miércoles, 30 de diciembre de 2020

Nochevieja: La leyenda de las 12 uvas de los mediadores.

 

Suenan las primeras campanas, los cuartos y comienza la tensión. Uno, dos, tres… ¡¡¡ que no, que son los cuartos¡¡¡, se oye desde el final del salón. Hay quien ya se pone la primera uva en la boca. Hay quien incluso ya se la tragó, otros prefieren esperar hasta que suene la primera campanada para comer… ¿pero cuál será? Un año más, nochevieja, un año más el rito de las doce uvas.

Pero ¿por qué se toman las uvas antes de Año Nuevo? Dicen los expertos en celebraciones que esta superstición, refleja diversos beneficios: abundancia, salud, felicidad, buen augurio... ¿Funciona comer 12 uvas al son de las campanas? Tanto como comer lentejas, vestirse de rojo o meterse dinero en los zapatos. Igual que ha cuajado este ritual podría haberse establecido otro. Ni siquiera existe un protocolo claro a la hora de tomárselas…de pie, sentado, sin respirar hasta la última…


Las doce uvas o uvas de la suerte es la tradición que supuestamente trae suerte, de origen español que se extendió a los países hispanoamericanos. Y este año se nos acaba un año muy especial, el 2020, el año de la pandemia, del covid, del confinamiento, de las restricciones, del toque de queda, de las mascarillas, del saludo con los codos, pero también, del teletrabajo, las videoconferencias, de las amistades por internet, de la vuelta a los valores, a la familia, a la necesidad de abrazos, de reir, por eso el año 2021 será de la esperanza.

Como mediador y como profesor no puedo más que agradecer las decenas de horas de formación que he compartido, jornadas, encuentros vituales. He viajado sin moverme de casa a Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Bolivia y por supuesto… por España, tanto he compartido y disfrutado, que me es imposible enumerar con detalle, qué he sacado de cada uno de estos eventos en los que he tenido el honor de ser invitado. Pero si puedo, ahora que termina el año y con la esperanza de un 2012 prometedor, decirte a ti lector, cuáles son mis 12 uvas, cuáles son mis 12 deseos, cuáles son mis 12 razones para empezar el año y las quiero compartir contigo:

  1. Me gusta el respeto por las versiones de cada uno. Yo tendré la mía, pero siempre respetaré la de los demás aunque no las comparta
  2. La honestidad, con tu trabajo y con los demás, que me hace ser yo mismo, auténtico.
  3. La capacidad de planificación y organización, para poder llegar lejos y saber que un minuto hablando puede resolver una vida
  4. Tener la creatividad por bandera y saber ver donde muchos no ven y atreverme donde muchos no lo hagan
  5. No juzgues, me gusta trabajar por y para la justicia, más que para el derecho porque si éste no es justo, ¡cambiémoslo!
  6. Transforma el conflicto. Me gusta pensar que un conflicto puede ser positivo y que es una oportunidad para aprender.
  7. Siempre defenderé que la mediación es una “actitud”, más que un proceso, un método o una técnica.
  8. Pienso que no hay mediaciones de un lado y de otro, de un tipo o de otro, sino que es un trabajo cuyo apellido lo pone el conflicto.
  9. No hay otra salida mas útil que la mediación si quienes están enfrentados continuarán relacionándose en el tiempo.
  10. La mediación te hace libre, luego escucha activamente, ya que no hay libertad sin posibilidad de elección en la gestión de los conflictos.
  11. He visto como compartiendo y acompañándote de los demás llegarás más lejos, por eso creamos FIMEP. Por eso… tenacidad y paciencia te llevaran donde quieras en el 2021.
  12. He visto como el ego consume al mediador y a las personas, cuando no hay nada más maravilloso que conseguir que las partes en conflicto se hagan acreedoras del éxito del acuerdo 

Un año más, motivación no nos falta porque creemos en la mediación.  Feliz año 2021 a todos.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

LA CENA DE NOCHEBUENA DE UN MEDIADOR

 


Sentémonos a la mesa (aunque también valga la expresión sentarse en la mesa según los expertos). Una nochebuena en plena Pandemia, no deja de ser un día único y de grandes sentimientos para todos.

Es tradición que sea un momento de paz, armonía y buenos deseos ante “quien” está por venir esa Noche. Aunque no solo eso, pues ya en las fiestas paganas que se celebraban en el imperio romano, se hacía la exaltación del Sol (25 de diciembre) pero sobre todo hace ya 2000 años, surgía el arte de cocinar y reunirnos alrededor de una mesa, que adquiría un gran protagonismo.

La cena de Nochebuena es uno de los ritos familiares más especiales. Se trata de una gran cena donde los mejores manjares se ponen en la mesa y la tradición marca reunir a toda o la mayor parte de la familia, aunque este año sea especial, por el número recomendado ante la situación del Covid y porque no decirlo, por las ausencias.

En esta cena queremos que toda la familia que nos hayamos podido reunir, esté contenta, para brindar un año más, por eso como mediador os propongo un ALTO AL FUEGO y eso solo se consigue si entre todos reconstruimos esa paz.

De ahí que un año más os ofrezca querido lector, los consejos de un mediador para una Nochebuena en Paz.

Si acudimos a Wikipedia nos dicen que se conoce como Tregua de Navidad a un breve alto al fuego que sin que fuera oficial ocurrió entre las tropas alemanas e inglesas en la primera guerra mundial durante la Navidad de 1914. Es más el 24 de diciembre de ese año cuando las tropas alemanas comenzaron a decorar sus trincheras, luego continuaron con su celebración cantando villancicos, entre ellos “Noche de Paz”. Las tropas británicas en las trincheras al otro lado respondieron entonces con los mismos villancicos pero cantados en Inglés..

Ambos lados continuaron el intercambio gritando saludos de Navidad los unos a los otros. Pronto ya había llamadas a visitas en “la tierra de nadie”, donde pequeños regalos fueron intercambiados: whisky, cigarrillos, chocolates, etc. Imaginaros que ocurriría este año tan especial de la pandemia… ni soñarlo.

Más de una vez, cuando estamos en pleno proceso de mediación me he sentido como ese traductor, entre “soldados” alemanes e ingleses que no se entienden y que hablan sin escucharse, hasta que gracias a la “traducción” que hacemos de sus mensajes, conseguimos crear un espacio neutral, para construir esa “tregua de paz”.

Pues bien, hoy os quiero escribir, sin más pretensión que conseguir que la Nochebuena sea un espacio de paz, de mediación, de entendimiento.

Aun cuando hay tiempo de sobras para preparar ese encuentro que vamos a tener esa noche con personas que quizás no nos llevemos bien, o que no compartimos sus opiniones, de cualquier tipo, o conversaciones que para nosotros no lleve a ningún sitio, siempre ocurren pequeñas fricciones que podemos evitar. Y no me digáis que no tenéis ya experiencia, ya que el confinamiento ha sido una gran fuente de aprendizaje.

En el previo surge el dilema de cada año… “en tu casa con tu familia o en la mia” y… este año con más razón porque se limita el número de comensales y a buen seguro, precisamente, nos falta alguien o ya no estamos juntos… que. ¿necesitaremos a los cascos azules?. Ahí van mis humildes consejos.

En primer lugar os pediría que seais abiertos a cualquier posibilidad. Estar abiertos a ella, ser generosos con lo que está por venir, siempre nos podrá sorprender en positivo. Aquello que creíamos que podía pasar en negativo, al final ha sido positivo, pero todo depende de nuestra actitud, como cuando acudimos a mediación.

Y si nos es difícil… mirad a los ojos de los niños que estén a nuestro lado, su mirada limpia y deseosa de que sea una maravillosa velada con la ilusión de que nace el Niño Jesús o simplemente que venga esa misma noche Papá Noel, va a derretir cualquier contrariedad. Pensad que ellos son los verdaderos protagonistas y los herederos de nuestra actitud.

En segundo lugar os recomendaría una receta muy útil para las conversaciones y debates de esa noche. Dejemos que cada uno tenga su propio espacio de protagonismo, no queramos colonizar las conversaciones. Si alguien nos cuenta (que hace tiempo que no vemos) que hace poco viajó a París…dejemos que lo cuente, preguntémosle donde estuvo y como lo pasó y solo cuando termine, intervenid explicando que vosotros también fuisteis, y que bien lo pasásteis. Hay tiempo suficiente en estos días para que todos nos sintamos comprendidos y escuchados.

De igual forma os recomendaría que si entramos en temas espinosos, en las conversaciones, respetéis aun cuando no compartáis, este es nuestro principal trabajo como mediadores cuando estamos en nuestro trabajo día a día. Hacerlo vuestro, usad esta receta. “Morderse la lengua” durante unos segundos…nos coloca en una situación de “contar hasta diez” antes de rebatir nada.

Cuando a mis alumnos de Derecho les doy la asignatura de “Argumentación y Oratoria”, precisamente les digo la importancia de poder argumentar bien tus teorías aun cuando después un juez no las considere suficiente para darte la razón en la sentencia, ello no indica que seas un mal abogado, sino que tu teoría no es compartida. Pues lo mismo haríamos, fundamentemos ante ese primo que hace tiempo que no vemos, ante esa cuñada con la que no nos llevamos bien, y si vemos que no nos comprenden… una retirada a tiempo siempre es una victoria, ante el resto de tertulianos.

¿Qué difícil verdad? Política, fútbol, tendencias, las redes sociales…y este año, el problema sanitario, todo es conflictivo si no sabemos llevar la conversación inteligentemente. Todo lo marca el grado de confianza que tengamos con todos los comensales y sobre todo tened en cuenta algo muy importante… las diferencias de edad, también marcan el respeto a la opinión. Por eso tenemos que ser muy generosos con cada interpretación.

Todo se sobrevalora y exagera y si no… recordar, siempre nos quedará iniciar un villancico clásico, al que yo recomiendo que se use el famoso “Jingle bells”, absolutamente genial, cuando empezamos a cantar y llegamos al momento “…all de ways” y ya pasamos a la libre interpretación cada uno en su “ingles de academia” sin sabernos la letra, terminando en …”hey”.

Y si te he sacado una sonrisa con este último truco…no te olvides de ella. Una sonrisa conduce siempre al lugar indicado, una sonrisa resuelve muchas situaciones, una sonrisa, calma. No estamos obligados a ser felices estos días, pero si es nuestra responsabilidad que en nuestro alrededor reine la paz, os lo dice un mediador.

 

Y mi último mensaje y reconocimiento… sea para el pavo de Nochebuena que se cocina durante horas en el horno, y que servirá como “hilo negociador” en nuestras conversaciones. FELIZ NAVIDAD AMIGOS

lunes, 14 de diciembre de 2020

SE ARMÓ EL BELEN; UNA OPORTUNIDAD ANTE EL CONFLICTO

 

En esta época que vivimos, no me digáis que no se hace fundamental hablar del Belén, esa representación que en España tenemos la costumbre de montar, cuando vienen las fechas navideñas. Y en este año de Pandemia, todavía más, ya que se ha recortado las reuniones familiares, se limitan los accesos a las tiendas o restaurantes, se limitan las horas de vivir en la calle y con responsabilidad vivimos más en nuestras casas.

El Belén se introdujo en nuestro país, en nuestras casas, gracias al rey Carlos III, un enamorado junto a su mujer la reina María Amalia de Saboya de los belenes napolitanos, fue quien decidió montar un pesebre todos los años 

Llegó a utilizar en sus belenes hasta cerca de 7.000 figuras que formaban su belén de Nápoles y, “las casas nobiliarias no tardaron en hacer suya la nueva costumbre real y en montar sus propios pesebres en sus palacios”.

La costumbre llegó a todas las casas en España hasta hoy en día, abriéndose por tanto a nuestros “palacios” y podemos decir casi que no hay hogar por muy pequeño que sea que no tenga o siga esta devoción cristiana.

Incluso me gustaría hacer memoria con vosotros, lectores, de películas que han sido conocidas con el título de este post de “se armó el belén”

Asi en los años 70 surgió una película española en la que el director Sáenz de Heredia, narra la historia de Don Mariano un cura de ideas anticuadas y que es destinado a la parroquia de un conflictivo barrio de Madrid. Intentando atraer a nuevos feligreses, decide renovar sus métodos y modernizarse un poco, lo que provocaba una serie de divertidos equívocos, cuando además decide hacer un “belén viviente” con los vecinos. ¿Os atreveríais a montar vuestro propio Belén?

Yo al final de este post, si llegas hasta el, lo intentaré.

Para montar el Belén y antes de que hablemos de los borregos o los pastores, lo empapelaría de carteles de protestas. Esos que vemos por todas las calles de nuestra ciudades Las paredes aunque sean de un Belén se convertirían, en un soporte  publicitario, en un tablón donde se vieran los problemas que aquejan a dicho lugar, al igual que hace más de 2000 años en la época del nacimiento de Jesús, lo mismo serviría hoy en día, para grafiteros que para propaganda electoral, que para cartelitos de ofertas de trabajo con flecos donde figuran números para que el usuario los arranque y pudieran llamar para pedir “auxilio”.

Mi Belén, tu belén, seguro que tendría esos muros de protestas, pero porque no, también de frases alentadoras para al menos intentar ver un futuro y ser feliz.
           Necesitaríamos serrín, o arena cogida de la playa, pero no hay dinero ni para el serrín y los conflictos se suceden, porque la situación económica no parece que facilite comprar nada, así que vayamos a la playa para hacernos de la arena.  


         En nuestra efímera “ciudad” de Belén, la estructura está montada, en mi mesa del salón y las piezas disponibles, ahora lo necesario es acertar en la colocación de las figuras para que todo encaje a la perfección sin que ni falte ni sobre nada. Hay que armar el Belén.

 

Y aquí también me viene al recuerdo una película con el mismo nombre, “Se armó el Belén”, de dibujos animados, en la que Bo, un burrito pequeño, pero valiente, que anhela una vida más allá de su rutina diaria en el molino del pueblo, reúne el coraje necesario para cumplir la aventura de sus sueños. “En su viaje conocerá a Ruth, una adorable oveja que ha perdido su rebaño, y a Dave, una paloma con grandes aspiraciones. Durante su camino, en el que siguen una Estrella muy especial, encontrarán además a tres camellos y a otros excéntricos animales. Todos ellos se convertirán en los héroes no reconocidos de la primera Navidad. Llenaremos pues de animales nuestro belén.

Y porque quiero hablaros de mi belén… porque en él se encuentran, ovejas, burros, camellos, gallinas, palomas, bueyes, todo para demostrar que nadie es más importante que nadie, todos en su justo lugar representan lo que ocurrió aquella noche, sin ellos nada es igual y con ellos todo cobra sentido.

Somos los seres humanos los que hemos concebido el conflicto, hasta tal punto que 2020 años después, el conflicto sigue latente en Belén de Judea… ¡¡ Ayyy esos romanos que asoman por mi Belén!!

La población de Belén, donde nació Jesús, se encuentra bajo el peso de la ocupación de Israel y espera, como todos los palestinos, favorecer un Estado palestino independiente. Mientras el mundo se prepara para festejar la Natividad, en Belén se vive una situación potencialmente explosiva, y yo no lo voy a permitir en el mío, en el de mi casa… soy mediador

La injusticia está en el ADN del paisaje de Belén y necesitamos caminos de paz entre Israel y palestina.

En mi Belén resaltaría los avances por la paz. Expondría la experiencia del llamado “The parents´circle – Families Forum”, Organización que agrupa a miles de familias israelíes y palestinas que han perdido algún miembro de la familia como consecuencia de la violencia. “Sus miembros promueven la reconciliación entre los familiares de víctimas como medio para cambiar las percepciones y actitudes respecto del “Otro” y contribuir así a una solución pacífica y justa entre ambos pueblos. Y ¿Qué hace? Seminarios de reconciliación “cara a cara”, series de ficción en la televisión israelí y palestina, exhibiciones de arte, un servicio de chat online llamado “Hello Peace” que pretende poner en contacto a personas israelíes y palestinas de Gaza y Cisjordania para poder conversar superando las barreras físicas que les separan, programas de radio, participación en seminarios locales e internacionales donde sus miembros dan testimonio de su trágica experiencia y su compromiso irrenunciable con la paz y la no violencia”.

"Belén, pequeña ciudad de Judea…donde nació Jesús” siempre recordaré esa frase que nos leían del catecismo y que años tras año hace que ponga un belén en mi casa y piense como será este año esa gruta con un Niño Jesús rodeado por un carpintero José, María su bendita madre, el buey y el burro. Pondré al malvado Herodes en su palacio, expectante ante la llegada de unos Reyes Magos que cada año vienen desde Oriente, aun cuando los míos vienen desde Sevilla, con sus regalos…. pero sin dejar de lado, los pastores, esos hombres sabios o más sabios que ellos, porque la sabiduría no la da la riqueza, sino el trabajo y la constancia, ellos son tan reyes como los de oriente. No obstante, para los mediadores, esos belenes de las casas de los mediadores, no olvidemos nunca que en Belén nació un hombre de paz.

Si hoy, en plena pandemia, tenemos restricciones, imaginaros la restricción de los movimientos entre Belén y Jerusalén, una restricción "política", que entorpece los lazos entre las familias, especialmente las cristianas, que tienen la costumbre de reunirse en Jerusalén para Navidad, al igual que esta Navidad querremos hacer todos. La medida tiene un impacto económico negativo sobre una ciudad, la mía, como la de Belén, con un importante nivel de desempleo.

Pero en mi Belén todo es posible, incluso me permito llenarlo de barcos que llegan a las orillas de ese papel plateado que hace de rio, sin peces, pero que permite la llegada de inmigrantes en busca de una vida mejor, porque mi Belén, lugar de mediación, todos son bienvenidos. Y así, utilizaría la experiencia de “Physicians for Human Rights”, una Organización de médicos/as israelíes y palestinos/as cuya misión es asegurar el derecho de toda la ciudadanía a un igual acceso a los servicios de salud, independientemente de consideraciones políticas, nacionales, religiosas, socioeconómicas o de género. 

No se, pero pienso poner en mi belén, una guardería, un colegio, un centro de salud, junto a la posada, porque aunque no permitan la entrada en esta última, quiero un mundo mejor.

Y para nosotros mediadores. que os parece establecer en nuestro belén un Programa de “Educación por la paz”. Un programa, como en Belén de Judea, que muestre diferentes métodos de resolución de conflictos y sobre todo la mediación, basándonos en el reconocimiento del otro y de la igualdad de derechos para todas las personas, ya sea en conflictos que surgen dentro de mi belén, como fuera de él, para esos familiares que vengan este año a casa y lo vean, con ojos atónitos porque es el belén de un mediador. Conseguir que estén juntos, judíos y romanos; que Herodes visite a Jesús, hombre de paz, para reconocerlo, aunque no comparta sus ideas y que el posadero tras su negativa de acogerles, les ofrezca a José y María, sábanas limpias, agua y “mate” o café calentito para todos, pastores, pajes, reyes y romanos. Pienso que en nuestro belén sería posible y que esa filosofía que muestra mi belén, se traslade a todos los asistentes a mi casa, en la cena de Nochebuena, de la que os hablaré otro día. 

FELIZ NAVIDAD AMIGOS


sábado, 12 de diciembre de 2020

EL DETERIORO DE LA JUSTICIA

 


Y no lo digo yo… si recogemos noticias de la última década, los datos son inequívocos, en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo: Baste algunos ejemplos de los miles que podemos encontrar:

Según El Periódico CLARIN de ARGENTINA… en el año 1998:

“En los últimos años se han producido numerosos episodios de jueces cuestionados por diversos motivos que van desde sospechas y certidumbres sobre su falta de independencia en relación a otros poderes como por la comisión de delitos que han contribuido a deteriorar la imagen y la confiabilidad de la Justicia. Este cuadro se agravó cuando salió a la luz que un juez federal se encuentra implicado en algunos delitos, no denunció otros de los que tenía conocimiento, parece haber sido influenciado por sus relaciones con el Gobierno y la Policía y tuvo conductas reñidas con el decoro de su magistratura. Aunque los vicios en el funcionamiento de la Justicia se han convertido en un motivo de atención y preocupación dominante en los últimos tiempos, se trata de un problema de larga data

De igual forma, el Periódico GRANADA HOY… año 2008:

“La sanción impuesta al juez Rafael Tirado por la desastrosa gestión que hizo su juzgado de la ejecución de una sentencia contra el presunto asesino de la niña Mari Luz ha provocado una crisis institucional en la que desde el poder político se está arremetiendo duramente contra el gobierno de los jueces. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es acusado de haber actuado con criterios corporativos y alejados de la sensibilidad que en la opinión pública ha provocado un caso tan grave. El hecho de que la Justicia, los errores en su aplicación y su falta de efectividad como servicio público, se convierta en el centro del debate político es algo que no favorece al fortaleza del sistema democrático”.  

Según el Diario “EL ESPECTADOR” DE COLOMBIA…AÑO 2009

“Algunos colombianos estiman que el deterioro de la Justicia causa al país, a la fecha, más daños que la propia guerrilla. Cuando se aborda este tema en las reuniones sociales suele comenzarse este juicio observando que se trata de un fenómeno mundial, que en Colombia toma carácter especialmente agudo”.

“Buscando las causas, aparece también el efecto de las llamadas "universidades de garaje" para la formación de abogados. La proliferación de personas que ejercen el Derecho como un oficio productivo económicamente y no como una responsabilidad profesional, algunas veces con marcados sentimientos de inferioridad y resentimientos, no ofrece la mejor materia prima para quienes tiene la sociedad en la aplicación de la justicia”.

En el periódico ABC DE SEVILLA… año 2010:

“Los jueces de lo Penal de Sevilla se sumaron ayer a las voces que claman contra el caos en que, desde hace décadas, está sumida la Administración de Justicia en la capital hispalense. No es la primera vez que lo hacen y probablemente no sea la última; ni sean ellos los únicos. El argumento en esta ocasión es la inconveniente distribución y deficiente utilidad del llamado «edificio puente», al que han sido enviados en un intento —otro más— de descongestionar el hacinamiento tercermundista que sufren los órganos judiciales sevillanos”.

EL DIARIO, MADRID… año 2013

El número de jueces y fiscales es "claramente insuficiente" y será difícil evitar que ello suponga en los próximos años "un deterioro en el servicio de la Justicia", ha señalado hoy en su discurso en el acto de apertura del Año Judicial el presidente del Tribunal Supremo, Gonzalo Moliner

En la Radio, en la CADENA SER en España… año 2018, se escuchaba lo siguiente:

Jueces y Fiscales en Huelga contra el Deterioro de la Justicia

“exigen el reforzamiento de la independencia judicial, la modernización de la Administración de Justicia y la mejora de las condiciones profesionales de los miembros de la carrera judicial para conseguir una justicia rápida, eficaz, moderna y tecnológicamente competitiva”.

Por otro lado El Diario EL mundo, en España…. año 2019

“El fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre Oriol Junqueras ha encendido los ánimo de la oposición, que ven un "atropello" y un "ataque a la soberanía de España" una sentencia que dice que tenía que haber sido eurodiputado y gozar de su inmunidad parlamentaria. Tras ello se ha lamentado "el deterioro de la imagen de la Justicia" española por "la apuesta por la judicialización del conflicto político en Cataluña".

Por último, para no cansar más al lector, El Diario NOTICIAS DE NAVARRA 2020:

“El cruce de reproches y acusaciones que han protagonizado el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Joaquín Galve, sobre la capacitación profesional del juez Ricardo González tras su infumable voto particular pidiendo la absolución de los cinco condenados por la agresión sexual a una joven en Sanfermines de 2016, refleja en toda su crudeza el deterioro al que la política está llevando a la justicia. Catalá ha tirado la piedra señalando a González, pero ha escondido la mano al no concretar sus insinuaciones. El ministro ya fue reprobado por el Congreso y ahora son todas las instancias del poder judicial y todas las asociaciones de jueces y fiscales las que piden su dimisión. Catalá nunca hubiera debido llegar a ministro de Justicia y ahora debe dimitir simplemente porque sus graves acusaciones no han sido aclaradas con hechos concretos que las justifiquen”.

Y cientos de artículos más que podríamos poner aquí, como dije al principio de cualquier parte del mundo. ¿Qué está pasando? Esta percepción es muy grave, si además la analizamos con los futuros abogados y abogadas que tengo la suerte de tener en mis aulas de la Universidad. Y si hemos sido observadores, no he recogido noticias de la lentitud de la tramitación de expedientes o incluso de la falta de colaboración de todos los agentes externos para el buen funcionamiento de la justicia.

Este post solo quiero que nos haga reflexionar, yo ya en su día decidí hacerme mediador, y con ello no solo descongestionar los tribunales de asuntos que deben ser tratados fuera de ellos, poniendo la razón y la comunicación como eje central en la búsqueda de las soluciones. Es por eso que os animo a que pensemos entre todos y no nos quedemos solo en la crítica al sistema, sino que vayamos más allá y planteemos posibles soluciones, porque es fácil decir lo mal que está… pero muy difícil decir cómo podemos cambiar… ¿TE ATREVES?


miércoles, 9 de diciembre de 2020

CARTA ABIERTA A MI CLIENTE: ME GUSTA VERTE FELIZ

 

 

Ya hemos terminado este camino difícil, tortuoso, con altibajos, pero emocionante. Tú has sido quien decidías cada momento, tú eras consciente de lo que debías ceder y conceder. Tú sabías que para que te legitimaran, necesitabas legitimar, tú tenías que hacer tuya la frase “lo entiendo, aunque no lo comparto”. Solo tú eres consciente de lo que has crecido a lo largo de este problema, por eso te felicito por lo conseguido y que me hayas permitido acompañarte.

Tú y solo tú has conseguido que lleguemos a un acuerdo justo, equitativo, estable y duradero. Soy mediador y desde el primer momento si algo nos gusta tanto como nuestro trabajo, es que te veamos feliz, hasta el punto de que muchas veces llegues a llamarme amigo.

Nuestro trabajo es toda una forma de entender la vida y una declaración de intenciones, pues nos gusta que recorras el camino, que lo disfrutes y que veas el problema como una oportunidad para estar mejor. Queremos ser meros espectadores en el futuro de tu felicidad, por el trabajo bien hecho. Además, he de decirte, que quiero ser partícipe de tu historia, para contarla y que le sirva a los demás, con la debida reserva.

Es muy importante desde el primer momento que acudes, conocerte y saber de tus emociones, capturándolas en cada momento, como si fuera un fotógrafo, para ser más efectivo a la hora de ayudarte. Gracias por dejarme verte reir y llorar.

Buscas un profesional que se implique y esa es mi pasión por mi trabajo como mediador, y tener ese toque mágico que consiga ayudarte a salir de un callejón sin salida, cuando todo lo ves oscuro.

Cada uno de vosotros es único y me encanta apreciar cada diferencia entre vosotros, para devolverte la oportunidad de seguir siendo protagonista de tu vida, única e incalculable. Por eso soy sastre de los sentimientos

Por eso me gusta verte feliz algo que todos quieren alcanzar, pero que solo con actitud, como la que has tenido durante el proceso de mediación… se alcanza. Muchos piensan en saber el “secreto” de la felicidad, pero ten en cuenta que no es un estado emocional sino más bien una forma de vida, la que has escogido con tu acuerdo.

Y nunca olvides que para que seas feliz, además de lo que hicimos, acudas a tus valores, aquellos que el ser humano debe proteger contra viento y marea, eso lo hará perdurable en el tiempo, porque la felicidad no se encuentra, se construye y se interioriza.

Y termino con un GRACIAS, porque verte feliz, me hace feliz a mi también.

Firmado: Javier Alés


lunes, 7 de diciembre de 2020

TRAS LA PANDEMIA… UN NUEVO RENACIMIENTO

 

 

Parece increíble, pero la historia se repite. Estamos viviendo una época que nunca imaginamos, que todo aquél con el que nos cruzamos nos dice, “yo nunca había visto nada igual”. Una Pandemia mundial, hace ahora un año que se declaraba una epidemia en China, tras la cual y en su expansión, llega a todos los países del mundo, convertido ya en Pandemia y es el momento de pensar en un nuevo “RENACIMIENTO”.

Esto me ayudó a analizar cómo fue aquella época del Renacimiento, para pensar en los paralelismos que podríamos vivir. 

El Renacimiento surgió en Italia en el siglo XIV y se extendió por toda Europa Occidental durante los siglos XV Y XVI y es el nombre que recibió el movimiento cultural que nació de la difusión de las ideas del humanismo, una corriente intelectual que puso en primera línea, los valores humanos.

Y me pregunto, ¿no es eso lo que echamos de menos? ¿no necesitamos volver tras la Pandemia a poner en su lugar los valores humanos: la honestidad, la humildad, la bondad, la confianza…? El Renacimiento suponía un período de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. Su influencia afectó a todos los ámbitos de la sociedad ya que el Renacimiento contribuyó notablemente al desarrollo de las ciencias y las artes, determinando una nueva concepción del mundo y el hombre.

Podemos decir incluso que todos aquellos que se encontraron en la época renacentista, deseaban rechazar todo vínculo con su pasado y querían volver a la esencia, a las creaciones griegas y romanas, borrando la época medieval. Como si de la actualidad se tratara, muchos quieren borrar esta terrible realidad de la Pandemia, como si no hubiera existido, no queremos vivir en ella y con ella. Y es aquí donde llamo la atención a la necesidad de RENACER.

Debemos empezar, como los Renacentistas, por interesarnos en la cultura, el conocimiento, con proyectos, estudios, investigaciones y observación de lo ocurrido. Y al igual que entonces, partiendo de la importancia de la salud perdida, buscar las ciencias más relevantes, la física, la biología y en lo que a mi corresponde implantar definitivamente “la cultura del acuerdo” ante los conflictos humanos, sin dejar de lado la importancia de la “razón” como entonces, para ceder y conceder, mediante el pensamiento racional.

Carpe Diem.

“Los valores éticos más profundos, como la libertad, el amor o la justicia, adquieren durante el Renacimiento su mayor expresión. El hombre decide enfrentarse a la vida con optimismo e ilusión, aprovechando cada momento de su corta existencia”. Y, ¿no es eso lo que debemos buscar hoy también? La ilusión perdida en esta época de Pandemia, solo se haya con esos valores, unidos al perdón, la integridad, la disciplina o la generosidad. Es tiempo de ser generosos.

Incluso si otro de los grandes problemas, tras esta situación mundial es la economía, en el Renacimiento, el comercio vivió su época de mayor esplendor. Por eso en aquella época (y creo que ahora también), nos debemos quedar con la frase “el hombre es la medida de todas las cosas” ya que expresaba la actitud de la nueva época. Volvamos pues al humanismo ya que, solo con esa nueva libertad de pensamiento se puede producir, antes y ahora, avances en numerosos campos y redescubrirnos.

Querido lector consigamos tras la Pandemia un “nuevo renacimiento”, consigamos que aparezcan nuevos “Tizianos” “Boticellis” “Garcilasos de la Vega” “Leonardos Da Vinci” o “Shakespeares” porque el mundo os necesita y mucha luz ante la oscuridad.


miércoles, 2 de diciembre de 2020

AJEDREZ PARA MEDIADORES

 

Siendo un jugador de ajedrez vulgar, como es mi caso, desde hace años, nunca dejé de pensar en la similitud de nuestro trabajo como mediador con las técnicas y los valores del juego.

El análisis en el ajedrez, parte de predicciones del comportamiento de los demás, no del comportamiento en sí, sin conocer las decisiones del otro jugador. Es lo que sucede en una partida de ajedrez, el jugador por lo general antes de mover una pieza, piensa en la movida de su contrincante y adelantarse a la jugada para finalmente ganar. La toma de decisiones y el análisis se hacen siempre buscando una función de utilidad, un objetivo, una voluntad

Cuando mediamos, la decisión que las partes tomen, van a estar entrelazadas, de tal forma que la que tome una de las partes dependerá en buena medida,  de las acciones y decisiones de la otra parte y viceversa.

Hace muchos años, para promocionar la mediación, utilizamos un video sobre “la magia de la mediación” donde incluí esta mención al ajedrez, pero nunca me había parado a pensar en la importancia que tiene, para prepararnos a mediar. Cómo si de un concurso se tratara, imagínate lector, que cuando alguien de nuestros mediados (jugador de ajedrez) antes de proceder a mover su ficha, mientras la otra parte no le escucha, nos dice al oído cual es su verdadera intención al mover ese peón “en nuestra partida”; y de igual forma cuando le toque el turno al otro mediado, mientras el primero no le escucha, nos diga la suya En eso se basa el secreto y la confidencialidad, en conocer no solo sus movimientos, sino sus verdaderas intenciones. Solo así les podríamos ayudar en la “partida”.

Me parece apasionante el juego de ajedrez. Me parece el mejor entrenamiento en solitario para la mente de un mediador. Hay que pensar que los jugadores mueven las piezas, de forma alterna, una vez cada uno, manteniendo el equilibrio en el tiempo y en las oportunidades (no obstante si hay un movimiento que supone el movimiento de dos piezas, el único, que es el “enroque de la torre y el rey”).

En el juego empieza el jugador que tienes las fichas blancas pero… que os parecería que en nuestro caso pidiéramos que manifiesten quien quiere empezar? Porque han visto que supone una pequeña ventaja y se ha visto que el blanco consigue aproximadamente el 55% de los puntos en juego frente a un 45% del negro, en bases de datos que recopilan millones de partidas.

Tambien se produce a lo largo del juego la “captura” de la pieza de contrario con los distintos movimientos, lo que vulgarmente llamamos “comerse una pieza”. Yo creo que muchas veces las posiciones son tan rígidas que cuando negociamos “hacemos desaparecer de nuestro tablero” esas piezas que nos vamos “comiendo” con el poder de la palabra, de tal forma que las alejamos del juego, y así, conseguimos pasar de posiciones a intereses y necesidades… se va limpiando de forma automática el tablero de todo aquello que nos esta impidiendo llegar a lo verdaderamente fundamental: la reina, el rey.

Ahora bien no olvidemos que cada pieza tiene su manera de moverse y que se conserva a lo largo de toda la partida y basta recordarlas querido lector para analizar su importancia:

La Torre:  Simboliza una fortificación. Al comienzo de la partida cada jugador dispone de dos, que se sitúan en las esquinas del tablero más cercanas a su posición. Puede moverse horizontalmente (en fila) o verticalmente (en columna).

El Peón:  Representan a los soldados de más bajo rango que no retroceden. En el juego del ajedrez hay ocho piezas fundamentales. Pero ojo, en el primer movimiento avanza dos casillas y después el segundo movimiento es de una casilla y cuando llega a la octava línea se transforman en cualquier otra pieza, adquiere nobleza, si consigue pasar todo el tablero sin ser capturado, excluyendo el rey.

El caballo: Representa a el arma de caballería. Su posición inicial en el tablero es entre las torres y los alfiles. Su movimiento no es lineal como el de las otras piezas, sino que describe una trayectoria en forma de L; es decir, se desplaza dos casillas en dirección horizontal o vertical y una en dirección perpendicular a la anterior.  Y al igual que la anterior otro dato muy importante: es la única pieza que puede saltar por encima de las demás.                                                                                                 

El Alfil: La palabra alfil proviene del árabe, cuyo significado es «el elefante» En la posición inicial de la partida, uno de ellos se ubica junto al rey y otro junto a la dama. Se mueve siempre en diagonal, sin límite de casillas y tanto hacia adelante como hacia atrás.

La reina o dama es la pieza de ajedrez más importante junto al rey, pues su captura es la finalidad de este juego; esta importancia viene dada por el hecho de que es la pieza de mayor movilidad, lo cual le confiere el mayor campo de acción de entre todas las piezas de ajedrez. El movimiento de la dama está constituido por la combinación de los movimientos de alfil y torre.

Y por último el rey es la pieza más importante (junto a la Dama, ya que no quiero que alguien mal intencionado piense en la cultura mal entendida y porque no, consigamos los mediadores alguna vez que sea la Dama la que tuviera que capturar el “ejercito contrario” para ganar la partida) del juego de ajedrez y, sin embargo, una de las piezas más débiles de todas; pero su importancia no gira en torno a su valor si no que el juego gira en torno a atrapar al rey enemigo, pues no se permite la captura de éste (jaque mate). Si un rey se encuentra en amenaza de ser capturado se dice que está en jaque, y el jugador debe librarse de la amenaza. Si no es posible esto último el rey se encuentra en jaque mate y ese jugador pierde la partida. El rey se mueve en dirección horizontal o vertical, aunque sólo se puede desplazar una casilla en cada movimiento, a excepción de la jugada especial llamada enroque.  

Tras este breve comentario a las piezas, me encantaría que tuvierais la suficiente creatividad, para poner nombres y apellidos a vuestras mediaciones, a quienes han sido en vuestras negociaciones, peones, alfiles, caballos, torres reyes o reinas, porque cada uno le da la importancia que tiene en una negociación. Pensad en aquel caso que tuvisteis de ámbito laboral, a través de recursos humanos, o incluso vecinal, donde los peones reclamaban el protagonismo, pero el dueño de la empresa, el presidente de la comunidad, no quería dar su brazo a torcer, y ahí aparecía de repente la importancia de la torre, ese administrador o jefe de área que servía para neutralizar la negatividad.

Pensad en esa situación intercultural, donde algún alfil o caballo, se entrelazaban entre los peones y el rey y la reina, para que estos entendieran que la diferencia de cultura o valores no supone un muro para la plena integración, gracias a que “saltaban” entre ellos o en diagonal entraban en el conflicto

No olvidéis nunca que con excepción de los peones, las piezas pueden moverse "hacia atrás", es decir en dirección a su respectivo jugador, pero los peones no, solo cabe avanzar, buscar una solución y ello solo depende de que “las otras piezas” se den cuenta que el pasado no lo podemos cambiar pero si son dueñas de su futuro.

Que maravilloso juego es el ajedrez, pero que maravilloso es trabajar la mediación. Por eso para terminar este post, solo animaros a pensar como el ajedrecista, aprender tácticas y técnicas de él y no olvidéis mis últimas recomendaciones, producto de un APRENDIZ DE JUGADOR DE AJEDREZ:

Si profundizáis en este juego, no te olvides del GAMBITO, una apertura del juego donde se sacrifica un peón para desarrollar las piezas más rápidamente: en mediación para seguir y conseguir, tienes que ceder y conceder.

Y por último, lo más importante: las TABLAS. Ese momento donde la partida termina en empate, puede ser por acuerdo de ambos jugadores, porque esté ahogado y ya no se pueda continuar. Pero es el momento mágico donde ambas partes se dan la mano y ambos PODEMOS CONSIDERAR QUE HAN GANADO. Algo que comenzó como en la batalla queriendo ganar con tus argumentos, termina teniendo que reconocer los argumentos de contrario que también respeta los tuyos


martes, 24 de noviembre de 2020

LA RECETA DE LOS MEDIADORES FRENTE AL COVID-19

 



No se nos escapa a nadie que nunca habíamos vivido algo así, que no estábamos preparados para ser conscientes de lo que significa una pandemia, y sobre todo que los conflictos se agudizan a pesar de nuestro positivismo, en estos momentos

Conflictos laborales, de emprendimiento, económicos… pero sobre todo también, de convivencia, de enfrentarnos a la realidad virtual de nuestras relaciones, de interpretar lo que alguien dice sin estar delante de nosotros, solo con lo que escribe o más bien representa si utiliza abreviaturas o incluso “emoticonos”. Sin entender muchas veces el “tono” del mensaje porque no lo escuchamos, solo lo vemos. Sin la reacción emocional de lo que supone una conversación, sus gestos, sus posturas.

Día a día aumenta la necesidad de la mediación.

Si la receta médica es el “documento legal por medio del cual los médicos prescribe” un fármaco para el tratamiento de un paciente y este será dispensado por el farmacéutico, podemos decir que hoy en día necesitamos que el mediador o mediadora, prescriba un tratamiento ante tanta crispación social, familiar y humana.

Para que podamos prescribir una receta y en su caso tratamiento, necesitamos que este sea individualizado (necesitamos de la presencia de las partes en conflicto) y también dinámico (requiere un proceso a seguir que bien se realice de forma presencial o virtual) que nos lleve a “sanar” las relaciones y por ende, encontrar un posible acuerdo por si mismos.

Pero podemos dejar bien claro cuales son los elementos básicos de una receta mediadora en tiempos de COVID-19.

Necesitamos en primer lugar la prescripción de un “medicamento”, este documento no puede más que ser realizado por un mediador profesional, formado exquisitamente en prácticas de negociación. En este documento o “receta” debemos interesar que se dispense un “medicamento” una vez analizado y radiografiado el conflicto que esté disponible en las farmacias (mesa de negociación) y con unas instrucciones muy concretas para el “paciente” que debe seguir las reglas de la mediación.  

La receta médica debe estar muy bien detallada (análisis del conflicto), con el nombre exacto del medicamento (mediación intergeneracional, familiar, intercultural, proceso restaurativo…), la dosificación (previsión de sesiones a seguir) y el período del tratamiento durabilidad del acuerdo o “sanación” alcanzada) . Si lo realizamos así conseguiremos educar a las partes en el conflicto y por tanto los mediados sabrán como administrarse el “medicamento” en el futuro inmediato.

La receta de la mediación en tiempos de CoVID-19, donde la crispación, el egoísmo, la falta de escucha y la imposición son nuestra “pandemia” de cada día, es absolutamente necesaria, ya que es una indicación facultativa gracias a la cual los profesionales dejamos asentado por escrito a modo de constancia y referencia la adquisición de un acuerdo y la toma de un medicamento para ello. Pero ojo, para elaborar una receta el profesional el mediador debe contar con la habilitación legal correspondiente, por lo cual debemos huir de sanadores, visionarios y “negacionistas” de la mediación (¿os suena a alguno?)

En cada país, la autoridad “sanitaria” oportuna establece los medicamentos que deben ser dispensados con o sin receta y en esta época, se hace también absolutamente necesario que estas mismas autoridades potencien la “vacunación” expansiva de la mediación para evitar tanta crispación.

En cuanto a la validez de la receta, cada documento debe tener publicada obligatoriamente la fecha de prescripción porque no olvidemos que si conseguimos un acuerdo este debe asentarse en las cuatro patas que sustenten el mismo: JUSTO, EQUITATIVO, ESTABLE Y DUIRADERO.

Antes de seguir, no quiero olvidarme y hacer una breve referencia a las “recetas” de nuestros abuelos, esas que hemos oído en casa y que ahora aplicamos con otros nombres: “hijo mio cuenta hasta 10 antes de decidir” o “los trapos sucios se lavan en casa”…Antiguamente, la receta era ese encargo que se daba al “boticario” (mediador natural) para que hiciera la composición de un remedio con varios ingredientes que hoy llamamos empatía, asertividad, tolerancia… y que antes se llamaba cordura, dar la palabra o respeto.  

Dicen que los egipcios empezaron a adorar al dios Horus como sanador de todos sus males tras una sanación milagrosa de su “ojo”. Se trataba de un símbolo de protección y cura, y los amuletos incluso hoy día es utilizado por muchas personas pensando que evitan lo que los andaluces llamamos “el mal fario”

Necesitamos en este tiempo de pandemia la total convivencia pacífica entre “mediadores naturales” y “mediadores profesionales”, todo viene bien en estos tiempos de COVID.

Por eso animo a quienes estén trabajando por mejorar las relaciones personales y sociales que en el envase del medicamento (Cuando presenten sus servicios) incluyan la leyenda “con receta médica o sin receta médica” según proceda, para que los mediados sepan como actuar y se les va a ayudar.

Os animo queridos mediadores, “médicos” de las relaciones humanas a que tengáis en cuenta varias cuestiones a la hora de prescribir a las personas una mediación y a conocer las contraindicaciones:

·      ¿Es realmente necesaria la utilización de la mediación

·      ¿Hay un diagnóstico adecuado?

·      ¿Se ha elegido el fármaco más apropiado?

·      ¿Hay antecedentes en los mediados de alergias o reacción (actitud) a este medicamento?

·      ¿Se ha considerado la edad del paciente?

·      ¿Se ha explicado los principios de la mediación claramente al paciente?

·      ¿Se ha considerado la influencia de agentes externos al tratamiento?

·      ¿hay un plan para revisar la utilización de la mediación?

·      ¿Es correcta la vía de administración?

·      ¿Acepta el paciente el fármaco?

 

Es necesario absolutamente un uso racional de este “fármaco”, porque no olvidemos que también como otro cualquiera tiene contraindicaciones. Una contraindicación es una situación específica en la cual no se debe utilizar un fármaco, un procedimiento o una cirugía ya que puede ser dañino para los mediados.

Por eso podemos decir que en esta pandemia utilizar la mediación no se recomienda si:

·        Se utilizan dos fármacos o procedimientos juntos. (no es aceptable hacerlo aunque los beneficios superen a los riesgos por eso tenemos que suspender juicios pendientes si por el mismo caso se lleva a cabo la vía judicial, contradictoria a la extra-judicial).

·        La contraindicación de no hallarse en el momento oportuno el “paciente” supone reacciones al mismo, que en un fármaco “real” supone vómitos, dolores de cabeza y similares y que en la mediación supone la negación de la realidad, la depresión o la concesión injusta de principios o valores solo por llegar al fin

Para terminar querido amigo solo puedo decirte que el uso de la mediación, sin receta mediadora puede provocar muchos “problemas de salud”. Es lo que llamamos automedicación. Por eso ACUDE A TU MEDIADOR y asi evitas efectos secundarios    

Tu receta del mediador ante el Covid-19, será el documento que avala la dispensación de esta maravillosa “medicina” y su prescripción médica en esta época que te tocó vivir