El diálogo y el encuentro forman parte del ámbito de la metodología, para conseguir “sacar” de cada persona la “mejor versión”, potenciando, así, sus dones. Se basa principalmente en el concepto de que la convivencia social hay que cuidarla. Para ello tenemos que ser muy precavidos con la necesidad de la “escucha activa”, habilidad fundamental en mediación, que nos coloque a los mediados en el modo “nosotros”. Por eso lejos de ser un concepto que puso de moda el Papa Francisco cuando en su discurso ante el Cuerpo Diplomático que se estaba acreditando en la Santa Sede, en enero de 2020, dijo: "Es necesario que los políticos se esfuercen por restablecer una cultura del diálogo" en clara referencia a la necesidad del diálogo y el encuentro aunque cada uno tenga su derecho a ser asertivo.
Por eso lo que hemos llamado “cultura del encuentro”, significa el tránsito que se puede producir entre dos culturas: la del conflicto y la del acuerdo. Solo podremos conseguir un acuerdo, si hemos conseguido un encuentro. una nueva forma de actuar con relación a “los otros” en una situación conflictiva.
La “cultura del encuentro” supone el reto de salir de nuestra comodidad y renovar la posibilidad de entender al “otro” que puede tener su parte de razón, aunque yo no la comparta.
Es… pura mediación, ya que empieza por ver y asumir que las demás no solo tienen su parte de responsabilidad en el problema, sino que son parte de la solución y solo así podemos tender el “puente del diálogo constructivo”. No es sencillo de ver, pero, ambos, si quitamos nuestras posiciones e intereses personales, nos encontramos en el mismo lugar: la necesidad de gestionar el problema de la mejor forma posible, ahí está el lugar de encuentro.
Por lo tanto, permitirme afirmar, que si no hay fronteras, límites, a lo que creemos, seremos capaces de encontrarnos y gracias a ti mediador, puedo asumir dos actitudes: mirar lo que ocurre sin querer comprender y compadecerme de la dificultad de una solución, o de su búsqueda, o ir a por ella, reforzado, porque la otra parte validó, ante quien nos ayuda, la posibilidad del encuentro.
No es cómodo, porque necesita de actitud, pero se trabajan conceptos tales como “subsidiariedad” y “solidaridad”, vividos de manera práctica, para que no sólo sean conceptos… ¡Esto es la cultura del encuentro!
Los mediadores necesitamos un verdadero “encuentro”, que nos permita debates, discutiendo con aquellos que no alcanzamos a ver, convencidos de lo que pensamos, pero abiertos a tener la sensibilidad de escuchar y solo gracias a ellos comprendemos la realidad, el problema y que propuestas hacer para resolverlo.
¡Nada fácil¡, y realmente mucho más difícil que debatir en los tribunales, con turnos de palabra y conclusiones a nuestras alegaciones… pero sin el poder de decisión a quienes de verdad están sufriendo el conflicto.
La “cultura del encuentro” no es una tarea fácil, mucho menos para los católicos encerrados en sus propias referencias, encerrados en sí mismos, viviendo de sus propios conceptos y no del mensaje original, que es el mensaje de Jesucristo escrito en los Evangelios.
Y termino tal y como empecé, con otra cita del Papa Francisco quien dijo en su discurso al que me referí al principio:
“Este encuentro me ofrece la oportunidad para expresar el aprecio por los esfuerzos que se hacen, a lo largo de las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación. En el último año ciertamente se ha avanzado de modo particular; los pasos dados hacen crecer la esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos
Este trabajo nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la CULTURA DEL ENCUENTRO, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altisima dignidad, y el respeto por el bien común»
Aprendamos de la Cultura del Encuentro.
128 comentarios:
Excelente blog,y no hay dudas que el dialogo tiene que ser parte de nuestro dia a dia y que atravez de ella logremos los encuentros para lograr los acuerdos,que estos considere a la persona sin tener en cuenta religion,tendencia politica,color,etc.
Creo que la cultura del encuentro es algo difícil de alcanzar ya que cada persona cree tener la verdad absoluta cuando existe un debate o una conversación; y es precisamente por eso que es útil el encuentro cuando se dialoga. Requiere un esfuerzo poner tus férreas opiniones a un lado y darte la oportunidad de escuchar a la otra parte sin escepticismo, más aún cuando la opinión de dicha parte difiera mucho de la propia y es por eso que la cultura del encuentro llega a ser necesaria en mediación, puesto que no se llega a un verdadero entendimiento entre las partes si estas no dejan sus convicciones de lado e intentan activamente comprender a la parte contraria, aunque no se esté del todo de acuerdo con ella.
La cultura del encuentro abre una puerta de posibilidades hacia la resolución de conflictos que de otros modos no se han llegado a alcanzar. Es cierto que el ser humano, en muchos casos, es egoísta y egocéntrico por naturaleza, limitando así la apertura a otros puntos de vista o alternativas ante una situación problemática. Sin embargo, al crear un espacio de comunicación entre las dos partes del desacuerdo que esté mediado por el profesional adecuado, facilita la interacción y el intercambio de opinión, permite acercar a las personas a un término medio desde el respeto mutuo, y limar las asperezas que puedan surgir en el diálogo.
A mi parecer, la cultura del encuentro a nivel global como señaló el Papa, es una utopía. Conseguir que los jefes de naciones se reúnan con el objetivo de mantener un diálogo para encontrar soluciones, dispuestos tanto a exponer sus argumentos como para escuchar al otro, es una tarea muy complicada y diría que imposible en ciertos contextos. Requiere no únicamente la voluntad de ambos para llevarse a cabo, sino un nivel de formación y entendimiento sobre la utilidad que tiene esos encuentros y diálogos para el interés de ambos. Esto no significa que nosotros como futuros profesionales de la mediación, la aplicación de la cultura del encuentro no pueda ser útil, de hecho, todo lo contrario. Considero que es el punto de partida para solucionar cualquier conflicto. Yendo más allá, no solo es la solución a problemas, sino que es la prevención de nuevos conflictos, pues se evita la imposición, facilitando el entendimientos de ambas partes.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro es la base para la resolución de cualquier conflicto, desde un punto de vista político, hasta lo más personal en el día a día de cada persona. Nuestras relaciones se basan fundamentalmente en el lenguaje y la comunicación y, por tanto, una falta de diálogo, de escucha activa y de comprensión solo nos aleja y nos lleva a tomar otras medidas de resolución y comprensión menos apropiadas. No obstante, nos cuesta mucho llegar y comprender la necesidad de dicho encuentro ya que muchas veces los propios intereses ciegan el ver el de los demás, por ello, veo fundamental la presencia de la objetividad de una tercera persona que facilite no una solución, sino una interacción para que entre ambos lleguen a un acuerdo.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro es la base para la resolución de cualquier conflicto, desde un punto de vista político, hasta lo más personal en el día a día de cada persona. Nuestras relaciones se basan fundamentalmente en el lenguaje y la comunicación y, por tanto, una falta de diálogo, de escucha activa y de comprensión solo nos aleja y nos lleva a tomar otras medidas de resolución y comprensión menos apropiadas. No obstante, nos cuesta mucho llegar y comprender la necesidad de dicho encuentro ya que muchas veces los propios intereses ciegan el ver el de los demás, por ello, veo fundamental la presencia de la objetividad de una tercera persona que facilite no una solución, sino una interacción para que entre ambos lleguen a un acuerdo.
A mi modo de ver, la resolución de conflictos es algo muy interesante pero necesita conocimientos específicos para poder mediar de la manera más acertada posible y esto casi siempre suele ser complicado, es por esto que la cultura del encuentro por lo que a mí respecta, puede ser muy útil puesto que persigue una idea de generar un lugar seguro en el que la información circule de forma libre pero mediada positivamente, para esto la figura del mediador juega un papel clave, ya que es una persona imparcial en el conflicto y como profesional puede ofrecer herramientas comunicativas muy útiles para alcanzar el acuerdo entre ambas partes. Pero por otro lado, crear este lugar de encuentro no es fácil, ya que en ocasiones se tiende a evadir o posponer este tipo de encuentros. Pero quitando este pequeño detalle, la cultura del encuentro es una herramienta que puede ser muy eficaz en la resolución de conflictos.
Bajo mi punto de vista, la cultura del encuentro puede ser útil en el ámbito de la mediación como herramienta, apoyada en la figura del mediador, para llegar a un punto medio donde opiniones contrarias se puedan encontrar y por ende, conseguir una solución a un determinado conflicto.
Asimismo, tanto la cultura del encuentro como la mediación, de alguna manera, comparten la necesidad de comunicarse y negociar. Por lo que utilizarlas conjuntamente sería de gran utilidad para gestionar los problemas de la mejor forma, dejando a un lado la comodidad y el narcicismo que tenemos los seres humanos sobre nuestros ideales o pensamientos frente a los de los demás.
Me resulta muy interesante el artículo y pienso que la cultura del encuentro es una necesidad actual que podría traer poderosas consecuencias positivas en nuestra sociedad. A nivel individual, en los conflictos entre particulares, y a nivel mundial para mejorar las relaciones entre países. En un mundo globalizado, como el actual, se hacen imprescindibles las relaciones internacionales y la resolución de conflictos. Favorecer el diálogo, en la medida de lo posible, es fundamental. Por tanto, es necesario conseguir que se cree una escucha activa de los intereses ajenos, creando un pensamiento crítico donde haya cabida para el error de nuestros pensamientos o actos, debido a que no se pueden solucionar conflictos sin empatía.
Por todo lo mencionado, la cultura del encuentro conduce a una comunicación adecuada, donde la mediación desempeñaría un papel fundamental. Ante desacuerdos entre las partes implicadas en un conflicto, se ve imprescindible el papel del mediador. La mediación proporciona imparcialidad en la confrontación y sirve como puente conector para llegar al acuerdo. No es fácil, ya que puede necesitar cierto cese del beneficio propio para lograr un objetivo común, el acuerdo.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro me parece primordial en la resolución de problemas, porque te obliga a ponerte en el lugar de la otra persona y entender sus puntos de vista, a la vez que sales de tu zona de confort, ya que te hace considerar una opinión que tu anteriormente no contemplabas, y como comenta en su blog, renovar la posibilidad de comprender a los demás, que es un aspecto muy importante para la comunicación.
Asimismo, considero que la cultura del encuentro desempeña un papel fundamental en la mediación, ya que si hay un problema donde las opiniones sean totalmente opuestas, intenta buscar un entendimiento, permitiendo acercar las posturas de ambas partes desde la escucha activa y el respeto mutuo.
La cultura del encuentro es en la actualidad la herramienta fundamental tanto a nivel político como social para poder abordar los problemas y conflictos que existen en el mundo y que afectan a muchísimas personas. Si bien es cierto que las personas podemos llegar a ser egoístas y a creer que los conflictos únicamente se pueden resolver operando a nuestra manera, creo que podemos llegar a ser capaces de hacer el esfuerzo por cooperar e intentar unir nuestras ideas, combinándolas y consiguiendo soluciones mucho más completas en todos los sentidos. Al final, vivimos en un mundo diverso y es imposible resolver las disputas que surgen, tanto a nivel global como a nivel particular, sin intentar hacer un esfuerzo por encontrar puntos en común que den lugar a soluciones que hagan a todas las partes sentirse satisfechas y escuchadas.
La cultura del encuentro me parece necesaria para progresar en la vida, consiguiendo con ella la capacidad de mediar con diferentes personas que no tienen el mismo punto de vista sobre un tema determinado, consiguiendo a su vez conocer sus distintas realidades y con ello ser capaces de llegar a un acuerdo común. Para ello, es fundamental fomentar en la sociedad la capacidad de la escucha activa entre todos.
La cultura del encuentro me parece necesaria para progresar en la vida, consiguiendo con ella la capacidad de mediar con diferentes personas que no tienen el mismo punto de vista sobre un tema determinado, consiguiendo a su vez conocer sus distintas realidades y con ello ser capaces de llegar a un acuerdo común. Para ello, es fundamental fomentar en la sociedad la capacidad de la escucha activa entre todos.
En mi opinión, en una sociedad tan líquida como la que vivimos actualmente, es muy difícil alcanzar o establecer una cultura del encuentro. Estando marcados por la constante globalización, los choques de ideas y conflictos son abundantes, y sobre todo, necesarios. Por ello, aunque sea un reto utópico la cultura del encuentro, debemos caminar en esa dirección, pues es la alternativa de comunicación y mediación más factible.
El obstáculo más evidente que dificulta alcanzar esa cultura del encuentro es el propio ser humano, soliendo velar por su propio interés y dejándose cegar por la subjetividad y egocentrismo. Definitivamente, primero se debe reconocer todos los sesgos que cargamos en el día a día, para poder analizarlos y llegar a alcanzar en situaciones de conflicto una zona de confort, o punto de unión en el que todas las ideas sean aceptables y válidas. Para ello, la figura del mediador debe cobrar relevancia, siendo la "guía" o luz que orienta ambas partes de un conflicto hacia un beneficio común.
En mi opinión, la cultura del encuentro es primordial en la solución de conflictos ya que permite entender y comprender el punto de vista de la otra parta del conflicto, así como conocer una nueva realidad y empatizar con ella. No obstante, estoy de acuerdo con la dificultad de la cultura del encuentro ya que vivimos en una sociedad marcada por el individualismo, donde se cae en la falsa creencia de que para solucionar un problema una parte gana y la otra pierde. Este egoísmo natural del ser humano se consigue modular por la figura del mediador, que permite establecer una escucha activa y la comprensión de diferentes perspectivas. Finalmente, creo que es imprescindible partir del interés común por querer solucionar el conflicto, ya que solo si contamos con esta disposición inicial se puede empezar a trabajar la mediación, y con ello llegar a un acuerdo positivo para ambas partes.
Leyendo este post ha surgido en mí cierto interés sobre este concepto aparentemente simple, sin embargo una vez indagando en el origen de ello, la mayoría de referencias hacia este término recaían sobre el papa Francisco. Lo cual logró captar mayor atención de mi, me adentré en internet y leí lo referente a "la cultura del encuentro", en una de las tantas páginas en las que hablaban de esta, intentaban asemejarla con la "paz social", similitud que parecía un tanto incongruente debido a que, la cultura del encuentro decía de sentirse como algo que había penetrado en las entrañas del pueblo, más que una idea o conveniencia de algunos, podría decirse que sería como una "pasión" compartida e incluso me atrevería a añadir, un estilo de vida.
Conforme al post, no creo que la cultura del encuentro sea complicada de asentar en la sociedad, pero sí que pienso que a las personas que se encuentran en lo alto del escalafón de esta sociedad, a los que gobiernan, no les favorece que este estilo de vida se globalice. Actualmente la solidaridad y el humanismo en determinadas partes del mundo y de la cultura, así como de la sociedad, por defecto, brillan por su propia ausencia, lo cual es lo contrario a lo que caracteriza a la cultura del encuentro.
Desde mi punto de vista, la cultura de encuentro debe ser fundamental para la solución de conflictos. A todas las personas les gusta tener la razón tras un desacuerdo, por ello, afianzar la cultura de encuentro en la sociedad en la que vivimos debe servir para hacer que las personas dejen a un lado el conflicto que están teniendo y puedan gestionar el problema a través de la comunicación junto a un dialogo constructivo. Es algo bastante difícil de conseguir debido al egoísmo de cada persona, pero si todo el mundo es capaz de ponerse en el lugar del otro, se conseguirá una cultura de encuentro a través el respeto, proporcionando la escucha activa y la capacidad de negociar con otros.
Mediante la cultura de encuentro, se podrá lograr una adecuada mediación, ya que los distintos puntos de vista de cada persona podrán llegar a un acuerdo gracias a la facilitación de un mediador profesional, el cual debe ser capaz de dirigir a las personas hacia un camino donde se proporcione una sociedad abierta a escuchar, comprender y a respetar a los demás.
A mí, la cultura de encuentro me parece una parte indispensable para poder resolver conflictos. Si no tratamos de entender a los demás personas y todos los partidos relacionados con el conflicto y si no identificamos sus motivos y pensamientos, no podremos encontrar una solución o buscar un acuerdo. Lo único que a mí me parece difícil es encontrar un lugar para realizar la cultura de encuentro en la vida diaria. Muchas veces, los partidos incluidos en un conflicto no tienen mucho contacto entre ellos porque por ejemplo, existe una distancia física entre ellos. Otro aspecto relevante es que muchas personas tienen prejuicios y biases asociados al partido contrario y eso puede inhibir la motivación de entrar en contacto. Por eso, antes de entrar en contacto, deberíamos reducir estos prejuicios.
A mí, la cultura de encuentro me parece una parte indispensable para poder resolver conflictos. Si no tratamos de entender a los demás personas y todos los partidos relacionados con el conflicto y si no identificamos sus motivos y pensamientos, no podremos encontrar una solución o buscar un acuerdo. Lo único que a mí me parece difícil es encontrar un lugar para realizar la cultura de encuentro en la vida diaria. Muchas veces, los partidos incluidos en un conflicto no tienen mucho contacto entre ellos porque por ejemplo, existe una distancia física entre ellos. Otro aspecto relevante es que muchas personas tienen prejuicios y biases asociados al partido contrario y eso puede inhibir la motivación de entrar en contacto. Por eso, antes de entrar en contacto, deberíamos reducir estos prejuicios.
A mí, la cultura de encuentro me parece una parte indispensable para poder resolver conflictos. Si no tratamos de entender a los demás personas y todos los partidos relacionados con el conflicto y si no identificamos sus motivos y pensamientos, no podremos encontrar una solución o buscar un acuerdo. Lo único que a mí me parece difícil es encontrar un lugar para realizar la cultura de encuentro en la vida diaria. Muchas veces, los partidos incluidos en un conflicto no tienen mucho contacto entre ellos porque por ejemplo, existe una distancia física entre ellos. Otro aspecto relevante es que muchas personas tienen prejuicios y biases asociados al partido contrario y eso puede inhibir la motivación de entrar en contacto. Por eso, antes de entrar en contacto, deberíamos reducir estos prejuicios.
A día de hoy, la cultura de encuentro me parece algo que debería ser imprescindible en nuestras vidas y que debería implementarse lo antes posible, puesto que a menudo los humanos lidiamos con diferentes conflictos que se nos van presentando a lo largo de nuestra vida y por ello, es necesario que estos sean resueltos para poder vivir de forma tranquila. Sin embargo, vivimos en una sociedad donde una gran parte de la población únicamente mira por sus propios intereses, sin importarles la opinión de los demás; es por ello, que la mediación debería enseñarse desde la infancia para que así la empatía, el saber escuchar y el respeto se fomenten entre la población.
A pesar de que se ha avanzado bastante a día de hoy, hay mucho por hacer ya que debe haber acuerdo entre todas las partes implicadas en el conflicto lo que puede resultar bastante dificultoso.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro es la base para la resolución de cualquier conflicto, desde un punto de vista político, hasta lo más personal en el día a día de cada persona. Nuestras relaciones se basan fundamentalmente en el lenguaje y la comunicación y, por tanto, una falta de diálogo, de escucha activa y de comprensión solo nos aleja y nos lleva a tomar otras medidas de resolución y comprensión menos apropiadas. No obstante, nos cuesta mucho llegar y comprender la necesidad de dicho encuentro ya que muchas veces los propios intereses ciegan el ver el de los demás, por ello, veo fundamental la presencia de la objetividad de una tercera persona que facilite no una solución, sino una interacción para que entre ambos lleguen a un acuerdo.
Tras leer el artículo, he podido obtener como objetivo o conclusión final, que la cultura del encuentro es esencial y la clave, para establecer un diálogo digno entre diferentes personas. Tras generarme cierta curiosidad este tema, decidí informarme más sobre lo que el Papa Francisco dice sobre esto, y me llamó la atención una frase que dijo tal que “encontrarte con cada persona es encontrarte con el rostro de Dios”. Si analizásemos esto, vendría a explicar que es necesario obtener de cada persona su mejor versión para así estimular sus dotes. A nivel social, la cultura del encuentro es justa y necesaria, para poder lidiar con los diversos conflictos que puedan surgir, ya que es natural del ser humano que el hecho de convivir con otros pueda conllevar a desacuerdos. El papel del mediador cobra una importancia considerable dentro de este tipo de cultura, ya que una vez que exista alguna disconformidad es necesaria una figura que busque y facilite un diálogo sano entre las personas implicadas. Debe mediar de una forma imparcial y siempre buscando el bien común de todas las partes.
Al fin y al cabo, la cultura del encuentro considero que es algo fundamental en la sociedad y mundo que vivimos actualmente. Debido a múltiples disputas tanto políticas como bélicas ,entre otras, que se han ido desarrollando a lo largo de los años, era de vital importancia el desarrollo de un papel que mediase entre ambas partes para conseguir un bien común. Los conflictos es algo que por desgracia no podemos eliminar tan fácilmente, ya que los seres humanos somos racionales y tendemos a ser egoístas y en muchos momentos egocentristas. Nuestras opiniones o pensamientos son los únicos correctos y nos encerramos en muchos momentos a la idea de que no hay más soluciones posibles u opiniones. El papel del mediador es clave para esto, aportando una nueva visión y planteamiento, situándose en un terreno neutral para ambas partes. Considero que dicho papel en la sociedad poco a poco irá convirtiendo el egoísmo presente en otras virtudes como la solidaridad, el compromiso y sobretodo el respeto por el prójimo, ya que sin este no nos respetamos a nosotros mismos. No todo es blanco o negro, y la mediación aporta ese punto de “gris” necesario en muchas ocasiones incluso para prevenir futuros problemas o disminuir los ya existentes.
A través de la lectura de este post se puede comprender la importancia que presenta la llamada "cultura del encuentro" en la resolución de conflictos de cualquier tipo. Se pone de manifiesto el encuentro como primer paso para llegar a una resolución común, entendiendo este encuentro como la actitud de ambas partes de gestionar el conflicto a través de la escucha activa hacia una búsqueda de soluciones en las que, sin olvidar los intereses propios, los afectados puedan establecer un clima de solidaridad en la que se observen unos a otros como parte de la solución y no parte del problema.
Bajo mi punto de vista, considero que existe una alta necesidad de que la gestión de los conflictos se lleve a cabo a través de este encuentro, el cual permite realizar debates en los que los afectados estén abiertos a escuchar y comprender tanto opiniones como propuestas que hacer para resolverlo.
Tras la lectura de este post se puede resaltar la importancia de la "cultura del encuentro" en la resolución de conflictos de cualquier tipo. Se entiende el "encuentro" como la actitud de solidaridad y entendimiento que deben presentar los afectados que desean resolver el conflicto al que se enfrentan. Bajo mi punto de vista la resolución de conflictos necesita de este encuentro a través del cual se puedan generar debates en los que, sin olvidar los intereses propios, los afectados puedan estar abiertos y sensibilizados a las necesidades de los demás implicados mediante la escucha activa, de tal manera que entre ellos se vean como parte de la solución y no parte del problema.
Considero que, la cultura del encuentro es necesaria para que cualquier sociedad avance, evitando así conflictos y males mayores. En las mayorías de desacuerdos entre dos partes se producen en innumerables ocasiones por la falta de comunicación, puesto que si en ese conflicto se conocen las necesidades, deseos y motivaciones de la otra parte se podría llegar a una solución que beneficien a ambos. Es cierto que esta tarea es ardua, ya que ponernos en la posición del otro es algo que no estamos acostumbrados a hacerlo, y se debe realizar más a través de la educación, porque los beneficios que provocan esta cultura del encuentro son inmensos.
Ciertamente, vivimos en un mundo donde, muchas veces, desgraciadamente, vemos cómo personas y grupos, continuamente se pelean y les resulta prácticamente imposible llegar a acuerdos y "darse la mano" con el fin de establecer acuerdos beneficiosos para ambas partes que lleven a la cultura del encuentro. Quizás el orgullo tenga parte de culpa en hacernos ver que, paradójicamente, en la mayoría de ocasiones, llegar a acuerdos con la otra parte tiene consecuencias positivas para ambos. Además, se trata ya no sólo de mirar hacia nuestros propios intereses, sino también de ser conscientes de que para construir un mundo mejor debemos siempre abogar por el bien común para todos. Esa es realmente la visión que nos permitirá, como sociedad, vivir con mayor paz y felicidad.
La sociedad contemporánea se encuentra en una continua disputa cuyas bases se encuentran no tanto en la falta de diálogo, sino en la falta de empatía con el diálogo del prójimo. Dígase es cierto, es una situación enredosa el aceptar que uno no lleva la razón, pues esto nos haría vulnerables ante los ojos ajenos, es por esto que la cultura del encuentro, ver la razón de nuestro amigo comunicador desde su propia perspectiva, de manera no juiciosa, podría llevarnos no sólo a mejorar la comunicación entre los ciudadanos, sino poder hacer una sociedad justa y en paz.
Aunque sin una formación en mediación de conflictos... estamos condenados a ver dicha sociedad como una preciosa utopía.
La sociedad contemporánea se encuentra en una continua disputa cuyas bases se encuentran no tanto en la falta de diálogo, sino en la falta de empatía con el diálogo del prójimo. Dígase es cierto, es una situación enredosa el aceptar que uno no lleva la razón, pues esto nos haría vulnerables ante los ojos ajenos, es por esto que la cultura del encuentro, ver la razón de nuestro amigo comunicador desde su propia perspectiva, de manera no juiciosa, podría llevarnos no sólo a mejorar la comunicación entre los ciudadanos, sino poder hacer una sociedad justa y en paz.
Aunque sin una formación en mediación de conflictos... estamos condenados a ver dicha sociedad como una preciosa utopía.
La sociedad contemporánea se encuentra en una continua disputa cuyas bases se encuentran no tanto en la falta de diálogo, sino en la falta de empatía con el diálogo del prójimo. Dígase es cierto, es una situación enredosa el aceptar que uno no lleva la razón, pues esto nos haría vulnerables ante los ojos ajenos, es por esto que la cultura del encuentro, ver la razón de nuestro amigo comunicador desde su propia perspectiva, de manera no juiciosa, podría llevarnos no sólo a mejorar la comunicación entre los ciudadanos, sino poder hacer una sociedad justa y en paz.
Aunque sin una formación en mediación de conflictos... estamos condenados a ver dicha sociedad como una preciosa utopía.
La cultura del encuentro tal y como se describe en este post, en mi opinión, creo que es de las cosas más importantes que el ser humano debiera implantar en su vida cotidiana: respetar e intentar entender la postura del otro a pesar de ser contraria u opuesta a la nuestra, además de intentar conseguir un bien común para ambas partes, a pesar de dichas diferencias (culturales, religiosas, políticas, de opinión, económicas, etc.)
Esta cultura creo que está bastante ligada al primer fin de la mediación, que es intentar encontrar un acuerdo satisfactorio para los sujetos que lo solicitan. Sin la cultura del encuentro y la empatía que lo caracteriza, sería imposible mediar entre dos partes o hallar la solución más eficaz, eficiente y satisfactoria para ambos.
La cultura del encuentro debe ser algo fundamental, ya que, pienso que en parte fomenta la empatía con el otro. Muchas veces las personas no realizan esto por no salir de su zona de confort, ya que es muy cómodo imponer tus condiciones y no posicionarte en el lugar del otro, y otras no son capaces de gestionar conflictos, por lo que el trabajo como mediador me parece de lo más acertado, ya que no solo ayuda a que dos personas puedan llegar a un acuerdo, sino que además puede proporcionarle herramientas a esas personas para que en un futuro sean capaces de resolver por ellos mismos un problema o crear un acuerdo. Extrapolándolo a la política, como comentó el Papa, los políticos, quienes son las personas que representan o deberían representar al pueblo, muchas veces no son ejemplos de personas dialogantes y otras veces no cumplen acuerdos, o ni siquiera llegan a ellos, por lo que un mediador es de gran ayuda, el problema es que la mayoría no muestra actitud.
Me resulta de interés el tema a tratar, estamos inmersos en una sociedad donde existen miles de conflictos, por lo que es es fundamental la resolución de estos. La cultura del encuentro es la base para esta resolución y poder llegar a través de diálogo, actitud, respeto… a un consenso en situaciones problmáticas que pueden generarse en nuestra vida diaria, con el objetivo de poder lograr una convivencia pacífica, además de sacar la “mejor versión” de cada uno de nosotros. Pienso que es un reto complicado hoy en día, ya que los seres humanos somos seres egoístas y nos cuesta mucho salir de nuestro “sitio de confort” y más aún renovar nuestras creencias para entender “al otro”. Para ello, la figura del mediador juega un papel fundamental en la búsqueda de este encuentro.
Me resulta de interés el tema a tratar, estamos inmersos en una sociedad donde existen miles de conflictos, por lo que es es fundamental la resolución de estos. La cultura del encuentro es la base para esta resolución y poder llegar a través de diálogo, actitud, respeto… a un consenso en situaciones problmáticas que pueden generarse en nuestra vida diaria, con el objetivo de poder lograr una convivencia pacífica, además de sacar la “mejor versión” de cada uno de nosotros. Pienso que es un reto complicado hoy en día, ya que los seres humanos somos seres egoístas y nos cuesta mucho salir de nuestro “sitio de confort” y más aún renovar nuestras creencias para entender “al otro”. Para ello, la figura del mediador juega un papel fundamental en la búsqueda de este encuentro.
Desde mi punto de vista, es importante una cultura del encuentro que lleve a los seres humanos hacia una paz esperanzadora, en la cual las personas desarrollen su inteligencia, conocimiento, creatividad, y sobretodo, la práctica de valores. Por lo que si la generamos tendremos las herramientas para poder vencer las indiferencias que ocurren entre nosotros, aplicando nuestra capacidad de sacrificio, disponibilidad, solidaridad, etc.
Por otro lado, después de leer el post y estar reflexionando sobre ello para plasmar mi opinión aquí, no puedo no pensar en que si que hay herramientas para lograr paz y armonía entre los ciudadanos, pero pienso que desde que se tiene uso de razón siempre ha pesado más la competición, el ser mejor que el otro, junto con el egoísmo y el egocentrismo. ¿Parece el caminito más fácil, no? Por ello, veo muy importante que desde la mediación se gestionen los conflictos y la sociedad aprenda a que el ser humano no es solo egoísta y geocéntrico, sino que también es un ser social dispuesto a ayudar al otro y capaz de llegar a un acuerdo respetando las ideas y la libertad de cada uno. Al fin y al cabo el camino más fácil no es siempre el más acertado.
En primer lugar, la cultura del encuentro, a mi parecer es fundamental para avanzar en un conflicto, ya que mediante ella podrán acercarse posturas de personas que no piensan igual sobre un determinado asunto. En definitiva hay que dejar un poco de lado nuestros pensamientos (aunque a veces sea complejo, ya que por naturaleza somos egoístas) y querer dejarse ayudar por la mediación, para que esto pueda hacer efecto. Asi, conseguiremos escuchar y conocer distintas realidades sobre lo que pensamos, escuchando a la otra persona y así poder llegar al menos a un acuerdo común, aunque no se tengan las mismas ideas sobre un tema.
En mi opinión, pienso que el encuentro y el diálogo van de la mano, ya que se intenta potenciar a cada persona sacando lo mejor y más positivo de sí mismo, para poder conseguir una sociedad y convivencia sana donde esté presente la empatia y el respeto, y no ser una sociedad conflictiva, llena de desacuerdos y sin poder llegar a una solución igualitaria entre dos o más personas.
La cultura de encuentro es muy efectiva frente a cualquier conflicto, ya que se tienen que ver ambas posturas y motivos de la discusión que haya, y a raíz de ver las dos partes, se puede ir dialogando y llegar a un acuerdo.
La cultura del encuentro es completamente necesaria, no solo para temas que estrictamente puedan llegar a juicios sino también necesaria para llevar una vida basada en el respeto y en sentirse en paz con los demás. Pero al mismo tiempo es una “cultura” que siempre es difícil de llevar a cabo.
Al ser humano le encanta llevar la razón y cuando la cultura del encuentro entra en juego es porque otra persona piensa que no la lleva, y eso no nos gusta. Como bien dice el texto, se trabaja la subsidariedad, la solidaridad…a mi parecer también se trabaja la entrega porque la persona que pide ayuda se abre en cuerpo y alma para intentar arreglar las cosas y en parte, entender la otra opinión.
Ojalá normalicemos más encontrarnos y sernos sinceros los unos con los otros desde el respeto y desde la entrega. La vida sería más fácil y los problemas se resolverían más rápido.
En mi opinión, la cultura del encuentro es algo que debería lograrse en todos los países y sociedades para hacer los conflictos que puedan surgir más fáciles de resolver, y sin tener que llegar a la fuerza armada como dice el blog. Pero también pienso que es algo muy difícil de alcanzar ya que cada uno va a luchar por sus intereses y hasta el día de hoy, se ha visto que el lado del encuentro con más poder suele ser el que gana, por lo que esta cultura del encuentro, nunca le parecerá interesante si puede llevarle a perder aunque sea una pequeña parte de sus intereses. Aunque, que sea difícil, no quiere decir que sea imposible, y si se estableciese que siempre que surja un conflicto inmediatamente se interpusiera un mediador, poco a poco podríamos llegar a establecer esta cultura del conflicto en la sociedad.
"la cultura del encuentro" me parece la más acertada solución para buscar soluciones posibles y correctas para todas las partes implicadas en un problema, ya que es una forma de realizar una mirada global a un problema en el que podemos estar implicados y no nos pone a nosotros como centro, sino al problema en sí, lo que beneficia a todas las partes, ya que ninguno lo mira de manera egoísta, sino de manera objetiva.
De igual manera, creo que es un punto difícil de alcanzar, debido a que no todas las personas están dispuestas a dejar su ego de lado para comprender al otro, más bien su pretensión es que el otro sea el que comprenda su visión de la problemática; es por ello que para lograr el objetivo de la cultura del encuentro es necesaria la colaboración de todas las personas y una actitud participativa en el asunto.
En mi opinión, considero que la cultura del encuentro es un factor que podría considerarse como primordial a día de hoy puesto que sería una de las bases para encontrar un equilibrio a nivel tanto nacional como global.
Introducir en nuestro día a día algo tan importante como es la escucha activa puesto que, personalmente, lo considero el primer paso para dar a lugar a la cultura del encuentro. Nos ayudaría a “facilitarnos” la vida unos a otros ya que, darle esta nueva visión a dicho tema nos ayudaría a ser más humanos y por lo tanto, más sociales en lo que respecta a mirar por el otro, a respetar e incluso a poder perdonar o perdonarnos a nosotros mismos aunque no siempre se consigue siendo todo lo realista que puedo.
Es por este motivo por el que califico la cultura del encuentro como algo muy importante respecto a la resolución de conflictos debido a que, para poder mediar o ser partícipe de dicha resolución, partir de la base de un mínimo de intención en cuanto al entendimiento y escucha al otro, muchas veces, es lo único que se necesita para poder ser con uno mismo y con el resto.
muy a menudo en el mundo en que vivimos estamos rodeados de odio gratuito y discriminación de todo tipo. siempre, aunque al azar, se ha intentado resolver o al menos atajar el problema que aqueja el alma de todo hombre: el sentido de la diversidad dado por un sentimiento de superioridad. es un sentimiento enfermizo que lleva a la discordia entre los pueblos. la solución parece simple: diálogo abierto ENTRE mentes abiertas. pero para dialogar hace falta VOLUNTAD y ese es el elemento que falta en la cadena. antes de que podamos trabajar en la comunicación y el diálogo, debemos centrarnos en la voluntad.
muy a menudo en el mundo en que vivimos estamos rodeados de odio gratuito y discriminación de todo tipo. siempre, aunque al azar, se ha intentado resolver o al menos atajar el problema que aqueja el alma de todo hombre: el sentido de la diversidad dado por un sentimiento de superioridad. es un sentimiento enfermizo que lleva a la discordia entre los pueblos. la solución parece simple: diálogo abierto ENTRE mentes abiertas. pero para dialogar hace falta VOLUNTAD y ese es el elemento que falta en la cadena. antes de que podamos trabajar en la comunicación y el diálogo, debemos centrarnos en la voluntad.
El problema de las personas es su necesidad de llevar la razón, lo que se traduce en la consecuente no apertura a escuchar, comprender y analizar otras perspectivas que puedan poner en peligro su forma de ver la vida. El encuentro solo es posible si existe una predisposición a dejar de lado por un momento las gafas con las que percibimos la realidad para poder comprender la forma en la que otros la ven y así poder llegar a conclusiones comunes.
El ego siempre quiere llevar la razón, porque la apertura a no llevarla sería el principio de su fin. En consecuencia, para poder llegar a acuerdos win-win es necesario que en una cultura gobernada por el ego (la necesidad de reafirmar las propias creencias) pasase a una cultura dominada por el entendimiento y el encuentro donde merezca más la pena el llegar a acuerdos mediante la mediación que luchar porque los demás adopten nuestro punto de vista.
En mi opinión, la cultura del encuentro es necesaria para progresar en la resolución de problemas, ya que dicha cultura permite conectar con el punto de vista de otras personas, así como conocer su verdad y comprender mejor a la persona. En la actualidad la dificultad es evidente a la hora de alcanzar una cultura del encuentro, ya que vivimos en una sociedad individualizada, en constante evolución, y una globalización que parece no tener límites, en la cuál se resuelven los problemas afrontándolos de forma individual, y esto provoca, que donde muchos ganan, también muchos pierden. El peor enemigo del ser humano, es él mismo debido a ese egocentrismo, y este solo se consigue modular mediante un mediador, el cuál cobra cierta relevancia, siendo el guía, que acompaña a las diferentes posturas en un problema hacía un beneficio que sea común para posturas que son distintas.
Primeramente, me gustaría comentar el dificultoso camino existente entre el conflicto (motivo de la consulta) y el acuerdo final al que, supuestamente, deben de llegar (proceso final de la mediación). Bien es cierto que debe darse una pequeña despersonalización en relación a uno mismo y a sus propias convicciones, pues como bien refiere el texto, para llegar a un acuerdo hay que observar las cosas detenidamente y de manera ajena a uno mismo, pudiendo así ser capaces de comprender y respetar al otro sujeto y poder llegar a una solución, ya sea compartida o polarizada (ambos se benefician o solo uno).
Considero esencial dicho término, pues además de ser la base de toda mediación y otros campos profesionales, es necesario para llevar a cabo numerosas acciones o tomas de decisiones que pueden o no afectar a otros individuos. Asimismo, tanto la cultura del encuentro como la propia medición son fundamentales en toda relación social, por el mero hecho de intentar comprender al otro y poner de nuestra parte para poder mejorar dicha relación.
En este mundo, cualquier cosa puede dar pie a un conflicto, pero no todo conflicto debe acabar con las relaciones, siendo éstas básicas e imprescindibles para el ser humano. Por ello, resolver un desacuerdo de manera equitativa y pacífica es primordial, pues ambas partes se sienten escuchadas e incluso se es capaz de sacar más información sobre el propio conflicto que de forma individual por las partes implicadas.
Para concluir, con la mediación no solo se ayuda a las personas involucradas a ver más allá de ellos mismos o de sus intereses, sino que también se aprende para la vida de uno mismo, como mediadores, para los futuros conflictos que se experimente y para obtener un enriquecimiento profesional y personal que pocas profesiones aportan.
Julia Chamorro Salas.
Considero la cultura del encuentro una dinámica bastante útil para la resolución de los conflictos. Su objetivo principal es, mediante el diálogo, poder reunir a las partes que se encuentran en desacuerdo y que ambos, dejando a un lado sus propias ideas e intereses, sean capaces de poder contemplar al menos la perspectiva contraria para así considerar alternativas diferentes a la propia; o poder llegar a un acuerdo conjunto, respetando las necesidades de ambas partes. Si esta cultura del encuentro no existiera, no cabría la posibilidad del propio encuentro, de la comunicación entre las partes ni, por consiguiente, de la posible resolución del conflicto. En cuanto a la utilidad de la mediación, me parece una práctica muy beneficiosa y necesaria ligada al término principal de cultura del encuentro. Es imprescindible la existencia de un profesional en mediación para poder reunir y guiar a las diferentes partes que se encuentran en conflicto en dicho encuentro. En definitiva, considero que ambos conceptos se necesitan y trabajan conjuntamente con la finalidad de hacer que opiniones contrarias puedan encontrar un punto de unión y por medio de la comunicación sean capaces de darle solución a un determinado conflicto, primando siempre el respeto y la comprensión.
En mi opinión, alcanzar la cultura del encuentro debería ser obligatorio en todas las sociedades dado que, para avanzar hacia un futuro mejor y más pacífico, deberíamos aprender a solucionar los conflictos mediante el diálogo y el encuentro de las opiniones mediante este mismo, y así, no quedarnos anclados en la forma de solucionar los conflictos de nuestros antepasados, mediante la lucha armada acabando con muchas vidas, lo cual sería la vía "fácil", aunque no por ello la adecuada.
En conclusión, al igual que cada vez estamos más desarrollados como sociedades en avances científicos u otros, también deberíamos evolucionar utilizando los nuevos métodos de solución de conflictos, así como la cultura del encuentro.
La cultura del encuentro es necesaria para la resolución de problemas en nuestro día a día por diversos motivas que existan, entre personas que no han sido capaces de ponerse de acuerdo y por tanto, tiene que existir una figura superior e imparcial que ponga sobre la mesa unas bases en la búsqueda de intereses que tienen ambas partes y resuelvan de la mejor manera a través de acuerdos o siendo respetuosos los unos de los otros. La función de mediador es esta y a veces es difícil porque no siempre sale bien y por tanto, lo que debemos de hacer es trabajar con estrategias para saber reaccionar a cualquier situación.
Es indudable que los conflictos están a la orden del día en todos los ámbitos. A raíz de los conflictos se ha construido nuestra historia como sociedad. La cultura del encuentro es la mejor forma diría yo de poder mediar ante estos conflictos, pero para ello no solo necesitamos la "técnica" sino que también necesitamos a personas capacitadas y motivadas a emplearla de una manera eficiente, y como relata el post, es algo muy difícil de llevar a cabo. Siempre van a existir diferencias culturales, personales, de religión... que dificulten el consenso a la hora de determinar un acuerdo. Está en manos de la propia persona el saber escuchar y valorar qué es lo que de verdad me está diciendo la persona teniendo en cuenta mis derechos y lo que yo verdaderamente quiero consensuar con la otra parte. Por ello, la importancia de llegar a un acuerdo por medio de la cultura del acuerdo para hacer desaparecer un conflicto.
Es indudable que los conflictos están a la orden del día en todos los ámbitos. A raíz de los conflictos se ha construido nuestra historia como sociedad. La cultura del encuentro es la mejor forma diría yo de poder mediar ante estos conflictos, pero para ello no solo necesitamos la "técnica" sino que también necesitamos a personas capacitadas y motivadas a emplearla de una manera eficiente, y como relata el post, es algo muy difícil de llevar a cabo. Siempre van a existir diferencias culturales, personales, de religión... que dificulten el consenso a la hora de determinar un acuerdo. Está en manos de la propia persona el saber escuchar y valorar qué es lo que de verdad me está diciendo la persona teniendo en cuenta mis derechos y lo que yo verdaderamente quiero consensuar con la otra parte. Por ello, la importancia de llegar a un acuerdo por medio de la cultura del acuerdo para hacer desaparecer un conflicto.
Partiendo de la base de que la cultura de encuentro me parece una de las opciones más correctas que deben utilizarse el todos los niveles para la resolución de conflicto, soy consciente de que a su vez es muy complicada. Esto debe conseguir llegar a acuerdos en los cuáles las diferentes partes tienen puntos de vistas opuestos, por lo que puede resultar complicado buscar un punto intermedio; esto se debe a que normalmente a las personas no les resulta nada cómodo negar que su postura no es la más correcta y que deben dejarla de lado para llegar a algo que no sea lo más beneficioso, por lo que debe haber una cultura que enseñe a eliminar el egoísmo objetivo para conseguir un beneficio plural y que sea óptimo para todas las partes del conflicto.
Bajo mi punto de vista, la cultura del encuentro es algo bastante útil, aunque también bastante complicado de implementar. Por una parte, ofrece una oportunidad a todas las partes que se ven envueltas en el conflicto de expresar su percepción de las cosas, así como su demanda, y obliga a la escucha. Al fin y al cabo, la mejor herramienta es la comunicación, y es la que se utiliza en este método. Además, también, de manera individual, permite a cada uno darse cuenta de lo que realmente necesita de la situación, que no tiene por qué coincidir con lo que demanda (cosa que es trabajo del mediador). Gracias a esto, será más fácil el llegar a un acuerdo y empatizar con la otra parte, o al menos comprenderla. No obstante, por otra parte, el propiciar un encuentro entre personas enfrentadas puede llegar a agravar el problema en ocasiones, por lo que habría que establecer una serie de protocolos o pautas para ayudar en el acercamiento, siempre teniendo cuidado con factores como la revictimización, por ejemplo.
La cultura del encuentro, desde mi punto de vista, puede resumirse en una actitud fundamental a la hora de buscar y encontrar una solución fructífera frente a un conflicto. Además, esta mentalidad es aplicable tanto a las partes protagonistas del conflicto, como a aquellos mediadores que asisten a estas. Entender y saber aplicar esta teoría parte de la base de eliminar aquellos prejuicios o barreras mentales que puedan tener ambas partes para llegar a un punto común que sea dejar diferencias de lado y conseguir una solución o, por lo menos, empezar a acercarse a ella. La eliminación de barreras o ideas preconcebidas, según esta forma de mediar problemas, parte de la escucha activa y de saber entender la posición de la parte contraria. La mayoría de veces, las personas inmersas en conflictos no son capaces por si solas de aplicar esta cultura del encuentro a su situación personal, ahí radica la importancia de un buen mediador que entienda y trabaje de acuerdo a la teoría mencionada en el blog. Esta cultura puede extrapolarse a todos los ámbitos de la vida cotidiana: social, política, religión, familiar... De forma que, para concluir esta reflexión, es fundamental estar educados en ella.
Tras la lectura hay algo en particular que me llama la atención y es el concepto de "escucha activa", la importancia de dicho concepto y el poco valor que parece darle la sociedad de hoy en día. Vivimos corriendo, oyendo aquello que nos dicen pero sin realmente escucharlo, y es una lastima. Debemos pararnos y prestar la atención necesaria a la persona que lo necesita, y sin duda es un característica fundamental de la figura del mediador. Poder trabajar con la escucha activa y el diálogo para llegar a esa cultura del encuentro es en la dirección que debemos ir caminando. Poner realmente en práctica aquello que se dice de "ponerse en los zapatos del otro", dejar apartado el egoísmo para usar el diálogo como forma de comprensión del otro.
Teresa Fdez-Vivancos
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro sería ideal y necesaria para resolver todo tipo de problemas y conflictos que existen hoy en día, tanto a nivel económico, familiar, político, etc. Aunque, es cierto que esta situación puede ser difícil, ya que el ser humano puede llegar a ser terco y orgulloso para poder escuchar otros puntos de vista. Por ello, creo que sería muy útil y necesario fomentar la mediación en todo tipo de poblaciones, para que los conflictos puedan ser resueltos a través del diálogo de la mejor manera posible. Asimismo, se evitarían enfrentamientos innecesarios que pueden causar consecuencias negativas e irreversibles para terceros que no estuviesen implicados.
En cuanto a los diferentes conflictos que ocurren en las diferentes comunidades, la cultura de encuentro es el método más efectivo (bajo mi punto de vista) para la resolución de un determinado problema o conflicto, llegando a un acuerdo mutuo para ambas partes. Esta cultura de encuentro, facilita a los dos extremos envueltos en el conflicto a exponer sus puntos de vista y a ser escuchados, con el fin de intentar entender su posición aunque no sea compartida, para así intentar buscar una solución en la que ambas partes estén lo más satisfechas posible. Pienso que este método es uno de los más efectivos, el único problema que veo en este tema es que ninguna de las partes es capaz de tomar la decisión de llegar a un acuerdo, por lo que la figura del mediador es imprescindible en la cultura del encuentro, para así facilitar y ayudar a encontrar ese punto de encuentro en el que ambas partes queden satisfechas
Desde mi punto de vista, la "cultura del encuentro" es el principio y la base de la resolución de conflictos, o al menos el primer "brazo a torcer" de un conflicto de intereses entre dos o más personas. En la sociedad en la que vivimos, es importante saber escuchar para empatizar, encontrar el punto medio y gestionar la situación de la mejor forma posible. Aún así, pienso que es fácil decirlo pero que a la hora de la verdad y dependiendo del contexto, del tipo de problema, la forma en la que se haya gestionado, las relaciones entre los protagonistas (mejores o peores) puede dar lugar de primera mano a un entendimiento egoísta y falso. Por eso pienso que el papel del mediador es de gran importancia, ya que puede ser el puente entre dos partes que pueden llevar detrás sufrimiento, daño y mala comunicación para empezar a cambiarlo y poder buscar la verdadera paz.
En esta época, la cultura del encuentro me parece necesaria y, me atrevería a decir, casi obligatoria. El egoísmo occidental y el individualismo que caracteriza casi todo lo profesional nos hace perder todo el mensaje de Jesús.
Nada me parecería más contradictorio que un "mediador" que ejerciera su trabajo solo centrado en lo económico, obviando el valor del ser humano como alguien único y "hecho a imagen y semejanza de Dios". Primero, debe prevalecer su afán de ayudar y de centrarse en la felicidad de las personas, y no intereses suyos profesionales. Algo así como "buscad el reino de Dios lo primero, y lo demás se os dará por añadiduras", pero en su ámbito profesional.
Como conclusión, enfatizar la difícil y valiente labor de los mediadores en una época especialmente cruda en la que el egoísmo es el pan de cada día.
En esta época, la cultura del encuentro me parece necesaria y, me atrevería a decir, casi obligatoria. El egoísmo occidental y el individualismo que caracteriza casi todo lo profesional nos hace perder todo el mensaje de Jesús.
Nada me parecería más contradictorio que un "mediador" que ejerciera su trabajo solo centrado en lo económico, obviando el valor del ser humano como alguien único y "hecho a imagen y semejanza de Dios". Primero, debe prevalecer su afán de ayudar y de centrarse en la felicidad de las personas, y no intereses suyos profesionales. Algo así como "buscad el reino de Dios lo primero, y lo demás se os dará por añadiduras", pero en su ámbito profesional.
Como conclusión, enfatizar la difícil y valiente labor de los mediadores en una época especialmente cruda en la que el egoísmo es el pan de cada día.
A pesar de que la cultura del encuentro sea una práctica difícil de conseguir, opino que me parece un acto necesario para llegar a la conclusión del problema. Si nos encerramos en nosotros mismos, no hay nadie que logre sacarnos de ahí; y tampoco hay que verlo como “dar tu brazo a torcer” sino que, debemos “dejar atrás” nuestras ideas y centrarnos en el otro para poder así comprender el conflicto. Hay que tener en cuenta que podemos estar equivocados o la existencia de un simple malentendido. No llevar a cabo esta práctica, a mi parecer, me parece un acto egoísta, puesto que da a entender que no sientes interés ni empatía por el otro. Existen algunas ramas, por ejemplo, la política, donde es sumamente complicado aplicar la teoría a la práctica, pero no imposible.
Desde el punto de vista de la mediación, es un aspecto fundamental, puesto que todas las opiniones, aunque sean contrarias, son necesarias y bienvenidas. Por lo tanto, también es el profesional el que debe llevar a la práctica la cultura del encuentro.
Este blog ha captado mi interés y atención, ya que es la primera vez que he sido consciente del término “cultura del encuentro”.
Tal y como señala el Papa Francisco, se debe enseñar a los políticos la cultura del encuentro, cómo hacer una escucha activa y empática del otro, saber expresar ideas y opiniones de manera clara y respetuosa. Sin embargo, bajo mi punto de vista, esto debería ser aplicado a todas las personas.
Tras la lectura de este blog, he llegado a la conclusión de que hoy día, la sociedad no es verdaderamente consciente del peso e importancia de las palabras. Se debe hacer un trabajo para mostrar a la población, reglas básicas de escucha y comunicación tanto verbal como no verbal. De este modo, el diálogo sería capaz de evitar e incluso solucionar, gran cantidad de conflictos del día a día, así como grandes problemas, consiguiendo un acercamiento entre las partes afectadas.
Respecto a la relevancia que tiene la cultura del encuentro en la mediación, creo que el papel del mediador es esencial. En muchas ocasiones, los humanos se encuentran cegados y enfrascados en el conflicto. Es ahí donde surge la figura del mediador, quien ayuda a los afectados, a realizar ese lugar de encuentro donde surge un diálogo, y en el mejor de los casos, lleve a un acercamiento de las partes e incluso solución del conflicto.
Andrea Cañero Gil.
En mi opinión, tanto la cultura del encuentro, como respectivamente la mediación, es algo que deberíamos de lograr alcanzar tanto personalmente como colectivamente en nuestra sociedad. Estos no ayudan a fortalecer valores como el asertividad, la empatía y sobre todo trabajar en la capacidad de escucha hacia la otra parte. En el día a día nos vamos a encontrar ante situaciones y personas con las que no compartimos ciertas opiniones o creencias, pero quizá esta sea una oportunidad de trabajar e incluso apreciar otros puntos de vista que por nosotros mismos no hubiésemos logrado. Gracias a estas habilidades quizá no “tengamos toda la razón o ganemos” pero si podemos conseguir algo más cercano a nuestro objetivo mediante el dialogo, trabajando nuestras habilidades comunicativas.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro y sus profesionales, apodados como mediadores, abarcan una parte esencial del conflicto de la vida en general, abarcando una gran diversidad de ámbitos que en su conjunto permiten formar sociedades orientadas al crecimiento. Esta cultura del encuentro propone un punto de vista que, aunque parece sencillo, podría afirmar que es de los más difíciles de aplicar en la vida misma; trata pues de, dejar a un lado ese ego que nos limita a la hora de comprender al ajeno, y, entender que todo ser humano actúa y siente conforme a una ley universal: acercarse al bienestar y alejarse del sufrimiento. Pienso que si la persona realmente comprende e interioriza esta forma de ver al otro, se resolverían al instante la mayoría de los conflictos presentes, y esa es precisamente la labor que todo mediador debería de llevar a cabo.
La cultura del encuentro es en definitiva el escenario ideal para una mediación efectiva, en el cual las personas nos encontramos y escuchamos de una manera más humana. Mediante esta las personas involucradas, independientemente de sus ideales o convicciones, se comprometen con la tarea de llegar a un acuerdo común en una situación de igualdad de poderes. Al fin y al cabo, se trata de un desafío en el que todas las partes tienen la certeza de que acabaran beneficiándose sin renunciar a sus propios principios, utilizando como medio el debate y el respeto para obtener la construcción conjunta de una respuesta.
A veces olvidamos el papel del otro a la hora de gestionar el conflicto y, lo que parece la forma más evidente de actuar, acaba siendo sustituida por otro camino más complicado y perjudicial para todas las partes. Esto sucede, bajo mi punto de vista, por la dificultad que se encuentra, a menudo en estas ocasiones, de salir de uno mismo y ver más allá, por el componente egoísta del ser humano. La cultura del encuentro es, sin duda, la manera más práctica de encontrar una solución otorgando el lugar y espacio adecuado a las partes implicadas. Pero, como bien se comenta en el texto, y se ve reflejado en el día a día, es una tarea complicada que requiere de un esfuerzo, y voluntad personal de salir de nosotros mismos y buscar comprender y atender a la persona que tenemos enfrente. Requiere de empatía. Finalmente, me gustaría destacar el componente humanitario de la cultura del encuentro, que no solo busca un acuerdo o solución a un problema, sino que hace énfasis a las personas ya que, al fin y al cabo, son las que sufren el conflicto.
Teniendo en cuenta mi punto de vista, la cultura del encuentro debería de formar parte de la cultura individual de cada uno de nosotros, donde por nosotros mismos necesitariamos ser capaces de compartir nuestra opinión libremente y de escuchar la del resto, que, aunque encontrándonos en discordia con esta, tendríamos tanto que tenerla en cuenta como ser asertivo a su vez, para no llegar así a caer en el conflicto.
A su vez, he de decir, que en la figura del mediador es muy importante la cultura tratada, ya que con esta se lograría exponer los distintos puntos de vista que se encuentran opuestos, para así poder llegar a la solución sin dar lugar a un conflicto mayor.
Por lo tanto, la cultura del encuentro abre un camino muy importante que evoca a la compasión y la solidaridad con el resto de personas ya que es algo muy carente en la sociedad actual, y que a su misma vez son atributos muy importantes a tener en cuenta en la población.
Francisca María Marchal Gallardo
Personalmente, considero que el contenido del texto acerca de la cultura del encuentro mantiene coherencia si nos ceñimos a la parte teórica expuesta, sin embargo, resulta complicado trasladarnos a una tesitura en la que exista una disposición general de converger perspectivas “contrarias” en una situación de conflicto real, especialmente aquellas en las que uno mismo es partícipe, dado que la disposición a mantenerse en un postura objetiva puede verse afectada, por lo que podría ser complejo de extrapolar a la práctica, aunque no necesariamente inviable, y por tanto, debe tratar de llevarse a cabo. Me gustaría añadir que una de las menciones más atractivas del texto, a mi parecer, es la de la relevancia de la apertura y la reflexión al mensaje original de Jesucristo escrito en los Evangelios como forma de aproximamiento a la cultura del encuentro.
La cultura del encuentro desde luego es una cultura digna de ser estudiada y, en su intento, aplicada. Al vivir todos en un mundo con una gran cantidad de culturas, opiniones, ideas y creencias es una ardua tarea la de converger en un punto que permita la existencia pacífica de todos, incluso llegando a ser utópico, sin embargo, son esas utopías las que, aunque el término por si mismo nos indica que es inalcanzable, deberíamos de seguir e intentar solidar. La cita del papá Francisco nos enseña como en los últimos años hemos reducido un número asombroso (comparado con la historia), el número de guerras gracias al diálogo, al encuentro, a ceder ambas partes por un bien común, aunque aún así queda trabajo por hacer (Rusia y Ucrania, Israel y Palestina y Yemen entre otros). Sin duda alguna sería una gran virtud para humanidad el ceder la violencia y evolucionar a un dialogo.
Desde la cultura del encuentro, con todo lo que abarca, y ciertamente, desde este país, un país muy sociable, cabe destacar que somos personas, personas que se hacen con y por personas. Por los encuentros, las conversaciones, los cambios, las organizaciones... la vida en sí. Todos los días tomamos decisiones las cuales nos llevan a distintos fines y, de la mano de la cantidad de diferencias ideológicas, puede existir el conflicto, como es normal. Hoy en día se podría considerar que se ha perdido la capacidad de una buena comunicación, pero gracias a la tendencia de una cultura de encuentro, entre un problema y un mediador, existe luz para ser capaz de superar los "baches" de la vida misma. Fomentar la mediación en el conflicto, es una útil herramienta para evitar llegar a palabras mayores como un pleito, juicio... Considero que sería útil fomentar la mediación y la cultura del encuentro.
Considero oportuno empezar este comentario haciendo alusión a la cita mencionada en el blog, en ella se cita al Papa Francisco. Si bien es cierto, que los políticos en su papel fundamental de liderazgo y gobierno deben conducir tanto a la sociedad como al sujeto individual hacia la cultura del entendimiento, promulgando así el ejemplo del acuerdo, es imperativo resaltar que el papel de este último es igual, o incluso, más significativo para alcanzar la cultural del diálogo, entendimiento y encuentro. Una vez dicho esto, en primer lugar, cabe resaltar lo que el autor en el texto califica como cultura del encuentro. En este concepto podemos observar el punto de encuentro, valga la redundancia, entre dos términos tan opuestos como lo son el conflicto y el acuerdo. De esta forma, el fundamento del entendimiento trae causa de la consecución de un acuerdo. A plena vista, se trata pues de la mediación, esto es el aislamiento de la posición personal para hallar la solución de un conflicto llegando al acuerdo. En mi opinión, debemos entender que mientras el conflicto supone la acción, el acuerdo reviste el carácter de la reacción fundamentada en un punto de encuentro entre dos posiciones, inicialmente opuestas, lograda mediante el proceso de mediación. Así, podemos encontrar la figura del mediador en diversos campos sociales. Piénsese, por ejemplo, en las figuras de los árbitros deportivos y jueces, entre otros. En estos casos es evidente la existencia de dos polos contrapuestos. Sin embargo, la figura del psicólogo supone un caso de elevada complejidad, ya que este se posiciona como mediador entre un conflicto que subyace en la persona de cada individuo. Tal complejidad puede verse simplificada mediante el uso de técnicas tales como la escucha activa, En mi opinión fundamental a la hora de alcanzar la cultura del entendimiento.
Alejandra Beltrán Simón.
Considero oportuno empezar este comentario haciendo alusión a la cita mencionada en el blog, en ella se cita al Papa Francisco. Si bien es cierto, que los políticos en su papel fundamental de liderazgo y gobierno deben conducir tanto a la sociedad como al sujeto individual hacia la cultura del entendimiento, promulgando así el ejemplo del acuerdo, es imperativo resaltar que el papel de este último es igual, o incluso, más significativo para alcanzar la cultural del diálogo, entendimiento y encuentro. Una vez dicho esto, en primer lugar, cabe resaltar lo que el autor en el texto califica como cultura del encuentro. En este concepto podemos observar el punto de encuentro, valga la redundancia, entre dos términos tan opuestos como lo son el conflicto y el acuerdo. De esta forma, el fundamento del entendimiento trae causa de la consecución de un acuerdo. A plena vista, se trata pues de la mediación, esto es el aislamiento de la posición personal para hallar la solución de un conflicto llegando al acuerdo. En mi opinión, debemos entender que mientras el conflicto supone la acción, el acuerdo reviste el carácter de la reacción fundamentada en un punto de encuentro entre dos posiciones, inicialmente opuestas, lograda mediante el proceso de mediación. Así, podemos encontrar la figura del mediador en diversos campos sociales. Piénsese, por ejemplo, en las figuras de los árbitros deportivos y jueces, entre otros. En estos casos es evidente la existencia de dos polos contrapuestos. Sin embargo, la figura del psicólogo supone un caso de elevada complejidad, ya que este se posiciona como mediador entre un conflicto que subyace en la persona de cada individuo. Tal complejidad puede verse simplificada mediante el uso de técnicas tales como la escucha activa, En mi opinión fundamental a la hora de alcanzar la cultura del entendimiento.
Alejandra Beltrán Simón.
Tras la lectura del artículo cabe reflexionar acerca de la cultura del encuentro, así como sobre la propia mediación. Considero que se trata de algo más importante de lo que parece ser. Se trata de una herramienta, técnica o medida a través de la cual las diferentes opiniones o posiciones respecto a un conflicto logran poner una medida o solución equitativa para todas las partes, y esto es algo importantísimo. La escucha activa es un concepto fundamental en el tema que estamos tratando, puesto que es fundamental comprender las opiniones contrarias y no solo irlas, sino escucharlas. Analizarlas, a pesar de que puedan ser contrarias a las nuestras, para poder llegar a un acuerdo de manera más cordial y precisa.
El artículo nos habla de que el concepto de cultura del encuentro es crucial para poder establecer diálogos y llevar a cabo el proceso de la mediación, provocando así, una predisposición para el entendimiento entre las partes, aunque no se llegue a compartir la idea del contrario. Me parece que este concepto es necesario que la sociedad lo conozca, ya que no solo es una herramienta que se puede usar en la profesión de mediador sino que puede llegar a poner solución a muchos conflictos que se encuentran actualmente en la sociedad. Aunque como menciona en el blog, no es nada fácil dejar el ego, los intereses y su visión a un lado para poder, con una actitud de cooperación, colaborar en la búsqueda de la solución del conflicto.
Aunque nos duela reconocer, la falta de diálogo crece día a día y se encuentra instaurada en nuestra sociedad. En nuestro día a día contemplamos escenas de gente discutiendo, incluso en cualquier programa de televisión, esos programas de debate llenos de tertulianos con sus discursos egocentristas que no llegan a ningún puerto y cuyo único fin, es el de desacreditar al otro para dejar ver que su postura es la única e inmejorable. Ojalá la profesión de mediador no existiera! Eso significaría que no haría falta y por ende, que habremos evolucionado para mejor.
La cultura del encuentro sería beneficiosa para todos los ámbitos de la vida, ya que las personas se pondrían en el lugar de los demás para comprender su situación y comportamiento, para así actuar de una manera u otra.
Utilizar esto es un acto de mediación para así llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes, partiendo de la misma base para gestionar los problemas.
Aunque esto es complicado ponerlo en práctica debido a que el ser humano es un ser egoísta por naturaleza el cual en ocasiones cree poseer la verdad absoluta en alguna situación.
Muchos consideran que el conflicto es la base de la evolución. Pues es a partir de él que podemos identificar nuestras fortalezas y debilidades, y, en base a eso, adoptar medidas y cambios que nos permitan mejorar como sociedad.
Sin embargo, la cultura del encuentro, le da un giro de tuerca a esta premisa, pues promueve que el conflicto no tiene por qué suponer nada malo, siempre y cuando haya un acuerdo entre ambas partes enfrentadas. El ``problema´´ por llamarlo de algún modo de esta segunda premisa, es que, a diferencia de la primera que vela por el egoísmo y el bienestar propio, la cultura del encuentro vela por la conformidad de ambas partes implicadas. El punto es que el ser humano es egoísta por naturaleza, y es ese mismo egoísmo el que nubla su visión de tal manera que le impide ver cualquier posible acuerdo con su ``rival´´. Por tanto, y ya como conclusión, si bien pienso que la denominada cultura del encuentro es algo que se debe perseguir y fomentar, considero que es un concepto un tanto utópico u optimista para muchos, y más si cabe en la sociedad actual, la cual se ha vuelto sumamente individualista en comparación a como un día fue.
La cultura del encuentro me parece fundamental para cualquier profesión, pero centrándome en la figura del mediador, es una forma de llegar al éxito en un conflicto, ya que se hace uso del diálogo, la escucha, ponerte en la posición de otra persona para intentar comprender las diferentes partes, sin posicionarte en un lugar u otro. Sin embargo, es una tarea difícil, ya que todo ser humano tiene sus ideas y seguramente no entienda la posición de muchas personas, por ello supone un esfuerzo y salir de tu zona de confort para llegar al éxito.
Bajo mi percepción, visualizo la cultura del encuentro como el gran transito que ayuda a gestionar y resolver un conflicto en si, ya sea desde una pugna política, a una desavenencia personal entre dos o más personas. El hecho de emplear una comunicación verbal adecuada es fundamental para entendernos mejor entre las personas, pero hay veces que no se hace un uso correcto de dicha comunicación, descartando de ella la comprensión, la escucha activa o la empatía, por lo que ante un conflicto, el hecho de que falte algunas de las características anteriormente citadas es necesario acudir al dicho encuentro con ayuda de la mediación, ya que este favorece una apertura a la sensibilidad de escucha y comprender la realidad de ambas partes. La mediación tiene mucho protagonismo en esta cultura del encuentro, ya que, gracias a ella, se intenta dar solución a cualquier tipo de controversia, buscando una solución donde ambas partes queden satisfechas ante los desacuerdos previos.
Es interesante cómo este artículo resalta la necesidad que existe hoy en día, de que las personas sepamos y pongamos interés en escucharnos de manera real. ¿Cómo conseguiremos una convivencia óptima entre nosotros si no somos capaces de escucharnos con detenimiento? No le falta razón al Papa Francisco cuando hace alusión a la falta de cultura de diálogo que existe no solo entre los políticos, sino en la humanidad en general. Aunque creamos que es algo que el ser humano hace casi de manera inconsciente, resulta un verdadero reto olvidarnos de nosotros mismos y nuestras convicciones, para poder abrir un espacio donde el otro se sienta libre de aportar lo que considere. En definitiva, nos supone un reto el mero hecho de escuchar. Por otro lado, debemos aceptar a la parte contraria como un elemento imprescindible para conseguir que aquello que nos divide tanto, acabe resultando una pequeña diferencia de opiniones y no un motivo para seguir enfrentados. Y qué importante es la actitud para conseguir esto. La actitud de ambas partes. Admiro las dificultades con las que se encuentran los profesionales de este arte, porque al fin y al cabo, conseguir que dos personas que no tienen esperanza ninguna en arreglar un problema acaben encontrando un punto de encuentro, es verdaderamente un arte. La cultura del encuentro no es otra cosa que la oportunidad de apreciar las necesidades no solo de uno mismo, sino del otro y a partir de ahí, comenzar un camino donde prima la comunicación, el respeto, la confianza y en definitiva, la esperanza.
Lola Díez
Bajo mi punto de vista, como bien se describe en la lectura, la escucha activa es una de las herramientas más importantes a la hora de realizar una mediación, ya que sin esto nunca va a haber un encuentro o un acuerdo entre dos o más personas porque cada uno estaría prestando atención solamente a sus propios intereses. La figura del mediador poco puede hacer si no se crea ese lugar de encuentro donde todas las partes están dispuestas a colaborar y poner de su parte para llegar a un acuerdo positivo ellos. Finalmente comentar que para crear una cultura del encuentro tenemos que esforzarnos para poder llegar a este fin que realmente es beneficioso para toda la sociedad a nivel político, social, etc.
Natalia Ortiz, SEVILLA
Si bien es cierto, en muchas culturas, es un autentico sacrificio a veces aceptar los propios errores, se tiende a mirar los defectos del contrario, o de los demás, sin hacer una autoevaluación de los propios errores, adquiriendo así un locus de control externo que, en más de una ocasión, nos imposibilita el bienestar para con el prójimo y hace que muchos problemas, a primera vista insignificantes, crezcan en descontrol por el simple hecho de no sentarse, escuchar la otra versión de los acontecimientos con un poco de comprensión, empatía y ganas de resolver el conflicto. Por ello, bajo mi punto de vista considero que la cultura del encuentro es algo que debemos tener muy en cuenta tanto en nuestro día a día, si no nos lo aplicamos ya, como en la lista de innumerables cosas que debemos enseñar a las nuevas generaciones, para así conseguir vivir también en armonía con el otro.
Como bien dijo el Papa Francisco, es fundamental la necesidad del dialogo y el encuentro, así como una buena escucha activa para conseguir la convivencia social.
Por ello, lo que se pretende con la "cultura del encuentro" es llegar a un acuerdo en una situación conflictiva. Desde mi punto de vista, dicho concepto puede llegar a ser difícil de lograr, ya que para llegar a un acuerdo hay que ponerse en el lugar del otro, aunque no comparta la misma idea y sin hacer juicios. Además se debe dejar de lado los intereses personales y posiciones.
Se necesita mucha actitud, comprensión y solidaridad para la cultura del encuentro, pero es necesario para el bien común.
Considero que no todas las personas son capaces de llevar a cabo la "cultura del encuentro", me explico. Como bien se ha dicho antes, esta consiste en "salir de nuestra comodidad y renovar la posibilidad de entender al otro que pueda tener su parte de razón", según esta explicación es fundamental estar abierto escuchar y entender nuevas posturas e ideas, aunque estas no concuerden con mis pensamientos. No todos los seres humanos están dispuestos a "ceder" e incluso cuestionarse sus propias ideas. La cultura del encuentro es fundamental para que la mediación sea más fácil, sin embargo, hay personas que son lo bastante egocéntricos como para discutir que su idea no es la correcta. Es por ello que cada mediación es distinta, no sólo por la propia discusión, sino también por que es posible que ambas partes no den su brazo a torcer y eviten que se produzca una cultura del encuentro.
A mi punto de vista, considero de gran relevancia y necesidad global vivir en una cultura del encuentro, no obstante, es utópico desgraciadamente poder ejercerla en numerosos contextos pues no todo el mundo se esfuerza en aplicarla o simplemente ni lo intenta; viviendo inmersos en el egoísmo, egocentrismo e insolidaridad. Si todos lográsemos desarrollarla evitaríamos multitud de conflictos, a veces innecesarios, originados por esa escucha no activa o por la negatividad hacia un posible acuerdo y entendimiento.
Todos somos responsables en llegar a alcanzarla, no debemos vivir en la resignación y compasión, sino promoverla y como dice el Papa Francisco no decaer en dicho esfuerzo y persistir por la dignidad humana y el bien común.
A mi punto de vista, considero de gran relevancia y necesidad global vivir en una cultura del encuentro, no obstante, es utópico desgraciadamente poder ejercerla en numerosos contextos pues no todo el mundo se esfuerza en aplicarla o simplemente ni lo intenta; viviendo inmersos en el egoísmo, egocentrismo e insolidaridad. Si todos lográsemos desarrollarla evitaríamos multitud de conflictos, a veces innecesarios, originados por esa escucha no activa o por la negatividad hacia un posible acuerdo y entendimiento.
Todos somos responsables en llegar a alcanzarla, no debemos vivir en la resignación y compasión, sino promoverla y como dice el Papa Francisco no decaer en dicho esfuerzo y persistir por la dignidad humana y el bien común.
Me parece que la cultura del encuentro es la llave de la sociedad, que no solo mejoraría la política y la economía, sino que haría del mundo un lugar mejor. Un lugar en el que no solo importa lo que uno mismo crea, sino donde tener el cuenta al prójimo es necesario, no para convencernos de su argumento o postura, sino porque es otro ser humano igual que yo, que tiene el mismo derecho a ser escuchado y a obtener el máximo beneficio, por lo que el fin debe de ser el equilibrio, mediar. Porque para dar lo mejor a los demás, necesitamos escuchar y saber qué es lo mejor para los demás, necesitamos tener ese encuentro.
Ahí está la utilidad de la mediación, el proceso de escuchar ambas partes, y tener la responsabilidad de llegar a firmar y a decidir un acuerdo que beneficie al máximo. La mediación posee la valentía de facilitar y crear un espacio que favorezca el encuentro de las personas. De dos partes que por su propia voluntad deciden llegar a un acuerdo equilibrado. Por tanto para mí, la palabra utilidad se queda pequeña, la mediación es la herramienta que favorece la cultura del encuentro, donde se practica la solidaridad y no es lo personal lo que importa, sino también lo ajeno. De esta manera, la sociedad daría un salto de calidad en todos los aspectos que la conforman.
Tras leer el artículo acerca de la cultura del encuentro, la considero necesaria para un mediador. Esto debido a que un mediador debe de centrarse en buscar la manera más adecuada para resolver el conflicto de forma pacífica y satisfactorias para las partes implicadas.
Me parece muy acertado la importancia dada a que los miembros del conflicto no son parte del problema, sino parte de la solución. Esto es clave para que se pueda visualizar un desenlace realmente satisfactorio para todos, pero no es lo único, claro esta.
La única queja que le encuentro al artículo es la crítica que hace a los católicos, pues me parece que los indica más como un problema que otra cosa, lo cual contradice al propio artículo por lo que ya he comentado previamente.
Tras leer el artículo acerca de la cultura del encuentro, la considero necesaria para un mediador. Esto debido a que un mediador debe de centrarse en buscar la manera más adecuada para resolver el conflicto de forma pacífica y satisfactorias para las partes implicadas.
Me parece muy acertado la importancia dada a que los miembros del conflicto no son parte del problema, sino parte de la solución. Esto es clave para que se pueda visualizar un desenlace realmente satisfactorio para todos, pero no es lo único, claro esta.
La única queja que le encuentro al artículo es la crítica que hace a los católicos, pues me parece que los indica más como un problema que otra cosa, lo cual contradice al propio artículo por lo que ya he comentado previamente.
Estoy totalmente de acuerdo con que cuando existe un diálogo entre distintos bandos, es mucho más fácil llegar a un acuerdo. Llegar a una propuesta donde ambos estén de acuerdo con lo que reciben.
Es cierto que para esto tiene que haber interés y actitud de las partes enfrentadas. Es necesario la Cultura del Encuentro, ya que es más probable que disminuyan los conflictos, habría menos prejuicios, estereotipos… Pero para lo cual hay que tener, en mi opinión, una mente más abierta. Así se respetarían más las diferentes culturas, pensamientos, opiniones… Aquí un buen ejemplo el que se menciona en el texto sobre los católicos.
La cultura del encuentro es necesaria para la resolución de conflictos, tanto como para conflictos cotidianos, como económicos, políticos y culturales. Es la llave de la mediación, puesto que dicha cultura implica la voluntad de empatizar, teniendo en cuenta los intereses y puntos de vista ajenos para la resolución del conflicto. Sin embargo, desde mi opinión, no todos los conflictos tienen solución, ya que no todas las personas están dispuestas a llevar a cabo los aspectos que implican la cultura del encuentro; o dicho de otro modo, no todos están dispuestos a escuchar activamente para poder comprender posturas ajenas y entender que para llegar a la resolución, ambas partes deben realizar esfuerzos y sacrificios, que posteriormente serán recompensados con la paz de la solución de dicho conflicto.
Estoy totalmente de acuerdo con que cuando existe un diálogo entre distintos bandos, es mucho más fácil llegar a un acuerdo. Llegar a una propuesta donde ambos estén de acuerdo con lo que reciben.
Es cierto que para esto tiene que haber interés y actitud de las partes enfrentadas. Es necesario la Cultura del Encuentro, ya que es más probable que disminuyan los conflictos, habría menos prejuicios, estereotipos… Pero para lo cual hay que tener, en mi opinión, una mente más abierta. Así se respetarían más las diferentes culturas, pensamientos, opiniones… Aquí un buen ejemplo el que se menciona en el texto sobre los católicos.
A pesar de lo incómodo del encuentro, porque conlleva asumir que podemos no tener la razón por completo, entender las circunstancias y los motivos de la otra persona, así como empatizar y escuchar activamente lo que tiene que decir, es necesario subrayar la necesidad de que este tenga lugar, puesto que permite el diálogo y la atención al punto de vista de la otra persona así como a sus circunstancias, dejando de lado los reproches y el orgullo para pasar a ver el conflicto desde un punto de responsabilidad mutua, de buscar el bien propio sin desear el mal ajeno, responsabilidad por buscar soluciones que permitan que ambos sientan que han sido partícipes de las medidas tomadas y que, por tanto, se ajustan a su situación.
De esta manera, no creo que la cultura del encuentro sea algo cómodo de manera inmediata para las personas que se vean involucradas en algún tipo de conflicto, pero sí considero que se traduce en comodidad a largo plazo y responsabilidad mutua, por lo que, personalmente, considero que es necesaria.
María Calleja Delgado
Estoy en completo acuerdo con que cuando se da un dialogo entre distintas personas que están en medio de un conflicto, es mucho mas sencillo llegar a una solución o acuerdo y que ambas partes se encuentren satisfechas con dicha solución o dicho acuerdo. También, tenemos que contar con la otra cara de la moneda, que es que ambas partes tengan un interés y sobre todo una disposición de querer llegar a un acuerdo satisfactorio.
Por ello, al igual que el dialogo, también es muy importante realizar el encuentro, ya que es mas usual que los conflictos se atenúen y de esta manera no surjan ideas erróneas o equivocadas acerca del tema de debate o de la persona que esta debatiendo para lograr un fin de su interés. para que esto surta efecto de una manera satisfactoria, las personas tienen que estar dispuestas a dejar su orgullo e intereses de un lado, saber escuchar las propuestas y sobre todo, saber de que manera pueden llegar a un acuerdo en el que todas las partes ganen algo, por pequeño que sea. De esta manera, si incluimos a nuestra sociedad este pensamiento, llegaríamos a acuerdos mucho mas satisfactorios para todos, ya no hablo de conflictos entre dos personas ajenas, que tienen un problema entre ellos, sino a nivel mundial, esto sirve para altos cargos, gobernantes, políticos, banqueros, etc.
Debido a esto, y, bajo mi humilde opinión, pienso que es estrictamente necesario comenzar a implementar esta idea o teoría para poder tener un desarrollo sostenible de las relaciones humanas.
La cultura del encuentro fomenta momentos de diálogo para lograr el bien común, de búsqueda de facilidades a aquellos que se ven envueltos en determinadas situaciones que les llevan a acudir a este método de resolución de conflictos.
No todo puede ser resuelto a través de la ley, o del perdón del pecado en el caso de la religión. Necesitamos poner en común entre las partes afectadas los intereses y la visión del conflicto de cada uno de ellos, necesitamos llegar a un fin siguiendo el camino juntos, y para ello es muy necesario la ayuda de un mediador.
La cultura del encuentro es una manera humana de poner solución a aquello que nos impide avanzar, a aquello que no somos capaces de solucionar con ningún otro método. Cómo dice el artículo: "la mediación no es un método fácil", es por ello que el logro de un acuerdo en el conflicto será más reconfortante aún.
Pienso que, la mediación no está tan presente en la sociedad como debería.
Si un buen experto, pone en marcha ante una situación frágil o complicada esta llamada cultura del encuentro, el proceso será mucho más humanizador, curativo y satisfactorio para las partes involucradas.
La cultura del encuentro me parece un punto clave para poder trabajar desde la mediación; pues, para poder llegar a un acuerdo es necesario que ambas partes estén dispuestas a escucharse entre ellos y así, lograr que este paso intermedio entre la cultura del conflicto y la del acuerdo tenga un resultado favorable para elaborar un pacto, que agrade a todos los implicados que se encontraban en la situación adversa inicial.
Además, desde mi punto de vista, la cultura del encuentro es de gran utilidad porque puede ayudar a las personas que se encuentran en un conflicto a darse cuenta de que cada uno tiene una posición, unos intereses y unas necesidades que escuchando activamente, podrían llegar a entender la situación del otro y de esta manera, crear un pacto a través de un diálogo fundamentado en todos estos detalles, aún suponiendo que requerirá un gran esfuerzo la negociación de dichos intereses.
Paola De Blas
Excelente reflexión. Considero que la cultura del encuentro, es una de las más difíciles de desarrollar en cada sociedad, especialmente en América Latina, ya que, implica aprender a escuchar al otro y a desarrollar la habilidad empatía. Cuando existe la interacción de estas dos habilidades, se puede construir un diálogo, el cual pienso que es la herramienta más efectiva para solucionar conflictos, además de ser una magnífica manera de crecimiento personal. Es usual que cuando existe un conflicto entre personas, siempre se busca el beneficio propio, sin embargo, la cultura encuentro extiende esos horizontes, plantea otra visión, donde más allá de buscar solo un bien propio, se busca aún bien común que beneficie y sea equitativo para los miembros del conflicto. Los resultados de una cultura de encuentro, se verían reflejados en una población más humana, más pacifica, sabía y racional, lo que hace falta hoy en día en muchas personas.
La cultura del encuentro es la base para poder llevar a cabo la gestión de los conflictos en la mediación. Además de que resalta la importancia que tiene, en situaciones de conflicto, darnos cuenta de que participamos de manera activa y la solución depende en gran parte de las partes implicadas. Apelando a este nuevo mundo de la mediación, considero que es fundamental que como mediadores empleemos esta cultura, ya que, de lo contrario, no estaríamos ejerciendo la mediación. Este nuevo concepto, lleva a que nos paremos a reflexionar sobre la importancia que tiene la mirada del otro y tratar de pensar en lo que nos une, en lugar de las diferencias que nos separan. Que, en ocasiones, es lo que más nos cuesta vislumbrar y necesitamos de ese “gimnasio de la mediación” para que nos ayude y acompañe a transitar esta espléndida cultura del encuentro.
La cultura del encuentro cuenta con la valentía por las dos partes, ya que entre ellos deben tener predisposición a entenderse y a respetarse, aunque existan diferencias entre estas. Para esto es necesario tener una escucha activa y reflexionar para poder llegar a un acuerdo final. Además, estas partes están en conflicto porque se necesitan la una de la otra y esto es positivo para que los implicados den su brazo a torcer, ya que siempre se gana y se pierde.
La mediación es un eje central en la cultura del encuentro para que se pueda realizar desde una postura de actuación objetiva e imparcial y sirve como puente conector entre las partes enfrentadas.
En mi opinión, la cultura del encuentro me resulta una herramienta muy útil para la mediación, para tratar de gestionar los conflictos que surgen por el mero hecho de existir y de convivir en sociedad. Esta cultura, mediante el encuentro y el diálogo, hace que todas las partes ¨enfrentadas ¨ empaticen, se pongan en la situación de la otra persona, comprendan su situación y sean conscientes de que buscan un mismo objetivo; el acabar con el conflicto o el alcanzar un acuerdo.
Esto supone un esfuerzo por las todas partes puesto que, si acuden a un mediador, es porque previamente han intentado solucionar el problema. Puesto que el ser humano, en términos generales, es egoísta, tiene la creencia de que sus propias propuestas y creencias son las únicas válidas e invalidan las propuestas del resto. Por ello, considero que el papel del mediador en esta cultura es fundamental puesto que mediante sus propuestas ayuda a que las partes enfrentadas busquen la solución/acuerdo a través de sus propios intereses. Hace que se respeten y se tengan en cuenta todas las opiniones propuestas, aunque alguna de las partes no esté del todo acuerdo. De esta manera, se podrá llegar a un acuerdo en el que los implicados vean sus intereses y sus necesidades cubiertas de la manera más justa y equitativa posible.
Por otro lado, pienso que la cultura del encuentro no siempre se va a poder llevar a cabo, puesto que hay personas que no están dispuestos a ceder en sus intereses, ya que tampoco tienen la necesidad de acabar con ese conflicto.
He esperado un poco porque quisiera decir todo lo que me surgió en la cabeza. En mi opinión la cultura del encuentro es algo muy importante, porque como vimos permite a culturas diferente de conocerse y entenderse y permitiendo así una coexistencia en el mundo. Como creo que el dialogo en la vida ya, sea muy importante para dejar que la gente nos conozca, y que nos ame también, creo que la cultura del encuentro, en ese sentido sea fundamental para permitir a los demas los problemas, las inseguridades de una población, los limites de ella, y con eso trabajarlo todos juntos. Por cierto, no siempre es posible que se pueda encontrar un punto de vista común, sino se puede intentarlo. Es muy importante, en mi visión, que la gente pueda comprenderse y trabajar junto para encontrar algo que pueda también ser util para la convivencia. El papel del mediador en eso es crucial, porqué permite a dos culturas que son más diferentes, de mostrar sus propias opiniones, a través de alguien que esté ahi para ayudar y permitir ese encuentro.Por supuesto si faltan los fundamentos y la comunicación no puede hacerlo todo, no siempre será posible un encuentro, pero ese es el trabajo del mediador y eso es la unica manera de que dos culturas puedan seguir viajando juntas.
En mi opinión, la cultura del encuentro me resulta una herramienta muy útil para la mediación, para tratar de gestionar los conflictos que surgen por el mero hecho de existir y de convivir en sociedad. Esta cultura, mediante el encuentro y el diálogo, hace que todas las partes ¨enfrentadas ¨ empaticen, se pongan en la situación de la otra persona, comprendan su situación y sean conscientes de que buscan un mismo objetivo; el acabar con el conflicto o el alcanzar un acuerdo.
Esto supone un esfuerzo por las todas partes puesto que, si acuden a un mediador, es porque previamente han intentado solucionar el problema. Puesto que el ser humano, en términos generales, es egoísta, tiene la creencia de que sus propias propuestas y creencias son las únicas válidas e invalidan las propuestas del resto. Por ello, considero que el papel del mediador en esta cultura es fundamental puesto que mediante sus propuestas ayuda a que las partes enfrentadas busquen la solución/acuerdo a través de sus propios intereses. Hace que se respeten y se tengan en cuenta todas las opiniones propuestas, aunque alguna de las partes no esté del todo acuerdo. De esta manera, se podrá llegar a un acuerdo en el que los implicados vean sus intereses y sus necesidades cubiertas de la manera más justa y equitativa posible.
Por otro lado, pienso que la cultura del encuentro no siempre se va a poder llevar a cabo, puesto que hay personas que no están dispuestos a ceder en sus intereses, ya que tampoco tienen la necesidad de acabar con ese conflicto.
Carla Domingo.
María Azahara Padilla dijo...
La cultura del encuentro me parece una excelente forma de acercar posturas entre dos partes para llegar a una resolución del conflicto, y por tanto para conseguir la mediación. Para que la cultura del encuentro pueda llevarse a cabo es necesario la escucha activa, la empatía siendo de igual forma muy importante el diálogo entre ambas partes. A pesar de parecerme ideal para resolver conflictos es cierto que vivimos ahora mismo en una sociedad que se preocupa solamente por uno mismo sin capaz de mirar más allá, somos egoístas y miramos únicamente nuestro propio bien y nuestros intereses personales. En mi opinión, pienso que queda un largo camino para que todas las culturas lo apliquen y poder así conseguir resolver de una nueva manera los conflictos y de una forma mucho más positiva acercando las posturas de las personas para así llegar a un acuerdo beneficioso.
Silvia María Rodríguez Carmona.
Como bien se explica en el propio texto, la cultura del encuentro, en sí misma, es mediación. Debemos conseguir un acuerdo, partiendo de una problemática concreta. Dicho acuerdo debe ser justo, equitativo, estable… Es decir, debe cumplimentar las mismas características que en la mediación.
También denota la importancia de la actitud, el estar dispuesta a algo. Principalmente, ese algo, es conseguir la reconstrucción de la relación a través de una serie de estrategias. Todo ello basándose en unos principios como pueden ser la subsidiariedad o la solidaridad, para proporcionar una cierta abertura al “cambio de postura”, promover un clima en el que predomine la escucha activa, individuos asertivos en sus respuestas, etc.
El último punto que me gustaría destacar, es el hecho de que el centro de esta intervención (por llamarle de alguna manera) es la persona, los individuos y las relaciones que mantienen. Teniendo en cuenta las dignidades y el bien “común”.
En primer lugar, la cultura del encuentro me parece un método útil e innovador y, hasta cierto punto, arriesgado. Si bien el encuentro entre dos partes puede suponer una solución satisfactoria para ambas, considero que es susceptible de agravar el conflicto si los participantes no son capaces de llevar a cabo una escucha empática, asumir su parte de culpa o, incluso, apartar prejuicios. De esta forma, la cultura del encuentro, pese a ser una poderosa herramienta en la solución de conflictos, puede desembocar en una agravación del mismo si no se tienen en cuenta aspectos tales como los que se han mencionado anteriormente. Es aquí donde entra la utilidad de la mediación en el ámbito del encuentro. Para que el encuentro entre dos partes enfrentadas no torne en acusaciones, reproches y faltas de respeto, es indispensable la figura del mediador que, valga la redundancia, medie entre los implicados, promoviendo un ambiente de respeto mutuo, facilitando la comprensión y guiando el encuentro hacia una solución. Obviamente no todo debe dejarse bajo la responsabilidad del mediador, es de vital importancia que durante el encuentro se produzcan la cooperación y la participación activa de ambas partes.
Desde mi punto de vista, considero que tiene una gran importancia y de hecho, la considero de necesidad el vivir así. Por otro lado, lo veo algo imposible puesto que, en los diferentes contextos existentes, hay personas que no se esfuerza ni siquiera en aplicarlo pues prefieren vivir inmersos en el egoísmo.
En el caso de que pudiéramos aplicarla en todo el mundo, podríamos evitar mucho de los conflictos existentes o que están por producirse. Se evitarían por la escucha activa que origina la cultura del encuentro porque se llegaría a un acuerdo o entendimiento más fácilmente.
Por último, creo que hay un largo camino para conseguir esto ya que depende de los individuos y de las relaciones que mantenemos y hoy en día, somos muy egoístas y poco solidarios
Desde mi punto de vista, considero que tiene una gran importancia y de hecho, la considero de necesidad el vivir así. Por otro lado, lo veo algo imposible puesto que, en los diferentes contextos existentes, hay personas que no se esfuerza ni siquiera en aplicarlo pues prefieren vivir inmersos en el egoísmo.
En el caso de que pudiéramos aplicarla en todo el mundo, podríamos evitar mucho de los conflictos existentes o que están por producirse. Se evitarían por la escucha activa que origina la cultura del encuentro porque se llegaría a un acuerdo o entendimiento más fácilmente.
Por último, creo que hay un largo camino para conseguir esto ya que depende de los individuos y de las relaciones que mantenemos y hoy en día, somos muy egoístas y poco solidarios
La importancia de la cultura del encuentro es indiscutible, los conflictos existen y existirán a lo largo de nuestra vida y esta nos ayudara a elegir el punto de mira, comprendiendo la realidad y ayudándonos a solidarizar con los demás. A pesar de parecer un concepto sencillo, las diferentes culturas e ideologías que existen en nuestra sociedad podrían llegar a ser un gran obstáculo, es por ello que, debemos resaltar la necesidad de encontrar un buen mediador que influya en las personas involucradas, esto es, que consigan hacerles reflexionar, lleguen a un acuerdo y consigan poner fin, pudiendo progresar.
Podemos concluir afirmando que para que esta técnica funcione se requiere de una buena educación, de esta forma se garantizará una comunicación cercana y positiva.
MAIALEN MALMIERCA (Comentario del día 15 de septiembre, tal y como te comente no estoy segura de su publicación, por lo que lo vuelvo a adjuntar por si acaso.)
Bajo mi punto de vista, considero de fundamental importancia en nuestra sociedad la cultura de encuentro ya que es una gran forma de conseguir un acuerdo en una situación de conflicto, compartiendo la necesidad de comunicación y negociación, permitiéndonos a su vez entender un punto de vista diferente al nuestro.
Por otro lado, destaco la dificultad para aplicarlo ya que no todas las personas están dispuestas a llevar a cabo los aspectos relacionados con la cultura de encuentro debido a la falta de empatía y escucha activa que existe en nuestra sociedad.
Desde mi perspectiva, la cultura del encuentro es fundamental, lo que no significa que sea difícil de conseguir. Vivimos en una sociedad egoísta y poco empática, cada uno mira por sí mismo y por sus propios intereses, por lo que en el momento en el que nos toca esforzarnos y abrirnos a escuchar otras versiones creamos una barrera. En mi opinión, esta barrera es un mecanismo de defensa que tenemos los humanos para proteger nuestros esquemas cognitivos, nadie quiere replantearse todos sus valores o sus ideas con respecto a un conflicto, es más sencillo defender la idea que tienes hasta el final y cerrarte a escuchar otras. Por otra parte, tanto a nivel de pequeños grupos como a nivel global, como ya hemos visto en ciertas ocasiones, la adopción de perspectivas diferentes es necesaria, y la mediación en estos casos (al ser neutra para ambas partes) hace una gran labor.
Tras haber leído el texto, se entiende que la cultura de encuentro es un concepto fundamental en el día a día. Es difícil comprender a todas las personas, lo que hace que este concepto sea complicado de iponer en la sociedad pero no innecesario. Cada persona tiene una idea de vida diferente, y existen muchas más diferencias entre todas las culturas que existen, por lo que esto hace que el trabajo de los mediadores tenga mucho esfuerzo y sacrificio, pero sobre todo una mentalidad abierta. El texto me ha parecido muy interensante. Blanca Linares Urrutia
La cultura del encuentro es muy importante para el ámbito de la mediación y solución de conflicto ya que conlleva a escuchar y comprender los puntos de vista de personas con distintos pensamientos y valores a los propios, así como aprender a poner en ocasiones los intereses de los demás antes que los propios.
Desde mi punto de vista, la cultura del encuentro fomenta nuevas relaciones y hace una invitación a la comunicación que trasciende las diferencias entre las ambas partes del conflicto. Aunque cabe destacar, que en la actualidad, la mayoría de las personas no hacemos una escucha activa que es principal en esta cultura, siendo una habilidad fundamental en la mediación. Por lo tanto, sin esta característica y sin una falta de comprensión o comunicación, puede acabar en un conflicto si no se está dispuesto a escuchar y comprender la realidad de la otra parte para así poder llegar a una solución y poder resolverlo conjuntamente en base al diálogo.
En conclusión, es una cultura que me hace reflexionar sobre que pocas veces nos ponemos en el lugar de la otra persona o vemos su punto de vista debido a nuestros ideales y nuestra forma de pensar, llegando a conflictos y que es necesario hacer una escucha activa para poder entender a la otra personas y abrir horizontes en nuestro conocimiento o en la opinión que se tiene acerca de un tema, aunque las opiniones sean diferentes por ambas partes, siempre intentar llegar a una conclusión mediante el respeto y la compresión para llegar a un acuerdo.
Me parece muy interesante la cultura de encuentro ya que con ella podemos conseguir mediar con diferentes personas que no están de acuerdo en algún tema. A través de ella podemos conocer las realidades de cada una de ellas y con esto, llegar a un acuerdo. Siempre priorizando a la persona, su dignidad y el respeto al bien común.
Ángela Mulet Oses.
El dialogo y el encuentro me parece una metodología bastante interesante que no solo nos ayuda a llegar a un acuerdo si no que también a tener una convivencia mas pacifica entre las partes contrariaS. Para poder llegar a esto debemos de practicar nuestra empatía y hacer todo lo posible para poder entender a la otra persona. También construir rapport con la otra persona y confiar en ella para que puedan confiar en nosotros. Como mediador creo que es una herramienta bastante importante que con mucha practica, puede llegar a ser lo que te diferencia con el resto de compañeros. Sabiendo como hablar con las dos partes de manera que no se sientan atacadas si no que sientan la libertad y tranquilidad de poder hablar de sus necesidades y preocupaciones.
Para que esto funciones creo que es básico que las dos partes no vengan imponiendo su voluntad si no que vengan con la voluntad de dialogar, de salir de su zona de confort y estar consiente que lo que se busca es un win win situation, teniendo que sacrificar algunas cosas y saber priorizar las necesidades de cada uno.
Tras la lectura del blog, se recalca la importancia de como la cultura del encuentro es algo imprescindible ya no somo para los profesionales de la mediación, si no para todos los seres humanos. En ella nace la empatía y el entendimiento con los otros, lo que facilita la convivencia y la armonía en la sociedad y relaciones sociales. Como conclusión, la cultura del encuentro es clave para la solución de conflictos, es decir, la mediación. Esta tiene como objetivo comprender y poder llegar a entender al otro, lo que ayuda a las partes de un conflicto llegar a un acuerdo.
Tras la comprensión del post propuesto saco en clave que la cultura del encuentro puede definirse de diversas maneras: como un acto de generosidad, solidaridad y paciencia; como el saber escuchar; o también como el saber reconocer la importancia de contar con los demás. Al fin y al cabo se fundamenta en el diálogo, y, la situaría como el punto de inflexión necesario que toda persona debería de pasar siempre que se encuentre dentro de un conflicto para poder llegar al acuerdo. A día de hoy estamos rodeados de conflictos de cualquier índole, desde los que ocurren entres las altas esferas y poseen consecuencias más relevantes hasta los más simples y cotidianos, por esta razón ya lo llamemos cultura del encuentro, diálogo o saber escuchar es fundamental. La sociedad actual ha llegado a tal punto de congestionar todo sistema que sirva para solucionar conflictos es por esta razón que están surgiendo nuevas técnicas, soluciones y valores como la mediación y la cultura del encuentro que requieren de unos compromisos diferentes. Es necesario, y no con esto quiero decir que sea fácil, el querer encontrase dentro de un conflicto, el querer escuchar y asumir que necesitamos de la otra parte para llegar a una solución.
Completamente de acuerdo con el texto. Efectivamente, el diálogo es la clave para lograr los acuerdos y debería de ser esencial en la vida diaria de toda persona. Creo que la cultura del encuentro podría influir de manera muy positiva en la sociedad actual, haciendo nuestras vidas más sencillas tanto a nivel individual como social. Vivimos en un mundo dominado por la tecnología, en el que gracias a ella el mundo está cada vez más globalizado, lo cual hace más importante aún el diálogo y la mediación para poder seguir creciendo y desarrollándose. Es cierto, que cuando nos hayamos inmersos en un conflicto, puede llegar a ser complicado ver más allá de nosotros mismos y nuestros intereses y para ello se hace crucial involucrar a un mediador que nos haga llegar a un acuerdo que tenga un beneficio común.
Completamente de acuerdo con el texto. Efectivamente, el diálogo es la clave para lograr los acuerdos y debería de ser esencial en la vida diaria de toda persona. Creo que la cultura del encuentro podría influir de manera muy positiva en la sociedad actual, haciendo nuestras vidas más sencillas tanto a nivel individual como social. Vivimos en un mundo dominado por la tecnología, en el que gracias a ella el mundo está cada vez más globalizado, lo cual hace más importante aún el diálogo y la mediación para poder seguir creciendo y desarrollándose. Es cierto, que cuando nos hayamos inmersos en un conflicto, puede llegar a ser complicado ver más allá de nosotros mismos y nuestros intereses y para ello se hace crucial involucrar a un mediador que nos haga llegar a un acuerdo que tenga un beneficio común.
La cultura de encuentro, creo que todos estamos de acuerdo, en que es una parte fundamental que debe existir en la sociedad. La mediación entre dos personas o países es la base de una sociedad sana y pacífica. Considerándose esto el intentar que exista un entendimiento entre las dos partes que se enfrentan, a pesar de tener opiniones diferentes.
Aquí es donde aparece la escucha activa, se debe fomentar esta capacidad en la sociedad para poder llegar a un acuerdo entre ambas partes.
Es obvio que la mediación es muy complicada, ya que es normal que exista la diferencia de opiniones o ideas, creando así enfrentamientos. Hoy en día, par amuchas personas el llegar a un punto medio resulta muy difícil, ya que vivimos en una sociedad en la que se considera que en un conflicto (para llegar a un acuerdo) uno siempre tiene que dar su brazo a torcer interpretándose así como “que ha perdido” y la otra persona “ha ganado”.
Por último me gustaría concluir con la idea clara de que es fundamental que exista una persona mediadora, con una opinión neutra, para poder así resolver los conflictos, haciéndoles entender que lo anteriormente expuesto no es así y que deben respetar el resto de opiniones debido a que en muchas situaciones no existe una opinión cierta y rotunda, si no que pueden existir varios puntos de vista.
La cultura de encuentro, creo que todos estamos de acuerdo, en que es una parte fundamental que debe existir en la sociedad. La mediación entre dos personas o países es la base de una sociedad sana y pacífica. Considerándose esto el intentar que exista un entendimiento entre las dos partes que se enfrentan, a pesar de tener opiniones diferentes.
Aquí es donde aparece la escucha activa, se debe fomentar esta capacidad en la sociedad para poder llegar a un acuerdo entre ambas partes.
Es obvio que la mediación es muy complicada, ya que es normal que exista la diferencia de opiniones o ideas, creando así enfrentamientos. Hoy en día, par amuchas personas el llegar a un punto medio resulta muy difícil, ya que vivimos en una sociedad en la que se considera que en un conflicto (para llegar a un acuerdo) uno siempre tiene que dar su brazo a torcer interpretándose así como “que ha perdido” y la otra persona “ha ganado”.
Por último me gustaría concluir con la idea clara de que es fundamental que exista una persona mediadora, con una opinión neutra, para poder así resolver los conflictos, haciéndoles entender que lo anteriormente expuesto no es así y que deben respetar el resto de opiniones debido a que en muchas situaciones no existe una opinión cierta y rotunda, si no que pueden existir varios puntos de vista.
Bajo mi punto de vista, la "cultura del encuentro", es el fin a llegar, para establecer la mediación como el método de resolución de conflictos más efectivo, sin que tenga que actuar una persona arbitraria como el juez para poner fin al conflicto, basándose esta resolución de conflictos en el entendimiento y la comprensión entre personas. Cabe destacar, que el ser humano por su condición biológica, es una persona egoísta, por lo que pretende que todos los conflictos se resuelvan conforme a sus pretensiones, sin tener en cuenta la situación y pretensiones del resto de participantes en el conflicto. Para que sea posible este tipo de cultura, que supondría un avance exponencial en nuestra sociedad, es necesario, fomentar desde los medios más influyentes en la sociedad y desde personas que influyen directamente en la sociedad, la práctica de la interacción y el diálogo desde el desarrollo de la persona, así construiremos una sociedad, en la que sus integrantes dejarán a un lado las características innatas del ser humano y se fomentará la cultura de la tolerancia y el diálogo social.
* Soy Sara Ponce González, y creo que este es mi comentario:
En mi opinión, la cultura del encuentro me resulta una herramienta muy útil para la mediación, para tratar de gestionar los conflictos que surgen por el mero hecho de existir y de convivir en sociedad. Esta cultura, mediante el encuentro y el diálogo, hace que todas las partes ¨enfrentadas ¨ empaticen, se pongan en la situación de la otra persona, comprendan su situación y sean conscientes de que buscan un mismo objetivo; el acabar con el conflicto o el alcanzar un acuerdo.
Esto supone un esfuerzo por las todas partes puesto que, si acuden a un mediador, es porque previamente han intentado solucionar el problema. Puesto que el ser humano, en términos generales, es egoísta, tiene la creencia de que sus propias propuestas y creencias son las únicas válidas e invalidan las propuestas del resto. Por ello, considero que el papel del mediador en esta cultura es fundamental puesto que mediante sus propuestas ayuda a que las partes enfrentadas busquen la solución/acuerdo a través de sus propios intereses. Hace que se respeten y se tengan en cuenta todas las opiniones propuestas, aunque alguna de las partes no esté del todo acuerdo. De esta manera, se podrá llegar a un acuerdo en el que los implicados vean sus intereses y sus necesidades cubiertas de la manera más justa y equitativa posible.
Por otro lado, pienso que la cultura del encuentro no siempre se va a poder llevar a cabo, puesto que hay personas que no están dispuestos a ceder en sus intereses, ya que tampoco tienen la necesidad de acabar con ese conflicto.
Sara Ponce González
La cultura del encuentro es aplicable a la vida en general. Todo problema o desencuentro puede tener solución mediante el diálogo y la escucha activa. Debemos potenciar nuestra asertividad, creatividad, solidaridad y empatía para llegar a acuerdos, siendo capaces de contemplar en nuestro foco de atención, no solo nuestros intereses, sino también los de los demás. Ser capaces de ver cada conflicto desde diferentes perspectivas, teniendo en cuenta cada factor y sin ser esclavos de nuestra cultura, ideales o experiencias previas.
Jose Luis Macias Hinesrtrosa
Si bien es cierto, en muchas culturas, es un autentico sacrificio a veces aceptar los propios errores, se tiende a mirar los defectos del contrario, o de los demás, sin hacer una autoevaluación de los propios errores, adquiriendo así un locus de control externo que, en más de una ocasión, nos imposibilita el bienestar para con el prójimo y hace que muchos problemas, a primera vista insignificantes, crezcan en descontrol por el simple hecho de no sentarse, escuchar la otra versión de los acontecimientos con un poco de comprensión, empatía y ganas de resolver el conflicto. Por ello, bajo mi punto de vista considero que la cultura del encuentro es algo que debemos tener muy en cuenta tanto en nuestro día a día, si no nos lo aplicamos ya, como en la lista de innumerables cosas que debemos enseñar a las nuevas generaciones, para así conseguir vivir también en armonía con el otro.
COMENTARIO PUBLICADO ANTERIORMENTE COMO ANÓNIMO
REALIZADO POR ANA RAMOS BAUTISTA
Creo que la cultura del encuentro es la base de la sociedad y por lo tanto asume que el hombre en lugar de ser tratado como un instrumento es visto como un fin.
Esta cultura, como se ha dicho, ha sido también de interés del Papa que ha intentado expandirla. Yo creo que de modo mundial es casi imposible, si no utópico porque la base del hombre, aunque hombre, también está muy interesado en sus propias cosas y egocéntrico. en mi opinión, sin embargo, es posible utilizarlo o, en cualquier caso, prever que se utilice en la mayoría de las situaciones, necesario el uso sobre todo en el ámbito de la mediación para intentar encontrar soluciones mejores a todos los problemas, casi usarlo como idea de que con el paso de los años se vuelve natural para todos
Alessia Pettine
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