martes, 12 de julio de 2022

El MOVIMIENTO PALESTINO POR EL CAMBIO Y EL CIRCULO ISRAELÍ DE PARIENTES

 

¿Y uno de los conflictos más encarnizados de la historia?, ¿que ocurre entre Israel y Palestina? ¿No hay esfuerzos por la paz y el consenso? La región de Palestina, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, considerada sagrada para musulmanes, judíos y católicos, pertenecía al Imperio Otomano y estaba ocupada mayormente por árabes y otras comunidades musulmanas. Pero una fuerte inmigración judía, fomentada por las aspiraciones sionistas, comenzaba a generar resistencia entre las comunidades.

            Tras muchos años de atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmarían en 1993 los acuerdos de paz de Oslo, en los que la organización palestina renunció a "la violencia y el terrorismo" y reconoció el "derecho" de Israel "a existir en paz y seguridad", un reconocimiento que la organización islámica palestina Hamás nunca aceptó.

Y tras los acuerdos firmados en la capital noruega fue creada la Autoridad Nacional Palestina, que representa a los palestinos ante los foros internacionales. No obstante, dicen los expertos que para que hubiera una verdadera oportunidad de paz, los israelíes tendrían que apoyar un Estado soberano para los palestinos que incluya a Hamás, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental. Y por otro lado, los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer al Estado de Israel.

Se tendrían por tanto que alcanzar, acuerdos razonables en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados.

Olvidándonos de los infructuosos intentos políticos, llama la atención que FAMILIAS ISRAELIES Y PALESTINAS TRABAJEN JUNTAS POR LA PAZ. Así es existen datos reales que nos hablan de numerosas familias israelíes y palestinas que han perdido a algunos de sus hijos a causa del conflicto, se han unido por el dolor y ahora trabajan juntas para que los líderes políticos vuelvan a negociar y la paz vuelva a sus vidas. Lejos de buscar venganza y sentir odio por el declarado enemigo político, se han buscado a través de estos últimos años y han unido sus fuerzas para trabajar de manera conjunta para terminar con el conflicto que viene asolándoles toda su vida.

Son unas 650 familias que forman parte del llamado MOVIMIENTO PALESTINO POR EL CAMBIO Y EL CIRCULO ISRAELÍ DE PARIENTES, dos entidades que se han unido para llevar a cabo proyectos de sensibilización por la paz para ambos pueblos. Son padres sin hijos, hijos sin padres, o hermanos sin hermanos, movilizados para dar sentido a esa línea de filiación que se interrumpió dramáticamente. Suman ahora, como os he mencionado en pleno 2022 unas 650 familias de ambos pueblos, cuyos miembros tuvieron que enfrentar no solo emociones encontradas cuando los invitaron a participar en el grupo, sino cuestionamientos por parte de los suyos y calificativos de “traidores” cuando se integraron. Saben que desde la condición moral de víctimas, su mensaje de reconciliación es más irrevocable que los discursos oficiales. Trabajan juntos para estimular el mutuo entendimiento y contagiarlo al resto de la sociedad

Para ellas su principal misión es el "DEBER DE HABLAR" y que no hay diferencias cuando se trata de dolor: el mismo sientes las familias palestinas que las israelitas cuando pierden un miembro de sus familias. Su misión consiste en ejemplarizar. Manifestar que si ellos han conseguido sentarse en la misma mesa, porqué sus líderes políticos no han sido capaces de hacerlo con verdadera intención de acuerdo y solución del conflicto. Cada organización dentro de sus actividades organiza talleres y charlas por las escuelas y en las comunidades.

Una de sus misiones ha sido ir a los centros educativos y a los niños en edad adolescentes inculcarles la necesidad y el beneficio de la reconciliación con todos los territorios ocupados, como señalan, la intención es "que la población tome conciencia y reclame el inicio de las negociaciones para lograr la paz. El deseo de venganza para estas familias, que son ejemplo para el resto del mundo, genera aún más venganza, de hecho, el odio "es un camino absurdo" cuya salida solo genera violencia y más violencia. Señalan que eso no puede hacerles olvidar en ningún caso lo que les ha ocurrido pero deben trabajar juntos para ayudar a los demás. Nuestra pregunta se debe de basar en ¿podemos quedarnos como simples observadores internacionales?

Dos claves por tanto, muy importante para nosotros los mediadores: el negociar salidas al problemas quienes de verdad son protagonistas principales, aquellos que lo han vivido en sus propias carnes; y desconocer la identidad del otro, que si bien desde el otro bando, ha sufrido lo que mismo que tú, no es bueno saber quien es, para no perder la razón y acudir a la fuerza

109 comentarios:

Gonzalo Durán García dijo...

En medio de esta historia de dolor y conflicto, encontramos un rayo de esperanza en las familias israelíes y palestinas que han experimentado pérdidas irreparables. A pesar de haber sufrido inmensamente, han encontrado la valentía de unirse en iniciativas de paz. Estas familias son el verdadero corazón de la mediación en este conflicto.

Imaginemos a estas familias compartiendo sus historias, sus lágrimas y su determinación por un futuro mejor. Su mensaje es simple pero poderoso: la necesidad de hablar, de comprender el dolor del otro y de buscar una solución pacífica. A través de talleres, charlas y la educación de los jóvenes, estas familias están sembrando semillas de reconciliación en las generaciones futuras.

Estas personas nos enseñan que la paz no es un ideal inalcanzable, sino un objetivo que puede lograrse a través del diálogo y el entendimiento mutuo. Su labor nos recuerda que, en medio de la desconfianza y el dolor, la humanidad puede prevalecer. La mediación, en este contexto, se basa en la empatía, la compasión y el compromiso de superar las diferencias en busca de un bien común: la paz.

Por otro lado, mantener cierto grado de anonimato o distancia respecto a la identidad de las partes involucradas puede ayudar a mantener la objetividad. No conocer la identidad de alguien puede prevenir prejuicios o favoritismos involuntarios. Esto se aplica especialmente en situaciones en las que los prejuicios o estereotipos pueden complicar la mediación.

En definitiva, el conflicto en Israel y Palestina es un recordatorio poderoso de que la mediación puede surgir de la experiencia personal y del deseo compartido de un mundo más pacífico. Estas familias nos inspiran a todos a desempeñar un papel en la búsqueda de soluciones y a no ser simples observadores, sino actores activos en la construcción de la paz.

Aarón Guerrero Murillo dijo...

El texto aborda el conflicto entre Israel y Palestina, destacando los acuerdos de paz de Oslo de 1993 y la creación de la Autoridad Nacional Palestina. Se enfatiza la importancia de la colaboración entre familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto, trabajando juntas por la paz. Se subraya la necesidad de que las personas directamente afectadas por el conflicto sean protagonistas en las negociaciones y se destaca la importancia de no identificar al "otro" para evitar la violencia. En resumen, se promueve la reconciliación y el diálogo como clave para resolver el conflicto.

Gonzalo Vázquez González dijo...

Este texto destaca la crónica del conflicto entre Israel y Palestina, enfatizando la complejidad de la situación y la necesidad de esfuerzos continuos para lograr la paz. Se mencionan los Acuerdos de Paz de Oslo como un hito importante en el proceso de paz, pero también se resalta la persistencia de obstáculos como el papel de Hamás y las cuestiones pendientes, como las fronteras y el retorno de refugiados.

El aspecto más notable del texto es el enfoque en las familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y que trabajan juntas para promover la paz y la reconciliación. Estas familias representan un ejemplo de cómo el sufrimiento compartido puede superar las divisiones políticas y culturales. Además, se resalta la importancia de que estas voces de la experiencia real sean parte activa en la búsqueda de soluciones.

El mensaje central del texto es que el conflicto israelí-palestino ha causado un sufrimiento inmenso, pero la cooperación y el diálogo entre personas que han experimentado pérdidas personales pueden servir como catalizadores para el cambio. Además, se enfatiza que la venganza y el odio solo perpetúan la violencia, y se subraya la importancia de que las partes involucradas busquen soluciones pacíficas en lugar de recurrir a la fuerza. En resumen, el texto llama a la acción y a la empatía como vías para lograr la paz en una de las regiones más conflictivas del mundo.

Maria Merello Argudo dijo...

Después de leer este post , me quedo realmente admirada de aquellas familias que dejan el rencor y dolor de lado porque sus ganas de paz son mayores , su fe en que es posible una ocnviviencia pacífica entre ambas aprtes les anima a intentar hacer lo posible por cooperar juntos para llegar a la paz . Si bien resulta casi imposible que de esa manera lleguen a consguir la paz es el camino hacia ella lo que puede mejorar el conflicto, y como dice el texto ser un ejemplo real apra quienes toman las decisiones y que vean que sus ciudadanos quieren estar en paz . No considero que sea imposible la mediación en un conflicto aparentemente dificil, pues aqui queda demostrado que la mediación unicamente no es posible en donde no se quiere mediar. Sin embargo si considero imposible que la mediación resuelva un conflicto de tales embergaduras como la guerra pues la principal caracteristica de las guerras es que aquellos que las inician no tiene predisposición a resolver el conflicto de otra manera , mucho menos de hablar para llegar a un acuerdo. Ahora bien, creo que la medicación antes de los conflcitos podría resolver muchos problemas antes de que sucedan, porque una de las permisa en la mediación es crear soluciones a largo plazo.

Marta García dijo...

Lo primero en lo que me he fijado en esta entrada es en la fecha en la que usted subió la misma, hace aproximadamente un año, y me apena saber que, a día de hoy, no solo el conflicto no ha mejorado lo mas mínimo, si no que ha explotado como no hacia en mucho tiempo, y como ser humano, hace que el corazón me de un vuelco al saber que en estos momentos gente inocente este pagando con la vida debido a este conflicto abierto desde hace tantísimas décadas.
A mi mas sincera opinión, una mediación en una situación así es algo sumamente complejo, si no imposible, existen dinámicas de poder muy potentes y sobre todo, una incapacidad de acercar las posiciones porque están absolutamente contrapuestas y aisladas las unas de las otras, incapaces de mediar pacíficamente y tratar de comprenderse entre bandos debido a la impresionante radicalización que se encuentra tan enraizada en ambas partes, que deshumaniza al otro. Así que difícilmente veo la posibilidad de que se pudiera mediar cuando ya se han enemistado tantísimo las partes, ya no buscan encontrar una solución, solo buscan acabar con el otro cueste lo que cueste.
Es ciertamente triste saber que muchos son los que han intentado tender puentes entre las partes pero que debido a esa radicalización visceral se rompen todos esos intentos. Pero es realmente interesante desde luego y seria relevante intentar estimular esos intentos de las propias personas con vivencias difíciles para concienciar a la población y mostrar que existen otras alternativas al conflicto.

Clara Navas Torre dijo...

Clara Navas Torres

El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más prolongados y complejos de la historia moderna, arraigado en profundas divisiones históricas, religiosas y políticas. A pesar de los intentos de paz, como los Acuerdos de Paz de Oslo en 1993, la búsqueda de una solución duradera ha enfrentado numerosos obstáculos. La propuesta de dos Estados, donde Israel y Palestina coexistan con fronteras acordadas, cuenta con un amplio respaldo internacional, pero se complica por disputas sobre fronteras, asentamientos en territorio palestino y el estatus de Jerusalén.

Las familias israelíes y palestinas que trabajan juntas por la paz son un ejemplo valioso de cómo el dolor y la pérdida pueden unir a personas a pesar de las diferencias. La mediación en este conflicto es desafiante debido a la larga historia de enemistad y desconfianza, pero la participación de aquellos que han sufrido directamente las consecuencias puede desempeñar un papel importante en la búsqueda de una solución pacífica. Los mediadores deben fomentar el diálogo, la empatía y la comprensión mutua.

La resolución del conflicto requerirá un compromiso genuino de todas las partes y el respaldo de la comunidad internacional. A pesar de los desafíos, la esperanza de una solución pacífica y justa sigue siendo fundamental para el futuro de la región y sus habitantes.

Fátima Molina Domecq dijo...

Actualmente vemos en todos los medios de comunicación día tras día como la guerra entre Israel y Palestina sigue causando miles de muertes, dolor y sufrimiento. Si bien es un conflicto que comenzó hace muchos años, ha tenido épocas más tranquilas y menos violentes y otras menos, pero a pesar de haber firmado en 1993 los Acuerdos de la Paz de Oslo, nunca se ha alcanzado la verdadera paz en el territorio.

Tras haber leído este post, me impresiona conocer que familias tanto israelitas como palestinas que han sufrido pérdidas de familiares a causa de esta guerra dejan a un lado el dolor, el odio y la frustración para unirse y juntas luchar por el fin de este horror que están viviendo en esta zona del mundo. Esto me lleva a una gran pregunta ¿si estás familias que deberían estar enfrentadas son capaces de sentarse en una mesa para dialogar y buscar la manera de resolver el conflicto, como no son capaces de hacerlo los líderes políticos? Está claro que es un asunto complejo y que en el ámbito político tiene muchos matices que habría que analizar, pero la realidad es que hay que parar esta guerra que tantas muertes, destrozos y sufrimiento está causando. Si las familias, que son las verdaderas afectadas, son capaces de dejar a un lado sus sentimientos movidas por el deseo de acabar con esto, también deberían hacerlo las personas que tienen la llave en la mano, en este caso los líderes políticos.

La mediación es la manera más factible para negociar el fin del conflicto. Deberían ser capaces ambas partes de negociar la solución a un problema que está causando mucho mal a ambos bandos, y quizás deberían escuchar a asociaciones como las que forman estas familias para darse cuenta que si ellas son capaces de dejar a un lado el pasado para buscar un futuro mejor, también lo deberían hacer los propios Estados.

Elena Moreno García dijo...

Al leer el post de esta semana, me encuentro profundamente conmocionada ante cómo están lidiando con el proceso de duelo esas familias, israelíes y palestinas; y de qué manera. Padres, hermanos, primos, tíos que han perdido algún familiar y desolados ante la situación buscan un punto de unión alejado de fuerzas y sangre, donde sea posible el diálogo y la conversación, donde ambas familias de diferentes zonas compartan el proceso de duelo y busquen soluciones. Me sorprende gratamente la inteligencia emocional con la que manejan la situación, ya que en un conflicto marcado por aquello que los separa, han sido capaces de encontrar aquello que los une y me parece que este hecho se puede unir perfectamente con la mediación.
Cuando se acude a los servicios de mediación, los individuos van cada uno con su dolor y manifestando sus quejas, pero el mediador es quien tiene que tomar las riendas para que cada uno se de cuenta de qué es lo que los une y así poder hacer frente al problema. Esto se puede aplicar, al primer video de mediación que vimos en clase sobre las nuera y suegra, que estaban enfadadas y se lanzaban reproches. Cada una de ellas llevaba su vida del modo que podían tras la muerte de su marido e hijo respectivamente. Sin embargo, a ambas les unía el duelo. Y es que al final cada persona llevamos el duelo de manera diferente, pero lo llevamos, lo sufrimos y lo procesamos. Para cada uno el ciclo del duelo es diferente.

Tristemente, en el caso del conflicto entre Israel y Palestina, veo muy difícil la posibilidad de llevar a cabo un acto mediático. Ambas partes se han enemistado muchísimo, por mucho tiempo y ya no buscan una tregua, buscan acabar el uno con el otro. A lo largo del tiempo, países en colaboración han intentado tender puentes en busca de establecer acuerdos entre ambos territorios, obteniendo resultando completamente nefastos. No obstante, no descarto la posibilidad de estimular a la población mediante la conciencia social, a través de aquellas personas que hayan vivido una situación difícil, como estas personas que han perdido a sus seres queridos.

Eva María García dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina involucra una región considerada sagrada para varias regiones. A pesar de esfuerzos políticos como los Acuerdos de Oslo en 1993, la paz ha sido esquiva. Sin embargo, destaca la colaboración de alrededor de 650 familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y ahora trabajan juntas por la paz a través del Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes. Su misión es promover la reconciliación y el dialogo, creyendo que el dolor es igual en ambos lados y que los lideres políticos deberían seguir su ejemplo.

El mensaje de estas familias es la importancia de hablar, comprender el dolor del otro y buscar una solución pacífica. Estas familias demuestran que la paz es alcanzable mediante el diálogo y la empatía. Además, mantener el anonimato en la mediación ayuda a mantener la objetividad y evitar prejuicios.

Este conflicto es un recordatorio de que la mediación puede surgir de la experiencia personal y del deseo compartido de un mundo más pacífico, inspirándonos a desempeñar un papel activo en la construcción de la paz.

Eva María García dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina involucra una región considerada sagrada para varias regiones. A pesar de esfuerzos políticos como los Acuerdos de Oslo en 1993, la paz ha sido esquiva. Sin embargo, destaca la colaboración de alrededor de 650 familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y ahora trabajan juntas por la paz a través del Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes. Su misión es promover la reconciliación y el dialogo, creyendo que el dolor es igual en ambos lados y que los lideres políticos deberían seguir su ejemplo.

El mensaje de estas familias es la importancia de hablar, comprender el dolor del otro y buscar una solución pacífica. Estas familias demuestran que la paz es alcanzable mediante el diálogo y la empatía. Además, mantener el anonimato en la mediación ayuda a mantener la objetividad y evitar prejuicios.

Este conflicto es un recordatorio de que la mediación puede surgir de la experiencia personal y del deseo compartido de un mundo más pacífico, inspirándonos a desempeñar un papel activo en la construcción de la paz.

Moises Leal dijo...

Este texto nos muestra algo realmente sorprendente y valioso: hay familias israelíes y palestinas que han perdido a seres queridos en el conflicto, pero en lugar de odiarse, están trabajando juntas por la paz y la reconciliación. Esto es un gran ejemplo de cómo dejar de lado las diferencias y buscar el entendimiento mutuo. Además, se resalta y hace ver que la mediación desempeña un papel importante: los que han vivido el conflicto en carne propia deben liderar la búsqueda de soluciones pacíficas, y es esencial evitar prejuicios. En definitiva, esta historia nos muestra que, incluso en medio de un conflicto prolongado y complicado, la esperanza de la paz y la comprensión sigue viva.




Aurora De la Rosa Moreno dijo...

En medio de todo este conflicto tan doloroso y cruel que parece tan difícil de resolver, las familias israelís y palestinas son un ejemplo de mediación. A pesar de todo lo que han sufrido, estas son capaces de dejar a un lado todo lo malo y de unirse por un objetivo común: conseguir la paz a la que desde hace años les resulta tan difícil de alcanzar.

En el ámbito político, las partes suelen mantenerse firmes en su posicionamiento; se niegan a mostrar compasión o empatía. Lo único que a veces les preocupa es no parecer que dan "su brazo a torcer". Sin embargo, cuando se trata de vidas humanas, deberían mirar más allá. Esto sería un buen motivo por el que empatizar con esas familias a las que tanto dolor les están causando y tratar de llegar a un acuerdo que acabe con todo ese sufrimiento. Estas familias son un ejemplo de que es posible llegar a un futuro mejor, pues por muy enfrentadas que estuvieran anteriormente, no dejan de ser personas que quieren vivir en paz y armonía con los demás, independientemente de su ideología. Por tanto, comparten intereses comunes: acabar con la violencia y el dolor, y alcanzar la paz.

Mariela Míguez dijo...

El post destaca principalmente el conflicto entre Israel y Palestina, presentado como un enfrentamiento en disputas territoriales y diferencias religiosas, que ha dejado una profunda huella en la región. Asimismo, resalta los acuerdos de Oslo de 1993, que marcó un momento de esperanza con el reconocimiento mutuo entre Israel y la OLP, además de enfatizar en la importancia del reconocimiento mutuo, la necesidad de la negociación directa entre ambas partes y el papel de la comunidad internacional en el proceso de paz.

Tras la lectura, lo que más me ha impactado y me ha hecho reflexionar es la forma en la que aquellas familias israelíes y palestinas han podido transformar todo su sufrimiento y tristeza en la unión de fuerzas para la lucha de la paz y la reconciliación en medio de uno de los conflictos más prolongados y consistentes de la historia. Estas familias han enfrentado no solo emociones realmente complejas, sino también la crítica de ser considerados "traidores" por sus propias comunidades cuando decidieron unirse para una reconciliación.

Me parece de gran valentía compartir sus historias y experiencias de pérdida para demostrar que no hay diferencias significativas cuando se trata de dolor porque ambas partes sienten el mismo tormento cuando se trata de la pérdida de un ser querido. Asimismo, están siendo un verdadero ejemplo a través de sus enormes esfuerzos, puesto que, si ellos pueden sentarse juntos en la misma mesa y trabajar en busca de la paz, ¿por qué no pueden hacerlo también los líderes políticos?

En medio de la desesperación, estas son las luces que iluminan el camino hacia la paz. Nos recuerdan que incluso en los momentos más tristes, la humanidad tiene la capacidad de superar y aceptar cualquier tipo de división política y abrazar la reconciliación. El esfuerzo conjunto de las familias que trabajan unidas por la paz nos muestra que el odio y la venganza no son el único camino a seguir. En su lugar, ofrecen un camino hacia un futuro en el que la paz y la convivencia sean factibles.

Por último, a pesar de la complejidad y la larga duración del conflicto entre Israel y Palestina, la paz si ambas partes involucradas están dispuestas, es viable, pues tanto la reconciliación y el diálogo son esenciales para alcanzar un futuro de paz en la región. Las experiencias de las familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto son una prueba inspiradora de cómo el sufrimiento puede ser transformado en algo positivo. El texto resalta que incluso en tiempos de guerra, la mediación y el compromiso de todas las partes involucradas pueden abrir la puerta a un futuro más luminoso, donde la paz sea posible.

Gabriel Fernández Sánchez dijo...

Tras leer el post es inevitable reflexionar acerca del mismo y de la situación que muchas personas viven a día de hoy desgraciadamente. La primera idea que he reflexionado es que es de suma importancia sentir el conflicto y el malestar que acarrea para poder solucionarlo. No lo diría como una verdad absoluta, pero si como un ideal con el que me identifico. Las familias desfavorecidas buscan desesperadamente una solución, hasta el punto de dejar de lado los prejuicios por el otro bando. Los altos mandos de la guerra sin embargo, manifiestan una postura rígida e inflexible, cerrada a cualquier posible estrategia. Por otra parte, pienso que solo sería posible la resolución de esta guerra apaciguando primero las tensiones de ambos países. Visto desde el punto de vista de un estudiante de mediación y psicología, me es inevitable pensar cómo se podría mediar en ese conflicto y lograr apaciguar la realidad que muchas personas desfavorecidas están viviendo, sin embargo como meros observadores, solo nos queda castigar cualquier tipo de apología del odio ante los protagonistas del conflicto y tomar una actitud colaborativa dentro de nuestros límites.

Alberto Manuel Rodríguez Gross dijo...

Este siguiente texto nos proporciona una visión general de los conflictos históricos entre Israel y Palestina y los esfuerzos realizados por alcanzar esa deseada paz y reconciliación en la región, el autor comienza el texto enfatizando como dicha región es sumamente considerada sagrada por musulmanes, judíos y católicos mencionando también como esa inmigración judía causo resistencia entre las comunidades.

Se hace referencia a los acuerdos de Paz de Oslo de 1993 en los que la OLP renunció a la violencia y terrorismo y reconoció el derecho de Israel a existir en paz y seguridad, aunque la organización islámica Hamás, que actualmente está causando estragos, no acepto esos acuerdos. El texto menciona también la necesidad de un Estado soberano para los palestinos que incluya a Hamás, la eliminación del bloqueo en Gaza y las restricciones tanto en Cisjordania como en Jerusalén oriental, así como alcanzar acuerdos en materia de fronteras, asentamientos y retorno de refugiados, haciendo también hincapié en la necesidad de los grupos palestinos deben renunciar a esa violencia y reconocer el Estado de Israel.

Destaca el autor a continuación un aspecto positivo y es como varias familias tanto israelíes como palestinas se han unido y colaborado entre ellas para volver a conseguir la paz todo debido a la pérdida de seres queridos en el conflicto, teniendo así su enfoque en el deber de hablar y no en buscar venganza y superar el odio siendo esto algo inspirador de como todas estas personas afectadas por el conflicto son capaces de unirse para conseguir la paz, en total unas 650 familias que forman parte de dos entidades llamadas movimiento palestino por el cambio y el circulo israelí de parientes.
El texto resalta la importancia de que los mediadores permitan que aquellos que han experimentado de forma directa el conflicto tengan un papel central en las negociaciones destacando también la importancia de desconocer la identidad del otro para evitar la deshumanización y el uso de la fuerza.

En general, el texto nos ofrece una visión equilibrada del conflicto entre estas dos sociedades destacando tanto los desafíos como los ejemplos de esperanza y humanidad entre personas trabajando juntas en pos de la paz y reconciliación, además de esa inclusión de las personas afectadas directamente por el conflicto en el proceso de mediación.

Eulalia Espinosa Revilla dijo...

Puede resultar bastante duro leer este post conociendo la situación actual entre Palestina e Israel. Igual de duro, que necesario, es conocer el origen y la historia del conflicto para poder entender, aunque no justificar, la situación actual en la que se encuentran y plantear nuevas posibilidades de paz en base a los aciertos y errores del pasado.

A partir de este post me resulta inevitable reflexionar acerca de lo siguiente. Hemos visto en clase lo fundamental que es sentar en la mesa de negociación a las personas directas que tienen en poder de "firmar". Es decir, los protagonistas principales. También sabemos la importancia de "limpiar" el conflicto, quitar a los personajes secundarios que pueden estar jugando un papel fundamental en el desencadenamiento y/o mantenimiento del conflicto. A día de hoy, tanto Palestina como Israel cuentan con aliados que determinan en parte su actitud hacia el problema. Algunos de estos personajes secundarios puede que tengan incluso interés en que se desarrolle el conflicto aunque públicamente vendan lo contrario. Por esto, creo que es crucial sacar a los personajes secundarios que avivan el conflicto.

Además es fundamental que, tal y como se comenta en el post, aquellos que se sienten a negociar hayan vivido en primera persona el horror de la guerra. Sentado desde un despacho es muy complicado vivir la realidad de una tragedia como esta, proponiendo una solución que garantice la protección de los civiles y no poner por delante los intereses económicos o geopolíticos.

Por otra parte, a raíz de la unión de familiares israelíes y palestinos, creo que nada une más que el dolor por el fallecimiento de un ser querido. El problema es que no mucha gente es capaz de transformar el dolor en una oportunidad para el cambio y para hacer el bien, y no quedarse en el odio y el rencor que puede derivar de una situación como esta. Por lo tanto, es crucial la educación en valores como: la empatía, el perdón, la justicia y el amor al prójimo.

Carlos dijo...

Este artículo me parece un buen reflejo de lo que hoy en día sigue ocurriendo en numerosos territorios del mundo. Muchas veces la historia produce desencuentros entre diferentes zonas y a día de hoy se continúa con muchas de ellas simplemente por el hecho de querer recuperar un territorio que se presupone de unos y ha sido arrebatado por otros. Estos desencuentros dan lugar a una visión sesgada, considerando a nuestro grupo como el que tiene toda la razón, mientras que los otros son los enemigos que simplemente quieren hacer daño. Es muy relevante como en el caso que se muestra en el artículo, familias palestinas e israelíes juntan sus fuerzas a pesar de las diferencias que pueden existir con el propósito de no generar más daños y evitar el sufrimiento de sus familias. En estas situaciones la unión hace la fuerza, pero siempre y cuando los poderes estamentales como los políticos, que son los que toman las medidas necesarias para garantizar la paz juegan un papel esencial porque son el eje por el que se filtra toda la información de las comunidades.

Como ocurre en muchos países, los que gobiernan en lugar de centrarse en el bien común para generar calidad de vida entre sus miembros, ponen el foco en la ganancia de poder, aunque esto conlleve la pérdida de vidas inocentes que solo buscan lo mejor para vivir sin conflictos y no pasar penurias.

Por tanto, tomando perspectiva de las guerras nos damos cuenta de que ningún territorio puede ser calificado usando extremismos como “uno es el bueno” y el “otro el malo”, sino que ambos tienen sus razones de vida y culturas diferentes que promueven pensamientos divergentes. Es cierto que muchos países y algunas ideologías debido a un proceso de entendimiento erróneo de la ideología manifestada por nuestros antepasados pueden caer en formas agresivas de tratar a los demás que no piensan como ellos. Con esto quiero decir que hay que mantener a toda costa el respeto hacia las diferentes ideologías, pero mientras se mantengan intacto el sentido ético de las mismas.

Podemos tener una razón para vivir, pero que esta no vulnera los derechos de otras poblaciones. Por poner un ejemplo, el tema de la yihad es problemática y asunto de debate. Es su forma de pensar, pero esta forma de visualizar el mundo conlleva un perjuicio en ellos mismos y los demás.

Para finalizar y enfocando el tema bélico en la mediación es de gran relevancia, como se menciona en el artículo, que los protagonistas principales sean los que viven las realidades más que los que las observamos desde fuera. Hay que tener en cuenta que sienten las personas que tenemos delante y adaptarnos a ellas para intentar buscar la mejor solución.. Hay que intentar que las partes se entiendan para intentar llegar a acuerdos y no quedarnos estancados en ciertos asuntos que nos impiden avanzar.

Melisa dijo...

Como se describe en el texto, lo más ejemplar de estos conflictos es que las familias más destrozadas por la pérdida de personas queridas, sean las mismas que se unan en dolor para tener más fuerza contra las injusticias que existen.
Estas familias son capaces de aislar el sufrimiento para ayudar, incluso a quienes les han hecho daño.
Estos casos se dan cuando las guerras y los conflictos han escapado de la lógica y las personas involucradas no tienen en sus manos el poder de frenar estos daños. Son estas las situaciones que nos llevan a pensar, que, con una mediación a tiempo, cabría al menos la mínima posibilidad de salvar tantas vidas inocentes que han sufrido durante la guerra.
El problema de pretender la mediación en un conflicto así, es que realmente se ha llegado a un nivel de incoherencia en el que las partes no quieren mediar ni pretenden ningún tipo de proceso por el que solucionar sus diferencias, que no sea el daño a los demás.
Por tanto, se debe promover la mediación no como solución a esta guerra, sino como prevención de otras situaciones que puedan llegar a tener consecuencias similares.

Fernando Serna dijo...


Tras la lectura de este fragmento nos hace pensar sobre un problema actual, el conflicto entre Israel y Palestina, destacando los esfuerzos por la paz y la armonía social. Se enfoca un ejemplo, donde las familias israelíes y palestinas han perdido a seres queridos debido al conflicto, y que, en lugar de buscar venganza, se unen para trabajar juntas por la paz.
El texto destaca la importancia de reconocer la humanidad compartida, aunque existan diferencias políticas y culturales.
Por último, y bajo mi punto de vista, creo que es un tema real en la actualidad, y por lo que debemos ser conscientes de que no es un problema lejano.

María Abad Delgado dijo...

El texto trata un conflicto complejo desde la perspectiva de pequeños grupos de ambas partes que buscan la paz.
Esta búsqueda de paz tiene como uno de sus pilares fundamentales, como en la mediación, la aceptación de puntos comunes, que en este caso son el sufrimiento, la pérdida, el dolor, todas ellas consecuencias directas del conflicto que inciden de la misma forma en ambas partes.
Otro de los pilares es la exigencia del diálogo que estos grupos reclaman para alcanzar la paz. Comprender al otro y tratar de buscar una solución mediante el diálogo de los líderes de ambas partes, ya que se encuentran ante una situación que causa dolor y perjudica a todos.
Por último me parece interesante cómo se subraya la importancia de que los mediados sean aquellos que son protagonistas del conflicto y lo han vivido de primera mano; sin embargo, me cuesta comprender del todo la segunda clave que ofrece el texto como reflexión: desconocer la identidad del otro. Pienso que si ambas partes estan preparadas puede ser un encuentro muy positivo que permita una mayor comprensión y empatía de unos hacia otros, creando un resultado de mayor calidad y más satisfactorio.

Juan Luis De Dios Gómez dijo...

Mi opinión es que estos esfuerzos son encomiables, ya que ilustran cómo individuos comunes pueden desempeñar un papel fundamental en la resolución de conflictos a nivel comunitario. Asimismo, el texto destaca la importancia de educar y concienciar a las generaciones jóvenes acerca de la necesidad de la reconciliación y la paz. Esto sirve como un recordatorio de que, a pesar de los desafíos políticos y las décadas de conflicto, el anhelo de paz y reconciliación perdura entre las personas y las comunidades en la región. El trabajo realizado por estas familias y organizaciones es de gran valor, ya que inspira un cambio positivo y fomenta la búsqueda de soluciones duraderas.

Laura Maestri dijo...

La verdad que es una historia sorprendente que debería de propagarse para que la leyese más gente. Considero que es un ejemplo a seguir, el hecho de ver como el dolor consigue en este caso crear cosas increíblemente buenas, en las que esta gente a pesar de toda esa desidia, mal momento, odio y desesperación por perder a sus familiares y amigos decide ayudar a otras personas con la esperanza de que no siga ocurriendo lo mismo, que no mueran personas inocentes por culpa de políticos que permanecen ajenos a todo y los cuales no les importa la guerra ni las muertes solo los beneficios terrenales y económicos.
Y es que si esta gente, que tienen miles de razones para echarse en cara cosas, para ejercer mas violencia son los que quieren ayudar a pesar de todo, con más razón que lo hagan los políticos.
Sinceramente es admirable que hayan conseguido plasmar todo ese sentimiento para transformarlo en oportunidades para la gente que viene ahora. Nos enseñan que si se puede si se quiere aunque cuesta pero colaborando todo puede llegar a un punto medio y que no muera más gente.

Rocío Domínguez Guillén dijo...

La idea principal del texto hace referencia a la necesidad de desconocer la identidad de la otra parte, centrándose así en el objetivo común para poder llegar a proceso de negociación alcanzando un acuerdo justo, equitativo, duradero y estable. Entenderse y olvidar rencores para avanzar en conseguir la paz, porque fomentar y mantener el odio no es positivo para ninguna sociedad. El mejor puente es estar unidos por la misma causa: el dolor sufrido

Teresa Casado dijo...

El hecho mencionado en el texto sobre la unión de israelíes y palestinos en busca de la paz además de ser lo mas destacable es lo más sorprendente, ya que en una noticia en la que solo se habla de guerras se puede ver como algunos se han quitado la venda del odio para poder pensar más allá con soluciones que realmente favorecen a los integrantes del conflicto, que es la paz. Han sabido a pesar de sus grandes diferencias percibidas entre ellos, buscar sus puntos comunes y luchar por ellos, que no haya más pérdidas de vidas, ellos mejor que nadie han conocido lo que es ese dolor y luchan por evitarlo. Me parecería un punto importante que este movimiento se visibilizase más ya que podría conseguir que aquellos que los llaman traidores por unirse al enemigo para luchar por la paz, sintieran empatía dejando atrás el odio y buscando aquellas soluciones que beneficien a todos los bandos.

Inés Sánchez García dijo...

Este texto aborda un conflicto complejo y de dolor entre Israel y Palestina, destacando tanto los intentos políticos de encontrar soluciones como los esfuerzos de familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y ahora trabajan juntos por la paz.
Este movimiento, representado por el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes, reúne a alrededor de 650 familias. Estas familias buscan sensibilizar a ambos pueblos sobre la importancia de la reconciliación y la comprensión mutua. Su mensaje es poderoso porque proviene de la experiencia personal del dolor y la pérdida. Pienso que el mayor deseo es mostrar que el dolor es igual en ambos lados y su trabajo para inculcar la importancia de la reconciliación en las nuevas generaciones son aspectos destacados. También se destaca la noción de que el odio y la venganza son caminos destructivos que solo generan más violencia. Considero que centrarse en las experiencias personales de las personas que desgraciadamente están viviendo este conflicto puede trascender las divisiones políticas y étnicas.

María López Segura dijo...

Debo reconocer que no poseo la información suficiente como para opinar sobre el tema o para forjar una reflexión coherente y atendiendo a todos los factores implicados en este conflicto.

Una muy buena profesora nos enseñó una vez que no podemos llevar a una mesa de negociación a un agresor y a una víctima, ya que se establecería una relación de simetría posicional entre ambos, siendo claramente algo terrible; y quizás mi primer pensamiento haya sido extrapolar dicha enseñanza a este conflicto, ya que una de las partes se muestra mucho más intransigente.

Si estoy muy desacertada por la vía anterior, traigo a la palestra otro planteamiento: solo se puede proceder a la realización de una mediación cuando ambas partes realmente desean llegar a un acuerdo y generar una solución, por mínima que sea. Además, esto ha de demostrarse manteniendo una mentalidad abierta y participativa que propicie el trabajo colaborativo para generar consenso. Por ello, considero que una mentalidad firme e intransigente no puede sentarse a mediar, ya que su pretensión principal y constante será imponer sus ideas, valores y planteamientos. Si bien todos merecemos una oportunidad para demostrar el cambio, puede haber ocasiones en las que, simplemente, no se quiera cambiar.

Almudena Campos Hermosín dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es una cuestión profundamente arraigada en la historia tanto política, social, civil, etc. A lo largo de los años, ha habido intentos de encontrar soluciones políticas, pero persisten obstáculos fundamentales, como las fronteras, los asentamientos y el retorno de refugiados. Sin embargo, considero que es esperanzador ver que un número significativo de familias israelíes y palestinas, a pesar de las pérdidas y el dolor que han sufrido, han unido sus fuerzas en el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes para trabajar juntas en la búsqueda de la paz. Su mensaje de reconciliación es poderoso, y su labor es un recordatorio de que, a nivel humano, el dolor no conoce fronteras ni identidades, y la verdadera paz solo puede lograrse a través del diálogo y la comprensión mutua, no a través del odio y la venganza. Su labor ejemplar nos insta a no ser meros observadores internacionales, sino a apoyar activamente los esfuerzos de aquellos que han vivido el conflicto en primera persona.
Por ello, a pesar de que sea una consideración utópica, a través de la mediación se podría llegar a un acuerdo entre las partes presentes y que la situación se pacifique.

Almudena Campos Hermosín dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es una cuestión profundamente arraigada en la historia tanto política, social, civil, etc. A lo largo de los años, ha habido intentos de encontrar soluciones políticas, pero persisten obstáculos fundamentales, como las fronteras, los asentamientos y el retorno de refugiados. Sin embargo, considero que es esperanzador ver que un número significativo de familias israelíes y palestinas, a pesar de las pérdidas y el dolor que han sufrido, han unido sus fuerzas en el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes para trabajar juntas en la búsqueda de la paz. Su mensaje de reconciliación es poderoso, y su labor es un recordatorio de que, a nivel humano, el dolor no conoce fronteras ni identidades, y la verdadera paz solo puede lograrse a través del diálogo y la comprensión mutua, no a través del odio y la venganza. Su labor ejemplar nos insta a no ser meros observadores internacionales, sino a apoyar activamente los esfuerzos de aquellos que han vivido el conflicto en primera persona.
Por ello, a pesar de que sea una consideración utópica, a través de la mediación se podría llegar a un acuerdo entre las partes presentes y que la situación se pacifique.

María Piña dijo...

Tras la lectura de este post, lo que más me ha llamado la atención y desconocía hasta ahora, ha sido que las familias israelíes y las familias palestinas trabajan juntas para conseguir la paz. Unas 650 familias se han unido para sensibilizar al resto de ambas poblaciones de la situación y la necesidad urgente de paz. Ambas poblaciones son muy diferentes pero han conseguido dejar de lado estas diferencias para poder llegar a una solución de la situación en la que viven, lo mismo pasa cuando tiene lugar una mediación, las partes se centran en poner de su parte para poder solucionar el conflicto, no se centran en buscar venganza. Esta situación hace replantear al resto de población por qué los líderes políticos no son capaces de dejar de luchar y sentarse a hablar del conflicto para llegar a una solución, cuando estos grupos han sido capaces de hacerlo.
Sin duda, en mi opinión los mediadores no deben mirar a otro lado ante esta situación, deben ofrecer su ayuda para poder acabar con esta situación y que no vaya a más.

María Eugenia Jiménez dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es algo complejo, donde ambos actúan por venganza, y por tanto como se dice en el texto, eso genera más daño.
Asimismo, creo que la mediación entre políticos no se pude dar pues ninguno tiene intención de arreglarlo mediante la comunicación, por el momento. Del mismo modo, creo que estos políticos no se van a escuchar, no se van a entender y creo que realmente les da igual las víctimas, solo piensan en quedar superior.
Por el contrario, a las personas que sí les importan esas víctimas si llegan a un proceso de mediación porque si tienen una necesidad común, la cual es parar que haya más víctimas.
Del mismo modo, nosotros tendríamos que actuar, sin embargo, es muy complicado pues se puede volver a nuestra contra. Podríamos actuar, como se dice en el blog, desde el ámbito de la educación pero sería una solución no inmediata aunque muy efectiva para el futuro, pues enseñaríamos como mediar para cualquier conflicto.

Sara García Rivilla dijo...

He de reconocer que me ha sorprendido leer cómo familias israelís y palestinas han conseguido unirse por una causa común. En estos países conviven varias religiones distintas, por lo que ya de por sí existe una división externa, me sorprende que estas familias se hayan unido. El conflicto de Israel y Palestina es un conflicto de hace ya varios años que ha causado mucha violencia y tensión en el resto del continente. Veo interesante la posibilidad de una mediación entre estos dos países, pero también veo complicado que este conflicto se detenga mediando, ya que en una mediación una de las características claves es “empoderar” a las partes para intentar que estén en igualdad de poder, mientras que el mediador tiene una posición neutra. En este conflicto, esto es complicado porque existe una clara desigualdad entre ambos países: Israel tiene mucha más capacidad armamentística, más recursos y uno de los sistemas de espionaje más potentes del mundo. Palestina tiene una clara desventaja, y por esto veo difícil que exista algún tipo de mediación. El mediador “neutro” podría o debería ser la ONU o alguien que se encargue de que cese la violencia. Aún así, creo que es bonito que las familias sean capaz de dejar sus diferencias a un lado por la paz.

Carmen Sánchez dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es un ejemplo trágico de una disputa prolongada y dolorosa. Sin embargo, es preciso destacar la labor de las familias israelíes y palestinas que a pesar de haber perdido seres queridos en el conflicto, ahora trabajan juntas por la paz. Estas familias nos hacen ver que aunque haya diferencias, el dolor es universal y puede unir a las personas. También nos muestran la importancia de que las partes afectadas son un papel fundamental en la búsqueda de soluciones. Los mediadores deben tener esto presente y reconocer que desconocer la identidad del otro puede ser beneficioso para evitar prejuicios y tener un dialogo más abierto. La labor de estas familias es un recordatorio de la necesidad de empatía, diálogo y resolución pacífica.

Natalia Grimón Paz dijo...

En cuanto al conflicto que existe entre Israel y Palestina, me gustaría destacar la fuerza que tienen las familias tanto israelíes como palestinas para trabajar juntas por acabar con la guerra. Cómo bandos opuestos trabajan conjuntamente para encontrar la paz después de tantas muertes que se han causado mutuamente.
Pensar en lo que está ocurriendo hoy en día es muy duro, ver las imágenes que se muestran día a día de cientos y miles de personas que se encuentran heridas y otras muchas que han muerto… y no poder hacer nada por la vida de cada uno de ellos.

Lo que quiere hacernos ver el texto es que a pesar del dolor de cada uno de los ciudadanos y familias de Israel y Palestina, siempre se puede buscar una solución para terminar con este conflicto, siempre, por muy perjudicados que estén las partes, se puede poner de nuestra parte y no tener una posición fija como ocurre al principio en el proceso de mediación. Durante las primeras sesiones no somos capaces ni de mirar a la otra persona, somos muy cerrados a nuestros ideales, y conforme pasan las sesiones se ve un gran cambio en las partes y sus posiciones, siendo capaces de mirarle a los ojos, comunicándose más veces y llegando a un acuerdo común.

Noelia Jiménez Báñez dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina, arraigado en diferencias territoriales, religiosas e históricas, es una de las disputas más antiguas y consistentes de la historia. A pesar de los intentos de mediación y acuerdos pasados como los Acuerdos de Oslo, la resolución sigue siendo difícil de alcanzar. Sin embargo, es sorprendente observar cómo numerosas familias israelíes y palestinas, que han sufrido la pérdida de seres queridos, colaboran en la búsqueda de la paz, promoviendo la comprensión y la reconciliación. Estos esfuerzos de base subrayan que la paz es posible incluso en medio de un conflicto profundamente arraigado. Su mensaje es claro: el odio y la venganza solo perpetúan la violencia, y es esencial que las partes involucradas se sienten juntas y busquen soluciones. Los mediadores desempeñan un papel crucial al dar voz a quienes han sufrido directamente el conflicto y al promover el diálogo sin prejuicios. El ejemplo de estas familias nos recuerda que la paz es un objetivo alcanzable cuando se trabaja en unidad.

Lucía Castro Martínez dijo...

Tras varias semanas aprendiendo los conceptos clave sobre la mediación, me parece interesante e importante hablar de ciertos temas que nos llevan a reflexionar. Conforme iba leyendo el texto, he visto claramente cómo la mediación puede aplicarse en cualquier conflicto, independientemente de cual sea y la gravedad de este. En este caso, se aborda un tema muy delicado, como es la guerra entre Israel y Palestina.

A pesar de las dificultades que existen en el conflicto israelí-palestino, se muestra la esperanza que proviene de las personas que trabajan juntas por conseguir la paz. Gracias a estas personas, entra en juego el papel de la mediación. La mediación, se encargará de dar voz a las personas que forman parte del conflicto y a sus verdaderos protagonistas. El papel de la mediación será clave para dar voz a las personas que tienen verdaderos esfuerzos por conseguir una reconciliación, factor determinante para una resolución del conflicto a largo plazo. Asimismo, como hemos visto durante la asignatura, es crucial darle importancia no solo a figuras relevantes, como líderes políticos, sino también a ciudadanos y familias que sufren día a día las consecuencias de esta guerra. Gracias a esa población, sigue existiendo la esperanza de paz a nivel humano.

Esperanza Vega dijo...

Esta entrada del blog cubre uno de los mayores conflictos mundiales, el conflicto entre Israel y Palestina, relata las vidas de sufrimiento de dos pueblos que encuentran numerosas complicaciones para alcanzar la paz.

Realizando una lectura comprensiva del texto, he visualizado a esas 650 familias que forman parte del Movimiento palestino por el cambio y El circulo Israelí de parientes, como movilizadores de la mediación. Este punto de vista surge de la intencionalidad de dichas familias por entender la postura de sus “enemigos”, aunque se de por el dolor que les une, pero que pretenden juntos movilizar al resto de ciudadanos para lograr la paz para ambos pueblos.
Se trata de un grupo, formado por dos entidades, que aspiran cumplir su misión del “deber de hablar”, mencionado en el texto, manifestando ser un ejemplo para sus líderes políticos y demostrando que es posible sentarse en una mesa y exponer sus deseos hasta lograr un acuerdo que contente a ambos. Estas familias demuestran a sus paisanos que la paz es posible, haciendo uso del diálogo y de la superación de aquellos aspectos culturales y políticos que nos dividen.

Este movimiento nos deja ver que incluso en los lugares y en las situaciones de mayor conflicto, sufrimiento y desesperanza, quedan muestras de humanidad que promueven la lucha por la paz y la empatía.

Jimena Sánchez Marín dijo...

En este post se trata la magnitud del conflicto existente entre Israel y Palestina, dando a conocer los motivos de su inicio y la gravedad de la situación. Cabe destacar que gracias a los Acuerdos de paz de Oslo se consiguió mantener un cierto nivel de calma y armonía entre estos países, pero que por las continuas disputas políticas resulta muy complicado mantener ese pacto. Sí que me resulta interesante como las familias israelíes y palestinas luchan por mantener esa paz, y trabajen juntas por terminar con la violencia y conseguir una estabilidad futura para sus hijos e hijas.

Resulta notable como estas familias consiguen dejar de lado sus diferencias tanto ideológicas, religiosas como culturales para poder superar el odio, resentimiento y dolor que sufren por la pérdida de sus hijos en la guerra, y hacen lo imposible para colaborar y fomentar la paz. No me quiero ni imaginar como sufren estas personas cada día por el simple hecho de que los políticos no pueden dejar sus egos a un lado, dando como resultado el no poder comunicarse y el buscar otra solución que no requiera violencia. Aquí es donde la mediación entraría, aunque sé que es un tema complicado.

Pero, a mi parecer, la mediación sería una herramienta importante que los altos mandos deberían tener en cuenta, sólo por el sencillo factor de poder llegar a entenderse los unos a los otros, enseñarles la importancia de la empatía e intentar que ambas ideologías puedan coexistir, no tiene por qué reinar sólo una. Si las familias que han perdido a sus seres querido han podido tener una conversación y unirse para buscar soluciones a este conflicto, como las charlas en los centros educativos para inculcar la necesidad y beneficio de la reconciliación, ¿por qué sus líderes políticos que no sufren ningún daño son incapaces?

Carmen Gullón Colunga dijo...

Es importante no deshumanizar durante un conflicto como el que hay entre Palestina e Israel. Como se menciona en el texto, el dolor que sufren los palestinos es el mismo que sufren los israelíes, y ese dolor ha llevado a ambas partes a cometer actos imperdonables, inolvidables, e injustificables. En ellos ha ocurrido la deshumanización del enemigo. Lo peor que puede ocurrirle al ser humano. Ver al enemigo como un monstruo. En esta guerra parece que están jugando a ver quién hace la burrada más grande, cuando lo que tendrían que hacer es sentarse a dialogar con un mediador y buscar el buen acuerdo, recogiendo intereses de ambas partes y que estén dispuestos a cumplir con tal de que haya paz.

Ángela Álvarez de Medina dijo...

El post aborda el conflicto de Israel y Palestina, conflicto de gran historia y complejidad pero de rigurosa actualidad. Este se centra en como familias israelitas y palestinas que han sufrido situaciones parecidas de dolor y sufrimiento, con el movimiento palestino por el cambio y el circulo israelí de parientes, pretenden buscar una reconciliación y entendimiento de ambos pueblos. Para estas familias, el hecho de hablar es muy importante, teniendo como premisa principal el hecho de revindicar el poder de la palabra. Esta ultima idea para mi es la mas importante, debido a que si las personas/políticos/grupos nos centráramos en hablar las cosas y nos esforzamos en llegar a un entendimiento equitativo que todos pudiéramos cumplir todo sería un poquito menos complica y podría haber menos conflictos (siendo utópicos).

Ángela Álvarez de Medina dijo...

El post aborda el conflicto de Israel y Palestina, conflicto de gran historia y complejidad pero de rigurosa actualidad. Este se centra en como familias israelitas y palestinas que han sufrido situaciones parecidas de dolor y sufrimiento, con el movimiento palestino por el cambio y el circulo israelí de parientes, pretenden buscar una reconciliación y entendimiento de ambos pueblos. Para estas familias, el hecho de hablar es muy importante, teniendo como premisa principal el hecho de revindicar el poder de la palabra. Esta ultima idea para mi es la mas importante, debido a que si las personas/políticos/grupos nos centráramos en hablar las cosas y nos esforzamos en llegar a un entendimiento equitativo que todos pudiéramos cumplir todo sería un poquito menos complica y podría haber menos conflictos (siendo utópicos).

Anabel Cortés Jiménez dijo...

El post actual sobre el prolongado conflicto entre Israel y Palestina aborda la cuestión de si es viable la mediación en tiempos de guerra.
En este sentido, se han desplegado numerosos esfuerzos para promover la paz y la mediación a pesar de la firma del Acuerdo de Paz de Oslo, que no ha logrado poner fin al conflicto.

Un ejemplo de mediación es sin lugar a dudas el de las familias palestinas e israelíes. Familias que han perdido durante la guerra a sus seres queridos pero sin embargo, continúan trabajando juntas por la paz. Sus testimonios son cruciales, pues demuestran que la mediación y la reconciliación son posibles, incluso en medio del dolor.

En este caso son las familias las que actúan como mediadores, per podría ser liderada por organismos internacionales, gobiernos y organizaciones.
Son un claro ejemplo de que es posible superar las diferencias en busca de una solución, ofreciendo un poco de esperanza en medio de la devastación de la guerra.

Beatriz Flores San Román dijo...

Siempre que vemos un conflicto internacional que no nos afecta surge esa duda sobre cual debe ser nuestro papel ¿observadores?¿intermediarios?¿salvadores? pero nuestra respuesta suele ser siempre la misma, quedarnos al margen.
Es cierto que en conflictos como este, que llevan a sus espaldas años de historia y que se limitan a una zona geográfica delimitada, nosotros no podemos tomar ese papel heroico y tratar de dar soluciones porque lo haremos siempre desde una posición privilegiada sin que el problema nos afecte realmente. Por lo que podemos llegar a pensar que sí, ser observadores es la mejor opción.
En cambio, no podemos olvidar que este tipo de conflictos están acabando con familias, negocios e ilusiones y es ahí donde a todos como sociedad se nos deben encender las alarmas y tomar conciencia sobre el problema y exigir la búsqueda de una solución plausible para ellos.
Se puede pensar que es imposible lograr que dos partes tan enfrentadas y con tanto dolor puedan sentarse a buscar la paz. Pero ya lo hemos visto en España con el ejemplo de ETA y lo estamos viendo en Israel y Palestina a través de esas personas que dejan de lado el conflicto para tratar de reconstruir su sociedad y evitar el sufrimiento de millones de personas.
Por lo que sí, se puede construir ese acuerdo entre las partes y solo se conseguirá si los que se sienten en esa mesa de negociación apelan por los intereses reales de sus pueblos y de las personas.

Almudena Calderón dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina ha golpeado al mundo con una realidad, para muchos lejana, para otros olvidada y para otros cuantos desconocida. Un conflicto entre dos pueblos que se ha cobrado en estas décadas miles de vidas civiles e inocentes, las cuales poco o nada tenían que ver con las opiniones e intereses de sus respectivos lideres políticos. Es frente a esta realidad vestida de dolor, perdida y crímenes de guerra dónde al resto de países se nos plantea la cuestión de que papel debemos de desempeñar, si debemos de ser salvadores, mediadores o simples espectadores.
Quizás desde nuestra posición privilegiada de habitantes de un país en paz, es complicado decidir que papel es el adecuado para actuar ante una situación así, pero sí que como mediadores podemos buscar aquello que une a ambas partes, como a las familias palestinas e israelíes, que no es mas que el compromiso, la empatía y el ansia de paz frente a la deshumanización y a la perdida de un ser querido tan violenta.
Por ello, sería conveniente y necesario que los representantes políticos de ambos países se reunieran con alguna figura mediadora, como los organismos internacionales, que les ayudase a encontrar esos puntos de acuerdo y unión, frente a aquellos prejuicios y estereotipos políticos y religiosos que les han llevado a un conflicto armado, evitando la muerte y dolor de millones de personas. Escuchando el clamor de un pueblo hundido.

Angela Leon Aires dijo...

En este comentario semanal se destaca una realidad fundamental en el conflicto entre Israel y Palestina: la existencia de esfuerzos por la paz y la mediación, a pesar de las dificultades políticas y las décadas de conflicto.

El aspecto más esperanzador son las numerosas familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y trabajan juntas por la paz. Su esfuerzo es un recordatorio poderoso de que el dolor y la pérdida son universales, sin importar la afiliación étnica o religiosa. Su mensaje de reconciliación es inspirador y ejemplifica la importancia del diálogo y la comprensión entre las partes en conflicto.

Estos esfuerzos de mediación y reconciliación liderados por la sociedad civil, como las familias mencionadas, son cruciales. Muestran que la paz y la comprensión pueden surgir de la base, incluso cuando los líderes políticos enfrentan desafíos. Además, la educación y la sensibilización en las escuelas son pasos importantes hacia la construcción de la paz a largo plazo.

En resumen, aunque el camino hacia la paz es difícil y complicado, estos esfuerzos y la humanidad compartida de las personas afectadas por el conflicto brindan esperanza de que una solución pacífica sea posible en el futuro.

reyes dijo...

Es conmovedor saber que familias palestinas e israelíes que han sufrido tanto por este conflicto se unen para intentar llegar a un acuerdo de paz. Siendo protagonistas del dolor y sufrimiento que deja la pérdida de un familiar han apartado sus diferencias para la reconciliación. Una muestra de humanidad que alivia para ver que se puede llegar a la paz.

Podemos observar dos pilares fundamentales de la mediación en este testimonio, el primero; la importancia de dar voz a las partes más afectadas por el conflicto, las soluciones duraderas son las que se han construido con las voces de las victimas y sus seres queridos puesto que nadie más que ellos comprenden el dolor y las heridas. El segundo; dejar delado durante el proceso los prejuicios y estereotipos de la otra parte, ya que el sufrimiento que tiene cada uno es el punto de unión entre los dos bandos.

La historia de estas familias nos recuerda que la mediación gira entorno de hallar soluciones pacíficas basadas en el entendimiento y respeto. Este movimiento es una llamada a la reflexión sobre el papel de la comunidad internacional y los mediadores para promocionar la paz.
Lola Sánchez Zamora.

Eva García Ruiz dijo...


Primeramente, parece relevante conocer que la organización islámica palestina Hamás, hace muchos años, no aceptó La Paz, pues puede mostrar cierta creencia de poder y, tal vez, poca iniciativa para esta negociación y posible resolución del conflicto actual. En mi opinión, como se cita en el post, hay que tener en cuenta diversos asuntos para poder alcanzar una oportunidad de paz, asuntos que no interesan o no aceptan algunas de las partes implicadas en el conflicto, por lo que, sería difícil una verdadera mediación por todo lo que esta conlleva.

Por otro lado, me parece interesante que familias israelíes y palestinas hayan hecho una “alianza” en algunos aspectos, probablemente porque los une el dolor de haber perdido a familiares y otros motivos, por lo que esto puede ser una unión interesante para tener en cuenta como punto inicial a la mediación.

En conclusión, creo que, aunque claramente es necesario una mediación en este caso, es difícil e improbable que actualmente se dé, por ejemplo, porque la mediación debe ser voluntaria, y, parece que los políticos no muestran interés en conversar. También, en mi opinión, sería interesante si existiera una mediación, tener el testimonio de las familias de ambos lugares, para que muestren su empatía y compromiso para poner fin a este conflicto que afecta a tantas personas.

Mónica dijo...

Más allá de las posiciones políticas, creo que este post te hace reflexionar sobre la realidad que se vive allí día a día, que está siendo tapada, como en muchas otras ocasiones, por los bandos y los conflictos políticos. Lo que me parece más importante y en lo que me gustaría hacer énfasis sin duda es la última parte del post, ya que no tenía conocimiento del hecho de esta unión por parte de familias “contrarias” y me ha sorprendido mucho. Es algo que al pensarlo te parece utópico, ya que estamos acostumbrados a los pensamientos de venganza y son los primeros que sientes cuando te pones en la piel de cualquiera de estas familias, pero no nos imaginamos lo que podemos llegar a conseguir cuando hacemos el esfuerzo de gestionar eso y de intentar otro camino para conseguir resultados distintos.
Pienso que para estas familias el dolor ha sobrepasado por encima de todo, y aunque en situaciones de incertidumbre y tristeza intentamos buscar apoyo entre iguales, ellos lo han aprovechado aún más para hacerse oír y conseguir aquello que los políticos no han conseguido, porque al fin o al cabo, desde un lado u otro, su dolor es el mismo.

Los conflictos de guerra siempre tienen un factor en común, el poder, y considero que esto es lo que hace que se convierta en un acuerdo mucho más complicado a la hora de mediar. Pienso que la mediación habría que conseguir hacerla siempre desde sus puntos de vista, es decir mirando los intereses de cada uno, ya que lo verdaderamente importante de lo que sucede, como las vidas perdidas o las situaciones de precariedad que viven las personas mientras tanto, no son de sus prioridades, aunque a nosotros sea lo primero que nos venga a la cabeza, por ello nunca hay que olvidar mediar desde el no juicio.

Rafael García Guisasola dijo...

El artículo de ésta semana aborda el conflicto histórico entre Israel y Palestina, tema de absoluta actualidad, enfatizando la necesidad de realizar esfuerzos de paz en áreas sagradas para algunas religiones. A pesar de los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993, el conflicto continuó debido a importantes obstáculos, como la necesidad de establecer un Estado palestino soberano, el levantamiento de bloqueos y restricciones, y los grupos palestinos que renuncian a la violencia. Sin embargo, el artículo destaca la existencia de un movimiento de 650 familias israelíes y palestinas que perdieron a sus seres queridos en el conflicto, unidas para buscar la paz y no la venganza. Estas familias desafían las narrativas políticas y trabajan juntas para promover la reconciliación y el entendimiento mutuo.

El artículo enfatiza la importancia de involucrar a los verdaderos protagonistas del conflicto, aquellos que lo vivieron, en las negociaciones para encontrar una solución. Además, enfatiza la necesidad de evitar prejuicios y estereotipos sobre “el otro” para evitar la violencia y fomentar soluciones pacíficas. Estos esfuerzos son un ejemplo esperanzador de cómo el dolor común puede unir a personas de diferentes lados del conflicto en la búsqueda de una paz duradera en una región marcada por la discordia.

Carlota Gutiérez Limón dijo...

Parece impensable que en medio de esta horrible situación, haya familias israelíes y palestinas que hayan encontrado un motivo por el que luchar, por el que honrar la memoria de sus familiares fallecidos a lo largo de tantos años de conflicto, y hacer que su muerte no haya sido en vano. En vez de optar por odiar al otro, se unen para lograr que no haya más familias sufriendo el dolor que ellos sufren, dejando atrás rencores y enemigos; porque saben que el dolor es el mismo, seas de donde seas y luches por lo que luches.

Las familias buscan, de alguna manera ser mediadoras, evitar que el conflicto siga yendo a más y muriendo y sufriendo más gente. Y si las familias, que son las que han experimentado en primera persona la muerte de un hijo, hermano, padre, amigo o pareja, son capaces de dejar el odio a un lado, es inconcebible que no puedan hacer lo mismo los políticos y dejen que siga muriendo gente y que sus países sigan viviendo en una situación de incertidumbre, miedo y dolor. Esto nos demuestra que la mediación puede nacer de problemas económicos, problemas de orgullo y honor, el dolor, o del deseo común de vivir en paz.

Carlota Gutiérrez Limón

Mercedes Pérez Infante dijo...

Nos encontramos actualmente ante una gran tragedia que esta al orden del día, diariamente nos encontramos nuevas noticias acerca de lo que esta ocurriendo entre Israel y Palestina, algo tremendamente duro. ¿Cómo en pleno siglo veintidós siguen pasando cosas así?

Las noticias son todas desgarradoras pero después de leer este post me doy cuenta de la bondad que hay en muchas personas y que no esta todo perdido. Me parece realmente digno de admirar esas familias que son capaces de dejar el odio, el rencor y el dolor a un lado y todo para intentar estar más cerca de la paz. Estas familias han pasado momentos realmente duros, como bien puede ser la muerte de un padre, un hijo, un hermano… y aun así son capaces de ver luz en la sombra del túnel e intentan buscar una solución. Si ellos son capaces, ¿cómo no lo son los gobernadores de los países? Me sorprende mucho también el numero 650 familias son muchas 650 familias dispuestas a dialogar
Claramente es un asunto muy complejo que hay que analizar con lupa ya que tiene muchos matices, pero es necesario parar esta guerra que esta dejando tantas muertes y sufrimiento.

Natalia Rodríguez dijo...

El texto de esta semana nos habla acerca del conflicto entre Israel y Palestina. Se centra en los intentos de reconciliación, haciendo énfasis en el movimiento de familias israelís y palestinas que han perdido a sus seres queridos por consecuencia del conflicto y ahora ambos se unen para conseguir la paz, derrumbando las barreras y caminando hacia la reconciliación y un entendimiento para ambas partes.
El texto resalta la importancia de poder alcanzar la paz a través de la colaboración y el entendimiento, haciendo así que se evadan las complejidades políticas y las divisiones históricas y nos centraramos en la reconciliación y la coexistencia pacífica.
En tiempos de guerra, la búsqueda de la paz y la mediación son importantes para poder ponerle fin al conflicto y poder aliviar el sufrimiento de todas las personas involucradas, sin embargo, las circunstancias son muy extremas haciendo así que se haga complicado. En mi opinión, algunas estrategias que podrían combatir a la paz y a la mediación serían el diálogo y la negociación, estableciendo así un canal de comunicación entre las partes del conflicto, por otro lado, que existieran terceros imparciales que hicieran de intermediarios y facilitadores, por último un factor muy importante sería que se estableciera un programa de protección de civiles y Derechos Humanos, para poder protegerlos y garantizarles el respeto durante el conflicto.

María Castro Santisteban dijo...

En este post del blog se nos narra la desgarradora y conmovedora situación de la guerra entre Israel y Palestina, que sigue más viva que nunca hoy en día por desgracia. En este conflicto nos encontramos ante dos potencias que no se ven, no se reconocen entre ellos ni ante Europa, esto mismo pasa en mediación, mediante la cual conseguimos que ambas partes se vean y se escuchen de manera justa y sincera. Desde esta perspectiva sería fácil pensar que es posible realizar una mediación, ya que con el simple hecho de acordar un acuerdo justo y equitativo respecto al territorio, los reconocimientos y otros asuntos a resolver, se podría lograr apaciguar el conflicto. El problema y lo vital en el caso de este conflicto es el liderazgo de ambas partes. Liderazgo movido por el odio, el rencor y la violencia. Y es que una vez se ve como única posible solución la violencia y se empiezan a cometer actos atroces, moviendo e incentivando la violencia en el mundo entero, poca mediación es posible. Por mucho movimiento ciudadano que haya si el líder no entra en razón o es apartado, seguirá moviendo a muchísima gente en torno a sus propios principios.

CLARA CUADRADO RUIZ dijo...


El texto relata el conflicto subyacente entre Israel y Palestina, haciendo un repaso del mismo; con el acuerdo de paz de Oslo de 1993 y la creación de la Autoridad Nacional Palestina.

En medio de tanto caos, conflicto, dolor, deshumanización… podemos ver, a pesar del dolor infinito de tantas familias israelíes y palestinas, cómo se han unido para perseguir la paz.

Entre tanto desconsuelo, lo que queda es la necesidad de hablar, de ponernos en el lugar del otro, comprender el dolor y buscar una solución pacífica para erradicar tanta violencia y tanta catástrofe.
Esto nos hace recordar que hasta en los momentos más desastrosos y más tristes, tenemos la capacidad de acercarnos a la reconciliación. El fondo de estas familias destruidas que aun así median por la paz, nos demuestra que el odio, el desprecio y la rabia no son ni el procedimiento a seguir ni el fin. En su lugar, persiguen – mediante la mediación – un camino en el que la convivencia pacífica sea posible.

José Manuel Roales Saavedra dijo...

Este apasionante artículo nos sumerge en el corazón de uno de los conflictos más complejos y largos de la historia: el enfrentamiento entre Israel y Palestina. En medio de este escenario lleno de tensiones y desafíos, surge un rayo de esperanza a través del Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes. Estas organizaciones, compuestas por alrededor de 650 familias israelíes y palestinas que han perdido a seres queridos debido al conflicto, han decidido unir sus fuerzas en lugar de ceder ante el odio y la venganza.

Este poderoso movimiento demuestra que el dolor no tiene fronteras. La pérdida de un ser querido duele igualmente en ambos lados del conflicto. Estas familias, desde su posición de víctimas, han decidido trabajar juntas para estimular la comprensión mutua y extender ese entendimiento al resto de la sociedad. Su misión es clara: hablar, reconciliarse y educar. Han llevado su mensaje de paz y reconciliación a las escuelas y a las comunidades, incidiendo especialmente en los adolescentes para sembrar la semilla del entendimiento y la coexistencia pacífica en las generaciones futuras.
Se nos ofrece dos lecciones cruciales como mediadores. Primero, nos recuerda la importancia de involucrar a las partes directamente afectadas en la búsqueda de soluciones. Estas familias, que han sufrido el conflicto en carne propia, son los verdaderos protagonistas y su participación es esencial para encontrar una paz duradera. Segundo, subraya la necesidad de ignorar las identidades preconcebidas del "otro". Reconocer que, del otro lado, hay personas que han experimentado el mismo dolor y pérdida que nosotros puede ser el primer paso hacia la comprensión y la resolución pacífica.

Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes nos desafía a dejar de ser meros observadores y a convertirnos en agentes activos de cambio. Al aprender de estas familias valientes, podemos encontrar inspiración para nuestro propio trabajo como mediadores: facilitar el diálogo, promover la empatía y ayudar a construir puentes hacia un futuro más pacífico y comprensivo. Gracias por compartir esta historia conmovedora y esperanzadora, que nos recuerda que, incluso en medio del conflicto más profundo, la humanidad y la compasión pueden abrir camino hacia la paz.

María Cortés Sánchez dijo...

Leyendo el texto, acerca de los movimientos de familias israelíes y palestinas que se han unido en busca de la paz, de esa parte del proceso de la mediación en el que el mediador fomenta que ambas partes se posicionen en la otra, es decir, que puedan pensar lo que la otra persona ha vivido y ENTENDERLO, pero no COMPARTIRLO (que ya hablábamos en clase acerca de esta frase y su importancia). Lo veo reflejado en esa unión de ambos bandos y su intento por hacer llegar a cada una de las partes (Israel y Palestina, judíos y musulmanes…) que ambos han vivido lo mismo: situaciones de guerra, ataques terroristas, pérdidas de seres queridos, condiciones precarias… si las partes logran dejar el odio a un lado y son capaces de comprender que han vivido lo mismo, es posible que puedan concluir que el conflicto quizás está teniendo más parte política que social, dando a las autoridades la responsabilidad completa y la capacidad de decisión, haciendo presión para que la guerra finalice.

María José Fernández Matador dijo...

El post de esta semana nos habla sobre el actual problema que estamos viviendo a nivel mundial y padeciéndolo Israelíes y Palestinos. Este conflicto me parece un gran ejemplo para hacer referencia a la mediación, ya que nuestra misión y objetivo es llegar a un acuerdo a través de la comunicación que Israelíes y Palestinos no están consiguiendo, y por consecuente están muriendo muchas personas inocentes. Pienso que el poder ciega a las personas, porque como cita el texto, ciudadanos y familias, aquellos que aun sintiendo el dolor por los familiares perdidos, dejan la venganza y odio de lado e intentan trabajar juntos para buscar un bien común que es la paz y proyectarlo también en niños y adolescentes. Sin embargo, los altos mandos no consiguen llegar a un acuerdo y me parece muy triste. No creo que en esta situación la mediación y el compromiso vaya a ser fácil, ya que se enfrentan dos partes con unos intereses muy poderosos y que no pretenden ceder ni cambiar.

Lorena Escribano Gómez dijo...

Este hecho es uno de los conflictos más antiguos de la historia que ha provocado gran cantidad de sufrimiento y tensión en la región y que pese a la intención, por parte de la comunidad internacional y de las partes involucradas para lograr la paz y el consenso, el conflicto continúa.

Un ejemplo de iniciativa es el de las familias israelíes y palestinas que han perdido a seres queridos y que trabajan juntas por la paz. Luego, ambas partes quieren llegar a un acuerdo. Sin embargo, estas iniciativas no son suficientes, puesto que la solución proviene de un consenso político y diplomático, además de la parte internacional.
Por ello, algunas tácticas para aplicar podrían ser: En primer lugar, el diálogo y negociación; el involucramiento internacional para que se reproduzca el anterior, el reconocimiento mutuo y concesiones, el apoyo a la sociedad civil y superar el odio y la venganza.



Sofía Vázquez Lanas dijo...

La situación entre Israel y Palestina es realmente complicada y lleva mucho tiempo siendo así. Ha habido intentos de encontrar una solución, pero las diferencias profundas entre las dos partes y la violencia constante han dificultado las cosas.

Es increíble ver cómo personas que han sufrido tanto son capaces de unirse en busca de la paz. Se centran en hablar y en entenderse mutuamente, algo que es fundamental en cualquier proceso de paz.

En cuanto a nosotros, como observadores internacionales, no podemos quedarnos de brazos cruzados. La paz necesita el compromiso de todos nosotros. Necesitamos mostrar empatía, entender las perspectivas de ambas partes y trabajar juntos para encontrar soluciones. Todos tenemos un papel importante en este proceso, no importa cuán pequeño pueda parecer. La paz no es algo que pueda lograrse sin esfuerzo, pero cada pequeño paso cuenta.

Creo firmemente que la mediación es posible en el conflicto entre Israel y Palestina. A lo largo de la historia, hemos visto ejemplos de mediación exitosa en otros conflictos igualmente complejos y prolongados. La clave está en la voluntad política de ambas partes para comprometerse en un proceso de diálogo y negociación, así como en la participación activa de mediadores imparciales y la comunidad internacional.

Es esencial que las partes involucradas estén dispuestas a ceder en ciertos puntos y encontrar compromisos que sean aceptables para ambas partes. También es crucial abordar las preocupaciones de seguridad y las necesidades legítimas de ambas comunidades para construir la confianza necesaria para avanzar hacia la paz.

Además, la mediación puede beneficiarse enormemente de iniciativas como las de las familias israelíes y palestinas que trabajan juntas por la paz. Estas personas ofrecen un modelo valioso de cómo es posible superar el dolor y la pérdida personal para trabajar juntos hacia un objetivo común de paz y reconciliación.

Aunque el camino hacia la paz será difícil y requerirá tiempo, es posible con voluntad, empatía y compromiso de todas las partes involucradas, así como el apoyo continuo de la comunidad internacional. La paz en la región sería transformadora y beneficiosa para todos los involucrados y para el mundo en general.

María José Rey dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina está muy equilibrado aunque es muy complejo. Es por eso que es imprescindible buscar soluciones pacíficas. En los tiempos de guerra la mediación y la ayuda de grupos que buscan la paz son también esenciales a la hora de enfrentarnos a este desafío. Muchos países a lo largo de la historia que han estado también en situaciones bélicas, han demostrado que la mediación de las partes que están dispuestas a comprometerse y que cuentan con el apoyo de la comunidad internacional, han logrado reconciliarse con metas nobles y en contra de las adversidades.
Algunas de las soluciones que propongo utilizar en medio de una mediación bélica entre países y la búsqueda por la paz son la intervención de Naciones Unidas o países neutrales, la diplomacia y las negociaciones, grupos de civiles comprometidos en la reconciliación y el entendimiento y por último pero no menos importante, la educación y la sensibilización sobre aspectos humanos y cultuales que puedan ayudar a reducir estereotipos y prejuicios entre ambas partes.

Marta del Rocío dijo...

Todo este tema me hace sentir incompetente, no solo por el nivel arduo del conflicto que se comenta, sino por el hecho de una pregunta que he leído y me ha hecho reflexionar: ¿podemos quedarnos como simples observadores internacionales?. No solo respondo que sí, con tristeza, sino que a su vez, somos observadores nacionales, provinciales, de nuestro barrio, de nuestra calle en la que vivimos...Pasamos el día observando desgracias, tanto como ver a una persona tirada en el suelo, anulado de sus derechos humanos, con hambre, sed...y pasamos por alto, miramos hacia delante y dejamos una vida atrás. Desalentador.

Ese trabajo por la paz entre las familias israelíes y palestinas me recuerda a la HIPÓTESIS DEL CONTACTO (ALLPORT,1954). Defiende que en ciertas ocasiones, el contacto entre las personas de grupos diferentes sirve para reducir el prejuicio, la tensión y la hostilidad entre ellos. Las condiciones que deben darse son las mismas que vemos reflejadas en las familias israelíes y palestinas:
1. Clima social en el que se haga cada vez menos aceptable discriminar abiertamente (ninguno de las dos familias discriminan porque entran 'en el mismo saco')
2. El contacto debe generar un alto potencial de relación (altamente frecuentes, elevada duración y suficiente proximidad) Si te das cuenta, todo encaja.
3. Estatus de igualdad. Tanto las familias israelíes y palestinas han perdido a alguno de sus familiares y pasan momentos de muy duros. Como bien escribes, 'No hay diferencias cuando se trata de dolor'
4. Cooperación. Los dos grupos trabajan juntos para que sus líderes políticos vuelvan a negociar y resurja la paz. Tienen un objetivo en común.




Lorena Gómez Montoro dijo...

Después de varias semanas en las que los medios de comunicación emiten a todas horas el conflicto que viven Israel y Palestina, se nos plantea una pregunta: ¿es posible una negociación en medio de la escalada? Para mí personalmente, la respuesta es no. Ya no hay cabida para la diplomacia. Quizás la pregunta mejor formulada sería: ¿De qué han servido los tratados y acuerdos firmados por la paz durante años? ¿Quizás fue posible una mediación cuando el conflicto se estaba incubando?

No todo es mediable, al menos en este punto de la historia y aún menos cuando los conflictos implican una disputa por territorios y fronteras, donde los límites son infranqueables. Relaciones asimétricas, intereses contrapuestos y desequilibrios de poder; el objetivo ya no es llegar a un acuerdo, si no vencer al otro.

Quizás, en medio de este conflicto y como bien se dice en el texto, aquellos que sufren en sus propias carnes esta guerra, son los que advierten sobre la posibilidad de mediar. Las familias son dolor compartido, diálogo, comprensión, empatía, reconocimiento… algo que sin duda queda muy lejos de lo que los Estados enfrentados pueden llegar a compartir algún día.

Clara Martínez Aranda dijo...

Esta publicación me ha parecido muy importante. Realmente, no sé si existen posibilidades de paz y mediación en tiempos de guerra entre Israel y Palestina. Lo que si sé es que la mediación es la única manera que existe para frenar los asesinatos y el dolor de la población.
Dice mucho de la sociedad que las propias familias se unan por el dolor. Los gobiernos deberían hacer todo lo posible para que los ciudadanos de su país y el país vecino dejen de sentir dolor perdiendo a familiares o sus propias vidas.
Es muy triste e inhumano observar cómo van pasando los días y ver que este conflicto va a peor, cada vez el número de asesinatos total es mayor. La violencia sólo crea más violencia, y en mi opinión, la violencia es justo lo que un buen gobierno debe evitar, y se evita con la mediación, la comunicación y la empatía por el otro.

Esther García García dijo...

Esta semana la entrada al blog trata sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Aparte del interés que genera este tema debido al ser un conflicto que tiene una duración de muchos años y que ahora está en especial tensión, también genera interés la existencia de una asociación conformada por ambos bandos que aboga por la paz y la comunicación, dejando atrás la guerra y la violencia. Personalmente, no tenía ningún conocimiento sobre la existencia de esta asociación, sin embargo, leyendo sus propósitos, no he podido evitar relacionarlo con la figura del mediador. Siendo más concreta, en esa asociación han dejado atrás los prejuicios y la rabia y han conseguido enfocarse en un bien común, han logrado ponerse de acuerdo con lo que no querían que siguiese pasando y con el futuro de la situación actual. Ahora esa asociación quiere intentar que los políticos se sienten a hablar y conseguir lo mismo que ellos. Desde mi visión, esa posición de la asociación me recuerda a la del mediador, queriendo que dos partes se sienten, se escuchen y se intente llegar a un acuerdo.

Por otro lado, desde mi opinión personal, no creo que esto sea posible, debido a que para que esta asociación exista han tenido que tener una cosa en común, que en este caso es el dolor de una pérdida a causa de este conflicto. Sin embargo, los altos cargos, al no estar sufriendo directamente estas graves consecuencias, no les importa que haya gente sufriendo a causa de sus decisiones. Aún con la figura de un mediador, creo que es muy difícil que haya un acuerdo, debido a los años de conflicto, los prejuicios y la falta de consecuencias directas a esas personas.

Finalmente, es un tema bastante triste, ya que, como he mencionado, por no saber escucharse y comprenderse hay muchas personas sufriendo y muriendo. Por otro lado, me gratifica saber que hay personas y organizaciones que abogan por otra solución e intenta mostrar como mediando entre bandos se puede llegar a un beneficio comñun.

Carmen Rodríguez Rueda dijo...

Con esta entrada podemos comprender cómo, a pesar de la magnitud del conflicto, un grupo puede hacer de mediador entre dos partes, en este caso, el grupo son las 650 familias que forman el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes. El objetivo de este grupo es mediar entre Palestina e Israel, por medio de la comunicación, que como ya sabemos es la herramienta imprescindible en el proceso de mediación; recuperar la comunicación para reconstruir las relaciones perdidas.

La forma en la que este grupo quiere mediar es por medio del ejemplo, si ellos han podido compartir mesa y conversación con los que hasta entonces estaban en conflicto, el resto de personas también pueden llevarlo a cabo. Sólo se necesita la intención de querer solucionar, mediar, y alcanzar un acuerdo por parte de las dos partes.

Al ser un conflicto de gran magnitud y por el cual, hasta a día de hoy, octubre de 2023, nos encontremos en España con alerta terrorista, no es fácil de mediar ni de solucionar. Las emociones negativas de venganza, odio, impaciencia, enfado, frustración… hacen que la reconciliación de los territorios ocupados esté cada vez más lejana.

Para esta mediación, el texto nos da dos claves, muy importantes en cualquier tipo de mediación. La primera de ellas es la negociación de las soluciones al problema con los protagonistas, es decir, en este caso, no puede gestionar una solución España, por ejemplo, sino que los mismos involucrados son los que deben plantear salidas y soluciones. La segunda clave es conocer la identidad de ambos grupos, sus preocupaciones, sus objetivos, sus sufrimientos para encontrar puntos en común que se alejen de la fuerza o de la violencia como única solución posible. Siendo estas dos claves necesarias para todas las mediaciones.

Ignacio Rodríguez Mena dijo...

Este texto aborda un tema complejo a la vez que duro, como es el conflicto entre Israel y Palestina. Para entender el conflicto habría que conocer su historia y los motivos que hacen que perdure en el tiempo y, es evidente, que es una situación que debe acabar cuanto antes.
En ese sentido y en relación con esta asignatura, podríamos hablar de mediación y de acercamiento entre las partes. Me parece muy interesante las familias que forman parte del “Movimiento palestino por el cambio y el círculo israelí de parientes”, donde la principal misión es hablar y llegar a un acuerdo.
Resulta fascinante como, familias que, parece que deberían estar enfrentadas, deciden unirse, para hacerse más fuertes y poder conseguir su objetivo, poniendo así fin al conflicto. Exactamente esto es lo que ocurre con la mediación, al fin y al cabo, nos encontramos con dos partes que buscan un fin común, que es llegar a un acuerdo. Eso no quiere decir que haya una parte “buena” o una parte “mala”, es más, ambas partes sufren y lo pasan mal, pero deciden dejar a un lado sus deseos de venganza o de maldad, que no llevan a ninguna parte, para sentarse a hablar y conseguir llegar a un acuerdo, poniendo fin así a una situación que les está haciendo daño.
En situaciones de este tipo, llegar a un acuerdo en el que ambas partes haya formado parte del proceso y hayan expuesto sus puntos de vista, se convierte en la única solución, ya que de lo contrario y desde la imposición, el conflicto seguirá latente y nunca acabará.

Marta Rodríguez Prieto dijo...

Mirar este conflicto desde fuera, desde la paz, es llenarse de preguntas e incomprensión. Es ver la violencia, el sufrimiento y las muertes que para nosotros no tienen sentido alguno. Es querer aportar una solución mágica, simple e inmediata que acabe con el conflicto y lleve la paz, lo que nosotros consideramos normalidad.
Si este conflicto es difícil si quiera de comprender, el vivirlo debe ser absolutamente desgarrador. Por eso creo que muchas veces nos refugiamos en nuestra situación privilegiada de seguridad y no miramos de frente. Miramos con una visión simplista, con soluciones idóneas o alternativas de paz asegurada. No solo para asegurarnos que estamos seguros en nuestra situación actual, sino también para sentirnos a salvo en la hipotética e imaginaria situación de encontrarnos en el conflicto, tendríamos la solución, los medios, las respuestas y sobre todo la sensación de paz y control que esto nos aporta.
El querer aportar una solución desde mi posición me parece inocente e ingenuo. Primero por la obviedad de ser una estudiante de cuarto curso en Sevilla que jamás ha vivido un conflicto así; pero segundo y más importante porque el querer proponer una fórmula mágica para finalizar el conflicto me parecería buscar la imagen de salvadora. Es obvio y a todos se nos ocurre sentar a las partes a dialogar, con respeto, escuchándose, para llegar a un acuerdo, pero ¿es esto posible? Con esto no quiero decir que el quedarse al margen sin hacer nada sea la postura válida, pero creo que podemos buscar formas de involucrarnos realmente sin tener posturas de salvadores, simplistas ni evasivas.
Este movimiento surge, esperanzando y optando por un enfoque pacífico y resolutivo, en el que se escuchan las partes. Entre toda la complejidad y el horror del conflicto parece ser una luz que apunta hacia delante. Este esfuerzo por un punto en común, aún con la reprimenda social y posible incongruencia personal vivida, lleva al entendimiento de las partes al encontrar algo intrínsecamente humano: el dolor al perder a seres queridos, el sufrimiento causado por el conflicto. Desde nuestra postura, que esto sirva de inspiración para optar por el diálogo, por la mediación y por el avance, y no solo tachar el conflicto como algo complejo e insoluble.

Fátima Aguirre Fernández dijo...

Aplicar la mediación a este conflicto sería, sin duda, una cuestión muy complicada.
Para comenzar, habría que recoger información sobre los personajes del conflicto y sobre el problema, ya que se trata de un enfrentamiento que se lleva desarrollando durante mucho tiempo y es fácil que se distorsione la realidad por los medios de comunicación en cada localidad. Esta es una de las razones por las que hay distintas percepciones y posiciones muy polarizadas sobre el mismo problema. Además, en este caso también entran en juego los valores e ideologías religiosas involucradas, que son determinantes del problema y son de difícil entendimiento para nosotros ajenos a su cultura.
Por otro lado, tratándose de una barbarie, hasta el punto en que se ha estado produciendo lo que algunas personas denominan como “genocidio”, es una situación que despierta muchos sentimientos y emociones. Personalmente, normalmente me cuesta empatizar con las desgracias que pasan en el día a día a nivel mundial, cuando las siento muy lejanas a mí, pero he de decir que este tema me ha chocado mucho emocionalmente. Además, hasta donde sé, hay una gran desigualdad de poder entre los dos países. Todo esto hace que sea tan difícil intentar llegar a un acuerdo.
Para realizar la mediación, el primer paso sería que se produjera una conversación con las partes, y es difícil que esto se produzca en una situación tan hostil, con preocupaciones más importantes como sobrevivir. En un momento dado, pienso que la única posibilidad sería sentar a la mesa al responsable de cada bando, con un mediador ajeno, y que, aun así, debido a las actitudes de estos y a todo lo expuesto anteriormente, sería un proceso complicado y con daños irreversibles.
Sin embargo, veo esperanza por lo descrito en el texto sobre las familias israelíes y palestinas. Me parece impresionante que se hubieran unido para trabajar juntas por la paz, y hayan sido capaces de hablar y llegar a institutos y comunidades, pues como se expone en el texto, el odio solo genera más violencia. Es un ejemplo a seguir ya que al haber sido ellas capaces, demuestran que es posible. También encuentro interesante que los protagonistas desconocieran la identidad del otro para llegar a un acuerdo, para no dejarse llevar por sus emociones.

Teresa dijo...

Teresa Álvarez Fernández.
Hoy en día, cuando encendemos el televisor lo primero que aparece es el conflicto entre Israel y Palestina. Vemos como el sufrimiento se apodera de todas las familias y personas que están viviendo este conflicto en su propia piel, leer este post me ha hecho conocer en mayor medida el origen y la historia del conflicto.

Tras haber leído esta entrada, he sentido una mínima esperanza al ver que hay familias tanto israelíes como palestinas que se enlazan por el dolor y sufrimiento que les une el pasar por la muerte de sus seres queridos. Es muy duro que se te muera un hermano, un padre/madre, un hijo… Me alegra que haya personas que crean en lo necesario que es el “deber de hablar” para poder llegar a una solución de este conflicto que se está llevando muchas vidas por delante.
Por otra parte, me ha gustado mucho la frase que dice que, si las familias han sido capaces de sentarse en la misma mesa, porque sus líderes políticos no son capaces de hacerlo y lo desesperanzador que es ver que ni si quiera tienen intención por buscar una solución.

Creo que un proceso de mediación podría ser una buena medida que se podría implantar, para ver un rayo de luz al final del túnel y construir un futuro mejor. Pero creo que, para llegar a sentar a negociar a ambas partes, los líderes tienen que llegar al punto de quitarse la venda que les ciega y optar por ver el otro lado, por ver lo que les une y no solo lo que les separa. Al hacer esto es cuando cabrá la posibilidad de la negociación, con las declaraciones de las familias podemos ver que es algo factible y que ya se está haciendo.

Francisco Toboso dijo...

En este texto, se aborda el conflicto en las regiones de Israel y Palestina, un tema actual con repercusión a nivel mundial. Se destaca la importancia de la labor de familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos en el conflicto y ahora trabajan juntas por la paz. Señala que estas familias son ejemplos de reconciliación y que su mensaje es mucho más poderoso que los discursos oficiales. Su principal misión es el "deber de hablar" y destacan que el deseo de venganza solo genera más violencia.

Todo esto resalta la importancia de involucrar a las personas directamente afectadas por un conflicto en la búsqueda de soluciones, un enfoque que también observamos en la mediación.

Marina dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina se remonta tiempo atrás y es uno de lo más beligerantes y complejos que encontramos a lo largo de nuestra historia, dado que involucra importante asuntos sociales, políticos y económicos. A pesar de los acuerdos de paz de Oslo que se firmaron en 1993, Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámica, nunca se comprometió con ellos. Esto imposibilita el cumplimiento del acuerdo, ya que, como hemos visto en clase, los acuerdos deben ser aceptados por todas las partes para que sean efectivos. Además de que llegar a alcanzar un acuerdo de paz justo, equitativo, duradera y estable es un gran reto donde deben tenerse en cuenta una multitud de cuestiones tan amplias como en este caso en concreto.

Como bien nos muestra este post, que a su vez me ha conmovido y llenado de ilusión, ya que no era conocedora de ello, existen familias israelíes y palestinas que, a causa de ese dolor tan desmesuradamente desgarrador que se siente al perder a un ser querido, han decidido unirse en la búsqueda de esa esperanza de paz tan necesaria en un lugar francamente desbordado desde hace décadas. Estas familias luchan incansablemente por llegar a una solución pacífica a través de la comunicación y el entendimiento de las partes enfrentadas, puesto que, como se recoge en el texto, “no hay diferencias cuando se trata de dolor”. Esta unión entre israelís y palestinos ejemplifica que el avance hasta el entendimiento y la escucha entre las partes es posible, aunque para llegar a un entendimiento a nivel político hace falta poner la responsabilidad en los líderes políticos, que deben tener la voluntad de escucharse para poder llegar a un acuerdo.

En cuanto a las actividades realizadas por las diferentes organizaciones comprometidas, me parece de gran relevancia que traten de inculcarles a los niños y adolescentes la idea de reconciliación a través de la educación, puesto que son el futuro del país. Además, la ayuda de los medios de comunicación también juegan un importante papel.

En conclusión, estas organizaciones y personas que las componen nos enseñan que la paz no es un objetivo inalcanzable, aunque si sumamente complicado, ya que se necesita poner el foco en la parte social y emocional, en ese dolor que están viviendo, dejando de lado la violencia con la que responden los bandos enfrentados día tras día. Por lo tanto, considero que el papel del mediador tiene una función imprescindible en la intervención y resolución de este conflicto.

Marina Gallardo Pérez.

Pablo Aguilera dijo...

Este texto habla sobre el conflicto actual entre Israel y Palestina, explica la historia de la región , destacando el trasfondo histórico y político que han contribuido a la intensidad del conflicto actual.
Comenta un aspecto conmovedor ya que menciona un movimiento conjunto entre familias israelíes y palestinas las cuales han sufrido pérdidas a causa del conflicto y ahora trabajan juntas por conseguir la paz.
También hace hincapié en la importancia de que los líderes políticos de ambos países se comprometan con el proceso para alcanzar la paz, comprendiendo así la situación del otro y así encontrar soluciones que aborden las necesidades y preocupaciones de ambos países. Se plantea una pregunta sobre el papel del resto de países y resalta la importancia de la mediación basada en la participación directa de las partes afectadas para lograr alcanzar una solución.

En resumen, el texto destaca la complejidad del conflicto , pero también resalta el poder del perdón y la reconciliación, mostrando la importancia de las iniciativas de la sociedad en busca de la paz.

Josemi dijo...

Este post pone de relieve la utilidad y la importancia de la mediación en situaciones de guerra. Al margen de opiniones individuales sobre el conflicto palestino-israelí, creo que la existencia de iniciativas como sobre la que habla el post constituyen un hilo de esperanza al que agarrarse.

A través de iniciativas como ésta se pueden conseguir "pequeñas victorias" en un lugar que parece que se dirige a una "gran derrota" si no es capaz de gestionar y aportar soluciones al conflicto vigente desde hace décadas y que ahora se ha encrudecido.

Organizaciones como ésta, conformada por personas de ambos "bandos", permiten dar salidas humanas a situaciones inhumanas, aportar paz, aunque sea a pequeñas dosis, e inculcar un mensaje encaminado a crear el ambiente necesario de reconocimiento mutuo para alcanzar un acuerdo justo y duradero. Sin embargo, y por desgracia, dicho acuerdo no podrá alcanzarse hasta que los respectivos líderes vuelvan a sentarse a negociar una salida a esta situación, como ya hicieran en los Acuerdos de Oslo.

Álvaro Luis Rodríguez Adalid dijo...

Personalmente, creo que cada día nos estamos desensibilizando más a la situación de guerra y de conflicto. A los horrores y los crimenes de guerra que se comenten cada semana ya sea en ukrania o en el oriente medio.

Opino que toda confrontación militar al final acaba en una mediación ya que se han perdido tantas vidas y recursos por ambos lados que se hace insostenible el continuar y se debe llegar a un acuerdo antes de que suponga la caída de ambas partes.

Entiendo que la única forma de mediar sería mediante una charla con los líderes politicos de ambas partes y que la solución se tradujese en que estos comunicasen y educasen a sus seguidores en desradicalizar las ideas previas que poseen estos y llegar a un acuerdo comun, democrático y el cuál sea beneficioso para ambas partes.

Cristina Risco Gómez dijo...

A mi parecer, este conflicto es una verdadera pena no solo por el tiempo que lleva germinado, sino por el hecho de que estén muriendo tantos inocentes.
Me parece verdaderamente duro que las familias tengan que dejar de lado el odio y centrarse en sacar fuerzas para poder afrontar lo ocurrido y buscar formas para resolver el conflicto que no han creado ellas.
Cuando ya consiguen poner su foco de atención en crear este movimiento, también me parece duro el intentar que la misión de ¨deber de hablar¨ llegue a todo el mundo y llegue de la misma forma, ya que todo el mundo puede sentir pena por la situación prójima, pero no todo el mundo se pone en el lugar de la otra persona ni empatiza con ella porque no han vivido nunca una situación así.
Deberían de tomar nota los políticos implicados de los movimientos que llevan a cabo sus poblaciones, ya que gracias a las claves que se nos ponen de manifiesto en el texto se podría avanzar para poder alcanzar esa paz que tanto se busca desde hace tiempo.
Por otro lado, estoy de acuerdo en que ¨hablando se entiende la gente¨, pero no me parece tan positivo que se oculte la identidad de la persona con la que estás hablando, al final puedes compartir dolor y vivencias con otra persona y empatizar ambas partes, pero pienso que si ya una vez haya cesado la conversación descubres que esa persona es de un bando diferente al tuyo, podría ayudarte a abrir aún más los ojos y ver que los demás también han luchado por cambiar lo que sus políticos no han podido hacer, a pesar de no ser de tu mismo bando. Está muy bien saber y sentirse comprendido por otra persona que ha pasado por lo mismo que tú, pero saber que esa persona ha experimentado ese mismo dolor desde otro bando que no es el tuyo, pienso que sería una dosis de realidad para esa persona, para ayudarla a saber que no todo lo malo ocurrido ha sido en su territorio y que el inicio del conflicto no solo radica en una parte u otra.
En definitiva, pienso que la guerra y la violencia nunca va a resolver ningún conflicto. La violencia solo genera más violencia. El diálogo siempre es el camino.

Marta Pérez Nieto dijo...

El tema tratado en este texto me parece bastante interesante puesto que existe mucha desinformación sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Es bastante curioso que ante una guerra que está causando tantas muertes y daños a la humanidad, siempre exista esa fe y esperanza que impulsa a las familias a seguir adelante y, sobre todo, que une a unas y a otras sin importar de dónde provengan.
Creo que esto es la base de la mediación, encontrar puntos de unicidad que impulsen a la búsqueda de soluciones o, al menos de acuerdos que amenicen la situación conflictiva. En este caso, lo que une a estas familias es el dolor. Cuando se encuentran puntos en común, es más fácil que la empatía actúe. A la hora de mediar, es importante que los clientes se sientan comprendidos por el mediador y por el que consideran una “amenaza” para poder ceder y llegar a un acuerdo.
Creo que, en cuanto al conflicto tratado en el texto, será muy complicado solucionarlo mediante un proceso de mediación mientras que las partes se nieguen a escuchar y sus propósitos sean más materiales que la propia preocupación por los bienes humanos.

Marta Pérez Nieto dijo...

El tema tratado en este texto me parece bastante interesante puesto que existe mucha desinformación sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Es bastante curioso que ante una guerra que está causando tantas muertes y daños a la humanidad, siempre exista esa fe y esperanza que impulsa a las familias a seguir adelante y, sobre todo, que une a unas y a otras sin importar de dónde provengan.
Creo que esto es la base de la mediación, encontrar puntos de unicidad que impulsen a la búsqueda de soluciones o, al menos de acuerdos que amenicen la situación conflictiva. En este caso, lo que une a estas familias es el dolor. Cuando se encuentran puntos en común, es más fácil que la empatía actúe. A la hora de mediar, es importante que los clientes se sientan comprendidos por el mediador y por el que consideran una “amenaza” para poder ceder y llegar a un acuerdo.
Creo que, en cuanto al conflicto tratado en el texto, será muy complicado solucionarlo mediante un proceso de mediación mientras que las partes se nieguen a escuchar y sus propósitos sean más materiales que la propia preocupación por los bienes humanos.

Sara Contreras Reina dijo...

El enfrentamiento entre Israel y Palestina se destaca como uno de los más prolongados y complejos en la historia contemporánea. Las raíces del conflicto están arraigadas en tensiones étnicas, religiosas y políticas, lo que ha llevado a una prolongada confrontación con efectos devastadores para ambas comunidades. El mensaje central del post resalta varios elementos fundamentales de este conflicto para la búsqueda de la paz.
Para empezar, se pone de relieve el impacto de la migración judía y las aspiraciones sionistas en la creación de tensiones en la región. La historia que rodea la formación de Israel como Estado y el desplazamiento de los palestinos sigue siendo un punto central de desacuerdo.
Asimismo, los Acuerdos de Oslo, suscritos en 1993, marcaron un hito importante en la búsqueda de la paz al reconocer recíprocamente a Israel y la OLP, al mismo tiempo que establecieron un marco para futuras conversaciones. Sin embargo, como se menciona, la falta de consenso en cuestiones críticas, como las fronteras, los asentamientos judíos y el retorno de refugiados, ha obstaculizado el avance hacia una paz sostenible.
Además, el post resalta un elemento alentador dentro de este conflicto, que es la colaboración entre familias israelíes y palestinas que han sufrido la pérdida de seres queridos debido al conflicto. Estas familias, a través de movimientos como el "Movimiento Palestino por el Cambio" y el "Círculo Israelí de Parientes," han optado por unirse en la promoción de la paz y la reconciliación. Su mensaje de que el sufrimiento no conoce de fronteras y que la reconciliación es alcanzable posee un gran impacto. Y se pone de manifiesto la desconexión entre los líderes políticos y las personas corrientes que han experimentado el sufrimiento de cerca.
Por lo que, es fundamental que los mediadores se enfoquen en aquellos que han vivido el conflicto de primera mano, ya que estas personas tienen una comprensión íntima de las repercusiones del conflicto y pueden servir como impulsores de un cambio significativo. Asimismo, la idea de evitar prejuicios y deshumanización al desconocer la identidad del otro para evitar recurrir a la fuerza es un recordatorio valioso de que la empatía y el diálogo son cruciales en la resolución de conflictos.

Sara Contreras Reina dijo...

El enfrentamiento entre Israel y Palestina se destaca como uno de los más prolongados y complejos en la historia contemporánea. Las raíces del conflicto están arraigadas en tensiones étnicas, religiosas y políticas, lo que ha llevado a una prolongada confrontación con efectos devastadores para ambas comunidades. El mensaje central del post resalta varios elementos fundamentales de este conflicto para la búsqueda de la paz.
Para empezar, se pone de relieve el impacto de la migración judía y las aspiraciones sionistas en la creación de tensiones en la región. La historia que rodea la formación de Israel como Estado y el desplazamiento de los palestinos sigue siendo un punto central de desacuerdo.
Asimismo, los Acuerdos de Oslo, suscritos en 1993, marcaron un hito importante en la búsqueda de la paz al reconocer recíprocamente a Israel y la OLP, al mismo tiempo que establecieron un marco para futuras conversaciones. Sin embargo, como se menciona, la falta de consenso en cuestiones críticas, como las fronteras, los asentamientos judíos y el retorno de refugiados, ha obstaculizado el avance hacia una paz sostenible.
Además, el post resalta un elemento alentador dentro de este conflicto, que es la colaboración entre familias israelíes y palestinas que han sufrido la pérdida de seres queridos debido al conflicto. Estas familias, a través de movimientos como el "Movimiento Palestino por el Cambio" y el "Círculo Israelí de Parientes," han optado por unirse en la promoción de la paz y la reconciliación. Su mensaje de que el sufrimiento no conoce de fronteras y que la reconciliación es alcanzable posee un gran impacto. Y se pone de manifiesto la desconexión entre los líderes políticos y las personas corrientes que han experimentado el sufrimiento de cerca.
Por lo que, es fundamental que los mediadores se enfoquen en aquellos que han vivido el conflicto de primera mano, ya que estas personas tienen una comprensión íntima de las repercusiones del conflicto y pueden servir como impulsores de un cambio significativo. Asimismo, la idea de evitar prejuicios y deshumanización al desconocer la identidad del otro para evitar recurrir a la fuerza es un recordatorio valioso de que la empatía y el diálogo son cruciales en la resolución de conflictos.

Marta Machuca Romero dijo...

Creo que nunca podremos entender bien una situación tan dolorosa como una guerra, si no la hemos vivido. Pienso que en todas las situaciones de guerra hay un agresor y una víctima, y muchas personas que sufren, pero en este caso creo que tanto Israel como Palestina son víctimas de lo que está ocurriendo porque ambos países están sufriendo muchas pérdidas y mucho dolor. Me parece una gran idea la de ir a los centros educativos a enseñarle a los niños la importancia de la reconciliación. Una manera de que acabe esta disputa que lleva sucediendo años, es educar a las futuras generaciones con el enfoque de paz por encima de todo, y con las actuales, el intentar mediar entre las partes, lo cual creo que puede ser posible perfectamente, siempre y cuando estén abiertos a escucharse por lo menos.

Nerea Villa Luins dijo...

Frente a las noticias de estas últimas semanas sobre los hechos ocurridos entre Palestina e Israel, con lo que me quedo de esta entrada es la necesidad de abordar el conflicto israelí-palestino desde una perspectiva más humana, reconociendo el sufrimiento de todas las familias tanto de un país como del otro, ya que las situaciones son las mismas: la pérdida injusta de seres queridos, además de la importancia de la reconciliación.

La labor del movimiento a favor del cambio de familias afectadas demuestra cómo si hay voluntad de frenar la situación tan desgarradora que están viviendo, por lo tanto, la labor del mediador podría ser determinante para permitir que ambas partes negocien una solución frente a este conflicto, ya que muchos ciudadanos son conscientes de la importancia de los esfuerzos por la paz.

Ojalá que a través de una buena gestión de mediación esta guerra acabe pronto y no sigan acumulando más víctimas a sus espaldas, porque nunca una guerra debería ser la solución.

Esther C. Millán Rosado (Campus Sevilla-grupo A) dijo...

El texto señala que a lo largo de los años se producen atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas de seguridad israelíes. Esta violencia prolongada exacerbó un conflicto ya tenso en la región. Sin embargo, se menciona que en 1993, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Estado de Israel firmaron los Acuerdos de Paz de Oslo. Estos acuerdos representaron un hito en el proceso de paz en el conflicto israelí-palestino, ya que la OLP renunció oficialmente a la "violencia y el terrorismo" y reconoció el "derecho" de Israel "a existir en paz y seguridad".
Es importante destacar que esta renuncia a la violencia y el reconocimiento de Israel por parte de la OLP no fueron aceptados por la organización islámica palestina Hamás, lo que ha contribuido a la persistencia del conflicto en la región.
El texto resalta la complejidad del conflicto israelí-palestino, en el que cuestiones históricas, religiosas y políticas se entrelazan. Además, subraya la importancia de los acuerdos de paz de Oslo como un intento de resolver el conflicto a través de la diplomacia y la negociación, aunque se reconoce que no lograrán poner fin al conflicto de manera definitiva.
Por ende, y por los motivos dichos anteriormente, una mediación en este caso sería imposible ya que, ninguna de las posturas tiene intención de hablar, y mucho menos de ceder para llegar a un acuerdo. Por otro lado, hay multitud de personas que se está posicionando a favor de Israel o a favor de Palestina y…sinceramente, mi opinión acerca de esto es muy tajante. En una guerra no hay ni buenos ni malos, la violencia no está justificada, a pesar de que Israel intente alegar que es en “defensa personal”. ¿Dónde están todos esos ataques que no se han sacado a la luz por parte de Israel?. Y… ¿Dónde están esos secuestros que está realizando Hamás?. En definitiva, ante una complejidad como esta, somos simples observadores sin posibilidad mediar hasta que la lucha de poder y el desequilibrio desaparezca.

Sara Abad Barros dijo...

El texto destaca la complejidad del conflicto Israel-Palestina y cómo, a pesar de los esfuerzos políticos, son las personas que han sufrido pérdidas las que están liderando el camino hacia la reconciliación. La colaboración entre familias israelíes y palestinas muestra que el dolor compartido puede generar empatía, un mensaje poderoso en un conflicto marcado por la división. Además, subraya la importancia de los mediadores que permiten que las voces de los afectados guíen las conversaciones, señalando así un camino hacia la paz basado en la comprensión mutua y el diálogo genuino.

Sara Abad Barros dijo...

El texto destaca la complejidad del conflicto Israel-Palestina y cómo, a pesar de los esfuerzos políticos, son las personas que han sufrido pérdidas las que están liderando el camino hacia la reconciliación. La colaboración entre familias israelíes y palestinas muestra que el dolor compartido puede generar empatía, un mensaje poderoso en un conflicto marcado por la división. Además, subraya la importancia de los mediadores que permiten que las voces de los afectados guíen las conversaciones, señalando así un camino hacia la paz basado en la comprensión mutua y el diálogo genuino.

Paula Ruiz dijo...

Sin duda alguna, el conflicto de Israel y Palestina refleja un claro caso de desacuerdo en todos los niveles: posición, intereses, emociones, sentimientos, etc. Tanto es así que, como consecuencia, han transcurrido muchos años de atentados palestinos y asesinatos a miembros israelíes. Por tanto, se plantea la necesidad urgente de un acuerdo entre ambos para llegar al objetivo último de la paz. Cabe destacar que, ya hubo un intento de acuerdo en 1993, donde la organización palestina renunció a la violencia y por el que se le reconoció el derecho a Israel de existir en paz y seguridad. No obstante, la organización islámica palestina Hamas nunca ha estado conforme.
En estas condiciones, se vuelve a plantear la necesidad urgente de establecer un acuerdo, en el que las partes involucradas, Israel y Palestina, cedan en cierta modo. Es decir, de acuerdo con el texto, tendrían que alcanzarse acuerdos en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados. En este punto, me resulta curioso que, en pleno conflicto, se hayan aliado familias israelíes y palestinas con el objetivo de promover la paz. Me resulta interesante que familias conmovidas por el dolor, ya que en muchos casos acarrean con la muerte de familiares, sumado a la inestabilidad en la que habitan, sean capaces de ponerse de acuerdo antes que los altos cargos. No obstante, no dejan de ser partes que se han escuchado, entendido y han llegado a una necesidad en común: la paz. Es en estos casos, cuando se ve claramente el sentido de la mediación, y su alcance, incluso cuando el entorno no juega a favor.
A modo de opinión, considero que llegar a un acuerdo entre Israel y Palestina es muy complicado, sobre todo si atendemos al momento presente. No obstante, creo que una buena forma de, al menos, plantear la posibilidad es que familias de ambos “bandos” se unan por el mismo objetivo. Sin duda, creo que es una necesidad extremadamente urgente ya que están muriendo miles de civiles que, probablemente, también hubiesen abogado por la paz.

Paula Ruiz dijo...

Sin duda alguna, el conflicto de Israel y Palestina refleja un claro caso de desacuerdo en todos los niveles: posición, intereses, emociones, sentimientos, etc. Tanto es así que, como consecuencia, han transcurrido muchos años de atentados palestinos y asesinatos a miembros israelíes. Por tanto, se plantea la necesidad urgente de un acuerdo entre ambos para llegar al objetivo último de la paz. Cabe destacar que, ya hubo un intento de acuerdo en 1993, donde la organización palestina renunció a la violencia y por el que se le reconoció el derecho a Israel de existir en paz y seguridad. No obstante, la organización islámica palestina Hamas nunca ha estado conforme.
En estas condiciones, se vuelve a plantear la necesidad urgente de establecer un acuerdo, en el que las partes involucradas, Israel y Palestina, cedan en cierta modo. Es decir, de acuerdo con el texto, tendrían que alcanzarse acuerdos en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados. En este punto, me resulta curioso que, en pleno conflicto, se hayan aliado familias israelíes y palestinas con el objetivo de promover la paz. Me resulta interesante que familias conmovidas por el dolor, ya que en muchos casos acarrean con la muerte de familiares, sumado a la inestabilidad en la que habitan, sean capaces de ponerse de acuerdo antes que los altos cargos. No obstante, no dejan de ser partes que se han escuchado, entendido y han llegado a una necesidad en común: la paz. Es en estos casos, cuando se ve claramente el sentido de la mediación, y su alcance, incluso cuando el entorno no juega a favor.
A modo de opinión, considero que llegar a un acuerdo entre Israel y Palestina es muy complicado, sobre todo si atendemos al momento presente. No obstante, creo que una buena forma de, al menos, plantear la posibilidad es que familias de ambos “bandos” se unan por el mismo objetivo. Sin duda, creo que es una necesidad extremadamente urgente ya que están muriendo miles de civiles que, probablemente, también hubiesen abogado por la paz.

ricardo villatoro dijo...

El texto que se nos presenta habla sobre un conflicto que hoy en día tiene una actualidad radical, ya que de nuevo se hla declarado la guerra en estas regiones, en Israel y Palestina. Este texto nos cuenta en primer lugar los acontecimientos históricos e intentos de instaurar una paz o acuerdo entre las regiones, que después no ha servido par nada.

Destaca algo fundamental, y muy conmovedor, y es el movimiento de familias que en las dos regiones se han unido para buscar La Paz, tanto de Palestina como de Israel, porque para ellos es fundamental el fin del conflicto ya que lo han vivido en sus propias carnes podríamos decir, perdiendo a familiares cercanos e viviendo en una región en guerra, destacan aquí las familias que si ellos han podido sentarse en la mesa con familias de la otra región como que los políticos no pueden. Podemos sacar de aquí en nuestro aprendizaje como mediadores, que es muy importante conocer el conflicto de cerca, y que te toque, y poder llegar a un acuerdo entre las dos partes, viendo que puntos tienen en común las dos regiones para que se pueda vivir en paz en una Tierra que es muy importante para diferentes religiones .
Y destacar que las voces de los afectados sean las que guíenles las negociaciones. Y organizaciones como ésta son fundamentales para poder llegar en un futuro a un acuerdo justo y duradero.
En definitiva para poder mediar un acuerdo así, es necesario la intervención de las partes afectadas y al final esos son los pueblos que son los que les están matando familiares y amigos, y son ellos los principales interesados en que esto acabe. Por ello deben hacerle ver a sus políticos que el camino es La Paz y no la guerra.

Lucía Ramírez Legran dijo...


Sea dónde sea, la guerra nunca trae consecuencias positivas, gane quién gane se acaba generando más daño que beneficio. En estos conflictos en los que se ve repercutido todo un país e incluso la vida de muchas personas que luchan en representación de su patria creo que la mediación debería de ir directa a los representantes políticos que ponen en marcha estas rebeliones.

Por una parte creo que una buena mediación si es efectiva y funciona podría encontrar un acuerdo entre países y evitar muchos enfrentamientos, pero por otra parte pienso que los líderes políticos no contemplan la opción de realizar un proceso de mediación, simplemente optan por la violencia como primer y único recurso, pensando que esta será la solución más efectiva.

Por todo esto pienso que es buena idea como se plantea en el texto trabajar con el resto de las personas de ambos bandos para hacerlos entender que todos están viviendo las mismas desgracias y sufriendo las mismas situaciones. Realizar un ejercicio de empatía con la población podría llegar a ser una buena solución para poner frenos a la guerra que los altos cargos provocan.

María Pulgarin dijo...



En primer lugar, me gustaría destacar la fecha del post, el cual fue escrito en 2022, y después de un año, todavía el conflicto sigue en pie puesto que no se han buscado soluciones para la resolución de dicho conflicto ya que la presencia de desintereses predomina, ante todo. En segundo lugar, quiero mencionar cómo a pesar de haber habido un intento de buscar un acuerdo en el año 1993 en el que Palestina renunció a la violencia y como consecuencia, se le reconoció el derecho a Israel de vivir en paz y seguridad, esto no ha servido puesto que nunca se ha estado conforme por parte de la organización islámica palestina. Por ello, habría que dar un paso más con el fin de llegar a un acuerdo, que es, identificando los intereses de cada uno y de esta forma, que cada parte involucrada cediese para poder facilitar dicha resolución. Esto es prácticamente igual a un proceso de mediación en el que las partes involucradas a pesar de comunicar sus intereses deben ceder en cierta medida para poder buscar a un acuerdo mutuo. En tercer lugar, lo que más me ha llamado la atención es la capacidad de las familias israelíes y palestinas que independientemente de sus intereses e ideologías, se han unido con el fin de evitar más dolor y daños a las personas. Es decir, trabajan diariamente para cooperar con el objetivo de reincorporar la paz en la sociedad, dejando a un lado la política y otro tipo de intereses. Esto explica cómo a través de la cooperación, se puede encontrar una solución puesto que, si se coopera, es más fácil entenderse y de esta manera transmitirlo a la sociedad ya que cuando observamos ideologías dispares, el ser humano no sabe dónde posicionarse. Por ello, llegar a un acuerdo en medio de una guerra es un desafío extremadamente complejo, pero es un paso fundamental para poner fin a un conflicto y buscar una solución pacífica. A continuación, algunos pasos que se podrían seguir con el fin de buscar un acuerdo, sería, identificar a las partes involucradas para conocer sus intereses, llevar a cabo un proceso de negociación en el que podrían intervenir los mediadores para servir de ayuda a encontrar una solución y establecer un conjunto de técnicas para facilitar la comunicación entre las mismas ya que en ocasiones, en un periodo de guerras, no se habla nada y solo se lucha por los intereses de uno mismo; construcción de confianza ya que considero que es fundamental en cualquier negociación. Las partes deben tomar medidas para demostrar su compromiso con el proceso de paz. Además, es necesario tener compromiso y concesiones como he mencionado anteriormente para llegar a un acuerdo de paz.
Finalmente, considero que después de poner fin a la guerra, es esencial trabajar en la reconciliación y en la reconstrucción del país. Esto incluye la reintegración de combatientes, la reparación de daños y la promoción de la estabilidad y el desarrollo a largo plazo.
Para acabar, la mención que se hace en el texto a la pregunta “¿podemos quedarnos como simples observadores internacionales?, considero que la clave está en identificar a los actores principales del problema y ser lo mayor neutrales posibles sin posicionarnos con ninguno (esto sería más fácil sin conocer la identidad de los actores) ya que esto puede influir en la resolución del conflicto, y de esta manera no sería una solución imparcial. Para añadir, es importante recordar que el proceso de paz puede llevar tiempo y esfuerzo, y no siempre garantiza el éxito. Además, la voluntad de las partes involucradas para buscar una solución pacífica es esencial. La mediación puede ser muy útil como un proceso preventivo a un conflicto internacional.







Patricia Arévalo Jiménez dijo...

Como todos los conflictos de cualquier tipo, el conflicto de Palestina e Israel es un problema que podría solucionarse mediante un proceso de mediación y escucha activa.

El problema es, que en un conflicto a gran escala este tipo de soluciones son algo complejas, ya que recoger los intereses de ambas partes y buscar la escucha activa entre ellas es muchísimo más complejo que en situaciones a menos escala, pero, en esencia, el proceso debería ser el mismo.
Se deberían escuchar a ambas partes, buscar un nexo de unión entre ellas y llegar a un acuerdo que convenga a las dos y, que detenga las hostilidades entre ambos países.

Diego dijo...

El Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes es un ejemplo inspirador de cómo el dolor y la pérdida pueden unir a las personas y generar un cambio positivo. Las familias que han perdido a sus seres queridos a causa del conflicto entre Israel y Palestina, han decidido trabajar juntas para promover la paz y la reconciliación. Consideran como es lógico que el odio y la venganza no conducen a nada bueno, sino a más violencia y sufrimiento. La única forma de acabar con el conflicto es a través del diálogo y la comprensión mutua.
Me sorprende realmente que sean las propias familias las que estén realmente buscando la forma para solucionar el conflicto haciendo diversos tipos de actos para concienciar a la población, cuando quien debería hacer eso son las fuerzas políticas, quienes en teoría deben velar por el bienestar de sus ciudadanos.
En cuanto a la mediación, es cierto que es complicado intervenir en este tipo de conflictos, principalmente porque la falta de confianza entre las partes y la complejidad del conflicto es muy grande. Sin embargo, el trabajo de estas familias demuestra que la mediación sigue siendo una posibilidad. En tiempos de guerra, la mediación es más difícil, pero no imposible.
La mediación puede ayudar a las partes a encontrar un terreno común y a construir confianza, además de poder ayudar a crear un espacio para el diálogo y la negociación. El trabajo de estas familias es un ejemplo de cómo la mediación puede ser una herramienta eficaz para la paz, incluso en los momentos más difíciles.

ricardo villatoro dijo...

El texto que se nos presenta habla sobre un conflicto que hoy en día tiene una actualidad radical, ya que de nuevo se hla declarado la guerra en estas regiones, en Israel y Palestina. Este texto nos cuenta en primer lugar los acontecimientos históricos e intentos de instaurar una paz o acuerdo entre las regiones, que después no ha servido par nada.

Destaca algo fundamental, y muy conmovedor, y es el movimiento de familias que en las dos regiones se han unido para buscar La Paz, tanto de Palestina como de Israel, porque para ellos es fundamental el fin del conflicto ya que lo han vivido en sus propias carnes podríamos decir, perdiendo a familiares cercanos e viviendo en una región en guerra, destacan aquí las familias que si ellos han podido sentarse en la mesa con familias de la otra región como que los políticos no pueden. Podemos sacar de aquí en nuestro aprendizaje como mediadores, que es muy importante conocer el conflicto de cerca, y que te toque, y poder llegar a un acuerdo entre las dos partes, viendo que puntos tienen en común las dos regiones para que se pueda vivir en paz en una Tierra que es muy importante para diferentes religiones .
Y destacar que las voces de los afectados sean las que guíenles las negociaciones. Y organizaciones como ésta son fundamentales para poder llegar en un futuro a un acuerdo justo y duradero.
En definitiva para poder mediar un acuerdo así, es necesario la intervención de las partes afectadas y al final esos son los pueblos que son los que les están matando familiares y amigos, y son ellos los principales interesados en que esto acabe. Por ello deben hacerle ver a sus políticos que el camino es La Paz y no la guerra.

Elena Islán Gómez dijo...

En primer lugar debemos ser conscientes de la maginitud de este conflicto a nivel humanitario. Ya no es el hecho de estar de un lado o de otro sino de ser conscientes de la cantidad de vidas humanas que se están perdiendo durante este conflicto, personas inocentes que no forman parte del conflicto como tal y no tenían intención de ocasionarlo.
Por todo esto es realmente remarcable el hecho de que estas familias hayan sido capaces de dejar de lado todas las diferencias y el conflicto y unirse con un fin común, en relación a la mediación esto es un ejemplo claro de dos partes que son capaces de ponerse de acuerdo y buscar un objetivo común, poniendo en primer lugar la empatía y la comprensión, de que las personas al otro lado están viviendo la misma situación de sufrimiento y con un fin común de concienciar al mundo y de aportar apoyo a todos aquellos que estén pasando por lo mismo vengan de donde vengan.
Los bandos no existen cuando hay una problemática mucho mayor como es salvar vidas humanas inocentes.

PAULA COCA dijo...

Considero este post, uno de los mas importantes tratados hasta ahora ya que normalmente podemos ver reflejado el rol del mediador entre los diferentes conflictos cotidianos como son los divorcios, herencias, problemas intra-familiares o problemas intra-organizacionales, así como, las funciones que desarrolla este en cada uno de ellos. Sin embargo, las guerras se pueden considerar como situaciones que siempre existen pero que no siempre se les da la misma importancia ya sea por el tiempo o la frecuencia. Por ello, considero este tema muy importante ya que el rol de mediador en este caso se puede ver de cierto modo confuso.

Asimismo, me gustaría hacer referencia a que no era consciente de que existía un grupo conocido como “el movimiento palestino por el cambio y el circulo israelí de parientes” formado tanto por familias israelitas como palestinas las cuales han sido capaces de aceptar las diversas perdidas, acabar con el dolor y luchar por un futuro estable y correcto, así como, esforzarse de forma cooperativa en la búsqueda de unos objetivos comunes dialogando de forma correcta con la finalidad de co-construir un futuro que ambos desean.

Considero que estas familias son un claro ejemplo de lo que hoy en día se denomina a un mediador y admiro el deseo de persuasion que tienen porque sus lideres o gobernantes sean capaces de conseguir lo mismo que ellos y que luchen por lo que ellos llevan luchando bastante tiempo. Simplemente puedo opinar que admiro el valor de ellos.

Mario Camino dijo...

En la mayoría de los conflictos armados deberíamos de tener un punto de vista realista y no tan idealista, con el tema de la mediación no creo que se pueda hacer gran cosa, ya que en estos conflictos hay mucho en juego, desde intereses políticos incalculables, territoriales relacionados con posiciones estratégicas y también no podemos olvidar el factor del odio, debido a que en estos conflictos existen colectivos o personas que si están mentalizados de que las pensamientos ideológico, diferencia étnicas o culturales son motivos de acabar con la oposición.

Veo la mediación como un recurso de resolución de conflictos bastante eficaz en algunos casos, pero en temas como conflictos armados lo veo un poco lejos de la realidad, para ello debería existir una figura totalmente neutra y con poder suficiente para tratar con los lideres de ambos bandos. En este caso tocaría tratar con el líder por ejemplo de una banda criminal, por lo que seria muy difícil hacerle cambiar de opinión, principalmente porque la cantidad de asesinatos que se cometen son por motivos étnicos o culturales, por lo tanto, es muy difícil hacer cambiar de opinión a uno persona que cree que sus actos están bien cometidos.


Podríamos decir que ha habido intentos legales de mediación, la paz de Oslo de 1993 es un ejemplo de ello, además de la intervención de otros actores internacionales con la pretensión de evitar conflicto.

En mi opinión, las posibilidades de paz y mediación en tiempos de guerra son complicadas, debido a que dicho conflicto ha estallado por una falta de acuerdo, en este caso la dificultad de convivencia de dos “estados” en un mismo territorio, todo ello detrás de y tradiciones, religión y cultura diferentes, ambos bandos mantienen la misma postura, que ese territorio les pertenece en su totalidad, por lo que buscan la apropiación y asentamiento en el mismo.

Todo ello reflejando la situación, desde mi punto de vista es a la conclusión que llego, muchos pensamientos diferentes hacen que choquen constantemente y creo que es muy difícil llegar a un acuerdo en los que ambas partes salgan beneficiadas del mismo.

Dicho enfrentamiento territorial ha ido mucho mas allá, ya que por la disputa de este territorio el enfrentamiento se ha extendido llegando a causar la pretensión de exterminación de la etnia diferente.

Como es obvio habra parte de la población israelí y palestina que luchen conjuntamente para que vuelva la paz al territorio, aunque también hay grupos que aprovechan el conflicto para sembrar el caos, cometer asesinatos, violaciones, secuestros… todo ello solo por el hecho que la oposición sea culturalmente diferente o de etnia distinta.

En definitiva, creo que la mediación interactuando en este conflicto al acuerdo que podría llegar seria mas perjudicial para uno de estos bandos, y ello lo que crearía, aunque en el presente se pueda paralizar el conflicto, que en un futuro vuelva a haber enfrentamientos.

ROCIO JIMENEZ VALLE dijo...

El texto se centra en el conflicto entre Israel y Palestina. Plantea que, para lograr una paz duradera, Israel debería apoyar un Estado soberano para los palestinos que incluya a Hamás, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental. Del mismo modo, los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer a Israel, lo que implicaría acuerdos sobre fronteras, asentamientos judíos y el retorno de refugiados.
Sin embargo, se destaca un aspecto importante: familias israelíes y palestinas que han perdido seres queridos debido al conflicto han decidido unirse en busca de la paz. A través del Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes, estas familias trabajan juntas para sensibilizar a ambas comunidades sobre la importancia de la reconciliación. Han superado prejuicios y consideraciones políticas para demostrar que es posible trabajar juntos a pesar del dolor compartido.
La principal misión de estas familias es el "deber de hablar". Destacan que el dolor es igual tanto para las familias palestinas como para las israelitas cuando pierden a un ser querido. Estas familias buscan ser ejemplos de reconciliación y argumentan que, si pueden sentarse juntas en la misma mesa, ¿por qué los líderes políticos no pueden hacer lo mismo con la verdadera intención de resolver el conflicto? Trabajan en escuelas y comunidades para fomentar la comprensión mutua y abogar por la paz.

reyes sainz dijo...

Se le revuelven a uno las entrañas pensando en que problemas como estos aún siguen latentes. Y aún más si, como mediadores, nos damos cuenta de que nuestra labor no solo la exigen problemas del primer mundo, sino situaciones inimaginables y de tanto dolor como son las guerras.

Me ha resultado tan sorprendente a la vez que intrigante la solución por la que optaron familias palestinas e israelíes, de atreverse a unirse por el dolor pese a que todo lo de su alrededor invitaba a lo contrario. Ellos mismos nos han dado una lección. Me ha hecho reflexionar que, cuando nos encontramos ante un caso, no es difícil que se nos olvide que las personas vienen, evidentemente, buscando una salida, pero sobre todo, vienen por un dolor COMPARTIDO. Y no caemos en que es un buen punto de unión entre ellos por el que empezar.

Estas personas decidieron aliarse ya que compartían el mismo dolor, y en adición, era algo personificado, y les afectaba de forma directa e inmediata. A veces, a los problemas o las urgencias sociales no se les sabe poner o buscar una solución porque son vistos como algo terciario, algo que ni a ti ni a tu vecino le pasaría, sino a alguien mucho más lejano. No haces el problema el tuyo, no lo incorporas en tu esquema. No deberíamos de caer en ese error en nuestro rol como mediadores, y menos en situaciones tan arduas como estas.

Cristina Maíllo Martín dijo...

Este texto habla sobre la guerra entre Israel y Palestina. Y como este conflicto ha llevado a miles de víctimas de ambos bandos a unirse y luchar por la paz entre los países.
Como hemos estudiado en psicología de los grupos una de las formas en la que dos bandos enemigos se unan y dejen de tener un conflicto es que ambos tengan un objetivo común o una vivencia o experiencia común, ya que dejas de ver al exogrupo como distinto para incluirlo dentro de tu endogrupo. En este caso, las victimas de la guerra han sido las personas que han perdido familiares, por lo que, al compartir un mismo dolor, se han unido para así poder parar el conflicto y llegar a una situación de paz. Pot lo que, el sentimiento de identidad entre las personas que han perdido seres querido en la guerra de palestina e Israel ha hecho que quieran llegar a una mediación.

Miguel Ángel Ruiz Cerezo dijo...

El texto nos ofrece un enfoque positivo y esperanzador del conflicto actual entre Palestina e Israel, destacando las acciones claves de las familias afectadas y su compromiso con la paz y la reconciliación. Las historias inspiradoras de las familias nos recuerdan que la paz es posible, incluso la empatía y la colaboración son fundamentales para encontrar soluciones a conflictos tan arraigados como el de Palestina e Israel.
En el texto se comentan algunos aspectos positivos de este conflicto que persiste desde hace mucho tiempo, estos aspectos son la promoción de la reconciliación en relación a la valiente iniciativa de las familias israelíes y palestinas que han sufrido alguna pérdida, la empatía y humanidad de ambas familias que han experimentado el mismo dolor y sufrimiento, el "deber de hablar", alentando a las personas a no ser simples observadores, sino a tomar medidas para conseguir la paz, y el último aspecto, la mediación, la cual es protagonista para buscar la mejor solución y terminar con el conflicto.
Para concluir, este conflicto llegará a su fin cuando las partes involucradas medien, logren un acuerdo, y alcancen la mejor solución.

María Gómez Blanco dijo...

Es reconfortante descubrir el compromiso de las familias israelíes y palestinas que han experimentado la pérdida de sus seres queridos a causa del conflicto y que ahora colaboran de manera conjunta en pro de la paz. Estos individuos representan una fuente de esperanza en medio de un conflicto que ha perdurado durante mucho tiempo y que ha causado mucho sufrimiento. Su enfoque en la "responsabilidad de expresarse" y en la importancia de compartir la carga del sufrimiento humano, independientemente de su origen étnico o religioso, nos recalca con fuerza que la paz es alcanzable cuando las personas se unen en torno a un objetivo común.

Es de suma importancia que personas de todas partes del mundo se unan en apoyo a estos esfuerzos y reconozcan que la búsqueda de la paz no debe recaer exclusivamente en manos de los líderes políticos, sino que también debe ser promovida por las comunidades locales que han sufrido. las consecuencias del conflicto. El papel de los mediadores y observadores internacionales también resulta fundamental para facilitar un diálogo productivo y ayudar a las partes a superar los obstáculos que han entorpecido el proceso de paz durante tanto tiempo.

Por último, el ejemplo de estas familias que colaboran en pro de la paz debería inspirarnos a todos a buscar soluciones pacíficas a los conflictos en lugar de caer en el ciclo de la hostilidad y la venganza. La paz y la reconciliación son alcanzables cuando las personas se unen y buscan un terreno común en busca de un futuro mejor para todas las partes involucradas.

Sofía Meroño dijo...

En este texto, se habla del conflicto entre Israel y Palestina, uno de los conflictos más encarnizados. Se dio lugar a un acuerdo de paz de Oslo, en los que se renunciaba a la violencia y el terrorismo, y se reconocía el derecho a Israel a existir en paz y seguridad, pero finalmente la organización islámica no aceptó.
Pero a pesar de esto, lo que verdaderamente fue relevante, fue el hecho de que las familias israelíes y palestinas, se uniesen para que los líderes políticos negociaran y se volviese a la paz. Les unía el dolor por haber perdido a un ser querido, y dejaron a un lado la venganza, el odio, y se unieron para terminar con la situación que a todos le estaba causando daño.
Querían hacer ver que, si ellos podían llegar a esta situación y unión, los líderes políticos también podrían llegar a un acuerdo y solucionar este conflicto, para ello realizaron talleres, y proyectos de sensibilización. Ir a centros educativos y promulgar esa necesidad y los beneficios que tiene el llegar a un acuerdo.
Esto lo podemos relacionar con la mediación, los verdaderos protagonistas de la historia son los que van a tener que negociar diferentes salidas, aquellos que han vivido el conflicto en realidad, y que realmente quieren llegar a un acuerdo para terminar con el conflicto.

Marta IGLESIAS CABANES dijo...

en este comentario se habla sobre el conflicto que existe entre Israel y palestina. en donde estos dos países llevan muchos años de atentados y de asesinatos. Para los mediadores lo importante es negociar salidas al problemas quienes son principales protagonistas. La principal misión es deber hablar. Querían conseguir que la situación se pudiese llegar a una situación de union y los políticos hicieron diferentes talleres para llegar a un acuerdo y proyectos de sensibilización como por ejemplo ir a centros educativos y a nios de edad adolescente involucrarles la necesidad y el beneficio de la reconciliación con los territorios ocupadas.

manuela dijo...

Tras muchos años de atentados palestinos y asesinatos selectivos de las fuerzas de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmarían en 1993 los acuerdos de paz de Oslo, en los que la organización palestina renunció a "la violencia y el terrorismo" y reconoció el "derecho" de Israel "a existir en paz y seguridad", un reconocimiento que la organización islámica palestina Hamás nunca aceptó.
Las familias israelíes y palestinas, si trabajan conjuntamente, podrían alcanzar la paz, y dejar atrás el dolor que ha causado este conflicto, las pérdidas, y tanto sufrimiento. Así se ha creado el movimiento palestino por el cambio y el círculo israelí de parientes, que busca primordialmente la paz. Entre ellos, han tenido que enfrentarse a trabajar cooperativamente con el “enemigo”, dejando de lado cuestionamientos y emociones encontradas.

Se menciona que la misión principal es el “deber de hablar”, ya que ene cuestión de sentimientos, no importa de dónde seas, pues el dolor se siente igual. Así, han hecho ciertas actividades para concienciar a la sociedad, como ir a centros educativos.

Por último, desde la postura del mediador, se toman en cuenta dos puntos de gran relevancia: el negociar salidas al problema quienes de verdad son protagonistas principales, aquellos que lo han vivido en sus propias carnes; y desconocer la identidad del otro, que si bien desde el otro bando, ha sufrido lo que mismo que tú, no es bueno saber quien es, para no perder la razón y acudir a la fuerza

pilar dijo...

Desde el primer día de clase hemos hecho hincapié en la importancia de llegar a un acuerdo en el que todas las partes estén de acuerdo y conformes, puesto que si no fuese así, el proceso de mediación sería totalmente inútil y no llevaría a ningún lugar fructífero. Y justo este es el caso. Si la organización islámica-palestina Hamás nunca aceptó el reconocimiento los acuerdos de Oslo, de absolutamente nada sirve la existencia del mismo. Puesto que aquí desaparece totalmente el compromiso de llevar a cabo el acuerdo acordado.

Por otro lado, me parece ejemplar la actitud de ciertas familias, bajo el lema el "deber de hablar". Puesto que si nos fijamos, este es uno de los pilares más importantes, por no decir el más importante, del funcionamiento correcto de la mediación. Lo cual da mucho que pensar, ya que las familias si se han sentado a hablar y ver cual es la solución que más beneficio da a todos, mientras que los políticos no.

Gema Sillero dijo...

Este apartado del blog dedicado, desgraciadamente, a la guerra que existe entre Israel y Palestina, nos hace pensar ¿Es posible mediar entre países que están en conflicto? Desde mi punto de vista, sí.
Posicionarse en una guerra, pienso que, no debería de hacerse, ya que alimentas el odio generado por ambas partes. Tristemente hablando, miles de inocentes de ambos bandos están muriendo, siendo asesinados. Por tanto, la misión de DEBER HABLAR, nos crea una esperanza llena de luz para trabajar en la reconciliación, la concienciación y la mediación por la paz. Actos pequeños llevados a cabo por personas de Israel y Palestina, con el fin de crear algo grande.
Es un camino difícil y costoso, ya que, como dice Arturo Pérez Reverte, “Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano. De esta desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder. Lecciones terribles que jamás debemos olvidar.”
Es alentador ver que algunas familias de ambas partes han logrado trabajar juntas en busca de la paz, a pesar de sus diferencias políticas. Esto subraya la importancia de promover el diálogo y la reconciliación como vías para resolver conflictos, y puede proporcionar valiosas lecciones para mediadores y observadores internacionales.

Eva María García dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más largos y complejos de la historia. Se origina en disputas territoriales y diferencias ideológicas entre judíos y árabes en una región considerada sagrada para diversas religiones. A pesar de intentos como los Acuerdos de Paz de Oslo en 1993. Expertos consideran que para lograr La Paz, Israel debería respaldar un Estado palestino soberano que incluya a todas las facciones, levantar bloqueos y restricciones, mientras que los palestinos necesitan renunciar a la violencia y reconocer a Israel. Los desafíos incluyen acuerdos sobre fronteras, asentamientos judíos y el retorno de refugiados.

En medio de los fracasos políticos, resulta notable ver cómo familias israelíes y palestinas, que han sufrido pérdidas en el conflicto, se unen por el dolor compartido, trabajando juntas por la paz. Alrededor de 650 familias forman el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes, colaborando en proyectos de paz y sensibilización. A pesar de críticas y presiones, su mensaje de reconciliación desde la experiencia de la pérdida es poderoso y busca inspirar a la sociedad.

Su principal misión es el "deber de hablar", mostrando que el dolor es igual para ambas comunidades y que la reconciliación es posible. Trabajan en escuelas y comunidades, organizando talleres y charlas para fomentar la comprensión mutua. Estas familias ejemplifican que el deseo de venganza solo perpetúa el ciclo de violencia y que, a pesar del dolor, trabajar juntos es crucial para ayudar a otros y lograr la paz. Su enfoque resalta la importancia de no ser meros observadores, sino agentes activos en la búsqueda de soluciones.

Dos claves fundamentales para mediadores externos son negociar soluciones con quienes han vivido el conflicto en primera persona y desconocer la identidad del otro para no sucumbir a prejuicios y recurrir a la fuerza. En mi opinión, el compromiso y la valentía de estas familias que buscan la paz a pesar del sufrimiento, son un ejemplo inspirador para superar este largo conflicto. La resolución de esta situación compleja y dolorosa requerirá un compromiso genuino de todas las partes involucradas y el apoyo activo de la comunidad internacional

Fátima Estévez dijo...

El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más largos y complejos de la historia. Ha involucrado aspectos históricos, culturales, políticos y religiosos, lo que lo hace particularmente intrincado y difícil de resolver. Lo notable es que, a pesar de los desafíos políticos y los infructuosos intentos oficiales por lograr la paz, hay familias israelíes y palestinas que han experimentado pérdidas devastadoras y han decidido unir sus esfuerzos para abogar por la paz. Estos grupos, como el Movimiento Palestino por el Cambio y el Círculo Israelí de Parientes, están formados por individuos que han perdido a seres queridos en el conflicto. En lugar de buscar venganza, se han unido para abogar por un entendimiento mutuo, la reconciliación y el cese del conflicto. Han asumido la responsabilidad de hablar sobre su dolor y trabajar juntos para fomentar la paz, incluso enfrentando críticas y desconfianza por parte de sus propias comunidades.
Su enfoque es inspirador y concreto: buscan educar a las generaciones más jóvenes sobre la importancia de la reconciliación y la resolución pacífica de conflictos. Su mensaje es claro: el odio y la venganza solo generan más violencia. Su ejemplo demuestra que el diálogo y la comprensión pueden ser más poderosos que los discursos políticos oficiales.
Resaltan dos claves importantes para los mediadores: la importancia de involucrar a quienes han vivido directamente el conflicto como protagonistas en la búsqueda de soluciones y la idea de desconocer la identidad del otro para evitar prejuicios y recurrir a la fuerza.

María del Mar Borreguero Carrasco dijo...

La sociedad de hoy en día nos encontramos envueltos en un conflicto que nos conmociona a todos en mayor o menor medida.
Con respecto a la parte de negociación política no podría comentar mucho ya que no tengo los conocimientos suficientes pero sí puedo comentar sobre las acciones que están realizando las familias tanto palestinas como israelís.
Siempre se ha dicho que en la mediación, cuando ambas partes llegan sin comunicación, para empezar a promoverla y poder conseguir el objetivo marcado, lo más importante es poner encima de la mesa las cosas por las que estén unidos, las cosas que tienen en común, que piensen o sientan de la misma manera. Pues bien, conforme iba leyendo este texto mi cabeza iba pensando en la fuerza y capacidad que han tenido las familias de ambos sitios para ver lo que tienen en común (en este caso el dolor por la pérdida de un familiar) y unirse.
Una vez este paso logrado, me parece muy bien las iniciativas que han tenido de ir yendo a centros educativos y explicarle a los adolescentes la importancia de la negociación de la paz y todo lo que conlleva el no conseguirla.
Me parece un trabajo personal muy fuerte el que han tenido que hacer todas estas familias para dejar atrás el odio y la violencia.
Para finalizar, las dos claves que aparecen al final del texto vienen un poco relacionada con lo dicho anteriormente: el trabajar soluciones con los protagonistas principales y desconocer la identidad del otro para evitar la violencia.

Francisca Fernández Moya dijo...

En un mundo en el que cada día nos preocupamos más cómo sociedad de hablar y solucionar los problemas surgidos en la misma, a la vez nos insensibilizamos más ante los conflictos que más sufrimiento traen, con la idea de que nosotros no podemos hacer nada. La gente sabe que hay que hacer algo, pero no surgen movimientos encaminados a mejorar la situación, ya que son los protagonistas de estas guerras las que deben pararla, y nosotros, como individuos, no tenemos poder para cambiarlo.
¿Es eso cierto?
Lo que sí es cierto es que si no comienza uno mismo, no va a surgir de forma mágica. Todos tenemos capacidad de realizar un pequeño movimiento. Este movimiento puede unirse al movimiento de otro, y finalmente, podemos hacer algo para cambiar la situación. Esto es lo que plantean las agrupaciones de familias víctimas de la guerra. Quizás están luchando a contracorriente, mejorando la situación y también pasando por el rechazo de "los suyos", pero en tiempos en los que nadie "puede hacer nada", han comenzado a cambiar el resultado de una situación horrible.
Nuestro cambio, por lo pronto, debería tratar de sensibilizarnos más, tanto a nosotros mismos como al resto, e idear proyectos que pueden, como mínimo, acercarnos a un mejor final.

María Ibáñez Jiménez dijo...

Este texto aborda el gran conflicto y dolor que han pasado y siguen pasando hoy en día, tanto las familias israelíes como las palestinas. Un sufrimiento que ha sido producido por líderes políticos que no piensan en otra que no sea poder y dinero, y que no tienen intención de buscar una alternativa diferente a la violencia y a la guerra, guerra que provoca la muerte de miles de personas, y por supuesto, ellos no salen a la calle, simplemente mandan a los ciudadanos a que se peleen entre ellos. Pero a pesar de tanta sangre derramada y tanto odio, hay una pequeña esperanza, una esperanza producida por esas familias israelíes y palestinas que han vivido la pérdida de sus familiares por culpa de la guerra, y que han optado por unirse, unirse por el dolor y el sufrimiento de perder a un ser querido.
Han buscado una alternativa, han sido capaces de sentarse en una mesa y tener una conversación, sin odio, sin rencor y sin ninguna intención negativa, simplemente para ayudar a los demás a que se den cuenta de que esto no lleva a ningún lado, y que la violencia no se arregla con violencia, sino con mediación.
Un proceso de mediación, que haga ver a ambas partes que esto tiene que parar y que no puede seguir así, intentan crear la paz, como ir a colegios para hacer conscientes a niños y adolescentes que el camino del odio es absurdo y que la principal misión es el “deber de hablar” y llegar a un acuerdo en común.