martes, 1 de febrero de 2022

CONOZCAMOS LA RECETA QUE PRESCRIBIMOS LOS MEDIADORES.

 


Hay que decir que la receta médica, es el documento legal por medio del cual los médicos legalmente capacitados prescriben la medicación al paciente para su dispensación por parte del farmacéutico, (Wikipedia).

Es por esto que como “médicos de las relaciones humanas” creo que los mediadores debemos tener también nuestra posibilidad de recetar la mediación (ya en su día escribí en este mismo blog en abril de 2021, “las instrucciones de uso de este medicamento” llamado mediación) Dicha prescripción es un proceso que realizaremos de forma individualizada (caucus) o también conjunta para varios “pacientes”, pero siempre de forma dinámica

Por eso hoy hablamos de este documento que os quiero desgranar y que avala el tratamiento de un proceso de mediación, bajo la prescripción de un mediador profesional. 

Antiguamente, la receta era la nota que por escrito daba el médico o cirujano al boticario para la composición de un remedio sobre la base de varios ingredientes de origen sintético o natural, de forma artesanal, algo, que no es lejano a nuestro trabajo, ya que cuando adaptamos las historias que nos cuentan y pensamos en la estrategia a seguir en un conflicto, estamos ya desde el primer momento en las posibilidades del “remedio” que como alquimistas intentaremos crear junto con ellos.

También me gustaría diferencia entre “Prescribir y recetar” ya que son dos palabras que a menudo se utilizan como sinónimos. Así, cuando hablemos de prescribir, estamos refiriéndonos a recomendaciones de estilo de vida, previsiones de recaídas de futuro, y actitud saludable, para que “la enfermedad” (el conflicto) no vuelva a aparecer (reposo, ejercicio, dietas…

Por eso cuando hoy hablamos de “recetar” por parte de los mediadores, me refiero a dar pautas de comportamiento, instrucciones de uso de la mediación, en definitiva “documentar” la prescripción del mediador, para lo que supone el tratamiento a seguir en un conflicto. 

Más claro aún: con la “receta” vamos a prescribir, como será el proceso y el tratamiento, para que el “mediador” pueda dispensar, como haría un farmacéutico, el “medicamento” según el tipo de problema que se trae a la mesa de negociación.

La receta son las instrucciones, la receta son los principios en los que se basa, la receta es la sesión informativa una vez se realiza la exploración del problema.

Esa es la clave hoy en día para nosotros.

Se habla de la necesidad de impulsar la mediación en España, y que, para ello, quizás lo más importante es poner la sesión informativa como obligatoria, decidiendo posteriormente las partes si desean o no, ese tratamiento (si lo consumirán para su “dolor”), pero se antoja fundamental elaborar una buena “receta”

Por eso, las cuestiones polémicas que están surgiendo de incluir o no esa “obligatoriedad mitigada” en la mayoría de procesos privados y los consejos prácticos se plantean y surgen en relación a cómo dar cumplimiento a la receta de la mediación y cómo asegurar su correcta utilización teniendo en cuenta que el mediador es el garante, es decir, que avala la dispensación de este “medicamento”, según el caso que está en sus manos.   

Pero vamos a avanzar y pensar, ¿Cuáles sería los elementos de una receta?

Me atrevo a pensar en primer lugar en un “El volante de instrucciones” para el paciente, para que sepa de que se trata y los grandes beneficios de este “tratamiento” y sobre todo que sepa como lo puede utilizar.

Que exista receta o no receta “mediadora” supondrá el tan mencionado muchas veces, debate entre la mediación natural y la mediación profesional. Ni que decir tiene que la mediación profesional siempre con “receta”

Redacción de la prescripción. Cada caso es un mundo y como artesano que somos, necesitamos que se pueda adaptar el tratamiento al caso que observemos. Eso necesita de la “botica”, de los boticarios, como antiguamente, porque la misma receta no sirve para distinto caso.

Podemos decir que “el médico prescribe, el farmacéutico suscribe” teoría y práctica de la mediación, van de la mano ya que la receta “mediadora” debe incluir la forma de preparación del caso, incluso la mínima cantidad de información que se requiere para una prescripción.

Es necesaria también, la Identificación correcta y completa, tanto de uno como otro paciente el sitio y el momento o sesiones a seguir.

Eso nos llevaría en nuestra receta, a la cantidad del fármaco a dispensar: una sesión, dos… un mes o dos de tratamiento… cada caso es un mundo vuelvo a insistir

Por eso la enorme importancia de nuestra formación como “médicos de las relaciones humanas”, porque es necesario conocer plenamente este maravilloso medicamento, que no solo se vale de pasión o emoción, sino de bases reales de formación exquisita para poder ejercerla. Tenemos que dominar y conocer a la perfección este trabajo que aunque flexible, está perfectamente estructurado.

-          Debemos saber seleccionar perfectamente que este es el método adecuado al problema que recibimos y la dosis óptima para trabajarlo

-          Tenemos que conocer momentos de toxicidad y posibles efectos adversos en nuestros clientes si comenzamos una mediación y hay reacción contraria a colaborar o actitud poco negociadora.

-          Debemos saber modificar el tratamiento si no se da respuesta al proceso que pensamos, o aparecen efectos secundarios.

Y también quiero compartir contigo querido lector o lectora que hay cuestiones muy importantes a tener en cuenta al prescribir la mediación:

a.    ¿Hay un diagnóstico adecuado?

b.    ¿Es realmente necesaria la utilización de la mediación?

c.    ¿Se han definido cuidadosamente los objetivos a conseguir en el proceso?

d.    ¿Se ha realizado una historia completa del asunto?

e.    ¿Hay antecedentes de alergia o reacción adversa como denuncias, querellas, demandas…?

f.     ¿Se ha explicado la mediación claramente a los “pacientes”?

g.    ¿Es probable que se genere dependencia al fármaco y por tanto no se avance en el tratamiento o búsqueda de la solución?

h.    ¿Hay un plan para revisar periódicamente?

 Sea como fuere amigos, que importante es tener claro que la prescripción de la mediación como método ideal a seguir según el caso, requiere de una receta que prescribamos para una correcta aplicación al conflicto.


1 comentario:

Mary De Simone dijo...

Gracias querido Maestro siempre. Continuamos formándonos día a día a través de tu blog. Un abrazo.!