lunes, 18 de octubre de 2021

El Juego del Calamar ¿Dónde están los límites?

 

Tenía que escribir sobre esta serie, no sin antes verla, aprovechando tener una opinión personal desde la mediación, como todo lo que hago. Pienso que a estas alturas. Querido lector o lectora, habrás oído hablar de “El juego del calamar”, la nueva serie de Netflix, de la que todo el mundo habla, en reuniones, tertulias televisivas. En la misma se nos cuenta la historia de unos concursantes que compiten, mediante juegos infantiles para conseguir un gran premio en metálico. La serie se ha convertido en un fenómeno mundial.

Se llama “El juego del calamar” o “Squid game” en inglés, debido a un popular juego infantil de los años 70. Este consistía en el enfrentamiento de dos jugadores dentro de las formas de un círculo, triángulo y cuadrado que dan la forma del calamar.

La premisa de El juego del calamar, consiste en vivir sorpresas, o mejor, vivir de ellas, porque comienza cuando alguien es tentado con un juego tonto que le enseña “que si gana le dan un billete y si pierde recibe una bofetada”. Y de ahí se parte y te vas involucrando en más y más, hasta llegar con el protagonista, sin su voluntad al encontrarse dormido, a un sitio desconocido, donde le encerrarán junto con otras 455 personas y les harán otro ofrecimiento: jugar a cinco juegos infantiles y quien llegue hasta el final ganará una suma de dinero que de otra forma jamás lograrían. Llegado este punto y tras esta trama la pregunta ¿Quién no aceptaría a lo mejor algo así?

Realmente dicen los expertos que El juego del calamar es una inmersión profunda en las partes más oscuras de la psique humana, que implica una competición con consecuencias mortales para el perdedor. Competitividad sin límites, hacía la supervivencia, y asi lograr seguir viviendo gracias a que superas cada día.

Asi se suceden varios personajes, con distintas dificultades y que quizás podemos decir que hoy en día, surge de la nada, llevados si me permitís por la actual situación post-pandémica. Dudas, deudas, necesidad de salir adelante. Pensemos

Esa competitividad, en otros extremos es lo que hace que muchas personas no compartan, no se entiendan y no estén por la labor de ceder y conceder. Qué difícil es mediar, amigos, cuando el principal bien para ti es el ego, es ganar en la competición por la salida de las cenizas de un conflicto. Y lo digo, con conocimiento de causa, porque no nos es difícil entender lo que paso. El pasado es historia y basta recordarla. Quizás pueda decir también, que no es difícil, la salida porque ahí esta nuestra principal virtud para ayudarles, pero… ¡qué difícil es hacerles ver que no se “miren el ombligo” y miren a su alrededor!. Esa oportunidad, donde ellos ven un problema, hace que no sean capaces de tomar decisiones inteligentes, que les permita “sobrevivir” a una deuda, a un cierre de una empresa, a la “liquidación” de un matrimonio…

 

En la serie desde el primer momento se pueden ver los problemas del juego, las apuestas, los robos y los asesinatos. La serie en sí no es más que una mirada macabra a la psique de lo que los humanos harán para sobrevivir y lo que harán para salir de las deudas. Y es una serie en la que mucho de los personajes preferirían ver morir a la gente que les rodea para poder salir de los agujeros en los que se han metido. Solo importa el “yo”.

Pero no olvidemos que la verdadera crítica no esta en el “juego” sino en dos consecuencias concretas: una se responde a la pregunta…¿De dónde viene todo lo que vemos? El juego está organizado por un grupo de millonarios que disfrutan viendo unas olimpiadas sangrientas y los jugadores son solo carne de cañón para su entretenimiento. Muchas veces en nuestros problemas… estamos en manos de terceros.

Y dos, existe una alerta muy importante en los colegios e institutos por el uso de este tipo de juego entre adolescentes y menores. Los niños ya se hicieron eco de la serie y son muchos los profesores que están alertando de que este tipo de “juego” está llegando a los patios de sus centros educativos.

No olvidemos que los niños no tienen el desarrollo crítico suficiente para distinguir la realidad de la ficción. Unamos pues esta moda a la particularidad de la situación hoy en día de adolescentes en conflicto y puede ser muy difícil esta combinación para que seamos conscientes de que sea cual sea el problema que tengas… siempre tendrás una mediación a tu alcance.


66 comentarios:

M dijo...

Importante misión la de los profes hacer ver a los niños que los juegos son solo juegos y que todo se consigue mejor y más fácilmente colaborando unos con otros

miriam garcia dijo...

Y yo me preguntaba. Bueno por que regresaron al juego después de saber que moririan y durante la trama comprendí que muchas de las veces no era solo cuestión del dinero si no la vida personal de cada uno que los arrastraba a tomar tal desicion existen personas que se aferran al conflicto y a pesar que parezca increible se niegan a soltarlo por que al dejarlo ir se darán cuenta de una realidad que no quieren afrontar.

Unknown dijo...

Cada día le explica a tus hijos la importancia del juego, de las diferencias, el compañerismo, la no violencia y de un momento a otro te encontrás con una ola de todo lo contrario y lo diario se vuelve difícil. Pero como dijo Bob Marley "...La gente que esta haciendo el mundo peor no toma un día libre, porque yo lo haré.Hay que iluminar la oscuridad"...

Anónimo dijo...

Cada día le explica a tus hijos la importancia del juego, de las diferencias, el compañerismo, la no violencia y de un momento a otro te encontrás con una ola de todo lo contrario y lo diario se vuelve difícil. Pero como dijo Bob Marley "...La gente que esta haciendo el mundo peor no toma un día libre, porque yo lo haré.Hay que iluminar la oscuridad"...

Lydia Luengo Méndez dijo...

Es cierto, esta serie ha dado mucho de qué hablar. Ya no solo por la cantidad de gente que ha podido llegar a verla, sino por la repercusión que ha tenido en los niños y en los adolescentes. Puede ser que los adolescentes si sean capaces de ver las consecuencias del juego y poder separar la realidad de la ficción y utilicen el juego como mera diversión, aunque si es cierto que pueden ser capaces de llevarlo al extremo en algunos casos. Sin embargo, los niños, no poseen de esa capacidad, de poder distinguir que eso en la realidad no es factible ni seguro, y solo son capaces de imitar lo que ven, algo que puede llegar a ser fatal. Para ello, es bueno que desde casa y de los colegios, sus principales fuentes de educación, se les explique que no podemos ser egoístas, codiciosos y solo pensar en uno mismo. Hay que recordarles que hay más personas a su alrededor y que incluso sus decisiones pueden llegar a afectar a terceras personas.

En cuanto a la mediación, cuando atendemos un caso de conflicto entre dos personas, puede que una de ellas no de su brazo a torcer y solo piense en su propio beneficio sin optar por la opción de que amabas partes salgan beneficiadas. Por ello, nuestro trabajo como mediadores es conseguir que ambas partes se lleven el mismo beneficio y que puedan pensar la una en la otra, no en ellos mismos, haciéndoles saber que terceras personas en ciertas ocasiones llegan a ser perjudicadas.

Alba Molleja Ocaña dijo...

La primera vez que oí hablar de El juego del calamar fue porque dos compañeros la estaban comentando, pero no le presté mucha atención. Sin embargo, pronto empezó a haber revuelo al respecto y se empezó a oír hablar de la serie por todas partes, por lo que como amante de las series que soy decidí darle una oportunidad, y no me arrepentí.

En la serie los participantes compiten para ganar una alta suma de dinero que les ayudará a devolver todo lo que deben. La competición es un factor muy presente en la mediación.
Cuando existe un conflicto muchas veces las partes hacen que este se alargue por ese espíritu competitivo que les hace querer ser los ganadores de la discusión. Este pensamiento está muy generalizado a pesar de que no se debe enfocar desde el punto de vista de ganadores y perdedores, sino desde la idea de que ambas partes son miembros de un mismo equipo.

Coincido completamente con la idea de que esta serie es una inmersión en las partes más oscuras de la psique humana, y especialmente diría que es un claro retrato de la desesperación y la ambición. Explora los límites que una persona está dispuesta a atravesar si siente que no tiene nada que perder con el fin de conseguir su beneficio y sin pensar en todas las personas a las que se lleva por el camino. Este individualismo lo vemos a la hora de mediar cuando las personas se preocupan únicamente por los intereses propios en lugar de pensar en el conjunto.

En general esta serie da mucho pie a la reflexión sobre el ser humano y la sociedad en la que vivimos y creo que es digna de ver.

Alba Molleja Ocaña.

María Dolores Pacheco Romero dijo...


Todo el mundo habla del Juego Del Calamar, y me parece muy interesante aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre muchos aspectos que esconde esta serie y que invitan al debate.
Tras haber visto la serie, y mirando desde el prisma de la mediación, destaco uno de los fenómenos centrales que se observan en la serie de principio a fin: la competitividad, a tal punto que lleva a consecuencias devastadoras. Cuando está en juego la propia supervivencia, mediar es difícil, y el bien individual se impone al bien colectivo. En la serie, cuando todos tienen que tomar una decisión fundamental, se observa la importancia del ambiente para la toma de decisiones conjunta. Llevándolo al ámbito de la mediación reflexiono que el ambiente, el entorno...es fundamental para llevar a cabo una buena mediación. En un clima de tanta presión, tensión emocional, incertidumbre, extremo… como el del juego, y cuando se trata de cuestiones tan fundamentales como la supervivencia, la mediación se complica, pues es difícil que el lado racional en la toma de decisiones llegue a imponerse a lo más primitivo del ser humano, al impulso natural, a la agresividad, al egocentrismo… que aparece cuando se trata de supervivencia.
Me gustaría destacar la importancia del desequilibrio de poder cuando se trata de mediar, y como, en cierto modo, se observa en la serie cuando existe un conflicto entre continuar o no el juego. En un punto de esta, cuando los participantes pueden decidir democráticamente, se contempla como el desequilibrio de poder afecta a las soluciones del conflicto, pues, aún teniendo la posibilidad de abandonar, los participantes quedan condicionados a que la otra parte de la negociación; el responsable del juego. Él tiene todo lo que necesitan (dinero), y, aunque tengan libertad de elección, el desequilibrio de poder entre las partes les esclaviza a tomar la misma decisión, a volver al punto inicial, decisión que aunque en apariencia sí lo sea, no es verdaderamente libre.

Por último, me parece interesante reflexionar sobre el impacto de la serie, pues es cierto que por desgracia su influencia va más allá del entretenimiento en adultos. Cada cierto tiempo aparece una nueva y peligrosa tendencia (challenges de internet, el famoso "juego de la ballena azul" hace unos años...). En referencia a el Juego del Calamar coincido en cómo se esta empezando a ver su impacto en niños y adolescentes. Concluyo por tanto que es una responsabilidad como adultos permanecer atentos a las consecuencias que este tipo de series o tendencias generan en ellos, y velar por la protección del menor en este ámbito, no olvidándonos que los menores son esponjas que absorben e aprenden todo aquello que ven a su alrededor, ficción incluida.
María Dolores Pacheco Romero

María Villa-Zevallos Luque dijo...

Me parece muy interesante y acertada la comparación entre un proceso de mediación profesional y la serie de "El juego del calamar", al menos a grandes rasgos, pues en muchas ocasiones, como bien hemos visto en clase, al menos una de las partes implicadas en el conflicto que se pretende mediar está tan convencida de que su visión de la situación es la correcta, que difícilmente dará su brazo a torcer ante las necesidades de la otra parte; es por ello que los mediadores deben poner en práctica sus conocimientos y técnicas de la mejor manera posible ajustándose al caso, con el fin de que las partes entiendan que en el proceso de mediación no se busca que alguien salga victorioso y el otro pierda, como sucede en "El juego del calamar", sino que se aspira a llegar a una solución que ambos les sea grata y así reducir la tensión y la incomodidad entre ellos o ellas.

En conclusión, el mediador es el profesional encargado en este caso de que las partes dejen de ver la vida como una competición y entiendan que para que uno de ellos consiga sus objetivos, el otro no tiene por qué abandonar los suyos, pues en un acuerdo justo y equitativo ambos deben de salir ganando.

Fátima Álvarez Carrascal dijo...

Por desgracia, el Juego del Calamar trata sobre personajes desesperados con problemas económicos, donde perder significa morir. Cuantos más jugadores eliminen más probabilidad tendrás de ganar. Mi opinión crítica de esta serie mundialmente famosa, es de como la sociedad trata a los pobres, se tratan imágenes irrisorias difíciles de soportar para personas con conciencia social.

La serie transmite un mensaje moral y psicológico muy denso, como cuando quieres tomar una decisión importante, es mejor pararse a pensar tranquilamente y no dejarse llevar por las emociones fuertes. En el trasfondo de la serie podemos ver que la codicia te puede cegar, que hacen uso de la nostalgia como herramienta para vencer en el conflicto y finalmente, podemos ver con el final que el dinero no lo es todo.

Extrapolándolo a la mediación, no todo se basa en vencer a tu oponente, en el ego o lo material, sino que se trata de apreciar la belleza del paso de la relación de las dos partes hacia un punto en común, llegar a un acuerdo entre ambas partes.

María Muñoz Gómez dijo...

Tras leer el texto y ver la serie, puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con que la seria enseña lo más oscuro del ser humano, lo que una persona es capaz de hacer por salir de un problema que ella misma a causado. Se aprecia claramente la importancia del “yo” y lo poco que importa las personas a su alrededor. Me da respeto pensar que el ser humano es tan básico que haría cualquier cosa para ganar, como engañar a un amigo para no morir, si no para que muera el de al lado y conseguir el triunfo.
Al llevar esto al terreno de la mediación, se puede decir que muchas personas son capaces de aguantar un conflicto años simplemente por tener la satisfacción de ganar ellos mismos. Da igual a quien se lleven por delante, amigos, familia o simplemente conocidos, todo tiene una buena excusa y es obtener la satisfacción de ganar a otra persona.
Por último, me gustaría añadir que los niños no son capaces de distinguir lo que pasa en una serie o lo que realmente es la vida, no son capaces de ver que es mucho más que un continuo de juegos en los que mueren las personas, si no que nos habla del interior del ser humano, de esa oscuridad. Por lo que en estas situaciones tendrían que entrar los padre y educadores, para explicarle y que entiendan lo que realmente están viendo, y lo que deben evitar en un futuro.
María Muñoz Gómez

Blanca Vázquez de la Torre Orta dijo...

Justo este fin de semana le comenté a mi compañera de piso sobre esta serie del Juego del calamar y nos la comenzamos a ver juntas, y da la casualidad que el comentario era de la misma serie. Me habían hablado mucho sobre esta serie pero hasta que no la vi con mis propios ojos no podían haberme imaginado lo macabra que podía llegar a ser.
Esta serie, como bien dice el post, se adentra en lo mas profundo de la psique humana, y nos hace preguntarnos, ¿es el ser humano malo por naturaleza, o nace bueno pero lo corrompe la sociedad? Vemos personajes que por muy inteligentes que sean son capaces de traicionar a su equipo con tal de salir el victorioso, y otros que aparentaban ser malos y agresivos pero acaban mostrando la bondad que llevan dentro.

Por otro lado, están los guardias que van con uniformes, la frialdad con la que matan a las personas sin miramiento, y la facilidad para deshacerse de los cuerpos, pero al hacerlo desde el anonimato de las máscaras hace que les resulte mas fácil. Y ya el líder que ha organizado todo el juego y que disfruta viendo todo el sufrimiento que está provocando, sin duda es la maldad personificada.

Esta serie deberían verla personas adultas con la capacidad de razonamiento y entendimiento, y no los niños ya que no tienen la madurez suficiente como para entender que esa clase de juegos no se pueden realizar. Realmente es una serie que todos deberíamos ver y reflexionar sobre ella.

Pilar Insignares dijo...

El “Juego del Calamar” es una de las nuevas series de Netflix que ha creado una ola de repercusiones entre sus espectadores. No solo ha dado que hablar en gran parte de la población, sino que entre niños y adolescentes ha causado consecuencias donde la realidad y ficción no se ha sabido separar. Los más pequeños de la casa pueden no ser conscientes de lo que realmente significa esta serie y llegar a recrear estos juegos con temática “infantil” en el patio del colegio. Es por ello que está en mano de la población adulta, desde casa y desde los centros educativos controlar este tipo de contenidos y su visionado.
Además, hay que recordar siempre que somos seres sociables, convivimos con más personas alrededor y las decisiones que tomamos, siempre de alguna forma u otra afectaran a las personas que tenemos al lado.

El papel de la mediación entra en juego, en el momento que trabajamos con un conflicto entre dos personas. Estos dos individuos pretenden únicamente conseguir su bien individual y no dar ninguno el brazo a torcer. Es por ello, que la función del mediador debe de intentar que las dos partes se lleven parte del beneficio y sobre todo, que la parte muestre una parte comprensiva y empática hacia el otro, situación que es difícil de ver en la película de el “Juego del Calamar”.

Pilar Insignares Rodríguez

Mª Ángeles Ramírez López dijo...

Esta serie, cualquiera que la haya visto, puede observar como el dinero y la supervivencia hace que el resto sea inferior. Actualmente, como se ha mencionado y ha salido en las noticias, muchos niños en colegios hacen la gracia de jugar a estos tipos de juegos, pero, tienen que pensar dentro de su inocencia que no está bien y que no tenemos que ser egoístas pensando en el dinero, sino en la solidaridad y en la ayuda al prójimo.

Por otro lado, con respecto a la mediación, cuando dos personas tienen un conflicto se debe de solucionar con madurez y pensando en el otro no solo en nosotros mismos. Muchas veces sin ser conscientes de lo que hacemos, podemos hacer daño a las personas y éstas pueden interpretarlo de distintas maneras pero normalmente, no sería de la misma forma que en "El juego del calamar" puesto que en este caso, compiten por una alta suma de dinero y aquí lo importante es sobrevivir.

Por último, como todos sabemos, ha dado mucho de que hablar esta serie y nosotros, deberíamos de ser los primeros en enseñar a los menores a identificar lo que es ayudar y no pensar en la agresividad y/o pelea.

Mª Ángeles Ramírez López

Blanca Hispán Cerrada dijo...

Todo lo que he podido conocer de esta serie y tras leer este post, me ha trasladado a la idea de que es fundamental profundizar en una situación para entender todo el contexto. Entender la razón que le lleva a alguien a seguir jugando sabiendo las consecuencias mortales que conlleva, va más allá de pensar que lo hace por simple obsesión al juego, porque no todo es lo que vemos o creemos ver.

El ego, la avaricia o el egoísmo, suponen en mediación un difícil reto con el que tratar, pues llegados al punto, estaríamos ante personas que quieren cambiar la situación de conflicto pero sin perder ellos nada de interés. De cambiar algo, que lo haga el otro. Sin embargo, ¿esto funciona? La competitividad en un proceso de mediación no es compatible, lleva a una situación de bloqueo.

Otro agente implicado que debemos tener en cuenta en mediación son los niños, estos oyen y ven todo lo que sucede a su alrededor, y ya entiendan o no lo que escuchan, se interioriza en su mente de manera inconsciente. Así, igual que vemos peligroso que los niños puedan ver esta serie al no poseer desarrollo crítico suficiente, en los conflictos de mayores, es también necesario mantenerlos al margen sin perturbar su bienestar.

Blanca Hispán Cerrada

Tania María Pérez Serrato dijo...

La serie "El juego del calamar" lleva siendo la protagonista de mi puente, junto con los casos de intervención en psicología clínica y los apuntes de Bases Psicopedagógica, no sé cual de las tres cosas es más macabra...
En definitiva, tras haber visto la serie me da la sensación de que es una representación muy clara de la sociedad. ¿Acaso no morimos cada día tratando de ganar dinero, dedicando horas a un trabajo que a la mayoría no les gusta, con el único fin de sobrevivir?, ¿No estamos "matando" a personas por explotar por ejemplo las riquezas de otros continentes?, y ¿No somos al fin y al cabo marionetas de políticos?, los cuales no solo deciden por nosotros, si no que al igual que en la serie, se sientan a ver cual será el resultado de estas decisiones.
Tengo que decir que no hay mejor serie para ver en Halloween, al igual que metafóricamente hablando, pienso que la letra pequeña de "Basada en hechos reales" le vendría de perilla. No podía parar de sacar parecidos entre la misma y nuestra sociedad.

Por otro lado, hay que tener mucho cuidado por donde circulan este tipo de series. Este tipo de contenido debe de tratarse con una especial delicadeza sobre todo en poblaciones infantiles, ya que están vendiendo "juegos de niños" en los que perder implica morir. En un cierto sentido la serie muestra una gran realidad infantil, como son aquellas actividades a las que se dedican los menores, pero esta realidad puede ser distorsionada por los niños, y confundir que el ser eliminado de un juego, no es dejar de jugar, sino dejar de vivir. Existe aquí una gran responsabilidad por parte de padres, docentes y la sociedad en general, a la hora de propagar este tipo de contenido.

Elena Herencia Aguilar dijo...

La presenta lectura aborda la famosa y actual serie de “El juego del calamar” desde el punto de vista de la mediación. En este sentido, encontramos que la competitividad que reina dentro de esta serie, se puede extrapolar a diversos ámbitos de nuestra rutina diaria. Por ejemplo, en el colegio, algunos menores buscan ser el mejor de la clase en el deporte o en matemáticas, llegando a obstaculizar el progreso de sus compañeros. Así, los adultos, también buscan destacar por encima de su entorno, entorpeciendo el desarrollo y crecimiento de sus compañeros. También se puede observar esta competitividad dentro de la universidad, donde existen los conocidos “piques” por las calificaciones. Ante este punto, la reflexión principal radica en si es realmente beneficioso priorizar el bien individual en lugar del bien general.

Profundizando en esta idea, resulta evidente que no podemos dejar a un lado nuestro crecimiento personal por ayudar a nuestro compañero; sin embargo, podemos colaborar en el progreso de los demás a la par que avanzamos en nuestro propio proyecto personal. De esta forma, obtenemos una retroalimentación positiva de nuestros compañeros y amigos y, además, trabajamos la humanidad.

Extrapolando esta reflexión al ámbito de la mediación, debemos deja a un lado el bien individual para intentar alcanzar el bien general de las partes. Es decir, se debe alcanzar la mejor alternativa posible para los personajes implicados, donde ambos continúen su proyecto de crecimiento personal sin obstaculizar el del oponente. Aunque parezca utópico, a través de la comunicación, la escucha activa y la empatía, casi siempre se puede realizar un proceso de mediación. En cambio, en caso de encontrarnos a un personaje que se caracterice por la búsqueda del bien individual y la competitividad, nos será imposible alcanzar un acuerdo entre los mismos.

Por último, debemos tener en cuenta la influencia que los adultos presentan sobre los menores. En esta línea, los niños repiten aquellos comportamientos que han aprendido en su entorno, ya sea a través de la propia actividad de sus padres o a través de la televisión. Por ello, debemos mantener mucha cautela cuando nos encontremos ante los menores, quienes carecen de una opinión crítica y, por tanto, son altamente influenciables.

Elena Herencia Aguilar

Antonio Felipe Priego Fernández dijo...

Tristemente aún no he tenido el pacer de ver esta serie que está en todo el ojo del huracán.
Pero por lo leído y compartido en este post, si puedo decir que por diferentes cáusticas, no voy a entrar si son buenas o malas, la búsqueda del crecimiento, del ir a más a cualquier precio ha traído algunos de los problemas más remarcables de nuestro tiempo como puede ser todo derivado del ego exacerbado, véase el ejemplo del capitalismo llevado al límite y los problemas que ha dejado como las desigualdades sociales y los diferentes cambios climáticos de los últimos años, véase sino los calurosos veranos en Sevilla, las escasas pero intensas lluvias en invierno.

Esto invita a la reflexión de la necesidad de educar en valores, a ciudadanos conscientes, que sepan tender más puentes en vez de vivir en fortalezas para sí mismos.
En la mediación, se viven reflejos de nuestras sociedades, momentos de tensión pero también de apertura. Quizás sea tarde para educar a nuestros clientes. Popularmente se dice: "educado se viene de casa"., pero eso sería pensar de forma determinista, sin creer en la bondad de naturaleza humana.

Por ello, en cada partida, el mediador tiene que hacer de facilitador, de dejar entrever que si se sale del propio ego, más allá de el, hay una esperanza de vida mejor.

Carmen Fernández Dorado dijo...

El juego del calamar es una nueva serie de Netflix que ha dado mucho debate debido a la repercusión que ha tenido en la sociedad. Muchas personas, en concreto los niños, no han sabido diferenciar la ficción de la realidad y esto ha tenido consecuencias extremas. Los menores, no tienen la capacidad para saber que en realidad la serie solo es puro entretenimiento. Al no poseer dicha capacidad, los niños comienzan a imitar el papel de los protagonistas de la serie, cuya finalidad es hacer daño a los demás. Por esto, es de gran relevancia educar desde la generosidad y la importancia de la comunidad. Haciendo alusión a la mediación y al conocimiento que tenemos sobre conflictos, es posible que una de las dos partes solo piense en su propio beneficio, excluyendo los intereses de la otra parte. Por todo esto, nuestro trabajo como mediador seria dar todas las facilidades para que ambas partes lleguen a un acuerdo y que este sea beneficioso para los dos.

Beatriz Rojas López dijo...

Esta lectura realiza una comparación bastante interesante entre la famosa serie "El juego del calamar" y la mediación poniendo el foco de atención en la competitividad existente en ambos aspectos. La competitividad aparece en todos los ámbitos de una persona; laboral, personal, educativo, etc. Ello suele desembocar en conflictos interpersonales, y por lo tanto, es un tema que aparece con regularidad en consulta.

Por ejemplo, un caso habitual de suscitar competencia es el trabajo. Dos personas que ostenten el mismo cargo, y por consiguiente el mismo poder y responsabilidad, también tienen la posibilidad de optar por un puesto de trabajo superior. En resumidas cuentas, los dos quiere dicho ascenso, surgiendo situaciones de competencia, aunque no se desee. Asimismo, destacar que puede existir competitividad entre dos personas con muy buena relación, no solo entre personas que no son afines, y en ambas situaciones pueden aparecer conflictos por el mismo hecho. Es por ello que es muy importante tratar estas diferencias y llegar a un punto en común para no desgastar la relación.

En relación a la problemática que se destaca al final texto sobre la alerta en centros educativos, mencionar la gravedad de los efectos que pueden conllevar las modas y novedades que surgen cada día en personas de tan corta edad. No solo a raíz de series pueden surgir ideas en menores, sino también en redes sociales suelen aparecer modas o retos que suponen un riesgo para la salud; específicamente los relacionados con el peso y el aspecto físico de los jóvenes en general.

Beatriz Rojas López

Manuel de Luque Íñigo dijo...

Bajo mi punto de vista, el juego del calamar es una representación de la competitividad en su forma más exagerada, donde los distintos jugadores compiten por un premio que solo una persona puede obtener, y obtenerlo a costa de los demás, del sufrimiento, de la muerte...
Obviamente, nuestro papel como mediadores difícilmente nos brindará situaciones tan radicales, aunque muy probablemente nos encontraremos con partes enfrentadas que buscarán su beneficio propio a toda costa, sin importarles los perjuicios que recaigan sobre sus "competidores".
En dichas situaciones, será clave la aplicación de técnicas que favorezcan el desarrollo de empatía entre las partes, de generosidad, asertividad, etc. No sería beneficioso para nadie que se diese rienda suelta a nuestros impulsos más básicos, nuestras bases animales, al instinto de supervivencia que rige la ley del más fuerte. Debemos aprender a comunicarnos de manera efectiva, a dialogar, discutir desde el respeto, a ceder en ocasiones en las que sea necesario, romper con nuestra necesidad de quedar por encima... así podremos convivir de manera sana y seremos capaces de resolver conflictos de forma exitosa.

Fernando Moyano Moreno dijo...

Tras haber visto la serie, y haber leído el comentario respecto a ella, creo conveniente mencionar diferentes aspectos. En primer lugar, considero que teniendo en cuenta las repercusiones que ha tenido la serie, y las consecuencias que está teniendo en niños y adolescentes en el colegio etc., considero que merece la pena que especialistas se detengan a estudiar como una serie puede tener un poder de persuasión tan poderoso, como para llegar a modificar el comportamiento de los jóvenes.

Por otro lado, me resulta curioso tras ver la serie, el poder que el dinero tiene sobre las personas, llevándolas a cometer atrocidades tal y como vemos en la serie. Además estoy seguro, que aunque sea una "serie", habría mucha gente dispuesta a realizar o a participar en algunas de las actividades observadas en la serie, con el objetivo de sobrevivir, o ganar dinero.

La serie nos hace ver fenómenos como la competitividad o el egoísmo, y además nos saca los instintos de supervivencia que hemos heredado de nuestros ancestros prehistóricos. Por otro lado, observamos como el poder de unos, puede llevar a cometer atrocidades como las que se observan en la serie. Desde el punto de vista de la mediación, se observa cómo en diferentes momentos de la serie, en lugar de llegar a puntos comunes entre los personajes, aparecen conflictos que les lleva a consecuencias terribles. Aquí se resalta la importancia de la mediación, pues tal y como vemos en la serie, cuando solo una de las dos partes se beneficia, la otra sale perjudicada (en todos los juegos de la serie pasa igual). Por tanto, en la vida real debemos tratar de mediante la mediación, llegar a puntos comunes en los que ambas partes de un conflicto, se puedan ver beneficiados.

Elena Cano Ríos dijo...

Como en el artículo se habla, el juego del calamar se trata de una serie donde se prioriza el “yo” ante todo, ya que vemos como el dinero hace llevar a las personas a punto inimaginables por poseerlo. Tras ver esta serie me planteé lo perjudicial que podía ser para los niños. Pues como en el artículo se mencionan no son capaces de distinguir la ficción de la realidad, y ya se escucha en las noticias como los niños salen al recreo diciendo que van a jugar “al juego del calamar”. En el caso, aplicado a la mediación podemos compararlo a cuando acuden a una mediación varias personas, y una de ellas no es capaz de ver más allá de su propio pensamiento o idea. Aquí, estaríamos hablando del “yo” y de llevar la razón, sin importarle el resto de las personas. Como mediadores deberemos actuar en ese punto de y rebatir el por qué esa persona lleva únicamente la razón, pues hacerle dudar de su punto de vista será beneficioso para poder llegar a un acuerdo entre ambas partes. Es llegar a que la otra persona vea otro punto de vista y empatice con la otra parte.

Ana Hernández Sanz dijo...

Como bien se manifiesta en este post, la participación en el juego del calamar implica competir, “mirarse el ombligo”, no ceder ante los demás y anteponer el ego. Pues bien, podemos encontrar situaciones similares, aunque no tan macabras, en la mediación debido a que las partes, en ocasiones, hacen acopio de su poder y sitúan sus intereses por encima del bien común dificultando el trabajo de los profesionales del ámbito de la mediación. Si el odio, la competición y el ego de los usuarios quedan por encima en un proceso de mediación, resulta complicado establecer una historia común a través de la cual se puedan determinar los intereses comunes y, finalmente, obtener el acuerdo más adecuado.

Unknown dijo...

Tras la lectura de este post, como bien se dice que el trasfondo principal es "mirarse el ombligo", se prioriza el "yo" por encima de cualquier cosa, sobre todo por encima de una vida humana. El ego de los protagonistas por salir adelante dejando atrás cualquier obstáculo me hace hacer una comparación con la mediación, donde solo se mira el beneficio propio sin importar la otra parte ni lo que le ocurra.

María Galisteo Pérez.

Paula Vázquez Portillo dijo...

Tras haber leído el artículo, he podido reflexionar acerca de la relación existente entre la serie ‘’El Juego del calamar’’ y la mediación.

Desde mi punto de vista, esta serie fomenta la competencia a toda costa, nada ni nadie importa solo tú mismo. Aunque esto solo sea una serie, este pensamiento no está tan alejado de la realidad como parece. En ciertas ocasiones, acudimos a mediación por esto mismo, estamos tan encajados en conseguir nuestros intereses personales que no somos capaces de ver mas allá de eso. Sólo nos importa ganar a nosotros y estamos dispuestos a hacer lo que sea para conseguirlo. Este tipo de negociación se llamaría ‘’ganar-perder’’, que es la que se lleva a cabo en el juego del calamar, en la que uno gana y todos los demás pierden. Dentro de la mediación, se intentaría negociar para que las partes tengan una mentalidad ‘’ganar – ganar’’ en la que ambas partes tendrían que ceder algo (perder algo), pero a su vez, ambos ganan.

La verdadera problemática, es que a través de series tan populares como esta se fomentan estos valores de competencia y egoísmo en la sociedad. Nosotros, somos los responsables de educar a la sociedad para que no se fomenten este tipo de valores. Realmente, con la mediación muchas veces conseguimos modificar este pensamiento ‘’ganar-perder’’ y sustituirlo por un pensamiento ‘’ganar-ganar’’.

sara dijo...

A pesar de no haber visto esta serie que tanto éxito ha tenido, leer este post me ha hecho entender realmente el foco de la cuestión, ser capaz de comprender que le lleva a los personajes a seguir jugando, siendo conscientes de las consecuencias mortales que esto puede acarrear en el caso de perder el juego. Todo esto basado en la competitividad y el mero hecho de ganar. El ser humano debe de ser una persona competente para tener aspiraciones y conseguir todo lo que se propone, pero no todo vale para conseguirlo, como se puede observar en esa serie que como bien dice el texto solo importaba el “yo”. Esta serie, por lo tanto, se puede ver que tiene una gran simbología con los conflictos que se dan en mediación, en los cuales la competitividad por llevar la razón y por ganar la discusión es una de las principales causas por las cuales las partes implicadas no llegan a una solución consensuada entre ambas.

Por último me gustaría reflexionar acerca de la responsabilidad y el impacto social que tienen este tipo de series en la sociedad, ya que como bien aborda el texto es muy importante estar alerta sobre todo con los menores ya que ellos no tienen el suficiente conocimiento como para distinguir entre lo que es real o no y pueden crecer con disociaciones de lo que es la vida real, por lo que hay que ser consecuentes y estar atentos a las influencias de series que incitan al conflicto, al ego y a la competitividad. Por ello, lo que se debería de hacer para que los niños crecieran en un espacio totalmente real es explicarle a través de un lenguaje adecuado a su edad lo que deben de evitar y por lo que deben luchar en un futuro, pero sin pisar a nadie por el camino por el mero hecho de conseguir todo lo que se propongan a toda costa.

Sara Díaz Cuello.

Manuel Cabezas dijo...

Había escuchado hablar sobre esta serie, sin embargo, no sabía de lo que trataba y no la he visto aún. Tras la lectura del artículo, me ha llamado bastante la atención y me ha incitado a empezar a verla.

Me resulta interesante la comparación entre esta serie y la mediación, así como la reflexión que se ha realizado sobre la competitividad. Pienso que la sociedad actual en la que vivimos es cada vez más individualista, solo miramos por nuestro interés y cada vez más nos importan menos las personas que tenemos a nuestro alrededor. Nos cuesta mucho ceder ante los demás o entrar en razón ante un problema que nos involucre, ya que al otorgar la razón a los demás muchas veces sentimos que "hemos perdido".

Es precisamente este aspecto lo más destacable de la mediación, el hecho de que no hay ninguna parte que pierda, siendo el objetivo que ambas partes se vean beneficiadas.

Blanca Lozano Estefani. dijo...

Tras la lectura del artículo y la visualización de la serie “El juego del calamar”, puedo reflexionar sobre la relación que tiene esta con la mediación.

Esta serie muestra un juego en el que predomina la competición entre personas ignorando las consecuencias extremas que pueda llegar a tener. Asi pues, ha tenido un gran impacto en los niños y adolescentes, llegando a ignorar valores como la solidaridad, generosidad o empatía. Por ello, hay que tener cuidado con este tipo de series dejado clara la diferencia entre realidad y ficción. Desgraciadamente, en la sociedad y en la mediación, existen personas que solo miran por su propio beneficio, sin escuchar a las partes, sim ponerse en sus lugares y sin dar su brazo a torcer, siendo su opinión la única valida. Como mediadores debemos intentar que las partes vean más allá de su propio beneficio y ego. Para ello, debemos fomentar el respeto, la escucha, e intentar que lleguen a un acuerdo en el que ambas partes de beneficie en la misma medida.

Lucía López Gallego dijo...

Es interesante como podemos hilar el tema de la mediación con el actual debate y controversia surgida debido a El juego del calamar. En la serie se muestra hasta dónde puede llegar la mente humana y como un caso que parece aislado o quizá un tanto macabro.
Visto desde el punto de vista de la mediación, resalto la importancia de terceras personas y presiones que pueden hacer que el transcurso de la mediación y el conflicto se trunque o frene. Haciendo que en numerosas ocasiones el conflicto no solo dependa de las partes implicadas, sino también de sus influencias externas como las deudas, familias, problemas con el juego… que se muestran de ejemplo en la serie. Por lo que me planteo como mediadora lo esencial que es evaluar y distinguir qué tipo de influencias tienen las partes y cómo influyen en el conflicto, ¿Qué está haciendo que estas dos personas o partes sigan manteniendo conflicto?. Me parece una pregunta esencial y muy bien relacionada con el tema presentado.
Lucía López Gallego

Elena Mª Tello Luque dijo...

El juego del calamar es una serie de Netflix, la cual está teniendo un grave impacto en la sociedad actual, debido a que tanto niños, adolescentes como adultos están presentando comportamientos inadecuados como consecuencia de esta serie. Esta trata sobre un conjunto de participantes cansados de su situación económica que asisten a un concurso de supervivencia donde se encuentran con diversos juegos infantiles. El participante que consiga llegar con vida al último juego será el ganador, ya que los demás participantes pierden la vida al perder los anteriores juegos.

A través de esta serie se puede observar como los jugadores lo dan todo por ganar, poniendo el foco solo en ellos mismos, sin importar la vida de los demás. Esto puede presentar una relación con la mediación, debido a que en diversas ocasiones se puede observar como en el proceso de mediación, las partes involucradas en el conflicto sólo miran por ellas mismas, donde se percibe una gran competitividad. Aunque ambas partes presenten el mismo rol en la mediación, cada parte sólo mira por sí misma, sin tener en cuenta al prójimo. Esto mismo ocurre en el juego, ya que los participantes solo tienen el foco en sí mismos. Sin embargo, dependiendo de las circunstancias, ponemos más atención en los demás o no, ya que en una escena el protagonista percibe como su compañera lo está pasando mal y decirle ayudarla. En el momento en el que vemos a una de las partes débiles, hay dos tipos de personas, las que ayudan y las que se aprovechan. En esta escena, podemos ver como el protagonista decide ayudar a su compañera y en el momento en el que se descuida, y el otro concursante que quedaba junto a ellos decide matarla. De esta forma, se pueden percibir diferentes posturas dentro en una situación difícil. Dejando a un lado cuál sea el propósito de la lucha, se perciben los valores y las cualidades de las personas en circunstancias complicadas.

Como conclusión, esta serie hace ver cómo el egoísmo se apodera de nosotros cuando se trata de competitividad, sin importar que la otra parte salga perjudicada. De esta forma, es fundamental el rol del mediador en estas situaciones, ya que este consigue que ambas partes se beneficien de la forma más justa y sana posible.

Elena Mª Tello Luque

Lucía Díaz Amor dijo...

Tras ver la serie de moda, reflexiono sobre esta crítica a la sociedad y que tiene mucho que ver con la mediación. Las consecuencias de que una mediación de conflictos no funcione es, en ocasiones, la desigualdad de poder. Nos encontramos con personajes con un nivel socieoencomico bajo y con circunstancias en su vida muy desfavorables como las deudas, las enfermedades y la familia, que se ven arrastrados por necesidad por los personajes contrarios a ellos que son adinerados y poderosos. En este conflicto donde unos buscan la supervivencia y una mejor posición futura, salen perdiendo ante los otros que buscan un mero entretenimiento. Por lo que, hay claras desigualdades que impiden un acuerdo o negociación que favorezca a las dos partes ya que unos se ven sometidos por otros por su posición.
Por otro lado, también hay que destacar lo difícil que es llegar a un entendimiento en una situación tan extrema. Podemos verlo en el capítulo donde todos votan para quedarse o irse. Cada uno, toma la decisión que más le convenga siendo la otra completamente contraria a la suya y sin más posibilidades o alternativas donde elegir un punto medio para las partes. Muchas veces eres arrastrado por las decisiones de otros sin poder remediarlo. Ahí está la clave de la mediación, barajar opciones favorecedoras y llegar a un acuerdo medio. Esto, en ocasiones, es complicado.
Sin embargo, el punto que más entorpece una mediación es, sin duda, el egoísmo y el yoismo. No importa nada más que su bienestar y ganar. Da igual que sobrepasen a los demás, que haya consecuencias perjudiciales para otros. Hay personajes en esta serie, que hacen lo que sea por ganar los juegos sabiendo que sus compañeros morirán. Con estas personas, se hace muy dura la mediación con pocas probabilidades de solución. Lo que no saben es, que tarde o temprano, eso les pasa factura a ellos.

Lucía Díaz Amor

Loli Delgado Cosano dijo...

Hace algo más de un mes que vi la serie. La verdad es que este tipo de series no me llaman mucho la atención y si no hubiese sido porque la vi con mi pareja, no la habría terminado. El juego del calamar me recuerda mucho a una película estrenada en 2019 que puedes encontrar también en Netflix, llamada “El hoyo”. Ambas me parecen una buena crítica a la sociedad en la que vivimos. Las dos hablan del egoísmo, del yoísmo, la supremacía, la ambición... Centrándonos en la serie de la que se habla en este post, son varios los aspectos que mantienen que el juego llegue hasta el final.

Un factor crucial es la desensibilización. Al comienzo de la serie, en el primer juego, las personas aterradas, responden ante tales actos atroces y se revelan. No obstante, conforme van recibiendo refuerzos, tales como superar niveles, empoderándose, uniéndose a las personas más fuertes y viendo que cada vez que muere un compañero es compensado por una gran cuantía monetaria, se insensibilizan, incluso siendo ellos mismos quienes comienzan a matar. Esto lo vemos como algo ficticio, que solo pasa en las películas, pero no olvidemos la fuerza que tienen los fenómenos grupales y ambientales y como las personas han llegado a cometer actos impensables a lo largo de la historia, y hasta en experimentos sociales como: el de la cárcel de Stanford, o el de Milgram, entre otros tantos.

Otro factor importante, desde mi punto de vista es el miedo. En uno de los últimos capítulos, los participantes escogen a su mejor amigo/a para jugar. Esta decisión resulta ser nefasta, pues deberán jugar enfrentándose entre ellos mismos, de manera que solo sobreviva uno. Es entonces cuando utilizan tácticas como la estafa, el engaño, la manipulación (…) a fin de conseguir aquello que se quiere. Podría decirse que la respuesta más rápida que tiene el ser humano de resultar victorioso ante una amenaza es “luchar o huir”. Ante la nula posibilidad de huir solo queda luchar y para ello su instinto innato se activará recabando toda la información y dirigiendo sus esfuerzos a buscar una solución que le lleve a la supervivencia. Esto seguramente, muy a menudo lo veas en tus procesos de mediación y no es de extrañar que con frecuencia las personas con las que tratas, en un principio se mantengan escépticos en el uso de la mediación como herramienta para llegar a un acuerdo.

Vivimos en una sociedad competitiva, te educan desde pequeña para ser la mejor de clase, comparándote con tus amiguitas si sacas peor nota que ellas. La mejor en tu trabajo para tener reconocimiento y valía en el sector, la mejor madre porque es lo que debes ser y lo que se espera de ti, la mejor amiga, la mejor esposa… y acabas interiorizando que, si no eres la mejor, no serás exitosa, no alcanzarás aquello que sueñas y que finalmente no serás feliz.

Para mí, estos tres factores son de gran importancia en el sostén y mantenimiento del problema, y es por ello que creo de vital importancia educar en valores como la empatía, la solidaridad, el respeto, la cooperación, el pensamiento crítico… valores que favorezcan el entendimiento y que contemplen los puntos intermedios como una solución, acercándolos a la escala de grises y alejándolos de sus posiciones iniciales en el blanco y negro.

Paula Paya Bellido dijo...

Me ha parecido muy importante y a la vez interesante este texto. La gente solo habla de esta serie, y sinceramente, la serie a mí me gustó, pero es verdad que no la debería ver cualquier público, como los adolescente o personas que sufren algún tipo de síndrome o enfermedad. Esta serie está realizada para personas que sepan diferenciar entre ficción y realidad, obviamente la serie es ficción no va a pasar en la realidad, y eso los menores de edad no tienen la suficiente capacidad como para distinguir que eso no puede o no debe ocurrir en la realidad, porque es macabro.

En esta serie difícilmente podríamos recurrir a la mediación, sin embargo, en los problemas que están sucediendo ahora tras la serie, sí podríamos mediar, tanto con el problema de los adolescentes como otros problemas que está acarreando esta serie, como, por ejemplo, no entender a la otra personas, no compartir, ser muy competitivo, etc.

Carlota Pereira Parra dijo...

Este post realiza una interesante comparación con un tema de la actualidad, como es esta nueva serie, con los conflictos que se puede tener en la vida cotidiana. Desde el punto de vista psicológico podemos entender que los personajes del “Juego del calamar”, no sólo poseen problemas derivados de deudas económicas, sino conflictos internos del “yo”, que les hacen mirar por sí mismo, sin importar las consecuencias que eso pueda llegar a tener. Por otro lado, si atendemos a una vista desde la mediación quizás encontraríamos muchos de nuestros clientes entre los protagonistas; siendo posible, en muchas ocasiones, la resolución de problemas y gestión de conflictos de deudas, uno de los más importantes ámbitos de trabajo, en lo que al área mercantil de la mediación se refiere.

Rafael Ortiz Lara dijo...

A día de hoy es la serie más cruel que he visto, han podido ver muchas películas o series que sean sangrientas o utilicen la tortura, pero ninguna se compara a la crueldad de esta serie. La indiferencia por la muerte, por la vida, por la ética básica y común es impresionante.
La serie te pone en la tesitura de elegir constantemente, hay es donde viene la primera parte de la crueldad, hacer que las personas prefieran jugarse la vida en unos simples juegos para que los demás se diviertan, que tan poco humanista estudiar la vida de las personas que sabes qué dirán que sí. Pero no toda la culpa reside en los creadores del juego, más bien ellos no tienen culpa de que los demás estén allí, fue su elección. Ellos son simplemente crueles y a medida que pasa el juego van aumentando (juego de las canicas)
Respecto a los hombres de rojo me recordó en cierta manera al experimento social de la cárcel de Stanford, donde ellos son y eran personas “normales” pero en cuanto se ponían la máscara y el traje todo cambiaba, ellos eran superiores a los jugadores, pero inferiores en sus rangos de simbología. En este caso, más que crueldad o culpa diría que es la identificación del grupo y seguir al líder independientemente de todo. Ellos mataban y vigilaban por normas no por lo que ellos quisieran o creyeran. Seguían normas simplemente.
Por último, respecto los jugadores, donde eran simplemente juguetes para la diversión es donde existe más diversidad de emociones y sentimientos, pero un denominador común. La supervivencia, todo por sobrevivir, es lo que nos lleva a nuestros orígenes como animales, sin raciocinio solo instinto de supervivencia, personas que en su mayoría no habían roto un plato, pasaron a ser asesinos sin piedad y sin remordimiento. Hasta donde puede llegar el ser humanos por sobrevivir, pues la serie lo deja muy claro hasta lo más finito de nuestras vidas. La muerte.

- Rafael Ortiz Lara

Sara Madueño dijo...

El juego del calamar es una serie que, inevitablemente, ha llegado para quedarse, marcando a una sociedad que se ve reflejada en muchas ocasiones en los protagonistas, empatizando con ellos, entendiendo sus comportamientos e incluso justificándolos.
En mi caso, he de decir que empecé a ver la serie, pero aún no la he acabado, pues causaba en mi cierto sentimiento de repulsión, me resultaba incluso incómodo ver como personas que se encontraban en situaciones similares de miseria y necesidad luchaban entre ellas por dinero, sin importar las consecuencias. Y como decía al comienzo, lo peor de todo esto es que la serie ha calado ya en menores y adolescentes que imitan estos comportamientos haciendo uso del poder sobre aquellos compañeros más débiles para aprovecharse de ellos, hacer daño u obtener determinados beneficios, por lo que vemos estos comportamientos basados en los mismos juegos que en la serie en los patios de muchos colegios e institutos de todo el mundo.
Y no me extraña que esto pase, pues como bien escribes en este post, los seres humanos siempre hemos tenido esta tendencia egoísta que nos lleva a mirar por y para nosotros, sin importarnos lo que quieran o necesiten otros, y este es quizá el punto de inflexión de muchos de los conflictos que desde la mediación veremos, pues cuando una persona se empeña en tener la razón o en conseguir lo que quiere a toda costa, de poco importa querer buscar una mediación a medias o que beneficie a ambas partes.
Coincido plenamente en que este siempre será un problema, que además está normalizado desde que somos prácticamente niños, pues se nos enseña a “competir” con nuestros iguales por ser siempre los mejores o los “más” en algo, culpabilizando a aquel que no consigue ganar a su compañero o superar las notas del de al lado. De esta forma es imposible que de adultos se nos olvide a veces mirar más allá de nosotros y querer buscar una solución para todos, pues igual que en el juego del calamar, el premio parece gustar más si es para uno solo y no se tiene que compartir. Sin embargo, compartir es vivir, igual que ocurre en mediación.

Mercedes Sánchez Cumplido dijo...

Me ha parecido muy buena publicación, debido a que la serie "El juego del calamar" representa muchos aspectos de la vida que nos encontramos cuando vamos a llevar a cabo una mediación entre varias partes.

Normalmente, cuando nos encontramos en una mediación, vemos que las partes solo piensan en sí mismas, en lo que es mejor para ellas mismas, sin pensar en la otra parte. Y eso de lo que debemos cambiar. Tenemos que conseguir que las dos personas implicadas sean capaces de abrir los ojos y mirar más allá de ellas mismas, pensando en un acuerdo que beneficie a las dos partes, ya que si no buscan ese objetivo no conseguirán llegar a un acuerdo exitoso.

Hay que guiarlos por el camino de la compartición, donde sean capaces de pensar en ambos a la hora de llegar a una solución y no solo en uno mismo. La unión hace la fuerza, y es muy importante demostrarles que todo será mucho mejor si llegan a un acuerdo en el que ambos se beneficien.

Por otro lado, a la hora de mediar, no debemos olvidarnos de los niños, ya que absorben en su mente todo lo que ven y escucha, independientemente de su significado e intención, ya que los niños no son capaces todavía de distinguir entre lo que percibe y lo que significa realmente. Así, es muy importante que en ocasiones, concienciemos a las partes implicadas del conflicto que intenten mantener al margen a los niños, ya que pueden interiorizar erróneamente lo que perciben y puede perjudicarles.

Carmen Núñez Moyano dijo...

A pesar de no haber visto El Juego del Calamar, esta serie me recuerda mucho a la saga de los Juegos del Hambre, en la que unos millonarios, cogen a personas de menor rango económico para entretenerse viendo como luchan por sus vidas.
Estas series y películas muestran como la sociedad actual se rige por la competitividad y el yoísmo, y no solo en la vida actual, sino también en la mediación, ya que cuando unas personas van a mediación para solucionar sus conflictos, solo intentan mirar por su bien, sin mirar por el bien común.

LUCIA LUNA MORENO dijo...

Como mucha gente yo también he visto la serie del juego del Calamar. Cuando la vi la verdad seque me quedé bastante importada y me paré a pensar si eso actualmente podría llegar a pasar, sobretodo como bien dices Javier, en la situación post-COVID que estamos…
En mi corta vida he llegado a ver como discusiones o problemas entre personas han llegado a ser más competitividad que verdaderos conflictos.
En la serie también podemos ver algo, que para mi enseña mucho, el protagonista hace balance de la realidad intentado salir de ese laberinto con un 1% de posibilidad de salida. Incluso gana, pero aun ganando no hace uso de ese Gran Premio, se siente sucio, siente que no se lo merecía, y que muchas personas han perdido la vida por ese codicioso dinero. Incluso llega a replantearse si existen personas buenas, personas dispuestas a ayudar a otros de forma altruista. Desde el plano de la mediación: creo que es posible auto-mediar en situaciones límites, donde tienes que elegir todo o nada.

LUCÍA LUNA MORENO.

LUCIA LUNA MORENO dijo...

Como mucha gente yo también he visto la serie del juego del Calamar. Cuando la vi la verdad seque me quedé bastante importada y me paré a pensar si eso actualmente podría llegar a pasar, sobretodo como bien dices Javier, en la situación post-COVID que estamos…
En mi corta vida he llegado a ver como discusiones o problemas entre personas han llegado a ser más competitividad que verdaderos conflictos.
En la serie también podemos ver algo, que para mi enseña mucho, el protagonista hace balance de la realidad intentado salir de ese laberinto con un 1% de posibilidad de salida. Incluso gana, pero aun ganando no hace uso de ese Gran Premio, se siente sucio, siente que no se lo merecía, y que muchas personas han perdido la vida por ese codicioso dinero. Incluso llega a replantearse si existen personas buenas, personas dispuestas a ayudar a otros de forma altruista. Desde el plano de la mediación: creo que es posible auto-mediar en situaciones límites, donde tienes que elegir todo o nada.

LUCIA LUNA MORENO.

Carmen Calo Díaz dijo...

Como bien sabemos, “El juego del calamar” no es simple entretenimiento, detrás de esa historia hay un sinfín de factores a tener en cuenta y que podemos encontrar en nuestras vidas y en la mediación. Entre ellos podemos destacar, como bien explica Javier, la competitividad que los lleva a luchar por ser ellos los vencedores del juego sin importarles nada y, en el caso de alguno de los jugadores, sin ningún tipo de escrúpulos. También podemos ver el egoísmo y la codicia, ya que la mayoría de los jugadores piensan que son los merecedores del premio y no les importa tener que perjudicar a sus compañeros con tal de salir ellos adelante. Sin embargo, no todos estos factores son negativos, también podemos ver compañerismo, empatía y solidaridad por parte de algunos jugadores (en menor medida).
Además, podemos observar la disparidad de personalidades de los jugadores, destacando, por un lado, los más competitivos y egoístas y, por otro lado, los más empáticos y humildes, como el protagonista. A todos ellos les une un factor común: la necesidad. Todos ellos tienen un propósito y es ganar dinero, unos dispuestos a hacer cualquier cosa y otros no tanto. Sin duda lo que más me gustó de la serie fue la decisión del protagonista de, una vez ganado el premio, no hacer uso del mismo, continuó con su vida tal y como era antes del juego aún teniendo millones de dólares en su cuenta bancaria y todo por no sentirse merecedor de ese premio, por sentirse sucio de haberlo ganado dejando atrás a tantas personas.
En mediación encontraremos tanto personas egoístas como generosas, tanto egocéntricas como humildes y personas cuya posición de no querer ceder ante la otra parte será por ser testarudo y por simple egoísmo, por ello debemos estar preparados para cada una de esas personalidades y saber conducir la situación hacia la comprensión y la empatía.

Carmen Calo Díaz.

Anónimo dijo...

No he llegado a visionar la serie completa, pero creo que como muchas series pues se basan en el morbo de lo que se propone, una competición mortal en post del dinero algo muy fácil de extrapolar a la situación de hoy día, la combatividad en el trabajo, con los amigos, a ver quien es mejor, quien gana más, quien algo mejor que los demás.
Pero creo que no hemos de quedarnos con lo superficial de la serie, con las muertes y la sangre, en cambio lo que nos podría enseñar es que la combatividad extrema puede acabar con nosotros, el actuar con avaricia y sin pensar en el otro es posible que eso pueda acabar con nosotros, ante los problemas o disputas no podemos cerrar la puerta a la mediación o al habla por el simple hecho de no querer cambiar o por ego.
El mediar con la otra parte en ocasiones es beneficioso, nos puede hacer el camino más fácil o incluso el premio final puede ser incluso mayor llegando a pactos con el otro.

Fernando Niño

Marta Osuna Guerrero dijo...

Es difícil comparar esta serie con un proceso de mediación, puesto que “el juego del calamar” es una competición donde prima el ego, el poder y la ambición. Sin embargo, en un proceso de mediación se deben dejar atrás estas posturas, con el fin de obtener el bien común.
Además, los personajes de la serie no tienes relación alguna. Sin embargo, las partes en un proceso de mediación si, por ejemplo, relación profesional, familiar, social... Esta puede ser más o menos compleja. En consecuencia, al establecerse una relación entre las personas ya no solo existe el interés, sino los sentimientos. Por ejemplo, una ruptura de pareja en la cual exista mucho odio, aún no teniendo interés en conseguir la casa, la persona intentará quitarle todo a su ex pareja.

No es fácil mediar, porque tienes que lidiar con lo mejor y lo peor de la persona, hasta conseguir encontrar un equilibrio entre las partes. Como vemos en la serie, el egoísmo saca lo peor de las personas y se puede reflejar en un proceso de mediación.

Jorge Jiménez Romera dijo...

El Juego del Calamar se ha convertido en un fenómeno mundial y durante las primeras semanas fue un tema muy recurrente de conversación, especialmente en las redes sociales. En el artículo se relaciona la situación extrema de competitividad generada voluntariamente por los personajes de la serie con la situación de conflicto a resolver en un proceso de mediación.
Las partes en este conflicto muchas veces compiten entre ellas para salir con el mejor resultado posible, incluso aunque esto implique que los demás se ahoguen en las cenizas del conflicto. Una de las misiones del mediador sería, a mi parecer, que estas personas que voluntariamente han pedido ayuda a un tercero para lograr llegar a un acuerdo empiecen a ver la mediación como una oportunidad para que ambas obtengan beneficios, y no salga nadie perdiendo. Para esto es importante, además de la plena voluntariedad de las partes, la habilidad y creatividad del mediador para sorprender y conducir al éxito a los personajes de este conflicto más real.

Carmen Cosano Navas dijo...

Me alegra que tengamos la oportunidad de debatir y dar nuestras opiniones sobre esta serie, ahora que se ha hecho tan popular.

Cuando vi la serie me enganché al momento y no paré hasta que la terminé. Es una serie bastante entretenida si solo quieres pasar el rato, pero también invita a reflexionar sobre las personas, el mundo, la sociedad... Todos sabemos de qué trata la serie y en qué consisten los juegos. Y me pregunto: ¿qué lleva a las personas a poner en juego su vida con tal de ganar (ya sea un juego, dinero...)? El dinero siempre llama la atención, y es inevitable, y en la serie podemos ver cuando juegan en el metro, que el protagonista se deja abofetear infinidad de veces solo por ganar algo de dinero. Una vez dentro del juego, cuando todos descubren que perder implicar morir, todos suplican irse de allí, pero en cuanto les enseñan la gran suma de dinero que hay en juego, es cuando se plantean quedarse. ¿Qué hay más importante que la vida humana? Entiendo que son personas que se encuentran en una situación difícil, ya sea de deudas, conflictos... pero, ¿de verdad hay algo más importante que nuestra propia vida y la de los demás?

Otra cosa que se trata en la serie y que mis compañeros también mencionan, es el afán de competitividad que existe en la sociedad. En la serie hemos visto en numerosas ocasiones que se traicionan entre ellos con tal de ganar. Incluso cuando una de las reglas del juego es que todos jugasen bajo las mismas condiciones y oportunidades, esto nunca se respeta, porque la competitividad y la necesidad de ganar, siempre supera a todo lo demás.

Y, cómo no, nunca se queda atrás la desigualdad social y económica. Todo el juego trata de personas millonarias, aburridas de su vida y de tanto dinero, que deciden dar crear unos juegos para divertirse. Disfrutan con el sufrimiento de las personas que deciden entrar a los juegos porque es su última opción, y prefieren morir intentándolo que seguir viviendo de la manera en la que lo hacen.

Sinceramente, es una serie digna de ver, tanto por su trama de entretenimiento como por su invitación a reflexionar. Y, hablando de reflexionar, si nos encontráramos en la misma situación, ¿seríamos capaces de participar?

Carmen Cosano Navas

Joaquín de la Vega dijo...

No es tontería decir que la serie “ El juego del calamar” es una de las series más populares del mundo y eso en gran medida es por su originalidad. Pero si lo piensas, esta serie nos muestra un mensaje muy crítico a la sociedad en la que vivimos.
A pesar de su espantosa violencia, el enfoque social de "El juego del calamar” se percibe con claridad, estableciendo lo desesperados que están los jugadores y lo poco que valoran sus vidas los "VIP" que están detrás de su sufrimiento. Pero, no solamente se trata de criticar a estas injusticias sociales, que se prolongan a lo largo de la historia, sino que también se critica ese ego, ese egoísmo que ha desencadenado que los personajes se encuentren en la situación en la que están. Todos son gente endeudada cuyo egoísmo les ha hecho estar así, e incluso en el mismo juego, se nos muestra que solamente sobrevive el que mira por sí mismo. Creo que esta serie en sí puede ser una buena metáfora a lo que el mediador vive en cada proceso.
A nadie le gusta no tener la razón, pues su ego se vería dañado, y es que ¿ a quién le gusta perder?. Si bien la mediación es un proceso totalmente voluntario por las partes, seguro que ninguna quiere dar su brazo a torcer, es decir, reconocer que se equivocaba o no llevaba la razón. Continuamente el proceso mediador consistirá en una lucha de egos, la cual el mediador tendrá que apaciguar, o de lo contrario el proceso será un fracaso.
Una vez leído el texto y reflexionado acerca el egoísmo, ego y la mediación, creo que el mediador tiene que mentalizar a las partes de la mediación que deben alejarse un poco de ese “yo” y buscar más un nosotros, pues solamente así el proceso será verdaderamente satisfactorio para todas las partes del proceso.

Marta Pérez Balbuena dijo...

Tras una lectura exhaustiva del texto, se puede comprender y afirmar la importancia que tiene la mediación en todos los ámbitos de la vida. Personalmente, no he visto la serie, aunque tras leer el artículo, puede determinar que a causa de no mediar, la humanidad puede llegar a cometer atrocidades como robar, engañar, o incluso asesinar a una persona con tal de solventar algunas deudas.
Podemos ver como el ser humano puede llegar a ser egoísta con tal de conseguir lo que uno quiere. Aunque con todo lo mencionado anteriormente, también se suma otro problema, el cual es que la seria ha sido vista por multitud de niños y adolescente, los cuales escenifican y llevan a la práctica algunos de los juegos que se realizan en la serie, se da a entender que con todas sus consecuencias, es decir, también usan la violencia. Pienso que deberían de concienciar a los niños desde que son pequeños la importancia de la mediación y que aprendan a solucionar todos sus problemas de manera civilizada.

Marta Pérez Balbuena

Carmen Feria Portero dijo...

El juego del calamar se ha convertido en una moda en toda regla, ya no solo porque se escucha en todas partes, también el merchandising que trae consigo, y sobre todo y más importante, la influencia social que está creando en adolescentes y niños. Una persona adulta puede llegar a razonar que se trata de una serie de ficción cuyo fin es el entretenimiento, pero los niños no llegan a este razonamiento y puede tener asociaciones erróneas de la realidad tras ver esta serie, como por ejemplo la violencia tan abrupta que se refleja en la serie, los menores pueden normalizarla y lo considero algo bastante peligroso y perjudicial para nuestra sociedad.
En el caso de la mediación, como se puede observar en el juego del calamar, el ser humano actúa egoístamente para conseguir su supervivencia en situaciones límite, pero en la realidad, en concreto en un caso de mediación, a veces la solución no está en seguir tu instinto de supervivencia y pensar sólo en ti mismo, a veces la compresión de la otra parte, el entendimiento y la negociación puede hacerte ganar muchos o más que siento egoísta.

Paula Legrán García dijo...

Cuando la gente me hablaba de la serie El Juego del Calamar, me echaba para atrás porque por lo que había visto no me gustaba. Después vi la serie porque todo el grupo hablaba de ella, y la verdad que dije bueno vamos a ver cómo es.

En la serie los participantes compiten para ganar una alta suma de dinero que les ayudará a devolver todo lo que deben. La competición es un factor presente en la mediación.

Es cierto que esta serie es una inmersión en las partes más oscuras de la psique humana. Es un claro ejemplo de desesperación ya que superan límites haciendo que una persona sea capaz de atravesar para conseguir un beneficio y sin pararse a pensar en las consecuencias que esto conlleva.

Es un claro ejemplo de individualismo, ya que a la hora de mediar cada uno piensa en su propio bien, más que en el de la otra parte, o en el propio conjunto. Y esta serie hace que nos paremos a pensar un poco en la vida misma, en los momentos del día en los que nos podemos comportar así sin darnos cuenta, perjudicando a los que nos rodean.

Marina Cano Alcalde dijo...

ALERTA SPOILER!!!!

No había visto la serie, pero resulta muy curiosa, algún día la veré y recordaré sus palabras, quizás le de una perspectiva mas interesante.

Ines Hierro dijo...

Tras la lectura de este post y la visualización de la serie “el juego del calamar”, considero que esta serie ha mostrado un reflejo de la sociedad actual. A día de hoy es cierto que las personas nos dejamos llevar por todo tipo de atracción material y económica y muchas veces como se ve en la serie podemos llegar a extremos por culpa del dinero y el poder económico. También es un reflejo, una vez dentro del juego, de como el ser humano es capaz de todo por sobrevivir, porque vivimos mirándonos el ombligo y no pensamos en los demás.
En comparación con la mediación me parece muy interesante la comparación realizada con la misma, considero que en esta serie existirían múltiples casos de mediación y que conseguirían abrir los ojos de esas personas que en ese momento están totalmente cegadas y que gracias al método de la mediación conseguirían ver más allá y pensar en las otras personas que están en el lado contrario.
También me gustaría destacar a los niños, lo mismo que se expone la gran influencia que pueden tener sobre los niños y que estos no tienen el desarrollo necesario y suficiente para poder ver este tipo de series, igual nos encontramos cuando en un conflicto existen menores en medio, considero que debemos tener mucho tacto para conseguir influenciar lo mínimo posible al mismo.
Inés Hierro Peláez

Alfonso Ortega Berral dijo...

Ya esta visto y comprobado que la competencia y la competitividad son un arma de doble filo. Desde el punto de vista económico, un aumento de la competencia redunda en mayor beneficio para todos los operadores del mercado —comerciantes y usuarios—, en cambio, en el ámbito de la relaciones personales, esta idea se diluye, y, centrándonos en la mediación, esa competitividad no nos lleva a ningún lado.

La mediación es un sistema alternativo a la resolución de conflictos en el que prima, a diferencia de los procesos judiciales, el dialogo y el entendimiento. Es por esto mismo que la competitividad en la mediación no puede tener cabida, no se puede permitir que un sujeto —mediado— se sienta vencedor de la situación por creer o haber impuesto un acuerdo sobre la otra parte. Cuando se entra en el ámbito de la mediación, no vale ese juego de egos, ya que, básicamente, sería contraproducente si el fin ultimo es alcanzar un acuerdo justo, equitativo y duradero en el tiempo. Es más, quizás deberíamos plantearnos, o hacerles ver a los mediados, que ese tipo de competitividad —por alcanzar la razón o imponer sus ideales o creencias— es las que les ha llevado a este punto. Sea como fuere, una vez iniciada la mediación debe olvidarse el “yo”, fomentar la empatía entre los sujetos y procurar un mínimo entendimiento entre las partes.

Manuel García del Corro dijo...

Como la mayoría de las personas, dado el fenómeno que se ha dado con la serie que se menciona en este artículo, he visto la serie en su totalidad. En mi opinión, la serie hace una crítica descomunal al sistema capitalista, mostrando en la serie el declive que sufren muchas personas en este tipo de sociedades, en las que el crecimiento personal y económico esta por encima de todo, y que castiga o “devora” a las personas que no tienen éxito en este tipo de sistema, como refleja la serie. Pero, no es objeto de este artículo el que analicemos el trasfondo de la serie, o hagamos una síntesis o análisis de su argumento, sino que realicemos una comparación y reflexión en torno al proceso de la mediación con respecto a la serie de el Juego del Clamar.

Muchas personas como hace referencia el artículo piensan en sí mismas antes que en los demás, tanto las personas que usan el juego para su disfrute personal (en la serie, los hombres bajo las máscaras, que disfrutan rodeados de lujos y atenciones los juegos con una frialdad impasible), así como los propios participantes del juego, que valoran el premio económico por encima de todo y de todos. Esto se podría llevar al terreno de la mediación, si pensamos en dos partes que solo piensan en sí mismas, en sus propios deseos, en sus correspondientes opiniones, en sus pretensiones particulares, y, en definitiva, a acrecentar sus propias posturas sobre el conflicto del que trate la mediación.

Manuel García del Corro

Unknown dijo...

No he visto esta serie, pero me parece interesante la oportunidad de poder reflexionar sobre un tema de actualidad y un fenómeno tan interesante como es la parte más oscura de la psique humana.

Algo que parece evidente que se observa en la serie es el tema de la competitividad, tema importante a tratar en Mediación.
A menudo se trata de competir por ser mejor que el otro, por querer tener la razón, por ver quién es más fuerte y por querer salir victorioso sin mirar y considerar la otra parte. Como sibde un proceso de "lucha" se tratase.

Esto es lo contrario a el proceso que conlleva la mediación. Una vez se haya identificsdo el problema, la figura del mediador debe posicionarse neutralmente dando la misma oportunidad a ambas partes del conflicto para que finalicen el proceso de la manera más justa e igualitaria posible dejando las injusticias y el poder del más fuerte atrás.

Lo bonito de la vida no es competir, sino llegar a un acuerdo, ceder, y salir ambas partes victoriosas sin causar daños.

Pilar García Gómez-Luengo

Elena González Martín dijo...

Me ha llamado la atención que aparezca en el blog la nueva serie que ha revolucionado el mundo.
Por desgracia, esta serie se centra fundamentalmente en el ego de uno mismo, ya que cada uno de ellos sabe que si no es él el que gana, no se lleva absolutamente nada, básicamente porque lo asesinan.
Como muy bien llevamos comentando en clase a lo largo del cuatrimestre, es muy necesario saber dialogar, saber escuchar a tu "contrincante" (en este caso). No se trata solo llegar a un bien individual, tiene y debe de ser colectivo, tanto para mí como para ti. Es por ello que necesitamos saber muy bien qué tipo de necesidades nos presentan y como llevarlas a cabo en la mediación.

Álvaro Pérez-Marín Gajón dijo...

Leyendo este post sobre la famosa serie de Netflix, "El Juego del Calamar", que yo también vi en su día, me doy cuenta de que es cuanto menos útil y un buen momento para reflexionar sobre la mediación en los conflictos y sobre cómo es posible que con tal de YO ganar o por el simple premio (dinero) la gente es capaz de tanto. Da bastante respeto leer sobre esto o ver la serie puesto que hoy día, de no ser por la mediación ni el sentido común, que cada vez escasea más, esto sería posible, lo único que lo impide son las leyes, sino ya habría casos de ese tipo.

Unknown dijo...

En mi opinión el juego del calamar representa el egoísmo de las sociedades capitalistas, relata hasta donde está dispuesto un hombre a llegar por pagar sus deudas o mejorar su calidad de vida.
En mediación tambien nos podríamos encontrar esta actitud egoísta en las partes, es posible que una de las partes sólo piense en su propio beneficio y excluya total o parcialmente los intereses de la otra parte. Por ello, nuestro trabajo como mediadores es utilizar tácticas y técnicas de mediación, para llegar a un acuerdo equitativo entre las partes, excluyendo el ego.

A su vez como menciona el articulo, es un gran problema que esta serie llegue al público infantil y juvenil, ya que éstos interiorizan estas actitudes y comportamientos y provoca en los jovenes conflictos más complejos de resolver, ya que sólo miran su ego.
Lucia García Jurado

Rafael López-Crespo dijo...

Leyendo este artículo, me gustaría dar dos tipos de puntos de vista acerca de la serie de El Juego del Calamar. El primero sería un punto de vista relacionado con la mediación, y el segundo si esa serie es buena influencia para los niños.
Respecto a su relación con la mediación y el conflicto, la serie muestra que el ser humano por supervivencia abandona a lo demás y solo le importa él mismo, por lo que no necesitaría mediación ninguna ya que está dispuesto a darlo todo por sí mismo. Yo personalmente no estoy de acuerdo con la posición filosófica de la serie de que el ser humano es malo por naturaleza y pienso que no todas las personas llegan al extremo de solo preocuparse por si mismas. No quiero decir que no haya personas que sean, de hecho tristemente en la sociedad de hoy en día hay muchas personas así, pero no pienso que sea algo innato en nosotros.
Respecto a si esta serie es buena influencia para los niños, la clara respuesta es no, y por eso mismo se advierte en la serie de que esta serie es para mayores de edad y explica los motivos. Los niños no deben de ver este tipo de serie porque no entienden que es una crítica a determinados comportamientos que tiene la sociedad a día de hoy, porque creen que es solo una serie de acción. Por eso, los padres deben de controlar que ven sus hijos en la televisión, porque ese tipo de cosas son las que le forman el pensamiento.

Carlota Aguirre Rodríguez de Hinojosa dijo...

¡El mundo entero hablando de El Juego del Calamar, y yo en realidad no la he visto! No me he parado a verla ya que me dijeron que es muy sangrienta, pero si me he ido enterando de lo que trataba la serie. Pienso, relacionando la serie con la mediación que, en muchos casos, por no decir en la mayoría creo yo, las partes que conforman una mediación luchan por salir vencedores de la misma, sin importarles demasiado lo que pueda estar sufriendo el de enfrente. Esto pasa también en la serie, pero es que también lo vemos diariamente en la vida real. Desde mi punto de vista, sería importante formar a las personas, o por lo menos hacerles ver, que hay vida más allá de ellos mismos, y que muchas veces hay que levantar un poco la cabeza y mirar con perspectiva para comprobar que existe algo más allá de ellos, y en el caso de los conflictos, que existen opiniones y soluciones más alá de lo que piensan ellos mismos.

Finalmente, considero que en la mediación al contrario de la serie que estamos comentando, el mediador debe tratar que ambas partes salgan satisfechas de una mediación, y no que una de las partes salga victoriosa, dejando a la otra eliminada, o “por los suelos”. Debemos de tratar que ambas partes estén de acuerdo de las conclusiones alcanzadas.

Alberto herrerias moreno dijo...

Sobre su relación con la mediación y el conflicto, la serie muestra que la supervivencia del hombre ignora al resto y solo se preocupa por sí mismo, por lo que no necesita ninguna paz, ni un premio porque está dispuesto a darlo todo por sí mismo. Personalmente, no estoy de acuerdo con la visión filosófica de la serie de que la naturaleza humana es mala, ni creo que todos lleguen al extremo al enfocarse en uno mismo. No quiero decir que no exista esa gente, es una lástima que haya tanta gente así en la sociedad actual, pero no creo que esto sea nada.

Carmen Butrón Batista dijo...

Me ha encantado la reflexión acerca de la serie, los temas que trata, las consecuencias que tiene y la crítica social que realiza.

Desde mi punto de vista, la serie me pareció diferente y es por ello que me gustó mucho. La serie invita a reflexionar y preguntarte, al igual que este artículo, ¿cuál es tu límite?, ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar?

Por un lado, encontramos a los participantes, claramente seleccionados a conciencia, y son personas que tienen deudas y problemas económicos, pero, ¿estarías dispuesto a jugarte la vida por cambiar y mejorar tu situación económica? Yo considero que no, pero desde mi opinión considero que eran personas que no tenían ya nada que perder o al menos así es como se percibían así mismos y es por ello que, aunque al principio todos renieguen, acaban volviendo los que quieren participar, de forma voluntaria. Por otro lado, encontramos a la clase alta, los ricos, que “no saben qué hacer con tanto dinero” y es por ello que se les ocurre esta dinámica. Ahora bien, ese dinero podrían haberlo donado, por ejemplo, pero buscaban su diversión, algo diferente, aunque ello significara acabar con la vida de otras personas, las cuales eran sus títeres.

Estas críticas a la sociedad no se entienden del mismo modo por todas las personas, en el caso de los niños, los cuales no tienen el suficiente desarrollo crítico para entenderlo y diferenciar la realidad de la ficción y es por ello que hay que tener cuidado y hacerles entender que siempre hay otro camino para hacer las cosas, por muy al límite que te sientas, y como bien acaba el texto “siempre tendrás una mediación a tu alcance”.
Carmen Butrón Batista

Paula Gavilán López dijo...

La comparación de la nueva serie de Netflix con el proceso de la mediación me ha parecido realmente oportuno y da para reflexionar.

Desde el punto de vista de la mediación, relacionaría la serie de "El juego del Calamar" con el ansia viva de conseguir aquello que se anhela incluso cuando supone pisar al resto por el camino. Cuando nos encontramos un conflicto entre dos o más personas que compiten por algo, nos podemos encontrar con la cara menos humana del ser humano. Es decir, encontrar al ser egoísta y conflictivo que vive dentro de nosotros. En muchos casos de medicación durante el curso nos hemos encontrado con personas que no dan su brazo a torcer única y exclusivamente por no permitir que la otra persona pueda obtener algo de beneficio o de bienestar, haciendo parecer esto el "Squid Game".

El mediador en todo esto debe ser la figura del protagonista al final de la serie, es decir, intentar salvar al mayor número de personas posibles. Tratar de dar al individuo un nuevo punto de vista, quitarle la venda del egoísmo, para dar la posibilidad de alcanzar un acuerdo donde no debas dar la vida del otro para salvar la tuya propia.

Alba Peláez López dijo...

Me parece muy acertada la comparación de esta serie tan famosa con la asignatura. Es cierto que en la serie todo se vive más extremo, puesto que lo que se juegan es la vida; pero, el fondo al final es el mismo: el ego. En una mediación es muy común que los clientes miren por sus propios intereses, creo que es obvio; pero a veces (tanto en una mediación como en la vida fuera de ella), deberíamos ser un poco más empáticos y buscar el bien común. En la serie, por ejemplo, se les dio la oportunidad de salir vivos todos de ahí, aunque sin el dinero (en una mediación podría haber sido una gran solución). Sin embargo, al final deciden continuar, a pesar de poder obtener los peores resultado.
Por otro lado, me parece muy importante recalcar el hecho de que el juego se hiciese por terceras personas que lo estaban viendo. Y es que, en una mediación, al final, no solo es la persona y yo: está claro que fuera hay muchos más factores y personajes secundarios que influyen en los intereses conseguidos; y de hecho, sería interesante haber empezado a solucionar el problema desde ahí.

Antonio Fernández Martínez de los Llanos dijo...

Con este comentario creo que parto desde un poco de desventaja, pues no he visto la serie. Si bien es cierto que se de que va y algunas cosas, pienso que me faltan datos para a lo mejor compararla con la mediación.

La serie habla de limites, es todo o nada. Esto se contradice bastante con la mediación pues siempre lo común será encontrar una solución que sea intermedia para los dos, como el ejemplo de la playa negociando el dinero que pagar por ella.

En cuanto, al tema final tratado de los niños, aunque es cierto que los niños no tienen un pensamiento crítico desarrollado, sin haber visto la serie creo que se ha generado un revuelo excesivo, porque desde siempre han existido estilo de películas y series que no sean apropiadas para ellos, lo importante es hacerles ver lo que es la ficción y lo que no.

Isabel Luna Torres dijo...

Me ha parecido muy llamativo relacionar la mediación con la nueva serie de Netflix tan famosa como es el Juego del calamar. En la serie se observan las actitudes y conductas de competencia con el fin de que gane el que sea mejor.

En la actualidad, la sociedad cada vez se está convirtiendo más individualista, donde lo primordial es el "yo". Esto lo que abarca es una mayor cantidad de conflictos y problemas que sean difíciles de resolver.

Sin embargo, con la mediación pretendemos eliminar o prevenir ese tipo de comportamientos, dando lugar a una situación donde ambas partes puedan entender la posición del otro y llegar a un acuerdo o posible solución de forma justa.

Isabel Luna Torres

María Espino Gómez dijo...

Tras la lectura del post, me gustaría abordar dos aspectos, la relación entre la trama de la serie y la mediación, y por otro lado el revuelo relacionado con la visualización de esta serie por menores.
Tal y como se puede ver a lo largo de la serie, todos los participantes son personas endeudadas, bien porque en algún momento de su vida alguien les estafó o porque fueron ellos mismos los que cayeron en esas trampas. Por otro lado, se encuentra un grupo de hombres de un nivel económico superior que se aprovechan de la situación para su uso y disfrute, y aunque es cierto que a lo largo de la serie se les da a los participantes la oportunidad de terminar con el juego, estos deciden volver ya que el único lugar que les podría proporcionar los medios suficientes para solventar la situación en la que se encuentran, es donde se llevan a cabo los juegos.
Por tanto, me surge una pregunta, ¿Quiénes son los verdaderos responsables de todo lo ocurrido? Los supervisores de los juegos mortales en los que estas personas compiten con su propia vida, o los participantes que, ensimismados por su ego y la necesidad de supervivencia, tanto en ese pequeño mundo (el lugar donde se realizan los juegos), como en el exterior, son los que aceptan perpetrar dichas actividades, porque realmente nadie les obliga.
El ejemplo de la serie me lleva a pensar de lo que es capaz el ser humano cuando se encuentra en determinadas circunstancias, siendo capaz de pisotear a todo aquel que se ponga en su camino, con el único objetivo de conseguir algo que anhela, o que en este caso necesita. En el caso de la mediación, ejemplos parecidos al argumento de la serie podrían encontrarse en una situación en la que alguna de las partes se niegue a colaborar, alegando que es él/ella el que tiene la razón y el otro/a el que tiene que ceder o simplemente continuar aguantando la situación. Por lo que nos encontraríamos ante dos posiciones, la persona que quiere conseguir algo a toda costa, independientemente de lo que arrase a su paso, y la persona que en este caso es “pisoteada” para que la otra consiga lo que quiere, que en el caso de la serie son aquellos que participan, pero de manera más “calmada”, quieren conseguir el objetivo, pero sin ser ellos mismos los que boicoteen o hagan daño al resto de sus compañeros.

Por otro lado, con respecto a la visualización de la serie por parte de los menores, me parece realmente importante que se les eduque acerca de la diferencia entre ficción y realidad, para impedir que bajo ningún concepto lleven a cabos comportamientos como los descritos. Sin embargo, no se debe olvidar que los verdaderos responsables en este caso serían los padres, ya que, a fin de cuentas, son ellos los que tienen la responsabilidad de asegurar que sus hijos no consuman determinado contenido, al igual que pasa con determinadas películas o programas.