jueves, 29 de julio de 2021

La Verdad de las Mentiras

 


Querido lector, me llamó mucho la atención este título, de una novela de Mario Vargas Llosa, no tanto por el texto más que brillante de quien ha sido Premio Nobel, sino porque en mis análisis de lo ocurrido en una mesa de negociación, en más de una vez he reflexionado sobre lo que puede significar, las historias que nos cuentan las partes enfrentadas.

Las historias de cada parte, nos provoca que se confunda lo verosímil con lo verdadero, sin verificación alguna, ya que nosotros trabajamos con las versiones que ellos dicen ser verdad y que no vamos a comprobar, porque no es nuestra misión. Se diluyen así las fronteras entre verdad y mentira, ¿será cierto lo que nos cuentan? No lo sabemos, pero es necesario restablecer con nuestra preguntas, las versiones con su íntima relación con la verdad.  

Cuando nos introducimos en el núcleo de lo ocurrido, del conflicto, el desgaste se produce muchas veces no por lo que hicieron que dio lugar a ello, sino por sus mentiras sucesivas para disimular los hechos. La mentira les puede pasar una “factura” personal (al margen de otras situaciones) que nuble la posibilidad de encontrar puntos de acuerdo, pero lo que es cierto es que me encontré muchas veces, que el mediado, se cree su propia mentira, como si la hubiera vivido.

¿Recordáis momentos de conflictos en los que la mentira jugó un papel decisivo? Por ejemplo, en los Estados Unidos cuando la opinión pública se enteró de que las sucesivas Administraciones mentían sobre el desarrollo de la guerra en Vietnam. No decir la verdad sobre lo ocurrido a la opinión pública hizo que perdieran la guerra en Vietnam y también de puertas hacia dentro, frente a muchos norteamericanos, porque al detectar las mentiras, dieron la espalda a lo ocurrido. El descrédito, la desinformación, las verdades a medias… hay muchas versiones y situaciones de lo ocurrido en un conflicto

Nosotros somos gestores de conflictos y, como tal, debemos ganarnos de una forma exhaustiva, la confianza de nuestros mediados ya que, solo gracias a ella, podremos sacar la “verdad de la mentira”, basada en nuestra independencia y nuestra profesionalidad. Y me permito decir por tanto que para mediar y saber negociar una salida, se requiere un talento, que no abunda y que consiga en esta profesión una reputación por su trabajo profesional y para lograr solvencia y credibilidad (que no es lo mismo que captar muchos clientes), que nos permita, sin tener que validarlo, que los mediados nos cuenten la verdad, su verdad eso sí, que esté exenta de esa mentira, que puede hacer que el proceso se dilate y que el resultado no sea satisfactorio, porque si nos mienten… en la durabilidad del posible acuerdo irá su pena, para nada servirá

Podemos también, alimentar el proceso con más de una fuente de información, si hacemos que expertos en determinadas materias, formen parte del proceso o informen en el mismo. No nos de miedo de derivar un asunto, no siempre podemos saber de todo, es más, yo diría que nunca. No olvidemos que gracias a internet, o los más domésticos, Instagram, o whatsapp la información circula por estos nuevos cauces ya que disfrutamos del mayor caudal informativo de la historia, y muchas veces no coinciden lo que nos cuentan con lo que dicen que ocurrió. Esto me pasó en un caso que por reserva no voy a desvelar, pero que se vio  envuelto en no poca confusión que complica el ejercicio de la mediación y distinguir, de separar la paja del grano, la verdad de la mentira, la realidad de lo que las partes dicen que pasó.  

Dicen que en periodismo se le denomina “fake news” ¿y en mediación? Quizás “fake version”. Si es así, existirá falta de colaboración, buena fe, actitud, en definitiva, aquello a que se comprometieron cuando nos encargaron el increíble proceso de mediación

No olvidéis, que esta situación provoca que se confunda lo verosímil con lo verdadero, sin verificación alguna; ello supone que lleva a aceptar que el “relato histórico” de lo que dicen que ocurrió, puede ser ambas cosas (historia cierta, siquiera aproximada o interpretada, y ficción, subjetiva, gratuita y libérrima);  

Por eso ahora, más que nunca, el mediador tiene que aprender a ponderar y practicar la ponderación al seleccionar y ordenar la información que recibe, porque nuestra misión está en el futuro, no en el pasado, pero éste y sus versiones son la base de la negociación

Querido amigo, ponderar significa entender que no todas las versiones son iguales, que no todos los hechos tienen la misma relevancia y que no todas las posiciones tienen el mismo interés. Ponderar significa distinguir entre lo sustancial y lo insustancial, en este sentido, mi recomendación cuando me encontré situaciones de este tipo… consigue con el silencio lo que las palabras intentan decir, observarás la verdad de las mentiras.


1 comentario:

Mary De Simone. Argentina dijo...

Qué razón tienens Maestro, sólo generando mucha confianza los mediados se abrirán a contar sus verdades. Gracias siempre.!!!!