como dice la lectura, es importante ser consciente de los pensamientos, las emociones y el estado interior de todos, y comprender los factores en los que podemos hacer concesiones para desatar los nudos que enfrentamos. La comprensión es fundamental, porque ambas partes deben entender cómo se forma el nudo para poder desatarlo, esa es nuestra tarea como mediadores.

Marina Cano Alcalde dijo...

Me gustaría destacar una de las ideas del texto que parece la solución para deshacer cualquier nudo siguiendo la metáfora.
La toma de conciencia, de vital importancia para saber como está hecho el nudo y el sentido de responsabilidad sería la forma de deshacerlo.

Es interesante, parece simple pero es complicado llegar a ello, aunque una vez se llegue, la mediación será como usted mismo ha dicho: "velocidad crucero".

Rocío Benítez Rodríguez dijo...

El propio título ya nos introduce lo que es la figura del mediador, es la persona que tiene la tarea de intentar deshacer ese nudo que hay entre las partes.
Para ello, el mediador debe, primeramente, identificar el problema central por el que están allí, por lo que así identificará el nudo. Puede haber distintos nudos, como emocionales, legales…
El nudo, cuanto más tiren las partes, más tirante se puede hacer, por lo consiguiente, es más complicado desatarlo, más fuerte es el conflicto. Por lo que para poder aflojarlo es importante conocer los pensamientos y emociones de las partes para comprender lo que los ha llevado a enfrentarse.

Rocío Benítez Rodríguez.

Carlota Aguirre Rodríguez de Hinojosa dijo...

Tras leer este artículo, considero que los nudos más difíciles de desatar en un conflicto serían los nudos emocionales. Pienso esto, ya que estos nudos estarían conformados por sentimientos como dolor, rabia, decepción, tristeza…, y creo que estas emociones son complicadas de entender, y de hacer que una persona cambie de opinión.

Hemos escuchado habitualmente que un conflicto llega a una mediación cuando las partes que lo forman no son capaces y creen que no hay solución humana para ello. En estos casos, normalmente los nudos emocionales suelen venir muy apretados, es decir, con mucha pelea, desgaste emocional… y esto es lo que hace que sea más complicado desatarlo, ya que al principio se suelen ir apretando más según comienzan a discutir. En esos momentos, nuestra labor como mediadores es encontrar un hilo del que tirar, nunca mejor dicho, de manera que podamos ir aflojando el nudo poco a poco hasta que quede suelto.

Por último, considero también que es igual de importante que desatar nudos, apretar aquellos que ayudan a sujetar para que el conflicto solucionado no caiga en saco roto. Por ello, los mediadores no son encargados únicamente de desatar nudos que no dejan avanzar e interrumpen el camino, sino que también tienen el importante trabajo de apretar bien con fuerza, aquellos que van a negar a entrada de nuevo al conflicto, es decir, los que serían los “buenos nudos”.

Paula Legrán García dijo...

Mientras leía este texto, he pensado en los personajes que hay en un conflicto. Y cuando te paras a pensar en ello ves un nudo imaginario, entendido como el problema entre ambas partes.
Si intentas imaginar eso en tu mente podrás ver que cuando discuten ambas partes el nudo pa tirando cada uno para su lado y cada vez se va apretando más y más. Hasta que llega un punto en el que es complicado deshacer ese nudo.
En este momento es cuando el mediador entra en juego, el cuál debe orientar a los enfrentados a resolverlo por sí mismos.

La clave va a estar en solucionar los nudos negativos conociendo su composición. ¿Cuáles serían los nudos más complejos que podemos llegar a encontrarnos en un conflicto entre dos personas?
No es tanto lo difícil que es el nudo sino no dominar o saber del tema con certeza, no hace falta tampoco tenerlo todo bajo nuestro control, porque nunca sabemos como van a actuar los usuarios, pero si es necesario saber del tema y dominarlo teniendo los conocimientos necesarios para llevar adelante dicha mediación.

Ines Hierro dijo...

Tras esta lectura, podemos decir que en un conflicto lo más complicado que podemos llegar a encontrarnos de cara a la resolución del mismo es deshacer el nudo que existe entre ambas partes ya que este normalmente esta tensado por la opinión de ambos y por la forma en la que se enfrentan al mismo no querrán “dar su brazo a torcer” para aflojar el nudo.
Cuando conseguimos que esa cuerda se destense y las partes empiecen a ceder considero que podemos conseguir llegar a la solución del problema que tenemos enfrente. Una vez deshecho este nudo del que hablamos debemos conseguir crear uno nuevo donde ambas partes colaboren para tensarlo de la misma manera que estaba tensado el nudo del problema. Para acabar con el nudo o problema que tenemos delante lo más importante es saber profundizar en las personas, en sus emociones y sentimientos y saber del tema que tenemos delante profundizar en él y aplicar los conocimientos que tenemos del mismo.
Inés Hierro Peláez

Carmen Butrón Batista dijo...

Como sabiamente dice el texto, los nudos se encuentran en nuestra vida de forma casi habitual, todas las personas tenemos preocupaciones y conflictos internos que a veces se perciben como imposibles de desatar. Cierto es, como decía Aristóteles, que para que se pueda deshacer un nudo primero hay que saber cómo se ha hecho. Es decir, la figura del mediador resulta de ayuda y de apoyo a la hora de lidiar con ese nudo, pero debemos ser responsables nosotros mismo y conscientes de lo que ocurre en nuestro mundo interior.

Desde mi punto de vista, los “nudos legales” serían los más difíciles de trabajar en un conflicto, ya que no tengo una noción firme y segura sobre las normas y las leyes, el desconocimiento junto con la variabilidad de las leyes me hace considerar que los “nudos legales” son complicados.

Para finalizar, me gustaría resaltar la última frase del post “no dejes nunca que un nudo te impida avanzar o que el mismo quede suelto a la hora de amarrar el resultado de tu trabajo”, conócelo, trabájalo y nunca tenses la cuerda.
Carmen Butrón Batista

Manuel García del Corro dijo...

Como bien expresa el artículo, los mediadores se encuentran con una amplia cantidad de “nudos”, tomando como ejemplo el autor del post, desde las emociones no expresadas por las partes, hasta la importancia de la búsqueda de la información necesaria que no se proporciona durante el proceso de mediación, entre otros muchos “nudos” que se pueden encontrar durante el desarrollo de la mediación. A pesar de los nudos emocionales y legales que se nombran en el artículo (y que son muy interesantes de analizar), los nudos más difíciles, desde mi punto de vista, que podría encontrar en un conflicto, son los relacionados con la cooperación de las partes. Esto se debe a que estos nudos serían difíciles de deshacer, ya que la desconfianza en el proceso o en el propio mediador, en la forma de abordar la situación por una postura inamovible por parte de uno de los mediados, o la propia colaboración para el desarrollo del proceso, son nudos que necesitan la implicación de cada una de las partes del proceso de mediación, para que estos “nudos de cooperación” se puedan desarmar.

Manuel García del Corro

Isabel Luna Torres dijo...

Tras leer este post, podemos ver como la palabra "nudo" se engloba en diversas situaciones y en cada una de ellas se interpreta de una forma distinta. Los nudos que solemos experimentar con mayor frecuencia son los físicos y emocionales ya que en nuestro día a día vivimos experiencias y algunas de ellas pueden provocarlo.

El nudo tiene dos extremos, cuando más se tire de alguno de ellos más fuerte va a ser, y por tanto más difícil de deshacer. Para ello hay que tener en consideración las emociones y los pensamientos de ambas partes y conocer que les mueve por dentro además de qué es lo que provoca que el nudo sea más o menos fuerte.

Por último, en mi opinión, creo que los nudos legales son de mayor dificultad ya que es el área de menor conocimiento que he estudiado, por lo que tendría que formarme más y obtener más información para poder desenvolverme en ese tipo de mediaciones.

Isabel Luna Torres

Ignacio Martínez dijo...

El término que propone este texto, es un símil que expresa un lo que comienza siendo un pequeño problema, pero pasa a ser cada vez más fuerte conforme dejas pasar el tiempo. El mediador mantiene y debería saber desenvolverse con absoluta normalidad en estos "nudos", pues debe ser aquel que suelte "los cordones o la cuerdas". Estos "nudos" pueden ser problemas de expresión de los sentimientos, de carácter o de no involucrarse alguna de las partes en la gestión que se puede dar dentro de una mediación.

El mediador como figura reguladora del proceso debe conocerlos y gestionarlos, mediante las técnicas vistas y más que comentadas en clase. Bajo mi punto de vista los peores serán aquellos que tengan que ver con hechos dañinos para los mediados, que impliquen sentimientos que inciten a la ira o al enfrentamiento y que puedan hacerse daño entre ellos.

Cuando estos se nos presenten en la vida laboral debemos atajarlos y afrontarlos intentando buscar la serenidad de las partes, escuchándolos y buscando la raíz de una problemática que sin solucionar provocará la terminación del proceso.

Antonio Fernández Martínez de los Llanos dijo...

Como bien se dice en el comentario, hay muchísimo tipos de nudos, por lo que mediar con todos estos tipos de nudos puede resultar verdaderamente difícil. Supongo que simplemente hay que estudiar los nudos, ¿acaso un marinero no debe saber hacer varios tipos de nudos?

Nosotros como mediadores deberemos entender ante que nudo nos estamos enfrentando y el como abordarlo. En clase tengo el ejemplo más claro, dentro de los mediadores hay algunos que han estudiado distintos grados y estarán más especializados en ciertos temas, por ejemplo un mediador que ha estudiado derecho será más útil en un caso en el que estos conocimientos sean verdaderamente necesarios.

Pero aun así como nos ha explicado Javier, siempre se puede mediar aun teniendo estas dificultades... Y para esto os traigo a la niñez cuando vuestros padres os dijeron "se acabó el abróchate el cordón" y tocaba aprender...
El primer nudo era un desastre, el segundo igual, el séptimo iba cogiendo forma y ya para el enésimo nudo la zapatilla no se desabrochaba. Hay que ser valientes, todo el mundo falla y aquello que nos enseñará a desabrochar los nudos será la experiencia.

Antonio Fernández Martínez de los Llanos.

Álvaro Pérez-Marín Gajón dijo...

En mi opinión, posiblemente los nudos más complicados son aquellos que mezclan familia y violencia ya que son muy delicados y algunos algo peliagudos.
Existen nudos y nudos, los fáciles de desenredar, los complejos y los tan tan apretados que a veces casi que es mejor romper el cordón y buscar uno nuevo

Rafael López-Crespo dijo...

En esta lectura, me he dado cuenta de que nuestra vida está hecha por una serie de nudos, nudos que nos atan a querer a alguien, nudos que nos atan a un trabajo, unos estudios o una obligación, pero también hay nudos negativos como puede ser una pelea, una demanda, un nudo mental, en donde tienes un problema contigo mismo y no sabes cómo salir de él.
Para diferenciar de si un nudo es bueno o malo para nuestra vida es ver si está bien atado o no, los nudos mal atados son los que nos crean problemas y no sabemos cómo deshacerlos. Por eso, hay situaciones en las que necesitamos ayuda de un tercero para poder desatar ese nudo, dependiendo de qué tipo de nudo sea llamaremos a un experto en un tipo de nudos o a otro. Si tenemos, un nudo mental, pues buscaremos a un psicólogo, si tenemos un nudo legal, pues iremos a un abogado o si la circunstancia lo permite un mediador.
Ese experto en nudos deberá saber cómo poder deshacer ese nudo mal atado y volver a atarlo pero ahora bien hecho.

Elena González Martín dijo...

Después de la lectura de este post, pienso que los nudos mas difíciles q los psicólogos mediadores nos podemos encontrar son los nudos q están relacionados con las emociones, ya que supone trabajar muy a fondo con ellos, saber como enseñarles a gestionarlos y que no les afecte mas de lo necesario con el problema presentado.

Para poder desatar ese nudo tenemos que aprender a destensar, ceder y soltar para que no vuelva a producirse ese conflicto presentado en consulta. Son herramientas útiles para hacerles ver a los clientes que, por mucho que intenten resolver la problemática por su cuenta y no obtienen solución, pueden confiar en nosotros para ayudarles.

Alba Peláez López dijo...

Pienso que realmente la clave de ese nudo está en cómo empezó a enredarse y además, en cómo de atado está. En psicología, a menudo, nos interesa la segunda cuestión, para llegar a saber cómo se siente el paciente realmente o en qué punto se encuentra. Pero, es muy importante llegar a la raíz, porque muy probablemente ahí esté la solución.
Cuando nos encontramos mal, a veces el cerebro comienza a eliminar factores negativos, olvidando así los detalles de aquellas cosas que nos hicieron daño, por pura supervivencia; lo malo es que, aunque lo borremos, la sensación de malestar sigue estando ahí y ese nudo permanece bien atado. Es por ello, que a veces el inicio de todo es clave para la posterior recuperación.

María Espino Gómez dijo...


Aunque existan ciertos tipos de nudos dependiendo del contexto en el que tengan lugar, las personas conviven diariamente con nudos de distintas clases, esos problemas o quebraderos de cabeza tanto internos, propios de la persona como aquellos que involucran a otras partes, y que no siempre son fáciles de deshacer por uno mismo. En el caso de la mediación, son los mediadores los encargados de deshacer estos nudos que las personas les plantean, siendo en la mayoría de las ocasiones muy rígidos y apretados. En estos casos, el mediador debe de trabajar minuciosamente, para conocer los pasos que se han ido siguiendo hasta hacer que el nudo quedará tan apretado, es decir, conocer a fondo todo lo ocurrido que ha hecho llegar a las personas a esa situación. Ya que, si se intenta deshacer el nudo por la fuerza, a base de tirones, lo único que se conseguirá será apretarlo más haciendo que no se pueda desatar, es decir, se complicará el problema, de forma que el encontrar la solución se volverá cada vez más difícil.
Una vez deshecho el nudo, el mediador ayudará a las partes a crear un nuevo lazo, en este caso más resistente, pero no más rígido, que simbolice el acuerdo aceptado y la voluntad de las partes para cumplirlo.
Es cierto, que quizás por falta de experiencia o conocimiento, algunos nudos se nos resistan más que otros, en mi caso, serían los nudos legales, ya que, ante mi desconocimiento sobre la materia, no sabría si estoy cumpliendo al cien por cien con las normas establecidas o hay algo que me dejo atrás.
Por último, y aprovechando mi formación psicológica, me gustaría destacar la importancia de los nudos emocionales, ya que quizás para los mediadores sean estos los más difíciles de resolver, porque, aunque la experiencia permita desarrollar ciertas habilidades de escucha y compresión, quizás no sean suficientes, ya que hay que tener en cuenta más cosas, como por ejemplo el hecho de formular correctamente las preguntas, devolver la información de forma adecuada etc. Y, aunque sean cosas que los mediadores acostumbren a hacer, pienso quizás que alguien que además cuente con formación psicológica será capaz de resolver de forma más sencilla.