lunes, 15 de mayo de 2023

El mediador, ese alquimista de las relaciones humanas

 


Siempre que tengo el honor de dirigir una formación a mediadores noveles les comento que es muy importante y recomendable ver más allá de lo evidente.

Por eso debemos no conformarnos con lo accesible y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes, nuestro mediados.

Vamos a comenzar esta exposición con un pequeño ejercicio:

Os pediría que lo único que tienes que hacer es pensar en tu árbol favorito.

Puede que sea un platanero de un parque de tu ciudad, un roble de los paisajes de tu infancia o aquella encina majestuosa que viste en tu última excursión o que se encuentra cerca de la casa de tus abuelos. En realidad, no importa qué tipo de árbol es ni dónde está. Lo único que tienes que hacer es evocar su imagen, pensarla, y dibujarla llegado el caso.

Una vez que vea tu dibujo, seguramente, la imagen de tu árbol incluye un tronco, ramas y hojas, algún que otro pájaro encima de ellas si eres una persona primorosa. Al fin y al cabo, así es como solemos ver y representar los árboles, ¿no?

Pero, espera un momento, ¿no le falta algo a esa imagen? ¡Claro! ¡Le faltan las raíces!, aquellas que aunque no las veas, existen y forman parte del árbol ya que se nutren de ellas.

Sin embargo, cuando miramos un árbol, lo vemos solo a medias: nos quedamos en aquello que captan nuestros ojos, por eso necesitamos ir y ver más allá

Dicen que los alquimistas buscaban la piedra filosofal para transformar cualquier metal en oro. Y mi pregunta querido lector es: ¿queréis ser alquimistas de las relaciones humanas?

Si es que si, como mediador, me gustaría preguntarte ¿alguna vez te has preguntado cómo convertir tus conflictos en aprendizajes para mejorar? ¿cómo transformar las dificultades en una herramienta para tu evolución? Si es así, si esta es tu misión, descubrir el significado de la alquimia y comprender la capacidad de adaptación y transformación que todos tenemos puede resultar realmente útil.

Para ello nada mejor que acercarnos a la novela “El alquimista” de Paulo Coelho.

El misterio y la magia que rodean a la alquimia y a la búsqueda de esa citada piedra han dado lugar a que en el arte se desarrollen un amplio número de libros que giren en torno a ellas. Así, por ejemplo, nos encontramos con la obra literaria de Paulo Coelho que lleva por título “El Alquimista”. Se trata de un trabajo donde se nos acerca a la vida de un joven pastor español, llamado Santiago, que abandona su tierra para vivir mil y una aventuras en pro de alcanzar su quimera.

De esta forma, con esta narración el reconocido escritor brasileño, lo que hace es plantearnos la idea de que hay que luchar por conseguir los sueños, que el destino actúa para que podamos hacerlos realidad y que, en ocasiones, no nos damos cuenta de todo lo que tenemos hasta que lo perdemos. Con una idea central: el tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar, ¿nos os parece que es eso lo que hacemos los mediadores?

También si me permitís, esta idea es la del famosísimo libro juvenil “Harry Potter y la Piedra Filosofal”

Un primer libro y luego toda una saga, donde se nos cuenta como el rival del protagonista, Voldemort, se encuentra buscando la mítica piedra filosofal para conseguir aumentar su poder ya que aquella cuenta con unas propiedades extraordinarias.

Pero volvamos a Las 10 enseñanzas de vida del libro El Alquimista, que nos enseñará a ser mejores mediadores

1. Se cuidadoso con el miedo ya que es un obstáculo que forma parte de nuestras emociones básicas, siempre nos va a acompañar y muchas veces no nos dejará salir de nuestra zona de confort para una negociación útil. Hay que saber controlarlo

2. La verdad o lo que consideramos verdadero es duradero, por eso te pido colaboración y buena fe, porque nos permitirá avanzar y solucionar. Todo que aquello que no está destinado a quedarse con nosotros será efímero.

3. Rompe con la monotonía o el hábito inconsciente: este libro nos enseña la importancia de, llegado este punto de monotonía, “salir de la zona de confort”. Romper el hábito inconsciente es la única forma de avanzar.

4. Abraza el presente: si perdemos nuestro presente pensando en el pasado o en el futuro, un tiempo inexistente más allá de nuestro pensamiento, jamás disfrutamos del “ahora”. Nunca podremos cambiar el pasado ni lo que ocurrirá en el futuro a ciencia cierta, pero es importante aprovechar el presente que nos brinda una mediación

5. Tu éxito tiene un efecto dominó: el crecimiento, el cambio y la evolución que teje la tela de la realidad hace que cada éxito que logremos tenga impactos en todo nuestro entorno. Los alquimistas muestran que, cuando logramos ser mejores de lo que somos, logramos también esos cambios en nuestro entorno. Los mediadores conseguimos educar y reeducar, para la mejora general.

6. Toma decisiones: confía en ti. La autoconfianza es un logro que debemos alcanzar para seguir adelante. Para ello, es importante entender que no existen decisiones buenas o malas sino valiosas para nuestro enriquecimiento personal.

7. No seas lógico: los mayores logros e innovaciones del mundo empiezan con una mente que ignora lo imposible y que se muestra abierta a lo ilógico, a la creatividad.

8. No te rindas: una frase de El Alquimista dice: “El secreto de la vida es caerse 7 veces y levantarse 8”. El secreto está en no rendirse nunca ante la adversidad ya que siempre hay una oportunidad para ver algo nuevo.

9. Concéntrate en tu viaje: toma consejos de los demás pero asegúrate que esté alineado con tus deseos y pasiones. Yo solo te puedo garantizar el viaje, el resultado del mismo depende de ti.

10. Actúa siempre: la acción es la única manera de aprender. Los cambios traen consigo aprendizajes y son, al fin y al cabo, la única manera de avanzar para alcanzar nuestros sueños.

Si has contestado si a la pregunta de querer ser “Alquimista de las Relaciones Humanas”, te recomiendo los siguientes pasos para ser alquimista:

a)    Ten una férrea voluntad: El primer paso es la intención. Querer ser un mediador implica voluntad, no sólo para empezar, sino sobre todo para continuar por ese camino.

b)    Piensa y estudia: Pensar es algo tan simple, pero a la vez tan profundo que una vez empiece, no le será fácil parar de practicarla y madurar en tu ejercicio profesional

c)    Aprender a Perdonar y que perdonen: Así conseguirás que los demás, tus clientes sean capaces de perdonar. No es fácil, pero es milagroso.

d)    Se el mejor observador que puedas ser: Vuélvanse más atento a sus pensamientos, palabras y acciones, a eso que llamamos inteligencia emocional. Observa, observa mucho todo.

e)    Les recomiendo: Por cada problema que tengas o trabajes, comprueba que hubiera sido peor si no fueras/fueran conscientes de ello, eso te permitirá ver una oportunidad donde hay un problema, cambie la perspectiva y comprenda 

Ahora que conoces qué es la alquimia es importante comprender y hacer comprender a tus mediados, que siempre existirán experiencias de dolor, rechazo, frustración o impotencia, pero que puedes elegir diferentes formas de gestionarlas.

Ningún ser humano está exento de vivir situaciones difíciles. Sin embargo, la diferencia entre unos y otros está en la capacidad para elaborar de forma constructiva cada experiencia, de transformar el dolor en evolución. Podemos convertir nuestro pesado plomo en valioso oro.


129 comentarios:

Marta García dijo...

Me ha resultado interesante esa pequeña alegoría de los arboles para señalar cómo aquello que vemos con los ojos no es el todo, siempre hay “partes ocultas” que tenemos que aprender a ver, más allá de lo aparente. Para poder ejercer un buen papel de mediadores no debemos atender solo a aquello que nos llega en primera instancia o lo obvio, tenemos que indagar más a fondo. Para mi sorpresa me ha alegrado encontrarme con esa citación a “El Alquimista” y el desarrollo de algunas de las enseñanzas del mismo, pues se trata de uno de mis libros favoritos y concuerdo con que hace una buena referencia a ese tener luchar por conseguir lo que queremos, al fin y al cabo, vivimos nuestra vida y no podemos hacer que otros la vivan por nosotros, y que la única forma de alcanzar nuestras metas es por nosotros, aunque eso no quita que a veces necesitemos de la ayuda de ciertas figuras, como la del mediador, para andamiar este proceso. Y eso es lo que creo que es el mediador, una ayuda, un apoyo para alcanzar un objetivo o un acuerdo entre dos personas de tal forma que ambas partes salgan lo mas beneficiadas posibles, o en el caso contrario, lo menos damnificadas posibles.

Patricia Arévalo Jiménez dijo...

Me ha parecido muy acertada la forma de anunciar el tema usando como alegoría las raíces de los arboles como “grandes olvidadas” a la hora de dibujar un árbol. Ya que como muchas otras cosas en la vida no son percibidas a simple vista y tienden a ignorarse.
Considero además la forma de enlazar esta alegoría con el tema de “querer ser un alquimista” para ir más allá, debido a que como mediadores en construcción que somos es una buena forma de llamar nuestra atención y que nos quedemos mejor con el mensaje y las posteriores enseñanzas sacadas del libro: “El Alquimista” mencionadas y explicadas en el post, sirviendo tanto como una pequeña guía inicial como con una pequeña meta de salida de cara a la asignatura y la materia en sí.

Patricia Arévalo Jiménez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Almudena Campos Hermosín dijo...

Almudena Campos Hermosin
Ser mediador implica ir más allá de lo evidente y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes. Al igual que cuando observamos un árbol, que vemos solo a medias, necesitamos ver más allá de lo que captan nuestros ojos para poder entender y solucionar los conflictos. Como mediadores buscamos convertir los conflictos en aprendizajes para mejorar y transformar las dificultades en herramientas para nuestra evolución. Es cuidar el miedo, romper con la monotonía, abrazar el presente, tomar decisiones, no rendirse, concentrarnos en nuestro viaje y actuar siempre. Ser mediador implica tener voluntad, pensar y estudiar, ser un observador atento y comprender que siempre existirán experiencias difíciles, pero podemos elegir diferentes formas de gestionarlas.

Almudena Campos Hermosín dijo...

Ser mediador implica ir más allá de lo evidente y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes. Al igual que cuando observamos un árbol, que vemos solo a medias, necesitamos ver más allá de lo que captan nuestros ojos para poder entender y solucionar los conflictos. Como mediadores buscamos convertir los conflictos en aprendizajes para mejorar y transformar las dificultades en herramientas para nuestra evolución. Es cuidar el miedo, romper con la monotonía, abrazar el presente, tomar decisiones, no rendirse, concentrarnos en nuestro viaje y actuar siempre. Ser mediador implica tener voluntad, pensar y estudiar, ser un observador atento y comprender que siempre existirán experiencias difíciles, pero podemos elegir diferentes formas de gestionarlas.

Almudena Campos Hermosín dijo...

Ser mediador implica ir más allá de lo evidente y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes. Al igual que cuando observamos un árbol, que vemos solo a medias, necesitamos ver más allá de lo que captan nuestros ojos para poder entender y solucionar los conflictos. Como mediadores buscamos convertir los conflictos en aprendizajes para mejorar y transformar las dificultades en herramientas para nuestra evolución. Es cuidar el miedo, romper con la monotonía, abrazar el presente, tomar decisiones, no rendirse, concentrarnos en nuestro viaje y actuar siempre. Ser mediador implica tener voluntad, pensar y estudiar, ser un observador atento y comprender que siempre existirán experiencias difíciles, pero podemos elegir diferentes formas de gestionarlas.

Eulalia Espinosa Revilla dijo...

Si hay algo que puedo sacar en clave de este post es que el rol del mediador es precioso a la vez que extremadamente complicado.
Somos humanos, y como tal tendemos al conflicto, a las diferencias, pero son estas las que hacen que podamos enriquecernos y crecer personal y socialmente. El papel del mediador es precioso pues representa esa figura que ayuda a que dos partes se encuentren, pero esto claramente no es algo sencillo. En los conflictos se tiende siempre a tomar un bando o posición, pues es la postura fácil. En lugar de buscar un punto medio cada vez tendemos más hacia los extremos. Dejar de lado toda idea preconcebida, prejuicio o creencia personal y, poner nuestros conocimientos y habilidades a disposición de las partes para encontrar una solución, supone un complejo ejercicio. Es por esto, entre otros muchos motivos, que es necesaria la existencia de formación específica.
Me ha gustado en especial una de las 10 enseñanzas extraídas del libro El Alquimista: “tu éxito tiene un efecto dominó”. El mediador es, al fin y al cabo, un maestro de la moderación. Demostrar que con la voluntad de las partes se puede llegar a acuerdos, incluso en situaciones que ya se daban por perdidas, es una ventana a la esperanza. Esa esperanza que se genera tras un proceso satisfactorio de mediación tiene un efecto dominó en las personas que nos rodean y que rodean a las partes, poniendo así nuestro granito de arena en un sociedad cada vez más polarizada y desesperanzada.

Sofía Vázquez Lanas dijo...

Los conflictos surgen debido a diferentes perspectivas en un tema común. En nuestra sociedad, a menudo somos egoístas y tendemos a creer que nuestra perspectiva es la correcta. Cada persona es única debido a sus creencias, emociones, crianza y personalidad, por eso un mismo evento puede ser interpretado de manera diferente por cada individuo. Al igual que los árboles que tienen raíces distintas pero apariencia similar por fuera, las personas tienen diferencias internas que causan conflictos. Antes de abordar un conflicto, es esencial comprender cómo lo percibe la otra persona. La comunicación abierta de sentimientos y puntos de vista es clave para llegar a un acuerdo. De esta manera, al practicar la empatía, no solo resolvemos conflictos, sino que también crecemos como individuos, pues entender las experiencias y perspectivas de los demás nos ayuda a desarrollarnos y agradecer nuestras propias vidas. En conclusión, la capacidad de ponerse en la piel de otros puede transformar los conflictos en oportunidades para agradecer y disfrutar lo que antes no disfrutamos, para convertir poco a poco el metal en oro.

Clara Martínez Aranda dijo...

La parte que más me ha llamado la atención de esta lectura ha sido la enseñanza de vida número 9 del libro El Alquimista. Como estudiante de psicología y criminología, creo firmemente que el resultado de la psicoterapia hacia nuestros pacientes depende de ellos mismos. Nosotros les damos las herramientas, basadas en sus deseos y en los objetivos que ellos deciden. Psicólogos y mediadores garantizamos el viaje, y los mediados obtienen los resultados. Dentro del conflicto, cada persona tiene una forma de interpretar el mismo, por ello la decisión final es construida entre mediadores y mediados.

Mediante la mediación, me parece fundamental ayudar a las personas durante un proceso complicado de sus vidas. Ayudar a las personas a gestionar situaciones dolorosas de la mejor manera y ser parte de una evolución positiva en ellas.

María Abad Delgado dijo...

Tras la lectura del texto y las dos primeras clases introductorias a la mediación, comienzo a interesarme por este tema. Veo en la mediación una utilidad como habilidad o herramienta para crear puntos de unión entre personas que no ven más que diferencias y dificultades.
Las distintas figuras literarias utilizadas en el texto hacen de su lectura algo ameno y fácilmente se consigue llegar al significado que se pretende transmitir, en mi opinión, hay dos ideas que destacan en el inicio. La importancia de abarcar las situaciones en su totalidad y no quedarse en la superficie; y el conflicto como oportunidad de aprendizaje.
Me ha parecido muy interesante la referencia a la obra "El Alquimista". No he conseguido ver una clara conexión con la mediación, sino que interpreto los aprendizajes que se obtienen como consejos filosóficos que se pueden aplicar en la vida diaria personal pero con escasos lazos fuertes de unión con el tema concreto de la mediación como solución de confictos. Todos aquellos consejos o aprendizajes pueden aplicarse a la mediación en un grado similar al que deberían aplicarse en cualquier labor en la que exista una interacción entre personas.

Elena Moreno García dijo...

Me ha resultado muy interesante el artículo y su comparación de la mediación con la alquimia. En mi opinión, el trabajo de un mediador consiste en ver los problemas desde diferentes perspectivas y, como bien dice el texto; convertir los problemas en aprendizajes para mejorar y transformar las dificultades en una herramienta para poder evolucionar como seres humanos. También pienso que es un elemento de apoyo. Sin embargo, esto no lo hace la figura del mediador, si no los propios seres humanos que entran en conflicto.
Es realmente asombroso como una persona hace recapacitar a otra y le ayuda a encontrar ese tesoro, ese poder que tengo para resolver el problema, que como bien dice, reside en nosotros mismos. Ahí es donde se encuentra la solución.
Me ha gustado mucho la frase de "transformar el dolor en evolución". Muchos de nosotros, en muchas ocasiones, ignoramos aquellas situaciones que nos lastiman por miedo al sufrimiento. Sin embargo, el hecho de abrazar el dolor y visualizarlo como un compañero de viaje y no un estorbo, hace que los humanos evolucionemos y aprendamos de las situaciones en las que nos sentimos vulnerables. El dolor es parte de la vida.
También me gustaría comentar que me parecen muy acordes las enseñanzas que propone El Alquimista, salvo una de ellas, en concreto la segunda. Desde mi perspectiva, no existe ni una verdad absoluta ni completamente verdadera, ni duradera. Mi verdad va cambiando conforme evalúo el entorno y conforme visualizo las perspectivas del resto de individuos que me rodean. Los seres humanos somos seres sociales que intercambian ideas y opiniones, que empatizan con el resto, que hacen los sentimientos de los demás suyos. El mediador, tiene una única verdad pero no duradera, pues cambia en función del entorno.

María López Segura dijo...

Si se me permite la licencia, me gustaría volcar una reflexión personal a colación de lo tratado en este post, mas extrapolado a las imágenes que se han ido agolpando en mi mente durante su lectura.

Por causa del momento del ciclo vital en el que me encuentro y como signo de evolución dentro del proceso madurativo por el que cada individuo de este planeta ha de hacer frente y gestionar de manera única, he aprendido a ver los términos ‘crisis’ o ‘conflicto’ con la valencia positiva que les corresponde y que hace un tiempo no lograba vislumbrar. Día a día hago el intento de abrazar el cambio y todo proceso subyacente a éste que propicie una evolución personal reflejada en el resto de contextos en los que me veo envuelta.

Si bien suena muy bonito y utópico postular algo así, el aprendizaje no suele darse ‘entre algodones’; debemos pasar por situaciones difíciles, de compleja gestión y realmente incómodas, las cuales nutrirán las raíces de nuestro árbol, haciendo referencia a la metáfora expuesta en este post, y que, con el tiempo – y cada uno el suyo, personal y diferente - darán lugar al florecimiento de resultados necesarios para cada individuo.

Por todo esto, me gustaría ver la mediación no como un método de negociación o de resolución de conflictos, sino como la vida misma. Y procedo a explicar brevemente esta conclusión: quizás la imagen que hemos creado en nuestra mente acerca de la mediación sea una mucho más fría que la de ‘alquimia’ como bien acuña este post, o como algo que pueda trascender más allá de una mera transacción; mas pienso que podría ser por el estereotipo que todos vosualizamos de que han de existir mínimamente dos partes para que se pueda dar una mediación. Sin embargo, día tras día, hora tras hora, incluso segundo a segundo adoptamos el rol de mediadores y de mediados con el sujeto más duro, antagonista e intransigente con el que jamás nos encontraremos: uno mismo. Quizás esté generalizando demasiado, pero, al menos en mi caso y se que en el de otras muchas personas, existe una mediación constante con uno mismo, desde aquellas banalidades más absurdas hasta las grandes cuestiones que nos mueven y forjan el camino hacia nuestros objetivos de mayor rango. Y esto sería desde un ‘tengo que ir tres horas a entrenar’ hasta un ‘hoy no voy a entrenar’; mediamos con nuestro diablillo interno, si se me permite la expresión, hasta encontrar una solución viable que aúne ambas percepciones dentro de un mismo individuo y equilibre los sentimientos y emociones intrínsecas en todo proceso humano: ‘hoy iré a entrenar una hora y dedicaré media hora a la meditación’.

Por ello, y para finalizar con este comentario, he de decir que, aunque quizás haya divagado ligeramente, agradezco haber tenido la oportunidad de dedicar un tiempo a crear un pequeño espacio de mi día a la reflexión a través de un material perteneciente a una asignatura universitaria, cosa muy poco habitual. Cabe decir que la esencia más pura del contenido del post aplicada a la asignatura la he captado e integrado, pero me parecía mucho más interesante dejar por escrito algo diferente y que, sobre todo, me ha ayudado a ser consciente de mi realidad y de la interconexión existente en cada una de las ramas que forman el intricado sistema social en el que vivimos.

María López Segura dijo...

Si se me permite la licencia, me gustaría volcar una reflexión personal a colación de lo tratado en este post, mas extrapolado a las imágenes que se han ido agolpando en mi mente durante su lectura.

Por causa del momento del ciclo vital en el que me encuentro y como signo de evolución dentro del proceso madurativo por el que cada individuo de este planeta ha de hacer frente y gestionar de manera única, he aprendido a ver los términos ‘crisis’ o ‘conflicto’ con la valencia positiva que les corresponde y que hace un tiempo no lograba vislumbrar. Día a día hago el intento de abrazar el cambio y todo proceso subyacente a éste que propicie una evolución personal reflejada en el resto de contextos en los que me veo envuelta.

Si bien suena muy bonito y utópico postular algo así, el aprendizaje no suele darse ‘entre algodones’; debemos pasar por situaciones difíciles, de compleja gestión y realmente incómodas, las cuales nutrirán las raíces de nuestro árbol, haciendo referencia a la metáfora expuesta en este post, y que, con el tiempo – y cada uno el suyo, personal y diferente - darán lugar al florecimiento de resultados necesarios para cada individuo.

Por todo esto, me gustaría ver la mediación no como un método de negociación o de resolución de conflictos, sino como la vida misma. Y procedo a explicar brevemente esta conclusión: quizás la imagen que hemos creado en nuestra mente acerca de la mediación sea una mucho más fría que la de ‘alquimia’ como bien acuña este post, o como algo que pueda trascender más allá de una mera transacción; mas pienso que podría ser por el estereotipo que todos vosualizamos de que han de existir mínimamente dos partes para que se pueda dar una mediación. Sin embargo, día tras día, hora tras hora, incluso segundo a segundo adoptamos el rol de mediadores y de mediados con el sujeto más duro, antagonista e intransigente con el que jamás nos encontraremos: uno mismo. Quizás esté generalizando demasiado, pero, al menos en mi caso y se que en el de otras muchas personas, existe una mediación constante con uno mismo, desde aquellas banalidades más absurdas hasta las grandes cuestiones que nos mueven y forjan el camino hacia nuestros objetivos de mayor rango. Y esto sería desde un ‘tengo que ir tres horas a entrenar’ hasta un ‘hoy no voy a entrenar’; mediamos con nuestro diablillo interno, si se me permite la expresión, hasta encontrar una solución viable que aúne ambas percepciones dentro de un mismo individuo y equilibre los sentimientos y emociones intrínsecas en todo proceso humano: ‘hoy iré a entrenar una hora y dedicaré media hora a la meditación’.

Por ello, y para finalizar con este comentario, he de decir que, aunque quizás haya divagado ligeramente, agradezco haber tenido la oportunidad de dedicar un tiempo a crear un pequeño espacio de mi día a la reflexión a través de un material perteneciente a una asignatura universitaria, cosa muy poco habitual. Cabe decir que la esencia más pura del contenido del post aplicada a la asignatura la he captado e integrado, pero me parecía mucho más interesante dejar por escrito algo diferente y que, sobre todo, me ha ayudado a ser consciente de mi realidad y de la interconexión existente en cada una de las ramas que forman el intricado sistema social en el que vivimos.

María López Segura dijo...

Si se me permite la licencia, me gustaría volcar una reflexión personal a colación de lo tratado en este post, mas extrapolado a las imágenes que se han ido agolpando en mi mente durante su lectura.

Por causa del momento del ciclo vital en el que me encuentro y como signo de evolución dentro del proceso madurativo por el que cada individuo de este planeta ha de hacer frente y gestionar de manera única, he aprendido a ver los términos ‘crisis’ o ‘conflicto’ con la valencia positiva que les corresponde y que hace un tiempo no lograba vislumbrar. Día a día hago el intento de abrazar el cambio y todo proceso subyacente a éste que propicie una evolución personal reflejada en el resto de contextos en los que me veo envuelta.

Si bien suena muy bonito y utópico postular algo así, el aprendizaje no suele darse ‘entre algodones’; debemos pasar por situaciones difíciles, de compleja gestión y realmente incómodas, las cuales nutrirán las raíces de nuestro árbol, haciendo referencia a la metáfora expuesta en este post, y que, con el tiempo – y cada uno el suyo, personal y diferente - darán lugar al florecimiento de resultados necesarios para cada individuo.

Por todo esto, me gustaría ver la mediación no como un método de negociación o de resolución de conflictos, sino como la vida misma. Y procedo a explicar brevemente esta conclusión: quizás la imagen que hemos creado en nuestra mente acerca de la mediación sea una mucho más fría que la de ‘alquimia’ como bien acuña este post, o como algo que pueda trascender más allá de una mera transacción; mas pienso que podría ser por el estereotipo que todos vosualizamos de que han de existir mínimamente dos partes para que se pueda dar una mediación. Sin embargo, día tras día, hora tras hora, incluso segundo a segundo adoptamos el rol de mediadores y de mediados con el sujeto más duro, antagonista e intransigente con el que jamás nos encontraremos: uno mismo. Quizás esté generalizando demasiado, pero, al menos en mi caso y se que en el de otras muchas personas, existe una mediación constante con uno mismo, desde aquellas banalidades más absurdas hasta las grandes cuestiones que nos mueven y forjan el camino hacia nuestros objetivos de mayor rango. Y esto sería desde un ‘tengo que ir tres horas a entrenar’ hasta un ‘hoy no voy a entrenar’; mediamos con nuestro diablillo interno, si se me permite la expresión, hasta encontrar una solución viable que aúne ambas percepciones dentro de un mismo individuo y equilibre los sentimientos y emociones intrínsecas en todo proceso humano: ‘hoy iré a entrenar una hora y dedicaré media hora a la meditación’.

Por ello, y para finalizar con este comentario, he de decir que, aunque quizás haya divagado ligeramente, agradezco haber tenido la oportunidad de dedicar un tiempo a crear un pequeño espacio de mi día a la reflexión a través de un material perteneciente a una asignatura universitaria, cosa muy poco habitual. Cabe decir que la esencia más pura del contenido del post aplicada a la asignatura la he captado e integrado, pero me parecía mucho más interesante dejar por escrito algo diferente y que, sobre todo, me ha ayudado a ser consciente de mi realidad y de la interconexión existente en cada una de las ramas que forman el intricado sistema social en el que vivimos.

lucia rodriguez dijo...

Tras la primera semana de introducción a esta asignatura de mediación y la lectura del texto, me llama mucho la atención la complejidad del papel de mediador, ya que, como en el texto indica, tiene que aprender a ver las partes ocultas como las raíces de un árbol. Tiene que comprender y tener en cuenta los factores que envuelven tanto a la situación como a las personas implicadas, que muchos de ellos en primera instancia no se observan.
Me está interesando mucho esta asignatura y todo lo que se puede llegar a aprender, competencias personales que además de ayudar a los demás a que tomen perspectiva y encuentren dentro del problema el aprendizaje que les puede brindar, también nos ayudan en la práctica a nosotros mismos. También me parece muy importante el papel del mediador pues no se trata sólo de buscar la solución al conflicto, sino de ajustarse al entorno de cada persona y acompañarlos en su proceso, procurando su bienestar y que se sientan escuchados.

Gonzalo Vázquez González dijo...

Gonzalo Vázquez González
Gracias a este texto podemos reflexionar acerca de la importancia de ir más allá de lo superficial en nuestras relaciones humanas y en la mediación de conflictos. Me parece muy interesante la metáfora del árbol que se emplea para ilustrar cómo solemos quedarnos solo en lo que vemos a simple vista, sin considerar las raíces que sustentan todo. Además, también podemos destacar la búsqueda de la "piedra filosofal" en las relaciones humanas, es decir, la capacidad de transformar los conflictos en oportunidades de aprendizaje y crecimiento, así como la importancia de luchar por nuestros sueños y reconocer que el tesoro está en nosotros mismos.
Por último, cabe enfatizar que debemos ser "alquimistas de las relaciones humanas" al ver que cada experiencia, incluso las difíciles, pueden convertirse en una oportunidad para el crecimiento y la evolución. Nos invita a cultivar la autoconfianza, a ser creativos, no rendirse ante la adversidad y actuar para alcanzar nuestros sueños. Debemos mirar más allá de la superficie y encontrar el oro en nuestras propias experiencias.

Gonzalo Vázquez González dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mariela Míguez dijo...

Tras la lectura del texto, encuentro particularmente intrigante cómo se presenta la mediación como una forma de alquimia en las relaciones humanas. La analogía con la búsqueda de la piedra filosofal para transformar el plomo en oro es realmente interesante, al igual que los alquimistas transformaban metales comunes en algo valioso, los mediadores trabajan para convertir los conflictos y desafíos en oportunidades para el crecimiento y la mejora en las relaciones humanas.

Además, la idea de no conformarse con lo evidente y explorar el trasfondo de las situaciones es fundamental en la mediación, debido a que es un recordatorio muy relevante de que a menudo solo vemos la parte superficial de los problemas, al igual que vemos solo las ramas y las hojas de un árbol. Sin embargo, es importante mirar más allá y comprender las raíces, es decir, las causas subyacentes de los conflictos.

Algo que me ha llamado bastante la atención de este texto es cómo ofrece una perspectiva fascinante sobre el papel del mediador y cómo pueden aplicar principios de alquimia para transformar los desafíos en oportunidades, ya que nos recuerda que cada experiencia, incluso las difíciles, puede convertirse en una oportunidad para el crecimiento y la evolución en el campo de las relaciones humanas. Creo que esta analogía nos invita a considerar nuestro trabajo como mediadores de una manera más profunda y significativa.

Cabe destacar una frase “ El tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar”. Me parece que resalta la importancia del crecimiento personal en lugar de buscar respuestas fuera de nosotros mismos. Esto implicaría que los mediadores tienen poder de influir en las situaciones y ayudar a encontrar soluciones del conflicto, ya que el “tesoro” de la resolución de conflictos está en su propio enfoque y en las habilidades que posean y no en métodos externos o soluciones rápidas.

Marta Rodríguez Prieto dijo...

La alquimia de las relaciones humanas me parece una preciosa metáfora para buscar la oportunidad, aprendizaje y el crecimiento de todas las situaciones y obstáculos que puedan surgir en la vida. Esto no es una tarea fácil, y por la propia predilección e historia vital de uno puede ser más o menos difícil llegar a este punto. Pero como explica el texto, ninguna situación simplemente “es”, no es un suceso objetivo con consecuencias inmutables, tiene mayor complejidad. Debemos aprender a ver las raíces de los sucesos, a ver más allá de lo evidente y también entender que según quién mire, cuándo, cómo miremos, estas raíces también están sujetas al cambio.
La interpretación de los hechos tiene mucho más peso para la persona que los hechos en sí, el poder educar en la percepción, las actitudes, brinda un gran potencial de cambio, de transformación. Como psicólogos y mediadores, pero también como estudiantes y como personas, esta capacidad de adaptación y aprendizaje es realmente esperanzadora. Como empieza la entrada, la oportunidad de enseñar y también de aprender cuando somos inexpertos, nóveles, abre todo un nuevo campo de posibilidades, nuevas visiones y divergencia.
El blog señala la conexión entre la vida profesional y personal de las personas, no separa al profesional de la persona humana, somos un todo. Los consejos y lecciones aplicados en el área profesional empiezan primero por la vida de uno mismo y es que nutrir una de la forma que sea, llevará inevitablemente al crecimiento en la otra, ya que no somos seres estancos.
Creo que los consejos de El Alquimista podrían resumirse en “vive”. Vivir entendiendo que el miedo paraliza en el momento, pero se recuerda como inútil. Ahora que estamos en nuestra juventud, debemos formarnos y experimentar, aprovechar para salir de nuestra zona de confort y retarnos; así podremos explorar, conocer personas, sitios, experiencias nuevas, pero también a nosotros mismos. Vivir siendo fiel a nuestras creencias más intrínsecas. Siendo conscientes de lo que hacemos como primer paso para romper nuestros hábitos inconscientes y para llegar a esto usar la herramienta de la reflexión y el pensamiento, llegando a lo que en psicología llamamos insight cognitivo. Para cerrar con una idea de las muchas del texto, todo vuelve a nosotros. No podemos concebir el cambio e impacto que llegamos a producir, de lo que no nos damos cuenta pero que vuelve a nosotros. Ni siquiera somos conscientes de los frutos de los beneficios que sembramos, por ello lo único que podemos hacer es actuar, trabajar y esforzarnos en el momento actual, en el presente, y tener fe de que volverá a nosotros en formas que ni siquiera esperamos.

Carlos dijo...

Me ha gustado la forma a través de la cual el artículo refleja como a través de la metáfora del árbol en el cual no vemos todo lo intrínseco del mismo, sino solo la mitad las personas podemos reflejarnos e ir creciendo mediante nuestro propio análisis y autoconocimiento de que somos y donde queremos llegar sin dejar de atender a lo que nos ha pasado que forma parte de nuestro libro de la vida ,pero sin que nuestro presente se vea limitado por experiencias que nos han influido y que han ido construyendo nuestra identidad no deberían llevarnos a la inacción en muchos ámbitos de la vida.

Por tanto, haciendo referencia a las enseñanzas que propone el alquimista, resaltar que es fundamental que exista la mediación y alguien externo a nosotros que intente a través del uso de la razón y mediante la pausa necesario buscar soluciones a diferentes problemas que se plantean pero sin perder el foco principal que está en uno mismo. Es importante aprovechar nuestras habilidades para progresar e ir desarrollándonos como personas ,ya que de esa forma ante problemas de diferente índole podremos encontrar mejores soluciones alternativas. Además, se puede dar el caso de que estos problemas sean parecidos y gracias al aprendizaje por repetición por habernos pasado alguna que otra vez que o por aprendizaje vicario observando a otras personas, solventar situaciones de forma inimaginable en primera instancia podremos entender mejor como gestionar las situaciones y de la mano las emociones que surgen en nosotros que muchas veces parecemos no manejar adecuadamente.

Si atendemos a la zona de confort y retomando el papel fundamental del mediador, entender qué gracias a la mediación y la figura del mediador podemos entender qué nos pasa y se nos brindaran una serie de herramientas para ser mas competentes ,pero la última palabra como menciona el artículo y con la que concuerdo es que somos nosotros mismos los que tenemos la última palabra, como si tuviéramos la decisión final, haciendo un símil seriamos los que tendríamos la llave para abrir el candado de la puerta que el mediador nos muestra. Es por ello que la intención juega un papel fundamental y sin que está este presente, la resolución de cualquier tipo de conflicto es más complicado. Por ello me parece que la adaptabilidad a lo que nos rodea es fundamental ya que el entorno y la persona se influyen mutuamente.

Para concluir me ha gustado la base del fragmento de como la mediación puede ser útil para facilitar y dar soluciones a diferentes tipos de situaciones con el fin de que los demás sean más felices.

Carlos dijo...

Me ha gustado la forma a través de la cual el artículo refleja como a través de la metáfora del árbol en el cual no vemos todo lo intrínseco del mismo, sino solo la mitad las personas podemos reflejarnos e ir creciendo mediante nuestro propio análisis y autoconocimiento de que somos y donde queremos llegar sin dejar de atender a lo que nos ha pasado que forma parte de nuestro libro de la vida ,pero sin que nuestro presente se vea limitado por experiencias que nos han influido y que han ido construyendo nuestra identidad no deberían llevarnos a la inacción en muchos ámbitos de la vida.

Por tanto, haciendo referencia a las enseñanzas que propone el alquimista, resaltar que es fundamental que exista la mediación y alguien externo a nosotros que intente a través del uso de la razón y mediante la pausa necesario buscar soluciones a diferentes problemas que se plantean pero sin perder el foco principal que está en uno mismo. Es importante aprovechar nuestras habilidades para progresar e ir desarrollándonos como personas ,ya que de esa forma ante problemas de diferente índole podremos encontrar mejores soluciones alternativas. Además, se puede dar el caso de que estos problemas sean parecidos y gracias al aprendizaje por repetición por habernos pasado alguna que otra vez que o por aprendizaje vicario observando a otras personas, solventar situaciones de forma inimaginable en primera instancia podremos entender mejor como gestionar las situaciones y de la mano las emociones que surgen en nosotros que muchas veces parecemos no manejar adecuadamente.

Si atendemos a la zona de confort y retomando el papel fundamental del mediador, entender qué gracias a la mediación y la figura del mediador podemos entender qué nos pasa y se nos brindaran una serie de herramientas para ser mas competentes ,pero la última palabra como menciona el artículo y con la que concuerdo es que somos nosotros mismos los que tenemos la última palabra, como si tuviéramos la decisión final, haciendo un símil seriamos los que tendríamos la llave para abrir el candado de la puerta que el mediador nos muestra. Es por ello que la intención juega un papel fundamental y sin que está este presente, la resolución de cualquier tipo de conflicto es más complicado. Por ello me parece que la adaptabilidad a lo que nos rodea es fundamental ya que el entorno y la persona se influyen mutuamente.

Para concluir me ha gustado la base del fragmento de como la mediación puede ser útil para facilitar y dar soluciones a diferentes tipos de situaciones con el fin de que los demás sean más felices.

Pilar Fernández dijo...

Una vez realizada la lectura, he llegado a una conclusión muy concisa pero quizás no siempre clara: los conflictos son oportunidades. Puede resultar confuso, porque es cierto que un conflicto es un problema, se puede identificar como algo malo. Sin embargo, es una oportunidad excelente para salir de nuestra zona de confort, para mejorar, para esforzarnos en encontrar salida a algo que aparentemente no lo tiene. Seguramente suene a tópico, pero realmente se pueden sacar cosas positivas de un conflicto.

Pilar Fernández dijo...

Una vez realizada la lectura, he llegado a una conclusión muy concisa pero quizás no siempre clara: los conflictos son oportunidades. Puede resultar confuso, porque es cierto que un conflicto es un problema, se puede identificar como algo malo. Sin embargo, es una oportunidad excelente para salir de nuestra zona de confort, para mejorar, para esforzarnos en encontrar salida a algo que aparentemente no lo tiene. Seguramente suene a tópico, pero realmente se pueden sacar cosas positivas de un conflicto. También es una oportunidad para ponernos a prueba, ya que normalmente los conflictos representan situaciones en las que estamos bajo una alta presión, y aprender a gestionar la misma también nos favorece en otros aspectos de la vida. Así mismo, fortalece nuestra constancia, puesto que es necesario dedicar bastante tiempo para conseguir la resolución de cualquier conflicto.

Pilar Fernández dijo...

Una vez realizada la lectura, he llegado a una conclusión muy concisa pero quizás no siempre clara: los conflictos son oportunidades. Puede resultar confuso, porque es cierto que un conflicto es un problema, se puede identificar como algo malo. Sin embargo, es una oportunidad excelente para salir de nuestra zona de confort, para mejorar, para esforzarnos en encontrar salida a algo que aparentemente no lo tiene. Seguramente suene a tópico, pero realmente se pueden sacar cosas positivas de un conflicto. También es una oportunidad para ponernos a prueba, ya que normalmente los conflictos representan situaciones en las que estamos bajo una alta presión, y aprender a gestionar la misma también nos favorece en otros aspectos de la vida. Así mismo, fortalece nuestra constancia, puesto que es necesario dedicar bastante tiempo para conseguir la resolución de cualquier conflicto.

María Castro Santisteban dijo...

Este texto resulta inspirador, por un lado, me encantó la idea de aprender y evolucionar a raíz de los problemas que te presenta la vida, puesto que siempre van a haber dificultades, pero la perspectiva de estas es vital. El poder que tenemos nosotros mismo reside en nuestra mente para avanzar y crecer como persona y aprender de los conflictos. Como mediador encuentro realmente importante la idea de no estancarse en el pasado ni en el futuro y aprender a perdonar, ya que si no tú mismo aprendes a realizar esta, tediosa en ocasiones labor, te verás muy influenciado a la hora de mediar en un conflicto y no podrás transmitir los valores.
Por último, quiero resaltar la importancia de intentarlo, cosa que requiere mucho valor, confiar en uno mismo y ver cómo estos cambios durante la mediación pueden ocasionar enormes avances en la persona y en el entorno que lo rodea. También destaco la idea de como las emociones negativas siempre estarán presentes durante la mediación, pero mediante diversas perspectivas siempre podemos aprender de ellas.

María Castro Santisteban dijo...

Este texto resulta inspirador, por un lado, me encantó la idea de aprender y evolucionar a raíz de los problemas que te presenta la vida, puesto que siempre van a haber dificultades, pero la perspectiva de estas es vital. El poder que tenemos nosotros mismo reside en nuestra mente para avanzar y crecer como persona y aprender de los conflictos. Como mediador encuentro realmente importante la idea de no estancarse en el pasado ni en el futuro y aprender a perdonar, ya que si no tú mismo aprendes a realizar esta tediosa en ocasiones labor, te verás muy influenciado a la hora de mediar en un conflicto y no podrás transmitir los valores.
Por último, quiero resaltar la importancia de intentarlo, cosa que requiere mucho valor, confiar en uno mismo y ver cómo estos cambios durante la mediación pueden ocasionar enormes avances en la persona y en el entorno que lo rodea. También destaco la idea de como las emociones negativas siempre estarán presentes durante la mediación, pero mediante diversas perspectivas siempre podemos aprender de ellas.

María Castro Santisteban dijo...

Este texto resulta inspirador, por un lado, me encantó la idea de aprender y evolucionar a raíz de los problemas que te presenta la vida, puesto que siempre van a haber dificultades, pero la perspectiva de estas es vital. El poder que tenemos nosotros mismo reside en nuestra mente para avanzar y crecer como persona y aprender de los conflictos. Como mediador encuentro realmente importante la idea de no estancarse en el pasado ni en el futuro y aprender a perdonar, ya que si no tú mismo aprendes a realizar esta tediosa en ocasiones labor, te verás muy influenciado a la hora de mediar en un conflicto y no podrás transmitir los valores.
Por último, quiero resaltar la importancia de intentarlo, cosa que requiere mucho valor, confiar en uno mismo y ver cómo estos cambios durante la mediación pueden ocasionar enormes avances en la persona y en el entorno que lo rodea. También destaco la idea de como las emociones negativas siempre estarán presentes durante la mediación, pero mediante diversas perspectivas siempre podemos aprender de ellas.

María Eugenia Jiménez dijo...

Este post me lleva a pensar que la mediación es algo muy complejo, ya que bajo mi punto de vista, es la manera más sana de resolver cualquier conflicto debido a que va más allá de lo que se ve a simple vista. Es una manera de ver o solucionar un problema desde otra perspectiva a la tradicional, es decir, se centra en sacar provecho de esa situación para mejorar. De esta manera, el mediador se dedica a hacer lo mencionado anteriormente sobre el conflicto de terceros, teniendo esa responsabilidad tan bonita y a la vez difícil que puede cambiar la vida de las personas.
Además, en el texto se describen las 10 enseñanzas de vida del libro El Alquimista puesto que nos ayuda a ser mejores mediadores, pero a mi me hace pensar que no es solo para ser un buen mediador, sino que esto se podría aplicar a nuestras vidas aplicándolas en cualquier aspecto. Por lo que, todo esto me hace equiparar la profesión de mediación con una actitud hacia vivir que nos puede llevar a la felicidad aplicándola para cuando nos relacionamos con los demás o con nosotros mismos.

María Eugenia Jiménez dijo...

Este post me lleva a pensar que la mediación es algo muy complejo, ya que bajo mi punto de vista, es la manera más sana de resolver cualquier conflicto debido a que va más allá de lo que se ve a simple vista. Es una manera de ver o solucionar un problema desde otra perspectiva a la tradicional, es decir, se centra en sacar provecho de esa situación para mejorar. De esta manera, el mediador se dedica a hacer lo mencionado anteriormente sobre el conflicto de terceros, teniendo esa responsabilidad tan bonita y a la vez difícil que puede cambiar la vida de las personas.
Además, en el texto se describen las 10 enseñanzas de vida del libro El Alquimista puesto que nos ayuda a ser mejores mediadores, pero a mi me hace pensar que no es solo para ser un buen mediador, sino que esto se podría aplicar a nuestras vidas aplicándolas en cualquier aspecto. Por lo que, todo esto me hace equiparar la profesión de mediación con una actitud para vivir que nos puede llevar a la felicidad.

Marta Domínguez Calero dijo...

Tras leer este artículo y reflexionar sobre el mismo, he llegado a la conclusión de la importancia de la mediación y el poder que esta tiene. El artículo comienza realizando un pequeño ejercicio como es el pensar en tu árbol favorito, cada persona pensará en uno diferente, esto me recuerda a las diferentes perspectivas que podemos tener las personas sobre un mismo tema, o en el caso de la mediación, sobre un mismo conflicto. Además, hace referencia a que las personas solemos quedamos solo con la parte del árbol que vemos, esto lo podemos relacionar con la mediación, es decir, las partes solo se enfocarán en el conflicto, pero para un mediador es necesario ir más allá y hacer un análisis de los elementos de este, deberá saber quiénes son las personas implicadas, saber si existe desequilibrio de poder, conocer que es lo que piden, cuáles son sus intereses y que necesitan ambas partes entre otros elementos, no necesariamente para todos los conflictos se analizarán los mismos. Después, el artículo menciona una idea central: “el tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar”, desde mi punto de vista, si es lo que hacen los mediadores puesto que los mediadores no son los que llegan a un acuerdo, son las partes las que tienen que esforzarse para llegar al mismo, ya que los mediadores ayudan desde la imparcialidad. Por otro lado, el articulo menciona 10 enseñanzas de vida que enseñan a ser mejores mediadores, tras leerlas y pensar en estas me gustaría añadir que hay que tener en cuenta las emociones, ya sea el miedo o cualquier otra emoción, no solo desde el punto de vista de mediador sino también, tener en cuenta las emociones de las distintas partes, pues no podrán llegar a un acuerdo en un momento álgido. Dependerá de estas el poder llegar o no y finalmente, estoy de acuerdo que ser mediador implica voluntad, pensar, ser observador, pues no solo deberemos ser conscientes del lenguaje verbal de las personas, sino también del lenguaje no verbal, aprender a perdonar y ver oportunidades donde hay problemas, es decir, una vez que nos alejamos del problema nuestra perspectiva puede cambiar y entonces se podrá gestionar de distintas formas.

reyes sainz dijo...

Francamente, una de las reflexiones más interesantes que he leído últimamente. Coincido con Marta en lo acertado que ha sido el apunte de los árboles, no solamente en aquello de que no debemos permitir que nuestro juicio alcance la mera apariencia, lo perceptible a la vista, sino asimismo, que no nos vale tan solo con ver, sino que más allá, tenemos que aprender a mirar. Ver un árbol está bien, caes en su existencia. Mas mirar un árbol, contemplarlo, te proporciona infinitamente más información. Al observarlo, vas admirando cada matiz en el color de sus hojas, cada resquebrajo en su tronco y ramas, incluso fantaseas con su copa, en que pudiera ser una nube sujeta a la tierra. Inevitablemente, te preguntas qué hay debajo de todo eso. Cómo ha llegado a desprender todo aquello que admiras. Y piensas en sus raíces, por donde empezó todo. Y entiendes asimismo que debes empezar tú también por ahí, si gustaras de conservar ese árbol, proporcionando agua a todo su terreno circundante.
Ciertamente, para mediar entre los conflictos pasa igual. No alberga en mi mente duda de que, en más de una ocasión, nos tendremos que enfrentar ante un conflicto más verdadero, rudo y latente, encubierto por el principal conflicto por el que han precisado nuestra ayuda. Y es ahí donde debemos tener aprendida esa lección que nos cuenta lo importante que es parar y mirar detenidamente el problema, para poder llegar a su verdadera raíz, y por ende, mostrar el camino más acertado hacia la verdadera solución.
De la verdad habla también Paulo Coelho en su famosa narrativa "El alquimista", resaltado en este post. En un parte concreta del libro, cuando nuestro protagonista encontrose ya con el alquimista y erraban por el desierto en silencio, mantuvieron una conversación donde se aclaraba que, aquello que estuviera compuesto por materia pura, no había de qué preocuparse, porque siempre se podrá volver a ello. Sin embargo, si lo que presenciaste fue algo así como la explosión de una estrella, será vivido como algo efímero. Pienso que en los conflictos, nosotros, debemos tener muy presente siempre la materia pura, viniendo a ser esta la salida, la solución, al conflicto, no perder nunca este punto de vista. Y procurar que nuestros batalladores compartan esta visión, puesto que la verdad, a pesar de vivirla en el instante presente, el más absoluto de los tiempos, es a su vez eterna, y siempre podremos volver a ella. Si nuestros conflictivos sujetos comprenden y aprehenden que buscar solución a sus conflictos es lo que les favorecerá su perdurar en relación, reducirán la importancia de la explosión de la estrella.

reyes sainz dijo...

Francamente, una de las reflexiones más interesantes que he leído últimamente. Coincido con Marta en lo acertado que ha sido el apunte de los árboles, no solamente en aquello de que no debemos permitir que nuestro juicio alcance la mera apariencia, lo perceptible a la vista, sino asimismo, que no nos vale tan solo con ver, sino que más allá, tenemos que aprender a mirar. Ver un árbol está bien, caes en su existencia. Mas mirar un árbol, contemplarlo, te proporciona infinitamente más información. Al observarlo, vas admirando cada matiz en el color de sus hojas, cada resquebrajo en su tronco y ramas, incluso fantaseas con su copa, en que pudiera ser una nube sujeta a la tierra. Inevitablemente, te preguntas qué hay debajo de todo eso. Cómo ha llegado a desprender todo aquello que admiras. Y piensas en sus raíces, por donde empezó todo. Y entiendes asimismo que debes empezar tú también por ahí, si gustaras de conservar ese árbol, proporcionando agua a todo su terreno circundante.
Ciertamente, para mediar entre los conflictos pasa igual. No alberga en mi mente duda de que, en más de una ocasión, nos tendremos que enfrentar ante un conflicto más verdadero, rudo y latente, encubierto por el principal conflicto por el que han precisado nuestra ayuda. Y es ahí donde debemos tener aprendida esa lección que nos cuenta lo importante que es parar y mirar detenidamente el problema, para poder llegar a su verdadera raíz, y por ende, mostrar el camino más acertado hacia la verdadera solución.
De la verdad habla también Paulo Coelho en su famosa narrativa "El alquimista", resaltado en este post. En un parte concreta del libro, cuando nuestro protagonista encontrose ya con el alquimista y erraban por el desierto en silencio, mantuvieron una conversación donde se aclaraba que, aquello que estuviera compuesto por materia pura, no había de qué preocuparse, porque siempre se podrá volver a ello. Sin embargo, si lo que presenciaste fue algo así como la explosión de una estrella, será vivido como algo efímero. Pienso que en los conflictos, nosotros, debemos tener muy presente siempre la materia pura, viniendo a ser esta la salida, la solución, al conflicto, no perder nunca este punto de vista. Y procurar que nuestros batalladores compartan esta visión, puesto que la verdad, a pesar de vivirla en el instante presente, el más absoluto de los tiempos, es a su vez eterna, y siempre podremos volver a ella. Si nuestros conflictivos sujetos comprenden y aprehenden que buscar solución a sus conflictos es lo que les favorecerá su perdurar en relación, reducirán la importancia de la explosión de la estrella.

Juan Luis de Dios Gómez dijo...

Respondiendo a la primera pregunta, sí, me gustaría ser un alquimista de las relaciones humanas, para así ayudar a convertir los problemas de las personas en habilidades constructivas.

Mientras leía el texto han resonado en mi cabeza refranes típicos como: “solo es imposible aquello que no se intenta”, “no siempre es blanco o negro, en medio hay una escala de grises” y “entender que de los errores se aprende”.

Las partes que aceptan ser mediadas tienen una predisposición a querer solucionar.
El mediador en su postura neutral, ayuda a sacar de cada una de ellas los puntos en común en los que están de acuerdo, para así resolver el conflicto, la objetividad de ver el árbol al completo, sin olvidar la importancia de no dejarse llevar por las primeras impresiones, ya que hay veces que las emociones del primer personaje principal puede nublar la versión de la otra parte, aquí es dónde entra la profesionalidad del buen mediador.

La mediación es un procedimiento muy favorable para el bienestar social y la calidad de las relaciones humanas, ya que es un método personal de negociación en el que las partes enfrentadas consiguen una solución común, a diferencia de otro medio de resolución de conflictos como puede ser en juicio, en el que la última palabra la tiene el juez conforme a lo que rija la ley, sin oportunidad del diálogo entre ambas partes con el fin de conseguir una solución que beneficie a ambas partes.

Una de las frases que me ha producido mayor motivación es: “El secreto de la vida está en caerse 7 veces y levantarse 8”, una reflexión muy acertada, ya que la vida consiste en cometer errores para así aprender de ellos, y no ver los problemas como algo negativo, si no como parte del aprendizaje de la vida.
No me he dado la oportunidad de leer el libro “El Alquimista”, aunque tras la lectura de este post lo he añadido a mi lista, las enseñanzas que se pueden obtener ayudan a mejorar la inteligencia emocional, además de relacionarlas con ser mejor mediador y poder resolver problemas futuros con mayor facilidad.

María Piña dijo...

Esta lectura me ha resultado muy útil para comprender de forma clara la definición y el papel del mediador, ya que tenía algunas dudas sobre esta figura. Me ha parecido muy interesante la comparación y semejanza de la figura del mediador con Harry Potter y con la figura del alquimista. Considero que lo esencial para ser un buen mediador es tener visión, ver más allá de lo que nos dicen las palabras, ser buen observador como bien dice el texto. Me ha gustado mucho la parte del texto donde dice que todos sufrimos situaciones difíciles, la diferencia entre unos y otros es la capacidad que tenemos para aprender de esa experiencia y que ese suceso sirva para evolucionar y no para quedarnos estancados, creo que no todo el mundo tiene ese pensamiento, muchas veces cuando pasamos por un momento difícil nos encerramos en nosotros mismos y no vemos más allá del problema, por lo que desaprovechamos la oportunidad de convertir esa experiencia negativa en algo positivo, como es el evolucionar y avanzar. Para estos casos donde estamos estancados y no sabemos cómo dar con la clave del problema, está la figura del mediador.

María Piña dijo...

Esta lectura me ha resultado muy útil para comprender de forma clara la definición y el papel del mediador, ya que tenía algunas dudas sobre esta figura. Me ha parecido muy interesante la comparación y semejanza de la figura del mediador con Harry Potter y con la figura del alquimista. Considero que lo esencial para ser un buen mediador es tener visión, ver más allá de lo que nos dicen las palabras, ser buen observador como bien dice el texto. Me ha gustado mucho la parte del texto donde dice que todos sufrimos situaciones difíciles, la diferencia entre unos y otros es la capacidad que tenemos para aprender de esa experiencia y que ese suceso sirva para evolucionar y no para quedarnos estancados, creo que no todo el mundo tiene ese pensamiento, muchas veces cuando pasamos por un momento difícil nos encerramos en nosotros mismos y no vemos más allá del problema, por lo que desaprovechamos la oportunidad de convertir esa experiencia negativa en algo positivo, como es el evolucionar y avanzar. Para estos casos donde estamos estancados y no sabemos cómo dar con la clave del problema, está la figura del mediador.

PAULA COCA dijo...

Los conflictos siempre han existido en nuestra sociedad y han generado unas consecuencias tanto positivas como negativas debido a la toma de decisiones que se llevan a cabo en estos. Por ello, considero que este post expresa de forma clara el papel tan importante y laborioso que desarrolla un mediador. Este no solo conversa con los sujetos sino que también les ayuda mediante esfuerzo y constancia a entender y comprender al otro, observar todas las perspectivas posibles y transforma un aspecto negativo como se le considera comúnmente al conflicto en una oportunidad para mejorar.
Asimismo, me ha parecido muy interesante la relación con el libro “El Alquimista” debido a que es una forma de mostrarle al lector que nos pasamos la vida buscando un completo perfeccionismo ante las demandas de la sociedad y muchas veces no nos damos cuenta de que simplemente el ser consciente de cual es tu propio potencial y trabajar en el te hace mejorar.
Como conclusión, me ha parecido muy interesante la forma en la que se ha tratado el papel del mediador y la importancia de buscar una solución al conflicto teniendo encuesta todo tipo de contextos y posiciones o perspectivas de los sujetos implicados consiguiendo así el aumento de satisfacción de cada una de las partes como una mejora en el bienestar personal.

Alejandra Cobreros Fidalgo dijo...

Alejandra Cobreros Fidalgo

Clave y directa representación del papel de un mediador a través de esta lectura, que como mensaje central enseña que la función del mediador va muchos mas allá de la resolución de conflictos, ya que estos implica un análisis mucho mas profundo de lo que aparentemente pueden dar a entender. Hace gran énfasis en la búsqueda y transformación de la materia básica en elementos mas valiosos, como el oro en el caso de la piedra Filosofal que se creía que otorgaba la inmortalidad , no dejarnos llevar por las apariencias, indagar e interesarnos por el contenido. Buscar nuevas experiencias y tener en cuenta las diversas formas y perspectivas que hay que dé abordarlas. Ya que “No todo es lo que parece ser”, debemos recalcar la importancia de no hacer juicios apresurados, existen distintas situaciones que pueden resultar mucho mas complejas de lo que realmente en una primera impresión pueden llegar a dar, tener una mente abierta, ser reflexivos y llenarnos de motivación, tanto en nuestro día a día como a la hora de mediación y resolución de conflictos

Natalia Grimón Paz dijo...

Tras la lectura del texto acabo de entender que no podemos conformarnos solamente con lo que se aprecia a simple vista, aquello que se palpa, nos cuentan o vemos, sino que hay que indagar más sobre aquello, debido a que hay muchos más factores internos que intervienen en la problemática que no se ven, ya sea porque no queremos contarlos o simplemente no nos damos cuenta que están ahí y por ello, el papel del mediador es entender más allá de lo visible.

Para que se pueda llevar a cabo esta intervención con efectividad, es necesaria la voluntad como dice en el texto del mediador, pero también creo que es esencial un papel activo por parte de los mediados (no mencionado en el texto), que son los que necesitan ser ayudados y tienen que poner de su parte para que se pueda solucionar el problema.

También me ha llamado la atención una de las enseñanzas del libro El Alquimista y que también comentamos en clase, tiene que ver con la octava enseñanza que dice que no tenemos que rendirnos nunca y que siempre habrá una oportunidad para ver algo nuevo. Con esto entiendo que cuando nos atragantamos con algún problema la solución no es abandonar, sino intentar buscar otra solución viéndolo desde otra perspectiva y de esta manera encontraremos otra/s solución/es.

María José Rey dijo...

Hace poco, tuve la suerte de reflexionar sobre mi profesión y es con estos textos donde me reafirmo más que estoy justo donde quiero y debo estar. A lo largo de nuestra vida, se nos presentan muchísimos conflictos que debemos resolver para llegar a tomar las mejores decisiones para formar nuestro futuro. Me ha encantado la alegoría con las raíces de los árboles, algo así como cuando sólo vemos la punta del iceberg, sin saber que es más lo que se esconde por debajo de la superficie. Estoy de acuerdo en que como mediadores debemos de formarnos en saber mirar más allá, en tener una mente abierta donde puedan caber infinitas posibilidades de resolución, pero también debemos centrarnos en el propio crecimiento personal y profesional que vamos a poder brindar a las personas. Ser mediador implica rechazar las simples apariencias, y resolver el problema que realmente se esconde dentro de las relaciones que tenemos con nosotros mismos y con nuestro exterior. Es por ello que elegí Psicología; para cuestionar todo aquello que veo y llenar mi cerebro de herramientas que me ayuden a gestionar los conflictos que tengo en mi vida, y en la vida de las personas que necesiten de mi ayuda. Estas reflexiones me hacen darme cuenta que, aunque el camino muchas veces esté lleno de piedras que saltar, debemos confiar y disfrutar del proceso que estamos construyendo, elegir el esfuerzo y el sacrificio de hoy por la recompensa de mañana. Ayer, hablando con un amigo, nos dimos cuenta de que a veces, nos cuestionamos muchas cosas que aún no han pasado y que no tienen por qué pasar, por el simple miedo de no saber como lo podremos gestionar, y pensé que debemos de ser menos exigentes con nosotros mismos, y simplemente aprender y recoger todo el conocimiento que hoy podamos sembrar.

María José Rey dijo...

Hace poco, tuve la suerte de reflexionar sobre mi profesión y es con estos textos donde me reafirmo más que estoy justo donde quiero y debo estar. A lo largo de nuestra vida, se nos presentan muchísimos conflictos que debemos resolver para llegar a tomar las mejores decisiones para formar nuestro futuro. Me ha encantado la alegoría con las raíces de los árboles, algo así como cuando sólo vemos la punta del iceberg, sin saber que es más lo que se esconde por debajo de la superficie. Estoy de acuerdo en que como mediadores debemos de formarnos en saber mirar más allá, en tener una mente abierta donde puedan caber infinitas posibilidades de resolución, pero también debemos centrarnos en el propio crecimiento personal y profesional que vamos a poder brindar a las personas. Ser mediador implica rechazar las simples apariencias, y resolver el problema que realmente se esconde dentro de las relaciones que tenemos con nosotros mismos y con nuestro exterior. Es por ello que elegí Psicología; para cuestionar todo aquello que veo y llenar mi cerebro de herramientas que me ayuden a gestionar los conflictos que tengo en mi vida, y en la vida de las personas que necesiten de mi ayuda. Estas reflexiones me hacen darme cuenta que, aunque el camino muchas veces esté lleno de piedras que saltar, debemos confiar y disfrutar del proceso que estamos construyendo, elegir el esfuerzo y el sacrificio de hoy por la recompensa de mañana. Ayer, hablando con un amigo, nos dimos cuenta de que a veces, nos cuestionamos muchas cosas que aún no han pasado y que no tienen por qué pasar, por el simple miedo de no saber como lo podremos gestionar, y pensé que debemos de ser menos exigentes con nosotros mismos, y simplemente aprender y recoger todo el conocimiento que hoy podamos sembrar.

María José Rey dijo...

Hace poco, tuve la suerte de reflexionar sobre mi profesión y es con estos textos donde me reafirmo más que estoy justo donde quiero y debo estar. A lo largo de nuestra vida, se nos presentan muchísimos conflictos que debemos resolver para llegar a tomar las mejores decisiones para formar nuestro futuro. Me ha encantado la alegoría con las raíces de los árboles, algo así como cuando sólo vemos la punta del iceberg, sin saber que es más lo que se esconde por debajo de la superficie. Estoy de acuerdo en que como mediadores debemos de formarnos en saber mirar más allá, en tener una mente abierta donde puedan caber infinitas posibilidades de resolución, pero también debemos centrarnos en el propio crecimiento personal y profesional que vamos a poder brindar a las personas. Ser mediador implica rechazar las simples apariencias, y resolver el problema que realmente se esconde dentro de las relaciones que tenemos con nosotros mismos y con nuestro exterior. Es por ello que elegí Psicología; para cuestionar todo aquello que veo y llenar mi cerebro de herramientas que me ayuden a gestionar los conflictos que tengo en mi vida, y en la vida de las personas que necesiten de mi ayuda. Estas reflexiones me hacen darme cuenta que, aunque el camino muchas veces esté lleno de piedras que saltar, debemos confiar y disfrutar del proceso que estamos construyendo, elegir el esfuerzo y el sacrificio de hoy por la recompensa de mañana. Ayer, hablando con un amigo, nos dimos cuenta de que a veces, nos cuestionamos muchas cosas que aún no han pasado y que no tienen por qué pasar, por el simple miedo de no saber como lo podremos gestionar, y pensé que debemos de ser menos exigentes con nosotros mismos, y simplemente aprender y recoger todo el conocimiento que hoy podamos sembrar.

Beatriz Flores San Román dijo...

Aunque el objetivo de este post es conocer el valor del mediador me ha sido muy enriquecedor como persona. Siempre tratamos de ver la vida con objetividad parándonos a pensar lo mínimo ya que tenemos siempre mucha prisa y buscamos en cierto modo sufrir lo menos posible. Tanto un mediador como una persona cualquiera debe buscar la reflexión, buscar ir más allá de lo que nuestros ojos nos enseñan.
Considero que es fundamental si se quiere lograr un buen resultado ser conscientes de los límites que se pone uno mismo y de los que muchas veces no somos conscientes y sobre todo no tenerle miedo a fallar, tendremos mil oportunidades, mil decisiones que tomar y seguramente nos equivocaremos más que acertemos pero siempre debemos pensar que es de los errores de lo que se aprende.
Tanto a nivel profesional, como mediadores, como en el personal debemos tener muy presentes las enseñanzas que nos muestra el alquimista, y pensar que incluso lo que consideramos imposible puede convertirse en algo real.

Angela Leon Aires dijo...

Gracias a la primeras clases y al breve comentario del blog, queda perfectamente reflejado el papel de los mediadores en la sociedad actual.
Ilustrando la metáfora de un árbol, que hace referencia a la escasa investigación en numerosas ocasiones de las situaciones quedandonos en la superficie (asi como un árbol que carece de raices) y la referencia a libros mundialmente conocidos como "El Alquimista" o la saga de "Harry Potter", se recuerda la importancia de la profundizacion en los conflictos
Ademas, se resaltan enseñanzas claves para convertirse en un mediador coherente
Me parece muy interesante la manera en la que el autor ha plasmado las ideas principales acerca de la importancia de la mediación asi como de las funciones que desempeña un mediador

Ignacio Rodríguez Mena dijo...

Sería interesante comenzar esta reflexión haciendo referencia a lo que para mí, sería la idea central del texto, que es la importancia de ver más allá de lo perceptible a simple vista. Concretamente, la capacidad de ver un problema como un aprendizaje para mejorar. A simple vista, puede parecer que la figura del mediador consiste únicamente en poner a dos partes de acuerdo y, aunque el fin último sí que es esta idea, ser mediador va más allá de eso.
Mediar implica crear ideas nuevas, tomar decisiones, perseverar, ser imparcial, etc. En este sentido, debemos destacar la frase del Alquimista que dice “el secreto de la vida es caerse 7 veces y levantarse 8”, personalmente, me ha hecho reflexionar y adentrarme un poco más, en el mundo de la mediación y me ha permitido cambiar la perspectiva frente a los problemas y conflictos que puedan surgirnos en nuestro ejercicio profesional. En conclusión, me parece un texto que puede generar debates muy interesantes acerca de la mediación y su importancia en cualquier ámbito de nuestra vida, tanto profesional como personal.

Ignacio Rodríguez Mena dijo...

Sería interesante comenzar esta reflexión haciendo referencia a lo que para mí, sería la idea central del texto, que es la importancia de ver más allá de lo perceptible a simple vista. Concretamente, la capacidad de ver un problema como un aprendizaje para mejorar. A simple vista, puede parecer que la figura del mediador consiste únicamente en poner a dos partes de acuerdo y, aunque el fin último sí que es esta idea, ser mediador va más allá de eso. Mediar implica crear ideas nuevas, tomar decisiones, perseverar, ser imparcial, etc. En este sentido, debemos destacar la frase del Alquimista que dice “el secreto de la vida es caerse 7 veces y levantarse 8”, personalmente, me ha hecho reflexionar y adentrarme un poco más, en el mundo de la mediación, permitiéndome cambiar la perspectiva frente a los problemas y conflictos que puedan surgirnos en nuestro futuro ejercicio profesional. En conclusión, me parece un texto que puede generar debates muy interesantes acerca de la mediación y su importancia en cualquier ámbito, tanto personal como profesional.

Esther García García dijo...

La lectura tiene varios puntos que personalmente, han captado de mi atención. En primer lugar, la metáfora de las raíces me ha resultado muy acertada debido que, bajo mi percepción, la labor de un mediador se basa en hacer que las partes afectadas encuentren una solución a el problema con tu ayuda, pero, siendo ellos los que deben de elegir y encontrar la mejor solución. Por lo que cuando dos personas solucionan un conflicto, pocas veces se ve la función que ha tenido el mediador en esa cuestión. Además de eso, también, esa misma metáfora me ha hecho reflexionar sobre cómo deberíamos profundizar en las partes de un conflicto, para obtener un mejor resultado, y no quedarnos solo con la superficie de este.

En segundo lugar, la comparación con la alquimia me ha parecido muy acertada, además de los puntos dados por el libro del "El Alquimista" son perfectamente útiles para la vida cotidiana. Esto personalmente, lo pondré en práctica en mi vida personal.

Por último, y como pequeña conclusión, recalcar que considero, bajo mi visión, que esta lectura es sumamente útil para comprender el papel de un mediador independientemente de tu formación, ya que es una lectura clara y con vocabulario cotidiano para poder llegar a cualquier público posible. Además, leyendo esto, no solo te aclara la figura del mediador si no, que además, te ofrece varios puntos que pueden aplicarse en tu vida personal, laboral y sentimental. Sin ninguna duda, es un texto de una gran utilidad en varios aspectos.

Alba Jiménez Herrero dijo...

Este texto destaca la importancia de mirar más allá de lo evidente y comprender el trasfondo de las situaciones, especialmente en el contexto de la mediación. Se hace una analogía interesante al hablar de los árboles y cómo a menudo solo vemos la parte visible, sin considerar las raíces que son igualmente importantes. Luego, el texto se adentra en la idea de convertirse en "alquimistas de las relaciones humanas", utilizando ejemplos de libros como "El Alquimista" de Paulo Coelho y "Harry Potter y la Piedra Filosofal" para ilustrar lecciones de vida relevantes para los mediadores.

Este texto ofrece una serie de enseñanzas valiosas que pueden ayudar a los mediadores a mejorar su trabajo, como lidiar con el miedo, abrazar el presente, tomar decisiones, ser creativos y nunca rendirse. Además, también enfatiza la importancia de la autoconfianza, la observación y el aprendizaje constante en el proceso de mediación.

Por último, el texto subraya la idea de que todos enfrentaremos desafíos y dificultades en nuestras vidas, pero la forma en que los abordamos y los transformamos puede marcar la diferencia en nuestro crecimiento y evolución personal. La alquimia se presenta como una metáfora poderosa para esta transformación, convirtiendo el "plomo" de las dificultades en el "oro" de la evolución personal y las relaciones humanas.

En resumen, el texto ofrece una perspectiva inspiradora sobre la mediación y la importancia de mirar más allá de lo superficial para comprender mejor a las personas y las situaciones, y cómo podemos utilizar lecciones de libros y principios de la alquimia para mejorar nuestras habilidades como mediadores y como seres humanos.


Anabel Cortés Jiménez dijo...

En primer lugar, decir que me ha encantado este artículo porque puedes sacar grandes conclusiones de él para la vida cotidiana.
La manera en la que enlaza y nos quiere dar una enseñanza a través de un árbol, en la que sólo vemos una parte de las cosas y no todo en sí.

Nos enseña que debemos de aprender a mirar los problemas desde varias perspectivas para poder darle una buena solución y lo más importante de todo ello es que podemos llevarnos una enseñanza de eso y tomarlo como parte de evolución.

La relación con el libro del Alquimista y en que la solución está en nosotros mismos es muy acertada puesto que un mediador es parte de la frase anterior, porque para poder hacer nuestro trabajo como mediadores primeramente las personas que necesiten nuestra ayuda deben de estar dispuestas a que un extraño les pueda ayudar para buscar la mejor solución.

Es importante darle esa perspectiva del árbol que ellos no pueden ver y que hay más soluciones aparte de las que ellos solamente pueden ver.

Los consejos que da para enseñarnos como ser mejores mediadores son fácilmente aplicables a nuestro día a día para poder comprendernos mejor y ser grandes profesionales.

El último de los puntos en concreto el 10 apartado e) da con la clave de todo ello: ver una oportunidad donde hay un problema, cambiar la perspectiva y comprender.

Y finalmente llevárnoslo como un aprendizaje para nuestras vidas.

Esther García García dijo...

La lectura tiene varios puntos que personalmente, han captado de mi atención. En primer lugar, la metáfora de las raíces me ha resultado muy acertada debido que, bajo mi percepción, la labor de un mediador se basa en hacer que las partes afectadas encuentren una solución a el problema con tu ayuda, pero, siendo ellos los que deben de elegir y encontrar la mejor solución. Por lo que cuando dos personas solucionan un conflicto, pocas veces se ve la función que ha tenido el mediador en esa cuestión. Además de eso, también, esa misma metáfora me ha hecho reflexionar sobre cómo deberíamos profundizar en las partes de un conflicto, para obtener un mejor resultado, y no quedarnos solo con la superficie de este.

En segundo lugar, la comparación con la alquimia me ha parecido muy acertada, además de los puntos dados por el libro del "El Alquimista" son perfectamente útiles para la vida cotidiana. Esto personalmente, lo pondré en práctica en mi vida personal.

Por último, y como pequeña conclusión, recalcar que considero, bajo mi visión, que esta lectura es sumamente útil para comprender el papel de un mediador independientemente de tu formación, ya que es una lectura clara y con vocabulario cotidiano para poder llegar a cualquier público posible. Además, leyendo esto, no solo te aclara la figura del mediador si no, que además, te ofrece varios puntos que pueden aplicarse en tu vida personal, laboral y sentimental. Sin ninguna duda, es un texto de una gran utilidad en varios aspectos.

Gema Sillero dijo...

Gema Sillero Cadenas

Me parece interesante la metáfora de ser Alquimistas en el mundo de la mediación. Y es que, no somos más que meros espectadores de una vida que tenemos por delante, por tanto, debemos ser críticos y pensadores con lo que nos rodea, cuestionarnos las cosas y no prejuzgar con lo que tenemos delante. Es decir, pensar más allá. Como aquel alquimista que convierte el metal en oro, nosotros, también podemos tener el don de cambiar los problemas en oro, en aprendizaje, en evolución.

No digo que este camino sea fácil, sino entretenido y laborioso, ya que, seremos como aquel pastor que, saliendo de su zona de confort, quiere averiguar otras realidades, otras perspectivas, para poder así volver con más sabiduría.

Pero, volviendo al tema de la mediación, este libro nos enseña la capacidad que podemos llegar a tener si miramos desde más lejos el punto que tenemos delante, alejarnos de la situación para poder buscar alternativas, otras formas de gestionar las diferentes realidades, comprendiendo cada parte del asunto y llegar a un acuerdo en el que ambas partes estén conformes, en armonía. Y, no pasa nada si no se llega a un acuerdo, porque ya habremos conseguido algo muy importante, el conocernos y saber qué piensa la otra persona, el cómo se siente, qué necesidades tiene y cuáles son sus intereses. Es decir, habremos hecho un trabajo introspectivo y habremos afianzado nuestras relaciones interpersonales.

Anika Schaps dijo...

Recuerdo que hace unos años leí el libro "El Alquimista" y me dejo muchas enseñanzas de aprendizaje personal de las cuales me permitieron reflexionar en ese momento exacto de mi vida. Al leer este texto y recordar los puntos importantes del libro, ahora he podido enfocar estas mismas enseñanzas de aprendizaje no solo de forma personal, sino que también de manera profesional. Cada punto ahora nace desde dentro, con lo aprendido y reflexionado años atrás, y me permite expresarlo hacia afuera enfocado a mi futuro profesional, ya que es el último año de carrera, pero poniéndolo en práctica en mi presente. Tal y como dice el texto, "el tesoro está en nosotros mismos".

Poniéndolo en perspectiva experiencial, los aprendizajes del libro son sin duda alguna el tesoro que hay dentro. No hay necesidad de salir a buscarlo, sino de adentrarnos en nosotros mismos para poder seguir construyendo y abriendo horizontes dentro de nosotros mismo. Expandir estos horizontes son esenciales, en mi opinión, para poder ser capaz de convivir con otros profesionales en el futuro. Tal y como lo hacemos ahora en clase, en el presente, conviviendo futuros psicólogos, criminólogos y abogados. Este texto me parece un punto de partida extraordinaria para introducir las claves esenciales en los que un mediador puede sostenerse, sin caerse, para seguir remando contra corriente si hace falta o simplemente para seguir avanzando en nuestro propio crecimiento personal y profesional.

Aarón Guerrero Murillo dijo...

Aarón Guerrero

De este texto, lo que más me ha llamado la atención ha sido la idea que plantea, sobre que el mediador no puede quedarse con la primera impresión del conflicto que le ha planteado su cliente, sino que debe profundizar más en los hechos y entender qué es lo que verdaderamente necesita el cliente.

En un futuro me gustaría ejercer como abogado, y creo que tener este método de trabajo es fundamental en nuestro oficio, ya que muchas veces lo mejor para los futuros clientes no será verse envueltos en un proceso judicial, sino que necesitarán llegar a acuerdos que sean más rápidos y beneficiosos para ellos, aunque lo nieguen al principio.

Por todo lo anterior, entiendo que para ser resolutivos, que es la base de nuestro trabajo, y que nuestros clientes estén satisfechos al final del proceso, es fundamental dominar esta importantísima técnica.

Maria Merello Argudo dijo...

En la lectura del texto he llegado a la conclusión, de que el mediador es aquel que cuando ve un arbol ve tambien las raices, creo que para ser un buen mediador es muy importante, sino imprescindible, tener esas sensibilidad especial ante los problemas , al igual que al ver un arbol no todo el mundo ve las raices , cuanto hay un conflicto no todo el mundo ve la raiz del problema,es ahí donde esta lo especial del mediador, que tiene mas herramientas para solucionarlo.
Sin embargo , de la segunda parte del texto , la referente a la comparacion con "El Alquimista", he podido deducir que el mediador no ve el problema como ajeno ,sino que a pesar de ser capaz de ponerlo en perspectiva y dar otro punto de vista.Es la sensiblidad que lo caracteriza la cual hace posible que sienta verdadera empatía , que observen y hacer posible que un problema se convierta en un aprendizaje para los implicados.

Fernando Serna dijo...

Tras la lectura de este texto me hace reflexionar y darme cuenta de la importancia que tiene adentrarse mas que lo evidente en la mediación y ver la realidad de las situaciones.

Gracias a la metáfora que encontramos relacionada con la alquimia podemos sacar la conclusión de la importancia que tiene el cambiar los conflictos reales en aprendizajes y por lo tanto mejorar las relaciones, las cuales es el fundamento de la figura del mediador.

En este texto también se mencionan las diez enseñanzas de vida del libro "El alquimista" que pueden ser como una guía para ser un mejor mediador, estas enseñan a que un mediador debe observar el presente, tomar decisiones reales, no rendirse y actuar siempre con cabeza, como conclusión a las diez enseñanzas lo que mas se destaca pienso que es la voluntad, el estudio y el cambio continuo en el proceso.

Por último, creo que esta lectura es muy favorable para comprender la postura parcial que debe tener la figura de un mediador para su actuación en las controversias que pueden derivar de una relación, lo cual es su función principal. Bajo mi punto de vista, la mediación es un avance en el presente, ya que se intenta llegar a una solución común sin tener que recurrir a un ámbito judicial lo cual antes no se recurría a ello con apenas frecuencia, por ello concluyo con que es un avance muy favorable y al que se debería de acudir en una mayor medida.

Fernando Serna dijo...

Tras la lectura de este texto me hace reflexionar y darme cuenta de la importancia que tiene adentrarse mas que lo evidente en la mediación y ver la realidad de las situaciones.

Gracias a la metáfora que encontramos relacionada con la alquimia podemos sacar la conclusión de la importancia que tiene el cambiar los conflictos reales en aprendizajes y por lo tanto mejorar las relaciones, las cuales es el fundamento de la figura del mediador.

En este texto también se mencionan las diez enseñanzas de vida del libro "El alquimista" que pueden ser como una guía para ser un mejor mediador, estas enseñan a que un mediador debe observar el presente, tomar decisiones reales, no rendirse y actuar siempre con cabeza, como conclusión a las diez enseñanzas lo que mas se destaca pienso que es la voluntad, el estudio y el cambio continuo en el proceso.

Por último, creo que esta lectura es muy favorable para comprender la postura parcial que debe tener la figura de un mediador para su actuación en las controversias que pueden derivar de una relación, lo cual es su función principal. Bajo mi punto de vista, la mediación es un avance en el presente, ya que se intenta llegar a una solución común sin tener que recurrir a un ámbito judicial lo cual antes no se recurría a ello con apenas frecuencia, por ello concluyo con que es un avance muy favorable y al que se debería de acudir en una mayor medida.

Teresa dijo...

Teresa Álvarez Fernández.
La lectura de este texto me ha parecido muy interesante, me he dado cuenta de la importancia del papel del mediador, pero también de la dificultad que conlleva serlo. Me gustaría destacar la importancia de la frase “ver más allá de lo evidente”, para mí la figura de mediador debería contar con la capacidad de comprender y percibir las cosas que no son obvias a simple vista o que va más allá del presente. El mediador debe analizar la situación, problema o cualquier circunstancia desde una perspectiva más profunda y ver las posibilidades o significados que en ese momento no son evidentes.
Otro punto que me ha hecho reflexionar mucho, es el párrafo que trata sobre que ningún ser humano está exento de vivir situaciones difíciles, pero la clave está en ver estas situaciones como una oportunidad de aprendizaje. El mediador debe promover un enfoque constructivo para la resolución de conflictos y en la medida de los posible llegar a soluciones que sean mutuamente satisfactorias.
Por último, me gustaría destacar que las 10 enseñanzas de vida del libro El Alquimista me han llamado mucho la atención y me ha gustado mucho leerlas porque creo que son muy interesantes tanto para la figura del mediador como para tenerlas presentes siempre en nuestro día a día. De estas 10 enseñanzas resaltaría la toma de decisiones, me ha gustado leer que no hay decisiones buenas o malas sino valiosas.

Gonzalo Durán García dijo...

Este artículo resalta la importancia de la figura del mediador en nuestras relaciones humanas y teje una analogía fascinante con la alquimia, esa búsqueda incansable de la piedra filosofal que convierte conflictos en valiosas lecciones para nuestro crecimiento. Aquí, comparto algunas de las ideas y conceptos que más me llamaron la atención:

En primer lugar, se emplea la metáfora del árbol para ilustrar cuán importante es ir más allá de lo evidente en nuestras relaciones humanas. Nos recuerda que con frecuencia nos enfocamos en lo superficial, sin prestar atención a las raíces invisibles que conforman la esencia. Esta metáfora se conecta con la idea de que en la mediación es crucial comprender el trasfondo de las situaciones.

En segundo lugar, el texto compara la labor del mediador con la de un alquimista, aquel que busca convertir los conflictos en valiosos aprendizajes y fortalecer los lazos humanos. Esta comparación nos hace entender que el mediador tiene un papel fundamental en ayudar a las personas a encontrar soluciones y crecer a través de los desafíos.

En tercer lugar, el texto nos presenta diez lecciones inspiradas en la obra "El Alquimista" de Paulo Coelho, aplicables a la mediación. Estas lecciones abarcan temas como vencer el miedo, vivir el presente, tomar decisiones, fomentar la creatividad y persistir ante las adversidades. Estos principios se convierten en valiosos recursos para los mediadores mientras trabajan con personas en conflicto.

En cuarto lugar, se subraya que cada individuo posee la capacidad de transformar experiencias difíciles en oportunidades de crecimiento. Asimismo, resalta la importancia de la confianza en uno mismo y la disposición para aprender y evolucionar a través de las dificultades.

En definitiva, la mediación consiste en un esfuerzo por colaborar con la otra parte en lugar de enfrentarse a ella, con el propósito de encontrar un camino pacífico y justo para abordar los conflictos en un ambiente que fomente el desarrollo, la comprensión, el aprendizaje y el respeto mutuo. Este artículo ofrece una perspectiva apasionante acerca de la mediación y cómo los mediadores pueden desempeñar un papel esencial en la transformación de conflictos y relaciones humanas.

Ángela Álvarez de Medina dijo...

Para comenzar me ha parecido muy interesante la idea del árbol y sus raíces. Esta expresa qué siempre hay cosas que no podemos ver y que pueden estar “ocultas” a simple vista. Esto es lo que debe de tener en cuenta un buen mediador, no solo tiene que dejarse llevar por la primera impresión que nos transmite la persona, si no que debemos indagar en el conflicto para alcanzar una solución que sea fructífera para las partes implicadas.

Bajo mi opinión el rol que ejerce el mediador es complicado, ya que, debe de entender el conflicto, trabajarlo, transformarlo en aprendizajes y herramientas, es decir, deben de tener como objetivo reeducar y educar para encontrar una mejora en las personas que se encuentran inmersas en el conflicto. Todo esto debe de hacerlo teniendo actitud, voluntad, aprendiendo a perdona, siendo observador… pero personalmente considero que no hay soluciones buenas o malas si no soluciones que producen un cambio y logren el perdón que es en lo que se debería centrar la profesión.

Ángela Álvarez de Medina dijo...

Para comenzar me ha parecido muy interesante la idea del árbol y sus raíces. Esta expresa qué siempre hay cosas que no podemos ver y que pueden estar “ocultas” a simple vista. Esto es lo que debe de tener en cuenta un buen mediador, no solo tiene que dejarse llevar por la primera impresión que nos transmite la persona, si no que debemos indagar en el conflicto para alcanzar una solución que sea fructífera para las partes implicadas.

Bajo mi opinión el rol que ejerce el mediador es complicado, ya que, debe de entender el conflicto, trabajarlo, transformarlo en aprendizajes y herramientas, es decir, deben de tener como objetivo reeducar y educar para encontrar una mejora en las personas que se encuentran inmersas en el conflicto. Todo esto debe de hacerlo teniendo actitud, voluntad, aprendiendo a perdona, siendo observador… pero personalmente considero que no hay soluciones buenas o malas si no soluciones que producen un cambio y logren el perdón que es en lo que se debería centrar la profesión.

Cristina Risco Gómez dijo...

Para comenzar con mi reflexión respecto al texto expuesto, decir que la metáfora del árbol me parece super interesante, además de útil para la comprensión del mensaje que se quiere transmitir. Lo más importante y a la vez, lo más difícil, es saber ver el trasfondo de aquello que sí vemos.
Como apunte, yo personalmente pensaba antes como el escritor brasileño, y consideraba que ¨no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos¨. Sin embargo, estos últimos años he cambiado la visión y en base a mi experiencia puedo decir que actualmente pienso que: ¨siempre supiste lo que tenías, solo que nunca pensaste que lo perderías¨.
Por otro lado, coincido con él cuando nos dice que el tesoro está en nosotros mismos, cada persona es única y todos tenemos muchas cosas maravillosas que aportar que aún no conocemos o no vemos en nosotros mismos. Por ello es importante el hecho de conocernos, querernos, saber nuestros intereses y tener seguridad en nosotros mismos para poder ir tras nuestras metas como bien nos dice ¨El Alquimista¨.
Respecto a las 10 enseñanzas de vida he de decir que me parece una dosis de realidad y a la vez algo que nos puede orientar a la hora de tomar decisiones en nuestro día a día, pero no solo con la mediación. Considero que son cosas que se pueden aplicar a muchas situaciones cotidianas, ya que todos y cada uno de nosotros vamos a pasar por situaciones complicadas. A pesar de ello, no todos tienen la capacidad de convertir ese dolor causante en un aprendizaje. El dolor es algo que nos va a acompañar en muchos momentos y nos va a nutrir de experiencia, lo típico de: ¨te lo había avisado tu madre¨, pero no es hasta que ¨te pegas la hostia¨ cuando aprendes a no repetir o sí ese algo que te ha pasado. Por ello es que valoro positivamente que se le dé un espacio a los sentimientos no tan agradables y a las circunstancias delicadas, ya que gracias a ellos somos capaces de adquirir habilidades y nos enriqueceremos de saberes. Además, de algún modo es una forma en la que aprendemos a escucharnos y a saber lo que cada uno necesitamos y lo que no en nuestra vida.

Cristina Risco Gómez dijo...

Para comenzar con mi reflexión respecto al texto expuesto, decir que la metáfora del árbol me parece super interesante, además de útil para la comprensión del mensaje que se quiere transmitir. Lo más importante y a la vez, lo más difícil, es saber ver el trasfondo de aquello que sí vemos.
Como apunte, yo personalmente pensaba antes como el escritor brasileño, y consideraba que ¨no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos¨. Sin embargo, estos últimos años he cambiado la visión y en base a mi experiencia puedo decir que actualmente pienso que: ¨siempre supiste lo que tenías, solo que nunca pensaste que lo perderías¨.
Por otro lado, coincido con él cuando nos dice que el tesoro está en nosotros mismos, cada persona es única y todos tenemos muchas cosas maravillosas que aportar que aún no conocemos o no vemos en nosotros mismos. Por ello es importante el hecho de conocernos, querernos, saber nuestros intereses y tener seguridad en nosotros mismos para poder ir tras nuestras metas como bien nos dice ¨El Alquimista¨.
Respecto a las 10 enseñanzas de vida he de decir que me parece una dosis de realidad y a la vez algo que nos puede orientar a la hora de tomar decisiones en nuestro día a día, pero no solo con la mediación. Considero que son cosas que se pueden aplicar a muchas situaciones cotidianas, ya que todos y cada uno de nosotros vamos a pasar por situaciones complicadas. A pesar de ello, no todos tienen la capacidad de convertir ese dolor causante en un aprendizaje. El dolor es algo que nos va a acompañar en muchos momentos y nos va a nutrir de experiencia, lo típico de: ¨te lo había avisado tu madre¨, pero no es hasta que ¨te pegas la hostia¨ cuando aprendes a no repetir o sí ese algo que te ha pasado. Por ello es que valoro positivamente que se le dé un espacio a los sentimientos no tan agradables y a las circunstancias delicadas, ya que gracias a ellos somos capaces de adquirir habilidades y nos enriqueceremos de saberes. Además, de algún modo es una forma en la que aprendemos a escucharnos y a saber lo que cada uno necesitamos y lo que no en nuestra vida.

Jimena Sánchez Marín dijo...

Desde el momento en que cogí esta asignatura, la verdad que no tenía esperanzas de que me gustara o que me sirviera de algo en el futuro. No podía estar más equivocada. Creo que la mediación es un medio alterno de solución de problemas tanto complejos como más sencillos, y poder resolver los conflictos de una manera distinta a la común. Entiendo que es complicado cuando estamos en una disputa la cual nos afecta de alguna manera, poder llegar a estar calmados, pensar que tenemos que decir sin sobresaltarnos, y no actuar por venganza, pero gracias a que existen profesionales en la mediación y negociación, pueden actuar de manera imparcial e intentar que ambas partes saquen algo bueno de la situación. Tras la lectura del texto he comprendido que ser mediador es mucho más que llegar a un acuerdo y ya está, como la metáfora de las raíces de los árboles, el proceso de mediación es mucho más complejo y requiere de mucha voluntad, empatía, inteligencia emocional o el simple hecho de saber transmitir tranquilidad y seguridad, entre muchas otras.

Jimena Sánchez Marín dijo...

Desde el momento en que cogí esta asignatura, la verdad que no tenía esperanzas de que me gustara o que me sirviera de algo en el futuro. No podía estar más equivocada. Creo que la mediación es un medio alterno de solución de problemas tanto complejos como más sencillos, y poder resolver los conflictos de una manera distinta a la común. Entiendo que es complicado cuando estamos en una disputa la cual nos afecta de alguna manera, poder llegar a estar calmados, pensar que tenemos que decir sin sobresaltarnos, y no actuar por venganza, pero gracias a que existen profesionales en la mediación y negociación, pueden actuar de manera imparcial e intentar que ambas partes saquen algo bueno de la situación. Tras la lectura del texto he comprendido que ser mediador es mucho más que llegar a un acuerdo y ya está, como la metáfora de las raíces de los árboles, el proceso de mediación es mucho más complejo y requiere de mucha voluntad, empatía, inteligencia emocional o el simple hecho de saber transmitir tranquilidad y seguridad, entre muchas otras.

Álvaro José Arroyo Baño dijo...

Mi opinión personal sobre este texto es que aborda de manera interesante el concepto de mediación y el papel del mediador. La analogía de los árboles y la alquimia agregan una dimensión metafórica que resalta la importancia de ir más allá de lo evidente y transformar las dificultades en oportunidades de aprendizaje.

El texto enfatiza la necesidad de ser observadores atentos, tener empatía y desarrollar habilidades emocionales para ser un mediador efectivo. Además, proporciona consejos prácticos para aquellos que desean convertirse en "alquimistas de las relaciones humanas".

En general, el texto promueve una perspectiva positiva sobre la mediación y la capacidad de las personas para enfrentar y superar desafíos. Destaca la importancia de la voluntad, el pensamiento crítico y la acción como herramientas para convertir las dificultades en oportunidades de crecimiento.

José Manuel Roales Saavedra dijo...

Bajo mi humilde opinión, el mediador desempeña un papel fundamental en la resolución de conflictos y en la facilitación de la comunicación efectiva entre partes en disputa. Su objetivo principal es actuar como un tercero imparcial y neutral que ayuda a las partes a encontrar soluciones mutuamente aceptables sin imponer decisiones. Aquí hay algunas reflexiones clave sobre la figura del mediador:

Neutralidad: La imparcialidad es esencial para el mediador. Deben mantenerse imparciales y no tomar partido por ninguna de las partes en conflicto. Esto crea un ambiente en el que las partes se sienten cómodas compartiendo sus preocupaciones y necesidades.
Comunicación: El mediador actúa como un facilitador de la comunicación. Ayuda a las partes a expresar sus puntos de vista de manera clara y escuchar activamente las perspectivas de los demás. Esto puede ayudar a reducir la hostilidad y el malentendido.
Resolución de conflictos: El mediador trabaja con las partes para identificar áreas de conflicto y generar opciones de solución. Pueden utilizar diversas técnicas y estrategias para promover la resolución de problemas de manera colaborativa.
Confidencialidad: La figura del mediador garantiza la confidencialidad de las discusiones, lo que fomenta la apertura y la honestidad por parte de las partes. Esto es fundamental para crear un ambiente de confianza.
Empoderamiento: Un buen mediador no impone soluciones, sino que empodera a las partes para que tomen decisiones informadas. Esto puede ayudar a que las soluciones sean más duraderas y satisfactorias para ambas partes.
Variedad de contextos: Los mediadores pueden trabajar en una variedad de contextos, desde disputas familiares y divorcios hasta conflictos laborales y disputas comerciales. Su versatilidad es una de sus fortalezas.

En resumen, la figura del mediador desempeña un papel esencial en la promoción de la resolución de conflictos pacífica y en la mejora de la comunicación entre las partes en disputa. Su capacidad para mantener la neutralidad, fomentar la colaboración y garantizar la confidencialidad es clave para su éxito en esta función crucial.

José Manuel Roales Saavedra dijo...

El mediador desempeña un papel fundamental en la resolución de conflictos y en la facilitación de la comunicación efectiva entre partes en disputa. Su objetivo principal es actuar como un tercero imparcial y neutral que ayuda a las partes a encontrar soluciones mutuamente aceptables sin imponer decisiones. Aquí hay algunas reflexiones clave sobre la figura del mediador:

Neutralidad: La imparcialidad es esencial para el mediador. Deben mantenerse imparciales y no tomar partido por ninguna de las partes en conflicto. Esto crea un ambiente en el que las partes se sienten cómodas compartiendo sus preocupaciones y necesidades.
Comunicación: El mediador actúa como un facilitador de la comunicación. Ayuda a las partes a expresar sus puntos de vista de manera clara y escuchar activamente las perspectivas de los demás. Esto puede ayudar a reducir la hostilidad y el malentendido.
Resolución de conflictos: El mediador trabaja con las partes para identificar áreas de conflicto y generar opciones de solución. Pueden utilizar diversas técnicas y estrategias para promover la resolución de problemas de manera colaborativa.
Confidencialidad: La figura del mediador garantiza la confidencialidad de las discusiones, lo que fomenta la apertura y la honestidad por parte de las partes. Esto es fundamental para crear un ambiente de confianza.
Empoderamiento: Un buen mediador no impone soluciones, sino que empodera a las partes para que tomen decisiones informadas. Esto puede ayudar a que las soluciones sean más duraderas y satisfactorias para ambas partes.
Variedad de contextos: Los mediadores pueden trabajar en una variedad de contextos, desde disputas familiares y divorcios hasta conflictos laborales y disputas comerciales. Su versatilidad es una de sus fortalezas.

En resumen, la figura del mediador desempeña un papel esencial en la promoción de la resolución de conflictos pacífica y en la mejora de la comunicación entre las partes en disputa. Su capacidad para mantener la neutralidad, fomentar la colaboración y garantizar la confidencialidad es clave para su éxito en esta función crucial.

Rafael García Guisasola dijo...


Es un artículo muy interesante puesto que reflexiona acerca de la esencia de la mediación y la importancia de ir más allá de las apariencias superficiales en las relaciones humanas. Se enfoca en la necesidad de ser "alquimistas de las relaciones humanas", es decir, transformar conflictos en oportunidades de aprendizaje y evolución.

La referencia que se realiza durante el texto a las obras "El Alquimista" y "Harry Potter y la Piedra Filosofal" aporta profundidad al texto, ya que ambas obras exploran la idea de perseguir sueños y encontrar tesoros internos.

Se comentan diez enseñanzas de vida del libro "El Alquimista" que se aplican a la mediación. Estas lecciones incluyen el manejo del miedo, la importancia de la verdad, la necesidad de romper con la monotonía, vivir en el presente, entre otras.

En resumen, el texto enfatiza la importancia de ser mediadores conscientes y comprometidos con la transformación de conflictos en oportunidades de crecimiento personal y colectivo.

Alberto Manuel Rodríguez Gross dijo...

Habiendo leído el texto en mi opinión, el autor matiza la idea de que los mediadores deben profundizar más allá de las apariencias superficiales y comprender el trasfondo de las situaciones a las que se enfrentan en su trabajo, con la metáfora del árbol ilustra la necesidad de mirar más allá de lo ya visible y considerar aspectos subyacente en los conflictos y disputas, además al conectar la práctica de la mediación con conceptos de alquimia y transformación se destaca la importancia de convertir los desafíos en oportunidades de desarrollo personal y aprendizaje.

El autor ofrece diez enseñanzas del libro de Coelho “El Alquimista” las cuales pueden aplicarse en la mediación, enseñanzas tales como mantener la autoconfianza, lidiar con el miedo o tomar decisiones, resalta también la importancia de la acción u observación en la mediación.

En general, este texto nos muestra una perspectiva sobre como los mediadores pueden mejorar en la práctica destacando la idea de que cada experiencia tanto las difíciles como simples pueden ser una oportunidad para aprender y crecer en el ámbito personal y profesional.

Rocío Domínguez Guillén dijo...


Para comentar el texto es imprescindible estudiar el significado de varios conceptos. Según la RAE, mediador es el que media entre dos o más partes para que lleguen a un acuerdo en un asunto o problema. Alquimista es la persona que practicaba la alquimia; y Alquimia es el conjunto de especulaciones y experiencias, generalmente de carácter esotérico, relativas a las transmutaciones de la materia, que influyó en el origen de la química.

Lo que trata de explicar el texto es que un mediador debe ver más allá de lo evidente, y comprender el trasfondo de las situaciones que presentan los mediados. Esto está muy bien explicado con la anécdota del árbol. No dibujo las raíces porque no las veo, pero ahí están, y son una parte esencial del árbol. Por eso cometemos errores al ver las cosas a medias, por captar sólo lo que ven nuestros ojos.

Es importante para un mediador lograr siempre ser mejor de lo que se es, porque esto afectará a nuestro entorno. Esto lo conseguiremos aprendiendo de la experiencia, de las decisiones acertadas y sobre todo de nuestros errores. Todas las decisiones son valiosas para enriquecerse y disfrutar del momento actual, del “ahora”. Es la base de la experiencia, y para ello es fundamental controlar el miedo a tomar decisiones. No hay que rendirse nunca ante la adversidad, porque detrás siempre se nos ofrece una oportunidad de aprendizaje. La mejor herramienta es sin duda la observación, pero la observación completa, y no sólo lo que alcanza a la vista.

Con la experiencia, y sin miedo, podremos elegir diferentes formas de gestionar problemas.

Aurora De la Rosa Moreno dijo...

Sin duda alguna, con la alegoría de las raíces del árbol se puede reflexionar mucho sobre lo que nos ocurre a la mayoría de nosotros en nuestro día a día. No son pocas las veces en las que nos dejamos llevar por la superficialidad, pues en realidad es el camino más fácil para llegar a una verdad. Cuando queremos saber algo, nos basta con observar, pues si lo vemos, es la realidad ¿no? No nos podemos equivocar, ¡lo estamos viendo con nuestros propios ojos! Sin embargo, tal y como nos recuerda esta entrada del blog, no todo en la vida es tan fácil como extraer conclusiones a partir de lo que vemos a simple vista. A veces hay que ir más allá, hay que indagar en el significado de las cosas, preguntarnos el por qué y no conformarnos con lo explicito. Solo así podemos entender de mejor manera todo lo que ocurre a nuestro alrededor, el trasfondo de las cosas, que realmente es lo que importa. Y como mediadores, nos referimos al trasfondo de las personas y de sus conflictos, pues sólo así podremos entenderlos y ofrecer una ayuda lo más acertada posible.

La novela “el alquimista” también nos deja un aprendizaje: somos los protagonistas de nuestra propia vida, todo lo que queremos conseguir esta en nuestra mano, y solo podremos conseguirlo si establecemos unos objetivos claros, planificamos el camino a seguir para alcanzarlos y vamos superando los obstáculos que nos vayan apareciendo en ese camino. Pero para ello, tenemos que querer y luchar por ellos. Y marcarnos unos objetivos también implica tener un propósito en la vida, lo que a su vez está relacionado con la búsqueda de nuestra felicidad, que es de las cosas más importantes en nuestra vida.

CLARA CUADRADO RUIZ dijo...

Un texto muy interesante para comprender la importancia de desengranar los problemas y poder ver más allá de ellos, algo que a menudo no hacemos.
El texto hace muy buena comparación con la metáfora de las raíces del árbol; a la hora de dibujar uno, no dibujamos las raíces porque no las vemos, pero están ahí y son una parte fundamental del árbol. Pues lo mismo ocurre con los problemas, y por ello resalto a su vez la importancia de verlos desde diferentes perspectivas y considerar todas las partes que componen el problema en sí, lo que nos llevará a poder analizarlos de manera más completa y más óptima.
En ocasiones a la hora de buscar alternativas o soluciones a un problema ocurre que no las encontramos, la mayoría de veces es el resultado de no ver más allá del problema, y de no poder contemplar otras posibilidades.

Me resulta muy interesante también la reflexión que hace el texto sobre el papel del mediador, el autor del mismo, basándose en el libro "El Alquimista", expone una serie de factores aplicables a la mediación. en ellas podemos encontrar la importancia de este papel en la resolución de conflictos y las habilidades necesarias para ello. Entre ellas me gustaría destacar la importancia de la observación en la mediación, algo que va a ayudar al mediador a ir más allá de lo que las partes le cuentan, de poder ver más allá del problema explícito y de esta manera poder lograr alternativas diferentes. También la importancia de la imparcialidad del mediador, el cual debe buscar la capacitación de los participantes para llegar a un acuerdo entre ellos que les lleve a estar más cerca de la resolución del conflicto.

En resumen y para terminar, en un mundo en el que conflictos surgen a diario en todos los sectores profesionales y forman parte de nuestro día a día, me parece muy importante tener las herramientas para poder solventarlos buscando soluciones alternativas de la mejor manera posible.

María Cortés Sánchez dijo...

Tras leer el texto planteado, reflexionaba acerca de aquello de convertir los conflictos en aprendizajes, es decir, que de al caernos no solo nos levantamos, sino que podemos sustraer una lección (como esa frase más que escuchada “de los errores se aprenden”). De esta manera se podrían prevenir futuras caídas y, como se explica en el blog, convertir esa dificultad vivida en una herramienta para nuestra evolución. Esto mismo puede significar la frase de Coelho de caerse 7 veces y levantarse 8, si cada vez que te caes te levantas y logras adquirir una lección de dicha caída, al caerte 7 veces te levantarás 7 veces también, pero puede haber una octava, que simbolice la suma de esas lecciones aprendidas a raíz de las caídas.

Por otro lado, al leer los pasos para ser alquimista de las relaciones humanas, trataba de identificar en mí los rasgos expuestos, para ver si podría tener potencial como mediadora (porque, aunque actualmente no lo tomo en consideración como una opción profesional para mi futuro, tampoco cierro las puertas a ello). En el primer paso ya “fallaría” porque (aún) no tengo la voluntad, quizás acabaré adquiriéndola porque me guste la mediación. Luego, sí que creo que tengo una alta capacidad de perdón y creo que sería capaz de transmitirlo a los clientes, lo cual facilitaría el proceso de resolución de conflictos. También me considero una persona muy observadora, creo que lo he sido desde pequeña y podría ayudar en la mediación a la hora de conectar ciertos sucesos que a vista general pasen desapercibidos. Y, por último, me ha gustado la recomendación del final de que, en realidad, es mejor sufrir y experimentar un problema, que no ser consciente de ello, es decir, vivir en la ignorancia, porque, uniéndolo con la reflexión que hacía al principio, podemos hacer de un problema algo provechoso como es una lección que nos permita, como bien dice el blog, cambiar la perspectiva.

Con respecto a esto último reflexionado sobre la perspectiva me acordaba que es uno de los conceptos que destacábamos en el tema 1 acerca del conflicto y la mediación, debido a que es importante tener en cuenta que las personas, al ser partícipes de un problema, tienen su propia perspectiva y, en ocasiones, es lo único que alcanzan a ver, el único puntito en el que tienen fijada su mirada, y sería la labor del mediador ampliar el punto de vista del cliente y hacerle ver la perspectiva de la otra parte del conflicto, otra perspectiva aún no planteada…etc.

Marina dijo...

En primer lugar, con respecto a la frase ‘no conformarnos con lo accesible y comprender el trasfondo de las situaciones’, considero que es de especial relevancia no solo aplicado a esta asignatura, sino en todos los ámbitos de nuestra vida. Ser curiosos y tratar de indagar, no conformarnos con lo primero que nos cuenten, que nos digan, sino querer saber más e intentar ver más allá de la situación… requisito indispensable en el papel de mediador.

La importancia del término ‘raíz’: nuestras raíces, nuestros orígenes…, ya sea de dónde venimos, del lugar dónde hemos nacido, de dónde hemos crecido, de todo aquello de lo que formamos parte, que nos otorga una identidad y un sentimiento de pertenencia. De nuevo se aprecia esa idea de ‘ir y ver más allá’, como comentaba en el párrafo anterior, puesto que es fundamental profundizar en la historia de nuestros clientes.

Me ha parecido muy acertada la preciosa comparación del rol que ejerce el mediador con las enseñanzas del libro de ‘El Alquimista’, mostrándonos tanto las dificultades que podemos encontrar en el camino en el desempeño de esta profesión, como su lado más humilde y humano, que trata de ayudar, de educar y reeducar, con el fin de enriquecer personalmente a ambas partes.

Algunas de las reflexiones que me llevo tras leer este post son la importancia que tiene descubrirnos y conocernos a nosotros mismos, puesto que es fundamental a la hora de poner límites en nuestra vida y saber tomar decisiones de la forma más acertada posible. Por lo tanto, considero que esto te permite avanzar a pasos gigantescos en comparación con aquellas personas que aún no han sido capaces de detenerse a conocerse en mayor profundidad. Por otro lado, la importancia de saber gestionar nuestras emociones, siendo conscientes de que somos humanos y que por este mismo motivo no estamos exentos de vivir situaciones incómodas y desagradables y, que la forma en la que decidamos enfrentarnos a dichas situaciones, serán las que nos hagan sentirnos más fuertes o débiles en el mundo.

Marina Gallardo Perez.

María Gómez Blanco dijo...

Este artículo resalta una perspectiva fascinante sobre la mediación y la necesidad de ir más allá de lo superficial para comprender el trasfondo de las situaciones y conflictos que se presentan. La metáfora de la alquimia es poderosa, ya que nos invita a ver la mediación como un proceso de transformación, donde convertir los conflictos en aprendizajes valiosos es la piedra filosofal que buscamos.

De todo lo leído me quedaría con algunas enseñanzas concretas, como por ejemplo que el tesoro más grande que buscamos lo tenemos en nosotros mismos, que quizás haya muchas personas que lo dejan todo en manos del destino, sin saber que el destino podemos marcarlo nosotros con los pasos que demos, en no abusar del poder y tener presente que todo aquello que no sea para nosotros se desvanecerá.

Como conclusión podríamos sacar que al igual que un árbol tiene raíces invisibles pero fundamentales, los conflictos a menudo tienen causas subyacentes que deben entenderse y abordarse para lograr una resolución efectiva, y que aunque en el momento sean problemas o conflictos, podemos resolverlos si creemos en nosotros mismos, si tenemos autoconfianza y si posteriormente sabemos sacar ese jugo de sabiduría, aunque un poco amargo, de cada experiencia que nos ha presentado la vida y que supimos resolver.

Paula Ruiz dijo...

La mediación es una herramienta muy útil y poderosa, ya que, tal y como ha sido expuesto en la lectura, puede hacernos encontrar un tesoro dentro de nosotros mismos. En esta línea, me ha parecido muy original la comparación de las figuras de alquimista y mediador, teniendo en cuenta que comparten el objetivo de la transmutación. La alquimia pretende transmutar la materia y la mediación el conflicto o problema. En relación con lo anterior, resulta crucial concebir el conflicto o problema como una posibilidad de alcanzar “un tesoro”, entendiéndose como tesoro el aprendizaje obtenido por las personas implicadas a raíz de una situación desagradable en un primer término.

En ocasiones, emociones básicas como el miedo o la ira no nos dejan ver más allá de lo que estas proyectan. Podemos entender estas emociones como el plomo, en el caso del alquimia. Es en ese punto cuando cobra especial importancia el papel del mediador, ya que nos puede conducir objetiva, asertiva y eficazmente hacia el aprendizaje y/o resolución del problema. Asimismo, podemos entender al mediador como a la piedra filosofal que permite la transmutación del plomo en oro o plata. Es por ello por lo que la figura del mediador es tan importante.

Por último, me gustaría trasladar el significado de la piedra filosofal a todas las interacciones que llevamos a cabo las personas en general. Es decir, en mi opinión, cualquier situación conlleva un aprendizaje de valencia positiva, aunque la situación no la posea. Por ende, toda situación permite la transmutación, al menos, de la persona en sí misma, que no deja de ser el propósito de la existencia humana.

Paula Ruiz León.

Eva García Ruiz dijo...

Los conflictos están muy presentes en la sociedad, por ello considero que es relevante conocer más aspectos sobre este. Como afirma el post, creo que es interesante el hecho de ver más allá de lo que es evidente, ya que en ocasiones hay que tener en cuenta otras posibilidades que puedan existir y no se entienden de primera mano. también me ha gustado la metáfora del árbol, como relaciono el hecho de que no vemos la raíces, pero son esenciales, ya que aunque a priori no e vean, son necesarias para el árbol.
por otro lado, me ha parecido interesante la enseñanza 1, pues debemos tener en cuenta el miedo, ya que es una emoción que está presente en cada uno de nosotros y puede influir en la mediación y otros ámbitos. además me ha llamado la atención el hecho de aprender a perdonar y que los demás personen, ya que en esta profesión, hay que mostrar la importancia de esto, pues en ocasiones los clientes deben hacerlo.

Josemi dijo...

En general, el texto me ha parecido bastante interesante. Como estudiante de Derecho, me doy cuenta de que la mediación va mucho más allá de resolver un conflicto aplicando la Ley en un entorno más "amable" por estar fuera de los Tribunales. Veo que se trata de una disciplina en la que el conocimiento de la Ley y el ordenamiento jurídico es sin duda importante, pero en la que es igual o más importante conocer el funcionamiento de las relaciones humanas y, especialmente, conocerse a uno mismo.

En este sentido, me ha parecido muy sugerente el consejo que dice que para ser un buen mediador primero hay que aprender a perdonar, pues no puedes intentar conseguir que tus mediados se perdonen si tú, como mediador, no eres capaz de hacerlo en tus relaciones personales. Creo que el ejemplo se extiende a cualquier aspecto más allá del perdón, como por ejemplo, saber gestionar los problemas propios antes de ayudar a gestionar los ajenos.

En definitiva, creo que la mediación es un ámbito más complejo de lo que parece a simple vista, pero no por ello menos apasionante. Es un ámbito profesional que me llama mucho la atención y espero que esta asignatura nos sirva a todos para terminar la carrera sabiendo cómo es la profesión de mediador.

José Miguel Jiménez Díaz.



Eva García Ruiz dijo...

Los conflictos están muy presentes en la sociedad, por ello considero que es relevante conocer más aspectos sobre este. Como afirma el post, creo que es interesante el hecho de ver más allá de lo que es evidente, ya que en ocasiones hay que tener en cuenta otras posibilidades que puedan existir y no se entienden de primera mano. también me ha gustado la metáfora del árbol, como relaciono el hecho de que no vemos la raíces, pero son esenciales, ya que aunque a priori no e vean, son necesarias para el árbol.
por otro lado, me ha parecido interesante la enseñanza 1, pues debemos tener en cuenta el miedo, ya que es una emoción que está presente en cada uno de nosotros y puede influir en la mediación y otros ámbitos. además me ha llamado la atención el hecho de aprender a perdonar y que los demás personen, ya que en esta profesión, hay que mostrar la importancia de esto, pues en ocasiones los clientes deben hacerlo.

Esperanza Vega dijo...

Desde el desconocimiento estimaba el papel del mediador como resolutor de problemas insuficientemente graves como para solucionar por la vía legal, muy lejos de ello, con tan solo la introducción a la asignatura ya se desvela la importancia del perfil de mediador. Jamás consideré que podría llegar a parecerme tan interesante y práctico, este texto aborda la explicación del desempeño del mediador desde una perspectiva metafórica que muestra la dificultad de ver el trasfondo de los conflictos. La importancia de evitar quedarnos solo con lo superficial y visible para todos, sino focalizar en lo que nutre la disputa.
Además, la labor mediadora va más allá, con el proceso de transformación de sentimientos y conflictos hacia el aprendizaje, logrando que los mediados interioricen nuevas estrategias de resolución para próximos conflictos y fortaleciendo sus capacidades en las relaciones humanas, reeducando.
Habiendo destacado lo anterior, concluyo que el rol del mediador pretende eliminar la idea de la confrontación como algo negativo, pretendiendo una colaboración entre los individuos afectados fomentando la escucha activa para una mejor comprensión y mayor respeto entre ambos.

Esperanza Vega dijo...

Desde el desconocimiento estimaba el papel del mediador como resolutor de problemas insuficientemente graves como para solucionar por la vía legal, muy lejos de ello, con tan solo la introducción a la asignatura ya se desvela la importancia del perfil de mediador. Jamás consideré que podría llegar a parecerme tan interesante y práctico, este texto aborda la explicación del desempeño del mediador desde una perspectiva metafórica que muestra la dificultad de ver el trasfondo de los conflictos. La importancia de evitar quedarnos solo con lo superficial y visible para todos, sino focalizar en lo que nutre la disputa.
Además, la labor mediadora va más allá, con el proceso de transformación de sentimientos y conflictos hacia el aprendizaje, logrando que los mediados interioricen nuevas estrategias de resolución para próximos conflictos y fortaleciendo sus capacidades en las relaciones humanas, reeducando.
Habiendo destacado lo anterior, concluyo que el rol del mediador pretende eliminar la idea de la confrontación como algo negativo, pretendiendo una colaboración entre los individuos afectados fomentando la escucha activa para una mejor comprensión y mayor respeto entre ambos.

BASIC dijo...

Tras analizar el texto planteado, considero que en el ámbito de la mediación tenemos que ver mas allá de lo evidente. Por eso debemos no conformarnos con lo accesible y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes, (personas que intentamos ayudar mediante la técnica de la mediación). Me parece muy interesante la metáfora de las raíces del árbol, a la hora de analizar a una persona podemos ver el exterior, lo que la persona quiere que veamos pero lo que no sabemos que esa persona tiene una historia en la que debemos indagar la cual nos puede ayudar a resolver el conflicto. El mediador desempeña un papel fundamental en la resolución de conflictos y en la facilitación de la comunicación efectiva entre partes en disputa. También me ha llamado mucho la atención, las enseñanzas del libro del alquimista que nos enseña a ser mejores mediadores, sobre todo me ha llamado la atención el relato de que no debemos mirar ni hacia el pasado ni hacia el futuro si no centrarnos en lo que tenemos delante y en lo que estamos viviendo que es lo verdaderamente importante. Considero que nunca podremos cambiar el pasado ni lo que ocurrirá en el futuro a ciencia cierta, pero es importante aprovechar el presente que nos brinda una mediación

Inés Sánchez García

BASIC dijo...

Tras analizar el texto planteado, considero que en el ámbito de la mediación tenemos que ver mas allá de lo evidente. Por eso debemos no conformarnos con lo accesible y comprender el trasfondo de las situaciones que nos presentan nuestros clientes, (personas que intentamos ayudar mediante la técnica de la mediación). Me parece muy interesante la metáfora de las raíces del árbol, a la hora de analizar a una persona podemos ver el exterior, lo que la persona quiere que veamos pero lo que no sabemos que esa persona tiene una historia en la que debemos indagar la cual nos puede ayudar a resolver el conflicto. El mediador desempeña un papel fundamental en la resolución de conflictos y en la facilitación de la comunicación efectiva entre partes en disputa. También me ha llamado mucho la atención, las enseñanzas del libro del alquimista que nos enseña a ser mejores mediadores, sobre todo me ha llamado la atención el relato de que no debemos mirar ni hacia el pasado ni hacia el futuro si no centrarnos en lo que tenemos delante y en lo que estamos viviendo que es lo verdaderamente importante. Considero que nunca podremos cambiar el pasado ni lo que ocurrirá en el futuro a ciencia cierta, pero es importante aprovechar el presente que nos brinda una mediación

Inés Sánchez García

Marta del Rocío dijo...

Marta del Rocío Santos González
'El mediador, ese alquimista de las relaciones humanas' me hace plantearme cuestiones a simple vista fáciles de comprender, de llevar a cabo en tu día a día, incluso ver esas pautas como una guía de motivación por la que enfrentarte a ciertas situaciones, como si un párrafo de un libro de autoayuda de tratase. Ahora bien, que difícil es llevarlo a la práctica.
Recuerdo haberme leído ese libro hace unos años y sentir una gran fuerza en mí, algo me estaba diciendo que era la persona más capaz del mundo para conseguir lo que me propusiera y Paulo Coello me cautivó, al igual que lo han hecho muchos otros autores. Horas mas tarde, empecé a ser una buena mediadora, tenía todas las cualidades: intencionalidad, maduración profesional, muy buena observadora y consciente, ¡incluso aprendí a perdonar!, algo arduo en mí porque era (y soy) bastante cabezota.
Días más tarde, empecé a perder cualidades que me había regalado la lectura, ya os podéis imaginar cual fue la primera de ellas. Empecé a perder mi voluntad, empecé a dejar de ejercer mi profesionalidad, empecé a dejar de tener los pies en el suelo...pero no pasaba nada, por que otro libro estaba esperándome con los brazos abiertos para hacerme, de nuevo; mejor persona, mejor profesional, mejor psicóloga, mejor mediadora.
Con este escrito quiero decir que, aunque conozcamos lo importante de comprender la alquimia, de como dice Google 'lograr que algo con poco valor se convierta en un elemento valioso' hay que tener muchas agallas!! La primera de ella será, en clases de mediación, intentar ser ese joven pastor.
Como bien escribió Paulo Coello en El Alquimista 'Es en el presente donde está el secreto; si prestas atención al presente, podrás mejorarlo. Y si mejoras el presente, lo que sucederá después también será mejor. CADA DÍA TRAE EN SÍ LA ETERNIDAD'

Gabriel Fernández Sánchez dijo...

Como estudiante y apasionado de la Psicología, me es imposible no relacionar todo con mis conocimientos y mis intereses. A pesar de la inmensa complejidad del ser humano, como se menciona en el blog, solo tratamos con aquello que se ve de forma superficial y visible ante nuestros ojos. Sin embargo, como cirujanos y alquimistas de la conducta y la mediación en los conflictos, es de vital importancia centrarnos en esas raíces que se nos mencionan y que están aparentemente ocultas, ya que de ahí reside el origen de todo. En conclusión, me ha gustado mucho la perspectiva del autor, la cual pone en un papel protagonista a la observación y nos invita a no conformarnos con lo visible y lo palpable.

Gabriel Fernández Sánchez dijo...

Como estudiante y apasionado de la Psicología, me es imposible no relacionar todo con mis conocimientos y mis intereses. A pesar de la inmensa complejidad del ser humano, como se menciona en el blog, solo tratamos con aquello que se ve de forma superficial y visible ante nuestros ojos. Sin embargo, como cirujanos y alquimistas de la conducta y la mediación en los conflictos, es de vital importancia centrarnos en esas raíces que se nos mencionan y que están aparentemente ocultas, ya que de ahí reside el origen de todo. En conclusión, me ha gustado mucho la perspectiva del autor en la que la observación toma un papel protagonista y nos incita a no conformarnos sólo con lo visible y lo palpable.

Sofía Meroño dijo...

Me ha parecido muy destacable, el empezar preguntando qué pensamos cuando nos dicen que nos imaginemos un árbol, en ese momento nos damos cuenta de que mencionamos tronco, hojas… pero se nos olvida pensar una parte muy importante, las raíces, que, aunque no las veamos existen.
Esto nos ocurre a menudo cuando se nos presenta un conflicto, por ejemplo, con una persona, que nos quedamos en la superficialidad y en lo que resulta evidente, como la raíz, que sigue existiendo, aunque no la podamos percibir a través de la vista. Aquí entraría el papel del mediador, hacernos ver más allá en ese conflicto o problema y no quedarnos en la superficialidad de lo que ocurre, darnos cuenta de que existen perspectivas o puntos importantes que a priori, no percibimos, y así poder nosotros llegar a una solución, siendo nosotros un papel fundamental.
“El tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar”, destaco esta frase porque va unida, esto es lo que pretende un mediador, que la solución, donde yo lo entiendo como el tesoro, está en nosotros, podemos llegar hasta ella, sin que nos la impongan o la busquemos en otro lado.
El mediador ayuda a darnos herramientas para las dificultades que se nos presenta nos ayuden a evolucionar, hacerles frente y poder crecer como persona y aprender de ellas.
Destaco, por último, la enseñanza 6, que habla sobre tomar decisiones. Creo que es importante saber que no hay decisiones buenas o malas, que todas ellas nos van a enseñar algo y nos van a enriquecer como personas. El mediador también debe de transmitir esto, ya que tomar decisiones es complicado, pero tenemos que confiar en nosotros mismos y tener claro, que la decisión correcta no existe.

Sofía Meroño dijo...

Me ha parecido muy destacable, el empezar preguntando qué pensamos cuando nos dicen que nos imaginemos un árbol, en ese momento nos damos cuenta de que mencionamos tronco, hojas… pero se nos olvida pensar una parte muy importante, las raíces, que, aunque no las veamos existen.
Esto nos ocurre a menudo cuando se nos presenta un conflicto, por ejemplo, con una persona, que nos quedamos en la superficialidad y en lo que resulta evidente, como la raíz, que sigue existiendo, aunque no la podamos percibir a través de la vista. Aquí entraría el papel del mediador, hacernos ver más allá en ese conflicto o problema y no quedarnos en la superficialidad de lo que ocurre, darnos cuenta de que existen perspectivas o puntos importantes que a priori, no percibimos, y así poder nosotros llegar a una solución, siendo nosotros un papel fundamental.
“El tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar”, destaco esta frase porque va unida, esto es lo que pretende un mediador, que la solución, donde yo lo entiendo como el tesoro, está en nosotros, podemos llegar hasta ella, sin que nos la impongan o la busquemos en otro lado.
El mediador ayuda a darnos herramientas para las dificultades que se nos presenta nos ayuden a evolucionar, hacerles frente y poder crecer como persona y aprender de ellas.
Destaco, por último, la enseñanza 6, que habla sobre tomar decisiones. Creo que es importante saber que no hay decisiones buenas o malas, que todas ellas nos van a enseñar algo y nos van a enriquecer como personas. El mediador también debe de transmitir esto, ya que tomar decisiones es complicado, pero tenemos que confiar en nosotros mismos y tener claro, que la decisión correcta no existe.

Lorena Escribano Gómez dijo...

En primer lugar, considero que es muy oportuno el uso de la metáfora, ya que, facilita la aproximación del lector con la idea que se pretende transmitir y, por ende, sea este mismo quien cree una introspección e incluso, la aplicación de esta como si de un consejo se tratare.
En segundo lugar, los puntos a tratar plasman la situación real que el ser humano padece por la simple razón de serlo pues, pese, a considerarse un ser social, se inunda en lo íntimo y en la soledad, es decir, es la propia relación entre iguales la que produce la limitación consigo mismo (baja autoestima, inexistencia de autoaceptación, frustración...). Es por ello, que necesitamos una guía para la autogestión de emociones y pensamientos que, a menudo, se opacan por las "ramas" que nosotros mismos nos creamos y por las que no dejamos ver la luz, la verdad, la realidad...
Por tanto, preocupaciones tales como el tiempo, el desenlace de una decisión, la propia decisión, el fracaso o la acción son hechos que descansan en nuestra conciencia la mayor parte del día provocando disputas internas, con el yo, el superyo o el ello y externas, con nuestro entorno. De ahí, que el mediador sea la vía más eficaz para superar tanto los obstáculos reales como los ficticios.
Por último, lo importante es confiar en sí mismo y perdonar(se), la voluntad es lo que mueve la acción y viceversa, sin catalogar el resultado como un acierto o un error, sino como la oportunidad que conduce a la verdadera victoria, el aprendizaje.

Almudena Calderón dijo...

La mediación es un procedimiento que consiste en alcanzar el mayor bienestar posible para las partes implicadas, es decir, los mediados, a través de la búsqueda de sus intereses y necesidades. No solo aquellos observables a simple vista, y que se podrían catalogar como superficiales, si no también aquellos intereses y necesidades que se esconden en el trasfondo de la historia vital de cada uno de nuestros mediados.
Tras leer este post me quedo con la reflexión de que el papel del mediador es el de ayudar a otras personas, proporcionándoles las herramientas adecuadas y mostrándoles otros campos de visión distintos a los propios, para llegar a todas las alternativas y soluciones posibles ante el conflicto planteado, ya que la resolución a los problemas en la mayoría de situaciones se encuentra dentro de nosotros mismos.
Los conflictos forman parte de nuestro día a día, pueden surgir tanto en el ámbito laboral, personal o social. Lo fundamental es adquirir los conocimientos y habilidades precisas para gestionar las emociones que afloran tras estas vivencias y obtener un aprendizaje constructivo de cada una de ellas.
Almudena Calderón Cortés

Carmen Sánchez dijo...

Tras haber leído detenidamente el post, puedo concluir que me parece realmente inspirador, y, al mismo tiempo, complejo el papel del mediador. La metáfora del árbol es particularmente interesante, ya que, resalta la tendencia común a enfocarnos únicamente en la apariencia superficial de las cosas, sin profundizar en su esencia interna. Esto a menudo nos impide comprender completamente lo que yace en el interior.
Por otro lado, respecto a las 10 enseñanzas, me gustaría destacar la cuarta ya que, Aunque pueda parecer obvia en muchas ocasiones, abrazar el presente y vivir en el momento actual es un desafío que a menudo enfrentamos. El recordatorio de que el pasado es inalterable y que el futuro es incierto, como se menciona en la lectura, es especialmente pertinente. Esta perspectiva nos motiva a centrarnos en el aquí y ahora, lo cual es crucial tanto en la mediación como en la vida en general.
Además de esto, me gustaría hablar sobre los pasos o consejos que se dan para ser “alquimista de las relaciones humanas”. Me resultan muy relevantes ya que, por ejemplo, aprender a perdonar y que perdonen puede ser un desafío significativo, pero también un proceso al que se puede llegar si hay actitud y voluntad. Por último, creo que esta asignatura me va a proporcionar conocimientos y perspectivas nuevas que me van a ser muy útiles tanto en ámbito profesional como personal.

ricardo villatoro dijo...

Vemos aquí una gran analogía de la figura del mediador con "el alquimista", "Harry Potter", en donde se nos resalta esa figura, que es mucho más que alguien que esta en medio de dos personas que tienen un conflicto y que ayuda a resolverlo. No solo les habla, les da consejo, sino que es alguien que activa la resolución del conflicto, por parte de los sujetos del conflicto, les ayuda en esta tarea, les da otra visión como un tercero que ve el conflicto desde fuera, y tiene las herramientas para poder llegar a un termino de resolución de ese conflicto. Y comparándolo con los libros, se ve claro la figura del mediador, en referencia a tener que luchar por conseguir lo que queremos, buscando alcanzar nuestras metas, aunque muchas veces para este fin necesitemos de una figura que nos ayude, que este caso es comparable a la figura del mediador para la resolución del conflicto.
Además me ha gustado mucho el final del texto que decía que ningún ser humano está exento de vivir situaciones difíciles, pero la diferencia es la capacidad de elaborar de forma constructiva cada experiencia, de transformar el dolor en evolución.
Ricardo Villatoro Criado.

Fátima Molina Domecq dijo...

Un texto muy interesante del cuál me quedo con la alegoría del árbol que refleja una de las principales facultades que debe tener un mediador, que desde mi punto de vista es la capacidad de poder analizar el conflicto que se le presenta y todo lo que lo rodea e ir más allá de lo que se ve a simple vista.
Cuando ves un árbol, puedes decir a primer vista en que estado crees que se encuentra, si ves que está sano no por la apariencia de su tronco, de las hojas, de los frutos... pero también es posible que la apariencia te de una información equivocada o simplemente incompleta. Por eso debemos ir más allá, fijarnos en la información que nos dan las raíces, que pude ser que se están empezando a secar, o que se están saliendo de la tierra. Lo mismo debe hacer un mediador cuando se le presenta un asunto. Debe analizar la circunstancia en concreto y sus personajes de manera exhaustiva y detallada, fijándose en todo detalle que pueda darle información y llegando más allá de lo que se ve a primera vista para conocer el trasfondo del asunto y poder realizar mejor su trabajo.

Por otro lado, este artículo me hace reflexionar sobre la importancia del papel del mediador en la sociedad, que ayuda a solucionar los problemas que se nos presentan de manera pacífica, sin la necesidad de llegar al sistema judicial, que aunque es un camino eficaz para la resolución de conflictos, debemos evitar en la mayor medida si es posible solucionarlo por una vía menos agresiva como puede ser a través de la mediación. Puede ser que el punto que nos falta para llevar a resolver un conflicto con otra persona es que ambos lleguemos a ver las raíces del problema y quién mejor que un mediador para ayudarnos a ello.

Fátima Molina Domecq

Fátima Molina Domecq dijo...

Un texto muy interesante del cuál me quedo con la alegoría del árbol que refleja una de las principales facultades que debe tener un mediador, que desde mi punto de vista es la capacidad de poder analizar el conflicto que se le presenta y todo lo que lo rodea e ir más allá de lo que se ve a simple vista.
Cuando ves un árbol, puedes decir a primer vista en que estado crees que se encuentra, si ves que está sano no por la apariencia de su tronco, de las hojas, de los frutos... pero también es posible que la apariencia te de una información equivocada o simplemente incompleta. Por eso debemos ir más allá, fijarnos en la información que nos dan las raíces, que pude ser que se están empezando a secar, o que se están saliendo de la tierra. Lo mismo debe hacer un mediador cuando se le presenta un asunto. Debe analizar la circunstancia en concreto y sus personajes de manera exhaustiva y detallada, fijándose en todo detalle que pueda darle información y llegando más allá de lo que se ve a primera vista para conocer el trasfondo del asunto y poder realizar mejor su trabajo.

Por otro lado, este artículo me hace reflexionar sobre la importancia del papel del mediador en la sociedad, que ayuda a solucionar los problemas que se nos presentan de manera pacífica, sin la necesidad de llegar al sistema judicial, que aunque es un camino eficaz para la resolución de conflictos, debemos evitar en la mayor medida si es posible solucionarlo por una vía menos agresiva como puede ser a través de la mediación. Puede ser que el punto que nos falta para llevar a resolver un conflicto con otra persona es que ambos lleguemos a ver las raíces del problema y quién mejor que un mediador para ayudarnos a ello.

Fátima Molina Domecq

Lucía Castro Martínez dijo...

Me encantaría en primer lugar, destacar la importancia de introducir y explicar en qué consiste la labor de ser mediador. Del mismo modo, es interesante recalcar las pautas necesarias para desempeñar este rol. Desde mi perspectiva como estudiante de Psicología, me llama la atención cómo algunas de las técnicas y herramientas que he adquirido durante el transcurso de mi carrera, son aplicables al mundo de la mediación. Como menciona el post, centrarnos en el presente y aprender a gestionar nuestras emociones son algunos de los aprendizajes que nos ayudarán a llegar a lo más alto, profesionalmente hablando. Tras leer el post, he llegado a la conclusión de que da igual lo que estés estudiando, ya que todas las personas, independientemente de nuestra profesión (psicólogos, abogados , maestros…), somos capaces de adquirir las características para ser un buen mediador. Asimismo, como se menciona “Ningún ser humano está exento de vivir situaciones difíciles”, por lo que es importante aprender a dónde poner el foco en el conflicto y a ver la trascendencia de las relaciones humanas. Por último, me gustaría destacar un comentario que dijo don Javier, “Desaprender para aprender”, es decir, dejar a un lado todo lo que sabemos sobre nuestras respectivas carreras, y embarcarnos todos en un mismo camino, en el de la mediación.

Lucía Castro Martínez dijo...

Me encantaría en primer lugar, destacar la importancia de introducir y explicar en qué consiste la labor de ser mediador. Del mismo modo, es interesante recalcar las pautas necesarias para desempeñar este rol. Desde mi perspectiva como estudiante de Psicología, me llama la atención cómo algunas de las técnicas y herramientas que he adquirido durante el transcurso de mi carrera, son aplicables al mundo de la mediación. Como menciona el post, centrarnos en el presente y aprender a gestionar nuestras emociones son algunos de los aprendizajes que nos ayudarán a llegar a lo más alto, profesionalmente hablando. Tras leer el post, he llegado a la conclusión de que da igual lo que estés estudiando, ya que todas las personas, independientemente de nuestra profesión (psicólogos, abogados , maestros…), somos capaces de adquirir las características para ser un buen mediador. Asimismo, como se menciona “Ningún ser humano está exento de vivir situaciones difíciles”, por lo que es importante aprender a dónde poner el foco en el conflicto y a ver la trascendencia de las relaciones humanas. Por último, me gustaría destacar un comentario que dijo don Javier, “Desaprender para aprender”, es decir, dejar a un lado todo lo que sabemos sobre nuestras respectivas carreras, y embarcarnos todos en un mismo camino, en el de la mediación.

Mónica dijo...

Comenzar destacando que todas las enseñanzas que aparecen del libro El Alquimista me parecen muy interesantes y útiles, no solo para la profesión de mediador sino también para la vida diaria, por lo que podrían servir como simples consejos para conseguir ser una persona más consciente y empática en el día a día. Dentro de ello, en mi caso me gustaría destacar un par de enseñanzas en concreto que personalmente presentan una importancia especial para mi. En primer lugar la primera enseñanza, esta tiene que ver con el miedo y la zona de confort, y es que a veces cuando el miedo se vuelve desadaptativo impide ver más allá y poder explorar caminos que quizás sean muchos mejores que los actuales. Por ello esta ha sido una de las enseñanzas que más me ha gustado, ya que creo imprescindible saber aportarle a los mediados otros caminos y otras opciones fuera de su propia zona de confort, de la que ellos nunca han salido y en la que quizás estén estancados. La segunda enseñanza más importante para mi es la cuarta, abrazar el presente. Al igual que todas las demás, considero que esta enseñanza no solo sirve para ser mejor mediador sino que sirve como consejo en el día a día para aprovechar las oportunidades que “el ahora” nos da y no quedarnos estancados en el pasado o ansiosos por el futuro. Considero que en la mediación también es importante reflejar esto en los mediados para que puedan centrarse en la oportunidad de la mediación en el presente por un bien común y no quedarse en conflictos pasados.
Para terminar, una de las frases que más me ha gustado del texto ha sido “transformar el dolor en evolución”. Es evidente que todas las personas pasamos por circunstancias duras en la vida y que intentamos afrontarlas lo mejor posible en el momento, pero sin duda una de las cosas más importantes para mi es la forma en la que ese problema es recordado una vez pasado, es decir, aprender a tener la capacidad de buscar la enseñanza de lo ocurrido, por mínima que sea, saber sacar un aprendizaje del momento vivido y ser consciente que, aunque la situación haya sido dura, una vez pasada y superada podemos ser personas más conscientes y sabias gracias a ese aprendizaje.
Para todo ello es necesario ver más allá del propio árbol, como nombra el texto, y ser capaz de indagar en las raíces, es decir, ser capaz de profundizar más allá del problema superficial.

Sara Contreras Reina dijo...

Este post aborda la idea de que los mediadores llevan a cabo un papel fundamental en la gestión de conflictos, aludiendo a ellos como “alquimistas de las relaciones humanas”.
Se destaca la importancia de ir más allá de lo que se ve, para así comprender de manera profunda las situaciones que surgen durante la mediación, recurriendo a metáforas como la del árbol sin raíces para ilustrar que, al igual que un árbol depende de raíces invisibles pero esenciales, las relaciones humanas a menudo ocultan aspectos no visibles a simple vista. Por lo que esto se acentúa al adentrarse en la comprensión de las emociones, miedos y motivaciones de las partes involucradas en un conflicto.
Asimismo, la alquimia, mencionada en el post, se relaciona con la capacidad de convertir lo común en algo excepcional. De manera equivalente a que los mediadores pueden transformar los conflictos en oportunidades de crecimiento y solución constructiva, resaltando la importancia de vencer al miedo, mantener la honestidad y la buena fe, romper la rutina y enfocarse en el presente para lograr avances significativos en la mediación.
Además, el post emplea las enseñanzas del libro “El Alquimista” como una guía para mejorar las habilidades de mediación, de las cuales estas enseñanzas incluyen la relevancia de tener confianza en uno mismo, la necesidad de ser creativo y la perseverancia a la hora de buscar objetivos. Enfatizando que el éxito de la mediación no solo repercute positivamente en el mediador, sino que también desencadena un efecto dominó en su entorno, contribuyendo de manera significativa a la mejora general.

Pablo Aguilera dijo...

En este artículo, desde mi punto de vista, trata de reflejar la importancia de ir más allá de lo superficial, para así comprender el trasfondo de las situaciones en la mediación, menciona la metáfora del árbol para ilustrar que generalmente nos quedamos con lo superficial e ignoramos lo que hay más allá, que frecuentemente es donde se encuentra la verdadera realidad.

Por otro lado, habla del libro “El alquimista”, el cual sirve como fuente de enseñanza para los mediadores. Se menciona diez enseñanzas de vida que conforman el libro, algunas de ellas son, superar el miedo, buscar la verdad, romper con la monotonía, vivir en el presente…
Es importante destacar la importancia de ser observador y aprender de las experiencias difíciles, comprender que el mediado puede estar rodeado de estas situaciones difíciles y el mediador intentará mostrarle la capacidad de transformar el dolor en evolución.

Nerea Villa Luins dijo...

Me parece muy interesante la reflexión que se plantea sobre la idea de ser “alquimistas de las relaciones humanas” pudiendo aplicar los principios alquímicos en el contexto de la mediación.
Personalmente me ha gustado todos los puntos que se han mencionado en el post, pero me quedo con 3 puntos que son los que más me han llamado la atención, puesto que el resto son aspectos que ya me esperaba.
Cómo entendiendo las dificultades de los conflictos las podemos transformar en oportunidades de crecimiento y evolución, puesto que un problema se puede entender como una piedra en bruto que puliéndola se puede transformar en una joya. Es importante saber gestionar sentimientos y emociones, como por ejemplo el miedo, siendo este un obstáculo para una resolución eficiente si la gestión de este no es adecuada. Por otro lado, es esencial enfocarse en el presente, ya que la mayoría de las veces los conflictos se quedan anclados en el peso del pasado o en la incertidumbre del futuro, si ayudamos a las personas a centrarse en el presente, las decisiones podrán ser más claras y enfocadas a la resolución.
Por último y es lo que más me ha gustado ha sido la reflexión del árbol, cómo normalmente solo miramos lo que tenemos delante, pero no somos capaces de ver, tenemos que aprender a ver más allá de lo que miramos para entender todo lo que verdaderamente está presente. Esta reflexión sirve para el contexto de la mediación y otros contextos laborales, debemos de tomar conciencia de todas las partes implicadas del conflicto.

Nerea Villa Luins

Nerea Villa Luins dijo...

Me parece muy interesante la reflexión que se plantea sobre la idea de ser “alquimistas de las relaciones humanas” pudiendo aplicar los principios alquímicos en el contexto de la mediación.
Personalmente me ha gustado todos los puntos que se han mencionado en el post, pero me quedo con 3 puntos que son los que más me han llamado la atención, puesto que el resto son aspectos que ya me esperaba.
Cómo entendiendo las dificultades de los conflictos las podemos transformar en oportunidades de crecimiento y evolución, puesto que un problema se puede entender como una piedra en bruto que puliéndola se puede transformar en una joya. Es importante saber gestionar sentimientos y emociones, como por ejemplo el miedo, siendo este un obstáculo para una resolución eficiente si la gestión de este no es adecuada. Por otro lado, es esencial enfocarse en el presente, ya que la mayoría de las veces los conflictos se quedan anclados en el peso del pasado o en la incertidumbre del futuro, si ayudamos a las personas a centrarse en el presente, las decisiones podrán ser más claras y enfocadas a la resolución.
Por último y es lo que más me ha gustado ha sido la reflexión del árbol, cómo normalmente solo miramos lo que tenemos delante, pero no somos capaces de ver, tenemos que aprender a ver más allá de lo que miramos para entender todo lo que verdaderamente está presente. Esta reflexión sirve para el contexto de la mediación y otros contextos laborales, debemos de tomar conciencia de todas las partes implicadas del conflicto.

Nerea Villa Luins

Carmen Gullón Colunga dijo...

Resulta muy enriquecedor conocer el rol del mediador desde un punto de vista tan ingenioso, pues ha conseguido abrirme los ojos respecto a este trabajo. Si bien consideraba ser mediador como ser alguien que ayuda sin juzgar, no se me había ocurrido compararlo con un árbol. Ver más allá de, válgame la redundancia, lo visible.
Asimismo, considero muy apropiado describirlo apoyándose en el tema de los alquimistas ya que, al fin y al cabo, los mediadores consiguen mediante el diálogo convertir los conflictos en una oportunidad para que todas las partes se escuchen, que no oigan, y se entiendan; permitiéndoles así conocer los diferentes puntos de vista y poder, en los mejores casos, llegar a un acuerdo.

Melisa dijo...

Sin duda la parte que me llevo marcada de la lectura ha sido la oportunidad de reflexionar acerca de la importancia de cambiar los conflictos desde sus partes más ocultas para que las soluciones que encontremos sean duraderas en el futuro.
Algo así me recuerda a una frase que suelo repetir a menudo, y es “no se puede pasar por la vida de puntillas”. En cada profesión que elijamos tenemos que volcarnos totalmente para que valgan la pena nuestras decisiones, al igual que tendremos que hacerlo en la vida personal apartando el miedo de nuestro camino.
Por otro lado, es muy interesante estudiar la mediación desde el punto de vista en el que se dota a los clientes de herramientas para que ellos tomen las riendas de sus conflictos. Como estudiante de psicología, así veo la psicoterapia como una oportunidad de que cada persona tenga el poder en los aspectos más relevantes de su vida personal.
Gracias por este impulso de motivación.

Miguel Ángel Ruiz Cerezo dijo...

El texto nos ofrece la importante reflexión de no quedarnos únicamente con lo evidente y ver más allá en el manejo y comprensión de cualquier situación que te ofrezca la vida. El ejercicio con el árbol favorito ayuda mucho, ya que nos brinda una imagen verdadera de cómo a veces solamente nos quedamos con una visión parcial de las cosas, centrándonos en lo que observamos y eludiendo aquello que no es visible. Es un ejemplo muy acertado, pues, los mediadores deben profundizar y entender el trasfondo de las vidas de sus clientes para poder llevar a cabo una buena labor profesional.
El símil de la novela de Paulo Coelho, "El Alquimista", en relación a la figura del mediador es muy apropiado, el alquimista busca la mejor fórmula para poder transformar un metal en oro, gracias a su esfuerzo y dedicación, al igual que un mediador dedica su tiempo en la introspección, en la empatía, y en la capacidad de transformar los conflictos de sus clientes, tantos internos como externos, en oportunidades para aprender y avanzar.
Las 10 Enseñanzas de Vida que aparecen en la obra del novelista brasileño nos proporciona una visión muy eficaz donde la figura del mediador busca mejorar sus habilidades y su enfoque en el trabajo con las personas y sus conflictos. Estas enseñanzas incluyen aspectos como la gestión del miedo, la importancia de la verdad, la necesidad de romper la monotonía, la importancia de la autoconfianza, la existencia de lo ilógico o la capacidad de no rendirse, dichos aspectos son vitales para que los mediadores ejerzan su labor de la mejor manera.
Para concluir, la reflexión final es muy realista ya que siempre estaremos expuestos a situaciones difíciles y de dolor, y hay que concienciar a la sociedad de que es muy importante gestionar este tipo de situaciones. Es complicado pero a largo plazo, serás capaz de convertir algo malo en algo bueno, y eso es muy gratificante para uno mismo y para todos.

Miguel Ángel Ruiz Cerezo dijo...

El texto nos ofrece la importante reflexión de no quedarnos únicamente con lo evidente y ver más allá en el manejo y compresión de cualquier situación. El ejercicio con el árbol favorito ayuda mucho, ya que nos brinda una imagen verdadera de cómo a veces solamente nos quedamos con una visión parcial de las cosas, centrándonos en lo que observamos y eludiendo aquello que no es visible. Es un ejemplo muy acertado, pues, los mediadores deben profundizar y entender el trasfondo de las vidas de sus clientes para poder llevar a cabo una buena labor profesional.
El símil de la novela de Paulo Coelho, “El Alquimista”, con la figura del mediador es muy apropiado, el alquimista busca la mejor fórmula para poder transformar un metal en oro, gracias a su esfuerzo y dedicación, al igual que un mediador dedica su tiempo en la introspección, en la empatía, y en la capacidad de transformar los conflictos de sus clientes, tantos internos como externos, en oportunidades para aprender y avanzar.
Las 10 Enseñanzas de Vida que aparecen en la obra del novelista brasileño nos proporciona una visión muy eficaz donde la figura del mediador busca mejorar sus habilidades y su enfoque en el trabajo con las personas y los conflictos. Estas enseñanzas incluyen aspectos como la gestión del miedo, la importancia de la verdad, la necesidad de romper la monotonía, la importancia de la autoconfianza, la existencia de lo ilógico o la capacidad de no rendirse, dichos aspectos son vitales para que los mediadores ejerzan su labor de la mejor manera.
Para concluir, la reflexión final es muy realista ya que siempre estaremos expuestos a situaciones difíciles y de dolor, y hay que concienciar a la sociedad de que es muy importante gestionar este tipo de situaciones. Es complicado pero a largo plazo, serás capaz de convertir algo malo en algo bueno, y eso es muy gratificante para uno mismo y para todos.

Lorena Gómez Montoro dijo...


Muy buena y original introducción a la materia. Hace unos años, en una de mis formaciones, me pidieron que dibujara el mismo árbol del que se hace mención en el texto. En este caso, las raíces podían ser nuestros valores más importantes o también aquellas personas que nos habían ayudado a llegar a dónde estábamos y a ser quiénes éramos en aquel entonces. Pues bien es cierto, ‘aunque no las veamos, nuestras raíces existen y forman parte del árbol, nos nutrimos de ellas’. De ahí esa necesidad de ver más allá de lo simple.

Cuatro años más tarde de aquella experiencia, sigo pensando que no tenemos en cuenta nuestras raíces. Por ende y enlazando esto con la mediación, no somos conscientes de nuestro poder de resolución, aun teniendo las herramientas para ello.

Y por ello, que necesaria y difícil es la figura del mediador, aquel que nos muestra nuestras raíces. Aquel que nos da la oportunidad de convertir un conflicto en un aprendizaje, aquel que nos hace ver que la solución está en nosotros mismos, solo que, no sabemos verlo.

Muy interesante la referencia a la obra de ‘El Alquimista’, consejos que claramente podríamos aplicar en nuestra vida diaria.

Para acabar, me gustaría citar a Ortega y Gasset en su obra: “Yo soy yo y mis circunstancias”, como una forma de percibir las dificultades. Lo que nos sucede no únicamente depende de nosotros, sino de las circunstancias, aquellas que interfieren en el conflicto y aquellas con las que hemos crecido y hemos forjado nuestras creencias y actitudes hacia el mismo.

Sonia González Toledano dijo...

Jamás habría pensado en el mediador como un “alquimista”, aunque después de leer el texto he comprendido la complicada profesión que el mediador realiza. De como de un complicado conflicto se puede transformar y convertir en un aprendizaje de por vida.

Me ha gustado mucho la metáfora del árbol como forma de explicar cómo mirar más allá de lo que nuestros sentidos nos muestran como los sentimientos, miedos e inseguridades de cada persona al afrontar un problema y de cómo esto es de vital importancia a la hora de una mediación. Es muy importante que tanto las personas que afrontan un problema como nosotros mismos intentemos convertir esas malas experiencias en una forma de crecer como personas. No centrarnos solo en el pasado o en el futuro ya que eso nos hará ciegos a disfrutar de lo que podemos vivir, es decir, el presente.

Los consejos para convertirse en un buen mediador forman las bases necesarias para que independientemente de tus estudios o del conflicto que se presente, tengas las habilidades para poder llevar a cabo una resolución de lo más beneficiosa posible.

Sin duda tras leer este texto, “El Alquimista” será el próximo libro que leeré.

Elena Islán Gómez dijo...

Una vez leído el texto y comparandolo con lo aprendido en clase sobre la mediación, se hace mucho más fácil ver y entender la mediación como concepto y todo lo que esta conlleva. En primer lugar con la comparación de las raíces de un árbol, haciendo referencia a que siempre hay algo que no se ve que se nos pasa por alto, y en eso consiste la mediación, en poner todos nuestros sentidos en ver aquello que a simple vista no se ve, y ayudar al otro a que lo vea, ya sea una base de un problema o una solución más justa para todos.
Por otro lado, la referencia a "El Alquimista" nos sirve como referencia para ver cómo realizar una buena mediación, escuchando activamente, sin miedo a equivocarse, con motivación por ayudar al que tenemos enfrente, ser creativo con nuestras ideas, y ser capaz de utilizar todos los métidos y herramientas a nuestro alcance, para conseguir así un objetivo que sea mejor y más conveniente para todas las partes de la mediación.
Por último destacar el mensaje de que se está tratando de "relaciones humanas", por lo que siempre hay que ir más allá y saber y entender la complejidad que conlleva un problema humano, para ello el post comenta ciertas técnicas de cómo llevar a cabo ese procedimiento mediante la empatía, la honestidad y sobretodo siendo un humano más.

ROCIO JIMENEZ VALLE dijo...

El papel del mediador se revela como una tarea de gran relevancia en el contexto de este texto. El mediador se presenta como una guía a la hora de resolver conflictos. La reflexión inicial sobre la importancia de mirar más allá de lo evidente subraya que la mediación va más allá de las apariencias y demanda una comprensión profunda de las situaciones.

El ejemplo del árbol resalta la necesidad de ir más allá de la superficie y explorar las raíces de los problemas. Esta metáfora muestra que el mediador debe liberarse de prejuicios y creencias personales para facilitar una resolución imparcial.

La analogía con la alquimia y la búsqueda de la piedra filosofal enfatiza el desafío de transformar conflictos en oportunidades de crecimiento. El mediador se convierte en un alquimista de las relaciones humanas, capaz de guiar a las partes hacia soluciones valiosas.

Las enseñanzas extraídas de "El Alquimista" sugieren que el mediador es un maestro de la moderación, capaz de mostrar que la cooperación y el entendimiento son posibles incluso en las circunstancias más adversas. Además, la noción de que el éxito tiene un efecto dominó destaca cómo la labor del mediador puede impactar positivamente en la sociedad, contrarrestando la polarización y la desesperanza.

Por último, el mediador se presenta como un agente de cambio y esperanza en un mundo caracterizado por los conflictos. Su habilidad para convertir el plomo del conflicto en oro en forma de soluciones y entendimiento demuestra su importancia en la construcción de una sociedad más cooperativa

Rocío Jiménez Valle

Carlota Gutiérez Limón dijo...

Este texto te hace reflexionar sobre la importancia que pueden tener actos sencillos y aplicables a nuestra vida cotidiana, ya que nos da pasos relativamente sencillos de realizar y que están al alcance de todo aquel que se lo propone. Y me parece muy acertado el lenguaje con el que lo explica y los ejemplos que pone, porque ayuda a proyectar esos pasos en problemas de nuestro día a día.

Me ha gustado especialmente el ejemplo del árbol que pintamos, del que siempre se nos olvida pintar las raíces, aunque sean la esencia del árbol. Tendemos siempre a quedarnos con lo que vemos desde fuera, y siguiendo con el mismo ejemplo, un árbol puede estar muriéndose o enfermo, que si nos quedamos con el aspecto físico del mismo, muchas veces ni nos enteraremos de que está sufriendo. Eso mismo pasa con las personas. Somos aquello que sentimos y pensamos, y eso no se ve a simple vista; sino que hay que indagar y emplear nuestra “alquimia” para sacar de los demás aquello invisible a los ojos si queremos actuar como mediadores. El “oficio de la alquimia” que nos permite ayudar a los demás, también es útil para nosotros mismos, porque, ¿quién mejor para sacar lo mejor de nosotros que nosotros?

Pero me quedo con la frase de: “Podemos convertir nuestro pesado plomo en valioso oro.” Y es que la forma de gestionar las situaciones adversas al fin y al cabo depende únicamente de nosotros.

Carlota Gutiérrez Limón

Laura Maestri dijo...

Me ha parecido muy interesante la alegoría del árbol, y por desgracia muy cierta estamos en una sociedad en la que pasamos por alto muchas cosas y no nos centramos en el mensaje escondido que tienen.
Respecto al relato del alquimista me parece un buen recordatorio para ir ayudándote a avanzar en tus propósitos por qué en ocasiones tenemos muy clara la meta pero no sabemos por dónde empezar y se nos hace una montaña de un grano de arena.
Con esto podemos ver que nosotros mismos tenemos la capacidad para gestionar el como reaccionar ante las cosas y evolucionar nosotros mismos y/o ayudar a los demás, sin olvidarnos de que el hecho de que nosotros tengamos esa capacidad no significa que nos obsesionemos con ella pensando en el pasado o en el futuro.
Esta lectura, te sirve de toma de contacto para recordarte que tienes que vivir el presente, centrarte en el mensaje oculto, dejar que las cosas fluyan y seguir avanzando poco a poco.

Sara Abad Barros dijo...

Este texto utiliza la metáfora de la alquimia para destacar la importancia de ir más allá de las apariencias superficiales y comprender las raíces y los fundamentos subyacentes de las situaciones. Además, vincula esta idea con la búsqueda de la piedra filosofal en la novela "El Alquimista" de Paulo Coelho, transmitiendo el mensaje de que el tesoro y la transformación están dentro de nosotros mismos.

Las diez enseñanzas de vida del libro "El Alquimista" ofrecen consejos valiosos para los mediadores y, de hecho, para cualquier persona que busque crecimiento personal y profesional. Destacan la importancia de superar el miedo, abrazar el presente, tomar decisiones y mantener la perseverancia.

Sara Abad Barros.

En general, este texto es una invitación a adoptar una mentalidad de aprendizaje constante y a ver cada desafío como una oportunidad para crecer y mejorar. Proporciona una perspectiva inspiradora sobre la mediación y las relaciones humanas, recordándonos que nuestras experiencias difíciles pueden convertirse en valiosos aprendizajes y logros.

Sara Abad Barros dijo...

Utiliza la metáfora de la alquimia para destacar la importancia de ir más allá de las apariencias superficiales y comprender las raíces y los fundamentos subyacentes de las situaciones. Además, vincula esta idea con la búsqueda de la piedra filosofal en la novela "El Alquimista" de Paulo Coelho, transmitiendo el mensaje de que el tesoro y la transformación están dentro de nosotros mismos.

Las diez enseñanzas de vida del libro "El Alquimista" ofrecen consejos valiosos para los mediadores y, de hecho, para cualquier persona que busque crecimiento personal y profesional. Destacan la importancia de superar el miedo, abrazar el presente, tomar decisiones y mantener la perseverancia.

En general, este texto es una invitación a adoptar una mentalidad de aprendizaje constante y a ver cada desafío como una oportunidad para crecer y mejorar. Proporciona una perspectiva inspiradora sobre la mediación y las relaciones humanas, recordándonos que nuestras experiencias difíciles pueden convertirse en valiosos aprendizajes y logros.

Sara Abad Barros dijo...

Utiliza la metáfora de la alquimia para destacar la importancia de ir más allá de las apariencias superficiales y comprender las raíces y los fundamentos subyacentes de las situaciones. Además, vincula esta idea con la búsqueda de la piedra filosofal en la novela "El Alquimista" de Paulo Coelho, transmitiendo el mensaje de que el tesoro y la transformación están dentro de nosotros mismos.

Las diez enseñanzas de vida del libro "El Alquimista" ofrecen consejos valiosos para los mediadores y, de hecho, para cualquier persona que busque crecimiento personal y profesional. Destacan la importancia de superar el miedo, abrazar el presente, tomar decisiones y mantener la perseverancia.

En general, este texto es una invitación a adoptar una mentalidad de aprendizaje constante y a ver cada desafío como una oportunidad para crecer y mejorar. Proporciona una perspectiva inspiradora sobre la mediación y las relaciones humanas, recordándonos que nuestras experiencias difíciles pueden convertirse en valiosos aprendizajes y logros.

Marta Pérez Nieto dijo...

Tras la lectura de este texto se puede observar como el papel que desempeña el mediador en su trabajo va mucho más allá del material que tiene de primera mano. El mediador debe involucrarse en entender el trasfondo de las situaciones que se le presentan, conocer tanto a la persona como el contexto que la define e intentar proporcionar una ayuda desde la voluntad, la práctica constante, el perdón, la observación, la atención a uno mismo y a los demás, la confianza y la esperanza en la mejora y solución de conflictos…. En clase ya hemos aprendido que el mediador no es quien da solución a los problemas de las personas, sino el encargado de proporcionar las herramientas necesarias para que las personas encuentren las soluciones por ellas mismas. Pero para ser un buen mediador y hacer un buen uso de las técnicas para la mediación, hay que tener un abanico amplio de perspectivas que ofrecer y siempre tener en cuenta que estás trabajando con personas, que todo tiene un porqué y que la empatía es primordial para el entendimiento de cada situación.

Moises Leal dijo...

La metáfora del árbol y la importancia de ver más allá de lo evidente resalta la necesidad de profundizar en las situaciones y comprender su contexto. La idea de convertirse en "alquimista de las relaciones humanas" es intrigante y motiva a pensar en cómo transformar los conflictos en oportunidades de aprendizaje y crecimiento. La referencia a la novela "El Alquimista" y sus enseñanzas añade un valor adicional al mensaje, y también se relaciona con la idea de buscar nuestros propios tesoros internos. Las diez enseñanzas del libro son consejos prácticos y valiosos para cualquier mediador en formación. En general, esta información hace reflexionar y ser más consciente del sitio que ocupa y que debe de ocupar este oficio, que siendo sinceros, desconocía que ocupase. Empieza a parecerme interesante esto de la mediación...

Sara García Rivilla dijo...

Me ha parecido muy interesante esta publicación donde se refleja el camino de no sólo un mediador sino de cualquier persona hacia su meta personal, la cual para alcanzar todos debemos superar retos y dificultades. En el caso de los mediadores, es muy acertada la metáfora del árbol, ya que es ciertamente una profesión donde debemos ver algo más que lo que se ve a simple vista y analizar los problemas desde su origen. Mientras que las personas implicadas ven únicamente un problema en una situación concreta, un mediador es capaz de ver una oportunidad de acuerdo y de pacto. Yo personalmente no conocía que este era el papel de un mediador y con la introducción a esta asignatura he podido ver la función de esta profesión. Gracias a esto, ahora tengo mucho interés en el tema. También me gustaron mucho las diez reflexiones sobre “El Alquimista” y la idea de que el miedo y los obstáculos no deben frenarnos ya que forman parte del camino. También me pareció interesante la comparación de estas ideas con la profesión de mediador, ya que podemos encontrarnos con personas que experimentan emociones desagradables y es el papel del mediador el de transformar esas emociones para que puedan ver oportunidades y soluciones.

Fátima Aguirre Fernández dijo...

La mediación es el ver más allá de lo visible en un primer momento, como se indica en el texto, consiste en tomar una perspectiva distinta, para ver una oportunidad donde hay un problema. Me ha encantado la metáfora del árbol y me ha recordado a la que se comentó en clase, comparando una matrona con un mediador, ya que este no es quien hace el trabajo ni el esfuerzo, no es quien pasa las emociones negativas o difíciles, pero sin embargo es quien muestra el camino, quien guía, y si no fuera por esa persona, ¿habría sido posible la buena gestión del conflicto?
El mediador tiene el papel de convertir los conflictos o dificultades en aprendizajes y evolución. Para ello, en el texto se señala que se debe controlar el miedo, ya que es una emoción que siempre estará allí. Además, se debe tener fe pues de una forma u otra, nuestra verdad siempre estará ahí y será duradera mientras que las posibles adversidades serán efímeras. Para cambiar debemos romper con la monotonía y el hábito inconsciente, es decir, del piloto automático, y centrarnos sobre todo en el ahora, el presente.
El texto nos anima a no ser lógicos, no rendirnos nunca, concentrarnos y actuar. Pues la mediación hace un efecto dominó, cuando algo mejora, seguramente todo su contexto también lo haga y se acerque a una mejora general. Nosotros como futuros mediadores debemos tener gran voluntad e intención, aprender el perdón y la observación, y no parar de pensar y estudiar.

Clara Navas Torre dijo...

Clara Navas Torres

La mediación como forma de alquimia en las relaciones humanas, hay que ir más allá sobretodo en el transfondo en las relaciones humanas.
Por ello con la metáfora de los árboles para ilustrar que en la realidad solo nos quedamos con lo visible y no prestamos atención a lo realmente importante en la situación.
El texto además presenta 10 enseñanzas de vida del libro “el alquimista” que puede ayudar a mejorar la práctica a los mediadores, como por ejemplo superar el miedo, abrazar al presente...

Carmen Rodríguez Rueda dijo...

Las diez enseñanzas de vida del libro El Alquimista las considero como las pautas para conseguir éxito en la vida, en nuestro proyecto elegido de vida.

En la cultura de la inmediatez en la cual vivimos, donde en menos de veinticuatro horas tenemos nuestro pedido de cualquier tienda online, o en viente minutos llega la comida a nuestra casa sin tener que movernos del sofá, se olvida o queda en segundo plano la disciplina y constancia que se requiere para alcanzar nuestros objetivos, como lo son los mencionados por el libro, es decir, el salir de la zona de confort, la toma de decisiones focalizándose en el objetivo, el no rendirse pese a las dificultades, es decir, transformar las dificultades en herramientas para nuestra propia evolución, ya que, las dificultades forman parte de nuestro día a día, pero, como se dice en el texto, nos diferencia cómo solucionamos estas dificultades, cómo seguimos avanzando gracias al perdón, la observación y la mediación. Siguiendo con las pautas para el éxito, El Alquimista habla también de la innovación y creatividad para empezar nuevos proyectos o trazar nuevas metas y la puesta en marcha, la acción, todo lo anterior sin la acción no sería posible, serían únicamente pensamientos e intención, necesarios, pero tan solo en las primeras fases de nuestro recorrido hacia la meta.

Carmen Rodríguez Rueda.

reyes dijo...

María Dolores Sánchez Zamora
Tras la lectura he realizado una reflexión sobre la importancia de ir más allá de las apariencias y explorar las raíces de los conflictos y las relaciones humanas. En primer lugar, con la metáfora del árbol me recuerda que solo vemos la parte superficial de las personas y sus problemas y que al final dejamos su parte interior, sus raíces, lo que le ha llevado a crecer, sus motivaciones, emociones, pensamientos… por lo que es de vital importancia para un mediador adentrarse en las raíces de los humanos para conocer y comprender a la persona que hay detrás del conflicto.
La referencia a la alquimia y la búsqueda de la piedra filosofal nos recuerda que la mediación es un proceso de transformación. Al igual que los alquimistas buscaban convertir el plomo en oro, los mediadores trabajan para convertir los conflictos en una conversación donde puedan ayudar a lidiar un problema entre dos personas, es decir, mejorar la conversación entre las partes involucradas.
Con la novela de Paulo Coelho, me recuerda que los mediadores ayudan a las personas a encontrar soluciones que parecen inalcanzables al principio, pero que la labor del mediador consiste en ayudarles a ellos a descubrir la solución del conflicto.
En conclusión, este texto me hace reflexionar sobre la importancia de profundizar en las relaciones humanas y los conflictos, los mediadores tienen el poder de favorecer la evolución y el crecimiento personal. La mediación es una forma de alquimia que busca convertir los obstáculos en oportunidades para la resolución de conflictos y la mejora de las relaciones humanas.

Natalia Rodríguez dijo...

En mi opinión, el texto encara la importancia de ir más allá de lo evidente y poder comprender el transfondo de las situaciones que ocurren en el ámbito de la mediación. Es destacable el valor de no conformarse con lo superficial y poder admitir la importancia que tienen las raíces en cualquier situación.

El ejercicio del árbol es una metáfora que nos recuerda que hay veces en las que sólo vemos una parte de la realidad y es necesario que sigamos explorando más a fondo.

Por otro lado, se presentan diez enseñanzas extraídas de “El Alquimista”, que pueden ser aplicadas a un rol de mediador para así resaltar la importancia de buscar la verdad, superar el miedo y romper con la monotonía. Los mediadores tienen el poder de ayudar a las personas a transformar el dolor en evolución.

Por último, los puntos que más resalta este texto son entre ellos la importancia de la empatía, la comprensión y la habilidad para guiar a las personas en situaciones difíciles.

Natalia Rodríguez González.

Teresa Casado dijo...

Me ha parecido llamativa la metáfora del árbol para poder entender la importancia de conocer o mejor dicho tener en cuenta lo que no podemos ver, lo que necesita investigación para ser descubierto y para poder completar el conocimiento de una situación. Esto desde la figura del mediador es algo de lo que no se puede prescindir si se quiere llevar por un buen camino, como bien decía en el texto, la labor de Alquimista de las Relaciones Humanas.
La idea de buscar lo nuevo, lo inexplorado, ver más allá de lo que las personas se suelen dejar ver y tener que salir de lo tradicional, cuestionarte las verdades, dejar atrás el miedo e ir con confianza para un buen crecimiento como profesional de la mediación me hace interesarme mucho más por el aprendizaje que me pueda dar esta asignatura.

Esther C. Millán Rosado (Campus Sevilla-grupo A) dijo...

En cuanto a la medicación y en base al texto, pienso que es esencial no estar polarizado y en continuo aprendizaje. Con ello me refiero a la capacidad de ver los tonos grises entre un mundo de blanco o negro y al interés constante de aprendizaje. La información en nuestro día a día es poder y, por lo tanto, está en continua evolución. Saber comprender al otro y no solo a lo que nosotros acostumbramos escuchar o pensar para saber llegar a un acuerdo mutuo, coherente y concensuado.

Eva María García dijo...

La mediación como método alternativo a resolver conflictos me parece una de las cosas más importantes en cualquier punto o medio, en este post, analiza la metáfora del árbol y sus raíces en cuanto al nivel de conocimiento de una persona. Como humanos, estamos predispuestos a juzgar con la primera impresión, sin saber problemas o dificultades de la persona. También me parece muy acertada la idea de la búsqueda de la piedra filosofal en la novela "El Alquimista" puesto que ofrece distintos puntos de vista y grandes consejos para mediadores y futuros mediadores como nosotros. Tenemos que tomarnos esto como una "invitación" hacia el aprendizaje y los distintos puntos de vista puestos a darse en una mediación.

Mario Camino dijo...

Después de esta lectura puedo valorar la mediación como la forma de resolver conflictos mas correcta, debido a que te encuentras en una situación más cómoda que frente a los tribunales por lo que no sientes tanta presión a la hora de llegar a un acuerdo, además de contar con la ayuda de un profesional que pretende llegar a un acuerdo favorable para ambas partes. Hay veces que debemos de ir mas allá de lo que simplemente vemos a primera vista, debemos dialogar, valorar opiniones y situaciones de cada persona… de esta manera obtendremos, mayor información para que nos ayude a la hora de la resolución de dicho conflicto.
En relación con la mediación, el alquimista puede servir como un modelo a seguir, aunque además podemos aplicarlo en nuestra propia vida ya que nos podría servir de utilidad. En definitiva, veo la profesión de mediador complicada ya que en muchos casos habra momentos de tensión y presión por intentar llegar a la mejor solución aunque también tenga que tratar con las otras partes, pero también de satisfacción ya que principalmente el objetivo es la resolución de un problema.

Mercedes Pérez Infante dijo...

Lo primero a destacar de este post es esa gran comparación con el árbol y sus raíces, ya que todos solemos quedarnos solo en lo que vemos a simple vista y no vemos mas allá, es algo totalmente aplicable a nuestro día a día, y pienso que es algo muy importante sobre todo cuando nos encontramos ante un problema, el mediador debe informarse y ver mas allá de lo que las partes dicen debe indagar en el fondo del problema. Como dice usted en la primera frase “es muy importante ver más allá de lo evidente.”

En cuanto a las lecciones sobre las que habla de ese gran libro “ El alquimista” me quedo con la autoconfianza y que no existen las buenas y malas decisiones sea la que sea siempre puedes aprender algo e intentar mejorar. También destacaría “no te rindas” por que tal y como dices siempre hay algo nuevo que ver y si cuando las cosas salen mal tiras la toalla no te das la oportunidad de darte cuenta de tu error cambiarlo y mejorarlo. Es una gran lección y no solo en el ámbito de la mediación sino de la vida en general hay que aprender a equivocarse sin miedo y volver a internarlo.

Podemos ver como la función del mediador no es nada fácil, un mediador debe tener sensibilidad, siendo cuidadoso sintiendo empatía con la gente que realmente tiene un problema y esta buscando en él una posible solución. Debe tener una gran capacidad de observación y saber escuchar. Los mediadores trabajan para convertir los conflictos en oportunidades para el crecimiento.

Mercedes Pérez Infante

Lucía Ramírez Legran dijo...

La metáfora del alquimista que se ha utilizado para explicar el trabajo de un mediador en un conflicto, me ha parecido muy interesante y me ha hecho reflexionar sobre la labor del mediador y la posibilidad de mediar en un conflicto determinado. Esta publicación puede servir de ayuda a futuros mediadores para entender que por muy grave que parezca un conflicto, si lo resuelven con las herramientas y la actitud adecuada puedensolventarlo de una manera eficaz. A su vez, esta explicación de la mediación anima e incita a intentar resolver un conflicto por todos los medios posibles, a explorar las diversas soluciones y las áreas a las que atender, cómo bien dice el texto, “elaborar de forma constructiva cada experiencia”, para así saber solucionarla de la manera más funcional posible.

Francisco Toboso dijo...

Este post indica que, en la mediación, no debemos quedarnos solo con lo que se ve a simple vista, como cuando ves un árbol sin pensar en sus raíces. Nos lleva a ser como "alquimistas de las relaciones", convirtiendo problemas en lecciones. Se puede aprender de "El Alquimista" que debes superar el miedo, vivir el presente y ser creativo. Cabe destacar, también, que el éxito en la mediación tiene un efecto dominó en la sociedad, mejorando las relaciones humanas en general.

María del Mar Borreguero Carrasco dijo...

El texto es increíble. Hay muchas cosas que me han llamado la atención de él pero incluso hay frases y comentarios presentes que hacen reflexionar sobre la propia vida.
Para comenzar, el hecho de que compare el dibujo con un árbol (en el que es cierto que muy pocas veces se dibujan las raíces) con la mediación es alucinante. Hace entender de manera muy sencilla el tener que ver y atender los problemas y los discursos de las personas de manera más profunda y te incita a mirar el más allá y no solamente lo que nos llega a través de los sentidos.
También la comparativa que se realiza con el libro del alquimista y Harry Potter me parece de lo más curioso. El hecho de tratar un poco también la mediación como "magia".
El enfocarnos en el presente, en el "aquí y ahora" y dejar a un lado el pasado y el futuro ya que del pasado no podemos cambiar nada y del futuro no sabemos que será, pero sí tenemos la oportunidad de vivir el ahora.
Hay algunas frases que aparecen en el texto que, como he dicho en el principio del comentario, me han llevado a reflexionar pero no solo sobre la mediación, sino sobre la vida en general. Aquí dejos algunos ejemplos: "El tesoro está en nosotros mismos, no lo busquemos en otro lugar". Completamente de acuerdo con que ese es el papel que tiene un mediador, empoderar a ambas partes para que se den cuenta de que la solución la tienen ellos mismos. Con la enseñanza número 9 que nos ofrece el libro del alquimista me pasa una cosa parecida (te lleva a reflexionar tanto como de la mediación como de la vida): "Concéntrate en tu viaje. Toma consejos de los demás pero asegúrate de que esté alineado con tus deseos y pasiones. Yo solo te puedo garantizar el viaje, el resultado del mismo depende de ti".
Para finalizar, como estudiante de psicología que soy, veo reflejada una frase del comentario en nuestra profesión (demostración de que la psicología y la mediación son compatibles) y viene a decir que lo importante y lo primordial es que uno se de cuenta de que hay un problema. Una vez llegados a este paso, cambiar la perspectiva y comprender la situación y dirigirnos hacia un cambio.