miércoles, 30 de abril de 2025

Todos vivimos nuestro propio "APAGÓN"

 

Pues si, tenía hoy que escribir, 48 horas después, como cuando valoramos la reacción ante un post-operatorio “el apagón” total de carácter eléctrico, en España de este pasado lunes 28 de abril de 2025, que quedará para la historia. Todavía se desconoce el origen, pero ya, como siempre hago, desde el punto de vista de un mediador, podemos hacer valoraciones.

Permitidme la licencia de comparar el “apagón eléctrico”, con el apagón comunicacional que existe cuando salta “la chispa” y las personas que viven un conflicto, se quedan sin luz para resolverlo.

En una época en la que todo está electrificado, los ciudadanos nos quedamos sin comunicación, sin luz, sin posibilidad de cocinar o incluso escasez de agua al no llegar los motores a nuestras viviendas, por no hablar de los problemas de salud, en hospitales, o el “confinamiento provocado” por la incomunicación al no funcionar los ascensores de los edificios.

¿Qué funcionaba durante las horas de apagón? Aquellos lugares que tenían generadores.

Si os parece hablamos de que esos generadores, externos, que producen luz, podemos ser perfectamente los mediadores profesionales.

Cuando la electricidad se cortó de pronto este lunes a las 12:33 horas exactamente, nadie pensó en las consecuencias. Problemas en la casa, en la circulación al no existir semáforos, en la comunicación al no funcionar los teléfonos… todo nos recordó a aquellos meses de la pandemia, que nos devolvió a la realidad de lo vulnerable que somos los seres humanos y que necesitamos un “kit de supervivencia”, que analizado desde los conflictos, sería tener una “caja de herramientas y habilidades” que nos permita sobrevivir ante la catástrofe que supone un problema “irresoluto”.

Leía en el día de ayer a tres psicólogas que explicaban las claves para entender las emociones vividas por el apagón, hablando que “también se apagó parte de la seguridad emocional de muchas personas al tiempo que se encendía sin previo aviso las alarmas de la ansiedad”. El ser humano no reacciona a esperar tranquilo a tomar decisiones maduradas (lo mismo que pedimos cuando afrontamos un conflicto en mediación) sino que activa su sistema de alerta y produce reacciones inesperadas. La búsqueda de linternas, pilar, radios, se produjo de forma impulsiva ante lo que podía ocurrir, agotando todas las existencias, para dar “luz” a su vida.

A partir de ahí, la ansiedad, la confusión, el miedo, la desconfianza, la búsqueda del culpable, el bloqueo… ¿os suena estos síntomas querido mediador/a?

las palpitaciones, la irritabilidad o el miedo. Y a veces incluso bloqueo o sensación de irrealidad.

La lectura que os comento, recomendaba también hablar de “un «duelo apagónico»” (jamás había oído tal concepto) donde surgiría con el paso de las horas la negación, la ira o incluso la depresión, ante la indefensión de no saber que hacer. Es difícil adaptarse al “apagón”, pero nos permite volver a las cosas sencillas, como escuchar la radio o comer en frio, ante conversaciones con personas que viven con nosotros pero que la hiperconexión que vivimos, pocas veces intentamos mirar a los ojos.

Incluso estos días ha surgido el miedo a perderse algo. El conflicto nos hace vulnerables y buscar una autoprotección que no nos deja sacar la basura de nuestra mente y ver que es posible conseguir algo, concediendo a su vez parte de lo que vemos. De ahí el ganar-ganar que hablamos en mediación.

De todo ello, en el apagón sufrido esta semana, como en el conflicto, aparecen episodios de “solidaridad” donde el apoyo mutuo y la cooperación surge. Taxistas auxiliando a la gente; conductores que salían de sus coches para con el chaleco reflectante, dirigir el tráfico; o en nuestro caso, terceras personas que saben del problema que nos pueden ayudar a dar “luz” a un acuerdo que a buen seguro traerá la calma ante la ansiedad.

La falta de “batería” en una sociedad dependiente de Internet, ha generado una incomunicación que preocupó a todo el mundo, una fragilidad social, en una época que prima el “ego” (principal cáncer del siglo XXI) porque somos cada vez más individualistas cuando lo que necesitamos es potenciar los lazos y dejarnos ayudar por verdaderos profesionales de la “luz” como somos los mediadores ante un apagón de comunicación.

Confía y desafía ese problema que tienes para volver a la “radio” y a la necesidad de la “analogía” ante lo digital, ya que lo sencillo, parece extraordinario y conéctate a tu “generador” (tu mediador)


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