sábado, 17 de agosto de 2019

Lección de Botánica para mediadores


¿Y por qué no? Siempre he dicho en mis conferencias que debemos aprender mas allá de lo que nos enseñan y hoy quisiera compartir con vosotros estos pensamientos.
Un árbol contiene las siguientes partes: raíz, tallo, hojas, ramas, flores y frutos. Al igual que un conflicto a mediar.
La raíz es la parte del árbol que queda bajo tierra. Su función principal es la de sujetar el árbol y absorber el agua y los minerales del suelo. La mayoría de los árboles tienen una raíz principal de la que se surgen las raíces secundarias.

Atajar el problema de raíz

Cuando hablamos de atajar el problema de raíz nos referimos a ésto. A que si no somos capaces de “bucear” en el origen, en la raíz, que se encuentra adherida a los sentimientos encontrados, aferrados en el tiempo que se han ido “sujetando” a la tierra sin dejar ver mas allá (ni tan si quiera la luz), difícilmente seremos capaces de poder hacer ver que es posible la solución y el acuerdo.
Dicen los expertos que algunos árboles tienen raíces especiales con una finalidad diferente y que pueden nacer a partir del tronco, las ramas o las hojas. Este es el caso de las raíces aéreas de los ficus que buscan el suelo para fijarse y sujetar bien al árbol.  Me gusta pensar en esta similitud en mediación. Muchas personas tienen raíces ya desde el inicio en alguna situación de desestructura que muchas veces refleja el comportamiento con el paso de los años
Otras veces, las raíces de ciertos árboles construyen una serie de contrafuertes que amplían la base del tronco para ofrecerle un mayor apoyo. Este tipo de raíces es bastante típico en muchos árboles tropicales. Para mi, mediador en ejercicio, es la familia.
Por otro lado, está el tallo es la estructura del árbol que separa las raíces de la copa, donde se sitúan las ramas y las hojas. En el caso del árbol lo llamamos  tronco. La función del tronco es la de separar las hojas de las raíces y trasportar la savia bruta desde el suelo hacia las hojas y la savia elaborada mediante el proceso de la fotosíntesis. Los troncos, a diferencia de los tallos de las hierbas, contienen un tejido llamado vulgarmente madera. El tallo o tronco de los árboles crece todos los años.
Diríamos que es la forma de ser, tus valores y tus principios.  A los que  nunca te pediremos que renuncies cuando acudas a mediación, pero que deben ser compartidos para que puedan ser comprendidos y respetados.
El tallo esta formado por dos tipos diferentes de tejidos: el  que forma la corteza y el que forma la madera. Estos dos tipos de tejidos forman una serie de tejidos conductores  encargado de transportar la savia bruta – agua y minerales- hacia las hojas.
Sobre esta “corteza” es sobre la que trabajaremos en una negociación, como artesanos que somos, una madera “única” en cada caso, que hará del mismo siempre algo especial y distinto. No hay una idéntica madera nunca.
¿Y las hojas? Son una de las partes más importantes de los árboles puesto que están encargadas de realizar la fotosíntesis así como la respiración la vegetal. Algunos árboles mantienen las hojas sobre el árbol durante todo el año. Estas se van renovando poco a poco ( árboles de hoja perenne). Otros árboles dejan caer todas las hojas durante una época del año y la copa permanece desnuda ( árboles de hoja caduca).

Alcanzar el acuerdo en mediación

Intereses, necesidades, posiciones… Unas perennes, otras caducas, pero siempre intentando dejar ver lo que las partes muestran en un conflicto. Las “hojas” de nuestra vida son las que deseamos mantener o intercambiar, dar o recibir.
También tendríamos las ramas. Son los tallos secundarios que se originan a partir de las yemas. El desarrollo de las yemas produce brotes con hojas cuyo crecimiento total dará lugar a una rama. Según como se produce el crecimiento de las ramas hablamos de ramificación. A mayor “madurez”, más ramas. Todo pueden ser oportunidades. No debemos desechar ninguna, porque a cualquier rama nos podremos agarrar” para acercar posturas y nunca sabremos de dónde puede brotar.
Y, por último, las flores que biológicamente son los órganos sexuales de los árboles. No todo árbol da flores o frutos. No toda negociación en mediación llega a un acuerdo, pero bien es cierto que como todo árbol, aún sin flores, su belleza esta en su simple existencia. Los mediadores somos gestores y, como tal aún sin acuerdo, la “belleza” de la gestión está en haber recorrido el camino del diálogo aún cuando no exista al final del mismo “la flor”.
Excepto en algunos casos muy particulares, para que un árbol produzca frutos, las flores de este árbol necesitan ser polinizadas . Tiene que haber voluntad. Actitud porque sin ella no existe el fruto.
Gracias amigos por haber querido compartir conmigo una pequeña “lección de botánica en mediación”. Un abrazo“botánico” de las relaciones humanas.

martes, 6 de agosto de 2019

¿Por qué buscamos a Superman o Superwoman?


¿Por qué buscamos a Superman o Superwoman?

Como Profesor de mediadores voy a plantearlo mejor: ¿por qué nos gusta un personaje cuyo rasgo distintivo es la perfección? ¿quizas porque al conocer las características de un mediador se asemejan a la perfección humana? Si lo que queremos es ser mediadores, y cumplir con nuestro cometido de auxiliar y acompañar en un conflicto, porque en la formación buscamos “personajes con los que nos podamos identificar y que presenten defectos propios de cualquier persona”, ¿por qué prestamos tanta atención a un personaje invencible y también de moral intachable?
A mediados de los 90 me acerque por primera vez a la mediación, como ya saben bien quienes me conocen, 25 años ya, y en aquellos momentos quienes me animaban a trabajar en este mundo que entonces se asemejaba a un “auxilio como negociador de un conflicto” y que hoy los gurús y legisladores llaman mediación. Y cuando me propuse prestar atención a aquel movimiento incipiente, me encontré con quienes me decía, que este mundo necesitaba personas que cumplieran los siguientes requisitos:
-        La modestia, la sencillez y la naturalidad
-        Con Dotes de comunicador
-        Convicción en lo que se hace
-        Ser neutral, sereno, observador
-        Tener empatía, inspirar confianza
-        Ser asertivo y muy objetivo
-        Ser confidencial y a la vez creativo
-        Ser muy tolerante
-        Tener mucha discreción
-        Ser prudente y ecuánime
-        La sobriedad y el ejemplo
-        La capacidad de ver más allá lo evidente
-        Con La poderosa arma del sentido del humor
-        Con una especial sensibilidad y humanidad
-        La capacidad de escucha activa, comprensión y paciencia
-        Capaz de ser persuasivo
-        Con disposición a cambiar el rumbo (hay que viajar ligero de equipaje me decían)
-        La ética y la integridad como sello
La verdad que en aquél momento querido amigo y amiga lector pensé que nunca podría llegar a ser un buen mediador. Hasta que comprendí que no es identificación con estos perfiles lo que buscamos en realidad.
Superman o Superwoman, es un personaje muy fácil de describir, pero muy difícil de imitar. La clave aquí es que cuando actúan lo es investido por sus capas, que aun siendo personas normales, cuando se ponen su traje, se convierten en seres extraordinarios, y que actúan cuando existe un “conflicto”, el núcleo de cualquier drama y que supone ens su personaje la lucha entre el bien y el mal.
El caso es que, a veces, no sabemos de qué hablamos cuando hablamos de “conflicto” y como bien sabemos, que éste puede ser más que positivo en muchas ocasiones.
Pues bien amigos, no buscamos en mediación “Supermanes y superwomans”… buscamos en nuestra escuelas, personas que sepamos nuestras virtudes y sobre todo nuestra limitaciones, para poder convertirlas en una virtud cuando estamos en nuestro ejercicio profesional
Nuestros personajes tiene que ser como nosotros, tienen que tener errores, tienen que a veces ser débiles, ser impacientes,  intuitivos, ágiles, simpáticos, con nuestros fallos, es decir, siendo nosotros mismos, eso es lo que hace que nos legitimen, cuando nos ven auténticos. No siempre sonreímos, no siempre estamos de buen humor, nos enfadamos y discutimos.  

El problema de tener esta visión, es que nos hace humanos, por eso son necesarias las “escuela de mediadores” y no tanto los “cursos de mediación”. Y ahora volvemos a la primera pregunta: ¿por qué buscamos supermanes y superwomans? ¿Por qué nos gusta un personaje cuya mera existencia anula, en teoría, cualquier conflicto?

Seamos nosotros mismos y pongámonos a disposición de los demás, somos mediadores.
Javier Alés