lunes, 5 de julio de 2021

El Patito Feo de los Hermanos en una mediación

 

¿Habéis sufrido alguna vez no ser comprendidos o valorados? Cuando pienso en este otro cuento clásico, de los que he analizado varios, siempre me viene a la cabeza, esos problemas de herencia o bien que hemos sufrido en nuestras familias, o en su caso, incluso de cuidado de personas mayores, que hemos atendido en una mesa de negociación como mediadores.

Creo que jamás Hans Christian Andersen, pudo pensar cuando escribió “el patito feo”, que este cuanto pudiera dar lugar a analizar lo que son las relaciones familiares y sobre todo, desde el punto de vista de aquél hermano o hermana, que antes mencioné, fuera tratado de forma quizás injusta en el reparto de una herencia, pero me atrevo aún más. También nos serviría para analizar uno de los conflictos que cada vez más, acude a nuestra mesa de “diálogo”: el cuidado de las personas mayores donde en más de una ocasión, alguien se siente “patito feo” porque está siendo el cuidador informal de su padre y madre, cuando los demás hermanos se limpian las manos.

“Como cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.

Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se congregaron ante el nido para verles por primera vez.

Uno a uno, fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alborozo de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto.

Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, incluso los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento”.

Como siempre ocurre cuando hay vida, aquel huevo, distinto, comenzó a romperse y de él salió un sonriente pato, más grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis... Queridos amigos, tenemos derecho a ser diferentes ¿o no? ¿Qué demanda la sociedad y nuestras familias?

7 hermanos, 6 de una gran belleza y posición social, y uno que no tuvo la suerte de los demás. Por eso frases como… “Javier no es justo que todos nos llevemos lo mismo de la herencia” “mis hermanos han podido, estudiar, formarse, trabajar, mientras que yo, estuve siempre, con eso de ser el menor (o el mayor da igual), cuidando de nuestro padre”. ¿os suena?

Lo hayamos vivido como profesionales o incluso en nuestra propia familia, los temas de herencia o cuidado de mayores es algo muy espinoso a la hora de tratarlo en mediación.

Al igual que ocurrió en el cuento, se siente apartado, mientras los demás tienen una buena situación.

Andersen, retrató un patito, que se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían... Pero como siempre decimos, el tiempo da y quita la razón, ya que si al principio él era distinto, incluso torpe, poco valorado incluso por sus propios hermanos, pronto todo cambió

“El hermano feo”, decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado. Dejó todo al azar, “su parte de herencia”, “su trabajo como cuidador informal de su padre”.

Es difícil tomar esa decisión, tanto, como que le aparta de su propia familia y le expone a los peligros de la sociedad, porque un mal asesoramiento, le expuso (como ocurrió con la anciana del cuento que se encontró que lo quería como plato de comida) a las malvadas garras de asesores sin escrúpulos que les recomendaban una y otra vez que demandara a sus hermanos…cazadores, la llegada del invierno… todo estaba en su contra.

Pero os dije amigo lector, que todo cambia, así a nuestro protagonista le llegó la primavera, y a nuestro cliente le llegó la mediación, un estanque donde la experiencia de mediadores, le hacía ver que no era una “pato” sino un cisne, tan importante como los demás, así, con el apoderamiento, pudo reunirse  con los hermanos, pues su reflejo sobre el estanque(sobre la mediación) le igualaba a cualquier postura.

La gran diferencia de nuestro “cuento” con aquél que maravillo a todas las generaciones de Andersen, es que nuestro protagonista vuelve a su familia, para poder conseguir que a pesar de las posiciones de cada uno, nos introduzcamos en los verdaderos intereses y sobre todo necesidades.

Todos y cada uno, aun procediendo de la misma familia, tenemos derecho a nuestra propia identidad y que esta no sea “pisada” por nadie, porque conseguiremos la convivencia pacífica que nos permita la “laguna de la mediación”


1 comentario:

Mary De Simone dijo...

Qué fabulosa frase y enseñanza Maestro. gracias siempre.!!!! "...Todos y cada uno, aun procediendo de la misma familia, tenemos derecho a nuestra propia identidad y que esta no sea “pisada” por nadie, porque conseguiremos la convivencia pacífica que nos permita la “laguna de la mediación”..."