miércoles, 31 de mayo de 2017

NECESITAMOS ACTITUD



ACTITUD PARA AYUDAR A LOS DEMAS
Cuando ayudas a los demás, podemos decir que te estás ayudando a ti mismo. Cada vez que lo haces, te viene ese sentimiento por duplicado como un efecto boomerang. Cuando nos formamos, se habla de ponerse en el lugar del otro, ser asertivos, empáticos, pero creo que nos olvidamos de lo más esencial: tener actitud para ayudar sin pedir nada a cambio. El sentimiento de utilidad, la satisfacción por lo que consigas se multiplica y nosotros, mediadores, creemos que puedes y debes hacerlo. Desde la perspectiva de la ayuda, se devuelve el interés del otro por su solución. 

Pero, ¿es posible ayudar a tu enemigo?, mi respuesta es, ¡¡ porque no!! Una vez entreviste a un médico que salvo la vida de alguien que al huir de la comisión de un delito se cayó al vacio, y sabes que… acababa de disparar con un arma a un amigo del doctor. Me chocó la serenidad con la que me dijo, “el hombre debe tener siempre un margen de ayuda a los demás que consiga humanizar la vida” Ayudar y compartir puede ser una oportunidad para salir adelante. 

Cooperar en la solución, mejora las relaciones de futuro o al menos, esquiva sus efectos negativos en adelante.

Por eso alguien que es generoso en el esfuerzo por comprender a los demás y apostar por no ser egoísta en las soluciones, siempre será alguien positivo que hace cambiar la perspectiva de los problemas.

Cuando uno es voluntario con el fin genuino y sincero de ayudar a los otros por gusto y con la pura intensión de dar sin esperar nada a cambio, surge un sentimiento de satisfacción y hasta de encanto que nutre y enriquece inmediatamente. Las capacidades personales se mejoran y la sensibilidad se afina logrando que finalmente todos salgan beneficiados.

Tenemos que ser creativos en el acto de ceder y conceder ya que supone un acto de sensación de energía positiva que consigue que los demás sean conscientes de esa misma corriente de luz y mejora las relaciones 

¿Cuándo fue la última vez que ayudaste o sorprendiste con un buen detalle a alguien?

martes, 9 de mayo de 2017

El mediador de Loyola o... Cómo ser creativo

En la búsqueda de la excelencia, no olvidamos la importancia de la creatividad. Junto a una buena base científica, el mediador de Loyola se acredita defendiendo un “proyecto real de implantación de servicios de mediación” y para ello el profesorado potencia su creatividad. ¿Cómo definiriamos en unas líneas, el Modelo Creativo de Loyola?.

Pensemos en 4 fases para interiorizar ese proceso:

1. La primera Fase sería de preparación, en la que se recoge la información relacionada con el problema, son las partes quienes aportan al mediador las claves del conflicto que están viviendo y el mediador. En esta fase solo vemos la manera obvia de solucionar un problema, y a ello les acerca el mediador para que vean luz a un callejón sin salida. Tenemos que prepararnos a buscar los justo antes que “lo legal”

2. En una segunda Fase hablamos de incubación. Una vez que el mediador reflexiona  acerca de todas las circunstancias relevantes  del conflicto, podemos dejar que el problema se digiera lentamente. Mientras que la preparación exige un trabajo activo, la incubación es más pasiva, subestimamos el poder del inconsciente, pero éste es mucho más fértil para las iluminaciones creativas que el consciente; aquí es donde más de una vez hemos hablado de la intuición como elemento para buscar ese sexto sentido que debemos tener para ver más allá.

3. En un tercer momento está Fase de inmersión. Durante todas las sesiones que llevemos de mediación,  el diálogo  está dirigido, controlado: ser atrevidos es realmente importante. Cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajados es útil para el proceso creativo y asi permitir, simplemente, que la mente sueñe despierta y podamos mediante la “lluvia de ideas” ser creativos; no se trata de pensamientos aleatorios, sino dirigidos hacia un fin: la búsqueda del “win to win”

4. Por último tendremos la Fase de inspiración o iluminación. Después de la inmersión y el soñar despierto puede llegarse  a la iluminación, cuando de repente se te ocurre la respuesta como salida de la nada en el conflicto que trabajamos (lo que hemos llamado magia de la mediación) esta en ellos con nuestra agenda encontrar esa «iluminación».  Es el momento que la gente anhela y ansía, aquél en que exclamamos: “por fin han encontrado algo de razón en la postura del otro” La etapa final es la traducción de la idea, en acción… la idea se vuelve útil y por tanto se reflejará en el acta final del acuerdo alcanzado.

Por último no te olvides que todos tenemos y nacemos con la posibilidad de ser creativos, lo que ocurre es que muchos crecen sin saberlo.

La intuición en la Escuela de Mediadores

En Loyola… pensamos en escuela de mediadores. Escuela porque siempre aprendemos de los demás y sobre todo debemos aprender y aprehender a ser mediador. Hace algún tiempo os hablaba del “Sexto sentido que debemos tener”, valorando por encima de todo nuestra intuición.
                Muchas personas dicen tener un sexto sentido y en cuantas ocasiones hemos dicho frases como: “Yo sabía que esto iba a pasar”, “algo me decía a mi que me esta mintiendo”, “yo intuía que esa persona no era lo que parecía”, etc. No hicimos caso a nuestro sexto sentido.
                En nuestra formación queremos   no tanto hablar de los conflictos, como de “nuestras sensaciones” ante un conflicto. Lo cierto es que en términos objetivos, todos tenemos un sexto sentido. Es decir, todos contamos con herramientas surgidas de nuestra intuición. Nuestro cuerpo tiene determinados años de edad pero nuestra mente tiene cientos de miles de años de evolución en sus genes. Es muchas la información que tenemos en nuestro ADN, debido a que generación tras generación, se transfieren los aprendizajes y resultados del carácter, formado a través del tiempo.

                De alguna manera u otra, nosotros contamos con elementos que nos permiten tomar decisiones mucho más trascendental y correcta objetivamente, gracias a nuestra propia naturaleza humana… y si además somos capaces de poner estos elementos a disposición de los demás para ayudarles en sus conflictos, mucho mejor. Nuestra condición humana nos hace creer que no sabemos más allá de lo que hemos aprendido pero las evidencias científicas demuestran que en nuestro interior yace un poder mucho más grande del que realmente creemos. Al igual que todos nacemos con cierto poder hacia la creatividad, pero crecemos sin ser conscientes de ello, nuestro “sexto sentido nos puede llevar a una dimensión desconocida para atrevernos a mirar más allá en las cenizas del conflicto. Confiar en nuestra intuición nos permite acceder al poder ilimitado que como seres humanos tenemos, es una gran ventaja que realmente muy pocas personas conocen y aplican día a día.
                Mientras más domines tu intuición, más fácil te será saber si vas por el camino correcto, sea cual sea tu destino y tu objetivo final; es la intuición quien en un momento determinado en un conflicto, debes ceder, conceder, hacer o no.
                Ahora bien, ¿cómo podríamos hacer uso correcto de nuestra intuición? ¿cómo hacerlo en un conflicto? Y sobre todo ¿cómo buscar nuestro sexto sentido?... ojalá seamos capaces de trasmitíroslo con nuestra formación creativa
                La intuición se puede desarrollar y cultivar cuando negociamos o mediamos a través del tiempo con ciertos pasos que mencionaremos a continuación. Asi me atrevo a brindarte una serie de pautas que te brindan una idea de lo que debes llevar a cabo para desencadenar el potencial que llevas dentro y que quizás no hayas descubierto en este tiempo:
1.- EMPIEZA POCO A POCO: Cuando te encuentres en situaciones profesionalmente en las que no sepas que decidir, cierra tus ojos, intenta sentir desde tu interior cuál es la opción mas adecuada. Trata de dejarte llevar por ,lo que diga no  solo tu cabeza, sino tu corazón, respetando tus conocimientos… es decir atrévete.
2.- CONFIA EN TI MISMO: Hablar de intuición y sexto sentido, es hablar de autoconfianza y seguridad en ti mismo. En situaciones conflictivas, permítete confiar en que haras las cosas bien, deja las dudas de lado y déjate guiar por ti mismo, serás tu mejor orientador y además mejorarán las relaciones con los demás
3.- PRUEBA TU HABILIDAD: En situaciones completamente aisladas e incluso aleatorias, mira que tan hábil eres con tu intuición. Puedes probar conduciendo o andando por alguna parte de tu ciudad desconocida, en la que para salir de sus calles, necesitas de tu intuición, basándote en tus sentidos.
4.- COMBINA TU INTUICIÓN CON TÉCNICA: Cualquier juego como el dominó, el póker o el ajedrez son juegos en los que puedes utilizar tu sexto sentido. Sin embargo combinando buena técnica con la intuición, podrás conseguir resultados que no esperabas, y asi deja también que el razonamiento le de una base sólida a tus decisiones
                Con estas simples pautas podrás encontrar ese “sexto sentido” que te ayudará no solo a gestionar los conflictos personales, sino aquellos que te a cerquen a los demás. Asi debes confiar en lo que piensas y en lo que sientes.
AHORA PONGAMOS A DISPOSICIÓN NUESTRA INTUICION, NUESTRO SEXTO SENTIDO, EN LOS CONFLICTOS, EN LA NEGOCIACIÓN DE UN PROBLEMA Y LA BUSQUEDA DE UNA SALIDA. Para ello nada mejor que comprobar nuestro Rol como mediador.
                Asi, procederemos, uniendo nuestra intuición, a nuestra labor callada de trabajar y conseguir los siguientes objetivos:
-Moderar las exigencias de las partes (ser moderador)
- Comprobar la receptividad a la mediación y analizarla (ser analistas)
- Reducir la hostilidad entre las partes (ser pacificador)
- Ofrecer sumario de opiniones y matizar los avances (ser recopilador)
- Traducir los diferentes enunciados de las partes en la negociación (ser traductor)
- Alentar y ayudar a las partes a llegar a un acuerdo (ser animador)
- Saber conducir correctamente la disputa (ser diplomático)
- Neutralizar los aspectos negativos de la negociación (ser cable de tierra)
- Guiar y mantener el clima emocional (ser monitor)
- Educar a las partes en la negociación (ser instructor)
- Asistir al alumbramiento del acuerdo (ser asistente “al parto”)
- Crear ilusión y creatividad en una mejora de las partes (ser mago)
- Abrir el álbum familiar de lo positivo y negativo (ser fotógrafo de la realidad)

Volvamos por tanto a… la Escuela de Mediadores, porque no es importante aprender mediación, como sentirse mediador.