martes, 28 de septiembre de 2021

La Bella y la Bestia o la importancia de reconciliarse con el pasado

 


Muchas veces, en un proceso de mediación, me encontré con la importancia de “reconciliarse con el pasado”, a pesar de todo lo ocurrido, de lo complicado que fue lo que pasó, para las partes, pero no hay otra opción, para ver un futuro mejor, que saber comprender el pasado y restaurar esas heridas.

Y en esta idea, hoy querido lector te traigo un nuevo cuento clásico, que nos puede ayudar a ser mejores mediadores

Conocido por todos, está la famosa fábula de “La Bella y la Bestia”. Historia de buenos y malos, de críticas y alabanzas, de frases como… “el malo de la película es el otro” y la pregunta es , pero ¿tan malo es? ¿no habrá algo dentro de su corazón que nos permita llegar? ¿es posible entender a la otra parte aunque no compartamos lo que dice y hace?

Por eso érase una vez un mercader, anciano, que tenía varias hijas. De todas ellas la que más brillaba era la hija más pequeña, que además de bella tenía el corazón enormemente noble. A diferencia de las demás, jamás solicitaba a su padre ningún objeto ni regalo de ninguno de los lugares lejanos que visitaba, y se conformaba con esperarle y verle de vuelta sano y salvo, para poder compartir con él andanzas e historias. 

Asi era su vida, como el de muchos de nuestros mediados, previsible, esperada, dándole sentido a cada uno de sus días.

Un día, en uno de sus múltiples viajes, el padre, se vio envuelto en una fuerte tormenta que le desviaba una y otra vez del camino. Dada la situación tuvo que buscar un refugio que pudiese apaciguarle de la lluvia y del aire gélido que le calaba los huesos. Y así, casi sin saber cómo había llegado, ni dónde estaba, el mercader de pronto se encontró frente a la gran puerta de un extraño castillo. Los avatares de la vida, muchas veces imprevisibles, son lo que ante cualquier situación, buscamos ese cobijo, en personas, lugares, o incluso yo diría, buscando en nuestro interior esa paz.

Pero sigamos con nuestro cuento.

“Cansado, y al ver que nadie le escuchaba ni abría la puerta, decidió adentrarse en él. La puerta se encontraba abierta, y tras ella, todo parecía perfectamente dispuesto: la mesa iluminada y repleta de comida para cenar; las habitaciones ambientadas con leña fresca y colchones … Y el mercader no pudo resistirse a todos aquellos placeres, tan hambriento y fatigado como estaba. De modo que cenó, durmió caliente, e incluso desayunó mientras seguía sin responder nadie a sus llamadas ni recibirle en ninguna estancia. El castillo parecía vacío. ¿me podeis ayudar? Dirían nuestros mediados, ¿alguien en el Templo (el castillo) de la Justicia me puede ayudar de lo ocurrido?. No se que va a ocurrir.

Una vez repuesto, el mercader salió al jardín con la esperanza de encontrar al fin al dueño de aquella casa, y poder agradecerle así antes de su partida tantísima hospitalidad. Pero también el jardín se encontraba vacío y silencioso, de manera que el mercader decidió volver a casa.

Pero cuando estaba a punto de salir de aquel extraño lugar, el mercader recordó que su joven hija le dijo que en su próximo viaje le llevara una rosa, dado que ella nunca le pedía nada, le llevaría a Bella lo que le había solicitado y casi hipnotizado por el fuerte y maravilloso perfume que desprendían los rosales de aquel jardín. Eligió la rosa que más resaltaba y brillaba de todas y la cortó. En aquel momento, la tranquilidad y el silencio del jardín se vieron interrumpidos por una gran fiera que se lanzó sobre el mercader, atacándole con amenazas e insultos por no haberse comportado como un buen y agradecido invitado, robándole las flores de su jardín.

El pobre mercader intentó explicarse, hablándole a aquella Bestia de su hija pequeña y de su humilde promesa. Sin embargo, las palabras del mercader no ablandaban a la Bestia que quería encerrar al mercader para siempre en su castillo como castigo.

¡¡ Da igual, recurriré!! (dijo nuestro cliente…)

–       Te perdonaré la vida si en tu lugar, traes a tu hija Bella para que me acompañe en el castillo.

El mercader, tras aquella horrible propuesta, acudió a casa nervioso y muy asustado.  Una vez en casa y más tranquilo, el mercader pudo relatar todo lo que había sucedido a sus hijas, y Bella, serenándole con un beso, le dijo:

–       No te preocupes, padre mío, que yo volveré al castillo en tu lugar.

Y así fue como Bella terminó llegando al castillo, al igual que lo había hecho su padre. En él, fue recibida por una extraña Bestia, que al contrario de lo que había relatado su padre, se mostraba amable, delicada y muy galante.

Quiero resolver mi problema ya que ¡los trapos sucios se lavan en casa! ¿podré hacerlo a través de la mediación?

Rodeada de una más que apacible tranquilidad, Bella fue pasando en el castillo los días mientras bordaba, leía historias o charlaba animosamente con la Bestia. Pero pronto empezó a echar de menos a su familia y a preocuparse por ellos, reflejándose en su rostro una tristeza que la Bestia, a pesar de sus buenos modales, no podía remediar. Decidió entonces regalar a Bella un espejo mágico en el cual pudiese ver siempre a los suyos y no preocuparse por ellos más. Cuando de pronto, una noche Bella vio reflejado en el espejo a su padre cansado y enfermo.

No olvidéis amigos que debemos ver lo ocurrido, pero también… dedicarle tiempo a tu historia, solo así te podré ayudar

La pobre Bella, cuyo corazón era bueno y amaba a los demás, sintió la necesidad de acompañar a su padre y de marchar, a pesar de su promesa con la Bestia.

–       ¡Desearía tanto ver a mi padre, aunque sea por última vez!- exclamó la joven apenada.

La Bestia, conmovida, permitió a marchar a Bella con la condición de su regreso al cabo de unos días. Pero pasaron días y también semanas, y Bella no volvía junto a la Bestia, tan a gusto como se encontraba al lado de su padre y de sus hermanas. Poco a poco, sin embargo, y cada vez con más fuerza, Bella recordaba a aquella extraña Bestia que había salvado a su padre y que tan bien se había portado con ella.

Y así fue como Bella decidió volver finalmente al castillo para continuar con el cumplimiento de su promesa dando compañía a la Bestia, a la cual encontró desplomada y agonizante a su llegada en el jardín:

–       ¡No te mueras por favor! Has sido tan bueno conmigo…No te volveré a dejar solo y me casaré contigo – exclamó llorosa y preocupada la joven Bella. CONFIO EN TI

Tras aquellas palabras un halo mágico envolvió a la Bestia, que poco a poco fue perdiendo sus garras, su pelo, sus dientes…hasta convertirse en un hermoso  y joven príncipe, que tan solo había sido víctima de un hechizo. Un hechizo, que solo podía romper el amor puro de un alma noble…

Y como todos los cuentos, terminaría con … Colorín Colorado…

Pero mi misión es acercarnos a nuestra profesión tras una historia, una leyenda, una película o un cuento como este. ¿Qué podemos aprender?. Para mí muchas veces, al igual que en el cuento, las personas ven rota su cotidianeidad, a la hora de surgir un conflicto, un problema. Ello les lleva a pensar que necesitan ayuda, una ayuda que buscan desesperadamente pero que muchas veces la falta de sinceridad o mejor, ocultación de muchas aristas de lo ocurrido, hace, que tribunales, justicia tradicional, entiendan en su “fallo” que no hay sinceridad o traicionaron su confianza, como ocurrió tras ser acogidos en su sede, por eso casos de grandes problemas en custodias de menores, custodias compartidas, casos de acoso laboral que pueden tener otra intención, incluso yo diría de denuncias falsas.

Ante eso ¿Qué hacer?, pienso que es nuestra cosecha. Siempre digo que los casos que llegan a mediación no son fáciles, no tienen una salida clara, ya que seguramente los mediados ya intentaron otras vias más conocidas para solucionarlos y cuando llegan a nosotros están muy enquistados, “hechizados” diría yo. Y es ahí donde nos movemos, pues solo con la sinceridad, la buena fe, la colaboración y el reconocimiento de que los responsables del conflicto en mayor o menor medida son ambos, cuando una flor marchita (como en nuestro cuento) puede llegar a florecer y encontrar ese acuerdo estable y duradero, que nos ayude a RECONCILIARNOS CON NUESTRO PASADO, para poder ver el futuro.


30 comentarios:

Gladys Dalsaso Arauz dijo...

La Bella y la Bestia ... qué hermosa analogía de lo que sentimos ante un conflicto y la necesidad de hacer las pases con ese pasado que no nos deja avanzar y poder ver detrás de la Bestia al ser humano que también está lastimado. Qué importante y noble misión la de los y las mediadoras de ser instrumentos pacientes, amables y visionarios que permitan romper el hechizo para que las personas que buscan nuestra ayuda, puedan ver hacia el futuro y reconciliarse con su pasado. Gracias Javier, por la maestría de este relato y permitirme hacer una labor introspectiva como mujer y mediadora.

Gladys Dalsaso Arauz dijo...

La Bella y la Bestia... qué hermosa analogía para explicar cómo todos en algún momento nos hemos sentido ante un conflicto y la gran necesidad y decisión de hacer las pases con el pasado para poder seguir adelante con nuestras vidas. Qué noble misión la de los y las mediadoras ser instrumentos a esas personas hechizadas por el conflicto, con paciencia y mucha nobleza, ver más allá de su dolor, poder entender que esa "Bestia", el otro, también está herida... y juntos atreverse a cambiar el final de la historia, mirando al futuro. No es una tarea fácil, pero como mediadores(as), cada día lo intentamos. Gracias Javier por este cuento que llegó a mi corazón y con gran maestría me invita a reflexionar como mujer y mediadora.

Gladys Dalsaso Arauz dijo...

La Bella y la Bestia... qué hermosa analogía para explicar cómo todos en algún momento nos hemos sentido ante un conflicto y la gran necesidad y decisión de hacer las pases con el pasado para poder seguir adelante con nuestras vidas. Qué noble misión la de los y las mediadoras ser instrumentos a esas personas hechizadas por el conflicto, con paciencia y mucha nobleza, ver más allá de su dolor, poder entender que esa "Bestia", el otro, también está herida... y juntos atreverse a cambiar el final de la historia, mirando al futuro. No es una tarea fácil, pero como mediadores(as), cada día lo intentamos. Gracias Javier por este cuento que llegó a mi corazón y con gran maestría me invita a reflexionar como mujer y mediadora.

Mary De Simone dijo...

Querido Maestro, Tu frase que habla sobre nosotros mediadores y nuestros mediados, es tan gràfica y tan cierta.: "... Y es ahí donde nos movemos, pues solo con la sinceridad, la buena fe, la colaboración y el reconocimiento de que los responsables del conflicto en mayor o menor medida son ambos, cuando una flor marchita (como en nuestro cuento) puede llegar a florecer y encontrar ese acuerdo estable y duradero, que nos ayude a RECONCILIARNOS CON NUESTRO PASADO, para poder ver el futuro...",Què esperanza.!!! Gracias siempre. Un abrazo.

Manuel de Luque Íñigo dijo...

¡Qué gran verdad! Todos podemos evolucionar, como esa rosa marchita que finalmente florece, con esfuerzo, ganas y asumiendo la parte de responsabilidad que nos corresponde, sin duda podremos ser capaces de superar los conflictos del pasado. Sin embargo, será fundamental que esa reconciliación con nuestro pasado o con las personas que, de una u otra forma, han estado presentes en nuestra vida, sea estable a largo plazo o de otro modo, puede terminar rompiéndose de nuevo. Como hemos visto en el cuento, para construir acuerdos duraderos, deben primar la sinceridad, el compromiso y la cooperación, claves para el florecimiento de un pacto sólido y equitativo, que pueda suplantar a la conflictividad que traen consigo los desacuerdos en cuestiones de intereses o necesidades.

Joaquín de la Vega dijo...

Resulta muy interesante la comparación que se hace en este artículo, siendo comparadas las relaciones rotas y los problemas de los mediados, con la flor de esta fábula.
Nuestro trabajo como mediadores entonces será el de “jardineros”. ¿ A qué me refiero con esto?. Nosotros tendremos que cuidar esa rosa y hacer que sobreviva, y es que nuestro trabajo como mediador es ayudar a los mediados a encontrar una solución satisfactoria a un problema y que ésta se prolongue en el tiempo, sanando así a la flor y prolongando su vida, por así decirlo.
Para poder alcanzar ese acuerdo duradero y tal como se dice en el artículo, deberemos actuar con sinceridad, buena fe, colaboración y el reconocimiento de que los responsables del conflicto en mayor o menor medida son ambos. Pues éste será el primer paso para salvar a la flor marchita, es decir, será el primer paso para poder llegar a alcanzar un acuerdo que nos ayude a mirar hacia el futuro y olvidar el pasado.

Lucía López Gallego dijo...

Me parece muy interesante cerrar este ciclo de comentarios con el acercamiento de la mediación a los más pequeños, muchas veces, su visión nos hace comprender lo realmente importante y lo fácil que puede llegar a ser comprender algunos aspectos si lo vemos desde una visión inocente e imparcial.
He elegido el cuento de la Bella y la bestia para hacer mi último comentario porque siempre ha sido un cuento que me ha hecho ver una perspectiva diferente de las historias de amor y de las relaciones. Es interesante como si lo comparamos con el proceso de mediación podemos interpretar como en ocasiones debemos mirar más allá, intentar empatizar con esas “bestias” o partes conflictivas, quizás así podamos llegar a entenderlas e incluso nos aporten la solución al propio conflicto. Dar voz a ambas partes y no solo a la que a simple vista puede “llevar la razón” o tener “mejor pinta”, dicho coloquialmente.
Por todo ello, de la asignatura me quedo con esta visión del papel de mediador, ser los brujos que ayuden a las partes para que entre ambos, podamos deshacer el hechizo (conflicto). Siempre atendiendo a la versión de ambas posturas, sabiendo que detrás de algunas bestias puede haber príncipes, que en una ocasión fueron hechizados por la codicia, conflictos del pasado, poca empatía...
LUCÍA LÓPEZ GALLEGO

Alba Molleja Ocaña dijo...

Me ha parecido muy curiosa la forma de relacionar la mediación con cuentos tan populares como la Bella y la Bestia. A través de esta analogía podemos comprender mejor los diferentes aspectos a los que debemos dar gran importancia.

Los conflictos no siempre son algo que se olvide fácilmente. A veces, por mucho que queramos, nos cuesta dejar atrás ciertas cosas, quedándose en nosotros parte de ello, como si fueran espinas en una rosa. Nuestras espinas, al igual que las de la rosa, pueden llegar a hacer mucho daño y a provocar que alejemos a los demás de nosotros por nuestra falta de predisposición a hablar las cosas y nuestra actitud defensiva ante ellos. Es por ello que nosotros como mediadores tenemos que prestar atención a la historia y saber identificar esas espinas para poder quitarlas poco a poco y abrir paso al perdón, a la superación y a la reconciliación con el pasado para poder enfrentarnos al presente y buscar soluciones que nos proporciones bienestar en el futuro.

Otra cosa que me ha llamado la atención es el momento en el que Bella le comunica a la Bestia que quiere ver a su padre y, a pesar de que la Bestia siente que Bella debe quedarse en el castillo con él, cede por ella. Aquí podemos ver un paso muy importante a dar en los conflictos, que es ceder. Cuando estamos sumergidos en un conflicto nos cuenta mucho salir de nuestra perspectiva y concederle algo a la persona a la que nos enfrentamos, pero es muy importante ser capaz de dejar el orgullo a un lado y hacer concesiones para que poco a poco se llegue a un acuerdo.

Alba Molleja Ocaña.

Elena Cano Ríos dijo...

En mi opinión, pienso que estos cuentos infantiles no podrían estar más cerca de la realidad que supone el proceso de la mediación, pues tienen una relación importante, que se puede entender a través de la moraleja de la historia.
En primer lugar, nos hace acercarnos a intentar comprender que es muchas ocasiones hay cosas que realmente son importantes y las estamos ignorando, y, por el contrario, en otros momentos tenemos en cuenta contextos o información que no son realmente importantes. Como mediadores debemos aprender a entender que información va a ser relevante para el caso y cuál no.
Por otro lado, me hace pensar en el momento de la mediación en el que debemos empatizar con las partes, en este caso con “la bestia” pues pese a sus modales debemos comprender que hay más allá de eso, hay una historia. Y en muchas ocasiones, nos quedamos con tan solo una parte de la historia, por ejemplo, con el pobre padre de Bella. Por lo que, como mediadores, lo principal que debemos aprender y llevar a cabo es escuchar a los demás y darles la oportunidad de explicarse desde el primer momento, para conocer de verdad el caso.

Marta Osuna dijo...

Es muy acertado este artículo, ya que la mediación es una herramienta que podemos utilizar en casi todos los ámbitos de la vida, es por tanto muy importante que los más pequeños entiendan los valores que expresa este cuento.

Por otro lado, nuestra labor como mediadores es solucionar el conflicto entre varías personas, por tanto debemos curar las viejas heridas que produce el problema, para que las partes puedan avanzar en su vida y poder cerrar ese capitulo de su vida. Sin embargo, este proceso necesita voluntad por parte de los mediados, por ejemplo, Bestia pese a no querer, permite a Bella salir del castillo. Es decir, las partes debe ceder para poder buscar el bien común.

No olvidemos que la mediación es un proceso voluntario y por tanto se garantiza el inicio de la comunicación, no un resultado.

Finalmente, ha sido un placer haber dado esta asignatura, ya que la Mediación es una salida muy bonita que antes no conocía.

LUCIA LUNA MORENO dijo...

Tras la lectura de la fábula ‘‘La Bella y la Bestia’’ lo primero que entiendes es que realmente no hay nadie tan malo, ni nadie tan tan bueno. La bestia en este caso parecía muy malo pero lo único que necesitaba era paciencia, confianza, que lo escuchasen y un poco de ayuda para cambiar y transformarse en ese bello príncipe en el que se convierte. Siempre me han parecido muy interesantes las películas de Disney porque algo de moraleja sacabas siempre. Mirándolo desde la perspectiva de la mediación y en este caso en concreto vemos esas espinas de la rosa que hacen daño, que crea un problema que puede hacerlos alejarnos mucho de las cosas que nos gustan o las personas que queremos. Sin embargo, vemos que con esa paciencia que ya he mencionado, en la que Bella da un voto de confianza a la Bestia quedándose con el en el castillo y cuidándolo, y la bestia se lo da a ella dejándola marchar con la promesa de que vuelva… crea un vinculo y ven lo bueno uno del otro.

Loli Delgado Cosano dijo...

La bella y la bestia siempre ha sido mi película Disney favorita de la infancia. La veía una y otra vez y aprendía que la belleza, como dice la canción, se encuentra en el interior. Hoy, podemos hacer un análisis más profundo. Me sorprende los símiles que llegas a pensar y cómo ves la mediación en tantos aspectos cotidianos de la vida diaria, incluso hasta en cuentos infantiles.

En mi opinión, un aspecto fundamental para lograr una conciliación estable y duradera es sin duda alguna, reconciliarse con el pasado. Esta tarea no es nada fácil y depende en gran medida de la personalidad de los implicados en el proceso de mediación, la relación que mantenían hasta ahora ambas partes y cómo de enquistado se encuentre el conflicto, entre otros tantos. No obstante, algo que sí que está en nuestra mano es ejercer nuestro rol como mediadora, sirviendo como una herramienta de unión, como el pegamento y llevando a cabo sus instrucciones. Manteniendo un rol facilitador, siendo una figura imparcial, que no juzga, no culpa, no critica, que escucha, atiende y comprende a las partes implicadas en este proceso.

Lograr un avance en el procedimiento de la mediación cuando hay que reconciliarse con el pasado, requiere de tiempo, de experiencia y conocimiento por parte del mediador, y total confianza por parte del cliente.

Es por ello por lo que, aunque haya aparentemente una bestia en la mediación, debemos ser cautelosas y comprensivas. Asimismo, es imprescindible hacer un buen y apropiado uso de las técnicas para llegar a un punto intermedio que favorezca a ambas partes. Así como, atender todos los aspectos que hemos ido aprendiendo en clase como: el lenguaje no verbal, escuchar las demandas, pero descubrir sus intereses y necesidades, detectar sus posiciones...

En definitiva, es necesario desmenuzar por qué está teniendo el rol de bestia y qué le hace serlo. Si desgranamos y llegamos a la capa más profunda de su fachada, podremos entender sus necesidades, aunque no tenemos por qué estar de acuerdo con ellas. Si mediamos en el proceso de reconciliarse con el pasado, daremos paso a que vivan en el presente y miren con optimismo el futuro.

Gracias por enseñarnos y transmitirnos tu pasión por la profesión de mediación.

Pilar Insignares dijo...

Para finalizar nuestra aportación en este blog durante todo el cuatrimestre, encuentro muy acertado este artículo. La medicación es una de las herramientas y salidas profesionales que más podemos aprovechar ya que sirve en todos los ámbitos de la vida. Así, se demuestra en este último artículo, incluso los más pequeños pueden aprender valores básicos en la mediación ocultos en clásicos infantiles.
Como ya sabemos, gracias a lo estudiado en esta asignatura, en la práctica de la mediación ambas partes deben dar su brazo a torcer para poder seguir el proceso a la solución adecuada. Nuestra labor es que las dos partes puedan cerrar heridas y poder avanzar en la resolución del conflicto. Esto puede observarse en el clásico de la “Bella y la Bestia”. Bestia a pesar querer mantener encerrada a Bella en el castillo, finalmente le permite salir.
Al final, como hemos aprendido, la mediación es un proceso voluntario y por tanto únicamente garantiza la comunicación, no un resultado.

Pilar Insignares Rodríguez

Unknown dijo...

Primeramente, muchas gracias Javier, por recordarnos a través de este cuento, algo muy tan simple, pero que a veces se nos olvida: No hay malas personas o Bestias, sino personas, cuyas circunstancias le han llevado a actuar de una forma determinada. En nuestra profesión, es algo que debemos tener muy presente, y por ello nunca con posicionamos de un lado u otro.
Me parece interesante recalcar lo que el relato enseña, y es que únicamente a través de la confianza, la asertividad, y la escucha y empatía hacia la otra persona, podremos desvanecer los velos que ocultan al ser humano que hay tras esa Bestia.

Marina Cano dijo...

La Bella y la bestia, para aportar mi granito, creo que podemos destacar también que ella volvió, si bella no hubiera vuelto y lo hubiera dejado tirado, probablemente habría muerto y ella no se lo habría perdonado, se habría sentido muy mal.
En mi opinión nunca hay que dejar a nadie atrás cuando necesitan tu ayuda.
Es un cuento precioso, Gracias profe por todo este trayecto juntos, creo que esta información de estos días atrás ha sido muy útil, principalmente para el crecimiento personal, espero que nos crucemos por la vida.

Tania María Pérez Serrato dijo...

Desde mi punto de vista, este cuento nos muestra de una forma muy bonita, la importancia que adquiere el mediador ante un conflicto. Podemos comparar tanto a Bella como a Bestia, los personajes principales de la historia, con los clientes. Ya que estos, tras un conflicto, perciben a la otra parte como el malo del cuento ("la bestia"), y a uno mismo como el bueno ("la bella"). Haciendo visibles, la peor cara de la otra persona, y tratando de mostrarnos la mejor de ellos mismos. De esta forma, en un principio tratan de convencernos de la maldad del otro, y el gran daño que le ha hecho (como le pasó al padre de Bella). Y gracias a la ayuda del mediador, mediante el transcurso de las sesiones, surge la magia del cuento, y se visualizan ambos como victimas de un problema, que poco tiene que ver con ellos, sino más bien con circunstancias externas.

Carmen Calo Díaz dijo...

Me resulta muy curioso el hecho de que los cuentos infantiles van dirigidos a los más pequeños, sin embargo, son los que más enseñanzas nos aportan, lo importante es prestar atención a su historia y entenderla, al igual que en el caso de la mediación.
Respecto al cuento de la Bella y la Bestia y como bien menciona Javier, es importante aprender de nuestros errores y vivir el presente dejando el pasado atrás, sino estaremos siempre anclados a él sin poder avanzar. Muchos de los conflictos en los que nos vemos envueltos nos cambian y nos vuelven más fríos y distantes, el problema está en que si no haces nada por solucionarlo tú mismo te engañarás sumiéndote en esa realidad, en el caso de la bestia no luchó y acabó creyendo que realmente era una bestia adoptando actitudes y comportamientos correspondientes a ésta, hasta que llegó Bella y le dio esperanza y confianza. Al fin y al cabo, es todo lo que necesitamos para tener las fuerzas suficientes de afrontar determinados conflictos y avanzar.
Por otro lado, estoy de acuerdo en que es muy importante la sinceridad tanto con nosotros mismos como con el resto. En el caso de la mediación si ambas partes no se sinceran es un síntoma de que no confían en nosotros como mediadores y, por tanto, no podremos desempeñar nuestro trabajo de la mejor manera posible, por lo que también está en nuestra mano ayudarles a que confíen en nosotros a través de la empatía.
Por último, aprovecho este último post para agradecer a Javier por acercarnos a esos valores tan necesarios en nuestras vidas como el respeto, la empatía o la confianza entre otros a través de la mediación que, sobre todo en estos tiempos, nos hacen mucha falta a todos.

Carmen Calo Díaz.

Carlota Pereira Parra dijo...

Una gran metáfora la de los cuentos para explicar las distintas situaciones a las que nos exponemos en mediación. Con esta historia en particular destacamos, el resurgimiento de bestia a príncipe en muchas personas que nos vienen, y deben aprender a perdonar y reconciliarse con su pasado. El hechizo con el que muchos llegan y debemos trabajar a veces resulta complejo, confuso y complicado de deshacer. Mediante la colaboración y cooperación de las partes, llegaremos a un acuerdo equitativo y exitoso para cada uno de ellos. En la elaboración del mismo, además, se verá reflejado, aunque no escrito, la aceptación y el perdón de cada uno de los “entresijos” que no dejaban florecer el presente.

María Villa-Zevallos Luque dijo...

Me parece muy interesante finalizar nuestra andadura por esta asignatura de Mediación con una analogía a Disney; siempre se ha dicho que los cuentos infantiles no solo tienen la finalidad de entretenernos, sino también de transmitirnos alguna enseñanza que nos pueda ser útil en nuestra vida. El lema por excelencia de "La Bella y la Bestia" es, como todos bien sabemos: "La belleza está en el interior", una idea que, desde mi punto vista, si la extrapolamos al mundo de la Mediación, hace referencia a esa idea que tantas veces se ha mencionado en clase de que, cuando una de las partes implicadas en el conflicto llega a un caucus, y nos cuenta su versión de los hechos, lo más normal es que nos quedemos con al impresión de que "el malo" es el otro, y "el bueno" es él o ella; y lo mismo ocurre, cuando la otra parte nos plantea su versión.

Es por ello, que desde la Mediación es importante que seamos capaces de ver las fortalezas de ambos, y los intereses comunes, aunque de primeras parezcan muy distanciados, sin olvidar lo fundamental que es ser imparcial. Solo así es posible vislumbrar una solución al conflicto que ha llevado a las partes a venir a mediación.

En el cuento de "La Bella y la Bestia", se ve claramente como al principio, Bestia parece todo un villano, y es innegable que al principio lo es, por dejar encerrada a Bella en su castillo y no dejarla salir para ver a su familia. Pero finalmente, en el transcurso de la historia, vamos viendo de alguna manera sus virtudes, a medida que el personaje se desarrolla, y dejamos de verlo como el villano.

Ines Hierro dijo...

He decidido elegir este cuento ya que ha sido el que más ha llamado mi atención en esta reconciliación con el pasado de la que habla. Tras la lectura del mismo considero que la moraleja que nos da este cuento podría ser que ante una mediación se debe escuchar de forma abierta a ambas partes, que al final ni el bueno es tan bueno ni el malo es tan malo. En un principio cuando solicitamos ayuda y ya estamos inmersos en la mediación en este caso lo ha realizado con la llegada del mercader al palacio, el mismo estaba cansado de que nadie le escuchase por ello comenzó a disfrutar de lo que tenia enfrente. En el caso de la mediación esto ocurre cuando nos entregamos a la misma y nos abrimos para ser ayudados a resolver un conflicto, cuando la persona se deja guiar por el profesional consigue solucionar interiormente el problema. La mediación tendrá subidas y bajadas en las cuales existirán dudas de las partes y tendrán ganas de desistir con las sesiones pero se debe continuar para conseguir llegar a ese baile final de la bella y la bestia en la que no existían problemas y se dejó todo atrás.
Debemos curar el pasado y dejar que nos curen las heridas que el mismo ha producido.
Inés Hierro Peláez

Elena González Martín dijo...

Sin duda, uno de mis cuentos favoritos de mi infancia, jamás pensé que lo pudiese relacionar con la mediación , ahora sí lo veo más claro.
Leyendo este post, me he acordado de un conflicto que ocurrió hace relativamente pocos días, de dos personas de mi alrededor, y estas dos personas no consiguieron resolverlo sol@s por ell@s mism@s debido a que una de esas dos personas ocultaba la verdad, y es por ello que tuvo que intervenir una tercera persona para poder dejar zanjado el tema.
Y después de esta historia, vuelvo a la pregunta: ¿Cuál crees que es la moraleja que nos dejan? Pues la moraleja que creo que nos deja este cuento es que ni el bueno es tan bueno, ni el malo es tan malo. Siempre hay que escuchar las dos, o tres versiones, dependiendo de las personas que estén implicadas en el problema, porque puede que una de las personas, por miedo a ser juzgada, no diga la verdad y no se llegue a ninguna solución, sin embargo, si desde el primer momento las dos versiones son claras y saben lo que quieren, será más fácil llegar a la meta.

Elena González Martín dijo...

Sin duda, uno de mis cuentos favoritos de mi infancia, jamás pensé que lo pudiese relacionar con la mediación , ahora sí lo veo más claro.
Leyendo este post, me he acordado de un conflicto que ocurrió hace relativamente pocos días, de dos personas de mi alrededor, y estas dos personas no consiguieron resolverlo sol@s por ell@s mism@s debido a que una de esas dos personas ocultaba la verdad, y es por ello que tuvo que intervenir una tercera persona para poder dejar zanjado el tema.
Y después de esta historia, vuelvo a la pregunta: ¿Cuál crees que es la moraleja que nos dejan? Pues la moraleja que creo que nos deja este cuento es que ni el bueno es tan bueno, ni el malo es tan malo. Siempre hay que escuchar las dos, o tres versiones, dependiendo de las personas que estén implicadas en el problema, porque puede que una de las personas, por miedo a ser juzgada, no diga la verdad y no se llegue a ninguna solución, sin embargo, si desde el primer momento las dos versiones son claras y saben lo que quieren, será más fácil llegar a la meta.

Paula Vázquez Portillo dijo...

Nunca pensé que la Bella y la Bestia podría compararse con la mediación. Los cuentos infantiles, además de entretener también tienen una función didáctica y siempre nos enseñan una moraleja. En este caso, me quedo con esa reconciliación con el pasado que tanto tiene que ver con mediación.

Desde mi punto de vista, el primer paso para poder realizar una mediación de manera adecuada es queriéndote reconciliar con tu propio pasado. En mi opinión, todas las personas en algún momento de nuestra vida nos equivocamos y hemos tomado decisiones que han desembocado en conflictos o consecuencias negativas, y no por eso, nos debemos etiquetar como ‘’malas personas’’. Todos tenemos la oportunidad de reconciliarnos con nuestro pasado, arrepentirnos y poner solución a aquellas ‘’malas acciones’’ que hicimos en nuestro pasado.

Cuando en un proceso de mediación, aparentemente existen una parte buena y una parte mala, debemos tener claro que no nos debemos posicionar, ya que a parte de poco profesional, sería un grave error pues debemos descubrir las fortalezas y virtudes de ambas partes, para que así sea posible llegar al acuerdo final.

Carmen Feria Portero dijo...

Tras la lectura del post he de destacar que es fundamental reconciliarnos con nuestro pasado para poder vivir de la mejor forma posible el presente, en el caso de la mediación podemos intentar resolver conflictos de personas que han tirado la toalla, nos ven como último recurso y desean que de nuevo puedan vivir de la mejor forma posible, que vuelvan a “florecer”.
Para conseguir todo esto es necesario nuestro papel como mediador, llegar a un acuerdo sólido y duradero, contando con tres claves fundamentales que son la sinceridad, el compromiso y la cooperación, para que así nuestro pacto tenga funcionalidad a largo plazo.

Elena Mª Tello Luque dijo...

Para comenzar, me gustaría comentar lo interesante que me ha parecido comparar estos cuentos infantiles con la mediación. A partir de esta comparación, se puede observar como las personas estamos continuamente mediando y negociando con los demás, ya que en nuestro día a día tenemos que tomar decisiones que conllevan una negociación con la otra parte. Sin embargo, no somos conscientes de lo presente que está en nuestras vidas la mediación.

Respecto al cuento de la bella y la bestia, tengo que decir que ha sido mi película preferida desde pequeña, pero hasta día de hoy no he percibido como la mediación está presente en ámbitos que no nos podemos imaginar. En este cuento se puede observar como Bestia están inmersa en su pasado y como su vida ha cambiado por completo debido a este. De esta forma, en la vida cotidiana nos podemos encontrar con muchas personas que debido a su pasado no pueden seguir adelante con su vida. La mediación como bien dice al final de este cuento, ayuda a reconciliarnos con nuestro pasado, para poder ver el futuro. Esta claro que para poder continuar con nuestra vida es importante resolver los problemas pasados, ya que puede provocar un estancamiento en el presente de la persona. Para hacer frente a este pasado se requiere un tiempo y un compromiso por parte de la persona, además de la ayuda, experiencia y sabiduría del mediador.

Además, en este cuento se puede observar como cuando Bella llega a la vida de Bestia, la vida de esta última cambia por completo. De esta forma, extrapolando esto a la mediación, aunque una parte no esté por la labor de cambiar, la motivación, el compromiso y la constancia de la otra parte puede ayudar a que se involucre logrando un acuerdo en la mediación. Asimismo, en este cuento Bella ayuda a Bestia en todo lo posible como por ejemplo en los modales, en el comportamiento, etc.

Para finalizar, la mediación es un proceso en el que se pueden observar las virtudes que presentan las personas más allá de los problemas que estas han traído para solucionar. Bestia muestra en este cuento, que en el transcurso de la conciliación con paciencia y constancia, aparecerán aspectos de las personas que no nos esperábamos conocer.

Elena Mª Tello Luque

Carlota Aguirre Rodríguez de Hinojosa dijo...

Me parece muy interesante, finalizar los comentarios con cuentos infantiles, ya que los más pequeños siempre nos enseñan lo verdaderamente importante de la vida, porque a los mayores nos gusta mucho complicarnos las cosas en lugar de ver la sencillez desde los ojos de un niño.

He elegido el cuento de La Bella y la Bestia, ya que es una de mis películas favoritas de Disney, y me ha sorprendido gratamente poder pensar en la película desde el punto de vista de la mediación, ya que únicamente la veía como una película infantil romántica de príncipes y princesas. En este caso concreto, pienso que hay que ser capaz de ver a la bestia más allá de un animal gigante e infeliz. Como mediadores, tenemos que pararnos a pensar, e indagar en por qué lo vemos así. Debemos empatizar con la bestia, escucharla, para poder trabajar con ella con el fin de ir quitándole esas capas gruesas y que finalmente quede en ese ser humano en el que al final se convierte. El lema principal de esta película con la que hemos crecido es que la belleza está en el interior, y si lo vemos desde la mediación, también lo podemos pensar así. En las mediaciones siempre debemos mirar al interior, al fondo del conflicto para una vez deconstruido poder empezar a construir algo nuevo, algo con lo que todos salgamos ganando, algo bueno.

A lo largo de la historia, Disney nos ha dejado grandes enseñanzas en casa una de sus películas, pero en la mayoría de ellas hasta que no crecemos y las volvemos a ver no las llegamos a comprender. Por su parte, la mediación a mi me ha parecido una herramienta fundamental en cualquier ámbito, ya sea personal o profesional, que también aporta grandes enseñanzas que podemos utilizar en distintos momentos de nuestra vida. Pienso que es algo que se debería enseñar y poner en práctica desde que somos pequeños, ya que esto ayudaría a que muchos conflictos no se fueran agrandando como una bola de nieve, sabiendo cuando es el momento para trabajar con ellos, buscando siempre el beneficio de las partes, desde el interior, desde el centro del conflicto.

Manuel García del Corro dijo...

En el cuento de Disney, el príncipe es hechizado por una hechicera porque no tenía amor en su corazón, ya que este no sabía valorar las cosas y era una persona desagradecida y egoísta. Este hechizo solo podría romperse cuando el príncipe aprendiese a amar de verdad, y a su vez, que consiguiese ganar el amor de otra persona (Bella).

Este cuento, llevado a la comparación con el proceso de mediación, nos hace reflexionar sobre la importancia de reconciliarse con el pasado en el mencionado proceso. Los conflictos o pretensiones que se quieren exponer en un proceso de mediación son complejos, y como bien dice el artículo, no tienen una salida clara, debido a que las partes mediadas ya acudieron a otras vías para resolver el conflicto, y cuando deciden acudir al proceso de mediación, estas se encuentran anquilosadas. Por ello, es fundamental ser conscientes de las propias responsabilidades que cada una de las partes tienen en el conflicto, adquirir otras perspectivas (que no estén arraigadas en ideas o pretensiones inamovibles del pasado) y reflexionar sobre las pretensiones que se tienen. Todo ello, sumado a la empatía, asertividad y flexibilidad, nos harán crecer como personas, logrando reconciliarnos con el pasado, y así poder avanzar con nuestros objetivos.

Manuel García del Corro

Unknown dijo...

Que precioso símil entre el cuento y la mediación.
Para mí la historia tiene una gran moraleja, ya que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos, es decir, para poder confiar en una persona debes de conocer cada una de sus versiones y sus inquietudes, como ocurre con la mediación. En muchas ocasiones puede llegarnos personas que parece que son las víctimas en el conflicto y la otra parte es como la Bestia, haciendo referencia al cuento, pero debemos de ir más allá para conocer los intereses de las partes para comprender qué es lo que desean y a qué conclusión quieren llegar, solo así podremos entender y comprender con cada uno de ellos y poder mediar de la forma más justa.
Como bien dice el cuento, un acto de amor puro y sincero es cuando Bella renuncia a su libertad para estar con la Bestia, pues en la mediación ocurre lo mismo, antes de llegar a los tribunales y poner entre medio de dos personas temas judiciales no hay nada más bonito que la comprensión y comunicación, dejando a un lado el orgullo e intentando poner cada uno de su parte para llegar a un fin justo para ambos.

María Galisteo Pérez.

Alba Peláez López dijo...

Creo que no hay mejor forma de cerrar el ciclo que con un cuento que infantil que nos ha acompañado toda la vida y que siempre nos ha hecho reflexionar.
Aquí aprendemos básicamente a no dejarse llevar por la apariencia, y es que, a veces, podemos ser menos imparciales por la primera impresión. Este cuento nos ayuda a luchar contra eso.
Me gustaría hacer la metáfora de que Bella es la mediación en Bestia. Es una persona que le hace reflexionar, cambiar de actitud, ser más empático, aprender, cambiar su vida a mejor y sobre todo, cambiar para el resto de su vida. Pienso que una mediación bien hecha puede llegar a cambiar a una persona, puede aprender nuevas formas de solucionar conflictos a lo largo de su vida y sobre todo, entendería que lo mejor al final es buscar una solución común pensando en los demás, dejando de lado el ego.
Alba Peláez

Isabel Luna Torres dijo...

Me parece una forma muy chula y llamativa de terminar esta asignatura haciendo una analogía con cuentos infantiles. Tras leer este post, hay que destacar la importancia de reconciliarnos con el pasado, para poder avanzar de la mejor manera en el presente.

Lo podemos relacionar con la mediación, cuando al intentar resolver un conflicto han tirado la toalla, recurren al mediador como única vía de solución, con el fin de poder reiniciarse y vivir de la forma mas tranquila.

Para realizar esto, hay que intervenir como mediador cumpliendo con cada uno de los puntos clave que debe usar cualquier mediador.

Isabel Luna Torres