Siendo un jugador de ajedrez vulgar, como es mi caso, desde hace años, nunca dejé de pensar en la similitud de nuestro trabajo como mediador con las técnicas y los valores del juego.
El análisis en el ajedrez,
parte de predicciones del comportamiento de los demás, no del comportamiento en
sí, sin conocer las decisiones del otro jugador. Es lo que sucede en una
partida de ajedrez, el jugador por lo general antes de mover una pieza, piensa
en la movida de su contrincante y adelantarse a la jugada para finalmente
ganar. La toma de decisiones y el análisis se hacen siempre buscando una
función de utilidad, un objetivo, una voluntad
Cuando mediamos, la decisión
que las partes tomen, van a estar entrelazadas, de tal forma que la que tome
una de las partes dependerá en buena medida, de las acciones y
decisiones de la otra parte y viceversa.
Hace muchos años, para
promocionar la mediación, utilizamos un video sobre “la magia de la mediación”
donde incluí esta mención al ajedrez, pero nunca me había parado a pensar en la
importancia que tiene, para prepararnos a mediar. Cómo si de un concurso se
tratara, imagínate lector, que cuando alguien de nuestros mediados (jugador de
ajedrez) antes de proceder a mover su ficha, mientras la otra parte no le
escucha, nos dice al oído cual es su verdadera intención al mover ese peón “en
nuestra partida”; y de igual forma cuando le toque el turno al otro mediado,
mientras el primero no le escucha, nos diga la suya En eso se basa el secreto y
la confidencialidad, en conocer no solo sus movimientos, sino sus verdaderas
intenciones. Solo así les podríamos ayudar en la “partida”.
Me parece apasionante el juego
de ajedrez. Me parece el mejor entrenamiento en solitario para la mente de un
mediador. Hay que pensar que los jugadores mueven las piezas, de forma alterna,
una vez cada uno, manteniendo el equilibrio en el tiempo y en las oportunidades
(no obstante si hay un movimiento que supone el movimiento de dos piezas, el
único, que es el “enroque de la torre y el rey”).
En el juego empieza el jugador
que tienes las fichas blancas pero… que os parecería que en nuestro caso
pidiéramos que manifiesten quien quiere empezar? Porque han visto que supone
una pequeña ventaja y se ha visto que el blanco consigue aproximadamente el 55%
de los puntos en juego frente a un 45% del negro, en bases de datos que
recopilan millones de partidas.
Tambien se produce a lo largo
del juego la “captura” de la pieza de contrario con los distintos movimientos,
lo que vulgarmente llamamos “comerse una pieza”. Yo creo que muchas veces las
posiciones son tan rígidas que cuando negociamos “hacemos desaparecer de
nuestro tablero” esas piezas que nos vamos “comiendo” con el poder de la
palabra, de tal forma que las alejamos del juego, y así, conseguimos pasar de
posiciones a intereses y necesidades… se va limpiando de forma automática el
tablero de todo aquello que nos esta impidiendo llegar a lo verdaderamente
fundamental: la reina, el rey.
Ahora bien no olvidemos que
cada pieza tiene su manera de moverse y que se conserva a lo largo de toda la
partida y basta recordarlas querido lector para analizar su importancia:
La Torre: Simboliza una fortificación. Al comienzo de
la partida cada jugador dispone de dos, que se sitúan en las esquinas del tablero
más cercanas a su posición. Puede moverse horizontalmente (en fila) o
verticalmente (en columna).
El Peón: Representan a los soldados de más bajo rango que
no retroceden. En el juego del ajedrez hay ocho piezas fundamentales. Pero ojo,
en el primer movimiento avanza dos casillas y después el segundo movimiento es
de una casilla y cuando llega a la octava línea se transforman en cualquier
otra pieza, adquiere nobleza, si consigue pasar todo el tablero sin ser capturado,
excluyendo el rey.
El caballo: Representa a el
arma de caballería. Su posición inicial en el tablero es entre las torres y los
alfiles. Su movimiento no es lineal como el de las otras piezas, sino que
describe una trayectoria en forma de L; es decir, se desplaza dos casillas en
dirección horizontal o vertical y una en dirección perpendicular a la anterior.
Y al igual que la anterior otro dato muy
importante: es la única pieza que puede saltar por encima de las demás.
El Alfil: La palabra alfil
proviene del árabe, cuyo significado es «el elefante» En la posición inicial
de la partida, uno de ellos se ubica junto al rey y otro junto a la dama. Se
mueve siempre en diagonal, sin límite de casillas y tanto hacia adelante como
hacia atrás.
La reina o dama es la pieza de
ajedrez más importante junto al rey, pues su captura es la finalidad de este
juego; esta importancia viene dada por el hecho de que es la pieza de mayor
movilidad, lo cual le confiere el mayor campo de acción de entre todas las
piezas de ajedrez. El movimiento de la dama está constituido por la combinación
de los movimientos de alfil y torre.
Y por último el rey es la
pieza más importante (junto a la Dama, ya que no quiero que alguien mal
intencionado piense en la cultura mal entendida y porque no, consigamos los
mediadores alguna vez que sea la Dama la que tuviera que capturar el “ejercito
contrario” para ganar la partida) del juego de ajedrez y, sin embargo, una de
las piezas más débiles de todas; pero su importancia no gira en torno a su
valor si no que el juego gira en torno a atrapar al rey enemigo, pues no se
permite la captura de éste (jaque mate). Si un rey se encuentra en amenaza de
ser capturado se dice que está en jaque, y el jugador debe librarse de la
amenaza. Si no es posible esto último el rey se encuentra en jaque mate y ese
jugador pierde la partida. El rey se mueve en dirección horizontal o vertical,
aunque sólo se puede desplazar una casilla en cada movimiento, a excepción de
la jugada especial llamada enroque.
Tras este breve comentario a
las piezas, me encantaría que tuvierais la suficiente creatividad, para poner
nombres y apellidos a vuestras mediaciones, a quienes han sido en vuestras
negociaciones, peones, alfiles, caballos, torres reyes o reinas, porque cada
uno le da la importancia que tiene en una negociación. Pensad en aquel caso que
tuvisteis de ámbito laboral, a través de recursos humanos, o incluso vecinal,
donde los peones reclamaban el protagonismo, pero el dueño de la empresa, el
presidente de la comunidad, no quería dar su brazo a torcer, y ahí aparecía de
repente la importancia de la torre, ese administrador o jefe de área que servía
para neutralizar la negatividad.
Pensad en esa situación
intercultural, donde algún alfil o caballo, se entrelazaban entre los peones y
el rey y la reina, para que estos entendieran que la diferencia de cultura o
valores no supone un muro para la plena integración, gracias a que “saltaban”
entre ellos o en diagonal entraban en el conflicto
No olvidéis nunca que con
excepción de los peones, las piezas pueden moverse "hacia atrás", es
decir en dirección a su respectivo jugador, pero los peones no, solo cabe
avanzar, buscar una solución y ello solo depende de que “las otras piezas” se
den cuenta que el pasado no lo podemos cambiar pero si son dueñas de su futuro.
Que maravilloso juego es el
ajedrez, pero que maravilloso es trabajar la mediación. Por eso para terminar
este post, solo animaros a pensar como el ajedrecista, aprender tácticas y
técnicas de él y no olvidéis mis últimas recomendaciones, producto de un
APRENDIZ DE JUGADOR DE AJEDREZ:
Si profundizáis en este juego,
no te olvides del GAMBITO, una apertura del juego donde se sacrifica un peón
para desarrollar las piezas más rápidamente: en mediación para seguir y
conseguir, tienes que ceder y conceder.
Y por último, lo más
importante: las TABLAS. Ese momento donde la partida termina
en empate, puede ser por acuerdo de ambos jugadores, porque esté ahogado y ya
no se pueda continuar. Pero es el momento mágico donde ambas partes se dan la
mano y ambos PODEMOS CONSIDERAR QUE HAN GANADO. Algo que comenzó como en la
batalla queriendo ganar con tus argumentos, termina teniendo que reconocer los
argumentos de contrario que también respeta los tuyos
70 comentarios:
Muy bueno, lo comparto e mi facebook
Me encantó la metáfora ajedrecista para vislumbrar la mediación. Gracias por compartir sus pensamientos creativos. Comparto.salu2 cordiales
Que gran metáfora maestro o más bien amigo, no has podido describir mejor como es el proceso de mediación. Que importante es conocer los movimientos y precidiones de cada parte para saber como contratacar e intentar llegar a esas "tablas", donde ambas partes ganan.
Como en una partida de ajedrez, en la mediación al principio cada parte intenta ganar la partida o sacar ambos el máximo beneficio, por eso es importante tener diferentes estrategias de movimiento y saber que pieza es fundamental en cada momento. Para ello, el mediador debe anticipar las actuaciones, comentario y movimiento de cada parte, analizar que pieza de ajedrez es y si es algún malo de la película para saber como lidiar con ello.
A veces en el ajedrez hay que sacrificar piezas importantes para conseguir ganar la partida, pues en el proceso de la mediación ocurre exactamente lo mismo, a veces es necesario renunciar a condiciones que en primer momento consideramos imprescindibles pero que si queremos llevar a ese punto de unión debemos sacrificar.
En conclusión, me gustaría quedarme en qué el objetivo de la mediación es llegar a esa punto común a ese punto en el que la partida queda en tablas y ambas parten ganan, pero eso no sería eficaz sin la figura del mediador, que sepa que es lo que quiere conseguir cada parte, que analice cada movimiento, cada sacrificio y cada alternativa...
Sin lugar a dudas, en el ajedrez como en la mediación nos encontramos a dos "rivales" que quieren ganar una partida y las similutedes entre ambos son múltiples. Por tanto, debo felicitarte por el analogismo, expone las claves de la mediación a la perfección.
No obstante, reflexionando paso a paso en este analogismo he detectado una único aspecto que los diferencia y me gustaría mencionar. Desde mi punto de vista, cuando se inicia una partida de ajedrez se tiene como objetivo ganar, al igual que cuando se inicia un proceso de mediación. Sin embargo, entre los prinicipios del ajedrez encontramos "ir a por el rival y derribarlo, acabar con él como sea" puesto que es la única forma de ganar. La mediación, por el contrario, se fundamenta en un prinicipio mravillosamente distinto "debemos hallar una solución al conflicto que sea equitativo y justo", es decir, ambas partes ganan. Por tanto, no hay un único ganador y ningún perdedor.
La finalidad de iniciar la partida difiere, pasa de "voy a ganar" a "tenemos que ganar ambos". Precisamente eso es lo bonito de la mediación, ambos jugadores pueden salir victoriosos de la encrucijada.
Sin más que añadir, se despite una torpe jugadora de ajedrez.
Como bien se ha comentado anteriormente, podemos encontrar la mediación en cualquier parte. El ajedrez es otro ejemplo más que nos permite entender en más profundidad y desde otra perspectiva la complejidad y la magnitud del arte de la mediación. Desde un inicio, ambas partes están enfrentadas y buscan “ganar la partida”. Sin embargo, gracias al mediador se lleva el objetivo de la partida hacia el pacto o acuerdo común. Ambas partes buscan conseguir cierto beneficio pero con una mayor flexibilidad que permita que la otra parte también consiga algo. Por ello, es importante que el mediador sea capaz de predecir los comportamientos de ambas partes y como estos influyen entre sí. Comportamientos que dependen en gran medida de las posiciones, intereses y necesidades de cada jugador. El proceso de la mediación tratará de abordar y trabajar cada uno de los aspectos que nos está impidiendo llegar al acuerdo. En ocasiones, ambas partes renunciaran a ciertos aspectos que consideraban importantes permitiendo avanzar en el proceso de mediación hacia un acuerdo fructífero.
Por otro lado, también me gustaría añadir que, como se menciona en el texto, es importante que el mediador conozca cada una de las fortalezas y debilidades de las piezas que juegan en el tablero. Ya que solo a través de este conocimiento experto en la profesión se podrá llegar al mejor empate. Es decir, a un acuerdo de calidad que sea justo, equitativo y estable.
Gracias Javier por una clase elegante para convertir a los contendores en aliados en un proceso de mutua satisfacción.
Gracias Javier por una clase elegante para convertir a los contendores en aliados en un proceso de mutua satisfacción.
Gracias
Me ha parecido muy interesante el símil con el ajedrez, porque pienso que es totalmente lo que ocurre: dos personas que vienen para enfrentarse, con multitud de "añadidos" como serían las demás fichas. Además, creo que en muchas ocasiones, hacen su movimiento viendo cómo hacer para "molestar" o "comerse" al otro, en lugar de buscar el mejor movimiento que pueda beneficiar su jugada.
Sin embargo, creo que la distinción más importante que hay que hacer con respecto al ajedrez son las tablas, pues la mediación es un proceso en el que nadie debe ganar con respecto al otro, sino podría estaríamos hablando de un juicio por ejemplo. Aquí en el ajedrez finalizado en tablas, como en la mediación, será una partida donde cada jugador haya defendido sus necesidades que consideren imprescindibles, y sabiendo cuales son las fichas y/o necesidades que no son tan importantes, y que deberán dejar morir para llegar a un fin/mediación.
Esta jugada no podría llevarse a cabo sin el mediador, y es aquí donde debería entrar su función, tomando en cuanta ambas partes y prediciendo sus movimientos para saber cómo actuar y qué debe decirles, y para ello debe ser capaz de conocer las fortalezas, debilidades y necesidades de cada uno de los jugadores.
María Caballero Delgado
Me parece muy interesante la manera en la que se ha relacionado la mediación y el juego del ajedrez, a través de esta metáfora se ha ilustrado de una manera clara y sencilla en que se basa la mediación y que debemos tener en cuenta a la hora de realizarla.
Me ha resultado muy llamativo lo que usted ha llamado como “quedarse en tablas”, puesto que creo muy necesario que en una mediación ninguna de las partes pierda, es decir, todos deberían llegar a un acuerdo, para que en cierta manera ganen todos.
Cómo usted bien dice, la mediación puede estar en cualquier parte, y este no es sino un ejemplo más de ello. Una vez más, gracias por esta y tantas enseñanzas.
Inmaculada Vallejo.
Tal y como llevamos comentando a lo largo de las diversas clases, la mediación se puede encontrar en cualquier parte. Nunca me hubiese parado a pensar que se puede relacionar con una partida de ajedrez, pero es todo un acierto.
En primer lugar, el ajedrez es un juego tradicional, como pueden ser a su vez los conflictos interpersonales. Al comienzo de la partida ambos jugadores buscan ganar la partida y por lo tanto, utilizar todas sus habilidades para derrotar al otro participante, esta misma similitud se observa en los conflicto interpersonales, ya que en un principio no se busca llegar a un acuerdo, tan solo vencer, pero es ahí cuando aparece la intervención del mediador que no permite que esto ocurra. En el juego de la mediación la única victoria es el punto de unión entre ambos participantes.
Por otro lado, el ajedrez al igual que la mediación depende de los objetivos de cada participante y de sus intereses y posiciones, es por ello que es imprescindible que el mediador conozca estas necesidades, al igual que las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos.
Y por último y no menos importante, el mediador al igual que los jugadores de ajedrez debe tener unos conocimientos previos sobre la mediación y sobre sus cualidades personales, es decir, debe conocer sus capacidades, prejuicios y sesgos, tal y como saben los jugadores sobe el ajedrez y sobre cuáles son sus jugadas más eficaces y cuáles son aquellas que deben perfeccionar.
Hoy me he encontrado con una metáfora de cómo funciona la mediación, donde cada pieza cumple un rol, con ciertos movimientos permitido y otros no, vamos, como la vida misma.
En una partida de ajedrez los jugadores tiene como fin derrotar al otro, para ello intentan por todos los medios adivinar qué es lo que va a hacer el otro, pero como sabemos deben de hacer uso de las piezas del tablero para conseguir su fin. ¿Y cómo entra el mediador en este proceso donde parece que hacer perder al otro es lo que importa? Pues la función del mediador aquí es escuchar a ambas partes por lo que es la persona que conoce las posiciones y tácticas que cada bando va a tomar en el tablero.
Conociendo cada movimiento que van a realizar las partes, el mediador podrá guiarlos por un camino donde la captura de las piezas se vea reducida, y es verdad que habrá que sacrificar algunas de ellas, pero el que algo quiere algo le cuesta, y habrá veces en los que una de las partes dará su brazo a torcer y otras en las que no.
Pero ¿quién gana? Aquí amigo viene lo importante y es algo que hace diferente al ajedrez de la mediación. La situación de “tablas”, para un jugador de ajedrez no será la situación deseada ya que ha entrenado mucho y como todos sabemos, los que somos competitivos queremos ganar, pero en mediación ganar es quedar en tablas, y esto es porque ambas partes han ganado y perdido al mismo tiempo. Han ganado porque pueden haber conseguido cosas que sin la mediación no hubieran pensado obtener nunca, y han perdido porque cuando se va a una mediación al principio se tienen unos pensamientos que no son los ideales, ya que solo se busca los beneficios propios y no el de ambas partes, entonces habrá perdido porque tuvo que ceder en ciertas cosas para así conseguir un término medio. Siempre es mejor algo que nada.
Sin lugar a dudas el ajedrez y un proceso de mediación tienen grandes similitudes. Por lo que, esta metáfora me hace entender fácilmente la importancia de cada una de las "piezas" en la mediación y la necesidad de anticiparnos y saber dar respuesta a los movimientos del "oponente".
Como futuros mediadores, considero que cada pieza es esencial y se debe de valorar de la misma manera. Es decir, en un proceso de mediación son importantes tanto el conjunto de todas las piezas (para poder comenzar la mediación) como el valor de cada una de ellas individualmente. Por lo tanto, si alguna de las piezas se pierde, no es posible seguir con la partida de ajedrez, lo que significaría en la mediación la escasez de algún profesional, de algún tipo de información o la falta de colaboración de una de las partes. Esto provocaría que la mediación no fuese capaz de avanzar y se pausara todo el proceso.
Por otro lado, me gustaría destacar una de las similitudes entre el ajedrez y la mediación que más me han llamado la atención, como es la intención de llegar a esas "tablas". En mi opinión, en ambas partidas la primera intención es competir con el otro para ver quién gana. En cambio, a medida que avanza la partida, las partes van llegando a acuerdos y en muchas ocasiones alcanzan esas "tablas". Esto es lo que para mí define un buen proceso de mediación, el hecho de ser capaces como profesionales de cambiar la primera intención de los clientes, y conseguir un acuerdo donde ambas partes ganen la partida.
Julia Baro Amieva.
De acuerdo con el post, se ven claramente las similitudes del ajedrez con la mediación. Desde el inicio del juego, cada jugador lleva a cabo unos movimientos en base a los movimientos marcados por el otro jugador y prediciendo de alguna manera los movimientos futuros.
Con la mediación lo que intentamos es que cada jugador escoja bien sus movimientos e intentamos predecir situaciones futuras. Además no buscamos derrotar al oponente sino llegar a "tablas" entre ambos jugadores, que si no llegan a un acuerdo por lo menos se escuchen con respeto. En mi opinión somos los árbitros del ajedrez, quienes marcan el turno, quienes se encargan de que no se hagan 'trampas' y se juegue con respeto entre otros.
Como actuales alumnos y futuros mediadores creo que a lo largo del curso hemos visto bastante claro cuál es el fin de la mediación con estos ejemplos tan representativos como el del ajedrez. Por ello, espero que en mediaciones profesionales podamos identificar en cada juego qué figuras nos vamos encontrando y cómo realizar nuestro trabajo dependiendo de estas.
Tras la lectura se puede observar un ejemplo nuevo el cual refleja la figura de la mediación. Es por ello, que es necesario saber cual de las partes juega con blancas o negras, es decir, saber quien es el que tiene la ventaja en el juego con el objetivo de saber las armas que va a desplegar. Dentro de la mediación también es necesario saber lo que han realizado (las acciones que les ha llevado a estar allí) lo cual se refleja en cada uno de los movimientos que cada jugador realiza en el ajedrez.
Durante el juego se muestran las cartas sobre la mesa: opiniones, conocimientos y experiencias previas lo cual, nos ayuda a saber que es lo que realmente quieren-necesitan los clientes. Puede que surjan durante el proceso emociones y sentimientos encontrados incluso puede que no se llegue a un acuerdo final y una de las dos partes gane pero lo que realmente importa es que se escuchen y comprendan la situación del otro.
Finalmente, comentar que el proceso de la mediación es duro y complejo ya que requiere esfuerzos por cada una de las partes. Pero con ayuda del profesional y trabajo en equipo (como se refleja en la serie Gambito de Dama para ser la campeona mundial se necesita un equipo el cual te ayude a tener una visión global de la situación) no solo de los clientes sino también de amigos y familiares se adquirirán las perspectivas necesarias para llegar a un acuerdo común o al menos intentarlo.
Me ha parecido muy interesante el símil del ajedrez con la mediación. Con esta metáfora se puede ver que la mediación se encuentra en muchísimas situaciones de la vida cotidiana y debemos tener las suficientes habilidades para jugar esa partida de ajedrez.
Lo más interesante de esto es que en el ajedrez sólo gana un jugador, pero en el proceso de la mediación ganan todas las partes, ya que, se consigue un acuerdo o una solución gratificante para todas las partes implicadas. Por ello, se podría decir que con la mediación ganamos todos.
También, en cada movimiento que hagan las partes, el mediador puede observar y descubrir cuáles son los intereses, las necesidades, los sentimientos que subyacen en cada parte y, sobre todo, la posición que tiene cada parte. Esto es muy importante para hacer la famosa “radiografía” de la que tanto hemos hablado.
Como pasa en la serie Gambito de Dama, esta visión te puede ayudar en otras muchas situaciones que se presenten a lo largo de la vida y es muy importante tener un equipo. Esto se puede relacionar con la co-mediación. En clase, hemos visto las ventajas que puede tener hacer una mediación con otro compañero, ya que, al ser una profesión multidisciplinar, nos podemos nutrir de otras ciencias para poder ver desde otra perspectiva ese conflicto.
Como conclusión, quiero decir que al igual que en el ajedrez cada pieza y cada movimiento son importantes para poder alcanzar la victoria, en la mediación cada argumento, cada alternativa que se proponga y en sí cada parte implicada son igual de importantes para llegar a un objetivo común.
La relación entre el ajedrez y la mediación me parece muy interesante y, además, nunca lo había pensado, pero están bastante relacionados.
Mediante esta metáfora, se puede percibir la importancia que hay que tienen a cada una de las partes en mediación, relacionadas con las "piezas" del ajedrez, que como ya sabemos, unas tienen más importancias que otras y se difieren entre ellas en el poder de movimiento que pueden ejercer; como en un proceso de mediación, cada una de las partes, saben el rol y el poder que tienen en el conflicto.
En el proceso de mediación, lo que intentamos es proporcionarles estrategias para que sepan como llegar a un acuerdo. No se intenta que unos ganen y otros pierdan, sino como en el juego del ajedrez: que se llegue a "tablas", es decir, alcanzar un consenso entre ambas partes para resolver el conflicto y que estén de acuerdo con la solución que van a optar.
Por lo tanto, esta metáfora me parece muy útil para aplicarla en la mediación, con el objetivo de que los mediadores sepan que roles y poderes tienen cada "pieza" y dotarle de las estrategias necesarias para alcanzar el consenso.
Sin lugar a dudas la creatividad juega un papel muy importante en los procesos de mediación. Tanto es así que muchas veces para lograr el acuerdo debemos utilizar estrategias de otras prácticas o hasta paralelismos como el del juego del ajedrez.
La mediación se asemeja al ajedrez en tanto que dos adversarios (los mediados) deben ir jugando sus fichas (posiciones, intereses y necesidades) para acercarse al rival e ir eliminando fichas del tablero (alternativas de solución al problema que no agradan a ninguno de los mediados). Es el mediador quien pone orden y conoce los motivos y pensamientos de cada uno de los mediados. Él ayudará a que los mediados alcancen el acuerdo renunciando a determinadas fichas, pero ganándole otras a su adversario.
El Ajedrez también nos sirve para explicar ciertas características de la mediación, como puede ser que los mediados en un principio tengan posturas completamente opuestas (todo lo ven del color de sus fichas, blanco o negro) pero que una vez estas se van mezclando y cruzando por el tablero, las posiciones contrarias se van desdibujando y poco a poco se alcanza el acuerdo esperado (el color gris).
La mediación la podemos encontrar y está en todos lados, solo hay que saber mirar bien. Por ejemplo, en el juego de ajedrez. Está claro que en un juego, los jugadores quieren ganar y miran por su propio logro. En el caso de la mediación, ocurre igual. Al final las partes quieren salir beneficiadas, pero a diferencia de un juego de mesa, en este proceso ambas partes pueden ganar, eso sí, para llegar a ese punto, han de escuchar y ser escuchados, ceder y ser cedidos. El mediador debe implicarse en el juego o proceso, de tal forma que indague en los intereses de cada parte, conociendo a fondo que es lo que quieren y por qué lo quieren, conocer tanto sus intereses como sus necesidades. Un buen jugador de ajedrez, no solo maneja bien sus movimientos, sino que es capaz de anticipar los movimientos del contrario. Por tanto, en mediación ocurre algo similar; el mediador debe saber anticiparse a los movimientos de los clientes, y así, saber cómo reconducirlos y llevarlos a lo más importante de la partida: las tablas. Finalmente, como bien se dice en el juego del ajedrez y poniéndolo en comparación con el proceso de mediación, digamos que las partes pueden utilizar las tablas, es decir, que la partida termine en empate donde podemos considerar que ambos han ganado. No obstante, para llegar a este punto, hay que poner en marcha otras técnicas como por ejemplo, el gambito de dama, es decir, en el juego del ajedrez significa que hay que sacrificar algún peón u otra pieza para lograr una posición favorable. Existen muchas variaciones, sin embargo, el objetivo consiste en mover los peones con el fin de conquistar la parte central del tablero. En definitiva, para llegar a un acuerdo mutuo y que ambos puedan ganar (tablas), ambas partes tienen que saber ceder (gambito de dama). Convirtiendo la mediación en un proceso donde ambas partes pasen de estar enfrentadas a estar entrelazadas y comprometidas a querer llegar a un acuerdo común.
A la hora de realizar una mediación, es de vital importancia conocer como son las personas que tenemos delante. Aunque pueda parecer difícil debido al tiempo que disponemos con ellos, como futuros expertos y profesionales en la materia debemos estar atentos a cada señal que recibimos de ambas partes. Conocer cuáles son sus fortalezas (torre), aquellos aspectos que una vez decididos no pueden ser revocados (peón), el ímpetu por alcanzar un acuerdo (caballo), recular y proponer alternativas distintas (alfil) y saber el por qué se manifiestan determinados comportamientos (reina) van hacer que el mediador pueda alcanzar un acuerdo mutuo (rey), y de esta forma terminar con el proceso de mediación correctamente (jaque mate). Conforme avanza la partida se van retirando fichas del tablero, descartando intereses, y a raíz de enlazar nuevos movimientos pueden surgir nuevas estrategias para establecer un consenso. Para finalizar, al igual que en una partida de ajedrez, poder visualizar posibles jugadas e intenciones nos dará una ventaja extra para solucionar el conflicto.
Me ha parecido muy creativa la comparativa que usted ha realizado respecto al juego del ajedrez y al proceso de mediación puesto que nuca se me hubiera ocurrido encontrar puntos comunes entre ambas cosas.
Es cierto que como se argumenta en la entrada del blog, los jugadores de ajedrez se asemejan a las partes implicadas en el proceso de mediación ya que durante el desarrollo de estas deben pensar lo que van a hacer o decir en cada momento basando este pensamiento o conducta en lo que anteriormente ha hecho o dicho su contrincante.
Pero, por otro lado, la gran diferencia que pueden tener el ajedrez y la mediación alude al hecho de que el objetivo de esta última es que ambas partes lleguen a un acuerdo y por lo tanto salir ganando por igual, esto no quita que muchas veces esto no ocurra y que ocurra como en las partidas de ajedrez que uno acaba ganando más que el otro y por lo tanto no se resuelve el conflicto.
Aún así, como mediadores esta metáfora nos puede servir para aprender que en los procesos de mediación y sobre todo con un conflicto de por medio, las personas actuamos en consecuencia de lo que dice nuestro contrincante. Como mediadores es importante saber esto por si las personas desvían su foco de atención hacia el problema poder reconducirlas y ayudarlas a tomar mejor sus decisiones.
Nunca me había parado a pensar que la mediación puede compararse con el juego del ajedrez, pero bien es cierto que tiene muchas similitudes tanto en las técnicas cómo en las diferentes figuras que se pueden utilizar.
Me ha llamado especialmente la atención el hecho de que en el ajedrez no sólo cuenta tu comportamiento si no que la partida puede cambiar en función del comportamiento de la otra parte, por lo que hay que pensar tu jugada teniendo en cuenta las decisiones de la otra parte, es decir, hay que predecir la jugada de tu adversario.
Esto ocurre en la mediación, las distintas partes implicadas en el problema únicamente piensan en lo que ellas quieren y lo que necesitan pero no piensan en qué necesita o quiere la otra parte, y no se paran a comprender que es imprescindible predecir lo que pretende la otra parte y tenerlo en cuenta, para pasar de los intereses propios a un acuerdo mutuo entre las partes.
Esto es muy interesante y se debe tener en cuenta también entre los mediadores ya que hay que descubrir y conocer las verdades intenciones de las partes implicadas para poder ayudar en la partida y fomentar la llegada a un acuerdo.
La similitud entre la ajedrez y la mediación está presente en muchos puntos, pero quizás el más importante sea la estrategia para derribar al oponente. En el caso de la mediación el oponente es el conflicto que se sitúa en el medio de las dos partes y tenemos una caja de herramientas de técnicas de comunicación que sería la estrategia para poder abordar el conflicto. De algún modo, el “jaque mate pastor” sería un reflejo, el “enroque” un silencio o un “doble ataque por descubierta” equivaldría a una clarificación.
En la mediación no buscamos un “jaque mate” por ninguna de las partes ya que significaría que una parte se ha superpuesto en términos de poder o de ventajas que pueden significar que en un futuro el pacto no perdure. Por todo esto, buscamos que se produzca lo que en ajedrez se conoce como “tablas”, es un empate técnico donde ninguno ha perdido y eso viene de la mano de un pacto.
Además, cuando empiezas a jugar a la ajedrez únicamente te fijas en tus movimientos y estrategias (intereses) y cuando adquieres estrategias y experiencia (mediación) comienzas a disfrutar de una ajedrez basada en los movimientos propios y ajenos (intereses de las dos partes). Únicamente, cuando comienzas a tener esta visión más global puedes tratar de alcanzar un resultado.
Una vez más quedo en asombro ante la creatividad destinada a la unión de la mediación con un simple juego de toda la vida, pero no por ello menos complicado.
Con este símil quedan expuestos todos los aspectos y partes de la mediación, dado que se exponen las dos partes con todas sus características y posibilidades posibles, dejando así ver la complejidad que esto tiene.
Me gustaría sobre todo hacer hincapié en el aspecto siguiente: cuando una de las partes mediadas si es experta en ajedrez, o simplemente tiene un mayor conocimiento del mismo, es cuando se dan las diferenciaciones que dificultan o hacen imposible la mediación. Por ejemplo, las grandes diferencias de poder, ya que una de las partes puede ser un empresario que tenga un gran manejo de todas las piezas del tablero, dejando a la otra parte mediada que sería el empleado, sin capacidad de movimiento ninguno.
De este modo, podría definirse también el papel del mediador, como aquel árbitro que está viendo cuáles son las trampas de cada uno para poder dar el consentimiento de que el proceso del ajedrez siga (mediación) o termine, según si se están cumpliendo las condiciones acordadas o no.
Como bien hemos estado hablando durante todo el curso, la mediación la podemos llevar a cabo en muchos sentidos y llevarla a cualquier parte, esta vez lo hemos extrapolado al ajedrez. En este sentido, en el ajedrez hay dos competidores y cada uno con sus estrategias y necesidades, al inicio de la partida cada uno piensa en utilizar sus habilidades para poder ganarla y en ese momento, en el transcurso de la partida el mediador tiene la finalidad para que los rivales lleguen a un acuerdo, y esto en el ajedrez se le denomina “tablas” logrando ganar ambos jugadores. El mediador tiene un papel muy importante en esta partida, ya que él es el que tiene que ver y entender los intereses individuales de cada jugador, sus movimientos y estrategias, para así poder ser imparcial con ambas partes y que ambos ganen la partida.
Nuria Rodríguez.
A lo largo de esta asignatura, nos ha expuesto diversas formas de ver y ejemplificar que es la mediación. Sin lugar a duda, en cada blog hace muestra de una de las capacidades más importantes para esta profesión, la creatividad.
Es una forma curiosa de entender el ajedrez, igual que el mundo. Mientras que, para el resto de persona lo importante es ganar en este juego – igual que todo conflicto comienza al querer una persona ganar o estar por encima de otra-, desde la mediación se busca el estar en tablas, es decir, el que ambos ganen. Como todo en esta vida, puede verse desde dos puntos de vista diferentes; para algunas personas estar en tablas puede significar que ambos han perdido, sin embargo, para un mediador, es una clara victoria.
Todos somos piezas de un gran ajedrez llamado mundo. Y como el peón, cuando conseguimos avanzar suficiente, llegar a nuestra meta, podemos transformarnos en aquello que deseamos ser. Pero para ello, primero debemos haber transcurrido un peligroso y duro camino, lleno de incertidumbre.
Así es la mediación para mí, todos cumplimos un rol, aunque este, como en el caso del peón puede cambiar. Las personas que están inmersas en conflictos, mediante la mediación aprenden a escucharse, tener en cuenta el punto de vista del otro, y eso les hace cambiar. El mayor objetivo para un mediador es conseguir que ambas partes se pongan de acuerdo y lleguen a tablas, no significando esto que han perdido, sino, por el contrario, que ambos han ganado. Siendo tan importante el final, como el camino que se ha llevado a cabo para conseguirlo; donde han dado un paso más como seres humanos, han aprendido a escuchar, a ver la posición contraria y no solo la suya. Finalmente, lleguen o no a estar en tablas, este camino les habrá cambiado para siempre su perspectiva del mundo. Igual que a un jugador de ajedrez cada partida le ha ayudado a ganar experiencia y seguir desarrollándose en este maravillo juego.
El proceso de mediación tiene una gran relación con el ajedrez, durante la partida se hacen movimientos o se desarrollan estrategias que van a decantar ésta hacia la victoria o la derrota.
En mediación pasa un poco lo mismo, el mediador hace movimientos mediante el lenguaje que van a ser vitales para desentramar el conflicto y conducirlo hacia buen puerto. No obstante, debemos de tener en cuenta que cuando dos partes inician el proceso de la mediación, están empezando una partida de ajedrez que tiene como objetivo que su interés o posición prospere y se imponga por encima de la otra. El mediador mientras dirige el conflicto debe de estar muy atento a los movimientos y estrategias que cada uno de los mediados realiza.
Tanto en la partida de ajedrez como en el proceso de mediación, llegar al final requiere de un tiempo. Tiempo para cambiar los puntos de vista, una diferencia entre la mediación y el ajedrez es que en mediación, al final del proceso se debe de llegar a un bien común en el que ninguna de las partes pierda o se sienta derrotada.
Y sobre todo aprender, tanto en mediación como en ajedrez cada conflicto o partida es diferente y el proceso se va ir desarrollando de una manera distinta. Como mediadores es nuestro deber aprender y mejorar en la medida de lo posible para ir adquiriendo técnicas y habilidades.
Me ha encantado la relación que hace entre el juego del ajedrez y la mediación, me fascina, porque hasta que he leido su artículo nunca hubiera llegado a ver esta relación.
Ya que a mi parecer tienen muchas, como por ejemplo, la estrategia que tienen que seguir tanto los jugadores de ajedrez, como el mediador en el proceso, aunque la única diferencia que encuentro sería, la que al menos yo y creo que la mayoría, cuando se dispone a jugar una partida de ajedrez, "la juega para ganar", aunque reflexionando un poco más, en la medición nos podemos encontrar con clientes que quieren salir ganando y llevarse el tema a su terreno, lo que quiere decir que a veces no vienen con la idea de ceder y por ende de llegar a un acuerdo. Se mantienen férreos a su idea, y como buenos profesionales debemos intentar hacerle razonar, aunque algunas veces sale bien y otras no. Al igual que unas veces se gana y otras se pierde, o como me gusta decir, se aprende.
La verdad es que nunca habría relacionado tanto el ajedrez con el proceso de mediación, aunque tienen más en común de lo que parece.
En primera parte, es un juego individual en el que se entra en conflicto con otra persona para conseguir cada uno su objetivo, que en este caso es ganar la partida. Más o menos ocurre igual en la mediación, aparecen dos partes de forma individualizada que se enfrentan a un conflicto y buscan ganar, esto se asemejaría a conseguir los objetivos que cada uno plantea. La cuestión es que la mediación tiene un mediador que les ayuda en este proceso.
En el ajedrez son los jugadores los que emplean técnicas y habilidades para lograr ganar la partida y en la mediación es el propio mediador el que tiene que usar estas técnicas para llegar a un acuerdo, en el camino puede que tenga que emplearse el término gambito de dama, que en el ajedrez se conoce como sacrificar alguna pieza para pillar ventaja en una posición determinada. En la mediación consistiría en sacrificar uno de los aspectos u objetivos que se buscan para poder ganar los dos en el proceso de mediación, lo cual en el juego se llamaría tablas.
Por lo tanto podemos deducir tras esta y otras semanas tratando la mediación, que es un proceso que se puede acercar a diversos juegos, películas, profesiones y a todo en general y eso es lo que hace que la mediación sea tan rica en técnicas y procedimientos.
Este símil entre la mediación y el ajedrez me ha gustado mucho. Según leía iba interiorizando los distintos tipos de mediaciones que se pueden dar a partir del juego del ajedrez.
Este mismo fin de semana, he estado hablando con mi padre sobre ajedrez. Él me contaba cómo empezó a jugar desde muy joven y cómo este juego se convirtió en una gran afición. Una vez empezó a avanzar en el mundo del ajedrez vio cómo las partidas y las jugabas se memorizaban, los jugadores pasaban muchísimas horas estudiando las partidas y en definitiva se hacía todo para ganar. Un compañero suyo llegó a abandonar la carrera, ya que suspendió todas las asignaturas por dedicar su vida únicamente a aprender juzgadas complejas y replicarlas en el tablero, todo por ganar.
Con esta historia quiero mostrar la idea de que el ajedrez es un juego muy complejo, que requiere de mucha agilidad mental y memoria. Sobre todo, quiero recalcar, que la gente que se acerca a la cúspide del mundo del ajedrez, sacrifica lo que sea por ganar.
Si comparamos esta situación con la mediación, podemos ver, que existen mediados que son jugadores profesionales de ajedrez. Estas personas solo buscan repetir jugadas memorizadas con el único fin de ganar. Se pierde la idea principal de que en una mediación todos ganamos. Se centran únicamente en ganar, o incluso peor, en el simple regodeo de ver al otro mediado perder.
Como mediadores, por tanto,debemos intentar desmontar a los jugadores profesionales de ajedrez. Para ello, debemos predecir sus movimientos e intentar cortar algunas jugadas como la defensa siciliana, la cual puede durar horas.
También cabe aclarar que no podemos hacer una partida de ajedrez instantánea, en la que ambos reyes se acercan en dos movimientos. Técnicamente esto es imposible, el rey, como se plantea en el blog, tiene movimientos muy cortos y tiene una barrera de piezas delante. Por ello, para acercar a los mediados, para acercar a los reyes, antes deben moverse y comerse algunas piezas.
Por último, también quiero darle importancia a la idea de quedar en tablas. En ajedrez, dejar en tablas una partida suele considerarse una derrota. En cambio, desde el ajedrez de la mediación, dejar en tablas una partida es el fin último. Ambas partes, ambos reyes, están de frente y aceptan sus posiciones. Se llegó a una solución y por tanto se resolvió el conflicto.
Este ejemplo nos hace ver cómo la mediación se puede encontrar en muchos ámbitos, solo hay que saber mirar. Tenemos que ser creativos, como mediadores, ya que, de no ser por la creatividad, no veríamos cosas como es el caso del ejemplo del ajedrez. En una mediación, la creatividad debe ser entendida como una técnica para resolver problemas, o mejor dicho, para generar alternativas.
Como podemos ver en el post, el ajedrez tiene muchísimas similitudes con la mediación, y es esta capacidad de ser creativos y de ver en otros aspectos de la vida procesos de mediación lo que permite que nos desarrollemos y evolucionemos como mediadores.
En relación con el ajedrez, es muy importante que el mediador conozca las características de cada una de las piezas (partes), pues este conocimiento hará que el mediador sepa perfectamente hacia dónde dirigir en cada momento la mediación, para que de esta resulte la mejor solución y así, ambos habrán ganado.
Me ha parecido muy interesante este post, puesto que nunca antes habría llegado a relacionar una mera partida de ajedrez con un proceso de mediación. A medida que iba leyendo el contenido del post iba siendo consciente del parecido que hay entre ambos.
En primer lugar, me gustaría señalar la complejidad y la dedicación que tiene realizar una partida de ajedrez. Es un juego, en el que los profesionales de él, dedican muchísimas horas, y que decir horas, sino toda su vida, para realizar las mejores partidas. Esto significa, que es un trabajo que requiere de creatividad, esfuerzo y sobre todo vocación, ya que es muy importante que la persona se sienta realizada con lo que hace.
En lo único que desde mi opinión puedo discrepar en las similitudes de un proceso de mediación y una partida de ajedrez, es que en el proceso de mediación ambas partes tienen una meta en común y es conseguir, ganar una solución justa y en la que ambos estén conformes, hecho que en una partida de ajedrez nunca podría ser así, ya que ambos jugadores tienen como finalidad ganar la partida derrotando al "rey" del contrario. Lo que como mediadores, y acompañantes del proceso, nuestro objetivo sería lo que se conoce en el ajedrez como quedar e "tablas", y es que ninguno de las partes, pierde ni gana sobre la otra.
Gracias una vez más por el increíble símil del ajedrez y la mediación.
Como bien hemos comentado desde que comenzamos esta aventura de la mediación podemos encontrarla en todas las situaciones cotidianas de nuestra vida. Yo personalmente, desde que la conozco no puedo parar de intentar mediar y pensar en cómo ayudaría en cualquier conflicto.
En este caso, haciendo referencia al post vemos como la mediación es en cierta parte una partida de ajedrez, donde cada uno de los jugadores pretende conseguir su fin último, salir vencedores. Vemos como en el caso de la mediación es igual, las dos partes pretenden “ganar” la mediación saliendo vencedores respecto al problema que los lleva a ella. Por lo tanto, es acertadísimo decir que la mediación es una partida de ajedrez.
Aquí es donde entra el papel del mediador que en este caso lo que debe conseguir es evitar que solamente una de las partes salga ganadora, fomentando así un resultado en tablas. Pero, seguramente no sea una tarea fácil, ya que ningún jugador quiere acabar en esta situación, sino todo lo contrario, utilizarán todas sus armas y fuerzas para finalmente convertirse en los campeones indiscutibles de la partida.
Desde que empezamos la asignatura hasta ahora que se va acabando el cuatrimestre, hemos podido comprobar que en todas las situaciones diarias, la mediación puede ser nuestra aliada. Según la entrada al blog inicial, la metáfora que podemos ver es que cada persona que participa en una mediación tiene un fin, el de ganar, al igual que en el ajedrez pero con la diferencia de que en este caso, la victoria sería a partes iguales y cada uno con sus propias estrategias, es decir, el llegar a un acuerdo que sea bueno para los dos.
Me ha parecido una muy buena reflexión esta entrada al blog ya que nunca había visto de esta manera la mediación.
Cada vez se acerca más el final de la asignatura y vemos que la mediación está en todo desde los ámbitos más cercanos a nosotros como a los más externos.
En cuanto a la metáfora del ajedrez, el mediador es el coordinador de la partida es quien al final establece que se sigan las reglas, que se controle el tiempo, también es quien indica los movimientos que se han hecho y del por qué de esos movimientos.
Desde mi punto de vista en la mediación se perseguí a diferencia del ajedrez que la partida termine en tablas, es decir, el mediador pretende que ninguno de sus jugadores consiga el jaque mate.
El mediador a través de las técnicas aprendidas, de la experiencia y a través de la creatividad intenta que los jugadores dentro de la mediación den y cedan, como sería en el ajedrez que se muevan piezas y se deja que caigan otras para llegar a un objetivo, en este caso es eliminar el conflicto y conseguir que el acuerdo perdure en el tiempo.
La mediación es un arte, la victoria no es siempre que se firme un acuerdo sino que los clientes se entiendan, se escuchen y aprendan a negociar.
Este post me ha parecido muy interesante ya que nunca me había parado a pensarlo y además me ha parecido una buena forma de explicar en que consiste el proceso de mediación ya que, puede que para las personas que todavía no saben lo que es este proceso, es una forma más llamativa y pueden interesarse más por saber sobre la mediación. Y es que, en realidad la mediación como usted dice, es como una partida de ajedrez, aunque las dos partes son ganadoras y consiguen lo que realmente quieren. Por lo que el mediador tiene la función de hacer que las dos partes puedan ganar y que ninguna de las partes sea el único ganador del proceso.
La metáfora del ajedrez es otra forma y perspectiva de entender la mediación. En el ajedrez lo importante es la toma de decisiones en base al análisis y predicciones del comportamiento del otro jugador; en mediación ocurre algo parecido ya que las decisiones que se tomen estarán influenciadas por las decisiones y acciones que realicen ambas partes, de manera que hay que tener en cuenta los ¨movimientos¨ que pueda realizar la otra parte para tomar la decisión. Además, todos los jugadores quieren ganar la partida de ajedrez, o en este caso, ambos clientes quieren que la solución que se tome a partir de la mediación les favorezca, por ello es importante tener diferentes estrategias y hacer un análisis de la conducta y comportamiento para conocer las fortalezas y debilidades del otro para así adelantarse a los ¨movimientos¨ de la otra parte. El papel del mediador también consiste en predecir la conducta de sus clientes, pero en este caso para saber como debe actuar y dirigir la intervención y analizar las diferentes necesidades que tienen sus clientes, además de evitar conflictos durante el proceso.
Sin embargo, la diferencia entre el ajedrez y la mediación es el final de la partida, ya que por un lado el objetivo en el ajedrez es que uno de los dos jugadores gane la partida y el otro la pierda, y por otro lado, en la mediación lo que se pretende es llegar a un acuerdo en común, es decir una solución que sea equitativa para ambos clientes.
Este símil ilustra de manera muy obvia qué es le mediación, qué tenemos que tener en cuenta y qué puede llegar a ocurrir. Al igual que en la mediación, en este juego se “enfrentan” dos rivales, tan distintos y con posiciones tan diferentes, con un único objetivo: ganar, y esto es bastante curioso, pues realmente es una situación que nos podemos llegar a encontrar. Las personas a veces no llegan a mediación con el fin de unirse para buscar una solución, sino enfrentadnos, imponiéndose una parte por encima de la otra. Pero aunque esto sea el objetivo del ajedrez (que uno le gane al otro), en la mediación es distinto.
Se busca una solución común, se busca ganar ambos, y esa posiblemente sea la gran diferencia con el ajedrez (o con casi cualquier juego de mesa). Es muy necesario que ninguna de las personas pierda, pues todos deben llegar un acuerdo, todos deben de ganar.
Esto nos demuestra que la mediación puede llegar a ejemplificarse hasta en los pequeños detalles de la vida diaria, y lo fácil que puede llegar a ser promover y publicitar la mediación como una opción más para la resolución de conflictos.
Es interesante pensar en la mediación como si fuese un juego de estrategia, ya que realmente es un proceso estratégico en el que ambas partes tratan de ganar a su "rival", aunque finalmente si todo va bien pueden darse cuenta de que es mejor quedar en "tablas" y que ambos ganen, y eso es lo que el mediador debe intentar, que los mediados lleguen a esa conclusión.
Siguiendo con las metáforas, se podría considerar al mediador como un pastor que guía a su rebaño, los mediados, a su lugar de destino, la resolución del conflicto de manera que ambas o todas las partes implicadas salgan ganando. Sin olvidar la estrategia de técnicas que debe tener en su repertorio como si fueran las jugadas maestras en una partida de ajedrez.
Cuando se habla de "Mediación" y, sobre todo, en relación a conflictos de gran importancia donde las partes implicadas llegan con grandes afectaciones a nivel emocional (desde la consideración que se le da a través del ámbito psicológico), podría verse como una enorme batalla con la que lidiar. Es justo ahí donde, el ajedrez, tal y como se expone a lo largo de todo el blog de manera metafórica, ejerce un papel fundamental en base a las descripciones que cada figura cumple para llevar a cabo el juego con éxito.
El elemento fundamental del que no se habla pero que, a su vez, resulta ser el más importante para una correcta ejecución de la partida, sería el tablero. Desde el punto de vista de la Psicología, este factor podría entenderse como el asentamiento de las bases del conflicto por parte de los implicados. Cuando se establecen los fundamentos del problema en cuestión y, el mediador cuenta con las visiones de ambas partes (proceso entendido en ajedrez como la división que se hace del tablero para colocar las figuras negras y blancas) es cuando da comienzo el juego y las figuras empiezan a moverse.
Cada figura es única e irreemplazable. Ninguna tiene mayor o menor valor que las otras pues, todas forman un equipo que, al trabajar en conjunto, llegan a la victoria. En Mediación sucede algo similar. No existe visión o perspectiva por alguna de las partes que no sea importante y necesaria a tener en cuenta ya que, ambas, se encuentran inmersas en el conflicto. Es aquí donde el mediador cuenta con una serie de técnicas y estrategias (figuras de ajedrez) con las que jugar para obtener el triunfo (resolución del conflicto). Es fundamental mantener la comunicación con los afectados e intentar adelantarse a sus movimientos y pensamientos pues, de ahí, surgirá una buena Mediación.
Entran en juego todo tipo de herramientas necesarias para llegar a obtener la ejecución del rey rival; esto es, mantener los intereses de cada una de las partes de manera asertiva buscando una solución que beneficie a ambos. De ahí, la importancia que pueda tener cada figura para el mediador pues, resulta de vital importancia atender al lenguaje no verbal, la expresión, la entonación, o cualquier otro detalle que garantice llegar a un adelantamiento de los movimientos rivales.
Es por todo ello que, el ajedrez, a nivel metafórico, resulta un gran símil para explicar el proceso de la Mediación dado que, desde que se inicia el juego hasta que se termina, cada movimiento realizado, técnica utilizada, o entendimiento de las partes, resulta fundamental para generar ese objetivo común: la resolución del conflicto (jaque mate).
Comparar el ajedrez con la mediación es una forma interesante de simplificar la gestión de conflictos. Finalmente, se trata de encontrar una estrategia racional para obtener el resultado que se desea y se hace mediante el análisis del “tablero” y la creación de un plan de acción. Por esta regla de tres, es posible comparar este proceso con otros juegos, como el dominó, las cartas o el monopoly. Sin embargo, hay un factor en estos juegos que difiere con la mediación: estos suelen tener un solo ganador como objetivo final. Por el contrario, un mediador busca llegar a un empate, lo que en el ajedrez se denomina “tablas”.
Desde mi punto de vista, encontraría más oportuno representar a los componentes de la mediación juntos en el lugar de uno de los jugadores, y al conflicto como el jugador contrario. De esta forma, pierden o ganan juntos. Por otro lado, puedo imaginarme al mediador como un libro de estrategias o técnicas sobre el ajedrez. Este conoce a la perfección cada una de las características de las piezas del tablero y sabe cada uno de los movimientos que se puede realizar para ganar.
En conclusión, la mediación es comparable con muchos conceptos, porque, efectivamente se encuentra en todas partes. El ajedrez es únicamente un ejemplo de ello.
Para empezar, tengo que decir que me ha gusta el símil entre la mediación y el juego de ajedrez. Aunque yo también sea un jugador vulgar, bastante vulgar de hecho, hay que aprender a jugar y conocer las reglas para ir mejorando poco a poco y finalmente llegar a tener un buen nivel. Eso es lo que estamos haciendo en nuestra carrera y en esta asignatura, tratar de coger experiencia para que cuando lleguemos a trabajar no nos pillen sin saber nada.
Primero de todo, tengo que decir que es importante que conozcamos las reglas para poder cumplir con las normas y papeleo como mediador y psicólogos. Tras este punto, deberemos conocer los dos jugadores principales del juego que son nuestros clientes y cuales son sus puntos fuertes, débiles, así como piezas clave. Conforme las sesiones avancen, los conoceremos más a fondo y también podremos distinguir cuales son la piezas claves que pueden intervenir en el conflicto o no.
Como punto final, analizaremos detalladamente las posibles resoluciones del conflicto y podremos hablar con los clientes que nos ayudarían a poder visualizar cuál de estas soluciones es la más gratificante.
Me ha parecido curioso la manera de comparar la mediación con el juego de ajedrez, dando lugar a un símil bastante interesante. Como bien sabemos el juego de mesa consiste en ganar al rival, algo similar a lo que sucede cuando las partes no están en un proceso de mediación, intentar que su postura sea la ganadora. En este caso la mediación haría como arbitro entre los dos jugadores (pacientes) para que ambos puedan llegar a ser vencedores y obtengan una solución que beneficie a ambos.
Si comparamos al mediador con el juego, podemos llegar a la conclusión de que este podría ser comparado como una persona con diferentes estrategias e incluso diferentes técnicas, al igual que el ajedrez.
Con todo esto podemos llegar a decir que realmente la mediación se puede comparar entre infinitas cosas, una de ellas el ajedrez, teniendo una visión un poco más estratégica de esta, pero cuya finalidad siempre es la misma, ayudar a las partes a que estas encontrar una solución al conflicto.
Me ha encantado la similitud que se ha realizado en el post, entre el ajedrez y la mediación, nunca habría pensado que fueran tan parecido este juego y el proceso de gestión del conflicto, pero después de haber leído el post, mi punto de vista sobre este aspecto a dado un giro.
En primer lugar, me gustaría destacar como en el principio de la mediación, tenemos que observar ambas partes para ver que "jugadas y estrategias" van a utilizar, como también haríamos en el comienzo de una partida de ajedrez. A su vez, durante el proceso, tendremos que ir dejando a un lado aspectos menos relevantes y llegar al punto que teníamos como objetivo final, al igual que en el ajedrez debemos ir eliminando piezas hasta intentar llegar al rey/dama. Por último, me curioso como las partes en un primer lugar van buscando el ganar y derrotar a la otra parte, como pasa en el ajedrez, pero sin embargo, en el proceso de mediación se intenta llegar a un acuerdo entre ambas partes, cosa que se evita en el ajedrez, ya que el objetivo principal en la partida es ganar a su contrincante.
Tras la lectura de este post, me parece muy importante el símil que se hace de la mediación con el ajedrez, a través de esta similitud se ilustra de manera clara y sencilla en aquellos aspectos en los que se basa la mediación, así como todo lo que hay que tener en cuenta a la hora de llevarla a cabo.
Con el ajedrez lo que buscamos es que cada uno de los jugadores elija bien los movimientos que va a realizar, así como intentar llevar a cabo predicciones futuras sobre el movimiento de la otra parte. Por ello, es necesario saber quién tiene la ventaja en el juego para saber en cada momento cuales van a ser los movimientos que se van a desplegar.
Sin embargo, algo diferente que ocurre en el ajedrez y no en la mediación, es que en el ajedrez solo una parte sale beneficiada, sin embargo, en la mediación, a través del acuerdo ambas partes son las beneficiadas, cada una a su modo.
Así, al igual que en el ajedrez cada movimiento que se haga, cada ficha que se utilicen son fundamentales para alcanzar la victoria, algo similar ocurre en la mediación. Cada argumento, cada alternativa, cada punto de vista serán necesarios para establecer un acuerdo entre ambas partes.
Nunca se me habría ocurrido comparar la mediación y el juego de ajedrez, y la verdad me ha parecido muy interesante y original la manera de explicar todas las similitudes que tienen ambas cosas.
Es cierto que para mediar con varias partes, necesitas saber los intereses de cada uno y como actuarían para poder dar el próximo paso, al igual que en el ajedrez. También me parece fundamental, saber que pieza mover en cada momento, ya que cada paso es importante para poder llegar al final. También son muchas las formas de llevarla a cabo una mediación, dependiendo del mediador, de sus técnicas y "trucos" aunque muchas veces toque improvisar porque no te esperes algún movimiento, pero esa es la gracia, salir de la zona de confort y actuar de forma diferente ante un movimiento no esperado, como en el juego de mesa.
Esto se puede ver muy bien como ha dicho nuestro profesor, en la serie Gambito de Dama en la que no siempre vale usar la misma técnica de juego y a veces, debes estudiar la partida de tu contrincante para actuar diferente a tu forma de juego, porque así, también se gana.
Qué gran comparación la que ha llevado a cabo entre la mediación y el juego de ajedrez. Me parece una magnifica manera de explicar la variedad de perfiles que nosotros como futuros mediadores nos encontraremos en este proceso, y los cuales aprenderemos a identificar para que nos ayude a mejorar en la facilitación de la comunicación entre las partes.
Es de gran importancia según mi opinión este aspecto. No todo el mundo ejerce un mismo rol dentro de la mediación, hay peones, alfiles y reinas, y tenemos que adaptarnos a ello de una manera imparcial para que el proceso sea lo más justo posible. Esto lo compara muy bien con las estrategias que emplea un ajedrecista.
Por último me gustaría hacer referencia a la expresión “acabar en tablas”, que también menciona, la cual pienso que es el fin de todo proceso de mediación, un fin en el que ambos acaban ganando y solucionando el problema por el cual inicialmente acudieron al mediador.
Antes de realizar este comentario y leer esta nueva entrada en el blog nunca me había parado a pensar diferentes aspectos del ajedrez y tampoco había llegado a pensar el símil que tiene con la mediación, y es que se pueden sacar similitudes como las técnicas a llevar a cabo, ya que dependiendo de la jugada o problema sueles actuar según la más idónea para la ocasión, al igual que las figuras y es que cada una tiene su importancia en este juego, al igual que en mediación que cada una tiene una función a resaltar diferente.
Por otro lado, un aspecto a resaltar es la dificultad del ajedrez y la necesidad de una agilidad mental absoluta para poder hacer una buena jugada, y es que en mediación paso lo mismo, ya que nunca sabes qué problema te puede presentar la persona que tienes al lado, ni cómo actúan los mediados, ya que cada persona, situación y conflicto son totalmente diferentes, por tanto necesitas de una agilidad mental para poder solventar las dificultades del camino.
Además, un punto a resaltar es que no todo está bajo tu poder, y es que necesitas que la otra parte ponga de su parte para que el problema se solucione, por tanto como en el ajedrez necesitas adelantarte y tomar iniciativa en resolver lo propuesto.
Por último, haciendo referencia al papel del mediador en esta ocasión hay que recalcar que no solo ayuda en el conflicto sin resolverlo, sino que además debe de lidiar porque ambas partes salgan satisfechas con lo acordado, siendo las dos ganadoras del problema y no solo una de ellas, pero como hemos comentado anteriormente al igual que en el ajedrez se presentan muchas dificultades, y una de ellas es conseguir que las dos partes mediadas estén satisfechas con el resultado final.
M. RODRÍGUEZ VÁZQUEZ
Yo no sé jugar al ajedrez. No tengo ni idea de cómo han de moverse las fichas ni tampoco de cuándo se gana. Sin embargo, sé que es un juego de estrategia, de ver oportunidad, de pensar muy bien cómo mover tus fichas y adelantar los movimientos del rival. Prácticas que todos intentamos llevar a cabo cuando estamos en conflicto, y que por tanto, vemos en mediación.
Sé que en el ajedrez, como en la mayoría de juegos, sólo uno gana. Tu objetivo es molestar al otro como sea. Creo que es otra similitud que presentan las personas que acuden a un proceso de mediación. Y es aquí donde me gustaría pararme. Ellos quieren ganar, sin mirar por el bien de otro, que es quien les está fastidiando. Pero somos nosotros, los mediadores quienes tenemos que hacerles entender así no funciona, que en mediación ambos ganan alcanzando un acuerdo justo y equitativo.
Además, en el ajedrez son dos rivales, y en el conflicto también (aunque, claro está, siempre puede haber más). En mediación hay un tercero: nosotros. Que tenemos que hacerle ver oportunidades donde ellos creen que ya no pueden mover más fichas, que se les han agotado las opciones. Y esa es nuestra magia.
Beatriz Sevillano Sobrino.
La mediación la podemos comparar con multitud de factores presentes en la vida cotidiana. En este caso, se ha hecho una comparación de la mediación con el famoso juego del ajedrez . Tal y como sabemos, en el ajedrez hay dos competidores. Cada uno de ellos utiliza todas las estrategias posibles para ganar la partida.
El mediador, es la figura que debe entender los intereses de ambos jugadores, sus estrategias, los movimientos que realizan...e intentar llevar un papel imparcial con ambas partes y que ambos empaten, es decir, que los dos competidores ganen la partida.
Para comenzar, me parece muy interesante y acorde la interpretación del juego del ajedrez con la mediación debido a que al fin y al cabo, la mediación son normalmente dos jugadores que entran en juego para intentar ganar algo que es común a ambos.
Aunque en cierta manera, a mi parecer, la principal diferencia existente entre la mediación y el ajedrez es a la hora del resultado final. En el ajedrez uno siempre intenta ganar pero quizás la mediación lo que intenta es que ambos jugadores sacrifiquen algunas piezas importantes a la vez que conservan otras que son imprescindibles para ellos. Pero no con el objetivo de ganar sino con el objetivo de hacer ''tablas'', que quiere decir un empate o acuerdo entre ambos jugadores de parar la partida sin la posibilidad de ganarla y sin la posibilidad de perderla, sin la posibilidad de destruirte ni destruir más piezas al contrincante. La función del mediador desde mi punto de vista sería por tanto, que los jugadores lleguen a considerar la situación como una situación en la que las ''tablas'' es la única manera de poder llegar a un acuerdo conjunto en el que no existan perdedores ni ganadores, sino en el que ambos salgan igualmente beneficiados del conflicto, como sucede cuando en las partidas de ajedrez acaban en ''tablas''.
Siguiendo como mi propio análisis, el hecho de ganar o perder una partida equivaldría al hecho de ir a juicio, por el hecho de que la partida se alarga, se hace más pesada e intensa, se pierden más fichas de las que se quería por ambas partes, supone un esfuerzo mental mucho mayor y, como ya he comentado, acaba habiendo un ganador que se llega toda la gloria, teniendo en cuenta que en proceso ha perdido muchas fichas valiosas para él, por lo que se trataría de una ''ganador'' muy entrecomillado y un perdedor que acaba no solo perdiendo más fichas de las previstas como el ganador, sino además quedándose prácticamente sin ningún tipo de beneficio.
Por concluir, me parece muy interesante esta visión de la mediación con el ajedrez. Me ha resultado inevitable aportar algo nuevo a la metáfora comentada porque, al comprenderlo desde mi propia visión, me ha parecido interesante y creativo exponer mi idea dentro de la metáfora comentada.
Me parece realmente interesante la comparación realizada entre la disciplina de Mediación y el juego del ajedrez debido a las similitudes entre ambos. De manera general, nos encontramos, tanto en el ajedrez como en la mediación, a dos rivales con sus propios intereses y con múltiples diferencias entre ellos.
Tal como se comenta en el blog, me resulta significativo, en ambos, anticiparse al otro jugador o, en el caso de la mediación, que el mediador se anticipe a las conductas y pensamientos de las partes, para conseguir una victoria o un acuerdo adecuado.
El final en el juego del ajedrez en tablas, resulta de gran relevancia para una adecuada comparación con la mediación donde, como se comenta en el blog, ambas partes quedan empate (en una situación donde se pretendía, en un principio, ganar la partida). En el caso de la mediación, este empate consistiría en un adecuado acuerdo donde se tengan en cuenta ciertos intereses o necesidades de todas las partes implicadas en el proceso de mediación; a veces, se tiene que renunciar a ciertos intereses o aspectos, tal y como ocurre en el ajedrez al tener que sacrificar ciertas piezas. En este proceso, el mediador cobra un papel principal para que las partes puedan llegar a un acuerdo aceptable, y su creatividad es fundamental para desarrollar técnicas que permitan conseguir tal finalidad.
Natalia Medina Abril
Se puede decir que el ajedrez representa de manera metafórica la mecánica en la que se desarrolla una mediación. ¿Cuántas veces se habrá preparado una mediación y conforme trascurre la misma se ha tenido que cambiar de técnicas, así como de preguntas?, en el ajedrez sucede lo mismo, uno empieza con una jugada en mente, pero la jugada del oponente muchas de las veces no se pueden anticipar, de modo que hay que ir cambiando de técnica o jugada conforme avanza la partida. Además, aunque me resulta algo difícil darle relación al significado de las figuras del ajedrez junto a la mediación, podría decir que cada ficha tiene unos movimientos y resultados diferentes, y podría relacionarlo con que cada técnicas o giro de las preguntas pueden generar comportamientos o respuestas diferentes.
Respecto al objetivo del juego, digamos que el ajedrez tiene como objetivo derribar al oponente, fijándose en una única pieza, el rey. Pero en cambio, el objetivo de la mediación no es derrocar a uno de los miembros que participan en ella, como si se tratara de un juicio, sino de llegar a un acuerdo donde ambos de alguna manera se sientan conformes y victoriosos con el resultado. La mediación también se puede relacionar con la expresión de ``quedar en tablas´´, que existe en el ajedrez, donde ambos ganan y quedan empate, pero aún así habría que reconsiderar la relación con este concepto, ya que, en tablas, previamente uno de ellos se siente que ha quedado sin movimientos, y en la mediación uno de los miembros no debe de ceder por el simple hecho de no tener nada por lo que sea beneficiario en este acuerdo, sino ambos deben de estar de acuerdo con la solución.
Es una comparación bastante interesante, ya que como en mediación, en el ajedrez hay dos personas enfrentadas, intentando ganar utilizando todos los recursos que ellos tienen. En vez de emplear los recursos de ambos para llegar a un acuerdo.
El gran parecido que encuentro entre ellos es que en el ajedrez van a ganar a no ser que por circunstancias externas, o por cansancio dejen la partida en empate. Y por otro lado, en la mediación también cada parte va a ganar pero con ayudar del mediador, que mediante las sesiones tiene que tomar en cuenta las necesidades e intereses de ambos, y así poder ayudarlos a que en vez de intentar ganar por encima del otro, consigan lo que quieren.
Creo que es una gran comparación la de un proceso de mediación con una partida de ajedrez. Una partida de ajedrez tiene sus normas, lo que puedes o no puedes hacer dependiendo de como avanza el juego, a su vez también mantienes unas jugadas en la cabeza y todo con el objetivo de poder ganar. En este caso un proceso de mediación tiene también sus normas, pero durante el proceso la prioridad es llegar a un punto en común, quizás ese objetivo de ganar se vea un poco más asociado a un proceso judicial antes que a una mediación.
De igual manera me parece también muy interesante la mención que hace al final del post sobre la jugada denominada Gambito, esta, en la serie de Netflix se observa cómo es una de sus jugadas que le hacen ganar partidas importantes, pero a su vez también pone en riesgo su prestigio como jugadora en aquellos torneos. Dentro del ajedrez hay diferentes técnicas al igual que en un proceso de mediación. Por lo que tenemos que estar al tanto de todas estas técnicas para elaborar un proceso que se adapte a nuestro objetivo como futuros mediadores.
Es verdaderamente interesante como podemos comparar la mediación con el ajedrez. El ajedrez consiste en un juego que enfrenta a dos personas cuyo objetivo es derrotar al rival mediante movimientos. Y es que un conflicto en la vida real sucede como este juego, personas enfrentadas luchando para comprobar quien es más fuerte, más listo y más audaz.
Y para ello está la mediación, para actuar como árbitros en el juego, porque nuestro objetivo no es derribar a una persona u a otra, todo lo contrario, lucharemos para que las personas estén de acuerdo en sus decisiones y ambas partes estén conformes con el resultado, que todos salgamos ganando.
Es cierto que la mediación se puede comparar a la perfección con el juego del ajedrez. En ambos nos encontramos con dos personas (o más en el caso de la mediación), que son "oponentes", y que ambos tienen una cosa en común, a los dos le gustaría ganar.
En el caso de la mediación, no ocurre como en el ajedrez. Gracias a la figura del mediador y al proceso de mediación las personas implicadas en el conflicto no tienen por qué perder o ganar, sino que ambos pueden beneficiarse y llegar a un acuerdo.
Sería interesante explicarle esta metáfora a las personas que acuden a mediación, sobre todo a ciegas, por primera vez, ya que puede ayudarles a entender la importancia que tiene en mediación el beneficio mutuo de las partes, teniendo en cuenta los intereses de todos los implicados y buscando el máximo beneficio posible para ambos.
Desde mi punto de vista, esta metáfora nos ayuda a entender perfectamente como es el proceso de mediación.
En el ajedrez, son importantes no solo los movimientos que haces, sino anticipar los movimientos del contrario, al igual que sucede en la mediación. Lo mismo ocurre con cada una de las piezas de este juego de mesa, todas ellas forman parte de un “todo” y son importantes individualmente. En un proceso de mediación, las piezas serían consideradas los profesionales que forman parte del proceso, la información, los puntos de vista de cada una de las partes, etc., y cada uno de estos elementos, que también forma parte de un “todo”, son esenciales.
Por último, quiero destacar que la finalidad del ajedrez difiere con el de la mediación. En el ajedrez se comienza la partida con la intención de ganar al oponente y lo bonito de la mediación es el objetivo del mediador, que busca que ambas partes ganen.
Me resulta bastante interesante el símil entre el ajedrez y la mediación. En ambos nos encontramos a dos personas enfrentándose utilizando sus propias tácticas y conocimientos, siguiéndose por sus propias fichas, viéndolo todo a una cara, con el único objetivo de ganar la partida. Algo que sucede habitualmente en cualquier conflicto diario, nos centramos solo en nuestras posturas, pensando que actuar así es lo correcto.
A través de un mediador podemos acercar ambas partes, siendo todos los elementos que participan importantes en el momento de la mediación, conocer las tácticas que están utilizando y las habilidades de cada uno para poder llegar a un acuerdo de la mejor manera posible, sin dejarnos atrás ninguna ficha.
En el proceso de juego se da una constante búsqueda de la "solución", de la jugada que nos puede aportar la victoria o que nos puede salvar de perder. Esto pasa en el día a día, intentamos prevenir situaciones mediante análisis del beneficio-coste, un hecho que es fundamental para llevar a cabo mediaciones entre las partes. Saber a dónde queremos llegar y cómo, a pesar de que dicho "cómo" se ha improvisación, ya que, desconocemos de los movimientos de la otra persona o lo que puede interferir en nuestras vidas. Igualmente, podemos pararnos a pensar, estudiar y prevenir (ya sea por nosotros mismos o por ayuda profesional como en el caso de los mediadores) los posibles movimientos, las consecuencias de los actos. De esta forma, volviendo al análisis coste-beneficio, le mostramos a las partes las herramientas suficientes, un tablero en el que jugar y decidir cuales serán sus movimientos, hacia dónde quieren ir, un objetivo. Teniendo claro el objetivo, se da le metáfora de las tablas. Nadie tiene que ganar sobre nadie, en una mediación el fin es conseguir un beneficio mutuo a largo plazo, con garantías.
Con ello, el ajedrez nos enseña que no todo es blanco o negro, sino que un empate puede ser lo más beneficiario y sano ante un conflicto.
Me ha llamado especialmente la atención esta relación entre mediación y ajedrez. Nunca había reflexionado sobre ello, pero es sorprendente la cantidad de semejantes que hay entre ambos. Al fin y al cabo, tenemos varias partes con un objetivo en común y es ganar. Para ello, cada uno tendrá su propia estrategia, y el mediador utilizará sus herramientas y capacidades para que las dos partes puedan ganar. Tal y como se comenta en el texto, que no hubiese ningún perdedor se denominaría en ajedrez “quedarse en tablas”, y lo mismo tiene que ocurrir en nuestra profesión. Tenemos que intentar que cada una de las partes gane la partida, a través de una negociación.
Además, es importante añadir que en dicho juego cada pieza tiene una función, y todas son igual de importantes. En la mediación también hay que trabajar con ello, es decir, cada pieza y cada detalle puede ser fundamental para poder alcanzar una solución en la que las distintas partes estén de acuerdo. Si se pasa por alto alguna pieza, puede que no haya una victoria. Hay que prestar atención a cada movimiento que realizan nuestros clientes, pues es la única manera de saber cuáles son sus objetivos y necesidades.
Por último, me gustaría mencionar en cómo poco a poco me voy percatando de lo fundamental que es esta profesión, pues se encuentra en todos los ámbitos de la vida, y quién iba a decir que incluso en el ajedrez.
Me parece muy curioso como la mediación puede llegar a estar en cierto modo relacionada con numerosos temas, y como a su vez esa relación con la mediación hace que podamos analizarla de una mejor y mas profunda forma.
La metáfora del ajedrez puede asemejarse a la mediación de distintas formas bajo mi punto de vista. La primera de ellas es la capacidad de anticipación que debemos tener en ambas, es decir, una buena mediación está determinada en un gran porcentaje por las habilidades que llevemos entrenadas a las sesiones, sin esas habilidades, métodos y herramientas no seriamos capaces de llevar a cabo una buena mediación. El ajedrez es un juego donde la anticipación juega un papel fundamental, por ello, es una buena forma de relacionarlo.
Por otro lado, otra semejanza con el ajedrez es la estrategia, en ambos debe estar presente, sin ella nuestra mediación no tendría en parte sentido, ya que a partir de esa estrategia se construirá la base de nuestra medición, esta nos permitirá ejecutar de forma adecuada las habilidades y herramientas que poseemos.
Este post nos muestra cómo podemos ver reflejada la mediación en múltiples prácticas de la vida cotidiana. Simplemente hemos de ser unos mediadores con poder de creatividad. Concretamente en nuestro ámbito, la mediación, la creatividad ha de ser utilizada para el desarrollo de soluciones, de alternativas y de este modo, de resolver problemas.
Me ha resultado muy interesante lo que trata de transmitirnos, lo importante que es en la práctica de la mediación que el mediador conozca las características de cada una de las partes, los mediados, al igual que los practicantes de ajedrez hemos de conocer las características de cada pieza, de esta forma, sabremos hacia dónde dirigir la mediación.
Muy acertada la comparación de la mediación con el ajedrez. Es muy importante que ambos jugadores sean conscientes de cuáles son sus estrategias para así poder anticiparse al movimiento del otro y estudiarlos.
Es importante que nosotros como mediadores, tengamos esto en cuenta: ambas opiniones y puntos de vista son importantes y válidos, ya que son ellos los que están inmersos en el problema. Nuestro objetivo es que ambos lleguen a una solución conjunta, con nuestra ayuda, que nos "quedemos en tablas", un empate... donde ambos jugadores ganan. Se alcanzan los intereses de las dos partes mediante la negociación.
Como bien se ha hecho referencia en el post el ajedrez y la mediación comparten cierta hermandad por así decirlo.
En la mediación cada paso que demos tiene que estar bien estudiado ya que si por algún motivo, ajeno o no a nuestro trabajo, fallamos nos pueden "comer" y ya es cuando empezamos a jugar en inferioridad.
Por eso tenemos que dar los pasos con cautela, siguiendo con la metáfora del ajedrez, tenemos que ser como el rey movernos de casilla en casilla pero solo avanzando un paso, ya que este tiene que estar dado con bastante seguridad a su vez también tenemos que dejar que todo fluya de una forma armoniosa para que el proceso al final acabe en unas felices "tablas"
Francisco Gómez Rodríguez
Desde el ajedrez podemos visualizar muy bien una mediación como mediadores que observan una partida entre dos contrincantes, solo que en el caso de la mediación el objetivo es llegar a un acuerdo donde las dos partes ganan. Al igual que en el ajedrez, en la mediación existen estrategias para avanzar y llegar a estos objetivos. En la mayoría de ocasiones podemos relacionar cada parte de la mediación con una pieza de ajedrez dependiendo de su perfil, situación o actuación. A partir de que sepamos cual es la posición de cada mediado podemos como mediadores utilizar unas estrategias específicas para que estas partes lleguen al acuerdo y solucionen su conflicto.
Basándonos en el ajedrez y pensando en la serie actual ''Gambito de dama'', podemos ver cómo la mediación es un proceso en el que dos partes diferentes tienen un conflicto y han de analizar y estudiar los intereses, necesidades y posiciones del otro ya que actuarán y moverán sus fichas en función de las del oponente, lo cual se asemeja al ajedrez. Todos los movimientos por parte de ambas partes son necesarios para llegar hasta el final, la solución del conflicto.
Aunque en el ajedrez el ''conflicto'' se solucionaría con un ganador y un perdedor y en mediación no, hay, del mismo modo, una serie de técnicas y estrategias que pueden facilitar las posiciones de las partes, una vez que radiografiemos los puntos de vista de cada mediado, podrán aplicarse las técnicas más adecuadas para ''jugar'' y tratar de averiguar la mejor solución.
Lamentablemente, este ejemplo sobre el proceso de mediación es muy acertado. Las personas que acuden a mediación lo hacen porque se encuentran en una lucha contra otra persona. Como se plantea en el post, el proceso de la mediación es es como el ajedrez. Las personas que acuden a mediación piensan que el objetivo es que una de las dos personas gane, sin tener en cuenta a la otra persona, su posición, sus intereses y sus necesidades. Esta es, de hecho, una de las principales cuestiones que han de abordarse. En un conflicto, se ponen en marcha procesos muy similares a los que vemos en el juego del ajedrez, pues es un juego de estrategia que, al igual que en un conflicto, busca derrotar al contrincante poniendo en marcha un sinfín de estrategias. Los mediadores deben conocer cuáles son dichas estrategias y procurar que cada parte tenga su lugar en el proceso y esté conforme con lo que se expone.
Además, el papel del mediador es identificar qué pieza sería cada parte. De esta manera, el mediador estaría previniendo posibles respuestas y estrategias de ambos que puedan llegar a socavar el proceso de mediación.
Carmen García Navarro
De todos los blogs que ha subido, éste me parece el mas interesante de todos, aunque quiero aclarar que tan solo es una opinión más.Me ha parecido muy buena la analogía de los contrincantes del ajedrez comparándola con dos personas en conflicto.Pero ahí está el punto del mediador, es él, el que tiene que hacer ver a las partes, que no se trata de un ganador y un perdedor, sino que los dos pueden llegar a un punto en común y conseguir una solución satisfactoria.
El conflicto no debe tratarse de ganadores ni perdedores, al fin al cabo comparten algo y es el conflicto en sí.El mediador debe hacer ver a cada una d ellas partes que los dos juegan en el mismo equipo, y aunque no lo quieran ver así, esa es la realidad.Si llegan a tener esta visión, es decir, la de que los dos comparten un problema, podrán conseguir una solución adecuada, donde no haga falta judicializarla ni pleitear.
Muchísimas gracias querido Maestro siempre por tus enseñanzas .!!!! Un abrazo.!!!Mary De Simone.
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