jueves, 5 de junio de 2008

LA MAGIA DE LA MEDIACIÓN


MAGIA Y MEDIACIÓN.-

No fué casualidad, es más tenía que pasar. Soy formador de mediadores y mediadoras, alumnos que cada año durante los últimos 6, saben que nuestra profesión es "mágica" y todo empezó antes de que se celebrara una conferencia en el 1º Congreso Andaluz de Mediación Familiar que se celebró en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, es más, yo creo que empezó mucho antes. Imaginad que un día recibís una visita de cierto personaje que te pide que le ayudes a enseñar a un grupo de alumnos todos sus conocimientos mágicos, y encima os dice que ha estado trabajando en esta tarea hace unos 600 años. Pues algo así fue lo que nos pasó a mi buen amigo Mario y a mi. Había llegado el momento de compartir todo lo que sabíamos sobre la magia y la mediación.

Corría el año 1400 y entonces fue cuando conocí a Mario el Mago, el mundo era un lugar oscuro, gobernado por la ignorancia y la fuerza bruta, solo unos pocos nos esforzábamos para mantener encendida las brillantes estrellas del aprendizaje, la esperanza y el asombro. Nuestras escuelas de mediación se mantenían oculta por necesidad, ya que en aquellos tiempos había muchas personas intolerantes y temerosas, que quemaban a los magos y entendía que la mediación no era importante, luego quemaban a cualquiera que fuera diferente.

Bastó una pequeña charla de 2 ó 3 minutos, sin levantar la voz y con la sorpresa en el rostro de quienes sabían que tarde o temprano tendrían que compartir algún secreto. Sabíamos que llevábamos en nuestro interior el poder de hacer que sucedan cosas maravillosas y que los magos y los mediadores teníamos que ser valientes para unirnos y enfrentarnos a lo desconocido.

Quedamos para 600 años después, el tiempo se pasó volando y sentados ya en mi despacho de la Universidad se nos presentó el Universo de seres mágicos que solo algunos afortunados pueden ver en su vida: elfos, duendes, gnomos, enanos. La mayoría son diminutos aunque alguno ya crecido eran de nuestro tamaño. Aunque algunas hadas viven en el país de las hadas y se mantienen jóvenes eternamente, otros seres en cambio viven entre nosotros y mientras hablábamos de magia y mediación, se nos cruzaban de un lado para otro, como queriendo entrar en nuestra conversación. Para ver un hada, un gnomo, tienes que saber que a pesar de que los conflictos te agobien, existe una solución y ser capaz de mirar y buscar entre las cartas de una baraja de naipes, además ellos deciden si desean mostrarse ante nosotros y si ven que vas a tener dudas, que no acudes con buena intención, si no reconoces a los demás y que también tienen razón, no se aparecerán jamás.

Así nos sentamos, Mario sacó su baraja y me dijo que permaneciéramos en silencio, íbamos a buscar nuestra primera hada, yo le hable segundos después de lo que estábamos haciendo en la Universidad: formar mediadores, formar ilusionistas, personas que van a intentar cambiar un conflicto por un acuerdo, una crisis en una leve sonrisa, "somos -le dije- alquimistas, queremos hacer una poción mágica, donde cogiendo una pizca de sentido común, un poco de justicia, de psicología, de humanidad, de ciencias sociales, para, mezclando con un poco de esos polvos mágicos que tanto tienen los magos, poder beber y hacer que las personas confíen en nosotros para ayudarles y resolver sus conflictos más cercanos".

Mario me comentó que desde tiempos inmemoriales, las palabras ABRACADABRA o TACHAAAN, han sido compañeras de los magos para sorprender a quienes creen en ellos, haciendo cosas que les parecían imposibles. La gente cree que las posiciones del sol, la luna y las estrellas han determinado la personalidad de cada uno y que ejercen una enorme fuerza sobre nuestro destino y me susurró: "fíjate bien, estos 4 reyes de la baraja, van a buscarse milagrosamente, estando repartidos entre sus ejércitos con un simple golpe, mezcla las cartas", yo hice fielmente mi trabajo y por arte de magia, después de cortar y barajar, allí estaban dadas la vuelta ante mis ojos sin que Mario las tocara.

Si quieres trabajar en la magia necesitas practicar una y otra vez. Los buenos magos suelen contemplar o señalar objetos o acciones que no tienen nada que ver con el efecto mágico y así mientras el público se dirige con su mirada hacia allí, pueden hacer que la ilusión se encuentre en otro lugar donde irán atraidos por él. Y yo me pregunto ¿y es que los mediadores no hacemos lo mismo?. Tenemos que practicar ser naturales, objetivos y empáticos, debemos permitir que nos cuenten y hacerles ver cuál puede ser el camino correcto, donde llegar si tienen ilusión y compromiso (¡¡ cuantas veces en sesiones de mediación hemos sabido cuál era la solución ideal!! pero hemos permitido que las personas lleguen por si mismos siendo encauzados por nosotros). Los magos adaptan las historias que cuentan a cada público, lo que ellos le llaman labia y sobre todo respetan al público, son tremendamente respetuosos con sus clientes.

Yo también quería sorprender a Mario y le conté que hacia poco tiempo fueron a verme a la consulta tres hermanos porque no sabían que decisión tomar con respecto a su padre de 84 años, enfermo y viviendo en soledad. El tiempo estaba en su contra y el padre no quería ser estorbo para ninguno de ellos, la posibilidad de internarlo en una residencia ya había sido descartada, y la ayuda prestada por una tercera persona ya estaba siendo muy costosa. Pues bien, se les ayudó al acuerdo al que llegaron por si mismos, a vender la casa, adquirir una cercana a uno de los hijos y estos acordaron que mientras que uno podía acompañarlo a visitas médicas y paseos diarios, el otro se lo llevaría de veraneo y el tercero, divorciado, se iría a vivir con el padre en la nueva casa que era mejor y más espaciosa.

Y así transcurrió, una, dos horas, no se, pero a partir de entonces sabíamos que teníamos que colaborar. Que los dos éramos magos y mediadores.

Los magos tienen "sus técnicas", para que la audiencia vea algo nuevo, algo sorpresivo, diferente y que parecía imposible. Para que la magia aparezca en un conflicto, los mediadores tenemos herramientas en nuestra manga para poner a disposición en un proceso. ¿Qué hacemos exactamente?¿porqué somos magos?. La mediación es un proceso al que se recurre cuando las partes no han podido entenderse y ayudados por una persona neutral, llegan a un acuerdo mediante la autodeterminación. La magia de la mediación consiste en ayudar a la gente a cambiar sus "percepciones" acerca del problema que tienen y modificar la percepción del problema significa poder mirarlo desde otro lugar (Diez y Gachi). Consiste en enseñarles que existe una vía de acuerdo, una posible solución, que está oculto a sus ojos y que si conocen como hacerlo, podrán utilizarlo en el futuro en nuevas confrontaciones. Os puedo decir que pocas cosas son tan satisfactorias como aprender un juego de magia y hacerlo ante los tuyos, que se sorprendan.

Para nosotros los mediadores y mediadoras igual que para el mago, lo más importante es la narración, la comunicación, la estrategia a utilizar, la interacción con nuestro espectador o cliente.

En el espacio de la mediación, el elemento más importante son los significados a los sucesos que en él ocurren. El espacio facilita y genera confianza, al igual que el mago necesita de complicidad del auditorio o de las personas cercanas a él en la magia de cerca.

La generación de confianza, es fundamental en ambas profesiones. En mediación, las partes tienen que comenzar a confiar en la persona del mediador; también es importante ir demostrando logros para que confien en el proceso, y sobre todo en que pueda haber una solución. Cuando el mago pide un voluntario, cuando le hace pasar por el trance de espadas, cuando "rompe" su cuerpo en pedazos, sabemos que no pasa nada pero... que no me toque a mí.

Es importante también legitimar a las partes, saber que estamos con ellos y que se sienten parte del proceso. Los magos consiguen eso mediante los 5 puntos mágicos: La mirada (transmitir relajación, ilusión, manteniendo hilos imaginarios con ellos), la voz (proyectando su voz con claridad y con variedad de matices que sirven para comprensión, resumen o llevando a las partes al climax; los magos y mediadores somos expresivos, comunicativos y emocionantes), las manos (relajadas, sueltas, con armonía y expresividad), el cuerpo y los pies (con los que muestran sus mensajes en cada momento). Los mediadores lo hacemos alentando y facilitando la participación.

Pero quizas lo más llamativo de la unión entre LA MAGIA Y LA MEDIACIÓN sean los perfiles personales y profesionales y las funciones que cumplen, Así diríamos que los mediadores, como los magos, serán serenos, observadores, con grado de simpatía/empatía, comunicadores, inspiradores de confianza, confidenciales, pacientes, creativos. Y entre nuestras funciones tenemos la de ser analistas de la realidad para reflexionar sobre el juego o el conflicto,; ser traductores o intérpretes de los mensajes que recibimos; ser fotógrafos de la realidad; y ser catalizadores.

Una vez leí en un manual de Cartomagia que el arte de producir la admiración de los semejantes por medio de hechos en apariencia extraordinarios, es tan viejo como la humanidad y a esto añadimos que la mediación como técnica, proceso o método por el que personas se han ofrecido para poder templar los conflictos que otras han tenido es también tan antigua como la humanidad.

Os imagináis un sombrero de copa, un manto misterioso o la famosa varita mágica, que en mediación hicieran desaparecer las malas intenciones y apareciera delante de nuestros ojos la sinceridad, el reconocimiento, el acuerdo. Aprendí una vez un juego por el que un nudo imposible de desatar y que entrego a las personas para que lo observen, cuando vuelve a mis manos, atado a una pulsera, con un simple movimiento era capaz de desatarlo. Cuantas veces viene nuestros clientes on "ese nudo imposible" ese laberinto de intenciones y, si podemos intentamos "desatarlo", siempre con su ayuda porque son ellos los que tienen que querer "desatarse".

Me gustaría despedirme con una recomendación a todas y todos: USAD VUESTROS PODERES MAGICOS, presta atención a todo lo que te suscita curiosidad y te da felicidad, ayuda a crear un mundo un poco mejor, son los indicios de tu auténtica naturaleza de mago-mediador.

Y si algún día nos cruzamos, recuerda... uno o dos minutos y después nos podemos encontrar dentro de otros 600 años.

Javier Alés, Abogado-mediador y... mago,