miércoles, 30 de junio de 2010

EL MODELO DE MAGIA Y MEDIACION


Los magos tienen "sus técnicas", para que la audiencia vea algo nuevo, algo sorpresivo, diferente y que parecía imposible. Para que la magia aparezca en un conflicto, los mediadores tenemos herramientas en nuestra mesa para poner a disposición en un proceso. ¿Que hacemos exactamente?¿porqué somos magos?. La mediación es un proceso al que se recurre cuando las partes no han podido entenderse y ayudados por una persona neutral, llegan a un acuerdo mediante la autodeterminación. La magia de la mediación consiste en ayudar a la gente a cambiar sus "percepciones" acerca del problema que tienen y modificar la percepción del problema significa poder mirarlo desde otro lugar (Diez y Gachi). Consiste en enseñarles que existe una vía de acuerdo, una posible solución, que está oculto a sus ojos y que si conocen como hacerlo, podrán utilizarlo en el futuro en nuevas confrontaciones. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que pocas cosas son tan satisfactorias como aprender un juego de magia y hacerlo ante los tuyos, que se sorprendan.

Para nosotros los mediadores y mediadoras igual que para el mago, lo más importante es la narración, la comunicación, la estrategia a utilizar, la interacción con nuestro espectador o cliente.

En el espacio de la mediación, el elemento más importante son los significados a los sucesos que en él ocurren. El espacio facilita y genera confianza, al igual que el mago necesita de complicidad del auditorio o de las personas cercanas a él en la magia de cerca.

La generación de confianza, es fundamental en ambas profesiones. En mediación, las partes tienen que comenzar a confiar en la persona del mediador; también es importante ir demostrando logros para que confien en el proceso, y sobre todo en que pueda haber una solución. Cuando el mago pide un voluntario, cuando le hace pasar por el trance de espadas, cuando "rompe" su cuerpo en pedazos, sabemos que no pasa nada pero... que no me toque a mí.

Es importante también legitimar a las partes, saber que estamos con ellos y que se sienten parte del proceso. Los magos consiguen eso mediante los 5 puntos mágicos: La mirada (transmitir relajación, ilusión, manteniendo hilos imaginarios con ellos), la voz (proyectando su voz con claridad y con variedad de matices que sirven para comprensión, resumen o llevando a las partes al climax; los magos y mediadores somos expresivos, comunicativos y emocionantes), las manos (relajadas, sueltas, con armonía y expresividad), el cuerpo y los pies (con los que muestran sus mensajes en cada momento). Los mediadores lo hacemos alentando y facilitando la participación.

Pero quizas lo más llamativo de la unión entre LA MAGIA Y LA MEDIACIÓN sean los perfiles personales y profesionales y las funciones que cumplen, Así diríamos que los mediadores, como los magos, serán serenos, observadores, con grado de simpatía/empatía, comunicadores, inspiradores de confianza, confidenciales, pacientes, creativos. Y entre nuestras funciones tenemos la de ser analistas de la realidad para reflexionar sobre el juego o el conflicto,; ser traductores o intérpretes de los mensajes que recibimos; ser fotógrafos de la realidad; y ser catalizadores.

Una vez leyendo un manual de Cartomagia, el autor afirmaba que el arte de producir la admiración de los semejantes por medio de hechos en apariencia extraordinarios, es tan viejo como la humanidad y a esto añadimos que la mediación como técnica, proceso o método por el que personas se han ofrecido para poder templar los conflictos que otras han tenido es también tan antigua como la humanidad.

Os imaginais un sombrero de copa, un manto misterioso o la famosa varita mágica, que en mediación hicieran desaparecer las malas intenciones y apareciera delante de nuestros ojos la sinceridad, el reconocimiento, el acuerdo. Aprendí una vez un juego por el que un nudo imposible de desatar y que entrego a las personas para que lo observen, cuando vuelve a mis manos, atado a una pulsera, con un simple movimento era capaz de desatarlo. Cuantas veces viene nuestros clientes on "ese nudo imposible",ese laberinto de intenciones y, si podemos intentamos "desatarlo", siempre con su ayuda porque son ellos los que tienen que querer "desatarse". . Valorar la diferencia no es sólo ampliar nuestra propia conciencia sino también reafirmar al otro. Eliminar las fuerzas negativas de resistencia para defender nuestra posición para unir nuestro potencial creativo al de otro ser humano nos abre posibilidades nuevas.
Asi es como presentamos el modelo mágico en el que podemos hablar de cuatro fases para ser creativos en el proceso mediador:
1. Fase de preparación, en la que se recoge la información relacionada con el problema. Estamos habituados a nuestra manera general y por conveniancia de pensar soluciones. Los psicólogos denominan “fijación funcional” a la trampa de la rutina; solo vemos la manera obvia de solucionar un problema, la misma manera cómoda en que lo pensamos siempre y cada caso es un mundo. Tenemos que prepararnos a buscar los justo antes que “lo legal”
2. Fase de incubación. Una vez que has reflexionado acerca de todas las circunstancias relevantes del conflicto, puedes dejar que el problema se digiera lentamente
Mientras que la preparación exige un trabajo activo, la incubación es más pasiva, es un estado en el que gran parte de lo que sucede se desarrolla fuera de la conciencia enfocada, en el inconsciente de tal manera que a menudo subestimamos el poder del inconsciente, pero éste es mucho más fértil para las iluminaciones creativas que el consciente
3. Fase de inmersión . Durante todas las sesiones que llevemos de mediación, el diálogo está dirigido, controlado: asi, en la escuela, el parque, el trabajo, viendo televisión, ocurre lo mismo, pero en el proceso de mediación escapar del control y ser atrevidos es realmente importante
Cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajados es útil para el proceso creativo y asi permitir, simplemente, que la mente sueñe despierta y podamos mediante la “lluvia de ideas” ser creativos
4. Fase de inspiración o iluminación. Después de la inmersión y el soñar despierto puede llegarse a la iluminación, cuando de repente se te ocurre la respuesta como salida de la nada en el conflicto que trabajamos (lo que hemos llamado magia). Ésta es la etapa que se lleva toda la gloria y la atención. Es el momento que la gente anhela y ansía, aquél en que exclamamos: “por fin han encontrado algo de razón en la postura del otro” Este proceso es del mediador y de los mediados
El pensamiento solo, aunque sea todo un hallazgo revelador, todavía no es un acto creativo. La etapa final es la traducción de la idea y en acción. Traducir la iluminación en realidad convierte la gran idea en algo más que un simple pensamiento pasajero; la idea se vuelve útil y por tanto se reflejará en el acta final del acuerdo alcanzado.
Resumiendo las características de este método, hemos de decir que tratamos de comunicar, negociar, pero sobre todo establecer una estrategia en la búsqueda de alternativas. Nuestro método se basará en la anulación del poder y del derecho, para llegar al verdadero interés, utilizando herramientas de la teoría de los juegos. Y nuestro OBJETIVO FINAL será la creación de la ilusión de las partes en la búsqueda de su solución