Tenemos que ser conscientes, no solo de las técnicas y habilidades que debemos conocer para saber mediar. Ni tan si quiera, las estrategias que hemos de seguir para lograr que las partes enfrentadas en un conflicto acerquen posturas.
Hoy os quiero llevar al "Mapa mental" de todo mediador o mediadora. ¿Qué se "cuece" en la mente de un mediador cuando le encargan un caso?. Pues esta es mi propuesta. Esta podría ser la imagen de mi cerebro cuando pienso en el encargo de un caso al mediar:
1. Piensa en lo negativo de lo ocurrido: te hará ver la realidad y por tanto, analiza los datos objetivamente y analiza como restarle importancia para conseguir un buen proceso.
2.- Comprueba las emociones que tienen y cómo lo sienten: te permitirá ver si tienen capacidad de decisión en cada momento y si no habrá que esperar el momento oportuno o en su caso derivar si necesita ayuda externa.
3.- Comprueba lo positivo del caso: somos expertos en ver una oportunidad donde ellos ven un problema, por lo que debes conseguir y pensar como pueden ser capaces de reconocerse aunque no compartan posturas
4.- Bucea en tu mente creativa las posibles salidas: son ellos los dueños de la decisión que deben tomar, pero tu, como conductor del proceso debes analizar las opciones de futuro y sobre todo la durabilidad de lo que pudiera ser la salida al problema.
Queridos amigos y amigas, nuestro cerebro siempre a disposición de ver oportunidades
27 comentarios:
Es importante saber cuál es tu postura entre las dos partes, es decir, tú eres esa parte que los conduce y que es capaz de ver una solución en donde ellos ven problemas. Para todo esto se necesita una agilidad mental muy buena pues es difícil a veces ver la parte negativa y la parte positiva e incluso tener la capacidad de analizar opciones del futuro es en sí difícil porque tienes que tener claro y contar con todos los el.ementos que puedan perjudicar o ayudar a la hora de tomar una decisión correcta en conjunto
Es muy importante hacer un esquema ,un plan ,que del problemas surjan las respuestas para las soluciones que ellos la elejiran
A la hora de mediar es muy importante saber entre, otras cosas, parafrasear aquello que las partes expresan para poder llevar el diálogo de tal manera que resulte resolutivo. Partiendo de que nos encontramos en una situación de conflicto, si no somos capaces de redirigir el diálogo para que ambas partes se sientan más cómodas y que llegar a una solución es posible, es muy difícil que la mediación resulte de utilidad.
La verdad es que al leer el post y reflexionar sobre el papel del mediador, me he dado cuenta de que no es una tarea nada sencilla. Ser mediador implica mucho más que escuchar o intentar que las partes lleguen a un acuerdo; también requiere mantener la calma, ser objetivo y tener la capacidad de empatizar sin dejarse arrastrar por las emociones o los juicios personales.
Si me pusiera en el lugar de un mediador, creo que mi mayor dificultad estaría en mantener la neutralidad. A veces, cuando uno escucha las historias o las razones de cada parte, es inevitable sentir más afinidad por una que por otra, y creo que ahí está uno de los grandes retos: saber equilibrar la empatía con la imparcialidad.
Además, pienso que también sería complicado gestionar las emociones que surgen durante el proceso, tanto las de los participantes como las propias. Saber cuándo intervenir, cuándo guardar silencio y cómo reconducir una situación tensa sin imponer una visión personal me parece una habilidad que requiere mucha práctica y autoconocimiento.
Como mediador, puede ser complicado no involucrarse emocionalmente cuando el caso toca temas personales o injusticias evidentes. Esto puede afectar la objetividad al analizar lo negativo o incluso condicionar las salidas creativas que uno pueda imaginar.
Si yo fuera mediadora la dificultad que tendría para ver un caso sería a la hora de tomar distancia emocional para intentar analizar los hechos de forma objetiva porque es inevitable que a la hora de escuchar las diferentes versiones no se sienta empatía por una parte más que la otra y mucho más si estás percibiendo una injusticia o ves que esa persona lo está pasando mal. Por otro lado, creo que me resultaría complicado identificar el momento emocional para intervenir, es decir, cuando ocurre una situación en la que la persona está muy enfadada o llorando debemos intentar usar la técnica del semáforo pero aún así me costaría puesto que hay que tener mucha paciencia y observación para saber cuando es el momento adecuado para intervenir
Si yo fuera mediador creo que una de las mayores dificultades sería no dejarme llevar por las emociones de las personas que participan en la mediación, porque muchas veces son emociones muy fuertes y es importante aprender a gestionarlas. También sería complicado mantener una mediación pacífica y conservar la neutralidad entre las partes, sin inclinarme por ninguna de ellas. Pero creo que lo más complejo sería encontrar una solución que sea buena para ambos, una salida justa y duradera que permita cerrar el conflicto de forma positiva. El mapa mental me parece una herramienta muy útil porque refleja todo lo que pasa por la mente del mediador: la capacidad de analizar lo negativo sin dejarse influir, reconocer lo positivo para generar oportunidades, comprender las emociones y, sobre todo, activar la creatividad para imaginar diferentes caminos hacia el acuerdo. Representa muy bien la complejidad interna del mediador y la importancia de mantener la mente abierta y equilibrada durante todo el proceso.
Leilany Trejo Cabrera
Universidad Loyola Córdoba
¿Si fueras mediador que dificultad veríais que podrías tener tu mismo a la hora de ver un caso?
Considero que como mediadores es muy difícil llevar a cabo tantos conflictos a la vez, en un primer momento porque debemos de entender a cada una de las partes, que se sientan escuchadas y en la mayoría de los casos no sabemos cómo o qué hacer para lograrlo, en un segundo momento, el entender sus emociones no es una tarea sencilla, ya que en mi caso, al estudiar derecho, no tenemos clases sobre la inteligencia emocional que necesitamos para llevar los casos de las personas y hacemos todo de manera muy técnica y por consiguiente siempre buscamos una respuesta muy lógica y dejamos de lado la creatividad para llegar a una solución, y pese a que consideramos que es la mejor solución en ese momento después de analizarlo mediante la rosa de los vientos del conflicto que nos proporciona el profesor nos daríamos cuenta que hay más soluciones por hacer si dejamos fluir esa creatividad.
Finalmente, me gustaría hablar sobre lo que nos dice el libro sobre la cultura del encuentro, en la cual nos explica que el método es salir de nuestra zona de confort y a partir de ello poder entender al otro logrando crear de esta manera estrategias para que las partes en el conflicto en un primer momento tengan un verdadero encuentro y así lleguen posterior a un acuerdo con nuestra ayuda (siempre colocando a cada una de las partes como un ser humano con dignidad y respeto por el bien común). Reitero, la tarea de un mediador no es sencilla pero somos ese "puente" que ayuda a las personas para crear un acuerdo gracias al ver más allá y a saber adatarnos a cada situación.
Si yo fuera mediador, una dificultad que podría tener sería mantener la objetividad cuando las personas están muy afectadas por lo que están viviendo. Pienso que al escuchar a las partes y ver que alguien lo está pasando mal o el no estar de acuerdo con los argumentos y razones del problema con una de las partes, puede hacer que, sin darme cuenta, me ponga más de parte de uno que del otro.
Sería para mí muy difícil mantener la calma, analizar los datos de forma imparcial y ayudar a ver tanto lo negativo como lo positivo del caso sin que mis propias interpretaciones o puntos de vista influyan en el proceso.
Si yo fuera medidora, la principal dificultad que podría tener al ver un caso sería eliminar mis propias emociones y opiniones, debido a que en algunas situaciones es muy difícil no crear una opinión propia del problema dado que hay contextos con mucha carga emocional, donde se dificulta no mostrar tu opinión. Es complicado mantener tu imparcialidad y objetividad durante todo el proceso de mediación, aunque el mediador debe estudiar los hechos de forma imparcial y enfocarse en las partes, se puede complicar desprenderse de tus propias valoraciones o vivencias personales.
Es verdad que podemos encontrar numerosas dificultades a la hora de ver un caso. Para empezar, como mediador me podría encontrar la dificultad de dejarme influir por mis propios juicios y creencias, aunque la función no sea juzgar, sino ser imparcial y neutral. Otro problema podría ser el control del lenguaje verbal y no verbal, ya que tienes que controlar la comunicación. Y por último, otra dificultad sería guiar las futuras y posibles soluciones sin parecer que impones tú la decisión, debido a que el mediador es solo el conductor del proceso.
Si yo fuera mediadora, creo que mi mayor dificultad sería mantener la objetividad sin perder la empatía. Desde la Psicología tendemos a comprender mucho las emociones y las historias personales, y eso puede hacer que inconscientemente nos inclinemos hacia una de las partes.
También me costaría gestionar mis propias emociones y saber cuándo intervenir o dejar espacio al diálogo. La mediación exige paciencia, escucha y confianza en el proceso. En mi “mapa mental”, añadiría una idea clave: recordar siempre el papel del mediador como guía, no como juez ni salvadora.
Si yo fuera mediadora, creo que una de las mayores dificultades que podría tener sería mantener la distancia emocional en ciertos casos. Al ser una persona empática, tiendo a conectar mucho con las emociones de los demás, y eso, aunque puede ser una fortaleza, también podría dificultar que mantenga la objetividad necesaria durante el proceso. Me costaría no involucrarme demasiado con una de las partes, especialmente si percibo sufrimiento o injusticia.
Si yo fuera mediadora, creo que una de las principales dificultades sería equilibrar la empatía con la objetividad, manteniendo el foco en facilitar siempre el proceso sin imponer mi propio punto de vista.
También, pienso que otro problema podría ser manejar los silencios y los momentos de tensión, sin precipitarme en ofrecer soluciones ya que es el usuario quien tiene que encontrar sus propias soluciones, así como mantener la mente activa y creativa ante cada caso, ya que esto requiere de gran agilidad mental.
Una de las principales dificultades que podría tener sería mantener empatía con las partes, ya que es muy importante comprender no solo los argumentos que describen, sino también las emociones y necesidades que hay detrás del conflicto. No puedes dejarte llevar e inclinarte hacia una de las partes ya que perderías la confianza en tus clientes y te volverías imparcial.
También podría encontrar difícil crear una buena comunicación entre las partes, saber mediar entre ellos debidamente sin un mal lenguaje y faltas de respeto, como mediador tendría que calmar el ambiente en caso de conflicto e imponer normas.
Si yo fuera mediadora, la dificultad que podría tener sería mantener la paciencia. A veces, las partes pueden tardar en expresar lo que sienten o en llegar a un acuerdo, y eso puede generar frustración. Sin embargo, sé que la paciencia es fundamental para escuchar, comprender y permitir que cada persona avance a su propio ritmo en el proceso de mediación.
Considero que, en el papel de ser mediador, sin duda lo que más dificil se me haría es mantener en todo momento el temple y esa figura de "neutralidad" es cierto que ambas personas que vengan por cualquier problematica necesitan alguien que ponga orden y trate de que se llegue a un acuerdo lo más rentable posible, pero dependiendo del caso, podría dificultarse.
Hay temas que se me harían más complicados de tratar tratando de mantener una postura más neutral, ya sea porque me chocan emocionalmente o me siento más reflejado con alguna de ambas partes, pese a ser mi trabajo, somos humanos, y por mucho que se tenga la imagen de que los psicologos pueden ser bloques de acero, lo cierto es que no es así. Nos dejamos llevar muchas veces por esas emociones, y conociendo eso, se que habría muchas problematicas que se me haría dificil tratar por miedo a no ser lo suficientemente "imparcial" y justo con ambas partes.
Si me tocara ser mediadora de un conflicto, para mí no sería tan fácil. Algo que sé que me costaría sería ser completamente neutra ante el problema, ya que llega un momento en el caso, en el que te empiezas a identificar con una de las partes, más que con la otra, y eso puede influir en la forma en el que ves el problema, además que no es sólo mantenerse neutral, sino que también tienes que manejar las emociones que te provoque el caso, y no solo las tuyas, también las de las distintas parte, ya que hay que tener mucha paciencia y saber como amar el ambiente
“Creo que la principal dificultad que podría tener como mediador sería mantener la total imparcialidad, especialmente si una de las partes me resulta más razonable o empática. También me costaría no intervenir para proponer soluciones, ya que mi tendencia natural es querer resolver los problemas directamente.”
Tener el mapa mental claro es como tener una brújula , te orienta y te guía hacia donde tu quieres llegar. Una de las dificultades que experimentaría como mediadora seria la paciencia y la sinceridad, es decir, muchas veces es complicado mantener la compostura en una discusión o conflicto entre dos personas porque considero que siempre empatizas mas con una parte que con la otra, con lo cual me costaría mucho tener que ser neutral con ambas partes. En otras palabras, me costaría expresar verbalmente mi neutralidad en el asunto.
Como mediadora creo que me enfrentaría a algunas dificultades a las que también me enfrento como psicóloga. La primera es la gestión de mis propias emociones, me resulta muy complicado no dejarme llevar por las mismas, sobretodo si el caso es especialmente difícil o hay niños involucrados. La segunda sería buscar el equilibrio entre la empatía y la distancia profesional, creo que sería demasiado cercana en algunos casos lo que puede llevar a mal interpretaciones. La última sería el manejo del tiempo, cómo saber cuando cortar o alargar un poco más un proceso con la esperanza de que pueda llegar a resolverse.
Como mediador, una dificultad que podría tener sería mantener el equilibrio entre la objetividad y la empatía. Podría resultarme complicado analizar el conflicto sin dejarme influir por mis emociones o por el deseo de resolverlo rápido. También sería un reto no imponer soluciones, sino facilitar que las partes encuentren las suyas propias.
Como mediador, una de las dificultades más importantes que podría tener al enfrentarme a un caso sería mantener la neutralidad emocional cuando una de las partes me resulta más razonable o cercana.
A veces, sin querer, podemos sentir empatía desigual o querer "ayudar" más a quien parece más vulnerable.
Por eso, sería importante recordarme constantemente que mi papel no es juzgar ni proteger, sino equilibrar el proceso y asegurar que ambas partes se sientan escuchadas y respetadas.
Comentario realizado por: Antonio Jesús Maraver Moreno.
Si yo fuera mediadora, creo que una de las principales dificultades sería mantener la neutralidad emocional. En ocasiones, las historias que se presentan pueden despertar empatía o juicios personales, y es fundamental conservar la imparcialidad para garantizar un proceso justo.
También considero un reto respetar los tiempos y los silencios, comprendiendo que cada parte necesita su propio espacio para reflexionar y expresarse.
Por último, mantener una actitud creativa y flexible ante posturas muy opuestas puede resultar complejo, pero es clave para encontrar oportunidades de acuerdo donde al principio solo parece haber conflicto.
Creo que una dificultad que podría tener al enfrentarme a un caso sería manejar mis propias emociones mientras escucho a las partes.
Por ejemplo aveces, cuando una persona cuenta algo con mucha carga emocional, como puede ser, una situación de injusticia, me resulta difícil no empatizar demasiado y eso puede influir en la forma en la que escuchamos o interpretamos, dando lugar a que surjan pensamientos sobre quien tiene más razón o se formen diferentes prejuicios hacia otras partes afectadas.
Entiendo que el mediador debe mantener la calma y no dejar que sus sentimientos influyan en cómo conduce el proceso, pero creo que eso requiere mucha práctica y autoconocimiento.
Me parece que el reto está en reconocer esos pensamientos y ponerlos a un lado para poder mirar la situación "desde fuera".
Esta publicación es muy relevante puesto que invita a reflexionar acerca de las dificultades que podríamos tener nosotros como futuros mediadores, cosa que iniciamos durante la práctica en clase con la práctica “gafas de ver”.
Hablando desde mi perspectiva, considero que una de las mayores dificultades que podría tener durante el caso sería crear un equilibrio en caso de que existiera una desigualdad de poder, durante este tipo de casos, me resultaría complicado crear una igualdad que no fuera darle más poder a la parte que se encuentra menos favorecida y con más profundidad cuando hay leyes que respaldan la decisión de la persona con más poder.
Por otro lado, otras de las dificultades que podría encontrar como futura mediadora sería la complejidad de las emociones que presentan las partes en el caso, puesto que muchas veces no actuarán en aras de llegar a un acuerdo ideal, sino que mostrarán una actitud hostil en el que primará el debate con tal de llevar la razón absoluta.
Me seria bastante difícil tener paciencia y tranquilidad cuando las personas vienen con actitud negativa, no dejan hablar al otro o incluso a mi. También en los casos en los que no te cuentan toda la verdad o mienten directamente, ya que para poder solucionarlo y que se mantenga en el tiempo, hace falta tener disponible la mayor información posible.
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