jueves, 25 de enero de 2024

Necesitamos llegar a la "Conversación Transformacional" en mediación

 


LA MEDIACIÓN ES CONVERSACIÓN, NO LO OLVIDEMOS NUNCA

Siempre decimos que cada día seguimos aprendiendo unos de otros. A veces somos nosotros los que, con una simple explicación, causamos interés en nuestro interlocutor y quizás le estamos enseñando que hacer. Y muchas veces somos testigos de una explicación de alguien que despierta nuestro interés para seguir aprendiendo. Hoy en este post quiero agradecer algo que me interesó mucho cuando celebramos el I Simposio Hispanoamericano de Mediación el pasado mes de junio de 2023. Era la importancia de lo que una exponente de Puerto Rico, Sonia Navarro, quería transmitir: “La necesidad en mediación de llegar a una CONVERSACIÓN TRANSFORMACIONAL”. Gracias Sonia por enseñarme.

Siempre hablamos de que la mediación es diálogo, es comunicación, pero la conversación es la herramienta más poderosa en esa apertura al diálogo, para sobrellevar los momentos difíciles, que las partes están viviendo en un conflicto. Hablar sobre lo ocurrido, tus sentimientos y preocupaciones no es ni mucho menos fácil, ante la otra persona y aún más difícil si se lo decimos a un extraño en ese momento como es el mediador, pero todos sabemos que puede ayudarte a ver una oportunidad donde hay un problema. Cuando compartes comienza la resiliencia.

Una conversación en un proceso de mediación, es mucho más que exponer un problema o compartir una mera información ya que interactúas y también comunicas emociones, que nos llevan a enorme poder de una conversación.

La mayoría de expertos dicen que para saber conversar, hay que tener coherencia en lo que se dice y mucha seguridad en sí mismo. Por eso, cuando nos embarcamos en un proceso de mediación a la búsqueda de intereses comunes y un posible acuerdo, es fundamental, con todas esas técnicas que hemos aprendido, llevarles a una conversación, eficaz cuyo objetivo no es otro más que “comprendan aunque no compartan” las opiniones. Se fomenta así en la conversación tres actitudes fundamentales en la negociación:

-          El respeto

-          El interés

-          Y la confianza

¿Qué consejos podríamos dar para conseguir una conversación tras un conflicto?

Confía. Consigue que confíen en ti. Hablar sobre experiencias, sentimientos, causas o cualquier situación les ayudará a llevar ese momento que están viviendo de una forma constructiva. Para ello necesitan en primer lugar “sacar la basura de sus mentes”. Sacar la basura para nosotros debe ser, no centrarse en aquello que les separa, en aquello que les impide ver más allá. Para ello tienen que ser muy flexibles y prepararse para saber también escuchar.

También necesitamos dominar muy bien nuestra herramienta de “la pregunta”. Es con ella, con el tipo de pregunta según en el momento que nos encontremos, con la única que podemos abrir o cerra temas, recibir información o lograr que empaticen el uno con el otro.

Si hacemos buenas preguntas, habrá una conversación a buen seguro fluida y además demuestra tu interés en ayudarles y tu comprensión por lo ocurrido. Consigues por tanto dos grandes beneficios: puedes conseguir que interactúen entre ellos conversando y además interactúan contigo haciéndote parte de la conversación.

Debemos pensar que la falta de comunicación que les trajo ante nosotros viene producida por la necesidad de “convencer” al otro de que tiene razón, de ahí sus ansias de ganar para sentirse bien. Eso inevitablemente llevará al otro, al sentirse amenazado, a comportarse defensivamente y no interesarle una conversación.

Entonces ¿Cómo conseguir una buena conversación? Y sobre todo ¿cómo conseguir que lleguen a una conversación que transforme sus relaciones?

La mejor forma es ser conscientes que una buena conversación necesita de un intercambio de ideas en igualdad de condiciones, para lo que estamos nosotros como garante de ello, pero también conseguir a través de ella las tantas veces mencionadas, empatía y escucha activa.

No me olvido que decía al principio de este post que la Dra. Navarro me enseñó. Claro que si. Gracias ella fui consciente de los múltiples tipos de conversaciones que pueden existir y que os resumo.

La Conversación Posicional.

Es la primera con la que nos vienen al proceso. Podemos decir que es ala apertura de la negociación: voy a dejar clara en la conversación cual es mi posición. Con ello se buscará una estrategia de presión, donde aumentar las aspiraciones propias y rebajar las aspiraciones de la otra parte.

Por ello si buscan una conversación posicional se fijan pretensiones y debemos evitar el enfrentamiento dado que podemos entrar en posicionamientos muy alejados. Posteriormente comenzaría en la conversación una serie de concesiones que supongan conseguir pero a la vez ceder en parte algo de lo argumentado. Es lo que llamamos las contrapartidas.

Al final de la fase de intercambio de cesiones, llega un momento en el cual las posiciones de las dos partes están lo suficientemente cerca como para que cualquier movimiento por parte de los negociadores cierre el acuerdo en este tipo de conversación, que se inició rígida y se fue flexibilizando a medida que avanzaba la conversación.

La Conversación Emocional.

En ella se produce una comunicación entre nuestros clientes, donde afloran los sentimientos que han vivido tras el conflicto. Estas han sido producto de como han interiorizado el problema y por tanto muchas veces han derivado en una discusión.

Hablar de las emociones permitirá que el otro nos conozca más y sepa lo vivido desde una de las partes. De esta forma podrás generar más proximidad, se abra a la comunicación y salga una palabra muy olvidada y necesaria en mediación: la sinceridad.

Pero no olvidéis que una conversación emocional expone y a la vez protege los sentimientos. Que afloren necesitará también de que seamos capaces de controlar la justificación de los actos que surgieron tras el conflicto, para legitimar lo que hicieron. Co ello se entenderá que son las emociones las que han movido a actuar como se actuó.  

La Conversación Inteligente

Aquí nos preguntamos ¿estás verdaderamente conversando?

Somos conscientes que hoy en día las redes sociales nos han llevado a aprender a realizar mensajes cortos y muchas veces fuera de contexto. Por eso es tan disruptivo entender un mensaje de whatsapp. Una conversación requiere tiempo, análisis y sobre todo “inteligencia emocional. Por eso, para mantener una conversación inteligente necesitamos en primer lugar tiempo. Tiempo para pensar, para madurar nuestras frases, para ser consciente que una conversación, no es un mero diálogo, sino que requiere algo más. De ahí muchas veces que suspendamos sesiones o mandemos deberes que las partes han de pensar para seguir después con nuestra conversación.

También tenemos que estar atentos a la comunicación no verbal. El cuerpo “habla” y mucho. El 70 por ciento de lo que se dice o lo que se escucha, lo muestran nuestros gestos.

Por eso una conversación inteligente necesita de atención. Estar atento crea un clima en el que el tiempo ya no es protagonista y si lo ocurrido y te permitirá a ti y a ellos, valorar lo que se está diciendo.

No olvidéis que los espacios conversacionales que proponemos en mediación, son interacciones dinámicas, que determinan la forma en que construimos o destruimos relaciones, por eso siempre será importante dominar la herramienta de la pregunta dentro de ellas.

la inteligencia conversacional, es esencial para garantizar que nuestros pensamientos e ideas, se compartan de manera clara, y se consiga la plena comprensión.

La Conversación Terapéutica

«La conversación terapéutica abre multitud de posibilidades para el crecimiento personal»

 A través de ella se puede exteriorizar todo aquello que se lleva dentro sin necesidad de que sean o seas juzgado. Si los mediadores construimos este tipo de conversación con las partes es porque en ellas se produce una liberación de lo vivido. Siempre tiene que ser bajo el respeto y casi podríamos decir que se produce entre nosotros y el cliente en sesiones de “caucus” o individuales.

La conversación terapéutica le permite expresar los pensamientos y creencias y muchas veces son motivo de mantener la confidencialidad ante la otra parte, para evitar cuestionamientos.

 No se buscan soluciones sino entendimiento y la búsqueda de una estrategia a partir de ese momento. Pero lo cierto es que a través de ella se liberan y se transforman.

La Conversación Transaccional.

En este tipo de conversación ambas partes entran en un proceso en el que llegan a intercambiar sus roles de emisor y receptor de mensajes de forma simultánea.   En otras palabras, el receptor recibe el mensaje del remitente y al mismo tiempo envía un mensaje en forma de lenguaje corporal o expresión facial. Nuestro rol en este tipo de conversación es el de “director de orquesta”, de tal manera que vamos dando pasos a los mensajes de forma ordenada.

En la conversación transaccional se produce como la porpia palabra indica, la búsqueda de una transacción, de u acuerdo. Pero tenemos que ser conscientes de que puede haber mucho “ruido”, en forma de no comprensión o falta de escucha activa. Es el momento de hacerles ver que comprendan, aunque no compartan.

La Conversación Transformacional.

Para mi, la necesaria, la auténtica, la que debemos promocionar y celebrar. Muchas veces nos hemos preguntado ¿Qué pasa si no llegan a un acuerdo en un proceso de mediación? Nada, sea como fuere si les llevaste a una conversación transformacional, habrás conseguido el éxito. Tu solo garantizas el proceso, no el destino. Por eso, para conseguir decisiones inteligentes: la conversación transformacional es la propuesta del mediador.  

En ella se transformarán las relaciones de las partes implicadas y se fomentará la creatividad y la búsqueda del acuerdo. Ello se produce con el verdadero pensamiento de lo ocurrido que nos (les) permitirá ser conscientes de su nivel de responsabilidad, tener una importante capacidad de autocrítica y la exploración de oportunidades de acuerdo de futuro.

Este tipo de conversación es el que te hace ver el problema como una oportunidad y pasar de las posiciones e intereses a las necesidades.

 Sin duda alguna con tus preguntas y fomentando la conversación transformacional, les ayuda a producir el cambio, porque te centraste en la reformulación como técnica habitual

“La conversación transformacional”, transforma conversaciones en decisiones, decisiones en acciones y acciones en resultados.

Querido lector o lectora cuál os sería más fácil y cuál más difícil según tu opinión y por qué

96 comentarios:

Jimena Trujillo Gálvez dijo...

En mi opinión, la conversación más sencilla es la posicional, ya que es con la que se inicia el proceso y se asemeja a una discusión cotidiana, siendo la más común y natural. Las partes explican el problema y expresan lo que quieren con una idea muy clara, por lo que no requiere una escucha profunda, sino una inicial visión global del conflicto.
La conversación que me resultaría más difícil es la transformacional, por ser la última y requerir más transformación que otra, como su nombre indica. En ella se exige un cambio interno de ideas, posición, visión sobre la otra parte y sobre todo del conflicto, ya que para llegar a esta fase han transcurrido las anteriores conversaciones y es donde debe aparecer esa oportunidad de solución y llegar un esperado acuerdo.

Laura Misas Tamajón dijo...

El mediador debe crear conversaciones que transformen, el mediador no negocia o se comunica, el mediador encuentra un espacio donde las partes en conflicto se entienden, aunque sus posiciones o sean las mismas.

Para mi, la conversación más fácil es la emocional, porque cuando una persona expresa qué está sintiendo, es como si el cuerpo me pidiera prestarle atención, ayudarle y acompañarle. Creo que el vínculo emocional es imprescindible para crear confianza.

Pero la conversación más difícil es la transformacional, porque se necesita un nivel de cambio interior, sensibilidad y paciencia bastante elevados.

Paula Rodas dijo...

La más fácil según mi opinión sería la conversación posicional ya que es la más sencilla porque se basa en exponer puntos de vista y defender una postura. Las personas, en general, están acostumbradas a expresar lo que quieren o lo que consideran justo, aunque sea de manera rígida. En este tipo de conversación, no se requiere gran nivel de empatía ni introspección emocional, sino claridad en los argumentos, por eso, aunque pueda haber tensiones, su estructura es más directa y fácil de conducir al inicio del proceso.
La más difícil sería la conversación transformacional ya que es la más compleja porque implica un cambio profundo en la forma de pensar y relacionarse de las partes. No se trata solo de hablar o negociar, sino de transformar la manera en que cada persona percibe el conflicto, al otro y a sí misma. Requiere autocrítica, empatía, responsabilidad emocional y apertura al cambio, elementos que no siempre están presentes ni son fáciles de alcanzar.

Paula Rodas dijo...

La más fácil según mi opinión sería la conversación posicional ya que es la más sencilla porque se basa en exponer puntos de vista y defender una postura. Las personas, en general, están acostumbradas a expresar lo que quieren o lo que consideran justo, aunque sea de manera rígida. En este tipo de conversación, no se requiere gran nivel de empatía ni introspección emocional, sino claridad en los argumentos, por eso, aunque pueda haber tensiones, su estructura es más directa y fácil de conducir al inicio del proceso.
La más difícil sería la conversación transformacional es la más compleja porque implica un cambio profundo en la forma de pensar y relacionarse de las partes. No se trata solo de hablar o negociar, sino de transformar la manera en que cada persona percibe el conflicto, al otro y a sí misma. Requiere autocrítica, empatía, responsabilidad emocional y apertura al cambio, elementos que no siempre están presentes ni son fáciles de alcanzar.

Amalline 🎭 dijo...

En mi caso, la conversación emocional me resulta más cercana y accesible, pues parte de lo humano. En esta, no estrategias, ni pretensiones arbitrarias de ganar. Permite conectar con la otra persona desde la vulnerabilidad y la empatía, dejando a un lado las posturas defensivas para dar paso a lo que realmente duele o que preocupa. Creo que solo cuando alguien se siente escuchado de verdad, sin ser juzgado, comienza el proceso de liberación interior y la posibilidad de reconciliarse, no solo con el otro, sino también con uno mismo. Por otro lado, la conversación inteligente también me parece fundamental porque añade reflexión y madurez a lo emocional. No basta con sentir sino que también hay que entender lo que sentimos y por qué.
Ambas, la emocional y la inteligente son en mi opinión, las más transformadoras cuando se combinan. La primera nos abre el corazón y la segunda nos abre la mente.
En cambio, la conversación posicional resulta más difícil para mí porque se construye desde el “yo tengo razón” y el “tú estás equivocado”. Es una conversación que nace para defender, no para comprender. Y aunque puede evolucionar hacia concesiones, el camino suele estar lleno de tensión, de estrategias, y de frases que no buscan conectar, sino convencer e incluso atacar. Lo difícil de este tipo de conversación es que, si no se maneja con cuidado, puede agrandar el conflicto.
De esta manera lo veo yo: En algún momento todos hemos vivido conversaciones que nos han sanado, y otras que nos han desgastado. Por eso, ya no solo como mediadores sino como seres humanos debemos aprender a reconocer cuándo estamos conversando para conectar con el otro y cuándo lo hacemos para imponer y atacar.

Grupo 1-3D dijo...

Para mí, la conversación más sencilla sería la conversación inteligente, porque se centra en hacer reflexionar a las personas, invitándolas a analizar sus ideas, comprender diferentes perspectivas y, si es posible, modificar su punto de vista de manera razonada. Este tipo de conversación requiere tiempo y atención, pero se apoya en la lógica y la empatía racional, lo que facilita el entendimiento. En cambio, considero que la conversación emocional es la más difícil, ya que los sentimientos son cambiantes, profundos y subjetivos; manejar emociones propias y ajenas sin herir sensibilidades o provocar reacciones defensivas exige gran sensibilidad y control.
Jaime Sanjuan Sanabria.

Maria Peña Alonso dijo...

Desde mi punto de vista, considero que la conversación más fácil para mí sería la conversación posicional, mientras que la más difícil sería la conversación emocional.

Por un lado, la conversación posicional me parece más sencilla porque consiste en expresar con claridad lo que uno piensa y defender su punto de vista. Estoy más acostumbrada a ese tipo de comunicación, donde se trata de dejar claro lo que uno quiere o lo que considera justo. Aunque puede haber desacuerdos, es una forma más racional de hablar, centrada en argumentos y no tanto en sentimientos.

En cambio, la conversación emocional me resulta más complicada porque implica abrirse, hablar de lo que uno siente y escuchar lo que siente la otra persona sin juzgar. No siempre es fácil manejar las emociones propias ni las ajenas, sobre todo en situaciones de conflicto. Requiere empatía, paciencia y mucha sensibilidad para no herir al otro y, al mismo tiempo, mantener la calma.

Creo que las emociones pueden hacer que una conversación se vuelva más intensa o incluso incómoda, pero también son necesarias para que haya un cambio real entre las personas. Por eso, aunque sea la más difícil, también me parece la más valiosa para crecer y aprender a comunicarse mejor.

Marta García Romero dijo...

Tras haberme leído los diferentes tipos de conversaciones creo que como estudiante de psicología, el tipo de conversación que sería más fácil de aplicar es la emocional y la terapéutica puesto que en la emocional se expresan y salen a la luz los sentimientos que han vivido tras el conflicto, el cómo cada uno de ellos entiende el conflicto los ha hecho interiorizar el problema de una manera u otra y es importante saber controlar nuestros sentimientos y emociones puesto que muchas veces nos dejamos llevar por ellos y puede acabar en conflictos, también me parece muy importante que se hablen de las emociones que cada uno de ellos ha tenido en ese momento puesto que si no nos comunicamos no podemos saber como se siente la otra persona y podría llevar a mal entendidos por falta de comunicación, si se habla de las emociones se genera más cercanía entre ambas partes. Por otro lado también me resultaría fácil aplicar la conversación terapéutica puesto que al estudiar psicología nos enseñan a ayudar a esas personas a que exterioricen lo que sienten sin que se sientan juzgados y lleguemos a entender y buscar soluciones del problema.

Por último, para mí sería muy complicado usar la conversación transformacional puesto que se necesita mucha creatividad para buscar soluciones a cada uno de los casos en concreto, convertir el problema en oportunidad puede ser complicado y a veces si no lo haces bien puede llegar a que las partes no quieran continuar y debes estar reformulando todo el tiempo

Olivia Sanguinetti dijo...

La conversación emocional o terapéutica sería la más fácil. Mis características de personalidad y todos los conocimientos aprendidos durante el grado de psicología me facilitarían el entendimiento y gestión de la situación emocional, así como la capacidad para hacerles sentir que se encuentran en un sitio seguro.

La más difícil sería la conversación transformacional, las relaciones entre los involucrados pueden llegar a ser algo complejas, lo que puede dar lugar a que su transformación y búsqueda del acuerdo sea complicado o imposible.

María Gámez dijo...

Tras leer los diferentes tipos de conversación, considero que la más fácil de llevar a cabo sería la emocional. Aunque expresar emociones pueda ser complicado de llevar por ambas partes, el mediador puede apoyarse en habilidades básicas como la escucha activa, empatía y otras herramientas para que las personas expresen lo que sienten en esos momentos. Personalmente, desde la perspectiva psicológica, se conecta directamente con la comprensión de emociones y validación de estas, algo que se realiza en la práctica diaria.

Por su parte, la conversación más difícil de llevar a cabo sería la transformacional. Esta no solo implica que las personas que se encuentran en conflicto comprendan sus posiciones y emociones, también implica un cambio profundo en la manera en la que ven el conflicto, reconocer su responsabilidad, desarrollar la autocrítica y generando oportunidades de acuerdos posteriores. Este tipo de conversación requiere de un buen manejo de la comunicación y en especial, un nivel alto de inteligencia emocional y comprensión de las personas que tenemos en frente. Además de ello, este tipo de conversación implica el fomento de la creatividad, en la que en muchos casos es complicado que se dé lugar.

Álvaro Méndez Miranda dijo...

Creo que la conversación emocional sería la más fácil para mí, porque me nace de forma natural escuchar y conectar con lo que las personas sienten. Cuando alguien se abre y comparte su dolor, su miedo o su frustración, se crea un momento muy humano. No se trata solo de entender las palabras, sino de comprender lo que hay detrás de ellas. En mediación, cuando logramos que las personas hablen desde sus emociones, el ambiente cambia: dejan de ser “las partes enfrentadas” y vuelven a ser personas con historias y heridas. Escuchar con empatía y sin juicio me parece la base para empezar a reconstruir cualquier relación.

En cambio, la conversación transformacional me parece la más difícil, aunque también la más hermosa. Requiere tiempo, confianza y mucha sensibilidad. No basta con hablar; hay que ayudar a que cada persona vea el conflicto de otra forma, a que asuma su parte y se abra a cambiar. Es un proceso profundo, donde las palabras pueden realmente sanar o abrir caminos nuevos. Conseguir que una conversación transforme una relación, que haga que dos personas se entiendan aunque no estén de acuerdo, es algo que va más allá de la técnica: es un acto de humanidad.

Aitor Castro Reyes dijo...

Desde mi perspectiva, creo que la conversación emocional sería la más fácil, ya que me siento cómodo hablando desde las emociones y escuchando las de los demás, porque pienso que en un conflicto es importante reconocer cómo se siente cada parte. Poder expresar lo vivido ayuda a liberar tensiones y a generar confianza, lo cual facilita que las personas se abran a una comunicación más sincera y empática.

En cambio, la que me resultaría más difícil sería la conversación transformacional, ya que implica que las partes cambien su forma de entender el conflicto y sean capaces de hacer autocrítica. Me parece la más compleja porque no se trata solo de llegar a un acuerdo, sino de transformar las relaciones y aprender del proceso. Requiere tiempo, madurez emocional y una gran habilidad del mediador para guiar la conversación sin imponer soluciones.

Daniela López dijo...

Como importantes todas son importantes, pero creo que no todas nos resultan igual de naturales cuando estamos en un proceso de mediación.
Personalmente, la conversación que me sería más fácil es la conversación emocional. Siento que tengo bastante empatía y me sale de forma natural conectar con los sentimientos de las personas, escuchar con atención y entender lo que hay detrás de sus palabras. Me gusta cuando la gente se abre y expresa lo que siente, porque creo que es en ese momento cuando empieza de verdad el cambio. Hablar desde las emociones humaniza la mediación y crea un ambiente más sincero, para mostrarse tal y como son.
En cambio, la que creo que me resultaría más difícil sería la conversación transformacional, aunque también la considero la más bonita y profunda. No es sencilla porque requiere mucha experiencia, paciencia y capacidad para guiar a las personas hacia una reflexión real sobre sí mismas y sobre la otra parte. Implica que las partes pasen de querer “tener razón” a querer “entender”, y eso no se consigue en una sola sesión ni con simples palabras.
Aun así, pienso que llegar a ese tipo de conversación es el verdadero objetivo de la mediación. Puede que no siempre se logre un acuerdo formal, pero si consigues que las personas salgan con una nueva forma de ver el conflicto o con más comprensión hacia el otro, ya has logrado algo grande.

Rosa Bakeer dijo...

En mi caso, creo que la conversación más fácil sería la conversación emocional, porque me resulta natural escuchar y empatizar con los sentimientos de las personas. Creo que cuando alguien se siente comprendido, se abre más fácilmente al diálogo y a buscar soluciones. Escuchar con atención y sin juzgar puede ayudar mucho a aliviar tensiones y comenzar a reconstruir la comunicación entre las partes.

Por otro lado, la más difícil para mí sería la conversación transformacional, porque requiere un nivel muy alto de reflexión, autocrítica y cambio real en las personas. No basta con que hablen o se desahoguen, sino que deben ser capaces de transformar su manera de ver el conflicto, asumir responsabilidades y construir un nuevo tipo de relación. Eso exige paciencia, habilidades avanzadas del mediador y, sobre todo, disposición al cambio por parte de quienes participan.

Paula Rojo Gallardo dijo...

Después de leer “La mediación es conversación, no lo olvidemos nunca”, creo que la conversación emocional sería la más fácil para mí. Me resulta sencillo conectar con las personas y escuchar sus sentimientos, y pienso que expresar emociones ayuda mucho a calmar el conflicto y abrir el diálogo.
La que veo más difícil es la conversación transformacional, porque implica un cambio más profundo en la forma de pensar y relacionarse. No siempre es fácil lograr que las partes lleguen a ese nivel de comprensión y autocrítica.
En resumen, la emocional me parece más natural y la transformacional más compleja, pero también la más bonita cuando se consigue.

María García Paredes dijo...

En primer lugar, creo que el tipo de conversación que utilizaría dependería del caso que tuviera que abordar en ese momento. Por un lado, la más fácil para mí sería la conversación emocional, porque aunque conlleva riesgo de exponer sentimientos, considero que una de mis cualidades es la empatía, y esto me permitiría ponerme en el lugar de ambas partes y comprender el conflicto desde diferentes perspectivas. Además, mediante este tipo de conversación propiciaría un clima de cercanía y confianza que facilitaría que las partes se abrieran y pudieran hablar con mayor sinceridad.
Por otro lado, la conversación que considero más difícil sería la de tipo transaccional, ya que requiere mucha atención, control y habilidad para gestionar lo que ocurre entre las partes. Hay que estar pendiente de muchas cosas a la vez, no solo de lo que se dice, sino también de los gestos, las expresiones y el tono. Creo que esto puede ser complicado y es algo que se va aprendiendo con la experiencia, sobre todo para evitar que se escapen detalles.

Victoria Lara Sánchez dijo...

En mi opinión el tipo de conversación más dificil es la conversación posicional, ya que considero que es muy complicado expresar tus opiniones de manera asertiva de manera que digas que es lo que quieres y cuales son tus necesidades, pero sin ofender o herir a la otra persona que puede pensar distinto a tí o creer que lo que tu propones no es correcto.
Por otro lado, la conversación que más fácil me parece es la terapéutica ya que creo que el hecho de que sea confidencial, se de solo con una de las partes y sea en un momento en le que la persona está teniendo emociones y vivencias muy fuertes la puede llevar a que sea más sencillo expresar como se siente para que el mediador pueda escucharla sin los filtros que podría tener si está con la otra parte presente.

Maribel Capet Velasco dijo...

Si tengo que elegir, creo que la conversación emocional sería la más fácil para mí. Me sale de forma natural conectar con las emociones de las personas y escuchar desde la empatía. Pienso que cuando alguien logra expresar cómo se siente sin miedo a ser juzgado, ya está dando un paso muy grande hacia la comprensión.
En cambio, la que me parece más complicada es la conversación transformacional. A pesar de considerarla un punto fundamental, creo que requiere un nivel más profundo de reflexión. Conseguir que las personas vean su conflicto de otra manera y logren transformar su relación no es fácil. Me parece el punto más bonito del proceso, pero también el más difícil de alcanzar.

carmen calvache dijo...

Tas leer el texto y analizar los distintos tipos de conversación, personalmente considero que, la conversación más fácil para mí sería la conversación inteligente, ya que me resulta bastante natural mantener la atención, escuchar activamente y analizar lo que se dice antes de responder.
Encuentro bastante comodidad en buscar coherencia y sentido en los intercambios comunicativos, prestando atención tanto al contenido verbal como al lenguaje no verbal. Soy una persona que se guía y analiza mucho la forma en la que la gente expresa realmente lo que piensa a través del lenguaje no verbal, por lo tanto creo que este tipo de comunicación me permitiría ser capaz de entender y analizar a cada parte más en profundidad, entendiendo lo que realmente quieren expresar. Además, me atrae la idea de que este tipo de conversación exige tiempo y reflexión, ya que permite comprender mejor al otro y construir un diálogo más maduro y consciente.

Por otro lado, la conversación más difícil para mí sería la conversación emocional. En este tipo de intercambio, los sentimientos están muy presentes, y puede ser complicado gestionar la carga emocional de las partes sin dejarse arrastrar por ella o sin intervenir de forma excesiva.
Por un lado, me considero una persona con bastante empatía y capacidad de entender a otras personas, sin embargo, esto podría pasarme alguna mala jugada en cuanto al “autocontrol” ya que también suelo tener reacciones fuertes ante situaciones que me parecen injustas o donde siento que claramente una persona tiene más razón sobre la otra. Por lo tanto, podría costarme dependiendo de la situación, ser capad de validar las emociones del otro sin juzgar ni justificar los actos derivados de ellas. Por ello, tendría que hacer un esfuerzo por ser lo mas imparcial y objetiva posible y no dejar que mis propias emociones o pensamientos afecten a la conversación.

En resumen, me resulta más fácil una conversación racional y analítica (inteligente), y más difícil una conversación emocional, donde se necesita una sensibilidad especial para acompañar sin dirigir y para escuchar sin absorber la carga del conflicto.

Santiago Páez Parladé dijo...

En respuesta a la pregunta planteada, la conversación Posicional parece ser la más habitual al inicio del proceso. Esta refleja el punto de partida natural del conflicto, con las partes atrincheradas en sus demandas, siendo una postura defensiva inicial. La Emocional también surge con frecuencia, pero su gestión es delicada y puede bloquear el avance si no se canaliza constructivamente.

Por el contrario, la Transformacional representa el mayor desafío. Requiere que los implicados trasciendan sus posturas para explorar sus verdaderas necesidades, un ejercicio que exige un alto nivel de autocrítica y empatía. Conseguir esta evolución, fomentando la reparación de la relación, constituye la labor más compleja del mediador.

Cándida Beigveder Fuentes dijo...

Totalmente cierto, la conversación en la mediación supone una de las piezas claves para que las partes vean oportunidades donde hay problema. Una vez que instauras confianza en el caso; a través de la pregunta podemos conseguir una conversación fluida, logrando de esta manera que las partes interactúen tanto con ellos mismos como con el propio mediador.
Con esta introducción, considero que, dentro de los tipos de conversación, hay un tipo que es más fácil y otro que resulta más complicado a la hora de ponerlo en práctica.
En mi opinión, considero que la conversación terapéutica se puede aplicar fácilmente en la mediación. Con ella, buscamos entendimiento, permitiendo expresar los pensamientos y creencias de cada una de las partes usando la técnica del “caucus”. A través de este tipo de conversación las partes pueden exteriorizar lo que llevan dentro, permitiendo que se liberen y se transformen, dando lugar a una mejor comunicación y por ende, podemos lograr un acuerdo ideal.
Por otro lado, la conversación posicional me parece más complicada de aplicar en la mediación. Debido al peligro que esta conlleva a la hora de aplicarlo, puesto que podemos perder la confianza de las partes al aplicar sin darnos cuenta demasiada presión o hacer que las partes pierdan el interés en seguir con la mediación. A pesar de ello, esta técnica resulta especialmente útil para casos en los que las posturas de las partes están demasiado rígidas; logrando con ello flexibilidad y un acuerdo ideal a media que avanzamos tanto en sesiones como en conversación.

juan cabello dijo...

Tras leer el texto, entiendo que en mediación lo clave es “conversar” y que el tipo de conversación marca el resultado. Para mí la más accesible es la emocional porque legitima lo vivido, baja defensas y abre la escucha, permitiendo que afloren necesidades detrás de las posiciones. La más difícil es la transformacional porque exige reconfigurar narrativas y la relación misma, sostener la incomodidad y convertir decisiones en compromisos reales. Aun así, es la más valiosa porque, incluso sin acuerdo final, deja capacidades y cambia cómo las partes se reconocen.

Lucia Sotillo Peso dijo...

Tras leer los distintos tipos de conversación, considero que la más complicada de llevar a cabo sería la transformacional. Esta implica que los sujetos comprendan las posiciones y emociones y también requiere un cambio profundo en su percepción del conflicto. En este tipo de conversación es necesaria que ambas partes tengan un elevado nivel de inteligencia emocional, lo cual puede no haberla en algunos casos, al igual que implica el manejo de comunicación. Esta fomenta la creatividad y la búsqueda de acuerdos, por ello aunque sea la más complicada, realmente sería una de las más efectivas.

Por otro lado, considero que la conversación emocional sería la más sencilla, ya que normalmente no me resulta complicado escuchar a las personas y comprender sus sentimientos. Se trata de algo más subjetivo, ya que no solo se trata de comprender las palabras, sino de comprender cómo se siente la persona. En la mediación, puede ser de utilidad esta conversación ante aquellos momentos en los que las partes se niegan a ceder ante el otro o tratan de competir por la superioridad, evitando la empatía u otros sentimientos, por tanto, trabajar lo emocional podría ayudar a calmar las tensiones y comprenderse más mutuamente.

Ley1710 dijo...

Leilany Trejo Cabrera
Universidad Loyola Córdoba
En mi perspectiva considero que la conversación más fácil sería la posicional y la terapéutica, esto debido a que al estudiar la carrera de Derecho practicamos diversas técnicas más adecuadas para poder saber y atender activamente las posiciones de cada una de las partes, y con ello al tener las pretensiones de cada uno de igual forma se llegaría a un acuerdo más rápido. Asimismo la terapéutica la considero fácil ya que si se realiza en sesiones individuales se puede obtener una conversación más profunda con cada una de las partes, además de que confiarían más en mí y así emplearía una vez que estemos todos juntos técnicas para hacer valer y reconocer lo que ellos me han expuesto con antelación.
Ahora bien, la más difícil en mi caso sería la emocional y la transformacional, esto debido a que aunque trato de conectar con las personas y sus emociones me cuesta un poco abrirme y eso hace que normalmente genere una posición que probablemente no sea muy neutral para el proceso de mediación, por lo que tendría que trabajar en eso. Por otro lado, la transformacional es también complicada ya que implica mucha creatividad la cual no la tengo totalmente desarrollada, así como se debe tener una profunda reflexión para que realmente haya un cambio en las partes en el conflicto y en el mejor de los casos llegar a un acuerdo. Y el hecho de que unas personas a raíz de sus diálogos y conversación lleguen a formar decisiones se me hace complicado más no imposible.
Cabe recalcar que pese a que para mí estos tipos de conversación sean los más fáciles o difíciles depende mucho del caso y de las personas con las que trabajes ya que no todas las personas piensan y se relacionan igual y por ende, podría haber una apertura hacía otro tipo de conversación que en un momento consideraba difícil pero que para ellos no lo es o viceversa.

Ángeles María García Flores dijo...

Después de leer “La mediación es conversación, no lo olvidemos nunca”, me quedo con la idea de que en mediación lo más importante no es tanto “negociar” sino saber conversar de verdad. A veces se nos olvida que detrás de cada conflicto hay personas que necesitan ser escuchadas, y que una buena conversación puede cambiar totalmente la forma en que ven la situación.

De los tipos de conversación que se mencionan, la que me sería más fácil es la conversación emocional, porque me resulta natural hablar desde lo que siento y empatizar con los demás. Creo que cuando compartes emociones se genera confianza y se abren caminos para entender mejor al otro.

En cambio, la que me resultaría más difícil sería la conversación posicional, porque se centra mucho en mantener tu postura y eso me cuesta. Me parece más tenso y menos fluido, y siento que puede bloquear el avance si nadie quiere ceder un poco.

No se trata solo de hablar, sino de escuchar, preguntar y dejar espacio para que el otro también se exprese.

Cristina Fuerte Jurado dijo...

-Más fácil: la posicional, porque solo dices lo que quieres sin abrirte emocionalmente.
-Más difícil: la transformacional, porque hay que reflexionar, responsabilizarse y cambiar la relación, no solo resolver el problema en sí.

Giada Scola dijo...

GIADA SCOLA- UNIVERSIDAD LOYOLA
En mi opinión, las conversaciones más fáciles serían las posicionales y transaccionales. Me resulta más fácil la conversación posicional porque, al inicio de un conflicto, es natural expresar la propia posición y aclarar las ideas, es una conversación directa y no requiere tanta reflexión emocional. También la transaccional me parece más manejable, ya que se centra en el intercambio de mensajes para llegar a un acuerdo concreto, con reglas claras que facilitan la comunicación y reducen los malentendidos. Por otro lado, las conversaciones más difíciles para mi serían las emocionales, las inteligentes, las terapéuticas y las transformacionales. Las emocionales son complicadas porque implican gestionar los propios sentimientos y los de los demás, comunicándolos con sinceridad y, al mismo tiempo, protegiendo las emociones de todas las personas involucradas. Las inteligentes requieren concentración, tiempo, análisis profundo y atención a la comunicación no verbal, lo que no siempre es fácil de mantener. La conversación terapéutica puede suponer un reto porque es necesario crear un espacio seguro y de confianza, donde las personas puedan expresarse sin miedo a ser juzgadas y explorar sus pensamientos más íntimos. Por último, la conversación transformacional es la más compleja de todas para mí (aunque, como se expresa en el blog, la más necesaria y auténtica), porque no se trata solo de resolver un conflicto, sino de transformar la relación entre las partes, fomentar la creatividad y la autocrítica y generar un cambio real en la forma de ver y gestionar la situación.

Isabel Artigas dijo...

La conversación emocional sería la que me resultaría más fácil, mientras que la conversación transformacional sería la más difícil.

La conversación emocional me parece más sencilla porque, como futura psicóloga, estoy acostumbrada a trabajar con la expresión y gestión de emociones. Escuchar activamente, validar sentimientos y crear un clima de confianza son aspectos fundamentales tanto en la mediación como en la intervención psicológica. Me resulta natural acompañar a las personas en la exploración de sus vivencias y ayudarles a comunicarlas sin juicios, lo cual favorece la sinceridad y la empatía entre las partes.

Por el contrario, la conversación transformacional me parece más difícil porque implica un nivel más profundo de reflexión y cambio interno. No solo requiere comprender al otro, sino también reformular la manera en que se percibe el conflicto, asumir responsabilidades y abrirse a una transformación personal. Esto exige que las partes estén preparadas emocionalmente y dispuestas a dejar atrás posiciones rígidas, lo que no siempre ocurre.

Candela Torres Arias dijo...

Creo que la mediación es, ante todo, una conversación humana, donde las personas pueden expresar emociones, escuchar y comprender al otro.

La conversación emocional me resultaría la más fácil, porque me siento cómoda escuchando, empatizando y creando un clima de confianza donde los demás puedan expresarse sin miedo a ser juzgados.
En cambio, la conversación posicional sería la más difícil, ya que requiere manejar posturas rígidas sin perder la neutralidad ni la calma.

Aun así, considero que el verdadero objetivo es alcanzar una conversación transformacional, donde las partes logren verse y entenderse desde diferentes perspectivas.

Marta Maqueda dijo...

En mi opinión la conversación más difícil es la emocional debido a que las personas suelen tener miedo a la vulnerabilidad, hablar de las emociones implica sentirse vulnerable o frágil delante de los otros lo que se acentúa ya que el mediador es una persona ajena. Hablar de las emociones requiere un nivel de confianza que no se tiene con una persona extraña. Además, también existe el miedo a que los demás te juzguen por expresar tus emociones por ejemplo que piensen que eres dramática o que “no es para tanto”.

Mientras que la más fácil sería la posicional debido a que las personas llegan a la mediación con el propósito de dejar clara su posición y “vencer” a la otra parte. No les interesa escuchar, o llegar a un acuerdo lo que pretenden es que su posición quede por encima de la posición del otro y que el acuerdo sea en su beneficio.

Fátima Balmón dijo...

Considero que para mí la conversación que mas fácil me sería es la emocional, porque me resulta natural el empatizar y crear un espacio de confianza donde las personas puedan expresar lo que sienten. Creo que cuando comparten las emociones, comienza realmente la comprensión y se abren caminos hacia la solución.
En cambio, la conversación transformacional es la que más difícil considero, puesto que requiere mucha preparación, equilibrio y capacidad para guiar a las partes hacia una reflexión profunda que les permita cambiar su forma de ver el conflicto. Aún así, es la más enriquecedora, porque cuando se logra, no solo se resuelve el problema, sino que se transforman las relaciones y se genera aprendizaje para el futuro.

Virginia Jiménez dijo...

Personalmente, creo que la conversación más fácil de alcanzar al iniciar un proceso de mediación suele ser la conversación posicional, porque las partes llegan con la necesidad de defender su postura, justificar sus acciones y dejar claro quién lleva la razón. Es la forma más natural de comunicarse cuando existe un conflicto. En cambio, la más difícil de conseguir es la conversación transformacional, ya que implica un cambio profundo en la forma de relacionarse, pasar de las posiciones rígidas a la comprensión, la empatía y la autocrítica.

Norberto Trejo Robles dijo...

El tipo de conversación mas sencillo para mi sería la terapéutica, porque de forma natural pueden hablar sin sentirse juzgados o con vergüenza, y expresar lo que piensan y sienten. Así se pueden desahogar y se va creando ese espacio de confianza que hace falta para la mediación.
El más difícil seria la transformacional, sobretodo con personas que no den su brazo a torcer y sea imposible cambiar esa forma de ver. Si no están dispuestos a esto o no tienen autocritica veo complicado que asuman su parte de responsabilidad y cambiar su manera de ver el problema.

Maria Lopetegui dijo...

Para mi la conversación más fácil sería la inteligente ya que considero que representa el equilibrio perfecto entre la emoción y la razón, es decir, permite tener una conversación respetuosa y constructiva. Este tipo de conversación nos invita a reflexionar y pensar antes de hablar, para de esta forma no herir a la otra parte y lograr un ambiente más favorable. Soy partidaria de este tipo de conversación debido a que las partes pueden expresarse sin dejarse dominar por la rabia o la impulsividad, es por ello que considero que es el tipo de conversación que lograría llegar a un acuerdo mas real y definitivo.
Por otra parte, pienso que la conversación mas difícil seria la terapéutica, aunque se genere un ambiente de liberación emocional considero que puede ser un riesgo puesto que se podría confundir el rol del mediador y acercarse más al de un psicólogo. Bien es cierto que, los mediadores deben de contar con muchas de las cualidades que tienen los psicólogos y que muchas veces el papel que juegan se asemeja pero al fin y al cabo, las partes en un proceso de mediación van a mediar y a solucionar un conflicto, no a una terapia en “pareja” por así decirlo. Es por ello que, considero que la conversación terapéutica puede ser mas delicada y difícil de llevar.

Maria Lopetegui dijo...

Para mi la conversación más fácil sería la inteligente ya que considero que representa el equilibrio perfecto entre la emoción y la razón, es decir, permite tener una conversación respetuosa y constructiva. Este tipo de conversación nos invita a reflexionar y pensar antes de hablar, para de esta forma no herir a la otra parte y lograr un ambiente más favorable. Soy partidaria de este tipo de conversación debido a que las partes pueden expresarse sin dejarse dominar por la rabia o la impulsividad, es por ello que considero que es el tipo de conversación que lograría llegar a un acuerdo mas real y definitivo.
Por otra parte, pienso que la conversación mas difícil seria la terapéutica, aunque se genere un ambiente de liberación emocional considero que puede ser un riesgo puesto que se podría confundir el rol del mediador y acercarse más al de un psicólogo. Bien es cierto que, los mediadores deben de contar con muchas de las cualidades que tienen los psicólogos y que muchas veces el papel que juegan se asemeja pero al fin y al cabo, las partes en un proceso de mediación van a mediar y a solucionar un conflicto, no a una terapia en “pareja” por así decirlo. Es por ello que, considero que la conversación terapéutica puede ser mas delicada y difícil de llevar.

lengua ana dijo...

En la mediación se puede diferenciar entre tres tipos de conversaciones: transaccional, terapéutica y transformación. Cada una de ellas tiene un objetivo distinto y requiere de habilidades específicas por parte del mediador.
- Conversación transaccional: podría considerarse la conversación más fácil. Se trata de un proceso en el que se intercambian mensajes y se buscan acuerdos, además el papel del mediador es activo. El mediador puede seguir un esquema estructurado. En la conversación transaccional se identifican los objetivos y una vez identificados sean definidos, esto con el objetivo de que sea más fácil el proceso.
- La conversación terapéutica se caracteriza porque las personas pueden exteriorizar sus pensamientos, emociones y creencias. En la mediación se suelen realizar de manera individual con el objetivo de facilitar la liberación emocional y el entendimiento personal. Es un proceso largo con ese tipo de conversación. Se quiere tomar consciencia de cómo ha vivido el conflicto, aunque no busques soluciones directas. Ayuda al progreso de ambas partes y se preparan para adentrarse en una conversación más estructurada.
- Y por último, la conversación transformacional, se podría considerar el tipo de conversación más difícil, ya que no solo busca un acuerdo inmediato, sino transformar la relación entre ambas partes, por lo tanto, profundizan en el problema. Esta requiere altas habilidades de escucha activa y empatía, formulación de preguntas y manejos de las emociones.

Claudia Correa Cifuentes dijo...

Después de leer el texto, creo que la conversación que me resultaría más fácil sería la emocional, porque me siento cómoda escuchando y comprendiendo a las personas cuando expresan lo que sienten. Me parece natural conectar con las emociones del otro y crear un espacio de confianza donde pueda hablar sin miedo a ser juzgado. En cambio, la conversación que considero más difícil sería la transformacional, ya que requiere un nivel más profundo de cambio y reflexión, tanto por parte de las personas implicadas como del mediador. No se trata solo de entender o expresar emociones, sino de transformar la forma en que se percibe el conflicto y la relación, lo cual creo que necesita más experiencia y práctica para poder guiarlo de manera efectiva.

Ana Lozano Domínguez dijo...

Si tuviera que elegir, diría que la conversación más fácil para mí sería la posicional, porque suele darse al inicio del proceso y es más directa y estructurada. En ella cada persona expone su postura y negocia sin profundizar tanto en lo emocional. En cambio, la más difícil sería la conversación inteligente, ya que requiere pensar bien lo que se dice, analizar gestos y escuchar con mucha atención. Es una conversación que requiere paciencia y empatía, por eso me parece la más complicada, aunque también una de las más importantes.

Me ha costado decidirme, sobre todo por la más difícil, porque la facilidad o dificultad de una conversación pienso que depende mucho de cada persona. Todos nos comunicamos de forma distinta, algunos se expresan con facilidad y otros tienen más dificultad para hablar de lo que sienten, por eso, según como sea cada uno, algunas conversaciones resultarán más simples y otras más difíciles de manejar.

Ángela Barrera dijo...

En mi opinión, la conversación más fácil es la emocional, porque permite abrirte con la otra persona y expresar lo que realmente sientes. Cuando las partes hablan desde la emoción, se entienden mucho mejor las posiciones y los sentimientos de cada uno, y eso ayuda a ver si es posible llegar a un acuerdo o al menos a un entendimiento mutuo. Además, creo que es un tipo de conversación más humana y sincera, donde el mediador puede aplicar con más facilidad técnicas como la empatía, la escucha activa o la reformulación para transformar la tensión en comprensión.

También me resulta más sencilla la conversación posicional, porque desde el principio sabes qué quiere cada parte y cuál es su rol. Eso ayuda a tener más claridad durante la mediación y a saber cómo guiarla. Aunque al principio suele ser más rígida, con el uso de técnicas como el parafraseo o la legitimación se puede ir flexibilizando y conseguir que las posiciones se acerquen.

En cambio, la más difícil para mí es la transformacional, porque ahí el mediador tiene que manejar muchas cosas a la vez: las emociones de las partes, sus contradicciones, sus intereses enfrentados, los posibles enfados… y todo esto sin perder la imparcialidad ni cometer errores como influir en las decisiones, dar opiniones personales o formular mal las preguntas. Además, este tipo de conversación requiere que el mediador use muy bien la reformulación, ya que es la técnica clave para ayudar a que las partes cambien su manera de ver el conflicto y lo transformen en una oportunidad.

Para terminar, me parece complicada la conversación inteligente, porque no todo el mundo tiene esa inteligencia emocional necesaria para empatizar, comprender lo que el otro pide o expresar las ideas con calma y reflexión. Este tipo de conversación necesita tiempo, atención y mucha capacidad para leer la comunicación no verbal y por tanto, no todo el mundo tiene estas capacidades ni tiempo suficiente. Creo que para el mediador puede ser difícil mantener ese equilibrio entre escuchar, interpretar y no dejarse llevar por la prisa o por sus propias percepciones.

Cristina dijo...

En mi opinión la conversación más fácil es la posicional, ya que en este tipo de conversación posicional se basa en que cada una de las partes defienden su punto de vista del problema, solo intenta defender sus propios intereses, se basa más en la defensa que en la apertura, como puede ser en la conversación emocional.
En cambio la conversación más difícil para mí, sería la conversación transformación al, ya que implica reconocer la propia responsabilidad de sus actos, además de tener que comprender al otro y dejar el propio orgullo apartado, y abrirse al cambio. En este tipo de conversación no solo tiene el objetivo de resolver un conflicto, sino también de cambiar la relación y el significado del conflicto.

Alejandra Valero Cedeño dijo...

Después de leer la reflexión sobre el arte de conversar en mediación, me doy cuenta de que la verdadera esencia del proceso está en la conversación. No solo se trata de dialogar o comunicar, sino de crear un espacio donde las partes puedan expresarse, escucharse y comprenderse. Personalmente, la conversación emocional me resultaría la más fácil, porque creo que tengo empatía y me interesa entender lo que sienten los demás. Hablar desde las emociones ayuda a generar confianza y sinceridad, elementos clave para avanzar en la mediación.
En cambio, la conversación transformacional me parece la más difícil. Requiere mucha preparación, escucha activa y la capacidad de guiar a las personas hacia una reflexión profunda sobre su conflicto. No se trata solo de llegar a acuerdos, sino de transformar la forma en que se relacionan. Aun así, es la que considero más valiosa, porque convierte los problemas en oportunidades de crecimiento.

Lucía Encinas Rivero dijo...

Creo que la conversación emocional sería la más fácil para mí. Me resulta bastante natural conectar con las personas, escuchar lo que sienten y crear un espacio donde puedan expresarse sin miedo a ser juzgadas. Entiendo la importancia de validar las emociones y creo que eso ayuda mucho a calmar el conflicto y abrir el diálogo; de ahí supongo que mi vocación por la Psicología.

En cambio, la conversación transformacional me parece la más difícil. Implica ir un paso más allá, lograr que las personas no solo se escuchen, sino que también cambien su forma de ver la situación y hasta su relación con el otro. Requiere mucha paciencia, autocrítica y una gran capacidad para guiar sin imponer. Conseguir que alguien transforme su manera de pensar y actuar no es nada sencillo, aunque sin duda es el resultado más bonito cuando se logra.

Sol Hernández Robles dijo...

Personalmente la conversación más fácil sería la emocional, en las sesiones individuales (caucus) con el cliente es más sencillo conseguir que se abra de una manera más profunda. Me resulta sencillo utilizar la comunicación como herramienta para poder conectar con las personas, logrando así que se sientan lo suficientemente cómodos para abrirse y expresarse. Considero que para conseguir que este tipo de conversación sea efectiva es muy importante emplear la empatía.
Por otro lado, pienso que la conversación transaccional es la más complicada de realizar. Es importante que las partes contribuyan de manera activa para poder lograr una solución. Aquí el rol de mediador debe conseguir un equilibrio entre las aportaciones de las partes y ofrecer retroalimentación. El principal riesgo es el posible "ruido" durante las interferencias provocando así que no se produzca una escucha activa y un ambiente de comprensión.

Alejandro Reposo González dijo...

Poniéndome en la postura del mediador, pienso que la conversación emocional es la que más fácil sería de llevar porque su base no lleva entender de conocimientos como tal sino que en ella las personas expresan lo que sienten y logran desahogarse. Muchas veces el conflicto se agrava porque las emociones no se han revelado o ,por el contrario, se dicen pero no son escuchadas. Cuando tienen la oportunidad de hablar desde su interior, la tensión baja. Al lograr esto, las partes suelen mostrarse más abiertas al diálogo y es más sencillo avanzar hacia la comprensión mutua.

Por otro lado, considero que la conversación transformacional puede ser la más difícil, ya que requiere que ambas partes se den cuenta de su papel en la situación, aprendan de lo ocurrido y se comprometan a actuar de manera diferente en el futuro. Pienso que es difícil porque me costaría llevar a las partes a que realicen ese ejercicio de disposición.

Lucía Hermosín Aumente dijo...

Considero que para mí, la conversación más fácil seria la emocional. Soy una persona que suele tener cierta facilidad para conectar emocionalmente con los demás, por suerte o por desgracia, y escuchar activamente lo que dicen y sienten. Debido a ello, creo que me resulta bastante sencillo crear un clima de confianza donde las personas se sientan a gusto, con confianza de expresarse sin miedo a ser juzgadas. Además, pienso que este tipo de conversación es muy poderosa, ya que permite liberar tensiones y humanizar el conflicto que estemos tratando, pudiendo dar lugar a cambios mas significativos y una comunicación mas sincera y constructiva.

Por el contrario, pienso que la conversación más difícil sería la transformacional. Aunque parece que es la mas enriquecedora y la que realmente genera un cambio profundo, también requiere una alta capacidad de guiar a las partes hacia una comprensión mas allá del conflicto inmediato. Entiendo que habría que ayudarles a pasar de la posición a la necesidad, por decirlo de algún modo, y eso exige tiempo, paciencia y dominio de las técnicas apropiadas.

Serena Barahona dijo...

Muchas veces creemos que estamos dialogando, pero en realidad solo estamos esperando nuestro turno para responder. Conversar de verdad implica escuchar, entender y conectar con el otro.
De los tipos de conversación, creo que la más fácil para mí sería la que se da desde el respeto y la escucha. Me gusta cuando las personas hablan con calma y se interesan por entender al otro. En ese tipo de conversación me siento cómodo, porque puedo expresarme sin miedo y escuchar sin sentirme presionado.
Además, pienso que ese tipo de conversación es muy parecida a lo que hacemos en la mediación. En ese proceso no se trata de imponer una idea, sino de ayudar a que las personas se comprendan y puedan acercarse. Cuando hay respeto y empatía, la comunicación fluye mucho mejor.

En cambio, la conversación más difícil para mí sería la que se da en medio del conflicto o cuando la otra persona no quiere escuchar. Es muy complicado mantener la calma cuando hay enojo o desconfianza. En esos casos hay que tener mucha paciencia y saber manejar las emociones, cosa que todavía me cuesta un poco.
También se me hace difícil conversar cuando hay personas que solo quieren tener la razón. En ese tipo de diálogo se pierde el sentido de la conversación, porque nadie escucha de verdad. Creo que en esos momentos lo mejor es recordar que el objetivo no es ganar, sino entender.

En conclusión, aprendí que conversar es un arte que requiere respeto, empatía y escucha. La más fácil para mí es la conversación tranquila y abierta, y la más difícil es la que se da con enojo o terquedad. Pero todas son una oportunidad para crecer, aprender y mejorar como mediadores y como personas.

Inmaculada Vaquero dijo...

Para mí, la conversación emocional sería la más sencilla ya que me considero una persona capaz de identificar muy bien los sentimientos y emociones, tanto las mías como las de los demás. El hecho de poder hablar desde lo que se ha sentido durante el conflicto facilitaría la creación de un espacio de confianza para la mediación y podríamos entender con mayor profundidad los comportamientos y reacciones de las partes.
Por otro lado, la que más me costaría sería la conversación inteligente. Soy una persona muy impulsiva y tiendo a intentar arreglar las cosas de manera rápida y muchas veces sin pensar antes de actuar, por lo que el proceso de análisis y reflexión que haría falta para mantener esta clase de conversación me costaría bastante.

AndreaVillalba dijo...

Me parece que la más sencilla sería la conversación terapéutica, como estudiante de psicología me resulta mas sencillo conectar con las emociones y crear un espacio seguro en el que las personas pudiesen expresarse libremente. Este tipo de conversación da pie a una escucha más activa y más empática.
Al contrario me parece más difícil la conversación transformacional, esta no solo resuelve el conflicto sino que cambia la manera en la que las personas se relacionan y eso es un cambio mucho más complejo al que será más difícil llegar. Este tipo de conversación necesita mayor autocritica y disposición por parte de las personas, lo que puede llegar a ser más difícil de conseguir.

Irene Gómez Almenara dijo...

Para mi, la conversación emocional sería la más fácil, porque me resulta más natural conectar con las personas a través de lo que sienten y ayudarles a expresar sus emociones de una forma sana. Si alguien siente que los están escuchando y se siente comprendido, es un paso para la resolución del conflicto.
Por otro lado, la conversación transformacional me parece la más difícil, porque implica un cambio profundo en la forma de ver la situación y requiere de más tiempo, paciencia y mucha madurez emocional por parte de todos los involucrados. Aquí no solo se necesita llegar a un acuerdo sino que realmente debe cambiar la relación y la forma de comunicarse.
Igualmente, la conversación transformacional me parece una de la más valiosas, por no decir la que más, ya que genera un crecimiento real y comprensión entre las personas.

Teresa Soria dijo...

Personalmente, creo que la conversación emocional sería la más difícil, porque implica abrirte, reconocer tus sentimientos y hablar de ellos delante de alguien más, incluso del mediador. No todo el mundo está preparado para mostrar esa parte tan personal, sobre todo después de un conflicto.

En cambio, la conversación transformacional me parece la más fácil (o al menos la más gratificante), porque permite dejar atrás las posturas rígidas y buscar un entendimiento real. No se trata solo de llegar a un acuerdo, sino de cambiar la forma de ver el problema y a la otra persona, y eso puede ser muy liberador.

iyfuyfkulfliy dijo...

En mi opinión, la conversación más fácil dentro de un proceso de mediación es la conversación posicional, ya que es la primera que surge de manera natural cuando las partes llegan al encuentro. Es sencilla porque responde a la necesidad humana de expresarse, de ser escuchado y dejar clara la propia postura; en ella, las personas buscan justificar sus acciones y defender sus argumentos, lo que facilita que hablen sin demasiada resistencia. Sin embargo, aunque es una conversación fácil de iniciar, también puede quedarse en la superficie si no se conduce adecuadamente, ya que tiende a centrarse en el "yo tengo razón" y no en la comprensión del otro. Por el contrario, la conversación más difícil es, sin duda, la transformacional, porque requiere un nivel de madurez, reflexión y apertura emocional mucho mayor. En este tipo de conversación no basta con hablar, sino que es necesario comprender, reconocer la propia responsabilidad, aceptar las emociones del otro y ser capaces de transformar el conflicto en una oportunidad de crecimiento. Implica pasar de las posiciones a las necesidades, de la defensa al entendimiento, y de la queja a la búsqueda conjunta de soluciones. Por ello, aunque la conversación transformacional es la más compleja y exige un trabajo profundo tanto de las partes como del mediador, también es la más enriquecedora, porque cuando se alcanza, no solo se logra un acuerdo, sino que se produce un verdadero cambio en la forma de relacionarse y de comprender al otro, cumpliendo así el propósito más auténtico de la mediación.

Comentario realizado por: Antonio Jesús Maraver Moreno.

Fabiola Tejero dijo...

Como bien se describe la mediación es conversación y no debemos olvidarnos de ello. Mediar es acompañar a las personas para que ellos mismos sean capaces de resolver sus problemas y necesidades como ser capaces de escuchar al otro, ser capaces de hablar y de comprender la otra parte. Al ser capaces de ver el conflicto desde otra perspectiva hace que la persona comience a realizar el verdadero cambio.
En el I Simposio Hispanoamericano de Mediación de 2023, la mediadora Sonia Navarro nos recuerda que en mediación debemos llegar a una conversación transformacional. En otras palabras, ayudar a que las partes no solo hablen, sino que sean capaces de comenzar un cambio a través de la conversación.
Cuando mediamos aparecen diferentes tipos de conversaciones, la posicional, donde cada parte defiende su razón. La emocional, que deja salir sentimientos y acerca posturas, la inteligente, que invita a pensar antes de hablar y escuchar con atención, la terapéutica, que sirve para desahogarse y liberar lo vivido y la transaccional, donde se busca un acuerdo y el mediador organiza el intercambio. La conversación transformacional, aquella en la que las personas dejan de culparse y empiezan a comprenderse, asumen su parte de responsabilidad y encuentran nuevas formas de relacionarse.
Aunque no siempre se llegue a un acuerdo, si conseguimos que aparezca este tipo de conversación, la mediación habrá cumplido su objetivo. Porque en ella se pasa de las posiciones a las necesidades, del conflicto al aprendizaje y del enfrentamiento a la oportunidad.

Cada mediador tiene su propio estilo, y todos estos tipos de conversación son necesarios en algún momento. Pero la transformacional es la que realmente deja huella: la que enseña, sana y cambia la manera de mirar al otro.

Abril Garcia dijo...

Al leer el texto me he dado cuenta de que una conversación puede tener muchísimo poder si se usa bien. Me ha parecido interesante ver cómo cada tipo tiene su función dentro de la mediación y cómo pueden influir en el cambio de las personas. En mi caso, la que creo que me resultaría más fácil sería la conversación inteligente ya que siempre intento analizar las cosas con calma, pensar lo que digo y escuchar con atención antes de responder. Creo que eso ayuda a mantener el equilibrio y evitar malentendidos.

Por el contrario, la más difícil me resultaría sería la transformacional, ya que exige que las personas den un paso más allá y sean capaces de reconocer su parte en el conflicto. No siempre es fácil llegar a ese nivel de autocrítica y cambio real. Aun así, pienso que es la más completa, porque cuando se consigue, no solo se resuelve el problema, sino que también cambia la forma en que las personas se relacionan después.

Manuel Maresca Bustos dijo...

Si yo tuviera que elegir, creo que la conversación emocional sería la más fácil para mí, porque me resulta natural escuchar a las personas cuando hablan de lo que sienten. Me parece una parte muy humana del proceso, donde el mediador puede generar cercanía, empatía y confianza. Creo que muchas veces, cuando las personas logran desahogarse y poner en palabras su malestar, ya están dando el primer paso para empezar a entender al otro. Me gusta esa idea de que “hablar libera”, y que en mediación también se trata de dejar espacio para que eso ocurra.

En cambio, la conversación transformacional me parece la más difícil, aunque también la más bonita. Requiere mucha habilidad, porque no se trata solo de que las partes hablen o lleguen a un acuerdo, sino de que realmente cambie algo en la forma en que se relacionan y se entienden. Conseguir que dos personas pasen de verse como enemigos a reconocerse como parte del mismo problema no es nada fácil. Pienso que para llegar ahí hace falta mucha práctica, paciencia y sobre todo saber hacer las preguntas adecuadas en el momento justo.

Nuria Cabrera Galiano dijo...

Creo que la conversación más fácil sería la posicional, porque es la forma más espontánea de hablar cuando hay un conflicto: cada uno llega diciendo lo que quiere y defendiendo su punto de vista. No requiere mucha reflexión previa.

En cambio, la más difícil me parece la transformacional, porque implica profundizar, hacer autocrítica, escuchar de verdad y estar dispuesto a cambiar la manera de ver el problema. No es solo hablar, sino revisar emociones, responsabilidades y abrirse al otro, y eso cuesta mucho más.

Adriana Laumond Espejo dijo...

Para mi la forma mas fácil de comunicación sería la posicional, ya que simplemente cada persona expone su posición de forma clara dando a entender lo que necesita, por lo que el mediador simplemente tiene que escuchar y saber descifrar las necesidades de los mediados. Esta información considero que también va a ser útil para poder sentar las bases de conversaciones posteriores mas profundas.
El estilo de conversación que podría ser más complicada para mi sería la conversación transformacional ya que este tipo de conversación es el que te hace ver el problema como una oportunidad y pasar de las posiciones e intereses a las necesidades, y eso como comenté en algún comentario anterior, es lo que más inseguridad me da, ¿y si no se ver lo positivo dentro de lo negativo?, considero que es de las partes más importantes de la mediación y que requiere de un mínimo de experiencia.

Lidia Quintano dijo...

Desde mi opinión y breve conocimiento, creo que la conversación más fácil sería la posicional, porque creo que es la que nos sale sola cuando tenemos algún problema, como la más instintiva a la hora de comunicarnos cuando algo nos ha ocurrido; a defendernos a nosotros mismos, intentar demostrar que tenemos razón, y sobre todo intentar demostrar por qué la otra parte se está equivocando. Al final creo que es una de las conversaciones más primitivas, porque de primeras lo que intentas hacer es protegerte.
Sin embargo, creo que la más difícil sería la transformacional, que es aquella que intentamos alcanzar porque es la que realmente supone hacer un cambio, y no solo dejar de protegerte en un primer plano, sino de ser empático con las otras partes, reconocer tus errores o responsabilidad propia, y sobre todo abandonar un poco la idea de que tienes que ganar por encima de todo, y pensar en construir algo nuevo que sea beneficioso para todos.
Es por eso que creo que existe una gran importancia entre el cambio de una a otra, para que al final podamos comprender y como bien indica la palabra, transformar el mundo.

Belen Moya Mayor dijo...

Creo que la conversación que me resultaría más fácil sería la conversación emocional, porque me gusta escuchar a las personas y tratar de entender cómo se sienten. Me parece que cuando alguien puede expresar lo que lleva dentro se abre la puerta al entendimiento. En cambio, la más difícil para mí sería la conversación transformacional, ya que implica un cambio más profundo en la forma de pensar y en la relación entre las partes.

Ana Gonzalez dijo...

Para mí, la mediación va mucho más allá de una técnica o un proceso con pasos. Mediar es conversar de verdad,no son discursos preparados. Es crear un espacio donde la gente pueda decir lo que siente y escuchar lo que el otro tiene que decir. Normalmente empezamos con la típica conversación “posicional”, donde cada uno quiere tener razón. Es la más fácil, pero también la menos útil, porque solo sirve para discutir, no para entenderse.

Cuando poco a poco se pasa a una conversación más emocional, la cosa cambia. Ahí se suelta lo que realmente duele, y empieza a aparecer la empatía. Pero el punto clave es cuando se llega a una conversación transformacional, esa en la que ya no se trata de ganar o perder, sino de entender al otro. A veces no hay acuerdo, pero sí un cambio en la forma de ver las cosas.

Por eso creo que el verdadero éxito de una mediación no está en firmar nada, sino en lograr que las personas se escuchen de corazón. Porque cuando eso pasa, el conflicto deja de ser una pelea y se convierte en una oportunidad para arreglar el problema.

Rocío Sanz Barandiaran dijo...

Habiendo leído los tipos de conversaciones que hay, considero que para mí, la mas fácil sería la Conversación Terapéutica. En esta conversación se busca darle un espacio seguro al cliente para que pueda expresar todo lo que siente, lo máximo que se puede hacer como mediador es una escucha activa y ayudarle de manera empática a que lo exprese todo sin pensar que va a ser juzgado por ello. Siento que el hecho de tener una sesión individual con los clientes para que puedan soltar lo que lleven dentro es muy importante para llegar a un acuerdo en la mediación, y siento que para mí sería la parte más bonita y fácil.

Sin embargo, la más difícil, en mi opinión sería la Conversación Transaccional. Entiendo que sea una parte muy importante de la mediación pero considero que el hecho de actuar como "director de orquesta" tiene que ser bastante complicado. Hay que intentar que todo sea ordenado, que nadie se sienta atacado y que intenten comprender la perspectiva de la otra parte, todo ello manteniendo la neutralidad y la serenidad. Siento que sería la parte más complicada a la hora de realizar una mediación.

ALEJANDRA GARRIDO PERIS dijo...

Después de leer el texto, creo que la conversación que me resultaría más fácil sería la conversación emocional. Al final estudiando psicología, me siento más familiarizada con el manejo de las emociones, tanto propias como ajenas, y con aprender el valor que tiene darles espacio para expresarse sin juzgar. Simplemente el poder exteriorizar un sentimiento ya es una forma de aliviar la carga interna y conectar más profundamente con el otro. Además, la conversación emocional no busca imponer soluciones, sino validar vivencias, y eso es algo que, pienso que me nace de forma más natural: escuchar, acompañar y, si es posible, generar un buen ambiente de sinceridad y empatía.
En cambio, la conversación que creo que me costaría más sería la conversación transaccional. Me parece complicada porque requiere mantener una estructura muy clara, gestionar al mismo tiempo la comunicación verbal y no verbal de ambas partes, y asegurarse de que el mensaje fluya con el menor “ruido” posible, como dice el texto. Creo que aún no tengo toda la seguridad ni la experiencia para “dirigir la orquesta” de una conversación así, en la que debo estar muy atenta a los detalles, a los malentendidos, y a la posible falta de escucha activa. Me supondría un reto tratar de contener el conflicto y a la vez guiar la interacción de forma productiva, porque siento que requiere no solo habilidades técnicas, sino también una presencia muy firme y equilibrada, algo que todavía no he entrenado a nivel personal y profesional.

Paula Aparicio Moñino dijo...

Leer sobre el arte de conversar me hizo pensar en lo complejo que puede ser comunicarse desde lo profundo. A mí, que me cuesta expresar mis emociones, la conversación emocional me parece la más difícil, porque implica abrirse y mostrarse vulnerable ante el otro. En cambio, la conversación transformacional es la que más me inspira. Me impresiona pensar que, aunque no se llegue a un acuerdo, si logramos una conversación transformacional, ya se ha ganado mucho: se transforma la forma de mirar el conflicto... y también a uno mismo. Al final, creo que conversar no es solo hablar, sino atreverse a cambiar con cada palabra.

Natalia García dijo...

A pesar de considerar que todos los tipos de conversaciones tienen una cierta dificultad, creo que la conversación terapéutica podría resultarme la más fácil de llevar, pues al producirse en un entorno privado podría centrar mi atención en una única persona, pudiendo dejar por un momento de lado la búsqueda de soluciones y la coordinación del debate producido entre las partes implicadas. Además, pienso que gracias a mi estudios en psicología me sería mucho más fácil de gestionar este tipo de conversaciones, donde se prioriza la expresión emocional, la empatía y el entendimiento.

Por otro lado, pienso que la más difícil se trata de la transformacional, pues en esta no vale con que los implicados se desahoguen, o lleguen a un acuerdo, sino que se debe de producir un cambio más profundo en la forma de pensar de las personas, cambio para el cuál se tendrían que medir muy bien las palabras y preguntas utilizadas. Por lo tanto, creo que sería el tipo de conversación que requeriría de una mayor habilidad por parte del mediador.

JULIA FERIA FLORES dijo...

De todos los tipos de conversación, pienso que el más fácil sería la conversación posicional debido a que es la manera más habitual de comunicarnos cuando queremos defender nuestras ideas o intereses personales. En este tipo de conversación, simplemente expresamos nuestros deseos y nos esforzamos por mantener nuestra posición, aumentando nuestras aspiraciones e intentando rebajar las del otro. Además, no exige un alto grado de reflexión emocional o empatía, ya que su enfoque está en aclarar las posturas de cada parte.

Por otro lado, la conversación transformacional es más compleja, porque requiere un grado de madurez emocional, autocrítica y disposición al cambio. Es decir, que los individuos sean capaces de evaluar su conducta, admitir que tienen responsabilidad en lo sucedido y convertir el conflicto en una oportunidad para crecer como personas. Asimismo, exige una gran habilidad para escuchar de manera activa.

Sin embargo, aunque la conversación transformadora es la más difícil de conseguir, pienso que también es la más beneficiosa, ya que posibilita llegar a acuerdos más significativos y conexiones más saludables.

José Antonio Punzano dijo...

En mi opinión, el tipo de conversación más sencilla sería la conversación posicional, ya que a mi parecer es la que ocurre de forma más natural y es muy frecuente en la vida cotidiana cuando estamos en desacuerdo con alguien y defendemos nuestro punto de vista y la otra persona el suyo.
La más compleja para mí sería la transformacional, ya que esta es menos común en el día a día y requiere no solo de escuchar a la otra persona sino comprender y empatizar con la otra persona, lo cual requiere un nivel de implicación mayor.

Teresa Krassowski dijo...

Para mí, personalmente, los tipos de conversación más sencillos serían la conversación posicional, ya que es el momento en el que menos se abordan las emociones. Es una conversación objetiva, donde se explican y empiezan a definir las posturas. La segunda conversación que creo que se me daría bien sería la conversación inteligente, ya que requiere mucha atención y escucha activa.
La que puede resultarme más difícil sería la conversación terapéutica, ya que tiene mucho que ver con las emociones de las partes y, para mí, podría ser complicado mantener la imparcialidad.

Pablo Osborne Martínez dijo...

Tras leer los diferentes tipos de conversación que se pueden dar en un proceso de mediación, considero que la conversación emocional sería la más fácil para mí, mientras que la conversación transformacional sería la más difícil.

La conversación emocional me resulta más fácil porque me es mas fácil conectar con las personas a través de la empatía. Escuchar las emociones del otro así como reconocerlas y darles espacio me parece una parte muy necesaria en cualquier diálogo. Creo que muchas veces, cuando alguien siente que puede expresar cómo se ha sentido sin ser juzgado, ya nos esta ayudando a buscar esa resolución al conflicto.

Por otro lado, la conversación transformacional me parece la más difícil porque exige un nivel de madurez, sabiduría y sobre todo profesionalidad que no es fácil alcanzar. Implica que las partes no solo comprendan el conflicto, sino que consigan transformar su forma de ver el uno al otro, ver el problema como una oportunidad de resolverlo y asumir su parte de responsabilidad. Este tipo de conversación requiere mucho tiempo, mucha confianza y ser una persona con mucha habilidad para guiar el proceso a las personas.

Lucía González dijo...

Después de leer sobre los distintos tipos de conversación, creo que la más fácil para mí sería la conversación emocional, porque me siento más cómoda escuchando a los demás y conectando desde los sentimientos, y por tanto, desde la sinceridad. Creo que cuando las personas se sienten comprendidas, es más fácil avanzar.
Sin embargo, considero que la más difícil sería la conversación transformacional, ya que requiere que las partes estén dispuestas a cambiar su forma de ver el conflicto y eso no siempre es sencillo. Aun así, me parece la más valiosa, porque cuando se consigue, cambia la manera en que las personas se relacionan y se entienden entre sí.

Pablo dijo...

A mi parecer, el tipo de conversación que seguramente se me haría más facil sería el terapeutico, principalmente porque es algo que desde hace un par de años en la carrera estoy practicando y aprendiendo a formarme. Aprender a formar un vínculo terapeutico, respetando la confidencialidad y permitiendo que se genere un clima más agradable para las partes, que seguramente se verían en sesiones individuales en alguna ocasión, es algo con lo que ya tengo algo de experiencia, por lo tanto tendría una buena base con la que trabajar.

Por el contrario, a pesar que hay otros tipos de conversaciones como la transformadora que presentan un gran reto a su manera, creo que lo más probable es que la conversacion inteligente se me dificulte más, principalmente por la forma en la que soy, es complicado tratar de mantener a dos personas en el mismo nivel de poder para generar un ambiente adecuado, sumando además los distintos detalles y matices que tener en cuenta de la comunicación no verbal. Sin lugar a dudas tener tanto tiempo para estar pendiente de tantos detalles y estimulos, sería algo que a mí en lo personal se me dificultaría, sin llegar a ser imposible, pero seguramente lo pasaría mal en el proceso.

Elena Fernández Martín dijo...

Tras leer sobre los distintos tipos de conversación en mediación me quedo con la idea principal, de que por encima de todo, sigue tratándose, ante todo, de una conversación. Y que evidentemente, la calidad de esta conversación determinará su éxito.
Creo que el tipo de conversación más fácil es la posicional, porque se siente como la más natural en cuanto a los conflictos. Todos sabemos defender nuestro punto de vista, explicando porqué creemos que tenemos razón. Lo malo es que puede soñar rígida, pero igualmente se busca escuchar las posiciones de los demás, con el objetivo de liberar tensión.
Sin embargo, la más difícil considero que es la conversación transformacional, ya que exige un cambio profundo en la forma de pensar y relacionarse. No solamente se busca que se converse, sino que además busca comprender y empatizar. Requiere más madurez emocional y la habilidad del mediador para guiar el proceso exitosamente, evitando que se suba el tono de la conversación. La madurez emocional no se encuentra fácilmente en todas las personas, hay quienes pueden conversar sin ningún problema y quienes les supone un gran reto ponerse en el lugar de los demás. Por eso, lidiar con este tipo de situaciones, siento que puede resultar agotador.
Creo que aun siendo la más compleja, esto la convierte a su vez en una de las más valiosas. Lograr que una conversación transforme la relación y no solo resuelva el conflicto. En mi opinión, se trataría del verdadero propósito de la mediación. Solucionar el problema siempre va a ser la meta, pero que ambas personas involucradas sean capaces de enmendar el lazo que habían roto debido al conflicto, hace que la mediación realmente sea fructífera.

Blanca dijo...

La mediación, al final, va de hablar y escucharse de verdad. No solo buscar un acuerdos y ya sino de hablar para encontrar un punto que ayude a entender lo que pasa y a ver las cosas de otra manera.
El que las partes se siente ha hablar y sobre todo que Esten dispuesto a escuchar con empatía puede cambiar completamente la forma en que las personas viven un conflicto. A veces no se trata de llegar a un acuerdo, sino de lograr que las partes se entiendan un poco más y se liberen del problema.

Julio Monserrat Campos dijo...

Si tuviera que elegir cuál de estos tipos de conversación me resultaría más fácil y cuál más difícil dentro de un proceso de mediación, creo que lo tengo bastante claro.
La más fácil para mí sería la conversación posicional. Al principio de un conflicto, las partes suelen llegar con sus ideas muy formadas sobre quién tiene la razón y qué quieren conseguir. En ese punto, el papel del mediador se centra más en escuchar y dejar que cada uno exponga su postura.
Por otro lado, la más difícil sin duda sería la conversación emocional. Creo que aquí el reto es mucho mayor porque no basta con escuchar los argumentos, sino que hay que saber manejar los sentimientos que surgen, las reacciones y, sobre todo, la vulnerabilidad de las partes. En mediación, gestionar emociones ajenas sin dejar que influyan en tu propia neutralidad es algo complicado. Requiere mucha empatía, de la cual me sobra, mucha paciencia que también me representa y control emocional, esta es la pata de la que cojeo, al tener tanta empatía no podría mantener una neutralidad emocional.

Inés López-Cirera dijo...

Creo que el proceso de la mediación es una técnica que crea entre las partes momentos en los que se tienen que escuchar, tienen que conversar y comprenderse. Puede que la conversación más fácil para las partes sea la posicional, porque surge de forma natural. Cada uno llega a la mediación queriendo expresar su opinión, defenderla y dejar claro su lado en el conflicto. Y por otro lado, la más difícil es, la conversación transformacional. Llegar a ella implica dar un gran paso hacia delante en la mediación, pasar de defender tu punto de vista a estar abierto a que haya otra solución y también, de no entrar en razón y ceñirte a tus intereses al entendimiento y ceder para llegar a un acuerdo. No siempre se llega a ello en la mediación, pero cuando pasa, existe un cambio por las partes.

Antonio Jesús Ruz Bujalance dijo...

En base a mis virtudes y mis defectos, considero que el tipo de conversación que más me costaría llevar a cabo es la conversación emocional; aunque soy una persona bastante emocional, no me gusta nada expresar mis sentimientos, necesito tener muchísima confianza con la otra persona para poder abrirme y únicamente en parte, rara vez expreso todo lo que siento. Por ello, considero que sería incapaz de poder abrirme emocionalmente con una persona con la que me encuentro en conflicto y con la que, posiblemente, no me sienta cómodo hablando.
Por el contrario, creo que sí que me sentiría mucho más desenvuelto en la conversación posicional, me defino como una persona razonable y empática, por lo que no creo que tuviera muchísima dificultad en poder comprender las demandas de cada una de las partes y poder colaborar para alcanzar un punto común que nos beneficie a todos.
Por último, me gustaría mencionar la conversación transformacional, que también siento que me resultaría difícil de realizar, pero especialmente debido a que todavía carezco de la información y formación suficiente para desenvolverme adecuadamente; no obstante, sí que sería una habilidad que me gustaría desarrollar y que puede llegar a ser muy relevante para mi desempeño tanto laboral como personal.

José María dijo...

Creo que la conversación más fácil de llevar sería la conversación emocional, porque todos, de una forma u otra, sabemos expresar lo que sentimos cuando algo nos duele o nos preocupa. Hablar desde las emociones permite liberar tensión y empezar a entender al otro. Aunque a veces cuesta controlar lo que se dice, es la más natural y la que más rápido conecta a las personas.
En cambio, la conversación transformacional me parece la más difícil. Requiere que las partes sean capaces de reflexionar sobre lo ocurrido, reconocer su parte de responsabilidad y cambiar su forma de ver el conflicto. No todos están preparados para eso. Además, el mediador tiene que saber guiar muy bien para que la conversación no se quede solo en las emociones, sino que realmente genere un cambio.
En resumen, la emocional es la más sencilla porque sale del corazón, pero la transformacional es la más compleja y, a la vez, la más importante, porque es la que de verdad ayuda a crecer y avanzar después de un conflicto.

Manuel Coca León dijo...

En mi opinión, la conversación más fácil es la posicional, porque es la primera que surge en un proceso de mediación. Las partes llegan con su versión de los hechos y quieren que se escuche su punto de vista. En esta fase no hace falta tanta apertura emocional, sino que el mediador sepa escuchar y mantener el orden en la comunicación.
En cambio, la conversación transformacional es la más difícil. Supone que las partes pasen de defender su postura a comprender la del otro, reconozcan su parte de responsabilidad y aprendan del conflicto. Requiere empatía, autocrítica y un trabajo más profundo. Aun así, cuando se logra, es donde realmente aparece el cambio y el verdadero sentido de la mediación.

Lola Romero Navarro dijo...

Si tuviera que responder a esa pregunta, diría que la conversación emocional es la que me resulta más fácil.
Me muevo cómoda en los espacios donde las personas se permiten hablar desde lo que sienten, porque ahí es donde se produce la conexión auténtica. No entiendo la mediación ni la comunicación en general sin emoción. Expresarla no debilita el proceso, lo fortalece. Es la puerta que abre a la sinceridad y permite entender la raíz de los conflictos, no solo sus consecuencias.

En cambio, la conversación posicional es la que más me cuesta.
Porque mantenerme en un intercambio donde prima la defensa de la razón por encima de la comprensión me resulta difícil. Tiendo a buscar puntos de encuentro, y me incomoda cuando el diálogo se convierte en una sucesión de argumentos que no escuchan. Esa rigidez bloquea la posibilidad de construir algo nuevo y transforma el intercambio en una competición de legitimidades.

Por eso, creo que el tipo de conversación que más valoraría y la que intentaría que siempre guiara las palabras sería la transformacional. No porque garantice acuerdos, sino porque posibilita comprensión. Porque convierte un conflicto en una oportunidad de aprendizaje, y a las personas, en protagonistas de su propio cambio.

Al final, pienso que conversar en mediación no es solo hablar, es aprender a escuchar con intención y responder con responsabilidad. Y eso, más que una técnica considero que es una forma de mirar las relaciones humanas.

Claudia Maestre García dijo...

Si yo fuera mediadora, para mí la conversación más difícil sería la posicional, ya que suele haber tensión. Cada parte quiere tener la razón y defender su postura, y eso puede llevar a discusiones o bloqueos. Me costaría mantener el equilibrio para que no se enfrenten y para que empiecen a escucharse de verdad. Además, hay que estar muy atenta para evitar que se convierta en una lucha de quién tiene más poder o quién cede menos.

La conversación emocional sería la más fácil para mí porque me gusta escuchar y dejar que las personas se expresen. En este tipo de conversación las partes pueden sacar lo que sienten, y eso ayuda a que se relajen y se entiendan mejor. Me parece la conversación mas humana y cercana.

Mario Lopez Rodriguez dijo...

En mi opinión, la conversación más fácil sería la posicional, ya que consiste en expresar lo que uno piensa o desea, defendiendo su punto de vista sin necesidad de profundizar demasiado en las emociones. Es la forma más natural de comunicarse en un conflicto, porque cada parte busca dejar clara su postura y sentirse escuchada.

Por otro lado, la más difícil sería la conversación transformacional, porque implica ir mucho más allá del simple intercambio de ideas. Supone abrirse emocionalmente, reconocer la propia responsabilidad, escuchar de forma empática y estar dispuesto a cambiar la manera de relacionarse con el otro. Este tipo de conversación no solo busca resolver el conflicto, sino también transformar la relación, y por eso requiere un mayor nivel de madurez, confianza y compromiso personal.

Lorena González dijo...

A mi parecer, considero que la conversación más fácil de llevar, aunque a priori parezca lo contrario, es la inteligente, mientras que la más difícil es la emocional. Esto se debe principalmente a que la conversación inteligente va más ligada a actuar y a detenerse a pensar y reflexionar sobre las cosas, antes de intervenir impulsivamente, por lo que los resultados producto de esta estrategia de conversación serán los más fáciles de gestionar, dentro de un clima de neutralidad, de esta manera se evita soltar frases que puedan herir sensibilidades, como podría pasar claramente con la conversación emocional, ya que aquí se basaría básicamente en hablar y expresar lo que uno siente, sin filtros, lo que nos arriesga al descontrol. Aunque de acuerdo con la emocional, realmente nos podría servir para soltar un poco de carga emocional, pero no para formar un diálogo cuyo propósito sea encontrar una solución objetiva y útil. Por lo que en mi opinión, creo que hacer una mezcla de las dos, primando en todo caso la inteligente y usando la emocional para tener algo de base y enriquecer el conocimiento, podría contextualizarnos muy bien y ayudarnos a acercarnos a una verdadera solución.

María Guerrero dijo...

En mi caso, creo que la conversación más simple es la conversación posicional porque a menudo surge primero en el proceso de mediación y es muy similar a una discusión normal del día a día. En este tipo de diálogo las partes expresan directamente sus posiciones y demandas con la clara intención de defender sus posiciones. Por tanto, aquí no se necesita una escucha profunda, sino más bien localizar el punto de partida y comprender el origen del conflicto.
En cambio, la conversación que encuentro más difícil es transformadora porque implica cambios profundos en la forma en que pensamos y nos relacionamos con los demás. Para llegar allí es necesario seguir el camino anterior de reflexión, empatía y autocrítica. Esto significa abandonar puntos de vista rígidos y centrarse en las necesidades reales y la posibilidad de crear algo nuevo a partir del conflicto. Entonces, aunque es lo más difícil de conseguir, es lo que provoca una transformación real en las personas.

Samuel Mate dijo...

Desde mi punto de vista, creo que el tipo de conversación que se me hace más fácil es la conversación posicional, mientras que la conversación emocional es la que más me cuesta.

La conversación posicional me resulta más sencilla porque consiste en decir lo que pienso y defender mi opinión. Estoy más acostumbrada a ese tipo de comunicación, en la que se trata de explicar lo que uno quiere o lo que considera justo. Suelo enfocarlo de manera lógica y con argumentos, sin entrar demasiado en la parte emocional.

En cambio, la conversación emocional me complica más. Requiere abrirse, hablar de lo que uno siente y escuchar lo que siente la otra persona sin juzgar. No siempre es fácil manejar las emociones —las propias y las ajenas—, sobre todo si hay tensión o desacuerdo. Hace falta empatía, paciencia y mucho cuidado para no herir a la otra persona y, a la vez, mantener la calma.

Aun así, creo que las conversaciones emocionales, aunque sean las más difíciles o incómodas, también son las que más ayudan a crecer y a mejorar la manera en la que nos comunicamos con los demás.

José Torrecilla dijo...

En mi opinión, la conversación más fácil sería la emocional, porque las personas suelen tener la necesidad de expresar lo que sienten después de un conflicto. Aunque a veces cuesta controlar las emociones, hablar desde lo que uno ha vivido ayuda a liberar tensiones, a sentirse escuchado y a generar empatía con la otra parte. Este tipo de conversación permite humanizar el conflicto y empezar a construir una comunicación más sincera y cercana.
Por otro lado, la conversación más difícil sería la transformacional, ya que implica un cambio profundo en la forma de pensar y relacionarse. No solo se trata de resolver un problema puntual, sino de transformar las actitudes, asumir responsabilidades y ver la situación desde una nueva perspectiva. Para llegar a ese punto se necesita tiempo, confianza y un mediador con mucha capacidad para guiar, reformular y hacer las preguntas adecuadas.
Creo que alcanzar una conversación transformacional es el verdadero éxito de la mediación, porque no solo se busca un acuerdo, sino que las partes aprendan a comunicarse de manera más sana y respetuosa para el futuro.

Rosa Ramírez dijo...

En mi opinión, creo que la conversación que me resultaría más fácil sería la emocional ya que suelo empatizar con facilidad y pienso que esto ayudaría a que ambas partes se sintieran validadas y escuchadas. Sin embargo, la más dificil para mi creo que sería la posicional porque requiere trabajar con personas que guardan una actitud rígida en la mayoría de los casos y que dificultaría el poder llegar a un acuerdo.

María Gragera Descalzo dijo...

Desde mi punto de vista, creo que la conversación emocional sería la más fácil, y la conversación transformacional la más difícil.

La emocional me parece más sencilla porque se trata de expresar lo que sentimos, y eso, aunque a veces cuesta, es algo con lo que estamos bastante familiarizados en nuestra formación. Escuchar activamente, empatizar y validar las emociones del otro son cosas que practicamos mucho, y en mediación ayudan a que las personas se desahoguen y se entiendan un poco más.

En cambio, la conversación transformacional me parece todo un reto. No se trata solo de hablar o llegar a un acuerdo, sino de cambiar la manera en la que las personas ven el conflicto y a la otra parte. Requiere mucha madurez emocional, autocrítica y, sobre todo, disposición para transformar la relación. Lograr eso no siempre es fácil, porque implica dejar de lado el orgullo y realmente querer entender al otro.

Pablo Catalán dijo...

Bajo mi punto de vista, la conversación emocional sería más fácil porque es natural, ya que lo único que hay que hacer es conectar con la persona a través de la empatía y la escucha activa. Además, comprender las emociones permite tener una comunicación más sincera.
Por otro lado, la conversación transformacional me parece más complicada porque implica un cambio en la forma que tienen ambas partes de ver la relación con el otro. Creo que para conseguir esto se requieren unas habilidades que solo se adquieren a través de la experiencia.

Mario Toro Peinado dijo...

En mi opinión la mediación es una conversación que transforma. No una charla superficial ni una simple negociación, sino un espacio donde las personas se escuchan de verdad, se entienden y, poco a poco, cambian su forma de relacionarse.
Me parece muy acertado cuando se dice que conversar no es solo hablar. En mediación, conversar implica abrirse, expresar emociones, dejar salir lo que duele y también atreverse a escuchar lo que no queremos oír. Y ahí está lo difícil. No todos los conflictos llegan con la disposición de tener una “conversación transformacional”. La mayoría empieza con conversaciones más rígidas o defensivas, donde cada parte busca tener razón.
Lo que más me gusta del texto es cómo muestra la evolución que puede tener una conversación: desde la posicional, donde solo se defienden posturas, hasta la transformacional, donde hay entendimiento y cambio real. Creo que esa última es la meta de cualquier mediador. Que las personas no solo lleguen a un acuerdo, sino que salgan distintas, con una mirada más empática y constructiva.
Para mí, la conversación transformacional sería la más difícil, pero también la más valiosa. Porque exige mucha confianza, honestidad y, sobre todo, disposición a mirar hacia adentro. A veces no se logra en una sola sesión, ni siquiera en un solo proceso, pero si se logra, aunque sea un pequeño cambio en la forma de comunicarse, ya vale la pena.

Irene Luque Fdez dijo...

Tras leer los distintos tipos de conversación, he observado que es esencial controlar los aspectos claves de cada tipo de conversación para saber aplicarlas correctamente y que el profesional desarrolle adecuadamente el proceso de mediación.
Dicho esto, considero que la conversación más difícil es la posicional. Ya que, al darse al inicio del proceso de mediación, es en la que considero que hay que gestionar más tensiones. En este tipo de conversación será muy importante que seamos capaces de permitir que ambas partes expresen su situación pero sin permitir que se sobrepongan a la otra parte. Conseguir esto y al mismo tiempo desarrollar desde este primer momento un buen clima con ambas partes considero que es uno de los aspectos más costosos.
Por otro lado, la parte más fácil para mí sería la conversación emocional. Quizás por mi orientación personal hacia la psicología, pero en mi opinión es un tipo de conversación bastante "natural" en la que creo que si se permite mostrar la vulnerabilidad será más fácil propiciar el acercamiento.

Carlos Maestre dijo...

Para mí, la conversación emocional es la más fácil ya que en muchas ocasiones, las emociones explican por nosotros mismos gran parte de las decisiones que tomamos, incluso cuando no encontramos las palabras para justificarlo. Hablar desde lo que estamos sintiendo nos ayuda a entender no sólo nuestras reacciones, sino también por qué algo nos afecta, por qué reaccionamos mal o por qué le damos tanta importancia a ciertas cosas y a otras no. Esa expresión emocional permite que el otro pueda entender nuestro punto de vista incluso cuando no es capaz de comprendernos a nivel “racional”. En el fondo, las emociones sacan a la luz el motivo real del conflicto y facilitan la empatía, por eso fluyen con más naturalidad.

En cambio, la conversación inteligente me resulta la más complicada porque exige analizar en profundidad el conflicto desde otras perspectivas diferentes a la nuestra, pensar dos veces lo que se va a decir antes de hablar, cuidar el lenguaje y atender a todos los mensajes que recibimos, tanto los que se dicen como los que se callan. Además, implica mantener la calma en todo momento, saber y poder equilibrar la razón y las emociones y dedicar el tiempo necesario a procesar todo lo que ocurre en el transcurso de la conversación. No se trata solo de sentir, sino de reflexionar sobre lo sentido y expresarlo con claridad. Por ello, requiere más madurez, atención y autocontrol que otras conversaciones como la emocional, por ejemplo.

Carmen moreno dijo...

Estaba pensando en cómo cada tipo de conversación cumple un papel diferente dentro del proceso mediador.
La que en un principio creo que me resultaría más fácil sería la conversación emocional, porque (quizás tras estos años de carrera de psicología o desde pequeña, no estoy muy segura) me nace de forma natural escuchar y conectar con lo que las personas sienten. Creo que cuando alguien se permite enseñarle a los demás su dolor o frustración, el ambiente cambia y es entonces cuando empieza a construirse un espacio de comprensión entre los presentes. Escuchar con empatía y sin juzgar permite que todas las partes partes se sientan seguras y cómoda. Y esto es fundamental para poder avanzar en el proceso.
Sin embargo, la conversación transformacional sería la más difícil para mi, aunque también la que considero que más enriquece el proceso de mediación. Requiere tiempo, confianza y mucha sensibilidad, porque no solo se trata de buscar un acuerdo, sino un cambio profundo en la manera en que las personas se relacionan. sería tratar de buscar un equilibro y ayudar a que cada parte asuma su parte de responsabilidad. Que una persona que en principio está en contra de la otra, vea el conflicto como una oportunidad de crecimiento me parece el reto más grande, pero también el más bonito de la mediación.

María Roca Ramos dijo...

Según mi opinión, la conversación más fácil de gestionar y de iniciar sería la conversación posicional puesto que es un turno entre ambas partes donde de cada uno tiene tiempo para exponer sus hechos sin "necesidad" de escuchar a la otra parte. Al principio de la mediación donde las partes vienen más reactivas este sería el camino más fácil de iniciar. En cuanto a la más difícil, sería sin duda la conversación transformacional puesto que no se basa en un simple intercambio de palabras o puntos de vista sino que requiere vulnerabilidad, empatía y apertura. El mediador debe crear un entorno de seguridad emocional y confianza para que las partes sean capaces de llevar a cabo este tipo de conversaciones. Coincido con el profesor cuando dice que aunque en la mediación no se consiga un pacto, si se lleva a cabo una de estas conversaciones ya es un éxito.

Paloma Mir Cabello dijo...

En mi opinión, considero que la conversación emocional es la que más se adapta a mí y con la que me sentiría más cómoda. Esto se debe a que la conversación emocional emplea la empatía y la escucha activa, lo que permite conectar con las personas. Este tipo de técnicas son con las que me siento más cómoda para comunicarme con las personas. Además, creo que es la más efectiva para conseguir que la conversación fluya con naturalidad, creando un ambiente basado en la confianza.

En cuanto a la conversación que considero que se adapta menos a mi, es la conversación transformacional. Esto se debe a que para poder utilizar este tipo de conversación es necesario escoger las preguntas adecuadas con gran agilidad mental, para que las personas implicadas en el conflicto reflexionen y se implique en la búsqueda del cambio. Y para ello es necesario practicar mis habilidades para formular las preguntas adecuadas dependiendo de lo que necesite cada sujeto.

Lifestyle dijo...

Pienso que la conversación posicional quizá sea más fácil en mediación porque al final todos los integrantes van a dejar su posición clara. Pero pienso que la conversación emocional tiene un gran poder trasformador y sanador en los miembros de una mediación, ya que los sentimientos hacen que las personas se escuchen y entiendan con más claridad.

Mateo dijo...

Creo que la conversación emocional sería la más sencilla para mí. Me resulta más natural conectar con las personas, escuchar lo que sienten y crear un ambiente donde puedan expresarse sin miedo. Siento que tengo una buena capacidad para empatizar, y eso ayuda mucho a que las partes reduzcan la tensión y comiencen a entenderse. Además, en esa fase se nota un cambio rápido: cuando alguien se siente escuchado, ya se da un paso importante hacia la calma y el diálogo.

Por otro lado, la conversación transformacional me parece la más complicada. En este tipo de conversación no solo se trata de resolver un conflicto, sino de lograr un cambio profundo en la manera en que las personas se relacionan y se ven a sí mismas. Eso requiere más tiempo, compromiso y mucha apertura por parte de todos, y no siempre las partes están listas para ello. También exige que el mediador tenga mucha paciencia y habilidad para guiar la reflexión sin imponer nada. Por eso, aunque es la más enriquecedora, creo que también es la más difícil de alcanzar.

Qmecuentas dijo...

SARA MOLINA AGREDANO.

Desde mi perspectiva, considero que la conversación emocional resultaría la más sencilla de manejar, ya que es la más común para mi siendo estudiante de psicología. Cuando las personas experimentan dolor o frustración, es esencial que puedan exteriorizar sus sentimientos antes de que puedan llegar a razonar o encontrar soluciones en común. Prestar atención a sus emociones, validarlas y ofrecerles un espacio para liberar su carga emocional ayuda a reducir tensiones y a construir confianza.

Por otro lado, la charla transformacional me parece la más complicada, aunque también de las más importantes. No se trata solo de que expresen lo que sienten o se desahoguen; esta conversación exige que ambas partes sean capaces de ver el conflicto desde un ángulo diferente, reconozcan su responsabilidad y estén abiertas a modificar su manera de relacionarse. Alcanzar esto implica un gran trabajo de empatía y autorreflexión. Sin embargo, cuando se logra, no solo se resuelve un conflicto, si no que se transforma la relación y la manera en que las personas abordan futuros desacuerdos.

Lwmrldn dijo...

Creo que para mí la más sencilla sería la emocional porque al ser estudiante de psicología y estudiar emociones y la mente humana de manera profunda creo que podría ser capaz de llevar a las personas a hablar desde sus sentimientos y no tanto la posición en la que están. Creo que este tipo de conversación es muy buena y restauradora no solo para uno mismo que verbaliza sus emociones si no que también hacia a otra persona que está escuchando puede ser buena y generar mayor empatía, viendo el problema desde otro punto diferente e intentando entender a la otra persona mejor.

Por otro lado creo que la que más me costaría sería la transformacional porque no se trata solo de hablar de lo ocurrido si no de que ambas personas se reconozcan y puedan llegar a ver la parte de responsabilidad que tienen en el problema y eso es algo que requiere de mucha voluntad y de dejar el orgullo de lado.