Los mediadores somos
conscientes de que la frontera es una zona territorial de tránsito social entre
dos diálogos, dos posiciones, quizás dos culturas distintas, dos territorios, dos
conceptos de lo ocurrido propiedad de cada uno de los contendientes. Ahí es
donde está el límite o línea que no han podido traspasar cada una de las partes,
porque se rompió la comunicación o por la desconfianza en el otro.
Cada uno, podríamos decir en
este concepto de “frontera”, tiene una característica esencial: la soberanía en
la decisión y “ejercer” en su parcela, o jurisdicción, lo que piensa es ideal
en su vida. Pero no olvidemos que, para que el ejercicio de la “soberanía” por
parte de cada uno, no perjudique al otro, se crean límites definidos por sus
posturas, fronteras que para poder “pasarlas” requieren de un permiso “especial”.
También podemos decir, que si
se establecen “fronteras”, pueden pensar que, lo que pase más allá, aunque sea
a pocos metros, está fuera de su incumbencia, siempre y cuando no afecte sus
intereses. Es por ello que siempre me gusta decir que siempre que las relaciones
entre las personas que se encuentren en conflicto, continúan en el tiempo, no
hay mejor “medicina” que la mediación, para que se permita cruzar esas
fronteras del entendimiento, de la escucha y de la búsqueda del consenso.
Las fronteras no siempre son, podríamos
decir “territoriales”, es decir, palpables a los ojos de las partes, sino que
las hay de carácter moral, emocional, social, que marcan el rumbo que podemos
seguir. Estas son las que debemos descubrir los mediadores con nuestras preguntas
acertadas y sobre todo con el cruce de las mismas, para la tan añorada empatía
emocional.
Es más, siguiendo con ese
paralelismo de las fronteras, no es de olvidar que se establecen criterios de
seguridad en las mismas, hasta el punto de tener un alto grado de vigilancia:
familia que quiere ayudarte en la gestión del problema, abogados/as
colaboradores o disruptivos, en definitiva personajes secundarios que influyen
en la decisión de la eliminación de esas fronteras o no.
Por lo tanto amigos, espero
que sepas trabajar en la frontera: a un lado una parte, al otro la otra y nosotros
siendo conscientes que la única forma de llegar a un acuerdo es que puedan
cruzar la “frontera” y encontrar un territorio “neutro” donde cimentar el
posible acuerdo.
1 comentario:
Excelente blog,no hay dudas que las fronteras por mas bien custodiadas son tierra de nadie y es asi en todos lados,en donde en apariencia cada uno defiende soberania,en donde siempre hay conflictos,desacuerdos y tambien en donde muchas cosas que que no se ven ocurren.
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