lunes, 20 de junio de 2022

Los cuatro acuerdos de la Filosofía "Tolteca"

 

Vamos a viajar a México y a conocer la “sabiduría tolteca”, un importante hallazgo que en un libro realizó, el profesor Miguel Ruiz.

Los toltecas eran hombres y mujeres de conocimiento asentados en Teotihuacán (México) su ciudad sagrada. Nos acerca a una leyenda hermosa denominada ‘’El Espejo Humeante’’, según la cual un soñador, en sus noches de desvelo, descubre que estamos hechos de luz, y, por otro lado reconoce al otro como un espejo donde reconocernos, pero la existencia de un velo de humo, muchas veces nos impide que así lo veamos.

“Ese humo no es más que el sueño en donde vivimos, que no elegimos. Aunque lo más interesante es que lo vivimos como si se tratara de la realidad”. Por eso, algunas veces digo a mis alumnos que necesitan ir hacia su horizonte personal, y caminar. Esa línea del horizonte es la formada por el cielo (sus sueños) y la tierra (su realidad personal)

Vivimos sumergidos por tanto en un sueño permanente, en el que no nos cuestionamos los caminos que elegimos, sino que nos vienen dados por nuestras relaciones y la realidad que vivimos. Al nacer, la sociedad marca nuestros sueños y sus reglas que cumpliremos a lo largo de nuestra vida..  Sueñas con el cerebro despierto. Soñar es la función principal de la mente

El doctor Miguel Ruiz, nos plantea que no desesperemos y nos dice que es posible tomar las riendas de nuestras vidas, rompiendo esos acuerdos. Una vez rota la energía que usábamos para mantener esos acuerdos regresa a nosotros para utilizarlos en acuerdos más sanos, para mejorar nuestras relaciones, y nosotros diríamos: para llegar a nuevos acuerdos que nos permitan un espacio nuevo.

Aquí van los Cuatro Acuerdos de la filosofía Tolteca que nos llegan a nuestros días:

Primer acuerdo: Ser impecable con las palabras:

Este es el acuerdo más importante. Descubrir el poder que tienen el lenguaje es crucial. El poder de la palabra se hace presente y podemos aseverar o dañar al contrario.

En mediación no tenemos otro poder y este se manifiesta a través de la pregunta. Una buena pregunta nos permitirá buscar ese sueño del nuevo acuerdo de futuro; pero una mala pregunta a buen seguro llevará al traste una negociación.

Por eso gracias a las palabras y a su traducción cuando parafraseamos o reformulamos, nos permite quitar lo dañino que les impide ver más allá

En el caso de los mediados. las palabras son armas de doble filo. No deben utilizarlas para el reproche, ni para atacar a terceros, sino más bien para siendo libres, abrir un camino al acuerdo. Las palabras transformarán el futuro. 

Segundo acuerdo: No has de tomarte nada personalmente:

Este acuerdo implica aceptar que “no somos el centro de la galaxia”. Nada de lo que hacen los demás es por ti, sino que es por ellos, ya que estamos en “los acuerdos” de nuestros orígenes.

Si supiéramos en realidad quienes somos no permitiríamos cuestionarnos, si le damos entidad a las opiniones nunca se manifestará nuestro ser original. Eso es lo que muchas veces nos dicen de no tomarnos nada “a pecho”. Ellos hablan de su realidad, que muchas veces no tiene que ser la misma que la tuya. Recuerda que alguien puede ver a su hijo como el más guapo del mundo, mientras que tu lo ves de otra forma. Son distintas realidades y conseguirás llegar a acuerdos si entiendes esta realidad.

Lo que muchas veces digo: respeta y comprende, aunque no compartas. 

Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones:

Asumir suposiciones implica crear realidades, que aunque no confirmamos, las vivimos lastimosamente como si fueran realidad. Suponer es vivir con el velo que antes te indicaba. No hay nada más curioso que cuando recibimos un mensaje de whatssap a nuestro móvil o celular e interpretar que emoción estaba sintiendo al escribir y que es realmente lo que nos quiere decir. Si tienes esa duda, resuélvela, porque suponer cosas te hará daño.

Cuando hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada. “Manifestar inquietudes y hacer preguntas es la forma de quitarle poder a este acuerdo, lo debilita tanto que finalmente desaparece, de este modo nos convertimos en creadores de nuestra realidad”.

Cuarto acuerdo: Hacer siempre el máximo que puedas:

Este último acuerdo nos dice que está permitido equivocarse, pero no abandonar. Es mejor pedir perdón muchas veces, que pedir permiso y conseguirá hacer realidad los tres acuerdos anteriores.

También nos muestra la importancia de vivir en el hoy a la hora de actuar, por eso siguiendo la filosofía que nos lleva a pensar que aprovechar el hoy es un regalo, por eso se llama “presente”. Conseguiremos no culpar al pasado y aprender del mismo, sin huir de él. Eso es vivir dando el máximo.

De esta manera si diste lo máximo no podrás recriminarte nada. Dicen que en la filosofía tolteca, la recompensa consiste en trascender la experiencia humana del sufrimiento, y convertirse en la encarnación de Dios…

Pues bien, estos son los 4 acuerdos, que nos inspira a los mediadores a que seamos como los Toltecas, constructores de nuestro destino y no víctimas de él e inculcar esta filosofía en nuestros mediados. Hacerles libres, empoderarles para que sean quienes verdaderamente son y muestren lo que de verdad necesitan de buena fe, liberándoles del papel de víctima que traen cada vez que se sientan ante nosotros.

Ello solo se consigue si somos conscientes, si logramos que se transformen y que se rebelen ante un destino prescrito, escogiendo el que de verdad quieren.

116 comentarios:

Mary De Simone dijo...

Gracias querido Maestro por tu blog class siempre, Un abrazo

Anónimo dijo...

Hermosa adaptación del libro a la mediación. Gracias maestro Javier por compartirla para aprender y crecer .

Nadia Aceituno dijo...

Me ha parecido muy curioso que los cuatro acuerdos tengan tanto fondo filosófico y hasta psicológico. Creo que, a parte de ser útiles y necesarios para la mediación, son también útiles y necesarios para la vida diaria y el crecimiento personal. De ahí que los encuentre un poco terapéuticos. El poder de la palabra, cuidar lo que dices y como lo dices ya que aquello que decimos y como lo hacemos tiene un impacto directo en quien nos escucha, pudiendo darle felicidad o todo lo contrario. De igual manera, tener presente que no todo gira en torno a uno mismo es vital para tener la mente tranquila, puesto que pensar que algo te pasa a ti por ser tú o que alguien no quiera por ejemplo pasar tiempo contigo en un momento concreto, puede llegar a frustrarnos y hacernos sentir terriblemente mal sin motivo alguno. De igual manera, dar siempre lo mejor de nosotros mismos y no dar las cosas por sentado, son también filosofías clave a la hora de encontrar paz interior y poder ver la vida de manera clara, objetiva y sobretodo, no sesgada.

Francisco José Castro Callejas dijo...

Me parece muy curioso cómo la filosofía Tolteca, basada en el cuidado de las relaciones (bajo mi punto de vista) que resalta la importancia de las palabras, de poner el acento en construir y no en dañar al prójimo puede ser tan análogo con la mediación en España, estando por disciplinas, zonas geográficas y tiempo tan separadas. Personalmente, solo puede haber un motivo para tanta semejanza en sus bases, y es el propósito de que haya un encuentro verdadero, dónde se construya y se puedan entender las partes.

Marta Chofles Muñoz dijo...

Me parece de lo más inquietante la forma tan exhaustiva en la que los Toltecas consiguieron establecer unas bases tan sólidas, así como, tan sumamente capaces de abarcar un gran abanico de valores y cimientos imprescindibles en mediación, en este caso. En primer lugar, habla acerca del lenguaje, de las magníficas cosas que pueden construirse o por el contrario, demolerse según cómo uses las palabras. Qué son las grandes precursoras del lenguaje. Por otro lado, la ausencia de egocentrismo consigue que podamos ver más allá de nuestra realidad. En tercer lugar, debemos preguntar previamente a sacar un juicio, a suponer algo que no tenemos la certeza de que así sea. Este acuerdo, personalmente lo relaciono en gran medida a la tolerancia a la incertidumbre, ya que a veces, sacamos conclusiones para que este sentimiento pueda desaparecer. Por último, "hacer o dar siempre el máximo", hace referencia a muchos refranes que actualmente son utilizados y que reflejan esta esta filosofía, como "no dejes para mañana lo que puedas hace hoy".
Es una filosofía que me ha parecido muy humanista, centrada en el ser humano, desde el mismo y las características de este y desde ahí se han construido las bases del saber.

María Ramírez de Arcos dijo...

El comentario de esta semana relacionado con la filosofía de los Toltecas me ha parecido muy interesante. Creo que debemos aprender mucho de estos principios y ponerlos más en práctica de lo que realmente lo hacemos. Es algo que quizás sea difícil de asentar, pero si de verdad lo ponemos en práctica, estoy segura de que habrá menos problemas de comunicación con la gente que nos rodea.
El primer principio, es uno que considero imprescindible. Es muy importante las palabras que soltamos por la boca, porque una vez dichas, no tienen vuelta atrás. Por ello, tenemos que tener cuidado con lo que decimos, para así no herir al prójimo, y buscar un acuerdo entre ambas partes.
El segundo principio me ha llamado bastante la atención ya que es algo que en el día a día le ocurre a muchas personas, por no decir a todo el mundo. Dependemos mucho de lo que dicen los demás, y más si esa persona es importante para nosotros, por ello, cuando alguien comenta algo, alguna vez todos nos hemos tomado lo que ha dicho más a pecho de lo que en realidad quería decir. Todos tenemos conceptos diferentes en nuestra cabeza, por ello, aquí se aplicaría el primer principio también, en concreto, saber decir lo que queremos en cada momento con las palabras correctas, y respetando todas y cada una de las opiniones del prójimo.
Con respecto al tercer principio, es cierto todo lo que se ha dicho. Siempre tendemos a pensar y a dar mayor credibilidad a lo malo que a lo bueno, y de ahí surgen las suposiciones. Está mal suponer de algo o de alguien, ya que, si alguien supusiera de algo que tu has dicho o hecho, ¿cuánto daño te causaría? Un ejemplo claro de esto son las cosas que se van diciendo de los demás, los cotilleos. Por ello, es mejor preguntar e informarte antes de suponer algo de lo cual no sabes si es cierto o no.
Por último, el cuarto es el que resume todos los principios, por ello, es el que llegaremos a tener sin problema cuando sepamos manejar los tres anteriores. Siempre hay que dar lo mejor de uno mismo, mirando por el prójimo y por ti, y no únicamente por tus actos y tus pensamientos. Esto permitirá saber cuales son tus limites y hasta donde quieres llegar.

Mª Rosario Cosano Cañadas dijo...

Nuestras palabras crean realidades, lo real no se basa en suposiciones, lo real es la vida pasando ante nuestros ojos y nuestra misión es dar lo mejor de nosotros mismos: ese es mi resumen de los cuatro acuerdos de la filosofía Tolteca. Es importante tener esto en mente tanto en la mediación como en la psicoterapia (mi disciplina), ya que como dice en el texto actuamos de reflejo para el otro. Somos un espejo donde los demás se proyectan. Saber que muchas veces lo que decimos y lo que nos dicen tiene más que ver con nosotros que con el otro, que cuando interpretamos algo de x forma es por nuestras experiencias y no por el acto en sí, saber que nos pasamos la vida haciendo suposiciones de cosas que normalmente no llegan a ocurrir... Estos tres primeros postulados nos llaman al cuarto: saca tu mejor versión. Es decir, siendo consciente de todo eso, intenta trascenderlo.
El aforismo "Memento mori" debemos de tenerlo presente cada día de nuestras vidas, porque vivir cada día como si fuera el último, aprovechando cada ápice de nuestro potencial es aquello que va a convertir nuestra vida en algo valioso y va a dar un sentido a nuestra existencia.

Victoria Blanco Carrasco dijo...

La filosofía Tolteca me ha despertado un gran interés, principalmente por su aplicación en la mediación de conflictos y cómo los cuatro acuerdos deberían tenerse en cuenta ante cualquier situación.

Me ha llamado la atención la importancia de las palabras y cómo en mediación debemos aprender a controlarlas y medirlas para procurar que las partes del conflicto lleguen a un acuerdo. Por otra parte, el hecho de alejarnos del egocentrismo del que se nos caracteriza a los seres humanos, nos permite comprender las opiniones de otras personas sin emitir juicios de valor, hecho que debería trabajarse más hoy en día. De modo que si evitásemos los juicios de valor y las suposiciones sobre actos o pensamientos de otras personas, nos acercaríamos realmente a la realidad del otro y no bajo el velo de nuestra propia realidad.

El hecho de que esta filosofía motive a la participación y al compromiso de todas las partes implicadas, logra dar un empujón a los profesionales de la mediación para continuar realizando las gestiones necesarias para los conflictos que se les plantean.

Rocío Sierra Franco dijo...

Bajo mi opinión las 4 pautas de la mediación no sólo eran útiles y hábiles en la antigüedad, sino que hay que extrapolarlo en la actualidad. Para comenzar una mediación es fundamental seguir los pasos que se nos indica, ya que abre la búsqueda de solución del conflicto com herramientas como la empatía, el respeto y la concienciación, ya en la mayoría de casos se producen esas conductas negativas que se describen como el sólo mirar por los intereses propios o no querer cambiar de opinión para poder mejorar el problema.

Maite Arzalluz Luque dijo...

La filosofía Tolteca me ha parecido muy significativa por la influencia que esta puede tener dentro de la mediación tanto para los mediadores como para las personas que tienen el conflicto. Considero que los cuatro principios son muy interesantes y que, combinados, conforman una realidad perfecta a la hora de plantear una mediación. Sin embargo, lo que ocurre en muchas ocasiones es que no nos damos cuenta de lo importante que son estos cuatro principios de los que habla la filosofía Tolteca y es por ello, que considero que es en gran medida parte del trabajo del mediador ir implantándolos poco a poco a lo largo de la mediación.

A pesar de que no todas las personas tengamos la misma perspectiva ni seamos igual de abiertos o tolerantes, creo que se pueden encontrar puntos en común y, aunque no consigamos cambiar la forma de ver las cosas de la gente, podemos crear un pequeño espacio de comprensión y de acuerdo durante las sesiones de mediación que tengamos con esas personas.

Natalia Ortiz dijo...

Bajo mi punto de vista, está filosofía me parece que está basada en una ideas muy claras y muy positivas, ya que se ve al ser humano como un ser de luz, aunque presente sueños quizás irreales.
Se comentan cuatro acuerdos que conforman esta filosofía, en primer lugar la importancia del lenguaje y como este puede ser tanto una herramienta positiva como negativa en la mediación o con una mismo.
En segundo lugar, la importancia del respeto hacia lo que piensa la otra persona, sin llevárselo como un posible ataque personal. Este acuerdo en concreto, me parecería muy interesante e importante en la sociedad de hoy en día, ya que nos creemos que todo es un ataque hacia uno mismo y no es para nada así.
En tercer lugar, en relación con el anterior, es el hecho de no hacer suposiciones sin verificar que lo que piensas es lo real, ya que sin hacer esto te puedes hacer mucho daño a ti mismo y a los que te rodean.
Por último, el esfuerzo por vivir el presente y dar todo de tí siempre.
Todos estos acuerdos debemos tenerlos en cuánta como mediadores, ya que serán parte de las bases para poder llevar a pactos en los conflictos que nos encontramos a lo largo de nuestra vida profesional y personal.

Natalia Ortiz, SEVILLA

Carla Domingo Escolar dijo...

Estos cuatro acuerdos no solo se pueden utilizar el ámbito de la mediación, si no que, desde mi punto de vista, son cuatro acuerdos que deberían darse en la escuela para que todo el mundo lo tenga interiorizado y lo emplee en su día a día. Son una herramienta básica para entender de una manera más simple la vida y centrarnos en lo que realmente importa, en crear nuestro propio camino con nuestras propias metas e intereses.
En cuanto al ámbito de la mediación, creo que el primer acuerdo, impecable con las palabras, es el fundamental, puesto que el mediador es el encargado de ¨pintar las palabras¨ (parafrasear), poner en común realidades e intereses y pasar de romper sueños a crear nuevos caminos que las partes en conflicto no han sabido ver.
Carla Domingo

Pilar Palomares Rojas dijo...

La filosofía Tolteca me ha resultado motivante para afrontar nuevos objetivos y sueños sin miedo a poder fracasar. En mediación es necesario aplicar los cuatro acuerdos que plantean, ya que ellos nos acercarán a nuestra mejor versión.
Respecto al primer acuerdo, se señala el poder que tienen las palabras. En una mediación se pueden conseguir grandes triunfos gracias al poder del lenguaje; por tanto, debemos entrenar cómo expresarnos para ello. Además, como imparciales y hay que ser cautos y conscientes de cómo emplear nuestras preguntas.
Por otra parte, el segundo acuerdo me ha parecido genial. Actualmente, somos frágiles y vivimos algunos comentarios como un ataque hacia nosotros. Por tanto, en mediación hay que mirar más allá de nosotros y comprender la situación ajena, ya que afirman que: “no somos el centro de la galaxia”.
El tercer acuerdo lo he entendido muy ligado al segundo. Constantemente, experimentamos miedo o ansiedad hacia situaciones que hemos interpretado nosotros mismos como amenazantes. Como mediadores, debemos buscar la explicación de todo y no hacer nuestras propias suposiciones, ya que hemos mencionado el valor del lenguaje para comprendernos.
Por último, el cuarto acuerdo muestra la importancia de vivir el momento. Esto no significa vivir sin pensar, sino exprimir el presente y sacar el máximo provecho. No podemos procrastinar nuestros sueños, ya que hay que luchar diariamente por ellos.

Álvaro Ortiz Canalejas (4° Psicología Sevilla). dijo...

La filosofía tolteca nos muestra una realidad en la que vivimos: nuestro día a día es tan frenético y sistemático que no nos paramos a reflexionar sobre qué queremos realmente, cómo lo queremos y por qué lo queremos. Esto llega a un punto que hace que hagamos las cosas sin saber porqué, como si fuesen impuestas desde fuera. En este momento cabe plantearnos si somos verdaderamente libres, porque pasamos la vida creyendo que somos dueños de nuestro propio destino y nada más lejos de la realidad: pocos son conscientes de su propio destino y de porqué hacen las cosas. Para tratar de solucionar, o al menos parchear esta realidad, los 4 acuerdos que nos plantea la filosofía tolteca son dignos de adentrarse en ellos. Nuestro lenguaje crea verdaderamente realidades, la importancia de saber relativizar y no hacer de un suceso un drama en el que derrumbarse emocionalmente, así como de no suponer cosas que no hemos comprobado que efectivamente sean como intuimos, y por último, la capacidad de esforzarnos al máximo por lo que de verdad queremos y deseamos. Todos ellos sirven, en definitiva, como inspiración y crecimiento personal.

Mª Teresa Fernández-Vivancos Collado dijo...

La idea de despertar del sueño impuesto por el resto, para ser capaces de coger las riendas de nuestra vida y decidir sobre nuestros propios sueños, es algo muy necesario hoy en día. En muchas ocasiones vivimos la vida que otros quieren que vivamos, y al final solo conseguimos ser infelices por no ser capaces de vivir aquello que deseamos y soñamos. Estos acuerdos pueden ser de gran utilidad para reconectar con uno mismo y comenzar el camino que deseamos realmente. El poder del lenguaje es algo fundamental, ser conscientes del bien y el mal que somos capaces de hacer a través de él, o nos pueden hacer. El egocentrismo es un mal muy presente en nuestros tiempos, y este segundo acuerdo nos recalca la importancia de evitarlo: "no somos el centro de la galaxia". El tercer acuerdo nos evita el daño que nosotros mismos nos producimos al pensar y pensar simplemente suponiendo sobre algo que habrá o no pasado, y que lo hemos interpretado bajo nuestro foco. El último acuerdo pone de manifiesto la importancia de dar lo máximo de uno mismo, esta permitido equivocarse por supuesto, pero es obligatorio levantarse y seguir en la lucha, nunca abandonar. Estos acuerdos nos pueden ayudar a despejar el camino ya sea de nuestra vida o de un conflicto en particular, y ver de forma clara qué escoger para lograr la felicidad y la verdad en nuestras vidas.

Irene Ruiz dijo...

Me parece una forma de tomarse la vida muy sana, siempre siguiendo y marcando tu destino y tu propia realidad, intentando no guiarse por lo establecido en tus orígenes, de dónde venimos y somos, ni por las influencias del otro.
Los cuatro acuerdos de esta filosofía son la base para crearte como una persona nueva, en la que todos eso pensamientos que pueden resultar dañinos y nocivos para nuestro yo, se eliminen. Dos de los acuerdos que más han llamado mi atención son los de no hacer suposiciones y no tomar nada como algo personal.
No hacer suposiciones cambiaría mucho el cómo me relaciono con los demás, ya que la base de toda relación es al comunicación, el debate, la curiosidad. Es aprender a no sobreentender cómo reacciona el otro, saber entender que no ha tenido por qué ser de esa forma. Con el diálogo, con esa comunicación, empatizas y entiendes las respuestas del otro de una manera totalmente diferente a cómo pensabas al inicio, consiguiendo así que ese conflicto, llevado en la mayoría de los casos a lo personal, se disipe.
Con esta última frase entra en juego el otro acuerdo establecido por la filosofía “Tolteca”, el de no llevar todo al terreno personal, el entender que cada persona tiene su propia perspectiva y valores, y que pueden haber actuado de esa manera no por nosotros, sino por ellos mismos, para su bienestar y beneficio. No debemos pensar que el mundo gira a nuestro alrededor, eso crea en muchas ocasiones inseguridades y a veces hasta te destruye por dentro, todas las personas viven sus propias realidades, y no tienen por qué influir en ti y en tu felicidad.

ana pardo dijo...


Me ha parecido muy curioso leer y aprender sobre los cuatro acuerdos de la filosofía tolteca, aun siendo algo que pertenece a la antigüedad, es algo por lo que deberíamos de trabajar para acercarnos más diariamente. La capacidad de trabajar desde la paz mental y sin posicionarnos e incluso darnos por aludido con respecto a algo creo que es crucial para la mediación ya que si no, nos podría pasar una mala pasada. Por otro lado, me he quedado con lo cierto que es que cada uno mira por si mismo, ya que vivimos en una sociedad egocéntrica, y debemos de trabajar para tratar de inculcar el altruismo y hacer poco a poco nos vayamos acercando más los unos a los otros, en el caso de aquellos que necesitan de una medicación, los interés del otro creando el común.

Paola de Blas dijo...

La filosofía “Tolteca” ofrece un punto de vista que puede ser realmente beneficioso para los seres humanos; pues, ofrece la posibilidad de seguir nuestros sueños y a su vez, te enseña a cómo hacerlo a través de los cuatro acuerdos propuestos en este texto. Además, considero que sería muy interesante que se aplicara en cualquier contexto, ya que, todos tenemos sueños y especialmente, sería una manera de enseñar a los niños desde pequeños a cómo pueden lograr sus objetivos en la vida.
Refiriéndome concretamente a la mediación, creo que es una buena base para poder conseguir que se establezca un acuerdo que beneficie a todas las partes, ya que, de esta forma se permitiría comprender a la otra/s persona/s implicada/s de una manera más objetiva y más empática haciendo más fácil llegar a un posible acuerdo o pacto. Ésto posibilitaría la finalización de la situación adversa que se está viviendo y por consiguiente, dejaría paso a que cada uno pueda seguir su camino para seguir alcanzando sus sueños.

Paola de Blas

Manuel Muñoz dijo...

Otro buen artículo que nos hace apreciar un poco más la filosofía de vida de otras culturas. Esta filosofía tolteca me resulta bastante interesante, y puede ayudarnos a darle una perspectiva distinta a distintas situaciones que se nos presentan durante el transcurso de nuestra vida. Por ello, creo que es necesario aplicar estos acuerdos en la mediación, ya que gracias a estos, podemos acercarnos un poco más a nuestra mejor versión. Gracias a estos acuerdos, podemos empatizar un poco más con los demás, y al fin y al cabo de eso trata la mediación, empatizar con las personas, ver el problema desde un punto de vista parcial, y llegar finalmente a un acuerdo que sea satisfactorio para todas las partes, es por ello, que es necesario cuidar las palabras que se usan, no tomar los comentarios tan a pecho, no desarrollar situaciones incomodas para nosotros solo por el mero hecho de imaginarlas como algo malo y por ultimo, vivir el presente como si fuese el ultimo día.
Por todo lo anterior, creo que este texto, ayuda a comprender muy bien a qué se dedica un mediador, y es a experimentar toda serie de situaciones y saber empatizar para darle la mejor solución posible.

Fernando Martínez-Mejías dijo...

Primeramente, tras haber leído el texto sobre los toltecas, he comprobado que su cultura se basa en cuidar las relaciones con los demás y ser positivos, ya que tratan siempre de construir y ayudar y no dañar al prójimo. Esto también debemos aplicarlo en la actualidad, ya que la mediación debe basarse en el respeto, la empatía y en saber "endulzar" las palabras, con la finalidad de poder llegar a acuerdos entre las partes implicadas en un asunto, en el cual no consiguen llegar a un pacto, ya que cada parte piensa que su posición es la adecuada.

Unknown dijo...

Las características de la filosofía Tolteca representa a grandes rasgos lo que necesitan las partes para poder una mediación beneficiosa para ambas partes.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que cuando tenemos un problema, pensamos que ese problema es lo único importante, y para buscar una solución en un conflicto es necesario tener una "altura de miras" donde se vea el problema desde una perspectiva que nos ayude a comprender el por qué de la actuación de la otra parte; y para ello es importante no hacerse suposiciones sobre lo que uno cree que es el fundamento del pensamiento de la otra parte, porque puede dar cabida a la creación de nuevos conflictos que en un momento inicial no existían.
En relación con lo anterior, obviamente en la mediación es necesario tanto que las partes como el propio mediador utilicen un lenguaje correxto y preciso, ya que debido a la complejidad del lenguaje el contenido del mensaje se puede malinterpretar por la manera que se dice, por todo lo anterior la comunicación es imprescindible en la labor de mediador.

Enrique Olea Calderón

Carlota Rojo Alonso dijo...

Me ha parecido una lectura interesante, no solo para la mediación, si no, también para la psicología y la vida diaria.
Los seres humanos no tenemos en cuenta estos cuatro acuerdos a la hora de afrontar cualquier problema o situación en la vida diaria, y eso, en muchas ocasiones, nos lleva a ser más infelices. Cuando no estamos de acuerdo con algo, en lugar de pararnos a pensar por qué ha pasado o si nosotros habríamos hecho lo mismo en esa situación, tendemos a juzgar a aquello que ha hecho que esta situación aparezca.
Sin embargo, si analizásemos cada acuerdo antes de “tomarnos las cosas tan a pecho”, afrontaríamos estas situaciones de una forma más llevadera con un final mejor.
En mi opinión, fijándonos en el primer acuerdo, el lenguaje también me parece el más importante, ya que, sin este, es imposible resolver cualquier situación. El segundo, también muy importante, siempre tienes que pensar que habrías hecho tú en esa situación y así te darás cuenta de que la mayoría de las veces lo haces pensando únicamente en ti, por lo que es probable que en ese caso sea igual. Como dice el tercero, no hay que hacer suposiciones, hay que ver las cosas de la forma más realista posible, y según el cuarto acuerdo, hacer siempre lo que esté en tus manos por resolver el problema o hacer frente a la situación.

Julia Chamorro Salas dijo...

Opino que la filosofía de vida y pensamiento de los Toltecas sería perfecta para nuestra sociedad actual, pues siguiendo los pasos de los cuatro acuerdos, disminuiríamos los pensamientos negativistas, aumentaríamos la posibilidad de optimizar el uso de la mediación (si se hace de forma correcta) y dejaríamos de pensar tanto en el pasado y futuro para centrarnos en el presente, lo que es más importante.
En relación al primer acuerdo (el más relevante), es vital para la rupervivencia del ser humano. Como ya aclaré en el comentario del blog anterior, el ser humano es social por naturaleza y necesitamos del lenguaje para esa supervivencia. Además, con el buen uso de este, no solo podemos vivir en sociedad, sino que podríamos optimizar la experiencia de vida. Asimismo, el lenguaje ayuda y mejora cada ámbito de nuestras vidas, siendo la comunicación parte crucial, en este caso, de la mediación. Gracias a esta, podemos llevar de forma más amena y deseable la solución al conflicto que se nos encarte, además de utilizar el parafraseo para disminuir el daño que se pueda ocasionar.
En relación al segundo acuerdo, creo que todos seríamos más feclices si dejáramos de creernos el centro del mundo, así como empezar a pensar en las razones reales de los actos de los demás, aun no siendo compatibles con nuestras cogniciones u opiniones. No tenemos que creer en algo para poder respetarlo, por lo que, si seguimos esta regla, creo que podríamos atenuar el daño que esta creencia (ser el centro) nos ocasiona.
En cuanto al tercer punto, en mi caso, siempre digo que no hay que realizar suposiciones, ya que, en la mayoría de ocasiones, puedes hacerte daño y siempre se debería de preguntar antes de pensar cosas que pueden no ser ciertas, tal y como se explica con el ejemplo de Whatsapp. Suponer significa crear un muro donde uno se piensa ciertas cosas e imagina otras que pueden ser en realidad todo lo contrario, pudiéndose solucionar esto simplemente hablando y preguntando.
Por último, el cuarto acuerdo, hacer siempre lo máximo posible. Bien es cierto que podemos equivocarnos una y otra vez, sin embargo, es mejor confundirnos, caernos y levantarnos, a no ser capaz de decir que algún día se intentó. Mi frase estrella es: “mejor no quedarse con el , ya que siempre se quedará en la duda”.
A modo de conclusión, considero una de las mejores pautas para la vida que he leído en mucho tiempo, ya que se enfoca en la felicidad y el positivismo, intentando disminuir el daño que uno puede sufrir.

JULIA CHAMORRO SALAS, GRUPO A, SEVILLA.

Manuel Jesus Romero Lopez dijo...

Estos cuatro acuerdos también tiene un trasfondo en el ámbito de la psicología ya que en la actualidad hay personas que no saben cómo gestionar o cómo tomarse las cosas y es algo que lleva en nuestra historia desde hace muchos años. Estos cuatro acuerdos nos hace reflexionar y me gustaría que muchas personas las tuvieran en cuenta dentro de sus vidas, ya que muchas veces no son capaces de ver más allá de un conflicto y que con estos acuerdos serían personas mucho más abiertas de mente y no centrarse en el problema en cuestión y no ver solución a ello, porque si algo nos ha enseñado la historia y la filosofía es que cambiando el punto de vista, todo puede ser diferente y siempre existe una solución a todo, tanto mostrando empatía por los demás como para que sea influyente para la misma persona.

Ana de la Morena Ontalba dijo...

Desde mi punto de vista, me parece importante tener en cuenta los cuatro acuerdos que propone la filosofía Tolteca, ya que permite realizar una introspección para identificar aquellas cosas que nos atan y que nos impiden disfrutar de la vida o valorarse a uno mismo.
Considero que seguir estos aspectos, conducen a un bienestar personal al establecer mejores relaciones y mejores personas. Por ejemplo a través del lenguaje, aspecto clave en el proceso de mediación, en el que se pretende entender las diferencias que generan el conflicto entre las diferentes partes, y así poder llegar a un acuerdo equitativo. Por otro lado, evitar vivir desde el ego, con lo que las personas pueden mirar más allá y vivir mejores experiencias, lo que se relaciona en mediación en cuanto a comprender y respetar las decisiones del otro. También, destaco el aspecto de evitar hacer suposiciones, o no sacar conclusiones precipitadas, que a lo que suele llevar es al error y la preocupación. Y por último, 'hacer el máximo que puedas', como reflexión acerca de seguir adelante, aprender de los obstáculos y no salirse nunca del camino.

Maria Dolores Palacios Páez dijo...

Gracias a la filosofía a día de tanto la mediación como la filosofía gozan de cuatro acuerdos que les pueden ser de gran ayuda en su labor.
En cuanto al primer acuerdo, he de destacar que ya no solo en la mediación es importante el uso impecable de las palabras sino que en nuestro día a día, puede ayudarnos mucho en cuanto a mejorar como dirigirnos a los demás sin hacerle daño con nuestras palabras. En segundo lugar, la sabiduría tolteca habla de no tomarse a lo personal lo que hagan o digan los demás; con este acuerdo estoy completamente de acuerdo puesto que si dedicamos nuestra vida únicamente a complacer a los demás, nunca viviremos nuestra propia vida, sino la que ellos quieren que vivamos. En tercer lugar, se hace referencia a no hacer suposiciones, algo con lo que también estoy totalmente de acuerdo, ya que si en todo momento estamos suponiendo que puede pasar o que pueden decir por cualquier cosa, al fin y al cabo, tu mente no descansa y dejaras de hacer cosas que realmente te apasionan únicamente por las suposiciones que hace tu propia mente. Por último, se hace mención a dar el máximo de uno mismo en todo momento, lo cual puede ayudarte a conseguir todas las metas que te propongas, pero también puede terminar quemándote si eres la única persona que luchas por algo cuando hay más personas involucradas.

Jaime Peña Hernández (4to psicología) dijo...

La filosofía Tolteca expresa unos acuerdos los cuales, son muy extrapolables a la psicología. En nuestra profesión, es básico promover esos conceptos, para que así nuestros pacientes tengan unas herramientas que les sirvan para resolver su día a día. Por ejemplo el evitar suposiciones, enseñarle que suponer puede generarle un malestar de la nada, que puede hacer que el tome una decisión sobre algo que realmente es "imaginario", también lo asocio mucho al término de futurizar, ya que al final futurizar te evita estar en el presente, y no dar tu máximo (4to acuerdo) en tu día a día. Por lo tanto, una persona que tenga interiorizados estos acuerdos, va a facilitar mucho si el día de mañana tiene que hacer un proceso de mediación con otra persona por algún problema o situación que tengan ambas.
Jaime Peña Hernández

Mauricio Martinez dijo...

Me resulta un tema muy interesanete. Creo que es fundamental cada punto que tocan los talteca, ya que desde pedir perdón, hasta vivir el presente, son cosas que el ser humano debe tener en cuenta. Muchas veces las personas toman el perdón como una simple palabra, cuando en realidad es una demostración de arrepentimiento sobre algo, y debe ser tomado así, no se debe decir por decir.
Vivir el presente.... suena tan sencillo pero es difícil. Muchas veces estamos rememorando o queriendo cambiar cosas del pasado, o sino imaginando cosas para adelante que no son buenas y nos afectan sentimentalmente hoy, pero sin vivir ese hoy justamente. Es necesario centrarse y valorar, vivir, e ir modificando al andar, las cosas que nos tocan vivir en nuestros días.

Violeta de Dios Torres dijo...

El texto de esta semana me ha gustado mucho porque principalmente los toltecas vivieron con una filosofía digna de admirar y aplicar, ya que por desgracia en la sociedad que vivimos salimos del "huevo" con una vida predeterminada, ya se nos da por hecho que hay ciertas acciones durante nuestro ciclo vital que debemos cumplir y que si no, seremos excluidos de la burbuja y seremos raritos y fracasados. Un ejemplo claro es la universidad, en los tiempos que corren que una persona que no vaya a la universidad se vea como una persona sin futuro y que probablemente jamás tendrá éxito, es un tópico triste y denigrante; cada uno de nosotros debemos perseguir nuestros sueños y escoger el camino que pensemos que más felices nos va a hacer y no por ellos somos un intento fallido.

En relación con este argumento me gustaría destacar el cuarto acuerdo, porque a mi parecer ha sido el más interesante de todos, aunque he de destacar que el título de estos acuerdos podrían estar perfectamente escritos en las frases semanales de una agenda de "Mr.Wonderful", pero sinceramente no deben ser menos importantes. El cuarto acuerdo como iba diciendo, en mi opinión, es el que más se podría aplicar a nuestra vida diaria porque al final si no vas a por todo en esta vida, ¿a qué vas? Es curioso ver como la pereza y la desgana nos acechan diariamente pero pensándolo bien, solo tenemos una vida y si no la vivimos ahora ¿Cuándo lo haremos?, siento decir que cuando estemos bajo tierra poco podremos hacer ya. Debemos dar el 100% de nuestra vitalidad tanto a nosotros mismos como a los demás porque eso hará tener una vida más plena y feliz.

Míriam García dijo...

Me ha parecido super interesante que, desde hace tantos años, ya se hayan establecido cuatro de los pilares más fundamentales y necesarios en las relaciones interpersonales, en la mediación, en la psicología y en cada área personal del ser humano. Estos pilares pueden parecer en ocasiones "obvios", pero sin embargo, difíciles de poner en práctica.

En el primer caso: ser impecable con las palabras, creo que es de lo más difícil que en una conversación se puede llevar a cabo, ya que, en ocasiones, intentamos decir algunas cosas, que al expresarlas de determinada manera, se mal entienden y resultan dañinas sin haberlo querido.

En el segundo pilar: no tomarse nada personalmente, como ser humanos egocéntricos que creo que todos somos, es un reto muy grande. Saber separar nuestro mundo e ideas para así, poder comprender realmente el mundo y las ideas del que tenemos enfrente, sin que éste nos resulte insultante, es difícil pero completamente necesario para vivir en armonía unos con otros.

El tercer acuerdo: no hacer suposiciones, creo que igual que los anteriores es algo intrínseco del ser humano y por esto, difícil de llevar a cabo. El ser humano necesita entender todo y darle explicación a cada cosa o suceso que ocurre.

Por último, el cuarto acuerdo: hacer siempre lo máximo que puedas. Una parte de este punto me ha parecido especialmente bonito: "si diste lo máximo no podrán recriminarte nada" ya que, me ha recordado a un dicho antiguo que dice: "el que da todo lo que tiene, no esta obligado a dar más". Cuando alguien hace todo lo que puede, podrán decirle que está mejor o peor, pero nadie podrá poder en duda su máxima intención de hacer todo lo que ha estado en su mano.

A modo de conclusión, creo que los cuatro pilares están extremadamente ligados entre sí, pienso que son extremadamente necesarios en la vida del ser humano, pero también pienso que son precisamente de las 4 cosas que más debilidad muestra tener el ser humano. Esto no justifica que no debamos hacerlo, sino todo lo contrario, poner en práctica el pilar 4 e intentar sobreponer el esfuerzo sobre la debilidad y alcanzar lo máximo como persona, profesional dentro de la mediación y la psicología.

Por otro lado, son los 4 puntos que como mediador son importantísimos, ya que debemos tener en cuenta cada palabra que decimos, cómo la decimos, qué significa lo que los demás dicen en base a sus ideas previas y no a las nuestras, cómo nos hace sentir lo que los demás dicen de nosotros y debemos actuar sin rendirnos, mientras que el cliente, lo desee.

Miriam Gómez Martín dijo...

Me ha llamado mucho la atención cómo la filosofía Tolteca escoge estos cuatro valores como forma de ir más allá de nuestro propio destino y que este se encuentre en nuestras manos.

En cuanto al primer acuerdo, que hace referencia al poder de las palabras, opino que realmente podemos llegar a conseguir grandes cosas y a provocarlas en los demás solamente con el buen uso de la misma. Como ya sabemos, la principal herramienta que disponemos en mediación es el lenguaje teniendo en cuenta este tanto de forma verbal, como no verbal y es muy importante que le otorguemos la importancia que realmente tiene ya que a través de él podemos llegar a abrir horizontes.

Con relación al segundo acuerdo, considero realmente imprescindible tener en cuenta, no solo la propia realidad, sino también la que puede tener el de enfrente, ya que, como se cita en el texto, ambas pueden ser diferentes por lo que comprendiendo y respetando esta diferenciación y comprendiéndolas a ellas dejaremos de hacérnoslas implícitas.

Teniendo en cuenta el tema de las suposiciones, coincido por completo con lo citado en el texto en que es algo que irremediablemente hacemos de forma constante ante la curiosidad que ciertas cosas nos despiertan, no obstante, es una forma de vivir en una realidad que probablemente no exista.
Por otro lado, el dar siempre lo máximo que puedas es fundamental. Lo importante es el proceso y tu actitud ante el mismo llegues o no a alcanzar un resultado. Además, tenemos que vivir cada día en el presente ya que es realmente el momento en el que estamos viviendo de verdad y vivirlo dando el máximo de nosotros mismos a pesar de las dificultades, porque así es como realmente no podremos recriminarnos nada.

Cristina Alías Laguna dijo...

Bajo mi punto de vista, me ha parecido realmente interesante que este tipo de culturas, que pertenecen a años de antigüedad, piensen de esta forma cuando los seres humanos entendían el mundo de una forma totalmente diferente. Por ello, al ver estos acuerdos de la filosofía de Tolteca tan racionales y justos, veo imprescindible que se usen hoy en día tanto como para la mediación como para el resto de las áreas. Con ellos podríamos aprender a no dañar al prójimo, a respetarnos, a no asumir suposiciones y a dar el máximo de uno mismo. Asimismo, este tipo de filosofía construiría un mundo en el que el ser humano saldría beneficiado.

Andrea Lozano Ayllón dijo...

Me despierta interés y miedo a partes iguales, como algo simple se convierte en complejo y viceversa.
La filosofía que se nos plantea esta semana me ha parecido la mar de adecuada y expuesta para poder extrapolarlo, no solo al mundo de la mediación, sino también al ejercicio de la psicología.
Volviendo a la primera frase, cada acuerdo parece sencillo, en el que todos podemos estar más o menos de acuerdo, sin embargo, indagando en cada uno, llegamos al verdadero asunto, la complejidad, la unión de los acuerdos para encontrar una buena armonía y llegar a poder llegar a ese "despertar de energía".

Mcarena Llopis dijo...

Me ha gustado mucho, me ha ayudado incluso a ver una realidad que nosotros mismos escondemos. Vivimos en una sociedad en la que todo esta predeterminado y los sueños son muy parecidos e incluso imposible dependiendo de si tienes una economia u otra, de si eres de una sociedad u otra.
Los sueños son unicos y jamas son imposibles, simplemente hay que luchar por ellos, nuestra realidad en la que vivimos puede estar mas o menos encaminada a ese sueño pero para ello hay que esfozarse e intentar construir una realidad lo mas parecida posible a la que nos gustaria vivir.
solo vivimos una vez y es indignante que tengamos que vivir complaciendo a los demas y no a nosotros mismos. hay que respetar las decisiones de los demas, si yo quiero estudiar una cosa nadie puede obligarme a no hacerlo, ni puedo dejarme llevar por las opiniones de los demas. y asi con todo.
Mcararena Llopis

Magdalena Pericás Lechón dijo...

El artículo hace una curiosa refrexión sobre actitudes y pensamientos que se deberian aplicar a nuestro día a día. Tanto la medición de nuestras palabras, en especial las consecuencias que pueden llegar a desencadenar los comentarios o opiniones que tengamos sobre algún tema sin pensar en lo que puede llegar a crear. Esto tambien nos lleva al otro punto de que no podemos pensar que todo lo que ocurre y se nos dice a nuestro alrededor se ha dicho y hecho en nuestra contra, por lo que tampoco podemos llegar a suposiciones, las cuales nos encaminan al error y a equivocarnos con las ideas y las personas que nos rodean llevandonos a tomar malas deciciones. Por último, se habla de vivir en presente sin preocuparnos por vivencias pasadas como futuras, las cuales no esta en nuestra mano controlar. Estas cuatro ideas son las que las personas deberian tener en la cabeza a la hora de enfrentarse a cualquier tipo de conflicto, ya que nos hace tener las ideas más claras y no crear situaciones incomodas o erroneas por suposiciones y mal entendidos de uno mismo.

Raquel Pastor Ramos dijo...

La filosofía Tolteca y sus cuatro acuerdos son útiles, no solo para la figura de mediador, sino también para la vida cotidiana. Desde el punto de vista del mediador creo que es necesario esos cuatro pilares: Saber cómo utilizar las palabras, no tomarse nada personal, no hacer suposiciones y hacer siempre lo máximo que puedas.
En este punto, cabe destacar la importancia de la comunicación no verbal mediante la cual también expresamos muchas emociones al cliente sin darnos cuenta, poniendo en juego el tercer acuerdo "no hacer suposiciones" porque nunca podemos saber previamente la historia del cliente que nos llega pidiendo ayuda.
También podríamos comparar los 4 acuerdos con los principios de la mediación, donde podríamos puntualizar y por ende, comparar, la neutralidad, colaboración o profesionalidad.
En conclusión, creo que la utilidad de los acuerdos de esta cultura que se originó en el 850 d.C. se puede utilizar y poner en práctica en pleno siglo XXI.

Ana Pilar Benítez Melgar dijo...

Poniendo la "sabiduría Tolteca" como referente para los mediadores, me parece realmente interesante los cuatro acuerdos de los que menciona y la transcendencia que puede tener en la vida diaria de las personas. En primer lugar, menciona el poder de la palabra, como nos expresamos y lo que puede influir en las relaciones con otras personas. La palabra es la herramienta fundamental del mediador, usándola y versionándola para llegar a la libertad de los mediados. También pone en el punto de mira a la "libertad" y habla de ella en el sentido de que hay distintas realidades para cada persona (de ahí el dicho "para gustos colores, y para jardines flores"), y lo que a alguien puede encantarle, a otra no; por lo tanto no hay que tomarse las cosas a pecho ya que puedes estar en otra realidad diferente. En referencia a las suposiciones creo que es un fallo que tenemos las personas y que hacemos a diario ya que no sirven para nada; son una realidad diferente que puede que no ocurra o que no sea así y eso es hacerse un daño innecesario. El cuarto, se centra en dar el máximo de cada uno para no quedarse con la espinita. En general, creo que son acuerdos muy importantes que sirven y que guían la profesión del mediador, siendo difícil para quienes empiezan pero que pueden aprender con la experiencia.

Unknown dijo...

Tras conocer un poco sobre la filosofía Tolteca, se me viene a la cabeza cómo cambiaría el mundo y la forma de relacionarnos si por lo menos llevásemos a cabo alguno de estos 4 acuerdos.
Pero antes, destaquemos la importancia de algo que a veces se da por perdido, como es elegir y tomar las riendas de nuestro propio camino, es decir, sentirnos libres para tomar decisiones y por supuesto, fracasar en muchas de ellas. Pero es en la combinación de fallo y acierto donde construimos nuestra propia y única realidad. Esto tan maravilloso que hace el ser humano, deja de tener sentido cuando no deseamos que los demás formen parte de lo que hemos construido, y nos empeñamos en alejarlos hasta conseguirlo. Personalmente pienso que las personas podemos llegar a provocar mucho dolor con las palabras que escogemos, es por ello que considero el primer acuerdo como la base para una buena convivencia con el otro. Debemos aprender que podemos decir aquello que pensamos provocando el menos daño posible (aquí entra la libertad de la que hablaba anteriormente).
Por otro lado, me gustaría destacar la incansable manía que tenemos en creer que todo lo que nos dicen es para ofender, pero nada más lejos de la realidad. Es importante aceptar que cada cual es libre de construir su realidad como mejor la comprenda, y que no necesariamente eso tiene que ser motivo de dispuesta. Al fin y al cabo, todos estamos intentando descifrar el mundo que nos rodea.
Algo que envenena mucho a la sociedad de hoy en día es tomar el atajo de intentar adivinar qué es lo que pretende el otro con sus actos, en vez de buscar la claridad mediante el diálogo. Tengo comprobado que nos libramos de muchos malentendidos y disputas cuando escogemos el camino de la conversación.
Por último, me gustaría mencionar que hoy en día, la principal fuente de nuestra angustia reside en querer hacer más de lo que está en nuestra mano, y más importante aún, en nuestro presente. No se trata de hacer muchas cosas, sino de aquello que hacemos hacerlo con el mayor de los esfuerzos y dedicación. Para ello necesitamos dejar atrás aquello que nos frena y nos detiene en nuestro porpósito.

Maria Anguís dijo...

Las 4 pautas desglosadas según la filosofía Tolteca me parecen más que adecuadas en cualquier momento o época de la historia aún haciendo más hincapié en que al igual que el ser humano ha evolucionado en muchos aspectos, estas 4 pautas deberían de estar casi perfeccionadas y así sucesivamente acorde a todos los avances que hemos vivido y seguimos viviendo ya que estamos en una constante evolución.

Más en concreto, todas las pautas me parecen imprescindibles para poder relacionarte y tratar con el resto, pero creo que de la que más carecemos a nivel general es la de hacer suposiciones puesto que parece que “dar la cara” en un mal entendido es mucho más enrevesado y lo fácil y cómodo es dar por hecho que la responsabilidad nunca es nuestra sino del otro.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, estoy convencida de que si de verdad pudiésemos incluir en nuestro día a día estas 4 pautas, la armonía en nuestros círculos tanto cercanos con más alejados sería mucho mejor para uno mismo y para el resto como sociedad.

Miguel Álvarez Rodríguez dijo...

Lo que puedo sacar en claro de este artículo es que vivamos de forma que no nos lleguemos a arrepentir de nada en el futuro.

Esto lo aplica a los 4 acuerdos de la filosofía Tolteca. Por ejemplo, quiere que tengamos muy en cuenta el poder, la influencia que tiene la palabra, un poder que podría ser considerado como un arma de doble filo, pues puede ser tanto beneficioso y agradable, como ofensivo o negativo para la propia persona. Y que tengamos mucho cuidado con las mismas para no tener que arrepentirnos en el futuro. También se aplica al hecho de vivir cada día al máximo, de no echarnos para atrás en nuestros sueños, que no nos de miedo el tirarnos a la piscina; porque si no, nos arrepentiremos toda nuestra vida.

La totalidad del artículo es, en definitiva, un llamamiento a través del cual concienciarnos de que vidas solo hay 1 y no puede ser que la vivamos con miedo y con duda por el qué dirán. Uno tiene que velar por sí mismo, antes de velar por los demás, cuando se trata de felicidad y de no arrepentirse.

Clara Cerón Larrubia dijo...

Esta filosofía Tolteca me parece interesante y la veo con una visión distinta. Creo que en parte nos habla entre líneas de la famosa "zona de confort". Al fin y al cabo el no perseguir nuestros sueños, el no quitar esa capa de humo y no querer alcanzar lo que realmente queremos ser en la vida es quedarse estancado en una zona de confort donde sabemos lo que tenemos, sea bueno o malo pero no queremos salir de ahí porque nos da miedo lo que pueda haber detrás de esa capa de humo, es decir, el futuro, nuestro verdadero yo con nuestras verdaderas metas en la vida.

En cuanto a los cuatro acuerdos, me parecen formas bonitas de ver las relaciones interpersonales, interesantes y también difíciles.
El egoísmo es algo que prácticamente forma parte del ser humano y al final algunos de estos acuerdos se basan en pensar más en el prójimo que en ti mismo. Pero si estos acuerdos aparte de aplicarlos en la mediación, los aplicaremos a la vida en general y a nuestras relaciones sociales, seguramente estaríamos en un mundo más sano.

Ana María Pasión dijo...

Me resulta una lectura de lo más interesante, con la que no puedo estar más de acuerdo. Además de que considero que los Cuatro Acuerdos de la filosofía Tolteca recogen con exactitud los aspectos fundamentales en la mediación. Me ha perecido inspirador que, desde la mediación, y como se menciona en el presente texto, se trate de inculcar esta filosofía en los que acuden a los mediadores y que, como mediadores se lleva a cabo ese proceso de gestión de conflictos en el que se camina conjuntamente hacia el acuerdo. Todo ello, supone un trabajo arduo, que veo reflejado en los Cuatro Acuerdos, de tal manera que, desde que acuden los clientes a nosotros, se trabaje la importancia que posee el lenguaje, cuyo principal objetivo como mediadores es traducir ese lenguaje que puede resultar dañino a veces. Siguiendo el segundo acuerdo, que nos lleva tratar de comprender al otro puesto que, lo que mayormente se aprecia, es que surgen conflictos por las distintas realidades que viven las partes implicadas. Esto también va ligado con el tercer acuerdo, que consiste en el error que puede llevar a lugar las suposiciones, ya que acabamos interpretando la realidad y los hechos desde nuestra posición y en ciertas situaciones se malinterpretan los hechos, intenciones… lo que perjudica el entendimiento. A todo esto, se le añade la importancia del último acuerdo, que resulta muy relevante, dado que tal y como también vivimos en el fragmento de la película el rey león, no podemos huir del pasado, y debemos centrarnos en el presente y aprender del pasado, para poder hacer el máximo que se pueda. Estos acuerdos, resumen la importancia que tiene la mediación en el día a día, que trata de incluir esta filosofía en los usuarios que acuden a nosotros.

María Espejo Doblas dijo...

Desde mi punto de vista, este artículo quiere hacernos comprender que debemos de aprovechar cada segundo de la vida y luchar hacia nuestros sueños, sin pensar en el qué dirán, ni en cómo actuaría la sociedad.

Con respecto al primer acuerdo, “ser impecable con las palabras”, es fundamental realizar este acto, aunque no es nada fácil llevar esto a la práctica, porque hay determinadas situaciones en las cuales, podemos perder el control sobre cómo decir las cosas de forma asertiva y empática, para no dañar a la otra persona.
El segundo acuerdo, “no has de tomarte nada personalmente”, debemos de intentar ver más allá de nuestra propia realidad.
El tercer acuerdo, “no debemos hacer suposiciones”, es decir no debemos de interpretar o suponer ciertas cosas, que aún no sabemos con seguridad.
Por último, el cuarto acuerdo, “hacer siempre el máximo que puedas”, creo que resume todos los acuerdos anteriores y nos lleva la frase que he mencionado con anterioridad al iniciar este pequeño comentario; debemos de aprovechar cada segundo de la vida y luchar hacia nuestros sueños, sin pensar en el qué dirán, ni en cómo actuaría la sociedad.

Estos 4 acuerdos de la filosofía Tolteca me parecen totalmente necesarios y fundamentales en la vida del ser humano, pero lamentablemente hoy en día no se llevan a cabo. Sin embargo, si este hecho cambiase y todo el mundo los realizase en su día a día, viviríamos en un mundo mucho mejor.

Francisco de Asís Porras Benítez dijo...

En primer lugar, gracias por el comentario.

Lo 1º que se me viene a la cabeza después de haber leído las pequeñas definiciones de cada uno de los 4 pilares es que, tanto de forma separa como en su conjunto (más aun en su conjunto), son estilos de vida.

Parte el texto de la importancia de la palabra: no solo lo que se dice, si no como se dice. Define mucho a una persona el buen uso de las palabras, la empatía y perspectiva para saber qué y cómo hablar en cada momento es una habilidad envidiable.

No tomarse nada de forma personal es, desde luego, una de las mejores formas de actuar. Lo personal suele confundirnos, no es lo mismo un caso ajeno, que permite la objetividad, que un caso personal o propio, que dificulta enormemente la misma. Por nosotros y por nuestro entorno saber discernir la frontera entre lo personal y lo ajeno nos ahorrara muchos disgustos y tiempo.

No hacer suposiciones. Las suposiciones y los malentendidos van prácticamente de la mano. Si quieres saber algo pregunta, y si no preguntas no supongas. No se trata de una afirmación categórica, suponer es humano, pero es también riesgoso: suponer es asumir como real una posibilidad. No siempre nuestra suposición será correcta, otras veces sí; pero en cualquier caso si existe la posibilidad de preguntar, es sin duda la opción más sana.

Por último, habla de hacer siempre el máximo. Es muy fácil escribir esto, pero tremendamente difícil de ejecutar. Pienso que es un proceso, y que poco a poco se puede llegar a hacer ese máximo.

Me ha parecido un comentario interesante y creo que aplicar estos puntos a nuestro día a día podría cambiar nuestras vidas por completo

Ana Rivas dijo...


La filosofía Tolteca mexicana, me parece que está muy estructurada en base a sus principios, haciendo que todo aquel que la sigue sea “dueño de su destino” y no se sienta influenciado por el exterior, ya que gracias a los 4 principios básicos redactados hacen que cada uno tome sus propias decisiones sin enfrentarse a los demás, cuidando así de las relaciones con el prójimo por su lenguaje, su comprensión, la liberación de juicios y la capacidad de dar lo máximo de uno. Deberíamos aprender mucho más acerca de las culturas y el fondo humano que tienen en sus ideales, ya que, en comparación con España, son mucho más conscientes de la importancia que tiene la comunicación en la buena convivencia.

María Padilla dijo...

Tras leer la filosofía tolteca creo que se puede llegar a hacer una buena reflexión, ya que podemos extrapolarla al ahora a pesar de ser una cultura de hace años. A día de hoy, prácticamente desde que nacemos ya esta predispuesto por la sociedad del momento a ciertas cosas, muchas veces parece que somos nosotros mismo quienes elegimos pero no es así (velo de humo) porque ya nuestra familia, amiga, y cercanos nos van marcando el camino a tomar.

Por otro lado, los cuatro acuerdos me parecen de lo más certeros a la hora de la mediación, de aplicarlo a la psicología o a la vida misma. El acuerdo de la palabras me parece esencial en cualquier ámbito al que nos dediquemos porque es lo que nos abre puertas en la mediación a conseguir acuerdos, en psicología ayudar a las personas y en la vida diaria para todo lo que necesitemos. El acuerdo de no tomarse nada a personal también me parece algo esencial en la vida porque constantemente nos estamos cuestionando pensando que los demás nos cuestionan, cuando en la mayoría de caso siquiera es así, y ocurre como bien ha mencionado en el blog porque no tenemos claro quienes somos. El tercer acuerdo sería una buena solución para el día a día porque por naturaleza los seres humanos tendemos a suponer cosas y pensamos que es realidad creando así una realidad totalmente alejada de lo que era en un principio. El último acuerdo, creo que también es esencial porque muchas personas tienden a rendirse ante el mínimo esfuerzo para luego quejarse o culpar al pasado cuando lo que debían hacer en su lugar es aprender del pasado y esforzarse en el presente para así vivir al máximo, y que nunca te quedes con las dudas ni como dice el blog te recrimines nada porque tu has hecho todo lo que estaba en tu mano.

Diego Romero Otaño dijo...

La lectura me ha parecido muy interesante, empezando por la leyenda de "El Espejo Humeante", que me recuerda al mito de la caverna de Platón en su moraleja, pues vivimos en una realidad deformada en la que solo vemos las sombras o el humo, y no más allá.
Con respecto a la filosofía Tolteca y sus cuatro acuerdos, esta me parece muy acertada, y al inicio me estaba fijando en la importancia que tienen estos principios para la psicología y los útiles que pueden ser para las terapias, pero me he dado cuenta que más útil que para la terapia es útil en el día a día de cada uno. Saber usar las palabras correctas es muy importante a la hora de valorar las cosas y de hacer introspección, el entender que los demás ven las cosas desde una perspectiva o mundo diferente y por ende no dar por hecho cosas es vital para las relaciones con los demás, y por último el no rendirse tras un problema, sino que aprender de él y seguir avanzando es la clave de la evolución personal de cada uno de nosotros.

Lucía Tinajero dijo...

Me parece muy curioso los 4 acuerdos en los que se inspiran los mediadores. Podría decir que pueden ser útiles para nuestro día a día. Nos ayudaría a mejorar, a crecer y encontrarnos mejor con nosotros mismo. Como dice en el texto, tener cuidado con la palabras, en cómo transmitimos un mensaje y el vocabulario que usamos, ya que puede afectar a el que no escucha.
No suponer. A veces nos echamos mucho a la imaginación y llegamos a ser un poco retorcido, lo que nos perjudica en las relaciones con los demás y acaba afectando en nosotros mismos.
Dar siempre lo máximo de uno mismo, eso dirá mucho de nosotros a los demás y ayuda a sentirnos realizados, esa sensación que nos da un impulso de energía.
No llevarnos las cosas a lo personal, que bajo mi punto de vista puede estar relacionado en algunas ocasiones con el tercer acuerdo.

Lucía Tinajero

Pablo M de la Serna Gastón dijo...

Pablo M de la Serna Gastón

Sin duda es curioso como desde la cultura mexicana azteca se diese sentido a nuestro ser en el mundo y como interfiere este en nuestro camino, contado a través de una historia, cuento, mito, etc. Cómo desde entonces nos preguntamos dudas en cuanto a nuestras relaciones interpersonales y como estas nos pueden desviar de nuestro camino con estos "acuerdos".

Los 4 acuerdos mencionados podrían ser incluso dogmas psicológicos, el entender que estamos en un mundo de múltiples pensamientos en el que tenemos que dar suma prioridad al nuestro. Un mundo en el que el ser humano es innatamente egocentrista y busca por el bien propio (así también hallando que en este está sujeto el bien común). El no tirar la toalla y seguir andando por aquellos caminos que nos lleven a nuestros cielos (sueños).

Cuatro acuerdos dignos de ser aplicados y seguidos en nuestro día a día para alcanzar aquello en lo que soñamos.

JUAN MANUEL Martín Velasco dijo...

La filosofía Tolteca es la filosofía del que bien quiere mediar y resolver conflictos, no sólo entre individuos, sino intrapersonalmente también. Tal es así que sus cuatro acuerdos a día de hoy podrían ser métodos utilizados en terapia psicológica, la manera de hablarnos bien a nosotros y a los demás, de manera asertiva y comprensiva es la base para una gran mayoría de trastornos de la psique. Tanto servirían dichos acuerdos en consulta psicológica, abogacía u cualquier otra profesión como en la vida diaria, ya que no suponer y preguntar, escuchar, y comprender aún estando en desacuerdo es una base para el buen funcionamiento de la comunicación.

Maialen Malmierca dijo...

Si pusiéramos en práctica los cuatro simples acuerdos de vida que proponen los Tolteca, nos ayudarían a lograr una transformación en las relaciones interpersonales. Gracias a estos compromisos crearíamos nuevos hábitos que nos permitirían perseguir nuestros sueños y ser más felices con los demás, no anticipándonos a ninguna posible realidad, puesto que las opiniones nos crean estados de conciencia; estos determinan nuestros pensamientos, que al mismo tiempo se manifiestan en resultados.

La educación es un gran factor a tener en cuenta, ya que todos tenemos un sistema de creencias formado por lo que hemos aprendido, esto es, muchas de nuestras creencias actuales nos las han inculcado desde pequeños; algunas muy buenas, las cuales nos dan las herramientas y valores necesarios para sobrellevar las situaciones, y por el contrario, otras nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Para evitar esto, tendríamos que eliminar esas creencias e instalar otras nuevas, como son los cuatro acuerdos de la filosofía “Tolteca”, que nos ayudarían a vivir mejor.

Paula García-Courtoy Carmona dijo...

Al finalizar de leer el texto, me quedo con una sensación de gran curiosidad hacia dicha cultura ya que al fin y al cabo considero que nos aporta grandes cosas en nuestra manera de vivir actualmente. En concreto, enfocándolo en la carrera que estudio, psicología, considero que los 4 acuerdos son imprescindibles a la hora de desarrollar nuestra labor como profesionales. El empatizar con el otro, ponerse en su lugar sin juzgar ni sentirte juzgado, sin suposiciones, pero sí con aclaraciones basadas en una evidencia; y sobretodo, intentando hacer siempre el máximo posible. Cada uno de nosotros tenemos y debemos ser dueños de nuestro propio destino y vida e ir construyéndola en base a nuestros gustos o aficiones que más nos interesen. En el momento que esto no se cumple y son otros los que hacen esto por nosotros, perdemos nuestra propia identidad como personas. Y me gustaría finalizar mincomentario con una frase la cual considero que va muy acorde con lo previamente desarrollado y es esta… “No sueñes tu vida, vive tus sueños” porque sino lo haces tu, nadie lo hará por ti.

Silvia Dios dijo...

Este fragmento me ha parecido realmente interesante, ya que desconocía totalmente la filosofía tolteca. Desde mi punto de vista creo que necesitamos aprender estos principios y ser capaces de decidir nuestra propia realidad tomando el control de nuestra vida. Parecen sencillos, pero puede resultar complicado aplicarlos en nuestra vida, aunque pueden ayudarnos a evitar problemas de comunicación con quienes nos rodean.

Con respecto a los cuatro acuerdos que se nos plantean en el texto como son; ser impecable con el lenguaje, no tomarte nada de manera personal, no hacer suposiciones y hacer siempre lo máximo que puedas, los veo fundamentales para nuestro desarrollo personal y profesional. Siempre que tengamos alguna duda sobre cómo se nos ha trasmitido un mensaje, antes de darlo por supuesto debemos preguntar y aclarar nuestras dudas para ver si realmente lo hemos entendido bien, ya que como señala suponemos muchas cosas que en realidad no son así. En esta filosofía se puede observar que es fundamental la empatía, el ponerse en el lugar del otro, abrir tu mente a ideas nuevas y poder moldear tus ideas previas hasta encontrar un punto en común.

Además, estos acuerdos nos ayudaran a poder mediar los conflictos que nos vayan apareciendo a lo largo de nuestra vida.

Laura Rodríguez Gómez dijo...

Los cuatro principios de la filosofía Tolteca son muy interesantes, ya que mediante estos se construye una base de mediación justa.
En mi opinión, los cuatros principios son super importantes, pero a mi concretamente me llama la atención dos de ellos; el tercer acuerdo (no hacer suposiciones) y el cuatro acuerdo (hacer el máximo que puedas).
El tercer acuerdo, es una de las bases más importantes para el tema de mediación y de la vida diaria, ya que todos los ciudadanos nos dejamos llevar por el instinto y por las primeras impresiones de las personas y esto sesga a las relaciones.
Por último, el cuarto acuerdo, el cual trata de dar lo máximo que puedas. Esto lo englobaría en la vida en general, ya que las personas son las encargadas y las motivadas para el cambio y tienen que esforzarse para ello.

Francisca María Marchal Gallardo dijo...

Me ha parecido un texto muy interesante y que a mi modo de ver, no solo son valores importantes en mediación, sino que son valores importantes en muchas disciplinas y que pueden estar estrechamente relacionados con la psicología.

La filosofía Tolteca me ha transmitido como eran los cuarto principios o valores más importantes tanto en un mediador como en una persona que es mediada por un tercero, ya que estos son básicos a la hora de que un proceso de mediación salga a la perfección.

En concreto, me ha llamado mucho la atención el primer y último principio de mencionada sabiduría, ya que el primero y relacionándolo con la terapia en psicología o con una sesión de mediación, este puede llevar a un paciente a irse de tu consulta con un "problema" más grande o incluso puede llegar a hacer que este no vuelva más a la misma. En la vida cotidiana, este primer principio es la base de las relaciones más intimas de amistad o de la pertenencia a un grupo concreto, ya que la manera de tratarnos o relacionarnos verbalmente nos hace quedarnos con las personas que nos hacen más agradable nuestra existencia y no con las que nos hacen daño, aunque en este caso mencionado el daño sea verbal.
En cuanto al cuarto principio, y que para mi no es menos importante que el anteriormente mencionado, este me parece vital para la autorrealización de las personas, ya que si nosotros mismos nos ponemos límites, nunca podremos ver más allá de ellos, y por lo tanto, nosotros mismos nos estaríamos poniendo barreras infranqueables que no seríamos capaces de sobrepasar ni de ver más del alrededor.

En mi caso en concreto, soy de esas personas que piensan que las palabras pueden hacer que la persona que tienes enfrente sobreviva un día más o pueda morir en el instante, y me parecen el arma más importante que poseemos los seres humanos, y por lo tanto, hay que saber usarlo.

Francisca María Marchal Gallardo

Manuel Ciccotti dijo...

Como el artículo sobre la cultura del encuentro, así como el de la fisolofía "UBUNTU", también este articulo nos permite abrir un poco más los ojos sobre el hecho, que vivir juntos tiene que ser un trabajo fundamental y al mismo tiempo espectacular, sino también pensar que la tecnica y la filosofía teolteca nos dá un poco de seguridad más. Descubrir esos principios, me ayudó mucho sobre el modo de ver todo eso. En mi opinión son principios que podemos utilizar en la vida diaria para relacionarnos mejor con las personas importantes en nuestra vida. Creo que seguir esos principios, nos ayudaría muchísimo, para poder escuchar, utilizar el lenguaje en manera correcta, no hacer suposiciones e intentarlo todo, que a veces son cosas que no siempre nos quedamos ahí pensando en como actuar y lo hacemos y ya.
De hecho, también en la mediación, como ya lo habíamos visto, la empatia es todo. Empatizar con el otro y entender lo que está pasando, sin hacerlo sentir culpable de algo o totalmente raro, sin hacer suposiciones, es algo imprescindible en la relación con los demas, y de consecuencia, con el otro en general, primero a nosotros mismos.
La cosa que más me encantó de esta filosofia, es el enfoque sobre la cooperación y la lealtad.

Manuel Ciccotti

Rafael Civico Ibañez dijo...

Tras la lectura del blog, me ha resultado especialmente llamativo que algunos de los principios y valores de civilizaciones tan antiguas como la Tolteca tengan unas aplicaciones tan útiles en una civilización moderna como la que vivimos, la cual imagino poco tiene que ver con la que se vivía en aquellos días.
Esta afirmación se debe a que cada uno de los cuatro principios en los que se ha resumido la filosofía de esta civilización mexicana me resultan sumamente importantes tanto en el tema tratado, la mediación, como para el propio crecimiento personal de cada individuo, ayudando a cada persona a perseguir sus sueños a través de decisiones que las hagan ser dueñas del camino que guía su destino y no víctimas de el.
Por último, resaltar los valores que evidencian los cuatro principios expuestos a nivel de mediación, los cuales se encuadran siempre dentro de una esfera de empatía y solidaridad con el prójimo, intentando entender los motivos que le llevan a tomar ciertas decisiones, aunque no se compartan.

Paloma Castilla dijo...

Las bases de la filosofía Tolteca me han sorprendido enormemente ya que considero que deberían ser los principios mínimos que toda persona debería tener para entender cómo es realmente la comunicación. El lenguaje que utilizamos tiene el poder de cambiar realidades, por otra parte es necesario recalcar que la mayoría de veces las personas interpretan el lenguaje en base a las experiencias previas propias, de esta manera es de vital importancia preguntar y contrastar esa percepción de la realidad. Al tener aprendidos estos acuerdos es posible mejorar la comunicación y con ello llegar a acuerdos de manera más fácil. A su vez la falta de conocimiento de estos acuerdos explican explican la dificultad de escuchar sin hacer juicios y con ello terminar convirtiéndonos en una egocéntrica y marcadamente individualista. Esto se debe a que la mayoría de las personas no conocen ( y yo hasta hace poco) el poder que tiene la palabra, la interpretación, la experiencia previa y la resiliencia.

Paula Gil dijo...

La filosofía Tolteca me ha resultado muy interesante y me ha hecho reflexionar sobre cómo afrontar retos del día a día sin miedo al fracaso, si no, siendo consciente de que soy persona que puede cometer errores y que puede aprender de ellos.
En primer lugar, estoy totalmente de acuerdo en que el lenguaje es una de las herramientas más potentes que tiene el hombre. No solo para comunicarnos con otras personas, también para hacer que una persona confíe en nosotros, se sienta escuchado y comprendido, etc. En el ámbito de la mediación, a la hora de negociar en un conflicto, el mediador debe de cuidar el lenguaje para que las diferentes partes confíen en él.
Por otro lado, el ser conscientes de que cada persona tiene una realidad diferente a la tuya es crucial para poder entender que no hay uno bueno y otro malo, sino que cada uno ve la vida desde otra perspectiva, por ello, en los conflictos deberíamos de conocer la realidad de la otra persona, y no guiarnos solo por nuestra visión de la vida.
Si nos hacemos conscientes de todo ello, podemos ver que múltiples veces nos hemos equivocado, y nos equivocaremos en el futuro, sin embargo, el perdón es fundamental para crecer y no estancarnos, y así asumir que somos personas y que todos cometemos errores. De este modo podremos enfrentarnos a la vida sin miedo al fracaso.

Paula Gil dijo...

La filosofía Tolteca me ha resultado muy interesante y me ha hecho reflexionar sobre cómo afrontar retos del día a día sin miedo al fracaso, si no, siendo consciente de que soy persona que puede cometer errores y que puede aprender de ellos.
En primer lugar, estoy totalmente de acuerdo en que el lenguaje es una de las herramientas más potentes que tiene el hombre. No solo para comunicarnos con otras personas, también para hacer que una persona confíe en nosotros, se sienta escuchado y comprendido, etc. En el ámbito de la mediación, a la hora de negociar en un conflicto, el mediador debe de cuidar el lenguaje para que las diferentes partes confíen en él.
Por otro lado, el ser conscientes de que cada persona tiene una realidad diferente a la tuya es crucial para poder entender que no hay uno bueno y otro malo, sino que cada uno ve la vida desde otra perspectiva, por ello, en los conflictos deberíamos de conocer la realidad de la otra persona, y no guiarnos solo por nuestra visión de la vida.
Si nos hacemos conscientes de todo ello, podemos ver que múltiples veces nos hemos equivocado, y nos equivocaremos en el futuro, sin embargo, el perdón es fundamental para crecer y no estancarnos, y así asumir que somos personas y que todos cometemos errores. De este modo podremos enfrentarnos a la vida sin miedo al fracaso.

Alejandro dijo...




Tras leer los cuatro acuerdos de la filosofía Tolteca me gustaría destacar la importancia de su aplicación en la mediación de conflictos y la necesidad de que los cuatros estén interiorizados en nuestra sociedad con el objetivo de mejorar nuestras relaciones y poder utilizarnos en acuerdos más sanos. Respecto al primer acuerdo, cabe destacar la importancia del lenguaje, que se dice y como se dice ya que con la palabra podemos dañar a otra persona. En cuanto al segundo acuerdo, es fundamental no tomarse las cosas como un ataque ya que en determinadas ocasiones podemos interpretar el comentario de alguna persona como un ataque personal cuando en realidad, para nada es así. En tercer lugar, en relación con el acuerdo anterior, en muchas ocasiones interpretamos una realidad que se aleja bastante de la realidad real, lo que nos provoca una falsa suposición provocándonos malestar. Finalmente, el último acuerdo recalca la importancia de dar la mejor versión de uno mismo.
Como conclusión, me ha parecido un comentario interesante y útil ya que si aplicamos estos puntos mejoraría nuestra vida considerablemente.

Unknown dijo...

El fin de todo mediador es tratar de sentar a dos o más partes que se encuentran envueltos por una disputa de la que no saben cómo salir. Esto, en muchos casos, lleva a mal entendidos, a la creencia de que el otro nos está haciendo la vida imposible, al pensar que como el otro no da el brazo a torcer yo tampoco, etc. generando una agresividad en la manera de relacionarse entre las partes que hace totalmente imposible una conversación de calidad que vaya más allá de insultarse y echarse cosas en cara.
Con esta reflexión, podemos llegar a la conclusión de que, verdaderamente, estas cuatro pautas que supone como primordiales, son realmente las principales causas por las que se dan los conflictos. Suponemos de más, pensamos que el otro actúa con el fin de hacernos la vida imposible, no medimos las palabras con las que nos dirigimos al otro ni damos lo mejor o lo máximo para tratar de que el problema se resuelva por que sentimos que el otro tampoco lo hace.
Sabiendo reconocer estos errores, son los mediadores aquellas figuras ocupadas de, mediante la correcta comunicación, hacer ver la verdadera situación de las partes para que esos pensamientos negativos, ese humo que niebla, se aclare en forma de empatía y dialogo por el cual llegar a un acuerdo lo más equilibrado posible.

David Garrido León 4ºPSI dijo...

Tras la lectura de este post, ha llamado muchísimo mi atención como una cultura tan antigua, tenia unos acuerdos tan sólidos y a la vez tan congruentes. Me fascina la capacidad de poder utilizar en tiempos tan antiguos estas herramientas filosóficas tan poderosas donde se fomenta la empatía, la asertividad, la coherencia y el optimismo, siendo así uno de los recursos más fundamentales en nuestros días para ponerlo en práctica tanto para la resolución de un conflicto, como para nuestras relaciones interpersonales del día a día con la familia, pareja o amigos. Dentro de estos acuerdos de la filosofía “tolteca”, me resulta muy interesante el tercer acuerdo, ya que me parece de gran sabiduría por parte de esta cultura dar importancia a las suposiciones, ya que nos llevan a distorsionar una realidad objetiva de la situación, y generar conflictos en base a nuestra percepción del mundo, y a su misma vez resaltar la gran relación que tiene con el primer acuerdo, ya que bajo mi punto de vista, un perfecto uso del lenguaje donde destaque la claridad y la asertividad, hace que exista una mejora las suposiciones de forma positiva, siendo la combinación de estos dos acuerdos una buena herramienta para evitar el conflicto o en su defecto solucionarlo.

Marta Lázaro dijo...

Tras haber leído el comentario de esta semana, me sigue llamando mucho la atención, de la mejor manera posible, como culturas tan antiguas como la Tolteca siguen influyendo en nuestro día a día y sirven como pautas de actuación para mejorar nuestro entorno. Como todas las semanas, estos comentarios me hacen reflexionar sobre cómo se debería orientar el camino hacia una buena mediación y su consecuente resultado o acuerdo. Esta semana, hemos puesto la atención en la importancia de tus palabras, actitudes frente a lo que se vaya a acordar, como debemos entender las realidades e cada uno y, por último, la importancia de ser la mejor versión de uno mismo. Las palabras, como bien dice el texto, son una de las herramientas más importantes que tiene una persona. En la mediación, como no podía ser de otra forma, estas serán determinantes para lograr aquello que buscamos o que las partes buscan. Otro aspecto que me parece muy destacable de esta filosofía es en relación al segundo acuerdo. Debemos aprender a escuchar, empatizar o intentar vivir la situación del otro sin que, en ningún caso, nos lo tomemos como algo personal. Los mediadores debemos tener muy claro en nuestra mente que el acuerdo es por y para las partes, nosotros solamente les ayudamos en el camino de lograrlo, pero no es nuestro acuerdo. Ahí la importancia de tener que permanecer imparciales en cierto modo.

María Dolores Rodríguez Serrano dijo...

Los cuatro acuerdos de la filosofía Tolteca me han llevado a reflexionar varios aspectos, no únicamente relacionados con el mundo de la mediación (que también sería aplicable), sino para cualquier ámbito de nuestra vida.
Para exponer mi opinión, me atrevería a contradecir algo que expresa el autor, Javier Alés, en el blog: Ser impecable con las palabras es el acuerdo más importante. Desde mi punto de vista, el acuerdo más importante no sería el primero, sino el cuarto: Hacer siempre el máximo que puedas.
En mi opinión, dar lo mejor de nosotros mismos, equivocarnos y levantarnos, es el acuerdo que hace realidad los tres anteriores. Si damos el máximo con nuestros actos, procuraremos ser impecable con nuestras palabras, pues cuidaremos nuestro lenguaje mucho más que si no damos el 100% de nosotros. Esto también se puede aplicar al segundo acuerdo, nada lo podemos tomar personalmente. En mi opinión, si estamos enfocados en trabajar en nosotros, en avanzar aunque nos equivoquemos, nuestra atención no va a estar dirigida hacia las opiniones de los demás, sino que focalizaremos nuestros esfuerzos en mejorar cada vez más nosotros mismos y descubriremos quiénes realmente somos. Por último y unido al punto anterior, vamos a vivir una realidad sin suposiciones cuando, en vez de pensar en qué debería o no debería estar haciendo, o pasando, o pensando el otro; estamos centrados en nosotros mismos, en nuestros objetivos y tras reflexionar cuál es realmente nuestra realidad como seres humanos y nuestro destino.
Realmente pienso que esta filosofía es aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida y vuelvo a resaltar el que, personalmente, es el acuerdo más valioso. Da el máximo de tí mismo, busca tus propios objetivos y metas, atreviéndome a decir que así conseguirás cumplir los otros tres acuerdos anteriores.

Alba Fernández Pino dijo...

Personalmente, los cuatro acuerdos tradicionales propuestos por la filosofía Tolteca me parecen realmente interesantes, aunque, en algunas circunstancias, puede ser difícil llevarlos a cabo.
En primer lugar, el acuerdo que hace referencia al lenguaje es, para mí, el más importante. Dado que el lenguaje oral es la base de las relaciones interpersonales y el principal medio para comunicarse con los demás (recientemente, debido a los avances en tecnología, el lenguaje escrito también), es de vital importancia cuidar qué y cómo se dice. Cuando algo se nombra, se empieza a tener en cuenta, es entonces cuando comienza su existencia. Asimismo, el lenguaje no solo crea una realidad, sino que también puede modificarla. Es por esto que el lenguaje cobra prioridad en los conflictos, pues depende de la forma en la que te dirijas a alguien puedes provocar unos sentimientos u otros, cambiando su estado de ánimo o creando en él nuevos sentimientos. Sin embargo, no es fácil entender siempre lo que otra persona quiere decir. Vivimos influenciados por nuestros esquemas mentales y nuestras propias vivencias, incluso por nuestros “malos días”, que pueden hacer que se cree un malentendido en la comunicación, emborronando el buen clima de una conversación. Esto no es más que la nube de humo que menciona esta cultura y que, de cara a la mediación y a las relaciones cotidianas, se debería tener en cuenta.
En segundo lugar, el acuerdo “no tomarse nada personalmente”, es para mí el más complicado. Al fin y al cabo, cada persona es para sí misma el centro de su universo, sintiéndose atacada en muchas ocasiones sin razón alguna. Cierto es que si nos apartásemos de este centro y cogiéramos perspectiva todo sería más fácil.
En tercer lugar, las suposiciones son comunes entre las personas, haciéndonos caer en falsas atribuciones y creando una realidad que no es verdadera. Por ello, enlazando con el primer acuerdo, se debería de hacer un buen uso del lenguaje y comunicar, de forma asertiva, esta suposición y que la otra persona tenga la oportunidad de corregirla, previniendo así un posible conflicto.
Por último, dar siempre lo máximo de ti no es posible. Somos seres humanos y, en ocasiones, nuestra vida diaria nos hace difícil estar, como se suele decir, al 100%.

Alba Fernández Pino

Paula González Muñoz dijo...

El texto comienza planteando, lo que podría ser, un pequeño debate entre determinismo ambiental y libre albedrío. En un principio, es el contexto el que nos exige encaminar nuestra vida de cierta forma pero que, sin embargo, tenemos el poder de quitar ese “humo” y, finalmente, reconducir nuestra vida. Esto no es tarea fácil. La filosofía Totelca plantea cuatro acuerdos para lograr esto, a partir de los cuales expondré los aspectos más interesantes a mi parecer, así como una pequeña reflexión al respecto.
En primer lugar, se hace mención al concepto de reformular, “traducir” la información que nos viene. A mi juicio, esto podría compararse con un colador, mediante el cual eliminamos el contenido irrelevante e hiriente que interfiere entre ambas partes para seleccionar lo verdaderamente importante. Podríamos afirmar entonces que el mediador elimina el humo y allana el camino.
Como segundo acuerdo, se realza el concepto de las interpretaciones personales, así como la importancia de ser conscientes de su existencia. Es inevitable que toda la información que nos llega las pasemos por nuestro propio filtro personal, en el cual actúan nuestras cogniciones, valores, experiencias, etc. Dicho de otra forma, todo lo que veamos siempre será a través de nuestros ojos y, para bien o para mal, nos ayudará a formar nuestra propia realidad y, por ende, a actuar conforme a ella.
Suponer implica anticipar consecuencias de un acto conforme a nuestro criterio, a nuestra realidad, lo que, en cierto modo, trae el futuro al momento presente. Supongo que este fenómeno nos dará una falsa ilusión de control, pues muchas veces creemos que anticipando las cosas, podemos manejarlas mejor, cuando eso no es siempre así. Si va a pasar algo malo, pasará, pero… ¿para qué sufrirlo dos veces? Es innegable que anticipar debe tener una base evolutiva, pero debemos saber poner límites. Debemos vivir la realidad, no la realidad alternativa que nuestro cerebro diseña, en muchas ocasiones, sin fundamentos.
Finalmente, citando textualmente, “Si diste lo máximo no podrás recriminarte nada”. No hay nada más reconfortante, a mi parecer, que la tranquilidad, la sensación de tener la conciencia en calma y saber que hiciste todo lo que estaba en tu mano para lograr algo, aunque no se pudiese alcanzar. Sin embargo, si nos quedamos a medias, siempre nos rondará un pensamiento acerca de lo que pudo haber sido o haber pasado. Y el pasado se queda atrás, tanto para bien como para mal, así como las oportunidades que nos van surgiendo a la vida. Debemos mirar hacia delante, pero no podemos negar que una conciencia tranquila nunca viene mal a la hora de hacer frente al presente y al futuro.
Por todo esto, es de destacar la importancia de estos cuatro acuerdos en la mediación, dotar a los mediados de estas herramientas para quitarse el “humo” y dirigir su vida.

Eva Lozano Pizá dijo...

La filosofía Tolteca, desde mi punto de vista, es un claro sinónimo de la conocida “inteligencia emocional”, en la que reconoces tanto tus emociones, como las de los demás; favoreciendo así las relaciones interpersonales. Siguiendo en esta línea, considero que esta filosofía no solo debe ser tratada en las mediaciones de conflictos, sino que debería ser llevada a la práctica en nuestro día a día.
Las personas nos enfrentamos continuamente a conflictos/desacuerdos (de diversa severidad), en los que considero que, si se tuviesen en mente los 4 acuerdos de la filosofía Tolteca, serían mucho más fáciles de resolver. Debido a que, son unos aspectos fundamentales para tener en cuenta en cualquier ámbito existente, resaltando la mediación. La empatía es necesaria para que las personas involucradas en el conflicto valoren las diferentes perspectivas que se tiene sobre un mismo problema. Tampoco debemos juzgar, hacer suposiciones, ni dar nada por sentado, porque esto nos llevaría a desarrollar prejuicios en torno a la otra persona, llevando el conflicto a un proceso de declive.
Hay que tener el otro en la mente, y, sobre todo, a uno mismo. Debemos tener en cuenta nuestro pasado, pero no para refugiarnos; si tenemos que dar un paso atrás, lo damos, pero que sea siempre para darnos impulso hacia delante.
El mediador debe conocer y llevar a la práctica los 4 acuerdos, puesto que es nuestro trabajo aclarar los malentendidos, parafrasear, hacerles ver otras perspectivas y que consigan, por encima de todo, el anhelado acuerdo.

Álvaro Tamayo Martín dijo...

En mi opinión, la filosofía "Tolteca" no ha de ser únicamente adoptada por mediadores o psicólogos, sino por todo el mundo en general. Pese a que vivimos en un sueño, tenemos que soñar despiertos, y ser los principales responsables de la construcción de nuestro destino. Para ello, ser impecable con las palabras, o no ser prejuicioso / presuponer nada , no tomarse nada personalmente o dar el máximo de uno mismo son pilares sobre los que debe apoyarse nuestro bastión. Toda la sociedad se une entre sí por la comunicación, por lo que hay que darle un valor enorme a este proceso que permite que conectemos los seres humanos entre sí. Por ello, cuidarlo conlleva a saber usar el lenguaje tanto en situaciones cómodas como en conflictos o discusiones. La ética y el respeto tienen que imperar en cada una de las situaciones que nos envuelven en el día a día.

pauladesantaana dijo...

Tal y como se comenta en este post en varias ocasiones, la filosofía Tolteca proporciona numerosas ventajas a la hora de mediar los conflictos. Comenzando por la gran importancia que le da al papel de las palabras y de la comunicación en general, es evidente que las partes deben usarlas para expresar cuál es el problema, pero también los mediadores, tal y como hemos visto en clase, pueden usar otras palabras para sosegar o transmitir las cosas de formas más calmadas.
Continuando por el segundo acuerdo, el hecho de tener en cuenta que tu misma realidad no tiene por qué ser la realidad de otra persona, facilita esa empatía tan necesaria en el proceso de la mediación. Invita a comprender la otra parte, aunque no coincidamos, pero al menos, conocer de dónde vienen.
El tercer acuerdo, a mi parecer, está bastante ligado con el primero, en el sentido en que vuelve a darle énfasis a la comunicación. Se refiere a no dejar espacio para que la otra parte interprete, ya que ahí es donde surgen la mayoría de las confusiones, sino que se deben de expresar las inquietudes o molestias abiertamente, para poder tratarlas, asegurando así que, con todos lo puntos tratados, el acuerdo al que se llegue pueda ser duradero, sin necesidad de que resurjan elementos no tratados a la superficie.
Por último, el último de los acuerdos da pie a cometer errores, pero nunca abandonar, lo cual, en la mediación, avoca a seguir adelante, a no rendirse ante la visión de que no parece que las dos partes vayan a ponerse de acuerdo, sino ahondar hasta donde sea posible.

Juliane Henrich dijo...

A mí, la “sabiduría toleca” me parece como una herramienta muy útil en la mediación y resolución de conflictos. Lo que a mí me llama mucho la atención es el segundo acuerdo de no tomar nada personalmente.

Muchas veces, cuando dos o más partidos están en conflicto, solamente ven su punto de vista e interpretan muchas situaciones de valor neutro o ambiguo, cómo si fuese un ataque personal hacia ellos. Si ellos se liberan de esto, entenderán que no son el centro del mundo y así verán que no todo es un ataque hacia ellos o tiene mala intención, pueden ver situaciones con potencial conflictivo de manera más tranquila. En general, ser consciente de su propia percepción de un conflicto o de todas las interacciones sirve para evitar tener sesgos y comunicar de manera más precisa y eficaz.

Jimena de Madariaga Brujó dijo...

Tras “viajar a México y conocer la filosofía Tolteca”, me gustaría destacar que es fácil vivir en una realidad ajena a nosotros, vivir a través del espejo con humo que no nos deja ver el reflejo de lo que hay en este. Divagar y soñar sobre nuestro futuro, puede ser un arma de doble filo debido a que podemos sumergirnos en una realidad que no es la nuestra e incluso, en una realidad que no nos corresponde. De la mano de los cuatro acuerdos, podemos llegar a poner los pies “sobre tierra”. Por otro lado, considero que, siguiendo los cuatro acuerdos de la filosofía Tolteca, podríamos considerar ser buenos mediadores. Ser impecable con las palabras puede ser algo, en diferentes situaciones, complicado. Mientras mantenemos conversaciones, no somos puramente conscientes de todo lo que estamos diciendo con nuestro lenguaje, ya sea verbal o corporal, y controlar esto es una tarea que deberíamos de practicar para llegar a ser un buen profesional, ya que puede ser que se mal interprete algún comentario. De la mano de la malinterpretación, puede ser que derrumbemos los dos siguientes acuerdos de esta filosofía; se puede dar que, tanto nosotros como nuestro cliente, sienta algo personal, o se de una suposición errónea de algo que no es. Las malinterpretaciones y los fallos en la comunicación son el primer eslabón en los conflictos. Por último, dando siempre el máximo y añado, personalmente, lo mejor de uno mismo, podremos conseguir que estos dos eslabones previos, no tengan lugar, y así evitar un conflicto.

Andrea Cañero Gil dijo...

Filosofía “Tolteca” una curiosa forma ancestral de contemplar la vida.

El primero de los acuerdos de la filosofía tolteca, “ser impecable con las palabras” está muy relacionado con el trabajo de la mediación. Las palabras, la empatía y la asertividad, son la herramienta de trabajo principal de los mediadores. Su uso tiene un gran poder. El segundo acuerdo, no tomar nada personalmente, es muy fácil de decir, pero no tanto en la práctica de aplicarlo a la vida personal. Y el tercer y cuarto, no hacer suposiciones y dar siempre el máximo de uno mismo, son unos principios básicos que debe aplicar todo el mundo en su vida personal, especialmente las personas que trabaja cara al público.

Es cierto que en muchas ocasionas, nos dejamos llevar por los cánones establecidos de lo que la sociedad considera normal y coherente, para una persona de determinada edad y género. Tememos salirnos de esas líneas marcadas como normativas, ya bien sea por la sociedad, amigos y/o familiares, por temor a ser diferentes y decepcionar en ese camino ya marcado. Sin embargo, como bien contempla la leyenda del “Espejo Humeante”, ese humo que nos impide ver, son los cánones y expectativas que los demás depositan en nosotros, y nos resulta más complicado centrar la atención en nuestro sueños y realidad personal.

Andrea Cañero Gil

Carlos Torres Marín dijo...

Desde mi punto de vista, la filosofía "perenne" de pueblos ricos en cultura y no occidentalizados, ofrecen valiosas lecciones no solo en un campo específico como la mediación; sino a cualquiera que quiera abrirse a una realidad más amplia y llena de valores morales.
El texto me ha recordado a la obra maestra de Pedro Calderón apodada, curiosamente, "La vida es un sueño", en la que diferentes protagonistas con posiciones sociales muy dispares, disciernen que la realidad material no es la real.
Sin embargo, podemos hacerlo real.
Solo con un énfasis en el otro, desinteresado, y con verdadero amor por aprender y escuchar, lograremos avanzar como profesionales, como sociedad y sobre todo, como personas; que es lo más importante.
Lo del lenguaje es muy relevante. No solo son caracteres ni letras en un espacio físico. Es lo que comunicamos no verbalmente, y la emoción que subyace cuando lo usamos.

Álvaro Rodríguez dijo...

Esta visión de los Toltecas, predican una filosofía que busca establecer pautas (con ayuda de las cuatro normas) para unas relaciones sanas, no es más que una parte imprescindible de la mediación. Esto queda reflejado por el establecimiento de unas normas previas, que ayudaran a los participantes de un conflicto, propiciando un clima de diálogo. La primera norma hace referencia al conocimiento del poder que tienen las palabras que utilizamos, tanto para hacer daño como para concesiones. En segundo lugar, aconseja el "no tomarse nada personal¨ que no es más que medir el daño que pueden provocarnos ciertas acciones que realmente no van dirigidas a nosotros. Por otro lado, crean una tercera norma y desde mi punto de vista, la más complicada de trabajar ya que hacer suposiciones de nuestro alrededor es una acción casi habitual en cada uno de nosotros. Por último, dar lo mejor de ti. Esta última regla se basa en la simplicidad de esforzarte y poner tu mejor intención en todo lo que haces, pero a veces las cosas más simples son las que más cuestan.

Helena Doncel dijo...

Me ha parecido muy interesante el texto y como los Cuatro Acuerdos de la filosofía Tolteca rebozan de sabiduría y de enseñanzas. Comprendiendo en cuatro códigos como es la mejor forma para vivir adecuadamente.
El primer acuerdo “Ser impecable con las palabras”, engloba la idea de la honestidad con las palabras, desde mi punto de vista. La palabra tiene mucho poder en nuestro día a día y puede marcar de una forma positiva o negativa a las personas con las que nos dirigimos. Por esto, es importante la comunicación entre ambas personas y como se cita en el texto, mucho más importantes para los mediados ya que las palabras abren las puertas al acuerdo en los conflictos.
El segundo acuerdo “No has de tomarte nada personalmente”, es algo muy cotidiano en nuestras vidas. Cada uno de nosotros tiene una realidad del mundo, por lo tanto, cuando una persona se refiere a nosotros, carece de realidad respecto a uno mismo porque nos habla desde su realidad. Es por esto, que debemos ser respetuosos con sus realidades para poder llegar a acuerdos sociales.
De acuerdo con el tercer acuerdo “No hagas suposiciones”, es uno de los más importantes desde mi punto de vista ya que si no somos capaces de comunicarnos de una forma clara o asertiva, podemos llegar al conflicto a través de las suposiciones.
Por último, el cuarto acuerdo “Hacer siempre el máximo que puedas”, desde mi punto de vista se basa en que debemos de vivir el día a día, es decir, el presente. Siendo un punto importante el esfuerzo y que puedes equivocarte, pero nunca abandonar. Debemos de poner todo de nuestro parte en cualquier cosa que hagamos en nuestra vida, siendo cada vez mejores.

Blanca Jiménez de la Piedra dijo...

La "Sabiduría Tolteca".

Tras la lectura de la leyenda "El espejo Humeante" y los acuerdos de esta filosofía para lograr una mayor comprensión de la mediación, considero destacar varios aspectos que han llamado mi atención.
En dicha leyenda, el humo representa aquel sueño en el que vivimos y el cual no elegimos. Esto, hace una clara referencia a nuestro sentido de vida en la actualidad, "vivimos sumergidos en un sueño permanente". Existe una gran necesidad de lograr crear nuestra propia realidad, la que nosotros deseamos. Es por esto, que la filosofía Tolteca nos facilita varios acuerdos para llegar a ello:

1. Ser impecable con las palabras. Respecto a esta afirmación, opino que los seres humanos conseguimos todo aquello que necesitamos y queremos a través del lenguaje, el lenguaje es completamente esencial. Debemos ser capaces de expresarnos correcta y sinceramente, de saber utilizar ese recurso como algo crucial para poder avanzar.
2. No has de tomarte nada personalmente. Erramos mucho entre nosotros por cometer el fallo que se dicta en este segundo acuerdo. A menudo, las personas pensamos que todo lo que sucede a nuestro al rededor está relacionado con nosotros mismos, que se hace con intención de recompensarnos o castigarnos. Lo que no tenemos en cuenta, es que cada persona comete sus acciones por voluntad e interés propio. Es por ello que debemos construir nuestras opiniones con el respeto como base, siendo conscientes de que tenemos distintas realidades y debemos comprender las realidades de cada uno.
3. No hagas suposiciones. Es de gran significancia cuestionar todo aquello que no conozcamos a la perfección, pues si lo dejamos pasar, haremos suposiciones y seguramente asumamos realidades que no tienen por qué serlo.
4. Hacer siempre el máximo que puedas. Pienso que la constancia es la clave del éxito, que es mejor equivocarse que nunca llegar a intentarlo. No debemos abandonar, teniendo siempre presente que vivimos en el "hoy", para construir un futuro adecuado.

Poniendo en relación la mediación con lo anteriormente comentado, puedo decir que estos cuatro aspectos de la filosofía Tolteca reflejan de manera clara la labor de un buen mediador. Los mediadores son constructores del destino, y para ello deben establecer un acuerdo en el presente. Es esencial la conciencia de las partes involucradas, la toma de decisiones y la transformación que se lleve a cabo.

Clara Morales dijo...

En los referente a la filosofía tolteca y sus cuatro acuerdos: me parece muy interesante la manera en la que culturas tan antiguas tuviesen una forma más civilizada y humana de interactuar con los otros y con su interior.
El primer acuerdo es crucial, tanto para la mediación, porque, como dice el blog, es su herramienta de trabajo, como para el día a día de todos. Todos y cada uno de nosotros hemos hecho daño a alguien a consecuencia de las palabras que hemos empleado para hablar de ciertos temas, al igual que nos lo han hecho a nosotros. Es por esto, la importancia de medir las palabras, no somos conscientes del pasado de esa persona, las dificultades a las que se enfrenta en su vida o si ese día se siente peor y cualquier cosa puede hacerle estallar. Tenemos que tener más empatía y ser más cuidadosos cuando interactuamos con otras personas, así además se disminuirán los conflictos en gran medida.
Por otro lado, el segundo acuerdo es muy típico del mundo occidental. Todos nos sentimos el centro del mundo y esto acarrea muchas consecuencias con respecto a las relaciones con los demás. Debemos entender que cada uno toma las decisiones de su vida en base a sus propios intereses, por lo que si estas decisiones han afectado de alguna manera a un ámbito de tu vida como individuo, ha sido un ¨daño colateral¨ y en ningún caso se ha tomado esa decisión con el fin de afectarte a ti.
Con respecto al tercer acuerdo, la fuerza de suponer es muy fuerte. Yo, personalmente, en mi vida diaria y en mis relaciones personales intento siempre poner como base la comunicación. Me parece un aspecto crucial de cualquier interacción humana, debido a que cada uno tiene sus perspectivas y sus propias formas de ver las cosas debemos explicar cómo nosotros vemos el mundo y también escuchar a los demás para no caer en errores y dar por hecho pensamientos que pueden hacerte o hacerle a la otra persona daño o crear dudas e inseguridades.
Por último, el cuarto acuerdo nos habla de la importancia de dar el máximo de nuestro potencial para todo en la vida para evitar los arrepentimientos y los lamentos. Opino que es relevante esforzarnos al 100% cuando algo realmente nos importa, porque sea en el ámbito que sea nada lo podemos garantizar. Por lo que cuando hacemos todo lo posible para no perder algo o para intentar dejar huella o hacerlo bien, nos ayuda a estar más en paz con nosotros mismos.

María Varela Pavón dijo...

La filosofía Tolteca nos aporta una visión de la vida muy peculiar en la que podríamos basarnos para numerosas disciplinas, una de ellas y principalmente, la mediación. Cabe resaltar la metáfora del espejo de humo, donde esa fina línea que separa el “yo” del espejo, separa lo que soñamos y lo que soy. Es bonito pensar que esa separación no es un gran muro grueso imposible de atravesar, sino una fina línea de humo, al alcance de nuestros dedos. Esta perspectiva propone la posibilidad de alcanzar aquello que te propongas, que la distancia entre lo que sueñas y lo que eres no es abismal.

Por otro lado, es esencial la perspectiva del primer acuerdo; las palabras crean realidades y son nuestra herramienta para servir al prójimo, para ayudar. Hacer la pregunta correcta, observar un tono de voz concreto para una frase, puede contarnos más de esa persona de lo que creemos. La palabra es la base de la psicología y de la mediación, además del saber escuchar esas palabras. El segundo acuerdo es fundamental para aprender a comprender que nuestra visión no es la única, no somos el centro del universo, hay más personas con circunstancias y familias diferentes, y por lo tanto otra manera de ver el mundo. Es por esto que no debemos tomarnos todas las opiniones o juicios a lo personal, sino tal y como dice el blog; respetar y comprender. El tercer acuerdo me llama la atención especialmente, pues habla de la espontaneidad de la pregunta, la facilidad de quitarse inquietudes por hacer suposiciones de cualquier aspecto o tema concreto. Es mejor preguntar que hacer suposiciones que contaminan nuestros días. Y por último, hacer lo máximo posible en nuestras vidas, vivir el presente sabiendo dejar atrás el pasado, porque si lo hicimos en el pasado, será porque en ese momento éramos así, y teníamos esa percepción del mundo y dimos nuestro máximo. De esta manera, al saber vivir en el presente y practicando el último acuerdo, aunaremos los tres anteriores.
Estos cuatro acuerdos son fundamentales para la mediación; la palabra, respetar al otro, preguntar antes que hacer suposiciones de quiénes tienes delante, y dar el máximo.

Pablo Flores López dijo...

Es curioso que un pueblo que existió hace tantos cientos de años, nos de una lección de filosofía de vida y valores. Esto nos puede llevar a pensar que, ¿realmente estamos evolucionando? Vivimos en una rueda constante de estímulos que nos dificultan el poder parar y tratar de tomar distintas perspectivas de lo que esta ocurriendo, constantemente estos requieren una interpretación y un significado por nuestra parte, lo que nos mantiene ocupados durante todo el día. De forma que muchas veces no somos capaces de salir de nuestra rueda, a lo que correspondería con nuestro sueño para la filosofía Tolteca, dejar la mente en blanco, y verla desde fuera, para saber si al menos cumplimos alguno de los 4 acuerdos, y en ese caso poder autoaplicarnoslos a nuestra vida.

Andrea Carreras dijo...


La filosofía tolteca la considero como el consejo que todo ser humano debe saber a la hora de adentrarse en la vida, es una filosofía pura, ética, justa y humana de la que se debería de aprender y quién de verdad la emprenda es de admirar. Los cuatro acuerdos reflejan madurez diría yo. Hay que ser consciente de nuestras palabras, sobretodo de cómo expresamos lo que queremos decir, para que te entiendan y para tú entender debes de ser muy claro y cauto con estas. A la hora de recibir información no hay que prejuzgar y debemos de intentar comprender la realidad de los otros quitando ese velo de primeras impresiones y sensaciones que llevamos consigo cuando tratamos al otro. Y sin duda alguna lo que hagas hazlo sin hacer daño o haciendo el mínimo posible, para así crear un beneficio mutuo, un acuerdo donde las dos partes puedan sentirse en paz. Para finalizar he de admitir que es admirable esta la filosofía, de la cual como ya he indicado en el principio de mi comentario, deberíamos de emplearla en nuestras vidas para así poder progresar como personas y construir un mundo mejor.

Alejandra Pérez Guerra dijo...

Este artículo me parece enriquecedor para aplicarlo tanto a la mediación como a la vida diaria de todos nosotros, ya que nos explica cómo vivimos en nuestro diario con un “velo” que nos sesga o que nos hace ignorar todas las oportunidades que podemos aprovechar para cambiar el rumbo de nuestras vidas hacia donde nosotros mismos queramos conducirla.
En cada acuerdo se resaltan reglas básicas que muchas veces no cumplimos en la vida real para evitar conflictos y conseguir llegar a acuerdos satisfactorios para ambos enfrentados, ya que con estos cuatro acuerdos podemos llegar a ser mejores personas y como mediadores, es básico practicar y enseñar esto a nuestros clientes para que alcancen la máxima expresión de sí mismos ante cualquier conflicto.

Carmen Gutiérrez dijo...


En este post se habla sobre cuáles son los cuatro caracteres o virtudes importantes que debemos aplicar en nuestro día a día según la filosofía Tolteca. Pudiendo alcanzar según mi parecer, ser una persona escéptica, que al final creo que es lo que se trata qué deberíamos lograr ser para ser buenos mediadores. Realizando dicha mediación con calma y de forma neutral.
Siendo impecables con las palabras se pretende mantener el respeto entre las partes en las que se está mediando, no tomándose nada personalmente, para que con dicha neutralidad se pueda alcanzar un acuerdo donde ambas partes sean beneficiadas y/o lo menos perjudicadas. Mientras que la predisposición de hacer siempre lo máximo que podamos, nos permitiría llegar a un punto común, a una solución real que sea ventajosa para todos los miembros de un determinado conflicto. Dejando a un lado las posibles suposiciones personales que solemos realizar y que nos tergiversan completamente la realidad.

Bárbara Jimena Grosso dijo...

El pensamiento de la cultura Tolteca me ha resultado demasiado real y necesario para culaquier cultura actual. La aplicación y utilidad que estos cuatros acuerdos tienen en el mundo del mediador es incuestionable; sin embargo, creo que va más allá, que son acuerdos que resultan importantes para cualquier persona.

Estos acuerdos de la filosofía Tolteca son pensamientos muy básicos que, a su vez, son los que habitualmente más nos cuesta llevar a cabo. Vivimos con la palabra y la mayoría de nuestras relaciones son gracias a ella, pero no somos conscientes de la importancia que esta puede llegar a tener. Como bien decía el artículo, en el mundo de los mediadores, es su herramienta de trabajo y gracias a ella pueden transformar la realidad de varias personas. De igual manera ocurre con el resto de acuerdos, como la habitual costumbre que tenemos de creernos el centro del mundo o de suponer ciertas cosas de alguien opinando desde nuestra propia experiencia, sin ser esta igual a la de la otra persona. Como bien manifiesta esta filosofía de pensamiento debemos respetar y comprender, a pesar de no compartir opinión así como preguntar aquello de lo que no tenemos una información segura, la suposición no debería ser una opción. En relación con el cuarto acuerdo, hay una frase que me ha gustado mucho: "si diste lo máximo no podrás recriminarte nada". Es verdad que hay veces que las cosas no salen como queremos, pero si tenemos la tranquilidad de haber dado el esfuerzo máximo, podremos afrontarlo de una manera más beneficiosa.

Finalmente, considero que la filosofía Tolteca es aplicable a cualquier sociedad, población o cultura y que además, sería muy útil hacer uso de ella de manera comprometida.

Marta Barco dijo...

La lectura de este artículo me ha parecido muy enriquecedora. Podría ser muy interesante empezar a tener en cuenta ciertos aspectos que defiende la filosofía Tolteca para solucionar ciertos conflictos de la vida diaria; quizás algunos de ellos se reducirían o tendrían más fácil solución teniendo en cuenta dicha filosofía, y basándonos en estas cuatro ideas que defiende.
En primer lugar, el lenguaje es un aspecto fundamental a la hora de mediar o intentar solucionar un problema; debemos intentar usarlo de una manera adecuada, y utilizarlo como una herramienta que nos facilita a una solución común. En segundo lugar, el respeto hacia la otra persona debe tenerse en cuenta, puesto que a pesar de las discrepancias que pueden existir, se debe respetar a la otra persona en todo momento. En tercer lugar, debemos evitar hacer suposiciones de lo creemos que las otras personas piensan o sienten en lo que nos dicen, puesto que en muchas ocasiones podemos equivocarnos; bastaría con usar la palabra y preguntar para asegurarnos de que nuestra suposición es correcta o no. Y, en último lugar, debemos intentar dar todo de nosotros en todo momento.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos quizás podamos lograr mediar de una manera más efectiva y menos dañina para cualquiera de las partes.
- Marta Barco

Paula Cabello Saludes dijo...

El tema que se trata en el post es un tema bastante profundo y que hace reflexionar al lector sobre lo interiorizado que tenemos que la sociedad es la que guía y marca los sueños y las reglas que las personas debemos seguir en nuestra vida. Cómo si todo estuviese preestablecido y prescrito, siguiendo todos un mismo patrón sin tener la libertad para elegir y soñar. ¿Hasta que punto tenemos las riendas de nuestra vida? Pues yo creo que no todo el mundo, por distintas circunstancias y factores, tiene esa “suerte”. Es aquí donde entra la rebeldía. Esta puede ser vista como un concepto negativo, pero es la que nos aporta la libertad, lo más valioso para el ser humano. La liberta es la que nos ayuda a construir y transformar nuestro destino y, por consiguiente, a crecer y desarrollarnos como personas.

Llama la atención como los cuatro acuerdos que plantea la filosofía Tolteca tienen similitudes con la filosofía de “vive y deja vivir” y se pueden aplicar a la mediación Los acuerdos promueven el compromiso y el respeto con nosotros mismos y el prójimo, pero, enfocada al desarrollo y construcción de nuestro destino/camino en la vida. Esto nos puede servir en la mediación como pasos para conseguir un buen resultado en un conflicto, entendiendo a la otra parte del conflicto, aunque no se comparta la misma visión.

Rafa Solis dijo...


Como bien hemos visto en los 4 acuerdos que se nos presentan en este artículo sobre la filosofía Tolteca, estos nos inspiran a los mediadores a que construyamos nuestro propio destino, y no seamos víctimas de él por vivir una vida la cual es construida por la propia sociedad y el entorno en el que vivimos, pudiendo ser libres y así elegir el camino que verdaderamente queremos como persona en nuestras vidas. Si aplicáramos estos cuatro acuerdos a nuestras vidas, y afrontáramos los problemas y los conflictos que surjan basándonos en ellos; respetando a los demás, sin crear suposiciones, siendo conscientes del poder de las palabras, no tomándonos las cosas de manera personal y dando lo mejor de nosotros mismos, seríamos capaces de entendernos mucho mejor entre nosotros y así crear una sociedad en armonía y más estable. Estos cuatro principios son ideales para una mediación, ya que nos dan la capacidad de escuchar, entender, comprender, respetar y nos facilita el proceso de resolución del determinado conflicto.

María Belén Pérez Pedrajas dijo...

Me resulta de gran relevancia la filosofía Tolteca para la mediación, ya que estos acuerdos formar parte de un conjunto de buenas conductas para actuar y vivir en armonía con uno mismo y con los demás.
Como en el caso del primer acuerdo; sé impecable con tus palabras, es de gran importancia dentro de la resolución de un conflicto, puesto que el beneficio de esta filosofía es el de una comunicación fluida, relaciones más abiertas de confianza, y la posibilidad de expresar cada uno sus vivencias dentro de un clima de seguridad y respeto.
El segundo acuerdo también tiene un gran efecto en la mediación, ya que, el no tomarse nada como personal conlleva un beneficio, la ganancia de tiempo y energía perdida en conflictos de ego.
Llevándolo al ámbito del conflicto, el tercer acuerdo muestra la importancia de no hacer suposiciones, ya que implica un pensamiento limitante el asumir el saber lo que otras personas piensan sobre ti.
Y por último, el cuarto acuerdo y no menos importante, tiene gran relación con la mediación de un conflicto, puesto que para finalmente conseguir esa resolución, hay que hacer siempre lo máximo que uno pueda, ya que no se puede lograr nunca un objetivo siendo perezosos.

Pablo Sánchez Pineda dijo...

Me ha parecido bastante interesante el comentario de esta semana. Concuerdo bastante con la teoría de que vivimos en un sueño, es decir, no somos dueños de la dirección que toma nuestra barca, sino que navegamos de forma automática conforme nos lleva la marea; Considero que conseguir una plena consciencia acerca de esto, librándonos de prejuicios, creencias, pensamientos u opiniones condicionadas, etcétera, es una de las mejores y más vitales hazañas que un ser humano puede conseguir. Es por esto que pienso en los acuerdos toltecas que nos cuenta el doctor Miguel Ruiz, como una buena herramienta para despertar y tomar consciencia en nuestra vida, y por consecuencia, tener un mejor control a la hora de comprender y ejecutar los procesos mediativos.

BÁRBARA ALARCÓN MEDINA dijo...

La filosofía Tolteca nos muestra 4 acuerdos fundamentales que todo mediador ha de seguir. Lo cierto es que, como norma general, damos por sentado que esos 4 acuerdos los vamos a utilizar en el día a día, sin embargo, la vida presenta situaciones (como los conflictos) en los que, por ser humanos, vamos a saltarnos esos acuerdos. Es imposible no tomarse nada a pecho o suponer ciertas ideas y tomarlas como "la verdad única". Es por ello que los mediadores como profesionales deben utilizar esta filosofía como las normas básicas de su trabajo, ellos han recibido la formación y saben cómo hay que actuar, qué técnicas utilizar y cuándo. Cuando dos personas están en un proceso de mediación es posible que en ciertas ocasiones no sepan entenderse entre ellos o decirse comentarios dañinos (como bien dice el texto, las palabras son armas de doble filo). Si, no sólo los mediadores, todas las personas intentaremos utilizar la filosofía Tolteca, la mayoría de nuestras interacciones no acabarían en conflicto. Es por ello que es fundamental en el día a día de todo ser humano.

Yvonne Barrero González dijo...

Me ha resultado una lectura bastante interesante y al mismo tiempo, una lectura esencial que podría hacer las vidas de las personas más sencillas y felices.
Normalmente, cuando nos encontramos en nuestra vida diaria con situaciones difíciles, no solemos aplicar estos cuatro acuerdos, lo que, en muchas ocasiones, nos lleva a percibir y evaluar los problemas que se nos anteponen, como “peores” de lo que realmente son. Si, por el contrario, analizáramos las mismas situaciones teniendo en cuenta cada acuerdo, estas pasarían a ser más llevaderas y probablemente tendrían una mejor resolución.
Por otro lado, me parece fundamental, prestar atención al vocabulario que empleamos y la forma en la que transmitimos un mensaje, lo cual parece más sencillo de lo que realmente es. Este punto es esencial no solo como mediador, sino también para cualquier otro aspecto de la vida, ya que las personas que nos escuchan resultan afectadas tanto positiva como negativamente.
Sin duda alguna, los cuatro acuerdos vistos en la lectura son dignos de aplicar en nuestro día a día, ya que de esta forma alcanzaríamos una vida de mayor calidad y tranquilidad.

Marta Sánchez Arnaiz dijo...

Estas cuatro pautas creo que son atemporales, ya que actualmente son igual de necesarias que antes para poder llegar a acuerdos, entendernos y respetarnos.
Habla de la importancia de las palabras elegidas, ya que es en gran parte nuestra forma de comunicarnos. Esto puede hacer tanto bien como ser dañino para las otras personas, por eso es importante cuidar y medir lo que decimos.
El segundo acuerdo habla de no tomarse las cosas personalmente, ya que dice más de la otra persona que de ti mismo.
No hacer suposiciones es el tercer acuerdo, cuando asumimos suposiciones falsas nos hacemos daño y nos ensimismamos en ellas, pero la solución de salir de dudas es siempre preguntar y usar la palabra.
Y por último, hacer siempre el máximo que puedas, es importante no rendirse nunca y de esta manera nunca tendrás remordimiento de lo que podría haber pasado y no pasó.

Marta Balonga dijo...

Esta filosofía me parece muy positivista, la sociedad no tiene en cuenta los cuatro acuerdos que nombra en este texto para afrontar aquellos retos diarios y por ello me parece interesante poder conocer más sobre la filosofía Tolteca. Me ha sorprendido el poder que puede llegar a tener la comunicación y las palabras, justo algo esencial en el oficio de la mediación, ya que hay que tener un especial cuidado y tacto en aquello que se comunica para que el proceso de la mediación se lleve a cabo con éxito. Algo que me ha sorprendido de este tema es el interés que pone en el compromiso que es necesario tener para poder no solo conseguir las metas que queramos marcar sino para gestionar de forma exitosa lo que nos hemos propuesto.

Saraarroyotic@gmail.com dijo...

Considero muy acertado el mensaje que este post ha querido transmitir. Resaltaría la importancia del uso del lenguaje, puesto que nosotros como futuros mediadores debemos de comprender como este moldea las relaciones. Me resulta imprescindible enseñar su correcto uso a cualquier persona que se encuentre en conflicto con otra. Al fin y al cabo, no se trata de buscar culpables y hacer sentir mal a la otra parte, sino de escuchar, entender las demás perspectivas y encontrar una solución.

Por otro lado, me he sentido identificada con la siguiente frase: "Vivimos sumergidos por tanto en un sueño permanente, en el que no nos cuestionamos los caminos que elegimos". Por mi propia experiencia, puedo afirmar que cuando cierras una puerta en la vida se te abren tres nuevas. Quizás no debemos aferrarnos a lo que nos viene preescrito y creemos que debemos seguir. Hay más caminos y pueden ser incluso más acertados.

Guadalupe del Junco Ollero dijo...

Resulta certero basarnos en esta filosofía a la hora de exponernos ante una situación que requiera de los beneficios de la mediación. Sus cuatro claves son muy acertadas y extrapolables a cualquier situación que nos toque vivir, ya sea en el ámbito profesional o personal. Me ha llamado la atención que la filosofía destaque la importancia del no suponer y el daño que acarrea el guiarnos por las libres interpretaciones que fluyen en nuestra mente y que en numerosas ocasiones se ven influidas por la negatividad. De la lectura del artículo me llevo la reflexión de la importancia del saber escuchar, abandonar el ego que nos rige en situaciones tensas o conflictivas y la importancia de las preguntas cuya finalidad sea indagar y clarificar la naturaleza del asunto.

Gloria Díaz Moriilo dijo...

Estos cuatro acuerdos sirven de gran ayuda para la mediación, ya que sirven de inspiración para que los mediadores empleen esta filosofía en los mediados y así poder fortalecerles para que sean quienes realmente son.
Pero además de ser fundamental para la mediación, también es necesario para el día a día de la persona. Como bien nos ha enseñado el pueblo totelca tenemos que quitarnos ese “velo de humo” que no nos permite ni ver ni elegir la realidad que queremos vivir.
Esto sería posible, a través del lenguaje, como bien dice el primer acuerdo, abriéndonos un nuevo camino a través de las palabras. No llevándonos las cosas a lo personal, sino comprendiendo a los demás, entendiendo las distintas realidades que cada uno tiene y respetando, como hace referencia en el segundo acuerdo. Sin hacer suposiciones, ya que si suponemos no nos quitaremos el velo. Por ello, para crecer como personas y como el tercer acuerdo cuenta, debemos preguntarnos sobre lo que nos inquieta, para crear nuestra realidad. Y por último, hacer siempre lo máximo que se pueda. En el cuarto acuerdo nos enseña que equivocarnos esta bien, pero que nunca debemos renunciar, aprendiendo del pasado.

Anónimo dijo...

Tras la lectura del artículo tan solo puedo señalar la importancia de todo aquello que menciona puesto que me parece que no pierde detalle. En primer lugar, respecto al poder del lenguaje y la palabra, históricamente se ha visto como esta sirve para oprimir a unos y empoderar a otros, denigrar y ensalzar, por lo que algo tan cotidiano como el lenguaje nos puede polarizar o unir. En este caso, ahí es donde entra el trabajo del mediador, que pretende limar las palabras ásperas para que, en vez de sentirse lanza, se sienta como un pequeño toque de atención que dé pie a la escucha de las necesidades del otro, que nos permita ceder y conceder.

En cuanto al segundo acuerdo, me parece que acierta de lleno, ya que muchas veces tenemos que mirar las circunstancias del otro antes de juzgar sus actos, de manera que, aunque sus circunstancias no los justifiquen, sí pueden explicarlos. Además, es necesario entender que la realidad no es tan solo una, sino que esta se basa en percepciones, y que por tanto, cada uno goza o sufre la suya propia, siendo esto necesario que lo entiendan las partes en una mediación para que se puedan comprender, aún sin compartir la postura del otro.

Respecto al tercer acuerdo, creo que va implícito en lo anterior, de manera que, no porque yo perciba la realidad de una forma determinada, el resto del mundo también lo hará, por lo que necesitaré cuestionarme todo aquello que no solo implique mi percepción. Además, debemos tener en cuenta la facilidad de que los malentendidos tengan lugar, porque los significados, aunque se negocian, difieren para cada persona al igual que cada uno le da importancia a unas cosas diferentes que el resto, teniendo el deber de mostrárselo así a las partes de una mediación.

Por último, en relación con el cuarto acuerdo, creo que es muy importante tenerlo presente, entender el error como parte del intento, como una oportunidad para crecer, entendiendo el presente como lo único que tenemos y aquello que debemos aprovechar al máximo. Así debemos hacer que lo vean todos aquellos involucrados en la mediación, entendiendo el pasado como aprendizaje y no como reproche, y el presente como una oportunidad de acuerdo para generar un futuro mejor.

María Calleja Delgado.

Nuria Angulo Luque dijo...

Las cuatro pautas que se explican en este artículo las considero necesarias para sobrellevar el respeto, el alcance de las metas y retos así como para la buena comunicación cuando se menciona la elección de las palabras.
Me ha resultado muy interesante cuando al principio nombra la importancia del propio horizonte de cada uno entre la realidad y los sueños de cada uno.
Pienso que a parte de ser necesaria esta filosofía para la mediación debería ser necesaria también para mejorar la vida en sociedad.

Juan Pablo Fassanello dijo...

Creo fuertemente que estos 4 acuerdos de la filosofía Tolteca, creados o pensados mejor dicho hace cientos de años, siguen siendo útiles para una sociedad tan diferente como la es la de hoy en día. Con unos puntos de vista un tanto estoicos, creo estar más identificado con el acuerdo 2, en el que no hay que tomarse nada a pecho. Es el que, en mi opinión, lleva a vivir una vida más tranquila, cada uno vive la vida en torno a la realidad de cada uno, y es una práctica muy fascinante estar de acuerdo con alguien en que no estamos de acuerdo. Cada uno tiene su visión de la vida y punto, no tenemos que llevarnos mal por eso. Y eso creo que en el fondo es un pilar de la mediación, intentar la paz entre dos personas que no están de acuerdo, pero que están dispuestas a dejar su ego de lado para poder intentar llegar a una solución que sea gratificante para ambas partes.

Darla Coronel dijo...

Esta reflexión sobre la “sabiduría tolteca” me ha parecido increíble. El descubrir que alrededor del mundo existen leyendas con valiosas enseñanzas que pueden ser aplicadas a todos los ámbitos de la vida, en este caso en la mediación. A lo largo de estas clases he entendido que la mediación es un arte y que los mediadores deben aprender a ser artistas, ya que crean un espacio donde sea posible el encuentro y buscan la forma de que las personas lleguen a acuerdos más sanos y tomen las riendas de sus vidas, dejando de lado su papel de víctima ante un conflicto.
Dentro de los acuerdos que plantea la filosofía Tolteca, considero que el más interesante y a la vez el más difícil de conseguir, con nosotros mismos y en la mediación, es el de no tomarte nada personalmente, ya que, ante un conflicto, usualmente las personas tienden a sentirse atacadas y a tomarse todo de forma personal, por lo que optan por una actitud defensiva que impide el encuentro, por ello, se debe aprender a aceptar que nada de lo que hacen los demás es por ti, sino que es por ellos mismos.

Patricia Beltrán Martínez dijo...

Me resulta bastante llamativa la idea que se transmite al principio del texto, puesto que invita a la reflexión sobre si lo que hacemos y queremos, es fruto de nuestra propia voluntad o está determinado por lo que la sociedad espera de nosotros. Es cierto, que somos seres sociales que necesitan de normas comunes y por tanto, respeto, para poder convivir en paz con todos y con uno mismo. Justo esto es lo que sostiene la filosofía Tolteca, el equilibrio entre el respeto y compresión a los demás y la armonía individual. Esta filosofía sostiene que para la existencia de la paz interna, primero debemos estar en paz con las personas que nos rodean. Para conseguir esto último, la filosofía Tolteca argumenta tres acuerdos principales: el primero de ellos indica respeto siendo impecable con nuestras palabras, cuidando el lenguaje, ya que, según como lo utilicemos, éste puede ser un arma o un confortable cobijo. El segundo acuerdo, trata de que no debemos tomarnos las acciones y palabras de otros de forma personal; curiosamente, este acuerdo me recuerda a la metáfora del espejo, en la que cada persona refleja sus inseguridades y nos afectan nuestras heridas, no las palabras que la otra persona diga. Por último, el acuerdo tres sobre no hacer suposiciones, ya que cada persona ha tenido experiencias diferentes a las nuestras y la mayoría de las veces, tan solo un pequeño porcentaje de lo que queremos decir llega correctamente a receptor.
Finalmente el cuarto y último acuerdo hace referencia al bienestar interno, al último paso para lograr estar bien con uno mismo: haz siempre lo máximo que puedas. Desde luego que se trata de una frase bastante motivadora, pues nos enseña que no deberíamos rendirnos sin haberlo intentado varias veces. Igualmente, no se trata de una rendición si se buscan alternativas.

Ludovica Grella dijo...

Creo que hay mucho que aprender de los antiguos y sobre todo, cada pueblo tiene lecciones que impartirnos a todos. Y este es el caso de la filosofía tolteca. el lenguaje, fruto de la unión de las palabras, es el arma más poderosa de que dispone el hombre y, por desgracia, no tiene límite. de hecho, muy a menudo, es precisamente con las palabras que tendemos a traicionar, herir y burlarnos; El daño causado por esto quedará para siempre como una marca imborrable en el alma de la... "víctima". Es cierto, nadie está en el centro de la galaxia, por lo que debemos aprender e ignorar algunas palabras y continuar nuestros días como si nada hubiera pasado. Las palabras son armas de doble filo ya que pueden herir pero sanar. todo depende de cómo se usen. un buen punto de partida pueden ser los cuatro acuerdos

Ludovica Grella dijo...

Creo que hay mucho que aprender de los antiguos y sobre todo, cada pueblo tiene lecciones que impartirnos a todos. Y este es el caso de la filosofía tolteca. el lenguaje, fruto de la unión de las palabras, es el arma más poderosa de que dispone el hombre y, por desgracia, no tiene límite. de hecho, muy a menudo, es precisamente con las palabras que tendemos a traicionar, herir y burlarnos; El daño causado por esto quedará para siempre como una marca imborrable en el alma de la... "víctima". Es cierto, nadie está en el centro de la galaxia, por lo que debemos aprender e ignorar algunas palabras y continuar nuestros días como si nada hubiera pasado. Las palabras son armas de doble filo ya que pueden herir pero sanar. todo depende de cómo se usen. un buen punto de partida pueden ser los cuatro acuerdos

Ángela Mulet Oses dijo...

Me ha parecido muy interesante conocer la sabiduría tolteca y sus cuatro acuerdos ya que es la primera vez que oigo hablar de ella. Alguno de los acuerdos me han resultado algo familiar y pienso que son tan válidos para aplicarlos en una mediación, como en la vida misma. Ya que a veces vivimos una vida que se nos ha impuesto y no la que queremos escoger. Estos cuatro acuerdos pienso que sirven de gran ayuda para recomenzar con lo que deseas realmente. O bien a la hora de mediar con cualquier problema, estos cuatro acuerdos me ayudan a entender la esencia de cómo se puede ayudar realmente a quien tenemos en frente y empatizar para darle la solución que mejor se adapte a sus necesidades.

Ángela Mulet Oses.

Maria Font dijo...

Primero me parece super interesante cuando dice “**Vivimos sumergidos por tanto en un sueño permanente, en el que no nos cuestionamos los caminos que elegimos**, sino que nos vienen dados por nuestras relaciones y la realidad que vivimos.” Dejándome que pensar acerca de las decisiones que tomo al dia dia, tratando de ser mas consiente de mis sueños y mi realidad para tener mejor control de lo que realmente quiero.

Por el otro lado al ver los Cuatro Acuerdo de la filosofía Tolteca, me doy cuenta que una vez mas podemos aprender muchísimo de sociedades diferentes. Aprender a ser consiente en todo sentido por ejemplo, con nuestras palabras, nuestros gestos, tonos ect. Saber cuando usarlo y cuando no, aprender a no hablar por hablar. También aprendemos a ser humildes, y saber lo pequeños que somos dentro de un universo tan grande. Saber que fuera de tu burbuja hay miles de vidas diferentes, con situaciones diferentes donde caben opiniones diferentes, todas igual de validas. Otro acuerdo que se menciona aquí me parece muy importante y lastimosamente la mayoria no lo seguimos. El asumir puede ser muy peligroso ya que te haces una opinion o hasta tomas decisiones erróneas a base de algo que no te has tomado la molestia de preguntarle a la otra persona. Se ven muchos casos donde amistades o relaciones se pierden por que los dos asumieron cosas diferentes pero nunca se comunicaron para confirmar las sospechas que existían. Como profesional también me parece extremadamente importante no suponer nada ya que si no confirmas con tu cliente no vas a poder asistirle de la manera que este esperaba. Y por ultimo el cuarto acuerdo me parece muy bonito ya que resume lo que deberíamos de estar haciendo todos los dias, estar presentes en nuestras vidas y dar todo para ayudarte a ti mismo y a los demas.

En resumen me parece crucial que aprendamos a ser personas consientes y aprender tomar desiciones que cumplan con los cuatro acuerdos para poder vivir mejor en sociedad.

Santiago Cano Garrido dijo...

Tremendamente interesante la sabiduría y la filosofía tolteca, totalmente desconocida para mí anteriormente.
Los principios o acuerdos expuestos podrían ser, transcritos al lenguaje cultural actual, la base de muchas áreas de la mediación e incluso de la psicología, especialmente el tercero y su reflexión subyacente sobre la realidad que vive cada individuo.

Marina Moyano Muñoz dijo...

Soy muy partidaria del primer acuerdo, el medir las palabras que decimos desde la experiencia personal lo veo algo totalmente indispensable actualmente. Creo que hoy en día es muy importante la forma en la que expresamos algo, debido a que el contrario puede malinterpretar tus intenciones, esta base de conflictos que generan los malentendidos esta siendo potenciada por las nuevas tecnologías. Las redes sociales hacen que leamos un comentario, sin previa explicación, sin escuchar la entonación e incluso sin apreciar las expresiones fáciles del transmisor. Provocando que el receptor interprete muchas expresiones de diferente forma. Pudiendo así herir a quien recibe el mensaje. Todo esto suponiendo que las intenciones del transmisor son buenas, ya que también puede darse que de verdad el uso del lenguaje lo esté utilizando de forma dañina, por tanto, creo que es muy importante la precaución que se debe tener a la hora de expresar nuestras opiniones, ya que puede agravar un conflicto complicando así la mediación.
Enlazando los dos siguientes puntos, como son las suposiciones y no tomarte nada a lo personal, mantengo que los nuevos avances tecnológicos son potenciadores natos de crear conflictos a raíz de estos puntos. Todo lo que escribimos o publicamos en redes en la actualidad son posibles creaciones de conflictos por suposiciones de terceros y por ofensas al pensar que la publicación tenía una segunda intención.
Los 4 acuerdos mencionados son clave en la mediación, ya que si se tiene cuidado y precaución con ellos resultarían menos conflictos en la actualidad.

Lydia Mª Sabariego Carmona dijo...

Me ha gustado mucho conocer los cuatro acuerdos de esta cultura de México, ya que la veo muy correcta para afrontar mi día a día, y dar lo mejor de mí, tanto em palabras como en actos. Los acuerdos mencionados son:
El primer acuerdo, que es el más importante, ya que tiene se centra en la importancia que tiene el lenguaje, y el daño que se puede causar con ello. Esto es muy importante en mediación, ya que es muy importante saber qué se pregunta, cómo se pregunta, y lo que causamos preguntando y hablando con las personas. Hay que tener claro que el lenguaje es muy importante en este ámbito.
El segundo acuerdo nos habla de que no hay que tomarse las cosas personalmente, ya que no somos el centro de nada, y lo que dicen las personas son por ellas mismas y su manera de entender el mundo, no para atacarnos a nosotros. En mediación es muy importante este acuerdo también, ya que ayuda a llegar a un acuerdo entre ambas partes demandantes, a través de el conocimiento de la realidad de cada una de ellas.
El tercer acuerdo trata de no hacer suposiciones, y esto es algo fundamental en la vida, ya que estamos acostumbrados a asumir y a “dar por hecho” algunas cosas, en vez de preguntar cuando nos queden dudas sobre alguna conversación o hablar con esa persona y solucionar algún problema. En Mediación es muy necesario porque ambas personas que acuden a la consultan dan por hecho cosas que no son verdad, o tienen malentendidos que después se van acumulando y se crea un problema más grande. Tenemos que hacerles hablar entre ellos, y delante nuestra en voz alta, para que se vayan entendiendo ambas realidades de los demandantes.
El cuarto acuerdo nos habla de hacer siempre lo máximo que esté en nuestra mano y podamos. Esto no excluye el no poder equivocarnos o pedir perdón, pero siempre dando lo máximo y mejor de nosotros, a pesar de contar con las consecuencias de que puede salir mal, de que te equivoques, de que seguramente no sea lo correcto en algún ámbito… Pero siempre con el esfuerzo por delante. Esto para los mediadores es muy importante también porque a pesar de las complicaciones y problemas que traigan las personas a consulta, hay que dejar claro que tienen que ser activos y nunca abandonar, de manera que así procuramos que ellos den lo mejor y máximo de ellos. Y el papel del mediador sería del mismo modo, al igual que ellos no queremos que abandonen, nosotros tampoco. Nosotros tenemos que intentar dar lo mejor de nosotros mismos hasta el final, aunque no sepamos si va a resultar bien o mal, pero por lo menos lo hemos intentado al máximo.
Estos cuatro acuerdos “Toltecas” nos ayudan a empoderar a los mediadores, a hacerles fuertes a la hora de enfrentarse a cualquier caso, y a saber de verdad qué quieren y cómo lo van a conseguir.

Marta Aparicio Moreno dijo...

Con este blog podemos acercarnos una vez más a una cultura diferente. La filosofía tolteca me ha parecido realmente curiosa sobre todo por pertenecer a la antigüedad y tener unas bases o acuerdos tan sorprendentes.
Esa premisa de estar en un sueño y tener que despertar de él como sinónimo de llevar las riendas de nuestra vida y tomar nuestras propias decisiones es fundamental. Nos habla de unos acuerdos muy necesarios para conseguir la vida que deseamos. El poder del lenguaje es uno de ellos, debemos entender todo lo que se puede hacer a través de él, y, sobretodo en una profesión como lo es la mediación que es lo que guía nuestro camino en esta asignatura, es el único instrumento necesario para conseguir una buena mediación. También se habla de lo que podemos llamar el ser egocéntrico algo que en la actualidad está muy presente y debemos de huir de él. Por otro lado, se comenta la importancia de exprimirse uno mismo, de no dejarnos nada en el tintero y nunca cansarnos de luchar. Los cuatro acuerdos tratados son muy útiles y necesarios en nuestra vida o en un conflicto en particular, por ello debemos de hacer uso de ellos para lograr nuestra vida de ensueño.

Ignacio Solís dijo...

La opinión que saco en concordancia con el texto, para mi sorpresa, es una especie de involución por nuestra parte como sociedad. Si hace tantos años estas civilizaciones promovían estas perspectivas y formas de relacionarse y comportarse, como es posible entonces que tantos años después sigan existiendo problemas tan arraigados en la sociedad actual, en lo que respecta a las relaciones interpersonales y las propias relaciones y comportamientos con uno mismo. La manera que tenemos de hablarnos, de gestionar nuestros pensamientos y la capacidad para imaginar o suponer lo que los demás pueden pensar es sumamente negativa, cuyo único resultado es acrecentar y desembocar en la reducción de interacciones sociales, en el aumento de problemas personales y de autogestión.
Se hace evidente ampliar desde los ciclos escolares preferiblemente, esta clase de acuerdos e ideas para relacionarse con respeto, no obstante, a veces pienso que la propia sociedad es la que no quiere avanzar dada la tendencia a imitar al vecino y no pensar por uno mismo.

Mario Vera Quintero dijo...

La filosofía tolteca nos hace darnos cuenta de como desde tiempos inmemorables las personas cuestionaban la forma de actuar de la sociedad. Esta filosofía propone un cambio en la forma de pensamiento y actuación de los integrantes de la sociedad, incitándolos a involucrarse más con los trabajos en sociedad y a tomar las riendas de su vida, a no ser marionetas dirigidas por los poderes que controla a la sociedad.
Leer este artículo, nos lleva a reflexionar sobre la aplicación de este tipo de filosofías y el cambio de mentalidad en la sociedad, pero la sociedad actual demuestra que en los tiempos que corren, no se han analizado y puesto en práctica este tipo de filosofías, por lo que nosotros mismos nos hemos limitado en poder avanzar en cuanto a mejorar nuestra filosofía de vida y en apasionarnos más por ella. Instintivamente nuestra mentalidad es negativa, lo que nos lleva a que las relaciones sociales entre individuos se merme y cueste más un entendimiento y un acercamiento entre posturas dispares. Para solventar, este problema debemos llegar al fondo de la cuestión, para provocar este cambio de filosofía en la forma de percibir la realidad, debemos tomar acción y ser capaces de ser los dueños de nuestras vidas, que no nos dejemos influenciar ni llevar por persona que se creen tan influyentes como para dirigir nuestras vidas.

Sara Ponce González dijo...

* Soy Sara Ponce gonzález, creo que este es mi comentario:

Tras haber leído el comentario de esta semana, me sigue llamando mucho la atención, de la mejor manera posible, como culturas tan antiguas como la Tolteca siguen influyendo en nuestro día a día y sirven como pautas de actuación para mejorar nuestro entorno. Como todas las semanas, estos comentarios me hacen reflexionar sobre cómo se debería orientar el camino hacia una buena mediación y su consecuente resultado o acuerdo. Esta semana, hemos puesto la atención en la importancia de tus palabras, actitudes frente a lo que se vaya a acordar, como debemos entender las realidades e cada uno y, por último, la importancia de ser la mejor versión de uno mismo. Las palabras, como bien dice el texto, son una de las herramientas más importantes que tiene una persona. En la mediación, como no podía ser de otra forma, estas serán determinantes para lograr aquello que buscamos o que las partes buscan. Otro aspecto que me parece muy destacable de esta filosofía es en relación al segundo acuerdo. Debemos aprender a escuchar, empatizar o intentar vivir la situación del otro sin que, en ningún caso, nos lo tomemos como algo personal. Los mediadores debemos tener muy claro en nuestra mente que el acuerdo es por y para las partes, nosotros solamente les ayudamos en el camino de lograrlo, pero no es nuestro acuerdo. Ahí la importancia de tener que permanecer imparciales en cierto modo.

Sara Ponce González

Anónimo dijo...

Jose Luis Macias HInestrosa
Cuatro acuerdos de la Filosofía Tolteca que sirven de inspiración a los mediadores
El primer acuerdo se refiere a la importancia del buen uso del lenguaje en una negociación. La importancia de realizar bien las preguntas, el parafraseo y las reformulaciones.
El segundo acuerdo alude a subjetividad de toda situación y al respeto. A la capacidad para comprender otros puntos de vista.
El tercer acuerdo defiende la importancia de no hacer suposiciones, de modo que podamos influenciar a los mediados. No debemos tratar de convertir la realidad de otra persona en la nuestra. Los mediados deben ser libres.
El cuarto acuerdo tiene que ver con el trabajo y el esfuerzo, y a no darse por vencido

Alessia Pettine dijo...

Me gustó mucho da leer por la filosofía explicada.
El primer acuerdo da poder a las palabras que para mí también son las cosas más importantes, sobre todo en esta sociedad donde parece que nadie más da importancia a esto, donde por ejemplo podemos encontrar muchos niños que utilizan mala palabras sin conocer el significado y sin entender claramente lo que dicen, siguiendo el Flow de la nueva música y de los nuevos artistas. Las palabras son – para mi – el medio fundamental para entender a sí mismo y las otras personas, pueden explicar la realidad y los sentimientos.
El secundo acuerdo también me gusta, pero creo que debe tener un límite porque si es verdad que no somos el centro de la galaxia, todavía somos importantes.
El tercer acuerdo me gusta mucho, porque – siempre comparándolo a la nuestra sociedad – muchos adolescentes ahora tienen problemas que en realidad no existen, solo existen porque hacen mil suposiciones y pensamiento sobre cosas.
El cuarto acuerdo creo que – para mi – tiene la misma importancia que el primero porque todos no somos perfectos y por mucho que nos esforcemos podemos equivocarse. Esto es relacionado a la realdad de pedir perdón y de aceptar que algunas veces podemos equivocarse y tenemos que aprender a no abandonar y pensar obsesivamente sobre esto, pero tenemos que intentar mejorar esa situación y resolverla de la mejor manera posible, o al menos intentarlo.
Creo que estos cuatros acuerdos son importantes en la vida como en la mediación, porque siguiendo estos acuerdos podemos llegar a tener un problema resolvió en la manera mejor posible, y como ja he dicho creo que son también importante en la vida de cada uno de nosotros porque enseña a vivir como si cada día es el último, que es simplemente la realdad.
Alessia Pettine

Ana Ramos Bautista dijo...

El fin de todo mediador es tratar de sentar a dos o más partes que se encuentran envueltos por una disputa de la que no saben cómo salir. Esto, en muchos casos, lleva a mal entendidos, a la creencia de que el otro nos está haciendo la vida imposible, al pensar que como el otro no da el brazo a torcer yo tampoco, etc. generando una agresividad en la manera de relacionarse entre las partes que hace totalmente imposible una conversación de calidad que vaya más allá de insultarse y echarse cosas en cara.
Con esta reflexión, podemos llegar a la conclusión de que, verdaderamente, estas cuatro pautas que supone como primordiales, son realmente las principales causas por las que se dan los conflictos. Suponemos de más, pensamos que el otro actúa con el fin de hacernos la vida imposible, no medimos las palabras con las que nos dirigimos al otro ni damos lo mejor o lo máximo para tratar de que el problema se resuelva por que sentimos que el otro tampoco lo hace.
Sabiendo reconocer estos errores, son los mediadores aquellas figuras ocupadas de, mediante la correcta comunicación, hacer ver la verdadera situación de las partes para que esos pensamientos negativos, ese humo que niebla, se aclare en forma de empatía y dialogo por el cual llegar a un acuerdo lo más equilibrado posible.
COMENTARIO PUBLICADO ANTERIORMENTE DE FORMA ANÓNIMA
REALIZADO POR: Ana Ramos Bautista

Paula Torrejón García dijo...

Opino que la filosofía Tolteca está presente en nuestros días y por supuesto en la mediación.
Veo como el velo de humo que hace que no nos veamos cómo somos y que vivamos en un sueño que no es la realidad, es como cuando estamos en un conflicto con otra persona y no vemos la realidad, solo la nuestra.
Para esta situación, tomaría la creencia del doctor Miguel Ruiz, el defiende que nos debemos de despertar para poder tomar las riendas de la vida. Para mi significa que en el momento que estemos confrontados y no veamos la realidad, debemos de despertarnos y tomar diálogo con la otra parte.
Para poder ver esta realidad y tomar diálogo con la otra parte, deberíamos de utilizar los cuatro acuerdos de la filosofía Tolteca: utilizar el diálogo, en la mediación utilizaremos la pregunta; no tomárnoslo personalmente, pues no somos el centro del universo y debemos de atender a la otra parte confrontada; no hacer suposiciones, ya que debemos de vivir el presente; y hacer lo máximo que puedas, es decir, podrás equivocarte, pero nunca abandonar.
Con todo esto, podemos quitarnos nuestro velo de humo.

Paula Torrejón García