Siempre
me interesé por todo aquello que no tenía que ver con mi profesión de abogado.
El destino hizo que me enamorara de la profesión de mediador y empecé a
descubrir la verdadera dimensión de humanizar el mundo del derecho.
Por
eso hoy querido lector me gustaría llevarte al mundo de la psicología, que
parece no estar permitido en mi ciencia, pero que a buen seguro en el futuro
reclamará que estudios del derecho se proponga formarse en “psicología jurídica”.
¿Es
que el abogado, o el arquitecto o incluso el ingeniero no siente emociones? Es
en este punto donde debemos entender que sea cual sea nuestra profesión la
emociones vehiculan nuestro trabajo. El miedo, la tristeza, la alegría, el enfado
o la sorpresa son compañeras siempre de nuestro trabajo.
Es ahí
donde recomiendo la técnica del semáforo, para poder entender según la emoción
que están viviendo nuestros clientes, si el mismo está en verde, en amarillo o
en rojo y no debemos “circular” en nuestras sesiones.
Pero ¿Qué
debemos conocer de este mundo sin ser psicólogos/as?
En
primer lugar yo señalaría la importancia de entender y validar la
comprensión del entorno social, socio económico y familiar porque influye
en el comportamiento de las personas en conflicto y es necesario ser
conscientes del mismo para analizar los casos.
También
no por reiterativo, saber gestionar bien tus y sus emociones. Y digo
ambas porque todos somos humanos y nos pueden afectar de una u otra forma los
casos que atendemos.
Eso
nos lleva a practicar una y otra vez la habilidad de la comunicación,
tanto verbal como no verbal y tener una gran capacidad de escucha, paciencia y
tolerancia con las partes. Solo así podremos conseguir que nos legitimen para
poder trabajar con ellos.
En
cuarto lugar señalaría el cada vez más importante dominio de la inteligencia
emocional, siendo esta la capacidad de comprender, utilizar y gestionar de
manera positiva nuestras propias emociones para aliviar el estrés, comunicarnos
de forma efectiva, empatizar con los demás, superar desafíos y resolver
conflictos. Y junto a ella la “inteligencia lingüística” para emplear palabras
de manera efectiva; “la inteligencia corporal” y con ello saber utilizar todo
el cuerpo para expresar nuestras ideas; “la inteligencia espacial” y saber
pensar en tres dimensiones para ver el conflicto desde distintos puntos de
vista; y por supuesto “la inteligencia interpersonal” y “la inteligencia
intrapersonal”, para empatizar con los demás o saber dirigir tu propia vida. Todas
ellas derivadas de Richard Gardner, el autor de las mismas junto a otros tipos
de inteligencia.
También
debemos conocer la llamada (”programación neurolingüística (PNL)” entendida
esta como un conjunto de modelos, habilidades y técnicas para pensar, hablar y
actuar de forma efectiva. Y que nos permitirá saber negociar desde el
conocimiento de lo que de verdad expresamos.
Y para
terminar, apostaría también por conocer la denominada “resiliencia”,
cómo aquél proceso del ser humano de saber adaptarse de la mejor forma ante la
adversidad, la aparición de un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión
significativas, como problemas, todos aquellos con los que acuden a la
mediación y que les hace ver una
oportunidad donde hay un problema, familiares o de relaciones personales,
problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.
Debemos
entender en este último punto que para conseguir ser una persona “resiliente”
es necesario:
-
Autoconocimiento emocional.
-
Adaptabilidad ante los cambios.
-
Tener un optimismo realista.
-
Autoconfianza.
-
Trabajar la habilidad para resolver problemas.
-
Capacidad de aprender de las adversidades.
-
Y habilidad para manejar el estrés.
En
definitiva, acerquémonos a la psicología y seamos capaces de hablar sin miedo
de estos conceptos, igual que a otras profesiones les pedimos por ejemplo que
conozcan el marco legal de los temas que trabajan
16 comentarios:
Siempre me impresiona y conmueve Javier, tu necesidad permanente de resaltar la importancia de la psicología en nuestro trabajo, la forma en que traduces de manera simple conceptos de esta ciencia y como los acercas. Como psicóloga y mediadora, he sentido la necesidad de que los abogados aun sin ser mediadores, incorporen otros lenguajes de las ciencias sociales a su práctica cotidiana, tu lo haces de manera perfecta y creo que por eso migraste y has hecho tu vida como mediador. Gracias por todos estos acercamientos..
1. Como abogado/a, ¿crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y por qué?
Como abogado, estoy acostumbrado a abordar los conflictos desde un enfoque racional, legal y estructurado. Sin embargo, la práctica profesional me ha enseñado que detrás de cada conflicto jurídico hay personas con emociones, historias y necesidades no siempre visibles. En ese sentido, entender emociones de forma profesional puede ser un desafío al principio, ya que implica salir del rol técnico y adoptar una mirada más empática y humana.
No obstante, creo que con herramientas adecuadas —como la escucha activa, la comunicación no verbal y la autorreflexión— es posible desarrollar una comprensión profesional de las emociones. La clave está en no involucrarse emocionalmente, pero sí estar disponible emocionalmente para captar lo que sienten las partes, sin emitir juicios ni intentar resolverlo desde la lógica jurídica, sino desde la facilitación del diálogo.
2. ¿Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional? ¿Cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Sí, en mi ejercicio profesional he enfrentado situaciones emocionalmente difíciles, como atender a clientes que han atravesado pérdidas, conflictos familiares intensos o injusticias que generan mucha frustración. En algunos casos, mantener la objetividad y al mismo tiempo brindar contención ha sido complejo.
Si una de esas situaciones hubiera ocurrido en un proceso de mediación, el enfoque habría sido distinto. Como mediador, el rol no es representar ni aconsejar, sino facilitar el diálogo entre las partes. Por lo tanto, habría sido fundamental contener las emociones sin absorberlas, validar lo que cada parte siente y ayudarles a expresarlo de forma constructiva. Además, el marco de la mediación —que promueve la comunicación horizontal, la confidencialidad y la colaboración— ofrece un espacio más propicio para que esas emociones puedan ser canalizadas sin escalar el conflicto.
CURSO DE MEDIACIÓN
4º Módulo de comentario online
Jerez de la Frontera, a 27 de mayo de 2025
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿por qué?
Normalmente actúas desde el punto de vista de tu cliente, para defender sus intereses de forma profesional tratando de dejar a un lado las emociones ya que entiendo que esto también puede ser negativo para el asunto.
Puedes entender las emociones de tu cliente y también del contrario, pero hay que actuar defendiendo el asunto de forma profesional.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Si que se me ha dado el caso, tratas de hacer ver que la mejor solución para ambas partes era no era llegar a los tribunales y que un juez lo solucionase, pero las partes estaban enfrentadas y no había manera de que acercaran posturas, preferían que la solución la diera un juez.
El proceso de mediación podría haber evitado mucho tiempo de enfrentamiento y el resultado final habría sido mas satisfactorio para las dos partes, porque a la solución habrían llegado juntos.
Félix Campos-Guereta Gómez
Colegiado 819
1.- Como abogado considero que entender las emociones de forma profesional pudiera ser un handicap difícil de superar En principio tenemos la una mentalidad muy compartimentada en leyes, disposiciones, normas y salir de este estereotipo pude ser complicado. Para entender las emociones precisamos de práctica y considero que con el tiempo se pueden adquirir ciertas nociones que nos hagan empatizar con el cliente. No debemos perder de vista que las personas que nos encomiendan el asunto, tienen una perspectiva subjetiva que puede influenciarnos hasta el punto de no ver mas allá de su punto de vista. Como letrados, debemos focalizar el asunto y ponernos siempre en la situación del contrario para conocer si sus peticiones son licitas y justas. Con el tratamiento del asunto desde ambos puntos de vista, es mas fácil poder entender las distintas emociones que entran en juego en cada conflicto en el que participamos. Las distintas técnicas existentes, ayuda de forma notable a trabajar esa psicología que el derecho tiene apartada y que en gran medida, puede justificar el conseguir un resultado justo aunque no fuera acorde a derecho.
2.- En innumerables ocasiones, me he encontrado participando pleitos donde te involucras mas allá de lo estrictamente profesional. Se puede llegar a empatizar de forma íntima con el cliente, involucrándote mas allá de lo estrictamente profesional. Lógicamente en el procedimiento judicial, debemos defender a capa y espada a nuestro cliente incluso conociendo lo injusta que pudiera ser su pretensión. En la mediación, dejando el derecho en un segundo lugar, si es posible empatizar mas con las partes compartiendo sus puntos de vista y participar activamente en la búsqueda de soluciones. El abogado-mediador en esta situación pasa a ser un creador de puntos de vista que tiene como finalidad que ambas partes sean conocedoras del verdadero interés ajeno en disputa y pueda entender que no existen verdades absolutas y que las circunstancias personales, que muchas veces no se tienen en cuenta, son muy importantes a la hora de tomas una postura u otra. Nuestro objetivo como mediador, es canalizar las emociones hacia un punto donde sean compartidas por el contrario y desde ese nuevo punto de vista que hemos facilitado, llegar a una solución final en la que ambas partes obtengan una victoria personal sin que conlleve la derrota del contrario. El mediador, debe ser un mero espectador de la decisión final pero que, activamente y usando las técnicas adecuadas, sepa dirigir el asunto hasta la obtención de un acuerdo ajeno a nuestra voluntad.
Francisco Sánchez-Pece Salmerón Col800
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
Para contestar a esta cuestión, habría que saber qué es "entender emociones de una forma profesional" (original expresión propio de nuestro Javier). Entiendo que será algo así como la capacidad traducir los sentimientos del cliente al ámbito jurídico. Creo que por mi grado de empatía con los demás (no sólo clientes) y al haber tratado con numerosos clientes a lo largo de mi carrera profesional, sobre todo como administrador de fincas, me sería relativamente fácil entender qué es lo que emocionalmente trata de comunicarme y qué es lo que el ordenamiento jurídico le puede brindar.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Sí. En más de una ocasión. Normalmente por hacer su problema mío, más de lo que debiera. En un proceso de mediación, no podría evitar sentirlo igual de mío, aunque tendría que esforzarme doblemente para que ésto no interfiriera en la neutralidad que se exige al mediador. Si fuese insuperable, lo más profesional sería renunciar al encargo.
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
Si atiendo al desarrollo de m formación académica y experiencia profesional, puedo y creo que soy capaz de destilar muchos tipos de emociones, pero más en la línea de la experiencia que te da la edad y el relacionarte con todo tipo de gentes, dentro y fuera del ámbito profesional. Pero si tuviera que decir si lo hago de forma profesional, tendría que decir que no, puesto que no lo hago dentro de un marco sistémico propio o ajeno. Se debería considerar la abogacía como una profesión transversal que toca muchas de las dimensiones humanas: hay que ser un poco psicólogo, un poco sociólogo, un poco filosofo, un poco historiador, un poco tecnólogo…, y lo que podamos entender que afecta a la “noticia humana”
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
A veces un cliente pide arramplar con todo, aún sabiendo los riesgos jurídicos, económicos y emocionales que conlleva seguir su línea de actuación, a pesar de tu consejo. Te ves un poco desprovisto de tu habilidad para asistir al cliente según tu parecer y llegar a soluciones intermedias. Pero el cliente se ha informado, ha leído que la ley le concede unos derechos y quiere actuar con todo; la ley embosca al sentido común y tu te ves desprovisto del sentido de la justicia. Para mí, eso supone un riesgo emocional que a la larga medra para mal en la profesión de abogado. En este sentido, la formación en mediación, se vaya a efectuar o no un proceso de este tipo, te dota de herramientas, para ver soluciones mas allá de las que muestra una legislación, codificación o norma en concreto. Más apertura a la imaginación en su justa medida, para encontrar soluciones. Ese tipo de formación humanista conforta emocionalmente, incluso al propio espíritu de la persona, o de la ley, que en no pocas ocasiones se olvida.
1. Como abogado/a, ¿crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y por qué?
.- No sé si me será fácil o difícil pero entiendo que es una habilidad que se desarrolla con formación y práctica, y los abogados estamos acostumbrados a analizar cada conflicto desde un punto de vista legal, pero también sabemos por la práctica que los litigios, en su mayoría, no solo son jurídicos, sino también humanos, ya que las partes no solo buscan justicia, sino que las entiendan, por lo que, creo que "entender las emociones de una forma profesional" significa que debemos reconocer dichas emociones y "gestionarlas" con empatía y el mayor equilibrio posible pero sin involucrarnos afectivamente. Es decir, tenemos que mantenernos profesionales sin "deshumanizar" el proceso, lo que se consigue con una actitud adecuada (inteligencia emocional, la escucha activa, analizar el lenguaje no verbal...).
2. ¿Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional? ¿Cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Sí, he tenido procedimientos en los que al conflicto jurídico se le añadía gran sufrimiento de las partes, como suele ocurrir en casos de divorcio con engaño y resentimiento entre las partes. En estas situaciones, gestionar la tensión, el dolor y el deseo de hacer daño al otro, incluso a través de los hijos, resulta especialmente delicado desde la abogacía, donde prima la defensa de intereses jurídicos. En un proceso de mediación, el enfoque habría sido diferente ya que hay espacio para la expresión emocional, el uso de herramientas como las mencionadas anteriormente, además que la figura neutral del mediador habría facilitado un diálogo más constructivo, reduciendo el conflicto y favoreciendo acuerdos más justos y menos dañinos para las partes, especialmente para los menores.
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
Siempre entendí la profesión de abogado como algo más que un mero conocimiento de las leyes y cómo aplicarlas en cada caso, tuve y tendré siempre una visión del abogado como humanista en sentido clásico. Siempre intento encontrar las motivaciones de los actos de las personas que acuden a mi despacho más allá de lo que me cuentan, así me he conducido y espero seguir haciéndolo. Esto supone una gran libertad de elección, no hago aquello en lo que no creo y la gran servidumbre de involucrarte más allá de lo asépticamente profesional y, seguro, ganar menos. El conocimiento y la gestión de las emociones propias y ajenas es fundamental ya que, finalmente, crees o no en las personas, se puede tener toda la razón del mundo y ser un auténtico indeseable/a/o o viceversa no tener derecho alguno en la cuestión planteada y ser una buena persona a que merece la pena ayudar en la medida de lo posible. Si esto es profesional o no, no lo sé pero así lo hago, la empatía y la experiencia permiten conocer la motivación de cada persona que acude a tí, conocer y explicarse actos o decisiones tomadas o por tomar, esto no me resulta difícil.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Situaciones emocionales difíciles de gestionar hemos vivido todos a lo largo de nuestra carrera profesional, en esto ayuda como he dicho conocer las motivaciones de los actos humanos y con ello intentar quebrar dinámicas que solo conducen a más o mayor conflicto, desunión o incluso odio, eso si debe haber una mutua confianza entre abogado y cliente que permita anteponer soluciones a posturas personales derivadas de mala gestión de las emociones personales de quien pide tu ayuda. No siempre es posible, cuesta mucho y se sufren decepciones con las personas, pero como he dicho así lo hago y deseo seguir haciéndolo como abogado.
Con independencia de la actual generalización mayoritaria de la estupidez, banalidad o cerrilidad de las personas, la mediación, en tanto que proceso en el que los implicados han de resolver por si mismo su situación, les obliga con la dirección o asistencia del mediador, a enfrentar las causas de su problema, todas y diría que en especial las emocionales, desaparece la idea de un frente de batalla para convertirse en un camino de soluciones.
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
En los años que llevo en el ejercicio de la abogacía he aprendido que para ayudar verdaderamente a un cliente debemos intentar entenderlos (aunque en ocasiones sea bastante complejo) incluso colocarnos en su posición. La mayoría de personas que acuden buscando consejo legal lo hacen en los peores momentos de sus vidas (rupturas de pareja, guarda y custodia de hijos, pérdida de su puesto de trabajo, reclamaciones económicas, cuestiones penales, etc.) y, evidentemente, acuden a nosotros por nuestros conocimientos jurídicos pero nuestro asesoramiento resulta más completo si en parte empatizamos con ellos (respetando siempre nuestra posición y sabiendo que no somos terapeutas).
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Las situaciones emocionales complejas se nos presentan muy habitualmente, pero entiendo que abordar las mismas desde un proceso de mediación debe diferenciarse de como lo haría como abogada ya que aquí no solo basta con entender a tu cliente, sino que debes empatizar con ambas partes.
Las emociones influyen directamente en el conflicto que tenemos por delante por lo que intentaría dar a cada parte su “espacio” que les permita expresarse evitando siempre entrar en reproches de una a otra parte y intentar enfocarlos en los puntos que tienen en común porque a través de ellos será posible un acuerdo por el todo.
EVA MARIA RIVEROL RODRIGUEZ
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
A lo largo de nuestra trayectoria lidiamos con múltiples emociones en los procedimientos que nos encontramos por lo que creo que lidiar con ellas es parte de nuestro día a día y es un trabajo que hemos ido aprendiendo en el ejercicio, por lo que facilita que ahora podamos hacerlo con mayor facilidad que si nuestra profesión hubiese sido otra, puesto que es algo que ya venimos haciendo.
No considero que sea fácil atender a las emociones externas pero creo que nuestro trabajo como abogados hace más fácil esa compresión, porque además no creo en la abogacía sin que existan componentes psicológicos y determinadas habilidades sociales.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Si, y las he gestionado pensando con perspectiva y preguntando opiniones a compañeros para que pudieran darme un enfoque diferente al que yo se lo estaba dando y así poder gestionar con mayor facilidad la emoción generada.
En el caso de la mediación creo que actuaría de la misma manera.
1.- Creo que entender las emociones de forma profesional me resultará desafiante al principio, porque como abogada suelo enfocarme en hechos y argumentos, pero sé que es fundamental para mediar con autenticidad y conectar realmente con las personas.
2.- Sí, he tenido situaciones emocionales difíciles en mi trabajo; en mediación, imagino que sería distinto porque tendría que manejar esas emociones no solo en los demás, sino también en mí misma, con paciencia, escucha activa y buscando crear un espacio seguro para todos.
1. Como abogado/a, ¿crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y por qué?
El entender las emociones humanas trasciende el ámbito profesional pues requiere de una visión holistico-integradora de lo que es o pudiera ser un " ser humano". A partir de ahí, la derivada profesional es factible en el manejo de las emociones. La experiencia en el trato humano, el uso de herramientas como la escucha activa (conforta a las partes en conflicto pues sienten que alguien al menos intenta comprenderlas), el facilitar que las partes se expresen de manera asertiva y superen sus posiciones iniciales ayuda a superar barreras que obstruyen la fluidez de la comunicación.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
El ser humano se mueve por intereses y los desencuentros de estos generan el conflicto.
El modus operandi del abogado y del mediador son distintos: el primero es un "homo conflictus", su ámbito de actuación es generalmente el enfrentamiento y defensa de una parte desde una óptica puramente jurídica (independientemente de la mayor o menor empatia con el cliente); esta acostumbrado al análisis de los casos y a escuchar a sus clientes . Para el segundo, los principios, entre otros, que deben regir su actuación son: la imparcilidad y la neutralidad. Al mediador se le exige un plus de compresión del contexto emocional y relacional de las partes entre sí y su entorno y una mayor habilidad para la contención de sus propias emociones pues lo contrario podria torpedear la asepsia de la mediación-. Por ello, todo abogado que se implique en mediación requerira de formación especifica que le permita una mejor compresión y manejo de las emociones, lo que le permitira conocer las necesidades e intereses ocultos que dificultan el eventual acuerdo
MANUEL GARCIA CHICA
Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
En un principio puede resultar dificil entender las emociones ajenas, debido a que la profesión de la abogacia, y sobre todo la formación jurídica, se centra en el conocimiento teórico y normativo, no teniendo presente que a los conflictos humanos se le añade el componente humano o emocional, siendo necesario el entendiemiento y manejo del mismo.
En este sentido, la experiencia práctica es la que nos permite desarrollar las habilidades como la empatía, la escucha activa y la inteligencia emocional, habilidades que son parte esencial de nuestra profesión, y necesarias para entender el impacto emocional que provoca el conflicto en las personas.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Si, en el ejercicio de la profesión más de una vez me han surgido situaciones emocionalmente complejas, teniendo que gestionarlas equilibrando empatía con imparcialidad y objetividad, algo que en muchas ocasiones resulta complicado.
Estas situaciones emocionalmente complejas se gestionarían de forma diferente en la mediación, debido a que el mediador actúa desde una postura neutral e imparcial, otorgando autonomía a las partes y favoreciendo el entendimiento entre las mismas, postura o rol diferente al letrado particular, que se centra en defender los intereses de una de las partes.
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿porqué?
En principio, como abogado, entiendo que no me será complicado entender las emociones de una forma profesional puesto que, yo por lo menos, en mi dia a dia, trato de entender a los clientes y sus emociones para ayudarlos en lo maximo posible. Es cierto, que al final las emociones las dejas a un lado a la hora de realizar la labor de abogado, pero no es menos cierto que poco a poco he aprendido a entender a los clientes y sus emociones de la forma mas profesionale posible.
2. Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿como sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Por supuesto, a pesar de intentar ser siempre lo mas profesional posible, hay situaciones que quieras o no empatizas un poco con la persona. Sobre todo en asuntos de familia cuando hay menores por medio. Por mi parte, en un tema de familia menores, intentaria enfocar la mediacion en el bienestar del menor, entendiendo a los padres, pero poniendo por delante el interes del menor.
Cuando pienso en mis habilidades para entender las emociones como abogada principiante, me doy cuenta de que al principio puede ser complicado. Aunque tengo empatía y deseo ayudar a mis clientes, también necesito mantener cierta distancia emocional para poder tomar decisiones objetivas. Con el tiempo, sé que aprenderé a reconocer y manejar tanto mis emociones como las de los demás. Cada caso que enfrento me brinda una nueva perspectiva y me ayuda a desarrollar esas habilidades. Estoy comprometida a escuchar activamente y a comprender lo que mis clientes sienten, sin que eso nuble mi juicio profesional. Sé que, al estar abierta al aprendizaje y buscar apoyo de compañeros más experimentados, me volveré más competente en esta área.
1.- Como abogado/a crees que te será difícil o fácil entender emociones de una forma profesional y ¿por qué?
Desde que empecé a ejercer, he intentado equilibrar evitar que la emotividad enturbie mi mirada profesional con la toma de conciencia de las emociones que la cuestión jurídica provoca en los sujetos intervinientes. Evidentemente no siempre lo he conseguido pero la vida es aprendizaje y evolución.
2.- Alguna vez has tenido alguna situación emocional difícil de gestionar en tu ejercicio profesional. ¿Cómo sería si hubiera sido en un proceso de mediación?
Hasta el asunto que menos pudiera parecerlo tiene una carga emocional para las personas implicadas en el mismo. La gestión de las emociones del cliente ligadas al asunto encomendado es una de nuestras tareas esenciales como abogados y lo mismo ocurrirá en cuanto a mediadores. El monitoreo, gestión y solución de la emotividad del cliente en el proceso de mediación se me antojan continuos e intensos. Tanto en nuestra faceta como abogados como en la de mediadores hemos de ser conscientes que la faceta emocional de los procesos es esencial para lograr la satisfacción de las expectativas de los clientes.
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