martes, 30 de junio de 2020

CONFESIONES SECRETAS DE UN MEDIADOR




“CONFESIONES DE UN MEDIADOR”

Hace unos días tuve la suerte de poder participar en una Masterclass, gracias a mi amiga Gladys, a la Embajada en Costa Rica del Foro Internacional de Mediadores Profesionales, y hacía mucho tiempo que no me confesaba, mis miedos, mis alegrías, mis “pecados”.

Por eso hoy, después de unos días, me atrevo a escribir aquello que compartí, porque se trataba de CONFESAR…y según dicen, este acto supone “declarar un error, una falta o un delito cometidos, especialmente ante la policía o ante un juez o un tribunal de justicia” o en su caso “Declarar algo que se mantenía en secreto por cualquier motivo”.

No os voy a contar mis motivos, pero si os voy a pedir lo que vulgarmente llamamos el SECRETO DE CONFESION, porque este supone, lo que llaman el “sigilo sacramental” que no es otra cosa, en la Iglesia Católica, mas que  la obligación de no manifestar jamás lo sabido por confesión sacramental. Por eso, os pido sigilo a mi confesión, y si alguna vez dijérais que me lo habéis oído, lo negare hasta tres veces.

Tener en cuenta que este “secreto” que os manifiesto ,  comprende en primer término a aquellos que me vais a leer, es decir, al confesor y después a todos aquellos que de algún modo se enterasen de la confesión, lícita o ilícitamente, ya oyéndola, ya leyendo apuntes de los pecados en orden a la confesión, ya sirviendo de intérprete y, si son varios, no pueden hablar de ello entre sí.

Con estas condiciones os escribo. Lo primero que hice y que hago aquí y ahora es pensar que desde que escogimos esta profesión de MEDIADOR, opte por trabajar en el foco de los conflictos y eso me produjo mucho vértigo porque al buscar las acepciones terminológicas sobre el conflicto, me encontré con las siguientes:

a) “LO MAS RECIO de un combate”
b) “Punto en que APARECE INCIERTO EL RESULTADO de la pelea”
c) “ANTAGONISMO, PUGNA, OPOSICIÓN”
d) “COMBATE Y ANGUSTIA DE ÁNIMO”
e) “APURO, SITUACIÓN DESGRACIADA Y DE DIFÍCIL SALIDA”

Ni que decir tiene que nuestro trabajo se centra en buscar como a mi me gusta llamar, “algo aprovechable en las cenizas de un conflicto”. Y sobre todo no tanto por el conflicto en sí, sino por las consecuencias de ello, ya que surgen desencuentros que se manifiestan en lucha, desacuerdo, incompatibilidad aparente entre las partes, confrontación de intereses, expresiones de insatisfacción o desacuerdo, discrepancia o percepción de incompatibilidades… ¿difícil verdad?

Pues este fue el camino que escogí, antes como abogado litigante y ahora como mediador o gestor de conflictos

El siguiente pensamiento en confesión, se dirigió hacia, las personas que vienen a mi, ya que el conflicto existe cuando dos o más partes buscan la obtención de objetivos que son o parecen contradictorios o excluyente y mi misión a partir del momento en que confían en mi, se convertiría en la búsqueda no de lo antagónico, sino en las confluencias entre ellos, porque detectaba que las manifestaciones del conflicto les llevaban a mostrar que las relaciones entre las partes enfrentadas se deterioran y que la comunicación entre ellos estaba interrumpida en la mayoría de los casos.
Consecuencia de todo ello, los sentimientos se resienten, las actitudes se polarizan y en definitiva se pierde tiempo y dinero, como ellos me manifiestan.

Por eso hoy tengo que confesar, con las condiciones que os puse, que pensé que nunca podría ser mediador, que la tarea es tan difícil como apasionante, pero temía a mis múltiples debilidades, como para afrontar estas situaciones.

Y en ese momento fue cuando pensé como muchas veces me habéis oído, en SER SASTRE A MEDIDA  de las partes, hay entendí que trabajaría en Mediación o como elaborar un “traje a medida”, porque comprendí que es una práctica artesanal y que en la mediación diseñamos a medida cualquier “prenda” con aquellos “tejidos que ellos eligen”, desde la elección del tejido hasta su presentación final sobre maniquí, con un corte artesanal.

Lo importante es que el traje sea a medida y que le siente bien a quien lo encarga.

Medidas, talles, pruebas…. En definitiva sastrería para toda la familia , elaborada de forma artesanal considerando y cuidando todos los detalles y siempre desde lo que cada uno “elige” y “le gusta”

Empecé a trabajar la confianza en tu sastre...en ti mismo, porque como en el cuento del “nuevo traje del emperador” si las partes no muestran la buena fe suficiente, de nada sirve la mediación ya que el “traje es invisible” y al ponérselo, en realidad se encuentran “desnudos” ante su confianza, el proceso y el acuerdo

Necesitamos confianza en el mediador, la mediación y el proceso.

Pero os dije que se trataba de confesarme, entonces no sigo hablando de las bondades, sino de los “pecados”. Ya me sentí cómodo y empecé a contar cada uno de ellos.

Me confieso… que alguna vez las partes me solicitaron solicitan alguna recomendación.

En supuestos en los que por más que las partes discutan o conversen no se ponen de acuerdo pero, si el mediador acepta, garantiza el acuerdo, ahora bien, saca el control del proceso a las partes y por tanto, se disminuye la confianza en la imparcialidad, neutralidad u objetividad

Me confieso… que alguna vez, antes de llegar a un acuerdo sabía cuál era la solución ideal

En esta situación existe el riesgo de que el proceso se dilate y dure más tiempo y porque no decirlo, estamos tentados a proponérselo pero privamos a las partes del sentimiento de buscar sus propias soluciones. No lo hagáis nunca.. es pecado

Me confieso… que alguna vez como mediador estuve tentado a oponerme a una solución lograda por las partes. ¿Y porqué?.

Supone que las partes han logrado una solución que para nosotros es de “mala calidad”, porque la solución es “ilegal” (por ejemplo, renuncia a algo), en cuyo caso me agarraba a la ley para manifestarles que no podría establecerse dicho acuerdo, o bien porque la veamos injusta (por culpa o ignorancia o mal asesoramiento de sus abogados por ejemplo).

Pensad que si bloqueamos el acuerdo nos convertimos en consejeros, pero si no decimos nada derrochamos tiempo en una mediación inútil y formamos parte de un acuerdo injusto, sobre todo que nunca se nos olvide que también firmamos el acuerdo para corroborar que es justo y equitativo.

Me confieso…. Que alguna vez me encontré con supuestos de coacción entre las partes en conflicto.

Existen cuando observamos hablas amenazadoras, y yo como mediador, se que existe presión, condicionando el comportamiento, pero una de las partes está decidida a adoptar un acuerdo a pesar de ello, luego surge un paternalismo inconsciente con una de las partes en cuanto a su libre decisión.

Me confieso… que alguna vez he tenido sospechas de cierta incapacidad de los mediados

Son supuestos en los que vamos detectando que una de las partes no se encuentra “capacitada” para tomar decisiones, en casos de depresión, suspensión de sesiones, etc. Y observé la absoluta importancia de gestionar bien las emociones y en todo momento dejarte asesorar o aconsejar o en su caso derivar.

Me confieso… que tuve que hacer mía la imagen de DESAPRENDER PARA APRENDER.

Porque termino como siempre, con mi álbum de fotos de mi viaje por la mediación y que pido que cada uno de los que me leais compartáis también vuestras Imágenes” porque de ellas todos reflexionamos y aprendemos. He aprendido a preguntar “qué podemos hacer con lo que te ha pasado”; hacer responsables de la solución a quienes están implicados; hacerles ver una oportunidad donde ellos ven un problema; ver que detrás de los papeles hay sentimientos y actitudes; He tenido que generar confianza entre las partes en conflicto y entre el mediador y las partes, así como confianza en el proceso de mediación.

Y sobre todo, he tenido que velar por que las partes puedan atribuirse el mérito de los acuerdos alcanzados.

Son muchos más los pecados, pero mi confesión termina por hoy, no se trata de hacer un repaso total de mis 25 años como mediador, pero si de seguir haciendo esta maravillosa “penitencia” que me imponen mis pecados…andar por el camino de la profesión encontrando profesionales que te ayudan a crecer.

Javier Alés. Junio 2020

lunes, 8 de junio de 2020

10 tópicos y 10 verdades sobre la mediación


10 tópicos y 10 verdades sobre la mediación:

Estamos viviendo una época en la que se reclama el auge de la mediación, no solo para descongestionar tribunales, sino por esta maldita pandemia que nos ha tenido confinados en cualquier parte del mundo y los conflictos continúan, irresolubles por más que en este tiempo hemos comenzado a valorar cosas que teníamos olvidadas.

Por eso me atrevo a lanzar mensajes que nos haga pensar, ¿todo es mediable?, ¿todo el mundo al igual que en cualquier otra profesión, puede ser mediador? ¿de verdad la mediación es la solución a los problemas de la justicia? ¿somos conscientes de lo que supone el esfuerzo de mediar? ¿estás dispuesto a sacrificarte para aprehender lo que supone esta profesión?... estas y muchas otras preguntas que cada uno la responda y saque su conclusión, nada tiene que ver la “actitud” con la “aptitud”.

En este sentido y con la misma pretensión de reflexionar, me gustaría hablaros de los “típicos tópicos” de la mediación y sus verdades:

1.- El primer tópico nos habla de que la mediación es una alternativa a la resolución de disputas: ¿pero de verdad es así?. Alternativa es el arbitraje, el cual lo incluyen todos en la denominación conjunta de “Alternative Disopute Resolution” (ADR), junto a la mediación o la conciliación.

Si es asi, una alternativa, esto presupone la existencia de unas vías principales de resolución de conflictos y por tanto las alternativas no lo serían. Al igual que en las carreteras hablamos de vía principal y vías secundarias para llegar a algún lugar.

La verdad es que no es así, ya que la mediación tienen principalmente un carácter complementario, y asi se lo hago ver a mis mediados, pueden acudir a cualquier vía, sin que ella sea excluyente de renunciar a ninguna otra

2.- Se dice que es “un método de resolución de conflictos”, es decir induce a creer que lo que buscamos es eliminar el conflicto y resolverlo definitivamente, mientras que en la mayoría de las ocasiones la “supresión” no es factible o incluso, ni deseable o recomendable.

La verdad es que nuestra misión consiste en GESTIONAR el conflicto que les enfrenta y TRANSFORMARLO de una forma positiva, para que de las cenizas del mismo vean una oportunidad de cambio

3.- Nos plasman en todas nuestras formaciones que el mediador es un tercero, neutral, imparcial, objetivo… ¿Os habéis plateado definir estas cualidades que parecen la misma?.

Yo creo que no es la realidad. El mediador no está alejado del conflicto, es más lo trabaja como si fuera propio, asumiendo una función de enlace, puente o canalizador de la comunicación, revelando la posibilidad de triangular en el proceso y además la confianza puede verse aumentada si es alguien conocido y respetado por las partes. Incluso como digo muchas veces, hasta propone varias alternativas para que los mediados piensen, valoren, analicen y decidan por si mismos. Es un guía que viaja con ellos.

4.- Cuando hablamos de nuestro trabajo, decimos que el proceso es informal.

¿Pero de verdad lo es? O más bien debemos decir que es flexible pero perfectamente estructurado. Es decir, se sabe cómo, cuando y de que forma trabajar, lo único que ocurre es que se adapta nuestro trabajo al caso. Es un proceso camaleónico, de hacer un traje a medida a cada asunto, pero sabemos perfectamente como hacer el patrón y que piezas elegir. Eso significa también que puede coexistir en espacio y tiempo mediadores profesionalizados y mediadores naturales. Los primeros saben la formalidad del proceso, los segundos intuyen la misma.

5.- La mediación es una mera negociación asistida, donde los profesionales trabajamos en la búsqueda del acuerdo

Pienso que la verdad es que, la formación de mediadores se inicia con técnicas de negociación, potenciando sus habilidades, pero, también nos servimos de la discusión, el diálogo, el debate, la refutación, ya que podemos decir que no todo es negociar

6.- La intención de la mediación es a través del proceso llegar a un acuerdo.

La verdad es que NO SOLO ES  llegar a un acuerdo. Es más, el objetivo primordial no es llegar a un acuerdo, sino brindar un proceso en el que las partes indaguen en las opciones para GESTIONAR el conflicto

Para ello tenemos que preguntarnos…¿Alcanzaron un buen nivel de comunicación?, si es así, se va produciendo esa frase mágica entre ellos de “lo entiendo aunque no lo comparto” y por tanto crean un nuevo espacio de diálogo.

No debemos exigir el cumplimiento de lo que se acordó. No es nuestra misión. Por eso, si es necesario es porque en algún momento se forzó el pacto, quizás porque olvidamos que tan solo tenemos que gestionarlo, ya que el acuerdo es una consecuencia de este trabajo y no el fin único.

7.- La mediación es un método o técnica. ¿tan frio lo consideráis?

Quien me conoce sabe que me apasiona decir que la mediación es un “arte”. El arte sugiere creación, originalidad e innovación; la técnica eficiencia, precisión y sistematización.

Un trabajo artesanal, paciente, creativo, para conseguir que quienes estén entre “la espada y la pared”, encuentre una puerta o una ventana donde ver una oportunidad. Por eso no podemos aplicar siempre las mismas “recetas”, por lo que la mediación es una práctica artesanal.

8.- Estamos ante un proceso de transformación (incluso se llega a acuñar un modelo transformativo)

No es falso, como digo al principio es un tópico, pero no solo es un proceso de transformación sino también educativo. Cuando mediamos a su vez estamos educando a las partes (de ahí la importancia de la incorporación de pedagogos, educadores, trabajadores sociales) para que “sepan a partir de ahora que hacer cuando no sepan como actuar”.

Asi conseguimos la transformación del medio social, la mejora de las relaciones, un aprendizaje desde el cambio personal y un crecimiento, cuya percepción es conseguir “estar mejor” que hasta ahora.

9.- Es un proceso de comunicación, es más nuestra formación se basa en la pregunta, la comunicación verbal y no verbal.

Si bien es cierto este tópico, típico, se trata de restablecer la comunicación o mostrar una manera efectiva de comunicarse, pero también de entender los muchos conflictos que te afectaran en tu vida y realizar una introspección personal, que te llevará a la toma de decisiones.

10.- Y por último el tópico de los tópicos: La mediación es más barata, más rápida y descongestiona los tribunales

¿Seguro?. ¿Habéis tenido casos sencillos y rápidos?, ¿la tozudez de los mismos les ha llevado a cansarse o no querer seguir porque están gastando mucho dinero en varias sesiones? ¿el litigante opta por mediación?

Sabéis que me gusta re-pensar continuamente nuestra maravillosa profesión de mediador, porque no dejamos de aprender nunca. No me gusta que se venga a la mediación bajo el tópico de la economía o la descongestión de juzgados,

La verdad es que quiero que estés conmigo y que me demuestres… QUE MERECE LA PENA QUE YO TE DEDIQUE MI TIEMPO.

Dedicado a todos esos mediadores y mediadoras que ahora están confinados y que aman esta profesión. Javier Alés