jueves, 24 de junio de 2021

Los estereotipos sociales en la mediación

 

Los estereotipos son un conjunto de ideas y creencias prefijadas respecto a las características de determinados temas o colectivos. Y son muchos los que en una mesa de negociación aparecen y tenemos que saber manejar con prudencia y acierto.

Los estereotipos en la mediación pueden llevarnos a prejuzgar a los demás y mantener actitudes que suponen un trato inmerecido, que produzca desigualdad y debido a ello a veces actuamos como si conociéramos a quien no conocemos en función de características que no han demostrado. De dónde proceden, porque se producen y cómo combatirlos en mediación. Sobre todo no por los estereotipos que nosotros pudiéramos tener, que se disiparían con aplicar nuestra neutralidad y objetividad, olvidándonos de la “etiqueta”. ¿Pero qué ocurre con los mediados?

El estereotipo, nos muestra una percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que comparten ciertas características. Dentro de estos podríamos hablar de diferentes tipos: sociales, culturales, de clase…

Los estereotipos sociales conllevan a la categorización social, se priman los comportamientos grupales por encima de los individuales. Se pierde la individualidad en detrimento de la colectividad. Perteneces a un estatus social y eres “como todos”.  Y eso en la mayoría de las ocasiones, los mediadores somos testigos de que no es así. Por eso me gusta decir que al mediar hacemos trajes a medida, porque cada uno es como es y nadie es igual al otro, ni su asunto tampoco.

Nuestra mente y la de nuestros mediados, va categorizando lo que tenemos a nuestro alrededor, ya que etiquetar, hace más fácil el camino a la comprensión de que hacer cuando no se sabe que hacer. La etiqueta te dirá el modo de intervenir. Pero que gran error. Simplificamos lo que nos rodea y así dividimos por categorías. 

Así estereotipos de raza, fundados en el color de piel, es un clásico y de ello surge el estereotipo de culturas. Hablando mal y pronto querido lector… “¡¡es que son chinos!!”, musulmanes, gitanos, judíos. Como si todos tuvieran las mismas características.

Es por ello que animo a los mediadores a trabajar individualmente cada caso, valores, principios, percepciones, emociones… y cambiar los estereotipos, pero ¿Qué puedes hacer para combatir los prejuicios? Yo me atrevería a daros algunas recomendaciones, evidentemente desde la experiencia y admitiendo cualquier crítica constructiva.

Primero pienso que debes descubrir y reconocer tus propios prejuicios. Porque tenemos que ser conscientes de que los tenemos y solo desde el autoconocimiento podemos ayudar a los demás en una negociación.

En segundo lugar, os animaría a trabajar contra esas creencias, sabiendo argumentarles porque no deben ser motivo de una valoración. Habrá muchas cosas que les separe tras un conflicto, pero no debemos dejar que determinados estereotipos impidan encontrar un lugar de diálogo y entendimiento. 

Eso te ayudará siempre a buscar lo que tienen en común más que lo que les diferencia y conseguirás el compromiso de cambiar

Si has seguido las dos recomendaciones anteriores, pregúntales luego con esa “herramienta tan eficaz de la empatía”, ¿Cómo reaccionarías si, siendo de raza gitana, alguien te dijera que quiere saber cómo es la gente de tu raza?

Somos iguales, somos diferentes, el gran binomio. Desarrollar la empatía. significa ser capaz de ponerse en el lugar del otro y saber qué está sintiendo. Eso les hará valorar la diversidad en todos los sentidos, algo que te permitirá ser creativo y aprender que no siempre tu postura, tu posición será la correcta.

 Si conseguimos mantener al margen los estereotipos en la mediación, seremos capaces de conseguir que en un proceso no haya desequilibrio por diferencia de poder económico, de género (quizás el más difícil de modificar y el más dañino en nuestra sociedad), de nacionalidad ante la ruptura de fronteras y el movimiento migratorio, de orientación sexual, de edad cronológica, etc.

Dejaremos de pre-asignar roles, de entender que uno u otro tiene más razón en el problema y educaremos los mediados en un futuro inmediato.

Difícil ¿verdad? Es tu reto, es nuestro reto.


3 comentarios:

Liliana andres marino dijo...

NUNCA HAY QUE PREJUZGAR.ESO NOS CONDUCE AL FRACASO LO IMPORTANTE ES EL CONOCIMIENTO DE LA PERSONA Y LUEGO SABER.COMO ACTUA

Mary De Simone dijo...

Querido Maestro, qué importante trabajar nuestras propias creencias y no prejuzgar. Gracias por tan enriquecedora clase.

Sumaya dijo...

Ojalá consigamos comprender y asumir, que la diversidad cultural,de creencias, etc.. resulta enriquecedora para las personas, millones de gracias por todas tus aportaciones MAESTRO.