lunes, 14 de junio de 2021

El folio en blanco

 


Por Gabriela Paz Jara y Javier Alés

Tenemos especial ilusión de poder transmitir lo que para nosotros es esta apasionante profesión desde cualquier “orilla del Océano”, porque ya tras la Pandemia no existen fronteras.

Y así fue; Gabriela y Javier nos pusimos a escribir. Escribir en un “folio en blanco”, donde queríamos reflejar lo que es para nosotros nuestros día a día de mediar.

Gestionar un conflicto, como nos gusta llamarla, no es fácil. No tenemos datos, no nos conocen, tienen prisas y nosotros necesitamos paciencia. No saben por dónde empezar y nos dicen… ¿Qué quiere que le cuente?, a lo que les contestamos, aquello que piense que debo conocer y que sea importante para usted. Y comenzamos.

¿Qué es para ti, cuando medias, un folio en blanco?

En las diversas profesiones u oficios en las que toca enfrentarse a un folio en blanco, pareciera inevitable sentirse intimidado/a e incluso asustado/a por él.

En la mediación no es la excepción y creo que hay que iniciar entendiendo que ese temor es natural.

Cada historia que hay detrás de un proceso de mediación representa un folio en blanco para el mediador/a, y la historia que resulte luego de participar del proceso de mediación, es la obra escrita en este folio, que ya no será blanco, sino que estará colmado de tinta, con diversos matices y colores.

El proceso de mediación nos ayudará tanto a nosotros/as como a nuestros/as mediados/as a ir descubriendo sus historias, la de uno/a, la del otro/a y la historia compartida entre ambos.

El proceso de mediación nos debe permitir encontrar lo esencial para rescatar lo positivo de la historia común. Es allí donde inicia nuestro trabajo de trazar las primeras líneas sobre este folio en blanco, líneas que no deben ser escritas tan solo por el mediador, si no que debemos lograr tomar el bolígrafo en conjunto con nuestros/as mediados/as para que sean ellos/as los/as protagonistas de su nueva historia. No debemos forzar la escritura, respetando siempre la voluntariedad. Debemos ser cautelosos/as a la hora de la redacción en nuestro folio, debemos evitar forzar a las partes o empujarlas a alcanzar un acuerdo, eso nos podría llevar a verter toda la tinta sobre nuestro folio y estropearlo.

Enfrentarnos al folio en blanco es todo un desafío. Sin duda que con la aplicación de las habilidades y destrezas de un mediador/a se hace mas simple el trabajo. Sin perjuicio de aquello, creo que incluso el mediador/a más experimentado no debiera dejar de sentir esa sensación de incertidumbre e incluso temor al plantarse frente a un folio en blanco.  Esta sensación nos pone en un estado de mayor alerta, con los sentidos agudizados y la intuición mas a flor de piel.   

 En nuestra labor buscamos que el resultado de esta historia sea un folio con nuevas líneas, escritas con tinta de esperanza, que nos permita avanzar en la búsqueda de la pacificación de la sociedad. Sin embargo, no debemos decaer cuando el folio resulte con un tinte desteñido, pues los mediadores somos responsables del proceso de mediación, no así del conflicto de las partes o del resultado del proceso.

Nuestra labor se centra en poner a disposición de nuestros/as mediados/as un folio deseoso de construir soluciones colaborativas, que les permita abordar el conflicto de manera autónoma y responsable.

Pero también queridos amigos, aquellos que vayáis a leer este post, podemos hablaros para terminar de lo que llamaríamos el “síndrome del folio en blanco”. Con esta frase nos referimos a aquellos mediadores, que al igual que los escritores, se enfrentan a como comenzar una mediación; que hacer ante las historias cruzadas de los mediados. Por eso podemos incluso bloquearnos, no saber que preguntas utilizar o que dirección tomar, más apropiada para ir creando esa historia alternativa que necesita “nuestro folio en blanco”, nuestra mediación, que nos permita escribir el futuro tras el conflicto.

Por eso nos atrevemos a decir, la enorme importancia que tiene para nosotros la creatividad, porque es difícil ver cada caso como algo nuevo, y hacerles sentir la importancia de cada punto, de cada renglón. Solo a través de ella, somos capaces de ver más allá y pensar en la estrategia a seguir para rellenar los siguientes “folios” en sus vidas, con sus aportaciones, con sus miedos, con sus reconocimientos. Podemos perder la capacidad para crear nuevo material en este proceso flexible y amoldable a sus situaciones.

 Ante esta situación, no podemos más que recomendaros, seguir una rutina, un mapa mental, que os permita tener perfectamente estructurado como hacer una mediación. Sin olvidarnos que ellos son los que nos dan el material para escribir una nueva página. Nos animará a crear, un listado de preguntas, un calendario de temas a tratar o una selección de material desechable según el caso.

Confía en tu espontaneidad, que no está reñida, con el buen trabajo y preparación previa, porque si nos faltan ideas quizás quiera decir que debemos documentarnos o informarnos mejor sobre el conflicto o la cuestión de la que debemos tratar, para ir rellenando ese folio en blanco.

Pablo Picasso decía, “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas GRACIAS Gabriela y Javier ! Una joya este cofre ! Y como siempre es un placer leer tus post querido Javier. Un abrazo sin fronteras para ambos . María Celeste Trovato

Mary De Simone dijo...

Muy buena publicación Maestro,excelente enseñanza. Gracias a ambos.!!!!

El arte del Derecho dijo...

Excelente publicación. Merece un desarrollo en extenso en un artículo de revista. Mis felicitaciones a ambos.

Unknown dijo...

Que gusto leerles. Inspirador. Felicitaciones por los aportes de cada uno que hicieron de esta publicación un nuevo folio y un aporte a la reflexión!
Cariños desde Temuco, Chile.