miércoles, 1 de septiembre de 2021

¿Quién da el primer paso?

 

Hace muchos años que comencé esta andadura por la mediación profesional y desde el primer momento, siempre se cuestiona como conseguir que quien no vino a consultarte la vía a seguir para solucionar el problema, acuda a ti. Es difícil que ambas partes demanden tus servicios, normalmente es una de ellas, por eso hoy quiero compartir con vosotros ¿Quién da el primer paso?

Es un hecho, que a nadie le gusta encontrarse en el foco de un conflicto, siendo parte de él. Todo lo más, si acaso, nos gustaría más que ser `parte de él, ser parte de la solución. Que el problema no fuera mío, sino de otro y que gracias a mi buena voluntad yo ayudara a que se solucionara para el bien del otro. Sin embargo, aunque los conflictos son inevitables, pueden resolverse con inteligencia emocional y devolviendo el sentido de responsabilidad a cada uno de los implicados en el mismo.

Muchas veces el conflicto que ponen en nuestras manos es una grave discusión y ello no tiene que significar el fin de la relación entre ellos. Discutir no es malo, si las partes permiten el espacio para que cada uno se exprese y respetes, aunque no compartas su visión del problema. UNA DISCUSIÓN NO SIGNIFICA EL FIN DE UNA RELACIÓN

Las discusiones pueden presentarse en cualquier momento y tenemos que saber experimentar las dificultades que se producen en el diálogo, cuando conducimos su disputa.

Tras una fuerte discusión, es normal que se sientan mal y por tanto, pensar que es irresoluble la situación, que hay una gran distancia para hablar de ello, incluso de la necesidad de conseguir ayuda para solucionar de una vez el problema.

Por eso nosotros, los mediadores, debemos ser consecuentes con lo que piensan, lo que dicen y lo que desean conseguir tras la disputa y por ende, el problema y saber gestionar EL CONTROL EN LAS DISCUSIONES.

Quizá la parte más compleja, tras un momento de discusión y disputa por algo, sea controlar todas esas preocupaciones que asoman, y que les hace ver lo complicado que será buscar una solución a su problema. Para ello una gran frase me viene a la mente: ¡saca la basura de tu mente! La basura es todo aquello que te impide ver más allá, y apreciar los aspectos positivos del conflicto, que también los tiene.

Pero hoy, tras estas reflexiones quería llevaros a quien daría el primer paso. Muchos dicen que quien peor lo está pasando en el conflicto surgido, otros que quien lo ve de forma externa, ya que piensa que el problema no va con él y otros que quien acude es un tercero que como observador neutral, piensa que la mediación puede ser la mejor vía de solución.

Por eso, en caso de conflicto, ¿quién da el primer paso para solucionarlo?

Ante esta pregunta, mis alumnos una vez respondieron:

- El que se siente culpable

- El que inició el conflicto

- El que se siente ofendido por el problema

¿Qué pensáis vosotros? Yo creo que cada uno de vosotros, lectores, si sois mediadores, habréis tenido distintas experiencia, sobre todo porque cuando hay un conflicto, por lo general, ambas partes creen tener razón y no están dispuestos a dar su brazo a torcer.

¿Cómo esperar que el culpable (el otro) dé el primer paso si él piensa que el culpable eres tú? Y sobre todo, si ya alguien dio el primer paso, como conseguir que el otro, acuda a este proceso.

Hay muchas fórmulas, es más, se dice que cada “maestrillo tiene su librillo” y es cierto. En mi caso, una vez que alguien dio el primer paso para acudir en búsqueda de ayuda para gestionar su problema, siempre intento que otras personas están involucradas directa o indirectamente en el problema. ¿Porqué? Principalmente porque esos personajes secundarios, pueden ayudarme a conseguir que la otra parte acuda a mediación sin que reciban una llamada o un e-mail de mi parte. Con ello conseguiremos que tanto A como B, acudieron libremente a la mediación, sin que nosotros hayamos tenido protagonismo en ello.

Si lo consigues, el siguiente paso es buscar soluciones que no culpables, ellos lo entenderán, ya que el pasado no lo podemos cambiar, pero si son protagonistas principales de su futuro.

Por eso, en esa espiral, el argumento de que acuda a mediación, el que causó el daño, no sirve para la gestión del conflicto.

La respuesta entonces sigue sin ser clara. ¿Quién da el primer paso? Y ante ella no hay otra contestación más que, aquel que es más maduro de los dos, mas consciente y si me permitís, más sabio, porque una persona madura sabe que dar el primer paso e incluso si el proceso te lleva a ello, pedir disculpas, no es una debilidad.

En un mundo imperfecto, con personas imperfectas, mediadores imperfectos y a la búsqueda de soluciones imperfectas, solo merecerá la pena la ecuación, si das el primer paso, ya que una actitud orgullosa, no tiene ninguna utilidad.

“Da tu primer paso ahora, no importa que no veas el camino completo ahora, da el primer paso y el resto irá apareciendo a medida que avances” Martin Luther King.



77 comentarios:

Liliana andres marino dijo...

LO IMPORTANTEES LA EVOLUCION DEL SUJETO Y LA SATISFACCION DEL PROCESO DE MEDIACION.PERO MUCHISIMOS AGRADECEN

Mary De Simone dijo...

Querido Maestro, siempre tenemos una persona que dá el paso, sin juzgar, Bienvenidos todos al proceso de Mediación!!!. Gracias por explicarlo tan bien y hacernos reflexionar.!!!Qué razón tienes sobre lo imperfecto.gracias nuevamente.!!!

Una dijo...

Vivimos en un mundo de ofendidos que no sabe ponerse en otros zapatos que no son los suyos. La Mediación abre mentes. Le sigo leyendo, maestro. Saludos.

Alba Peláez López dijo...

Este tema me parece además de interesante, necesario ya que es un usual motivo de discusión en muchos casos.
Es cierto que cada persona tiene un temperamento y una personalidad y que algunas personas tienden a ser más rencorosos que otros. Estoy completamente de acuerdo con que el primer paso lo dará el más sabio, ya que al final se trata de ser prácticos y es que el rencor si lo piensas bien, es el camino menos práctico que puedes tomar si deseas arreglar una relación (que como bien has dicho, no se rompe por una simple discusión). Pienso que con el tiempo te vas dando cuenta de que lo que quieres conseguir va ligado a lo que tú hagas y te vas dando cuenta precisamente que rectificar es de sabios, que no pasa absolutamente nada por pedir perdón a veces y que si eres objetivo, es importante hablar las cosas en frío, ser críticos con uno mismo y asumir las consecuencias. También debemos entender que hay personas que les cuesta más disculparse que otras, por lo que a veces es necesario ayudarles y aunque no pidas perdón porque realmente sabes que no tienes que hacerlo, siempre se pueden hablar las cosas llegando a entenderse varias partes; es decir, tomar la iniciativa de alguna forma para avanzar.

María Dolores Pacheco Romero dijo...

Tras la lectura de esta entrada, y, antes de entrar de lleno en la cuestión de ¿quién da el primer paso?, me gustaría destacar varias ideas presentes en ella.

En primer lugar, el apunte tan importante de que “una discusión no significa el fin de una relación”. Y es que, al oír la palabra “discusión”, lo primero que viene a la mente a la mayoría es la idea de ésta como algo negativo, como destructor de relaciones y como problema sin solución. Sin embargo, destaco que, tal y como se expone, una discusión no es mala. De hecho, puede ser una oportunidad de crecimiento y mejora de la relación. Aunque esto sea algo que, en un primer momento, cuando la discusión es reciente, no se aprecie.

Coincido en que ante una discusión es lógico pensar que la situación es irresoluble. Destaco este aspecto que se menciona en el texto porque, tal y como ya hemos visto, como mediadores es importante, al radiografiar un conflicto, atender a las emociones de las partes. Y estimo que, con bastante frecuencia, será la impotencia y rabia de ver el conflicto como algo irresoluble una de las emociones con las que nos encontraremos más frecuentemente, y sobre las que, como mediadores, tendremos que trabajar y modificar.

Por otro lado, me gustaría destacar la importancia de los personajes secundarios para conseguir que el otro acuda cuando solo tenemos en la mediación a la parte que “ha dado el primer paso”. Considero que, a veces, la parte que no ha acudido a nosotros como mediadores puede ver en determinados casos, una “imposición” en nuestra llamada, no implicándose o tomando en serio nuestra petición. Sin embargo, los personajes secundarios, que ya forman parte de la vida de las personas implicadas en el conflicto, pueden ser una herramienta poderosa que no debemos desaprovechar (no solo para conseguir que acuda la otra parte, sino en cualquier momento de la mediación en el que puedan ser útiles) y que por tanto tendremos que explorar inicialmente al radiografiar el conflicto.

Finalmente, respecto a ¿quién da el primer paso?, considero que son muchos los conflictos que permanecen sin resolver porque ninguna de las partes cede a iniciar una conversación. Es difícil aparcar el orgullo, pues ceder y tomar la iniciativa inicial en un conflicto es visto con frecuencia como muestra de debilidad o cierta sumisión hacia la otra parte. Llamadas que nunca nos atrevemos a hacer, mensajes que no enviamos, conversaciones que no tenemos… por un sentimiento de orgullo que nos hace sentir más fuertes, pero nunca más felices. Personalmente, estimo que es la inteligencia emocional la que caracteriza a quién da el primer paso, al que consigue ver más allá y superar el orgullo.

Mª Dolores Pacheco Romero

María Villa-Zevallos Luque dijo...

Esta entrada me ha hecho reflexionar sobre la importancia de tomar la iniciativa a la hora de solucionar un conflicto interpersonal, pues es cierto que si ninguna de las partes implicadas se siente responsable de lo ocurrido, y por lo tanto considera que lo único que puede hacer es esperar a que la otra parte asuma su error, dándole así la razón, jamás se solucionará el conflicto. Es por ello que el papel del mediador como profesional que escucha ambas versiones de los hechos, y trata de encontrar, con la imprescindible ayuda de las partes, un punto de acuerdo, es tan importante.

En caso de que la relación entre los protagonistas del problema esté tan deteriorada que resulte prácticamente imposible la comunicación sin que salten chispas, es donde entrarían de lleno los personajes secundarios, que se podría decir que ejercen de mediadores no profesionales en un contexto mucho más distendido. de manera que sea más sencillo sacar información a las partes y animarlas a que colaboren si quien lo pide es una persona de su entorno cercano.

En conclusión, nunca debemos olvidar la importancia de la radiografía del conflicto, para saber cuál es nuestra mejor baza como mediadores profesionales para poner fin al conflicto palnteado.

Lydia Luengo Méndez dijo...

Es una lectura bastante interesante ya que trata algo que es muy común en cualquier mediación, la discusión.

En primer lugar, cuando alguien viene con un problema casi siempre nos cuenta que ha habido una gran discusión en la que ambas partes han dicho cosas que están fuera de lugar o que han hecho daño a la otra parte. Siempre que alguien nos cuenta que ha discutido con otra y que no se hablan desde ese momento, lo primero que pensamos en que ha tenido que ser algo grave y que si no lo solucionan pueden llegar a romper la relación que tenían. Pero hay una cosa que se debe tener en cuenta tal y como se ha expuesto en la lectura, una discusión no tiene que ser algo negativo o algo que rompa una relación de cualquier tipo. Una discusión puede llegar a ser buena y necesaria para acercar posturas sobre cualquier asunto o problema, donde ambas partes expongan sus ideas, sentimientos, etc... y que la otra persona llegue a comprenderla para así poder encontrar un equilibrio y que cada parte salga beneficiada por igual.

Por último, me gustaría hablar sobre quien da el paso y los personajes secundarios. En muchas ocasiones, tal y como se ha comentado, cada parte piensa que lleva la razón por lo que ninguno llegar a dar el paso. Esto es algo que hace que muchas personas lleven años sin hablarse alegando que el que tiene que pedir disculpas es el otro, que el no piensa hacerlo porque se merece una disculpa. Aquí entran en juego los personajes secundarios, aquellas personas que pueden que estuvieran presentes cuando se dio la discusión y que puede ser la persona que llegue a ayudarnos a acercar posturas entre ambas partes implicadas para así poder gestionar de una buena manera la mediación.

Carmen Cosano Navas dijo...

Es un tema bastante interesante, ya que a nadie nos gusta vernos involucrados en un conflicto (al menos, eso espero), pero aunque no queramos, es algo inevitable. En algún momento de nuestra vida nos veremos en el foco de un conflicto, y eso no quiere decir que sea el fin del mundo. En cuanto a la pregunta que nos trae aquí hoy “¿quién da el primer paso?” es complicado dar una respuesta clara. En ocasiones puede empezar el que esté más dolido, el que se sienta más culpable, el más maduro, el más sabio… pero existen otras ocasiones en las que ninguno da el primer paso, por lo que el conflicto se alarga y se alarga y acaba perdurando meses, años… sin llegar jamás a una solución. Me ha llamado mucho la atención la frase “una discusión no significa el fin de una relación”. ¿Cuántas veces nos guardamos cosas dentro solo por el miedo a perder una relación, o por el miedo al conflicto? Creo que es algo que ocurre más a menudo de lo que pensamos. Hay una frase que me hizo reflexionar y es la siguiente: “todos cometemos errores, lo que nos define es cómo actuamos después de ellos”. Quizá el conflicto empezó por culpa nuestra, por un error que hayamos cometido, pero lo que realmente nos define como personas es cómo actuamos ante ello y cómo lo afrontamos, por lo que tener la valentía que admitir tu error y dar el primer paso nunca será un símbolo de debilidad. Desde mi punto de vista, no creo que deba ser siempre el más sabio o el más maduro el que da el primer paso. Quizá una de las partes es mas madura y sabia que la otra, pero no dispone de las herramientas de afrontamiento necesarias para encarar el conflicto, lo que puede llevar a que evite la situación, aún cuando puede ser perfectamente el que más culpable se sienta y peor lo esté pasando. Al fin y al cabo, en función de la importancia que esa relación tenga para ambos, se dará el primer paso antes o después.

Carmen Cosano Navas

Paula Gavilán López dijo...

Encuentro bastante interesante pararse a reflexionar sobre la necesidad de dar el paso para la solución del conflicto, puesto que en muchísimas ocasiones nos encontramos esperando a que sea la otra persona quien proceda.
Los conflictos suelen alargarse en el tiempo dada la incapacidad del ser humano para reconocer sus errores, a lo que se le suma que mínimo son dos en disputa. Es sorprendente que se prefiera la incomodidad y el enfrentamiento al reconocimiento del error propio y la disculpa ajena, incluso atendiendo a que en los conflictos ambas partes fallan.
El mediador lleva consigo una tarea ardua, puesto que debe tratar el tema con el suficiente tacto para que la persona sea capaz de reconocer sus fallos, pero con la delicadeza de no sentirse atacado. Asimismo, debe crear el ambiente ideal para que el conflicto se desenvuelva de manera relajada y abierto a debate, favoreciendo la búsqueda de soluciones y el abandono de las recriminaciones por parte de los afectados.
La medicación me resulta tremendamente llamativa por su forma calmada y no posicionada para la resolución de los conflictos.

Manuel de Luque Íñigo dijo...

Efectivamente, estoy de acuerdo en que el paso lo dará el más sabio de los dos, pero también el más generoso, empático, asertivo y pacífico...

Creo fundamental tomar la iniciativa ante cualquier tipo de conflicto, ceder, hacer que nuestro orgullo no sea más fuerte que la necesidad de llegar a un acuerdo con la otra persona.

Fernando Moyano Moreno dijo...

Respecto al tema tratado en el artículo considero que resulta imprescindible aplicar aspectos mencionados en situaciones que están a la orden del día en nuestra sociedad. Observamos que existen numerosos conflictos que no llegan a solucionarse en nuestra sociedad en diferentes áreas sociales como la economía, la política, culturales…
Lo cierto es que considero que en todos los conflictos, aparecen ideas o pensamientos de la imposibilidad de llegar a un acuerdo o una solución y eso nos ciega de ver los posibles acuerdos o soluciones a aplicar. Cuando en nuestro entorno escuchamos la palabra “conflicto” o vivimos de cerca un conflicto, aparecen nuestros pensamiento negativos y tratamos de evitarlos. Sin embargo no nos paramos a ver que puede tratarse de una nueva oportunidad para conocer puntos de vista diferentes.

Es por esto que considero que sería útil aprender o que todas las personas involucradas en conflictos, tuviéramos o desarrolláramos habilidades para “sacar la basura de nuestras mentes” y poder ver más allá en las discusiones. Además por suerte, la mediación existe para ayudarnos a ello y resulta imprescindible acudir a recursos de ésta.

Con respecto a la culpabilidad, considero que en los conflictos cada parte puede contemplar la culpabilidad de manera diferente por lo que conlleva a una gran dificultad el dar el primer paso. No creo que haya un primer paso más acertado o correcto, lo que creo es que para que se resuelva un conflicto alguien tiene que darlo ya sea uno de los protagonistas, o una persona secundaria que pueda hacerles ver la necesidad de llegar a una solución. En este punto, el de dar el primer paso entran las herramientas de las que hablaba antes, la persona que suele dar un primer paso en los conflictos debe contar con habilidades como la empatía, escucha activa, responsabilidad, capacidad de reflexión y sobre todo ser capaz de ver que más allá de esa discusión o conflicto.

Cuando nos centramos en continuar con los conflictos, perdemos la oportunidad de aprender, de seguir creciendo y de seguir desarrollándonos por eso creo que resulta imprescindible que la mediación esté presente en la vida de todos y todas, de manera que dejemos de paralizar nuestras vidas al aparecer los “conflictos”.

Por ultimo me gustaría hablar de mi experiencia personal, cuando he vivido algún conflicto de cerca, o me he visto involucrado en alguno siempre había pensamientos como ”no pienso ceder”, “no tienen razón”, “no pienso ser yo quien le pida disculpas”… y lo curioso de todos los conflictos es que al final, sea quien sea el que da el primer aso, finalmente se alegra de darlo. Demasiados problemas y conflictos existen en nuestra sociedad y entorno, y han existido a lo largo de la historia que no han sido resueltos. Por tanto, creo que es importante que empecemos a trabajar para dejar de perder tiempo esperando a que los demás “den el paso “ y empecemos a trabajar a dar el paso nosotros mismos para beneficiarnos lo máximo posible de los conflictos.

Paula Paya Bellido dijo...

La lectura ha sido bastante interesante, y he de decir que la persona que da el primer paso para intentar solucionar el problema es la persona más madura, y con eso, no me quiero referir a que la otra persona no lo sea, sino, que en ese momento, en esa situación, actúa de otra forma, porque cada persona es un mundo. Cada persona tiene una personalidad diferente y se comporta de una manera u otra frente a las diversas situaciones que le suceden.

Por tanto, cuando una persona da el primer paso es porque actúa de esa forma y sus comportamientos son así.

Fátima Álvarez C dijo...

La discusión, algo muy común dentro de cualquier medición. Cuando ninguna de las partes implicadas en un conflicto interpersonal se responsabiliza de sus acciones, ¿quién da el paso?. Cabe esperar que pretendan que la otra parte asuma sus ideales, dándole la razón, lo cual no se solucionaría el conflicto y daría lugar a una discusión.

Para limar asperezas una discusión puede ser buena, ya que como se ha expuesto en la lectura una discusión no tiene que ser algo negativo o algo que rompa una relación de cualquier tipo ya que las dos partes que se confrontan expondrían sus argumentos, ideas y sentimientos.

El mediador como profesional y con la ayuda de las partes, tratan de descubrir, escuchando los diferentes argumentos, que las dos partes se lleguen a comprender y así poder encontrar un beneficio y equilibrio mutuo. Desde mi punto de vista personal, quién se atreve a dar el primer paso para buscar una solución está enriquecido de inteligencia emocional, ve más allá del conflicto en sí y no a través de él.

"Un viaje de mil millas comienza con el primer paso” Lao Tsé.

Elena Tello Luque dijo...

Para comenzar, me gustaría señalar lo interesante que me parece esta lectura, ya que destaca aspectos muy importantes relacionados con el conflicto, como por ejemplo “el conflicto no es el fin de una relación” o “buscar soluciones y no culpables”. Las personas tendemos de percibir el conflicto como negativo, debido a que tendemos a buscar la superioridad en algunas de las partes implicadas. Sin embargo, dejando el espacio necesario para que cada parte exprese su opinión y punto de vista, el conflicto se puede resolver de manera muy positiva. El objetivo de dicha lectura es mostrar como deben de asumir el mismo tipo de responsabilidad las partes implicadas en cualquier conflicto, es decir, no hay ninguna parte mejor o peor que la otra, sino que las dos partes tienen la misma responsabilidad sobre el conflicto.

En primer lugar, es importante tener un control sobre la comunicación que se lleva a cabo durante la mediación de un conflicto, debido a que esta puede ser muy significativa para solucionar o no cualquier disputa. En este punto, destaca el papel del mediador, ya que este ayudará a las partes implicadas a controlar el diálogo y las formas en el proceso de negociación. Además, los pensamientos, preocupaciones e ideas pueden intensificar el conflicto, ya que no todas las personas piensan del mismo modo, y las creencias e ideas pueden diferir. De esta forma, el mediador debe de acercarse y conocer a cada persona, entender sus opiniones y puntos de vista, y a partir de ese momento, comenzar a mediar.

En segundo lugar, como he mencionado anteriormente, una de las partes implicadas pretende ser superior a la otra, por lo que en ningún momento tienden a dar su brazo a torcer, debido a que están constantemente luchando por la superioridad. En este caso, es crucial la eliminación del orgullo, y la presencia de la madurez, para que las partes estén dispuestas a asumir su responsabilidad y a negociar de forma correcta y apropiada el conflicto en el que se encuentran involucrados/as.

Me gustaría acabar con la reflexión de que el problema que se soluciona de manera correcta, es el que ayuda a crecer y a aprender. De esta forma, cuanto más compromiso, respeto y madurez mostremos en cualquier conflicto, más positiva será la solución de este.

Elena Tello Luque

Alba Molleja Ocaña dijo...

En este texto se trata un tema tan natural como la vida misma, y esa es la discusión.

Si bien es cierto que no siempre es algo agradable, nadie puede poner en duda lo necesaria que puede llegar a ser. Se tiene la creencia de que discutir es algo malo y que es sinónimo de pelea, pero yo diría que es algo natural. Como seres humanos que somos, sentimos, padecemos y reaccionamos ante los estímulos de nuestro alrededor; en algunas ocasiones de forma positiva y en otras de forma negativa. Es por ello que cuando nos molesta algo de otra persona sentimos el impulso de manifestarlo, y esto no tiene por qué ser una sentencia de muerte para nuestra relación con ella, es más, puede ser un comienzo. El discutir nos permite comunicarnos contándole a la persona aquello que no nos gusta o nos hace sentir mal, y de esta forma buscar una solución.

Sin embargo, como he dicho anteriormente somos de carne y hueso y no siempre lo hacemos de la mejor manera posible. A veces nos enfadamos, gritamos y maldecimos a la persona con la que hablamos cerrándole la puerta al diálogo y abriéndole paso a un monólogo de rencor y pocas ganas de una conciliación. Por este motivo la mediación es tan importante, ya que las personas no siempre están por la labor de conversar y a veces necesitan a una tercera parte que las oriente para conseguir el bien común.

Aquí llegamos al meollo de la cuestión, y es: cuando se plantea este panorama, ¿quién da el primer paso? ¿o quién debe darlo? Respondiendo desde mi punto de vista, diría que quizá esta persona sea la que esté más motivada a arreglar las cosas o a zanjar el problema de alguna forma, y para pedir ayuda o para sencillamente ir a por la otra persona por ti mismo se debe dejar el orgullo a un lado. Este paso es algo muy complicado ya que solemos verlo como una pérdida de amor propio, especialmente si pensamos que tenemos razón, que la culpa es del otro o que siempre somos nosotros los que damos el paso con esa persona. Por esto es muy importante tener siempre en cuenta que las cosas no tienen por qué ser necesariamente tal y como nosotros las vemos, que es posible que estemos pasando algo por alto y que quizá el motivo por el que la otra persona no da el paso es porque tiene miedo de las consecuencias de la conversación. No ver dar este paso como una debilidad sino como una fortaleza.

Alba Molleja Ocaña.

Pilar Garcia Gomez-Luengo dijo...

¿Quién debe dar el primer paso a la reconciliación?
No importa quién. Lo más importante es dejar a un lado el orgullo. No pierde aquel que da el primer paso. No es deber de uno o de otro, pero sí que algo esencial para reconciliarse. ¿Y la actitud? Me parece algo esencial. Que ambas partes tengan la intención sincera de arreglar el conflicto estrecha el espacio que se crea ente las dos partes.
El hecho de querer solucionar un problema y buscar los medios para hacerlo nos hace más maduros.
Una vez dado un paso alante hacia el camino para la solución, la búsqueda de equilibrio entre las dos necesidades, escuchar ambas partes sin juzgar, dialogar y ceder en algunas situaciones son el siguiente paso.
Gracias a los profesionales que se dedican a esto, los medios irán apareciendo siempre y cuando la actitud pro activa de ambas partes del conflicto estén por solucionarlo.

Pilar García Gómez-Luengo

Elena Herencia Aguilar dijo...

El presente artículo contiene dos ideas fundamentales que invitan a la reflexión del lector. En primer lugar, la visión positiva del conflicto, entendido como una oportunidad de crecimiento para las partes, siempre y cuando se respeten los espacios de expresión libre de las mismas. Es decir, un conflicto puede suponer la mejora de la relación una vez que éste se solucione, pues nos ayuda a conocer a la otra parte en cuanto a sus valores y principios como persona.

En segundo lugar, premia la madurez de aquel sujeto que da el primer paso para la mediación. En este sentido, el ideal radica en que ambas partes acudan libremente al proceso mediador sin la necesidad de una llamada del profesional. Para ello, se pueden emplear diversas técnicas como, por ejemplo, el uso de personajes secundarios que sirvan de intermediarios entre el proceso mediador y las partes, con la intención de que éstos acudan por su propia voluntad.

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, todos los seres humanos tenemos conflictos diariamente, pero debemos ser maduros para afrontar el problema y alcanzar la mejor solución para ambas partes.

Elena Herencia Aguilar

Cristina Rodríguez Blanco dijo...

Una reflexión muy necesaria en la sociedad en la que vivimos. Naturalizar el hecho de discutir, es importante, porque todo duelo supone también el precursor de la resolución de una situación que genera malestar, y un aprendizaje de vida para ambas partes.
Muy de acuerdo con la lectura, en el hecho de que, dar el primer paso, dejar el orgullo a un lado, y pedir perdón, además de que son actos que muestran una actitud positiva y predispuesta a acabar con el problema, también son actos liberadores, y es que, a ningún sr humano le gusta formar parte de un conflicto.

Carlota Pereira Parra dijo...

Todo en nuestra vida empieza por un pequeño paso, aunque en ese momento no seamos conscientes del todo de la importancia que para nosotros puede tener dar el mismo. Sin embargo, como bien comenta el artículo, cuando estamos inmersos en un conflicto, dar el primer paso que nos pueda llevar a la reconciliación o la solución del mismo no siempre es fácil. Sin duda, ese primer paso ya implica una voluntad de buscar una solución, de no tirar la toalla, de no rendirse y darlo todo por perdido. Sin embargo, para llegar a ese punto, y sin ninguna duda, esa persona se habrá hecho mil preguntas, la principal ¿merece la pena? ¿No será mejor dejarlo y dar esto por finalizado?. Si hablamos de una relación personal, habrá mil implicaciones en ello. Pero si lo que estamos valorando es una relación comercial o profesional, quizás haya factores o circunstancias que nos obliguen a optar necesariamente por dar ese paso, si nos vemos obligados a mantener nuestro negocio. No es fácil, y demuestra madurez, lo dice el autor. Pero quizás no siempre sea ese el único motivo que lleve a buscar la mediación. No sólo la madurez, queremos decir. Aunque quizás nos ayude el hecho de pensar que nuestra disposición en todo el proceso es siempre y en todo momento voluntaria. Que no estamos obligados a permanecer si no estamos convencidos. Eso, sin duda, hará que ese primer paso sea más fácil de dar. Al fin y al cabo, si no nos convence, podremos igualmente, levantarnos e irnos.

Blanca Hispán Cerrada dijo...

¿Quién da el primer paso? La pregunta ya es imponente. Ser el primero en algo es una cuestión que, a menudo, a las personas nos da miedo. El primero es el que marca el camino al segundo, es el que se pone en el ojo de mira si algo sale mal, es el que trabaja para que haya un segundo, es el que dirige,… No es fácil ser el primero, y más cuando hay otro esperando a que lo seas.

Cuando surge un conflicto nos realimentamos nosotros mismos con cosas malas que pensamos que ha hecho el otro, llegando a tal punto de no querer ver otro punto de vista. Sólo somos nosotros hablando con nosotros mismos, dándonos la razón a través de nuestros pensamientos.

Está claro que para que exista una mediación, ese primer paso debe darlo alguien, sino no existiría la demanda. Ahora bien, ¿Cuánto pesa nuestro orgullo que nos hace no dar ese paso?, ¿cuántos de nosotros no hemos dicho alguna vez “esta vez le toca a él/ella que es el/la que lo ha hecho mal”? Y sobre todo, ¿cuántas oportunidades y relaciones dejamos pasar por no ser capaz de dejar atrás nuestro orgullo?

Para mí, el primer paso, lo da aquel que no tiene ganas de pelear, ese que se hace cargo y es consciente de la necesidad de llegar a una solución para salvaguardar su salud mental y la del otro, por medio de una responsabilidad afectiva; aunque a veces para dar ese primer paso, sea necesario un margen de tiempo. Nos aferramos en dejar nuestro orgullo por encima del otro, sin darnos cuenta de que aquel que consigue zanjar sus conflictos es el que más feliz y en paz vive.

Blanca Hispán Cerrada

Mª Ángeles Ramírez López dijo...

Este texto ha mencionado lo que se vive naturalmente en la vida cotidiana que todos tenemos en nuestras vidas.

Normalmente, surgen muchos conflictos por malentendidos y por no hablar bien las cosas, pero, casi siempre, uno mismo no da su brazo a torcer cuando cree que tiene la razón. Se entiende que si no te muestras colaborativo para solucionar un problema, es porque tienes la "culpa" en ese conflicto o porque no quieres más discusiones, pero, tenemos que creer que si se discute no es para llegar al término de pelea, sino para solucionar las cosas y hablarlas para llegar a un mutuo acuerdo.

La sociedad, no es consciente de que muchas veces se pueden llegar a eliminar más de un conflicto/discusión si llegamos a hablar las cosas con sinceridad y tranquilidad, somos humanos y al fin y al cabo tenemos que entendernos. Por todo esto que se ha comentado, existe la mediación. Muchas veces, las dos partes, A y B, no se ponen de acuerdo para llegar a la solución del problema y gracias al trabajo ejercido por un profesional de la mediación, se puede llegar a normalizar muchas vidas.

Por lo tanto, en este caso: ¿Quién daría el primer paso en una discusión? En mi opinión, considero que debería de darla la persona que realmente valore que le perjudica a su vida, a la de su entorno y obviamente, a las dos partes del conflicto. No se debería de justificar quien de las dos partes debería de dar el primer paso, simplemente darlo cuando realmente se vean preparados y cuando sopesen que no son capaces por ellos mismo de solucionarlo con el hecho de la conversación. A raíz de ahí, acudir a un mediador y solucionar el problema en cuestión.

Carmen Fernández Dorado dijo...

Me ha parecido muy interesante esta lectura ya que podemos vincular el tema en cuestión al ámbito profesional y personal. Estoy de acuerdo con que el primer paso lo da la persona más madura pero también aquella más asertiva y aquella que tiene la necesidad de resolver el problema de manera pacífica.
Hoy en día tenemos miedo a las discusiones ya que suelen tener connotaciones negativas, sin embargo, tenemos que ser capaces de enfrentarnos al conflicto y resolverlo de la manera más plausible posible.
Dar el paso para poder resolver el problema es signo de fortaleza y no de debilidad.

Pilar Insignares dijo...

A raíz de la lectura de esta última entrada, cabe destacar la importancia de dar el primer paso a la hora querer solucionar un conflicto. La iniciativa es la clave para empezar a dar solución entre el conflicto de las partes implicadas. Este paso es el más importante ya que normalmente ninguna de las partes implicadas piensa que es el culpable o tiene responsabilidad ante el conflicto.
Ante esta situación, entra en juego el papel del mediador como un profesional capacitado de ofrecer una escucha activa ante ambas partes y de manera neutral, para así poner un punto de acuerdo.

Habrá veces que la relación de las personas implicadas se encuentre deteriorada y muy desgastada en parte por culpa del conflicto en sí. Por ejemplo, en un divorcio, cuando hay hijos de por medio también entran en juego sentimientos y emociones que pueden complicar más la situación. Estas situaciones hacen que la comunicación sea algo casi imposible y la inteligencia emocional y responsabilidad afectiva se encuentre extinta por ambas partes.

Por ello no debemos olvidar la importancia del mediador para ayudar a que esta comunicación sea posible y dar fin al conflicto.

Pilar Insignares Rodríguez

Pilar Insignares dijo...

A raíz de la lectura de esta última entrada, cabe destacar la importancia de dar el primer paso a la hora querer solucionar un conflicto. La iniciativa es la clave para empezar a dar solución entre el conflicto de las partes implicadas. Este paso es el más importante ya que normalmente ninguna de las partes implicadas piensa que es el culpable o tiene responsabilidad ante el conflicto.
Ante esta situación, entra en juego el papel del mediador como un profesional capacitado de ofrecer una escucha activa ante ambas partes y de manera neutral, para así poner un punto de acuerdo.

Habrá veces que la relación de las personas implicadas se encuentre deteriorada y muy desgastada en parte por culpa del conflicto en sí. Por ejemplo, en un divorcio, cuando hay hijos de por medio también entran en juego sentimientos y emociones que pueden complicar más la situación. Estas situaciones hacen que la comunicación sea algo casi imposible y la inteligencia emocional y responsabilidad afectiva se encuentre extinta por ambas partes.

Por ello no debemos olvidar la importancia del mediador para ayudar a que esta comunicación sea posible y dar fin al conflicto.

Pilar Insignares Rodríguez

Tania María Pérez Serrato dijo...

Tras la lectura del articulo, veo relevante nombrar en primer lugar la importancia de la culpa. Con esto me refiero a la culpa que se echan los protagonistas principales de un conflicto, lo cual hace que se produzca un distanciamiento entre ambos, dificultando el percibir dicho conflicto como un problema ante el que hay que trabajar de forma conjunta por solucionar. Este sentimiento de culpa y de querer culpar al otro, creo que es el elemento principal para que alguna de las partes del problema no quiera dar el paso de acudir a mediación.

En segundo lugar, me parece de vital importancia el involucrar a terceras personas con el fin de encontrar una solución. Que un mediador nos llame para tener una reunión sobre un problema que nos afecta de primera mano puede que nos haga sentir atacados, o con miedo a ser juzgado. En muchos casos, por el dolor que el problema ha ocasionado, puede ser el orgullo el que nos domine, impidiendo que nos movilicemos ante una solución. Es por esto, que un participante pasivo en el problema, que tenga una buena relación con la parte que se opone a la mediación, sería de gran ayuda.

Por último, vuelvo a mencionar en este comentario lo fundamental que resulta la radiografía del conflicto. Para saber si necesitamos tirar de terceras personas, o como acercarnos a la otra parte, tenemos que analizar el problema de la forma más concreta posible. Por tanto, sigo viendo este punto como la parte más importante y a la que hay que dedicar una especial atención, en todo lo que respecta a la mediación.

Blanca Vázquez de la Torre Orta dijo...

¿Quién da el primer paso? Es una pregunta interesante a la vez que difícil de contestar, como cuando preguntan quien quiere el último trozo de pizza y nadie se atreve a contestar el primero, si no somos capaces de ser los primeros en cuestión de comida, ¿Cómo lo somos a la hora de pedir ayuda y querer solucionar un conflicto grave?
En mi opinión quien da el primero para poder ponerle fin a un conflicto es aquella con más valor, con mas inteligencia para no dejar que su orgullo estropee una familia, una relación de varios año, una vida...porque a pesar de también querer llevar razón, es la que se atreve a dar el paso para poner paz a su vida.
También pueden existir casos en los que sean ambas partes que no soporten más la situación conflictiva y ambos decidan buscar ayuda para ponerle fin, o habrá otros casos en los que haga falta que un tercero que se vea afectado por el conflicto y les de ese empujón que necesitan para poder ponerle fin.

Manuel Cabezas dijo...

Tras la lectura del artículo, me ha parecido interesante la reflexión que nos planteas Javier, como siempre. Al principio, cuando he leído la pregunta: ¿Quién da el primer paso para solucionar un conflicto?, pensé que el primer paso lo daría la persona que más necesidad tiene de solucionarlo, para lograr aquello que necesita en cuanto antes. Pero si es verdad, el que dé el paso de cualquiera de las dos partes (independientemente de la necesidad de solución), demuestra ser el más maduro y demuestra una actitud más prudente y que le importa la otra parte del conflicto.

Por ello, en muchas ocasiones de nuestra vida es importante dar el primer paso y, como se narra en el artículo, a partir de primer paso se va viendo más claro el camino.

Carmen Núñez Moyano dijo...

Este artículo me ha parecido muy interesante, ya que desde el primer día de clase siempre me he planteado, que si acude a mediación una de las partes dando el primer paso, ¿cómo convencemos a la otra parte para que acuda? Principalmente porque cuando hay un conflicto, muchas veces una de las partes, no quiere solucionar el conflicto y prefiere dejarlo aparcado y dejar la relación con la otra persona.
Como se ha mencionado en el artículo, considero también que la persona que da el primer paso, es la más madura, ya que prefiere intentar buscar una solución, antes que dejar la relación que tiene de amistad, de pareja, de familia, etc.
También me ha llamado muchísimo la atención como usted utiliza a los personajes secundarios para hacer que la otra persona acuda a mediación desde su propia voluntad, antes que sentirse "obligado".

Sara Madueño dijo...

En esta ocasión, me gustaría destacar varias ideas claves que han llamado mi atención durante esta lectura.
La primera de ellas, sin ninguna duda, es aquella que nos recuerda que una discusión no siempre significa el fin de una relación ya que estas se pueden presentar en cualquier momento, sin embargo, la meta no es acabarlas en disputas sino controlarlas y sacar la “basura” de nuestras mentes, como también tu destacas curiosamente.

Este es otro concepto que me gusta y del cual quiero hablar, pues para no acabar envueltos en una disputa hay que saber mirar más allá de nuestros propios intereses y olvidar o dejar a un lado aquello que nos hace fijarnos únicamente en lo negativo, pues como hemos hablado en otras ocasiones, un conflicto también tiene puntos positivos.

Y, por último, me gustaría hablar de la pregunta central que nos atañe, ¿quién da el primer paso en un conflicto? Antes, habría dicho sin muchos miramientos que siempre da el primer paso aquel que cree tener la culpa del problema o aquel que está más arrepentido, sin embargo, una vez más leer este post me ha abierto los ojos, viendo que, en muchas ocasiones, en un conflicto, da el primer paso aquel que acertadamente piensa que no pierde nada por solicitar ayuda a un mediador o por pedir perdón o acercar posturas con la otra parte, pues esto solo nos hace ser más sabios por querer mejorar.

sara dijo...

Una vez leído el artículo me han resultado muy interesantes dos ideas principales. La primera idea es que no siempre un conflicto tiene porque ser el fin de una relación. Desde mi punto de vista discutir es algo normal, no siempre tiene porque ser algo malo si las partes se respetan y se expresan de forma adecuada dando a cada uno su espacio como se aborda en el texto. Desde esta perspectiva se puede decir que tener un conflicto puede ayudar a que cualquier relación mejore, también puede llevar a que las personas adquieran un mayor nivel de crecimiento personal y a un entendimiento por ambas partes que en caso de no haber llegado a ese conflicto nunca se hubiera dado.

Por otra parte, la segunda idea relevante en la que hace énfasis el texto es quien da el primer paso para solucionar el conflicto. Esta pregunta, resulta compleja de contestar ya que depende en gran medida de la situación en la que se vean envueltas las personas, o el mayor grado de madurez que presente una de las partes. Puede ser, que quien de el primer paso sea aquella persona con más iniciativa de decisión, con mayor sentido común, pero puede haber casos en que la otra persona no quiera dar el paso por miedo a que realmente se rompa el vínculo afectivo. Por lo tanto, me gustaría destacar en este caso la importancia de los personajes secundarios que están envueltos de manera indirecta en el conflicto y que en caso de que ninguna de las partes se ponga de acuerdo para dar el paso pueden actuar de intermediarios y ser ellos quien animen a las partes a llegar a una solución a través de la ayuda de un mediador.

Sara Díaz Cuello

sara dijo...

Una vez leído el artículo me han resultado muy interesantes dos ideas principales. La primera idea es que no siempre un conflicto tiene porque ser el fin de una relación. Desde mi punto de vista discutir es algo normal, no siempre tiene porque ser algo malo si las partes se respetan y se expresan de forma adecuada dando a cada uno su espacio como se aborda en el texto. Desde esta perspectiva se puede decir que tener un conflicto puede ayudar a que cualquier relación mejore, también puede llevar a que las personas adquieran un mayor nivel de crecimiento personal y a un entendimiento por ambas partes que en caso de no haber llegado a ese conflicto nunca se hubiera dado.

Por otra parte, la segunda idea relevante en la que hace énfasis el texto es quien da el primer paso para solucionar el conflicto. Esta pregunta, resulta compleja de contestar ya que depende en gran medida de la situación en la que se vean envueltas las personas, o el mayor grado de madurez que presente una de las partes. Puede ser, que quien de el primer paso sea aquella persona con más iniciativa de decisión, con mayor sentido común, pero puede haber casos en que la otra persona no quiera dar el paso por miedo a que realmente se rompa el vínculo afectivo. Por lo tanto, me gustaría destacar en este caso la importancia de los personajes secundarios que están envueltos de manera indirecta en el conflicto y que en caso de que ninguna de las partes se ponga de acuerdo para dar el paso pueden actuar de intermediarios y ser ellos quien animen a las partes a llegar a una solución a través de la ayuda de un mediador.

Sara Díaz Cuello.

Paula Vázquez Portillo dijo...

En muchas ocasiones, existen conflictos sin resolver porque ninguna de las dos partes es capaz de dar el primer paso.

Estoy de acuerdo, que la persona que da el primer paso es la más madura y sabía, aunque pienso que la gran mayoría de las veces, las personas no se atreven a dar el primer paso porque piensan que ellos llevan la razón y deciden esperar a que la otra parte lo haga. Es por ello, que muchas veces, debemos dejar nuestro orgullo a un lado y si realmente queremos solucionar un conflicto ser nosotros los que demos el primer paso, independientemente si piensas que llevas razón o no.

Este artículo destaca la importancia de la iniciativa. La mayoría de las veces, perdemos muchas cosas por miedo a perder. Esta frase, se puede aplicar a las relaciones personales. A veces, cuando surge un conflicto, por el miedo a perder, a no llevar la razón, o simplemente, no dar el paso, perdemos muchas otras cosas que valoramos aún más, como puede ser una persona. Como he dicho antes, muchas veces merece la pena dejar nuestro orgullo atrás, tomar la iniciativa y ser aquella persona madura y sabía que da el paso para intentar solucionar un conflicto. Para finalizar, destaco la importancia de ser proactivo en la vida, no esperar a que pasen las cosas, sino hacer que las cosas pasen y en este caso, no quedarte esperando a que la otra persona de el primer paso, si realmente quieres solucionar algo, sé tú mismo el que de el primer paso.

Mercedes Sánchez Cumplido dijo...

A nadie le gusta tener conflictos, formar parte de ellos, solo queremos solucionarlos y deshacernos de ellos lo antes posible. Deseamos que los problemas no sean nuestros, si no de otros, siendo nosotros los que los solucionamos.

Todos los problemas pueden tener solución, independientemente de su gravedad. Es bueno que las personas implicadas en un conflicto discutan, poniendo sus opiniones sobre la mesa, pero eso sí, siempre a través del respeto hacia la otra persona. Los mediadores debemos respetar sus visiones y solucionar las dificultades que se producen durante la mediación. Debemos llevar a cabo un perfecto control de la discusión. Debemos ofrecerles una visión más nítida sobre la búsqueda de una solución a su problema, ya que la encuentran muy difícil, e incluso imposible en ocasiones. Hay que transmitirles la paz de la que carecen y abrirles los ojos para que puedan ver que siempre hay una solución.

Pero al estar tan ciegos con el conflicto, muchas veces les cuesta dar el primer paso. Debemos conseguir que ambos actores del conflicto acudan libremente, si no será más complicado llegar a una solución y adoptarla por su parte. En mi opinión, coincido con Javier, ya que considero que quien da el primer paso es aquel menos orgulloso y más maduro, aquel que es capaz de dejar el orgullo a un lado por tal de solucionar el problema y volver a la calma con esa persona. Aquel que antepone solucionar el conflicto a mantener su orgullo y que el problema exista.

En muchas ocasiones los conflictos duran bastante tiempo, incluso años, simplemente por no haber dado ese paso de intentar solucionarlo. Es mejor intentarlo y que todo este bien entre dos personas, a quedarse con la duda y seguir mal por el resto de sus vidas. La vida es muy corta como para estar mal con gente a la que quieres, así que no dudes ni un segundo en solucionar todos aquellos conflictos que tienen fácil solución. Da el primer paso.

Rafael Ortiz Lara dijo...

A veces, es más complicado dar el primer paso que conseguir una solución. El orgullo es una parte del ser humano, intangible, pero a su misma vez presente en el día a día, a veces puede transformarse en un muro de cemento que no deja ver más allá y mucho menos avanzar, no se puede dar el primer paso. Solemos esperar que la otra persona lo haga, ya que es lo más fácil y es lo que demostraría que el otro es quien tiene la culpa y por eso quiere remediarlo, o eso es lo que se cree. Dicha creencia provoca resultados fatales en la mayoría de las ocasiones, ya que no es luchar por saber quien tiene la culpa, sino, luchar contra el problema y encaminarse juntos a buscar la solución.

Tal cual se dice en el blog. No somos perfectos, tenemos fallos y sentimientos que provocan que estos empeoren, pero a su misma vez somos seres racionales capaces de comprender y llegar a entender que el paso a seguir para solucionar los conflictos es DAR EL PRIMER PASO.

Unknown dijo...

Es una lectura que habla sobre temas muy interesantes, algo que en cualquier mediación se puede dar, y que a día de hoy no cualquier persona es consciente de ello.

En primer lugar, me gustaría comenzar hablando sobre la discusión. La mayoría de las personas a escuchar la palabra discusión se imaginan una pelea fuerte entre dos o más personas, y que dicha pelea termina con la relación que comparten dichos integrantes. Ese concepto no es del todo correcto, como muy bien viene explicado en la lectura las discusiones no tienen que terminar necesariamente así. Muchas veces se debe a un desacuerdo entre ambas partes, y su resolución puede llegar a aumentar el vinculo entre ambos, por lo tanto en ciertos casos una discusión es necesaria para acercar posturas y visiones diferentes, dando lugar a la compresión de todos los puntos de vista.
En segundo lugar, seguiré hablando sobre quien da el paso a la hora de una mediación. En la mayoría de los conflictos y de las discusiones que se dan entre personas, sucede que por orgullo no somos capaces de dar el primer paso hacía una reconciliación, perdiendo años de nuestra vida por culpa de no aceptar puntos de vista diferentes. En este punto las personas que han vivido el conflicto de manera secundaria son los que nos convencen para dar el paso y perder el orgullo. Por ello, como bien dice el texto es de sabios dar el primer paso hacía una reconciliación.
María Muñoz Gómez

Unknown dijo...

Es una lectura que habla sobre temas muy interesantes, algo que en cualquier mediación se puede dar, y que a día de hoy no cualquier persona es consciente de ello.

En primer lugar, me gustaría comenzar hablando sobre la discusión. La mayoría de las personas a escuchar la palabra discusión se imaginan una pelea fuerte entre dos o más personas, y que dicha pelea termina con la relación que comparten dichos integrantes. Ese concepto no es del todo correcto, como muy bien viene explicado en la lectura las discusiones no tienen que terminar necesariamente así. Muchas veces se debe a un desacuerdo entre ambas partes, y su resolución puede llegar a aumentar el vinculo entre ambos, por lo tanto en ciertos casos una discusión es necesaria para acercar posturas y visiones diferentes, dando lugar a la compresión de todos los puntos de vista.
En segundo lugar, seguiré hablando sobre quien da el paso a la hora de una mediación. En la mayoría de los conflictos y de las discusiones que se dan entre personas, sucede que por orgullo no somos capaces de dar el primer paso hacía una reconciliación, perdiendo años de nuestra vida por culpa de no aceptar puntos de vista diferentes. En este punto las personas que han vivido el conflicto de manera secundaria son los que nos convencen para dar el paso y perder el orgullo. Por ello, como bien dice el texto es de sabios dar el primer paso hacía una reconciliación.
María Muñoz Gómez

LUCIA LUNA MORENO dijo...


Me ha gustado la lectura. Básicamente porque me siento aludida a través del texto. Yo pienso que depende de la situación cambiará la persona que da el primer paso tras una disputa para intentar solucionarlo. En primer lugar, creo que dará el primer paso la persona que más aprecio le tenga a la otra persona. Otro factor que me parece súper importante es la intensidad que tenga la persona. Hay personas que no pueden estar tranquilas si saben que tienen un conflicto abierto con una persona cercana a ella, y por otra parte, puede estar el que piensa el ‘bueno ya se solucionará, tiempo al tiempo’. El saber gestionar también el control de lo que vas a decir en una discusión es bastante importante… la intensidad de lo que se haya podido decir en una disputa puede cambiar mucho la reconciliación o la no reconciliación. La reflexión posterior a la discusión creo que es la clave para saber reconocer tus errores, saber ser autocrítico y escuchar a la voz interior que te da el error.

Marta Osuna Guerrero dijo...


Pienso que la primera persona que da el paso hacía una solución es la persona que intenta dar su brazo a torcer, es decir, quién esta dispuesta a dejar atrás el conflicto, para obtener una solución por el bien de ella misma o de terceras personas. Sin necesidad de mirar qué persona tiene mayor interés pues muchas veces en el conflicto se pierde mucho más de lo que se gana. Por ejemplo, en la división de una herencia, tiene perdidas familiares o perdida de tiempo.

Discutir en España tiene una connotación negativa. Sin embargo, discutir es hablar sobre un tema mostrando los diferentes puntos de vista y aportando información a la otra persona. En consecuencia en mediación es muy importante la escucha activa, para comprender el conflicto y aportar una solución justa, equitativa, estable y duradera.


Lucía López Gallego dijo...

Siempre me ha parecido muy interesante y he tenido cierto debate sobre “quién da el primer paso”. En el caso de la mediación y el primer paso de un conflicto, siempre he pensado que quizás lo de el que se encuentre más perjudicado por el conflicto en sí o quien tenga más necesidad de mejorar la situación por la que está pasando.
Sin embargo, esta lectura me ha hecho reflexionar sobre esto y creo que es bastante interesante la postura que se presenta sobre la madurez y como la persona más madura o consciente sobre la situación dará ese primer paso hacia el acercamiento.
Por otro lado, una de mis “preocupaciones” como mediadora es no poder traer al proceso a la otra parte, no llegar a conectar con la parte implicada que no da el primer paso. Por lo que la técnica de enganchar al otro usuario mediante personas secundarias o alejadas del conflicto pero cercanas a las dos partes me parece muy útil e interesante. Hacerlo sentir cómodo y con confianza, sin que sienta que está en mediación por obligación o porque un mediador que no conoce le haya llamado, lo que haría en mi opinión que la mediación no fuese del todo satisfactoria para las dos partes y por lo tanto, el acuerdo sea más difícil de conseguir.
Lucía López Gallego

Ana Hernández Sanz dijo...

Desde mi punto de vista y respondiendo a la pregunta que nos ocupa en el presente post, la persona que da el primer paso para acudir a mediación es aquella que posee una actitud serena. Es decir, la persona que, a pesar de estar involucrada en un conflicto, es capaz de mostrarse calmada y pensar con una visión de futuro, una visión en la cual tiene cabida la solución o el alcance de un punto intermedio a pesar de que cada uno posea sus propias razones, pues ello no significa que no sea posible la resolución mediante la comunicación y el respeto.

Elena Cano Ríos dijo...

Las discusiones son parte de nuestra vida diaria, por ello, normalizarlas podría implicar una resolución más fácil de problema. Pero en muchas ocasiones es difícil dar el primer paso y no puedo estar más de acuerdo en que la persona que pide perdón no es más débil que la otra. Pedir perdón es necesario y muchas veces dejamos que el orgullo pueda con todo. Por norma general una persona llegará a manos de un profesional cuando sienta que se encuentra en una situación insostenible y esa persona tiene ganas de solucionarlo y acabar con el problema, pero es tan difícil hacerlo que necesita ayuda de un profesional que medie para arreglarlo. No hay dudas que en la mayoría de las ocasiones se tratará de una persona más madura pues tendrá la iniciativa de solucionar el problema y de llegar a algún acuerdo.
Pero será necesaria la colaboración también de la otra parte para solucionar el problema, pues no se puede solucionar con una persona un problema si la otra no quiere, por lo que puede, que el proceso de mediación también implique una maduración de las partes afectadas.

Blanca Lozano Estefani. dijo...

En mi opinión, el sujeto que da el primer paso en la mediación no tiene por qué ser el culpable de la situación. Existen diferentes motivos y situaciones por los que una persona da el primer paso. Por ejemplo, el primer paso puede darse porque el sujeto se sienta mal consigo mismo, es decir, que sienta un malestar emocional personal a consecuencia de ese conflicto. no por el hecho de ser el culpable si no porque la situación le ha sobrepasado.
Además, creo que quien da el primer paso, es una persona valiente, empática, y sabia. Asu vez, también pienso que hay personas que simplemente, dan el primer paso por el cansancio emocional que les genera estar en discusión con otros constantemente.

No por estos motivos, quiere decir que no haya personas que den el primer paso por sentir que iniciaron el conflicto o sentir culpabilidad. Pienso que existen muchas situaciones y que cada persona puede actuar de una forma u otra en base a sus principios, emociones y personalidad.

Blanca Lozano Estefani.

Lucía Díaz Amor dijo...

El conflicto afecta y tiene un impacto en nosotros; podemos perder el control, la responsabilidad y la visión de este. Por lo que, en muchas ocasiones, no somos o no nos vemos capaces de resolver un conflicto determinado por nosotros mismos; y por ello necesitamos de la ayuda de alguien ajeno y neutral, de un experto.
Para que todo esto se dé y llegar a la medición del conflicto lo principal y fundamental es dar el primer paso de buscar ayuda para solucionarlo. Porque como bien dice el post por muy oscuro e irresoluble que parezca la discusión hay que sacar la basura de la mente que impide ver con perspectiva. Si somos conscientes del conflicto, sabios para querer darle una solución, maduros para saber que no tiene por qué ser el final de una relación, ser valiente para enfrentarlo y trabajarlo, salir de la zona de confort y ser capaces de hacer cambios necesarios… la mediación será un proceso con mucha valía y fortaleza; frente al orgullo que no deja intentar alternativas, ni avanzar en el camino, ni ser un poquito más feliz.
Lucía Díaz Amor

Lucía Díaz Amor dijo...

El conflicto afecta y tiene un impacto en nosotros; podemos perder el control, la responsabilidad y la visión de este. Por lo que, en muchas ocasiones, no somos o no nos vemos capaces de resolver un conflicto determinado por nosotros mismos; y por ello necesitamos de la ayuda de alguien ajeno y neutral, de un experto.
Para que todo esto se dé y llegar a la medición del conflicto lo principal y fundamental es dar el primer paso de buscar ayuda para solucionarlo. Porque como bien dice el post por muy oscuro e irresoluble que parezca la discusión hay que sacar la basura de la mente que impide ver con perspectiva. Si somos conscientes del conflicto, sabios para querer darle una solución, maduros para saber que no tiene por qué ser el final de una relación, ser valiente para enfrentarlo y trabajarlo, salir de la zona de confort y ser capaces de hacer cambios necesarios… la mediación será un proceso con mucha valía y fortaleza; frente al orgullo que no deja intentar alternativas, ni avanzar en el camino, ni ser un poquito más feliz.
Lucía Díaz Amor

Loli Delgado Cosano dijo...

La entrada de esta semana es una reflexión que a menudo nos podemos preguntar. Sabemos que estar sumidos en un conflicto conlleva experimentar pensamientos, sentimientos y emociones altamente inflamables, es por ello que, podemos preguntarnos ¿Cómo es que, en medio de un conflicto, una de las personas toma la iniciativa y solicita nuestros servicios? ¿Cómo encuentra ese punto de inflexión para demandar ayuda externa?

Cuando nos adentramos en un conflicto de cierta envergadura, difícilmente tendemos a ceder, y esto, en muchas ocasiones sucede porque está asociado a características tales como: sumisión, flaqueza o debilidad, como bien has nombrado, e incluso este hecho puede sugerir que la persona está admitiendo cierta pérdida de la razón. Estos sesgos que solemos albergar muy arraigados a nuestras creencias, es lo que habitualmente conlleva a que nos mantengamos rígidos en nuestra posición, esperando que sea la otra persona la que ceda. Cuando esto no acontece, puede surgir o incrementar la magnitud del enfado, la irritabilidad, el rencor o la desesperación, por poner algún ejemplo.


Otra posibilidad que también me surge es que las personas no tengan conciencia de esta profesión como herramienta a la problemática que están viviendo o incluso que ni siquiera consideren que se encuentran en medio de un conflicto en sí, por lo que perpetúen el problema en el tiempo. Estoy segura de que muchos de nosotros, ahora y conociendo más de cerca la mediación, solicitaría ayuda a un profesional para alguna disputa que se esté dando en nuestro entorno. A mí personalmente, se me ocurren un par de conflictos que llevan en punto muerto un tiempo y que no terminan de solucionarse, bien por falta de comunicación, de entendimiento, de decisión o un poco de todo esto junto.

Por otra parte, y dando un matiz positivo al tema del que estamos hablando hoy, pienso que, normalmente, cuando la relación es muy estrecha y existe gran afecto entre ambas partes, es más fácil que una de ellas tome la iniciativa en el proceso de la mediación. Un papel muy importante, como has referido, es la participación de personajes secundarios. Éstos pueden ser de gran ayuda para la conciliación de las partes. Al igual que en terapia, cuando una madre solicita asistencia psicológica para su hijo, en un conflicto, un familiar cercano puede alentar a que sus tíos, por ejemplo, acudan a un profesional de este campo.

Para acabar, me ha gustado la reflexión que has hecho sobre quién da el primer paso. Es cierto que, para ello, debe haber madurez y sabiduría, lo que conlleva inteligencia emocional. Es habitual que nos ensimismemos cuando somos uno de los protagonistas del problema, y entremos en ese bucle de exasperación. Es complejo contar con la inteligencia emocional suficiente para mirar el conflicto desde otra perspectiva, para ello, es importante que la persona implicada cuente con un pensamiento flexible, maduro y comprensible, de manera que acepte su parte de responsabilidad, llevándole esto a tomar la decisión más acertada al respecto.

Unknown dijo...

Dicho dilema que se nos plantea en el siguiente post trata sobre quién es el responsable de dar el primer paso en una discusión, es decir, cuando tenemos una confrontación ya sea con nuestra pareja, amigos o incluso familiares siempre esperamos que sea la otra parte quien de su brazo a torcer y comience una conversación para paliar dicha situación. Este dilema está en nuestro día a día en todos los contextos posibles: en casa, el trabajo, la universidad etc.
Desde mi punto de vista un factor importante que frena a las personas a ser las primeras en comenzar una conversación es el orgullo. Por tanto la persona menos orgullosa será la primera que inicie la conversación.

El orgullo nos incapacita para reconocer nuestros propios errores y nos dota de un ego exagerado. Las personas con un alto orgullo pueden ser muy intolerantes al cambio, aferrándose a una postura única y no permitiendo ninguna aportación ajena. Su capacidad de autorreconocimiento es muy baja, y por tanto el cambio personal no está entre sus planes porque piensan que lo hacen todo bien. De esta manera las personas orgullosas no son un gran amigo de la mediación, puesto que pueden retrasarla e incluso impedir que esta se produzca.

Unknown dijo...

Como menciona el articulo, las discusiones son normales y se presentan en cualquier momento de nuestras vidas. Por ello, es necesario y merece la pena dar el primer paso en solucionar este conflicto.
Tras una discusión, las partes se encuentran tan tensas que no perciben una solución al conflicto. La persona que suele dar el primer paso para solucionarlo, según el texto, es la parte del conflicto más madura o sabia.
En mi opinión, también suelen dar el primer paso los que quieren y tienen mayor interés por arreglarlo, los que saben controlar sus emociones y los que respetan las opiniones de los demás.
Dar el primer paso para comenzar a mediar es la clave para solucionar el problema. Ambas partes del conflicto han de dar el paso libremente, pues sólo si ambos tienen interés por solucionar el conflicto, éste se arreglará.

Lucia Garcia Jurado

Carmen Calo Díaz dijo...

En un conflicto, como bien explica Javier, siempre hay alguien que da el primer paso en busca de una solución. Respecto a la pregunta “¿quién da el primer paso para solucionarlo?” pienso que, a parte de los mencionados en el blog, siempre hay uno de los dos que se encuentra más incomodo ante un conflicto, la típica persona que no le gusta estar mal con nadie y que prefiere dar su brazo a torcer con tal de que ambas partes vuelvan a estar bien. A mi parecer, no hay nada más importante en un conflicto como tener capacidad autocrítica, saber qué has hecho bien pero también lo que has hecho mal, incluso darse cuenta de detalles que a nosotros no nos afectarían, pero a la otra parte puede que sí. Alguien con capacidad autocrítica y con ganas de solucionar un conflicto creo que es la mejor opción para dar ese primer paso del que hablamos.
Personalmente, soy de esas personas que dan el primer paso porque siempre me hago la misma pregunta: ¿Qué me compensa más, pensar que tengo razón y que la otra persona debe dar el paso primero o darlo yo y que todo vuelva a la normalidad lo antes posible?, casi el 100% de las veces opto por la segunda opción y, aunque sepa que tengo razón, siempre pienso que también he podido fallar en algo y me decanto por intentar hablarlo con la otra persona para solucionarlo lo más rápido posible.
Además, es importante entender que la persona en dar el primer paso no tiene por qué ser la más débil o la que menos carácter tenga, más bien pienso que es todo lo contrario.

Carmen Calo Díaz.

Jorge Jiménez Romera dijo...

Dar el primer paso en la resolución del conflicto es una decisión a veces difícil, por el orgullo que puede tener cada personaje principal del conflicto, la desconfianza en la mediación, etc. Me parece buena idea implicar a más personajes para buscar que los protagonistas del problema dejen atrás el pasado y se dispongan a buscar solución. Pensar en culpabilidad en algunos casos no ayuda nada a resolver el problema, porque muchas veces los problemas surgen por imprevistos, malentendidos, terceras personas... Dejar atrás el orgullo no es únicamente motivo para enorgullecerse más por madurez o sapiencia, sino que es una de las claves para empezar a resolver el problema.
¿Quién da el primer paso? El que da el primer paso sería el más maduro y valiente, pero no serviría de nada si no todos los participantes aportaran algo. Creo que la mediación funciona si todos están dispuestos a “sacrificar” algo de su tiempo, dinero, y recursos, dependiendo del problema. Con este sacrificio todos deben apostar por resolver el problema, con la voluntad de seguir adelante y no concentrarse en buscar al culpable. Es fundamental también la actuación del mediador para lograr que este sacrificio sea fructífero, y evitar así que el conflicto degenere al no ceder ninguna de las partes.

Joaquín de la Vega dijo...

¿Quién da el primer paso?

Se puede recurrir a la mediación en cualquier etapa de una controversia. Así, puede ser elegida como el primer paso encaminado a la solución de la controversia cuando las negociaciones emprendidas por las partes no hayan concluido satisfactoriamente. También se puede recurrir a la mediación en cualquier momento durante un litigio o arbitraje cuando las partes desean interrumpir el litigio o el arbitraje para explorar la posibilidad de llegar a un acuerdo.
En teoría resulta muy fácil acceder al proceso mediador, pero ¿ en la práctica lo es?. Claramente a nadie que se encuentra en medio de un litigio con otra persona le gusta dar el brazo a torcer y admitir que no tiene razón aun cuando sea así. Al fin y al cabo esa “ cabezonería” es muy característica del ser humano. Seguro que todos alguna vez hemos discutido con un amigo, conocido o familiar y el tema de discusión se ha dejado de lado puesto que era imposible de resolver.
Ahora, al haber leído éste artículo y estar estudiando esta asignatura relacionada con la mediación, uno se da cuenta de que todos los conflictos tienen solución siempre que ambas partes participen abiertamente en encontrarla, pero como ya sabemos, una de las partes deberá dar el primer paso.
Dar el primer paso nunca es fácil para nadie porque parece que se da a entender que no tenías razón al buscar la solución del problema, pero ni mucho menos es eso. De hecho me resulta muy interesante la frase con la que se describe a la parte que da el primer paso: “aquel que es más maduro de los dos, más consciente y si me permitís, más sabio, porque una persona madura sabe que dar el primer paso e incluso si el proceso te lleva a ello, pedir disculpas, no es una debilidad.” Sobre todo quiero remarcar y apoyar lo último dicho “ pedir disculpas, no es una debilidad.” , y es que esta pequeña frase dice mucho y sinceramente es muy cierta. Podemos decir que esta frase es el principio del proceso mediador pues si ambas partes no están dispuestas a perdonarse, será imposible alcanzar un acuerdo.
Por lo tanto quiero remarcar que ya no solo la parte que acude al mediador, sino también la otra, deben dejar de un lado ese “Orgullo”, que se basa en la satisfacción del ego, y estar dispuestos a perdonarse y buscar una solución al problema , pues sin esto será imposible la mediación.

Alfonso Ortega dijo...

Me quedo con uno de los últimos párrafos del post, quien da el primer paso no puede ser otro que el más maduro. Creo que no es cuestión de culpabilidad —o sentimiento de culpa— sino más bien de empatía y de comprender que el estado natural de las relaciones no es una situación de continuo conflicto, por lo que debe ser un sentimiento del sujeto de querer poner coto cuanto antes a esta situación pero no por sentirse culpable.

Aunque, realmente, lo que considero crucial es que los sujetos se decidan a acudir a la mediación, independientemente del motivo que mueva a estos, si es cierto que el motivo por el que se da el primer paso nos aporta una gran información al proceso —sobre los sujetos y el conflicto en cuestión—. Por lo tanto entiendo que no debemos centrarnos en quién da el primer paso, sino en darlo, para que esa situación no se alargue en el tiempo y siga creando heridas, así como analizar el motivo que les ha llevado a acudir a la mediación.

En definitiva, una vez los sujetos del conflicto se deciden acudir a la mediación, no se trata de buscar culpables a la situación de desavenencia surgida, sino de acercar posturas y buscar —y procurar encontrar— una solución que sea satisfactoria para todos ellos.

Beatriz Rojas López dijo...


Las relaciones que mantenemos con otras personas no son estables; existen momentos de gran felicidad y unión, y otros en los que hay más distancia entre las partes, discusiones o malos entendimientos. Podría compararse una relación, ya sea de amistad, familiar o de pareja, con un baile. Cuando preparamos la coreografía de un baile, siempre nos encontraremos algunos pasos que nos costará más realizar, pero no por ello dejamos de practicar. Además, no es solo la unión de distintos pasos de baile, sino que entre ellos existe una armonía que hace que visualmente sea bonito. Cualquier relación conlleva momentos muy buenos y también muy malos, y bajo mi punto de vista, en esas situaciones
desagradables, son de las que más se aprende y desarrolla la relación. Las discusiones, como se menciona en el texto anterior, permiten evolucionar si se mantienen de forma adecuada. El problema aparece cuando en nuestro día a día, solo observamos discusiones en las que se alza la voz, e incluso se utilizan insultos; no estamos acostumbrados a dialogar en busca de una solución, simplemente soltamos aquello que se nos pasa por la cabeza en ese mismo instante sin ninguna finalidad concreta.


Por otro lado, me parece muy interesante comentar sobre quién da el primer paso pasa solucionar un conflicto. Es cierto que, en ocasiones, es mejor dejar que la situación se enfríe antes de tratar de solucionarlo, pero muchas
veces no se sabe elegir en qué momento ha de retomarse el conflicto. A parte del cabreo, el orgullo, también mencionado con anterioridad, es el principal aspecto que nos hace quedarnos en nuestro sitio y no dar el paso, pero bajo mi punto de vista habría que hablar además de otros conceptos que provocan dicha situación como son el sentimiento de culpa, o la vergüenza. Estos a veces, nos paralizan y es cuando el problema comienza a alargarse en
el tiempo, y a volverse más complejo y difícil de solucionar.

Beatriz Rojas López

María Espino Gómez dijo...

Independientemente de la situación en la que nos encontremos, el hecho de dar el primer paso suele resultar una labor tediosa, especialmente cuando nos encontramos ante un conflicto de cualquier tipo. Y es que, cuando una persona es parte de un problema, una discusión, un desacuerdo etc, suele atribuir la culpa de lo ocurrido únicamente a la otra parte.
Por tanto, tal y como se menciona en el post, aquel que es capaz de dejar a un lado su orgullo, y buscar en el caso de la mediación la ayuda de terceros para encontrar una solución, además de ser la parte más madura, sería en mi opinión la más racional, ya que es capaz de anteponer lo ocurrido ante sus propios intereses, sacando la basura de su mente y entendiendo que es esencial valorar otros aspectos, además de comprender que lo sucedido no tiene porqué significar el final de la relación presente.
Por último, también considero importante el hecho de que se incluya en la resolución del conflicto a miembros secundarios que hayan vivido el conflicto indirectamente, ya que además de proporcionar más detalles sobre lo ocurrido, nos facilitarán el camino a través del cual podremos contactar con el resto de los miembros del conflicto.

Carmen Feria Portero dijo...

Tras la lectura, llegó a reflexionar el peso que tiene la mediación ante la resolución de conflictos, ya que solamente con la propuesta de una persona de contratar a un mediador para resolver un conflicto irresoluble y que se utiliza como último recurso, o como primera opción porque es la que le deposita más confianza, creo que la mediación es una fuerza muy importante a la hora de la resolución de problemas. Además, considero que esto es gracias a que utiliza la inteligencia emocional como herramienta básica, puede hacerle ver a las partes implicadas que una disputa o una discusión no es completamente negativa, tiene sus aspectos positivos y es el primer paso para llegar a la “paz”.
Tras el debate de quién es el que da el primer paso, comparto la opinión de Javier, y además, creo que es la persona que llega a un razonamiento y tiene cierta inteligencia emocional para considerar que es importante afrontar el conflicto para eliminar las consecuencias negativas que este trae consigo mismo, y comenzar la búsqueda de la solución más equitativa y razonable.

Carmen Feria Portero

Alberto Herrerias Moreno dijo...

Después de haber leído el artículo, dicho comentario me parece muy interesante y necesario para afrontar un conflicto o discusión.
En primer lugar, debemos entender que cada persona es un mundo, la cual, tiene una personalidad, temperamento, actitud, etc diferente al resto, por lo que debemos de tratar ese conflicto de una manera diferente según el tipo de persona que tengamos delante. Estoy totalmente de acuerdo que el primer paso para la solución de un conflicto lo dará siempre el más listo.
Siempre es bueno solucionar un conflicto o discusión en frío, ya que lo has pensado todo sobre el tema y estas mas tranquilo contigo mismo y con el otro sujeto, hago referencia al ejemplo que se pone en clase del flemón, por lo tanto hay que dejar que el hinchazón vaya rebajando su inflamación.

Alberto Herrerías Moreno.

Paula Legrán García dijo...

Por un lado, reflexionando sobre lo que he leído en el artículo, es cierto que muchas de las veces que discutimos con alguien tenemos sentimientos negativos encontrados y pensamos que no se va a solucionar el problema por todo lo que hemos sacado discutiendo con esa persona y lo que se señala en el texto “la basura” y lo que no nos damos cuenta es que es una forma diferente de sincerarnos y sacar nuestro propio punto de vista de la situación, y es por ello por lo que surge esa discusión entre ambos, porque las dos personas piensan diferente, pero para ello están los mediadores, para poner solución a todos los frentes abiertos que existan en la discusión.

Por otro lado debemos de saber ya que todas las personas somos diferentes en cuanto a personalidad, manera de actuar, forma de pensar, etc. Y cómo podemos comprobar en una discusión sacamos orgullo y ninguna de las partes quiere dar su brazo a torcer. Es por ello, por lo que tenemos que ser maduros y no poner impedimentos a la hora de mediar con el problema, sino poner una solución licita para ambas partes y que tanto una como la otra se queden lo más satisfechas posibles.

Paula Legrán García

Paula Legrán García dijo...

Por un lado, reflexionando sobre lo que he leído en el artículo, es cierto que muchas de las veces que discutimos con alguien tenemos sentimientos negativos encontrados y pensamos que no se va a solucionar el problema por todo lo que hemos sacado discutiendo con esa persona y lo que se señala en el texto “la basura” y lo que no nos damos cuenta es que es una forma diferente de sincerarnos y sacar nuestro propio punto de vista de la situación, y es por ello por lo que surge esa discusión entre ambos, porque las dos personas piensan diferente, pero para ello están los mediadores, para poner solución a todos los frentes abiertos que existan en la discusión.

Por otro lado debemos de saber ya que todas las personas somos diferentes en cuanto a personalidad, manera de actuar, forma de pensar, etc. Y cómo podemos comprobar en una discusión sacamos orgullo y ninguna de las partes quiere dar su brazo a torcer. Es por ello, por lo que tenemos que ser maduros y no poner impedimentos a la hora de mediar con el problema, sino poner una solución licita para ambas partes y que tanto una como la otra se queden lo más satisfechas posibles.

Paula Legrán García

Marta Pérez Balbuena dijo...

Tras la lectura del artículo, nos confirma lo importante que es la mediación a la hora de solucionar algún problema. Ya que, si una persona es la primera en dar el paso para solucionar el problema, pero no tiene los medios o la fuerza necesaria para poder llegar a un acuerdo con la otra parte, lo mejor es poder contar con un profesional cualificado que pueda ayudarte a solucionar el conflicto.
En cuanto a la primera persona que da el paso, tendría que verse como alguien maduro, capaz de afrontar sus problemas y que sabe pedir ayuda cuando lo necesita.
Marta Pérez Balbuena

Unknown dijo...

Dar el primer paso es difícil a la hora de resolver un conflicto. Como bien es dicho en la entrada del blog, a nadie le gusta verse envuelto en conflictos, ya que el hecho de poder dar una imagen controversial o agresiva al exterior nos provoca malestar. Además, influyen factores como la inteligencia emocional y madurez de las partes para realizar una visión general de la situación y optar por una negociación.
Resulta un tema muy interesante dado que la apariencia de disputas o distintos puntos de vista que resultan ser contrarios se pueden encontrar en todas las relaciones sociales, informales o formales. Sin embargo, creo que sobre todo en la última mencionada, se puede encontrar un factor muy influyente a la hora de dar el primer paso. Se trata de las relaciones de poder, posiciones o roles establecidos en el ambiente donde se desarrolla la disputa. Dado que a veces existe una jerarquía vertical, dar el primer paso no resulta igual desde los distintos puntos de la pirámide. Por ejemplo, ante un conflicto entre el jefe de departamento de una empresa y un trabajador, la posición “inferior” del trabajador puede resultar condicionante a la hora de denunciar la causa del conflicto por miedo a perder su puesto, a no ser comprendido… Por ello si existe una estructura vertical en una institución, debería de existir un órgano mediador que no se relaciona con ninguna posición de jerarquía para asegurar completa neutralidad, pero también una normativa que proteja a aquellos sujetos que puedan estar condicionados por esta “categorización”.

Unknown dijo...

Dar el primer paso es difícil a la hora de resolver un conflicto. Como bien es dicho en la entrada del blog, a nadie le gusta verse envuelto en conflictos, ya que el hecho de poder dar una imagen controversial o agresiva al exterior nos provoca malestar. Además, influyen factores como la inteligencia emocional y madurez de las partes para realizar una visión general de la situación y optar por una negociación.
Resulta un tema muy interesante dado que la apariencia de disputas o distintos puntos de vista que resultan ser contrarios se pueden encontrar en todas las relaciones sociales, informales o formales. Sin embargo, creo que sobre todo en la última mencionada, se puede encontrar un factor muy influyente a la hora de dar el primer paso. Se trata de las relaciones de poder, posiciones o roles establecidos en el ambiente donde se desarrolla la disputa. Dado que a veces existe una jerarquía vertical, dar el primer paso no resulta igual desde los distintos puntos de la pirámide. Por ejemplo, ante un conflicto entre el jefe de departamento de una empresa y un trabajador, la posición “inferior” del trabajador puede resultar condicionante a la hora de denunciar la causa del conflicto por miedo a perder su puesto, a no ser comprendido… Por ello si existe una estructura vertical en una institución, debería de existir un órgano mediador que no se relaciona con ninguna posición de jerarquía para asegurar completa neutralidad, pero también una normativa que proteja a aquellos sujetos que puedan estar condicionados por esta “categorización”.
Ana Cailang Villalba Quesada

Anónimo dijo...

Creo que el mayor problema es buscar culpables, algo que a la vez es inevitable en cualquier conflicto, pero que uno dé el paso en ocasiones también puede llevarse la etiqueta de ello. Y desde luego no es malo, es más, dar el primer paso requiere mucho valor y confianza ya que no es fácil admitir errores o que uno se equivoca o en ocasiones es difícil entablar el dialogo con la otra persona pero creo que en mediación hemos de eliminar etiquetas y verlo como lo que es, dos personas intentando poner fin a un conflicto donde ambas llegando a un acuerdo se beneficiarán es por ello que el conflicto, como dice en el texto, no ha de ser el fin de una relación, es más en ocasiones podrían hasta fortalecerse.

Fernando Niño

Antonio Felipe Priego Fernández dijo...

Quisiera destacar el final de este artículo, su énfasis en la "madurez".
Normalmente quien acude para ser mediado, ya acarrea un peso considerable en su interior, a veces incluso tan pesado como difícil de expresar. Por ello, yo también diría que es el "más valiente", ya que ser mediado implica tener disposición de abandonar o modificar nuestra postura inicial en pro del beneficio en la relación de 2 personas.
Esto también supone ser consciente de la situación vivida, por tanto se podría decir que también acude el más "reflexivo".

Pero realmente, lo bonito del arte de la mediación es hacer ver no solo a la parte que da el primer paso, sino a las 2, que más que un problema, del conflicto también emanan oportunidades.

Antonio Felipe Priego Fernández dijo...

Una de las citas más populares del refranero Español es "La cara es el espejo del alma", y cuanta razón, ¿Cuánto puede decir una mirada más que mil palabras?

Cuando la información facial (o la no verbal en todos sus ámbitos) no es congruente con las palabras que brotan de nuestro emisor, tenemos una clarividencia de que algo no está cómo debería.
Tanta importancia tiene el lenguaje no verbal, y no solo las expresiones faciales, sino también su versión más próxima, la prosodia, que cuantas veces las masas han apoyado discursos políticos sin sentido o sin ir tan lejos, porque las personas que trabajan en el "ojo publico" se preocupan tanto por las formas.

Las respuesta es simple, capacidad se seducción y confianza. Pero a nosotros ¿qué es lo que realmente nos importa?
La veracidad.

Por esto saber, para conocer la verdad, la congruencia de los datos se hace especialmente necesario practicar para conocer los microgestos, que nos trasmiten los demás sin decir nada verbalmente.

Claro está que el cara a cara da para mucho, te aporta cosas que no tienes virtualmente, te quita cancha para el juego, pero el ajedrez sea en tablero o de forma virtual, las reglas siguen siendo las mismas, y si observamos algunos movimientos previos, quizás adivinemos las intenciones del rival, para ello de forma virtual, nuestro mejor aliado será la prosodia del lenguaje, ya que el tono de voz nos trasmite miedo, incertidumbre, seguridad e incluso impaciencia.

Esto no quiere decir que la mediación virtual sea mejor que la cara a cara, sino al contrario, creo que al igual que se pierde la accesibilidad de los gestos, también se pierde calidad en el proceso, se puede prolongar en el tiempo o causándonos incertidumbre, con la posibilidad de llevarnos a otros derroteros que no eran los nuestros, obligándonos a dar marcha atrás en el proceso, para descubrir y recorrer cual es el camino más correcto.
En definitiva, puede hacer que necesitemos más tiempo para conseguir nuestro fin.

Irene Navarro Navajas dijo...

En este post, una de las frases que más me ha llamado la atención y con la que más identificada me he sentido es "una discusión no significa el fin de una relación" ya que de manera usual relaciones directamente una discusión grave con cortar de raíz la relación con la persona involucrada en el conflicto, actuando así de manera inmadura ya que tenemos que interpretar el conflicto como algo positivo si sabemos gestionarlo de manera positiva y viéndole el lado bueno y sacar provecho de esta situación para el futuro y para discusiones próximas (porque damos por hecho que esto va a seguir ocurriendo en muchos momentos de nuestra vida). Me parece muy importante destacar el papel crucial que juega la inteligencia emocional en este aspecto ya que gracias a esta podemos interpretar el conflicto como algo enriquecedor además de saber solventarlo rápidamente dando el primer paso encaminado a la solución.
Como bien dice el artículo hay varias opiniones sobre quien suele ser el primero en solicitar ayuda para solucionar el conflicto, es decir, quien da su brazo a torcer, pero una fundamental en saber que siempre es el más sabio el que toma la voz cantante, además del más maduro.

Irene Navarro Navajas

Marina Cano Alcalde dijo...

No estoy yendo a tiempo en las lecturas, pero eso no quita que, es que este blog es increíble!! Me está resolviendo dudas internas que tengo en cuanto a mis formas de proceder en mi vida últimamente, me tienen agobiada, porque no se si lo hago bien o soy yo el problema por el que todo torna a discusión.

En mi opinión da el primer paso la persona que le interesa que esa relación se arregle porque prioriza los beneficios producto de la misma.

Voy a destacar una frase grandiosísima, creo que a hay muchísima gente que ha sufrido mucho por no saberla: "Discutir no es malo, si las partes permiten el espacio para que cada uno se exprese y respetes, aunque no compartas su visión del problema."
Esto cambia mi perspectiva de todo y si de la misma manera al transmitirlo puedo ayudar a los demás con sus conflictos, ya sea de forma personal como de mediadora.
Enriquecedora la lectura a mas no poder, en serio no es por hacerle la pelota, pero vamos que es mejor que la biblia jaja, es solo mi mas sincera opinión.

Carlota Aguirre Rodríguez de Hinojosa dijo...

Me parece totalmente acertado el comentario del texto que dice que muchas veces estamos esperando a que dé el primer paso la persona que se siente culpable o que ha originado el conflicto. Es verdad, que las personas no solemos estar dispuestas a airear nuestros trapos sucios, por lo que es difícil que desde un primer momento las partes que forman un conflicto accedan acudir a una mediación sin poner ningún tipo de pega. Para ello, como bien dice el texto, es muy útil que los mediadores tiren de personajes secundarios, de modo que estos nos ayuden a que la mediación pueda tener lugar. Desde mi punto de vista, uno de los papeles más importantes y a la vez más difíciles en una mediación, lo tienen los mediadores profesionales, ya que estando delante de las partes, deben hacer una radiografía correcta del conflicto para poder empezar a construir. Me parece que es un papel difícil, ya que tienen que ser capaces de sacar la información necesaria y correcta, desde dos historias o puntos de vista, que seguramente sean antagónicas, pero esto es lo que diferencia a un buen mediador del resto.
Finalmente, me parece importante destacar que los conflictos siempre tienen una solución, y aunque las partes en un primer momento no lo vean, no deben pensar que no hay solución y culpar al otro por ello, si no que por el contrario, está bien que dejen pasar unos días, pero tampoco muchos, y después es el momento perfecto para empezar a ver los puntos positivos, o en común, siempre desde la educación y el respeto hacia a la persona que tenemos enfrente.

Unknown dijo...

Completamente de acuerdo con el post. En los procesos de conflictos, ambas partes creen llevar la razón, por lo tanto siempre es complicado ver quién da el primer paso, pero como bien dice Javier, el que lo da es el más maduro y sabio.
Dar el primer paso para buscar una posible solución no es una señal de debilidad, al contrario, es signo de fuerza y de madurez. Los conflictos no llevan a ningún lado, provocan en nosotros mismos únicamente sensaciones de malestar y rabia, llegando a la impotencia cuando la otra parte está en completo desacuerdo. Dar el primer paso en el proceso de una mediación significa el querer acabar con el conflicto de una forma "amigable" por llamarlo de alguna manera antes que acabar en los juzgados o dando por terminadas las relaciones sociales que conformen a cada parte.
Desde mi punto de vista, el que da el primer paso para la búsqueda de solución en un conflicto es el que, aunque le cueste dar su brazo a torcer, quiere buscar paz y no guerra, comprendiendo el punto de vista de la otra persona para llegar a un acuerdo común aún quedando en desventaja con su idea inicial.

María Galisteo Pérez.

Rocío Benítez Rodríguez dijo...

En los conflictos, ambas partes creen que tienen razón y que es justo y verdadero lo que exponen, pero alguien tiene que dar el brazo a torcer, y como bien se dice, el primero que lo hace es el más maduro. Éste, es el primer paso para poder encontrar una solución al problema, y no por ello es un signo de debilidad.
Desde mi punto de vista, y como hemos entendido en clase, una mediación se hace posible cuando se llega a decir “lo entiendo, pero no lo comparto”; ahí vemos un signo claro de que está dispuesto a poner fin al problema buscando una solución satisfactoria para ambos.
Hay veces que esperamos a que la otra parte dé el primer paso, ya que nosotros mismos no creemos ser el culpable del problema.
También creo que hay que hacer ver a las partes que el conflicto tiene solución, pero si ellos están por la labor, no pensar en que la otra parte tiene la culpa. Por lo que hay veces que, cuando hay un estancamiento, dejar a las partes “airearse” para intentar bajar la gravedad del conflicto y hacerlos pensar.

Rocío Benítez Rodríguez.

Isabel Luna Torres dijo...

Leer este post me ha parecido muy interesante y a la vez muy acertado. En los conflictos suele ser muy complicado dar el primer paso, ya que cada una de las partes piensa que el culpable es el otro por lo que ninguno de ellos consideran que deberían de dar el primer paso. Esto lo que genera es malestar y angustia tras la discusión en la que no ven salida al problema. Por ello, hay veces que hay que hacer uso de la mediación profesional.

Compartiendo la opinión del texto, pienso que dar el primer paso requiere dejar atrás el orgullo, ser consciente y maduro, para ver que se puede llegar a una solución mediada que le beneficie a las dos partes sin la necesidad de darle un fin a la relación que mantengan y puedan acabar de la manera más adecuada.

Isabel Luna Torres

Ines Hierro dijo...

Muchas veces nos encontramos a la hora de resolver un conflicto, que una de las partes ha perdido todo tipo de responsabilidad sobre el mismo. Normalmente considero que ambas partes pueden llegar a tener su parte del culpa ya sea en el problema o en la resolución del mismo, cuando digo en la resolución del mismo me refiero a no haber mostrado esas ganas de poner fin al conflicto y darle una solución.

Ambas partes deben entender que una discusión es natural esto significa debatir y exponer ideas y argumentos y es una clara demostración de libertad ya que cada parte podrá exponer las ideas que considera adecuada.

Lo primero en un conflicto deberá ser acabar con esas preocupaciones que llevan a pensar en la imposibilidad de resolución de conflicto. Debemos dar las herramientas para que ambas partes vean un conflicto común con una solución común. Cuando una de las dos partes da el paso de intentar poner solución al problema esta mostrando ser la parte madura del conflicto no la culpable ni la víctima sino la persona madura, la que le da más importancia a la otra persona que a su propio orgullo.

Inés Hierro Peláez

Manuel García del Corro dijo...

Este post nos invita a reflexionar sobre la importancia de quien da el primer paso para resolver un conflicto, así como a preguntarnos a nosotros mismos quién es o quién debe ser el que lo de. Hay multitud de opiniones: si debe ser el que inició el conflicto, el que se siente ofendido por el problema o el que se siente culpable entre otras muchas opciones. En mi opinión, el primero que debe dar el paso será quien busca ayuda o apoyo para resolver el conflicto a través de la mediación, ya que tiene una iniciativa de la que probablemente carezca la otra parte. Aunque es cierto, y coincido con el autor, en que existe una gran dificultad de dar el primer paso, si una de las partes piensa que no es la culpable del conflicto a tratar. Por ello, a modo de reflexión final, estoy completamente de acuerdo con la solución que da a esta pregunta el propio autor, ya que establece que quién da el primer paso es la parte que goza de mayor madurez, y la que busca soluciones en vez de culpables, actitudes que no sólo provocarán que se inicie una conversación para tratar el asunto de la forma correcta, sino que además favorecen al correcto funcionamiento de un proceso de mediación.

Manuel García del Corro

Carmen Butrón Batista dijo...

Esta lectura me ha hecho reflexionar sobre lo importante que es tomar la iniciativa y dar el primer paso a la hora de solucionar un conflicto, una discusión, ahora bien, esto a veces resulta complicado ya que como dice el texto “¿cómo esperar que el culpable (el otro) de el primer paso si él piensa que el culpable eres tú?”, esto provoca una espiral de la que resulta complicado salir hasta que una de las partes de su brazo a torcer.

Desde mi punto de vista y ante la pregunta que se presenta, considero que en ocasiones, más allá del orgullo está el sentirse preparado para enfrentar dicha situación. A veces las personas necesitamos tiempo para afrontar los acontecimientos que suceden en nuestra vida diaria y poder enfrentarnos a ellos. De cualquier forma, es imprescindible y me encuentro a favor de ceder, hacer un esfuerzo y dar el paso para resolver el conflicto, sin buscar culpables sino, como bien dice el texto, buscar soluciones y un entendimiento mutuo.
Carmen Butrón Batista

Álvaro Pérez-Marín Gajón dijo...

En mi opinión y leyendo el texto, creo que el que debería de dar el primer paso en la reconciliación será aquel que verdaderamente y honestamente quiera solucionar el conflicto, aquel que tenga demasiado orgullo y no de el paso será porque no le corre prisa o simplemente no quiere honestamente que este conflicto se solucione, querer es poder.

Ignacio Martínez dijo...

En mi opinión, el orgullo, es el gran bloqueador de las relaciones personales y a la vez uno de los grandes problemas de esta sociedad individualista en la que vivimos. ¿Cuántos conflictos ínfimos han acabado con buenas relaciones por el orgullo, es decir, por no dar el primer paso?.

Dar el primer paso, constituye bajo mi perspectiva, la fase inicial de cualquier intento de solución de un conflicto. Apostaría firmemente que tender la mano en primer lugar, suele reflejar quién de los dos está dispuesto a solucionar o rebajar los problemas dando a entender que su intención de tener una buena relación con la otra persona es mayor que su orgullo, gesto que en ocasiones da mucho que pensar.

Tal y como hemos visto en clase, la mediación tiene un claro símil, pues ver más allá del orgullo es un paso fundamental. Ser capaz de ceder, hablar y llegar a un acuerdo son puntos fundamentales de la solución de un conflicto, puntos fundamentales de cualquier mediación. Finalmente, contestando a la pregunta del texto, el primer paso debe darlo aquel que siendo honesto consigo mismo y poniendo en una balanza lo ocurrido, considere que mediar puede llevarles a buen puerto, por ellos y por los que les rodean.

Antonio Fernández Martínez de los Llanos dijo...

¿Quién da el primer paso?

Verdaderamente pienso que la respuesta puede influir en la dificultad de un caso. Me explico, si son todas las apartes del conflicto las que dan el paso a acudir a un mediador, creo que se solucionará de forma mas sencilla, pues ambos están predispuestos. Si solo fuese una de las partes, ya se estaría complicando la situación.

Pero, ¿y si no fuera ninguno?
Leyendo este blog me acordé de un caso que Javier explicó en clase, aunque por desgracia lo recuerdo vagamente... En este caso un tercero, acudía a un mediador para ver si podía solucionar el problema de unos conocidos. Considero que es importante remarcarlo, pues después de una lesión andar se hace más complicado y cualquier ayuda es bienvenida.

Un último detalle que me gustaría remarcar de este comentario, sería el hecho de que nosotros como mediar es debemos de validar este paso, pues aunque pueda parecer poca cosa, puede ser un paso que ha costado mucho dar y creo que es siempre un buen inicio para ganarnos la confianza de la persona.

Rafael López-Crespo dijo...

Este tema me resulta especialmente familiar, ya que en mi casa somos 4 hermanos, y las discusiones y peleas era algo del día a día cuando éramos niños y adolescentes. Normalmente, las peleas se acababan rápido ya que llegaban mis padres y nos obligaban a hacer las paces, y si no nos quedábamos castigados. Pero había peleas en las que no se enteraban los padres por lo que no podían obligarnos a hacer las paces, pero después siempre hacíamos las paces porque sabíamos que con la familia no se puede tener orgullo y no querer dar el primer paso.
Pero lo que pasa en la familia no es lo que pasa en la calle. Si tienes una discusión fuerte con un conocido o un amigo, no es tan fácil dar el primer paso como si lo hicieras con alguien de tu familia. Desde mi punto de vista no queremos mostrarnos débiles ante la gente de fuera, además de que la relación no es la misma que la que uno tiene con un hermano. En estos casos, el mediador hace la función de los padres, haciendo que los hijos hagan las paces, obviamente no puede obligarlos, pero si busca que estos estén bien.
Hay que dar el primer paso siempre, y no tener miedo a pedir perdón. Yo pienso que la gente que pide perdón, es gente sabia que sabe que puede equivocarse, además de demostrar bondad porque con eso demuestran que prefieren mantener la relación con la otra persona, que mantener su orgullo.

Elena González Martín dijo...

En una medicación, es de suma importancia la persona que tiene la iniciativa de acudir a un/a mediador/a, primera señal de que necesita resolver el problema cuanto antes para su bienestar personal.

Nosotros los mediadores tenemos que saber, como muy bien dice en el texto, gestionar el control de esas discusiones que no llegan a ningún lado si ninguna de las personas presentes da su brazo a torcer en la discusión. Pero es que es normal que ninguno quiera ser el perjudicado en la solución al problema, es por ello q nosotros tenemos que saber qué demanda uno y el otro, y de forma equitativa buscar un punto medio para que ambos, o los que sean, estén de acuerdo con la solución tomada.