viernes, 11 de febrero de 2022

Qué aprender de los dioses romanos

 

La mitología romana es apasionante tanto porque por ejemplo los estudiantes de derecho, seguimos profundizando en el Derecho Romano como una de las principales fuentes de nuestra historia, como porque las distintas veneraciones, no hacen comprender la universalidad de sus dogmas y conocimiento desigual.

Hace unos días os hablaba de la mitología griega y hoy nos atrevemos a reflexionar sobre los dioses romanos. A diferencia de otras religiones, la romana era politeísta, lo que significa que eran muchos los dioses a los que adoraban. Y una gran curiosidad: tenían algo así como dioses propios y “dioses ajenos” aquellos que iban incorporando en función a sus conquistas territoriales.  

Templos, esculturas de grandes dimensiones, pinturas de reconocimiento mundial, todo nos recuerda la magnitud de la influencia del Imperio romano. 

Los romanos por ende tenían un sistema muy desarrollado de rituales, escuelas sacerdotales y panteones de dioses relacionados. Una mitología propia desde sus inicios, basta recordar el nacimiento de Roma con la “loba capitolina” amamantando a Rómulo y Remo. Por ello la «mitología» romana, no estaba tanto formada por relatos de hechos que acontecieran de forma extraordinaria, sino más bien por las complejas interrelaciones entre dioses y humanos.

Por eso, una gran diferencia con la mitología griega (si bien acogieron como propio muchas divinidades griegas), los romanos adoraban a sus dioses en función a sus actividades, a sus bondades para llevar a buen puerto actividades mundanas, a los que se encomendaban.

Pero no es mi intención hablaros de historia o de evolución religiosa. Como siempre, aunque sea de forma abstracta, lo más interesante para mí, es que similitud puede tener con nuestro trabajo de mediadores y como “implorar” por ejemplo, la ayuda que necesitamos en nuestro día a día. Por eso hoy os menciono, cual habilidades del mediador, los dioses más importante y que nos recuerdan, que somos los seres humanos los que en cada una de nuestras creencias, damos esa “inmortalidad” según nuestros destinos. El mío…gestionar los conflictos de los demás.

La «mitología» romana arcaica, al menos en lo referente a los dioses, no estaba formada por relatos sino más bien por el entrelazamiento y las complejas interrelaciones entre dioses y humanos.

¿Cuáles son los principales dioses?, aquellos que me llaman la atención.

Hablaros en primer lugar de Júpiter, principal dios romano. Es el equivalente a lo que fue Zeus en Grecia, con los condicionantes que ya os comenté en mi anterior post del blog. Puede ser considerado el "Rey de los dioses y de los hombres" ya que fue la máxima divinidad romana y como rey de los Dioses “repartió el universo entre él y sus hermanos; a sí mismo se reservó el cielo, a Neptuno le cedió el mar y Plutón se quedó con el mundo subterráneo”.  En la traducción de su nombre encontramos nuestro interés: Júpiter, representado en la mitología romana con un rayo, es “el padre de la luz” esa que necesitan quienes tienen un conflicto irresoluble. ¿encontraremos esa luz’.. permitirme esta licencia: podremos encomendarnos a Júpiter, pero si las partes no tienen actitud, difícilmente la hallaremos.

Después nos encontraríamos con Plutón, dios del inframundo, “motivo por el cual se le considera el más duro y temido de los Dioses por los hombres”. Ese que supone ahondar en la deconstrucción del conflicto, cuando le preguntamos ¿Qué pasó? Y afloran los sentimientos más temidos del dolor del recuerdo. Pero no hay otra forma de trabajar. Bajar a ese “inframundo” nos permitirá encontrar esa riqueza en los corazones de las partes que nos permitan encontrar una puerta de salida del mismo.

Que deciros de Minerva, diosa de la sabiduría para los romanos. Mujer y ejemplo de trabajo previo para tomar decisiones, es la Diosa de la sabiduría, de la ciencia, de las artes y de las técnicas de guerra. Quiero estar siempre cerca de ella. Es la que me permite profundizar una y otra vez en las técnicas y habilidades de la guerra, de la negociación, de la mediación. Ella sería nuestro motor, que exigen las autoridades cada vez que nos exigen formación para reciclaje. Os pido perdón por esta comparación, pero es lo primero que me vino a la cabeza cuando pensé en ella.

Ahora os presento a Neptuno, dios de los mares, equivalente romano del griego Poseidón. Dios de los mares, las tempestades y los vientos, como ocurre en la mitología griega, es quien nos puede conducir en esa “carta de navegación” en la que se convierte un viaje por el conflicto de nuestros mediados. ¿A dónde ir?, ¿Qué preguntar? ¿cómo estructurar un proceso flexibilizado? Estas y otras más, serian mis preguntas al dios Neptuno.  Dado que se le suele representar como un dios malhumorado, incluso violento, de donde surgen todas las “malas intenciones”, se me antoja muy útil para poder explorar lo que de verdad ocurrió.

Luego tenemos a Marte, el dios de la guerra. Quiero referirme a el, porque pocos saben que Marte era el padre de Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad de Roma según la leyenda y por eso es considerado el padre de todos los nacidos en Roma. Me interesa mucho su deidad, precisamente porque para los romanos, aun siendo quien representa la guerra, también lo era de las cosechas, de la naturaleza, es decir, indirectamente, de la vida. Es por ello que Marte puede ayudarnos a comprender, que a pesar de tu asertividad, a la que tienes derecho para exponer e imponer tus argumentos, también eres consciente de ese otro terreno de reconocimiento del otro, que suponga una “cosecha”, que me permita a mi, mediador, y a ti, encontrar una parte de razón en el otro.

También quiero referirme a Mercurio, dios del comercio. Si era así considerado por los romanos, estamos hablando, de intercambios comerciales, de negocio, de ceder y conceder. ¿os suena? Toda mediación requiere de pedir para conseguir, pero en cualquier caso, de dar para obtener. Es ahí, en plena negociación, donde “comerciando” encontrarán el punto de acuerdo.

Necesito a su vez que conozcáis a Vesta, diosa del hogar y la fidelidad. Aquellos que trabajamos en el ámbito familiar, no nos es ajeno la importancia de esta diosa. Esta diosa, encargada del bienestar del hogar, debe imperar siempre, porque como digo en tantas ocasiones, si familias, parejas, se encuentra en conflicto, pero tienen lazos e hijos en común, van a “encontrarse” continuamente el en futuro y no hay mejor “medicina” que la mediación, para preservar el interés del hogar, de la familia, aunque ya no tengan relación entre ellos. Vesta es de las diosas y dioses griegos menos representados, porque siempre pensaron que es algo más espiritual que físico.

Y ya voy terminando querido lector o lectora, porque como sabes son muchísimos los dioses romanos, pero, quiero hacerlo con dos a los que también debemos prestar atención: La diosa Fortuna, diosa romana de la suerte y el dios Baco, el dios del vino

Referirme a la diosa Fortuna, como su nombre indica, es lograr el acuerdo, estable, justo, causante de todos los hechos que dieron lugar a hallarla. Pero también es cierto que la fortuna se refiere a la buena y mala suerte. Quizás en muchos casos, ésta última sea la que encontremos al final del camino.

Y por último el dios Baco, dios del vino debido a su popularidad y a su relevancia en la antigua roma, supone para mi, la celebración, el abrazo, la comida tradicional antes de volver a las actividades mundanas, como en el famoso proceso del “Hoponopono” que conocemos los mediadores, que termina con una celebración. El dios Baco era bueno con aquellos que lo honraban, y se le suele representar con racimos de uva en su cabeza, así como con vasos de vino, aquél que yo hoy levanto por ti, para celebrar que me lees, que compartes, que estás ahí. Salud.


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