martes, 11 de mayo de 2021

El arte de nadar contracorriente

 

Hay personas a quienes les gusta y no les importa nadar contra la corriente, que intentan trazarse metas que parecen imposibles, que emprenden proyectos cuasi quijotescos, que se salen de lo normal, de lo lógico, de lo preestablecido.

Creo y así lo pienso, que muchos de los mediadores y mediadoras que hoy me leen, así se sienten. La mediación y el diálogo, es un producto básico en nuestra profesión, pero que no vende en los medios, que no interesa a la opinión pública. Si nosotros mantenemos la reserva, si la confidencialidad es nuestra bandera, siempre tendremos la dificultad añadida de no ir a airear lo que está en nuestras manos. 

Es más yo mismo pido a mis clientes que mantengan la reserva de las partes, ya que no deben sacar a la opinión externa, aquello que hemos trabajado y mantenido en nuestras sesiones, porque se frustra muchas veces lo conseguido con numerosos “asesores gratuitos” de nuestro alrededor que sin saber muchas de las cosas, se atreven a opinar y asesorar a quienes se acercan.

Son muchas las horas o sesiones, acumuladas a nuestras espaldas, que siempre nos dejan debatiendo sobre lo ocurrido y las posibles salidas al callejón donde se encuentran, pero ¿Cuánto espacio dejamos a la sensatez de ser críticos con nosotros mismos? 

La mediación no vende, no es agria, no llena titulares, no reconocemos a los grandes referentes de la profesión, porque abanderan desde la “humildad” su trabajo, es el arte anónimo que ha quedado relegado a espacios minoritarios. Incluso en sus días grandes como cuando celebramos un Congreso, unas Jornadas, cada vez más de forma on-line en esta época, son solo los mediadores profesionales quienes acuden a estos eventos luego flaco favor hacemos a su promoción.

La mediación por tanto,  no tiene hueco en la agenda de los conflictos de las personas. Cierto. Pero siempre hay excepciones. No vale eso de que no se conoce para apostar por ella. Hay gente que lucha por ir a contracorriente y que lo lleva haciendo muchos años, convirtiéndose en referente de “locos y hambrientos” de la cultura del diálogo.

Para hablar y escuchar sin prisa como si fuera una taza de té o un buen vino. Iremos siempre nadando contra corriente, pero nuestra profesión es una llamada a quienes creen que un minuto hablando puede resolver toda una vida, a quienes piensan que los trapos sucios han de lavarse en casa, a quienes les merece la pena contar hasta diez antes de tomar una decisión y no tener que pedir perdón después. La mediación se erige como el medio más natural, para conseguir que las partes enfrentadas se entiendan, sobre todo si la relación continuará en el tiempo por proximidad (vecindad), familiaridad (tener hijos en común), relación laboral (seguimos trabajando en la misma empresa) o empresarial (seremos socios de la misma en las decisiones a tomar).

La mediación, a pesar de suponer nadar contra corriente de la sociedad, que te enseña a poner un pleito cuando tienes un problema, es un elemento autóctono de nuestra forma de ser, se ha convertido en símbolo de nuestra convivencia, que debemos conquistar con nuestra actitud. No tratamos de hablar por hablar, sino comunicarnos y que se comuniquen para hallar un punto de razón entre tanta locura.   

Por eso hoy mi post va dedicado como homenaje a todos estos héroes anónimos (como aquellos mediadores que sin ser protagonistas de la solución, logran sacar la necesidad del pacto día a día en sesiones de mediación), muchas gracias por creer en nosotros, por creer en ti y no dejes de nadar, con ese arte de “Atar cabos”, una expresión acertadísima que describe lo que ocurre en la cabeza de alguien cuando se asocian dos o más hechos alejados en el tiempo o en el espacio, pero que permiten encontrar un espacio nuevo para la reconciliación y el entendimiento de que es posible, gestionar su problema respetando las diferencias.   


2 comentarios:

Mary De Simone dijo...

Jamás querido Maestro dejaremos de atar esos cabos, .!!!!!! gracias por siempre por tu Actitud.!!!

Brenda Vargas dijo...

Totalmente querido Maestro, me sentí identificada, gracias !!!