lunes, 21 de febrero de 2022

La fiebre del oro

 

¿Recuerdas querido lector o lectora lo que significó esta frase? Se denominaba fiebre del oro a un “período de migración apresurada y de forma masiva de trabajadores hacia áreas más rústicas, en las que se había producido un descubrimiento espectacular de comercio de oro. Suele referirse en especial al que se produjo en California, Estados Unidos, en 1848 y que finalizó aproximadamente en 1960”.

Y hoy en día, ¿os suena la aparición de las criptomonedas?, según Jara Atienza “La tarde del 11 de agosto de 1994, un joven de Philadelphia, Phil Brandenberger, encendió uno de los ordenadores de su oficina, entró en internet, pidió un disco del músico británico Sting y pagó 12,48 dólares (más gastos de envío). La operación le llevó más tiempo del que hoy cabría esperar, pero lo cierto es que tuvo que usar un software de encriptación de datos que le permitiese utilizar su número de tarjeta de crédito de manera privada”.

Podemos decir según la autora de esta referencia, que esa fue la primera transacción comercial online de la historia. Desde ese momento, los pagos de compras y ventas por internet y el empleo de la criptografía, se ha extendido, como una nueva “fiebre del oro”, por todo el ciberespacio.  

Pues bien, hoy como siempre, os quiero llamar la atención a “nuestra” particular fiebre del oro.

Tras las grandes crisis que hemos vivido, económico y laboral, fueron muchos los que viniendo de distintas disciplinas profesionales, “viajaron” en su particular éxodo, hacia “tierras de mediación”, en busca del preciado “oro” de mejorar en su trabajo, pero también en muchas ocasiones, para ganar más dinero profesionalmente, algo más que honrado.

Eso hizo que se abandonaran perfiles profesionales clásicos, en busca de lo que llamamos “mediación” y el mediador profesional.

Esta fiebre querido lector, dura, lo que dura la constancia y la perseverancia de quienes se/nos acercamos a la profesión, para servirla y no para servirnos. Muchos volvieron /volvimos tras la fiebre del oro a nuestra antigua profesión; otros se/nos dimos cuenta que el verdadero tesoro está en devolver a las partes su poder de decisión ante los problemas, algo que enseñamos y nos enseña para nuestro día a día. Educamos y nos educan.

De ahí viene que tantos profesionales de la mediación, hablen de su pasión por esta profesión.

Y como ocurrió con la “fiebre del oro” que ahora se llama, “interés por la criptomoneda”, una nueva ola de “fiebre” viene a la mediación, esta vez en forma de “On line dispute resolution”, o gestión de los conflictos mediante plataformas por internet, encriptadas, confidenciales, valiosas para el acuerdo y libres de hackers…

Ha venido para quedarse, así está ocurriendo en la justicia tradicional, donde ya se hacen videoconferencias, juicios on-line o declaraciones virtuales.

¡Que de cambios trajo la pandemia! Si la llegada de internet cambió nuestra manera de relacionarnos, con las ODR, llegó el internet del valor de la negociación y el acuerdo… y aparecerán nuevos colonos, nuevas fórmulas, nuevos mediadores y servicios…


2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente reflexión como siempre Javier querido !

Liliana andres marino dijo...

TAL CUAL SI SUPIERAN.LO MARAVILLOSO Y DESESTREZANTE QUE ES BUSCAR VOLUNTADES PARA REALIZAR ACUERDOS.SE DARIAN CUENTA EL PODER QUE LA GENTE .TIENE EN SUS MANOS