EL CONFLICTO
Un problema o una oportunidad, esa es la clave para los mediadores, por eso no se queridos amigos, si somos conscientes que hemos escogido trabajar en algo que marca con diferencia, el esfuerzo, la creatividad, la dedicación que debemos tener según nuestra propia formación. Hayamos estudiado de origen cualquier disciplina, no debemos olvidar, que seremos EXPERTOS EN LA GESTIÓN DE CONFLICTOS.
Por ello creo que es oportuno, tener claro que nuestra materia prima es el conflicto, aquello que se define como,
“LO MAS RECIO de un combate”;
“Punto en el que APARECE INCIERTO EL RESULTADO de la pelea”;
“ANTAGONISMO, PUGNA, OPOSICIÓN”;
“situación de COMBATE Y ANGUSTIA DE ÁNIMO”;
“estado de APURO, SITUACIÓN DESGRACIADA Y DE DIFÍCIL SALIDA”
¿Difícil verdad? Pues todo ello nos lleva a toda una teoría del desencuentro, donde el mismo entre las partes que atenderemos, producirá situaciones de lucha, desacuerdo, incompatibilidad aparente entre las partes, confrontación de intereses. Se producirán, expresiones de insatisfacción o desacuerdo entre las partes que nos llevarán a lo más profundo, a percibir que esas discrepancias se perciben hasta tal punto que se piensan son incompatibles y esta percepción podría llevar al traste la búsqueda de cualquier acuerdo.
Tenemos que decir que el conflicto existe cuando dos o más personas buscan la obtención de objetivos que parecen ser contradictorios, incluso excluyentes entre ellos y por eso las consecuencias son imprevisibles, si bien las podemos resumir en:
} a) Las relaciones entre las partes enfrentadas se deterioran
} b) La comunicación entre ellos se interrumpe
} c) Los sentimientos se resienten
} d) Las actitudes se polarizan
} e) Y sobre todo, la sensación de que se pierde tiempo y dinero
Los expertos entendemos el CONFLICTO como el conjunto de propósitos, métodos o conductas divergentes, cuyo grado de la divergencia determina la seriedad y duración del conflicto y afecta a la probabilidad de una resolución satisfactoria o como a nosotros nos gusta decir una gestión del mismo positiva..
Por eso, cuando trabajamos en situaciones conflictivas, debemos determinar claramente la naturaleza del conflicto, consiguiendo la suficiente información para enmarcar el conflicto y conocer los verdaderos intereses en juego. Conocer la flexibilidad de las partes y su voluntad para solucionar el conflicto, nos llevará a la posibilidad de pensar en estrategias que nos lleven a una buena negociación.
¿Cual pudiera ser mi recomendación? Claramente, trabajar todo lo que nos lleve a conocer extremos tales como qué es lo que les separa e influye en el conflicto y profundizar en las emociones y percepciones de las partes sobre el mismo. Por eso me atrevo a decir que son muchas las profesiones de origen que animo a profundizar en este trabajo que es la mediación. Profesionales formados en el mundo del derecho, la psicología, la criminología, la gestión de recursos humanos, la educación, las relaciones internacionales, la gestión de empresas… están llamados a ser protagonistas en esa búsqueda de la solución de conflictos.
Por todo lo que os comento, ahora necesito que me digáis, SI PUEDE SER POSITIVO EL TENER O ESTAR EN CONFLICTO EN ALGÚN MOMENTO? Que opináis y porqué
138 comentarios:
Alejandro Díez Medina (no sé porque sale ese nombre de usuario)
Un conflicto puede tener diferentes impactos dependiendo del momento de la vida en el que te encuentres. Lo que puede parecer una experiencia negativa puede convertirse en una oportunidad para el crecimiento personal y el cambio positivo.
Por ejemplo, cuando ocurre una ruptura de pareja puede convertirse en un punto de inflexión ya que puede impulsar a ambos hacer mejoras importantes que no se habrían logrado dentro de la relación.
A nadie le gusta estar en conflicto, se trata de una situación en la que se genera estrés, enfados y tensión. Sin embargo, son este tipo de circunstancias las que más te enseñan, en primer lugar, que todo problema tiene una solución, te permite conocerte a ti mismo, descubrir nuevos caminos para poder llegar a un acuerdo y, en segundo lugar, saber cómo dialogar con otras personas en función de su carácter o personalidad, o qué actitudes no estás dispuesto a aguantar.
Con el paso del tiempo, puede darse la situación que lo que años atrás pudo crearle un problema a alguien, en la actualidad ya no lo sea, porque se aprende tanto de estas vivencias, que las personas dosifican y sus prioridades cambian.
Por lo que, un conflicto puede llegar a ser positivo si al final acabas aprendiendo algo de él.
Aunque un conflicto pueda implicar un deterioro en una relación, pérdidas económicas o de tiempo, e incluso los sentimientos se puedan ver afectados negativamente, es interesante contemplar los aspectos positivos que el conflicto puede tener.
Un conflicto puede servir de ayuda para impulsar al crecimiento personal e incluso profesional (si se da dicho conflicto en este ámbito).
Además, al superar un conflicto, pueden acrecentar nuestras habilidades para la resolución de problemas. Más allá, puede darse en la persona afectada por el conflicto un fomento en su creatividad, pues ha debido innovar para buscar soluciones compatibles con los intereses de ambas partes del desacuerdo.
Es posible que se de una mejora en la comunicación, debido a la necesidad de expresarse; puede enriquecerse la persona de una comprensión más amplia e intrínseca de los puntos de vista ajenos. Esto a su vez promueve que el individuo se adapte con mayor facilidad a futuras circunstancias.
Es por esto que, aunque los conflictos tengan varias desventajas, también hay aspectos positivos como los que hemos podido observar. Incluso puede que la solución instaurada finalmente tras el conflicto, sea más positiva a largo plazo que si éste no se hubiera dado, pues esta solución se puede llevar a cabo mediando, teniendo en cuenta puntos de vista diferentes, que la hacen más completa.
En primer lugar un conflicto es una situación de desgaste sobre todo emocional y psicológico, de estrés, de incertidumbre y discrepancia entre ambas partes y que trae muchas consecuencias, pero, puede ser también positivo, lo podemos enfocar a que, cuando una persona, por ejemplo, se enfrenta a un problema nuevo y desconocido, debe ser creativo e intentar desarrollar habilidades nuevas para resolver el problema de otra forma, así de esta manera las personas, se ven obligadas a reevaluar su propios enfoques, ideas y estrategias. Otra de las cosas positivas que se pueden extraer de un conflicto pueden ser la mejora de relaciones interpersonales, es un alivio enfrentar un problema y solucionarlo con creces por ambas partes, aunque al principio genere tensión, se puede llegar a mejorar esta relación, aumentando la confianza y el respeto mutuo. Lo que realmente importa es, como se maneja ese conflicto para extraer de él todas las cosas positivas que nos pueda dar.
Desde mi punto de vista, el estar en conflicto sí que puede tener ciertas ventajas para las personas implicadas. Un conflicto no es únicamente desgaste y confrontación, sino que también puede ser un punto de inflexión en la vida de las personas y servir como un cambio, ya sea en su modo de vida o en su mentalidad. Se me viene a la mente, por poner un ejemplo, un empleado que rinde bastante bien dentro de su plantilla pero cuando le pide un ascenso a su jefe este no cree que lo merezca. Este conflicto se podría resolver de una manera beneficiosa para ambas partes si el jefe en vez de darle el ascenso le da ciertas mejoras, que se conoce como retribuciones flexibles, como pagar la matrícula de la guardería si tiene hijxs pequeñxs o bonos en la cafetería de algún restaurante cercano. A través del conflicto y sobretodo la negociación se podrían conseguir beneficios mutuos si esta se lleva a cabo de una manera correcta.
Aunque el conflicto suele percibirse en muchas ocasiones como algo negativo ya que implica desacuerdos o choques de intereses entre dos partes, estar en conflicto también puede verse como algo positivo siempre y cuando se vea como una oportunidad de mejora y/o cambio. Considero que la clave está en cómo te enfrentas a ese conflicto y la manera en que lo gestionas. Es decir, si hay un conflicto y lo ignoras y tratas de evitarlo este puede agravarse, pero si te enfrentas a ese conflicto y lo gestionas de manera positiva este se puede transformar en una oportunidad de crecimiento tanto personal como profesional según donde se de el conflicto.
Desde mi punto de vista, sí es bueno pertenecer en algún momento a algún tipo de conflicto, no permanecer siempre involucrado en el mismo o en otro, pero sí experimentarlo. Siento que durante el conflicto la persona se somete a un insight cognitivo, desarrollando así su capacidad de auto-reflexión, como instrumento para la evaluación de lo que ha llevado al problema. Por otro lado, lo encuentro una oportunidad o trampolín para el cambio, siendo este en sí mismo una herramienta, generando una problemática en la cual trabajar, para así encontrar las mejores soluciones y ser lo más eficientes posibles. Por tanto, estaríamos desarrollando nuestro potencial al máximo. No quiero acabar sin señalar que, considero bastante complicado, incluso me atrevería a decir que imposible, el hecho de no vivir un conflicto, por ello, no creo que debamos rehuir de la idea de ser parte de uno, sino, verlo como esa ocasión de aprovechar tú circunstancia al máximo.
Estar en conflicto, durante gran parte de nuestra vida en sociedad, ha implicado vivir una experiencia incómoda, que nos desafía y nos genera sentimientos negativos. Sin embargo, hemos desarrollado métodos para encontrar la forma de reconvertir estos sentimientos negativos en otros que nos beneficien y nos ayuden. Los conflictos nos obligan a afrontar nuestras diferencias, ya sean personales, profesionales o como sociedad, es por ello por lo que logramos aumentar nuestra capacidad de gestionar nuestras emociones con una efectividad mayor.
Actualmente, que se nos obligue a salir de nuestra forma de confort puede ser positivo. Tendemos a evitar a personas con opiniones diferentes pero al afrontarlas podemos nutrirnos del resto de opiniones así como de la empatía y la comprensión hacia el otro que se genera de forma indirecta. El conflicto es el catalizador que necesitamos para dar un cambio tanto en nuestra forma de ver las cosas y la satisfacción que nos deja el mejorar áreas de nuestra persona.
Aunque tradicionalmente se percibe el conflicto como algo negativo, sobre todo por el desgaste que puede generar en distintos aspectos como el económico, social o psicológico, su impacto depende en gran medida de cómo se gestione. Si se aborda de manera consciente y constructiva, el conflicto puede convertirse en una oportunidad para el autoconocimiento y el crecimiento personal. Incluso puede fortalecer las relaciones, ya que las partes involucradas desarrollan respeto, empatía y confianza mutua. En definitiva, si se afronta con una actitud positiva y se maneja adecuadamente, el conflicto puede ser valioso para el desarrollo personal y la mejora de las relaciones.
Desde mi perspectiva considero que, aunque frecuentemente es percibido de manera adversa, el conflicto es, de facto, un fenómeno intrínseco a la condición humana, de manera que no debe considerarse invariablemente como destructivo o nocivo. Si bien es indudable que su existencia es capaz de inducir tensiones, generar altos niveles de estrés y crear la percepción de que se dilapidan tiempo y recursos, es ante la confrontación donde emanan el cambio, el crecimiento personal y profesional, y el fortalecimiento de las relaciones.
En este contexto, el conflicto puede desempeñar un papel crucial como impulsor de innovación, puesto que cuando varias partes se ven confrontadas por discrepancias, se genera un entorno propicio para cuestionar posturas preestablecidas, fomentar la creatividad y explorar soluciones innovadoras. Esta dinámica adquiere particular relevancia en ámbitos como el laboral, educativo e incluso en el político, donde el disenso puede facilitar mejoras sustanciales tanto en las dinámicas grupales como en los procesos de toma de decisiones.
Por otro lado, si se gestiona de manera adecuada, y aunque pueda parecer paradójico, un conflicto bien administrado puede facilitar a las partes involucradas una comprensión más profunda de sus diferencias. Esto, a su vez, puede fortalecer sus vínculos, consolidar la confianza mutua y promover una comunicación más abierta y efectiva.
No obstante, resulta imperativo considerar que, pese a su potencial constructivo, el conflicto conlleva determinados costes que deben ser minuciosamente ponderados, ya que una gestión inadecuada podría desencadenar en consecuencias no deseadas.
Desde mi perspectiva, asocio los conflictos con algo negativo, ya que cada vez que he vivido uno, me ha generado cierto malestar, en mayor o menor grado según la situación.
Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos, mientras estoy dentro del conflicto, me cuesta ver el lado positivo y desearía que termine cuanto antes, con el tiempo suelo ser capaz de apreciar una nueva perspectiva sobre lo ocurrido. Haciéndome recapacitar e incluso, en el caso de que fuera con una persona el problema, entender la parte opuesta. Una vez pasado el tiempo me he planteado posibles posturas y soluciones que en el momento no había contemplado.
En ocasiones, un conflicto puede distanciar a personas que antes compartían un fuerte vínculo, pero también puede dar lugar a una mejor comunicación después de que ocurra uno, ya que las partes pueden ceder y trabajar para que no se repita, utilizando la comunicación entre ellas, y fomentando una mayor comprensión.
Aunque durante un conflicto solemos desear que termine lo antes posible, a largo plazo podemos darnos cuenta de que nos ha ayudado a manejar situaciones difíciles con mayor madurez y a gestionarlas de manera más efectiva. Lo que nos puede permitir buscar un beneficio común y buen entendimiento para las partes involucradas.
Desde mi perspectiva, asocio los conflictos con algo negativo, ya que cada vez que he vivido uno, me ha generado cierto malestar, en mayor o menor grado según la situación.
Sin embargo, aunque en la mayoría de los casos, mientras estoy dentro del conflicto, me cuesta ver el lado positivo y desearía que termine cuanto antes, con el tiempo suelo ser capaz de apreciar una nueva perspectiva sobre lo ocurrido. Haciéndome recapacitar e incluso, en el caso de que fuera con una persona el problema, entender la parte opuesta. Una vez pasado el tiempo me he planteado posibles posturas y soluciones que en el momento no había contemplado.
En ocasiones, un conflicto puede distanciar a personas que antes compartían un fuerte vínculo, pero también puede dar lugar a una mejor comunicación después de que ocurra uno, ya que las partes pueden ceder y trabajar para que no se repita, utilizando la comunicación entre ellas, y fomentando una mayor comprensión.
Aunque durante un conflicto solemos desear que termine lo antes posible, a largo plazo podemos darnos cuenta de que nos ha ayudado a manejar situaciones difíciles con mayor madurez y a gestionarlas de manera más efectiva. Lo que nos puede permitir buscar un beneficio común y buen entendimiento para las partes involucradas.
Desde pequeños, el conflicto se ha presentado en nuestras vidas como algo que evitar y de naturaleza totalmente negativa, pero lo cierto es que a través de este, se pueden adquirir algunos aspectos positivos, aspectos a destacar como podrían ser el crecimiento personal o una mejora en habilidades de relaciones interpersonales como la comunicación.
Todo lo que pueda ser diferente a lo que ocurre en un día normativo de nuestras vidas nos hace tener que actuar de diversas maneras a las que estamos acostumbrados. En el caso de un conflicto, nos llevaría a tener que reflexionar y buscar soluciones alternativas para la resolución de este. Con el objetivo de ponerle fin a la disputa, utilizaríamos herramientas que beneficien a las relaciones interpersonales, como la empatía o la escucha activa.
Otro aspecto positivo a destacar es la posibilidad de fortalecer la relación con la otra persona participante del conflicto si éste queda resuelto de manera adecuada, ya que las necesidades y posiciones de ambos han sido escuchadas y comprendidas, hasta llegar a un acuerdo.
Por último, me gustaría también resaltar que el hecho de que los conflictos ocurran y se enfrenten, evita que las tensiones y el enfrentamiento se intensifique. De esta manera, enfrentarlos de manera constructiva permite que las diferencias puedan llegar a solucionarse evitando que el problema pueda llegar a ser insostenible.
A modo de conclusión, recalcar que un conflicto bajo mi punto de vista puede ofrecer la oportunidad de ser positivo, siendo una ocasión perfecta para poder desarrollar nuevas habilidades o reforzar las que ya teníamos.
Desde pequeños, el conflicto se ha presentado en nuestras vidas como algo que evitar y de naturaleza totalmente negativa, pero lo cierto es que a través de este, se pueden adquirir algunos aspectos positivos, aspectos a destacar como podrían ser el crecimiento personal o una mejora en habilidades de relaciones interpersonales como la comunicación.
Todo lo que pueda ser diferente a lo que ocurre en un día normativo de nuestras vidas nos hace tener que actuar de diversas maneras a las que estamos acostumbrados. En el caso de un conflicto, nos llevaría a tener que reflexionar y buscar soluciones alternativas para la resolución de este. Con el objetivo de ponerle fin a la disputa, utilizaríamos herramientas que beneficien a las relaciones interpersonales, como la empatía o la escucha activa.
Otro aspecto positivo a destacar es la posibilidad de fortalecer la relación con la otra persona participante del conflicto si éste queda resuelto de manera adecuada, ya que las necesidades y posiciones de ambos han sido escuchadas y comprendidas, hasta llegar a un acuerdo.
Por último, me gustaría también resaltar que el hecho de que los conflictos ocurran y se enfrenten, evita que las tensiones y el enfrentamiento se intensifique. De esta manera, enfrentarlos de manera constructiva permite que las diferencias puedan llegar a solucionarse evitando que el problema pueda llegar a ser insostenible.
A modo de conclusión, recalcar que un conflicto bajo mi punto de vista puede ofrecer la oportunidad de ser positivo, siendo una ocasión perfecta para poder desarrollar nuevas habilidades o reforzar las que ya teníamos.
Desde pequeños, el conflicto se ha presentado en nuestras vidas como algo que evitar y de naturaleza totalmente negativa, pero lo cierto es que a través de este, se pueden adquirir algunos aspectos positivos, aspectos a destacar como podrían ser el crecimiento personal o una mejora en habilidades de relaciones interpersonales como la comunicación.
Todo lo que pueda ser diferente a lo que ocurre en un día normativo de nuestras vidas nos hace tener que actuar de diversas maneras a las que estamos acostumbrados. En el caso de un conflicto, nos llevaría a tener que reflexionar y buscar soluciones alternativas para la resolución de este. Con el objetivo de ponerle fin a la disputa, utilizaríamos herramientas que beneficien a las relaciones interpersonales, como la empatía o la escucha activa.
Otro aspecto positivo a destacar es la posibilidad de fortalecer la relación con la otra persona participante del conflicto si éste queda resuelto de manera adecuada, ya que las necesidades y posiciones de ambos han sido escuchadas y comprendidas, hasta llegar a un acuerdo.
Por último, me gustaría también resaltar que el hecho de que los conflictos ocurran y se enfrenten, evita que las tensiones y el enfrentamiento se intensifique. De esta manera, enfrentarlos de manera constructiva permite que las diferencias puedan llegar a solucionarse evitando que el problema pueda llegar a ser insostenible.
A modo de conclusión, recalcar que un conflicto bajo mi punto de vista puede ofrecer la oportunidad de ser positivo, siendo una ocasión perfecta para poder desarrollar nuevas habilidades o reforzar las que ya teníamos.
Un conflicto es normalmente concebido y percibido como algo negativo porque principalmente manifiesta sentimientos y emociones "negativos", además de la incompatibilidad de alcance de objetivos o intereses, donde estos causan un malestar en ambas partes del conflicto. Pero un conflicto puede resultar algo positivo, porque aunque alguna parte no obtenga lo que perseguía, este resultado, puede provocar una serie de acontecimientos que beneficien a la persona que no hubieran ocurrido de otra forma.
También es una oportunidad, desde una perspectiva más interpersonal e intrapersonal, para poder conocer y profundizar en aquellos problemas que aún no se conocían en una relación, dando lugar a una posible mejora del vínculo, aunque gran parte dependa de la escucha activa y de la actitud de ambos. Por último, desde esta perspectiva, este conflicto nos puede ayudar a nosotros mismos a reflexionar y cuestionar nuestros pensamientos, razonamientos y valores gracias a la diferencia de intereses, valores..., llegando a conseguir una mejoría en la autocrítica y quizás, una mejoría en nosotros como personas.
Un conflicto es una situación en la que dos o más partes están en desacuerdo o confrontación debido a diferentes intereses, creencias, objetivos o valores.Los conflictos a menudo generan tensiones, malentendidos, y se asocian con sentimientos negativos como la frustración, el resentimiento o la ira, ya que pueden ser difíciles de afrontar si no se abordan de una forma adecuada. Aunque el conflicto la mayoría de la veces se percibe como algo negativo, no siempre lo es. De hecho, puede ser algo que impulse al crecimiento, cambio e incluso a la mejora.
El conflicto es positivo cuando nos permite revelar problemas que de otro modo hubiesen permanecido ocultos. Cuando nos enfrentamos a un conflicto, analizamos nuestras propias percepciones y comportamientos, lo que puede conducirnos a una mejor comprensión de nosotros mismos. De manera similar, el conflicto puede mejorar la comunicación entre las partes interesadas porque nos obliga a expresar nuestras preocupaciones, necesidades y expectativas. Además puede dar lugar a nuevas ideas y soluciones que no habrían surgido , si no se hubiese llegado a esa situación.
Por lo tanto, el conflicto no es algo que deba evitarse siempre, ya que puede ser una valiosa oportunidad para el cambio y el crecimiento, destacando que lo crucial es la forma en que abordamos el problema, y la perspectiva que tomamos ante él.
Aunque primeramente pensemos que tener un conflicto resulta negativo puesto que puede generar incomodidad y tensión, los conflictos son una fuente de aprendizaje, tanto para aprender sobre las necesidades de los demás como para aprender de uno mismo.
El conflicto es la base que impulsa el diálogo y con ello, se espera poder llegar a un acuerdo por ambas partes en la mayoría de los casos, por lo que se puede considerar una herramienta de cambio. Asimismo, impulsa el desarrollo de diversas habilidades importantes como la empatía y la escucha activa, fundamental para la resolución del mismo. Puede considerarse como una oportunidad para crecer a nivel personal y profesional e invita a diseñar soluciones y a ponerlas en práctica para aliviar los problemas. Finalmente, sirve de ayuda para que nuestras relaciones sean más duraderas si se solucionan de manera asertiva, a adquirir una mayor madurez emocional y a prepararnos para futuras confrontaciones.
En conclusión, aunque el conflicto sea concebido de manera negativa, posee diversas fortalezas y oportunidades que pueden hacernos crecer como personas.
Aunque el conflicto siempre se haya considerado como un aspecto dañino para las personas, también cabe recalcar que tiene su lado positivo.
Al principio, a la hora del confrontamiento, se piensa en lo malo que conlleva este, pero no es hasta a largo plazo que algunas personas se percatan de lo beneficioso que puede ser. En el momento en el que empieza una disputa, se genera un malestar causado por no saber como comunicar los puntos de vista de cada uno. Por ello, es un buen momento para observar como se expresan las dos partes, y, así, aprender a comunicarse de manera adecuada. En ese instante, las personas del enfrentamiento ejercitaran las habilidades sociales y la escucha activa. Estos dos puntos son muy importantes a la hora resolver un conflicto. Las habilidades sociales refuerzan a la persona a explicar sus propios sentimientos y requisitos de forma correcta. Mientras que, la escucha activa ayuda a mostrar respeto e interés en el asunto, lo cual conllevaría a un ambiente empático.
Como conclusión, el conflicto posee una parte beneficiosa, por la que se aprende demasiados elementos que ayudaran a las personas a llegar un acuerdo.
Qué añadir que no se haya dicho ya. El conflicto es a menudo visto como algo negativo, debido a los factores que comentamos en clase, de pérdida de tiempo, energía, recursos... y en general creo que a todos nos dan mucha pereza. Sin embargo, el progreso, tanto a nivel personal como a gran escala, siempre ha surgido y surge de situaciones conflictivas.
Al partir de una disonancia, el conflicto abarca puntos de vista diferentes enfrentados. Sabiendo que no existe un punto de vista objetivo e infalible, todos tienen algún mérito, y son igual de susceptibles a ser desafiados. Esto implica que el conflicto es una gran manera de integrar diferentes perspectivas, enriqueciendo así la experiencia en éste, y llegando a soluciones que mejoran la experiencia de las partes previo a su ocurrencia.
Esto, sin embargo, no puede cegarnos al hecho que gran parte de los conflictos no cuentan con una resolución tan productiva. A menudo se saldan de maneras violentas (físicas o psicológicas), coercitivas, o no se solucionan.
En conclusión, el conflicto puede ser una excelente manera de aprendizaje, enriquecimiento y desarrollo, pero también son y pueden ser una gran fuente de malestar y problemas.
Considero que a pesar de que la palabra "conflicto" tiene asociaciones negativas, en realidad puede presentar aspectos como positivos, dado que esta contraposición de intereses puede presentar una oportunidad para el diálogo y la comprensión entre las partes. En la mayoría de las veces los conflictos implican que se deja de escuchar, comprender e incluso se centran únicamente en sí mismos, complicando la situación y rompiendo cualquier tipo de comunicación y relación.
Por tanto, a través del diálogo, se puede llegar a comprender el punto de partida para un mayor entendimiento de la persona opuesta y siendo un campo de posibilidades para ambas partes. A través de este se pueden desarrollar habilidades para la negociación, que es primordial para la vida diaria en todos los ámbitos; de comunicación para saber cómo expresar de manera correcta y de forma que el otro pueda comprenderlo, escucha activa, comprensión y empatía para comprender y ser más humanos durante el diálogo.
Por otra parte, a nivel personal permite conocer aquellos intereses y temas que son primordiales, permitiendo aumentar el autoconocimiento, principios y valores.
Como conclusión considero que el conflicto presenta algunos beneficios, siempre y cuando se haga en un contexto que lo permita al igual que voluntad para llegar a un acuerdo por ambas partes.
Marietta Martínez Barón:
Normalmente la palabra conflicto la asociamos con una connotación negativa porque suele ir acompañada de algo negativo que nos sucede, ya puede ser con otra persona o incluso con nosotros mismos. Pero realmente pienso que hay que sacar la parte buena de cada conflicto que se nos plantee en la vida porque cada persona tiene sus necesidades y preferencias, lo que hace que continuamente surjan disputas y faltas de acuerdo entre unos y otros. Creo que la única manera que tenemos de aprender es pasando por esos conflictos, los cuales pueden ser más o menos gravosos, pero que siempre algo enseñan. Muchas veces se sale ganando y otras perdiendo, pero todas dejan una experiencia que hace que nos enriquezcamos como personas.
Laura Jurado Blanca
Si bien es cierto que la palabra "conflicto" la tenemos muy asociada a connotaciones negativas, en ocasiones puede llegar a ser beneficioso, ya que aunque de primeras parezca que vamos a sufrir más pérdidas (de tiempo, de esfuerzo, de dinero) que ganancias, en ocasiones ocurre lo contrario, ya que dicho conflicto podría significar una ganancia en aspectos que creíamos haber perdido.
En el caso de un divorcio, pese a que de primeras pueda parecer todo un mundo y una pérdida de tiempo y esfuerzo, si ambas partes consiguen llegar a un acuerdo que los beneficie de igual manera, esto podría significar recuperar cosas que antes creían perdidas por ese matrimonio fallido.
No es de extrañar que asociemos la palabra "conflicto" con una connotación negativa. Después de todo, un conflicto es una oposición de intereses. Sin embargo, considero que un conflicto tiene ciertos aspectos positivos, como el entendimiento entre las partes para llegar a una solución favorable para ambos y el enriquecimiento personal.
Se suele decir que uno no aprende por las buenas sino por las malas, y que mejor manera que mediante situaciones desfavorables como lo son los conflictos.
Por lo general, cuando nos referimos al conflicto, lo asociamos a sentimientos negativos pues son normalmente los que florecen al afrontar estas situaciones. Cuando entramos en conflicto con algo o con alguien, no solo oponemos pensamientos y opiniones diferentes, sino también podemos cuestionar la forma en la que hacemos o llevamos a cabo las cosas.
En lo que mi opinión respecta, creo que el conflicto no siempre es malo a pesar de que este produzca malestar, rechazo y desgaste entre otros. Creo que las situaciones de conflicto son estados que no podemos rechazar, pues a pesar de que estas se puedan presentar en distintos grados y formas, son algo constitutivo y propio del ser humano. Además, creo que detrás de cada conflicto hay un aprendizaje y una filosofía de vida. Muchas veces, entramos en conflicto con nosotros mismos y eso provoca que nos confrontemos indiferentemente con los demás por lo que creo, que no deberíamos de naturalizar el conflicto pero sí anticiparlo y poner individualmente de nuestra parte para entender que no muchas veces no se trata de encontrar la razón de la cuestión, sino de exponer de la manera más respetuosa posible los puntos de vista y tener empatía hacia el otro.
Normalmente, se percibe el conflicto como algo negativo, ya que su presencia genera una sensación de malestar e incomodidad. Puede resultar incómodo enfrentarnos a una situación conflictiva por lo que tendemos a evitarla o rechazarla. Sin embargo, el conflicto, en determinadas circunstancias, puede ser una experiencia positiva e incluso llegar a convertirse en una valiosa oportunidad para el progreso.
Es importante ver más allá de los aspectos negativos o consecuencias adversas que puedan surgir a partir de un conflicto. Si logramos adoptar una perspectiva diferente, podemos comprender que el conflicto también tiene un lado constructivo, ya que, con un buen manejo de este, se pueden generar soluciones creativas, fortalecer relaciones y contribuir al desarrollo de habilidades como la negociación, la empatía y la resolución de problemas.
Aunque es cierto que tanto el conflicto como el proceso de resolverlo suelen generar incomodidad y tensión, la superación de este puede considerarse una oportunidad para el crecimiento personal y el fortalecimiento de nuestras capacidades.
El conflicto ha sido históricamente asociado con una connotación negativa, lo cual es en parte acertado, dado que existen numerosos tipos de conflictos y en muchos casos las resoluciones ya están predeterminadas. No obstante, estamos abordando un tipo de conflicto que puede tener un impacto positivo cuando se gestiona de manera ética y constructiva. En este contexto, el conflicto, al ser abordado a través de mecanismos de resolución de disputas efectivos y principios de justicia procedimental, puede generar oportunidades de mejora y resolver los intereses de las partes involucradas de manera equitativa. Por ello, el conflicto tiene un cariz positivo depende de la vision que se aborde del mismo.
Aunque existen numerosos factores que influirán en el impacto de un conflicto en el que hay una disputa entre distintas partes, las consecuencias negativas mencionadas en clase y las que se han comentado en este artículo coinciden. Aun así, sabemos que para que surja un conflicto no es necesario que exista un enfrentamiento o un choque de intereses que desemboque en efectos perjudiciales.
Desde un punto de vista más personal, lo más significativo y adaptativo es aprender a gestionarlo y no a evitarlo, incluyendo también a aquellos conflictos internos (por ejemplo, un dilema moral o una situación en la que hay que tomar decisiones importantes), no únicamente a las disputas en las que se involucran dos o más individuos. Por lo tanto, resolver un conflicto a través de una gestión positiva puede desencadenar ventajas que harán que las circunstancias sean mejores que las anteriores al conflicto. Por ejemplo, es una gran oportunidad para demostrar y mejorar la capacidad de innovación de cada una de las partes y, si se encuentran soluciones efectivas al problema, las relaciones podrían fortalecerse debido a un incremento de confianza entre ellas. Al ser un choque de emociones, los conflictos forman parte del desarrollo personal y, según avanzan las negociaciones aprendemos a comprender mejor a las personas y a nosotros mismos. En resumen, el impacto de un conflicto dependerá en mayor medida de cómo es gestionado y, evidentemente, del contexto en el que se encuentren las partes involucradas.
Antonio Contreras Fernández
Un conflicto siempre ha sido visto desde un punto de vista disruptivo, inadecuado o infructuoso, pero nada más lejos de la realidad. El conflicto puede ser una forma de desarrollo personal, social o histórico.
En mi opinión, todas las creaciones maravillosas que el mundo hoy dispone se han dado, de cierto modo, gracias a un conflicto entre dos, tres personas, o un grupo de personas, o incluso entre una persona y sus ideas contrarias.
Me parece algo maravilloso analizar esta dinámica de ver el conflicto a través de la transformación y el cambio. Nos hace ser conscientes de que tener ideas contrarias puede ser un punto de partida para una revolución.
Creo que, siempre que se haga desde un punto de vista respetuoso y en un ambiente estable, en el que ambas partes puedan sentirse libres de expresarse sin miedo al juicio, el conflicto puede ser una oportunidad inaudita.
Aprender a ver el conflicto como una oportunidad fantástica para avanzar como personas y como sociedad es igual o más importante que el hecho de cómo se lleve ese conflicto, pues realmente el objetivo es construir, no destruir.
Sin duda los conflictos son algo inevitable en las relaciones de cualquier tipo, se me ocurren tantas formas de conflicto entre personas como tipos de relaciones y personas con sus personalidades puede haber… Sin duda el conflicto puede ser una oportunidad en una relación; sea empresarial, familiar, sentimental, de amistad, o cualquier otro tipo. Un conflicto marca un nuevo límite, zanja un asunto nunca antes tratado entre los contendientes —o, que si bien se ha tratado la hipotética aparición de este, no se ha resuelto como se esperaba, del dicho al hecho…—. Este nuevo límite que se marca puede ser una resolución de la relación o un punto desde el que comenzar a trabajar y ofrecer a las partes nuevas herramientas para trabajar y solucionar sus futuros e inevitables problemas.
El conflicto puede ser positivo en ciertos momentos, siempre que este sea solucionado o manejado de forma constructiva y que ambas partes lleguen a un consenso beneficioso para ambos. Aunque ese asociado a algo negativo tiene beneficios a nivel personal y a nivel grupal. El conflicto fomenta el pensamiento crítico y la creatividad ya que se debe buscar maneras en las que poder solucionar el problema y que ambas partes estén de acuerdo, así como puede mejorar la comunicación donde todas las personas expresan sus diferencias de manera honesta y deben enfrentarse a las demás opiniones para aclarar los malentendidos. Por esto, el conflicto a pesar de tener la connotación negativa que la sociedad le ha impuesto es necesario para el crecimiento y el progreso de la humanidad.
El conflicto puede ser positivo en ciertos momentos siempre y cuando este se aborde de una manera constructiva para buscar un acuerdo beneficioso para ambas personas. Aunque el conflicto se ha asociado a algo negativo, tiene beneficios importantes tanto a nivel personal como a nivel grupal. El conflicto genera un pensamiento crítico en el que deben exponer las diferentes ideas y opiniones para conocer las diferentes ideas y poder llegar a un punto en común y solucionar el problema. Además mejora la comunicación ya que la persona expresa de manera honesta su opinión para poder aclarar los malentendidos y llegar a un consenso. Por esto, a pesar de la connotación negativa que la sociedad ha impuesto al conflicto, este es necesario para el progreso y crecimiento de la humanidad.
El conflicto puede ser positivo en ciertos momentos siempre y cuando este se aborde de una manera constructiva para buscar un acuerdo beneficioso para ambas personas. Aunque el conflicto se ha asociado a algo negativo, tiene beneficios importantes tanto a nivel personal como a nivel grupal. El conflicto genera un pensamiento crítico en el que deben exponer las diferentes ideas y opiniones para conocer las diferentes ideas y poder llegar a un punto en común y solucionar el problema. Además mejora la comunicación ya que la persona expresa de manera honesta su opinión para poder aclarar los malentendidos y llegar a un consenso. Por esto, a pesar de la connotación negativa que la sociedad ha impuesto al conflicto, este es necesario para el progreso y crecimiento de la humanidad.
En mi opinión, a pesar de todas las connotaciones negativas ya asociadas al propio concepto de conflicto como pueden ser todos aquellos daños colaterales en relación a la salud mental, vínculos sociales y vínculos familiares, el conflicto es la chispa que comienza, y en gran medida hace posible, el cambio. Durante la historia hemos visto grandes conflictos surgidos de la alta necesidad de cambio y revolución, desde pueblos sometidos a la dictadura y grupos sociales marginados a conflictos de menor escala ante las injusticias familiares. El conflicto hizo posible el cambio y el avance de nuestra sociedad, por ello, en mi opinión, el conflicto no es únicamente positivo (teniendo en cuenta el contexto) si no que además necesario para nuestra evolución como sociedad.
El conflicto puede suponer un contexto agrio y desagradable en el que desenvolverse, no obstante, es el mismo quien permite el diálogo, la puesta en común, los acuerdos, la diversidad y la contemplación de diversos puntos de vista entre otros.
Conflicto visto como puente o medio sobre el que poder construir soluciones.
Es positivo tener o estar en conflicto, más es realmente necesario para convivir e interactuar con otros como lo hacemos. Tratar de dejar atrás el conflicto con cierta connotación negativa es esencial para tal interacción, puesto que será el vínculo y vía de comunicación, no para generar malestar y pelea, si no para llegar a la comprensión.
Conflicto a su vez entendido como duelo o proceso por el que se pasa y del que pueden extraerse de forma nutritiva infinidad de aprendizajes. El conflicto como replanteamiento, como motor impulsor de una voz crítica que despierta.
El conflicto nos hace plantearnos cuestiones, nos obliga a empatizar con el otro y nos hace buscar soluciones usando la creatividad, pero también conlleva un coste. Es por ello que puede ser ambas cosas, positivo y negativo, ya que nadie busca activamente estar en uno, ni tampoco nos planteamos una vida sin ellos. El conflicto puede ayudarnos a crecer, a mejorar nuestras habilidades o a ponernos a prueba a nosotros mismos. Al fin y al cabo supone un reto que puede traer, o no, consecuencias positivas. Sin embargo, es un hecho que el conflicto trae consigo emociones asociadas como negativas como la incertidumbre, el miedo, la ira o la envidia. Al fin y al cabo, el conflicto supone una ruptura en la vida "cotidiana". Lo que está claro es que es necesario que la resolución de un conflicto se lleve a cabo de la mejor manera posible para "reducir costes" y tener una evolución lo más adaptativa posible.
Principalmente, un conflicto se define como un aspecto negativo, es decir, una situación en la que ambas partes se encuentran en desacuerdo. Sin embargo, pienso que puede ser positivo tener o estar en conflicto ya que se aprenden diferentes perspectivas con respecto a ciertos temas u opiniones, por lo que nuestro conocimiento tiende a aumentar. Además, a través del conflicto, los individuos pueden llegar a ser conscientes de sus propios límites o emociones, por lo que se puede gestionar adecuadamente.
Por otro lado, resolver un conflicto de manera constructiva aumenta la confianza entre las partes enfrentadas, así pues se mejoran las habilidades interpersonales y de comunicación.
Sí, un conflicto puede ser positivo por varias razones. Aunque se conoce como algo negativo, puede ofrecer oportunidades para la mejora y el crecimiento personal o colectivo. Un conflicto puede ser constructivo ya que puede ayudar a clarificar metas y expectativas como alinear los objetivos y mejorar la cooperación intra e intergrupal. También puede fortalecer relaciones, ofreciendo una posibilidad de respeto mutuo o comprensión. El conflicto te puede permitir desarrollar habilidades que pueden ser beneficiosas en el ámbito personal y profesional, así como la empatía, la negociación y la comunicación. Resolver los conflictos puede llevar a mejoras en relaciones y procesos.
Desde mi punto de vista, cuando pensamos en un conflicto, tendemos a considerarlo como algo negativo, ya que implica una confrontación entre varias partes, las cuales tienen diferentes intereses, por lo que el proceso para llegar a un acuerdo puede ser difícil.
Sin embargo, creo que un conflicto puede tener diferentes aspectos positivos.
En primer lugar, creo que al existir diferentes intereses entre las partes implicadas, surge la necesidad de buscar nuevas soluciones en las que ambas partes salgan beneficiadas, fomentándose en este proceso la creatividad y la innovación.
Por otro lado, considero que puede mejorarse la comunicación entre las partes implicadas en el conflicto, puesto que al tener que escuchar los intereses de las mismas y tener que llegar un acuerdo, las necesidades y emociones de ambos se entenderán mejor.
En último lugar, creo que aunque es cierto que los conflictos pueden debilitar las relaciones, es posible que en ocasiones se fortalezcan, ya que es fundamental ser sincero y conocer el punto de vista del otro, por lo que al solucionar los problemas se puede fortalecer la confianza o la capacidad de ceder, y por ende, las relaciones.
Según las definiciones que acabamos de leer, un conflicto es una situación negativa (combate, pelea) que genera sentimientos desagradables (angustia, apuro, incertidumbre). Sin embargo, el hecho de que sea un proceso doloroso, no indica que su resultado sea necesariamente negativo. Es más, puede llegar a mejorar la situación para ambas partes enfrentadas. Sin embargo, si pensamos en el caso de la guerra, entraríamos en un debate ético si afirmáramos que es necesario el conflicto para solucionar ciertas cuestiones. ¿Es realmente necesaria la guerra para poder llegar a un acuerdo? ¿Sería correcto decir que el conflicto fue positivo, puesto que se llegó a un acuerdo que beneficia a ambas partes? Teniendo en cuenta las desastrosas consecuencias de las guerras para aquellos que se implican en ella, sería difícil decir que sí. Por lo tanto, podríamos decir que existen conflictos cuyo proceso resulta más positivo que otro, y lo mismo con la resolución de los mismos.
Bajo mi parecer, el conflicto puede ser positivo en ciertos contextos, ya que puede generar oportunidades de crecimiento y cambio. Cuando se maneja de manera constructiva, fomenta la comunicación, la creatividad y la búsqueda de diferentes soluciones a un mismo problema. Además, pienso que el conflicto permite que las personas expresen sus diferencias y necesidades, lo que fortalece las relaciones al mejorar la comprensión. Por otro lado, es fundamental que el conflicto se aborde con respeto y empatía para evitar que se convierta en algo destructivo.
En resumen, creo que siempre que se sepa manejar y guardando el respeto entre ambas partes, el conflicto puede ser una oportunidad para dialogar, y empatizar con la otra parte. Me parece que es una buena oportunidad para comprender que una misma situación se puede entender de formas muy distintas y que todo argumento debe ser escuchado y respetado. Siempre que sepamos manejarlo en conflicto puede y debe tener consecuencias positivas.
Las personas tendemos a asociar el conflicto con situaciones negativas, a pesar de que no siempre tiene porque conllevar una connotación negativa. Cuando surge un conflicto y se gestiona de buena manera, puede suponer un aprendizaje. Creando, buscando y practicando distintas estrategias, que nos servirán en otros conflictos o en otros ámbitos.
Además, como los conflictos suelen surgir por un desacuerdo de opiniones, también nos ayudará a aprender nuevas ideas, y abrirnos a nuevas perspectivas. De esta forma se adquiere comunicación efectiva y empatía.
A pesar de que los debamos evitar, un conflicto bien gestionado puede ayudar a la colaboración, resolver desacuerdos y hacer mejorar las relaciones, tanto personales como profesionales.
En mi opinión, depende de la perspectiva desde la que se aborde el conflicto si este puede convertirse en una oportunidad para aportar algo positivo a nuestra vida o por el contrario convertirse en un obstáculo para nosotros.
Por ello, en el momento que se presenta el conflicto, la manera en la que nos enfrentamos a él y la predisposición que tengamos a solucionarlo de la manera más beneficiosa y justa posible, es lo que puede convertir un conflicto en positivo. Poder sacar algo positivo de una situación en principio negativa o con partes enfrentadas, aprovechar ese momento para poder reflexionar sobre lo que nos quita o perjudica el conflicto y lo que necesitamos o lo que nos pudiese beneficiar ese conflicto. Para que el conflicto no se convierta en negativo, es importante esa reflexión previa y la predisposición en convertir el conflicto en una oportunidad positiva o beneficiosa.
Desde mi punto de vista el conflicto puede ser una situación positiva en ciertos momentos , ya que actúa como un impulsor de cambio al mantenernos alerta con problemas subyacentes, fomenta el crecimiento personal desarrollando habilidades, mejora la comprensión y estimula la creatividad. Además, pienso que puede fortalecer relaciones al superarse conflictos de manera colaborativa, y ayudar a clarificar valores y prioridades en las relaciones sociales . Sin embargo, para que sea más positivo aún , creo que es esencial manejar el conflicto con respeto, comunicación, y disposición para encontrar soluciones que beneficien a todas las partes. No todos los conflictos son positivos, pero bien gestionados, representan oportunidades valiosas para el crecimiento y la mejora.
Verdaderamente, si la persona percibe la situación como una lucha pueden aparecer sentimientos de desgracia y, recordar el conflicto de forma negativa e insatisfecha
En cambio, hay veces en las que estar en conflicto en determinados momentos o circunstancias puede provocar una transformación positiva en la persona, si esta es capaz de manejarlo y resolverlo adecuadamente, debido a que la experiencia conflictiva puede ayudarte a fomentar ciertas capacidades como, el empatizar con el otro, si se lo afrontamos de manera resiliente, sirviendo esto como aprendizaje para futuras disputas.
En mi opinión, creo que el conflicto en general puede ser algo positivo porque ofrece oportunidades para crecer, innovar y mejorar relaciones. Aunque se entiende como conflicto algo negativo y al principio puede causar tensiones y problemas, manejarlo bien puede ayudarte a desarrollar habilidades importantes como negociar y comunicarte mejor, por lo que, como ya he dicho, el fin del conflicto ha de verse como algo positivo. Por otro lado, resolver conflictos también puede fortalecer las relaciones a largo plazo y permite reflexionar o ser más creativo. Así que, creo que en lugar de ver el conflicto solo como un problema, es útil verlo como una oportunidad para aprender y mejorar.
En mi opinión, creo que el conflicto, pese a que generalmente tiene una connotación negativa, puede ser positivo si se gestiona adecuadamente. Los conflictos pueden ser oportunidades de crecimiento personal, desarrollo de habilidades sociales y resolución de problemas.
Es decir, un conflicto puede fomentar el autoconocimiento, ya que nos obliga a reflexionar sobre nuestras propias necesidades, emociones y límites. También nos da la oportunidad de mejorar nuestras habilidades comunicativas y aprender a expresar nuestras opiniones de manera asertiva. La clave está en cómo se gestionan los conflictos, pues conflictos bien gestionados pueden fortalecer las relaciones al permitir que las distintas partes involucradas se comprendan mejor y colaboren para encontrar soluciones que beneficien a todos. Sin embargo, conflictos mal gestionados suelen generar tensión en exceso y alejan a las posturas del acuerdo y de la búsqueda de soluciones.
El conflicto, a pesar de la percepción negativa que habitualmente se le atribuye debido a los costes emocionales, sociales, psicológicos y económicos que puede generar, puede tener un impacto constructivo y positivo cuando se gestiona de forma adecuada.
La gestión del conflicto puede facilitar que las partes interesadas alcancen un acuerdo mutuamente beneficioso, mejorar habilidades sociales y de resolución de problemas, e incluso fomentar el crecimiento personal en un amplio rango de contexto. Además, considero que es vital la existencia del conflicto en ciertos tipos de relaciones, ya que puede ayudar a establecer límites y llegar a acuerdos necesarios para que estas relaciones sean más duraderas y estables.
Desde mi punto de vista, el factor decisivo para que un conflicto tenga una connotación positiva no reside tanto en su naturaleza o en su gravedad, sino en la calidad de su gestión. Un conflicto de menor magnitud, si se maneja de manera inadecuada, difícilmente será positivo, mientras que uno de mayor complejidad tiene el potencial para producir resultados beneficiosos si es abordado mediante una gestión adecuada y eficiente.
Entendiendo al “conflicto” como a una situación en la que una o varias personas se encuentran en una situación generalmente tensa con otros, se puede decir que las posibles relaciones que se habían dado podrían cambiar su naturaleza, por ejemplo, dos amigas que tienen una discusión, una pareja que ha sido infiel, o el incumplimiento de un contrato, pueden hacer que las antiguas relaciones existentes entre ambas partes se vean deterioradas, ocasionando que lo que hasta entonces conocían de la otra parte, sea incongruente con la situación actual.
El cómo se gestiona tanto de una parte como de la otra, puede ser beneficioso para la persona que tiene el conflicto, ya que si este se resuelve manteniendo el respeto e intentando llegar a una solución beneficiosa para ambas partes, se podría afirmar que esto ha sido positivo para la relación existente. Sin embargo, si la gestión por la otra parte no es la esperada o afecta en cualquier sentido, directa o indirectamente a la persona con el conflicto, quizás sea más beneficioso para la persona implicada el alejarse para evitar tener futuros conflictos violentos. En este sentido podría ser positivo para aprender y quizás abrir otras puertas.
Desde mi punto de vista, en ciertas ocasiones los conflictos pueden ser beneficiosos para ambas partes, como es el caso de las parejas.
Los conflictos entre las parejas suelen tener un detonante pequeño, que hace que todo aquello que no han expuesto durante un tiempo estalle, propiciando que mediante una discusión, ambas partes muestren lo que les está sucediendo y lo que desearían que mejorase, siendo esto algo positivo aunque desagradable al principio.
Por otro lado cuando dos o más personas entran en conflicto suelen “arrastrar” intencionadamente, o sin intención, a otras a la situación en la que se encuentran. De esta manera acaban por averiguar quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos, pudiendo saber a quién acudir la siguiente vez que se encuentren en una situación de necesidad.
Los conflictos son por lo tanto una buena oportunidad para mejorar mediante el diálogo aquellas situaciones que resultan incómodas y afectan al correcto o incorrecto funcionamiento de la vida de una persona.
Desde mi punto de vista, en ciertas ocasiones los conflictos pueden ser beneficiosos para ambas partes, como es el caso de las parejas.
Los conflictos entre las parejas suelen tener un detonante pequeño, que hace que todo aquello que no han expuesto durante un tiempo estalle, propiciando que mediante una discusión, ambas partes muestren lo que les está sucediendo y lo que desearían que mejorase, siendo esto algo positivo aunque desagradable al principio.
Por otro lado cuando dos o más personas entran en conflicto suelen “arrastrar” intencionadamente, o sin intención, a otras a la situación en la que se encuentran. De esta manera acaban por averiguar quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos, pudiendo saber a quién acudir la siguiente vez que se encuentren en una situación de necesidad.
Los conflictos son por lo tanto una buena oportunidad para mejorar mediante el diálogo aquellas situaciones que resultan incómodas y afectan al correcto o incorrecto funcionamiento de la vida de una persona.
Estar en conflicto como norma general puede ser un problema, pero como a todo en la vida hay que buscar el lado bueno de la moneda, es por ello por lo que tener un conflicto a veces puede ser positivo para quienes se encuentran en el.
Ocurre muchas situaciones en las que no se tiene la razón pero nosotros mismos por cabezonería pensamos que sí y es tan fuerte esa creencia que llevamos el tema hasta un conflicto. Cuando se pone fin a esa situación y te quitan la razón, te das cuenta cómo no siempre se está en lo cierto y cómo hay que abrir la mente frente a situaciones conflictivas o de estrés para solucionar cualquier tipo de problema, por lo tanto SI puede tener un aspecto positivo entrar en conflicto.
Dicho esto, existen bajo mi punto de vista muchos conflictos, pueden ser personales, económicos, legales, morales, etc... Algunos con más importancias que otros pero dependiendo de la situación que le toque a cada uno, el suyo es el mas importante. Con mi respuesta afirmativa a la pregunta en cuestión, quiero explicar que de todo se puede sacar algo positivo y que un conflicto no es el fin de una relación ni mucho menos, incluso puede ser el principio si se consigue solventar, un conflicto puede ser un aprendizaje e incluso un periodo madurativo en la vida de quienes se encuentran en el.
El conflicto puede ser positivo si se maneja bien. Aunque a veces lo vemos como algo negativo, también nos permite expresar preocupaciones y resolver problemas que antes estaban ocultos. Enfrentarse a un conflicto puede ayudarnos a mejorar nuestras habilidades de comunicación, empatía y negociación, además de fortalecer relaciones.
Además, los conflictos muchas veces impulsan el cambio. A lo largo de la historia, los grandes avances han surgido de momentos de tensión o desacuerdo.
Sin embargo, no todos los conflictos son buenos. Si no se gestionan correctamente, pueden dañar relaciones y generar problemas. Lo importante es aprender a enfrentarlos de manera constructiva, viendo en ellos una oportunidad para crecer y mejorar.
El conflicto puede ser positivo si se maneja bien. Aunque a veces lo vemos como algo negativo, también nos permite expresar preocupaciones y resolver problemas que antes estaban ocultos. Enfrentarse a un conflicto puede ayudarnos a mejorar nuestras habilidades de comunicación, empatía y negociación, además de fortalecer relaciones.
Además, los conflictos muchas veces impulsan el cambio. A lo largo de la historia, los grandes avances han surgido de momentos de tensión o desacuerdo.
Sin embargo, no todos los conflictos son buenos. Si no se gestionan correctamente, pueden dañar relaciones y generar problemas. Lo importante es aprender a enfrentarlos de manera constructiva, viendo en ellos una oportunidad para crecer y mejorar.
Los seres humanos somos seres sociales que necesitamos relacionarnos para sentirnos aceptados y valorados.Sin embargo, a veces surgen conflictos, ya que cada individuo posee su propia realidad social. Cuando se produce un conflicto, suele generarse malestar y desgaste emocional entre las partes involucradas. Sin embargo, para mi, el conflictos no es más que una oportunidad para conocerse a uno mismo, un proceso de aprendizaje y una ocasión para desarrollar tu creatividad. En cuanto al autoconocimiento, el conflicto permite explorar los propios limites, evaluar hasta qué punto se está dispuesto a ceder y valorar si realmente merece la pena hacerlo. En términos de aprendizaje, la experiencia te ofrece facilidades para manejar conflictos similares en el futuro.La creatividad, porque en un conflicto tienes que gestionar tus emociones, organizar tus pensamientos y verbalizarlos. Por lo que en un primer momento, se puede percibir como una amenaza o una situación poco agradable, creo que a nivel personal es necesario. (Paula Ulgar Fernández)
Sara Martin Huguet
El conflicto es una situación que puede generar sensaciones negativas en la persona que esta sufriendo ese conflicto, pero si lo vemos desde otro punto de vista podemos ver como puede llegar a ser algo bueno para nosotros mismos.
Desde que somos pequeños sufrimos conflictos de todo tipo, ya sea peleas con amigos, en el trabajo, en la familia… y todos estos conflictos que vamos experimentando nos ayudan a evolucionar, es decir nos ayudan a tener un crecimiento personal, a aprender como manejar estas situaciones y llevarlas cada vez de una mejor manera.
Asimismo, algunos conflictos que se suelen dar en el día a día son causa de opiniones distintas con otras personas. Esto puede ayudarnos a ver otros punto de vista sobre un tema y aumentar nuestra perspectivas.
Otro punto a tener en cuenta sobre el conflicto es que puede ayudarnos a tomar unas decisiones mas meditas, ya que al entrar en conflicto debates mas sobre el tema y esto te ayuda a reflexionar mas y así tomar una mejor decisión.
Por ultimo, una de las cosas mas importantes a mi parecer sobre el conflicto es las variedad de habilidades que una persona puede llegar a desarrollar como puede ser la empatía, escucha activa, resolución de conflictos…
Por estas razones, aunque el conflicto pueda generar aspectos negativos en nosotros, también genera otros aspectos positivos que estos se ven mas a largo plazo por ello los considero mas importantes y creo que el conflicto si puede ser positivo para la persona.
Los conflictos, aunque generalmente son percibidos como algo negativo, pero pueden tener aspectos positivos dependiendo de cómo se gestionen, como pueden ser promover el cambio y mejora, mejorar las relaciones entre los afectados, y fomentar la comunicación y el dialogo. En resumen, los conflictos pueden ser una oportunidad de crecimiento, desarrollo y mejora si se gestionan adecuadamente y no se ignoran o tratan de manera destructiva.
El conflicto es definido como algo con connotación negativa, y normativamente algo que todo el mundo suele evitar. Sin embargo, pueden existir ciertas situaciones en las cuales tener un conflicto pueda llegar a tener una implicación más positiva. El no tener ningún tipo de conflicto con una persona cercana a ti puede ser significado de tener una relación poco sana ya que siempre no se puede llegar a coincidir en todo y es normal que surja algún conflicto. En este caso, un conflicto puede servir para aclarar determinados temas entre los implicados para poder mejorar de cara al futuro.
Se muestra una visión positiva del conflicto, los desacuerdos son algo normal pero que con la mediación pueden convertirse en algo beneficioso, como entendernos mejor y encontrar soluciones al problema, de manera que de algo negativo podemos sacar provecho, por ejemplo, encontrando otro punto de vista y encontrar una nueva manera de resolver problemas.
Las consecuencias del conflicto y sus magnitudes dependen del grado de flexibilidad de las partes, ya que es esta misma la que permitirá su resolución o no. Es importante entender que el conflicto tendrá repercusiones positivas en sus actores, única y exclusivamente si ellos así lo quieren, si su predisposición para obtener un aprendizaje de uno mismo y del punto de vista del otro lo permite. El conflicto tiene el poder de enseñarte si se opta por el camino de la flexibilidad y el cambio, o bien de amargarte y frustraste si se cae en el camino de la negación y la irresolución.
Desde mi punto de vista, el conflicto puede ir más allá de una disputa entre dos personas. La mayoría de la población huye del conflicto porque suele tener connotaciones negativas, y en muchos de ellos resultados desfavorables. Sin embargo es sólo en esos momentos cuando uno es capaz de exteriorizar pensamientos e ideas que de otra forma les serían muy complicado, y que ayudan a que la persona sitúe el foco del problema y exista una solución si se llega al entendimiento en ambas partes.
De otra manera, si estas ideas no salen del propio pensamiento causado por el miedo a la confrontación, provocará que se vaya agrandando hasta que la situación sea insostenible.
Un conflicto sí que puede ser positivo, aunque generalmente sea considerado negativo, el conflicto puede contribuir de manera favorable a ciertos aspectos, como aumento del bienestar personal en un divorcio, también para aclarar posiciones o intereses de las partes implicadas para llegar a una solución conjunta y válida para ambos, puede ayudar también a fortalecer relaciones, al terminar el mismo, si ha sido resuelto de manera sana y correcta, la relación puede verse fortalecida. Etc.
En conclusión, entendemos el conflicto como un concepto negativo en sí, el cual ocurre cuando hay discrepancias entre dos partes, y tras informarnos, podemos observar que no es así, el conflicto sabemos es algo inevitable, pero tenemos que gestionarlo de la mejor manera posible, pudiendo llegar a ser positivo para ambas partes, como he recalcado en el párrafo anterior.
Cuando hablamos de conflicto casi de manera inmediata presuponemos que todo lo que implica es negativo y aunque es cierto que conlleva ciertos costes, también podemos obtener cosas positivas de él. El conflicto es una gran oportunidad de aprendizaje, aunque a simple vista no lo parezca. Es una buena ocasión para mejorar nuestras dotes de comunicación, trabajar en el manejo de las emociones, especialmente de aquellas que nos resultan más difíciles de gestionar y también nos motiva a reflexionar sobre las causas de aparición de este, originando así una mayor habilidad para gestionar conflictos en el futuro.
Bajo mi punto de vista, un conflicto puede brindarnos la nueva oportunidad de conocer una parte de nosotros que desconocíamos, al sentirnos obligados a utilizar nuestra creatividad para saber gestionar dicho conflicto.
El ser humano asocia el conflicto a algo lógicamente negativo, ya que nos produce malestar, ya sea emocional, económico, social...o de una mezcla de varios a la vez. Por así decirlo, nadie se levanta un día deseando entrar en conflicto con algo o alguien. Pero si es cierto que, como en la mayoría de cosas de la vida, en todo lo malo somos capaces de encontrar una parte buena, por mínima que sea.
Durante la gestión de un conflicto, las personas se ven forzadas a actuar de distinta forma a la que están acostumbrados en el día a día. Un conflicto supone entender la otra parte, es decir, no limitarnos a entender nuestra parte únicamente, ya que si ocurre esto, el resultado del conflicto será negativo. También fomenta nuestro lado creativo, como por ejemplo, cómo gestionar y cómo hablar las cosas de la manera más sana y respetuosa posible, manteniendo la calma y haciendo por entender al otro. También nos da distintos puntos de vista que a lo mejor sin dicho conflicto no contemplábamos. Otro de los tantos aspectos que veo importantes en porqué un conflicto puede llegar a ser positivo, es la satisfacción cuando logras un acuerdo mutuo con otra persona/idea que en un principio veías como algo inviable, y que gracias a saber llevarlo de una manera educada y madura ha podido suceder.
El conflicto es inevitable.
La mayoría de las personas cuando escuchan la palabra conflicto únicamente piensan en la connotación negativa que desencadena dicha palabra, pero se nos olvida que un conflicto puede ser también una oportunidad de cambio, es decir, puede ser un catalizador de crecimiento y mejora.
La diferencia entre estas dos vertientes que desencadena el conflicto es la gestión del mismo, es decir la forma en la que se percibe y se gestiona el conflicto determinará si se convierte en un obstáculo o en una oportunidad para el cambio.
La palabra conflicto tiene de base una connotación negativa, pero debemos tener en consideración que no hay una única forma de ver y explicar el mundo que nos rodea.
Un conflicto puede ser el resultado de una emancipación tras una relación de sumisión, que suponga el indicativo que una de las partes esté luchando por sus intereses y derechos. Reclamando justicia y lo que le pertenece. Evitar el conflicto, que sería lo contrario, acarrearía sentimiento de inferioridad y malestar, a priori más cómodo, pero prologado que cultivaría una problemática mayor. Enfrentarse puede suponer un duro paso y conllevar sufrimiento, pero puede ser el primero de los necesarios para huir de algunas situaciones de abuso.
Desde la perspectiva de la psicología clínica, una persona que llegó a consulta estando deprimida, la presencia de conflictos podrían ser un indicativo de mejora. Esto es debido a que el hecho de que esté confrontando cuestiones o simplemente discutiendo con su entorno podría implicar que ha recuperado fuerzas y motivos por los que pelear.
Dese el punto de vista evolutivo también es necesario el conflicto para el desarrollo de la personalidad del niño y especialmente del adolescente. No tomar lo aprendido como dogma irrebatible, si no que surja un cuestionamiento y en base a ello construya su propia identidad y sistema de valores.
El conflicto se encuentra definido según la RAE como un combate, lucha, pelea, enfrentamiento, situación desgraciada o de difícil salida… Todas las definiciones de este concepto conlleva connotaciones negativas de la palabra, sin embargo, ¿Puede ser positivo el conflicto?
El conflicto, puede verse como una oportunidad para el desarrollo y el crecimiento personal. Así mismo, nos ofrece la posibilidad de desarrollar nuestra capacidad de innovación y creatividad, debido a que la persona se encuentra en constante búsqueda de soluciones y cambio.
Por lo tanto, el conflicto abordado desde un punto de vista constructivo, puede cumplir la función de catalizador hacia una mejora personal.
Un conflicto está caracterizado principalmente por ser una situación en la que hay o parece haber intereses contrapuestos o incompatibles, dando lugar a un enfrentamiento entre las partes. Hay que tener en cuenta que, como en la mayoría de las situaciones, siempre suele haber partes positivas y partes negativas.
Partiendo de la base de que las partes se posicionan de forma opuestas, esto genera un deterioro en la relación, sintiendo emociones negativas de resentimiento o tensión, o incluso llegando a actuar buscando el perjuicio de la contraparte, por lo que podemos llegar a pensar que un conflicto siempre genera algo negativo.
Sin embargo, no siempre se llega a tales extremos, o tras un proceso de tensión se puede llegar a conclusiones favorables para las partes. Por ello, se puede apreciar que ha habido una mejora en la comunicación, un sentimiento de capacidad de crecimiento personal al haber superado el conflicto, un aumentado la toma de decisiones y de autonomía al defenderse uno mismo para lograr sus objetivos o simplemente alcanzar un sentimiento de felicidad al saber que el conflicto entre las partes ha finalizado y que todo el proceso pasado puede servirnos para que en otras ocasiones no se llegue a tal situación.
En mi opinión, el término conflicto conlleva un gran abanico de situaciones, desde algunas superficiales a algunas horribles. Pese a todo y en líneas generales, creo que a la hora de encontrarnos con este tipo de experiencias o "muros", se puede sacar una enseñanza de ello, ya sea de la situación en sí o de nosotros mismos(Ya sea a descubrir algo de nosotros mismo que desconocíamos, o aprender a gestionar nuestras emociones mejor) Por lo que en definitiva, pienso que los conflictos pueden llegar a ser positivos.
En primer lugar hay que recalcar que el ser humano por naturaleza tiende a evitar todo tipo de conflicto que le pueda surgir, ya puede ser por ahorro de tiempo, de dinero o de lo que sea. Sin embargo, en mi opinión, por supuesto que un conflicto puede ser positivo.
Antes que nada habría que preguntarse el porque una persona puede entrar en conflicto con otra si por definición se sabe que no es una situación favorable, bueno pues yo creo que si eres capaz de afrontar dicha situación es por que existe un bien mayor que a la larga o incluso en un intervalo corto de tiempo, depende del tipo de problema, va a ser favorable.
Para poner un ejemplo de como lo veo yo voy a poner un divorcio, en esta situación existe un matrimonio en el cual una persona se quiere desvincular de la otra. Esto principalmente se da debido a que esa persona ya no te hace feliz y entras en un conflicto. El momento del conflicto obviamente no es positivo pero a la larga seguramente sea mas feliz con otra persona o sola y así ocurre también en un divorcio de mutuo acuerdo, al final te separas de un lugar donde no eras feliz a la búsqueda de otro lugar donde si lo vayas a ser. Y así pienso que son todos los conflictos, siempre una persona va en la búsqueda de un bien mayor, aunque no siempre las dos partes van a salir con algo positivo ya que no todo el mundo puede salir ganando siempre, pero si que creo que una parte de las dos, al menos, siempre sale con algo positivo de un conflicto.
El conflicto como bien se ha definido, es algo sujeto a emociones negativas como puede ser la perdida de dinero, tiempo, esfuerzos...
Sin embargo, los conflictos son parte de nuestra vida y tienen una función evolutiva, pues cuando nos enfrentamos a un desacuerdo, podemos debatir y explicarle a la otra persona o personas implicadas cual es tu punto de vista, pudiendo así empatizar conmigo. De igual manera ocurriría al contrario, pues la persona puede explicar cuales son sus sentimientos, su punto de vista, y así, ponernos en su lugar y comprender que es lo que nos está proponiendo o cual es el origen del mismo. Por ello, considero que los conflictos son en parte positivos, pues nos ayudan a rebasar baches en el camino de las relaciones con otras personas.
Además, la resolución de conflictos es positiva, puesto que cuando una personas vuelve a tener un problema con las mimas características ya sabe como resolverlo, utilizando dichas estrategias que provocaron una solución efectiva. Además, gracias a tener vivencias de resolución de conflicto, se puede llegar a evitar que el desacuerdo desencadene grandes consecuencias para ti o para la otra persona.
Es inevitable que se desencadenen conflictos, por lo que es nuestra función poner de nuestra parte para llegar a un acuerdo en el que ambas partes salgan beneficiarias y así avanzar.
A pesar de las connotaciones negativas asociadas a las numerosas definiciones de conflicto desde mi punto de vista tener un conflicto en algún momento puede llegar a ser positivo para las personas que están implicadas en dicho conflicto, ya que cuando se está o se tiene un conflicto de cualquier tipo, aunque es cierto que este puede traer una serie de costes los cuales pueden ser muy diversos dependiendo del tipo de problemática al que nos estemos refiriendo, también te puede permitir tener un crecimiento personal y ver qué es lo que necesitas tanto tu mismo como la otra parte para poderlo resolver.
Por lo tanto, siempre y cuando se pueda llegar a un acuerdo de ese conflicto se va a sacar algo positivo, pudiendo conseguirse este de manera directa entre las personas implicadas o a través de la mediación.
Aunque los conflictos siempre sean visto como algo negativo y que produce confrontación, también pueden ser todo lo contrario.
¿Por qué pueden ser algo positivo? El estar en conflicto con otra persona puede ayudarte a entender o ponerte en el lugar del otro, pensar más allá de tus propios intereses, y buscar el bien común. Además, en ocasiones la resolución positiva del conflicto puede conllevar una mejora en la relación de los involucrados en este, el llegar a un acuerdo favorecerá la confianza entre ambas partes.
El conflicto es algo inherente al ser humano, ya sea por su diferencia de intereses con el ambiente o consigo mismo.No obstante, la diferencia en el resultado del conflicto esta en como este sea gestionado. Por ello, me mantengo en la postura en que los conflictos mayormente son más positivos que negativos.
Desde mi punto de vista, sin estos no hay transformación ni crecimiento. Esta idea la podemos aplicar tanto a la sociedad como al individuo con sus relaciones más personales. Por ejemplo, si no hubiera una diferencia de ideas o intereses, la sociedad como tal solo llevaría a una dirección y por lo tanto, los beneficios de esta solo irían a un destinatario.
Centrándonos más en el individuo y en las relaciones entre estos, soy fiel defensora de que el conflicto puede unir de manera positiva a las personas, siempre que este no sea continuo. Si ambas partes saben comunicar sus opiniones de una forma constructiva, el conflicto puede resultar en el fortalecimiento de las relaciones y por ende, promover el progreso de esta. Por el contrario, también puede ayudarte a ver con quien estas realmente, en el sentido de, si una persona expresa de forma agresiva e irrespetuosa sus ideas y no quiere escuchar la opinion del otro sobre ese tema, la otra persona también puede darse cuenta de si quiere seguir teniendo un vinculo con este.
Puede que no me haya explicado de la mejor manera, pero como conclusión: Creo que el conflicto, según en que situación puede ser mayormente beneficioso, siempre y cuando la gestión de este sea constructiva y ambas partes se expresen con respeto y madurez. Y la resolución de este puede acabar en unión y fortaleza de un vínculo, respetando los intereses del otro, o en la ruptura de este, llevada de una forma comprensiva.
En general, el conflicto, a primera vista, puede llevar implícito ciertas connotaciones negativas en su palabra. Si preguntáramos sobre esta concepción, la gran mayoría de personas lo entenderían como una segregación entre dos personas, incluyendo pensamientos, emociones y conductas negativas, como aspectos que lo conforman.
Sin embargo, en mi opinión, el conflicto no es más que una oportunidad de aprendizaje y de desarrollo tanto personal como social. Es totalmente útil, ya que realmente, todos y cada uno de nosotros, vivimos conflictos constantemente, desde algunos que pueden llegar a pasar desapercibidos, hasta otros que pueden ser un punto decisivo en nuestras vidas. Sin lugar a dudas, la verdadera importancia está en la gestión de ese conflicto, lo cual hace que pueda ser entendido como positivo o negativo. El hecho de conocer las estrategias necesarias para otorgar una solución justa entre las dos partes es de vital importancia. Es entonces, cuando el término conflicto se entenderá como positivo en todos sus aspectos relacionados.
Cuando hablamos de conflicto lo primero que se nos pasa por la cabeza es su dimensión negativa, sin embargo, en ciertas circunstancias un conflicto puede llegar a ser positivo, y puede brindar oportunidades para crecer, aprender o mejorar las relaciones.
Hay ocasiones en las que un conflicto puede dar cuenta de problemas que no percibíamos como existentes y los cuales no se habían expresado y puede ayudar a mejorar la comunicación y buscarle una solución.
Por otro lado, la existencia de un conflicto puede llegar a desarrollar habilidades tales como la escucha activa, la empatía o la capacidad de resolución de problemas de una manera sana y segura en el entorno en el que se produce.
Si no existieran los conflictos, los sistemas y las reglas quedarían estables y nunca se llegaría a promover un cambio cuando las condiciones lo requieran. Los conflictos surgen cuando algo no va bien y es necesario cambiarlo para llegar a conseguir un progreso y un avance tanto a nivel personal como social.
Lucrecia Phillipps
El conflicto es positivo ya que es una oportunidad para generar cambio, puede ser incomodo pero en ocaciones es necesario, ya que genera una ventana para comunicar necesidades e intereses, que pueden estar en consonancia con los de la contraparte, y con las herramientas y la comunicación adecuada, ambas partes pueden llegar a un acuerdo que los beneficie de igual manera.
Considero que el conflicto, aunque en principio pueda parecer negativo, no siempre es así, se tiende a pensar que si tienes algún conflicto sea del tipo que sea, material, social... va a ser malo debido al desgaste que siempre requiere la resolución del mismo como se expone en la reflexión previa, como puede ser la périda de dinero, tiempo, etc, pero creo que dejando esto a un lado, podemos extraer una parte positiva de este.
Estar involucrado en un conflicto puede hacerte ver otros puntos de vista, otras opciones, malentendidos, lo cual no conlleva un cambio en tu postura , pero si ver más allá de lo que ya veías, produciendo una satisfacción y mejora.
También no podemos decir que un conflicto en el que la comunicación es difícil, escasa u hostil , en su mayoría no nos gusta estar en ese tipo de situaciones debido a que dificulta la expresión de las opiniones y puntos de vista que comento anteriormente
Además, este clima no produce únicamente fluidez en el conflicto cambio de opiniones sino que pone de manifiesto la divergencia de intereses, puntos de vista y necesidades, obligando a las personas a pensar de manera creativa e innovadora lo cual considero una cosa importante y necesaria para un desarrollo personal.
A modo de conclusión me gustaría hacer una especie de reflexión y resumen de lo comentado y es que el conflicto puede ser altamente positivo cuando se asume con la actitud correcta y se gestiona de manera efectiva siendo importante la involucración de las dos partes inmersas en el conflicto, ya que, lejos de ser una situación que debe evitarse a toda costa, el conflicto puede ser un motor de cambio, innovación y crecimiento
Aunque a primera estancia un conflicto se reconozca como una lucha, pelea, enfrentamiento o situación de difícil salida, desde mi punto de vista lo considero como una oportunidad para tratar de buscar una solución favorable para ambas partes o de otra manera, ponerle fin a un estado de angustia como sufrimiento mental.
Por tanto, sí, para mí los conflictos pueden ser positivos. A parte de lo ya comentado anteriormente, pienso que el surgimiento de un conflicto buenamente gestionado puede llegar a desarrollar y mejorar habilidades sociales como la comunicación, favorecer el pensamiento crítico y descubrir, a la vez que nutrir a las personas involucradas de nuevos enfoques y perspectivas.
Como hemos visto estos días, el conflicto es una situación desgraciada cuya resolución es incierta. Normalmente esto se ve únicamente como negativo, algo con lo que sufrimos y con grandes repercusiones emocionales en la persona, generando sentimientos como desesperanza, frustración o tristeza, entre otros.
Si embargo, hay que saber cambiar la perspectiva con la que vemos cada conflicto, y saber ver la parte positiva de él. Pongamos como ejemplo los conflictos de identidad, aquellos en los que las personas experimentan un periodo de confusión sobre unas mismas. Por muy duro que sea el proceso, el resultado final es la construcción de una identidad propia, con la que la persona se sienta cómoda, feliz, y con la confianza en sí misma suficiente para hacer frente a otros conflictos a los que se pueda enfrentar en el futuro. Además, se vuelve más fácil buscar un grupo con el que desarrollar un sentimiento de pertenencia y aceptación.
En la mayoría de ocasiones la palabra conflicto genera pensamientos y actitudes negativas puesto que se ponen de manifiesto intereses contrapuestos que pueden dar lugar a un deterioro en las relaciones.
No obstante, el conflicto tiene partes positivas. En primer lugar, puede fomentar la creatividad en la búsqueda de una solución al evidenciar las diferentes ideas y posicionamientos de las partes enfrentadas que en primera instancia no se tomaron en consideración.
Asimismo, el conflicto puede ser un espacio que genera oportunidades de diálogo en las que se mejora la comunicación y comprensión mutua, lo cual también puede dar lugar a identificar problemas subyacentes que motiven el cambio de una manera positiva.
Por último, promueve diversas habilidades como la empatía, el respeto, la comunicación o algunas ya anteriormente mencionadas, lo cual puede favorecer el crecimiento personal.
El conflicto según que postura adoptemos lo podemos plantear como un problema o una oportunidad. Por supuesto, siempre hay aspectos positivos y aspectos negativos, depende mucho del grado del conflicto y de sus consecuencias.
Centrándome en el enfrentamiento entre dos personas, entiendo que el conflicto pueda ser un problema por todo lo que conlleva a nivel cognitivo, emocional y conductual. Como muy bien se explica en esta entrada del blog, a partir de un enfrentamiento las relaciones se deterioran, los sentimientos se resisten y las actitudes se polarizan, lo cual afecta negativamente en su vida diaria a los enfrentados, mencionando además la perdida económica y de tiempo. Pero, si me posiciono desde el punto de vista de mi doctrina, la psicología, encuentro el conflicto positivo, ya que puede ser una oportunidad para reflexionar, ayuda a entender quienes somos y a que le damos importancia en nuestra vida, obtenemos un crecimiento personal, desarrollamos habilidades emocionales (como el manejo del estrés, la paciencia, el nivel de frustración…) y en caso de que ese conflicto proceda de una inseguridad o de un miedo puede concluir en la superación de ello. Y como hemos visto en la explicación del tema 1, no siempre un conflicto es peligroso, ni hay una persona ganadora y otra perdedora.
Finalmente, si pienso que puede ser positivo el tener o estar en conflicto en algún momento, pero, como he mencionado anteriormente, creo que depende mucho del tipo de conflicto y de la situación, ya que no es lo mismo un divorcio que implique a hijos menores de edad que discutir con una amiga por malinterpretar un mensaje.
Generalmente, los conflictos suelen generar emociones negativas y las personas suelen estar estresadas ante ellos, e incluso suelen tender a evitarlos. Sin embargo, estos pueden traer consecuencias positivas a nuestras vidas.
Entre ellas, podemos encontrar una iniciativa hacia el cambio, esto es, cuando existen dos intereses contrapuestos, es porque hay algo que está fallando, esto pone en evidencia la necesidad de realizar cambios y con ello, de mejorar. Asimismo, cuando un conflicto se resuelve de manera favorable para las dos partes, las personas están desarrollando sus habilidades para escuchar, comprender y una mayor empatía hacia los demás.
Por ello, los conflictos generan mayores herramientas a las personas para resolver sus problemas diarios de forma calmada y suponen una adquisición de habilidades para dificultades que puedan surgir en el día a día como una mayor predisposición de las personas para encontrar soluciones que sean beneficiosas mutuamente.
Para ello, la resolución de conflictos debe ser en un ambiente calmado y respetuoso, donde se de una comunicación clara entre ambas partes, dichas partes tengan una actitud de escuchar y comprender diferentes puntos de vista y el objetivo sea encontrar soluciones.
Bajo mi criterio, cualquier situación que se nos presente en nuestro día a día tiene tanto una perspectiva positiva como otra negativa, es decir, si ocurriera algún escenario perjudicial hacia uno mismo y se es capaz de abordar de manera constructiva, puede incluso ayudarnos a superar contextos futuros que resulten similares hacia nosotros o a cualquier persona de nuestro entorno social cercano que experimente algo relacionado.
Generalmente, las personas buscamos apoyo en aquellas que consideramos que serán capaces de ofrecernos su ayuda y solución ante el dilema que acapare nuestra atención en un momento dado, así pues, confrontar y superar disputas genera oportunidades de crecimiento personal y fomenta una mayor compresión hacia el resto.
Partiendo de la premisa de que el conflicto es un elemento intrínseco del proceso de socialización e inherente a la condición humana, ya sea en la familia, con los amigos o en el trabajo, se puede afrontar de dos maneras diferentes: de forma positiva o negativa.
Generalmente, asociamos esta palabra con una connotación negativa, algo que hay que evitar, pues se entiende como un obstáculo que dificulta la interacción entre dos personas o grupos, debido a sus diferencias u objetivos, siendo potencialmente frustrante e incómodo.
Efectivamente, los conflictos no siempre deben conllevar este malestar, sino que dependerá de cómo los gestionemos.
En caso de hacerlo adecuadamente, puede ser positivo. Para ello, deberemos abordarlos de una manera productiva y aprovechando sus beneficios para convertirlo en oportunidades que generen soluciones innovadoras y creativas, las cuales ayuden a mejorar y crecer tanto en el aspecto personal como profesional. En definitiva, nos pueden enriquecer y ayudar a pensar y resolver otras situaciones futuras.
Para llegar a conseguir esto, en primer lugar, habrá que aprender a controlar las emociones espontáneas y más intensas, el comportamiento y la forma de expresar nuestras necesidades sin amenazar o castigar a las demás personas que forman parte del conflicto. Deberemos hacerlo de manera constructiva y manteniendo un enfoque y mente abierta.
En segundo lugar, la comunicación es esencial, ya que escuchando activamente - que no será lo mismo que simplemente oír - a todas las partes involucradas en el conflicto y expresando nuestras ideas de una manera respetuosa, encontraremos soluciones que podrán satisfacer tanto las necesidades de uno mismo como las del resto de partes.
Gracias a la gestión positiva que se haga del conflicto, se generarán debates y se fomentará el pensamiento crítico y la reflexión, pudiendo generar cambios y avances sociales que desemboquen en un entorno pacífico. Además, esto favorecerá la construcción de relaciones más sanas y duraderas y aprenderemos a responder más fácilmente frente a nuevos conflictos que puedan plantearse.
Sin embargo, si no es posible resolver el conflicto por los actores principales o secundarios del mismo, podrán optar por recurrir a la asistencia de profesionales formados en la mediación. Éstos, ante todo, tendrán como tarea principal determinar los intereses de cada parte una vez que hayan aportado sus informaciones.
Tras ello, intentarán que haya una conversación donde se propicie un intercambio de ideas por parte de los actores principales con el fin de acercar posturas; en caso de ser superflua, no conducirá a ninguna solución. Por tanto, se deberán compartir sentimientos para ayudar a la reconstrucción de las relaciones y buscar soluciones definitivas al conflicto.
Este tipo de diálogos con un guión previo, preparado por el mediador, enfocado a encontrar el efecto deseado en los participantes - teniendo en cuenta el ambiente y el contexto donde se lleve a cabo - ayudará a que la gestión del conflicto llegue a los resultados más favorables mediante las técnicas que he descrito antes, entre otras.
Aun así, es cierto que la estrategia empleada debe tener muy claros los objetivos a conseguir. Lo ideal es llegar a aquello que la mediadora portorriqueña Sonia Navarro denomina como “una Conversación Transformacional”, que consiste en aquella donde se involucra un alto grado de compartir y descubrir e integrarse a una idea, a una acción congruente y a una dimensión diferente.
Si esto se consigue, esos conflictos tendrán potencial de crear aprendizajes para poder mejorar. En definitiva, hay que llegar a la llamada “cultura del encuentro” para que, saliendo de nuestra zona de confort, podamos entender que el otro puede tener parte de razón.
Por tanto, en resumen, como se puede observar la resolución de un conflicto tiene bastantes más aspectos positivos que negativos.
Considero que en cualquier caso, siempre que se sepa cómo gestionar la dificultad con madurez e introspección, los conflictos son positivos.
En primer lugar, aclarar que positivo no es lo mismo que agradable.
En segundo lugar, plantear algunos de los aspectos a los que me refiero. El ejemplo más evidente es el aprovechamiento personal que se puede aprender de un conflicto: sin duda invita a la reflexión, lo que puede llevarnos a definir elementos importantes como nuestros valores o los objetivos que queremos para nuestra vida. En cuanto a nivel social, un conflicto nos obliga a comunicarnos con la gente que nos rodea. Esto lleva, teniendo presente que se haga con respeto mutuo, a un entendimiento mayor al que existía antes, por lo que a través del contratiempo nuestras relaciones sociales pueden verse fortalecidas.
Sin duda, el determinante que hará que un conflicto sea positivo o negativo, es la gestión que cada uno haga del mismo.
El conflicto tiene tanto aspectos negativos como positivos cuando se maneja de manera adecuada, en este caso me voy a enfocar en los positivos. Para que un conflicto tenga aspectos positivos ambas partes tienen que estar de acuerdo en intentar solucionarlo y saber que van a tener que ceder en su parte de razón. Cuando se aborda el conflicto de manera constructiva, las personas involucradas tienen la oportunidad de hablar sobre lo que realmente les preocupa. Eso puede aclarar la situación o no, pero al menos ambas partes, si se hace de manera adecuada, se sienten escuchadas y comprendidas. Además, si un conflicto se resuelve de manera positiva contribuye al crecimiento personal; debido a que enfrentarse a un desacuerdo obliga a las personas a desarrollar habilidades como la empatía, la escucha activa y la negociación. Por otra parte, las situaciones de conflicto a veces revelan que algunas estructuras, normas o maneras de hacer las cosas ya no son efectivas o justas. Por lo que el enfrentamiento a este problema puede ser la herramienta para el cambio y la mejora, tanto a nivel personal como institucional.
Respondiendo a la pregunta, creo que, a la mayoría de las personas, se nos vendrán tan solo adjetivos negativos para describir lo qué es un conflicto.
Cuando dos personas o más tienen un conflicto, lo que primero se me viene a la mente, es “desacuerdo”, es decir la falta de conformidad. De esta breve definición podemos deducir fácilmente que un conflicto conlleva situaciones incómodas, conversaciones llenas de tensión, y malentendidos que podrán empeorar el problema. Además, nos provocan periodos de frustración, estrés…
Mi opinión está basada en la manera en la que decidan las partes abordar el conflicto. Casi siempre sacaremos algo positivo de un conflicto, pero bajo mi criterio, un conflicto en el que las partes han participado para llegar a un objetivo o acuerdo, sacarás muchas más cosas positivas que negativas.
Aunque en contra de lo anterior, de los conflictos en los que ninguna de las partes ponga de su parte para solucionarlo, aprenderán sobre todo para manejar situaciones futuras, y eso será lo más positivo que obtenga de ello, será un “reto” a superar y superarlo será complicado. Un ejemplo de ellos son las relaciones, ya sean de amistad, familiares, amorosas o laborales. En las relaciones, para avanzar y madurar, se necesita tener muchas conversaciones incómodas que podemos considerar pequeños conflictos, ya que están llenas de desinterés. Este tipo de comunicación es realmente positivo para todas las relaciones.
Incluso en el ámbito profesional serán los conflictos algo positivo ya que te dará experiencia y conocimientos para tratar futuros conflictos y, el tiempo o el dinero que “habías perdido” en ese primer conflicto, te lo has ahorrado en estos futuros problemas. Por lo tanto, para concluir, habrá sido una total inversión haber estado en conflicto en un primer momento.
Pese a las dificultades que engloban los conflictos, de ellos podemos sacar aspectos positivos siempre que se gestionen de la mejor manera posible, las partes involucradas están dispuestas a hablar entre ellas y escucharse. Cuando tenemos un conflicto con alguien, podemos mantenernos firmes y seguir pensando que somos nosotros quienes llevamos la razón. Sin embargo, si ponemos un poco de interés en entender al otro y alcanzar una solución que nos favorezca lo máximo posible a todos los sujetos implicados, buscaremos nuevas formas de entender la situación e indirectamente nos veremos favorecidos por ellas. Relacionado con esto, cuando tratamos de solucionar un conflicto ponemos en práctica habilidades como la empatía, la toma de decisiones y la negación, que además nos permiten afrontar desafíos futuros. En conclusión, siempre que tratemos de adoptar una actitud activa en la resolución de conflictos y tratemos de ser constructivos, podemos obtener consecuencias positivas de los conflictos a corto, medio o largo plazo.
Son múltiples los aspectos negativos que pueden surgir de un conflicto, tales como los diversos costes asociados (temporal, económico, moral, social, etc.) o el desgaste personal. Pero por ello no debemos evitar el surgimiento de conflicto, ya que es algo tanto inevitable como necesario para toda relación/organización. Cuando estamos ante un conflicto, se nos abren diversas puertas que nos pueden dirigir hacia ámbitos de mejora, nuevo conocimiento del contexto en el que nos encontramos, prevención de futuros problemas, fortalezas a fomentar, debilidades a mejorar... Es decir, el análisis o radiografía que debemos hacer ante un conflicto supone una verdadera oportunidad de cambio, desarrollo y mejora.
Un sencillo ejemplo sería el conflicto que puede llegar a surgir en una organización ante un empleado que quiere abandonar la misma. Si analizamos su posición, intereses, necesidades... podremos llegar a conocer cuál es el motivo de su ida, pudiendo ser, por ejemplo, la necesidad de desarrollo profesional que se está viendo frustrada. De este modo podremos trabajar en ella y obtener un mayor rendimiento y satisfacción laboral, obteniendo así un resultado positivo ante el conflicto tras su gestión.
Un conflicto ocurre por el desacuerdo sobre un tema entre dos o más personas, generalmente se concibe como algo negativo, donde cada uno vela por sus intereses y argumenta ideas contrarias a las del otro. Aun así, un conflicto puede ser positivo en muchos ámbitos, como el crecimiento personal. Cuando se discute con otra persona tienes la oportunidad de aprender e indagar en nuevos opiniones e intereses, esto es indispensable para el nuevo conocimiento y para la auto evolución. El conflicto no es positivo en si, en cambio, si es positivo lo que genera en la persona.
La resolución de conflictos es una capacidad que no todo el mundo tiene y que es verdaderamente rica a la hora de vivir en una sociedad como la nuestra. Para aprender a solucionar problemas hay que sufrirlos con antelación, esto provoca que aumentemos esa capacidad y por lo tanto que se provoque un fenómeno positivo en nosotros.
Otro factor relevante a la hora de tratar los conflictos son los temas por los que se discuten, estos temas pueden ser positivos o negativos, aunque el efecto que se provoca en las partes es positivo, ya que tener un conflicto, te beneficia ante un futuro problema, te prepara para este, aunque se discuta por un tema negativo.
Cuando escuchamos la palabra conflicto automáticamente pensamos en algo negativo como si esa palabra tuviera esa connotación de forma intrínseca, sin embargo, el conflicto es una parte esencial de nuestra sociedad y, en parte, es lo que nos permite avanzar, cuestionando y juzgando la realidad social con el propósito de mejorarla.
Un conflicto siempre resulta incómodo, ya que implica a más de una persona con opiniones diferentes y que, normalmente no están dispuestas retroceder. no obstante, el conflicto es el primer paso para llegar a un acuerdo. No podría existir una solución sin un conflicto previo. Siguiendo esta idea, el conflicto podría llegar a tener una connotación positiva justo por lo dicho anteriormente, el conflicto deja de serlo cuando se pone una solución, y esa solución al conflicto es la que nos hace avanzar tanto de forma individual como en sociedad además de proporcionar herramientas como la empatía, la escucha al otro y la solidaridad para futuros conflictos, los cuales van a estar presentes durante el resto de nuestra vida y la intención es afrontarlos de manera constructiva para que nos ayuden a avanzar.
Un conflicto es una discusión sobre una cuestión entre dos o más personas, cada una de ellas protege y defiende intereses diferentes. Generalmente un conflicto se concibe como negativo porque provoca un ambiente de tensión y de desacuerdo. Aunque el efecto que provoca en las partes que discuten es positivo, ya que, a través de un conflicto se aprende a defender intereses, a respetar opiniones contrarias y a crecer como personas. Es indispensable conocer diferentes puntos de vista para aumentar el conocimiento personal. La resolución de conflictos es una capacidad que no todo el mundo tiene y es relevante para poder tratar con personas y mediar entre y para ellas.
El conflicto, a pesar de sus connotaciones negativas, puede ser positivo siempre y cuando se gestione de manera adecuada. Ofrece una oportunidad para el crecimiento personal, mejorando la comunicación y la capacidad de resolución de problemas, además de fomentar el desarrollo de competencias interpersonales, como la empatía.
El conflicto, a pesar de sus connotaciones negativas, puede ser positivo siempre y cuando se gestione de manera adecuada. Ofrece una oportunidad para el crecimiento personal, mejorando la comunicación y la capacidad de resolución de problemas, además de fomentar el desarrollo de competencias interpersonales, como la empatía.
En mi opinión, y aunque a menudo asociamos los conflictos con situaciones negativas, la realidad es que pueden tener un lado muy positivo cuando se gestionan de manera adecuada.
Los conflictos a menudo surgen cuando hay desacuerdos o diferencias, lo que puede ser el motor para replantear situaciones, ideas o procesos, comprender otra postura y ponernos en el otro lado del ring, lo que puede agrandar nuestro punto de vista de la situación general.
Los conflictos son capaces de acabar generando un absoluto beneficio de la situación, de hecho, creo que ese es el objetivo principal de cualquier conflicto, alcanzar el máximo beneficio posible para todas las partes involucradas. Los conflictos dentro de determinados ámbitos puede dar lugar a varios resultados, como por ejemplo las controversias científicas, que pueden estimular la investigación y el desarrollo de nuevas teorías, los conflictos entre departamentos de empresas pueden llevar a la creación de nuevos productos o servicios que satisfagan las necesidades de todos los involucrados, los movimientos sociales a menudo surgen como respuesta a conflictos y desigualdades, generando cambios sociales significativos.
Para mi, el punto más positivo de un conflicto reside en fortalecer los vínculos entre las personas involucradas, al aprender a comunicarse y comprender mejor las diferentes perspectivas, a la vez que nos obligan a confrontar nuestras creencias y a desarrollar habilidades como la negociación y la empatía.
Desde mi punto de vista, aunque la mayor parte de las veces, los conflictos son asociados a situaciones negativas, estos tienden a proporcionar beneficios si son gestionados de forma adecuada.
De esta manera, los conflictos son positivos, pues impulsan el cambio; ya que son el origen de una transformación o mejora.
Asimismo, estos fomentan la comunicación, ya que posibilitan que las personas expresen sus sentimientos e ideas de forma clara y abierta.
Adicionalmente, los conflictos aumentan el conocimiento, ya que dan lugar a conocer nuevas perspectivas.
Por consiguiente, los conflictos fortalecen las relaciones, debido a que superar conflictos juntos hace que se cree una mayor confianza y sentido de comunidad.
Por último, también ayudan al crecimiento personal, ya que obligan a las personas a enfrentarse a sus miedos e inseguridades.
En definitiva, los conflictos, aunque puedan parecer negativos, incorporan una serie de beneficios, entre los que se encuentran los mencionados anteriormente; que hacen que las personas crezcan y aprendan.
El conflicto, desde una perspectiva jurídica, puede ser algo positivo al impulsar cambios sociales, normativos y personales. Aunque se perciba como negativo, el conflicto fomenta el desarrollo del Derecho al generar precedentes y ajustes legislativos, mejora las habilidades argumentativas de quienes lo enfrentan y promueve mecanismos de resolución pacífica como la mediación y el arbitraje. Además, bien gestionado, permite corregir injusticias y alcanzar soluciones más justas, actuando como equilibrio en la sociedad. Por tanto, el conflicto no solo es inevitable, sino que también puede ser positivo.
Personalmente considero que además de los numerosos aspectos y consecuencias negativas que generan los conflictos, también coexisten otras muchas positivas, ya que incluso puede acabar siendo un reforzador de la relación entre las partes en conflicto aunque en un principio estas se vean deterioradas. Igualmente, muchas habilidades como la creatividad o la toma de decisiones pueden alcanzar un gran desarrollo. No obstante, lo anterior no implica que los conflictos siempre tengan un balance positivo, pues en muchas ocasiones, el no conseguir llegar a un acuerdo, puede acarrear consecuencias muy negativas.
El conflicto no necesariamente tiene que ser algo negativo. Cuando entre dos personas surge una disputa o un desequilibrio se puede llegar a un entendimiento siendo respetuosos el uno con el otro y siempre que las dos partes estén dispuestas a respetarse y llegar un acuerdo. Se intercambian ideas, opiniones, diferentes punto de vista y es probable que se fortalezca la relación entre ambas partes.
Aunque normalmente consideramos los conflictos como algo malo, en realidad pueden tener aspectos positivos. Un desacuerdo puede ayudar a las partes a entenderse mejor, al buscar soluciones y permitir que se aborden problemas que quizás no se habían notado antes.
Tambien en ocasiones, un conflicto puede distanciar a personas que antes compartían un fuerte vínculo, pero también puede dar lugar a una mejor comunicación después de que ocurra uno, ya que las partes pueden ceder y trabajar para que no se repita, utilizando la comunicación entre ellas, y fomentando una mayor comprensión.
Para iniciar esta reflexión considero que lo primero sería intentar evitar el pensamiento normalizado de ver el conflicto como algo negativo, algo que solo puede polarizar a los participantes y desgastar sus relaciones.
Si nos basamos en la definición objetiva de conflicto es simplemente la convivencia de objetivos aparentemente contrarios pero que con una buena gestión puede convertirse en una oportunidad para que ambas partes se escuchen y puedan llegar a entender otras necesidades y puntos de vista. Lo que puede llegar a ser verdaderamente enriquecedor. Para ello considero que lo primero que habría que aprender es a escuchar, pero no solo escuchar, sino a intentar empatizar completamente con lo que la otra persona cuenta sin caer en juicios o valoraciones desde el respeto.
Si esto se da, el conflicto puede ser muy positivo, porque puede dar lugar a otros pensamientos, innovaciones, reforzamiento de relaciones y ayudarte a no cuestionar al de lado sino encontrar puntos en común y crecer así de manera colectiva. En definitiva, no pensar en el conflicto como el fin de un camino sino como una parte del proceso que lo enriquece.
Nicolás Durán López.
Un conflicto ocurre por el desacuerdo sobre un tema entre dos o más personas, generalmente se concibe como algo negativo, donde cada uno vela por sus intereses y argumenta ideas contrarias a las del otro. Aun así, un conflicto puede ser positivo en muchos ámbitos, como el crecimiento personal. Cuando se discute con otra persona tienes la oportunidad de aprender e indagar en nuevos opiniones e intereses, esto es indispensable para el nuevo conocimiento y para la auto evolución. El conflicto no es positivo en si, en cambio, si es positivo lo que genera en la persona.
La resolución de conflictos es una capacidad que no todo el mundo tiene y que es verdaderamente rica a la hora de vivir en una sociedad como la nuestra. Para aprender a solucionar problemas hay que sufrirlos con antelación, esto provoca que aumentemos esa capacidad y por lo tanto que se provoque un fenómeno positivo en nosotros.
Otro factor relevante a la hora de tratar los conflictos son los temas por los que se discuten, estos temas pueden ser positivos o negativos, aunque el efecto que se provoca en las partes es positivo, ya que tener un conflicto, te beneficia ante un futuro problema, te prepara para este, aunque se discuta por un tema negativo.
Desde mi punto de vista, el conflicto puede ser una valiosa oportunidad para el cambio y la innovación. Más allá de ser una fuente de tensión, puede convertirse en un motor que nos impulse a cuestionar nuestras formas habituales de pensar y a buscar soluciones más creativas. Además, el conflicto nos invita a dialogar de manera más abierta y profunda, lo que facilita no solo la resolución de diferencias, sino también la construcción de relaciones más auténticas y colaborativas. En este sentido, un conflicto bien gestionado, con empatía y respeto, puede generar transformaciones positivas y fomentar avances significativos.
El conflicto es una situación que, en general, las personas tratamos de evadir a toda costa. Tras esta afirmación tan categórica, solo nos queda preguntarnos el porqué de ello.
Las personas relacionan el concepto conflicto con situaciones estresantes, tensas, e incluso angustiosas. Y en muchas ocasiones, podemos experimentar dichas sensaciones a la hora de entablarlo, pero el conflicto no únicamente nos ofrece elementos negativos. A veces es incluso necesario para nuestro desarrollo personal. Es necesario en muchas ocasiones para establecer ciertos límites en nuestras relaciones interpersonales, para no dejarnos avasallar, para ser consecuente con lo que pensamos y con la forma en la que queremos vivir, en definitiva, el conflicto es intrínseco del ser humano y del mundo que le rodea.
Ahora bien, existen muchas formas de desarrollarlo, entendiéndolo como un continuo en el que a veces este será más o menos funcional, pero en este punto entra la importancia de la asignatura y lo esencial que es esta para esas situaciones en las que dicho conflicto no está siendo útil ni funcional para las personas que lo están entablando.
Desde mi punto de vista, no se podría catalogar un conflicto como algo positivo. El conflicto per se supone un menoscabo en la vida de la persona no sólo a nivel individual, sino también desde una perspectiva social. A su vez, se ha de tener en cuenta el tiempo, la energía y el dinero invertidos en tratar de subsanarlo y, por supuesto, los costes que pueden producirse en la esfera interpersonal. No obstante, sí considero que los conflictos puedan tener una parte positiva en cuanto a las consecuencias que devienen del propio conflicto, ya sea que produzcan un cambio considerado como favorable o supongan la resolución del problema que motivaba el conflicto.
Ya escribí el lunes 11, pero no parece haberse grabado o no lo hice de forma correcta, lo comento por si con el tiempo, encuentra otro comentario de Manuel Herrero Palomo, en esta primera intervención en el blog.
En relación a la visión del conflicto, es cierto que desde una visión veraz podemos pensar que el conflicto, es algo negativo, o genera el nacimiento de emociones o sensaciones negativas en el individuo por la situación que está uno viviendo de conflicto. Pero realmente, yo el conflicto, lo aprecio como una oportunidad. ¿Oportunidad para qué? Oportunidad para comprenderse y conocerse uno mismo y al otro con el que se trata el conflicto, oportunidad para crecer, oportunidad para mejorar en la búsqueda de soluciones, oportunidad para desarrollar nuevas capacidades de control e incluso, nuevas situaciones con las que aprender y mejorar, además de si el conflicto es entre terceros, uno puede luchar por ayudar y llegar a solucionar dicho conflicto, modificando lo irreparable por algo reparable y además, fortalecido.
Pero, desde la visión del conflicto en primera persona, considero que es una situación para incrementar las capacidades de uno mismo, con la complejidad, de que en lugar de seguir tu yo emocional que nace del conflicto, uno debe luchar por mantener en todo momento, a tu yo racional, aquel que te va a guiar en el crecimiento con dicho conflicto y no dejarse llevar por lo que uno sienta, ahí es donde veo la complejidad de hacer positivo el conflicto. Pero bajo mi consideración, el conflicto y el problema, siempre es una oportunidad para crecer en uno mismo y aprender a buscar soluciones donde no creemos que exista solución posible.
Donde haya conflictos, hay soluciones, uno debe luchar por encontrarlas, si considera que le merece la pena arreglar y mejorar la situación por supuesto.
Un conflicto suele surgir de un conflicto de intereses y ante esta situación, la mediación del conflicto, y cómo este se afronte (con unos mismo y con las personas involucradas) es fundamental, ya que si se aborda de forma correcta puede llegar a ofrecer más crecimiento que pérdidas o deterioro.
Gestionarlo de manera correcta ofrece oportunidades de crecimiento y mejora, si uno esta dispuesto a dialogar y negociar, hay que tener una mente abierta. De este modo se pueden obtener puntos de vista y opiniones posiblemente influyentes e interesantes en el tema a tratar. Creando así un nuevo concepto con posibles soluciones con una mayor creatividad.
Además, ya que somos seres sociales la existencia de los conflictos es inevitable, por ello aprender a gestionarlos nos ayuda a saber gestionarnos a nosotros mismos, nuestras emociones y reacciones.
En mi opinión, aunque tendemos a ver los conflictos como algo negativo, pueden tener un lado positivo si se gestionan bien. Pueden generar creatividad al buscar soluciones, mejorar la comunicación entre las partes, y ayudar a identificar problemas ocultos. Además, permiten desarrollar habilidades como la empatía, la negociación y la toma de decisiones, que son útiles para el crecimiento personal y para resolver problemas futuros. Incluso en entornos como el trabajo o los movimientos sociales, los conflictos pueden dar lugar a innovaciones y cambios importantes. Al final, bien manejados, los conflictos fortalecen las relaciones y generan beneficios
El conflicto puede ser tanto positivo como negativo, dependiendo de cómo se maneje y las estrategias que utilice el profesional. De manera positiva, puede impulsar el crecimiento personal, promover el cambio y fomentar la creatividad al desafiar ideas establecidas. Los conflictos bien gestionados fortalecen las relaciones, ya que facilitan la comunicación y la resolución de problemas. Sin embargo, cuando no se aborda adecuadamente, el conflicto puede ser destructivo, generando tensiones, resentimientos y afectando negativamente el bienestar emocional.
El resultado dependerá de la actitud y las habilidades de quienes lo enfrentan, por lo que podemos ver el conflicto como una oportunidad positiva o negativa según la forma en que se aborde.
Desde mi perspectiva, un conflicto puede tener repercusiones desde negativas hasta positivas. Un conflicto puede generar un gran cambio que lleva consigo importantes avances, como puede ser la adopción de una nueva perspectiva del problema, el uso de la creatividad que nos ayuda para dar una solución al mismo, puede llevar no siempre a un desenlace positivo con la otra persona, sino con uno mismo, un conflicto en una relación que no sea sana puede brindar una oportunidad a las partes para que sean felices cada uno por su camino y tener resultados positivos por separado. No obstante, el conflicto no siempre genera estas consecuencias tan favorecedoras puesto que a veces el conflicto continuo puede terminar en tragedias o en consecuencias más graves que el propio desacuerdo en sí. Aún así, el conflicto siempre hace que la oposición, en caso de ser entre partes sea informada de ese desacuerdo y pueda ser consciente de su toma de posición e intereses, que sin ese enfrentamiento rara vez se tomaría esa introspección. Claudia Bonilla
.
Un conflicto da pie a conocer otras perspectivas diferentes a la nuestra, haciéndonos ver que no siempre nuestro pensamiento es compartido y en ocasiones nos puede ayudar a darnos cuenta de nuestros errores o a obtener otras ideas.
En muchos casos, hasta que no estalla el conflicto permanecemos en un estado de conformismo y sumisión, por lo que la confrontación, aunque no lo parezca, puede ser el primer paso para llegar a una solución.
Además, es una forma de trabajar nuestras habilidades comunicativas y capacidad resolutiva.
En mi opinión, estar en conflicto no siempre es algo negativo ya que tiene aspectos positivos que pueden contribuir a un mayor desarrollo personal y al progreso. Los conflictos, más allá de las tensiones, pueden ser una oportunidad para mejorar y avanzar.
Cuando surge un conflicto, las personas se ven obligadas a analizar su situación, lo que puede llevar a descubrir nuevas formas de afrontar los problemas. En lugar de ignorarlos, el conflicto nos impulsa a buscar soluciones que probablemente no habríamos considerado. Además, al compartir diferentes puntos de vista, se fomenta un ambiente de creatividad para dar lugar a mejores alternativas.
También creo que, si se gestionan correctamente, los conflictos fortalecen las relaciones personales, dando lugar a una mayor comprensión y confianza entre las partes, lo que, al final, puede hacer que la relación sea más sólida.
Finalmente, el conflicto nos obliga a comunicarnos mejor ya que podemos expresar nuestras ideas y sentimientos de forma clara, mientras escuchamos realmente a los demás. Gracias a ello se mejora nuestra capacidad de empatizar y entender a los demás.
Tradicionalmente, el conflicto se ha percibido como una experiencia negativa, generando emociones adversas y tensiones en las relaciones. Sin embargo, esta visión reduccionista oculta un potencial transformador. El conflicto puede ser entendido como una oportunidad única para el crecimiento personal y colectivo, un catalizador que nos impulsa a superar nuestros límites y a encontrar nuevas formas de colaboración.
Nuestra percepción del conflicto influye significativamente en cómo lo afrontamos. La forma en que experimentamos un conflicto puede variar dependiendo de factores culturales, sociales y personales. Por ejemplo, en algunas culturas, el conflicto se considera una parte normal de la interacción social, mientras que en otras puede ser visto como una amenaza a la armonía. Asimismo, el contexto en el que se produce un conflicto (familiar, laboral, social) puede influir en su intensidad y en las posibles soluciones.
El conflicto suele atravesar diferentes etapas, desde la aparición de tensiones iniciales hasta la resolución o la escalada. Cada etapa requiere estrategias específicas. En las primeras fases, es fundamental fomentar la comunicación abierta y honesta, promoviendo la escucha activa y la empatía. A medida que el conflicto se intensifica, puede ser necesario recurrir a la mediación o a otras técnicas de resolución de conflictos para evitar la escalada y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
En referente a lo anterior, aparece la figura de la profesión de la mediación debido a que es un proceso estructurado en el que un tercero imparcial facilita el diálogo entre las partes en conflicto, ayudándolas a encontrar soluciones consensuadas. El mediador no impone soluciones, sino que crea un ambiente seguro y confidencial donde las partes pueden expresar sus puntos de vista y necesidades. La mediación puede ser especialmente útil en conflictos complejos que involucran a múltiples partes interesadas.
Seguidamente, ca be decir que más allá de la resolución inmediata del conflicto, este puede convertirse en una valiosa oportunidad de aprendizaje. Al reflexionar sobre las causas del conflicto, las emociones involucradas y las estrategias utilizadas, podemos adquirir habilidades de resolución de problemas, mejorar nuestras relaciones interpersonales y desarrollar una mayor resiliencia.
En definitiva, el conflicto no es el fin del camino, sino una etapa más del proceso de crecimiento y desarrollo. Al abordarlo con una mentalidad abierta y constructiva, podemos transformar las diferencias en oportunidades para aprender, innovar y fortalecer nuestras relaciones.
Tradicionalmente, el conflicto se ha percibido como una experiencia negativa, generando emociones adversas y tensiones en las relaciones. Sin embargo, esta visión reduccionista oculta un potencial transformador. El conflicto puede ser entendido como una oportunidad única para el crecimiento personal y colectivo, un catalizador que nos impulsa a superar nuestros límites y a encontrar nuevas formas de colaboración.
Nuestra percepción del conflicto influye significativamente en cómo lo afrontamos. La forma en que experimentamos un conflicto puede variar dependiendo de factores culturales, sociales y personales. Por ejemplo, en algunas culturas, el conflicto se considera una parte normal de la interacción social, mientras que en otras puede ser visto como una amenaza a la armonía. Asimismo, el contexto en el que se produce un conflicto (familiar, laboral, social) puede influir en su intensidad y en las posibles soluciones.
El conflicto suele atravesar diferentes etapas, desde la aparición de tensiones iniciales hasta la resolución o la escalada. Cada etapa requiere estrategias específicas. En las primeras fases, es fundamental fomentar la comunicación abierta y honesta, promoviendo la escucha activa y la empatía. A medida que el conflicto se intensifica, puede ser necesario recurrir a la mediación o a otras técnicas de resolución de conflictos para evitar la escalada y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
En referente a lo anterior, aparece la figura de la profesión de la mediación debido a que es un proceso estructurado en el que un tercero imparcial facilita el diálogo entre las partes en conflicto, ayudándolas a encontrar soluciones consensuadas. El mediador no impone soluciones, sino que crea un ambiente seguro y confidencial donde las partes pueden expresar sus puntos de vista y necesidades. La mediación puede ser especialmente útil en conflictos complejos que involucran a múltiples partes interesadas.
Seguidamente, ca be decir que más allá de la resolución inmediata del conflicto, este puede convertirse en una valiosa oportunidad de aprendizaje. Al reflexionar sobre las causas del conflicto, las emociones involucradas y las estrategias utilizadas, podemos adquirir habilidades de resolución de problemas, mejorar nuestras relaciones interpersonales y desarrollar una mayor resiliencia.
En definitiva, el conflicto no es el fin del camino, sino una etapa más del proceso de crecimiento y desarrollo. Al abordarlo con una mentalidad abierta y constructiva, podemos transformar las diferencias en oportunidades para aprender, innovar y fortalecer nuestras relaciones.
Generalmente el momento de enfrentarse a un conflicto es algo negativo, pero la mediación tiene ventajas, como que es una opción mas rápida para que se lleve a cabo la resolución del conflicto existente, se trata de un proceso que es más barato generalmente, se suelen llegar a acuerdos que pueden ser mas beneficiosos que los que pudiesen ocasionarse mediante una resolución judicial, además de que gracias a la mediación, el problema se puede reconducir, ya que los problemas que son sometidos a mediación, pueden darse por falta de comunicación.
La mediación también tiene aspectos negativos, como que no siempre se consiguen los resultados esperados, ya que la resolución del conflicto a través de la mediación depende de la voluntad que tengan las partes de alcanzar un acuerdo, por lo que si tras pasado un tiempo sin que se haya resuelto el conflicto objeto de la mediación no se ha conseguido llegar a un punto común, se podría decir que se ha "perdido" el tiempo.
CRISTINA AGUILAR RUIZ
El conflicto aunque generalmente se percibe como algo negativo realmente tiene muchos aspectos positivos que son beneficiosos en ciertos.
Estar en conflicto no es solo inevitable, sino que también es muy constructivo para el desarrollo personal de cada uno. Los conflictos, en algunas ocasiones, sacan a la luz tensiones o problemas que han estado siempre ahí pero realmente no se han expresado o comentado con anterioridad, si se ignoran estas tensiones pueden acabar afectando personalmente a nuestras relaciones o incluso a nosotros mismos. Por eso al tratar el conflicto a su tiempo podemos dar luz a esas causas subyacentes que en un principio no se ven, pero si que están ahí y así poder solucionarlo todo de raíz.
El conflicto también te ayuda a autoconocerte y a crecer emocionalmente, ya que nos ayuda a que reflexionemos sobre nuestras necesidades, emociones o incluso nuestros propios límites, así comprendemos mejor nuestras reacciones y también nos da la oportunidad de mejorar nuestras habilidades de respuesta o incluso nuestra gestión emocional, esto es clave para nuestro desarrollo ya que así podremos afrontar más y mejor los retos y manejar situaciones de tensión.
Otra fortaleza que tienen los conflictos es el fomento de la creatividad, la resiliencia y las habilidades sociales. Nos “obliga” a interactuar con los demás de manera estratégica y siendo conscientes de la situación, escuchando activamente, negociando y buscando puntos en comun, cosa que muchas veces sin la creatividad no sería posible, ya que nos obliga a pensar fuera de los esquemas tradicionales, dando nuevas ideas y enfoques, que quizás, sin la presencia de ese desacuerdo no se habrían dado, las cuales pueden ser incluso más creativas y efectivas para beneficiar a todas las partes de dicho conflicto.
Resumiendo, el conflicto no es siempre negativo, es una herramienta que tenemos las personas para el cambio, el desarrollo y nuestro continuo devenir en la vida. Lo que determina si un conflicto es negativo o no es el prisma por el que se mire y la forma que vamos a tener de abordarlo, no tiene porque ser una amenaza, sino una oportunidad.
Desde mi perspectiva entiendo que un conflicto puede ser positivo si lo usamos como un camino para mejorar la realidad conocida; es decir, si somos capaces de dejar a mitad de camino el egoísmo u orgullo y trabajamos por crear una realidad conjunta en la que ambos seamos felices, el conflicto será positivo.
Aunque la palabra conflicto pueda parecer que tiene connotaciones negativas no siempre es así. Este puede ser una forma de resolver una situación si se gestiona de manera adecuada. Una situación de conflicto es indicativa de que hay algún problema que necesita resolverse, por lo que mediante este podemos hacer cambios que lleven a una mejora de la situación actual, a la que no llegaríamos si no fuera por él. Estos conflictos puede promover la creatividad de los sujetos envueltos en él al intentar llegar a una solución adecuada para todas las partes, generando soluciones nuevas y efectivas. Afrontar conflictos fortalece nuestra capacidad de afrontar problemas futuros y nos permite desarrollar habilidades de negociación y diálogo.
Para que un conflicto sea positivo debe gestionarse de una forma constructiva y buscando alcanzar soluciones beneficiosas para ambas partes. La mediación, entre otros métodos, puede ser una técnica para transformar estas situaciones negativas en una oportunidad de mejora.
Un conflicto tiende a ser una situación tensa que conlleva preocupaciones
por ambos bandos. En un principio, lo usual es que los pensamientos que
genere sean negativos. Sin embargo, hay ocasiones en las que dichos
conflictos pueden arrojar algo de luz sobre un tema que estuviese oculto. Y
aunque duela el resolverlo ayuda a la larga para poder madurar como
personas y obtener herramientas para gestionar futuras disputas.
5 Ventajas a tener en cuenta:
Sentimiento de control, al tomar decisiones y participar, el sujeto siente control sobre el resultado, lo que reduce el estrés y la ansiedad.
Mejora la comunicación por medio del diálogo permite la expresión de sentimientos y emociones en un ambiente seguro y controlado.
Reducción del conflicto emocional, reduciendo la tensión y el malestar emocional.
Desarrollo de habilidades de resolución de conflictos
Ambiente más seguro y menos hostil, ambas partes tienen que sentirse escuchadas y valoradas, lo que disminuye la carga emocional y facilita una mediación y solución pacífica.
Las desventajas a considerar:
Falta de compromiso emocional. Ha de estar preparados para mediar y afrontar el pleito.
Desequilibrio de poder, pudiendo causar una influencia considerable e indebida sobre la otra, lo que puede llevar a soluciones injustas o insatisfactorias.
Exposición emocional, puede haber un sentimiento de vulnerabilidad al exponer sus emociones y pensamientos ante un desconocido aunque este sea el mediador, lo que puede causar incomodidad o resistencia al proceso.
Riesgo de re-traumatización, habiendo un historial de trauma, el proceso de mediación puede abrir viejas heridas, afectando negativamente el bienestar psicológico de las partes.
Falta de resultados vinculantes, en el caso de los procesos legales hay una resolución garantizada, con la mediación no está garantizada, si ambas partes esperaban obtener un asolucón sin llegar al punto legal, puede ser muy frustratnte tener que llegar a este punto, generando ansiedad.
El conflicto puede deteriorar relaciones y generar tensiones, pero también puede ser una oportunidad para profundizar en la comunicación y entender mejor las necesidades y deseos de las partes involucradas. Cuando se aborda de manera constructiva, el conflicto puede llevar a una mayor creatividad y a soluciones innovadoras que de otro modo no habrían surgido.
La clave está en cómo gestionamos esos conflictos. Si somos capaces de ver más allá de la confrontación y enfocarnos en los intereses subyacentes, podemos transformar una situación difícil en una oportunidad para el entendimiento y la colaboración. Esto requiere habilidades de mediación, empatía y una disposición para escuchar y aprender de los demás.
Así que, en resumen, aunque el conflicto puede ser complicado y doloroso, también puede ser una puerta abierta hacia el crecimiento personal y profesional. La forma en que elegimos enfrentarlo puede marcar la diferencia entre una experiencia negativa y una oportunidad valiosa.
El conflicto puede tener efectos positivos si se maneja de forma constructiva. Aunque muchas veces se asocia con algo negativo, los conflictos pueden generar cambios importantes al cuestionar el estado actual de las cosas y abrir la puerta a soluciones creativas e innovadoras. Además, fomentan la comunicación, ya que permiten que las personas expresen sus opiniones y preocupaciones, lo que mejora la comprensión de ambos.
Cuando se resuelven de manera adecuada, los conflictos fortalecen las relaciones y los equipos, ya que ayudan a construir confianza y cohesión. También son una oportunidad para desarrollar habilidades personales como la negociación, la resolución de problemas y la empatía, lo que contribuye al crecimiento personal y profesional. Los conflictos exponen problemas latentes que, si se abordan a tiempo, pueden prevenir mayores dificultades en el futuro. Asimismo, al fomentar la diversidad de perspectivas, pueden incentivar la innovación y la creatividad. En resumen, el conflicto, cuando se aborda con respeto y disposición para escuchar, puede ser una herramienta poderosa para el cambio, la mejora continua y el fortalecimiento de las relaciones.
Aunque generalmente se asocian con tensiones y desacuerdos, los conflictos pueden tener un impacto positivo si se manejan adecuadamente. Por ejemplo, permiten identificar y abordar problemas que podrían haber pasado desapercibidos. Además, los conflictos ofrecen la oportunidad de fortalecer las relaciones cuando las partes involucradas se abren al diálogo, promoviendo una comunicación más honesta y directa.
Otro aspecto positivo es que pueden generar cambios creativos e innovadores, ya que obligan a buscar nuevas soluciones. Finalmente, enfrentarse a conflictos y resolverlos de manera efectiva contribuye al desarrollo personal y profesional, enseñando habilidades valiosas para la vida diaria.
En resumen, un conflicto bien gestionado no solo puede resolver problemas, sino también mejorar la dinámica entre las personas y abrir camino a nuevas ideas.
Desde mi punto de vista el conflicto puede ser una oportunidad para crecer y aprender del otro, siempre y cuando ambas partes implicadas sean flexibles y estén dispuestas a llegar a un acuerdo mutuo. El conflicto puede ser percibido como el inicio del cambio en la vida de las personas que forman parte de él, en este sentido, me explico, los conflictos en su mayoría son vistos por las personas como algo aversivo, algo que debemos evitar, esta creencia nace al pensar que el conflicto no tiene solución, que entrar en conflicto con la otra persona solo empeora las cosas, sin embargo, al enfrentar un conflicto que puede verse como una situación difícil, verse dentro de él puede ayudar a las personas a mejorar, ya que los conflictos hacen que las personas reflexiones sobre sus propias conductas, es decir, se convierten en un proceso de introspección en el continuamente estas revaluando tu punto de vista y las metas que querías conseguir con esa confrontación.
Desde mi punto de vista el conflicto puede ser una oportunidad para crecer y aprender del otro, siempre y cuando ambas partes implicadas sean flexibles y estén dispuestas a llegar a un acuerdo mutuo. El conflicto puede ser percibido como el inicio del cambio en la vida de las personas que forman parte de él, en este sentido, me explico, los conflictos en su mayoría son vistos por las personas como algo aversivo, algo que debemos evitar, esta creencia nace al pensar que el conflicto no tiene solución, que entrar en conflicto con la otra persona solo empeora las cosas, sin embargo, al enfrentar un conflicto que puede verse como una situación difícil, verse implicado en él puede ayudar a las personas a mejorar, ya que los conflictos hacen que las personas reflexiones sobre sus propias conductas, es decir, se convierten en un proceso de introspección en el continuamente estas revaluando tu punto de vista y las metas que querías conseguir con esa confrontación.
En una primera sesión de mediación y resolución de conflictos, comenzaría haciendo preguntas abiertas para comprender el contexto y las perspectivas de cada parte. Preguntaría: “¿Cuál es el problema desde tu punto de vista?” o “¿Cómo percibes la situación y qué impacto ha tenido en ti?”. Estas preguntas permiten que cada cliente exprese su versión de los hechos sin interrupciones, proporcionando un espacio para que se sientan escuchados y comprendidos. También preguntaría: “¿Qué esperas lograr a través de este proceso de mediación?” para entender mejor los intereses y expectativas de cada uno en la resolución del conflicto.
Luego, para fomentar la reflexión sobre posibles soluciones, preguntaría: “¿Qué acciones o acuerdos te parecerían justos para resolver el conflicto?” o “¿Qué crees que necesita cambiar para que ambas partes puedan avanzar?”. Estas preguntas invitan a los clientes a pensar en términos de soluciones prácticas y de compromiso, promoviendo un enfoque colaborativo. También haría preguntas para identificar intereses comunes, como “¿Existen objetivos o preocupaciones compartidas que ambas partes puedan reconocer?”. Esto facilita el camino hacia acuerdos que satisfagan las necesidades mutuas.
No cabe la menor duda que el conflicto se manifiesta como la colisión directa de los intereses propios con los ajenos, la divergencia producida por esta disparidad, lastra las relaciones entre las dos partes y las subsume en una guerra abierta entre ambas. Sin embargo, no creo que todo sea negativo, a lo mejor es muy optimista, pero, el problema es una manera de abrirse a entender la realidad de una manera distinta a la propia, por difícil que parezca, la riqueza reside en el debate y la argumentación, en el intento de congeniar posturas con argumentos sólidos, para determinar quien fundamenta su postura de una manera más razonable o que mire más por el beneficio mutuo que por el individual.
Personalmente pienso que el conflicto es primordial, sin conflicto no hay solución o mediación que se pueda dar, y como bien se explica en el texto, dependerá de la magnitud del mismo el cómo se afrontará el problema. El conflicto nos sirve de orientación y no tiene que ser malo necesariamente si se aborda de manera positiva y viendo que es completamente natural tener puntos de vista diferentes y que siempre existe un punto dónde ambas partes puedan quedar satisfechas.
Aunque muchas veces se percibe como algo negativo, el conflicto tiene aspectos constructivos que pueden ser beneficiosos en distintos contextos, siempre y cuando se gestione adecuadamente.
Como por ejemplo el conflicto a menudo surge de expectativas no comunicadas o de suposiciones erróneas. Cuando las personas hablan de manera honesta durante el conflicto, pueden aclarar sus expectativas, corregir malentendidos y alinear sus objetivos, lo que ayuda a prevenir futuros conflictos.
Publicar un comentario