miércoles, 12 de abril de 2023

Mediar con los 5 sentidos

 


El ser humano tiene cinco órganos de los sentidos: la piel, que permite el tacto; los ojos, que proporcionan la vista; los oídos, que además de captar los sonidos controlan el equilibrio; la nariz, mediante la que se perciben los olores; y, la lengua, con la que se distinguen sabores con el sentido del gusto.

Hoy, en una conversación para el programa argentino “Voces y Palabras” de mi querida amiga María Estela Palumbo, hablábamos de la influencia hoy en día de los avances tecnológicos en el campo de la mediación. Una de las conclusiones a las que llegamos es la importancia de saber adaptarnos los mediadores y utilizar todas y cada una de los medios y métodos que las nuevas tecnologías nos proporcionen, pero automáticamente salió a nuestro pensamiento, como imaginar este trabajo con la importancia de poner nuestros cinco sentidos al servicio de nuestra profesión.

El sistema nervioso del mediador o mediadora debe recibir y procesar información sobre el mundo exterior y sobre lo que verdaderamente están viviendo las personas enfrentadas en un conflicto que no han logrado resolver por si mismos, a fin de reaccionar, comunicarnos y establecer estrategias en nuestro trabajo.

Mucha de esta información que vamos a recibir proviene de los órganos sensoriales: los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel. Células y tejidos especializados en estos órganos reciben los estímulos sin procesar y los traduce en señales que el sistema nervioso puede utilizar. Dicen los científicos que los nervios transmiten las señales al encéfalo, que las interpreta como imágenes (visión), sonidos (audición), olores (olfato), gustos (gusto) y percepciones táctiles (tacto).

Así los ojos traducen la luz en señales de imágenes para que el encéfalo las procese y vea más allá de lo que nos quieren mostrar en la negociación, a eso le llamamos observación; El oído transforma las ondas sonoras de un mensaje en señales sonoras que debemos interpretar, porque muchas veces tenemos que no solo traducir el mensaje que nos envían los mediados, sino, el tono con el que lo hacen

Pues bien, uno y otro sentido bien puede trasladarse a las mediaciones on-line, incluso si lo hacemos mediante el metaverso y otras tecnologías que están por venir, pero ¿y los otros tres sentidos, el tacto, el olfato y el gusto?

Nuestra piel es la que muestra la capacidad de ser receptores del tacto. Por eso muchas veces en estado de nerviosismo se nos eriza la misma o se calienta en exceso por la tensión del momento. Somos “animales” de contacto. Por eso en más de una ocasión un cliente me dijo: prefiero que nos veamos y nos reunamos presencialmente, cuando en realidad lo que quiere es que hablemos y negociemos. ¿Porqué? Quizás porque necesita sentir que lo que hablamos, su piel verifique con el tacto la veracidad de lo que pactemos.

Y que decir del olfato: Sustancias químicas en el aire estimulan señales que el encéfalo interpreta como olores

El sentido que detecta los olores se llama olfato. Cuando olemos o inhalamos por la nariz, algunas sustancias químicas que se encuentran en el aire se unen a estos receptores.  El olor, nos permite quizás cierto bienestar. Es más, existen múltiples fragancias en función de lo que quieras vivir en ese momento. La tensión, la indignación, el enfado y la felicidad de llegar a un encuentro en la medida de lo posible, también tiene su “olor”

Y por último el gusto. Las pailas estimulan células gustativas especializadas, con lo que activan receptores nerviosos. Los receptores envían señales al igual que cuando probamos algo, alguna comida, que nos gusta o no nos gusta, también podemos hablar de esos momentos en los que con un simple caramelo nos sube el azúcar y el ánimo y que os aseguro que siempre tendré en mi estudio por si las partes quieren saborearlos antes, durante o después de una mediación.

En definitiva, querido mediador, no te olvides nunca de poner los 5 sentidos en todo lo que hagas y si es posible una mediación presencial, te será más fácil adaptarte y dedicarte a ello, y si es virtual, recicla cada uno de tus cinco sentidos para adaptarte al medio.


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